EL REAL CANAL DEL MANZANARES. EXCAVACIONES ARQUEOLÓGICAS DE LA CUARTA A LA QUINTA ESCLUSA

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Descripción

EL REAL CANAL DEL MANZANARES Excavaciones arqueológicas de la Cuarta a la Quinta Esclusa

Jorge Morín de Pablos (Ed. científico)

MArq Audema 2015 Serie Arqueología Moderna/Contemporánea

Este volumen de Memorias Arqueológicas AUDEMA ha sido publicado por:

MArq SER/AT © de la edición: Área Científica y de Divulgación. Departamento de Arqueología, Paleontología y Recursos Culturales AUDITORES DE ENERGÍA Y MEDIO AMBIENTE, S.A. © de los textos: los autores © de las fotografías y de los dibujos: Departamento de Arqueología, Paleontología y Recursos Culturales AUDITORES DE ENERGÍA Y MEDIO AMBIENTE, S.A. ISBN: 978-84-16450-09-1 Depósito Legal: M-37709-2015 Dirección de la Serie: Jorge Morín de Pablos Diseño y Maquetación: Esperanza de Coig-O´Donnell Diseño Gráfico de la Portada: Esperanza de Coig-O´Donnell Impreso en España - Printed in Spain Ninguna parte de este libro puede ser reproducida o transmitida en cualquier forma o por cualquier medio, electrónico o mecánico, incluido fotocopias, grabación o por cualquier sistema de almacenamiento de información sin el previo permiso escrito de los autores

EL REAL CANAL DEL MANZANARES Excavaciones arqueológicas de la Cuarta a la Quinta Esclusa

MArq Audema 2015 Serie Arqueología Moderna/Contemporánea

TIPO DE OBRA PROYECTO DE CONSTRUCCIÓN DE PLATAFORMA PARA EL INCREMENTO DE LÍNEAS DE ALTA VELOCIDAD ENTRE MADRID (ATOCHA) Y TORREJÓN DE VELASCO. TRAMO: C/ PEDRO BOSCH (MADRID) Y GETAFE LOCALIZACIÓN T. M. MADRID EMPRESA PROMOTORA

EMPRESA CONSTRUCTORA

CONSULTORÍA ARQUEOLÓGICA

INTERVENCIÓN ARQUEOLÓGICA Excavación arqueológica manual en el Complejo hidráulico de la Quinta Esclusa y gallipuente del Real Canal del Manzanares EQUIPO TÉCNICO

DIRECCIÓN ARQUEOLÓGICA: Jorge Morín de Pablos ESTUDIO MEDIO NATURAL: Carlos Fernández Calvo GEOLOGÍA Y GEOMORFOLOGÍA: Fernando Tapias Gómez DOCUMENTACIÓN: Maria Laura Cantallops Perelló TÉCNICOS ARQUEÓLOGOS DE CAMPO: Pablo Guerra García, Alma Maestre Rubio, Jose Manuel Curado, Jose Manuel Illán, Enrique Navarro y Mario López Recio DIBUJO ARQUEOLÓGICO: Enrique Navarro y Pablo Guerra LECTURA VERTICAL DE PARAMENTOS: Pablo Guerra RESTAURACIÓN: Agustina Velasco ESTUDIO DE MATERIALES: Jose Manuel Illán, Jose Manuel Curado y Pablo Guerra. ESTUDIO ARQUEOZOOLÓGICO: Jose Yravedra Sainz de los Terreros ESTUDIO MALACOLÓGICO: Carlos Fernández Calvo MADERAS: Ethel Allué TERMOLUMUNISCENCIA: Laboratorio de Datación y Radioquímica (UAM) DIBUJO DE MATERIALES: Jose Manuel Illán y Jose Manuel Curado ESTUDIO LÍTICO: Mario López Recio FOTOGRAMETRÍA: Francisco José López Fraile

EL REAL CANAL DEL MANZANARES Excavaciones arqueológicas de la Cuarta a la Quinta Esclusa

Jorge Morín de Pablos Maria Laura Cantallops Perelló Carlos Fernández Calvo Pablo Guerra García Jose Manuel Illán Illán Jose Manuel Curado Morales Fernando Tapias Gómez

MArq Audema 2015 Serie Arqueología Moderna/Contemporánea

ÍNDICE I. DESCRIPCIÓN DEL PROYECTO CONSTRUCTIVO

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II. EL MEDIO FÍSICO

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1. MARCO GEOGRÁFICO DE LA ZONA DE ESTUDIO 2. CONTEXTO GEOLÓGICO 3. CONTEXTO GEOMORFOLÓGICO 4. LA LLANURA ALUVIAL DEL MANZANARES EN LA ZONA DE ESTUDIO 5. FLORA Y VEGETACIÓN 6. FAUNA SILVESTRE

III. EVOLUCIÓN HISTÓRICA DEL CANAL DEL MANZANARES 1. ANTECEDENTES DEL PROYECTO HIDRÁULICO: UN CANAL DE NAVEGACIÓN 2. CARLOS III: ENTRE LA UTOPÍA Y LA REALIDAD 2.1. LAS GRANDES UTOPÍAS 2.2. CARLOS LEMAUR Y EL CUERPO DE INGENIEROS MILITARES 2.3. CARLOS III Y SU PROYECTO ILUSTRADO 3. EL TRAMO URBANO DEL MANZANARES 3.1. LOS PROYECTOS ARQUITECTÓNICOS DEL TRAMO URBANO 4. LA REFORMA DE 1825. EL DUQUE DE ALAGÓN 5. DE CANAL DE NAVEGACIÓN A CANAL DE RIEGO SS. XIX Y XX 5.1. EL MATADERO MUNICIPAL 5.2. LA RED DE DESAGÜES 6. DE LA CUARTA A LA QUINTA ESCLUSA 6.1. LA CUARTA ESCLUSA 6.2. LA QUINTA ESCLUSA 7. DECADENCIA DEL CANAL. LA IMPLANTACIÓN DEL FERROCARRIL 7.1. LA SOCIEDAD INDUSTRIAL DEL SIGLO XIX 7.2. LOS PRIMEROS FERROCARRILES 7.3. EL CANAL DE HIERRO 7.4. EL FERROCARRIL MADRID - ARANJUEZ 8. CONCLUSIONES GENERALES

IV. METODOLOGÍA DE LA INTERVENCIÓN

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V. LA INTERVENCIÓN ARQUEOLÓGICA. EL REAL CANAL DE MANZANARES. DE LA CUARTA A LA QUINTA ESCLUSA 1. LA CUARTA ESCLUSA: EL SECADERO DE CARTÓN 1.1. INTRODUCCIÓN HISTÓRICA 1.2. LA EXCAVACIÓN ARQUEOLÓGICA 1.3. LECTURA DE PARAMENTOS 1.4. ANEJO PLANIMÉTRICO 1.5. LA CULTURA MATERIAL 1.6. ANÁLISIS FOTOGRAFÍA AÉREA HISTÓRICA 1.7.CONCLUSIONES 1.8. FOTOGRAFÍA AÉREA 2. EL CANAL DEL MANZANARES. ENTRE LA 4ª Y LA 5ª ESCLUSA 2.1. INTRODUCCIÓN 2.2. LA EXCAVACIÓN DE UNA SECCIÓN DEL CANAL DE MANZANARES ENTRE LA CUARTA Y LA QUINTA ESCLUSA 2.3. ANALISIS GEOLÓGICO Y GEOMORFOLÓGICO 2.4. CONCLUSIONES 2.5. LOS TRABAJOS DE RESTAURACIÓN 2.6. LA CULTURA MATERIAL 2.7.ESTUDIO ARQUEOZOOLÓGICO 2.8. ESTUDIO MALACOLÓGICO 2.9. ANÁLISIS DE LAS MUESTRAS DE MADERA DE LAS ESTRUCTURAS 2.10.DATACIONES ABSOLUTAS 2.11.CONCLUSIONES DE LA ACTUACIÓN ARQUEOLÓGICA 2.12. DATACIONES CORRELATIVAS DE TL 2.13. FOTOGRAFÍA AÉREA 3. LA QUINTA ESCLUSA 3.1. LA EXCAVACIÓN ARQUEOLÓGICA 3.2. LECTURA DE PARAMENTOS: ESTUDIO DE TÉCNICAS Y MATERIALES CONSTRUCTIVOS HISTÓRICOS DE LA QUINTA ESCLUSA 3.3. LA CULTURA MATERIAL 3.4. ESTUDIO DE FAUNA 3.5. CARPOLOGÍA 3.6. MALACAFOFAUNA 3.7. FOTOGRAMETRÍA 3.8. FOTOGRAFÍA AÉREA

VI. BIBLIOGRAFÍA

205 211 211 220 232 242 246 258 261 266 271 271 275 306 315 317 323 335 344 350 353 355 363 364 369 371 395 460 508 512 514 516 523 525

I. DESCRIPCIÓN DEL PROYECTO CONSTRUCTIVO El presente proyecto contempla la implantación de una nueva doble vía para la salida de la Línea de Alta Velocidad a Levante en el tramo comprendido entre la calle Pedro Bosch, a la salida de la estación Puerta de Atocha, hasta el Término Municipal de Getafe. El trazado del presente tramo, Pedro Bosch-Getafe, discurre por el corredor ferroviario existente por el que circulan las Líneas de Alta Velocidad Madrid-Sevilla y Madrid- Zaragoza-Barcelona. Este tramo presenta dos zonas claramente diferenciadas: una primera en la que la nueva línea discurre sobre plataforma existente, y una segunda donde se diseña una nueva plataforma para la Línea de Alta Velocidad, situada junto a las vías existentes de la línea Madrid-Sevilla. En la primera parte del proyecto, en la que se discurre sobre plataforma existente, se distinguen nuevamente dos tramos: t%FTEFFMPSJHFOEFMQSPZFDUP 1, IBTUBFM1,  MBOVFWBMÓOFBEJTDVSSFQPS la plataforma de la línea C4 de Cercanías. En este tramo, será necesario analizar la plataforma existente para validar su uso para la nueva Línea de Alta Velocidad. t%FTEFFM1, IBTUBFM1,  FMUSB[BEPPDVQBMBQMBUBGPSNBQSFWJTUBFOFM1SPyecto de Pinzamiento de las Líneas C3 y C4 de Cercanías, proyecto en el que se reserva una plataforma apta para la implantación de la nueva Línea de Alta Velocidad, y cuya obra ya se ha terminado. "TÓQVFT FOUPEBFTUBQSJNFSBQBSUFEFMUSBNPPCKFUPEFM1SPZFDUP 1, B1, 

 el trazado discurre por plataforma existente, sin necesidad de ocupación de nuevos terrenos. &OMBTFHVOEBQBSUFEFMUSBNP EFTEFFM1,  QSØYJNPBMB&TUBDJØOEF$POUFOFEPSFT EFM"CSP×JHBM IBTUBFMöOBMEFM1SPZFDUP 1,   FMUSB[BEPEJTDVSSFQPSFMDPSSFEPS ferroviario definido por las dos Líneas de Alta Velocidad, Madrid-Sevilla y Madrid-Zaragoza-

El Real Canal del Manzanares: excavaciones arqueológicas de la Cuarta a la Quinta Esclusa

Barcelona, situándose en una plataforma independiente junto a la Línea Madrid-Sevilla por el oeste de la misma. &TUBTFHVOEBQBSUFEFMUSBNPTFJOJDJBDPOFM7JBEVDUPEF"CSP×JHBM EFN FOUSFMPT1,  Z  DPOFMRVFTFDSV[BTPCSFMBTWÓBTEFVOJØOEFMBTFTUBDJPOFTEF"CSP×JHBM y Santa Catalina.

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Descripción del proyecto constructivo

A continuación, el trazado sigue paralelo a la línea C4, situándose entre ésta y la calle Embajadores, hasta superar la glorieta de cruce de la calle Embajadores bajo la autovía A-4. Además de proyectarse un muro por la margen derecha de la LAV para minimizar la invasión la calle con el movimiento de tierras, es necesario desplazar la calle Embajadores hacia el oeste, así como remodelar la glorieta bajo la A-4. A partir de la glorieta, el trazado de la nueva plataforma continúa entre la línea C4 y la autovía "ZFOUSFFM1, Z TFSFBMJ[BSÈFMWJBEVDUPEF4BOUB$BUBMJOB RVFTFTJUÞBFO planta paralelo a la A-4, y con el que se cruza sobre las vías de cercanías C3 y C4 y sobre la vía de contorno Sta. Catalina-Vallecas. Tras el viaducto, la LAV se sitúa al oeste de la vía de contorno Sta. Catalina-Vallecas, hasta llegar a la altura de la M-40. El cruce de la M-40 se realiza en el nudo supersur mediante un viaducUPTJUVBEPBMPFTUFEFMWJBEVDUPEFMBWÓBEFDPOUPSOPEFNEFMPOHJUVE 1, B    A partir de este punto, el trazado continúa paralelo a la Línea de Alta Velocidad Madrid-Sevilla, DSV[BOEPTPCSFFMBMJWJBEFSPEFM&TUBORVFEF5PSNFOUBTEFM"CSP×JHBM 1, 

BDUVBMmente en construcción. En esta recta se produce también el cruce del Canal del Manzanares en dos ocasiones y se produce la afección a un paso superior existente de acceso a las instalaciones de mantenimiento de Adif y a la EDAR de la Gavia. Nada más sobrepasar el paso superior, el trazado discurre junto a la subestación de tracción eléctrica de Villaverde, que alimenta a las dos líneas de alta velocidad existentes. 1PSÞMUJNP BMöOBMEFFTUBSFDUBTFDSV[BCBKPMB. 1, 

BQSPWFDIBOEPQBSBFMMP uno de los vanos disponibles de la estructura, el más próximo al cruce de la línea MadridSevilla, y teniendo en cuenta para ello que también tendrán que cruzar bajo la estructura los citados ramales de conexión con la línea Madrid-Barcelona. Después del cruce bajo la M-45, el trazado gira a derechas con una curva de radio 12.000, con la que la nueva LAV se aproxima a la línea Madrid-Sevilla, enlazando con otra curva a derechas EFSBEJP NBOUFOJÏOEPTFKVOUPBFTUBMÓOFBIBTUBFMöOBMEFMUSBNP FOFM1,   nada mas entrar en el Término Municipal de Getafe, antes del cruce con el río Manzanares.

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II. EL MEDIO FÍSICO Este apartado se incluye el estudio de las características fisiográficas, geológicas y bióticas del medio donde se encuadra la zona de estudio, así como de las particularidades más concretas del entorno inmediato donde se encuentra.

1. MARCO GEOGRÁFICO DE LA ZONA DE ESTUDIO La zona del presente estudio abarca el tramo comprendido entre la Cuarta y la Quinta Esclusa del antiguo Real Canal del Manzanares. Administrativamente esta franja se localiza próxima al núcleo urbano de Madrid en su límite meridional, dentro del distrito Villa de Vallecas, entre la zona SO de Mercamadrid y la M-45, en la margen izquierda del río Manzanares. Los elementos geográficos más destacados en este área son el propio río Manzanares y el arroyo de La Gavia, de tal modo que las zonas de excavación del Secadero de Cartón (Cuarta Esclusa) y la del Canal del Manzanares (dentro de la excavación del aliviadero del Estanque de Tormentas) se encuentran respectivamente a 1 y 0,6 km aguas arriba de la desembocadura del antiguo arroyo de La Gavia, en cambio la zona de excavación de la Quinta Esclusa se sitúa a menos de 200 m al sur de la confluencia de dicho arroyo sobre la llanura aluvial del Manzanares (ver figura 1). Las tres zonas estudiadas se encuadran en la margen izquierda del río, dentro de su llanura aluvial a la altura del tramo inicial del curso bajo o inferior del Manzanares. Los elementos y estructuras documentadas en estas excavaciones arqueológicas, pertenecen al antiguo Real Canal del Manzanares. Este canal quiso dar salida navegable a Madrid a través del valle del Manzanares pasando por la confluencia con el Jarama donde la navegación se hacía por el mismo río hasta llegar a Aranjuez, aunque hubo proyectos de carácter más irreal que pretendieron alargar este canal hasta el mar, lo cual nunca pudo ejecutarse. Esta obra hidráulica empezó a realizarse por tramos a finales del siglo XVIII y a comienzos del siglo XIX se terminó, siendo operativa hasta Aranjuez durante pocos años.

El Real Canal del Manzanares: excavaciones arqueológicas de la Cuarta a la Quinta Esclusa

Figura 1: Situación geográfica de zona de estudio dentro de la Comunidad de Madrid y localización de las tres excavaciones arqueológicas realizadas al sur del municipio de Madrid.

Antes de estudiar con más detalle las características fisiográficas de la parte del valle donde se localizan las tres excavaciones arqueológicas, es necesario conocer el contexto hidrogeográfico general del río donde se enclavan dichas zonas. El río Manzanares se localiza en la zona centro-meridional de la Península Ibérica, discurriendo entre el Sistema Central y la Submeseta Sur. Se trata de un río de carácter secundario y media energía, afluente del río Jarama el cual desagua, a la altura de Aranjuez, sobre el río Tajo a cuya cuenca hidrográfica pertenece en su parte nororiental.

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El medio físico

El Manzanares tiene una longitud de unos 92 km y un caudal medio circulante es de 10-15 m³/s, discurriendo enteramente por la Comunidad de Madrid. Nace en la Sierra de Guadarrama, al pie de la vertiente sur de Cuerda Larga en torno al Alto de las Guarramillas próximo a Bola del Mundo (2.258 m), concretamente en un paraje situado a 2010 m de altitud y denominado el Ventisquero de la Condesa (ver figura 2). Su curso alto incluye por un lado los afluentes de cabecera que llegan al Embalse de Manzanares el Real o de Santillana (900 m) y en segundo lugar el resto del recorrido que continua haciendo con orientación N-S por las zonas graníticas (como el término de Colmenar Viejo) de la Presierra o también conocidas como Rampa de la Sierra, así hasta llegar al las inmediaciones del Monte de El Pardo. El tramo medio comienza al llegar al entorno del Monte de El Pardo y de su embalse, coincidiendo con un cambio orográfico y litológico de los materiales sobre los que circula el río, pasando a arenas arcósicas de distinto tamaño pertenecientes a la Cuenca de Madrid. El Manzanares continúa su curso por estos nuevos materiales con orientación NNO-SSE pasando por el pueblo de El Pardo, después cerca del Hipódromo de La Zarzuela y tras pasar por el Puente de los Franceses entra en el tramo urbano y canalizado de la ciudad de Madrid, donde toma dirección NO-SE. El curso bajo o inferior del río comienza tras abandonar el tramo urbano donde antaño desembocaba el antiguo arroyo Abroñigal y hoy se localiza el Nudo Sur de la M-30. La orientación NOSE se mantiene al pasar por la confluencia con el antiguo arroyo de la Gavia, donde se localiza la zona del presente estudio, variando al llegar a la unión con el arroyo Butarque ya en el municipio de Getafe. El comienzo del valle inferior del Manzanares coincide también con un cambio litológico sustancial de los materiales del sustrato geológico sobre los que circula el río, en este tramo van a estar constituidos por intercalaciones de yesos tableados y nodulares entre arcillas (lutitas) en su tramo inicial y por yesos preferentemente masivos hasta su desembocadura. Este cambio litológico junto a factores estructurales (tectónicos y colapsos kársticos del sustrato yesífero) parecen ser los responsables del cambio de dirección de su curso hacia el E tras unirse por la margen derecha el arroyo de Butarque, tomando incluso dirección NE hasta salir al valle del Jarama donde forma un recodo hacia el S bordeando las estribaciones nororientales del alto de la Marañosa discurriendo paralelo al Jarama unos 2 km hasta unirse en las inmediaciones de la Presa del Rey ya en el municipio de Rivas-Vaciamadrid. Una característica fisiográfica de parte del curso medio e inferior del río, es la disimetría del valle ya que en su vertiente izquierda aparecen laderas de mayor pendiente y cortados, mientras que en la vertiente derecha se observan laderas más tendidas y escalonadas por los niveles de terrazas fluviales que ha ido dejando río durante el Cuaternario en las distintas fases de encajamiento y agradación.

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Figura 2: Contexto hidrogeográfico de la zona de estudio dentro de la Cuenca Hidrográfica del río Manzanares.

A lo largo del tramo inferior, el río presenta una mayor sinuosidad en su cauce ya que mantiene todavía cierto régimen natural aunque muy restringido por su caudal, ya que las sucesivas obras hidráulicas realizadas aguas arriba, como los embalses de Santillana y El Pardo o la canalización de su cauce en el tramo urbano, además de la extracción de áridos en todo su curso, han modificado dicho régimen. El clima que caracteriza la cuenca del Manzanares es un clima mediterráneo continentalizado, más templado en su cuenca alta y más seco aguas abajo. La temperatura media en invierno es de 5ºC y la verano es de 24ºC. La variabilidad de las precipitaciones está relacionada con la morfología del terreno de tal forma que en los terrenos altos del noroeste por encima de los 700-800 m de altitud (rampa), las precipitaciones medias anuales varían entre 500 y 700 mm. En las zonas con cotas inferiores o próximas a los 700-800 m, con relieves más suaves y ya pertenecientes a la Depresión o Cuenca de Madrid las precipitaciones medias anuales oscilan entre 400 y 600 mm (IGME, 1993).

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El medio físico

Esto confiere en general unas características climatológicas e hidrológicas no muy idóneas para la construcción de obras hidráulicas como la del propio Real Canal del Manzanares, sobre todo con la tecnología disponible a finales del s. XVIII y principios del s. XIX que fue cuando se construyó y se mantuvo más operativo dicho canal.

Figura 3: Marco geológico general para la zona de estudio. - A: Situación de la Cuenca o Fosa del Tajo dentro de la Península Ibérica. - B: Cuenca de Madrid dentro de la Cuenca del Tajo. Modificado de Pérez-González (1994). - C: Geología general de la Cuenca de Madrid, con la ubicación de la zona de estudio dentro también de la propia Comunidad de Madrid (2011)

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2. CONTEXTO GEOLÓGICO Desde el punto de vista geológico el área de estudio, se sitúa al noroeste de la Submeseta sur peninsular, dentro del área de la Depresión o Cuenca del Tajo, más concretamente en una de sus subcuencas mayores, la denominada Cuenca de Madrid. El curso del río Manzanares discurre entre la vertiente suroriental del Sistema Central y la parte centro-nororiental de la propia cuenca, donde ya se ha citado anteriormente que se localiza la zona de estudio. Esta cuenca y sus sedimentos, están delimitados y condicionados por los relieves y el contexto geológico regional que les rodea. Por un lado, hacia el noroeste se encuentra próximo el Sistema Central, que junto con los Montes de Toledo al suroeste constituyen el Zócalo o Macizo hercínico, formado por granitos, gneises y pizarras de edad paleozóica y precámbrica. En segundo lugar, están los macizos mesozoicos que conforman la Cadena Ibérica y la Sierra de Altomira desde el noreste hasta el sureste, compuestos en su mayoría por materiales calcomargosos y terrígenos característicos de ambientes marinos, de los cuales también existen unos pequeños afloramientos junto con sedimentos continentales del Eoceno en Torrelaguna y el Valle de Lozoya, en la zona de la Sierra de Madrid, donde aparecen plegados, pero también se han podido documentar en el fondo de la cuenca sobre el zócalo hercínico (ver figura 3). Los materiales geológicos que se pueden encontrar a lo largo del curso del Manzanares, quedan enmarcados dentro de los que constituyen la propia Cuenca de Madrid. En esta cuenca o depresión rodeada por sistemas montañosos son mayoritarios los afloramientos de materiales terciarios, ya que sobre ellos actúan en el cuaternario varios procesos erosivos y deposicionales que originan la morfología del relieve actual, así como la localización de los sedimentos asociados a la red de drenaje. Esta cuenca junto con la Depresión Intermedia de la Cuenca de Loranca al este, conforman el conjunto sedimentario continental que rellena mayoritariamente la Fosa del Tajo, la cuál representa una cuenca continental cerrada, cuyos depósitos de relleno son mayoritariamente terciarios. Estratigráficamente el relleno de dicha cuenca, incluye dos series sedimentarias distintas: Serie Inferior, con unidades plegadas y atribuidas comúnmente al Paleógeno (Eoceno y Oligoceno), y Serie Superior Tabular (o plegada localmente en los bordes) atribuida al Neógeno (Mioceno y Plioceno). La zona de estudio se encuentra sobre los materiales geológicos correspondientes a las facies centrales lacustres evaporíticas pertenecientes a la Unidad inferior miocena que se desarrollaron en el centro de una cuenca endorreica rodeada por sistemas montañosos a cuyo pie se originaban sistemas de abanicos aluviales coalescentes que se dirigían al centro de la cuenca generando facies de borde o detríticas con bloques y arenas arcósicas, facies intermedias o de margen lacustre compuestas por arcillas y facies centrales lacustres de composición evaporítica como corresponde al clima árido de esta época del mioceno inferior. El estudio geológico en excavaciones arqueológicas es algo frecuente, ya que aporta información de gran importancia para la investigación arqueológica como, por ejemplo, datos

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El medio físico

respecto a la cronología de un hallazgo, el contexto paleoambiental, relaciones entre diferentes sedimentos, etc. En el caso de las zonas de excavación del Real Canal del Manzanares documentadas en este estudio, la información que aporta la interpretación geológica ha sido de otro tipo, pero sin lugar a dudas fundamental para la interpretación y resultados de los hallazgos excavados. Las excavaciones han sacado a la luz una obra de ingeniería: una canalización de agua que aparece documentada en la cartografía de Madrid del siglo XVIII-XIX, y que actualmente se halla parcialmente o totalmente cubierta de suelo y rellena de sedimentos. La caracterización de materiales ha servido en este caso para discriminar materiales antrópicos usados para su construcción, así como para diferenciar los depósitos naturales, y distinguir entre el sustrato geológico sobre los que se realizó la obra, y los depósitos que el propio canal depositó durante su funcionamiento y su posterior abandono. Así mismo es posible realizar una interpretación evolutiva de la historia del canal en base a los depósitos sedimentarios que dejó en su lecho hasta su completa colmatación.

3. CONTEXTO GEOMORFOLÓGICO La morfología del terreno que caracteriza el entorno de la zona de estudio fue generándose a partir de la continua incisión de la red de drenaje cuaternaria sobre las planicies de la denominada “Superficie de Madrid” (Riba, 1957) o “Rampa areno-feldespática de Madrid” (Vaudour, 1979) desarrolladas sobre las arenas arcósicas miocenas del Aragoniense superior (unidad 11 del MAGNA). Estas formas de erosión son coetáneas en su génesis con las primeras terrazas del sistema Jarama-Henares, por lo tanto, son posteriores a la Raña y de edad Pleistoceno inferior antiguo (Pérez-González, 1994). Los retazos de estas superficies de arrasamiento, tras la continuada incisión de los principales cursos fluviales, constituyen en la actualidad gran parte de las líneas divisorias entre las cuencas hidrográficas de los ríos como la existente entre el Manzanares y el Jarama a más de 6 km hacia el NE. Dicha superficie está compuesta por dos niveles, uno más alto (S1) en Fuencarral y norte de Ciudad Lineal (Pinar del Rey) y otro (S2) que conecta la zona norte de La Castellana, con Bravo Murillo y Príncipe de Vergara, quedando otro fragmento disectado por el arroyo Abroñigal a lo largo del distrito de Ciudad Lineal y San Blas siendo este nivel el que funciona realmente en la zona como divisoria de aguas entre las cuencas del Manzanares al O y del Jarama al E. Algunos retazos de esta superficie divisoria junto con el Cerro Almodóvar (726 m) quedarían situados a unos 6 km al NE de la zona de estudio, funcionando además como cabecera de los antiguos arroyos de La Gavia y de los Migueles. La zona de estudio se encuentra en la llanura aluvial del Manzanares, si bien se encuentra muy influenciada por el aporte de sedimentos del arroyo de la Gavia cuya desembocadura en la margen izquierda del Manzanares se localiza cercana a la Quinta esclusa y a la excavación del canal que se hizo durante la obra del aliviadero del Estanque de Tormentas. Este arroyo tenía unos 6 km de longitud antes de ser condicionado su cauce para la construcción de la estación depuradora de su mismo nombre. Es muy posible que antes del asentamiento de la Villa de Vallecas, este arroyo conectase hacia el norte aguas

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Figura 4. Mapa geológico-geomorfológico del entorno de la zona de estudio, tomado y modificado de la Hoja 559 (Madrid) del Mapa Geológico de España, escala 1:50.000 del (IGME, 1989).

arriba con el de Fuente Carrantona, el cual atravesaba arenas arcósicas miocenas, sumando otros 4 km más de longitud. El arroyo de la Gavia recorre en su cabecera arcillas miocenas que fueron modeladas previamente a modo plataforma de interfluvio asociada a un segundo nivel de arrasamiento posterior a la Superficie de Madrid y correlacionable con las balconadas loca-

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lizadas en el Cero Negro (en el barrio de La Viña), o la plataforma donde se sitúa Mercamadrid. Estas pequeñas planicies-mesas se localizan en el tramo final del curso medio y en el inicio del curso inferior de la vertiente izquierda del Manzanares y posiblemente quedaron “fosilizadas” por los retazos de los derrames o glacis que llegaron hasta aquí, homólogos a los que se documentaron en el Cerro de la Solana (Parque Tierno Galván) y que posiblemente conectaran con el conocido glacis de Retiro. Estos depósitos de glacis llegaron a tener una gran extensión y parecen ser más antiguos que el inicio de la fase de encajamiento de la red fluvial que comenzó en el Pleistoceno inferior y que generó a posteriori el sistema de terrazas y la llanura aluvial del río. Hay que considerar que los glacis o derrames se forman tras cada fase de encajamiento que deja una terraza colgada, por tanto estos depósitos van a tener distinta edad de formación en función de los niveles de terraza que han enterrado. (ver figura 4). Hacia el final del Pleistoceno inferior, como se ha citado anteriormente, parece iniciarse en la cuenca del Manzanares un mayor encajamiento de su red de drenaje originándose un nuevo escalonamiento que da como resultado la formación de las propias mesas o cerros como los citados de la zona de Entrevías o en la actual localización de Mercamadrid. Se erosionan gran parte de las arcillas marrones y verdegrisáceas miocenas Unidad 6) y de los depósitos de glacis que las tapaban. Estas pequeñas colinas se generaron en parte por la capa de glacis que las tapaba y sobre todo por la erosión diferencial relacionada con la presencia de algún nivel de mayor dureza próximo o coincidente con la cima de estas elevaciones, correspondiendo generalmente a capas de carbonato (“cayuela”) ocasionalmente silicificadas. Al noroeste de la zona de estudio, se localizan este tipo de balconadas en la vertiente izquierda del Manzanares. Otra característica del encajamiento de la red fluvial, es la disimetría que presentan los perfiles transversales de los valles, constituidos por largas vertientes en sus márgenes derechas, estructuradas en glacis y terrazas (al Oeste) y más pronunciadas y cortas en sus márgenes izquierdas (hacia el Este) (Goy, Pérez-González y Zazo 1989), con glacis y coluviones. Este aspecto se puede constatar a lo largo del curso del río Manzanares. De este modo el modelo de construcción de los valles cuaternarios y en concreto el del Manzanares, puede estar controlado por varios factores. Por un lado las fluctuaciones climáticas (ciclos glacial-interglacial) solo en lo referente a disponibilidad de aportes hídricos y flujo de sedimento desde las cabeceras (Silva, 2003), ya que en la actualidad no se dispone de un modelo preciso de influencia de esa alternancia climática en la construcción de los valles fluviales (Pérez-González, 1994). Por otro lado, el elevado número de terrazas y la disimetría de los valles pueden ser debidos a factores tectónicos de levantamientos isostáticos y ajustes de bloques. Y finalmente los cambios de geometría en las secciones transversales inferiores de los valles tienen su origen, principalmente, en los controles litológicos-estructurales de las facies yesíferas y salinas que afloran al este y sureste de Madrid (Pérez-González, 1971), estos tramos de los ríos pueden estar sujetos a procesos de hundimiento, cuando drenan la facies evaporíticas centrales de la cuenca de Madrid. Estos procesos de subsidencia sinsedimentaria relacionados con el posible karst subyacente determinan el engrosamiento de las terrazas, la inversión de

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El Real Canal del Manzanares: excavaciones arqueológicas de la Cuarta a la Quinta Esclusa

Figura 5: Corte geológico general del entorno de la zona de estudio entre la desembocadura del arroyo de a Gavia y la entrada en la llanura aluvial del Manzanares del arroyo Butarque que transitará subparalelo unos 3 km antes de desembocar en el Manzanares. En el corte se ha representado la posición relativa de las excavaciones realizadas en el Real Canal del Manzanares.

las mismas, así como las fracturaciones y deformaciones de relativo radio, que caracterizan a las llamadas terrazas solapadas o complejas localizadas en el valle inferior del río desde Villaverde. La zona de estudio se localiza dentro de la llanura aluvial del Manzanares en el tramo de arranque de este tipo de solapamiento, ya que según los sondeos la potencia de sedimentos en la llanura aluvial ¡hasta llegar al sustrato yesífero no es muy grander (unos 7 m) pero a poca distancia aguas abajo principalmente desde la confluencia con el arroyo Butarque, se inicia el viraje del sentido de la corriente hacia el este y el engrosamiento mayor de la llanura aluvial, DPOOJWFMFTEFUFSSB[BRVFEFCFSÓBOFTUBSBVOBBMUVSBSFMBUJWBEF NZRVFIBORVFEBEP enterrados en el fondo de la llanura en contacto con el sustrato yesífero. Todas estas particularidades de los depósitos fluviales han sido observadas y documentadas históricamente por varios autores hasta la actualidad, lo cual lleva a hacer una descripción más detallada de los distintos niveles de las terrazas del Manzanares. A lo largo del valle del río Manzanares se han ido depositando varios niveles de terrazas a medida que el propio río se iba encajando. Estos depósitos han sido estudiados por numerosos autores, desde mediados del siglo XIX (Graells 1847, Prado 1851 y 1864, Verneuil y Lartet 1863, Obermaier 1925, Pérez Barradas 1926 y 1936, Hernández-Pacheco 1927, Royo Gómez y Menéndez Puget 1929, Riba 1957, Vaudour 1969-1979) hasta épocas más recientes Pérez-González 1980 y 1994, Goy et al. 1989 y Silva 1989 y 2003), debido a los continuos descubrimientos arqueológicos (paleolíticos) y paleontológicos, siendo numerosos los artículos publicados, pero no tantos los que han aportado datos fundamentales para la Geología de Madrid (Royo y Gómez 1929; en Pérez-González, 1994). Se han llegado a identificar hasta 13 niveles de terraza incluyendo la llanura aluvial, pero esta secuencia no aparece completa en ninguna sección transversal al Valle del Manzanares. Composicionalmente las terrazas suelen estar formadas por distintos niveles de secuencias de gravas, arenas cuarzofeldespáticas con laminaciones cruzadas planares y de surco, además de limos y arcillas que forman parte de las facies de llanura de inundación, generándose también procesos edáficos. Las gravas suelen ser más frecuentes en el curso medio que en el inferior, por el contrario los cantos de sílex y los cantos blandos de arcilla y sepiolita terciarias son más frecuentes en su curso inferior. A continuación se presenta la secuencia general sintetizada en

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los correspondientes niveles con alturas relativas respecto al cauce actual, agrupándose según la edad y los yacimientos arqueopaleontológicos asociados a ellos: t

Pertenecen al Pleistoceno inferior final MBTUFSSB[BTTJUVBEBTB NZ NFO el Cerro Garabitas – Casa de Campo, aunque donde se han encontrado restos de fauna es en los yacimientos de la Depresión de Prados-Guatén con Mammuthus meridionalis y en el Pontón de la Oliva con Equus stenonis y Hippopotamus sp. respectivamente. La fauna de estos yacimientos indica un clima relativamente cálido aunque más templado y húmedo que en el Plioceno.

t

Dentro del Pleistoceno medio TF JODMVZFO MBT UFSSB[BT EF N 5FMFGÏSJDP

 N  N  N  NZ N&OWBSJPTEFFTUPTOJWFMFTTFIBO encontrado yacimientos arqueopaleontológicos como los de Áridos, San Isidro, Los Rosales, Arriaga y Transfesa atribuido al Pleistoceno medio final. La asociación faunística característica de los yacimientos de esta época, se compone de Elephas (Palaeoloxodon) antiquus, Bos primigenius, Dicerorhinus mercki, D. Hemitoechus y Cervus elaphus, así como los micromamíferos Allocricetus bursae y Microtus brecciensis, indican un clima relativamente templado y algo más húmedo que el actual. En estos yacimientos, también se han hallado numerosos restos de industria lítica del Paleolítico inferior, correspondiendo a ocupaciones achelenses. La fauna de los yacimientos de Arriaga y Transfesa supone el tránsito entre el Pleistoceno medio y el superior.

t

Al Pleistoceno superior QFSUFOFDFO MBT UFSSB[BT EF N 5FSSB[B DPNQMFKB EFM #VUBSRVF

 NZ N FODPOUSÈOEPTFUBNCJÏOWBSJPTZBDJNJFOUPTDPNPMPTEF Adrián Rosa y La Gavia. La asociación faunística característica de esta época se compone de Coelodonta antiquitatis, Bison priscus, Megaceros giganteus y Mammuthus primigenius, mamíferos adaptados a condiciones climáticas relativamente más frías que en el Pleistoceno medio o la actualidad. También se han hallado históricamente varios restos de industria lítica correspondientes al tránsito entre el Paleolítico inferior y el medio, documentándose numerosas piezas de tradición achelense y musteriense. A FTUPTOJWFMFTTFQVFEFODPSSFMBDJPOBSMBTUFSSB[BTVCJDBEBTFOFMBSSPZP"CSP×JHBM  NBMPMBSHPEFMDVSTPJOGFSJPSEFMBSSPZPZ NMPDBMJ[BEBQPSFODJNBEFMBSSPZP Valluncoso). La zona de estudio se encuentra en una pequeña plataforma alargada generada al pie de las mesas o balconadas como la de Cerro Negro y asociada al aterra[BNJFOUPEFVOOJWFMEFUFSSB[BEF NEFM1MFJTUPDFOPTVQFSJPSZEFMBDVBMFYJTUFO algunos retazos cartografiados (unidad 27 de la hoja geológica 559).

Durante las fases frías del Pleistoceno las masas de hielo no ocuparon toda la Península pero si se instalaron en las zonas con una altitud media-alta como puede ser el Sistema Central, donde todavía se pueden observar las huellas de esa actividad glaciar en el modelado del relieve. La edad atribuida a las terrazas es relativa y está basada en criterios de correlación altimétricos y edáficos, en función de los restos faunísticos y líticos descritos en la literatura científica, Silva

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(1988), Goy et al. (1989) y Pérez-González (1994). Esta secuencia de terrazas, no está completa en ninguna sección transversal en el Valle del Manzanares y los perfiles de interés (Pérez Gon[ÈMF[ 

DBTJTJFNQSFFTUÈOFOMBWFSUJFOUFEFSFDIB TPOMPTEF-B;BS[VFMB UFSSB[BTB N  N  N  N  N  N Z N ZBMHVOPT,N NÈTBMTVS FM EFMB$BTBEF$BNQP DPOUFSSB[BTB N  N  N  N  N   N  N N-BTUFSSB[BTEF N  N  N Z NQBSFDFO estar bien representadas entre el Arroyo de los Meaques y la Depuradora de Butarque. Dentro del Holoceno se encuentran los niveles casi actuales del relleno del fondo de valle y los EFQØTJUPTBMHPNÈTBOUJHVPTDPSSFTQPOEJFOUFTBMBMMBOVSBBMVWJBM  Z N

MPTDVBMFT son el resultado de las distintas fases de avenida, de migración de su cauce y de estrangulamientos de los brazos de meandro, a lo ancho de esta área de influencia del río. Estos depósitos de la llanura aluvial, presentan una topografía totalmente plana, constituyendo el nivel más bajo de sedimentos dejados por el río. Una de las características fundamentales de la llanura aluvial, es su capacidad de inundación en épocas de crecida, generando secuencias de inundación con arenas gruesas en la base y limos arcillosos al techo de la secuencia como resultado de la decantación de finos en la llanura inundada, lo cual tiene una gran importancia para los ciclos naturales de producción agrícola, cuya actividad existió en los márgenes del río hasta la progresiva ocupación urbanística efectuada durante el siglo XX.

4. LA LLANURA ALUVIAL DEL MANZANARES EN LA ZONA DE ESTUDIO Como se ha comentado con anterioridad las tres zonas de excavación del Real Canal se sitúan en la llanura aluvial del Manzanares dentro del tramo inicial de su curso inferior, localizándose en la margen izquierda de la llanura. Por tanto el trazado de la esta antigua obra lineal hidráulica queda limitado entre el propio río a su derecha y los farallones arcillosos y yesíferos a su izquierda, con la consiguiente formación de coluviones por caídas de bloques y otros movimientos en masa formados al pie del talud, así como la entrada de arroyos de distinta entidad que erosionan estos barrancos y forman abanicos aluviales en la desembocadura con el río, como son el antiguo arroyo Abroñigal, el arroyo del camino de Villaverde y el propio arroyo de la Gavia. Las avenidas que han afectado a los cauces de estos arroyos a lo largo de la historia es un factor a considerar ante el cegamiento o enterramiento debido a procesos naturales que ha podido sufrir el canal, ya que lo más inmediato es pensar en el enterramiento ocasionado por avenidas del propio Manzanares. En concreto en la zona de la Quinta Esclusa, ésta estructura se construyó sobre los depósitos distales situados al sur de la desembocadura del arroyo de la Gavia, con lo cual parece haber estado doblemente expuesta a las avenidas del arroyo y del río. La anchura de la llanura aluvial en este tramo es de unos 400 m, abriéndose hasta 500 m aguas abajo desde la confluencia del arroyo Butarque, cuando el sentido del cauce gira hacia el este. Para conocer mejor la influencia de la dinámica fluvial de la llanura aluvial del Manzanares sobre la estructura hidráulica, es necesario conocer datos históricos sobre avenidas, evolución del

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cauce teniendo en cuenta la migración de su cauce, la sinuosidad y el estrangulamiento de sus meandros. Este estudio ha quedado reflejado recientemente en la tesis doctoral de D. Uribelarrea (2008), donde entre otros datos, realizó la diferenciación de cuatro ciclos de estrangulamiento y migración en los ríos Jarama y Tajo desde 1580, siendo extrapolables a los sufridos por el propio Manzanares, además fueron contrastados con los registros de inundaciones históricas en Aranjuez (ver figura 6, tomada del mismo autor). - Ciclo 1a entre 1580 y 1735 periodo de migración de canales o estabilidad. - Ciclo 1b entre 1735 y 1775 periodo de estrangulamiento o inestabilidad. - Ciclo 2a entre 1775 y 1816 periodo de migración de canales o estabilidad. - Ciclo 2b entre 1816 y 1877 periodo de estrangulamiento o inestabilidad. - Ciclo 3a entre 1877 y 1945 periodo de migración de canales o estabilidad. - Ciclo 3b entre 1945 y 1956 periodo de estrangulamiento o inestabilidad. - Ciclo 4a entre 1956 y 1972 periodo de migración de canales o estabilidad. - Ciclo 4b entre 1972 y 2000 periodo de estrangulamiento o inestabilidad.

Figura 6: Ciclos de estrangulamiento y migración en los ríos Jarama y Tajo (se hace extrapolable al Manzanares). Comparación de procesos hidroclimatológicos y ajustes geomorfológicos. De arriba abajo, secuencia de estrangulamientos; capacidad de los embalses que afectan a los ríos; registro histórico de inundaciones; número de arcos de meandro activo y longitud total de los cauces. En este diagrama se ha representado el periodo operativo del Real Canal, así como el periodo de reparaciones y su posterior abandono. Tomado de Uribelarrea (2008).

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“En líneas generales el inicio de cada periodo de estrangulamientos coincide con un aumento en la magnitud y frecuencia de inundaciones. Sin embargo, después de un periodo de estrangulamiento los eventos de inundación sólo provocan la migración lateral de los meandros”, de tal manera que “el factor desencadenante puede ser un solo evento de inundación si el sistema está cercano a un umbral de cambio”. En este estudio también se realizó una interpretación del cauce del río a partir de las fotos aéreas existentes desde 1945, lo cual puede servir para hacerse una idea de la dinámica que ha podido tener el río los últimos 300 años. Las conclusiones de esta interpretación fueron: t …“En 1945 el Manzanares es un río de carga arenosa y con un cauce muy somero respecto a su llanura, lo que favorece la inundación de la totalidad de ésta durante eventos de crecida. t Prevalece la acreción vertical, con el desarrollo de lóbulos de derrame y diques naturales, que dificultan el retorno del caudal de inundación. Este caudal se organiza en una densa red de concentración de flujo que en numerosas ocasiones acaban en charcas (backswamp). t En los tramos de menor sinuosidad, donde además la llanura aluvial es más estrecha, hay varios canales secundarios de crecida, paralelos al cauce principal. Al menos durante los eventos de inundación el río podría configurar un patrón de tipo entrelazado. t La construcción de presas en cabecera, a finales de los años 60, favorece la incisión del cauce y con ello se inicia una transformación completa de la dinámica fluvial y los usos en la llanura aluvial. La dinámica de inundación y acreción vertical es reemplazada por una dinámica de erosión y migración lateral. t Este cambio en la dinámica fluvial permite un importante cambio de usos en la llanura de inundación. Entre 1956 y 1972, la mayor parte de llanura se convierte en zona de pastoreo. t A partir de 1972 aumenta la tasa de migración lateral y los procesos fluviales entorno a un cauce cada vez más encajado en la llanura. t A medida que el río está más encajado la zona de pasto es sustituida por agricultura de regadío, especialmente hacia la confluencia con el Jarama. t A partir de 1999, la construcción de escolleras en el 90% de las márgenes del río ha favorecido aún más la incisión del lecho y ha limitado completamente la capacidad de cambio del río. t Entre 199 y 2004 no se registra ningún cambio en el cauce ni en la llanura aluvial del río Manzanares”...(Uribelarrea, 2008). Por tanto, la fase inicial de construcción del canal se realizó al final de ciclo 1b de inestabilidad aunque no hubo inundaciones de reseñar, como si existieron entre 1739 y 1750. El intervalo de tiempo más operativo del Real Canal (1770-1830) tuvo lugar durante el ciclo 2a de estabilidad aunque si se registró alguna inundación. A partir de 1830 se inicia un periodo de reparaciones (1830-1856) que coincide con una inundación (1830) y con el pleno desarrollo del ciclo 2b de inestabilidad, además existe un aumento en el registro de inundaciones durante este periodo que puede ser la responsable del continuo deterioro de esta obra hidráulica y su posterior abandono a partir de 1856.

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5. FLORA Y VEGETACIÓN Bioclimatológicamente el entorno del yacimiento del Cerro de la Gavia se encuentra restringido al piso mesomediterráneo, caracterizado por una temperatura media anual que oscila entre 12 º y 16 ºC, así como por la ausencia estadística de heladas desde mayo a octubre. El territorio está caracterizado por unas condiciones de temperatura, elevación y pluviosidad que favorecen la instalación de un encinar, excepto en aquellas zonas donde las condiciones de acceso al agua se vean modificadas, bien por defecto, bien por exceso. Así, podemos distinguir como vegetación climática del área de las que se conserva alguna representación: Encinar manchego (As Bupleuro rigidi-Querceto rotundifoliae). Esta asociación agrupa los bosques de Quercus Ilex subsp. Ballota. En la actualidad ha desaparecido casi completamente al dedicarse las amplias llanuras al cultivo extensivo de cereales. Apenas se encuentra representado en la Dehesa de Arganda en la que, adehesado, ha perdido su estructura natural de bosque cerrado, con tres estratos, uno de ellos lianoide, en el que han desaparecido las especies más normales, entrando en su composición florística otras heliófilas de pastos y matorrales adyacentes. Se puede reconocer alguna de sus etapas de sustitución:

Ornithogalum narbonense, un bulbo propio de la vega del Manzanares que ya nuestros ancestros pudieron consumir a modo de cebolla o ajo.

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Lycium barbarum, o cambrón, arbusto muy ramificado, casi lianoide, introducido en la Península en épocas remotas –probablemente antes de los romanos-, y hoy en día prolífico a favor de enclaves con cierta humedad edáfica y nitrofilia: setos, acequias, orlas, etc.

Característica comunidad de líquenes, propia del estrato muscícola y liquénico de las formaciones camefíticas propias de los yesares. Con generos como Fulgensia, Diploschistes, Squamarina, etc.

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Muscari spp., o nazareno, pequeña planta de bulbo de efímera floración primaveral habitual en los clareos del matorral de los yesares.

t t t

Coscojar (As. Rhanmo Iycioidis-cocciferetum). Esplegera (As. Lino-Salvietum lavandulifoliae). Jabunal (As. Gypsopylo-Centauretum hyssopifoliae): Es el matorral de sustitución más frecuente sobre yesos en la Comunidad de Madrid.

Matorrales gipsicolas. A los pies de los cerros yesíferos, allí donde la acumulación de sulfatos, cloruros y nitratos es mayor, el jabunal es sustituido por el ontinar, mejor adaptado a estas condiciones. El pastoreo, frecuente en la zona, favorece su expansión debido al aporte adicional de nitratos. Ontinares bien conservados, aunque pastoreados, se encuentran en RivasVaciamadrid, San Martín de la Vega y Ciempozuelos. Otros matorrales gipsícolas son: t t

Harmagal (As. Salsolo-peganetum harmalae). Orzagal (As. Limonio dichotomi-atriplicetum halami).

t

Albardinar con gipsofila (As. Gipsophilio-limonietum dichotmi).

Bosques de ribera, perteneciente a la geomacroserie riparia basófial mediterránea (olmedas y saucedas). En la zona el bosque de galería es sustituido por tarayales, que soportan mejor los ambientes más cálidos. En las zonas estancadas aparecen carrizales. De este ecosistema quedan sólo pequeñas muestras que a veces cuesta reconocer en la actualidad.

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Uno de los elementos botánicos más característico de los yesares, el lepidio (Lepidium subulatum), capaz de colonizar las costras yesíferas más duras e inhóspitas.

Tarayales no halófilos. Éstos ocupan las zonas más cálidas y de precipitaciones irregulares, constituyendo formaciones arbustivas en los suelos de aluvión de las terrazas inferiores de los ríos y charcas. Muy resistentes a las avenidas y al régimen torrencial de los cursos de agua, pueden colonizar ramblas arenosas, arcillosas o yesíferas.

Bosquete de olmos naturales (Ulmus minor) en la zona externa de la llanura de inundación del río Manzanares, su ubicación original también hace miles de años, en la franja de vegetación ribereña más xerófila.

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Macolla de esparto (Stipa tenacissima), elemento natural de la degradación de los encinares basófilos muy utilizado por el hombre desde tiempos inmemoriales (calzado, cuerdas, tejidos, etc.).

Cañizares. En estas formaciones predomina el Phragmites-australis; ocupan las riberas de lagunas, charcas y en general, cualquier ribera donde el agua apenas corre o está estancada. Se distribuye tanto por los márgenes como hacia el interior. Esta formación, muy frecuente en todas las riberas de la zona, se puede considerar como etapa de degradación de otras formaciones citadas. Tiene gran interés ecológico, ya que sirve de refugio a gran número de especies orníticas. Todos ellos aparecen en la actualidad alterados en mayor o menor medida, estando en algunos casos representados tan sólo por alguna de sus etapas de sustitución.

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6. FAUNA SILVESTRE El valle del Manzanares constituye una de las entidades biogeográficas más importantes de la Comunidad de Madrid. En torno a un suelo configurado esencialmente por yesos, se suceden biotopos ricos en fauna y flora. Destacan los cantiles yesíferos, donde habitan interesantes aves rupícolas y un ecosistema de gran importancia en la actualidad. De todas las comunidades de vertebrados presentes en el valle del Manzanares destaca la ornítica, tanto en el número de especies presentes como por la importancia de sus poblaciones. Aviffauna. Los ecosistemas más destacables que conforman los hábitats propios de las especies orníticas se pueden resumir en las siguientes: •

Llanura cerealística. En esta área la especie más representativa es la avutarda (Otis tarda).



Cortados y cantiles. Las especies más relevantes son el halcón pergrino (Falco peregrinus), milano negro (Milvus nigrans), buho real (Bubo bubo), roquero solitario (Monticola solitarius), chova piquirroja (Pyrrhocorax phyrrhocorax), etc. Los cantiles son testigos también de la nidificación de cernícalo primilla (Falco naumanni) y milano negro (Milvus nigrans).



Sotos y riberas. La vegetación que conforman los sotos y riberas de los cauces alberga un elevado número de aves en paso migratorio (otoño y primavera) y sedentarias, siendo utilizados así mismo como dormideros. Los casos más típicos son los de la garza real (Aredea cinerea), martinete (Nycticorax nyctocorax), cormorán grande (Phalacrocórax garbo) y garcilla bueyera (Bulbucus ibis).

Fauna ictícola. Las actividades domésticas e industriales de la ciudad de Madrid generan toneladas de residuos que, a pesar de las depuradoras y vertederos controlados, no son suficientes para sanear las aguas y favorecer la vida acuática. Existen citas de carpas y siluro, capaces de sobrevivir en condiciones precarias. Anfibios. La comunidad de anfibios, al igual que los peces, se ha visto muy afectada por la contaminación de las aguas. Las poblaciones estables se limitan a las lagunas y zonas encharcadas como juncales o carrizales, donde se mantienen condiciones favorables para su reproducción. Las especies más abundantes son la rana común (Rana ridibunda) y el sapo común (Bufo bufo). Destaca el sapo partero ibérico (Alytes cisternassii), especie endémica de la Península Ibérica, habitante de bosques de ribera y laderas de los cantiles rocosos.

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Rosario de huevos de la puesta de un sapo corredor (Bufo calamita). Los anfibios han sido, ya desde épocas pasadas, uno de los grupos faunísticos más profusos y comunes.

Característico talud terroso y excavable, en primavera, hábitat de nidificación idóneo para algunas especies rupícolas y ripícolas de la vega del Manzanares, como abejarucos (Merops apiaster, colonia de nidos en la foto), martínes pescadores (Alcedo atthis), aviones zapadores (Riparia riparia), etc.

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El mochuelo común (Athene noctua) es la rapaz nocturna más común en la zona de estudio, ligado siempre a enclaves y refugios trogloditas, sobre todo las viejas trincheras de la Guerra Civil.

Inconfundibles oquedades y galerías excavadas por uno de los micromamíferos más comunes en la zona, el topillo común (Pitimys duodecimcostatus), pieza básica en la pirámide trófica local.

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Características excarvaduras de lagomorfo, o de conejo o de liebre, ambas especies bastante comunes en la actualidad en el entorno de la vega del Manzanares.

Reptiles. Los reptiles constituyen un grupo ampliamente representado. Destacan por su importancia las poblaciones de lagartija colilarga (Psammodranus algirus) y por su abundancia la lagartija colirroja (Acanthodactylus erythurus). El lagarto ocelado (Lacerta lepida), antaño muy abundante, ha sufrido una disminución alarmante en la década de los noventa. Los ofidios están representados por especies de amplia distribución peninsular. La culebra de escalera (Elaphe scalaris) es la más abundante. Menos frecuente es la culebra bastarda (Malpolon monspessulanum), que ocupa los sotos de ribera y huecos con vegetación de umbría en los cortados rocosos. Mamíferos. La roturación de campos con fines agrícolas y la extracción de áridos a gran escala a partir de los años 60 han alterado drásticamente el hábitat de numerosas especies. Con el cambio tan sólo se han visto favorecidas algunas poblaciones de micromamíferos como el ratón casero (Mus musculus), el topillo común (Microtus duodecimocostatus), el campesino (Microtus arvalis) y la rata común (Rattus norvegicus), que invaden las cosechas alimentándose de semillas, brotes y frutos. Estas especies están ampliamente repartidas por todos los biotopos. Las explosiones demográficas de pequeños mamíferos son aprovechadas por aves rapaces y por el carnívoro más abundantes en la zona, el zorro (Vulpes vulpes), que prolifera gracias a la abundancia de estos roedores y a su enorme adaptabilidad, colonizando todos los hábitats.

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La fauna del entorno del río ha variado considerablemente en los últimos cientos de años. La última adquisición exótica se ha producido con el asentamiento de varias colonias de psitácidos (= loros, en la imagen la cotorra gris) en diversas zonas de la vega del Manzanares.

Característicos vivares de conejo (Oryctogalus cuniculus) en zonas arenosas fácilmente excavables, en las márgenes del río.

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La cigüeña blanca (Ciconia ciconia) debió ser un ave asidua de los enclaves encharcados de la llanura del río. En nuestros días su presencia se ha acrecentado notablemente e incluso su carácter migrador (especie estival) se ha mitigado mucho gracias a la gran disponibilidad de alimento que tiene la especie durante todo el año en el centro de tratamiento de residuos de Valdemingómez, así como la abundancia de sustratos de nidificación excepcionales como son los apoyos eléctricos.

El tejón (Meles meles), de hábitos nocturnos, ocupa las manchas más densas de los bosques de ribera y el encinar. La destrucción de estos biotopos está condicionando la supervivencia de esta especie en la zona; otros mustélidos presentes son el turón (Putorius putorius) y la comadreja (Mustela nivalis). La comunidad de ungulados es escasa en la actualidad. El jabalí (Sus scrofa) mantiene una pequeña población. Por otro lado, las poblaciones de conejo (Oryctolagus cunniculus) han disminuido notablemente debido a la neumonía hemorrágica vírica y a la mixomatoxis. La liebre (Lepus capensis) es estable en los retamares, eriales y campos de cultivo de secano. Entre los insectívoros citar la musaraña común (Crocidura russula), detectada en todas las riberas del valle y la musaraña (Suncus etruscus).

