El rol de la extensión en el desarrollo local comunitario: El caso de una experiencia de Arqueología pública en la comunidad de Barrancas - Mendoza - Maipú

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Descripción

El rol de la extensión en el desarrollo local comunitario: El caso de una experiencia de Arqueología pública en la comunidad de Barrancas - Mendoza - Maipú Lucero Natalia1, Mariano Peroni2, Lucía Yebra3, Arandú Ayala4, Diego Estrella5, Víctor Durán6, Erik Marsh7, Cecilia Frigolé8, Rosa Moyano9, Diego Navarro10, Flavia Sergo11, Luis Acuña12 Palabras Claves: Arqueología; Comunidad; Patrimonio; Identidad, Extensión

El área arqueológica de Barrancas, se encuentra en el departamento de Maipú, Mendoza; tiene una extensión aproximada de 90 kilómetros cuadrados. Se caracteriza por poseer una gran cantidad de material arqueológico en superficie y por estar sometida a importantes procesos postdeposicitacionales naturales e impactos antrópicos. Dentro del área arqueológica se emplaza el distrito de Barrancas, desde la geografía urbana se lo cataloga como una zona periurbana. El presente trabajo desarrolla una experiencia de extensión vinculada a la arqueología, denominada Arqueología Pública. Ha sido abordada desde el marco conceptual de la sociología, apunta a que el proyecto científico genere una propuesta en conjunto con la comunidad. Basado en concientizar el valor y la importancia de los bienes patrimoniales arqueológicos y culturales, remarcando su uso como recurso cultural y económico, que posibilita un nuevo paradigma de desarrollo local.

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 [email protected].  Facultad  de  Ciencias  Políticas,  Universidad  Nacional  de  Cuyo.  Argentina.    [email protected].  Facultad  de  Ciencias  Políticas,  Universidad  Nacional  de  Cuyo.  Argentina.   3  [email protected].  Facultad  de  Filosofía  y  Letras,  Universidad  Nacional  de  Cuyo.  Argentina.   4  [email protected].  Facultad  de  Filosofía  y  Letras,  Universidad  Nacional  de  Cuyo.  Argentina.   5  [email protected].  Facultad  de  Filosofía  y  Letras,  Universidad  Nacional  de  Cuyo.  Argentina.   6  [email protected].  CONICET.  Argentina.   7  [email protected].  CONICET.  Argentina.   8  [email protected].  Facultad  de  Filosofía  y  Letras,  Universidad  Nacional  de  Cuyo.  Argentina.   9  [email protected].  Facultad  de  Filosofía  y  Letras,  Universidad  Nacional  de  Cuyo.  Argentina.   10  [email protected].     11  [email protected].  Facultad  de  Filosofía  y  Letras,  Universidad  Nacional  de  Cuyo.  Argentina.   12  [email protected].  Facultad  de  Filosofía  y  Letras,  Universidad  Nacional  de  Cuyo.  Argentina.   2