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III. EVOLUCIÓN HISTÓRICA DEL CANAL DEL MANZANARES Manzanares, Manzanares, vos que en todo el acuatismo duque sois de los arroyos y vizconde de los ríos: soberbio corréis; mi pluma miércoles sea corvillo del polvo canicular en que os veréis convertido.(…)1

1. ANTECEDENTES DEL PROYECTO HIDRÁULICO: UN CANAL DE NAVEGACIÓN La idea de realizar, en el río Manzanares, una gran obra hidráulica, para convertir el río en un canal navegable, para unir el Jarama y el Manzanares, se remonta a los tiempos del rey Juan II en el siglo XV. José Amador Fernández de los Ríos así lo describe en su Historia de la Villa y Corte de Madrid: “El fin inmediato que llevaban los que propusieron tan útil empresa a don Juan II, fue sin duda fertilizar los terrenos que mediaban entre el Jarama y el Manzanares, embelleciendo al propio tiempo la población y sus cercanías, más quizá no será aventurado suponer que al tratar de añadir al Manzanares un caudal de alguna consideración, tenían presente la posibilidad de hacerle navegable, como creyeron poderlo efectuar después, y como lo realizaron hasta cierto punto. Sabemos por escritores contemporáneos los medios de que pensaban valerse para la mencionada unión de los dos ríos, nivelando previamente el Jarama con el objeto de conocer su corriente y los terrenos por donde había de dirigirse, y conduciéndole después desde el puente de Viveros hasta el pié de la torre de la iglesia de San Pedro, desde aquí a los pilares que llamaban entonces del Pozacho, y por la calle de Segovia al puente del mismo nombre, por encima del cual había de entrar en el Manzanares. Dícese que la causa de haberse desistido de tal intento fue la muerte del rey más en nuestro concepto intervinieron otras, que en suma llegaron a producir un conjunto de dificultades poco menos que insuperables2. ”

1 Luis De Góngora. 2 Fernández de los Ríos, J. A. Historia de la Villa y Corte de Madrid. Madrid, 1862. V.II, p. 79.

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Fernández de los Ríos relata también, y a detalle, las obras que deberían realizarse en caso de materializar el proyecto: “Era necesario pasar el Jarama por tierras muy altas y quebradas que debían romperse, abrir fosos profundos, y fabricar en los barrancos y valles que se encontrasen, largos y robustos diques, que resistiesen la presión y la gravedad de las aguas, y en invierno el empuje de las arenas arrastradas por las corrientes llovedizas. Para evitar estos impedimentos, podía descaminarse el río, obligándole a dar grandes rodeos, en cuyo caso subían de punto las dificultades de tiempo y de desembolsos; y todo para aumentar el caudal del Manzanares, cuya escasez no consiste tanto en las de sus aguas, como en la demasíada anchura de su álveo y en las filtraciones que le merman y empequeñecen. 3” Felipe II continuó con el proyecto y de la mano del ingeniero Juan Bautista Antonelli se avanzó en los conocimientos técnicos y en la adquisición, por parte de la Corona, de las tierras adyacentes a la ribera del Manzanares. El ingeniero pretendía unir Madrid con Lisboa, por aquel entonces puerto hispánico. Bajo este gran proyecto de obras públicas subyacían ciertas cuestiones de orden político ya que el Imperio español tenía dos capitales. Por un lado, Madrid con la Corte y la sede de la burocracia, y por otro Sevilla, con el puerto y la Casa de Contratación. Se trataba, entonces, de centralizar el poder tanto político como mercantil en un territorio. Además es este momento, las cortes europeas se asentaban junto a un río navegable, razón de más para materializar la idea de un canal navegable. Finalmente, Felipe II se instaló en el Alcázar de Madrid en 1561. Fue en el siglo XVII, bajo el reinado de Felipe IV cuando éste retomó el proyecto. Para ello se encargó a los coroneles Carlos y Fernando Grünemberg el reconocimiento del curso del Jarama para reconducirlo a Madrid. En el informe entregado al Monarca, los coroneles manifestaban la magnitud de las obras a realizar y el elevado coste de las mismas. Del documento resalta la mención que hacen los Coroneles en cuanto a la unión entre el Jarama y el Manzanares y afirman: “venciendo todas las dificultades de romper y cortar las tierras altas que hay entre el Jarama y el Manzanares para traerles al pie de Madrid no se lograba el intento de hacerle navegable pues no hace la navegación la cantidad de las aguas” 4. De todas maneras, los Coroneles se comprometieron a comenzar las obras un año más tarde de que se hubiera aprobado el proyecto. La muerte Felipe IV paralizó el proyecto, aunque los Coroneles intentaron salvarlo entregando a la reina Mariana de Austria, madre de Carlos II, una memoria en la que reflejaban los trabajos realizados hasta el momento y lo que implicaba llevar a cabo este proyecto. Los Coroneles insistieron en la importancia que tendría para la Corte el hecho de contar con un río navegable, lo que proveería de bienes a la ciudad y potenciaría las relaciones comerciales. Del mismo modo que lo hiciera Juan Bautista Antonelli, anteriormente, hicieron especial hincapié en la idea de establecer la Corte cerca de un río caudaloso. El transporte de alimentos abastecería 3 Ibidem, p.80. 4 Archivo Histórico Militar. Sig. 3-3-7-8 (Biblioteca Municipal de Madrid R25980, p. 33-72).

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a la mayoría de la población; los cereales se trabajarían en los molinos, lo que facilitaría el comercio de harinas refinadas. También se pensaba instalar molinos de papel, pólvora y batanes. La idea de hacer un canal navegable siguió presente en el reinado de Fernando VI. De hecho en 1756 se pensó en fundar una compañía que canalizara los ríos Tajo, Jarama y Manzanares5. Las desavenencias entre la Corona y los presuntos dueños acabo con la incautación, por parte del Estado, de las obras. Más tarde, en 1770 surgió un proyecto de navegación presentado por un empresario, Pedro Martinengo. El proyecto era muy importante para Carlos III, y se intentó a toda costa crear las condiciones idóneas para poder llevarlo a cabo.

2. CARLOS III: ENTRE LA UTOPÍA Y LA REALIDAD El proyecto del Canal del Manzanares debe encuadrarse en el apartado de proyectos hidráulicos de la Ilustración y el Romanticismo. Como señala el investigador Manuel Díaz-Marta Pinilla el marco histórico que comprende estos dos momentos, es el período que abarca los años de 1746 a 1860 y que a su vez puede dividirse en tres etapas. De 1746 a 1808: la Ilustración; de 1801 a 1814: la Invasión Napoleónica y de 1814 a 1866: el Romanticismo6. Estas estructuran la colección de 690 planos de obras hidráulicas que conforman los fondos del Ministerio de Fomento y que han facilitado el estudio del proyecto de navegación interior del río Manzanares.

2.1. LAS GRANDES UTOPÍAS Durante la Ilustración, los proyectos de obras hidráulicas son catalogados como utópicos, al igual que otros urbanísticos y arquitectónicos, debido a la falta de sinceridad para materializarlos. Resulta llamativa la cantidad de empresas que se ven truncadas por la imposibilidad de llevarlas a cabo; entre ellas, cabe destacar la idea primigenia de unir Madrid con Sevilla a partir de canales de navegación interior, así como el posterior proyecto del Canal del Guadarrama que pretende prolongar esta vía con un canal de unión entre el Guadarrama y el Manzanares. Seguramente, las principales razones que explican esta cuestión son, por un lado, la presencia de ingenieros extranjeros y, por otro, la necesidad del país de abrirse e igualarse al resto de Europa. Hasta los primeros años del siglo XVIII, en España, los ejecutores de los grandes proyectos de obras públicas, no están agrupados bajo ningún centro de formación específica; en general, se trata de arquitectos de la Academia de San Fernando o de maestros de obras, cuya formación técnica y conocimientos de matemáticas son superficiales. La organización de la “ingeniería” sigue siendo la misma que en siglos anteriores, lo que supone apalabrar y contratar las obras a ingenieros extranjeros. A principios del siglo XVIII, en algunos países europeos, concretamente en Francia, se potencia la formación de profesionales en el arte de la construcción; esta activi5 Fernández Talaya, M.T. “El Canal del Manzanares, un canal de navegación en el Madrid de Carlos III”. p. 526. 6 Díaz- Marta Pinilla, M. “Realismo y Utopía en los proyectos hidráulicos de la Ilustración y el Romanticismo”, en Planos Históricos de Obras Públicas, CEHOPU, p. 12.

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dad viene incentivada en un primer momento desde el ámbito militar, siendo éste el primero en recibir esta formación técnica para aplicarla a la guerra. De este modo, los nuevos planteamientos españoles de realización de grandes empresas públicas recurren a los ingenieros franceses, capaces de proyectar y dirigir las obras, ya que durante la construcción es más que necesario tener conocimientos de matemáticas, topografía, contabilidad, etc. Ésta es la realidad que hace llegar, entre otros, al famoso ingeniero francés Carlos Lemaur, convertido posteriormente en ingeniero militar español. En consecuencia, este panorama propicia el carácter utópico de las obras hidráulicas, por una parte por la ineptitud de los profesionales nacionales, por otra, por el desconocimiento topográfico de los extranjeros. Tanto unos, como otros, debían hacerse eco de que: “la única contención para no rebasar el límite admisible del componente utópico de un proyecto, y para no caer en un realismo retardatario, de rechazo a las innovaciones, radica en un mayor estudio que en otras épocas (…) de todos los bienes y males, de cualquier orden que sean, que puedan derivarse de cada proyecto”7. Paralelamente, la política ilustrada española intenta remediar las desventajas económicas, sociales y culturales del país con respecto a Europa. Desde el punto de vista de las obras públicas se comienza por dotar de nuevas redes de comunicación y transporte al país. A la hora de estudiar el fracaso de algunas empresas de navegación interior, hay que tener en cuenta que hasta la llegada del ferrocarril, el único medio de transporte interior es la carretera, por lo que las ansias de salir adelante cuanto antes, obviando para ello las características topográficas y climáticas propias, marcan el carácter utópico de muchas de ellas. En el caso de las obras para la navegación interior, el escaso caudal de los ríos supone que sólo se lleven a cabo los tramos más viables, quedando truncado el proyecto primitivo. Pese a todo, las inversiones económicas fueron importantes, de esta manera lo recoge el testamento de Floridablanca8 (1792), en el que se hace eco de las cinco obras con más peso durante su mandato: el canal de Murcia y los pantanos de Lorca, los canales de Aragón y Tauste, el canal de Guadarrama, el canal del Manzanares y el canal de Tortosa. En esta carta Floridablanca expone el fracaso económico de los canales de Aragón y de Tauste, además de los grandes gastos que ha supuesto el canal del Manzanares. En 1785 se presenta el proyecto más ambicioso de navegación interior de la mano del ingeniero Carlos Lemaur. La propuesta pretende unir Madrid y Sevilla mediante un canal navegable, pero la compañía del canal tan solo realiza obras hasta el embarcadero de Vaciamadrid. Como tantos otros proyectos de semejantes características utópicas se vio abocado al fracaso. Algu7 Díaz-Marta Pinilla M. Op. cit. p. 27. 8 El testamento político del Conde de Floridablanca es la carta que envía al Conde de Aranda el 5 de mayo de 1792, publicado en El testamento político del Conde de Floridablanca. Madrid, 1962. P. 141 a 157. Citado en: Sáenz Ridruejo, F. “Panorama de un Siglo de Problemática Hidráulica en España”, en Planos Históricos de Obras Hidráulicas, CEHOPU. P. 28-29.

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nos investigadores, como Eugenio Sánchez Jiménez9, examinan las circunstancias. En primer lugar el volumen de las aguas no es suficiente para empujar el nuevo canal, de hecho además de las aguas superficiales tienen que utilizarse las aguas subterráneas, mediante un complejo sistema de filtraciones. Por otro lado, los desniveles del cauce tampoco son los adecuados, lo que supone abrir 10 esclusas para que puedan navegar los barcos entre el tramo de Puente de Toledo y Vaciamadrid. Todo ello evidencia el nefasto estudio del terreno previo a las obras. Las obras comenzaron con las excavaciones en unos terrenos del Distrito de Arganzuela y Soto de Salmedina, que pertenecían al Ayuntamiento. En el mayorazgo del soto de Luzón estaban implicados el conde de Aranda y el duque de Híjar. El cauce del canal era paralelo al río Manzanares por su ribera izquierda hasta llegar al embarcadero de Vacia-Madrid y para salvar los desniveles existentes contaba con diez esclusas. La cabecera del canal estaba situada junto al puente de Toledo junto a una noria que servía para el regadío de los jardines de los márgenes del canal. También se erigió un puentecillo ornamentado con un león. Desde esta cabecera, y hasta el embarcadero existían anchos paseos con arbolado, creados en su momento por Carlos III. Precisamente se llamó el Paseo del canal del Manzanares al que recorría esta zona, perdiendo su nombre al ampliarse el de Santa María de la Cabeza. Asimismo hubo una Pradera del Canal, que tenía tres kilómetros de largo y 110 metros de ancho. En la zona del Puerto, también en Arganzuela, hubo barcazas y botes, así como diversas instalaciones como almacenes, cuadras y viviendas. Más adelante se instaló el complejo del embarcadero con sus dársenas, talleres y almacenes. El embarcadero fue fruto a lo largo de los años de sucesivas reformas y ampliaciones. Saliendo del puerto a la altura del cruce con el arroyo Abroñigal se levantó la primera esclusa con un sistema de doble represa para salvar el desnivel y que las embarcaciones pudieran seguir su camino. Junto a ésta se erigieron dos nuevos edificios para aserrar y triturar los mármoles que se utilizaban en la fábrica de porcelanas del Buen Retiro o de La China. Para evitar que se filtrasen las aguas se sobreexcava el canal, a un nivel más bajo que el del propio río Manzanares. Este hecho, obligó a la colocación de esclusas a corta distancia, además de no llevar pendiente suficiente la conducción. En la segunda esclusa había incluso un molino harinero y existió otro molino en la tercera, que había sido montado por los franceses, durante su ocupación de la Península. Aguas abajo, el Canal nunca alcanzó el río Jarama, aunque se quedó cerca. Hubo numerosos pleitos y cuando se abandonan las obras, el estado del canal, con las aguas estancadas, es totalmente insalubre. En ese momento, el Ayuntamiento trata por todos los medios de recuperar los terrenos 9 Sánchez Jiménez, E. “Catálogo del Fondo Histórico de Planos de Obras Hidráulicas”, en Planos Históricos de Obras Hidráulicas, CEHOPU. P. 375.

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El canal del Manzanares es descrito ya en 1775 por el ilustrado de la Corte de Carlos III, D. Antonio Ponz, quien en 1776 es nombrado por el rey Secretario de la Real Academia de las tres Bellas Artes. En 1790, año en el que dimitió del cargo anterior a causa de su mala salud, fue nombrado consejero honorario por Carlos IV. Ponz cita literalmente (op. Cit. 1785: 419-20): “Se pueden considerar como unidos al paseo del Prado los de las Delicias, que bajan desde la Puerta de Atocha hasta la orilla del nuevo canal del Manzanares, uno para gente de a pie y otro para coches, carruajes, etc. Ambos están plantados con dos líneas de olmos a cada orilla”; y continúa describiendo las inmediaciones del Canal: “Los paseos que se forman en sus orillas con tanta copia de árboles, son ya de los más bellos que pueden verse”. La más temprana descripción del Canal mismo, en la misma obra de Ponz habla de (p. 508): “Esta obra es, por sus circunstancias, una de las más considerables del presente reinado. Tratóse de hacerlo en el del señor Carlos II. Se delineó el territorio por donde había de ir y aún se grabó estampa de él; pero esta empresa, como otras muchas, se quedó en proyecto”, no obstante, sigue diciendo Ponz, sobre las dificultades de su realización, “no podían, por ningún título, estorbar la resolución de que se hiciese, y así la vimos publicada el 15 de mayo de 1770, con las reglas y circunstancias que debían observarse, habiéndose acabado ya tres leguas de dicho canal, experimentándose las ventajas que se propusieron en cuanto a los molinos, navegación pesca, etc., dejando a la consideración de cualquiera cuál será la que producirán al pie de dos millones de árboles y arbustos de varias especies que reputan nacidos en sus márgenes”. Posteriormente, ya entrado el siglo XIX, se intentan completar las obras iniciadas por Lemaur para ejecutar el tramo que comprende Madrid hasta Aranjuez, entre éstas cabe destacar el plano firmado por Miguel Ynza, en julio de 1818, (ver plano y leyenda OH. 626). En éste se marca el trazado entre Madrid y la Casa del Mayorazgo de Val. A partir de 1818 se realizaron ampliaciones y obras fundamentalmente ornamentales. OH 626.- TITULO: Plano topográfico, que manifiesta la dirección y longitud del R(ea)l Canal de Manzanares en la parte que al presenta se halla “avierto” y la que se proyecta su continuación hasta Baciamadrid y “subcesivamente” a Aranjuez y reunión con el Tajo; “ygualmente” se manifiesta la R(ea) l acequia de Jarama en toda su longitud de 13 leguas, con distinción de la parte que en el día corren las aguas y la en que, corriendo anteriormente hasta los Tejares de Belilla, cuyo Plano ha formado el Comisario de Caminos honorario de Guerra y Director de las obras del mencionado Canal de Manzanares D(o)n Miguel de Inza, en virtud de orden del Ex(celentisi)mo S(eñ)or Duque de Magón Barón de Spes, como Protector del mismo R(ea)l Canal. AUTOR: Miguel Ynza. LUGAR Y FECHA: Madrid, 5 de Julio de 1818.

2.2. CARLOS LEMAUR Y EL CUERPO DE INGENIEROS MILITARES La ejecución de los ambiciosos proyectos hidráulicos viene de la mano de los ingenieros militares. La fundación del Cuerpo de Ingenieros Militares en 1710, por orden del Rey Felipe V, constituye el primer grupo de técnicos organizados, a partir del cual se desarrolla el pensamiento geográfico y científico. Aunque las funciones específicas del cuerpo se centran en la

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defensa del territorio, a partir de las nuevas construcciones y la reparación de fortificaciones desarrollan también funciones urbanísticas y en obras de ingeniería civil y religiosa. Estos hechos ayudaron a consolidar el estilo neoclásico como tendencia constructiva funcional, frente al barroquismo imperante a principios del siglo XVIII. A medida que el siglo XVIII avanza, aumenta la promoción de las obras públicas y su financiación por parte de la Corona. En estos momentos de crecimiento político, recordemos que en 1749 se establece un plan para ordenar un sistema de transportes que responda a la nueva realidad del país, se echan en falta profesionales encargados de dirigir las obras públicas. Y es en este contexto destacamos a Carlos Lemaur, figura a la que se dirigen todas las miradas en materia de política hidráulica en el siglo XVIII. Son varios los nombres conocidos en relación a la construcción del canal del río Manzanares y las dependencias proyectadas en sus orillas orillas; unos más lejanos como Lope de Iguña, Manuel Serrano, Louis Loiseau o Mariano Lleopart; otros más cercanos como Miguel Ynza y Pedro Nolasco de Ventura. Carlos Lemaur llega a España en Junio de 1750 de la mano del Marqués de la Ensenada para incorporarse al Cuerpo de Ingenieros del Ejército, en calidad de ingeniero ordinario. Nacido en Montmirail, en Champagne (Francia), suele fecharse su nacimiento alrededor de 1720, aunque no puede afirmarse con precisión10. Su biografía laboral y las circunstancias de su llegada a España no están del todo claras, para ello los investigadores, y en particular Teresa Sánchez Lázaro11, se basan en dos fuentes. La primera de ellas es la versión del propio ingeniero, redactada en una hoja de servicio de 1764; la segunda, es un informe de Juan Martín Zermeño, ingeniero general del Cuerpo de Ingenieros del Ejército. Lemaur cuenta en su documento que en 1740 sirve al ejército de Luis XV, tras haber cumplido con sus estudios en París (no especifica cuáles). Desde 1744 sirve al ejército y cuatro años más tarde el embajador de España, el teniente general Francisco Pignatelli, le propone viajar a España. En el texto de Martín Zermeño se atribuyen a Antonio de Ulloa y no al teniente Pignatelli las gestiones para traer a Lemaur a España. En este documento tampoco consta que el trabajo del ingeniero tenga carácter oficial en Francia. De una manera u otra, el viaje que el Marqués de la Ensenada ordena hacer a Ulloa por Europa se centra básicamente en observar la red de canales, los sistemas de construcción de éstos y en encontrar a la persona indicada para su construcción. Lemaur proyecta y construye canales de navegación, puentes e incluso edificios públicos. Su último proyecto y seguramente el más conocido es el Canal de Guadarrama, aunque cabe mencionar también el proyecto del Canal de Castilla, el Camino Real de Galicia o la construcción del palacio del Arzobispo Rajoy. Respecto a la canalización del Manzanares resulta enigmático aclarar hasta qué punto deja esbozado un proyecto que posteriormente utilizarán sus hijos, en concreto Carlos Lemaur de la Murere. Lo que sí es cierto es que en 1785 Lemaur presenta un ambicioso proyecto que pretende unir Madrid y Sevilla por un canal navegable.

10 Sánchez Lázaro, T. Carlos Lemaur y el canal del Guadarrama. Madrid, 1995, p. 27. 11 Ibidem. p. 27-28.

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El ingeniero francés ha sido acusado a menudo de proyectar obras con rasgos descaradamente utópicos; por ello, la mayoría no se materializan íntegramente. Los estudios erróneos de la topografía de nuestro país le llevan a teorizar sobre una geografía que no llega a comprender. Gracias a un inventario de los instrumentos que se usan en las obras del camino de Galicia (1769), podemos hacernos una idea del equipo topográfico que utiliza para sus cálculos: “dos cuadrantes en sus cajas con sus dos anteojos cada uno, sus brújulas, microscopios, destornilladores, tornillos, llamamiento. Niveles de aire y cada uno su pié. Cuatro brújulas sin pié, una con el vidrio roto y otra con una pieza desencolada”12. Carlos Lemaur tiene seis hijos, de los cuales cuatro, Carlos, Manuel, Félix y Francisco, siguen sus pasos. Todos colaboran en la elaboración de un mapa del canal del Guadarrama (1786): Mapa del primer trozo del canal del Guadarrama y de sus inmediaciones, que comprende desde el casco o estrecho de Peña, en el río de este nombre, y el punto de las vertientes a él y el del Manzanares cerca de las Rozas13.

2.3. CARLOS III Y SU PROYECTO ILUSTRADO Pedro Martinengo presentó en 1769 un proyecto para construir, y bajo sus gastos, un canal navegable. A cambio pedía ciertos privilegios, unos temporales y otros de por vida, entre los que cabe mencionar: la exclusividad en la construcción de canales de navegación, en veinte leguas de los alrededores de Madrid durante treinta años; el transporte libre por el canal de cualquier tipo de objetos, menos de contrabando y la propiedad de toda la pesca en cuatro leguas, entre otros14. Para el Rey la construcción de este canal era primordial, de hecho facilitó, de todas las maneras posibles las obras. Por un lado, facilitó las tierras por las que debía pasar el canal, incluso mandó desviar las aguas de los molinos inactivos para alimentar el cauce del río. En algunos terrenos se construyeron casas y almacenes para guardar los materiales de obra. La Compañía Constructora disfrutó de todos los privilegios con los que contaban las obras reales, incluso gozó del mismo fuero. De hecho, el Rey instó a los jueces para favorecer a la Compañía en relación a los asuntos administrativos. “(…) La utilísima obra de un Canal de navegación, que facilite el transporte de muchos ramos de frutos, y materiales a la Capital de un gran Reyno, es objeto de tanta consideración para la misma Capital, y para el Estado, que se deben estudiar todos los medios por donde se acelere su construcción, y se estienda quanto sea posible (…)”15

12 Ibidem, p. 14. 13 Capel, H. et alii. Los ingenieros militares en España. Siglo XVIII. Repertorio biográfico e inventario de su labor científica y espacial. Barcelona, 1983. p. 263. 14 Fernández Talaya, M.T. “El Canal del Manzanares, un canal de navegación en el Madrid de Carlos III”. P. 528. 15 Real Cédula de S.M. a consulta del Consejo a probando la propuesta hecha por D. Pedro Martinengo y Compañía. Publicado por Joachin Ibarra en 1771. Biblioteca Nacional.

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Los primeros trabajos se truncaron por una serie de pleitos interpuestos por los propietarios de las tierras colindantes. Hay que replantear las obras y a trazar nuevos planos, de esta fase son los planos de D. Manuel Serrano. En el tramo cercano al Puente de Toledo se ubican el puerto, los almacenes y el granero con las viviendas, además del lavadero del hospital. El Banco de San Carlos fue el encargado de llevar la administración del Canal desde 1788, se calcula que realizó unas quince obras de la que destaca un molino de dos piedras que se instaló en la tercera esclusa16. En 1791 fue nombrado ingeniero director de las obras Miguel de Hermosilla, quién escribió un dictamen sobre la necesidad de continuar con las obras, centrándose en la riqueza que produciría para la Corte y para el país un canal navegable. Hermosilla consideró que la navegación interior promovería la industria, habría una mayor abundancia en la agricultura, y por lo tanto, un aumento de las materias primas. El ingeniero, también realizó un inventario de los desperfectos en el que pedía, mayoritariamente, el arreglo de las murallas, almacenes, caminos y molinos. La compañía del Canal fracasó por varias circunstancias: en primer lugar el volumen de las aguas no era el adecuado; tampoco lo eran los desniveles pese a la existencia de diez esclusas, el trazado no fue el deseado y se produjeron múltiples derrumbes. En definitiva el canal existía como un proyecto derruido.

3. EL TRAMO URBANO DEL MANZANARES El río Manzanares, de 87km. de longitud, nace en la Sierra de Guadarrama, a 2.350 m. de altitud, en el límite entre las provincias de Segovia y de Madrid. El río tiene tres partes: la primera discurre por un tramo montañoso; la segunda, la más degradada, riega el trazado urbano y la última pertenece al tramo suburbano y se dirige hacia Rivas Vaciamadrid. El tramo del río que atraviesa el entramado urbano de la ciudad se realiza hacia 1561 cuando el rey Felipe II decide trasladar la Corte a Madrid. En época antigua y medieval los asentamientos romanos y visigodos de la región Habían conformado los vértices de la futura ciudad que queda delimitada por tres de los establecimientos principales del interior peninsular, como son Titultia, Miacum y Toletum. A partir del establecimiento de Madrid como núcleo administrativo empieza la decadencia de este río que sin embargo no crece proporcionalmente a la gran ciudad. A partir del siglo XVI, en su tramo urbano, el río se va engalanado con diferentes puentes, que permiten el paso de ciudadanos y del tráfico rodado. Su construcción sirve de base para los estudios técnicos relacionados con la futura cimentación en los márgenes del río.

16 Fernandez Talaya, M.T. Op. Cit, p. 531.

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Puente de Segovia.

El puente de Segovia y el de Toledo fueron los primeros en construirse; más adelante se sumaron el puente de San Fernando y el del Rey. El puente de Segovia se levanta en 1574 por “provisión real de Felipe II”; el conjunto del puente se concluye en 1577 y se abre al tráfico en 1785. Se encargan las obras a Gaspar de la Vega y tras su fallecimiento le sucede Juan de Herrera. La importancia del puente radica en el carácter de su construcción como monumento nacional y no como simple obra local; en él confluirán los caminos de toda España: “Castilla la Vieja y León de un lado y Toledo, Guadalajara, Andalucía y Extremadura de otro…”17. Tras la conclusión de las obras del puente de Segovia quedan resueltos los problemas del paso del río y por lo tanto se descuidan los trabajos de mantenimiento del primitivo cruce del río en el puente de Toledo. En 1670 Carlos II toma la decisión de construir uno nuevo cercano al anterior. La construcción se demora debido a problemas financieros, por lo que hasta 1718 el arquitecto Pedro Ribera no se hace cargo del proyecto. La obra finaliza en 1732, convirtiéndose en un monumento característico de la urbe moderna. El puente de San Fernando empieza a construirse bajo el reinado de Fernando VI y sustituye a un puente de piedra arruinado. Atraviesa el río en una parte en la que existe una isla, por lo que en realidad podemos hablar de dos puentes unidos por un tramo de muros. La construcción primitiva es de 1750, aunque en 1856 se hace una remodelación para reajustar los vanos de la segunda parte del puente, ya que el río se encaja en la margen derecha. Por otro lado, el

17 Fernández Casado, C. “Madrid y el Manzanares: el río, la ciudad y sus puentes”, en: La arquitectura del ingeniero. Madrid, 1975, p.81-82.

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Puente de Toledo.

puente del Rey se levanta con Fernando VII, en 1822. El proyecto lo realiza, casi con seguridad, Silvestre Pérez, el arquitecto que proyecta, durante la ocupación francesa, un plan de urbanización para los alrededores del Palacio Real. Inicialmente, el puente tiene un uso privado, exclusivo de la familia real, comunicando el Palacio con la Casa de Campo. Ya en el siglo XX, entre 1934-35, el Ingeniero de Caminos José María Cano, realiza el ensanche del puente. El ensanche remodela solo el lado de aguas abajo, permitiendo conservar el frente del lado contrario. En el tramo del río que comprende los puentes de San Fernando y de la Princesa (construido en el siglo XX, Paseo de las Delicias) se integra el paisaje urbano de la ciudad de Madrid, habiendo sido en siglos anteriores una zona de esparcimiento de los ciudadanos y visitantes. Este trayecto de la margen izquierda del río empieza a consolidarse y los distintos barrios del nuevo entramado urbano toman el nombre de los topónimos naturales, como las colinas disecadas de Moncloa y de Príncipe Pío, el cerro de las Vistillas, sin olvidar la importancia de la iglesia de San Francisco el Grande. La construcción de puentes en el Manzanares durante el siglo XX, introduce nuevos materiales constructivos, como las estructuras metálicas y el hormigón armado, material este último que acaba por imponerse. Entre los primeros puentes estaría el de la Reina Victoria (1910) y el de la Princesa de Asturias, inaugurado en 1909 por Alfonso XIII. Este último resuelve el problema de dar salida directa a la carretera de Andalucía. En 1929 se rehabilita el puente primitivo. La nueva realidad urbana y el aumento de los medios de transporte, provoca que la construcción de puentes solucione, por un lado, el tráfico intraurbano y, por otro, la salida y entrada de la

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Puente de Puerta de Hierro.

ciudad. El puente de Puerta de Hierro y el de Viveros fueron los primeros construidos por el Gabinete de Accesos y Extrarradio de Madrid, siendo Ministro de Obras Públicas Indalecio Prieto. Durante los años 40 y 50 se decide canalizar y urbanizar las márgenes más degradadas del río; FM QMBO BCBSDB UPEP FM SFDPSSJEP VSCBOP  BQSPYJNBEBNFOUF  ,N %FTEF MBT JONFEJBDJPOFT de San Antonio de la Florida hasta el puente de la Princesa, se levantan pequeñas presas y se construyen muros de ribera en hormigón chapados con mampostería granítica, para canalizar el río; el cauce se reduce así a 40 m de anchura. Estas obras condicionan la construcción de los puentes, como la del puente oblicuo del tercer cinturón y la modificación del puente de Toledo, entre otros. Al llegar la canalización a la zona del puente de Toledo, surge el problema de la insuficiencia de esta construcción para absorber el tráfico radial que parte de la ciudad. Entre todas las soluciones posibles se opta por duplicar el puente mediante la construcción de dos pasarelas de hormigón pretensado aguas arriba y abajo, dejando el antiguo puente como monumento peatonal. Esta propuesta, presentada por Carlos Fernández Casado y Fernando Chueca, se adopta finalmente para resolver la interacción puente de Toledo-tercer cinturón18.

3.1. LOS PROYECTOS ARQUITECTÓNICOS DEL TRAMO URBANO El siglo XVIII será para Madrid un periodo de grandes reformas y actuaciones urbanas, realizadas en su mayoría durante el reinado de Carlos III. No obstante, durante el reinado de Felipe V y su hijo Fernando VI se produjo la ordenación urbana de la periferia de la ciudad. Así, en un primer momento y bajo el corregimiento del Marqués de Vadillo (1715-1730) se ordenó la zona sur-occidental. El objetivo era crear una nueva relación urbana entre la ciudad y el 18 Fernández Casado, C. Op Cit. P.113.

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río Manzanares, por lo que se construyó un camino que comunicaba con el nuevo Puente de Toledo (1719-1732). Otras actuaciones vinieron a completar la remodelación y arbolado de los caminos de la periferia, como los paseos del sur (1775-1780), la terminación de los accesos de la Puerta de Atocha y la solución final que adoptó la caminería de este último lugar para comunicar con el Canal del Manzanares. Pese a estas realizaciones urbanas, orientadas más que nada a mejorar los entornos palaciegos, lo cierto es que la ciudad apenas había crecido, y sólo se pudieron ocupar los espacios semiurbanos que quedaban junto a la cerca de 1625. El momento económico y político propicio llegó con Carlos III. Como ya se ha mencionado en líneas anteriores, en 1770 se libró Real Cédula a favor de don Pedro Martinengo para construir un canal navegable que partiendo de un embarcadero cerca del puente de Toledo llegase hasta Aranjuez. Estas obras se levantarían en terrenos de la dehesa de Arganzuela pero por la confusión en los límites con propietarios particulares se llegaron a producir una serie de pleitos para delimitar con precisión los límites de la dehesa. El siglo XVIII fue fructífero en proyectos que pretendieron hacer de la ribera del Manzanares una ciudad moderna. Muchos de esos proyectos corresponden a proyectos de ingeniería hidráulica, como el de la creación del canal navegable; otros corresponden tan solo a construcciones que pretenden dotar de mayor funcionalidad a la ciudad. Llegados a este punto es obligado citar la tesis de Gabriel Ruiz Cabrero19, “Un proyecto de construcción del Manzanares”, en la que el arquitecto, a partir de documentos y planos del siglo de la Ilustración, dibuja la ribera del Manzanares. Ruiz Cabrero se sirve de los escritos y reflexiones de Mons y Atauri sobre unos planos conservados de Madrid20, que comprenden la zona situada al sur y al oeste de la ciudad y que queda limitada por el río Manzanares y la línea de la antigua cerca de Felipe IV21. Los planos conservados por Mons y Atauri pertenecen a proyectos realizados por Lope de Iguña y Nicasio Ruiz de Obregón, entre otros, ambos implicados en los proyectos del Real Embarcadero del Manzanares y la Fábrica del Oro y de los Metales.

LOS CAMINOS DEL MANZANARES El plano conservado responde a un proyecto urbanístico de avenidas trazadas en la parte de la ciudad correspondiente a la Puerta de Segovia, desde la cerca de Felipe II hasta el río. Carlos III impulsa este proyecto con el fin de sanear la ciudad de Madrid, ya que para la nueva dinastía borbónica, es importante fijar la capital como representación del poder central absolutista. En 19 Ruiz Cabrero, G. Una tesis dibujada. Ed. Pronaos.1993. 20 Los planos recogen plantas y alzados de edificios que no se han conservado, trazados de caminos, etc. Están dibujados con técnicas y formatos muy diversos. Los escritos sobre estos planos forman parte de un trabajo de recopilación de Mons y Atauri. Dicha documentación se encontró en unos arcones en los desvanes de una casa de sus familiares. 21 Ibidem, p. 11.

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Los Caminos del Manzanares. (Fechado entre 1761 y 1785)

el interior de la cerca viven los individuos marginados y tienen lugar las procesiones de penitentes siendo, en definitiva, los “bajos fondos” de la ciudad. El proyecto nunca llega a realizarse en su totalidad y lo ejecutado no coincide exactamente con lo dibujado en los planos. En este territorio se proyectan unos caminos que se cruzan con plazas y glorietas circulares y semicirculares, componiendo figuras geométricas. Apoyadas a éstas, se disponen pequeñas colonias de frutales y flores que intentan evocar el jardín islámico. Se trata, en general, de hacer de la ribera del Manzanares un área lúdica, de paseo para los ciudadanos22.

REAL EMBARCADERO DEL RÍO MANZANARES El Real Embarcadero aparece ya proyectado en los planos anteriores, por lo que podría deducirse que el autor de los Caminos del Manzanares es el mismo: Lope de Iguña. El proyecto llega a construirse (la mayoría de diseños conservados datan de 1766) y tiene un uso frecuente hasta que se incendia, momento recogido por un dibujo a tinta china de Juan Zayas (1782). La construcción del embarcadero mantiene semejanzas con las formas arquitectónicas de otras fábricas reales, especialmente con la del Buen Retiro. A orillas del Manzanares se proyectan otras construcciones que dejan entrever el crecimiento de Madrid como ciudad moderna, a la vez que se afianza como capital. Entre otros edificios, se 22 Ibidem, p. 29-30.

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Diseñodel Real Emarcadero junto al río (1766). Lópe de Iguña

plantea la construcción de la Real Fábrica del Oro y de los Metales. Los planos que se conservan de la fábrica, proyectada por Nicasio Ruiz de Obregón, son copias posteriores, realizadas por el mismo arquitecto y correspondientes a la última década del siglo XVIII y a la primera

Detalle del Real Embarcadero junto al río (1766). Lópe de Iguña

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El incendio del Real Embarcadero (1782). Juan Zayas

del siglo XIX. El complejo que se establece en la ribera del Manzanares está formado por un recinto pentagonal, a modo de fortificación, en el que se inscribe el edificio principal de planta cuadrada. Mons y Atauri plantea, en torno al año 1922, la construcción de La Compañía Filantrópica, un plan de viviendas para los agricultores y obreros que debe edificarse en los solares de la calle Cambroneras. El proyecto pretende rescatar al proletariado de la infravivienda y darle la

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oportunidad de vivir en habitáculos modernos, funcionales y autosuficientes en los que desaparezcan las estancias obsoletas como las cuadras y el granero y se incorpore, por ejemplo, el cuarto de baño. La colonia, de la que tan solo llegan a abrirse las zanjas para las cimentaciones y el saneamiento del terreno, se articula en torno a un espacio principal, dominado por una iglesia, que hace a la vez las funciones religiosas y civiles propias de un ayuntamiento. Alrededor de este espacio central se distribuyen los edificios comunitarios y los edificios de servicios públicos, como las caballerizas.

4. LA REFORMA DE 1825. EL DUQUE DE ALAGÓN Durante el reinado de Fernando VII, el Canal ya se encontraba en avanzada fase de degradación, los márgenes en la mayoría de su recorrido se habían transformado en vertederos. En esta época, tan sólo se llevaron acabo obras de ornamentación lo que resultó ser un sinsentido ya que lo que primaba era la recuperación del Canal. En 1818, Fernando VII emitió una Real

Real Fábrica de Oro y de los Metales (posterior a 1791). Nicasio Ruiz de Obregón

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Canal del Manzanares, 1774, junto al Puente de Toledo.

Cédula en la que nombró al Duque de Alagón, juez protector de esta empresa, estableciendo un juzgado privado para las causas relativas a la conservación del Canal: “… Sabed: Que por Don Pedro Martinengo y Compañía se presentó á mi Augusto Abuelo una propuesta en Octubre de mil setecientos sesenta y nueve ofreciendo emprender la grande obra de hacer á su costa y expensas un canal navegable en el río Manzanares desde el Puente de Toledo hasta el río Jarama, y desde allí seguir la navegación adonde mejor conviniese á elección de la Compañía. …El Duque de Alagón, protector del Real canal de Manzanares, ha hecho presente al Rey nuestro Señor que desde el momento en que S.M. se dignó poner á su cargo la empresa del Real canal dicho, fue su primer cuidado dar debido impulso á tan útil establecimiento (…) que para llevar mejor adelante esta obra cree necesario establecer un Juzgado particular, que bajo su inmediata dirección, y residiendo en su persona la jurisdicción (…) entienda exclusivamente en primera instancia de todas las causas civiles y criminales, y demás asuntos que correspondan, y sean peculiares á la conservación de la empresa y prerogativa que le estan concedidas por S.M., con las apelaciones en su caso y lugar para la Sala de Justicia del Consejo Real, con arreglo á lo prevenido en este particular en la Real cédula de once de Febrero de mil setecientos setenta y cuatro.”23

23 Real Cédula de S.M. 1818. Biblioteca del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos. Sig: 09-6020.

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Resulta interesante, también, citar el documento publicado en 1825, que se encuentra en la Biblioteca del Palacio Real, en el que se describe la decadencia del Canal, “La protección del Real Canal del Manzanares”, es una relación sucinta de cómo se encontraba la Real Empresa en 1823-1824 Relación sucinta del estado de esta Real Empresa, en el mes de octubre de 1823; según el reconocimiento hecho por el encargado de la dirección de sus obras, y de las ejecutadas desde aquella época hasta fin del año 1824. “La escasez de fondos que experimentó esta Real Empresa desde el mes de diciembre de 1820, en qué a virtud de los derechos de las llamadas Córtes se la quitaron las asignaciones que tenía para su conservación y adelantamientos, ocasionó el general deterioro de sus obras; y para persuadirse del estado en que se hallaba al restablecimiento del gobierno legítimo del Rey nuestro Señor bastará la siguiente manifestación de las hechas desde aquella época, en que se la devolvieron la mayor parte de las citadas asignaciones, hasta fin del año prósimo pasado. El Canal recibe las aguas filtradas del rio por medio de canalones de madera establecidos en diferentes direcciones bajo la solera de éste, los cuales se han reparado y puesto corrientes en la parte posible para aumentar su entrada que era demasiado escasa á causa de hallarse cegados y casi inútiles. La fetidez que en la estación de verano despiden las aguas estancadas se aumentaba con esceso en una especie de balsa formada entre la alcantarilla que conduce las filtradas del Canal y el muro de sostenimiento de la cabecera, la cual se ha terraplenado, limpiando el mismo tiempo la arena que continuamente entra y contribuye a cegar el cauce”. (…) En la quinta (esclusa) se han construido de nuevo las vanguardias, deshaciendo las que tenía por la próxima ruina que amenazaban, a causa de su desplome ocasionado del estraordinario asiento que habian hecho. (…) La mitad de la séptima se ha demolido y hecho de nuevo. Esta esclusa construida con malos materiales y ningun cuidado, hacia tiempo que anunciaba de un dia a otro su destrucción, y por consiguiente no se podia hacer uso de ella sin peligro. (…) Además de estar interceptada la navegación por el estado de las obras, contribuía a inutilizarla, aun reparadas estas, el mucho légamo que existía en casi todo el Canal, y para dejarla espedíta, se han limpiado en su totalidad los trozos segundo, tercero, sesto, octavo y noveno, y en otros lo necesario. (…) Las compuertas grandes y chicas de las esclusas, deterioradas por consecuencia del abandono preciso en que estuvo la empresa no servian, la mayor parte, mas que para contener las aguas de sus respectivos trozos con la exposición de un rompimiento que hubiera ocasionado grandes daños; y se han hecho y colocado de nuevo las grandes de la primera, segunda, tercera, cuarta,

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quinta, sesta, octava y novena, y las chicas de ésta, y de la segunda, tercera y octava, con otras para desaguadores y almenaras de riego. (…) Los puentes de madera de la primera y segunda esclusas, y otro sobre el arroyo llamado de Ballecas, inmediato a la quinta, que sirven para facilitar la comunicación de uno a otro lado estaban inutilizados, y todos tres se han construido de nuevo. (…) se ha dado principio a los trabajos de la prosecución del Canal por la construcción de la décima esclusa que es la única obra de consideración que se presenta hasta el pueblo de Vaciamadrid, para la cual se ha hecho la excavación, se estan clavando las estacas, concluyendo el emparrillado, y conduciendo todos los materiales necesarios; y cuando esta obra esté ya a punto de concluirse se empezará la apertura del cauce del Canal con toda la actividad que permitan los fondos de la empresa, no siendo posible verificarlo antes porque los trozos que se abriesen no se les podria echar el agua antes de concluir la citada esclusa, y se inutilizarían, como sucedió al décimo, por la falta de uso. Madrid 14 de enero de 1825.24 Uno de los grandes problemas que se debieron afrontar en los tramos extraurbanos del Canal del Manzanares fue el uso tanto de técnicas como de materiales muy deteriorables con el transcurso del tiempo y el uso del que se debieron aprovechar, en ocasiones ilícitamente, la población que vivía y trabajaba en las inmediaciones. Aún en la actualidad, muchos agricultores que continúan con su actividad, comentan como usurpaban terrenos al canal al ser mucho más fértiles y extraían materiales (maderas, ladrillos, etc.) de la antigua estructura del canal para la reparación de acequias, casas de labranza, etc. Estas serían unas tareas que debieron ser comunes desde la construcción del canal y por las cuales se crearon ordenanzas que intentaban evitar el uso no reglado de las instalaciones del Real Canal. A continuación se citan algunos artículos de la ordenanza de 1845 referentes a la conservación de la Canal: CAPITULO PRIMERO. De la conservación del Canal del Manzanares, sus obras y arbolado. Articulo 1.º No será lícito hacer represas, pozos o abrevaderos dentro de la jurisdicción del canal, en los que este atraviesa, ni a las bocas de sus puentes, ni en la inmediación de sus malecones. Los contraventores incurrirán en la multa de cincuenta á doscientos reales, además de subsanar el perjuicio causado. […] Art. 5º El que rompa ó de cualquier modo cause daño en las obras constituyentes del canal, en su arbolado, en los edificios de su dependencia, ó permita que le liagan sus caballerias ó ganados, pagará el perjuicio y una multa de veinte á cien reales. Y al que robase los materiales acopiados

24 “Protección del Real Canal del Manzanares”. (Relación sucinta del estado de esta Real Empresa, en el mes de octubre de 1823; según el reconocimiento hecho por el encargado de la dirección de sus obras, y de las ejecutadas desde aquella época hasta fin del año 1824). Biblioteca del Palacio Real. SIG. VIII/ 10786. Pág. 3-15.

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para las obras ó cualquiera efecto perteneciente á estas se le asegurará y presentará á la autoridad competente para que se le castigue con arreglo á las leyes. […] Art. 10. No se permitirá pescar en el canal á persona alguna que no se halle autorizada con la competente licencia, ni en otra forma que la establecida por la misma; los contraventores serán castigados con la multa de treinta reales por la primera vez y doble por la segunda, recogiéndoles en ambos casos los instrumentos de pescar que se les hallaren. Art. 11. Se prohibe á los pescadores bajar á los escarpes, hacer en ellos rozas ó asientos para su comodidad ó clavar estacas para sujetar las cañas; los que faltaren á estas prevenciones pagarán una multa de veinte á cincuenta reales y serán obligados a reparar el daño que cáusaren.” 25 El Canal del Manzanares necesitó de un continuo mantenimiento, que llegó a ser insostenible para las arcas del estado y terminó ocasionando su total abandono. A mediados del siglo XIX las zonas adyacentes del Canal, convertidas en vertederos y balsas de agua estancada, eran un foco de infecciones. El Canal se utilizó hasta 1862 para transportar materias primas a Madrid, como yeso y piedra, ya que desde 1851 el ferrocarril tomó el relevo como medio de transporte alternativo. Tras la inauguración de la línea férrea Madrid-Aranjuez en 1851 financiada en parte por el Marqués de Salamanca comenzó una campaña pública para cegar el canal, que según algunos testimonios era una estructura ya arruinada y foco de epidemias. En 1856 los planos de Celestino Espinosa recogían todo el trazado y estudiaban su ampliación pero ya en 1859 se desecó la zona de Arganzuela y los terrenos pasaron a la Hacienda Pública. A finales del siglo XIX los márgenes del Manzanares provocaban verdaderos problemas de higiene. El crecimiento de la ciudad con sus ingentes vertidos y las pequeñas industrias derivadas de este crecimiento provocaban un caudal de residuos del que el Manzanares no podía hacerse cargo. Además los baños y lavaderos incidían en esta problemática. Las últimas noticias que se tienen del canal en uso son de 1891, cuando aún funcionaba el molino de la cuarta esclusa, en un paraje declarado como colonia. Sin embargo, se describen sus aguas como pastosas y putrefactas, en un ambiente malsano.

5. DE CANAL DE NAVEGACIÓN A CANAL DE RIEGO SS. XIX Y XX A lo largo del siglo XX, sanear las márgenes del río Manzanares se convierte en uno de los principales objetivos urbanísticos. Madrid va asentando sus bases para convertirse en una gran urbe, lo que implica adecuar la ciudad a sus necesidades. La mejora de la red viaria, así como 25 Ordenanza para la conservación y policía del Canal de Manzanares. 1845.

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la construcción de edificios ubicados cerca de la ribera, propician la canalización del río en su entorno urbano. En este apartado cabe mencionar las fases de acondicionamiento de los terrenos del Manzanares para la construcción del Matadero Municipal y el Mercado de Ganado (1908-1928, Paseo de la Chopera).

5.1. EL MATADERO MUNICIPAL Las condiciones poco salubres, además de las precarias infraestructuras de los mataderos madrileños, existentes a principios del siglo XX, incentivan la necesidad de construir uno nuevo en la ciudad. En julio de 1907 la Alcaldía de Presidencia encarga la redacción del proyecto del Nuevo Matadero y Mercado de Ganados al arquitecto Luis Bellido. El emplazamiento de la nueva edificación fue siempre fuente de discusiones. La dehesa de la Arganzuela destaca desde el principio, como el lugar preferido para ubicar el Matadero, aunque los problemas para sanear y desaguar el terreno, debido al bajo nivel del mismo, hacen pensar en otras posibilidades. Se oferta un concurso público para terrenos ubicados entre los puentes de Toledo y Vallecas. Los minuciosos estudios de la zona de la dehesa de la Arganzuela, acaban, finalmente, por declararla terreno apto para la construcción del matadero. Las primeras investigaciones de Bellido se decantan por “elevar la rasante general por medio de un terraplenado cuya cota media no podría bajar de 2,50m.”26, además de construir unas importantes cimentaciones y, por supuesto, sanear y canalizar el río. El principal problema que Bellido encuentra en estas tierras, es la construcción de las pendientes del alcantarillado. En un primer momento se piensa en emplear un alcantarillado con pendientes superiores al 1 por 1000, aunque la colaboración con el ingeniero Recaredo Uhagón recomienda rebajar las pendientes hasta el 5 por 1000, lo que implica la utilización de un alcantarillado tubular. De la superficie de la dehesa se analizan las condiciones de los tres terrenos admitidos para la construcción: la zona baja de las Delicias, la Alhóndiga y la zona alta de las Delicias. Teniendo en cuenta el saneamiento y canalización del Manzanares, el bajo nivel del colector general, la cimentación de las pendientes del alcantarillado y el terraplenado en toda la extensión del terreno, la zona de la dehesa de la Arganzuela es considerada apta para la construcción del Matadero. Así pues, el terreno elegido consta de una superficie de 165.415 metros cuadrados, limitados al Noroeste por la prolongación del paseo de Santa María de la Cabeza, al Nordeste por el Paseo de la Chopera, al Sureste por la carretera del puente de la Princesa y al Suroeste por el tramo canalizado del Manzanares. Dado que la principal preocupación para ubicar el Matadero en la dehesa de la Arganzuela recae en la adecuación de la zona y en la mejora de las condiciones del subsuelo (secar y elevar el nivel del terreno, además del saneamiento del río Manzanares), se presta especial atención a las obras de: elevación del nivel general del solar y la planificación de la red de desagües.

26 Bellido, L. El nuevo matadero y mercado de ganados: memoria explicativa del edificio y del estado de su construcción. Madrid, 1918, p. 36.

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Matadero municipal.

Las obras de elevación del nivel del terreno responden a dos motivos: por un lado, dar pendiente al alcantarillado y, por otro, sanear el sitio y prevenirlo de los frecuentes encharcamientos. A causa de la irregularidad de la superficie se levanta un terraplén cuya cota media no desciende por debajo de un metro. En consecuencia, todas las construcciones han tenido que peraltar sus cimientos para salvar la diferencia entre el nivel natural del terreno y el nivel general de las calles del Matadero. Los primeros estudios demuestran que la estructura del subsuelo no era uniforme, ya que en algunos puntos aparecen capas de arena mezclada con arcilla fangosa, intercaladas con capas de arena limpia. Se observa que lo mismo sucede en los suelos situados 35 metros más allá, lo que lleva a concluir, una vez consultados los planos antiguos del canal, que anteriormente dicho canal había ocupado esta zona. A este problema se añade el de las filtraciones de aguas subterráneas procedentes del riego de las huertas de los terrenos situados frente al futuro edificio. Bellido resuelve ensanchar el cimiento para no cargar demasiado el terreno en los sitios dudosos, apostando por una cimentación flexible; de este modo, se establece una escala de coeficientes de trabajo para las diferentes clases de terreno (250 gr. por centímetro en los terrenos más flojos, y hasta 1,50 kg. en los más consistentes). Con los diferentes modos de cimentación corrida se fundan casi todos los edificios, salvo la parte de las cámaras frigoríficas27. La diversidad de los sistemas de construcción es el reflejo de la complejidad de los terrenos, por lo que no tiene sentido adaptarse a un tipo general de pavimentos. De cualquier modo, existen unas condiciones generales a la hora de elegir los pavimentos: que fueran impermeables, no resbaladizos y económicos.

27 Ibidem, p.82 y ss.

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5.2. LA RED DE DESAGÜES Debido a la naturaleza del terreno, el tema del desagüe es de capital importancia. Se opta por la implantación del sistema tubular para el alcantarillado. En primer lugar, es necesario mantener la pendiente por encima de cinco milésimas. El arquitecto, resuelve dividir la superficie total del terreno en varias cuencas, controladas por colectores independientes, que a su vez acometen en la margen izquierda del colector general. La pendiente de estos colectores es de 7 por 1000. Los colectores, fabricados en hormigón armado, están interrumpidos cada 30 metros por “cámaras limpias”28, que permiten el saneamiento del alcantarillado. La red de desagües cuenta además con varios tipos de absorbederos (verticales y horizontales) y tres tipos de sumideros: los de gran caudal, formados por una arqueta-registro; los de las naves de degüello, constituidos por una especie de buzón en forma cónica que enlaza con la tubería de gres embisagrada y los de cuadra, que son sifones de comercio. Durante los años cuarenta y cincuenta se llevan a cabo las obras para canalizar el río en su recorrido urbano, es decir, desde las inmediaciones de San Antonio de la Florida hasta el puente de la Princesa. En 1943, una Ley de Jefatura del Estado aprueba un anteproyecto de obras que no se inicia hasta 1948. Se levantan pequeñas presas y se construyen muros de ribera de hormigón chapados en mampostería granítica para canalizar el río, cuyo cauce se queda en 40 m. de anchura.

6. DE LA CUARTA A LA QUINTA ESCLUSA 6.1. LA CUARTA ESCLUSA En la cuarta esclusa del Canal se encuentra la casa de los trabajadores de esta presa y los restos de un molino de cartón. Pascual Madoz en su Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de ultramar, describe las construcciones de la cuarta esclusa. Se habla de una casa en buen estado y al lado de otra de recreo destinada a SS.MM y AA. Paralela a esta casa y enfrente del canal, hay otra construcción de planta baja con una estancia, para el guarda, y una caballeriza con más de veinte plazas. Las esclusas se diseñaron para permitir la navegación de barcazas y salvar el desnivel. Cada sistema de esclusas tenía una pareja de compuertas para vaciar o llenar la esclusa. “En el año 1831, con motivo de un hundimiento que se manifestó en el trasdós del muro derecho de la esclusa, por causa de la mala y viociosa construcción de su almenara, introducida en el mismo muro; se reformó este y se puso suelo nuevo a la esclusa. Con este motivo, el director entonces Don Pedro de Nolasco de Ventura, y su ayudante el espresado Don de Herrera de la Calle, concibieron 28 Ibidem, p.64.

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Complejo de la Cuarta Esclusa.

el proyecto de construir una almenara de desagüe, que dejando en seco el cuarto tramo, volviese a las aguas del quinto, sin empeorarle, condujese las sucias y légamos al río, é introdujese de este aguas nuevas que refrescasen y aumentasen las del canal, para la cual serviría también la caseta de compuertas que se halla construida.” Se puede apreciar, también la almenara de desagüe que cita Madoz, que servía para verter las aguas del embarcadero fuera de la esclusa, regulando, así, el flujo. Esta construcción fue reformada por lo menos una vez a causa de un derrumbe.

LA CASA En la cuarta esclusa se conservan los vestigios de la casa mencionada en 1848 por Madoz en su obra citada anteriormente: “A 4,319 pies de longitud, está situada la cuarta esclusa también de antigua construcción, pero en buen estado (…) e inmediata a ella la casa de recreo, destinada para SS.MM. y AA., y delante de ella un magnífico emparrado sostenido por su armadura y pies derechos de madera, pintado todo al óleo, de color verde. Á 112 pies distancia de esta casa y paralela al canal, a 104 se ha construido en el año de 1830 un edificio, solo de planta baja, en el cual está la habitación para el guarda, o

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Casa de la Cuarta esclusa.

peón conservador, una caballeriza de 24 plazas, pajar, pieza para la cebada, y una gran cocina con hornillas, hogar, horno y pieza para repostería, y otra para guardar ropas, bagilla y demás (…).” De todas maneras, dado el estado actual, resulta difícil saber con exactitud cuáles fueron las estancias reales. La casa de esta esclusa sirvió de cuartel militar durante la rebelión que dio lugar a la Guerra Civil. Se convirtió en cuartel de las tropas del Comandante del Ejército Popular de la República Española, Enrique Lister. Junto a la casa se encuentran los restos de un tejar que se servía del barro de una finca próxima; a su lado había un almacén que, con seguridad, sirvió de secadero para el molino de papel y cartón existente en esta misma esclusa.

EL MOLINO La importancia de los molinos en el Canal del Manzanares fue significativa, como elementos que aprovechaban el embalsamiento de las aguas. El molino de cartón estaba unido a la casa por una estructura de piedra, el molino se introducía en el río y aprovechaba la fuerza de sus aguas; se levantaba junto al embarcadero. Parece que el molino fue posterior a la esclusa y que empezó a funcionar después de que el Canal dejara de ser navegable ya que es complicado compatibilizar su funcionamiento con la circulación de las barcazas por la esclusa. El Canal dejo de funcionar sobre 1830 y a finales de la década de los 50 fue cegado debido a la insalubridad de sus aguas, por ello, se ubica su construcción en la segunda mitad del siglo XIX. El molino, seguramente, se usó para moler cereales y posteriormente trabajó el papel. Como ya se ha mencionado anteriormente, los molinos hidráulicos se basan en la fuerza motriz del agua, y normalmente, aprovechan la diferencia de altura del agua al entrar y salir del molino. En este caso, la Vega del Manzanares, al ser plana, las aguas debían elevarse de manera artifi-

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cial para crear la fuerza de la caída necesaria para mover las muelas del molino. Hay dos modalidades de rueda, una vertical y otra horizontal. La vertical es más eficiente para corrientes concentradas y de poca altura; mientras que la rueda horizontal es un sistema que precisa más altura en las aguas. Lo más probable es que en este caso se usara la versión vertical, aunque cabe decir que este modo es incompatible con la navegación. Durante el periodo ilustrado, los monarcas consideraban muy importante la fabricación de papel, lo que suponía una fuente más de ingresos, por un lado, y por otro, el soporte necesario para difundir sus ideas y construir una cultura. Para potenciar esta última finalidad se crea la Imprenta Real, y se forma a numerosos grabadores en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, además de la Calcografía Real, fundada en 1789 como organismo independiente de la Imprenta, para producir los grabados. A mediados del siglo XVIII se instaló en las orillas del Jarama un molino de papel y cartón para suministrar los cartones necesarios para la Real Fábrica de Paños de San Fernando de Henares, se trataba de fábricas de menor importancia, aunque ligadas a las producciones de fábricas de peso. Este molino se construye hacia 1747, aprovechando las aguas del Jarama y la facilidad de la ubicación para obtener el trapo como materia prima con la que se elaboraba el papel. El molino de papel de San Fernando de Henares representa el ejemplo de la antigua manufactura. Es probable que el molino de papel de la cuarta esclusa sea uno de los últimos ejemplos de producción manual. El hecho de que existiera un secadero de cartón adjunto al molino argumenta que el secado de las hojas era todavía manual. Una vez se introducen, en Madrid, las máquinas de papel continuo y la de vapor para el secado continuo, los secaderos pasarían, en todo caso, a ser usados como almacenes.

Secadero de cartón.

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6.2. LA QUINTA ESCLUSA La quinta esclusa es un complejo hidráulico formado por tres unidades estructurales que funcionan de manera indivisible: el canal hidráulico, el vaso y el puente. La infraestructura de la quinta esclusa es muy parecida a las demás; data del siglo XVIII, siendo rey Carlos III, como la mayor parte de los complejos hidráulicos del canal. Así la describe Madoz: “Y a 1,209 pies del mismo, está la quinta esclusa de anterior construcción, y reedificado el mismo año el muro del lado del R. tiene 81 pies de longitud, y 162/2 de lateral; y así en esta como en la Cuarta, se han construido los gallipuentes a continuación como en la Segunda. A la izquierda, a 30 varas de la esclusa, está la casa del peón del conservador, y otros apartamientos, para dependientes del ramo del arbolado, que cuidan el gran vivero que hay desde dicho puente hasta la misma esclusa (…).” En el Ministerio de Fomento existe una colección de 690 planos de obras hidráulicas proyectadas en el periodo comprendido entre 1746- 1866. En dichos planos quedan plasmados los avances técnicos, además de aportar información de otros campos como el transporte, la agricultura, el regadío y el desarrollo urbano.

Quinta esclusa.

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Cuando en la segunda mitad del siglo XIX se cegó parte del canal, en este tramo también se debió suspender la navegación y el transporte fue substituido por el nuevo ferrocarril MadridAranjuez. El ferrocarril iniciaba una etapa en que la navegación por el Canal quedaba obsoleta. La navegación lenta y dificultosa por aguas del Manzanares y por su complejo sistema de esclusas se vio relevada por el camino de hierro, por el que circulaban las modernas máquinas de vapor, símbolo de una nueva sociedad industrial y europea. A partir de entonces el Canal del Manzanares se abandona y queda relegado al olvido, y como mucho, a otros menesteres como el uso del molino de la Cuarta Esclusa. Por último, señalar que fue la construcción del ferrocarril la que conllevó la ruina y decadencia definitiva del Canal del Manzanares. Sin embargo, ha sido la construcción de la línea de Alta Velocidad la que ha permitido documentar los restos del mismo entre la Cuarta y la Quinta Esclusa. Las excavaciones arqueológicas han arrojado nueva luz a muchos aspectos tecnológicos que no aparecen recogidos en la documentación de la época, así como a los procesos de construcción/destrucción de esta singular infraestructura de la obra civil española.

Quinta esclusa.

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7. DECADENCIA DEL CANAL. LA IMPLANTACIÓN DEL FERROCARRIL Como ya se ha comentado en páginas anteriores la situación del Canal a estas alturas de la historia era degradante. En época de Fernando VII, la mayor parte de los márgenes se habían transformado en vertederos, y las obras de mantenimiento se mantienen hasta 1830, aproximadamente. Se trata de un época de cambios, en Europa, se produce la Revolución Industrial, momento crucial para el desarrollo de las tecnologías.

7.1. LA SOCIEDAD INDUSTRIAL DEL SIGLO XIX La revolución industrial fue cuajando lentamente en España en el último tercio del siglo XIX. Madrid, en este caso, se miraba en el espejo de las grandes urbes europeas e intentaba seguir los pasos de París, Londres y Bruselas. Los analistas sociales y los economistas ponían el acento en el desarrollo de las industrias como uno de los principales elementos de la riqueza. Europa vive unos cambios profundos en los sistemas de trabajo y en la estructura social, es el paso del mundo rural a las ciudades y del trabajo artesanal al mecánico. Se trata de un momento clave en el mundo occidental, que obligaba a una total renovación para poder sobrevivir en esta época. Los acontecimientos exigían nuevos medios de transporte, en un principio esta idea se aplicaba para el transporte de las materias primas a las fábricas. Justo en esa tesitura nace el ferrocarril. Los países europeos habían empezado ya su andadura por este nuevo medio de transporte, así la primera línea férrea para el transporte de carga, se inauguró en 1825 y unía Stockton con Darlington en el noreste de Inglaterra y ya cinco años más tarde se ponía en marcha la primera línea de pasajeros entre Liverpool y Manchester. El ferrocarril permitía transportar materiales a una velocidad impensable hasta ese momento, hecho que dejaba obsoleto el tráfico de las barcazas por los canales navegables que seguía siendo costoso y complicado. La Revolución Industrial se produce en nuestro país, con unas décadas de retraso respecto a los países del norte de Europa. Mientras que en Europa se acelera la industrialización y se refuerza gracias a instituciones liberales, tanto a nivel político (democracia liberal o monarquía constitucional) como a nivel económico, en España seguía existiendo la monarquía absoluta y los cambios se ven con ojos reticentes. Se produce un largo periodo de estancamiento industrial que coincide con el reinado absolutista de Fernando VII. Hacia 1850 empieza a desarrollarse un tardío proceso de industrialización, pero cuyo resultado no tiene el mismo significado que en los demás países. La llegada de las técnicas industriales y de las máquinas suponía, para aquellas ciudades capaces de implantarlas en su sistema de producción, un impulso social y económico drástico, a todos los niveles. La industria cambiaba los usos de los pueblos y las costumbres del obrero. Para empezar, la vida cotidiana se vuelve más cómoda, se abaratan los costes, el trabajo ma-

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nual se simplifica y por lo tanto aumenta la productividad. El mayor consumo facilita el ahorro y mitiga el pauperismo y la dejadez que provoca en la sociedad la falta de empleo.

7.2. LOS PRIMEROS FERROCARRILES Los primeros ferrocarriles españoles nacen bajo el reinado de Isabel II, 1833-1868, período caracterizado por una oligarquía financiera de carácter liberal. De esta manera, la política ferroviaria de esta época se basaba en las pretensiones comerciales de la clase burguesa. Los primeros ferrocarriles imitaban la forma de estrella radial de la red de comunicación francesa. Cabe añadir a este punto que las líneas ferroviarias eran un claro reflejo del desequilibrio territorial español, en el sentido que aquellas zonas que no siguieron un buen ritmo de industrialización se vieron marginadas por los nuevos trazados de las vías de comunicación. Por un lado existiría el desarrollo del litoral cantábrico y del levante catalán, y por otro, el estancamiento de la zona de la cordillera ibérica y la frontera hispano-portuguesa29. En la época en la que se inaugura el ferrocarril de Aranjuez ya se proyectaba la primera gran línea peninsular con la idea de prolongar esta misma hasta Almansa, hasta el Mediterráneo. El desarrollo del ferrocarril en España podemos dividirlo en dos periodos diferentes que se corresponden con dos momentos político- sociales. Un primer momento se produciría bajo el mandato de Isabel II, cuando se crean dos ejes básicos: son las líneas de Madrid a Zaragoza y de Madrid a Hendaya, de carácter local e intereses privados. El segundo periodo sería durante la Restauración, momento en el que implantaron líneas ferroviarias radiales de carácter regional e intereses estatales como la línea de Ciudad Real- Badajoz. Se trata de proyectos menos ambiciosos que los de Isabel II, pero con ellos se articuló gran parte de la geografía española hasta la llegada de Primo de Rivera. A este periodo clásico le sucedería una tercera fase denominada “MOP” (Ministerio de Obras Públicas) iniciada bajo la dictadura de Primo de Rivera. Se trata del Plan de Ferrocarriles de Urgente Construcción de 1926 que a causa de la Guerra Civil no finalizó hasta 1972.

7.3. EL CANAL DE HIERRO Resulta difícil enmarcar el nacimiento de la línea entre Madrid y Aranjuez en el seno de una política seria de redes ferroviarias, o como resultado de un proceso de industrialización y mejora de la tecnología. Como se ha comentado anteriormente, en España todo este proceso se vivió de manera tardía, de manera que la introducción del ferrocarril va ligada al interés de una oligarquía económica para demostrar síntomas de modernización. En realidad, la primera mitad del siglo XIX se caracterizó por los intentos de la burguesía en llegar al poder y su fracaso en lograrlo. La burguesía fue consiguiendo espacios de poder y económicos pero no fue capaz de 29 Esteve García, Juan P. “El ferrocarril Madrid-Ciudad Real-Badajoz” en Monografías del Ferrocarril / 25, pág. 19.

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exponer un programa político claro como reflejo de una sociedad democrática, lo que supuso un proceso de industrialización inestable. El ferrocarril Madrid – Aranjuez sustituye el “primitivo” Canal del Manzanares como medio de transporte. Después de siglos de intentos fallidos y de navegación infértil, el Real Canal se moderniza y se convierte en un camino de hierro, como símbolo de modernización y síntoma de industrialización de Madrid. El viejo Canal, convertido en contenedor de aguas insalubres y arquitecturas en ruina, se sustituye por uno de los primeros ferrocarriles españoles. Este período histórico se caracteriza por la existencia de una élite política y económica que dirige las pautas del país frente a una mayoría de gente campesina. Ésta es una de las razones por las que los primeros ferrocarriles consiguen pasar de ser un proyecto a convertirse en una realidad. No se trataba de un proyecto de obras públicas de la Monarquía, sino del empeño de la clase burguesa en rentabilizar su economía como promotora del proyecto. De esta manera, la política ferroviaria de estos años acentúa un desequilibrio territorial entre aquellas provincias que contaron con estos promotores y las que no, zonas, éstas últimas, que mantuvieron durante décadas una estructura social y económica agraria.

7.4. EL FERROCARRIL MADRID - ARANJUEZ La primera vía férrea española, la que unía Barcelona con Mataró se había inaugurado en 1848, producto del desarrollo de la industria textil en la zona de Cataluña. En Madrid, el 9 de febrero de 1851 la reina Isabel II inauguraba la línea de ferrocarril que unía Madrid con la localidad de Aranjuez, convirtiéndose en un símbolo de modernidad y en un importante guiño a la sociedad industrial, aunque las consecuencias del establecimiento de esta línea no respondían a las mismas razones que la línea de Barcelona- Mataró. En el primer viaje salieron siete locomotoras que tardaron cincuenta y cuatro minutos en reDPSSFSMPT,NEFUSBZFDUP'VFFM.BSRVÏTEF4BMBNBODBRVJÏODPOWFODJØBMBSFJOBEFMB importancia y la rentabilidad de contar con el ferrocarril. Las obras de este tramo se iniciaron en 1846, aunque entremedias sufrieron algunas interrupciones, así que no fue hasta 3 años más tarde cuando se reanudaron con fuerza, pudiéndose inaugurar en 1851. La concesión provisional fue aprobada en 1844 a favor de la Sociedad “Camino de Hierro de María Cristina”, en homenaje a la madre de Isabel II, y le fue otorgada en abril de 1845 gracias a un depósito personal del Consejero de esta misma Sociedad José Salamanca Mayol, de 6 millones de reales. Los hermanos de origen británico Green redactaron el proyecto bajo la dirección del ingeniero Pedro Miranda. En 1850 comenzaron las primeras circulaciones entre Madrid y Pinto, terminando las obras el 8 de febrero de 1851. Ese mismo día se realizó, sin viajeros, el primer viaje de la línea para comprobar el funcionamiento y el resultado de las obras, además de medir las distancias para fijar las tarifas por trayectos.

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Ferrocarril Madrid- Aranjuez. Entrada en Aranjuez.

Entre las estaciones de Madrid y de Aranjuez había otras: Getafe, Pinto, Valdemoro y Cienpozuelos. El embarcadero de Atocha contaba con 3 vías, en la salida había una cochera con seis vías y con capacidad para 54 carruajes y el depósito de máquinas con 4 máquinas. La estación de Aranjuez contaba con las mismas dependencias que la anterior aunque en el depósito había espacio para 8 máquinas, además esta estación contaba con un taller de reparación de locomotoras. Los antecedentes de unir Madrid y Aranjuez se remontan a 1830 cuando para impulsar el desarrollo de este Real Sitio, un grupo de particulares, Francisco Xavier de Burgos, José Joaquín del Álamo, Joaquín Vizcaíno y Diego Ramón Somera, solicitaron la concesión de un camino de hierro. En ese momento la concesión les fue denegada e igualmente cuatro años más tarde, en el segundo intento. En 1843 se solicitó por parte de Pedro de Lara y Meliá una concesión para unir Madrid con Alicante pasando por Albacete, proyecto que posteriormente quedó reducido a la línea Madrid-Aranjuez. Al entrar en el municipio de VillaVerde, el tren tenía que salvar el Canal del Manzanares a la altura de la tercera esclusa, aproximadamente, sobre un puente, el llamado Puente del Manzanares. Esta construcción se inaugura en 1851, aunque, de manera casi inmediata, sufre las crecidas del río y se tuvieron que sustituir las pilastras originales temporalmente. En 1861 la compañía M.Z.A. (Madrid-Zaragoza-Alicante) reconstruye el puente.

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Definitivamente el ferrocarril a Aranjuez supuso el final del Canal del Manzanares como canal de navegación. Por otro lado, en el siglo XX existen las obras de canalización de los márgenes del río debido a la construcción del Matadero. Se llevan a cabo las obras para canalizar el río en su recorrido urbano, es decir, desde las inmediaciones de San Antonio de la Florida hasta el puente de la Princesa.

8. CONCLUSIONES GENERALES El proyecto hidráulico del Canal del Manzanares se idealizó durante varios siglos, aunque su materialización puso de manifiesto el carácter utópico del mismo, dadas las circunstancias explicadas. Desde el inicio se pensó que su carácter navegable dotaría a la ciudad de unos galones especiales que toda gran Corte europea necesitaba, mientras que la realidad se encargó de demostrar cómo una gran ciudad puede florecer a lo largo y alrededor de un curso fluvial. La degradación final en el siglo XIX no es más que el resultado de un cúmulo de factores que no hicieron posible la navegación, tales como la nivelación de los terrenos, la irregular afluencia de las aguas y las diez esclusas construidas. Finalmente, la construcción del ferrocarril Madrid – Aranjuez supuso la estocada final a un proyecto inestable desde el principio. No obstante, cabe resaltar que Madrid debe parte de su personalidad a este río, que puede equipararse a los más importantes del mundo, no por su caudal, sino por su propia singularidad. Seguramente, haya sido uno de los ríos más burlados, tanto en prosa, como en verso.

(…) Bien es verdad que os harán marqués de Poza el estío los que entrando a veros sucios saldrán de veros no limpios, no os desvanezcáis por esto, que de piedra sois hijo, pues tomastes carne undosa en las entrañas de un risco; enano sois de una puente que pudierais ser marido, si al besalla en los tres ojos le llegareis al tobillo. ¿Al tobillo? Mucho dije: a la planta apenas, digo, y esa no siempre desnuda, porque calzada ha vivido. (…)30

30 Luis de Góngora

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DOCUMENTACIÓN

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SIGNATURA: AGP VIII-10786. TÍTULO: Protección del Real Canal de Manzanares. AUTOR: Duque de Alagón. FECHA: 1825.

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OH. 619. TÍTULO1: Sin Título. AUTOR: Manuel Serrano. LUGAR Y FECHA: Madrid, 28 de Julio de 1774. ESCALA: Gráfica de 100 pies castellanos. DIMENSIONES: 490 x 690 mm. ZONA COMPRENDIDA: Tramo del canal real del Manzanares, junto al Puente de Toledo,. FORMA DE REPRESENTACIÓN: Plano en color. FORMA DE REPRODUCCIÓN: Original en papel, tinta y acuarela. Se recoge el tramo del canal donde se asienta el puerto y los almacenes junto al camino del Puente de Toledo, con la entrada de yates por la rampa y el lavadero del hospital. Se proyecta también la ampliación de dicho puerto. En el recuadro, la planta principal de los almacenes y el granero, con las viviendas para el administrador y los dependientes. OBSERVACIONES: Los primeros intentos de hacer navegable el río Manzanares se remontan hacia 1679 cuando los hermanos Carlos y Fernando Grunenbergh, coroneles de los reales ejércitos, presentaron un proyecto del canal que no llegó a materializarse. Ya en siglo posterior, en 1756 se pretendió la creación de una compañía para hacer navegables los ríos Tajo, Guadiela, Jarama y Manzanares aunque, finalmente, sólo se emprendieron las obras de éste último. Sobre esta base, en 1770, se otorga a Pedro Martiniego y Cía. la concesión para construir un canal navegable que, tomando sus aguas de un punto junto al Puente de Toledo, llegue hasta Aranjuez. Las primeras obras fueron paralizadas hacia 1772, por una serie de pleitos promovidos por los propietarios de las tierras colindantes, lo que obligó al replanteamiento de la obra; a esta fase corresponden los trabajos de D. Manuel Serrano (este plano y siguientes). En 1785, durante la época de la utopía borbónica, en la que los grandes proyectos urbanísticos y arquitectónicos intentaban emular al resto de Europa, el ingeniero francés Carlos Lemaur presentó un ambicioso proyecto que pretendía unir Madrid y Sevilla por un canal navegable, empresa que nunca llegó a materializarse. La compañía del canal se vio avocada al fracaso y sólo realizó obras hasta el embarcadero de Vaciamadrid y poco más. Entre las causas que impidieron la construcción, cabe destacar el insuficiente volumen de las aguas para alimentar el cauce artificial, además de la inadecuación de los desniveles del mismo, lo que llegó a suponer la construcción de 10 esclusas para hacer posible el paso de los barcos en el trayecto comprendido entre el Puente de Toledo y Vaciamadrid. Hacia el siglo XIX los terrenos del canal semiderruido se convirtieron en una zona abandonada y de vertederos. 1 La sinopsis de catalogación de todas las fichas responde al capítulo de “Introducción al catálogo de planos” de Eugenio Sánchez Jiménez, en: Díaz-Marta, M.; Sáenz, F.; García Tapia, N; Helguera, J.; Sánchez, E.; Planos históricos de obras hidráulicas, editado por el Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo, CEHOPU.

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OH. 621. TÍTULO: Sin Título. AUTOR: Manuel Serrano. LUGAR Y FECHA: Madrid, 13 de Julio de 1775. ESCALA: Sin especificar. DIMENSIONES: 380 x 500 mm. ZONA COMPRENDIDA: Tramo del canal real del Manzanares, junto al Puente de Toledo, Madrid. FORMA DE REPRESENTACIÓN: Plano y alzada en color. FORMA DE REPRODUCCIÓN: Original en papel, en tinta y acuarela. El tramo del canal con el puerto, edificación rectangular con gran patio interior y almacén, además de la alzada del edificio de dos plantas, junto al canal, y, en unote sus extremos, un artilugio colgado para sacar agua. OBSERVACIONES: La edificación rectangular se proyecta separada del canal.

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OH. 622. TÍTULO: Perfil de la presa sobre el río Manzanares para pasar el canal por encima de de d(ic)ha presa. Según el proyecto de D(o)n Gil Pin hecho sobre un petit pie mayor para hacer un modelo. AUTOR: Estevan Bellecare. LUGAR Y FECHA: (1772-73). ESCALA: Gráfica de 20 pies. DIMENSIONES: 300 x 720 mm. ZONA COMPRENDIDA: Punto del real canal del Manzanares, junto al Puente de Toledo, Madrid. FORMA DE REPRESENTACIÓN: Perfil en color. FORMA DE REPRODUCCIÓN: Original en papel, tinta y acuarela. La parte superior de cantería, es irregular y casi en su centro geométrico tiene un desnivel o canal para el paso del agua superficial; se debe a que la presa se proyectó para recoger el agua subterránea y utilizarla, por filtración, para dar más volumen al canal. Se dibuja el pilotaje de cimentación con mucho detalle. OBSERVACIONES: La fecha se deduce de la época en la que el autor trabajó en España; en 1772 firmó otro trabajo para el canal imperial de Aragón. Además, el ingeniero del canal de Languedoc, D. Gil Pin, vino a España en1772 para revisar y dictaminar unos proyectos del canal imperial.

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OH. 623. TÍTULO: Plano del Puente “passando debaxo el canal R(e)al de manzanares por hacer correr el agua viniendo de la Montaña de Variecas a lugar liamar Bal de Mingones”. AUTOR: Louis Loiseau, fecit. Firman también Juan Coster y Mar(ia)no Lleopart. LUGAR Y FECHA: 1777. ESCALA: Gráfica de 60 pies. DIMENSIONES: 535 x 755 mm. ZONA COMPRENDIDA: Punto del río Manzanares en el valle de Mingómez. Provincia de Madrid. FORMA DE REPRESENTACIÓN: Plano, alzada y perfil en color. FORMA DE REPRODUCCIÓN: Original en papel orlado, a tinta y acuarela. En un solo cuerpo de dibujo se recogen las plantas de la fundación y de encima del puente, un perfil del canal sobre el puente y alzada de la entrada OBSERVACIONES: El primero de los autores no firma y su nombre va unido a la cartela antes del año. Son técnicos franceses que llegaron a España en la segunda mitad del siglo XVIII. Se observan muchos errores en la toponimia.

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OH. 624. TÍTULO: Cimiento, perfil de la novena exclusa; “la decimo será Lomesmo”. AUTOR: No se cita. LUGAR Y FECHA: No se citan. ESCALA: Aunque lleva escala, no se distingue bien, pues aparece sin terminar en la parte inferior. DIMENSIONES: 515 x 755 mm. ZONA COMPRENDIDA: Punto del río Manzanares entre Vallecas y Vaciamadrid. Provincia de Madrid. FORMA DE REPRESENTACIÓN: Plano y perfil en color. FORMA DE REPRODUCCIÓN: Original en papel, a tinta y acuarela. Planta de la esclusa, la mitad en esquema, dibujándose el emparrillado de madera relleno de cascajo, como cimentación Perfil longitudinal dejando ver el pilotaje subterráneo. OBSERVACIONES: Por sus características, los investigadores2, creen que es trabajo de los mismos autores que el plano anterior, Louis Loiseau, Juan Coster y Mar(ia)no Lleopart y de la misma fecha, 1777.

2 Díaz-Marta, M.; Sáenz, F.; García Tapia, N; Helguera, J.; Sánchez, E.; Planos históricos de obras hidráulicas, editado por el Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo, CEHOPU. P. 376.

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OH. 626. TÍTULO: Plano topográfico, que manifiesta la dirección y longitud del R(ea)l Canal de Manzanares en la parte que al presente se halla “avierto” y la que se proyecta para su continuación hasta Baciamadrid y “subcesivamente” a Aranjuez y reunión con el Tajo; “ygualmente” se manifiesta la R(ea)l acequia de Jarama en toda su longitud de 13 leguas, con distinción de la parte que en el día corren las aguas y la en que, corrieron anteriormente hasta los Tejares de Belilla, cuyo Plano ha formado el Comisario de Caminos honorario de Guerra y Director de las obras del mencionado Canal de Manzanares D(o)n Miguel de Inza, en virtud de orden del Ex(celentisi)mo S(eñ)or Duque de Magón Barón de Spes, como Protector del mismo R(ea)l Canal. AUTOR: Miguel Ynza. LUGAR Y FECHA: Madrid, 5 de Julio de 1818. ESCALA: Gráfica de 4 leguas de 20.000 pies castellanos. DIMENSIONES: 540 x 930 mm. ZONA COMPRENDIDA: Tramos de os ríos tajo, Jarama y Manzanares y terrenos circundantes. Provincias de Madrid y Toledo FORMA DE REPRESENTACIÓN: Plano en color. FORMA DE REPRODUCCIÓN: Original en cartulina, a tinta y acuarela. I. Trazado del Canal del Manzanares desde Madrid hasta la casa del Mayorazgo en Vallecas, tramos en que se halla abierto. La continuación a Vaciamadrid se marca con línea punteada. II. Trazado de la real acequia del Jarama desde Vaciamadrid hasta los tejares de Belilla, en el Tajo; a distinto color se dibuja el tramo primero, por donde corren las aguas, desde el bocal hasta Cienpozuelos. De este punto salen las caceras de Medialuna y Valenciana, que riegan las tierras bajas de Aranjuez. OBSERVACIONES: Orientación por círculo con diámetros. El Norte está indicado con la Flor de Lys. Se señala el punto donde se construirá la décima esclusa y la continuación hasta Vaciamadrid.

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OH. 629. TÍTULO: Planta del Edificio proyectado y Almacén actual en el Embarcadero del Canal de Manzanares. AUTOR: No se cita. LUGAR Y FECHA: No se citan. ESCALA: Gráfica de 90 pies castellanos. DIMENSIONES: 450 x 615 mm. ZONA COMPRENDIDA: Embarcadero del real canal junto al puente de Toledo. Provincia de Madrid. FORMA DE REPRESENTACIÓN: Plano. FORMA DE REPRODUCCIÓN: Original en papel, a tinta. El nuevo edificio del embarcadero, albergará: el taller de carpinteros, el almacén de maderas y el taller de marinos y fragua. La nueva construcción (marcada en tinta roja) se construye adosada a uno de los extremos del antiguo almacén, que se proyectó en 1775 por Serrano (ver plano OH. 621).

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OH. 631. TÍTULO: Alzados del Edificio proyectado en el Embarcadero del Canal de Manzanares, para Almacén y Taller de Carpintería. AUTOR: No se cita. LUGAR Y FECHA: No se citan. ESCALA: Gráfica de 100 pies castellanos. DIMENSIONES: 460 x 620 mm. ZONA COMPRENDIDA: Embarcadero del real canal junto al Puente de Toledo. Provincia de Madrid. FORMA DE REPRESENTACIÓN: Alzada en color. FORMA DE REPRODUCCIÓN: Original en papel, a tinta y acuarela. Se dibujan tres fachadas: la principal interior, la de Yeserías, y la exterior. OBSERVACIONES: En una de las torres de la fachada principal, bajo el reloj, aparece el año del proyecto.

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OH. 633. TÍTULO: Sin título. AUTOR: No se cita. LUGAR Y FECHA: No se citan. ESCALA: Gráfica de 100 pies castellanos. DIMENSIONES: 350 x 810 mm. ZONA COMPRENDIDA: Primera esclusa del canal de Manzanares, a la altura del cruce con el arroyo Abroñigal. Provincia de Madrid. FORMA DE REPRESENTACIÓN: Plano en color. FORMA DE REPRODUCCIÓN: Original en cartulina, a tinta y acuarela. La planta de la esclusa se dibuja la mitad en esquema, mostrando el emparrillado y la mezcla usados en la cimentación. A un lado la fábrica de papel y el molino. OBSERVACIONES: Los investigadores3 creen que la rotulación del plano es idéntica a la de los planos firmados por Ventura, pero algunas variantes en la delineación, hacen suponer la intervención de su ayudante Antonio Herrera de la Calle.

3 Loc cit. P. 377.

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OH. 634. TÍTULO: Plano que manifiesta la 2ª Esclusa del Canal de Manzanares en el edificio construido para molino “arinero” frente al bocal antiguo que también sirvió para el mismo objeto, y cuya dirección de aguas se trata de variar como se manifiesta con lo marcado con tinta rosada. AUTOR: Antón Hermán. LUGAR Y FECHA: Octubre de 1841. ESCALA: Gráfica de 400 pies castellanos. DIMENSIONES: 285 x 470 mm. ZONA COMPRENDIDA: Punto del canal entre Madrid y el antiguo pueblo de Vallecas. Provincia de Madrid. FORMA DE REPRESENTACIÓN: Plano en color. FORMA DE REPRODUCCIÓN: Original en papel, a tinta y acuarela. En el tramo del canal se recogen la esclusa, el molino y la casa del guarda. En el molino se pretende una nueva dirección de las aguas para mover la máquina hidráulica que se instala. OBSERVACIONES: Antonio Hermán fue, desde 1836 arrendatario de este molino y de los terrenos colindantes.

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OH. 635. TÍTULO: Puente de la Segunda Esclusa del Canal de Manzanares hecho de tercias. AUTOR: No se cita. LUGAR Y FECHA: No se citan. ESCALA: Sin especificar. DIMENSIONES: 315 x 660 mm. ZONA COMPRENDIDA: Punto del canal entre Madrid y el antiguo pueblo de Vallecas. Provincia de Madrid. FORMA DE REPRESENTACIÓN: Alzada. FORMA DE REPRODUCCIÓN: Original en papel, a tinta y acuarela. Vista de un sencillo puente de madera con barandas. OBSERVACIONES: Según los investigadores4, debió sustituir al gallipuente, que según Madoz, se construyó en 1831 en este mismo lugar.

4 Ibidem. P. 378.

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OH. 636. TÍTULO: Proyecto para la nueva casa del guarda de la 3ª Esclusa del Canal del Manzanares. AUTOR: Martín López Aguado. LUGAR Y FECHA: No se citan. ESCALA: Gráfica de 200 pies castellanos. DIMENSIONES: 380 x 330 mm. ZONA COMPRENDIDA: Punto del canal entre Madrid y Vallecas. Provincia de Madrid. FORMA DE REPRESENTACIÓN: Plano y alzada. FORMA DE REPRODUCCIÓN: Original en papel, a tinta. En el tramo del canal se dibujan la esclusa, el molino harinero y la casa del guarda en ruinas. Al lado y en rojo, la planta y alzada de la nueva casa. OBSERVACIONES: Según Madoz este proyecto es de 1841. Se observa la firma y el “aprobado” de Miranda.

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OH. 637. TÍTULO: Diseño que manifiesta la planta y alzado de la vanguardia con la almenara que se ha de construir en la cuarta esclusa del Real Canal de Manzanares. AUTOR: Pedro Nolasco de Ventura. LUGAR Y FECHA: No se citan. ESCALA: Gráfica de 30 pies castellanos. DIMENSIONES: 420 x 335 mm. ZONA COMPRENDIDA: Punto del canal junto al puente de la Gabia. Provincia de Madrid. FORMA DE REPRESENTACIÓN: Planta y alzada. FORMA DE REPRODUCCIÓN: Original en cartulina, a tinta. Planta y entrada de la vista de la cuarta esclusa, con detalles de pavimentación y pilotaje. OBSERVACIONES: En 1831 se reparó el tabique derecho debido al hundimiento de su trasdós.

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OH. 638. TÍTULO: Diseño que manifiesta el suelo de la séptima exclusa según estado, con el socavo que han hecho las aguas filtradas por baxo del lado de la parte del Río y la disposición del emparrilado que se ha de colocar para hacer el nuevo suelo, en el que se demuestra lo que se ha de levantar, para que intentando con los muros, no pueda volverse a filtrar el agua. AUTOR: No se cita. LUGAR Y FECHA: No se citan. ESCALA: Gráfica de 50 pies castellanos. DIMENSIONES: 210 x 300 mm. ZONA COMPRENDIDA: Punto del canal a la altura de Vallecas. Provincia de Madrid. FORMA DE REPRESENTACIÓN: Perfil en color. FORMA DE REPRODUCCIÓN: Original en papel, a tinta y acuarela. Es el corte transversal de la séptima esclusa con el socavón que en los cimientos de su lado derecho han producido las filtraciones del río. OBSERVACIONES: Por sus características, los investigadores5, creen que es trabajo de los mismos autores que el plano OH.633 (delineado por Pedro Nolasco de Ventura, en colaboración con Antonio Herrera).

5

Ibidem. P. 378.

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OH. 639. TÍTULO: Plano de la alcantarilla para paso de las aguas de los Arroyos, Mingómez y las Cambroneras, por debajo del Canal. AUTOR: No se cita. LUGAR Y FECHA: No se citan. ESCALA: Gráfica de 100 pies castellanos. DIMENSIONES: 480 x 665 mm. ZONA COMPRENDIDA: Punto del canal real del Manzanares junto a la novena esclusa. Provincia de Madrid. FORMA DE REPRESENTACIÓN: Planta, alzada y perfil en color. FORMA DE REPRODUCCIÓN: Original en papel, a tinta y acuarela. La planta se dibuja la mitad en esquema, dejando ver el pilotaje y el relleno de los cimientos. OBSERVACIONES: Plano proyectado, en principio, después de 1821, tras los trabajos de nivelación, desde este punto hasta los márgenes del Jarama (Vaciamadrid).

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OH. 640. TÍTULO: Proyecto de una Alcantarilla para el paso de las aguas del Arroyo de Cambroneras. AUTOR: No se cita. LUGAR Y FECHA: No se citan. ESCALA: Gráfica de 80 pies castellanos. DIMENSIONES: 210 x 330 mm. ZONA COMPRENDIDA: Punto del canal del Manzanares en su cruce cin el arroyo de Cambroneras, cerca de Vaciamadrid. Provincia de Madrid. FORMA DE REPRESENTACIÓN: Alzada y perfiles en color. FORMA DE REPRODUCCIÓN: Original en papel, a tinta y acuarela. El perfil trazado por una línea A-B se marca en planta que recoge el plano siguiente (OH. 641). OBSERVACIONES: Según los investigadores6, la rotulación señala como principales autores a Ynza y a Herrera.

6

Ibidem. P. 378.

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OH. 641. TÍTULO: R(ea)l Canal del Manzanares. Planta superior. AUTOR: No se cita. LUGAR Y FECHA: No se citan. ESCALA: Gráfica de 100 pies castellanos. DIMENSIONES: 195 x 335 mm. ZONA COMPRENDIDA: Punto del canal real del Manzanares junto a la novena esclusa. Provincia de Madrid. FORMA DE REPRESENTACIÓN: Plano en color. FORMA DE REPRODUCCIÓN: Original en papel, a tinta y acuarela. La planta de la alcantarilla recogida en el anterior. OBSERVACIONES: Según los investigadores7, la rotulación señala como principales autores a Ynza y a Herrera.

7 Ibidem. P. 379.

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Evolución histórica

OH. 644. TÍTULO: Perfil de la nivelación practicada desde el Arroyo del hundimiento en el R(ea)l Canal de Manzanares para dirigir las aguas de aquel por debajo del Puente de los Migueles establecido en el 11º trozo. (Perfil que manifiesta la caxa del cauce, en el que las líneas horizontales de puntos marcan la boca de la excavación en las estaciones correspondientes a los números del 1 al 11). AUTOR: Pedro Nolasco de Ventura. LUGAR Y FECHA: Madrid, 12 de dic(iembr)e de 1829. ESCALA: Gráfica de 600 y de 60 pies para las longitudes y para las alturas, respectivamente. DIMENSIONES: 210 x 870 mm. ZONA COMPRENDIDA: Tramo del canal entre los arroyos de los Migueles y del Hundimiento. Provincia de Madrid. FORMA DE REPRESENTACIÓN: Perfiles. FORMA DE REPRODUCCIÓN: Original en papel, a tinta y los bordes del terreno sombreado en oscuro. Perfil de la nivelación para construir el contracanal que una las aguas de los dos arroyos, dividido en 12 tramos en que se señalan distancias y alturas. Transversal de la caja del cauce en el que por líneas de puntos se dan los niveles de la excavación en los 11 primeros tramos. OBSERVACIONES: Se proyectó para evitar un nuevo puente de paso en el arroyo del Hundimiento.

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Evolución histórica

OH. 645. TÍTULO: Diseño que manifiesta el proyecto de las obras que pueden construirse en la inmediación de Vacia-madrid, para Dársena, Baradero del Real Canal de Manzanares. AUTOR: No se cita. LUGAR Y FECHA: No se citan. ESCALA: Gráfica de 280 pies castellanos. DIMENSIONES: 360 x 460 mm. ZONA COMPRENDIDA: Descripción en la cartela. FORMA DE REPRESENTACIÓN: Plano y alzada en color. FORMA DE REPRODUCCIÓN: Original en papel, a tinta y acuarela. Plano de la Dársena de Vaciamadrid con la rampa para varadero de los barcos, dos diques cubiertos en los laterales del edificio y demás dependencias para almacenes, talleres y casahabitación. Alzada del edificio por la fachada del canal. OBSERVACIONES: Según los investigadores8, el trabajo señala a Pedro Nolasco de Ventura como principal autor del plano, fechado entre 1829-1830.

8

Ibidem. P. 379.

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Evolución histórica

OH. 646. TÍTULO: Diseño que manifiesta el proyecto de las obras que pueden construirse en la inmediación de Vacia-madrid, para Dársena, Baradero del Real Canal de Manzanares. (Sobre las medidas de 185 x 390 mm, corresponde exactamente a la alzada de una sola planta que, superpuesta, se recoge como trabajo rectificado del anterior OH. 645.)9 AUTOR: No se cita. LUGAR Y FECHA: No se citan. ESCALA: Gráfica de 280 pies castellanos. DIMENSIONES: 185 x 390 mm. ZONA COMPRENDIDA: Descripción en la cartela del plano OH.645. FORMA DE REPRESENTACIÓN: Alzada en color. FORMA DE REPRODUCCIÓN: Original en papel, a tinta y acuarela. OBSERVACIONES: Consultar ficha del plano OH.645.

9

Ibidem. P. 379.

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El Real Canal del Manzanares: excavaciones arqueológicas de la Cuarta a la Quinta Esclusa

1.- Vista de Madrid, siglo XVII.

2.- Primer Tercio, siglo XVII

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Evolución histórica

3.- Villa de Madrid, 1635.

4.- Representación del río Manzanares de 1724.

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El Real Canal del Manzanares: excavaciones arqueológicas de la Cuarta a la Quinta Esclusa

5.- Plan Geométrico e Histórico de la Villa de Madrid, 1761.

6.- Plano de Madrid y sus cercanías, 1788.

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Evolución histórica

7.- Detalle de plano publicado en 1808

8.- Detalle del Plan Topographique de la Ville de Madrid et ses environs, 1808.

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El Real Canal del Manzanares: excavaciones arqueológicas de la Cuarta a la Quinta Esclusa

9.- Detalle de la zona en 1812.

10.- Plano realizado en 1825.

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Evolución histórica

11.- Canal del Manzanares en 1845.

12.- Detalle de 1866.

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El Real Canal del Manzanares: excavaciones arqueológicas de la Cuarta a la Quinta Esclusa

13.- Plano catastral de 1866.

14.- Evolución de la zona en 1910.

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Evolución histórica

15.- Matadero en 1916.

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El Real Canal del Manzanares: excavaciones arqueológicas de la Cuarta a la Quinta Esclusa

16.- Desarrollo del urbanismo en 1926.

17.- Desarrollo similar al actual en 1945.

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Evolución histórica

ANEJO FOTOGRÁFICO:

1.- Romería de San Isidro (principios del siglo XX).

2.- Vista del Manzanares con alguno de los muchos lavaderos repartidos por sus orillas. Fototeca del Patrimonio Histórico. Archivo Ruiz Vernacci. I.C.R.B.C.

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El Real Canal del Manzanares: excavaciones arqueológicas de la Cuarta a la Quinta Esclusa

3.- Vista panorámica de Madrid desde San Isidro. Fototeca del Patrimonio Histórico. Archivo Moreno. I.C.R.B.C.

4.- El río Manzanares con el Puente de Toledo, antes de la canalización del cauce. Fototeca del Patrimonio Histórico. Archivo Ruiz Vernacci. I.C.R.B.C.

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Evolución histórica

5.- Los numerosos lavaderos existentes junto a las orillas del Manzanares desaparecieron con la canalización del río. Archivo Ruiz Vernacci. I.C.R.B.C.

6.- El Puente de Toledo como cobijo de indigentes. Fototeca del Patrimonio Artístico. Archivo Ruiz Vernacci. I.C.R.B.C.

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El Real Canal del Manzanares: excavaciones arqueológicas de la Cuarta a la Quinta Esclusa

7.- Las obras de construcción del Matadero, acometidas desde 1909, durante quince años.

8.- Tratantes de ganado junto al Paseo de Pontones. Foto Alonso. Archivo General de la Administración. Ministerio de Cultura.

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Evolución histórica

9.- Panorámica de la Pradera de San Isidro en día de romería, h. 1920 (Colección Particular, Madrid).

10.- Vista de Madrid, ant. 1869

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El Real Canal del Manzanares: excavaciones arqueológicas de la Cuarta a la Quinta Esclusa

11.- Puente de Toledo, h. 1880.

12.- Lavaderos del Manzanares, h. 1915 (Archivo Espasa-Calpe).

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Evolución histórica

13. Río Manzanares, h.1900.

14.- Puente sobre el Manzanares, h. 1910

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El Real Canal del Manzanares: excavaciones arqueológicas de la Cuarta a la Quinta Esclusa

15.- Lavaderos del Manzanares, h. 1915

16.- Lavaderos del Manzanares. 1904. Aureliano de Beruete. Museo Sorolla, Madrid.

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Evolución histórica

17.- Lavaderos del Manzanares, siglo XIX.

18- Areneros en la orilla del río Manzanares, 1917.

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El Real Canal del Manzanares: excavaciones arqueológicas de la Cuarta a la Quinta Esclusa

19.- Primer encauzamiento del río Manzanares (1918).

20.- Vista general del Matadero (1918).

21.- Extracción de arenas (1923).

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Evolución histórica

22.- El Sotillo, vista desde el Matadero (1913).

18.- Matadero Municipal, se construyó entre 1908 y 1928, según proyecto del arquitecto municipal D. Luís Bellido y González .

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El Real Canal del Manzanares: excavaciones arqueológicas de la Cuarta a la Quinta Esclusa

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IV. METODOLOGÍA DE LA INTERVENCIÓN INTERVENCIÓN ARQUEOLÓGICA La excavación del yacimiento se efectuó en área, siguiendo el método propuesto por E. C. Harris tras sus trabajos en Winchester (Harris, 1979; 1991, 1992), recogidas en los principios del open area, defendidos por Philip Barker (1989) y posteriormente adaptado por Carandini en yacimientos clásicos (Carandini, 1976; 1981), y en estos últimos años complementado por las investigaciones de M. O. H. Carver sobre yacimientos urbanos (Carver, 1979; 1983). Durante la última década no son pocas las revisiones acerca del método y del proceso de documentación, resultado del cual se obtiene una metodología y unos modelos empleados en esta intervención con ligeras modificaciones (Ruiz Zapatero, 1991; López Amador y Ruíz Gil, 1997; Hodder, 1998; Parcero Oubiña et alii, 1997; Zozaya Stabel-Hansen, 1999) Dicha metodología encuentra su base fundamental en el registro sistemático, con posibilidad de informatización, de los datos cualitativos de toda unidad estratigráfica, entendiendo como tal cualquier elemento identificable de la realidad. El elemento principal del sistema de Harris se halla en la conversión de los datos cualitativos recogidos en el campo, en datos cuantitativos, y es de esa cuantificación de las unidades estratigráficas, de donde sale una definitiva relación ordenada en una matriz o diagrama de secuencia del funcionamiento y evolución de un yacimiento. La unidad mínima de registro es la unidad estratigráfica (a partir de ahora designada U.E.). La atribución de los números de U.E. se hizo añadiendo un dígito al número de estructura empezándose con el número 500, desarrollándose en orden creciente. El embolsado de los materiales se ha llevado a cabo tras la extracción de las piezas, las cuales afortunadamente se encontraban depositadas in situ y sin excesivas alteraciones. Tras la retirada de las sucesivas unidades deposicionales se ha procedido al fotografiado de los niveles inferiores, para su posterior retirada y de esta forma, sucesivamente hasta alcanzar

El Real Canal del Manzanares: excavaciones arqueológicas de la Cuarta a la Quinta Esclusa

Detalle de la retirada de los niveles arqueológicos superiores.

los niveles de cimentación o los geológicos. La toma de datos ha sido directa por parte de los técnicos arqueólogos, anotando las características “de viso” tanto de los estratos como de los elementos que los componen. La asignación tanto de números de unidades estratigráficas como de unidades murarias y de ámbitos se ha llevado a cabo durante el proceso de excavación, siguiendo el principio de la deposición de los estratos y en consonancia con la ordenación de las estructuras localizadas. De esta forma es más coherente la documentación tanto de los elementos que componen el yacimiento como del yacimiento en sí. Finalmente, y debido a la localización de diferentes ejemplares de árboles de gran porte, no ha sido posible la excavación completa de algunas estructuras. No obstante, con los datos obtenidos en la mayor parte de la zona excavada es posible extrapolar los resultados a la mayor parte de la superficie, quedando una zona reservada para futuras intervenciones.

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Metodología de la intervención

LECTURA DE PARAMENTOS Y ESTUDIO DE TÉCNICAS Y MATERIALES CONSTRUCTIVOS Finalmente es gracias a la lectura de paramentos con la que desarrollamos el estudio de la estructura desde el punto de vista de los materiales y las técnicas constructivas. Se trata de llevar a cabo un profundo estudio de las técnicas edilicias empleadas en una edificación o estructura, así como de los materiales empleados a tal efecto. Las bases establecidos por la escuela italiana tienen su fundamento en los principios propios de la sucesión vertical de los estratos (Parenti, 1996). Así mismo la denominada Arqueología de la Arquitectura aplica sus beneficios no sólo a la documentación de los monumentos sino también al campo del restauro (Brogiolo, 2002). El origen de la denominada Arqueología de la Arquitectura queda establecido aproximadamente en la década de los 80, momento en el que algunos arquitectos y arqueólogos se plantean la necesidad de llevar a cabo reparaciones y restauraciones de edificios carismáticos de Europa, una vez que ha empezado el “boom” constructivo en el viejo continente y queda patente la necesidad de equilibrar lo nuevo con lo clásico. En cualquier caso no será hasta mediados de los años 90 cuando varios grupos de investigadores italianos y españoles como Luis Caballero Zoreda, Riccardo Francovich o Roberto Parenti preconicen ya los principios de la llamada Arqueología de la Arquitectura como una tendencia relacionada con la investigación de los elementos arquitectónicos desde la analítica de los materiales constructivos y de las técnicas edilicias (Caballero Zoreda y Escribano Velasco, 1996; Caballero Zoreda, 1997; Francovich, 1992; 1999; Parenti, 1996). Ya una vez iniciado el siglo XXI es cuando comienzan a ser constantes los trabajos de investigación en los que se analizan materias y técnicas constructivas, apoyándose en los principios

Proceso de documentación de los materiales y las técnicas constructivas en el Muro Oeste de la Esclusa.

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El Real Canal del Manzanares: excavaciones arqueológicas de la Cuarta a la Quinta Esclusa

básicos de la sucesión vertical de los estratos. Algunos proyectos como el plan director de la Catedral de Vitoria, dirigido por el grupo de investigación de Arqueología de la Arquitectura de la Universidad del País Vasco, cuentan con un apoyo institucional importante, avalado por los resultados obtenidos después de varias campañas de actuaciones. Igualmente han destacado los estudios de evolución urbanística llevados desde la Universidad de Granada o las numerosas intervenciones desarrolladas en edificaciones tan representativas como (Mañana Borrazás et alii, 2002; Quirós Castillo, 2002; Azcarate Garai-Olaun y Solaun Bustiza, 2006; Miguel Hernández, 1999) Finalmente en los últimos años las lecturas de paramentos han afianzado se utilización gracias al uso y la mejora de las nuevas tecnologías, basadas en su mayoría en los Sistemas de Información Geográfica y en la utilización de los tratamientos físico-químicos (Sánchez, 1998; López de Sagredo, 1992; Ramos, 2007). Destacan por ejemplo los trabajos basados en los modelos tridimensionales, como el que se ha ejecutado para la necrópolis de Tal-Al-Sin en Siria, por mencionar alguno (Gaspar Soriano y Lerma García, 2007), ya que son cada vez más numerosos los proyectos de reconstrucción virtual de enclaves históricos. El abanico de posibilidades del uso de estas técnicas es tan amplio como enriquecedor, ya que es posible la aplicación de este recurso en yacimientos arqueológicos y monumentos arquitectónicos muy dispares. Destacan entre los numerosos trabajos documentados el completo estudio desarrollado en el Castro de Elviña, basado en la descriptiva funcional de los espacios (Ayán Vila, 2001), o las investigaciones acontecidas por Alberto Plata en el Plan Director multidisciplinar valle de Salinas de Añana en Álava, donde se pretende recuperar el entorno y paisaje histórico de la zona (Plata Montero, 2003). En esta misma directriz también destacan otros estudios experimentales como los que se acontecen desde el punto de vista de la caracterización química de las pigmentaciones en los morteros romanos de la ciudad de Pompeya (Maguregui et alii, 2010). Como contrapunto y como ejemplo de estudios originales sobresale el análisis y la catalogación del patrimonio arquitectónico de la edad moderna de China, ejecutado por Jianfei Zhu y que han permitido la protección de este catálogo de vestigios además de conocer la evolución de los diferentes estilos arquitectónicos orientales del siglo XX (Zhu, 1999). El colofón para el afianzamiento como metodología de la Arqueología de la Arquitectura es la aplicación en proyectos de reintegración de edificios paradigmáticos en cascos urbanos protegidos, de monumentos históricos o en la musealización de yacimientos arqueológicos in situ. La vinculación entre la lectura de paramentos y la Arqueología es estrictamente directa, ya que no son pocas las ocasiones en que se deben documentar aparejos de variopintas facturas, las cuales deben ser aplicadas en proyectos de restauración histórica (Brogiolo, 1995). El apogeo de esta reciente disciplina científica es su aplicación en los sectores de la restauración de yacimientos arqueológicos, tendencia solicitada desde diferentes esferas sociales y en don-

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Metodología de la intervención

de es patente aún la polémica y el debate abierto entre las dos escuelas más activas: el restauro storico y el restauro stilistico (Parenti, 1995; Vela Cossío, 1999; Brogiolo, 2002). En España han destacado siempre los trabajos del Grupo de Arqueología de la Arquitectura de la Universidad del País Vasco, con destacables resultados en las intervenciones de la Catedral de Vitoria, o los estudios sobre edificaciones medievales en Vizcaya (Azcárate Garai-Olaun, 1990, 2009). También destacan los trabajos desarrollados desde hace poco años por la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la UPM (Vela Cossío, 1999; 2008). El estudio llevado a cabo se ha ceñido a la documentación de los materiales empleados en la edificación de la esclusa, así como la identificación de los diferentes formatos constructivos, de tal forma que es posible identificar a su vez varias fases correspondientes a reparaciones, ampliaciones o mejoras de las instalaciones. La descripción de los diversos materiales de la edilicia sirve a su vez para enriquecer el conocimiento de las técnicas constructivas modernas, con claro arraigo en las tradicionales. Así mismo la evolución histórica del complejo no se puede comprender sin una identificación de los usos de la edificación (navegación, pesca y recreo, regadío…), factores que pueden ser conocidos gracias a las diferentes fases constructivas. Como unidad básica de definición queda establecida también en la Unidad Estratigráfica (aunque existe la variante de la Unidad Constructiva o Unidad Estratigráfica Constructiva), la cual demarca un nivel de construcción al mismo estilo que las unidades estratigráficas convencionales (Parenti, 2006). Varias UEC quedan englobadas en lo que se denomina una fase, que viene a ser lo que los ámbitos son para las UES. Este formato de documentación queda establecido por consenso de los diferentes grupos de investigación arriba mencionados. En cualquier caso debe servir al objetivo de documentar fielmente los restos arqueológicos verticales, a fin de cuentas prolongación de los estratos sedimentarios horizontales.

SISTEMA DE DOCUMENTACIÓN DE LOS DATOS DIBUJO Se realizaron plantas, secciones y alzados de las estructuras localizadas, generalmente en escala 1:10 (especificándose siempre la empleada en el propio plano en caso de emplear otra escala). Dichos dibujos son necesarios tanto para la documentación de las estructuras como de su posterior lectura de los paramentos presentes.

FOTOGRAFÍA Se realizaron fotografías de todas las unidades estratigráficas de la intervención, asimismo también fueron tomadas numerosas fotografías de detalle de los elementos más representati-

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El Real Canal del Manzanares: excavaciones arqueológicas de la Cuarta a la Quinta Esclusa

vos; la documentación se realizó en formato digital. Junto a ellas también se ha elaborado un reportaje de calidad de aquellos objetos y material arqueológico más representativo. FICHAS Se emplearon fichas de registro individualizado para cada una de las Unidades Estratigráficas (Ficha de U.E). Esta ficha normalizada y adaptada a todo o tipo de elementos dignos de individualización permitió definir, describir y caracterizar todas las U.E. identificadas, en lo que a las sedimentarias y construidas se refiere. No fue necesario el empleo de fichas de documentación de restos antropológicos, ya que no se constató la existencia de enterramientos de ningún tipo.

ANÁLISIS DE DATOS Y OBJETOS MUEBLES Los trabajos de tratamiento de datos y materiales extraídos en la intervención se realizaron en un espacio adecuado en las cercanías de la obra, siendo los objetos individualizados por U.E. dentro de bolsas adecuadas para su conservación y transporte, diferenciadas por tamaño, material, fragilidad y singularidad. Cada bolsa y cada caja se diferencian mediante su identificación básica (topónimo, código de intervención, sector, área, ámbito y número de U.E.).

Documentación de los elementos constructivos del yacimiento de la Quinta Esclusa.

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Metodología de la intervención

La cerámica se guardó en bolsas de plástico de diversas dimensiones y éstas dentro de cajas normalizadas. También, para evitar confusiones, no se transportó ninguna bolsa que no estuviera dentro de su caja correspondiente. El metal, el vidrio y la materia orgánica trabajada se individualizaron pieza a pieza dentro de bolsas de cierre hermético. Referente al almacenaje definitivo del material arqueológico, cuando éste se encuentre limpio, inventariado y siglado se guardará para su almacenaje definitivo; la cerámica se guardará por U.E., y dentro de cada U.E. por tipos cerámicos. Las formas se separarán en bolsas diferenciadas de los fragmentos informes; si las U.E. no tienen muchos objetos se podrá guardar más de una U.E. por caja, indicándolo en la etiqueta correspondiente. Los metales, el vidrio y la materia orgánica se guardarán en contenedores herméticos de plástico, para mantener las condiciones de conservación necesarias para cada tipo de objetos; las etiquetas finales se harán por ordenador; los materiales que tengan que ser restaurados se individualizarán y pasarán a un Laboratorio de Conservación-Restauración, donde serán sometido al tratamiento específico; los materiales que tengan que ser dibujados y que formen parte del catálogo de la memoria definitiva se individualizarán en cajas separadas, con una

Las piezas arqueológicas han sido documentadas “in situ” previamente a su extracción de la Unidad Estratigráfica correspondiente.

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El Real Canal del Manzanares: excavaciones arqueológicas de la Cuarta a la Quinta Esclusa

Vista general de algunas piezas cerámicas tras su restauración.

identificación propia. Finalmente, el material arqueológico, una vez tratado y estudiado, se tendrá que depositar en el Museo Arqueológico correspondiente. ÁREA DE ACTUACIÓN La superficie intervenida se encuentra dentro del polígono 16, parcela 90.001 del término municipal de Madrid. Esta y la mayor parte de las parcelas limítrofes se determinan por un uso industrial y agropecuario. Igualmente este área se caracteriza por un fuerte crecimiento urbanístico, lo que conlleva a su vez un aumento de los servicio (colectores, emisarios, canalizaciones…). Finalmente las grandes obras civiles se han abierto paso por este pasillo natural del Manzanares (pasillos ferroviarios de Madrid-Sevilla y Madrid-Valencia, Parque Lineal del Manzanares, autovías A-4 y M-45…), alterando en conjunto el estado originario de este paraje, comúnmente denominado “La Gavia”. Otra peculiaridad del entorno del Complejo de la Quinta Esclusa es la presencia de numerosos canales, acequias y braceras del Manzanares. Desde la re-canalización principal del río dichos brazos dejan de ser artificiales para convertirse en simples acequias destinadas al riego. En este caso corre una de ellas, de importantes proporciones, paralela al río Manzanares entre éste y el pasillo ferroviario de Madrid-Valencia. En la cartografía común dicho brazo aparece

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Metodología de la intervención

Panorámica del área de la Quinta Esclusa, con diferentes servicios modernos.

mencionado como “Canal del Manzanares”, identificado con el canal histórico que hoy en día apenas se puede identificar. Perpendicular al canal discurren numerosos canales perpendiculares destinados al riego de las parcelas limítrofes. En conjunto estas explotaciones estan destinadas a un cultivo menor y de consumo privado. No obstante interactúan de forma activa con el canal, ya que la misma esclusa ha funcionado hasta hace poco como paso de sobrante de riego. Dicho sobrante se encuentra canalizado por debajo del antiguo camino del Malecón (hoy vía pública), para acceder al interior del vaso por medio de una compuerta contemporánea en el centro del muro Oeste. Una vez dentro del vaso discurre aguas abajo por el puente de la Quinta Esclusa.

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El Real Canal del Manzanares: excavaciones arqueológicas de la Cuarta a la Quinta Esclusa

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V. LA INTERVENCIÓN ARQUEOLÓGICA. EL REAL CANAL DE MANZANARES. DE LA CUARTA A LA QUINTA ESCLUSA En el reinado de Carlos III se proyectó el Real Canal del Manzanares. Desde el actual Puente de Praga discurría hasta Vaciamadrid para unirse con el río Tajo en Aranjuez y continuar hasta Toledo. Se pretendía unir la capital del reino con Sevilla. Este tipo de proyectos fueron una constante entre los siglos XVI al XIX –Felipe II conectó por vía fluvial Toledo con Lisboa-. Los trabajos comenzaron en 1770, pero sólo se ejecutó el tramo hasta Vaciamadrid. El proyecto fracasó porque no tuvo en cuenta las crecidas periódicas del Manzanares, que anegaban el vaso del canal. En el primer tercio del siglo XIX el duque de Alagón realizó una reconstrucción completa del mismo, pero la destrucción de la presa del Gasco, las inundaciones y el ferrocarril convirtieron al canal en una simple acequia de riego. Las excavaciones efectuadas con motivo de la remodelación de la M-30 han permitido localizar diferentes tramos del canal en su trazado más urbano: t t t t t

Cabecera del Real Canal del Manzanares en el Parque de la Arganzuela. Canalización para el suministro de agua a la Cabecera en el Parque de la Arganzuela. Vaso del Canal en el Puente de Praga. Vaso del Canal en la Casa del Reloj. Vaso del Canal entre la Cuarta y la Quinta esclusa.

Por otro lado, la duplicación de la vía de la LAV desde Pedro Bosch a Getafe ha permitido intervenir en profundidad desde la Cuarta a la Quinta esclusa. Se ha excavado el complejo del Secadero de Cartón de la Cuarta esclusa; se ha localizado el vaso del canal en varios puntos entre la cuarta y la quinta esclusa. En este sentido, se excavó en su totalidad en el transcurso de las obras de la M-30. Por último, se ha excavado en su totalidad el complejo de la Quinta esclusa.

El Real Canal del Manzanares: excavaciones arqueológicas de la Cuarta a la Quinta Esclusa

Restos del Real Canal del Manzanares hallados durante los trabajos realizados en la M-30.

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El Real Canal del Manzanares: excavaciones arqueológicas de la Cuarta a la Quinta Esclusa

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La intervención arqueológica

LA CUARTA ESCLUSA

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El Real Canal del Manzanares: excavaciones arqueológicas de la Cuarta a la Quinta Esclusa

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La intervención arqueológica

1. LA CUARTA ESCLUSA: EL SECADERO DE CARTÓN 1.1. INTRODUCCIÓN HISTÓRICA En la cuarta esclusa del Canal se encuentra la casa de los trabajadores de esta presa y los restos de un molino de cartón. Pascual Madoz en su Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de ultramar, describe las construcciones de la cuarta esclusa. Sobre el año 1848, habla de una casa en buen estado y al lado de otra de recreo destinada a SS.MM y AA. Paralela a esta casa y enfrente del canal, hay otra construcción de planta baja con una estancia (para el guarda) y una caballeriza con más de veinte plazas. De todas maneras, dado el estado actual, resulta difícil saber con exactitud cuáles fueron las estancias reales. La casa de esta esclusa sirvió de cuartel militar durante la rebelión que dio lugar a la Guerra Civil. Junto a la casa se encuentran los restos de un tejar que se servía del barro de una finca próxima; a su lado había un almacén que, con seguridad, sirvió de secadero para el molino de papel y cartón existente en esta misma esclusa. La importancia de los molinos en el Canal del Manzanares fue significativa, como elementos que aprovechaban el embalsamiento de las aguas. El molino de cartón estaba unido a la casa por una estructura de piedra, el molino se introducía en el río y aprovechaba la fuerza de sus aguas; se levantaba junto al embarcadero. Parece que el molino fue posterior a la esclusa y que empezó a funcionar después de que el Canal dejara de ser navegable ya que es complicado compatibilizar su funcionamiento con la circulación de las barcazas por la esclusa. El Canal dejo de funcionar sobre 1830 y a finales de la década de los 50 fue cegado debido a la insalubridad de sus aguas, por ello, se ubica su construcción en la segunda mitad del siglo XIX. El molino, seguramente, se usó para moler cereales y posteriormente trabajó el papel. Como ya se ha mencionado anteriormente, los molinos hidráulicos se basan en la fuerza motriz del agua, y normalmente, aprovechan la diferencia de altura del agua al entrar y salir del molino. En este caso, la Vega del Manzanares, al ser plana, las aguas debían elevarse de manera artificial para crear la fuerza de la caída necesaria para mover las muelas del molino. Hay dos modalidades de rueda, una vertical y otra horizontal. La vertical es más eficiente para corrientes concentradas y de poca altura; mientras que la rueda horizontal es un sistema que precisa más altura en las aguas. Lo más probable es que en este caso se usara la versión vertical, aunque cabe decir que este modo es incompatible con la navegación.