Las prácticas de extensión científicas otorgan a las ciencias, como la arqueología y la sociología, una perspectiva diferente, funcionando como nexos entre las distintas partes de la sociedad y el ámbito científico. En el caso particular de la arqueología el hecho de que la comunidad participe en las prácticas de rescate genera nuevas instancias de conocimiento haciendo tangible el reconocimiento de “su pasado”, acercándolo a su historia y revalorizando su cultura e identidad, generando un proceso de apropiación, que muchas veces por desconocimiento es negado, desvalorizado, descuidado u olvidado. A su vez se produce una retroalimentación hacia las ciencias, desestructura los prejuicios en torno al saber, visibilizando lo local como parte del proceso científico, ello genera nuevos replanteos y desafíos al interior de los equipos de investigación ampliando y mejorando la disciplina. Por otra parte el trabajo multidisciplinario favorece a que el proyecto de extensión se pueda abordar desde un marco holístico, permitiendo una reconstrucción integral del mismo. Antecedentes de Trabajo El recorrido por esta experiencia, es una secuencia de trabajos previos que se inician en el año 2009, con lo primeros rescates por parte del Equipo de Geoarqueología de la Facultad Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Cuyo, en el año 2010 se elaboró una propuesta de Plan de Manejo de Parque Arqueológico de Barrancas, a la Municipalidad de Maipú. Para esta propuesta se realizó un profundo diagnóstico de situación, no solo geoarqueológica de las Barrancas sino comunitaria en términos de fortalezas y debilidades; oportunidades y amenazas, y disponibilidad de distintos tipos de recursos y su vinculación con el patrimonio. A partir de este diagnóstico es que en el año 2011 se presenta al CFI un proyecto: “Rescatando Historia y Construyendo Futuro: Capacitaciones para la promoción de actividades relacionadas al Parque Arqueológico de Barrancas – Maipú, en tanto bien patrimonial de la comunidad”, éste fue aprobado, ejecutado y evaluado por dicha institución en el año 2012. En éste proyecto se contempló distintas instancias de trabajo con la comunidad, que se centraron específicamente en reconocer las fortalezas con las que cuenta en términos de valores e historia y poder vislumbrar las oportunidades económicas. Para ello se realizaron actividades de información, concientización y valorización de las riquezas culturales, patrimoniales y arqueológicas, su importancia a nivel científico e históric, y sobre turismo patrimonial; se dieron charlas en todas las escuelas primarias y secundarias, en la Unión Vecinal y se presento un espacio de difusión en la Expo Barrancas.

Habiendo hecho este recorrido y teniendo en cuenta los puntos principales para seguir avanzando y profundizando este trabajo con la comunidad, se desarrolló el proyecto de “Arqueología Pública en Barrancas, Maipú”, proyecto que se ejecuto durante el año 2013, y tiene continuidad en el presente año, con el nombre de “Arqueología pública y experimental en Barrancas”, en donde se realizan actividades de arqueología, cerámica, huerta nativa autóctona y turismo patrimonial, todo en el marco de un circuito anexo a la escuela Huarpes de la Barrancas, para posteriormente constituir un espacio de contemplación arqueológica.

A

medida que se elaboran nuevos proyectos para la zona se incrementa la participación de diferentes actores. El objetivo del trabajo que se viene desarrollando en el área de Barrancas es generar un espacio conceptual en donde se logre un intercambio de saberes entre los distintos actores, generando un espacio físico de acción. Descripción geoarqueológica de Barrancas Barrancas está ubicada al noreste de la Cerrillada de Lunlunta-Barrancas-La Ventana perteneciente al dominio de la Cerrillada Pedemontana (Polanski, 1954; Regairaz y Barrera, 1975; González Díaz y Fauqué, 1993), entre el límite de los departamentos de Maipú y Luján de Cuyo de la Provincia de Mendoza. Este sector, localizado en la margen derecha del río Mendoza, corresponde a una terraza del abanico sur del río. En la zona el clima es templado. Las precipitaciones anuales rondan los 200 milímetros y los vientos que predominan son los del oeste y sudoeste, a los que se agrega el viento Zonda. El paisaje corresponde a un dominio de Huayquerías o Bad Lands caracterizado fundamentalmente por zanjones más o menos angostos de arroyos secos, con paredes casi verticales con una altura aproximada de 8m que constituyen verdaderas “barrancas” (Figura 1), las cuales están desarrolladas sobre los estratos de areniscas finas poco consolidadas con delgadas intercalaciones de sedimentos más gruesos en su parte inferior, coronados por limos de origen eólico (Polanski, 1972) y una cubierta de suelo de poco desarrollo que sustenta una vegetación arbustiva dispersa. Estas formaciones comprenden un sistema de drenaje de las aguas recibidas por las lluvias estacionales que se descargan en la zona, las cuales erosionan y ensanchan las barrancas, dando como resultado una dispersión del material arqueológico en superficie.

Figura 1: Foto de las Barrancas, Barrancas-Maipú-Mendoza. Fotografía de Diego Estrella.