EL MOLINO DE PAPEL DE SAN FERNANDO DE HENARES. EL PRECEDENTE Durante el periodo ilustrado, los monarcas consideraban muy importante la fabricación de papel, lo que suponía una fuente más de ingresos, por un lado, y por otro, el soporte necesario para difundir sus ideas y construir una cultura. Para potenciar esta última finalidad se crea la

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El Real Canal del Manzanares: excavaciones arqueológicas de la Cuarta a la Quinta Esclusa

Plano fechado en 1841 que muestra el molino asociado a la segunda esclusa del Real Canal del Manzanares

(Archivo Ministerio de Fomento)

Grabado molino hidráulico con rueda vertical.

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La intervención arqueológica

Diseño del terreno del Real Sitio de San Fernando junto al río Jarama y canal que va al molino de papel. 1804. Archivo General de Palacio. Plano, 1315

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El Real Canal del Manzanares: excavaciones arqueológicas de la Cuarta a la Quinta Esclusa

Máquina para hacer papel. Autor de la imagen: n.a. Mr. de la Lande : Arte de hacer el papel según se práctica en Francia y Holanda, en la China y en el Japón.

Imprenta Real, y se forma a numerosos grabadores en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, además de la Calcografía Real, fundada en 1789 como organismo independiente de la Imprenta, para producir los grabados. A mediados del siglo XVIII se instaló en las orillas del Jarama un molino de papel y cartón para suministrar los cartones necesarios para la Real Fábrica de Paños de San Fernando de Henares, se trataba de fábricas de menor importancia, aunque ligadas a las producciones de fábricas de peso como la del caso que nos ocupa. Este molino se construye hacia 1747, aprovechando las aguas del Jarama y la facilidad de la ubicación para obtener el trapo como materia prima con la que se elaboraba el papel. El molino cambia de usos en diferentes ocasiones. En 1758, se usa para moler piedra para la fábrica de porcelanas del Buen Retiro, aunque en 1787 vuelve a recuperarse para elaborar papel y cartón para la corte y la Real Fábrica de Paños de Brihuega. La reutilización de los edificios era un hecho habitual, incluso pasaban a pertenecer a manos privadas, por ejemplo, en 1792, el molino se arrendó a Félix Solesio para la fabricación de naipes, quién no pudo producir papel de calidad debido a la humedad de la zona. Años más tarde, en 1797 pasa a pertenecer a la Real Imprenta, sin límite de tiempo, aunque 4 años más tarde se arrendó al maestro papelero Santiago Serra y Franch. Durante este periodo la producción fue muy abundante y abasteció las necesidades de las oficinas de la Corona, la Real Biblioteca, también facilitó papel de censo para la Real Hacienda y para los grabados de la Real Calcografía, en los que se imprimieron algunos grabados de Francisco de Goya.

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La intervención arqueológica

Plano de la casa destinada a la instalación de la fábrica de papel. Autoría de Juan Jardinero. Archivo General de Palacio. Fondos: Planos y Dibujos, Nº de Orden 3112. Sig. 464

Esta fábrica de papel siguió funcionando hasta 1806. La invasión francesa y la destrucción de la presa del río Jarama provocaron su desaparición, aunque no fue hasta 1815, cuando Fernando VII mandó demoler el molino y la fábrica de papel1

LAS FÁBRICAS DE PAPEL La fabricación de papel fue, hasta el siglo XIX, un proceso de elaboración manual a partir de trapos de lino, cáñamo o algodón, y también de otros materiales como las cuerdas y las redes de pesca. Los trapos se transportaban a los molinos de papel y se seleccionaban según su calidad dónde se trituraban. Una vez elaborado todo el proceso, el papel resultante se secaba sobre cuerdas y, éstas hojas una vez secas, se cubrían con una capa de almidón o gelatina animal; posteriormente se secaban de nuevo.

1 Hidalgo Brinquinis, Mª del Carmen “Goya y la Real Fábrica de papel de San Fernando” en Jornadas sobre el Real Sitio de San Fernando y la Industria en el siglo XVIII. 1997. Pág. 347- 358.

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El Real Canal del Manzanares: excavaciones arqueológicas de la Cuarta a la Quinta Esclusa

En España la manufactura del papel fue bastante productiva hasta el siglo XVIII. Incluso, durante este último siglo la Corona, dictó reales cédulas para evitar la salida de materias primas, también, llegaron maestros papeleros extranjeros, sobretodo de Génova, para mejorar las técnicas de producción. El inicio del siglo XIX supuso un periodo de sombras en la industria a causa de la invasión francesa y de las guerras carlistas. También la implantación de la nueva maquinaria tardó en entrar en España, un ejemplo es el de la máquina de papel continuo. Esta máquina, patentada por el francés Nicolas Louis Robert en 1799, supuso una auténtica revolución para la industria papelera, ya que permitía fabricar hojas de gran longitud. Posteriormente se patentó la máquina de vapor que permitía el secado continuo. La primera máquina de papel continuo se instaló en Manzanares el Real (Madrid) en 1840. Es probable que el molino de papel de la cuarta esclusa sea uno de los últimos ejemplos de producción manual. El hecho de que existiera un secadero de cartón adjunto al molino argumenta que el secado de las hojas era todavía manual. Una vez se introducen, en Madrid, las máquinas de papel continuo y la de vapor para el secado continuo, los secaderos pasarían, en todo caso, a ser usados como almacenes. En las últimas décadas del siglo XIX, se construyó en una de las acequias del Manzanares, en la zona denominada de El Cerero, una fábrica de papel. Se trata de una fábrica moderna que ya trabaja con la nueva maquinaria, lo que supondría un avance respecto al funcionamiento del molino de la cuarta esclusa. La planta de esta fábrica describe con claridad los diferentes espacios y usos de lo que sería la nueva industria, también la memoria del proyecto aporta datos interesantes a uno de nuestros objetos de estudio. En el caso de la fábrica del terreno del Cerero, la materia prima que se usa es el trapo, y se mezcla con la pulpa de papa o esparto cuyo origen lo encontramos en las esteras y cuerdas viejas, procedimiento que puede realizarse en la misma fábrica o establecerse en otra dependencia o almacenes cercanos. Una vez recibido el trapo, éste pasa a la cortadora y posteriormente a la polvadora, dónde queda reducido a pequeños trozos. Posteriormente, pasa a la máquina lejiadora, se macera, y pasará a los cilindros de romper y refinamiento, momento en el que se obtiene la pulpa fibrosa con la que se hará el papel. Esta pulpa va a los malaxadores, que dejan salir una cantidad constante a la máquina de papel continuo, dónde se obtiene el papel, en rollos o cortado. Según la clase de papel que se fabrique pasa por las prensas de tornillo e hidráulica y también por la calandria. Ya para finalizar, el papel se corta y empaqueta 2.

2 “Proyecto de acequia derivada del río Manzanares para una fábrica de papel en un terreno denominado del Cerero. 1881-1883. Madrid”. Documento nº1. Expediente promovido por José García Lastra en solicitud de autorización para aprovechar las aguas subálveas y superficiales del río Manzanares en una fábrica de papel. SIG. 2-203. Archivo Ministerio de Fomento. Pág. 24-25-26.

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La intervención arqueológica

El Museu Molí Paperer de Capellades. Tendedero de papel (1920).

MADRID Y LA SOCIEDAD INDUSTRIAL DEL SIGLO XIX La revolución industrial fue cuajando lentamente en España en el último tercio del siglo XIX. Madrid, en este caso, se miraba en el espejo de las grandes urbes europeas e intentaba seguir los pasos de París, Londres y Bruselas. Los analistas sociales y los economistas ponían el acento en el desarrollo de las industrias como uno de los principales elementos de la riqueza. Para profundizar en este aspecto nos centraremos en la citada fábrica de papel construida en la zona del Cerero en las inmediaciones del río Manzanares en la segunda mitad del siglo XIX, cuya memoria describe, excelentemente, la realidad social e industrial, además del uso y funcionamiento de la fábrica3 . La llegada de las técnicas industriales y de las máquinas suponía, para aquellas ciudades capaces de implantarlas en su sistema de producción, un impulso social y económico drástico a todos los niveles. La industria cambiaba los usos de los pueblos y las costumbres del obrero. Para empezar, la vida cotidiana se vuelve más cómoda, se abaratan los costes, el trabajo manual se simplifica y por lo tanto aumenta la productividad. El mayor consumo facilita el ahorro y mitiga el pauperismo y la dejadez que provoca en la sociedad la falta de empleo. Cuando la población, madrileña, en este caso, pudiera equipararse a las europeas en el número de operarios, desaparecerían los disturbios y el afán por conseguir empleos pagados por el estado 4.

3 Ibidem. 4 Ibidem. Pág.14-15.

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Siguiendo con la opinión del autor de la memoria de García Lastra, la administración pública debía ser la encargada de canalizar la industria: “El Gobierno y especialmente el Ayuntamiento de Madrid no pueden menos de fijar su elevada atención sériamente, sobre esta inercia de la industria, en un punto tan accesible a un fomento, por las singulares condiciones que atesora para verla nacer y prosperar: hasta para ello que se reglamente cuanto se relacione con este importante ramo, favoreciendo la creación de fábricas y removiendo los obstáculos que se opongan á su desarrollo (…). Los capitalistas de Madrid (…) deben pensar (…) que les es forzoso buscar en la agricultura, la industria y el comercio, fuentes de verdadero y progresivo engrandecimiento”5 . Era necesario implantar un tipo de industria que permitiera ocupar a gran parte de la población, y sobretodo, fábricas que constituyeran materias primas, entre las que sen encuentran las de papel, sombreros y curtidos, entre otras. De las razones que se citan en la memoria de García Lastra para la construcción de una fábrica de papel y no de otro tipo, destacan la existencia en Madrid de una gran cantidad de trapo, materia prima para la fabricación del papel, y la demanda del mismo. “Se trata de establecer una fábrica de papel que produzca de una a dos toneladas diárias, empleando más de cien operarios, y dando productos de consideración al Estado y al Municipio por la contribución que se haya de pagar, por el mayor consumo y el aumento de la población obrera. Además, el capital tendrá ocasión de invertirse en obras, en compras de primeras materias y de papel elaborado, contribuyendo todo al aumento de la riqueza de esta Villa, así como también a de multiplicar las transacciones comerciales á que dan lugar las diferentes industrias” 6. En resumen, el autor de la memoria describe una actitud propia de la sociedad en los albores de la industrialización, la necesidad de abolir la “comodidad” en el ámbito laboral, fijando la ambición en el uso productivo y responsabilizándose del cargo que se desempeña y no en la percepción de las retribuciones. De esta manera, la valoración de las aptitudes de cada uno sirve de estímulo para el trabajo y para satisfacer las necesidades humanas, en definitiva sería la aportación individual al progreso industrial.

5 Ibidem. Pág.17-18. 6 Ibidem. Pág, 21-22.

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La intervención arqueológica

Fábrica de Papel “El Pardo”. Año 1883 (Archivo Ministerio de Fomento)

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1.2. LA EXCAVACIÓN ARQUEOLÓGICA ESTRUCTURAS MURARIAS Denominamos estructura muraria a cualquier unidad constructiva que forme parte de la configuración arquitectónica del edificio, ya sea un muro maestro, una cimentación intermedia o un tabique posterior. En este caso el interés reside en saber qué estructuras formaron parte de la configuración arquitectónica inicial y cuáles de añadidos posteriores. El hecho de identificar diferentes unidades murarias no conlleva a identificar momentos constrictivos distintos. En primer lugar es importante distinguir el sistema constructivo y los materiales, ya que nos va a permitir diferenciar momentos de ocupación. Las estructuras murarias del Secadero de Cartón son: t

t

t

t

UU.EE. 101, 102, 103 y 104: estas estructuras murarías configuran la nave principal del Ámbito 1. Donde se localizan un total de nueve pilares de ladrillo de planta cuadrada (UU.EE. 115 a 123) UU.EE. 107, 108, 110, 111, 112 y 113: estructuras murarias de un segundo momento de ocupación del edificio principal, que reaprovechan en parte estructuras del edificio original UU.EE. 201, 202, 203, 204,224: estas estructuras murarías configuran los límites del Ámbito 2. a su interior se observan pequeños tabiques añadidos en época posterior (UU. EE.205,211,213,215,216,225… UU.EE. 302,303,304,305,306: Estas estructuras murarias junto con las UU.EE. 201 y 224 configuran los límites del Ámbito 3, siendo la UE 304 una estructura muraria de delimitación interna de dicho ámbito.

En cuanto al sistema constructivo utilizado en dichas unidades murarias, se observan a grandes rasgos dos métodos distintos que deben responder a momentos constructivos separados en el tiempo: t Los muros perimetrales que delimitan los ámbitos: cimientos formados por bloques de caliza de tamaño medio unidos con una argamasa de cal. Un alzado de ladrillo macizo unidos con argamasa de cal. t Los tabiques internos que compartimentan los ámbitos al interior: cimientos muy someros formados por fragmentos de ladrillo y argamasa. El alzado de ladrillo macizo o hueco, en algunos casos. Estos muros presentan un ancho que no supera los 30 centímetros. En líneas generales las unidades estratigráficas corresponden principalmente a los niveles de derrumbe y colmatación del edificio principal. Observando los niveles de construcción y derrumbe se puede concluir a priori que existen varios momentos de ocupación. La construcción del secadero de cartón, coetáneo a la fecha de la instalación del Molino de cartón (1840) en el Canal del Manzanares, después se conoce por la documentación histórica una fase de ocupación temporal de los edificios durante la Guerra Civil y, por último, una ocupación que se data en torno a los años 50 del siglo XX. 220

La intervención arqueológica

A. ÁMBITO 1 Las UU.EE. 101, 102, 103 y 104: configuran la nave principal del Ámbito 1, se trata de los muros perimetrales del edificio principal. Dentro de este ámbito, también relacionado con la cons-

Vista general del ámbito 1 dentro del complejo constructivo.

trucción del edificio principal en el siglo XIX se observan las UU.EE. 115 a 123, que corresponden a los pilares cuadrados que sostendrían la techumbre del edificio. Estos pilares se localizan en el que suponemos el eje central de la nave, no se puede precisar con certeza puesto que parte de la planta del edificio se localiza bajo la plataforma de la línea del tren de Alta Velocidad a Andalucía. El acceso al edificio se realizaba por medio de una puerta situada en el extremo Noroeste, a través de la U.E. 103, flanqueada por dos apoyos de piedra caliza tallada (UU.EE. 105 y 106). Dentro de la nave central se observan una serie de subdivisiones, que forman pequeñas estancias, delimitadas por las UU.EE. 107, 108, 110, 111, 112 y 113. Son pequeños tabiques de muy pala factura, fabricados en ladrillo macizo con unos cimientos someros de fragmentos de ladrillo, arena y cal. Parecen formar 3 pequeñas estancias adosadas al muro oeste del edificio en su cara interior, usándolo de muro de carga.

Vista general del Ámbito 1.

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El Real Canal del Manzanares: excavaciones arqueológicas de la Cuarta a la Quinta Esclusa

Las UU.EE. 107 y 108 conformarían la habitación 1; las UU.EE. 108, 110 y 111 la habitación 2, que se deja sin excavar, como testigo. Por último, la habitación 3, la de mayores dimensiones se localiza entre las UU.EE. 111, 112 y 113. De la UE 107, sólo queda un so mero cimiento de unos 5 centímetros y sobre él una hilada de ladrillo macizo reutilizado, probablemnete de los muros originales de la edificación principal.

UE107

Vista general de las pequeñas habitaciones adosadas a la UE 103. en el centro la habitación 2, que se dejó sin excavar como textigo.

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La intervención arqueológica

Niveles de relleno bajo la UE 113

UE 141: Relleno con presencia de plásticos bajo UE111

Niveles de relleno bajo la UE 108

Estos pequeños tabique se asientan sobre estratos de rellenos anteriores. En el interior de estas pequeñas estancias, bajo los muros que las delimitan, se documentan varias fosas y niveles de relleno de épocas anteriores. Bajo el muro descrito por la UE 113 puede observar una secuencia estratigráfica completa de la ocupación del edificio. En el que se puede apreciar como la UE 126 parece ser un estrato de nivelación sobre el se que construyen los muros pertenecientes a las UU.EE. 112 y 113. De esta manera se puede establecer una primera fase de ocupación del edificio y su utilización como secadero de cartón. Una segunda fase de amortización del edificio con la excavación y colmatación de varias fosas localizadas en toda la planta del edificio principal, cuya funcionalidad parece ser de basurero o fosas sépticas. Y por último, una fase algo más separada de las otras dos en la que tras un estrato importante de nivelación formado por restos constructivos, se levantan pequeños tabiques respondiendo a una nueva ocupación.

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El Real Canal del Manzanares: excavaciones arqueológicas de la Cuarta a la Quinta Esclusa

Vista de los niveles de la excavación

Vista general de las Unidades Estratigráficas 137, 138, 139, 140).

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La intervención arqueológica

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El Real Canal del Manzanares: excavaciones arqueológicas de la Cuarta a la Quinta Esclusa

B. ÁMBITO 2 En el Ámbito 2 la interpretación estratigráfica es más compleja por la presencia de numerosas bolsadas de niveles de derrumbe, además de varios mampuestos y construcciones superpuestas. En este ámbito destaca la U.E. 206 y la U.E. 207; se trata de dos suelos posteriores a la construcción del edificio principal, y que se superponen a varias unidades murarias y constructivas (UU. EE. 201, 203, 227 y 228). Quedan, de todas formas, enmarcados estos niveles entre los muros del edificio principal.

Vista del Ámbito 2 dentro del complejo constructivo

Vista general del Ámbito 2

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La intervención arqueológica

Del mismo modo el suelo (UE 210) que se adosa a los muros 202 y 204, presenta las mismas características estratigráficas, puesto que se localiza sobre varios estratos de relleno que corresponden a estratos de nivelación. Varias estructuras se encuentran en el perfil Noroeste, configurando lo que serían los elementos originales de la explotación del edificio. A un pequeño abrevadero con mortero hidráulico (U.E. 219) se le unen varias zapatas de apoyos singulares (UU.EE. 217, 226, 228 y 229) y tabiques aislados de refuerzo (U.E. 225 y U.E. 226). Probablemente en la configuración originaria del edificio varios tabiques dividirían las estancias en estancias menores, habida cuenta de la documentación de cimentaciones de aparejo de ladrillo (U.E. 231), los cuales quedan sesgados y sepultados por suelos más modernos (UU.EE. 206 y 207).

Vista general UE 206

Vista general UE 207

Por el extremo sur se documenta el cierre del edificio (UE 203), el cual ha perdido parcialmente el aparejo de ladrillo y sólo conserva sus cimentaciones de mampostería de cal y canto. Destaca de la edilicia la presencia de un vano de puerta cegado y tapiado, probablemente ejecutado durante el levantamiento de los suelos modernos que se encuentran justo sobre la línea de cimentación de los muros (UE 232). Vista general UE 210.

Vista del perfil bajo la UE 210, en el que se observan distintos niveles de relleno.

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El Real Canal del Manzanares: excavaciones arqueológicas de la Cuarta a la Quinta Esclusa

Detalle UR 206 y UE 207, por debajo se observan niveles de relleno y estructuras murarias de época anterior (UE 231).

UE 219

Vista general y detalle de la UE 219, posible abrevadero

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La intervención arqueológica

C. ÁMBITO 3 El Ámbito 3 está formado por dos estancias separadas por un muro medianero en “T” (UU.EE. 304, 305 y 306). Estas habitaciones parecen comunicarse al exterior por dos vanos de puerta (UE 309 y 310).

Se han documentado pocos niveles de relleno (UU.EE. 300, 301 y 308), caracterizado por fuertes aportes de arcillas. La UE 300 es el estrato de relleno que cubría totalmente la planta del ámbito 3 y estaba formado por todo tipo de residuos (ladrillos, cemento, plásticos…). Las estructuras murarias documentadas son las que configuran la fachada principal (UU.EE. 303, 305 y 306), cortada por dos puertas y separando las estancias por un muro interior de gran envergadura (U.E. 304).

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El Real Canal del Manzanares: excavaciones arqueológicas de la Cuarta a la Quinta Esclusa

Hilada de ladrillo y cimiento de pequeños bloques de caliza

Vista de la UE 302 que se adosa a la UE 104

Es interesante en este otro muro interior, de menor potencia que los anteriormente nombrados. Se trata de la UE 302, que se adosa a la UE 104 (Ámbito 1) por su parte exterior a modo de contrafuerte. Se trata de una hilada de ladrillo macizo que presenta una cimentación de pequeños bloques de caliza y argamasa de cal. La relación estratigráfica de estos muros (se adosan) se repite también en los muros que forman la fachada del edificio, en las UE 103 y 303. Estos muros se construyen en momentos distintos, dato reforzado por las diferencias constructivas que muestran. Completan este ámbito los restos de un posible suelo de medio ladrillo a modo de enlosado (U.E. 307), del que conservamos sólo un esquinazo entre la fachada y otro muro interior. De-

Los muros formados por la UE 103 y UE 303 muestran importantes diferencias constructivas.

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La intervención arqueológica

bió formar este conjunto un suelo más o menos uniforme de ladrillos, apoyado directamente sobre los muros y sobreelevado por encima del nivel general del edificio. El suelo reposa sobre las UE 302 y 303, de tal manera que deben responder a un mismo momento constructivo. De este ámbito destaca también la presencia de una modificación posterior de la entrada a una de las estancias, en concreto la que se encuentra a la izquierda del ámbito. Originariamente esta entrada se encontraba con unas dimensiones de aproximadamente 200 cm. de ancho, pero se reducen sus dimensiones tabicando la misma con un aparejo de cal y canto similar al que caracterizan los cimientos del edificio. Por lo tanto supone una reparación que situaríamos en el mismo momento que el alzado del suelo de ladrillo anteriormente descrito, ya que dicho suelo que hayamos conservado reposa directamente sobre la cota superior del tabicado en cuestión.

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El Real Canal del Manzanares: excavaciones arqueológicas de la Cuarta a la Quinta Esclusa

1.3. LECTURA DE PARAMENTOS INTRODUCCIÓN La lectura de paramentos viene siendo una herramienta imprescindible, no sólo en la documentación de las características constructivas y materiales del Patrimonio Arquitectónico, sino también a la hora de desarrollar dictámenes sobre patologías constructivas, evolución posdeposicional/tafonómica o restauraciones posteriores. La lectura de paramentos se basa en la aplicación in extenso de los principios de la sucesión estratigráfica, pero aplicados en la verticalidad de las pareces y las cimentaciones de las estructuras constructivas. La documentación de la secuencia estratigráfica genera una lectura de los paramentos, que se traduce en la contextualización de las fases constructivas en todas sus variantes, desde reparaciones hasta derribos, ampliaciones y/o aplicaciones de elementos decorativos. La documentación correcta de dicha evolución constructiva genera una base de datos importante, desde la que se pueden interpretar las cronologías, las fábricas y los procesos de evolución de estructuras tan dispares como cuevas o edificaciones modernas. El origen de dicha disciplina podría establecerse en torno a los últimos años de la década de los 80, cuando algunos arquitectos se plantean la necesidad de atestiguar antiguas reparaciones y restauraciones de edificios emblemáticos. No obstante no será hasta mediados de los años 90 cuando investigadores de la talla de Luis Caballero Zoreda, Riccardo Francovich o Roberto Parenti establezcan los principios de la llamada Arqueología de la Arquitectura, tendencia vinculada a la investigación de los elementos arquitectónicos desde una visual y un método arqueológico (Caballero Zoreda y Escribano Velasco, 1996; Caballero Zoreda, 1997; Francovich, 1992; 1999; Parenti, 1996). Es a partir del año 2000 cuando comienzan a ser habituales tanto los estudios completos de construcción y de materiales, como las lecturas de paramentos en diversas edificaciones, entre las que destacan el proyecto director de la Catedral de Vitoria, dirigido por el grupo de investigación de Arqueología de la Arquitectura de la Universidad del País Vasco, los estudios de evolución urbanística llevados desde la Universidad de Granada o las numerosas intervenciones desarrolladas en edificaciones tan representativas como (Mañana Borrazás et alii, 2002; Quirós Castillo, 2002; Azcarate Garai-Olaun y Solaun Bustiza, 2006; Miguel Hernández, 1999) En los últimos años las lecturas de paramentos se complementan no sólo con la mejora de las bases mismas de la disciplina, sino con la utilización de las nuevas tecnologías basadas en los Sistemas de Información Geográfica o en la aplicación de tratamientos físico-químicos (Sánchez, 1998; López de Sagredo, 1992; Ramos, 2007). La utilidad de estos métodos es tan amplia como enriquecedora en cuanto a los datos aportados, no sólo por su aplicación en yacimientos de cronologías dispares sino en materiales y formas constructivas escasamente

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La intervención arqueológica

documentadas con anterioridad. Destaca entre otros el estudio desarrollado en el Castro de Elviña, basado en el estudio funcional de los espacios (Ayán Vila, 2001), o los trabajos de investigación llevados a cabo por Alberto Plata, quien desarrolla un Plan Director multidisciplinar a fin de reconstruir el importante paisaje histórico del valle de Salinas de Añana en Álava (Plata Montero, 2003) En este otro sentido destacan algunos estudios experimentales como lo desarrollados muy recientemente sobre las pigmentaciones en los morteros romanos de la ciudad de Pompeya (Maguregui et alii, 2010). Igualmente destaca el análisis y la catalogación de los monumentos arquitectónicos modernos de China, desarrollados por Jianfei Zhu y que han permitido no sólo la protección de estos monumentos sino la evolución de los estilos arquitectónicos orientales del siglo XX (Zhu, 1999). Así mismo resaltan los trabajos basados en los modelos tridimensionales, como el que se ha ejecutado para la necrópolis de Tal-Al-Sin en Siria, por mencionar alguno (Gaspar Soriano y Lerma García, 2007), ya que son cada vez más numerosos los proyectos de reconstrucción virtual de enclaves históricos. Las últimas percepciones acerca de la Arqueología de la Arquitectura son aplicadas principalmente en proyectos de reintegración de edificios en cascos urbanos protegidos, en monumentos históricos o en la restauración de yacimientos arqueológicos. La relación entre la lectura de paramentos con la Arqueología es directa, ya que en contadas ocasiones es habitual documentar aparejos de diferentes facturas sobre las que ejecutar estudios históricos y constructivos (Brogiolo, 1995). El culmen de esta reciente tendencia es su aplicación en los campos de la restauración arqueológica, en donde queda visible la todavía confrontación entre las escuelas del restauro storico y del restauro stilistico (Parenti, 1995; Vela Cossío, 1999; Brogiolo, 2002).

LECTURA GENERAL DE LOS PARAMENTOS La lectura debe comenzar desde una perspectiva horizontal, es decir, llevando a cabo una división de los espacios documentados. En primer lugar cabe destacar la separación en tres ámbitos de toda la superestructura, a saber Ámbito 1, Ámbito 2 y Ámbito 3. Los criterios de separación de dichos ámbitos son meramente funcionales, difiriendo en la colocación con respecto al conjunto. Así por ejemplo el Ámbito 1 queda situado en el extremo Norte de la estructura; el Ámbito 2 por su parte se situaría en el extremo Sur de la misma, mientras que el Ámbito 3 quedaría emplazado entre los anteriores, ocupando dos estancias en el centro del edificio. Por lo tanto confiere la estructura una forma alargada, rectangular, en la que la fachada principal queda descubierta por los trabajos de excavación, mientras que la fachada opuesta queda fuera del área, sin posibilidad de documentar. Las lindes laterales quedan visibles unos pocos metros, desde la fachada principal hasta el perfil límite de la excavación. En líneas generales la fábrica del edificio se caracteriza por tener al menos, dos tipos de mampostería. La primera corresponde a la base de cimentación, y está formada por un mampuesto

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El Real Canal del Manzanares: excavaciones arqueológicas de la Cuarta a la Quinta Esclusa

tosco de cal y canto con trabazón de mortero bastardo. La segunda, alzada sobre la anterior, es un aparejo de ladrillo a tizón trabado con mortero en las juntas. Se intercalan a ambas fábricas algunos parcheados posteriores a modo de reparaciones, en las que prevalecen los materiales modernos tales como ladrillos multi-perforados y hormigón. La anchura aproximada de los muros principales es de 0,70-0,80 metros. La altura mayor alcanzada es de 0,80 metros. Los tabiques y las divisiones interiores están formados por aparejo de ladrillo de una sola hilada y trabados con mortero. Los solados interiores son de factura muy moderna, aunque

Vista aérea del yacimiento del Secadero de Cartón, en donde se aprecia la configuración interna del edificio en varias estancias.

aprovechan los cimientos anteriores solapando los revocos a los muros exteriores. Estos suelos están realizados eminentemente con baldosín contemporáneo, adoquinado y mortero de cemento. Destacan las improntas de pinturas que debieron recubrir las paredes interiores de algunas estancias. En diferentes habitaciones y ocupando los niveles primigenios de ocupación se documentan algunas arquetas y canalizaciones, probablemente relacionadas con los primeros momentos de explotación del edificio. Dichas canalizaciones se encuentran revestidas por morteros hidráulicos.

C. MATERIALES CONSTRUCTIVOS Los materiales constructivos empleado en esta edificación corresponden con las dos fábricas encontradas, a saber, ladrillo, cal y canto. Sobre el empleo de sendos materiales existe un re-

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La intervención arqueológica

pertorio bibliográfico muy amplio, tanto en el contexto cronológico como en el tecnológico y material. El ladrillo presente representa un modelo característico de ladrillo macizo (sin perforación alguna) de unas dimensiones aproximadas de 22x12x4 cm. (soga, tizón y grueso), dis-

Aspecto de algunos tabiques interiores, con tan sólo media llana de ladrillo y menores dimensiones.

QVFTUPBUJ[ØOZDPOMBUFTUBWJTJCMFBMFYUFSJPS ,PSONBOO  &MBQBSFKBEPSFQSPEVDFEPT hiladas pseudo isódromas que en algunos casos se complementa con algunos fragmentos de una tercera hilada discontinua. Tanto la tipología del ladrillo como del aparejo están bien documentados bibliográficamente, no sólo por las producciones locales del valle del Tajo (Lasheras Merino, 2007) sino por la métrica de las piezas. Los alzados no estarían dispuestos completamente en ésta fábrica, sino que sobre una plataforma de ladrillo se alzaría un tapial de mampostería con matriz yesífera. Aun se conservan algunos bloques macizos de yeso, los cuales se encuentran parcialmente alterados. Dicha alteración ha provocado el colapso del tapial, conservando sólo la base del mismo en algunas zonas concretas. Otros elementos constructivos utilizados en los muros son las tejas. Estas son del tipo ímbrice, y se encuentran intercaladas entre algunas hiladas de ladrillos trabadas con morteros. La utili-

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El Real Canal del Manzanares: excavaciones arqueológicas de la Cuarta a la Quinta Esclusa

Detalle de las hiladas visibles, dispuestas a tizón en uno de los muros principales del edificio.

zación de tejas como calzo de los mampuestos principales se debe sobre todo al empleo de un material más barato, como es la teja, frente al ladrillo (Oteo et alii, 2006). También sirven para calzar algunas hiladas que pierden la horizontalidad en función del terreno a edificar, y por ese motivo se reorienta la verdugada encajando varias tejas por encima y por debajo. En cualquier caso estos parcheados forman parte de la misma fase constructiva que el mampuesto principal del edificio. Finalmente se puede documentar por lo menos, los materiales que formaban el alzado principal de la edificación. Teniendo en cuenta los escasos restos de tapial conservados sobre el zócalo de aparejo de ladrillo, hay que considerar la opción de que estuviese formado por una potente mampostería de bloques

Lectura de los paramentos interiores (Ámbito 1, Muro Sur) en los que se localizan las tres fábricas identificadas en el edificio del secadero (mampostería de cal y canto, aparejo de ladrillo y trabazón de teja con mortero)

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La intervención arqueológica

de yeso acompañados por arcillas muy compactas. Dicho alzado quedaría asentado sobre los muros principales mientras que la cubierta apoyaría sobre una serie de columnas cuadrangulares situadas en el centro de la nave central (Ámbito 1). Los materiales destinados a los enfoscados y enlucidos están formados principalmente por morteros de cal con aportes de cementos modernos. Estos últimos se encuentran en reparcheados modernos y reparaciones de los parapetos exteriores. Las arquetas y canalizaciones interiores están recubiertas por morteros hidráulicos con un grado medio de degradación. Cubren a su vez a las arquetas, facturadas a base de ladrillo. Suelos y solados Los suelos que se han documentado pertenecen a la última fase de ocupación del complejo. Los materiales empleados son principalmente morteros de cal y cemento, adoquinado y solado de baldosín moderno. Éste representa la última ocupación residual del edificio, probablemente con la mayor parte de la estructura enterrada pero con algunos alzados sobreelevados por encima incluso de los vanos originarios, como puede observarse en la imagen: Así por lo tanto se presenta una lectura de paramentos de los solados aparentemente sencilla, con tres suelos muy modernos los cuales se apoyan sobre unos rellenos que incluso ciegan los vanos presentes.

Detalle de los niveles de colmatación de las cimentaciones originarias, rellenos sobre los que se han levantado los últimos niveles de solado que coinciden con las ocupaciones residuales de finales del siglo XX.

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Fases Constructivas La revisión tanto de las fábricas como de los materiales, no ha permitido asegurar al cien por cien la evolución constructiva de todo el complejo, aunque sí permite aproximarnos más o menos a la sucesión de fases constructivas. La más clara tal vez sea la que concierne a la nave principal del complejo, y que se caracteriza por la presencia de una fila de bases de columna en el eje longitudinal de la misma. Este grupo de estancias, tiene en su interior un único espacio de ocupación, el cual se segrega en al menos tres en épocas posteriores. La fábrica de los tabiques intermedios sufre ligeras modificaciones (aparejo de ladrillo de media llana, mortero de ripio en las juntas…) así como la alteración de los espacios intermedios por medio de zanjas de basureros. La nave cuenta con un único acceso, guarnecido por son apoyos macizos de piedra caliza que servirían como apoyo de un porche de entrada. Aunque la fábrica es muy similar, las naves consecutivas (Ámbito 2 y Ámbito 3) son posteriores, quedando solapados los nuevos muros. Las verdugadas de ladrillo no van enjarjadas unas a otras, sino adosadas, y por lo tanto hay que considerar que son adosados posteriores. La linealidad de los muros sólo justifica que el espacio aprovechado para la ampliación era homogéneo, ya que la fosa de cimentación no continúa. De las naves posteriores, la que corresponde con el Ámbito 3 (interpretado como dos patios de carga) tiene una interpretación menos compleja. Los muros se adosan, siguiendo una fábrica muy sencilla (aparejo de ladrillo a tizón con zócalo de mampostería de cal y canto). El muro

Secuencia de las fases en uno de los perfiles generados en el Ámbito 2, en donde se soterran las antiguas cimentaciones bajo un nivel de relleno que sirve de sustento para los suelos modernos.

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Panorámica de la evolución constructiva e interna del complejo del Secadero de Cartón, en el que se distinguen al menos dos momentos constructivos intensos, entre el siglo XIX y principios del XX.

exterior parece aprovechar el principal para continuar la fachada y abrir un vano de acceso. El segundo vano se abre a partir de la nueva edilicia. Finalmente la ampliación última y que corresponde con el Ámbito 2, se caracteriza por una mayor complejidad de las estructuras que contiene, aunque es previsible que los elementos primigenios, tales como las arquetas y las canalizaciones, quedasen sepultados por rellenos y sobre éstos se levantasen los solados que son descritos en los puntos anteriores. Así mismo es lógico pensar que el armazón del edificio en su cierre Sur pertenezca a la primera ampliación del mismo, no a las ocupaciones residuales del año 2000. Éstas aprovecharían la estructura que quedase en pié para preparar los suelos.

D. CIMENTACIONES Y AÑADIDOS La cimentación principal está formada por una mampostería ordinaria de cal y canto, trabados con mortero bastardo. La utilización de esta fábrica es tan habitual como abundante en todo tipo de construcciones, siendo empleada tanto para cimentaciones como para añadidos estéticos. Su uso prolifera por tratarse de una fábrica sencilla, robusta y sin complejidades en la ejecución. Las referencias sobre su uso son muy abundantes para cualquier contexto histórico (Adam, 1996; Hernández García de la Barrera y Moreno Blanco, 2007). Los cantos cuarcíticos quedan trabados por medio de un mortero de trabazón él cual es muy rico en cal, aunque se encuentra alterado por efecto del agua (lavado de las arenas y dihidroxificación de la cal). La línea de mampuesto acompaña a toda la estructura, salvo en los vanos y accesos a patios, y queda trabada a los muros interiores. Bajo el nivel de suelo se prolonga parte de la cimentación principal del edificio. Se trata de la misma mampostería ordinaria de cal y canto, bien trabada en mortero y con una profundidad

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Secuencia de micro-estratigrafía en el suelo correspondiente a la U.E. 206, donde se documentan varias etapas constructivas de un suelo.

Las catas exteriores han permitido documentar una cimentación que sigue la misma fábrica que la edilicia visible sobre el nivel del suelo, a saber, mampostería ordinaria de cal y canto con un mortero muy consistente.

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máxima de 0,70 metros. Buena parte de la cimentación queda visible por el rebaje de la cota originaria del terreno (sobre todo el la fachada exterior del muro principal). Las catas ejecutadas en los exteriores de dicho muro documentan una zapata robusta sin apenas pérdida de material constructivo. La zanja de cimentación tiene la misma anchura que la sección del muro, sin documentar ningún escalón o base de apoyo. Tampoco se aprecian servicios propios del complejo que atraviesen el muro de par a par, como tampoco se documentan estructuras anteriores a éste.

E. CONCLUSIÓN Dada la alteración de los espacios originarios, es muy difícil establecer los momentos constructivos. Sí es más factible esclarecer la sub división de los espacio en función de la ocupación de la estructura. Lo más probable es que la nave caracterizada por la hilada central de apoyos de columna fuese la originaria, conservando así mismo menos alterados los paramentos exteriores y con reocupaciones en el interior. Este dato confirmaría el colapso del edificio en algún momento previo a la ocupación residual del complejo, ocupación que se centra en las estancias opuestas. Dicha ocupación se caracteriza por el empleo de material constructivo contemporáneo (ladrillo multi-perforado, cemento, baldosín…). Cabe resaltar el uso de la mampostería como el sistema constructivo más empleado y mejor conservado, con un mortero de ripio consistente trabando los cantos cuarcíticos. El aparejo de ladrillo, como segunda fábrica más empleada, se caracteriza por el posicionamiento de los ladrillo a tizón, con la testa visible, y con las juntas trabadas en mortero. El acompañamiento de verdugadas de tejas en las hiladas intermedias está razonado con el abaratamiento de la construcción y con la nivelación de los alzados del edificio.

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1.4. ANEJO PLANIMÉTRICO

Alzado Oeste del “Secadero de Cartón”.

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Planta y alzado del “Secadero de Cartón”.

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1.5. LA CULTURA MATERIAL A. ÁMBITO 1 Dentro del Ámbito 1 se localizaron materiales que se enmarcan cronológicamente en el siglo XIX – XX. Destacan tanto en éste como en los demás ámbitos la abundante presencia de materiales constructivos de varios momentos distintos, se pueden observar ladrillos macizos de dimensiones 14x28x4 cm., así como ladrillo multiperforado. También se retiran numerosas tejas, de fabricación artesanal, así como de fabricación industrial, como los fragmentos localizados en la UE 114. Es de destacar una teja plana de barro cocido, de fabricación industrial, muestra en su anverso las letras ALI, parte de una plalabra de identificación de la fábrica de cerámica, quizá parte de la palabra Alicante. En dicha localidad se localizaba la fábrica de Cerámica Alicante. En el reverso se observa 23-7-49 fecha probable de la producción de dicha teja. La cerámica localizada en este ámbito es cerámica común generalmente cerámica de cocina que presenta un vidriado al interior de color marrón melado. Se han localizado varios bordes de piezas, que nos permiten identificar sus formas con lebrillos. El lebrillo es un recipiente que se asocia a numerosas tareas domésticas. También se localizaron fragmentos de loza decorada con flores, típica de la segunda mitad del siglo XX. Los materiales recuperados en mayor número son los objetos de metal, principalmente clavos de hierro, de gran tamaño y también algún tornillo y tuerca de granes dimensiones. Estos metales podrían formar parte de las techumbres de madera o viguerías. Otros objetos que evidencian la ocupación del edificio en el siglo XX, es un terminal eléctrico de porcelana. También se localizaron dos monedas, que permiten la datación cronológica de unos de los más importantes momentos de ocupación del edificio

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t

MONEDA DE 10 CÉNTIMOS DE COBRE DEL GOBIERNO PROVISIONAL ESPAÑOL

Anverso:   Reverso: Ceca: Peso: Dimensiones: Cronología:



&;$&/5*.04,*-0( %*&;$²/5*.04$*&/1*&;"4&/,*-0( [Perdido] DI (...) - 18 (...) DIEZ GRAMOS - 1870 OM (Oeschger, Mesdach & Cia) Barcelona 10,1 g. 30 mm. 1869-1870

Escena de Anverso: León con el escudo de España. envuelve a la inscripción un doble cordón de borlas o cordoncillo, interior y exterior. Escena de Reverso: Alegoría de España apostada sobre una montaña, identificada con el Pirineo. en la mano porta una rama de olivo. envuelve a la inscripción un doble cordón de borlas, interior y exterior. De este tipo se acuñan unas 170 millones de piezas, siendo una de las monedas más frecuentes de los circuitos numismáticos de España. aunque siempre aparecen las fechas de 1869 ó 1870 se acuñan monedas hasta 1876, al igual que las piezas de cobre de 2 céntimos y de 5 céntimos. Las características permanecen inalteradas hasta la II República.

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t MONEDA DE 1 PESETA DE ALFONSO XIII, ESPAÑA

Anverso:

ALFONSO XIII POR (...) [Perdido] ALFONSO XIII POR LA G. DE DIOS 1893 Reverso: REY CONSTL DE ESPEÑA PG UNA PESETA Ceca: PGL Ensayadores: Félix Miguel Peiró Rodrigo y Antonio García González Juez de Balanza: Domingo Lizarazu Astarlos Madrid Peso: 5,10 g. Dimensiones: 23 mm. Cronología: 1893 Escena de Anverso: Busto del perfil del rey niño a izzquierdas con gráfila en el borde. Escena de Reverso: Escudo coronado de España con gráfila en el borde. El 19 de octubre de 1868 nace la peseta en el contexto de la Unión Monetaria Latina, con la intención, por parte del Gobierno Provisional, de adecuar nuestra moneda a la de los países integrantes. Las primeras piezas se acuñaron en 1869, siendo la unidad la primera en ver la luz, tras una primera vacilación qie hace aparecer el nombre del Gobierno Provisional en el anverso en lugar del de la Nación. De esta moneda se hace una tirada de 1.958.066 piezas.

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Anverso, reverso y sección de una teja curva de producción industrial.

Teja plana localizada en el a UE 114

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Fragmento de borde cerámico vidriado al interior. Lebrillo. UE 137

Fragmento de borde cerámico vidriado al interior. Lebrillo. UE 137

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Fragmento de borde y base de cerámica vidriada al interior. Lebrillo. UE 114

Terminal eléctrico de porcelana, UE 114

Fragmento de taza decorada con una rosa y borde dorado (UE 114)

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Clavos y tuerca UE 114

Clavos y tornillos, UE 109

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B. ÁMBITO 2 En el ámbito 2 es el que menos material nos ha proporcionado, estaba colmatado por restos de escombros procedentes de las pequeñas construcciones. En la UE 208 se han recuperado varias piezas de metal sin forma definida, destacando entre ellas una argolla de hierro unida a un perno, dicha pieza debió estar anclada en la pared.

Argolla de hierro

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También se localizó una moneda, que permite la datación cronológica de unos de los momentos de ocupación del edificio :

t MONEDA DE 5 PESETAS CUPRONÍQUEL DE FRANCISCO FRANCO

Anverso:

Reverso: Ceca: Peso: Dimensiones: Cronología:

[Perdido] FRANCO CAUDILLO DE ESPAÑA POR LA G. DE DIOS FRANCISCO FRANCO CAUDILLO DE ESPAÑA POR LA GRACIA DE DIOS. 1967 Anepígrafa Madrid 5,70 g. 23 mm. 1967

Escena de Anverso: Retrato de perfil de Francisco Franco y año de acuñación. Escena de Reverso: Valor facial y escudo de armas de la Nación Española sobre el águila de San Juan.

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C. ÁMBITO 3 Dentro del Ámbito 3 en el que se localiza un estrato de relleno (UE 308) destaca un fragmento de vaina de cartucho para fusil tipo Mauser calibre 7x57 mm. Fecha y procedencia indeterminada, marcaje ilegible. Lo único constatable es que la bala fue disparada.También se han localizado numerosos fragmentos de lo que fue un gran contenedor de almacenaje. Se trata de una gran tinaja de paredes muy gruesas y borde engrosado. Sus pastas muestran grandes desengrasantes. Dichas piezas presentan una superficie pulverulenta y en algunos fragmentos se aprecian restos de pintura plástica de color rojo. Es muy probable que el contenedor estuviera en uso durante bastante tiempo y se repintara para mantenerlo en mejores condiciones. Se han localizado en la UE 301 2 herraduras, así como algunos clavos. Los objetos de metal son los que mayor representación tienen en todo el yacimiento. También dentro de este nivel se localizó un asa de un caldero de hierro y un fragmento de botijo fabricado en pastas blancas.

Vaina de cartucho para fusil tipo Mauser

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Fragmentos de tinaja localizados en la UE 301

UE 301 Asa de caldero de hierro.

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Herraduras y clavos localizados en la UE 301

Boca de un botijo de barro blanco

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1.6. ANÁLISIS FOTOGRAFÍA AÉREA HISTÓRICA El estudio y análisis de fotografía aérea es un importate instrumento para la investigación arqueológica de época reciente. En la zona que nos ocupa disponemos de fotografías fechadas en los años: 1946, 1956, 1976 y 1991. Sin embargo la imagen de 1946 no resulta demasiado nítida.

t FOTO AÉREA 1956 Si observamos la fotografía aérea de 1956 vemos como el edificio principal aparece en pie, aunque muy probablemente sin ningún tipo de techumbre y se vislumbra también la existencia de estructuras que definirían el ámbito 2. La fotografía aérea también nos permite definir la existencia de una línea de trincheras muy próximas a estos edificios, en el farallón de yesos que a lo largo del valle del Manzanares formó una línea de defensa durante la Guerra Civil.

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t FOTO AÉREA 1976

Con la fotografía de 1976 vemos cómo el conjunto de edificios no aparecen ya en la imagen, al igual que la línea de trincheras. La zona pudiera acumular escombros resultantes de la demolición de los edificio. t FOTO AÉREA 1991

En la fotografía aérea de 1991 continúa sin existir edificio alguno en esa zona, aparecen ya las primeras infraestructuras junto al emplazamiento del Secadero de Cartón.

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t FOTO AÉREA 1999 A pesar de la mala calidad de la fotografía de 1999, se puede intuir la presencia de algún tipo de edificación en la zona del ámbito2. Parte de la construcción del Secadero habría quedado bajo la plataforma de las líneas del ferrocarril.

t FOTO AÉREA 2008

Antes de la ejecución de la obra de la Nueva plataforma la zona está cubierta de vertidos incontrolados.

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1.7.CONCLUSIONES

La excavación arqueológica del complejo constructivo junto a la Cuarta Esclusa del Real Canal del Manzanares nos ha proporcionado información de la edificación y uso del edificio en todos sus momentos de ocupación. Tras el estudio arqueológico e histórico, el análisis de los materiales recuperados y la lectura de paramentos se enmarca la ocupación del edificio entre la segunda mitad del siglo XIX y el siglo XX. Durante este período de tiempo las fases de ocupación y abandono se fueron sucediendo, hasta su completa destrucción a finales del siglo XX. La primera ocupación, tal como muestran las referencias históricas se desarrolla en el momento de construcción del edificio del secadero de Cartón. La construcción responde a una necesidad industrial por la existencia de un Molino hidráulico para la fabricación de papel y cartón construido junto a la Cuarta Esclusa en el Canal del Manzanares. La construcción del molino y, por tanto del edificio del secadero, se remonta a la segunda mitad del siglo XIX. El Canal dejó de funcionar como canal navegable sobre 1830 y a finales de la década de los 50 fue cegado. El relevo para el transporte de mercancías lo toma el ferrocarril en 1851. El molino hidráulico, con una rueda vertical, estaba unido a la casa por una estructura de piedra y se levantaba junto al embarcadero. La existencia del molino en este enclave impide la utilización del canal para la navegación. Esta cronología de segunda mitad del siglo XIX se ve reforzada por la presencia de dos monedas, 10 céntimos del Gobierno Provisional (1870) y 1 peseta de Alfonso XIII (1893). El edificio principal, constituido por una nave rectangular con pilares cuadrados en su eje central se encuadraría en estas fechas. Su construcción a base de cimientos de bloques de caliza, con un alzado de ladrillo macizo dispuesto a tizón, se repite en los muros perimetrales de los ámbitos 2 y 3, pero pequeñas diferencias constructivas hacen pensar que los edificios delimitados por dichos ámbitos, aunque sí debieron ser muy próximos en el tiempo no debieron ser edificados en el mismo momento. Los muros del ámbito 1 muestran una particularidad, la presencia de hiladas de teja intercaladas de un modo heterogéneo entre los ladrillo. Cuando la horizontalidad de las hiladas de ladrillo se va perdiendo durante la construcción, se intercalan pequeñas hiladas de teja para conseguir nivelar los muros. Este recurso constructivo no se observa en los muros perimetrales de los ámbitos 1 y 2. La utilidad del edificio como secadero de papel nos hace buscar paralelos en edificios similares que se conservan, de ellos extraemos que los alzados debían estar formados principalmente

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por grandes vanos, ventanas que debían abrirse para permitir el secado natural del papel, el cual se tendería al interior de esta nave diáfana. Ejemplo de otros centros de producción de papel en España son : Museu Molí-Paperer de Banyares de Mariola, Die Papiermühle von Maro (Nerja) o el Molí Paperer de Capellades, que dispone de un museo en las antiguas instalaciones. La utilidad de los otros ámbitos debemos suponerla, puesto que no poseemos más indicios sobre ellas. Debieron ser almacenes para las herramientas o para la materia prima. La materia prima era principalmente trapos de lino, cáñamo o algodón, y también de otros materiales como las cuerdas y las redes de pesca. La fabricación de papel fue un proceso de elaboración manual hasta el siglo XIX. La primera máquina de papel continua fue patentada en 1799, pero no será hasta 1840 cuando se instale la primera máquina de este tipo en Madrid. Es probable que el molino de papel de la Cuarta Esclusa fuera uno de los últimos ejemplos de producción manual. La reutilización del edificio durante un amplio espacio de tiempo es patente durante la excavación del edificio y, posteriormente, con la lectura de paramentos. Sin embargo, la utilización original del edificio y su complejo dejaron de existir y debió ser reutilizado para otra finalidad. Quizá como almacén de ladrillos del tejar localizado junto a la casa de la esclusa. El estudio de este conjunto industrial nos permite observar una fase de abandono manifiesta en la existencia de numerosas fosas de residuos que se observan principalmente en el ámbito 1. Esta no parece una ocupación permanente, sino más bien ocasional, pues algunas de las fosas se ven cortadas por otras que debieron ser relativamente próximas en el tiempo. Sobre estas fosas se documenta la siguiente ocupación, que se refleja en la construcción de pequeños muros al interior de los edificios principales. Dichos tabique divisorios parece que reutilizan los ladrillos de los muros perimetrales, sin embargo su factura es bastante precaria. Éstos muestran unos cimientos muy someros excavados sobre un estrato de nivelación y formados por fragmentos de ladrillo y argamasa de cal, con una potencia de menos de 10 centímetros. Se utilizan los muros exteriores del edificio original como muro de carga para estas divisiones interiores. Dentro de los niveles de relleno de este tercer momento de ocupación se han localizado tejas de producción industrial, una de las cuales muestra la fecha de su fabricación 23-7-49.Fecha que permite establecer un momento aproximado para la reocupación de los edificios. Por tanto, la segunda fase de ocupación representada por las fosas debe enmarcarse antes de la fecha de 1949. La documentación histórica nos indica que las casas de la cuarta esclusa sirvieron de cuartel militar durante la rebelión que dio lugar a la Guerra Civil.

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La Guerra Civil debió paralizar cualquier tipo de actividad productiva en esta zona. La existencia de numerosas líneas de trincheras en los cerros de los alrededores se documenta tanto en la fotografía histórica como en referencias bibliográficas, que hablan de estas líneas en los alrededores de Vallecas. Los escarpes yesíferos se convirtieron en frente de guerra del bando republicano. Se organizó un sistema defensivo que aprovechaba la situación del cerro sobre la vega del Manzanares, se excavaron puestos de observación y nidos de ametralladoras, de tal forma que la vega del río quedaba expuesta al fuego republicano. La línea defensiva de Enrique Líster durante la Guerra, ocupaba un cerro en este borde del páramo, junto a las Casas del Canal o de Murcia (Morín de Pablos, Coord., .Catalogo de la Gavia). Los numerosos enfrentamientos acaecidos son un acontecimiento ampliamente documentado en dicho enclave arqueológico así como en Cerro de la Gavia, que formó parte del dispositivo de defensa republicano del sector Sur de Madrid, defendido por las columnas mandadas por Líster y Bueno1. El registro documentado en el yacimiento durante este período es escaso y difícil de determinar. La presencia de una única vaina de Mauser en el ámbito 3, en el mismo nivel en el que se han localizado varias herraduras podría corroborar que el secadero y sus almacenes adjuntos sirvieron de caballerizas del acuartelamiento que ocupó las casas de la Cuarta Esclusa antes de la guerra. Tras la guerra los edificios estarían abandonados y en precario estado de conservación. Observando de nuevo la fotografía aérea de años posteriores (1956) vemos como los edificios, aunque se mantienen en pie, no conservan sus techumbre. La cubierta de los edificios, construida a dos aguas, estaba fabricada en vigas de madera, de las que sólo hemos podido documentar los clavos de hierro de sección cuadrada y grandes dimensione. Techumbre con un entramado de madera que debió ser muy similar a la Casa de la Cuarta Esclusa que aún en la actualidad se conserva en uso. La ocupación de los edificios durante la tercera fase debe, por tanto comenzar cronológicamente después del año 1939. Una vez finalizada la contienda, las duras condiciones de vida de la posguerra hicieron que muchas familias habitasen las cuevas excavadas a los pies del escarpe y muy posiblemente también aprovechasen los pocos edificios que se localizaran en el entorno del Canal. A partir de los años cuarenta, al igual que en el resto de la ciudad, proliferó la construcción de infraviviendas.

1 Morín et alii (2005): “La Ocupación Contemporánea. La Guerra Civil española y el hábitat en cuevas”, en El Cerro de la Gavia. El Madrid que encontraron los romanos. Pág. 49.

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Cuevas en Madrid en los años cuarenta.

En muy pocos años después de la Guerra Civil el número de habitantes asentados aumentó considerablemente, debido a la inmigración del campo a la ciudad en busca de trabajo. El problema fue abordado desde la Administración de formas distintas. Para Muguruza, Director General de Arquitectura, el problema de la infravivienda se planteaba como un problema de vivienda, para Bigador, por el contrario, el problema radicaba en la existencia misma de los poblados de chabolas. Bigador entendía que había que impedir el crecimiento de estos focos de miseria y realojar a los chabolistas en otras áreas.

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Además, existía una clara voluntad política de establecer una zona exclusivamente industrial. Se proponía la creación de ocho núcleos satélites (Peñagrande, Manoteras, Canillas, San Blas, Vicálvaro, Palomeras, Villaverde y Carabanchel). Sin embargo, las viviendas y las casas del entorno del Real Canal del Manzanares continuaron ocupadas hasta el comienzo de los años 70. En esos años se realojó a la mayoría de sus habitantes o se abandonaron para ir sus pobladores a integrar la población de Vallecas o Villaverde2. Esas viviendas una vez ejecutado el realojo se demolían para impedir que otros volvieran a ocuparlas. La fotografía aérea de 1976 muestra la zona sin estructuras visibles en superficie. Por último, en el ámbito 2, la excavación ha documentado una cuarta fase, una más que en el resto del yacimiento. Se observa un estrato de nivelación formado por restos constructivos principalmente con una potencia de aproximadamente 30 centímetros. Dicho nivel está sobre estructuras encuadradas en la fase tres de ocupación. Ese momento de ocupación está caracterizado por elementos constructivos de época contemporánea, los muros y suelos de las estancias son de mala factura y construidos a partir de materiales de deshecho. Tiene tabiques divisorios de ladrillos multiperforados, así como suelos construidos con baldosines de distintas facturas. Observando la fotografía aérea de la que disponemos se observa una ausencia de estructuras entre los años 1976 a 1991, sin embargo en la fechada en 1999, se aprecian estructuras de infraviviendas en el área delimitada por el ámbito 2. La excavación arqueológica ha sacado a la luz parte de la infraestructura preindustrial de Madrid. Estos restos nos ayudan a tener una visión global de los primeros cambios sociales consecuencia del incipiente desarrollo industrial; tanto con el abandono de la manufactura del papel, como con la aparición de los asentamientos de infraviviendas. Todo ello es reflejo de una época convulsa como son los siglos XIX y XX en España, período en que la Guerra Civil española marca un punto de inflexión, tambíen aquí, junto a los márgenes del río Manzanares.

2 Morín et alii (2005): “La Ocupación Contemporánea. La Guerra Civil española y el hábitat en cuevas”, en El Cerro de la Gavia. El Madrid que encontraron los romanos. Pág. 250

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1.8. FOTOGRAFÍA AÉREA

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EL CANAL

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2. EL CANAL DEL MANZANARES. ENTRE LA 4ª Y LA 5ª ESCLUSA 2.1. INTRODUCCIÓN Durante las labores de seguimiento arqueológico de los movimientos de tierra en el proyecto constructivo: “Plataforma de implantación de una doble vía entre las Estaciones de Atocha y Torrejón de Velasco para el nuevo acceso Ferroviario de Alta Velocidad deLevante-MadridCastilla la Mancha-Comunidad de Valencia-Región de Murcia. Tramo: C/ Pedro Bosch-Getafe”, se pudieron localizar tres zonas con vestigios del trazado del Real Canal Navegable del Manzanares, entre la Cuarta y la Quinta Esclusa.

· P.K. 106+130: El hallazgo arqueológico fue localizado durante las obras de excavación realizadas en el enUPSOPEFM1, EPOEFTFEFTWÓPFMBHVBEFMDBOBMBDUVBMIBDJBFMFTUF1BSBFTUBCJMJ[BS la zona por donde discurría dicho canal se procedió a la excavación de este lugar para sanear de lodos y posteriormente echar bolos (“morro”) y gravas. Fue en las labores de excavación para el saneamiento de las arcillas y lodos del canal actual cuando se observaron a unos 3 m de profundidad dos postes de madera hincados y alineados que parecen formar parte del lateral este de la estructura del Real Canal del Manzanares. Posteriormente se cesó la excavación más en profundidad de los materiales arenosos donde se encontraron los postes y se continuó la retirada de lodo y arcilla superiores del canal actual hasta descubrir algún otro poste o estructura del antiguo canal, encontrándose un tercer poste. Tras el descubrimiento de los postes se pararon las labores de excavación de las máquinas en esta zona. Los materiales que caracterizan el Real Canal del Manzanares pudieron documentarse en la campaña de catas anterior ya que dichos materiales (hallazgo) se encontraban a más de 3 m de profundidad debajo de potentes niveles de relleno, y las catas no pudieron llegar a tanta profundidad. Esta parte del Real Canal del Manzanares se encuentra en el tramo extraurbano de la infraestructura, alejada de las zonas de las exclusas, con lo cual el acondicionamiento y los materiales constructivos empleados en la construcción de dicho canal son livianos. En este ámbito se emplearon mayoritariamente, el simple apisonamiento de taludes con postes y tablones de madera además de como sistema de contención también para delimitar el vaso del canal. En el año 2006 se realizó una intervención arqueológica a unos 200 m y se pudo documentar el mismo sistema constructivo. La zona del hallazgo arqueológico tiene una superficie de 52 m2 y queda delimitada por el siguiente polígono de coordenadas UTM: Coord. X UTM 443336.9020 443340.3626 443341.1525 443344.6357 443356.4958 443350.4894

Coord. Y UTM 4466996.6961 4467001.2368 4467000.9805 4467002.9646 4466991.1619 4466987.0675

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Vista general de la localización del hallazgo próximo al aliviadero del Estanque de Tormentas.

Vista hacia el N de la sobreexcavación realizada para el drenaje y estabilización con grava. En círculo rojo la posición de los postes del antiguo Real Canal del Manzanares.

Vista hacia el Este del hueco sobreexcavado con la posición de los postes localizados.

Detalle de uno de los postes que componen parte de la estructura del Real Canal del Manzanares.

Balizamiento de la zona donde se ha localizado el hallazgo.

Vista general de la zona donde se ha localizado el hallazgo (3 postes) del Real Canal del Manzanares y su balizamiento.

· P.K.106+800: Los restos hallados coinciden con las estructuras de madera que componía el trazado del Real Canal Navegable del Manzanares. El hallazgo se motivó por la excavación del emplazamiento

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para el “dado” de sujeción del nuevo colector. La profundidad máxima alcanzada es de 4 m. y se localizaron 9 postes colocados en línea recta a distancias irregulares pero en sentido norte-sur. Los postes son de 1,40 m. de altura y alrededor de los 10 cm. de diámetro. Se trata de los postes de sujeción del lateral Oeste del Canal, los restos únicamente han podido ser observados en el perfil de la excavación. Por lo tanto, el resto de la estructura del Canal debe permanecer hacia el Este, aunque muy posiblemente este destruido por las construcciones y servicios preexistentes al actual proyecto constructivo. Coord. X UTM 443774.9125 443774.7319 443774.5696 443774.4727 443774.2059 443773.0984 443773.9824 443771.9443 443772.6718 443774.3833

Coord. Y UTM 4466507.8266 4466508.9218 4466509.6986 4466510.2887 4466510.5133 4466513.8685 4466514.0672 4466517.3940 4466518.0094 4466511,4914

Fotos del proceso de documentación de los postes hallados

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El Real Canal del Manzanares: excavaciones arqueológicas de la Cuarta a la Quinta Esclusa

t1,  Se localizaron un total de ocho travesaños de madera, localizados in situ, que trazan un eje NE-SO. Asociados a estos travesaños han aparecido una serie de tablones de madera que sostenían las paredes del canal.

Detalle de parte de los travesaños documentados

Vista general del hallazgo

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La intervención arqueológica

2.2. LA EXCAVACIÓN DE UNA SECCIÓN DEL CANAL DE MANZANARES ENTRE LA CUARTA Y LA QUINTA ESCLUSA Siguiendo las pautas y condiciones del Permiso de Intervención Arqueológica (emitido con nº EXP / CULT: 717 / 05 por la Dirección General de Patrimonio Histórico de la Consejería de Cultura y Deportes de la C.A.M., con Ref.: 12 / 023342.9 / 06) y con la intención de documentar ampliamente el yacimiento, se ha realizado la excavación arqueológica del mismo.

REPLANTEOS Y TRABAJOS PREVIOS Se colocaron ferrallas sistemáticamente para crear ejes longitudinales y transversales a la extensión de terreno ubicado dentro del trazado previsto para la construcción del Aliviadero y que delimitaba el área de actuación. De este modo, se creó una cuadrícula en la superficie afectada por la mencionada construcción, donde se encontraban los restos. Este método permitía tener referencias exactas tanto para la documentación gráfica como para la recogida de los materiales. La secuencia estratigráfica del yacimiento permitió optar por la representación en un solo plano “de planta compuesta” los distintos restos constructivos excavados. En los momentos finales de la intervención, sobre todo para facilitar la realización de los dibujos de las estructuras, se colocaron las cuerdas entre los vértices de cada cuadrícula. Estas eran desmanteladas parcialmente según lo requería el proceso de trabajo y/ o documentación específico. El área objeto de excavación fue delimitada físicamente por la colocación de ferrallas y cinta de balizar, mientras que en su perímetro exterior se procedió a la limpieza generalizada y remoción de todo el tipo de depósitos contemporáneos y de los amontonamientos de tierra resultantes de los trabajos de apertura mecánica del área del estanque. El hallazgo de la primera de las estructuras que componían el canal, se efectuó durante la realización de dos catas determinadas por la DGPH en el permiso de seguimiento arqueopaleontológico. Dichas catas se realizaron por medios mecánico-manuales, al igual que la retirada de los niveles superiores a la cota máxima del hallazgo. Con la ejecución de la excavación en extensión se pudo valorar la entidad de los restos hasta su documentación final. En la excavación han participado 6 peones especializados, que desarrollaron tareas de excavación manual en toda el área previsto. En un primer momento se descubrieron y limpiaron las estacas hincadas que la máquina había dejado a la vista. Para ello, se retiraron de un modo controlado las arenas que las cubrían. En seguida, el equipo de excavación se dividió en dos grupos, uno de los cuáles excavó en la mitad occidental del vaciado mecánico y otro en el área oriental y en la superficie exterior.

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El Real Canal del Manzanares: excavaciones arqueológicas de la Cuarta a la Quinta Esclusa

Estructura 4

Estructura 3

Estructura 2 Estructura 1

Planta general del yacimiento.

Una vez alcanzado el nivel arqueológico más superficial, se detectaron algunos materiales muebles y comenzaron a descubrirse las estructuras 1 y 2. Con posterioridad se inició la limpieza de la secuencia de los rellenos que colmataban el canal, detectándose la estructura 3 en el área más oriental de la excavación. Por último se localizó la estructura 4 construida sobre los niveles geológicos característicos de la llanura de inundación del Manzanares, a los cuales se rebajó toda la superficie afectada de canal. La secuencia de colmataciones o deposiciones fluviales fue documentada exhaustivamente por parte de geólogos y del equipo técnico arqueológico presente en la excavación. Al igual que ellos se hizo necesaria, desde el principio, la presencia de un experto en conservación y restauración para dar cumplimiento a las especificaciones de la DGPH, respecto a la conservación y consolidación in situ de las estructuras halladas. Una vez individualizados todos los elementos arqueológicos construidos se procedió a su limpieza y documentación integral. Para facilitar la retirada de los sedimentos excavados, estos fueron extraídos inicialmente desde el lado este de la zona de excavación por medios manuales y ahí colocados para una posterior extracción por máquina retroexcavadora giratoria. Antes de ser retirados, los materiales fueron cribados para tratar de recuperar la mayor parte de los restos muebles que contenían.

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La intervención arqueológica

Detalle del hallazgo de las estacas U.E. [31]

Reseñables fueron las dificultades que se presentaron debido a los continuos desplomes de los perfiles realizados (mayoritariamente compuestos por arenas), en virtud del progresivo “secado” de estos niveles tras la realización de las catas de sondeo. Por tal motivo, tras ser documentados exhaustivamente, se hizo necesario su taludamiento en una pendiente cercana a los 40º, a la vez que se eliminaban las terreras del contorno de la zona de intervención para mejorarse el acceso a las nuevas estructuras de madera aparecidas. En esta tarea se empleó una máquina excavadora giratoria.

Trabajos de limpieza de la mitad oriental

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El Real Canal del Manzanares: excavaciones arqueológicas de la Cuarta a la Quinta Esclusa

Otro problema añadido, aparecido desde casi el comienzo de la misma excavación fue el de las filtraciones y acumulación de aguas provenientes del nivel freático, por lo que se hizo necesaria la acción combinada de dos bombas de extracción. Con posterioridad al final de la intervención se determinó la conservación y extracción de aquellos módulos y materiales constructivos más representativos para una posible reconstrucción de esta gran estructura hidráulica.

DESCRIPCIÓN E INTERPRETACIÓN DE LAS UNIDADES Y SECUENCIAS ESTRATIGRÁFICAS IDENTIFICADAS, DIACRONIA Y SINCRONIA DE LA CONSTRUCCIÓN Y UTILIZACIÓN La estratigrafía identificada en el área del aliviadero del estanque de tormentas reveló una secuencia relativamente simple en sus formaciones superiores, contrastando con la complejidad observada en las formaciones inferiores, sobretodo en los depósitos que concernían a los distintos momentos de construcción y utilización / remodelación de las estructuras del canal. La secuencia estratigráfica registrada se inicia con la U.E. [0], que se extendía en la totalidad del área afectada por la construcción del aliviadero. Consistía en un estrato sedimentario de matriz limo-arenosa que se corresponde con la Unidad Geológica 39. Contiene abundantes restos vegetales, raíces vivas y en descomposición, cantos de cuarcita de pequeño y medio tamaño, numerosos fragmentos cerámicos de material de construcción moderno y contemporáneo, así como otros materiales muebles correspondientes a vertidos recientes. Su formación se presenta obvia, tratándose de un típico suelo actual compuesto por vertidos modernos y contemporáneos y por depósitos anteriores, removidos y alterados sobre todo por las labores resultantes de la actividad agrícola. Esta U.E. cubría simultáneamente las U.E.s [1] y [40]. La primera, se relacionaría con el último estrato de colmatación del cauce en el área del antiguo canal, y la segunda con el último estrato de construcción del antiguo Camino del Malecón. De este modo, la descripción estratigráfica seguirá con los depósitos correspondientes al relleno del canal, por ser los últimos en formarse, quedando los del Camino del Malecón para un momento posterior. La U.E. [1] se trataba de un estrato sedimentário homogéneo de matriz limosa y con frecuente presencia de arena y se corresponde con la Unidad Geológica 38. Se presentaba relativamente suelto y de color marrón claro. Contenía abundantes restos vegetales, raíces, piedra caliza, cantos de cuarcita de pequeño y mediano tamaño, numerosos fragmentos cerámicos de pequeño tamaño y material de construcción moderno y contemporáneo. Su posición estratigráfica, además de sus características físicas, permiten afirmar con que su formación deriva de la amortización final del área del cauce del antiguo canal. Esta unidad cubría a su vez varias capas, designadamente las U.E. [2], [3], [8], [10] y [12], siendo la que inmediatamente anterior en formarse fue la U.E. [2], correspondiente a la Unidad Geo-

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La intervención arqueológica

lógica 37. Aunque de pequeñas dimensiones, circunscribiéndose a la zona cercana al límite sur de la excavación, este depósito se diferenció automáticamente de los anteriores al presentarse como un estrato sedimentario de arenas muy sueltas, heterogéneas, mayoritariamente gruesas con lentejones de arenas más finas. Las arenas están constituidas por cuarzos feldespáticos y granos de carbonato. Presentaba escaso material arqueológico, que se limitaba a apenas algunos fragmentos cerámicos muy rodados. Sus características permiten su clasificación como estrato de relleno, y a la vez su atribución a un pequeño aporte de inundación. Es decir, al contrario de los estratos anteriores, este y los que se le encuentran yuxtapuestos están directamente relacionados con los períodos de actividad del antiguo canal o con los posteriores momentos en los cuales ya no funciona el canal propiamente dicho pero, sin embargo, sigue existiendo el cauce el la zona por donde discurría el mismo. Bajo las U.E. [1] y [2] se encontraba la U.E. [3], que se corresponde con la Unidad Geológica 36. Consiste en un estrato sedimentario de matriz arcillosa de color marrón negruzco, de estructura medianamente compacta y composición homogénea, semejante a lodos de granulometría gruesa. Contenía abundantes restos de materia vegetal, concretamente cañizos. Aparte de este componente orgánico no se reconoció ningún material de origen antrópico, estando ausentes los fragmentos cerámicos o de otros tipos.

Tronco ubicado sobre las U.E. [8 / 9] y [3]

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El Real Canal del Manzanares: excavaciones arqueológicas de la Cuarta a la Quinta Esclusa

Este depósito se extendía en todo el área media del canal, considerando que en la Fase IV el lecho del mismo se había desplazado considerablemente hacia el margen izquierdo. Cubría a su vez a las U.E. [4], [5], [7] y [10]. La formación de este depósito se pudo haber originado en un momento relacionado con un estancamiento prolongado del nivel acuífero del canal o con un período de sucesivos aportes hídricos de muy pequeña dimensión y potencia. Estos factores hídricos habrán permitido la formación de ese tipo de vegetación de ribera y su consecuente putrefacción e incorporación en la formación del depósito (véase la figura esquemática interpretativa que se presenta a continuación). La U.E. [5] se corresponde a la Unidad Geológica 35. Se diferenció de la U.E. anterior por presentarse como un estrato sedimentário homogéneo de matriz arcillo-limosa, de color marrón medianamente oscuro, pero más claro que la U.E. [3] y de estructura medianamente com-

pacta. Contenía todavía algunos restos de materia vegetal pero bastante más escasos que en la U.E. precedente. Se localizaba en una área delimitada de la margen izquierda del área del canal y cubría las U.E. [6] y [4]. La U.E. [4], equivalente a la Unidad Geológica 34, y parcialmente cubierta por la anterior, se caracterizaba como un estrato sedimentario de arenas muy sueltas y limpias, heterogéneas, con granulometrías medias / finas y con lentejones de arenas más finas. Las arenas se constituyen por cuarzos feldespáticos y granos de carbonato. Presentaba escaso material arqueológico, que se limitaba a apenas algunos fragmentos cerámicos muy rodados. A la semejanza de la U.E. [2], los elementos que caracterizan la U.E. [4] indican que se trata de un estrato de relleno atribuible a un pequeño aporte de inundación, pero que, no obstante, es

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La intervención arqueológica

Tronco ubicado sobre las U.E. [8 / 9] y [3]

resultante de un sistema hídrico energético. A su vez, se superponía a otro estrato de escasa potencia: a U.E. [7]. La U.E. [7] se caracterizó como un estrato sedimentario de matriz arcillosa con limos, bastante plástico, homogéneo y de estructura medianamente compacta. Presentaba un color marrón grisáceo negruzco y abundantes restos de materia orgánica vegetal, concretamente juncos. Se localizaba en una área muy delimitada de la margen derecha. Se trataría, una vez más, de un momento relacionado con un probable estancamiento del canal o con un período corto de aportes de pequeña potencia que han permitido la formación de ese tipo de vegetación de ribera y su consecuente putrefacción e incorporación en la formación del depósito. De esta manera, en lo que concierne a la formación de los depósitos ahora referidos, se pudo observar que las Unidades [2], [3], [4], [5] y [7] corresponden a una fase de rellenos de un cauce ubicado en el área del canal - cuya morfología se vio influenciada y condicionada por la del anterior canal - pero que ya no se corresponden directamente con el mismo. Asimismo, estos rellenos están contenidos en el cauce formado por las U.E. [8], [9], [6], [11] y [10], pertenecientes a un momento anterior que fue, por su turno, parcialmente erosionado y en cuyo lecho se acumularon las U.E. supr. descritas ( véase la siguiente figura esquemática).

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El Real Canal del Manzanares: excavaciones arqueológicas de la Cuarta a la Quinta Esclusa

Representación esquemática del cauce y de la secuencia de rellenos.

Bajo esta secuencia de rellenos, el último estrato en formarse en el final del momento anterior fue la U.E. [6]. Se localizaba en un área muy circunscrito de la margen izquierda. Englobada en la Unidad Geológica 33, esta unidad se caracterizó como un estrato sedimentário de matriz arcillosa con limos, bastante plástica, homogénea y de estructura medianamente compacta. Presentaba un color marrón grisáceo negruzco y abundantes restos de materia orgánica vegetal, sin que, sin embargo, se identificaran restos de cañizos. Se trataría seguramente de otro de los depósitos cuya formación tiene origen en momentos de baja energia hídrica en el curso fluvial o en períodos cortos de aportes de pequeña potencia, que permitieron el crecimiento y putrefacción de la vegetación de ribera e su incorporación en la formación del depósito. Por su lado, la U.E. [10], que conformaba el margen derecho del cauce de la superficie anteriormente descrita, se formó en un momento relativamente anterior y fue igualmente erosionada

Representación esquemática del cauce y de la secuencia de rellenos del margen izquierdo.

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La intervención arqueológica

-------- rellenos

-------- cauce

a posteriori. Esta U.E. se acumuló en el cauce anteriormente definido por el talud del margen izquierdo compuesto pos las U.E. [8] y [9], por el lecho que discurría sobre las U.E. [11] y [12] y limitado en el margen derecho por el talud del anterior Camino del Malecón. Se presentaba muy semejante a la U.E. [6] y habendo sufrido idéntico proceso deposicional. Consistía también en un estrato de matriz arcillosa con limos, bastante plástica, homogénea y de estructura medianamente compacta, pero con un color marrón oscuro y contenía frecuentes cantos de pequeña dimensión, así como abundantes restos de materia orgánica vegetal. Se corresponde con la Unidad Geológica 32. En el margen izquierdo se pudo documentar uno de los más evidentes procesos de formación de taludes mediante una potente y energética acción hídrica de transporte y arrastre. Las características de los depósitos que lo componen, las U.E. [8] y [9], apuntan en este sentido (véase la siguiente figura anexa).

-------- rellenos

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-------- cauce

El Real Canal del Manzanares: excavaciones arqueológicas de la Cuarta a la Quinta Esclusa

El primero de estos depósitos, la U.E. [8] (correspondiente a la Unidad Geológica 33), se trataba de un estrato sedimentario compuesto por arenas de granulometría mediana y gruesa, con poca proporción de finos, que se constituían por cuarzos feldespáticos con granos de carbonatos. Se presentaba suelto, limpio y homogéneo, con color grisáceo. Apenas se recogieron materiales arqueológicos que se limitaban a algunos fragmentos muy rodados. El segundo, la U.E. [9] (englobado en a la Unidad Geológica 33), se acercaba bastante al anterior, distinguiéndose sobre todo por su tonalidad. Consiste de igual manera en un estrato sedimentario homogéneo de arenas de granulometría mediana y gruesa, constituidas por arenas de cuarzos feldespáticos con granos de carbonatos, con poca proporción de finos, y alguna arcilla. Se presentaban sueltas, limpias y de color grisáceo oscuro. Apenas se recogieron materiales arqueológicos. La formación de estos estratos deriva de la acumulación de arenas transportadas por grandes aportes en el cauce del área del antiguo canal1. Este proceso habrá originado una nueva margen con forma de bancal y, a su vez, la configuración de un nuevo cauce, con una reducción parcial del mismo comparativamente al anterior, y su desplazamiento hacia la margen derecha. Tal como se refirió, el cauce definido por los taludes U.E. [8], [9] y [10] se superponía a otro anterior, que tampoco concernía directamente a los momentos de uso y uso / abandono del canal. El estrato de colmatación del lecho que atestigua el final de este otro momento anterior es la U.E. [11]. La U.E. [11], equivalente a la Unidad Geológica 31, se deposita sobre el talud de arenas ubicado en la margen derecha, U.E. [12] y sobre la U.E. [14]. Se presentaba como un estrato de arcilla limosa suelta, homogénea y de color gris oscuro, características que se podrían describir como fangos. Se trataba de un estrato rico en materia orgánica, principalmente en restos vegetales. Sus características indican que se trata de un estrato más que tiene origen en momentos relacionados con un estancamiento del lecho o con un período de aportes de pequeña potencia que han permitido la formación de ese tipo de depósito. A su vez, la capa U.E. [14] se presentaba como un estrato sedimentário homogéneo que se acercaba bastante a las U.E. [8] y [9], distinguiéndose sobretodo por su color y por la escasa proporción de arcillas presente. Se constituía por arenas limpias de cuarzos feldespáticos con granos de carbonatos, de granulometría mediana y gruesa y con pequeña proporción de arcilla. Las arenas se presentaban sueltas, limpias y de color marrón grisáceo oscuro. No se recogieron materiales arqueológicos. Se corresponde con la Unidad Geológica 27.

1 Reflejo de esa fuerte acción hídrica es el tronco que se encontró depositado en el talud. Es imposible determinar si su desplazamiento hasta la zona de excavación se debe únicamente a fenómenos naturales o se sufrió intervención antrópica.

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La intervención arqueológica

Identificación del segundo segmento del tablón U.E. [26]

Resulta evidente que se está, una vez más, ante un pequeño estrato de acumulación de materiales fruto de un depósito de alta energia, que se deposita en la margen izquierda del lecho canal, y que sufre una posterior acción erosiva. El estrato de la margen derecha que conformaba este cauce era la U.E. [12], que se corresponde con la Unidad Geológica 30. Se definió como un estrato homogéneo y muy suelto, con una coloración marrón grisácea clara, compuesto por arenas de cuarzo feldespático de granulometría media-gruesa y muy gruesa, con escasa proporción de finas. En el se recogieron algunos fragmentos de madera quemada. Se trataba de un estrato de acumulación formado por un gran aporte. Este aporte originó un nuevo margen con forma de bancal y, a su vez, mediante erosión, un desplazamiento y reducción parcial del cauce hacia el centro. Por su vez, cubrió el estrato U.E. [13], que se localizaba en una área todavía más circunscrita de la margen derecha. La U.E. [13], equivalente a la Unidad Geológica 29, consistía en un estrato sedimentario de matriz arcillosa con limos, poco plástico, homogéneo y de estructura medianamente compacta. Presentaba un color grisáceo negruzco y abundantes restos de materia orgánica vegetal. El avance de la excavación en profundidad reveló que únicamente los depósitos y secuencias parciales ubicadas en cotas inferiores a los que ahora se describieron testimoniaban el momen-

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El Real Canal del Manzanares: excavaciones arqueológicas de la Cuarta a la Quinta Esclusa

Representación esquemática del cauce y de la secuencia de rellenos.

to en el cual, por primera vez, se pudo documentar la secuencia de relleno relacionada con el canal del Manzanares, particularmente los momentos finales del uso / abandono y de la colmatación de su cauce (véase la siguiente figura anexa). Por un lado, se identificó en el margen derecho una pequeña secuencia de estratos bajo la U.E. [13] que amortizaban una estructura de madera denominada por U.E. [26] (= Estructura 4). Se trataba muy probablemente de una zona de pequeñas corrientes laterales que discurrían paralelamente y a lo largo de esta estructura. Por otro lado, se registró y se excavó una secuencia de rellenos, en su día distintos lechos, que colmataban el cauce existente en la fase más tardía, asociado a las remodelaciones de las estructuras construidas del Canal. En lo que concierne a los depósitos del margen derecho, la primera capa en identificarse fue la U.E. [22], englobada en la Unidad Geológica 27. Consistía en un estrato sedimentario de arenas de granulometría mediana y fina, constituidas por cuarzos feldespáticos con poca proporción de carbonatos. Se presentaba muy suelto, limpio y homogéneo, con color grisáceo oscuro. Apenas se recogieron materiales arqueológicos, que se limitaban a algunos fragmentos cerámicos muy rodados. Bajo este se definieron dos nuevas U.E., la [23] y [24]. La primera era un estrato de arcilla limosa suelta, homogénea y de color negrusco - características que se podrían adscribir a estratos de lodo - con alto contenido en materia orgánica, teniéndose recogido varios semillas y huesos de frutos. La segunda, un estrato sedimentário de arenas de granulometría mediana y fina. Se presentaba como muy semejante a la U.E. [22], diferenciándose de esta en el color gris claro. En posición estratigráfica claramente inferior, pero, sin embargo, a una cota relativamente superior, estaba la U.E. [25], que se correspondía con la Unidad Geológica 28. Era un estrato más

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La intervención arqueológica

-------- rellenos

-------- cauce

de arenas de granulometría mediana y fina, muy suelta, limpia y homogénea, con color marrón grisáceo claro. Estos estratos revelaron la existencia de una secuencia parcial que colmataba una pequeña depresión en la orilla derecha y que cubría el entablado U.E. [26]. En el proceso de formación se alternaron varias acciones erosivas con acumulaciones, motivados por aportes pequeños pero enérgicos y con momentos muy cortos en el tiempo relacionados con estancamientos en el margen. En lo que se refiere a los rellenos del lecho, se pudo documentar la presencia de cuatro grandes unidades, las U.E. [15 – 18], que se desarrollaban prácticamente en toda la extensión longitudinal y transversal del cauce, conformado por los taludes arenosos U.E. [19] y [20]. Una vez más se observó una secuencia que se considera característica de este tipo de realidades. Es decir, la secuencia de relleno en el antiguo cauce del canal se caracteriza por una alternancia de estratos, que son claros ejemplos de cortos espacios de tiempo relacionados con el estancamiento del lecho, o con períodos de aportes de muy pequeña potencia. A su vez, se relacionaban con otros estratos de acumulación de arenas, formados por aportes de alta energia en el lecho del antiguo canal y que sufren una posterior acción erosiva. El primero de esta secuencia, la U.E. [15] (equivalente a la Unidad Geológica 29), se trataba de un estrato de arcilla limosa suelta, homogénea y de color negrusco, con alto contenido en materia orgánica. Dadas estas características se podría describir como un estrato de lodo. Bajo esta se reconoció un estrato sedimentario de arenas de granulometría gruesa, designado como U.E. [16]. Se constituía por arena muy gruesa de cuarzos feldespáticos y con algún canto. Se presentaba suelta, limpia y homogénea, con color grisáceo claro. Apenas se recogieron materiales arqueológicos, que se limitaban a algunos fragmentos cerámicos muy rodados. La U.E. [16] cubría simultáneamente las U.E. [17] y [18], siendo la primera la que se le sucedía, aunque solo se encontrara parcialmente cubierta.

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El Real Canal del Manzanares: excavaciones arqueológicas de la Cuarta a la Quinta Esclusa

Inicio de los trabajos de consolidación de los fragmentos superiores del tablón U.E. [26]

La U.E. [17] se caracterizó como un estrato de limo arcilloso denso, no obstante poco compacto, homogéneo y de color gris oscuro, características que se podrían describir como fangos. Se trataba de un estrato rico en materia orgánica, pero sin restos vegetales apreciables a simple vista. En la base de esta secuencia de rellenos se encontraba la U.E. [18]. En sus principales características físicas, este depósito se acercaba bastante a la U.E. [16], distinguiéndose sobre todo por su color y granulometría. Se trataba de un estrato sedimentario homogéneo constituido por arenas limpias de cuarzos feldespáticos con granulometría fina y gruesa. Las arenas se presentaban

Representación esquemática del cauce y de la secuencia de rellenos.

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La intervención arqueológica

sueltas, limpias y de color gris. Apenas se recogieron materiales arqueológicos, designadamente cerámicas comunes a torno bastante rodadas. Terminada la excavación de estas capas se verificó que el talud del margen izquierdo definido por la U.E. [20] seguía progresando en profundidad y que la formación en la margen derecha, conformado por la U.E. [19], se le solapaba. Así, la formación del talud arenoso del margen derecho era más tardío y correspondía, a su vez, a un relleno en el anterior cauce del canal, conformado por el talud U.E. [20] en la margen izquierda y por el entablado U.E. [26] en el margen derecho, al cual se apoya (véase la imagen anexa). De este modo, la U.E. [19] se definió como un estrato sedimentario homogéneo de arenas de granulometría gruesa y muy gruesa, con algún canto, constituidas por cuarzos feldespáticos con granos de carbonatos. Las arenas se presentaban sueltas, limpias de color grisáceo. Se recogió un mayor número de materiales arqueológicos, dentro de los cuales 3 boyas de madera con plumilla, madera y maderas quemadas, fragmentos de cerámica esmaltada lisa y decorada, cerámica común a torno y algunos fragmentos de azulejo. Resulta evidente que este estrato tiene origen en una acumulación causada por un gran aporte en el cauce del antiguo canal y que fue contenido por el entablado U.E. [26] (=Estructura 1). Como consecuencia, este depósito colmató estructuras y estratos anteriores y originó un desplazamiento parcial del curso del canal hacia la margen izquierda, descentrado con relación al cauce anterior, como más adelante se podrá comentar. Aspecto que se debe resaltar, es que la U.E. [19] no se excavó en bloque, sino que se fue profundizando progresivamente, razón por la cual fueron surgiendo otras realidades que, a pesar de localizarse a cotas relativas semejantes, en realidad pertenecían a momentos cronológica y estratigraficamente anteriores. Es el caso de las estacas U.E. [31] y de los depósitos relacionados con la colocación del entablado U.E. [26], concretamente las U.E. [30] y [50]. De este modo, se atribuyo prioridad a la remoción de los estratos que rellenaban el cauce del canal,

-------- rellenos

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-------- cauce

El Real Canal del Manzanares: excavaciones arqueológicas de la Cuarta a la Quinta Esclusa

Perspectiva general del tablón U.E. [49] y de la secuencia de su colmatación

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La intervención arqueológica

Detalle frontal desde el este de los distintos módulos constructivos (de adelante hacia atras): tablón U.E. [49], talud de gravas U.E. [29], estacas U.E. [31] ytablón U.E. [26]

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Delimitación y definición del tablón U.E. [26] y del relleno U.E. [19]

Vista norte/sur del tablón U.E. [26]

Tablón U.E. [26] y estratos U.E. [23] y [19]

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La intervención arqueológica

aplazándose la excavación de los estratos constructivos del tablón U.E. [26] (=Estructura 1) para su momento correspondiente. Mientras se profundizaba en la excavación de la U.E. [19], en el área cercana a la margen derecha, se identificó un nuevo estrato, la U.E. [27], que se apoyaba en el entablado U.E. [26]. Así, en esta etapa de la excavación, se podían ver simultaneamente las tres unidades que testimoniaban un momento muy concreto, correspondiente a lo que fue la última remodelación de las estructuras construidas del canal.

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El Real Canal del Manzanares: excavaciones arqueológicas de la Cuarta a la Quinta Esclusa

Detalle de la estaca que sujeta el primer segmento del tablón U.E. [26] y del lecho de arcilla U.E. [27] adosado al mismo

De hecho, la excavación de este conjunto de estratos y estructuras reveló que la deposición / colocación de la capa U.E. [27] y la construcción del entablado U.E. [26] estaban directamente relacionadas, siendo que ambas conformaban un nuevo cauce, en cuyo lecho se formarían a posteriori las acumulaciones de arenas designadas como U.E. [19] y [20 / 21], la primera más reciente y las segundas más antiguas.

Detalle de las estacas delanteras U.E. [31] y del segundo segmento del tablón U.E. [26]

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La intervención arqueológica

Perspectiva nordeste del tablón U.E. [26], línea de estacas U.E. [31] y del lecho de arcilla U.E. [27]

En el momento que finalizó la excavación de la U.E. [19] se observó que la capa U.E. [27] se extendía por toda la anchura del canal y que se yuxtaponía a las U.E. [20] y [21]. La U.E. [20] consiste en el talud que se formó en el margen izquierdo, correspondiente a la Unidad Geológica 21. Se presentaba como un estrato homogéneo de arenas sueltas de cuarzos feldespáticos con algunos óxidos de hierro, de granulometría media, gruesa y muy gruesa y con frecuentes cantos. Las arenas eran limpias y de colores grisáceos amarillentos claros mezclados con oscuros. Se recogió un número reducido de materiales arqueológicos, dentro de los cuales había cerámica vidriada esmaltada, lisa, decorada y cerámica común a torno. La U.E. [21] se diferenció de la anterior por el hecho de no presentar relación física directa. En realidad es la continuación de la U.E. anterior. Ambos estratos resultan de acumulaciones de grandes aportes arenosos en el cauce del antiguo canal. La erosión progresiva de estos y del lecho originó un nuevo cauce, una nueva margen con forma de bancal y, a su vez, un desplazamiento parcial del curso del canal hacia la margen derecha. Se procedió a la excavación integral de estos taludes arenosos y se pudo documentar que no solo la U.E. [27] atravesaba transversalmente el canal, sino que también bajo las U.E. [20 / 21] afloraban los restos de otro módulo constructivo de madera, las U.E. [33 / 34] (=Estructura 3), que se revelaron más tarde como contemporáneos de la U.E. [31] (=Estructura 2). La U.E. [27] se presentaba como un estrato de arcillas plásticas, compactas, muy limpias y homogéneas. Poseía un color gris muy oscuro verdoso, sobre todo en la zona deprimida (más baja junto al nivel acuífero), y adquiría tonos ligeramente más claros y rojizos por oxidación en

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El Real Canal del Manzanares: excavaciones arqueológicas de la Cuarta a la Quinta Esclusa

Representación esquemática del cauce y de la secuencia de rellenos.

las zonas laterales más elevadas (en los cuales no había circulación de agua). Tiene una potencia media de 10cm. Su interpretación es algo problemática, pero sus características físicas, su homogeneidad y regularidad, permiten avanzar la hipótesis de tratarse de un posible echadizo como elemento constructivo y regularizador, que servia motivado por la impermeabilidad de estos materiales. Al estar definida y delimitada la totalidad de la U.E. [27] se inició su excavación en el margen derecho, por ser el que ofrecía la relación con el tablón U.E. [26] y por ser el margen que menos problemas presentaba con relación a la subida del nivel freático. De ese modo, fue posible observar su potencia, regularidad y a la vez su apoyo en la base del entablado U.E. [26]. Ambos se superponían a otros estratos echadizo más antiguos, pertenecientes al momento constructivo de la base del Canal. Así mismo, habiéndose alcanzado la base de la Estructura 1 = U.E. [26] ya se podía realizar una descripción completa de la misma, excavar los estratos que se encontraban adosados por detrás y documentar su secuencia constructiva. El entablado U.E. [26] (= Estructura 1) consiste en una línea de tablones dispuestos verticalmente y sujetados por estacas de diferente sección (ovaladas, rectangulares y circulares) clavadas en los estratos preexistentes. Los tablones poseían perfiles algo irregulares, 6m de largo, 6 cm. de grosor y 50 cm de altura. Las estacas fueron colocadas en intervalos de 2 m, en las uniones de los varios tablones y en sus zonas medianas. La construcción de esta estructura surgió probablemente ante la necesidad de remodelar las estructuras más antiguas y de subir o crear un nuevo limite al curso del canal. Posiblemente fue elaborada con parte de los tablones utilizados anteriormente en las Estructuras 2 y/o 3.

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La intervención arqueológica

-------- rellenos

-------- cauce

La tarea de su construcción y colocación se desarrolló en tres momentos principales: -

el primero, un corte paralelo al talud en las capas preexistentes, designado por U.E. [50], que afectó concretamente las U.E. [28] y [48], ambas pertenecientes a los rellenos del Camino del Malecón;

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-

el segundo, la colocación del tablón U.E. [26] y de las estacas de sujeción, también clavadas en los estratos más antiguos U.E. [29] y [48] en algunas zonas limitadas; el tercero momento, el relleno del hueco existente entre la parte posterior del tablón y la vertiente del Camino del Malecón. En este relleno, a lo cual se atribuyó la U.E. [30], se utilizó un depósito de lutitas, margas finas compactas de color gris oscuro azulado, arqueológicamente estériles.

Representación esquemática del cauce y de la secuencia de rellenos.

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La intervención arqueológica

Las características físicas y la posición / formación estratigráfica de este estrato indican que se trata claramente de un depósito constructivo, un echadizo. Es seguramente un material totalmente desplazado de su posición original, pues posee las características de las típicas arcillas terciarias (tipo peñuela). Su posición rellenando el corte U.E. [50], practicado para la colocación del tablón U.E. [26], y en cuña contra el mismo tablón U.E. [26] y los estratos que componen el talud del Camino del Malecón apuntan en el sentido de una construcción para consolidar la parte exterior del entablado, a la vez fuertemente impermeable dadas las características de su material (tal como se puede apreciar en la figura que sigue). A su vez, la U.E. [50] consiste en un corte con cerca de 14 m de largo (el largo de la excavación), por 8 / 12 cm de ancho y con una profundidad variable entre 8 y 10cm. Terminada la excavación de esta secuencia constructiva y del lecho de arcillas U.E. [27], se observó claramente que este conjunto de estratos y estructuras amortizaban una fase anterior de construcción y utilización del Real Canal. Así mismo, se identificaron los restos parciales de las tres estructuras que formaban la construcción original - la Estructura 2 (= U.E. [31], Estructura 3 (= U.E. [32 / 33 / 34]) y Estructura 4 (= U.E. [39]) –, los estratos relacionados con la construcción / colocación de las mismas y la secuencia de rellenos que atestiguaban su uso y colmatación. El último estrato en formarse en la fase previa a la remodelación del lecho de arcillas U.E. [27] fue la U.E. [35], englobada en la Unidad Geológica 20. Se trataba de un estrato sedimentário homogéneo de arenas de granulometría mediana y fina, muy sueltas y limpias, de color grisáceo oscuro, constituidas por cuarzos feldespáticos con poca proporción de carbonatos. Apenas se recogieron materiales arqueológicos, que se limitaban a algunos fragmentos cerámicos muy rodados. Sus características revelan que resultaron de acumulaciones de gran aporte en el cauce y que originaron una colmatación parcial del antiguo canal. Su deposición se adaptó a la estructura del mismo, verificándose una mayor altimetria lateral, conformada por los taludes de grava U.E. [29/37], y su posterior erosión en un hundimiento en la zona central.

-------- rellenos

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-------- cauce

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Bajo este depósito de escasa potencia se identificó un nuevo relleno, pero de distintas características, la U.E. [36]. Esta U.E. consistía en un estrato sedimentário heterogéneo y compacto, compuesto por arcillas mezcladas con arcillas arenosas de color gris muy oscuro. Poseía aproximadamente 20cm de potencia, sin continuidad bajo las estacas de las estructuras de madera del Canal. En su interior se recogió cerámica vidriada y esmaltada lisa, cerámica común, loza y un instrumento de metal con muelle en su interior. Resulta evidente que se trata una vez más de un relleno cuya formación tiene origen en una inundación parcial de la zona encauzada, quizás relacionada con un periodo de lluvias en el que existe un aumento del volumen de agua del canal quedando parcialmente estancada, permitiendo la formación de ese tipo de sedimentos. Seguro que se trata de un relleno acaecido en una fase funcional temprana del canal y que colmató gran parte de su lecho, lo que probablemente obligó a la reestructuración y remodelación de sus módulos constructivos. La U.E. [36] corresponde al nivel geológico 20 en elq ue se tomó una muestra para datación mediante Termoluminiscencia (TL=247 51 años B.P.). Se constató con el terminus de la excavación de la U.E. [36] que bajo este estrato no se registró ningún otro relleno asociado al Real Canal, encontrándose este depositado sobre los estratos preexistentes, cortados por la apertura del cauce del Canal. En este caso de estudio en concreto, los depósitos pertenecientes a la geología de base son los correspondientes a las formaciones de la antigua llanura de inundación del río Manzanares. Se pudo igualmente confirmar que tanto esta U.E. como la precedente U.E. [35] se apoyaban a las estructuras de madera de la primera fase, o en alternativa, en los sitios donde estas se encontraban sectorialmente destruidas y se solapaban a los taludes laterales de contención, concretamente las U.E. [29] y [37]. Las estructuras de madera que se identificaron fueron la Estructuras 2 y 4 en el margen derecho y la Estructura 3 en el margen izquierdo, todas ellas cubiertas por la U.E. [27], tal como ya se tuvo oportunidad de definir. Las Estructuras 2 y 3, en el margen derecho e izquierdo respectivamente, presentaban idéntica técnica constructiva. Diferenciándose en que de la primera se encontró mayor número de estacas y de la segunda más tablones. De la Estructura 2 apenas se han podido identificar una línea de estacas que se designaron por U.E. [31]. Consistía en una línea de estacas cruzadas o emparejadas sin tablón, de que se pudieron distinguir dos núcleos, uno en la zona noroeste que presentaba mayor densidad de estacas y menor espaciamiento. El primero, más al sur se compone de dos alineamientos de estacas de madera, separadas longitudinalmente por unos 80 cm de media. Se encontraba directamente colocado sobre el corte practicado en las capas geológicas de base, U.E. [38], y apoyado por el talud de grava U.E. [29].

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La intervención arqueológica

Vista general y detalle desde el este del tablón U.E. [26], del lecho de arcilla U.E. [27], de las estacas U.E. [31], del talud de grava U.E. [29] y de las capas arenosas preexistentes pertenecientes a la antigua llanura de inundación del Manzanares

Aunque no estuvieran presentes los tablones, es cierto que las estacas estarían relacionadas con los mismos. Las estacas fueron colocadas formando un vértice en su parte superior, el cual aparece alterado con los extremos fracturados y desplazados. Este aspecto hace pensar que las estacas han sido intencionalmente removidas y parcialmente desmontadas para la extracción de los tablones que anclaban. Esta operación habría probablemente ocurrido posteriormente a la colmatación del lecho por las U.E. [36] y [36], que anularon la funcionalidad de esta estructura.

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A una cota algo inferior, también colocada en el corte practicado en la geología de base U.E. [38], se encontraba la Estructura 4, compuesta por la U.E. [39]. Esta U.E. se trata de una construcción de madera formada por una línea de tablones muy consistentes, dispuestos verticalmente, con 14 cm. de grosor y 45 cm. de altura, mostrando perfiles muy bien rematados y trabajados, propios de carpintería industrial. Estos tablones se encontraban preservados en una extensión de 4,5m, fueron sujetados y clavados a vigas de madera de buen porte (sección de 20 x 15 cm.), clavadas en el sustrato original de base, dispuestas en intervalos de 1,30 m. No se pudo encontrar evidencia de otros tablones o vigas más al sur. Este hecho puede ser debido a su extracción en momentos posteriores, o también debido a cuestiones puramente

arquitectónicas, es decir, puede que se trate de un módulo apenas existente hacia al norte, en el área más cercana a la exclusa. A partir de su altura máxima empezaba el talud de grava U.E. [29], que consolidaba y soportaba la Estructura 2. Así mismo, el aspecto conjunto de estas dos construcciones sería el de un talud escalonado compuesto por dos construcciones de madera y rellenado con grava. Es claramente la estructura de base que encauzaba el Canal. Por otro lado, en el margen izquierdo se pudieron identificar dos núcleos de la Estructura 3. Aunque se tratara de la misma estructura, el hecho de que los dos núcleos no presentasen continuidad física debido a las destrucciones contemporáneas, fue la razón por la cual se atribuyeron dos números de U.E. distintos, la U.E. [32] y [33]. De resaltar que en uno de ellos todavía se conservaba uno de sus tablones originales in situ.

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La intervención arqueológica

La U.E. [32] consistía en una línea de estacas sin tablón. Se trata de un alineamiento preservado con apenas dos estacas de madera, separadas longitudinalmente por unos 80 cm de media. A la semejanza de la U.E. [31], estas estacas fueron colocadas de modo que suportasen la probable zona media de un tablón. El hecho de que aparezcan con los extremos fracturados y desplazados hace pensar que las estacas han sido intencionalmente removidas o parcialmente desmontadas para la extracción de los tablones que anclaban. En el otro núcleo que continuaba este en el área al sur del margen izquierdo, las estacas se encontraban todavía cruzadas y emparejadas, sujetando un tablón muy deteriorado, en posición original. Las estacas fueron colocadas formando un vértice en su parte superior, cruzándose y fijando el tablón en su parte media. Esta construcción era contemporánea de la U.E. [31] (= Estructura 2), y coincidía con esta en la distribución de las estacas, en la altimetría y en la técnica constructiva de las mismas. Se estima que, al igual que en la Estructura 2, la línea existente de

tablones debió ser desmontada para su reutilización posterior. El tablón aquí encontrado no fue retirado debido a su mal estado de conservación. Tras el desmontaje esta estructura fue colmatada por la U.E. 27. El tablón propiamente dicho, la U.E. [34], se presentaba muy deteriorado, de perfil muy irregular y curvo, con 3,35 m de largo, entre 6 a 8 cm. de grosor y 50 cm de altura. Se encontraba directamente colocado sobre el corte practicado en las capas geológicas de base, U.E. [38], y apoyado por el talud de grava U.E. [37].

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La U.E. [37] = [29] consiste en un estrato compuesto por arenas con bloques de carbonatos y gravas de naturaleza heterogénea, constituidas por cantos cuarcíticos y gravas cuarzofeldespáticas. Se tratan ambos de formaciones antrópicas. En realidad, funcionan como un talud que acondiciona las estacas y los tablones de las estructuras de madera originales de base del Canal. Excavadas todos estos aspectos y habiéndose llegado a la base de las construcciones y rellenos del Canal, se procedió al rebaje de algunas zonas determinadas para confirmar la relación de corte en la secuencia geológica de base. Así mismo, se pudo confirmar de manera inequívoca que la U.E. [38] testimoniaba un corte detectado en todo el largo y anchura del canal, practicado en el substrato geológico preexistente para la apertura del cauce por donde discurriría el Real Canal del Manzanares. Las capas denominadas como sustrato geológico original se componen por arenas con arcillas, arcillas con arenas de colores amarillentos y limos micáceos de tonos verdosos. Se han observado unos 50 cm de estos depósitos sin que haya podido observarse la base de la Unidad Geológica. Su techo, en definitiva la base del corte U.E. [38], forma una superficie regular entre

las estructuras de madera de ambos márgenes, y una superficie muy irregular bajo esas estructuras constructivas. Las estacas están clavadas en estos depósitos, y los tablones se asientan sobre ellos. En suma, las características litológicas descritas - que se pueden apreciar en la figura y foto anexas - permiten afirmar que pertenecen a las facies típicas de llanura de inundación del Manzanares. Su superficie irregular y la relación con las estructuras de madera permiten afirmar que fueron excavados y removidos previamente a la construcción del canal. Por todo ello se confirma que estos depósitos fueron afectados por objetivos constructivos.

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La intervención arqueológica

Para finalizar los trabajos de excavación se procedió a la apertura de un corte perpendicular a la acumulación de estratos de relleno antrópico que forman un talud de 1,5 m sobre el margen derecho del Canal, más conocido como el Camino del Malecón. Dentro de esa acumulación se han distinguido varias unidades, las cuales indican diferentes depósitos de diferentes características, de composición muy heterogénea, siempre con una función constructiva. Así la base está formada por la U.E. [48]. Esta U.E. consiste en un estrato sedimentário heterogéneo y compacto compuesto por arenas marrones claras con abundantes gravas y cantos de cuarzo de pequeña y mediana dimensión. Estéril desde el punto de vista arqueológico. Sobre esta se acumulan una serie de depósitos de arenas y gravas, de granulometría media, con algunos cantos incluidos. La U.E. que se le sobrepone aunque solo parcialmente es la [47] (= Unidad Geológica 9). Se trata de un estrato sedimentário homogéneo de arena, compuesto por arenas compactas de color marrón grisáceo, con frecuentes cantos de pequeño tamaño. Superpuesta a las dos anteriores está la U.E. [46] (= Unidad Geológica 8), un estrato sedimentario de arena, heterogénea y suelta, de color marrón oscuro. Se asemeja a la U.E. [47] pero se pueden observar trozos sin formas definidas de arcillas verdes compactas de tipo peñuela. Estéril del punto de vista arqueológico. Les sigue en la secuencia de manera ascendente la U.E. [45] (= Unidad Geológica 10), un estrato sedimentario areno-arcilloso, homogéneo y suelto, de color marrón oscuro. Estéril del punto de vista arqueológico. Se le superpone la U.E. [44] (=Unidad Geológica 11), un estrato sedimentario arcillo-arenoso, homogéneo y muy compacto, de color marrón oscuro. Se asemeja a la U.E. [45], pero se presenta más compacta y con mayor componente arcillosa. Igualmente estéril del punto de vista arqueológico. El siguiente depósito de echadizo fue la U.E. [43] (=Unidad Geológica 12), arcillo-arenoso, homogéneo y muy compacto, de color marrón anaranjado, seguido de la U.E. [42] (=Unidad Geológica 13), un estrato de matriz arcillo-arenosa, homogéneo y muy compacto, de color marrón claro. Culminando la secuencia de los depósitos constructivos del Camino del Malecón estaban las U.E. [41] (=Unidad Geológica 14) y [40] (=Unidad Geológica 15). La primera de estas consistía en un estrato arcilloso, homogéneo y muy compacto, de color amarillo pálido, mientras que la segunda se definió como un estrato limo-arcilloso, homogéneo y compacto, con frecuentes cantos de pequeña y medio tamaño y abundantes restos vegetales, particularmente en la zona de contacto con la U.E. [0]. Estas alteraciones presentes en los rellenos superiores son numerosas y estarán más en relación con una evolución edáfica (costras calcíticas, huellas de raíces,…) que con las características propias de los depósitos.

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Habiendo sido colocadas estas unidades se depositó en la cara del talud otro estrato de mayor compacidad (probablemente debido a la naturaleza algo suelta de las U.E. anteriormente descritas), la U.E. [28], que se corresponde con la Unidad Geológica 16. Esta consiste en un depósito de arcilla muy compacta y con abundante grava y cantos de pequeño y mediano tamaño. Estéril del punto de vista material. En suma, los distintos estratos de arenas y arcillas que se han diferenciado representan unidades de echadizo para la construcción del Camino del Malecón, de formación y cronología unísona. Con la finalización de estas tareas y con la caracterización de las distintas estructuras y morfologías del Canal, se dieron por concluidos los trabajos de excavación.

2.3. ANALISIS GEOLÓGICO Y GEOMORFOLÓGICO LA DESCRIPCIÓN DE LOS MATERIALES IDENTIFICADOS La excavación a cortado una acumulación de materiales detríticos con una forma general semilenticular (cóncava hacia arriba) o acanalada, compuesta por depósitos areno-arcillosos, que forman cuerpos individualizados en una secuencia en la que los cuerpos de mayor extensión se sitúan en la base, y hacia arriba se solapan y truncan formando fundamentalmente una secuencia retractiva de relleno de canal. Para la descripción de materiales se han diferenciado 3 unidades principales totalmente diferentes entre sí, tanto en relación a sus características principales (forma, aspecto, etc.), como al origen de los depósitos que forman cada una de ellas. De base a techo, la primera unidad la forman los sedimentos que forman el sustrato sobre el que se asientan las estructuras de madera y la secuencia acanalada, de la que solo se ha excavado la zona más superficial; Una segunda unidad la integran un paquete de materiales depositados por la mano del hombre con fines constructivos dentro de los cuales se integran las estructuras de madera; La tercera unidad la forman los propios depósitos con forma acanalada que rellenan el espacio entre la estructura antrópica y la superficie del terreno. Todo el conjunto se encuentra cubierto por una cobertera de suelo agrícola removido de unos 30-40 cm de potencia. El canal circulaba a través de la margen izquierda del Manzanares con un trazado sub-paralelo a este y, por lo tanto, la circulación dentro del canal debió de producirse (en la zona concreta de la excavación) con una componente general hacia el sur. A tenor de este criterio en la descripción se alude en numerosas ocasiones a las márgenes del canal (izquierda y derecha). La documentación de las diferentes unidades se describe a continuación desde el punto de vista de la estratigrafía general del conjunto. Una visión más detallada la completan las figuras

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La intervención arqueológica

que acompañan el texto. Así, un corte general representa la forma y la relación de las diferentes unidades y subunidades entre sí, y una columna sintética de los materiales que se han cortado en la excavación muestra la litología, la textura y la potencia relativa de cada cuerpo sedimentario o subunidad sedimentaria. Se subraya en la frase anterior la palabra sedimentaria, porque los materiales antrópicos no reciben el mismo trato y se describen en las mismas condiciones en la columna sintética por tratarse de echadizos de origen constructivo y debiéndose interpretar estos no en base a características deposicionales y sedimentológicas, sino en lo referente a su contexto constructivo. Sin embargo se describen en el texto las características principales de esos materiales, y sus relaciones con los materiales infrayacentes y suprayacentes, las cuales han permitido identificarlos como materiales no naturales. Las subunidades reciben en este apartado una numeración diferente a la que se les asigna en el apartado de arqueología, con la intención de adaptar esos números a la conveniente descripción geológica de los materiales. Esta numeración se puede observar de manera completa en el perfil de detalle de la figura 2.

UNIDAD 1: SUSTRATO GEOLÓGICO ORIGINAL (LLANURA ALUVIAL) La unidad inferior está representada por varios niveles formados por arenas amarillentas con arcillas, arcillas con arenas y limos micáceos de tonos verdosos agrupadas en subunidades (se han distinguido 5) con potencia entorno a los 10-15 cm. Se han excavado unos 50 cm de estos depósitos sin que se hayan observado límites laterales ni límite inferior de esta unidad, considerándose por lo tanto que la unidad posee continuidad lateral más allá de la estructura de maderas, y que por lo tanto solo se ha observado la superficie. El techo de la unidad es muy irregular: en la zona central del corte, entre las estructuras de madera de ambos márgenes (separadas entre sí unos 7 m), forma una superficie subhorizontal; y bajo esas estructuras constructivas, el techo dibuja una superficie muy irregular que corta las diferentes subunidades observadas, y forma sendos surcos o vacíos bajo las estructuras de madera. Las estacas están clavadas en estos depósitos, y los tablones se asientan sobre esta unidad. Las características de los sedimentos (color, granulometría,...), su continuidad y la posición relativa respecto al río, se corresponden con las secuencias fluviales típicas de llanura de inundación del Manzanares. Su superficie irregular y la relación con las estructuras de madera permiten determinar que son depósitos previos a la construcción del canal. Todo ello hace entrever que estos depósitos fueron excavados y removidos con ese objetivo constructivo. Por las características descritas y por asentarse la estructura constructiva sobre estos depósitos, se ha denominado esta unidad como sustrato geológico original.

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UNIDAD 2: MATERIALES DE CONSTRUCCIÓN ANTRÓPICOS Sobre la superficie irregular del sustrato geológico se acumula un paquete de materiales de características heterogéneas, donde se mezclan bloques, gravas, arenas y arcillas, de orígenes diversos y con distribuciones irregulares en la mayoría de los casos. La característica común que permite asociar a todos ellos en un conjunto es su presencia en ese lugar como materiales depositados de manera no natural (echadizos-materiales de construcción). En los laterales del canal, rellenando el vacío que se forma en el sustrato geológico, se acumulan materiales que forman un conjunto de mezcla de granulometría general gruesa (material nº 6). Las estacas y tablones se encuentran insertadas y parcialmente recubiertas por ese material heterogéneo formado por cantos cuarcíticos (centimétricos), gravas cuarzofeldespáticas, arenas, y trozos de arcillas poligénicas, en las cuales se intercalan ocasionalmente bloques de mayor tamaño (decimétricos) de litología carbonática. Fuera del lugar de emplazamiento de las estacas y tablones (hacia el centro del canal) estos materiales desaparecen bruscamente. Una capa de arcillas plásticas (nº 17) recubre los materiales arriba descritos en ambos laterales, y con una forma ligeramente cóncava hacia arriba, se prolonga y forma la base de toda la estructura del canal. Se trata de un nivel de arcillas de un destacado color negro en la zona central deprimida (donde se corresponde con el nivel freático), que adquiere tonos rojizos por oxidación en las zonas laterales algo más elevadas (sin circulación de agua). Tiene una potencia media de unos 10 cm y una extensión de unos 11 metros en la transversal al canal, desapareciendo bruscamente junto al tablón exterior en la margen derecha, y unos 2 m hacia el exterior del tablón de la margen izquierda. El exterior del tablón de la margen derecha se encuentra recubierta por un tramo corto (unos 70 cm) de arcillas compactas de color verde oscuro (material 18) que forman una cuña y marcan el límite exterior oeste de la zona acanalada. El aspecto de estas arcillas se parece al característico de las arcillas asociadas a las facies de transición de los dispositivos de abanicos aluviales terciarios de la Cuenca de Madrid (peñuela). El área fuente de donde fueron extraídos estos materiales debe situarse fuera de la llanura de inundación del Manzanares, situándose los afloSBNJFOUPTNÈTDFSDBOPTBNÈTEF,NBMOPSUFZBMPFTUFEFMBTJUVBDJØOEFMBFYDBWBDJØO En la margen derecha se observa una acumulación de materiales de relleno antrópico que forman un promontorio o talud elevado de unos 1,5 m de altura sobre el canal. Dentro de esa acumulación de materiales se han distinguido varias subunidades, las cuales indican diferentes depósitos con características diversas, siempre con una función constructiva. Así, la base está formada por cantos centimétricos mezclados con gravas y arenas (7). Sobre éstos se acumulan una serie de depósitos de arenas y gravas, de granulometría media, con algunos cantos incluidos. Son acúmulos masivos de composición muy heterogénea. En una de las subunidades de acúmulo (8) es posible observar trozos sin formas definidas de arcillas verdes compactas de tipo peñuela. Hacia arriba dominan materiales algo más finos: arenas y arcillas (9-13). En la zona

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superior de los rellenos son numerosas las evidencias de procesos edáficos (costras calcíticas, estructuras prismáticas, huellas de raíces,…), que permiten hacer una distinción de subunidades (ver perfil estratigráfico), que probablemente esté más en relación con una evolución edáfica en horizontes que con las características propias de los depósitos (nº 13 a 15). Estas características indican que la cota de superficie del terreno de esa margen del canal fue, durante un periodo de tiempo determinado con comienzo en la fecha de construcción de ese talud, la posición de esos niveles con evidencias de desarrollo de suelo.