A mediados de la década de 1940, Barrancas fue considerada a nivel arqueológico, un importante centro de atención para investigadores interesados en el estudio de las características culturales y biológicas de los grupos humanos prehistóricos del norte mendocino (Rusconi 1962, Gil et al 2009, Novellino et al. 2010). Durante los años 1944 y 1945 Carlos Rusconi realizó trabajos de reconocimiento del área, recolecciones de material arqueológico de superficie, así como también la excavación de dos sitios denominados Yacimiento 1 y Yacimiento 2. Ambos son enterratorios indígenas en donde a su vez se hallaron restos de alfarería (Rusconi 1962). Más tarde, a partir de la década de 1960, distintos investigadores

efectuaron otros descubrimientos, algunos de los cuales aportaron fechados para la zona: 1480±80 AP (Gambier 1977, Micheli 1974) y 450±50 AP (Bárcena 1998). En el año 2009 gracias a la información dada por alumnos de la Escuela Silva y junto a pobladores de la zona, hallándose un sitio (B6) con entierros humanos. El mismo se encontraba en una de las barrancas que estaba en retroceso por la erosión del agua. Es por esto que se decidió llevar a cabo un rescate arqueológico. En las tareas realizadas se recuperaron más de 30 esqueletos concernientes a antiguos pobladores de ambos sexos y de diversas edades, pertenecientes a culturas pre-cerámicas. La antigüedad del sitio es superior a los 2300 años (Novellino et al 2010). En el 2010, en el marco del plan de manejo del parque arqueológico de Barrancas, financiado por la municipalidad de Maipú, se realizó un diagnostico sobre toda la zona, para poder definir el área arqueológica. Al año siguiente, se estableció un nuevo sitio de trabajo, B61, se llevándose a cabo un relevamiento y mapeo de la zona, con el fin de recolectar el material de superficie. En el 2012 en el marco de un proyecto CFI se realizaron trabajos de extensión con fin de concientizar e informar a los pobladores de la zona, a sí mismo continuaron las actividades de prospección superficial proyectadas en el 2011. A principios del 2013, enmarcado en el proyecto Mauricio López, continuaron las actividades en el sitio B61 con participación de los estudiantes en trabajos de mapeo topográfico, recolección superficial y excavaciones, de un hornillo, una barranca y un sondeo en una zona con alta concentración carbonosa en superficie. En septiembre del mismo año se amplió el sondeo, dando como resultado el hallazgo de una casa pozo, cuya fecha radiocarbónica es de 2400 AP. Continuando con las tareas arqueológicas, con ayuda del Proyecto Mauricio López, en el 2014 se decidió excavar un sitió próximo al colegio Huarpes de las Barrancas, con la participación de los estudiantes de la escuela. El lugar elegido fue una zona carbonosa, resultando ser un depósito secundario. El fin de esta excavación no fue solo arqueológico, sino también de extensión, en donde se testeó los resultados de las charlas y talleres brindados a los estudiantes en los años anteriores. A su vez, se llevo a cabo una prueba piloto de un circuito turístico con guías informativas, con resultados bastantes favorables. ¿Qué entendemos por Arqueología Pública? •

Arqueología:

Es la disciplina científica que estudia a las sociedades pasadas a partir de los restos materiales que usaron y dejaron sus integrantes, con el fin de investigar los comportamientos de estas sociedades y las relaciones con su entorno. Las actividades de esta ciencia son: prospectar, excavar, analizar y comunicar. Y se llevan a cabo aplicando metodologías específicas. Todos los materiales objeto de estudio arqueológico, son considerados Bienes Patrimoniales Culturales, y son propiedad de todo el conjunto de la sociedad. •