UNIDAD 3: RELLENOS DEL CANAL Por encima de la Unidad Materiales de Construcción se deposita una secuencia de sedimentos con una forma general semi-lenticular de 13 m de longitud por 1,7 m de altura, que se deposita y adapta a las estructuras de madera y los materiales constructivos que las engloban. La forman diversas subunidades o cuerpos sedimentarios que se acumulan truncándose a veces, o solapándose otras, de manera retractiva hacia el centro y hacia el techo de la geometría general acanalada. Las características y el aspecto de los materiales son netamente diferentes del de los depósitos de llanura de inundación que forman el sustrato geológico. La geometría general, las relaciones entre ellos y las características de estos depósitos permiten interpretarlos como una secuencia de relleno de canal, dentro de la cual se observan varias fases relacionadas con la historia evolutiva y el relleno progresivo de este. La potencia máxima de relleno en el centro del canal es de 1,5 m. La potencia y granulometría de las subunidades es ligeramente mayor en los cuerpos depositados en los laterales que los depositados hacia el centro del canal. De manera general la secuencia de relleno muestra una tendencia granodecreciente, siendo los materiales que se depositaron durante las primeras fases de granulometría general más grosera, y a medida que el proceso de relleno avanzaba, los materiales que se acumulaban fueron progresivamente acumulando menor cantidad de gruesos, y el componente arcilloso se hace mayoritario. Se observan al menos 3 fases de relleno principales. La primera fase está representada por un único depósito sedimentario (subunidad 20). Se trata de arcillas y arcillas arenosas de color oscuro, de 10 a 40 cm de potencia, de las cuales no se ha observado una continuidad lateral bajo las estacas. Es un nivel que ofrece ciertas dudas, ya que las arcillas y arenas se intercalan de manera irregular y hetereogénea. Aún así, sus características permiten interpretarlo como sedimento natural que quizás pudo ser removido o alterado, y que puede interpretarse como un depósito de relleno de canal o una inundación parcial de la zona acanalada (asociada a una crecida del Manzanares). Esta pudo tener lugar bien durante la fase de construcción, bien en una fase funcional joven del canal, la cual rellenó parcialmente el lecho de la estructura original. Hay que añadir a esto que en la margen derecha parece que hubo una modificación de la estructura antrópica sobre ese depósito. Este depósito fue reafirmado con una capa de arcilla plástica negra (material antrópico) que cubre todo el fondo del canal y envuelve las estructuras de estacas, tal y como ha sido descrito anteriormente (material 17). 310

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Por encima de la arcilla plástica se observa una segunda fase de relleno, formada fundamentalmente por depósitos arenosos de colores amarillentos con una potencia máxima entorno a los 60 cm (subunidad 21). Se observan estratificaciones cruzadas en surco y planares, y pequeñas bases de cantos en alguna de las pasadas, que indican un régimen de circulación importante. La secuencia arenosa queda cubierta por una lámina arcillosa de unos 10-15 cm de grosor de color negruzco (19). El banco de arenas se acuña tanto hacia fuera del canal como hacia dentro, formando un lentejón de unos cuatro metros de extensión lateral, el cual solo tiene presencia en la margen izquierda de la zona acanalada. El nivel de arcilla, sin embargo, continua una vez desaparecidas las arenas unos 4 m hacia el exterior del tablón de la margen izquierda (fuera ya de la excavación), y desaparece bruscamente formando un talud de unos 40 º de inclinación (ver foto nº 6). Las arenas se acuñan hacia el exterior sobre las arcillas de la subunidad 17, y hacia el interior desaparece bruscamente contra depósitos de relleno del canal posteriores. Si bien no existen evidencias suficientes para descartar este límite como un límite erosivo, la interpretación global de la evolución del canal y su relación con las estructuras de madera inclinan la balanza hacia una interpretación de ese límite como un talud de excavación antrópica (este punto se aclara con más detalle en el apartado de interpretación evolutiva del canal). El depósito de arena es indudablemente natural, pero la arcilla, aunque no se ha descrito en el apartado anterior, es probablemente un material de construcción que recubriría y fijaría ese talud excavado en materiales naturales. La tercera fase de relleno (subunidades 22 a 38) corta a la primera, y se asienta sobre el lecho de arcillas negras que se ha interpretado como material constructivo o relleno antrópico (17). Esta fase muestra evidencias de continuidad en la secuencia de relleno, observándose únicamente alguna pequeña base erosiva, y mostrando una tónica general granodecreciente. La unidad inferior está formada por arenas lavadas de color gris (22). Por encima se acumulan diferentes unidades de arenas arcillosas y arcillas arenosas con acumulaciones importantes de materia orgánica (principálmente restos vegetales), y fragmentos de origen antrópico (ladrillos, cerámicas,...). Entre las unidades areno-arcillosas se intercalan lentejones de arenas gruesas a medias de colores grises, que son de menor tamaño cuanto más alta es su posición dentro de la secuencia, y que corresponden a barras de canal en las zonas de acumulación de gruesos de la corriente (subunidades 34 y 37). Hacia techo dominan los sedimentos areno-arcillosos y arcillosos. Se han podido documentar al menos 8 secuencias menores de relleno o avenida fluvial en esta tercera fase. La zona superior de los depósitos se halla alterada por procesos de remoción de tierras relacionados con su uso agrícola y por la propia evolución edafogenética de estos (39).

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Documentación fotográfica de los materiales excavados. Foto 1: Depósitos pertenecientes a la llanura de inundación del Manzanares (sustrato geológico), donde se indican las diferentes subunidades observadas. Foto 2: Contacto (se señala) entre las unidades 1 y 2 en la base del tablón de la margen derecha. Foto 3: Arcillas verde-oscuras (aspecto de peñuela) en la parte posterior del tablón de la margen derecha. Foto 4: Acumulación de materiales de construcción en la margen derecha. Foto 5: Margen izquierda del canal. Se observa como desaparecen los depósitos arenosos de la subunidad 21, formando un talud de unos 45º. Foto 6: las arcillas de la subunidad 19 tienen continuidad más allá de la excavación. Unos 4 m hacia el exterior de la margen izquierda se acuñan y desaparecen, formando un talud de unos 40º. Esta foto se tomó durante la segunda fase de las catas previas a la excavación.

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INTERPRETACIÓN EVOLUTIVA DE LA SECUENCIA DE RELLENO DEL CANAL Las características deposicionales y composicionales, así como la geometría de los cuerpos sedimentarios, parecen indicar que el primer depósito de relleno del canal son las arcillas de color oscuro con arenas (20) depositadas directamente encima del sustrato geológico original. Este nivel resulta difícil de interpretar ya que fue cubierto posteriormente por una lámina de arcillas plásticas negras (material de construcción), que ejercería como nuevo fondo del canal. Es un nivel dudoso que pudo ser removido o retocado, y quizás pueda asociarse a depósitos de decantación del propio caudal del canal que pudo tener lugar, bien en una fase funcional joven del canal, bien durante la fase constructiva de este; la cual rellenó parcialmente el lecho de la estructura original. La nueva base del canal se rellenó por una acumulación de arenas medias a gruesas, con bases de cantos y laminaciones cruzadas en surco y planares (21). Los depósitos de esta segunda fase solo se observan en la margen izquierda del canal donde alcanzan, en la zona de mayor potencia, los 60 cm de grosor, para luego cortarse bruscamente y desaparecer. Estas arenas debieron de tapar completamente, en el momento de su deposición, las estructuras de madera. Posteriormente estos depósitos fueron quizás erosionados, o más probablemente extraídos, para la reutilización del canal. El tablón de la margen derecha parece haber sido levantado o insertado a la altura de este talud de arenas formando una nueva estructura lateral, y estableciéndose por lo tanto una nueva base de canal. El nivel de arcillas (19) que cubre la superficie de este arenero natural puede ser un echadizo, siendo común, como se observa en el presente caso, el uso de arcillas plásticas como elemento constructivo (motivado indudablemente por la impermeabilidad de estos materiales). Durante una de las catas previas a la excavación, se pudo observar como este nivel se acuña y desaparece bruscamente unos 4 m hacia el exterior del tablón de la margen izquierda (ver foto 6 en fig. 5). Sin haber podido hacer más precisiones a este respecto en la excavación, y quedando la zona cubierta por derrames de tierra acumuladas en el perímetro de la excavación, no se realizan conclusiones definitivas sobre este dato. Si bien cabe reseñar que esto podría indicar la presencia de un firme constructivo en ese margen similar al del margen derecho, aunque de menor elevación, siendo esta diferencia de cota de unos 50-70 cm. En el nuevo fondo se acumularon arenas grises lavadas de composición cuarzofeldespática con un 10-15 % de granos carbonatados (22), de granulometría media a gruesa, que indican un régimen de circulación energético relativamente importante. En la margen derecha la energía de la corriente era mayor, por lo que la acumulación de arenas fue también de mayor envergadura (40-50 cm) y pueden observarse además estructuras de laminación cruzada. La mayor acumulación de arena en el margen derecha desplaza la zona más profunda del canal ligeramente hacia la margen izquierda. Con el canal parcialmente relleno, el régimen energético disminuye y los siguientes depósitos que se acumulan en el fondo del canal son cuerpos sedimentarios de poco espesor (5 a 15 cm) compuestos por arenas arcillosas y arcillas (subunidades 23, 24, 25).

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Superados los 50-60 primeros centímetros de la secuencia de relleno, el paquete de sedimentos alcanza la altura a la que se posicionan los tablones que estructuraban el canal, por lo que este debió de dejar de ser funcional, al menos con el propósito original con el que se construyó. En cualquier caso, por la depresión que existía todavía en el lugar que ocupaba el antiguo canal, continuó circulando agua de forma continua hasta que éste debió de quedar prácticamente colmatado, ya que no se observan distorsiones ni discontinuidades importantes en la secuencia de relleno. El régimen de circulación fue importante todavía durante al menos dos ocasiones o períodos de tiempo, donde se acumularon pequeñas barras en el centro y en el lateral izquierdo del canal (34 y 37). Entre las arenas se acumulan depósitos de arenas arcillosas y arcillas con arenas, intercaladas en cuerpos en los que el componente arcilloso es dominante. Estos depósitos pueden pertenecer bien a una corriente de abandono bien a una reutilización del canal. Son abundantes también los restos de materia orgánica y vegetal, sobre todo cañizos pertenecientes probablemente a la vegetación más abundante en las orillas del canal.

2.4. CONCLUSIONES Las características y la geometría de los diferentes depósitos que se han documentado en la excavación han permitido diferenciar 3 unidades de materiales asociadas a la obra constructiva del canal. La interpretación estratigráfica y la caracterización de los materiales ha permitido discriminar entre materiales de origen natural (depósitos sedimentarios) y materiales depositados con fines constructivos, y ha resultado fundamental para la interpretación de fases constructivas o variaciones en la estructura, y para la propia interpretación evolutiva del canal. La Unidad 1 representa los sedimentos que formaban la superficie del terreno en la zona en el momento de realizarse la obra de construcción, y forman por lo tanto el sustrato geológico original. La descripción litológica se ajusta al tipo de facies típicas de llanura de inundación del Manzanares (Holoceno). Su superficie irregular y la relación con las estructuras de madera permiten determinar que son depósitos previos a la construcción del canal, y además existen evidencias de que estos depósitos fueron excavados superficialmente (al menos 60 cm) con ese objetivo constructivo. La Unidad 2 la forman arenas, gravas, bloques y arcillas, de composición heterogénea y orígenes diversos. Se encuentran entremezclados arenas, gravas y cantos de depósitos aluviales, bloques de rocas carbonatadas y arcillas verde-oscuras compactas, que su aspecto y textura permite compararlas o asociarlas a las arcillas terciarias, denominadas comunmente (en el ámbito geotécnico de Madrid) con el término Peñuela. Estas arcillas fueron agregadas a veces en masa y otras en pedazos pequeños dentro de los rellenos. Todos estos materiales no son depósitos naturales, y corresponden indudablemente a la estructura constructiva. Forman además de una base constructiva para las estructuras de madera del canal, un promontorio elevado 1,5 m de altura sobre el fondo del canal en la margen derecha. En la margen izquierda no se obser-

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va un promontorio de las mismas características, y si existió debía de tener menor altura que el de la margen derecha, al menos 0,5 m menos. Los materiales tienen diferentes orígenes. Las arenas y gravas (componentes mayoritarios) pudieron haber sido obtenidos en el entorno cercano, ya que son materiales abundantes en la zona de llanura de inundación. Sin embargo, otros materiales como las arcillas terciarias y los bloques calizos, tuvieron que ser recogidos y transportados desde otras zonas para su uso. Lo afloramientos de arcillas terciarias más cercanos a la zona de la excavación se encuentran a más de un kilómetro de distancia al N y al W, y los carbonatos pueden tener diferentes procedencias. El uso de material constructivo alóctono es también un indicador del tamaño y la importancia de la obra constructiva. Los materiales depositados dentro de la estructura del canal, adaptados a esa geometría general, forman la Unidad 3. Las relaciones entre ellos y las características de esos depósitos permiten interpretarlos como una secuencia de relleno de canal, dentro de la cual se observan tres fases relacionadas con la historia evolutiva y el relleno progresivo de este. La primera fase está formada por un único depósito de arcillas y arenas de unos 10-40 cm de potencia, asociado a circulación de agua en una fase joven del canal o una semicolmatación anterior a la finalización de la construcción de este. Esta subunidad presenta irregularidades en la potencia y en la distribución de las diferentes granulometrías (arenas y arcillas) que pueden indicar una remoción de este depósito, lo cual no resulta extraño teniendo en cuenta que fue recubierto por un material de construcción (las arcillas de la subunidad 17). La segunda fase de relleno debió de colmatar prácticamente el canal y su estructura constructiva. Fue posteriormente vaciada conservándose un único tramo arenoso en la margen izquierda (de 60 cm de potencia máxima), el cual forma un talud que parece fue reutilizado como nueva estructura del canal. Su posición y altura corresponden con las del tablón más elevado de la margen derecha. Los depósitos sedimentarios acumulados en el nuevo fondo reexcavado del canal, y nuevamente sobre la subunidad 17, son depósitos de arenas lavadas medias a gruesas que indican un régimen de circulación importante (teniendo en cuenta las dimensiones del canal). La circulación de agua continuó, así como el relleno del canal, de manera continua aún después de que la estructura antrópica original quedase totalmente cubierta. Predominan en esas fases posteriores sedimentos más arcillosos (arena con arcillas y arcillas). Los depósitos más superficiales pueden tener un origen muy reciente, ya que hasta la fecha anterior a la excavación circuló, en la zona superior de la depresión original que ocupó el canal, una corriente de agua perteneciente a una acequia de regadío.

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2.5. LOS TRABAJOS DE RESTAURACIÓN En este apartado se enumeran los trabajos realizados que conciernen a la restauración y conservación de las estructuras relacionadas con el Real Canal Navegable del Manzanares. Todas las medidas de restauración tomadas intentaron seguir los parámetros avanzados en la resolución dictaminada por la Dirección General de Patrimonio Histórico, en la cual se determinó: • •

Restauración y consolidacion de estructuras constructivas, in situ. Recogida y documentación de todas las estructuras asociadas.

De este modo, la Resolución derivó en una intervención, actuación y principalmente en la consolidación in situ de las estructuras de madera pertenecientes al antiguo canal del Manzanares. Estas estructuras requerían una actuación inmediata ya que el material orgánico, se caracteriza por un rápido deterioro, se encontraba en avanzado estado de destrucción. Los trabajos en el yacimiento, se realizaron el mes de Junio de 2005; pero el trabajo de laboratorio se prolongó hasta el mes de Octubre del mismo año. La actuación de consolidación y restauración in situ se completó con la extracción y posterior tratamiento de restauración en laboratorio de 3 piezas que completan el hallazgo: una cuchara y tablita rectangular de madera; y arpillera de mimbre.

LOS TRATAMIENTOS DE CONSOLIDACIÓN REALIZADOS LOS TRATAMIENTOS IN SITU El tratamiento, se centró en una consolidación de urgencia. Debido al material y tamaño que componían las estructuras, se decidió realizar la actuación en el yacimiento.

Las maderas, aparentan buen estado de conservación ya que la celulosa en medio saturado de humedad, va disolviéndose en sustitución del agua que se convierte en el elemento de cohexión, dándole estructura y forma. El agua, se convierte en el elemento de composición; su pérdida por evaporación con el medio implica que la madera se rompa, produciéndose una pérdida irreversible tanto en peso como volumen. De la rápida intervención, dependería su buena estabilidad; ya que un ambiente seco y las altas temperaturas junto con la alteración de medio en que se encontraban, ya había provocado un deterioro irreversible en los primeros talones aparecidos. (ver fig. 5 y 6). El éxito de su conservación, se centraba en la buena hidratación de las maderas, fundamental para frenar su secado. Para ello, se utilizó un polímero termoplástico, obtenido por polimerización del óxido etileno. Concretamente, se utilizó el Polietilenglicol (PEG 400); muy eficaz en la

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Vista general de las estructuras en el yacimiento

consolidación de madera en medio saturado de humedad. Se aplicó por pulverización, en disolución acuosa; comenzando con bajos porcentajes (5-10%), aumentándolos paulatinamente hasta la saturación de la madera con la resina. Cada 48h, se iba aumentando el %, asegurando así la estabilidad de la madera, reduciendo al máximo la alteración de su estructura original. Para garantizar la estabilidad de las maderas, el tratamiento se fue aplicando por estructuras; siguiendo el proceso de excavación. El tratamiento comenzó en la última línea de tablones con medidas de: 6m de largo, 6 cm. de grosor y 50 cm alto. Completaban la estructura unas

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Vista y detalle lateral de estacas

estacas entrecruzadas que fueron fácilmente consolidadas, no así los tablones que debido a su grosor y altura dificultaron la penetración del PEG; siendo necesario repetir la aplicación en 3 ocasiones. Dificultades que también aparecieron en la estructura 4, formada por estacas y vigas (sección 20 x 15 cm) que presentaban un excelente estado de conservación gracias a las contínuas subidas del nivel freático.

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Madera sin tratar, alteraciones y deterioro

Tras la consolidación, se realizó la extracción parcial de los módulos constructivos. Para ello, se protegieron previamente los tablones con un engasado de Paraloid B 72 al 20% en acetona; sobre ellos se colocó papel aluminio y posteriormente se aplicó la espuma de poliuretano, catalizando en 24 horas y permitiendo una extracción segura del material, así como su posterior traslado al museo. Tratamientos, todos ellos preventivos y temporales que deben ser reforzados, con una actuación en el laboratorio, capaz de garantizar la estabilidad de la madera. A continuación se presentan las principales características de los módulos retirados del Real Canal Navegable del Manzanares en la zona de la Cuarta Esclusa. Estructura 1: última línea de tablones. - Tablón: 185x35x6 cm. - Viga: 50x12x6 cm. Estructura 2: línea de estacas cruzadas sin tablón. - Estaca 1: 131x6x6 cm. - Estaca 2: 200x6x6 cm. Estructura 3: línea de tablones y estacas. - Tablón: 188x31x3 cm. - Estaca 1: 37x10x10 cm. - Estaca 2: 35x10x10 cm. - Estaca 3: 80x11x11 cm. - Estaca 4: 102x11x11 cm. Estructura 4: primera línea de tablones. - Tablón: 141x38x9 cm. - Viga: 159x19x13 cm.

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Aplicación de consolidante por pulverizado y detalle de la madera

En algunas de las piezas se realizó un engasado como medio de protección temporal. Se utilizó para ello gasa de algodón dispuesta en tres capas, adherida con Paraloid B-72 diluido al 5% en acetona en la primera capa, al 10% en la segunda y al 15% en la tercera. En uno de los tablones se dispusieron solamente dos capas de gasa, ya que su estado de conservación era mejor. Para la conservación de las piezas, se recomienda la eliminación de dicho engasado (con acetona), con el fin de evitar la aparición de hongos, microorganismos, pudrición, etc. en el interior, y llevar a cabo la consolidación definitiva.

LOS TRATAMIENTOS EN LABORATORIO Aunque el trabajo principal se centró en el yacimiento, se trasladaron algunos materiales al laboratorio para realizar un tratamiento más minucioso acorde con sus necesidades. Concretamente, tres piezas realizadas con material perecedero: madera y fibras vegetales.

Madera consolidada tras la aplicación de PEG

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Madera consolidada y proceso de extracción de hallazgos

De madera se obtuvieron dos piezas: -

Cuchara. Medidas: 19 x 5 cm. Presenta pátina plateada en su concavidad. Tablita rectangular. Medidas:

Se obtuvo una única pieza de fibras vegetales, posiblemente una nasa para pescar cangrejos. Medidas: 23 x 17 cm. Formada por fibras entrecruzadas y superpuestas, aunque existen pérdidas de materia en los extremos de la pieza. El tratamiento de restauración, fue común para las tres piezas; centrándose en una consolidación por inmersión de PEG, aumentando paulatinamente el porcentaje hasta alcanzar un medio saturado de resina; prolongándose durante 2 meses. Para reforzar el PEG, se aplicó por goteo PVA en dispersión acuosa a un 5%.

Madera consolidada y proceso de extracción de hallazgos

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2.6. LA CULTURA MATERIAL Los materiales cerámicos recuperados durante la presente intervención arqueológica han sido de escasa entidad numérica y tipológica, dominando las cerámicas sobre los materiales perecederos o metálicos.

CERÁMICA En el conjunto de las cerámicas, se verifica mayor proporción los ejemplares de lozas, en algunos casos policromadas. Estas últimas presentaban diferentes calidades de manufactura y decoraciones, pero, sin embargo, coincidiendo todos ellos en presentar un alto grado de erosión por rodamiento (materiales desplazados de su posición original). Se corresponden casi en su totalidad con lo que se denomina cerámicas de basto, piezas utilizadas en ámbitos domésticos, y sin una especial relevancia artística, englobándose gran parte de los fragmentos recuperados en piezas de la tradición popular. Dentro de este conjunto particular se pueden encontrar cuencos, platos, jarras, entre otros pequeños contenedores de líquidos, aunque, como ya hemos mencionado, el estado de deterioro y fragmentación de los mismos no permite realizar un análisis exhaustivo, ya que la información que nos aportan es también limitada. Como viene siendo habitual en estratigrafías vinculadas a cronologías contemporáneas, son muy abundantes las piezas de tradición talaverana. Recalcamos la designación “de tradición”, es decir, no de los hornos toledanos propiamente dichos, sino imitaciónes de aquellas decoraciones que tanta fama se cobraron en época moderna y contemporánea. Estos tipos cerámicos aparecen habitualmente en registros urbanos, o en ámbitos extraurbanos de influencia inmediata, extendiéndose su uso hasta bien entrado el siglo XX. En los últimos estudios se vienen corrigiendo ciertas confusiones generadas en años anteriores a la hora de otorgar la autoría talaverana a producciones de otros talleres distribuidos por toda la meseta, y que copiaban las decoraciones de las series mas conocidas, como la de las “Mariposas”, las “Tricolor”, los “Helechos” o las “Camelias”. De éstos contamos con un par de ejemplos entre los materiales hallados, alcanzando distintos grados de calidad en pastas y cocciones.

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Son piezas sobre las que se aplica un esmalte estannífero, que otorga a la pieza una superficie blanca y brillante en las que se aplican decoraciones en azul intenso, pigmento que se obtiene a partir de óxidos de cobalto, éstos soportan temperaturas muy altas sin sufrir alteraciones, facilitando el proceso de cocción de las piezas; será junto al verde, amarillo y manganeso los colores más utilizados por poseer estas cualidades. Las decoraciones son en su mayoría de inspiración vegetal, las series más copiadas son la de los “Helechos” muy en boga durante todo el XVII y la serie de “las Camelias” que reproducía esta flor emblemática del siglo XIX. Aparte de estas series cerámicas más cuidadas, abundan también platos y pequeños cuencos con el mismo esmalte blanquecino y decoración de filete azul en el labio, tipología que se extiende tanto geográficamente como cronológicamente, y no nos aporta ninguna información precisa para la datación de los rellenos. Sorprende la escasa representación de cerámicas vidriadas y sin vidriar, de aquellas destinadas a la cocina para la elaboración de alimentos, cuyas pastas suelen presentar gruesos desgrasantes y marcas de haber estado expuestas al fuego. La gran mayoría de las piezas se corresponden con cerámica de mesa, vajillas. La mayoría de las piezas policromas son producciones muy recientes que presentan decoraciones ya con pigmentos de origen industrial lo que vincula la estratigrafía a finales del siglo XIX / XX.

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Algunos restos de botijo, con sus características pastas blanquecinas; deben su coloración no tanto al tipo de arcilla utilizado, sino a un proceso químico con que se las trata durante su cocción, siendo esta técnica originaria de la toledana localidad de Ocaña.

Por último aunque de escasa relevancia algunos ejemplos de cerámica de la construcción, como tejas y azulejos, las decoraciones de éstos últimos bien en azul sobre blanco con motivos geométricos, bien policromos y decorados con motivos florales y geométricos son ejemplos emplazados en el siglo XX, cuando las producciones sistematizadas e industrializadas se impusieron en las edificaciones de estos ambientes urbanos.

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VIDRIO También escasos en número son los ejemplos de útiles realizados en vidrio. Se reducen a tres pequeños frascos de poca capacidad, bastante completos, (conservaban incluso sus tapones de corcho colocados) y una base de posible copa fragmentada. Los tres son de vidrio traslúcido, sin coloración, aunque con irisaciones pro-pias del paso del tiempo. Aquel que se conserva en mejores condiciones incluy-endo su tapón, parece ser un pequeño frasco de tinta como los que se utilizaron durante la primera mitad de siglo XX, conservando una coloración más oscura en la parte interior del tapón, no tiene etiqueta ni marca identificativa, únicamente un 15 en relieve en el centro de su base.

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METAL Sin contar con los clavos de gran tamaño situados aún en su posición original uniendo algunos de los tablones exhumados a sus vigas sustentantes, el único resto de útil metálico recuperado se trata de un artilugio de hierro de funcionalidad desconocida, compuesto por un muelle que va encapsulado en un cilindro metálico de poco espesor.

LÍTICA Tan sólo indicar la recuperación de escasos materiales líticos característicos de las deposiciones de la llanura de inundación del Manzanares, bastante rodados, mayoritariamente extracciones sin retoque en sílex y cuarcita. Los materiales no ofrecen suficiente información para una adscripción determinada, siendo comunes a lo largo de la Prehistoria Reciente. Presentan un rodamiento mediobajo, lo que indicaría su procedencia de algunos de los múltiples yacimientos cercanos, propios de las terrazas y la llanura de inundación del río Manzanares.

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HUESO Los materiales arqueozoológicos han sido, con diferencia, los restos más abundantes recogidos en la excavación. Lo más interesante a este respecto corresponde a la presencia mayoritaria de restos malacológicos (en concreto mejillones de río, actualmente extintos) y partes esqueléticas de avifauna variada que, a la espera de su identificación específica, estarían mostrando claramente la abundancia de aves limícolas en el entorno del antiguo Canal del Manzanares. También son distinguibles a priori restos de ovicápridos, zorro y un pequeño félido, siendo los restos más escasos en número los fragmentos pertenecientes a équidos y bóvidos.

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RESTOS CARPOLÓGICOS Se han recuperado escasos restos de este tipo (frutos y semillas), en concreto huesos de melocotón y frutos secos como nueces y avellanas.

RESTOS ANTRACOLÓGICOS Aunque también escasos en número, se han podido recuperar astillas y fragmentos de variado tamaño de maderas quemadas, que se encuentran a la espera de analíticas específicas.

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UTILLAJE PERECEDERO En este apartado agrupamos los hallazgos de artefactos realizados con materiales perecederos, tales como la madera o fibras vegetales (médula o mimbre, por determinar). De este modo, destacar el hallazgo de artefactos relacionados con actividades piscícolas, como la tapadera de una posible nasa para pesca de cangrejos o langostinos o tres boyas de pesca talladas en madera, así como de otros artefactos que podríamos designar de uso doméstico, como una cuchara tallada en madera (con patina en la concavidad).

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UTILES DE PESCA A los instrumentos y procedimientos que se utilizan para capturar peces, en aguas ya sean marinas, salobres o dulces, se les llama, en conjunto, artes y métodos de pesca, aunque por lo general se acostumbra diferenciar, de manera más específica, a la pesca con redes, denominada genéricamente “artes”, de la que se lleva a cabo por medio de anzuelos y otros aparatos especiales, llamados “aparejos”. La pesca común en agua dulce usa dos métodos básicos: pesca con boya y caña de media o de bota. Las boyas están hechas de materiales flotantes como madera o plástico y van fijadas en el sedal, de lo cual se conserva la marca de cierto estrangulamiento en el cuerpo de madera. Se añaden pesos para ayudar a descender al sedal y también para enderezar la boya y hundirla un poco en el agua. El anzuelo se fija en la línea principal con un tricot de sedal un poco más fino. Cuando pican los peces la boya se hunde un poco. El pescador entonces da un ligero tirón. Las tres boyas recogidas en el transcurso de la excavación constan de un cuerpo de madera con forma periforme, en cuyo extremo encaja una pequeña plomada para que la red a la que debía ir unida fuera más fácil de manejar, al quedar suspendida en la superficie pero a la vez conservar cierto lastre.

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Otro de los objetos exhumados se puede corresponder con el cierre de una nasa, tanto si hablamos del aparejo como del contenedor. En el primero de los casos, la nasa consiste en un aparejo en forma de cilindro, abierto en un lado y que se va estrechando, como una especie de embudo invertido dirigido hacia dentro en una de sus bases, y con un sistema de cierre en el otro lateral, una tapadera para poder vaciarlo, de forma que cuando la presa (un pescado o marisco ) entra en el aparejo, ve dirigido su recorrido, cayendo en un depósito del que le es imposible salir. Se usa con un cebo que incite a los peces o mariscos a introducirse.

La nasa es una red de pesca pasiva y se trata de una de las artes de pesca más antiguas y tradicionales. Se utiliza mucho en la pesca de mariscos, pudiendo encontrarse en múltiples culturas ribereñas. La estructura se fabrica no sólo con red, sino también con otros materiales como juncos. En el caso de la pesca con nasa, el procedimiento de pesca es diferente, tal como ilustra la figura. Se su-

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mergen las nasas a fondo, con un cabo que sirve de madre en la superficie del agua, cebadas con cualquier tipo de carnada de pez, también se utiliza vísceras de animales (hígado, corazón, pulmón). Dos veces al día se arrían las nasas para sacar las posibles capturas.

En el segundo caso, También recibe el nombre de nasa un tipo de cesta que los pescadores usan para transportar el pescado recogido. Se trata de un recipiente tejido con mimbres (juncos u otras plantas), utilizado para transportar objetos. Puede ser abierta o cerrada y suele contar con un asa central para facilitar su manejo.

INVENTARIO DE MATERIALES MADERAS y RESTOS CARPOLÓGICOS U.E. [12] Maderas quemadas U.E. [19] Maderas quemadas U.E. [36] corcho U.E. [19] Boyas de madera con plomilla (3) U.E. [20 Restos] carpológicos (huesos de frutas) METAL U.E. [36] Instrumento de hierro con un muelle en su interior CERÁMICA U.E. [16] 1 borde esmaltada 6 bordes esmaltados y decorados 3 galbos esmaltados 2 bases esmaltadas 2 fragmentos de porcelana ¿?

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10 galbos de cerámica común 1 fragmento de azulejo U.E. [19] 5 bordes esmaltados, de los cuales 1 es liso y los otros 4 con decoración 6 galbos vidriados 7 galbos 10 galbos con esmalte blanco, de los cuales 4 lisos y 6 decorados 2 bases esmaltadas 1 fragmento de azulejo decorado U.E. [20] 1 borde vidriado 2 bordes esmaltados 4 galbos esmaltados 2 galbos 1 fragmento de asa U.E. [36] 1 fragmento de loza 1 fragmento de cerámica vidriada en blanco 6 fragmentos de cerámica de pastas tipo botijo de Ocaña, de los cuales 2 se unen y formando el asa LÍTICA Limpieza perfil 1) Lámina de sílex con fractura distal. Rodamiento Bajo. Prehistoria Reciente. 4,8 x 1,8 x 0,6 cms. U.E. [19] 1) Lasca kombewa de sílex. Rodamiento bajo. Prehistórico indeterminado. 3,5 x 4,7 x 0,9 cms. 2) Lasca simple de sílex. Rodamiento medio. Prehistórico indeterminado. 5,8 x 4,9 x 2,2 cms. U.E. [27] 1) Lasca simple de sílex. Rodamiento medio. Prehistórico indeterminado. 7,8 x 6,0 x 2,3 cms. VIDRIO U.E. [19] SEDIMENTO U.E. [15], U.E. [16], U.E. [24]

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2.7.ESTUDIO ARQUEOZOOLÓGICO INTRODUCCIÓN Los materiales óseos estudiados en este trabajo son un total de 153 restos de una gran variedad taxonómica formada por aves, peces, mamíferos y bivalvos bien conservados y escasamente fragmentados. En este estudio nos referiremos al estudio de los mamíferos, las aves y los peces, dejando el estudio de los bivalvos y la malacofauna a Bárbara Avezuela, como especialista en este campo. Los taxones que han podido reconocerse son Ovis aries, Capra hircus, Canis familiaris, Felix catus, Equus caballus, Bos taurus, Sus domesticus, Orictolagus cuniculus,Erineaceus europeus, Alectoris rufa, Gallus gallus, además de peces como el Barbo y la trucha. En el desarrollo de nuestro estudio, tras describir la metodología empleada nos fijaremos en primer lugar en los perfiles taxonómicos, analizando que grado de importancia tienen los animales representados tanto por su NR como por su MNI. A continuación nos fijaremos en los perfiles esqueléticos, para ver en que grado están representados cada animal con el fin de plantear ciertas hipótesis relacionadas con las pautas alimenticias humanas o la propia conservación diferencial. En el siguiente apartado y mediante el análisis de las superficies óseas y el análisis tafonómico, se evaluará como es la conservación ósea, y que agentes han podido intervenir en su acumulación destacando en este sentido la acción humana que haya podido haber. Finalmente a través del análisis osteométrico nos fijaremos en el tamaño de los individuos representados, pero en este aspecto las medidas disponibles no son muy abundantes. Para terminar en un apartado final de conclusiones se resumirá el contenido de cada apartado y tras la bibliografía se mostrará el inventario de los materiales estudiados.

METODOLOGÍA Con el presente análisis se pretende documentar que especies aparecen en este yacimiento y que grado de actuación antrópica han sufrido, para terminar con un breve análisis osteométrico que nos indique las dimensiones de los animales. Para ver todas estas cosas es necesario determinar que especies aparecen y que representación tienen unas respecto de otras. Para ello, usaremos el cálculo del Número de Restos (NR) y el Mínimo Número de Individuos (MNI). Después a través de los análisis de los patrones de edad, los esqueléticos y los de alteración ósea veremos que otras implicaciones tiene cada animal. Así en el caso de las edades, el predominio de unas u otras puede implicar usos económicos distintos. El análisis de los perfiles esqueléticos

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en conjugación con un análisis tafonómico puede indicarnos que prácticas alimenticias se han llevado. Al mimo tiempo el análisis tafonómico de las superficies óseas, permite ver que causas ha producido la mortandad de los animales representados, que factores han influido en la conservación o destrucción de los restos óseos y en caso de que el ser humano sea el principal responsable de la acumulación ósea, ver que actividades culinarias ha efectuado sobre los individuos representados. Para la identificación taxonómica se ha seguido a Lavocat (1966), Pales & Lambert (1971), Schmid (1972), Martin & Blázquez (1983) y Hilson (1992). Para casos mas específicos se ha seguido a Boesseneck (1969), Payne (1985), Prummel & Fresch (1986) y Fernández (2001) para la diferenciación entre Ovis aries, Capra hircus y Capra pyrenaica para la de Cervus elaphus y Bos taurus a Prumel (1988)). Junto a los trabajos de estos autores se ha manejado nuestra colección de referencia personal como medio de contraste. Para el cálculo del NR se han incluido todos los elementos tanto identificables como no, en el MNI (número mínimo de individuos), que se adscrito en función del resto anatómico más abundante diferenciando la lateralidad, el sexo y la edad siguiendo por lo tanto a Brain (1969) frente a Binford (1978). En cuanto al MNI se ha optado por contabilizarlo de forma unitaria agrupando el contenido de todas las unidades. Los patrones de edades han podido observarse a partir de los elementos dentáreos, a través del desgaste y la emergencia de los dientes definitivos respecto a los deciduales, pero también se ha tenido en cuenta para este apartado la fusión de las epífisis, las cuales en este yacimiento son bastante abundantes. Para terminar los diferentes grupos de edad se han dividido en cuatro tipos que son: infantiles, juveniles, adultos y seniles, aunque entre los adultos también se ha diferenciado entre adultos jóvenes y adultos mayores. En relación con el cálculo de las edades se han seguido los trabajos de Higs & Bathwell (1969), Pérez Ripoll (1988) y de Couturier (1962) para referirse a los ovicápridos. En la representación anatómica se ha identificado la parte a la que pertenece el elemento óseo y, en los casos en los que esto no ha podido determinarse y, por tanto, son huesos indeterminables se los ha asignado a la categoría de axial, esponjosos (sí es tejido esponjoso de alguna epífisis o algún hueso compacto) o diafisiario. De esta forma se pretende ver a que elementos afecta más la fracturación, y de momento se puede adelantar que corresponde principalmente a elementos diafisiarios Los patrones de alteración ósea han podido observarse bastante bien. Lo que ha permitido reconocer los procesos económicos empleados al igual que los patrones de fracturación antrópicos. Los medios utilizados para la observación de las diferentes alteraciones son lupas de 10X, 15X y 20 X. En este apartado se prestará especial atención a los mecanismos de alteración antrópicos. En lo referente a las medidas de los huesos si se han podido establecer varias medidas que luego se mostrarán.

336

La intervención arqueológica

Las siglas que van a utilizarse son: NR: Número de Restos NISP: Número de Restos Identificables MNI: Número Mínimo de Individuos AD: Adulto IN: Infantil

SEN: Senil JUV: Juvenil o adulto joven DAP: Diámetro antero-posterior DT Diámetro trasversal L: Longitud A: Anchura H: Altura de la corona

3. INTERPRETACIÓN DEL CONJUNTO ÓSEO PATRONES DE REPRESENTACIÓN TAXONÓMICOS Como podemos ver en la tabla 1, la muestra ósea con la que contamos no es muy abundante ya que se limita a 153 restos pero si muy variada, de manera que hay una abundante muestra taxonómica en la que son los ovicápridos, la vaca y la gallina los animales predominantes. Como se ve en la tabla 1, hay una elevada represetación de aves, las cuales son en su mayoría restos de gallina y en algún otro caso perdiz. También destaca la presencia de peces, lo que no es de extrañar por la cercanía del canal del Manzanares, los cuales parecen ser carpas.

Bos taurus Equus caballus Talla Grande Capra hircus Ovis aries Ovis Capra Felix catus Canis familiares Sus domesticus Talla Pequeña Cervus elaphus Orictolagus cuniculus Erineaceus europeus Vulpes vulpes indet. Aves Peces Total

NR 26 3 7 4 6 33 2 13 2 11 1 4 1 2 1 33 3 153

% Det 17,0 2,0 4,6 2,6 3,9 21,6 1,3 8,5 1,3 7,2 0,7 2,6 0,7 1,3 0,7 21,6 2,0

MNI 2 1 1 1 3 1 2 1 1 2 1 1 5 (4-1) 2

% 8,3 4,2 0,0 4,2 4,2 12,5 4,2 8,3 4,2 0,0 4,2 8,3 4,2 4,2 0,0 20,8 8,3

Tabla 1. NR por unidades

Entre los mamíferos el grupo doméstico es el principal, pero la variedad taxonómica de aves, peces, y algunos macromamíferos hace que llame la atención su representación, la cual se hace más importante porcentualmente en el MNI. Es de destacar la predominancia que tienen las aves, las cuales son las más abundantes si atendemos al MNI con 5 individuos de diferentes especies entre als que destacan los restos de gallina y perdiz. En las edades sólo

337

El Real Canal del Manzanares: excavaciones arqueológicas de la Cuarta a la Quinta Esclusa

se han identificado infantiles en los suidos y luego algún juvenil entre los ovicápridos., pero todos los demás son individuos adultos. Pero al ser la muestra tan escasa, no permite hacer grandes precisiones al respecto.

PERFILES ESQUELÉTICOS En los perfiles esqueléticos (tabla 2), los datos que tenemos no son muy representativos, al no ser la muestra ósea de todo el conjunto muy abundante. En ella podemos ver como algunos animales sólo están representados por alguna u otra sección, por ejemplo, los peces sólo presentan restos de vértebras y animales como el ciervo o el zorro algún único hueso. En los animales más representativos, las aves sólo tienen restos postcranelaes y principalmente son de las extremidades, entre los ungulados, la vaca tiene restos de todas las secciones, pero son los elementos apendiculares los principales, lo mismo ocurre con los ovicápridos, entre los que destacan los apendiculares y los axiales. En definitiva todas las secciones óseas están representadas, por lo que no parecen darse condiciones de conservación diferencias en función del hueso, en cuanto a cada taxón, la mayor parte de los animales no tienen muchos restos, por lo que no se pueden establecer muchas conclusiones, en cualquier caso entre las aves, los ovicápridos y la vaca se ve que están representados por todas las secciones, y que el sesgo esquelético existente en el conjunto hay que buscarlo en otras causas.

Cuerno Cráneo Mandíbula Diente Costilla Vértebra Coracoide Escápula Húm Fém Húmero Radio Ulna Carpo Metacarpo Pelvis Fémur Tibia Metatarso Astrágalo Calcáneo Falange Sesamoideo Diaf indet. Total

Vaca Caballo Grande Ciervo Cabra Oveja Ovicáprido Perro Cerdo Zorro Gato Pequeño Conejo Erizo Aves Pez 1 2 1 1 1 1 1 1 2 12 2 1 2 5 4 5 3 3 1 1 3 2 1 1 2 1 1 1 1 1 1 1 7 1 2 1 4 3 1 1 3 2 1 3 2 4 2 4 1 1 2 1 6 1 1 1 1 5 1 2 2 5 1 1 1 1 2 1 8 26 3 7 1 4 6 33 13 4 1 2 11 4 1 33 3

Tabla 2. Perfiles Esqueléticos

338

Total 1 2 2 2 21 17 3 11 1 13 8 5 3 2 6 21 9 10 2 1 3 1 8 152

La intervención arqueológica

PATRONES DE ALTERACIÓN ÓSEA

El conjunto óseo presentado en este trabajo muestra buenas condiciones de conservación que han permitido la observación de diferentes procesos tafonómicos. De esta manera, la totalidad del conjunto se caracteriza por tener manchas de manganeso y un ligero pulido, indicativos de las condiciones húmedas en que ha tenido lugar la sedimentación y también indicativas de ligeras corrientes de agua - de escasa energía y sin matriz arcillosa - que han contribuido al pulido de los huesos. La inexistencia de una abrasión derivada de la frotación de una supuesta matriz arcillosa contra el hueso, la que produce el rodamiento en los huesos, permite la adhesión del manganeso al mismo. Esto no quiere decir que no se hayan perdido algunos huesos por flotación, pudiendo ser una de las causas del sesgo osteológico. Otra de las causas pudo ser la acción de carnívoros, la cual, como se puede ver en la tabla 3 y en el informe malacológico, está presente en el yacimiento, aunque su incidencia no sea muy grande. Por último hay que destacar la evidencia que indican que el ser humano intervino en el yacimiento. Así, algunos animales como la vaca, las aves, el caballo y los ovicápridos tienen marcas de corte que indican que dichos animales fueron procesados por el ser humano, aunque el procesamiento no sea muy grande, a la luz de las marcas identificadas (tablas 3 y 4).

TAXÓN Aves Vaca Caballo Talla Grande Ovicápridos Oveja Total general

MC 1 2 1 0 2 0 6

MD 4 0 0 0 0 0 4

Quemados 0 0 0 2 1 2 5

Tabla 3. Marcas de corte por taxones Parte anatómica Costilla Fémur Húmero Pelvis Radio Total general

Ave     1     1

Vaca 1

Caballo 1

1 2

1

Tabla 4. Situación anatómica de las Marcas de Corte

339

Ovicáprido   1   1   2

El Real Canal del Manzanares: excavaciones arqueológicas de la Cuarta a la Quinta Esclusa

BIOMETRÍAS En cuanto a las biometrías que ha ofrecido este yacimiento (tabla 5), podemos ver que no son muy abundantes y que tampoco son significativas. De ellas sólo hemos podido precisar la talla de uno de los perros en 50 cm a la cruz y en los ovicápridos con 59 cm a la cruz, lo que nos da idea de una oveja pequeña. Los demás animales ofrecen algunas medidas pero son poco significativas, sólo las aves (tabla 6) ofrecen una cantidad de medidas importantes, las cuales se refieren a los restos de una perdiz, un gorrión y algunas gallinas. Taxón Canis familiaris Felis catus Felis catus Vulpes vulpes Bos taurus Ovis / Capra Ovis aries Capra hircus

Parte anatómica Radio Tibia Húmero Escápala Falange Falange Astrágalo Metacarpo

 L 155 120 88 66 65 35 26 0

DAP PR                

DT PR 16 17 20 0 31 18 0 0

DAP DT 10 17 16 0 31 10 0 0

Tabla 5. Medidas (mm) en los animales menos representativos

Huesos de Aves tibia tibia tibia metatarso metatarso metatarso fémur fémur fémur fémur fémur ulna radio radio radio humero humero humero humero humero humero

Longitud 100 100 100 83 83 79 77 77 73 72 72 73 68 68 67 73 72 64 64 64 64 Tabla 6. Medidas (mm) en los restos de aves

340

DT DT 23 7 10 0 24 9 0 17

La intervención arqueológica

Especies piscícolas identificadas en algunas de sus posibles variantes

CONCLUSIONES Las conclusiones que podemos sacar de los huesos de este yacimiento es que nos indican que se trata de una variada acumulación osteológica, en el que se han documentado variedad de animales domésticos, algunos micromamíferos y bastantes restos de aves, la cercanía del Manzanres ha permitido que se den algunos restos de peces además de los bivalvos que veremos en el siguiente informe. Los restos presentan evidencias de intervención antrópica, aunque sea escasa y también de otros agentes como los carnívoros o el agua que pueden haber influido en que algunos huesos se hayan perdido.

341

El Real Canal del Manzanares: excavaciones arqueológicas de la Cuarta a la Quinta Esclusa

INVENTARIO U.E.

NR

Taxón

Edad

11 11 11 11 11 11 11 11 11 11 11 11 11 11 11 11 11 11 11 11 11 11 11 11 11 11 11

1 1 4 1 1 1 3 1 1 1 1 1 1 1 1 1 4 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1

adulto adulto adulto adulto adulto adulto adulto adulto adulto adulto adulto adulto adulto adulto adulto adulto adulto adulto adulto adulto adulto adulto adulto adulto juvenil juvenil adulto

11

8

adulto

11

1

11

1

11

2

11

2

11

1

11

1

11

1

11

1

11 11 11 11 11 11 11

1 1 1 1 1 1 1

Ave Ave Ave Ave Ave Ave Ave Ave Ave Vaca Vaca Vaca Vaca Vaca Vaca Vaca Vaca Cabra Cabra Cabra Conejo Conejo Ciervo Grande Grande Grande Gato OvisCapra OvisCapra OvisCapra OvisCapra OvisCapra OvisCapra OvisCapra OvisCapra OvisCapra Ovis Ovis Ovis Ovis Ovis Perro Perro

Parte anatómica coracoide escapula femur humero humero metatarso radio tibia tibia CALC carpo” costilla escapula femur femur pelvis vertebra escapula humero metacarpo femur femur metatarso humero femur femur tibia

11

1

11 11 11

1 1 1

Parte

Lado

Sección MC MD Fuego

Observ.

                                                     

derecha derecha izquierda derecha izquierda izquierda derecha derecha izquierda derecha     derecha   izquierda derecha   izquierda izquierda derecha     izquierda   izquierda izquierda  

diaf diaf diaf diaf diaf diaf diaf diaf diaf Esp Esp axial axial Ep-Dist Ep-Dist axial axial axial Ep-Dist Ep-Dist Diaf Ep-Prox diaf Ep-Dist Ep-Dist Ep-Prox Ep-Dist

0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0

0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0

0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0

Gallina Gallina Gallina Gallina Gallina Gallina Gallina Gallina Gallina                                    

costilla

 

 

axial

0

0

0

 

adulto

femur

 

derecha

Diaf

0

0

0

 

adulto

mandibula

 

 

Cra

0

0

0

 

adulto

metatarso

 

derecha

Diaf

0

0

0

 

adulto

pelvis

 

 

axial

0

0

0

 

adulto

ulna

 

 

Diaf

0

0

0

 

adulto

vertebra

 

 

axial

0

0

0

 

juvenil

escapula

 

 

axial

0

0

1

 

juvenil

superior

 

 

Diaf

0

0

0

 

adulto adulto adulto juvenil juvenil adulto adulto

ASTRAG metatarso metatarso mandibula premolar costilla vertebra

0 0 0 0 0 0 0

0 0 0 0 0 0 0

0 0 0 1 1 0 0

pez

adulto

vertebra

 

derecha

axial

0

0

0

Cerdo Cerdo Cerdo

Infantil Infantil Infantil

escapula femur humero

     

derecha izquierda izquierda

axial diaf diaf

0 0 0

0 0 0

0 0 0

              salmonido trucha      

  derecha Esp   derecha Ep-Dist   izquierda Ep-Dist   derecha Cra inferior derecha Cra     axial     axial

342

La intervención arqueológica

19 19 19 19 19 19 19 19 19 19 19 19 19 19 19 19 19 19 19 19 19 19

1 1 2 2 2 2 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1

adulto adulto adulto adulto adulto adulto adulto adulto adulto adulto adulto adulto adulto adulto adulto adulto adulto adulto adulto adulto adulto adulto

coracoide escapula femur humero humero metatarso radio tibia tibia ulna cuerno ASTRAG diente falange femur humero radio tibia costilla femur craneo craneo

                                           

izquierda izquierda derecha derecha izquierda izquierda izquierda   izquierda derecha   derecha izquierda derecha izquierda derecha izquierda     derecha    

              Diaf     Cra Esp Cra Esp Ep-Prox Ep-Dist Ep-Prox Ep-Prox axial Diaf Cra Cra

                                1 0 1      

1 1 0 0 0 2 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0

0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0

Gallina Gallina Gallina Gallina Gallina Gallina Gallina perdiz gallina gallina   Manganeso Manganeso Manganeso Manganeso Manganeso Manganeso Manganeso        

adulto

falange

 

 

Esp

 

0

0

 

adulto

femur

 

derecha

Cra

 

0

0

 

adulto

femur

 

derecha

Diaf

1

0

0

 

2 1 1 2

Ave Ave Ave Ave Ave Ave Ave Ave Ave Ave Vaca Vaca Vaca Vaca Vaca Vaca Vaca Vaca Ciervo erizo Grande Grande OvisCapra OvisCapra OvisCapra Pequeño Pequeño Perro Perro

19

1

19

1

19

1

19 19 19 19

adulto adulto adulto adulto

    costilla vertebra

       

       

Diaf Diaf axial axial

       

0 0 0 0

0 0 0 0

19

2

pez

adulto

vertebra

 

 

Diaf

 

0

0

19 20 20 20 20 20 20 20 20

1 1 1 1 1 2 1 2 1

adulto adulto adulto adulto adulto adulto adulto adulto adulto

escapula coracoide metatarso metatarso tibia carpo” sesamoideo costilla humero

                 

izquierda               derecha

axial Diaf Diaf Diaf Diaf Esp Esp Esp Diaf

          0 0 0 0

0 0 0 0 0 0 0 0 0

0         0 0 2 0

20

1

adulto

falange

 

 

Esp

 

0

 

 

20

1

adulto

vertebra

 

 

axial

0

0

0

 

20

1

juvenil

femur

 

derecha

Ep-Dist

0

0

 

 

20

1

juvenil

pelvis

 

derecha

axial

1

0

 

 

20 20 20 20 21 21 21 21 21

1 1 1 2 1 1 1 1 1

zorro Ave Ave Ave Ave Vaca Equus Grande Gato OvisCapra OvisCapra OvisCapra OvisCapra Ovis Pequeño Pequeño Perro Ave Vaca Vaca Vaca Vaca

  Manganeso Manganeso Manganeso mn teleosteo Carpa o Barbo   gallo alectoris rufa gallo alectoris rufa       domestico

adulto adulto adulto adulto adulto adulto adulto adulto adulto

tibia   costilla vertebra humero ulna ulna ulna vertebra

                 

derecha Ep-Dist   Diaf   axial   axial   Diaf   Diaf derecha Diaf izquierda Diaf   axial

0   0 0 0 0 0 0 0

0 0 0 0 0 0 0 0 0

0   0 0 0 0 0 0 0

        gorrion        

343

El Real Canal del Manzanares: excavaciones arqueológicas de la Cuarta a la Quinta Esclusa

21 21

1 2

21

4

21

2

21 21 21 22

4 2 1 1

22

1

22

1

Cabra Conejo OvisCapra OvisCapra Pequeño Pequeño Perro Vaca OvisCapra Perro

adulto adulto

metacarpo costilla

   

   

Ep-Dist axial

0 0

0 0

0 0

   

adulto

costilla

 

 

axial

0

0

0

 

adulto

vertebra

 

 

axial

0

0

0

 

adulto adulto adulto adulto

  pelvis escapula femur

       

  Diaf   axial izquierda axial derecha Ep-Dist

0 0 0 0

0 0 0 0

0 0 0 0

       

adulto

escapula

 

derecha

axial

0

0

0

 

adulto

radio

 

derecha

Ep-Prox

0

0

0

Perro

adulto

radio

 

derecha

Ep-Prox

0

0

0

Cerdo   Perro Equus OvisCapra Perro Perro

Infantil adulto adulto adulto

radio   tibia humero

       

izquierda Ep-Prox   diaf   diaf derecha Ep-Prox

0 0 0 0

0 0 0 0

0 0 0 0

  es otra raza mayor al otro que hay, 2 razas diferentes        

22

1

22 27 27 36

1 1 1 1

36

1

adulto

escapula

 

derecha

0

0

0

 

36 36

1 1

adulto adulto

escapula femur

   

izquierda axial derecha Ep-Prox

0 0

0 0

0 0

   

axial

2.8. ESTUDIO MALACOLÓGICO INTRODUCCIÓN A continuación abordamos el estudio de los materiales malacológicos del yacimiento del Aliviadero (Estanque Tormentas, Abroñigales) entre los cuales reconocemos dos taxones, uno, que pertenece al grupo de los grandes bivalvos de agua dulce (náyades), y otro al de los gasterópodos continentales. En el apartado de material hacemos un recuento de los restos de cada taxón, indicando el número mínimo de individuos (NMI), los ejemplares enteros y los fragmentos, e incluimos las principales características que presentan los diferentes taxones que componen la muestra (tabla 1). El número mínimo de individuos lo hemos calculado a partir de ejemplares íntegros o de fragmentos que correspondan a partes anatómicas únicas por individuo (ápices y espiras en los gasterópodos, umbos en los bivalvos). Para la determinación específica de los restos de moluscos, así como para los datos de hábitat y distribución hemos utilizado obras y tratados de carácter HFOFSBM '&$)5&3BOE'"-,/&38*-,&/4

IFNPTBDDFEJEPBMBQÈHJOBXFC(VBMUFrianus, además de utilizar otros artículos más concretos (SORIANO, VILLENA et al. 2001; APARICIO 2006; SOLER, MORENO et al. 2006).

344

La intervención arqueológica

LA MUESTRA BIVALVOS DULCEACUÍCOLAS Filum Mollusca Clase Bivalvia Subclase Eulamellibranchia Superorden Palaeoheterodonta Orden Unionoida Superfamilia Unionoidea Familia Unionidae Unio cf. Pictorum (Linnaeus, 1758) Descripción: Especie de concha de forma alargada en la que el borde inferior es más o menos paralelo al superior y con el extremo posterior generalmente (pero no siempre) apuntado. Junto al umbo, normalmente, tiene seis tuberculillos dispuestos en dos hileras. Charnela con los dientes cardinales laminares, aunque raramente pueden ser aserrados. Escultura del umbo no siempre presente. De color pardo oscuro que puede pasar por el verde y pardo-amarillo. Las dimensiones varían entre 7 y 10cm. de largo, excepcionalmente hasta 14, más del doble de larga que alta.

Hábitat: Vive en lugares típicos de grandes bivalvos de agua dulce. En ríos y arroyos de aguas limpias y fondos de arenas, a veces en gravas o cieno. En ocasiones entre las raíces de los árboles de ribera. La contaminación del agua hace que se extingan y últimamente lo está haciendo de muchas localidades que antes ocupaba. Distribución actual: En la Península Ibérica es poco conocida, aunque se sabe que sólo vive en los ríos atlánticos. Todavía se desconoce la adscripción específica de este taxón aunque parece próximo a la especie europea Unio pictorum (L,1758) distribuida por Norte, Centro y Noroeste de Europa y Este de los Urales . En la Comunidad de Madrid ha sido citada en el río Manzanares a su paso por Madrid en 1893-94 y 1933, a su paso por los puentes de las carreteras que unen Colmenar Viejo y Torrelodones, Colmenar Viejo y Manzanares el Real, El Pardo y Cerceda en 1967; a su paso por Hoyo de Manzanares en 1971. En el río Henares a su paso por Alcalá de Henares en 1893-94 y en el Jarama a su paso por San Fernando de Henares en 189394 y en el puente de Arganda en 1971(SOLER, MORENO et al. 2006). En publicaciones más recientes (SORIANO, VILLENA et al. 2001), la especie se identifica en los ríos Guadarrama, Manzanares (a la altura de Puerta de Hierro y en Hoyo de Manzanares), Tajo (Aranjuez), Jarama (San Martín de la Vega, Arganda y San Fernando de Henares), Lozoya (Lozoya), Sanburiel (Cerceda), Henares (Mejorada del Campo). En el último trabajo publicado sobre el tema (SOLER, MORENO et al. 2006) se recogen ejemplares en los ríos Lozoya, Perales (Quijorna), Aulencia (Villanueva del Pardillo) y Cofio (Robledo de Chavela). También en el río Tajuña (Guada-

345

El Real Canal del Manzanares: excavaciones arqueológicas de la Cuarta a la Quinta Esclusa

lajara). En el Jarama (Valdetorres del Jarama) sólo se identifican valvas de ejemplares muertos comidos por ratas de agua, probablemente por encontrarse ya extinta, en este río. En otros ríos está en vías de extinción. En ese mismo artículo Soler recoge una lista de sinónimos para la especie Unio cf. Pictorum que podemos encontrar publicados y que a continuación reproducimos: Mya pictorum, Unio delphinus, Limnaea pictorum, Unnio Gibbus, Unio hispanus, Unio dactylus, Unio mucidus, Unio lusitanus, Unio nevesi, Unio simoesi, Unio Sevillensi, Unio hispanus var. Sphenoides, Unio cameratus, Unio limosellus, Unio decurtatus, Unio callipygus, Unio gravatus, Unio turdetanus, Unio taganus, Unio abrantesianus, Unio scalabisanius, Unio allenianus, Unio Cyrtus, Unio novus, Unio neothaumus, Unio pictorum. Material: En el yacimiento arqueológico del abrevadero encontramos 33 ejemplares enteros, 13 valvas derechas, 12 valvas izquierdas y un fragmento de valva derecha. Lo que nos hace calcular un número mínimo de individuos de 48. De los 33 ejemplares que hemos contabilizado como enteros 25 están sin abrir, dos abiertos y los 6 restantes conservan el umbo de ambas valvas, todavía unido por la charnela.Los bordes ventrales de las valvas izquierdas de cuatro ejemplares han sido eliminados a distintas alturas, en los dos ejemplares restantes están eliminados los bordes ventrales de las dos valvas y prácticamente sólo se conservan los umbos unidos por la charnela (figuras 1 y 4). Las valvas, tanto izquierdas como derechas están conservadas íntegras, salvo alguna excepción (figura 2).

TAXONES Unio cf.pictorum Helix aspersa

N.E.E 33 1

Aliviadero - Malacofauna Total N.V.D N.V.I 14 12

N.F 1 2

N.M.I 48 3

N.E.E:número ejemplares enteros N.V.D:número valvas derechas N.V.I:número valvas izquierdas N.F:número fragmentos N.M.I:número mínimo de individuos Tabla 1. Taxones representados

346

La intervención arqueológica

Figura 1. Ejemplares enteros que conservan charnela y dos umbos

Figura 2. Valvas derechas e izquierdas

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El Real Canal del Manzanares: excavaciones arqueológicas de la Cuarta a la Quinta Esclusa

Uno de los ejemplares enteros que están abiertos presenta unas marcas que abren una perforación que da acceso al músculo anterior del molusco. Si se tiene acceso a éste se puede conseguir abrir las dos valvas fácilmente. Encontramos las mismas marcas en tres valvas izquierdas más y en uno de los ejemplares que tienen casi eliminado el borde ventral de la valva izquierda. Así como en uno de los ejemplares enteros que están sin abrir (figura 3).

Figura 3. Perforaciones de acceso al músculo anterior

Podemos atribuir estas perforaciones a la acción de las ratas de agua, a un primer acceso de éstas sobre los moluscos. Con este acto conseguirían abrir fácilmente las valvas del molusco para poder consumir el animal. Estas ratas seguirían mordisqueando la concha, tal y como lo demuestran los ejemplares del recuadro de la ilustración 1 que siguen el mismo patrón. En un tercer momento encontramos las valvas sueltas y mordisqueadas (recuadros ilustración 2). Las ratas de agua (Arvicola sapidus), son casi exclusivamente vegetarianas, pero en su época reproductiva, el invierno, pueden alimentarse de peces, crustáceos o moluscos en mayor proporción (ROMÁN 2003). Las ratas de agua sacan a la superficie los moluscos para devorarlos junto al nivel del agua. En algunos ejemplares pueden llegar incluso a eliminar casi la totalidad de la concha (ilustración 4). Representan una verdadera amenaza para la subsistencia de algunas especies como el Unio cf. pictorum, ya que en un invierno pueden llegar a reunir más de 1000 conchas vacías.

Figura 4. Ejemplares devorados por las ratas de agua

En dos de los ejemplares enteros, sin abrir, encontramos unas marcas o perforaciones. En el primer individuo (ilustración 4) podemos observar la misma perforación tanto en la valva izquierda como en la derecha, justo una en frente de la otra, por su morfología parecen dos orificios de entrada que han sido efectuados por presión. En el segundo ejemplar sólo hay

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La intervención arqueológica

un orificio de entrada en la valva derecha. Interpretamos estas perforaciones como posibles marcas de dientes, probablemente de algún carnívoro, que hubiese podido acceder a los moluscos una vez extraídos del agua por las ratas sin embargo esto no deja de ser una hipótesis pues los escasos datos de los que disponemos no nos permiten afirmarlo con rotundidad.

Figura 5. Posibles marcas de dientes de carnívoro

GASTERÓPODOS CONTINENTALES Filum Mollusca Clase Gastropoda Subclase Pulmonata Orden Archaeopulmonata Superfamilia Helicoidea Familia Helicidae Helix aspersa (Müller, 1774) Descripción: Concha grande, opaca y sólida. Coloración de amarilla a castaña, con cinco bandas espirales generalmente pardo-oscuras, variables en tamaño y tonalidad. En contadas ocasiones es totalmente albina. Forma globosa. Ombligo cubierto. Espira elevada, cónico-convexa. Con 3 1/2 a 4 1/2 vueltas convexas de crecimiento muy rápido. Última vuelta grande, redondeada, abombada y descendente junto a la abertura. Sutura impresa. Ápice liso y convexo. Protoconcha con 1 vuelta. Abertura grande, oblicua y más o menos redondeada u ovalada. Peristoma engrosado, reflejado y de fuerte color blanquecino. El borde columelar oculta al ombligo. Estriación irregular y superficie de la concha de aspecto rugoso. Su altura varía entre los 29-35 mm y su anchura entre los 30 y 39mm. Hábitat: Durante el día suele esconderse utilizando refugios tan variados como plásticos, maderas, cartones, ladrillos, troncos, muros de piedra, grietas de rocas, vegetación, hojas y grandes piedras (siendo éste último caso de los más frecuentes). Abunda en zonas húmedas con presencia de agua en las proximidades.

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El Real Canal del Manzanares: excavaciones arqueológicas de la Cuarta a la Quinta Esclusa

Distribución: Habita toda la cuenca mediterránea y zonas costeras atlánticas hasta los Países Bajos y las Islas Británicas. Ha sido introducida en casi toda Europa y gran parte del mundo '&$)5&3BOE'"-,/&3 1SPCBCMFNFOUFPDVQBUPEBMB1FOÓOTVMB*CÏSJDB&OMB$PNVOJdad de Madrid está citada por Aparicio (1986); Prieto (1986); Agüera et alii. (1992);Parejo et alii. (1993) y Puente (1994) (APARICIO 2006). Material: En la muestra contamos con tres ejemplares, uno entero y dos bastante fragmentados

CONCLUSIONES Después del estudio de la muestra de moluscos del yacimiento del Aliviadero del Estanque de Tormentas podemos afirmar que sobre ésta no se ha producido ningún tipo de acción antrópica, debiendo atribuir a otras causas naturales, como las ratas de agua, en el caso de los bivalvos, su aportación al yacimiento. En el caso de los tres gasterópodos terrestres podemos atribuir su presencia a que ésta especie habita en zonas húmedas o próximas al agua, por lo tanto está dentro de su hábitat natural.

2.9. ANÁLISIS DE LAS MUESTRAS DE MADERA DE LAS ESTRUCTURAS INTRODUCCIÓN El objetivo de este estudio fue la identificación taxonómica de tres muestras de madera correspondientes a la excavación arqueológica del Canal de Manzanares de Madrid. Se trata de maderas procedentes de diversas estructura de vigas y tablones de madera del s. XVIII-XIX. Estos materiales están relacionados con la construcción del canal (Illán, 2006). La conservación de la madera no es habitual en yacimientos arqueológicos o paleontológicos. Son necesarias unas condiciones deposicionales determinadas que permitan la preservación de la materia orgánica como pueden ser los depósitos lacustres. En este caso parece que la conservación está relacionada con el tipo de depósito así como a la época a la que pertenecen los restos.

METODOLOGÍA Para el estudio anatómico de la madera se utiliza la preparación de laminas delgadas (Asensi, 2002). El procedimiento es sencillo y es indispensable para objetos que conservan la morfología y se pretende conservar como pueden ser estatuas u otros objetos de valor. En este caso se ha realizado una observación directa utilizando el microscopio de luz reflejada así como la extracción de láminas con ayuda de un bisturí. Los fragmentos se han analizado a través de los tres planos anatómicos de la madera (transversal, radial y tangencial) con el fin de observar la estructura que permite su determinación taxonómica.

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La intervención arqueológica

RESULTADOS y CONSIDERACIONES FINALES Las muestras de madera estudiadas pertenecen a tres taxones diferentes Pinus tipo sylvestris/ nigra, Juniperus y Pinus tipo pinea (ver tabla; Figuras 1 y 2). El poste es de madera de enebro y las tablas de dos especies de pinos diferente el pino tipo albar/negral y el pino tipo piñonero. Muestra

Tipo de estructura

Taxón

Estructura 1

tablón

Pinus tipo sylvestris / nigra

Estructura 2

Poste

Juniperus

Estructura 4

Tablón

Pinus tipo pinea

Figura 1. Imagen de las muestras estudiadas y fotografía de la taxón al que pertenecen

Los enebros/sabinas (Juniperus sp.) presentan una madera homoxilada con anillos de crecimiento diferenciables y sin canales resiníferos. Los radios cortos de 2 a 5 celulas, las punteaduras de las traqueidas uniseriadas. Las punteaduras de las paredes de las traqueidas son cupresoides. Este género se refiere a diversas especies que crecen desde el nivel del mar (Juniperus phoeniceae, sabina) hasta el piso montano (Juniperus nana). Otras especies comunes son Juniperus oxycedrus (cada) en el piso termomediterráneo formando la matorrales en lugares soleados y Juniperus communis (enebro común) en el piso montano. Juniperus thurifera (sabi-

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El Real Canal del Manzanares: excavaciones arqueológicas de la Cuarta a la Quinta Esclusa

na albar) forma sabinares en las áreas más frías y áridas de la meseta peninsular (López, 1997; Blanco et al., 1998) (Fig. 1). Históricamente en la Comunidad de Madrid este taxón se extiende en época reciente ya que está ligado al desarrollo de matorrales que se desarrollan después de la explotación intensiva de los bosques (López 1997). La madera es dura y se conserva mucho tiempo. Además, repele a los insectos, su leña arde bien y da buen olor. El pino albar/negral (Pinus tipo sylvestris/nigra) presenta una madera homoxilada con canales resiníferos localizados en el leño tardío. Los radios tienen una sola célula de ancho y hasta 10 células excepto los que presenta canales resiníferos transversales. Las paredes de las traqueidas transversales son dentadas y punteaduras de los campos de cruce fenestriformes. Pinus nigra ssp. salzmannii forma pinedas sobre suelos calcáreos desde los 500 hasta los 1000 metros de altitud. Es una especie submediterranea y continental que crece en las montañas de la región mediterránea de montaña. Cerca de robledales de hoja pequeña ocupando los lugares mas áridos. Pinus sylvestris crece a partir de los 800-1000 metros en el piso montano por encima de los robledales sobre suelos secos y soleados (Fig. 2). Es resistente al frío, su madera es de buena calidad que se utiliza sobre todo para la construcción. En el pino piñonero (Pinus tipo pinea) se distinguen bien los anillos de crecimiento y la transición del leño inicial al final puede ser de gradual a abrupto. Los canales resiníferos son grandes con células epiteliales de paredes finas. El parénquima está ausente. La altura de los radios es de 6 a 8 células y presentan canales resiníferos. Las traqueidas son generalmente uniseriadas y los radios son heterocelulares. Las paredes de las traqueidas son lisas y delgadas. En este caso no se aprecian claramente las paredes de las traqueidas, por ese motivo podemos indicar únicamente que se trata de una madera similar a la de pino piñonero. Crece en el piso termomediterraneo casi siempre sobre suelos graniticos y esquiestosos (acidos), en el litoral crece sobre dunas. En la actualidad es raro en las montañas prelitorales. El pino piñonero se distribuye en la mitad meridional de la península. Aparece de modo natural desde el nivel del mar hasta algo más de 1000 metros de altitud. Este árbol resiste bien los periodos de aridez estival y es relativamente tolerante a los fríos con precipitaciones medias o bajas. Normalmente, suele formar bosques monoespecíficos, pero también se mezcla con otras coníferas y frondosas arbóreas (Fig. 2).

Figura 2. Imagen de las muestras estudiadas y fotografía de la taxón al que pertenecen

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La intervención arqueológica

En general estas especies son las de uso habitual para estos elementos constructivos. Son especies resistentes de gran dureza que además abundan en el entorno. Éste período de la historia corresponde a fases importantes de deforestación ya que la madera es la materia prima imprescindibles para la fabricación de navíos y la construcción. Asimismo las fases climáticas caracterizadas por el frío y la aridez producen problemas en la regeneración de los bosques (López, 1997). Probablemente el desarrollo de las formaciones de coníferas en las áreas más despobladas así como las repoblaciones posteriores de pino hacen de las confieras especies de gran importancia económica durante toda la edad moderna (López, 1997: Perlin, 1999).

2.10.DATACIONES ABSOLUTAS INTRODUCCIÓN Se ha analizado una muestra de sedimento, recogida en el entorno de la ciudad de Madrid, dentro de las actuaciones de mejora de la calidad del río Manzanares con la construcción del estanque de tormentas de Abroñigales, Aliviadero eje 7, relacionado con el antiguo Real Canal Navegable del Manzanares, mediante la técnica de Luminiscencia Óptimamente Estimulada y método de las dosis aditivas, con el fin de determinar el tiempo transcurrido desde su última exposición a la luz solar. La toma de muestras fue realizada por arqueólogos, responsables del proyecto, asesorados por personal del “LABORATORIO DE DATACION DE LA UAM”. Dicha toma de muestras se realizó sobre la base de los siguientes aspectos: una selección de muestra evitando, en la medida de lo posible, su exposición a la luz y otras fuentes de radiación; los materiales seleccionados fueron aislados, con el fin de evitar procesos de evaporación de sus contenidos en agua y exposiciones innecesarias a la luz solar o artificial; las muestras tomadas fueron recogidas, siempre y cuando fue posible, en zonas donde el sedimento que servía de enterramiento era lo más homogéneo posible, evitando siempre la proximidad de grandes rocas, y cuando era posible la presencia abundante de cantos de cierto tamaño. Por otro lado, se efectuaron “in situ” medidas de la radiación ambiental.

LA MUESTRA ANALIZADA Dicha muestra, identificada como Muestra 2, provino de la U.E. [36]. REFERENCIA CAMPO

REFERENCIA LABORATORIO

Yacimiento “Estanque Tormentas Abroñigales” Sedimento. Muestra 2. Estructura 36

353

MAD- 4826

El Real Canal del Manzanares: excavaciones arqueológicas de la Cuarta a la Quinta Esclusa

MANIPULACIÓN DE MUESTRAS Y PROCEDIMIENTO PARA LA REALIZACIÓN DE MEDIDAS Todas las muestras seleccionadas fueron sometidas a un test previo de decaimiento anómalo, dicho estudio fue realizado a partir de la respuesta de OSL(sistema TL-DA-10) obtenida de las muestras en un segundo barrido, después de ser almacenadas en oscuridad durante un periodo de tiempo de 240 horas. De tal modo, que cuando las pérdidas de señal detectadas son inferiores al 3%, dicho test se considera negativo, o en otras palabras, el posible fenómeno de decaimiento anómalo se considera insignificante. Las pérdidas de señal detectadas en las muestras estudiadas fueron siempre inferiores al 1%. En base a estos resultados, el método de datación seleccionado fue el de grano fino (Zimmerman, 1971), consistente en una selección de la fracción mineral con tamaño de grano comprendido entre 2-10 micras. La dosis total almacenada por cada muestra, desde que sufrió su último proceso de blanqueo solar (dosis equivalente), fue evaluada por del método de dosis aditivas, dichas dosis crecientes fueron suministradas mediante una fuente Sr-Y90 con una tasa de dosis de 0,045 mGy/ sg. Con objeto de determinar un posible comportamiento supralinear se realizó un segundo barrido, con dosis beta pequeñas (Fleming, 1975). La efectividad de las partículas alfa para QSPEVDJS04- GBDUPS, GVFEFUFSNJOBEBNFEJBOUFFMTVNJOJTUSPEFEPTJTBMGBDSFDJFOUFT NFdiante la utilización de una fuente de Am241, con una tasa de dosis de 0,0297 mGy/sg. El cálculo de las dosis anuales recibidas por las muestras fue realizado mediante la combinación de dos tipos de medidas, por un lado la determinación de la radioactividad beta proceEFOUFEFM,QSFTFOUFFOMBTNVFTUSBT NFEJBOUFVOTJTUFNBEFSFDVFOUP(FJHFS.àMMFS Z por otra la medida de la actividad alfa procedente del Uranio y Torio, también presentes en las muestras, en este caso usando un sistema de recuento de centelleo sólido (ZnS). En este último método no se observaron perdidas de actividad como consecuencia de posibles escapes de Radón. La actividad gamma procedente de la radiación cósmica fue medida “in situ”, a la toma de muestras, mediante un sistema de recuento de centelleo sólido de INa(Tl). Las conversiones de las velocidades de recuento alfa, beta y cósmica a tasa de dosis, han sido realizadas en base a los estudios de Nambi y Aitken, 1986. Los errores asociados a las edades estimadas tienen en cuenta tanto los errores sistemáticos como estadísticos correspondientes a las medidas de OSL, velocidades de dosis establecidas y procesos de calibrado de las fuentes radioactivas y equipos utilizados. El cálculo de dichos errores ha sido realizado en base a los estudios de Aitken, 1985 y Arribas et al., 1990.

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La intervención arqueológica

RESULTADOS Y CONCLUSIONES Los resultados obtenidos, correspondientes al sedimento estudiado ( Tabla I ), muestran claramente el momento del último proceso de blanqueo solar sufrido por este material y por tanto el momento de formación del estrato.

Tabla I.- Resultado de las medidas de TL Referencia Dosis Dosis Annual Laboratorio Equivalente (Gy) (mGy/año) MAD-4826

1,91

Tabla II.- Medidas de TL Referencia Dosis Laboratorio Equivalente MAD-4826

7,73

Número de años B.P.

Localización

247±51

Sedimento 2. U.E. [36]

Supralinearidad (Gy)

'BDUPS,

Condiciones

0

0,10

Tamaño grano de 2-10 micras

1,91±0,60

La cronología obtenida fue la siguiente: YACIMIENTO“CANAL DEL MANZANARES. ESTANQUE DE TORMENTAS”, la muestra de sedimento 2, estructura 36, presenta una antigüedad de 247±51 años B.P.

2.11.CONCLUSIONES DE LA ACTUACIÓN ARQUEOLÓGICA EL TRAMO EXTRAURBANO DEL REAL CANAL NAVEGABLE DEL MANZANARES La intervención arqueológica realizada en el Trazado del Aliviadero (Eje 7), perteneciente al Proyecto de construcción del Tramo 4 Sur (Estanque de Tormentas de Abroñígales), ha sacado a la luz una obra de ingeniería: una canalización de agua que aparece documentada en la cartografía de Madrid del siglo XVIII-XIX, y que actualmente se halla parcialmente o totalmente cubierta de suelo y rellena de sedimentos. Con anterioridad se ha descrito el tramo del Real Canal Navegable del Manzanares que discurría por la zona más urbana y cercana a la ciudad de Madrid. En esa parte, los datos son mucho más conocidos, gracias, tanto a las fuentes documentales como a los restos que, en algunos casos, aún permanecen. Por la documentación histórica se conocían los sistemas que se habían utilizado para construir aquellos tramos o zonas de una mayor envergadura y donde se centralizaron los mayores recursos. Un ejemplo de ello se encuentra a escasos metros del tramo excavado, pero ya fuera del área de afectación de la obra, en la conocida exclusa nº 4, donde los materiales utilizados y la arquitectura son totalmente diferentes, pudiendo definirse como monumentales, dándole una mayor entidad y solidez al tramo del canal y estructuras que se encuentran asociadas con él.

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El Real Canal del Manzanares: excavaciones arqueológicas de la Cuarta a la Quinta Esclusa

Esta zona era la más visible para la población y por lo tanto, se intentó engalanar con la utilización de mejores materiales y una arquitectura mucho más cuidada. Muchas zonas, como el embarcadero, pretendían servir como escaparate de un proyecto de gran envergadura por el que apostaba el régimen existente. En los tramos más alejados de la ciudad la documentación existente se refiere sobre todo a los puentes y esclusas con sus construcciones asociadas. En lo que es el propio trazado del canal, la información documental disponible es muy escasa, siendo poco conocido, por lo que es apenas intuido por la planimetría histórica, que en pocas ocasiones se ajusta a la realidad. Más difícil se revela su caracterización cuando sus estructuras fueron objeto de reiteradas reparaciones debido a los materiales y técnicas más perecederos que se utilizaron. La excavación realizada muestra materialmente como sería construida la mayor parte del Canal. Uno de los grandes problemas que se debieron afrontar en los tramos extraurbanos del Canal del Manzanares fue el uso tanto de técnicas como de materiales muy deteriorables con el transcurso del tiempo y el uso del que se debieron aprovechar, en ocasiones ilícitamente, la población que vivía y trabajaba en las inmediaciones. Aún en la actualidad, muchos agricultores que continúan con su actividad, comentan como usurpaban terrenos al canal al ser mucho más fértiles y extraían materiales (maderas, ladrillos, etc.) de la antigua estructura del canal para la reparación de acequias, casas de labranza, etc. La caracterización de materiales ha servido en este caso para discriminar materiales antrópicos usados para su construcción, así como para diferenciar los depósitos naturales, y distinguir entre el sustrato geológico sobre los que se realizó la obra, y los depósitos que el propio canal depositó durante su funcionamiento y su posterior abandono. Así mismo es posible realizar una interpretación evolutiva de la historia del canal en base a los depósitos que dejó en su lecho hasta su completa colmatación. Se debe resaltar que el segmento de canal excavado se corresponde probablemente con el trazado útil, que estaría incluido en una parte mas alejada, fuera del ámbito urbano. Por lo tanto, su sistema constructivo resulta mucho más liviano. La excavación ha hecho posible la documentación de parte del sistema constructivo del tramo extraurbano del antiguo Real Canal Navegable del Manzanares.

LAS ESTRUCTURAS CONSTRUIDAS TIPOLOGIA, CRONOLOGIA Y FASES DE CONSTRUCCIÓN / REMODELACIÓN Y USO Según los dados aportados por la excavación arqueológica, la secuencia constructiva y de uso del canal en el tramo excavado se pode resumir en cuatro grandes momentos, las Fases I a IV respectivamente. Para una más fácil comprensión de la misma, las fases fueron establecidas y serán descritas en el orden inversa a su formación Es decir, desde el momento original de

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La intervención arqueológica

su construcción, Fase I, hasta el momento del abandono definitivo del área del Canal, Fase IV. La Fase I se inicia con el vaciado longitudinal excavado sobre los niveles geológicos de arenas propios de la llanura de inundación del Manzanares, vaciado este de algo más de un metro de profundidad desde la cota superior de las arenas geológicas. Posteriormente, en los limites laterales del vaciado fueron colocadas sendas líneas de tablones de diferente entidad, de manera que el conjunto de entablados occidental, de mayor complejidad estructural, ofrecía una mayor resistencia que el conjunto documentado en el extremo oriental (véase la descripción específica de elementos constructivos). Dichas estructuras de maderas se pueden englobar en tres conjuntos constructivos: - ESTRUCTURA 2. Línea de estacas cruzadas sin tablón (área suroeste). Resultado de un probable desmontaje intencionado. Se compone de dos alineamientos de estacas de madera, separadas longitudinalmente por unos 80 cm. de media. Las estacas fueron colocadas formando un vértice en su parte superior, el cual aparece alterado con los extremos fracturados y desplazados. Este aspecto hace pensar que las estacas han sido intencionalmente removidas para la extracción de los tablones que anclaban. - ESTRUCTURA 3. Línea de tablones y estacas (área sudeste / nordeste). Esta construcción se entiende contemporánea a la Estructura 2, coincidiendo con esta en distribución de estacas, altimetría y técnica constructiva. Tan sólo se ha podido documentar un tablón, muy deteriorado, en posición original, en el límite noreste. Se estima que, al igual que en la estructura 2, la línea existente de tablones debió de ser desmontada para su reutilización posterior. El tablón aquí encontrado no fue retirado debido a su mal estado de conservación. Tras el desmontaje esta estructura fue colmatada por la U.E. 27 (ver sección). - ESTRUCTURA 4. Primera línea de tablones (cota inferior; área noroeste). Correspondería a la construcción más inferior del canal. Su construcción consistió en la colocación de vigas de madera de buen porte (sección de 20 x 15 cm.), clavadas en el sustrato original de arenas a intervalos de 1,30 m.. A estas vigas se unieron tablones muy consistentes, con 11 cm. de grosor y 45 cm. de altura, mostrando perfiles muy bien rematados y trabajados, propios de carpintería industrial. En lo que se refiere a la cronología de su construcción, la evidencia artefactual directa es nula, ya que en los estratos asociados a las construcciones no se pudo recoger ningún tipo de artefacto que permitiese fecharlos. Así mismo, la datación apenas puede ser suportada por las SFGFSFODJBTEPDVNFOUBMFTRVFBUFTUJHVBOMBDPOTUSVDDJØOEFM$BOBMBQBSUJSEFMB×P Z  en este caso por la datación realizada por método TL para las capas inferiores de relleno del Canal.

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El Real Canal del Manzanares: excavaciones arqueológicas de la Cuarta a la Quinta Esclusa

Relativamente a la información documental, es sabido que en1770, durante el reinado de Carlos III, se libra Real Cédula a favor de Don Pedro Martinengo para construir un canal navegable que partiendo de un embarcadero cerca del puente de Toledo llegue hasta Aranjuez. Cuanto as las dataciones absolutas, la datación de TL obtenida para la U.E. [36], el primer estrato de relleno que colmata gran parte del cauce del Canal en un momento que entendemos temprano, apunta para una fecha circa ****. Es decir, que en estas fechas ya el Canal fuera construido, se encontraba ya parcialmente afectado y colmatado. En determinado momento, que no podemos precisar, pero que es seguramente post ****, estas estructuras fueron colmatadas por la dinámica hidráulica del propio canal y se hizo necesaria su remodelación parcial. Esta remodelación estructural, as mejorías documentadas en la estructura del Canal y su posterior colmatación se agruparon en la La Fase II. Posiblemente, se entendió que una nueva apertura o remoción de los niveles de relleno del canal que colmataron las estructura inferiores resultaría una inversión de trabajo demasiado costosa, optándose por una subida de la cota inferior de las construcciones. De ese modo, las estructuras 2 y 3 fueron desmontadas parcialmente, tan sólo dejaron las estacas clavadas, y los tablones fueron posiblemente reutilizados en la tercera estructura de contención, algo más subida en el talud occidental: la Estructura 1. - ESTRUCTURA 1. Última línea de tablones (cota superior, área suroeste). Posiblemente fue elaborada con parte de los tablones utilizados anteriormente en las estructuras 2 y/o 3. Los tablones poseían perfiles algo irregulares, 6m de largo y 6 cm. de grosor y 50 cm de altura, y estaban sustentados por estacas de diferente sección (ovaladas, rectangulares y circulares) colocadas a intervalos de 2 m. Estas estacas fueron clavadas en el sustrato de gravas. Las subsecuentes Fases III y IV representan momentos en que el Real Canal Navegable del Manzanares ya no existe como tal, encontrándose integralmente colmatado. Sin embargo, en la zona por donde discurrió anteriormente el cauce del canal seguía activa desde el punto de vista hídrico, en un cauce que se mantuvo activo seguramente hasta por lo menos los finales del siglo XIX, y que cambió frecuentemente de morfología, en función de los distintos flujos de aportes de energia más o menos potentes. Tal panorama puede ser entendido a partir de la lectura de las fuentes documentales. É sabido que las obras de reparación y mantenimiento del canal continúan al menos hasta 1830, haciendo frente a desperfectos que pasado el tiempo sumen al canal en el abandono. En 1851 comienza una campaña pública para cegar el canal, que estos momentos es una estructura arruinada y foco de epidemias; ya en 1859 se deseca la zona de Arganzuela y los terrenos pasan a la Hacienda Pública.

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La intervención arqueológica

A finales del siglo XIX los márgenes del Manzanares provocan verdaderos problemas de higiene provocados por los vertidos derivados del crecimiento de la ciudad. Las últimas noticias que se tienen 4del canal en uso son de 1891, cuando aún funciona el molino de la cuarta escluEstructura sa, en un paraje declarado como colonia. Sin embargo, se describen sus aguas como pastosas y putrefactas, en un ambiente malsano.

En cuanto a los restos constructivos, con la visita del especialista Eduardo Rodríguez Trobajo a la zona de excavación, se ha podido establecer inicialmente, que los materiales no pueden ser utilizados para análisis dendrocronológicos debido a que poseen una secuencia demasiado corta. La madera para poder ser datada por este sistema debe tener al menos una secuencia de 30 anillos, mientras que los restos de madera con los que se cuenta no sobrepasan Estructura la 3 veintena. En cuanto a las especies utilizadas, dicho especialista determinó a falta de análisis pormenorizados, que se mantendría una concordancia con el resto de construcciones asociadas al canal excavados hasta el momento. Los postes hincados provendrían del ramaje y árboles jóvenes del género Juniperus sp., muy posiblemente enebro y los tablones habrían Estructura 2 sido generados por medios mecánicos de buena calidad, también de especimenes jóvenes, provenientes de Pinus sp.

Estructura 1

Planta general del yacimiento.

INTERPRETACIÓN Y FUNCIONALIDAD El proceso de retirada de los sucesivos estratos y su continuado registro estratigráfico permitió documentar la anchura real que tuvo el canal en este tramo, llegándose a localizar el entablado original (parcialmente desmontado) del límite Noroeste, lo que ha permitido constatar que, durante la primera fase constructiva, el canal tubo una anchura máxima de aproximadamente 8m. Por otro lado, los hallazgos de diferentes de líneas de tablones y estacas permitieron establecer la existencia de, por lo menos, dos momentos constructivos o fases. En el tramo excavado se plantea una lectura que dé sentido al sistema constructivo utilizado. Se entiende que la mayoría de las estructuras (4, 3 y 2) sería construida en un mismo momento, Fase I, y se habría establecido un aterrazamiento que configuraría el lecho del canal y podría dar sustento al talud que en la actualidad es conocido como “Camino del Malecón”, el cual se pretendía que fuese usado para el arrastre de materiales por la infraestructura hidráulica. Tras la colocación de las líneas originales del entablado (Estructuras 4, 3 y 2) se realizó un echadizo constructivo de arenas mezcladas con grava, las cuales tuvieron la función de asentar los cortes laterales practicados en el substrato geológico preexistente, y conformar las pendientes.

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El Real Canal del Manzanares: excavaciones arqueológicas de la Cuarta a la Quinta Esclusa

La estructura nº 4, debido a los materiales usados que anteriormente se describieron (mayor envergadura y configuración), se podrían mantener sobre un lecho inestable compuesto por las arenas propias de la llanura de inundación del Manzanares, el peso del talud y de los niveles superiores del aterrazamiento, además de soportar en buenas condiciones el contacto con la corriente. De manera sincrónica, en el perfil sur se realizó un echadizo de gravas masivas que sirvieron de base para la construcción del talud occidental del canal, denominado “Camino del Malecón”, que separaba éste del curso fluvial del Manzanares. Este se construyó mediante la deposición y apisonamiento sucesivo de estratos de diferente composición, hasta alcanzar, al menos una altura de 1,80 m. Dicha estructura sería la que, según la bibliografía existente, serviría como un dique previo del Canal del Manzanares, que funcionó tanto para la contención del canal, como de protección de las crecidas del río. Sobre él se situaría el camino, aprovechado, entre otros usos, para el paso de los animales que arrastraban de las embarcaciones y demás transportes que se realizaban por el canal. La intervención arqueológica ha permitido documentar que, motivada por una hipotética época masiva de lluvias o por otro tipo de escorrentías, la línea de tablones del límite sur fue prontamente colmatada por los aluviones aportados por el caudal del propio canal, a la vez que disminuía su profundidad. De este modo, los tablones de base habrían quedado prácticamente ocultos, dejando así de cumplir su funcionalidad primaria, la de actuar como anclaje del talud y evitar la erosión de la corriente del canal en el mismo. Así, en determinado momento, que no podemos precisar, pero que se debe encuadrar entre finales del siglo XVIII / inicio del XIX, estas estructuras fueron colmatadas por la dinámica hidráulica del propio canal y se hizo necesaria su remodelación parcial. Por lo tanto, posiblemente se entendió que una nueva apertura o remoción de los niveles de relleno del canal resultaría una inversión de trabajo demasiado costosa, optándose por una subida de la cota inferior de las construcciones, Fase II. Como consecuencia, las estructuras 2 y 3 fueron desmontadas parcialmente, tan sólo dejaron las estacas clavadas, y los tablones fueron posiblemente reutilizados en una tercera línea de contención a una cota superior, colocándose un nuevo entramado de estacas y tablones: la Estructura 1. Estos aspectos reseñados son los que confirman la hipótesis mostrada sobre el funcionamiento del canal, al tratarse de dos momentos diferentes de uso. La última estructura (Estructura 1) refleja la reparación del trazado del canal, alterado por diversos motivos, como inundaciones y deterioro normal de los materiales constructivos. La falta de continuidad de las estructuras 3 y 4, además de la falta de los tablones en la estructura 2, que serían reaprovechados para otros usos, denota una rotura o desmantelamiento intencionado, en época antigua. Los tablones que configuraban esta estructura si están presentes en la estructura 3, con un deterioro muy grande, motivo por lo cual no fue posiblemente retirado, al no ser apto para un nuevo uso.

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La intervención arqueológica

Pero esta “reparación” llegaría a fracasar por el mismo motivo por el que fue construido; los siguientes aportes sedimentarios del propio canal volvieron a colmatar el talud y la construcción de madera. El conjunto de materiales derivado de la intervención es un ejemplo de la variedad de cerámica popular que podemos encontrar en las actuaciones urbanas que se están desarrollando actualmente en la ciudad de Madrid y que incorporan niveles arqueológicos bien de época moderna, bien contemporánea. Tal como se ha podido constatar, los materiales exhumados corresponden a diferentes formas, todas ellas comunes - más o menos cuidadas y más o menos elaboradas desde un punto de vista tecnológico - y de usos prolongados en el tiempo. Este tipo de cerámica es la que se viene definiendo “de basto”, mientras que aquella que cuenta con decoración será generalmente conocida como “de fino”. Así mismo, pertenecen a formas funcionales no sujetas a las modas y gustos de las diferentes épocas y por ello mismo resulta complicado establecer parámetros cronológicos basados en las mismas que limiten temporalmente los rellenos arqueológicos de formación antrópica.

INTERPRETACIÓN DEL RELLENO DEL CANAL Las características de los sedimentos identificados colmatando el Canal indican que en la Fase I los primeros depósitos de relleno del canal son las arcillas de color oscuro con arenas depositadas directamente encima del sustrato geológico original. Este nivel resulta difícil de interpretar ya que fue cubierto posteriormente en la Fase II por un estrato de de arcillas plásticas negras (material de construcción), que ejercería como nuevo fondo del canal y configuraba un nuevo cauce. Es un nivel dudoso que pudo ser removido o retocado, y quizás pueda asociarse a depósitos de una corriente que circulaba ya por el canal o una inundación parcial de la zona acanalada (asociada al Manzanares o a fuertes lluvias) que pudo tener lugar, bien en una fase funcional temprana del canal, bien durante la fase constructiva de este; la cual rellenó parcialmente el lecho de la estructura original. La nueva base del canal se rellenó por una acumulación de arenas medias a gruesas. Los depósitos de esta segunda fase solo se observan en la margen izquierda del canal donde alcanzan, en la zona de mayor potencia, los 60 cm de grosor, para luego cortarse bruscamente y desaparecer. Estas arenas debieron de tapar completamente, en el momento de su deposición, las estructuras de madera. Posteriormente estos depósitos fueron quizás erosionados, o más probablemente extraídos, para la reutilización del canal. El tablón de la margen derecha parece haber sido levantado o insertado a la altura de este talud de arenas formando una nueva estructura lateral, y estableciéndose por lo tanto una nueva base de canal.

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El Real Canal del Manzanares: excavaciones arqueológicas de la Cuarta a la Quinta Esclusa

El nivel de arcillas que cubrió la superficie de este talud arenoso natural pudo ser un echadizo, siendo común, como se observa en el presente caso, el uso de arcillas plásticas como elemento constructivo (motivado indudablemente por la impermeabilidad de estos materiales). Este nivel se acuña y desaparece bruscamente unos 4 m hacia el exterior del tablón de la margen izquierda. Cabe reseñar que esto podría indicar la presencia de un firme constructivo en ese margen similar al del margen derecho, aunque de menor altimetria, siendo esta diferencia de unos 50-70 cm. En el nuevo cauce definido se acumularon en el transcurso de la Fase II arenas lavadas, que indican un régimen de circulación energético relativamente importante. En la margen derecha la energía de la corriente era mayor, por lo que la acumulación de arenas fue también de mayor envergadura (40-50 cm), y pueden observarse además flujos de circulación secundários superpuestos. Durante la Fase II, la mayor acumulación de arenas en el margen derecha desplaza la zona más profunda del canal ligeramente hacia la margen izquierda. Con el canal parcialmente relleno, el régimen energético disminuye y los siguientes estratos que se acumulan en el fondo del canal son de poco espesor compuestos por depósitos de matriz arcillosa. En los momentos finales de la Fase II, el paquete de sedimentos alcanza la altura del último tablón que estructuraba el canal, por lo que este debió de dejar de ser funcional, al menos con el propósito original con el que se construyó. En cualquier caso, en el transcurso de las Fase III y IV, pero sobre todo en la primera, por la depresión que existía todavía en el lugar que ocupaba el antiguo canal, continuó circulando agua de forma continuada. El régimen energético de la circulación fue todavía algo importante durante algún tiempo, ya que se acumularon pequeñas barras en el centro y en el lateral izquierdo del canal. Ya en sus momentos finales, entre las arenas se acumulan depósitos de arenas arcillosas y arcillas con arenas, intercaladas en depósitos en los que el componente arcilloso es dominante., pudiendo estos depósitos pertenecer bien a una corriente de abandono bien a una reutilización del canal. Son abundantes también los restos de materia orgánica y vegetal, sobre todo cañizos pertenecientes probablemente a la vegetación más abundante en las orillas del canal.

362

La intervención arqueológica

2.12. DATACIONES CORRELATIVAS DE TL La muestra tomada en el tramo del canal aparecido en el Estanque de Tormentas de Abroñigales (Madrid) corresponde a la siguiente nomenclatura: Referencia campo

Referencia laboratorio

Yacimiento “Estanque Tormentas Abroñigales” Sedimento. Muestra 2. Estructura 36

MAD- 4826

Los resultados obtenidos fueron los siguientes: • La muestra de sedimento 2, estructura 36, presenta una antigüedad de 247±51 años B.P. • Los detalles se resumen en la siguiente tabla:

Tabla 1.- Resultado de las medidas de TL Referencia Laboratorio

Dosis Equivalente (Gy)

Dosis Annual (mGy/año)

Número de años B.P.

Localización

MAD-4826

1,91

7,73

247±51

Sedimento 2. Estructura 36

Tabla II.- Medidas de TL

Referencia Laboratorio

Dosis Equivalente

Supralinearidad (Gy)

'BDUPS,

Condiciones

MAD-4826

1,91±0,60

0

0,10

Tamaño grano de 2-10 micras

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El Real Canal del Manzanares: excavaciones arqueológicas de la Cuarta a la Quinta Esclusa

2.13. FOTOGRAFÍA AÉREA

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El Real Canal del Manzanares: excavaciones arqueológicas de la Cuarta a la Quinta Esclusa

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La intervención arqueológica

LA 5 ESCLUSA

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El Real Canal del Manzanares: excavaciones arqueológicas de la Cuarta a la Quinta Esclusa

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La intervención arqueológica

3. LA QUINTA ESCLUSA La intervención arqueológica realizada en la Quinta Esclusa del Real Canal del Manzanares ha permitido identificar la totalidad del complejo, que había quedado totalmente sepultado por la llanura de inundación del río Manzanares. El complejo contaba con la casa de la esclusa, a la que estaba ligada la explotación de una huerta irrigada que permitía la manutención del esclusero y su familia. Por otro lado, se ha documentado la totalidad de la esclusa. El canal aguas arriba, la esclusa propiamente dicha y su gallipuente y, por último, el canal aguas abajo. El complejo excavado pertenecería a la segunda reforma realizada en el primer cuarto del siglo XIX ligada a la figura del duque de Alagón. El canal había quedado gravemente dañado por las inundaciones periódicas del río y la falta de reparaciones. El duque de Alagón realizó un memorándum con el estado de la esclusa y del canal y se procedió a la reparación del mismo. En el caso de la quinta esclusa prácticamente supuso una reconstrucción ex-novo.

Plano esquemático de la quinta esclusa (dibujo E. Navarro).

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El Real Canal del Manzanares: excavaciones arqueológicas de la Cuarta a la Quinta Esclusa

370

La intervención arqueológica

3.1. LA EXCAVACIÓN ARQUEOLÓGICA CANAL (AGUAS ARRIBA) En la zona aguas arriba de la 5ª esclusa la estructura del canal esta constituida por un entramado de tablones (U.E. 1005), colocados a modo de chapa y puntal, sin morteros ni concreciones en las juntas, reforzada en su parte exterior por una zanja de cimentación (U.E. 10.001) colmatada con un nivel de relleno (U.E. 10.002) de estructura muy compacta y heterogénea, matriz arenosa, y de color oscuro, en el que se han incluido grandes cantos y bloques para dar firmeza y estabilidad a la cimentación.

Complejo de la 5ª Esclusa vista desde aguas arriba del canal.

Vista general del emboquille del canal en la 5ª Esclusa.

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El Real Canal del Manzanares: excavaciones arqueológicas de la Cuarta a la Quinta Esclusa

Estructura del canal del Manzanares aguas arriba de la esclusa (U.E. 1005).

En esta zona el canal se encuentra colmatado por 4 rellenos sucesivos U.E. 1004, 1003, 1002 y 1001; el relleno mas inferior (U.E. 1004), que se encuentra en contacto directo con los niveles fluviales, no es mas que una pequeña mancha longitudinal que contiene escaso material arqueológico, y tiene una matriz arenosa con aportes de arcillas; este se encuentra cubierto por otro relleno (U.E. 1003), un nivel de matriz arcillosa y limosa, con abundante materia orgánica, y en el que se ha documentado gran cantidad de material arqueológico (cerámica y hueso). El tercero de los niveles de colmatación del interior del canal aguas arriba (U.E. 1002) es un deposito de arenas de grano medio que forma un caballón lateral al canal, extendiéndose hasta el eje central; este es un tipo de relleno habitual en las canalizaciones hidráulicas. Por encima de este nivel encontramos un relleno (U.E. 1001) formado por vertidos constructivos recientes, y sin apenas material arqueológico.

Detalle de la Estructura del canal (U.E. 1005).

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La intervención arqueológica

Vista general de la zanja de cimentación y refuerzo de la estructura del canal (U.E. 10001) y detalle de su relleno (U.E. 10002)

Posterior a estos rellenos se ha documentado un camino o firme (U.E. 1000) de mampostería de cal y canto muy deteriorada, aprox. 2,50 m de anchura y unos 10 m de longitud, sobre un nivel que le sirve de cama (U.E. 1100), así como otro relleno exterior al canal (U.E. 1200). Junto al emboquille de la esclusa, al exterior del canal, se han documentado también otros dos rellenos (U.E. 2700 y 2701) compactos y heterogéneos de arcillas, en los que aparece abundante material arqueológico (cerámica, metal, huesos) en buen estado de conservación; según el material recuperado podría tratarse del relleno de una fosa de la guerra civil.

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El Real Canal del Manzanares: excavaciones arqueológicas de la Cuarta a la Quinta Esclusa

COMPLEJO DE LA 5ª ESCLUSA Dentro del complejo de la 5ª Esclusa podemos distinguir diferentes partes o sectores: t Embarcadero de la Esclusa t Muro de contención oeste del vaso t Muro de contención este del vaso t Gallipuente

Vista general del complejo de la 5ª Esclusa desde el Sur.

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La intervención arqueológica

EMBARCADERO DE LA ESCLUSA La cimentación principal del embarcadero (U.E. 2107) es un solado de mortero de cemento y yeso, sobre el que se asienta una estructura constructiva formada por un entramado de tablones de madera maciza (U.E. 2106), y un relleno de cantos de cuarcita y caliza (U.E. 2105), de tamaño medio, trabados con mortero. Esta estructura constructiva sirve como cama al solado del embarcadero (U.E. 2104), formado por un entarimado de grandes tablones de una sola pieza rematados con grapas de plomo en la unión con los bloques de piedra de la estructura de la esclusa.

Vista aérea del embarcadero de la 5ª Esclusa.

Vista en detalle de la cimentación principal del embarcadero de la Esclusa (U.E. 2107).

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El Real Canal del Manzanares: excavaciones arqueológicas de la Cuarta a la Quinta Esclusa

Esclusas del Canal de Castilla.

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La intervención arqueológica

Estructura constructiva de la cama del solado del embarcadero (U.E. 2106 y 2105).

Solado del embarcadero (U.E. 2104), formado por un entarimado de grandes tablones de una sola pieza.

En un momento posterior al embarcadero se le adoso una estructura constructiva (U.E. 2300) que funcionaba como dique, con el objetivo de represar la corriente; esta estructura estaba formada por tablones y estacas dispuestas perpendicularmente al canal.

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El Real Canal del Manzanares: excavaciones arqueológicas de la Cuarta a la Quinta Esclusa

Vista general del embarcadero de la 5ª Esclusa.

Vista del embarcadero de la esclusa y las unidades estratigráficas que lo conforman.

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La intervención arqueológica

Estructura constructiva formada por tablones y estacas dispuestas perpendicularmente al canal (U.E. 2300); cumplía la función de dique para represar la corriente.

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El Real Canal del Manzanares: excavaciones arqueológicas de la Cuarta a la Quinta Esclusa

MURO DE CONTENCIÓN ESTE DEL VASO La zapata principal de cimentación del muro este (U.E. 2003) esta formada por una estructura de mampostería de cal y canto, y sobre esta se levantan sendos muros de aparejo de ladrillo formados por dos hiladas de ladrillo a tizón con juntas de mortero muy deteriorado (U.E. 2000 y 2100) en cuyo esquinazo se colocó una piedra de granito bien tallada. También sobre la zapata de cimentación, y apoyando en los muros de ladrillo se levantaron dos estructuras de refuerzo (U.E. 2001 y 2200) compuestas por mamposterías de cal y canto con el mampuesto muy degradado por un proceso de arenización. La superficie exterior de estas estructuras se encontraban recubiertas de un enlucido (U.E. 2002) de matriz arenosa, muy mal conservado, sin decoraciones ni pigmentos aparentes, y que debió de contener muy poca cal. Tanto a la cimentación principal, como a este enlucido y a las estructuras que cubría se adosaba un suelo o superficie de uso (U.E. 2004) formado por una capa de gravas y arcilla ligeramente apisonadas. Este suelo como el espacio exterior de esta área se encontraba colmatado por un estrato (U.E. 2600) de relleno de arcillas y cascotes del propio edificio, en el que aparece abundante material arqueológico (hueso, cerámica y metal).

Vista aérea de los muros de aparejo de ladrillo (U.E. 2000 y 2100) y las estructuras de refuerzo (U.E. 2001 y 2200) del muro este del vaso.

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La intervención arqueológica

La estructura principal del muro de contención este (U.E. 2400) esta formado por una estructura de mampostería de cal y canto muy deteriorada, en el que ser documentan los restos de la cimentación de una estructura de tablaestacado no conservada hoy día, probablemente una pasarela paralela a la esclusa, un 2º embarcadero posterior al descrito anteriormente, o bien un sistema de andamiaje. La estructura del muro este del vaso se encuentra reforzada por dos contrafuertes exteriores fabricados igualmente a base de mampuesto de cal y canto, y se adosa tanto a uno de los estribos del gallipuente (U.E. 7003) como al muro de aparejo de ladrillo U.E. 2100 y su estructura de refuerzo U.E. 2200, uniéndolos.

Vista cenital de la estructura principal del muro este (U.E. 2400).

Detalles de la estructura principal del muro de contención este (U.E. 2400), formada por un paramento de mampostería de cal y canto muy deteriorado.

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El Real Canal del Manzanares: excavaciones arqueológicas de la Cuarta a la Quinta Esclusa

Detalles de la estructura principal del muro de contención este (U.E. 2400), formada por un paramento de mampostería de cal y canto muy deteriorado.

Al exterior del muro de contención este se documentó el cimiento de lo que parecía ser un pequeño acueducto o conducción de agua paralela al canal (U.E. 2201 y 2500); este cimiento esta formado por un aparejo de ladrillo con juntas de mortero muy degradado. Este cimiento se encontraba colmatado y cubierto por un relleno (U.E. 2202) de matriz arenosa y estructura compacta y homogénea en el que apenas se documenta material arqueológico.

Detalle del cimiento de una posible conducción de agua (U.E. 2201 y 2500) paralela al canal.

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La intervención arqueológica

MURO DE CONTENCIÓN OESTE DEL VASO El cimiento principal o apoyo del muro de contención oeste (U.E. 5004) esta constituido por una estructura de aparejo de ladrillo mezclado con mampostería de yeso y mortero. La estructura principal del muro de contención oeste (U.E. 5000/5700) combina 3 tipos de edilicia, aparejo de ladrillo macizo con juntas de mortero, sillería labrada en granito con juntas de mortero, y mampostería de yeso con mortero; esta estructura se adosa a uno de los estribos del gallipuente (U.E. 7002) y se encuentra reforzada por dos contrafuertes exteriores fabricados a base de mampuesto de cal y canto.

Vistas generales del muro de contención U.E. 5000.

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El Real Canal del Manzanares: excavaciones arqueológicas de la Cuarta a la Quinta Esclusa

Vistas generales del muro de contención oeste del vaso U.E. 5700.

Contrafuertes de mampuesto de cal y canto que refuerzan la estructura principal del muro de contención oeste (U.E. 5000/5700).

Detalle de dos de los tipos de edilicia que se encuentran en la estructura principal del muro oeste; paramento de ladrillo macizo con juntas de mortero, y sillería de granito con juntas de mortero (U.E. 5000/5700).

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La intervención arqueológica

En el muro de contención oeste se ha documentado la existencia de una arqueta que cumplía la función de aliviadero del caudal de la esclusa. La estructura principal del aliviadero (U.E. 5500) esta formado por una sillería de bloques de granito dispuestos en una sola hilada, cubierta por una capa de cantos de yeso y arcilla (U.E.5400). Esta arqueta arranca en el hueco

Vista general de la arqueta del aliviadero (U.E. 5500).

Detalle de la estructura de la arqueta del aliviadero (U.E. 5500).

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El Real Canal del Manzanares: excavaciones arqueológicas de la Cuarta a la Quinta Esclusa

Vista del arranque de la arqueta/aliviadero (U.E. 5100).

Vista cenital de las guías de la compuerta del aliviadero (U.E. 5102).

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La intervención arqueológica

Salida aliviadero en el interior del vaso de la Esclusa (U.E. 5600).

de una pequeña compuerta (U.E. 5100) practicada en una de las secciones del muro principal oeste (U.E. 5700), avanza perpendicular a dicha sección, y tras girar 90º a la izquierda desemboca en la otra sección del muro oeste (U.E. 5000), en una abertura formada por dos jambas y un dintel de bloques de granito (U.E. 5600). La compuerta U.E. 5100 se encontraba cerrada por una estructura de tableros de madera (U.E. 5101) sin ningún tipo de traba, encajada en dos guías de madera (U.E. 5102) situadas en los laterales del hueco de la compuerta.

Esclusa o canal moderno (U.E. 5003) creado en el muro de contención oeste (U.E. 5000).

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El Real Canal del Manzanares: excavaciones arqueológicas de la Cuarta a la Quinta Esclusa

El interior de la arqueta del aliviadero se encontraba colmatado por un relleno de arcillas y limos (U.E. 5103) con abundante aporte de material orgánico (raíces). En época contemporánea una de las secciones del muro de contención oeste (U.E. 5000) sufrió una reforma que consistió en la creación de un hueco, esclusa o canal moderno (U.E. 5003) que rompe el aparejo de ladrillo y de mampostería de cal y canto que lo forma; las paredes interiores de este pequeño canal están parcheadas con un revoco de mortero de hormigón (U.E. 5001 y 5002) con una antigüedad no superior a 10 años.

GALLIPUENTE En el extremo sur de la exclusa se conserva un gallipuente que une las dos márgenes del canal del Manzanares. El arco principal del gallipuente (U.E. 7001) es un arco rebajado, casi de campanel. La edilicia del arco esta formada por un aparejo de ladrillo atizonado, con juntas de mortero, bien traba-

Vista general del Gallipuente.

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La intervención arqueológica

Vista general del Gallipuente.

do, sobre el que se conserva una plataforma (U.E. 7000) hecha de un aparejo similar al del arco; la plataforma serviría como base a un echadizo probablemente de grava hoy desaparecido. Los estribos del gallipuente (U.E. 7002 y 7003) están constituidos por sillerías de bloques de granito de grandes dimensiones dispuestas a hueso (sin mortero en las juntas); los estribos forman escalinatas de acceso a la zona de calado y navegación.

Arco del Gallipuente (U.E. 7001).

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El Real Canal del Manzanares: excavaciones arqueológicas de la Cuarta a la Quinta Esclusa

Vista del tablero del gallipuente (U.E. 7000).

En época contemporánea bajo el gallipuente se construyó un entubado de fibrocemento que quedaba adosado al arco por el intradós; este entubado tenia como objetivo recanalizar el regato de riego del canal.

Vistas de los estribos (U.E. 7002 y 7003) del Gallipuente.

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La intervención arqueológica

RELLENOS DEL INTERIOR DE LA ESCLUSA Tanto el embarcadero como el resto de la estructuras que conforman el complejo de la 5ª Esclusa se encontraban colmados por tres rellenos o niveles de colmatación sucesivos (U.E. 2103, 2102 y 2101).

Entubado de fibrocemento adosado al arco del gallipuente por el intradós del mismo.

El primero de estos niveles (U.E. 2103) es un estrato de matriz arenosa, y estructura muy suelta y homogénea de unos 25 cm de potencia, depositado por el transito natural de las aguas a través de la esclusa; depositado inmediatamente sobre este relleno se ha podido documentar un segundo nivel denominado U.E. 2102, un estrato con una matriz de arcilla muy limosa, y una estructura suelta y homogénea, en el que parece abundante material arqueológico. El tercero de los rellenos (U.E. 2101) que colmatan la estructura de la esclusa esta formado por un estrato de arcillas y gravas, con una estructura muy suelta y heterogénea, en el que también se documenta material arqueológico.

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El Real Canal del Manzanares: excavaciones arqueológicas de la Cuarta a la Quinta Esclusa

CANAL (AGUAS ABAJO) La estructura del canal aguas abajo es similar a la estructura aguas arriba de la esclusa, un entramado de tablones de madera maciza (U.E. 1006), colocados a modo de chapa y puntal, sin morteros ni concreciones en las juntas.

Estructura del canal del Manzanares (U.E. 1006) aguas debajo de la 5ª Esclusa.

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La intervención arqueológica

Estructura del canal del Manzanares (U.E. 1006) aguas debajo de la 5ª Esclusa.

Detalle de los primeros rellenos de colmatación del canal aguas abajo de la 5ª Esclusa.

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El Real Canal del Manzanares: excavaciones arqueológicas de la Cuarta a la Quinta Esclusa

Aguas abajo canal se encuentra colmatado por 3 rellenos sucesivos U.E. 8000, 8001 y 8002, que parecen corresponderse con 3 de los rellenos documentados aguas arriba (rellenos 1001, 1002 y 1003 respectivamente). El relleno superior (U.E. 8000) es un nivel formado por vertidos constructivos recientes, y sin apenas material arqueológico; bajo este aparece un deposito de arenas de grano medio (U.E. 8001), un tipo de relleno habitual en las canalizaciones hidráulicas. El nivel más inferior de esta zona del canal (U.E. 8002) es un nivel de matriz arcillosa y limosa, con abundante materia orgánica.

FICHAS DE U.E.

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3.2. LECTURA DE PARAMENTOS: ESTUDIO DE TÉCNICAS Y MATERIALES CONSTRUCTIVOS HISTÓRICOS DE LA QUINTA ESCLUSA METODOLOGÍA No es sino gracias a la lectura de paramentos con la que desarrollamos el estudio de la estructura constructiva desde el punto de vista de los materiales y las técnicas que la configuran. Esta metodología, con origen en la arquitectura, se empeña en llevar a cabo un profundo estudio de las técnicas edilicias empleadas en una edificación o estructura, así como de los materiales empleados a tal efecto. Las bases establecidos por la escuela italiana tienen su fundamento en los principios propios de la sucesión vertical de los estratos (Parenti, 1996). Así mismo la denominada Arqueología de la Arquitectura aplica sus beneficios no sólo a la documentación de los monumentos sino también al campo del restauro (Brogiolo, 2002). El origen de la denominada Arqueología de la Arquitectura queda establecido aproximadamente en la década de los 80, momento en el que algunos arquitectos y arqueólogos se plantean la necesidad de llevar a cabo reparaciones y restauraciones de edificios carismáticos de Europa, una vez que ha empezado el “boom” constructivo en el viejo continente y queda patente la necesidad de equilibrar lo nuevo con lo clásico. En cualquier caso no será hasta mediados de los años 90 cuando varios grupos de investigadores italianos y españoles como Luis Caballero Zoreda, Riccardo Francovich o Roberto Parenti preconicen ya los principios de la llamada Arqueología

Toma de datos en campo para la lectura de paramentos.

El Real Canal del Manzanares: excavaciones arqueológicas de la Cuarta a la Quinta Esclusa

de la Arquitectura como una tendencia relacionada con la investigación de los elementos arquitectónicos desde la analítica de los materiales constructivos y de las técnicas edilicias (Caballero Zoreda y Escribano Velasco, 1996; Caballero Zoreda, 1997; Francovich, 1992; 1999; Parenti, 1996). Ya una vez iniciado el siglo XXI es cuando comienzan a ser constantes los trabajos de investigación en los que se analizan materias y técnicas constructivas, apoyándose en los principios básicos de la sucesión vertical de los estratos. Algunos proyectos como el plan director de la Catedral de Vitoria, dirigido por el grupo de investigación de Arqueología de la Arquitectura de la Universidad del País Vasco, cuentan con un apoyo institucional importante, avalado por los resultados obtenidos después de varias campañas de actuaciones. Igualmente han destacado los estudios de evolución urbanística llevados desde la Universidad de Granada o las numerosas intervenciones desarrolladas en edificaciones tan representativas como (Mañana Borrazás et alii, 2002; Quirós Castillo, 2002; Azcarate Garai-Olaun y Solaun Bustiza, 2006; Miguel Hernández, 1999) Finalmente en los últimos años las lecturas de paramentos han afianzado se utilización gracias al uso y la mejora de las nuevas tecnologías, basadas en su mayoría en los Sistemas de Información Geográfica y en la utilización de los tratamientos físico-químicos (Sánchez, 1998; López de Sagredo, 1992; Ramos, 2007). Destacan por ejemplo los trabajos basados en los modelos tridimensionales, como el que se ha ejecutado para la necrópolis de Tal-Al-Sin en Siria, por mencionar alguno (Gaspar Soriano y Lerma García, 2007), ya que son cada vez más numerosos los proyectos de reconstrucción virtual de enclaves históricos.

Ejemplo de lectura de paramentos en un puente del siglo XIX.