Arqueología Pública La primera experiencia de Arqueología Pública aparece asociada a una excavación que se realizó en Japón en 195313, en donde la comunidad japonesa puso dinero para que la empresa se llevara a cabo, la iniciativa partía del pueblo que aportaban lo que podían a cambio de la simple satisfacción de estar trabajando por algo que les pertenecía, no existía una relación laboral sino cultural con la Arqueología (Alamansa Sánchez 2011). Los orígenes de la Arqueología Pública los encontramos en 1972, con la publicación del libro “Public Archeology” de McGimsey, se presentan las acciones de publicidad tomadas en los parques nacionales de EE.UU. y se pone de manifiesto la integración de las comunidades locales con el patrimonio. Luego éste término evolucionó al de Arqueología Comunitaria (Alamansa Sánchez 2011:89). En Europa, dadas las características culturales, no se habla de comunidades indígenas, por lo que definieron a la Arqueología Pública como un referente de la identidad global que va mucho más allá de la comunidad, la hicieron pensar como una vía para el estudio de las relaciones entre arqueología y sociedad desde todos sus ámbitos (Alamansa Sánchez 2011:89). En Latinoamérica una de las características es que comunidades indígenas actuales sienten una relación directa con el pasado de la región. Existe un conflicto identitario en estos grupos producto de una aculturización como consecuencia de la europeización que ha sufrido la región desde la conquista hasta la actualidad (McGuire 2008). Específicamente en el caso Argentino existe un conflicto de identidad, dificultando el reconocimiento de culturas pasadas. A pesar de los muchos intentos, y debido a una falta de continuidad, la Arqueología Pública es un campo que aún se está definiendo, por ello no existe una única concepción del término, a modo

de

una

mayor

comprensión

expondremos

algunas

de

las

definiciones

más

representativas.                                                                                                                         13

Se excavó el túmulo funerario de Tsukinowa, en 1960 esta experiencia fue sacada a la luz en un documental japonés con el nombre de “TsukinowaKofun”.

Alamansa Sánchez expone (2011:90): “Si la arqueología trata de crear un conocimiento novedoso desde el estudio de los restos materiales de sociedades pasadas, la Arqueología Pública estudia todas las relaciones entre dicha arqueología y la sociedad contemporánea con el ánimo de mejorar la coexistencia entre ambos y lograr un entendimiento generalizado del valor y uso de la arqueología”. Castro y colaboradores (2007:19) entienden que la Arqueología Pública “implica el compromiso

de

compartir

saberes

o

hacerlos

públicos

el

conocimiento

construido

conjuntamente y compartirlo, pero no dejando de reconocer las diferencias de quienes realizamos la investigación y nos formamos para ello y reconocer la necesidad de definir experiencias que la práctica permita cambiar las conductas afectivo-motoras-valorativas”. Para nosotros “la Arqueología Pública no es una actividad que pertenece exclusivamente a la arqueología, si bien es una práctica que tiene una íntima relación con ella tanto como objeto y como proceso. En cuanto estudio y relación social, es la Sociología la que dictará metodológicamente los pasos a seguir; las estrategias serán aportadas por la educación, el turismo y la comunicación”. Entendemos que existe un pequeño dilema, y de hecho una confusión, entre Arqueología Pública y Arqueología Comunitaria, por sus características la Arqueología Pública contiene a la Arqueología Comunitaria, siendo esta última una especie muy particular de Arqueología Pública, pero abarcando un grupo más especifico. Históricamente la extensión en arqueología en la región no se ha desarrollado de manera óptima, ya que el posicionamiento de la arqueología siempre ha sido cientificista, generando pocos espacios de comunicación y casi ninguno de participación pública. Aportes desde la sociología a la extensión y a la arqueología. Como ya se mencionó, la relación específica entre la sociología y la

arqueología

pública sin lugar a dudas las distintas contribuciones las podemos entender en términos de nexos, de relaciones entre la ciencia y la sociedad, desde la perspectiva sociológica podemos hablar de metodologías de involucramiento de la comunidad en las disciplinas científicas. O en términos concretos el estudio y desarrollo de los aspectos necesarios para lograr dicha participación. Entendemos con Alguacil Gómez (2004:5) que la noción de participación es un concepto polisémico e involucra múltiples interpretaciones mediadas por intereses, por posiciones de poder, por ideologías, por valores, por la posición social, por la posición dentro de las estructuras administrativas y organizacionales. Concebimos así a la participación como un fenómeno inconcluso, dinámico, cambiante por cuanto depende de las características del

entorno y de las circunstancias de cada sociedad, así como de los actores que en ella se relacionan. Por otra parte en términos de participación comunitaria, se observa como en sus concepciones más actuales lo comunitario toma una dimensión asociada a lo simbólico, a las representaciones que los individuos otorgan a los hechos y a los espacios que dejan de ser meramente territoriales. “Lo que define a la comunidad es la construcción mental (y por tanto subjetiva) de los individuos, que hace que al compartir un repertorio de símbolos, se definan unas fronteras que los separan de otros individuos. Sí, hablar de comunidad es hablar de fronteras. Esta es una de las características que nos puede permitir separarlas de meros grupos sociales. Unas fronteras construidas simbólicamente algunas veces a partir de vínculos relacionales fuertes y otras a partir de vínculos débiles, diferencia que, como veremos, develará importantes repercusiones” (Sancho, 2005:15). Desde la disciplina sociológica se contribuye con una serie de diagnósticos basados en técnicas cualitativas y cuantitativas para lograr un mejor acercamiento a los distintos grupos sociales. En primer lugar, podemos situar a los teóricos que enfocan sus análisis en la acción colectiva y los denominados “nuevos movimientos sociales”. A partir de los años 70’ y 80’ estos autores irrumpen en las universidades norteamericanas y europeas sosteniendo una serie de argumentos relativos a la transformación de la noción de “actor colectivo”. Sintetizando estas dos grande corrientes de pensamiento a parece Cohen (1985) quien identifica dos líneas: los llamados teóricos de la “movilización de recursos” y los teóricos “orientados hacia la identidad”. Ambos enfoques suponen que los participantes deciden racionalmente su acción. El paradigma de la movilización de recursos enfatiza sobre variables objetivas como organización, intereses, oportunidades y estrategias, “supone un actor racional-individual y grupal que emplea el razonamiento estratégico e instrumental y reemplaza a la muchedumbre como el concepto central de análisis de la acción colectiva”. (Cohen, 1985:11). Estas tendencias teóricas contribuyen a un mejor desarrollo metodológico para la construcción de posibles escenarios de participación de los distintos grupos dentro de una comunidad. Sobre los proyectos de extensión en las escuelas en Barrancas Maipú

Antes de hacer referencia a las experiencias de extensión que se han llevado en el distrito de Barrancas, es necesario definir qué entendemos por extensión. Para ello contamos con dos definiciones, la primera extraída de la página del Congreso de Extensión (Santa Fe 2014); y la segunda de Castro y colaboradores (2007). Por último, hay una tercera definición, que entiende a la extensión desde otro punto de vista (Freire 1973). •

Es un proceso de Sociabilización del conocimiento nuevo (ya sea científico, tecnológico, cultural, artístico, humanístico), generado en su interior que vincula críticamente el saber científico con los saberes populares, jerarquizando la función social de la universidad.



La extensión no es considerada como una instancia en la que se pueda producir un conocimiento legítimo que pueda aportar a la disciplina, sino como una mera experiencia de informar a quienes no poseen esa información.



Paulo Feire en su libro “¿Extensión o Comunicación? La concientización del medio rural”. Analiza el término extensión desde la semántica en donde se entiende por el mismo como el extender un conocimiento hacia otros, en una relación Sujeto (el que transmite) y objeto (el que recibe). Sin que el objeto se apropie de una manera crítica del conocimiento, para que ello suceda habla de la comunicación como el mejor medio de apropiación. Para el equipo las tareas de extensión tienen distintos aspectos los cuales pueden ser vinculados con las actividades que se han ido realizando, en primer lugar teóricos, mediante prácticas áulicas y charlas, en donde se desarrollan la valoración y la concientización sobre los recursos. En segundo lugar las acciones prácticas en terreno que poseen una gran variedad temática, desde la participación en la exploración arqueológica, en el aprendizaje práctico sobre técnicas ancestrales de cerámica y cultivos. En tercer lugar la participación en actividades comunitarias de desarrollo local de Barrancas, con distintas instituciones del lugar, entre estas podemos mencionar al municipio de Maipú, el Instituto Nacional de Tecnología Agraria (INTA), distintas universidades de la provincia como la Universidad Nacional de Cuyo, La Universidad de Congreso y la Universidad del Aconcagua y ONGs de la provincia de Mendoza y entidades de gestión local como la Expo Barrancas y la Mesa de gestión local de Barrancas. Hay que mencionar que los dos primeros tipos de acciones nutren a las justificaciones de los proyectos que fueron financiados desde el año 2012, en cuanto al tercer tipo de acciones, tienden a incrementarse y exceden las planificaciones previstas para los financiamientos iniciales, en éstas se discuten problemáticas más generales relacionadas al estado de situación y desarrollo del distrito. Si bien exceden los objetivos iniciales de los proyectos por su carácter más abarcativo ayudan al perfeccionamiento de las actividades, además contribuyen en el logro de recursos humanos y financieros avalando las convocatorias y concursos.

De lo expuesto anteriormente podemos decir que la Arqueología Pública para el equipo es una forma de extensión, por lo tanto de interacción con la comunidad. ¿Qué papel han jugado los medios de difusión (escuela, turismo y la comunicación) en la extensión? En la tabla n°1, se señala el papel que juegan las distintas disciplinas involucradas en el trabajo de extensión en relación con las actividades que se esperan lograr desarrollar en el distrito de Barrancas. Se puede observar que la Educación es la que más aporte se espera que genere, entendiendo que el proceso de enseñanza/aprendizaje se realiza dentro y fuera de la escuela, el mismo está ligado a proceso comunicativos y a prácticas culturales, entendiendo que por cualquier medio de transmisión de conocimiento se puede educar (Castro et al 2007). Ciencias

Actividades

Construcción

Comunicación

Aplicación

Recursos

Protección

Económicos Arqueología

X

X

Sociología

X

Comunicación

X

Educación

X

Turismo

Recursos Culturales

X X

X X

X

X

X

X

Tabla n°1: Relación entre las ciencias y las actividades desarrolladas en Barrancas.

Significación de la experiencia para el equipo extensionista en su conjunto (en base a la experiencia 2013)



La participación de las escuelas y la comunidad en el marco del proyecto

Si bien no es novedoso porque hubo experiencias previas en donde se invitaba a escuelas a participar, la diferencia radica en que no se iba más lejos y el vínculo se desdibujaba. A partir del 2013 la colaboración de las escuelas, y en particular de la escuela Huarpes de las Barrancas, se profundiza y se visualiza una apropiación del proyecto al lograr que el mismo se fusione con el PEI que tiene la institución. Esto lo consideramos como un gran paso, ya que la atención y el conocimiento que de quienes participaban, es muy relevante. En base a lo anterior desde comienzos del 2014, se logra ser invitados a reuniones con implicancias de tipo distritales como la organización de la Expo barrancas y de reuniones de la mesa de gestión local de Barrancas. •

En cuanto a las actividades.

Las charlas temáticas (de arqueología, cerámica, turismo) fueron una experiencia compleja ya que incluía terminología muy específica. A nivel de trabajo de campo fue una buena práctica por el interés que se generó en los chicos, además adquirieron conocimiento y aprendieron a valorizar y respetar la cultura. Somos muy críticos del papel de la universidad y la sociedad, y este es una manera de iniciar otro camino, como construcción del conocimiento desde otro lugar, un lugar social, e implica que la universidad se comprometa con lo que corresponde y que en el proceso de construcción del conocimiento se puede aprender muchísimo de la gente, que a veces pensamos que no lo comprende o que no lo va a entender. Nos parece que es importante y el tema de trabajar con otras disciplinas es muy enriquecedor y muy constructivo, ello implica poder pensar una nueva forma de comenzar una línea de trabajo científicamente, socialmente y comunitariamente. •

Qué pensamos que les quedo a la comunidad, a los alumnos, a los docentes e Indirectamente a las familias. Otro punto importancia es la toma de conciencia por parte de los chicos, que los bienes

patrimoniales pueden tener otros usos más allá del conocimiento en sí, el problema reside en cómo hacerlo más palpable a la comunidad, ya que es un recurso educativo, científico pero también económico. Otro punto importante, en generar estos espacios de participación, radica en los impulsos que se logran dentro de los actores que participan, una vez que logran hallar ese espacio, lo adoptan como suyo. Esto es un poco a lo que apuntaba el proyecto, que a partir de la participación se disparan las identidades más locales, sientan que Barrancas es el patio de su casa, algo conocido, toma otro sentido de pertenencia porque es algo más que un pueblito, allí hay historia muy interesante. Hubo un antes y un después de comenzar el proyecto, esto estuvo marcado por la salida al campo, allí al ver el material arqueológico, se posicionaron en otro lugar, se emocionaron al encontrar un carbón, y que si lo hubiesen encontrado antes, no les hubiera significaba nada. Es acá donde se evidencia el proceso de enseñanza/aprendizaje, el tema es cómo esta mediación del lenguaje le permite otra mirada frente a un mismo material. Pero esto no sólo sucedió en lo chicos, sino en todos aquellos actores que participaron del proyecto y que no son arqueólogos. De ello se desprende a reconocer la importancia de la educación en sus distintas formas, que posibilita que los jóvenes y adultos desarrollen actitudes y aptitudes que a veces el sujeto mismo desconoce.

Consideraciones finales Las prácticas de extensión le aportan a las ciencias, como la arqueología y la sociología, una perspectiva diferente, funcionando como nexos entre las distintas partes de la sociedad y el ámbito científico. En el caso particular de la arqueología el hecho de que la comunidad participe en las prácticas de rescate genera nuevas instancias de conocimiento haciendo tangible el reconocimiento de “su pasado”, acercándolo a su historia y revalorizando su cultura e identidad, generando un proceso de apropiación cultural, que muchas veces por desconocimiento es negado, desvalorizado, descuidado u olvidado. A su vez se produce una retroalimentación hacia las ciencias, desestructura los prejuicios en torno al saber, visibilizando lo local como parte del proceso científico, ello genera nuevos replanteos y desafíos al interior de los equipos de investigación ampliando y mejorando la disciplina. Por otra parte el trabajo multidisciplinario favorece a que el proyecto de extensión se pueda abordar desde un marco holístico, permitiendo una reconstrucción integral del mismo. La Arqueología Pública “implica un compromiso de compartir saberes o hacerlos públicos. Esta mirada de la arqueología implica la participación comunitaria, reconociendo que lo comunitario excede lo territorial o geográfico y comprende también dimensiones asociadas a lo simbólico, a las representaciones que los individuos otorgan a los hechos y a los espacios que dejan de ser meramente territoriales. Vinculado a ello, si se comprendemos a la extensión universitaria como un proceso de sociabilización del conocimiento nuevo (ya sea científico, tecnológico, cultural, artístico, humanístico), que vincula críticamente el saber científico con los saberes populares, completamos la triada que da respuesta a la función social de la universidad. La presente experiencia da cuenta de las posibilidades reales de concretar esta función social y lo que ello ha implicado para la comunidad y para el equipo académico. El proyecto de extensión en general ha despertado nuevos intereses, curiosidades, ha generado un espacio de participación comunitaria genuino, del cual emergen inquietudes y cambios de actitudes, principalmente en los jóvenes que han participado en las actividades.

A partir de la participación en estos ámbitos vinculados al patrimonio, la historia y la cultura se fortalecen las identidades, lo conocido toma otro sentidos, otra relevancia y perspectiva, emerge el sentido de pertenencia porque, allí hay historia muy interesante. Vemos también que a partir de estos proyectos se activan actores institucionales un capital sinérgico que suele estar (aveces) invisibilizado. Al incorporar la escuela al proyecto a su estructura institucional y desde allí motorizar la o involucrar a otras instituciones de la red local, esto le da otra dimensión que excede al equipo y que también hasta excede a la institución, ello implica evaluar que le ha significado a la escuela en términos institucionales y sociales, más allá del conocimiento. Por último, las prácticas de extensión, le han permitido al equpio por un lado poder entender las limitaciones del lenguaje científico al momento de comunicarse con la comunidad. En los proyectos de extensión importa solo la transferencia de conocimiento o lo que importa es el vínculo con la comunidad. Las experiencias de extensión, de transferencia, de conocimiento científico a la comunidad, van dando una nueva entidad en la composición del equipo de investigación , presentando nuevos desafíos que no tienen que ver solo con el diseño del método científico, sino con el involucramiento del científico en la comunidad, de sus expectativas , construcciones colectivas y nuevos saberes que implican que ambos espacios , el científico y el comunitario , busquen reapropiarse culturalmente de un sentido, que a la vez “propio y ajeno”(Bourdieu 2013).

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