396

La intervención arqueológica

El abanico de posibilidades del uso de estas técnicas es tan amplio como enriquecedor, ya que es posible la aplicación de este recurso en yacimientos arqueológicos y monumentos arquitectónicos muy dispares. Destacan entre los numerosos trabajos documentados el completo estudio desarrollado en el Castro de Elviña, basado en la descriptiva funcional de los espacios (Ayán Vila, 2001), o las investigaciones acontecidas por Alberto Plata en el Plan Director multidisciplinar valle de Salinas de Añana en Álava, donde se pretende recuperar el entorno y paisaje histórico de la zona (Plata Montero, 2003). En esta misma directriz también destacan otros estudios experimentales como los que se acontecen desde el punto de vista de la caracterización química de las pigmentaciones en los morteros romanos de la ciudad de Pompeya (Maguregui et alii, 2010). Como contrapunto y como ejemplo de estudios originales sobresale el análisis y la catalogación del patrimonio arquitectónico de la edad moderna de China, ejecutado por Jianfei Zhu y que han permitido la protección de este catálogo de vestigios además de conocer la evolución de los diferentes estilos arquitectónicos orientales del siglo XX (Zhu, 1999). El colofón para el afianzamiento como metodología de la Arqueología de la Arquitectura es la aplicación en proyectos de reintegración de edificios paradigmáticos en cascos urbanos protegidos, de monumentos históricos o en la musealización de yacimientos arqueológicos in situ. La vinculación entre la lectura de paramentos y la Arqueología es estrictamente directa, ya que no son pocas las ocasiones en que se deben documentar aparejos de variopintas facturas, las cuales deben ser aplicadas en proyectos de restauración histórica (Brogiolo, 1995). El

Proceso de documentación de los paramentos en un palacio Toledano.

397

El Real Canal del Manzanares: excavaciones arqueológicas de la Cuarta a la Quinta Esclusa

apogeo de esta reciente disciplina científica es su aplicación en los sectores de la restauración de yacimientos arqueológicos, tendencia solicitada desde diferentes esferas sociales y en donde es patente aún la polémica y el debate abierto entre las dos escuelas más activas: el restauro storico y el restauro stilistico (Parenti, 1995; Vela Cossío, 1999; Brogiolo, 2002). En España han destacado siempre los trabajos del Grupo de Arqueología de la Arquitectura de la Universidad del País Vasco, con destacables resultados en las intervenciones de la Catedral de Vitoria, o los estudios sobre edificaciones medievales en Vizcaya (Azcárate Garai-Olaun, 1990, 2009). También destacan los trabajos desarrollados desde hace poco años por la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la UPM (Vela Cossío, 1999; 2008). El estudio llevado a cabo se ha ceñido a la documentación de los materiales empleados en la edificación de la esclusa, así como la identificación de los diferentes formatos constructivos, de tal forma que es posible identificar a su vez varias fases correspondientes a reparaciones, ampliaciones o mejoras de las instalaciones. La descripción de los diversos materiales de la edilicia sirve a su vez para enriquecer el conocimiento de las técnicas constructivas modernas, con claro arraigo en las tradicionales. Así mismo la evolución histórica del complejo no se puede comprender sin una identificación de los usos de la edificación (navegación, pesca y recreo, regadío…), factores que pueden ser conocidos gracias a las diferentes fases constructivas. Como unidad básica de definición queda establecida también en la Unidad Estratigráfica (aunque existe la variante de la Unidad Constructiva o Unidad Estratigráfica Constructiva), la cual demarca un nivel de construcción al mismo estilo que las unidades estratigráficas convencionales (Parenti, 2006). Varias UEC quedan englobadas en lo que se denomina una fase, que viene a ser lo que los ámbitos son para las UES. Este formato de documentación queda establecido por consenso de los diferentes grupos de investigación arriba mencionados. En cualquier caso debe servir al objetivo de documentar fielmente los restos arqueológicos verticales, a fin de cuentas prolongación de los estratos sedimentarios horizontales.

BREVE DESCIPCIÓN DEL COMPLEJO El complejo hidráulico denominado 5ª Esclusa está formado por tres unidades estructurales: el canal hidráulico, el vaso y el puente. En líneas generales todo el complejo no puede entenderse sin alguno de estos tres elementos, formando un todo indivisible ya que los sistemas de represado desde el siglo XVI hasta nuestros días necesitan de estos ingenios para que la esclusa tenga éxito en sus funciones.

EL CANAL El canal de navegación se encuentra ejecutado por medio de un tablestacado de 9,70 metros de ancho en el entronque con la esclusa. El ancho varía a lo largo de su traza, entre los 9 y los 11 metros. Su construcción se basó en el sistema de puntal-chapa, apuntalando un cajeado que

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previamente se efectúa en el suelo para conseguir la caja de caudal deseada. La profundidad de los puntales puede llegar a los 2 metros, mientras que los tramos de chapa oscilan entre los 2 metros y los 50 centímetros. Menos distancia hay entre puntales a la altura del entronque con el embarcadero aguas arriba, ya que en esta sección se abre sobre el nivel natural un contrafuerte apuntalando el tablestacado. Aguas abajo el canal coge mayor cota de profundidad (aproximadamente 3,50 metros). El tablestacado enjarja con el contrafuerte por medio de dos calzos formados por estacas, muy endeble pero que debieron llevar consigo argamasa de traba. Los tablones, al igual de aguas arriba, quedan dispuestos en tableros de madera sólida estilo puntal-chapa. El ancho de este punto no es posible determinarlo, ya que no se ha concluido la excavación de la planta en este punto. La correcta documentación del canal se completa con el registro de la profundidad de flujo o talante, es decir, la profundidad máxima desde el eje central del calado del canal con la cota en superficie. Al no encontrarse completa la excavación, ni aguas arriba, ni aguas abajo, ni en el centro del vaso de la esclusa, es imposible conocer, entre otros, el área mojada (superficie de cauce habitual en la dirección del flujo) ni la profundidad hidráulica (relación entre el área mojada y el ancho del cauce), ni la descarga de fondo (vaciado constante de la esclusa para mantener el cauce limpio), datos vitales para conocer la realidad del funcionamiento de este ingenio hidráulico.

Análisis de los diferentes mateiales y técnicas constructivas.

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LAS COMPUERTAS Y EL VASO Durante el proceso de excavación se documentó, formando parte del complejo, un represado a modo de tablones de madera dispuestos a través y acuñados con madera. Este represado se ha interpretado como un parcheo posterior, empleando los mismos tablones del fondo del vaso, actuando como una sencilla cortina. La pérdida de los materiales metálicos de los que estarían expresamente construidas las compuertas viene explicada por la reutilización del metal para otros usos, como por ejemplo para el uso armamentístico. El vaso, o zona de contacto entre las dos secciones del canal, acapara la mayor parte de la superficie del yacimiento. Compuesto por dos muros en “L” dispuestos en paralelo (también llamado empotramientos), el vaso podría tener una profundidad aproximada de 5 metros desde la rasante de las compuertas hasta el fondo del calado, aunque en la actualidad quedan excavados 2,50 metros. La singularidad del edificio reside también en las diversas edilicias empleadas, acorde con las modificaciones que ha sufrido. Por un lado destaca la sillería monumental de los refuerzos esquineros y de los encajes y módulos de las compuertas. Intercalado

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se encuentra un aparejo de ladrillo macizo atizonado y trabado con mortero, el cual queda completado con una mampostería de bloques de yeso y mortero del mismo material. Formando parte del muro oeste se identifica un aliviadero, el cual conecta el parapeto de la esclusa con el interior del vaso por medio de un sistema de arquetas en galería. Sigue el prototipo de una obra de derivación común a modo de almenara moderna o también llamada desagüe de cuérnago, el cual abastecería a las edificaciones aledañas tales como molinos o acequias de riego. Las compuertas de las esclusas conocidas se accionan por medio de pistones hidráulicos o de forma mecánica, como es este caso. Las puertas en sí son del tipo “mitra”, accionadas por medio de un cabestrante el cual iba encajado en el ingenio mecánico situado en la zona de los morros y recatas. Estos elementos, situados en el centro del vaso y con refuerzos de madera, permitían la limpieza, el llenado y el vaciado de la esclusa. Lo normal es que la guillotina (parte superior de las compuertas) tuviese un acceso para el personal de mantenimiento de las mismas.

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EL PUENTE Finalmente el puente remata el conjunto en la unión del vaso con el canal hidráulico aguas abajo. Apoya directamente sobre los muros este y oeste, enjarjando los estribos de sillería y aparejo de ladrillo con la mampostería principal de la esclusa. De la plataforma conservamos tan sólo la base de ladrillo, ya que originariamente debió tener un camado de grava o algún tipo de enlosado. El arco es de medio punto rebajado un 30% (elíptico), con un aparejo de ladrillo a sardinel. La luz es de aproximadamente 3,50 metros. La cota de excavación alcanzada es de casi 3 metros, no obstante al no llegar al lecho del canal no es posible conocer la flecha exacta de la estructura.

ELEMENTOS ESTRUCTURALES El estudio de las diferentes edilicias del complejo de la Quinta Esclusa ha dado como conclusión lo que confirman las fuentes documentales acerca de este monumento. De una edificación primigenia se han llevado a cabo varias modificaciones y replanteamientos, los cuales debieron ser ideados para la mejora de la eficacia del sistema de represado. Aunque no sabemos hasta qué punto pudo ser o no eficaz toda la red de esclusas del canal del Manzanares, sí que sabemos, por los datos de la excavación, que ya a principios del siglo XX la esclusa debió estar inutilizada como estructura de navegación. No obstante habría que partir de la idea de que previo a la construcción de la esclusa ya debió de existir no sólo el Canal de Navegación, sino algún complejo de represado, más sencillo y mucho menos ornamental que el recuperado. Veremos en este apartado cómo se suceden los paramentos y de qué forma han condicionado a todo el complejo

Esquema principal de los diferentes componentes de la Quinta Esclusa.

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No sólo hablan las técnicas constructivas sino también los materiales empleados. Sin bien es cierto que la mampostería es la técnica más usada en este yacimiento, es la fábrica de sillería la que caracteriza a todo el conjunto. Sin embargo ésta es empleada en zonas concretas, zonas de algún tipo de uso práctico como son los anclajes de las compuertas, o las pilas principales del Puente. Sin embargo resulta no menos curioso que los parapetos principales de la Esclusa, aguas arriba, una zona de gran visibilidad y de fuertes empujes del caudal, no tenga una potente sillería más que en el Muro Este. El Muro Oeste, en el que se han documentado incluso contrafuertes laterales al canal para restarle presión al agua, la técnica constructiva principal es un aparejo de ladrillo, eso sí, de excepcionales calidades. Por otro lado resulta característico la presencia de una formidable mampostería de bloques de yeso con mortero en prácticamente toda la fábrica de los muros del vaso. Decimos casi toda pues se han documentado algunos parcheados a base de aparejo de ladrillo, a modo de cajones pero de dimensiones reducidas. Observando la pared interior del Muro Este apreciamos este sistema constructivo, mientras que si tenemos la misma perspectiva pero en el Muro Oeste, la edilicia es claramente de un aparejo de ladrillo atizonado. La explicación tiene varias razones. La primera y la que más salta a la vista es la pérdida de material constructivo. Se han recuperado varios fragmentos de sillería volcados al interior del canal, especialmente en las proximidades del puente. Así mismo se han recuperado también diversos bloques de sillarejo en yeso, una manufactura que sólo hemos podido documentar en los alzados superiores de los Muros Este y Oeste, a la altura del puente. Otra explicación de las diferentes edilicias son las constantes reparaciones que debió sufrir la estructura, reparaciones que procedían en buena

Esquema principal de los diferentes componentes de la Quinta Esclusa.

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parte por las crecidas del río Manzanares y que sabemos anegaban buena parte del canal navegable. Una última explicación puede proceder de los diferentes usos que ha tenido la esclusa, amén de la amortización casi segura de los materiales constructivos en otros edificios (Oteo et alii, 2006).

Limpieza y documentación de los cimientos principales de la esclusa.

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CIMIENTOS Estamos ante tres estructuras cuya cimentaciones reposan directamente sobre el lecho fluvial, ya que nos encontramos en plena terraza del Manzanares. Lo normal es que los cimientos se anclen a los niveles de arenas por medio de un estacado de madera, como queda patente en otras construcciones de similares características (AA.VV., 1987). La ingeniería nos dice que dichos puntales deben de tener una profundidad suficiente como para estabilizar el edificio, no sólo de la plomada vertical sino de los desplazamientos horizontales. A la solera le complementa un volcado de cemento de mortero basto, el cual rellena las juntas de la madera con gravas. Esta sección es visible gracias a la intervención arqueológica, ya que se documentaron las U.U.E.E. 2.105 y 2.107 correspondientes a sendos solados de mampostería con mortero, en el que la superficie superior combinada un entramado de vigas y tablones (U.E. 2.104). Aún quedando visibles y aún formando parte del embarcadero, esta debiera de ser la configuración principal de los cimientos, si bien es cierto que desconocemos con precisión los cimientos de los Muros Este y Oeste. Lo normal es que apoyasen directamente sobre el lecho geológico gracias a una zapata corrida del mismo material (Chow, 1983). A la vez el puente prolongaría esa misma zapata hasta los apoyos de las zapatas aguas abajo, probablemente a base de dos pilas también en mampostería bruta.

ESTRUCTURAS BÁSICAS Aunque ya han sido descritas en el apartado anterior cabe destacar la continuidad entre todas ellas. Simplemente echando un vistazo a los Muros Este y Oeste es posible observar cómo

Excavación del embarcadero.

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forman parte de un conjunto indivisible arquitectónicamente hablando. Hablamos de muros, y no de paredes, porque éstos no soportan cargas sobre sí mismos, a diferencia de las paredes, que sí lo hacen de bóvedas y techumbres (Rejón de Silva, 1788: 155). La fabricación de los muros principales del vaso debió ser en origen mucho más sencilla que los parcheados posteriores, ya que reparar o sustituir un muro o parte de él suponía poner en peligro la estabilidad de todo un lienzo. Sin embargo levantar el Muro Este de una sola pieza no entraña tanta dificultad, al margen de la pericia que deben tener los oficiales de albañilería. El caso es que alzar una mampostería única de sillarejo es mucho más sencillo que reparchear, por ejemplo, el Muro Oeste, configurado en aparejos de ladrillo, sillería y mampostería. De esa forma es como se producen graves deterioros en este paramento, como veremos en adelante. Uno de los aspectos más interesantes es la configuración del puente con respecto a todo el complejo. Hay que tener en cuenta que a la hora de su construcción debieron de tener en cuenta que debía quedar trabado por no una, sino tres estructuras independientes: los dos muros del vaso principal y el canal de navegación, aguas abajo. Como se verá adelante no llegaron a conseguirlo, puesto que todo el complejo, puente y vaso, están ligeramente desplazados con respecto al eje del canal. Más aún, la traba del canal navegable con el puente es del todo inestable. No obstante tampoco beneficiaron al puente loas constantes modificaciones y reparaciones. El uso de diferentes edilicias y fábricas llegó a deteriorarlo sobre manera, con pérdida parcial de materia, pérdida de plomada, etc. Todos estos aspectos se describirán más adelante.

Fase de dibujo de las distintas cimentaciones de la esclusa.

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En cuanto al canal supone la estructura más sencilla y a la vez endeble del complejo. Siguiendo un sistema constructivo propio de canalizaciones, se presenta como la estructura más antigua del yacimiento, quedando el vaso y el puente adheridos a ésta. El sistema constructivo es simple y muy común en zonas de riego. La diferencia con respecto a las otras estructuras es que este canal conllevaba un programa de mantenimiento y conservación riguroso, ya que queda expuesto a las venidas y crecidas del caudal del río del que se abastece. Eso supone que si el canal no está cuidado y pierde sus características constructivas anegaría tanto a la esclusa como al puente. Puede afirmarse incluso que es el componente más importante del complejo, pues además de tener unas dimensiones mayores (abarca todo el recorrido del canal navegable) sus materiales son mucho más endebles y por lo tanto, sometidos a un mayor cuidado.

TÉCNICAS Y MATERIALES CONSTRUCTIVOS APAREJO DE LADRILLO El ladrillo es el material más importante de los cerámicos porosos. De origen en el Próximo Oriente su uso se hace masivo durante el Imperio Romano en todo tipo de obra constructiva (Adam, 1996). Es una pieza prismática cuyos beneficios residen no sólo en el coste de su producción, sino en el coste de su ejecución y en el manejo. Para la definición del elemento y de su fábrica seguiremos la terminología de Diego Antonio Rejón de Silva y de su obra, Diccionario de las nobles artes para la instrucción de los Aficionados y uso de los Profesores. Contiene en ella

Recreación ficticia de los niveles constructivos del embarcadero.

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conceptos facultativos sobre construcción, albañilería y arquitectura que hoy en día siguen empleándose. Para el autor el ladrillo “(…) es una piedra artificial formada de barro, que se cuece luego en un horno. Su figura es quadrilonga, y los antiguos los hacían triangulares y quadrados; los hay finos y ordinarios, y con ellos se fabrican paredes, bóvedas uniéndolos con cal, y algunas veces con yeso (…)” (Rejón de Silva, 1788: 126). Con arreglo a su grado de cocción, el complejo hidráulico de la Quinta Esclusa cuenta en su mayoría con ladrillos recochos (buen grado de cocción). Es por ello que por su forma y su buena calidad son ladrillos macizos ordinarios del tipo prensado. Este tipo de ladrillo se moldea en una prensa de estampa, y se cuecen en un horno continuo, los que le da una buena apariencia. Sobre este tipo de ladrillos existe un buen repertorio de comentarios y análisis: “(…) El ladrillo prensado es el primero elemento específico para dejar “al descubierto” en las fachadas de finales del siglo XIX y principios del siglo XX, y la utilización del mismo genera un cambio en la función constructiva de la hoja exterior que se ejecuta con él, desde formar parte del muro resistente hasta ser considerada como un refrentado o revestimiento de la hoja interior de carga (…)” (Camino Olea, 2001: 13). No obstante presentan albeos y descuadres en la mayor parte de los ejemplos documentados del aparejo. Esto no es por la fábrica sino por la ejecución posterior como veremos a continuación. El aparejo de la Quinta Esclusa está levantado de ladrillo atizonado, con hiladas irregulares a dos astas, de 250 a 280 mm. de largo por 40 y 50 mm. de grosor, y tendeles 28 a 31 de mm.

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Se ha documentado en casi todos los frisos un agramilado en los ladrillos, es decir, un recorte o alisado de la cara vista de los ladrillos a fin de igualar las verdugadas. El arte del agrimalado consiste en arreglar los ladrillos que componen un edificio o pared, normalmente vistos al exterior, para adecuarlos a un mismo ancho o grueso, raspándolos y cortándolos con el aciche (herramienta de aparejador a modo de cizalla raspadora). Durante todo el siglo XVIII y XIX la fábrica se dejaba vista o después se pintaba con almazarrón y se trazaban las juntas con cal (Cassinello, 1971). La excepción la encontramos en el aparejo del arco del puente, en el que el BQBSFKPFTBTBSEJOFM ,PSONBOO -BTIFSBT.FSJOP 

Resulta curioso ver que los ladrillos que dan a la parte interna del vaso de la esclusa no son hidráulicos. Este tipo de ladrillo suele llevar una alta proporción de de arcillas (91,5%), limaduras de hierro (3%) y porcentajes mínimos de cloruro sódico y potasa. Sabemos que los ladrillos pertenecientes al embarcadero no son de este tipo porque se suelen cocer a 2.000 ºC, por lo que su coloración sería bien distinta. En cuanto a los tendeles (capa de cal que se echa sobre cada hilada para sentar la siguiente) y las llagas (junta que forman cada dos ladrillos en una hilada) no se aprecian rehundidos ni ripios de ningún tipo, ni resaltados ni galleteras. Para Rejón de Silva era algo habitual sobre todo en aparejos del siglo XVII, XVIII y XIX. En conjunto sí parece que este aparejo sigue un sistema similar al toledano, con la diferencia de que los cajones de mampostería propios de este aparejo se localizan en puntos aislados (debajo del puente y lateral del Muro Oeste), y que no se sigue el sistema estricto de verdugos o verdugadas. No obstante coincide en parte con algunas descripciones hechas por tratadistas en arquitectura, como Fray Lorenzo de San

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Nicolás, quien especifica que “(…) también se hace mampostería con pilares de ladrillo; y fuera de ser fuerte es muy vistoso, labrando pilares a trecho por una misma altura, y el caxon o historia que nosotros llamamos, hacen de mampostería como está dicho (…)” (Miranda, 1995: 185). Obviamente es la descripción de un aparejo típicamente toledano, pero en comparación con el aparejo documentado en la Quinta Esclusa no difiere en mucho aspectos.

SILLERÍA Es esta fábrica de sillería la que supone un verdadero problema de interpretación de los paramentos. En función del modus en la traba de los sillares se han identificado varios modelos: 1 – Engatillados: en la edilicia documentada es habitual ver los sillares engatillados, cuando las esquinas inferiores de un bloque, con la superior de otro quedan a distinto nivel de rasante. De esta manera se asegura el constructor la estabilidad longitudinal de las hiladas. 2 – Machihembrados: las juntas superiores o inferiores poseen salientes en positivo y negativo, de tal forma que encajan a la perfección 3 – Isodromos/Pseudoisodromos: ambos formatos aluden a la disposición de los bloques. El segundo caso es más común en la Quinta Esclusa, siendo los bloques de distintas dimensiones tanto los de las hiladas superiores como los de las inferiores. Configurados de forma isódroma se reducen los sillares dispuestos en las esquinas, ligeramente redondeadas. 4 – Grapas tipo “cola de milano”: se han identificado varios restos de grapas en las caras superiores, grapas que van adosadas a dos sillares continuos y que permite la estabilidad de los bloques superiores. En líneas generales el aparejo de sillería es irregular, pseudoisódromo (salvo en las esquinas) y trabado con argamasa. La piedra que se ha empleado en esta fábrica es granito, caliza y yeso. En los tres casos se aprecian marcas de corte, desvastado y cincelado, especialmente agudo en los bloques de granito, para los que se debieron emplear escafiladores, pinchote, cuñas y cinceles de diferentes puntas. MARCAS Y GRAFÍAS Dos marcas han sido identificadas en el edificio de la Quinta Esclusa, aunque no se descarta que pudiese haber más en los bloques de la sillería. Ambas son grafías de numerarios y se han localizado en la sillería principal del Muro Oeste. La primera fue localizada junto a la compuerta de alivio del embarcadero, en la cara superior. Se trata de un “9” cuyo caído es muy prolongado hacia la izquierda. Junto al numerario se ha identificado un rehundimiento intencionado, tal vez como marca de cantería propia del maestro labrador. Una segunda marca la localizamos próxima a la anterior. En una hilada inferior del embarcadero, en la cara superior de un sillar, se localiza el segundo numerario, un “3”. En este caso es el

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Mampostería (arriba) y aparejo de ladrillo (abajo) presentes en los muros principales.

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Fábrica de sillería con distintos tipos de piedra caliza y granítica.

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Medidas de las llagas principales de la esclusa.

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astil superior el que se prolonga hacia la izquierda cerrando en ángulo de 90 grados. A diferencia del anterior no se han identificado marcas colindantes. Ambas grafías se encuentran en bloques que probablemente fuesen amortizados de otro punto de la esclusa, habida cuenta la lectura de los paramentos de ese mismo punto. Por lo tanto es probable que respondan a una funcionalidad anterior y que hoy desconocemos.

MAMPOSTERÍA La mampostería identificada es a base de bloques de yeso con mortero del mismo material, extraído de zonas cercanas (la geología ha demostrado que esta área es rica en yesos). La mampostería es concertada, poligonal y de bloques careados en algunas zonas del interior de los muros (se evitan los salientes para evitar golpeos y darle un aspecto agradable). Sobre esta mampostería existe un repertorio de precedentes muy amplio. La facilidad de manejo de los ingredientes así como su bajo coste, y la posibilidad de levantar muros corridos con facilidad le otorgan un papel preponderante en la construcción (Hernández García de la Barrera y Moreno Blanco, 2007).

CARPINTERÍA Y TRABAJO DE MADERA La utilización de la madera como elemento constructivo no es casual, aunque sí es una fortuna poder contar con los restos originarios, ya que como materia orgánica no está exenta de degradación. Por lo tanto poder documentar piezas en madera enriquece un poco más el conocimiento de las técnicas edilicias de la Quinta Esclusa.

Detalle de los sillares superiores.

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Como se ha comentado anteriormente es en el Real Canal Navegable del Manzanares en el que se dispone la mayor cantidad de madera para construcción, aunque también se localiza en otros puntos como en el interior del vaso. Primeramente queda clara la configuración a modo de tablón y puntal del canal de navegación. El oficio de la carpintería y de la madera como material constructivo queda bien documentado en la bibliografía desde la Antigüedad hasta su uso en diferentes complejos hidráulicos modernos (Vigil-Escalera Guirado, 2003; Borrallo Jiménez, 2007).

Grafías localizadas en la sillería principal de la esclusa.

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El interior del vaso de la esclusa no sólo guarda los cimientos del embarcadero en madera. En la cara interior del Muro Oeste se ha documentado una hilera de mechinales, a unos 2 metros de profundidad desde la cota superior, y en cuyo interior quedan resguardados unos tochos de lo que podría haber sido un sistema de andamiaje que discurriría paralelo a este muro. Al no haber podido vaciar el vaso hasta los cimientos es imposible saber si dicho andamiaje tenía apoyos sobre el suelo, en cuyo caso estaríamos ante una estructura similar a un embarcadero.

Distintas fábricas identificadas en el muro este y oeste.

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Otra hipótesis podría ser que perteneciese al anclaje de un andamio para reparaciones y limpiezas, algo difícil si se tiene en cuenta que sólo se ha detectado en el Moro Oeste, y no en el Este. Como elementos complementarios en madrea cabe destacar la localización de varios posibles tochos de amarre, desprendidos de la estructura y volcados al interior del vaso. Estos maderos, macizos, cuentan con un agujero en el extremo en forma de “ocho doble”. Por este agujero es por donde se introducía el chicote o extremo del cabo para que quedase trabado tras hacer un nudo en el extremo. Lo normal es que estos elementos se encontrasen a proa y popa de las embarcaciones, y no menos de cuatro juegos. El amarre a la esclusa se realizaría en argollas y elementos adheridos a la mampostería del edificio.

REVOCOS Y ENCLUCIDOS A simple vista no se aprecian enlucidos de ninguna clase, pero observando con detalle las edilicias se ha podido documentar una serie de capas exteriores cuyo objetivo no era sino dejar cubiertas las fábricas exteriores de la esclusa. Destaca primeramente el revestimiento general de uno de los muros perimetrales del vaso. Por el exterior se aprecia una fina capa de mortero de cal, para el que se han tomado unas muestras descritas en los puntos siguientes. Este

Mampostería y aparejo de ladrillo se combinan en la fábrica principal.

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Quicio de la esclusa (arriba) y grapa de sillería (abajo) ambos en plomo.

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Detalle de los sillares engatillados.

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revestimiento cubre la mampostería del edificio, a base de cal y canto. No es probable que la finalidad fuese el aislamiento hidrófugo, sino más bien un enlucimiento a modo de calado. Por desgracia sólo se ha documentado en este punto el revestimiento, no dando por descartado que todo el edificio pudiese estarlo. Más singular resulta un segundo revestimiento o enlucido localizado en el parapeto principal de la esclusa. En el entronque del canal y el embarcadero, aguas arriba, durante la lectura de paramentos se localizaron varias marcas paralelas de incisiones sobre una masa endurecida. Dicha masa estaba formada por un mortero de cal que revestía, casualmente, a los bloques de piedra caliza, dando un aspecto en color y textura muy similar a los bloques de granito que se encontraban hiladas arriba. La explicación es que los ingenieros que ejecutaron una segunda fase de reparaciones de la exclusa emplearon piedra caliza para llenar los huecos. Esta piedra es de color blanco, muy distinta al grisáceo del granito. Para paliar este policromatismo se procedió a revestir dichos bloques con mortero, dando una coloración más similar al granito. Queda confirmada esta mano habida cuenta de las marcas de borde de las llanas que aplicaron los obreros, y que son apreciables en algunos puntos del paramento.

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FASES IDENTIFICADAS Es relativamente lógico pensar que, por ejemplo, la forma de construir a base de sillería de granito es la más antigua. Sin embargo si al granito de Somosierra lo combinas con calizas de Colmenar, y que algunos bloques no están trabados sino recortados para encajar, es probable que esta teoría sea incierta. La diferencia de edilicias no siempre es sinónimo de fases de construcción distintas. En este caso debemos pensar que la construcción en mampostería de bloques de yeso debió ser la originaria, sobre todo por la contundencia de semejantes moles y por la ausencia de nuevos materiales trabados (excepto en la zona interna del embarcadero). Por otro lado la construcción en aparejo de ladrillo del Muro Oeste sí causa impresión de que debió pertenecer a la edilicia más antigua del complejo (yagueado del mortero, proceso de arenización de los ladrillos, tipología de éstos, factura bien trabada…). Esta teoría se fortalece al observar que dicho aparejo se apoya sobre una buena base de sillería (con al menos dos hiladas), creando un buen firme. Aparte de observar una buena linealidad entre el aparejo de ladrillo y la sillería en cuestión, ésta misma alinea con las sillerías inferiores del Muro Este, por

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Identificación de la línea de mechinales (arriba) y localización de las llagas de una llana.

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Primer plano de juntas de sillería con grapa y aparejos varios bajo el puente de la esclusa.

lo que se distingue cierta simetría al menos en las líneas inferiores de la cimentación. Dicha cimentación se remata en la parte interna del vaso, en el llamado embarcadero, con un sistema de entarimado realmente sorprendente. Los tablones, dispuestos a “cubierta de barco”, están remachados con clavos de plomo a una red de tablones o rastreles, los cuales van trabados en un solado de mortero con grava bien trabajado. Este sistema convencional de solados es el que hoy en día se ejecuta para los hormigones armados, con la salvedad de los materiales empleados. Esta base de mortero queda rematada con una solera de cemento de mortero con bloques de yeso y cama de ladrillo a tizón. Este piso formaría parte de la cimentación principal del embarcadero. En la misma parte de la estructura pero por fuera del represado (aguas arriba) se ha documentado un sistema constructivo de gran calidad. Rematando los anteriores pisos de mortero con grava y cemento de mortero con yeso se traba una serie de grandes vigas de madera maciza, enjarjadas unas con otras por medio de puntales y clavos. Este sería el verdadero asiento de la edificación sobre los endebles niveles de arenas aluviales. De no estabilizar el solado con estas vigas la estructura principal de la esclusa cedería hacia los lados, basculando hasta colapsar los muros laterales. La traba de las vigas se plantea con puntales de grandes dimensiones, los cuales quedan vistos en la superficie. Según las planimetrías existentes de otros complejos hidráulicos, los puntales pueden descender hasta los 3 metros.

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La estructura del puente es la que plantea menos problemas desde un punto de vista de lectura de paramentos. El levantamiento de esta estructura debió hacerse de una sola vez, ya que no se han apreciado modificaciones ni en los contrafuertes de apoyo, ni en las pilas ni en los estribos de acceso. Es en esta parte del puente donde se distinguen varias edilicias, las cuales quedan bien trabadas y ocultas bajo un enlucido tosco de mortero de yeso. La mampostería vuelve a ser la técnica más empleada, generando sendos estribos de imponente grosor a ambos lados del puente (más de tres metros de mampuesto macizo). Remata la parte superior (donde debía ir el solado de grava) y la inferior con algunos parcheos de ladrillo macizo, más como remate de los estribos que como modificaciones a gran escala. La traba de la esclusa, aguas arriba, con el puente se lleva a cabo por medio del propio mampuesto de yeso. No se han distinguido juntas de dilatación entre la fábrica del estribo y los

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Muros Este y Oeste de la esclusa, por lo que debieron hacerse de una sola vez tanto el remate de éstos como la cimentación inferior del puente. A posteriori es lógico que lo rematasen con los aparejos de ladrillo y con la sillería de las pilas, aguas abajo. Uno de los aspectos interesantes en este sentido es la contradicción misma en la construcción de la esclusa. Por un lado tenemos un puente alzado con materiales cuidados y con un remate a base de aparejo de ladrillo ejecutado con verdadera calidad. Sin embargo el enjarje de las pilas del puente con el canal de navegación se formaliza por medio de un tosco puntal. Salvo que se hay perdido algún elemento decorativo y ornamental, o una pérdida masiva de materiales constructivos en esta zona, salta a la vista que podrían existir dos fases bien diferenciadas entre el canal de navegación y el complejo de vaso y puente:

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A) Primeramente se realiza el vaciado de los terrenos para estabilizar el sistema de tablaestacado del canal de navegación, incluyendo el vaciado de la situación actual de la esclusa. Posteriormente se ejecutan los cimientos del vaso, ajustándolos a las estacas ya previamente instaladas. B) En segundo lugar se lleva a cabo una reforma exclusivamente del vaso y del embarcadero, incluyendo el levantamiento de un puente (se valora entonces la posibilidad de

Secuencia de las distintas fábricas del embarcadero de la esclusa.

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La intervención arqueológica

grandes barcazas o gabarras para la navegación). Este nuevo vaciado supone ajustarse al tabla-estacado, lo que supone que la traba entre los cimientos de puente y vaso con el canal no es ajustada. Esto explicaría, entre otras razones, por qué el canal de navegación está ligeramente desviado con respecto al eje de la esclusa. Observando aguas abajo la disposición de la esclusa con respecto al canal se observa que el margen izquierdo queda más próximo a la bocana que el margen derecho, y por lo tanto, en el caso de que una embarcación quisiese entrar en el embarcadero debería aproximarse mucho a su babor. La margen derecha quedaría muy alejada del plano de crujía, lo cual resulta lógico al observar que el aliviadero del Muro Este se sitúa justo en el parapeto derecho del complejo. Aguas abajo sucede algo parecido, aunque no es fácil llegar a esta conclusión habida cuenta de las escasas dimensiones del área excavada. El canal arranca de la pila izquierda, pero la margen derecha no ha sido localizada en la excavación (incluso haciendo el cálculo proporcional con respecto al ancho de aguas arriba). Sin embargo, como ya hemos apuntado, sí resulta sorprendente la tosquedad en la unión del canal navegable con la pila del puente. Finalmente la documentación no puede dejar pasar la amortización de algunos de los materiales constructivos de la Quinta Esclusa. Uno de los más destacados es la madera. A primera vista la esclusa alza su represado por medio de tablones bien trabados por medio de clavos y grapas del tipo “cangrejo”, muy comunes en el oficio de la carpintería. No obstante es obvio que dichos tablones, situados a la entrada de la esclusa, no forman parte de las compuertas originarias de la misma, ya que éstas sería de metal y abrirían desde el interior del embarcadero hacia los muros maestros. Tras documentar por medio de los dibujos este tablonado vertical se ha demostrado, por las medidas, que dichos tablones proceden del entarimado originario

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Detalle del puente de la quinta esclusa y algunos de sus elementos.

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La intervención arqueológica

del embarcadero, de modo que en algún momento de principios del siglo XX, y ya con la esclusa sin navegación, se amortiza ese material de buena calidad para crear un represado sencillo con compuerta corredera. Es sin duda el ejemplo más claro de evolución y aprovechamiento de todos los recursos generados por este complejo hidráulico.

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ANÁLISIS ÓPTICO DE LOS MORTEROS METODOLOGÍA La caracterización de los materiales constructivos históricos viene realizándose desde hace casi veinte años. El objetivo principal de esta metodología es el conocimiento de las características físico-químicas del material de construcción, así como la documentación de los elementos que lo configuran, a fin de establecer unas pautas básicas sobre la obtención de las materias, las características de su elaboración y en resumen, documentar las condiciones y los motivos de su fábrica. En líneas generales la aplicación de las técnicas de caracterización de materiales tiene su fundamento en los ensayos propios de control de calidad de los materiales de construcción. Existen dos tipos de ensayos: ensayos de control de calidad o normalizados, y ensayos de investigación. Los primeros tienen como objetivo determinar si los materiales de construcción ex novo cumplen las llamadas Normas UNE. Estas normas establecen unas condiciones básicas para cualquier material destinado a la construcción, características que se cotejan por medio de ensayos de caracterización física. La aplicación de estas normas sobre ensayos de caracterización de materiales arqueológicos tiene en Magalhaes y Veiga su máximo exponente, quienes desde el Laboratorio de Ingeniería Civil de Lisboa, desarrollan ensayos físicos sobre materiales históricos para después aplicar los mismos ensayos sobre probetas ex novo, aplicando las normas EN 1015-11 y EN 1015-18 de morteros constructivos (Magalhaes y Veiga, 2009: 63). La aplicación de estos ensayos sobre materiales constructivos históricos está avalada por los

Detalle de las muestras tomadas en la Quinta Esclusa.

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La intervención arqueológica

resultados de los últimos cinco años de investigación, y de hecho se aplica en un amplio repertorio de materiales constructivos, desde los morteros y otras concreciones (Essen, 2006; Miriello, 2010) hasta en ladrillos, piedra, metal e incluso vidrios (Álvarez, 2001; Alonso et alii, 2009; López de Azcona Fraile y Mingarro Martín, 1986; Rovira Llorens, 1999). Los resultados obtenidos avalan la utilidad de este procedimiento, que combina necesariamente conocimientos de arquitectura, geología y arqueología, y que responden otras muchas veces a la necesidad de conocer los materiales constructivos de cara la restauración de edificios históricos (Alejandre Sánchez et alii, 2004). No obstante la mayor parte de las veces se analizan los materiales de cara a una simple caracterización de los mismos o al ensayo de una técnica nueva a fin de valorar sus resultados (Magalhaes y Veiga, 2009; Varas et alii, 2008). Son varias las fases que se integran en el análisis de cualquier materia constructiva. El principal problema con el que se encuentran los investigadores es la ausencia total de un método unificado y aceptado por los académicos, aunque sí hay varios intentos de generar un modelo de ensayos que abarque desde la recogida de la muestra hasta su almacenamiento. No obstante no existe ningún procedimiento consensuado, y sí unas normas básicas. En cualquier caso a la hora de desarrollar un programa de ensayos suele existir cierta coincidencia en el uso de determinados procedimientos. Lo habitual es desarrollar Microscopía Óptica (MOP), Difracción de Rayos X (DRX) e incluso Microscopía Electrónica de Barrido (MEB), aunque en los últimos años se viene desarrollando un sinfín de ensayos que afinan aún más en la caracterización química de los elementos (Miriello et alii, 2011).

Fase de identificación de los componentes minerales.

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El Real Canal del Manzanares: excavaciones arqueológicas de la Cuarta a la Quinta Esclusa

Sin embargo es con el estereomicroscopio cuando la visión se realiza por reflexión, permitiendo ver los objetos de forma natural aunque ampliada hasta ciertos detalles. La observación que se profesa es generalmente del conjunto, principalmente debido a la amplitud del campo de visión. Así por ejemplo, cualquier muestra aplicada en la platina nos proporciona una visión completa a una talla superior a los 10 centímetros. La visión estereoscópica, o también llamada sensación de relieve, se consigue cuando reciben imágenes cada ojo con distintos planos del objeto. Por lo tanto la lupa binocular posee dos sistemas ópticos distintos, ya que se recibe una imagen por separado en cada ojo captada por cada sistema óptico correspondiente del aparato, y por lo tanto con la convergencia necesaria para producir una visión correcta. La lupa binocular es un aparato de precisión con una amplia capacidad de movimiento, lo que permite entre otras cosas observar cualquier anomalía en la materia analizada. Incluso es posible precisar tenues diferencias en las texturas, capas, secuencias e interacción de materias. A veces esta simple visual, en campo o en laboratorio por medio de lentes binoculares, se completa con el análisis de la reacción mecánica o con ensayos físicos, cuyo objetivo es conocer de forma inmediata la reacción de la materia, por ejemplo, ante el agua (Miriello, 2006). A este respecto uno de los trabajos más interesantes fue el desarrollado en la Iglesia de Santa María en Évora (Portugal) por el equipo de la Universidad de Évora y el Laboratorio de Engenieria Civil de Lisboa. Las muestras de mortero se analizaron por medio de un estereo-microscopio, pudiendo identificar elementos vinculados a áridos, nódulos de cal y otros componentes agregados (Adriano et alii, 2009: 612).

Almacenamiento de 6 muestras tras su análisis definitivo.

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La intervención arqueológica

Para este análisis óptico se ha empleado una Lupa Motic, modelo SMZ-140 series, con aumenUPTYFJMVNJOBEPSEFMV[GSÓB4$)055 NPEFMP,-1BSBMBFTDBMBTFIBFNQMFBEPVO objetivo micrométrico calibrado con un micrómetro objetivo de 1 mm acoplado a la lupa binocular. La documentación fotográfica se ha realizado con una cámara Casio EX-Z 850, de 8,1 megapíxeles, extra large 2,5” LCD, y 3x Optical zoom.

PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA Los procesos de caracterización física, química y mineralógica tiene como objetivos comunes finales la restauración y el análisis de las tecnologías de elaboración. Se ha podido identificar en determinados ejemplos distintos tipos y clases de materias primas empleadas en la factura de los morteros, llegando incluso a teorizar sobre la procedencia de los materiales que los determinan. Incluso se ha conseguido en momentos puntuales de la investigación llegar a puntualizar sobre el uso de ciertos morteros en función de la fase histórica, de los recursos económicos o de la mano del operario. Los morteros históricos están compuestos habitualmente por una mezcla de arena, cal y diferentes aditivos que pueden ser de naturaleza inorgánica u orgánica de forma puntual. Los aditivos de otras índoles, como los componentes volcánicos o los aditivos dolomíticos no son inusuales, y pueden identificarse con suma facilidad. En cualquier caso es la cal la protagonista de una mezcla frecuentemente carbonatada. No se deben descartar los morteros de yeso, cuyas características mineralógicas cambian en función de la presencia principal de yesos. El análisis de las concreciones arqueológicas, ya sean morteros, cementos, escayolas u hormigones, permite por un lado ensayar nuevos modelos de ensayo en laboratorio (los llamados resultados cualificativos), mientras que por otro lado nos aporta datos cuantitativos que informan sobre las materias primas, su manufactura, su obtención y su manipulación final. Así por ejemplo en la Iglesia de San María la Real de Zarautz se han podido identificar diferentes cales, mientras que los componentes áridos proceden de la misma zona de costa (Ortega et alii, 2009: 176)

PROCEDIMIENTO Y RESULTADOS DE LA OBSERVACIÓN ÓPTICA La extracción, manual en todos los casos, ha seguido estrictamente los protocolos del RILEM sobre muestreo para materiales inorgánicos, defendidos por Bartos, Groot y Hughes, combinados con los procedimientos de Doebley y Spitzer, y en conclusión seguidos por la inmensa mayoría de los investigadores en la actualidad (Doebley y Spitzer, 1996; Bartos et alii, 2000). Una vez señalizado y fotografiada el área de extracción se procede a la retirada de las primeras capas con una espátula, a fin de eliminar posibles componentes orgánicos y/u otros materiales innecesarios en el análisis. Tras esto se lleva a cabo el embolsado de las muestras con un instrumental apropiado (Mertens et alii, 2009: 581) y se remiten al laboratorio de la empresa Auditores de Energía y Medio Ambiente S.A., donde son procesadas e inventariadas siguiendo el siglado que a continuación se define. Para la identificación de las formas minerales se ha

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Desarrollo de la fase de recogida de muestras.

BDVEJEPBMBPCSBCÈTJDBEF.BD,FO[JFZ(VJMGPSE FOMBWFSTJØOUSBEJDJEPBZSFOPWBEBQPSMPT profesores Lago y Arranz, así como a las referencias básicas sobre análisis de morteros (Mac,FO[JFZ(VJMGPSE   La observación por medio de microscopios binoculares permite una primera visión muy directa y detallada de los materiales. A simple vista cualquier concreción no es sino una masa informe de elementos adheridos, de la que no se desprende ninguna conclusión más que sus características físicas (dureza, rugosidad, aspereza, flexibilidad…). Sin embargo estos datos, por ejemplo, precedieron a los buenos resultados obtenidos en los ensayos de caracterización llevados a cabo en la Basílica Ulpia y el Foro de Trajano en Roma, donde el equipo de Elisabetta Bianchi marcó un antes y un después en el análisis de materiales constructivos (Bianchi et alii, 2011). Por lo tanto si la misma muestra se analiza aplicando varios aumentos se consiguen dos cosas: observar la relación entre los ligantes y los agregados (dispersión/concentración, orientación, deterioro, degradación de los materiales…) y determinar las características físicas de éstos (dimensión de los granos, reacción de la mixtura, capas, geometría…). Estos datos no nos permiten conocer las fases cristalinas, pero sí nos informan acerca de las materias primas básicas. Así por ejemplo se consiguieron distinguir residuos de piedra pómez y escorias en las mezclas de mortero efectuadas en la Sala Trisegmentata de la Basílica Ulpia de Roma (Bianchi et alii, 2011: 88)

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La intervención arqueológica

Se han recogido y analizado un total de 7 muestras (en adelante QE-1, QE-2, QE-3, QE-4, QE5, QE-6 y QE-7) las cuales han sido nombradas y clasificadas de la siguiente manera: Sigla

Tipo

Localización

Extracción

QE-1

Mortero de junta

Aparejo de ladrillo

Manual

QE-2

Mortero de junta

Aparejo de ladrillo

Manual

QE-3

Mortero de cimentación

Mampostería

Manual

QE-4

Mortero de revestimiento

Mampostería

Manual

QE-5

Mortero de base

Solado

Manual

QE-6

Mortero de base

Solado

Manual

QE-7

Mortero de junta

Sillería

Manual

Fotografías de morteros puzolánicos. Fuente Bianchi et alii, 2011.

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QE-1 (UE 2.000) La muestra de mortero correspondiente con la U.E. 2.000 (QE-1) fue extraída de un aparejo de ladrillo que configura el Muro Este de la esclusa, en concreto en la zona correspondiente al embarcadero. Dicha área está caracterizada por una edilicia que mezcla sillería con aparejo de ladrillo en la cara interior. A simple vista se distingue una cuantiosa pérdida de material constructivo, tanto de las hiladas de ladrillo como de los morteros de junta. Así mismo y del parapeto se han perdido al menos dos hiladas de sillería esquinera. Las muestras extraídas pertenecen a los morteros interiores de traba de la parte intermedia, evitando tanto las hiladas superiores (podrían formar parte de algún reparcheo posterior) como las inferiores (muy deterioradas por la humedad). Las muestras obtenidas tienen un peso aproximado de entre 20 y 60 gramos. Aplicadas a la lupa binocular destaca la presencia de áridos bien decantados con base masiva de cuarzos y complementado con micas y feldespatos. La disposición de los elementos agregados es medianamente ordenada, mientras que el agregante de cal no presenta impurezas ni alteraciones más que alguna oxidación aislada propia de un ambiente húmedo. Así mismo se ha documentado la existencia de algún aporte cerámico, lo que podría conferirle cierta hidraulicidad. Esta arcilla se haya bien mezclada con el agregante de cal. Finalmente no se observan bioalteraciones (raíces, vainas, insectos) ni ningún aditivo que se salga de los recursos habituales.

Punto de recogida de la muestra QE-1.

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La intervención arqueológica

Granulometría parcial de la muestra QE-1.

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QE-2 (UE 5.000) La Unidad Estratigráfica 5.000 corresponde a uno de los muros laterales del vaso principal de la esclusa. La muestra (QE-2) ha sido tomada de un aparejo de ladrillo trabado con mortero, del que se ha extraído la muestra. Al igual que en la muestra anterior la pérdida de material constructivo es considerable, principalmente por la humedad permanente a la que es sometido el edificio. La muestra pesa aproximadamente unos 30 gramos. Una vez en la lupa binocular se puede apreciar que, a simple vista, la relación entre los agregados y los agregantes es equilibrada, es decir, no se observa una gran diferencia entre los granos de mayor tamaño con respecto a los de menores dimensiones. Igualmente la disposición de los elementos es ordenada (algo más que en la muestra QE-1). Entre los compuestos identificados se encuentra la biotita. En este caso no se ha documentado la presencia de ningún aporte cerámico, ni se observan bioalteraciones (raíces, vainas, insectos).

Punto de recogida de la muestra QE-2.

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La intervención arqueológica

Granulometría parcial de la muestra QE-2.

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QE-3 (UE 2.400, CIMENTACIÓN) La muestra QE-3 corresponde a un mortero de cal procedente de la cimentación principal del edificio. Si las anteriores muestras procedías de juntas de mortero en aparejos de ladrillo, ésta en concreto proviene de uno de los muros de carga del complejo, en concreto del Muro Este. La edilicia principal de todo el complejo está formada por una tosca mampostería de bloques de yesos locales, trabados con morteros de cal y en no pocas ocasiones combinados con sillería de bloques de granito y aparejo de ladrillo. Aunque el recurso principal de la zona son los yesos y los áridos, no es inusual encontrar materiales de fuera, caso del granito y la caliza de la sillería, caso de la cal del mortero de juntas. Las cimentaciones están bien preservadas, sobre todo en los lados exteriores, ya que debieron de ir ligeramente soterradas en origen. No así las cimentaciones interiores del vaso principal, muy alteradas por la presencia de humedad. La muestra tiene un peso aproximado de 120 gramos, y a la vista del binocular lo primero que destaca es la presencia de granos de cuarzo de un tamaño considerable, así como una disposición más irregular y desordenada. Este aspecto diferencia esta muestra de las restantes, aunque se siguen documentando agregados como feldespatos y micas. Sin embargo destaca por encima la mala ejecución de la masa, o al menos una terminación descuidada, ya que se han documentado bolos de cal sin disgregar, visibles incluso a la vista. Además en esta muestra si se observan bio-turbaciones como pequeñas raíces, fruto de que al ser un mortero de cimentación ha estado expuesto a agentes naturales.

Punto de recogida de la muestra QE-3.

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La intervención arqueológica

Granulometría parcial de la muestra QE-3.

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QE-4 (UE 2.400 REVESTIMIENTO) La muestra correspondiente procede de la misma parte estructural que la anterior. QE-4 es una muestra de mortero de cal tomada del Muro Este del complejo de la Quinta Esclusa, muestra que reúne prácticamente todas las características ópticas que la anterior, con la salvedad de que es tomada de un ponto del muro en donde se había identificado un tipo de revestimiento exterior, de compuestos áridos más finos. Dicho revestimiento apenas sí es visible al exterior, ya que se encuentra muy degradado. En cualquier caso existen al menos tres tipos de revestimientos localizados en la esclusa, por lo que debía ser un recurso habitual a la hora de rematar la construcción. Tras su limpieza se aplicó la observación binocular, pudiendo documentar varios aspectos interesantes. El primero es la presencia de dos capas bien definidas. La primera, perteneciente a la base del mortero, tiene una dispersión coherente entre agregantes y agregados, con abundantes cuarzos de tamaño medio, biotitas y feldespatos repartidos ordenadamente. Se distingue del conjunto por ser el mortero mejor ejecutado y con la mixtura bien repartida. Una segunda capa, exterior, se distingue de la anterior primero por tener un mayor índice de hidratación del mortero. Ello es debido a que ha estado expuesto a agentes meteorológicos, que han provocado la aceleración del proceso de hidratación de la cal. Igualmente se localizan, en menor cantidad y tamaño, los cuarzos y las micas. Sin embargo destaca de esta capa la presencia de un aporte de árido más fino, probablemente aplicado de forma previa al secado del mortero. Ello le confiere un aspecto más cuidado y unos tonos más oscuros.

Punto de recogida de la muestra QE-4.

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La intervención arqueológica

Granulometría parcial de la muestra QE-4.

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QE-5 (UE 2.105) La siguiente muestra (QE-5) es diferente con respecto a las anteriores. La toma se desarrolla en la U.E. 2105, que corresponde con una de las capas de solera del embarcadero de la esclusa. Esta zona se distingue de las demás por encontrarse permanentemente sumergida, ya que se encuentra en el mismo emboquille del vaso y la entrada del canal, aguas arriba. En este punto los niveles de humedad relativa se disparan, por lo que los materiales deben estar confeccionados para soportar esas condiciones. Tal vez sea esta la causa de la presencia grandes fragmentos de arcilla cocida, en algunos casos de más de 50 milímetros de longitud. La reacción de la mixtura de cal con la cerámica se aprecia bien en la observación óptica. La reacción es una hidraulicidad mayor que en el resto de los morteros documentados. Incluso los granos de cuarzo, presentes en toda la mezcla, quedan bien adheridos a la masa y a la arcilla. Otra característica de la mezcla es la presencia, una vez más, de granos de cuarzo de tamaño pequeño y mediano, así como de placas de micas y feldespatos. La dispersión de los agregados es bastante ordenada y coherente, lo que le confiere una fabricación mucho más metódica que los anteriores morteros.

Punto de recogida de la muestra QE-5.

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La intervención arqueológica

Granulometría parcial de la muestra QE-5.

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QE-6 (UE 2.107) La siguiente muestra (QE-6) fue tomada del complejo hidráulico y pertenece a la base del embarcadero. La U.E. 2.107 corresponde al solado de la cimentación, formado por cantos de yeso y aparejo de ladrillo trabados con mortero. Formaría parte de la cimentación principal del espacio destinado al embarcadero, y aunque tiene varias capas constructivas por encima estaría sometido también a una intensa humedad. Destaca en este caso la presencia de numerosas manchas de oxidaciones en el agregante, así como placas de biotita de gran tamaño. Los cuarzos mantienen un tamaño pequeño y medio mientras que la dispersión tiene unas características similares a la muestra QE-6. Esta zona de muestreo se caracteriza sobre todo porque la estructura es y debe ser maciza, ya que alberga unos componentes de gran tamaño como son las compuertas, y sirve de sostén de la plataforma del embarcadero, construida a base de rastreles y tablones. Por lo tanto la edilicia debe conseguir cierta estabilidad y los materiales deben estar preparados para soportar las presiones y las condiciones hidrostáticas. La muestra tenía un peso aproximado de 120 gramos.

Punto de recogida de la muestra QE-6.

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La intervención arqueológica

Granulometría parcial de la muestra QE-6.

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QE-7 (UE 7.002) La última muestra (QE-7) fue tomada del puente de la Quinta Esclusa, en concreto de las juntas de sillería que configuran los estribos de la estructura. La sillería que aquí se documenta está formada por bloques de granito cuadrangulares, bien tallados y con juntas de entre 7 y 9 cm. en algunos casos. Los procesos post-deposicionales han provocado que se desplacen algunos módulos, así como la pérdida de la plomada de algunos paramentos, como el estribo derecho del puente, aguas abajo. Destaca de esta muestra la extrema dureza de la masa durante la extracción manual. Así mismo los fragmentos presentan alteraciones propias de la humedad (oxidaciones al contacto con el granito). La dureza de la materia durante la extracción viene corroborada por el análisis estereoscópico. La ordenación de los agregantes y agregados es casi perfecta, con una muy buena proporción entre el tamaño de los granos de cuarzo. Así mismo no hay concentraciones de partículas de áridos, sino un reparto ordenado con respecto a la masa. Este hecho demuestra una dedicación expresa en la factura de la masa, así como un tratamiento en los áridos ad hoc.

Muestra

UE

Tipo

Cuarzo

Mica

QE-1

2000

Mortero de junta

x

x

QE-2

5000

Mortero de junta

x

x

QE-3

2400

Mortero de cimentación

x

x

QE-4

2400

Mortero de revestimiento

x

x

x

QE-5

2105

Mortero de base

x

x

x

QE-6

2107

Mortero de base

x

x

x

QE-7

7002

Mortero de junta

x

x

x

450

Felds.

Cerámica x

x

x

La intervención arqueológica

Granulometría parcial de la muestra QE-7.

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El Real Canal del Manzanares: excavaciones arqueológicas de la Cuarta a la Quinta Esclusa

CONCLUSIONES A grandes rasgos las muestras tomadas durante la intervención arqueológica de la Quinta Esclusa del Canal Navegable del Manzanares evidencian características físicas y composiciones similares, por no decir idénticas. Las características de la lupa binocular permite en estos estudios observar de primera mano las irregularidades de la mezcla, los componentes minerales y la reacción entre éstos (Böhm, 2011). Lograr estos datos resulta muy útil si las muestras proceden, por ejemplo, de paramentos o fases diferentes. En nuestro caso el valor añadido lo da el hecho de que sean morteros sometidos a unos grados de humedad muy altos, a la vez que forman parte de aparejos totalmente distintos. Un paso más en el análisis de estas muestras sería la separación de los carbonatos del aglutinante con respecto a los agregados, como se viene desarrollando en distintas investigaciones (Ortega et alii, 2008: 392).

Detalle de algunos componentes de la muestra QE-1.

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La intervención arqueológica

Detalle de arcilla, oxidaciones y biotitas de la muestra QE-1.

Todas las muestras llevan componentes de arenas silíceas (cuarzos, micas y feldespatos) y sólo en dos casos llevan conglomerantes que reaccionan de forma hidráulica (arcillas en las muestras QE-1 y QE-5). Los feldespatos han sido visibles parcialmente en todas las muestras, excepto en QE-1 y QE-3. Los morteros de junta o argamasas de unión (QE-1, QE-2 y QE-7) denotan

Nódulos de arcilla en la muestra QE-2.

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El Real Canal del Manzanares: excavaciones arqueológicas de la Cuarta a la Quinta Esclusa

Componentes localizados en la muestra QE-3.

Detalle del revestimiento de la U.E. 2.400.

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La intervención arqueológica

Localización de nódulos de cal y otros componentes en el mortero de cimentación.

una mayor presencia de arenas, salvo en la QE-7, muy bien mezclado y con una cal bien depurada. En ningún caso se han encontrado adiciones orgánicas ni aditivos. Dentro del grupo de los óxidos son los cuarzos los más abundantes, mientras que del grupo de los silicatos son las micas biotitas, fácilmente distinguibles por su color oscuro y su brillo nacarado. Los feldespatos son menos abundantes que las micas dentro del grupo de los silicatos, aunque en la muestra QE-7 son muy visibles especialmente por las plagioclasas que se identifican. Los elementos que componen los morteros de la esclusa forman parte de los recursos locales, y su factura, sin llegar a ser tosca, tiene claros signos de ser descuidada. Esto no significa que los oficiales no estuviesen cualificados, pero sí es signo inequívoco de una producción en masa, lo que dificulta una dedicación exclusiva a las mezclas. Este hecho lo conforman los

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Diferentes minerales localizados en la U.E. 2.400.

Dispersión de componentes en la U.E. 5.000.

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La intervención arqueológica

Biotitas y otros agregados en la muestra QE-2.

aportes de cerámica presentes en las muestras QE-1 y QE-5, las únicas en las que se ha localizado este material. El tamaño de los granos de arcilla es muy desproporcionado con respeto a la granulometría de los cuarzos, los más abundantes y los segundos en cuanto a tamaño de grano. Sin embargo la reacción de la mixtura de cal con la cerámica ha sido buena, lo que le confiere una hidraulicidad óptima. Finalmente destaca la tasa de carbonatación, apreciada por algunos nódulos de cal generado seguramente en poros por donde se ha filtrado la humedad. Esta tasa depende directamente de la concentración de dióxido de carbono en el ambiente, aunque también de la temperatura ambiente, humedad, grosor y porosidad de la concreción, permeabilidad del mortero, etc. Como primera conclusión cabría decir que los morteros QE-3, QE-4 y QE-7 son unas mezclas más depuradas, con una granulometría más heterométrica y con una organización de los agregantes y agregados más coherente. Esto no significa que sean mejores morteros, ya

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Detalle de micas, feldespatos y otros aportes de la muestra QE-7.

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La intervención arqueológica

que cada uno tiene una finalidad distinta. No obstante el análisis óptico determina una mayor capacidad de resistencia a los agentes externos. Ello podría deberse a que se emplearon los mismos recursos pero con un tratamiento diferente, bien porque la mano de obra no era la misma, bien porque no lo fueron las condiciones medio ambientales y climatológicas, etc. En cualquier caso estas muestras difieren de las restantes por la percepción que se tiene de ellas en la lupa binocular, un primer tratamiento pero no el definitivo, para saber más datos de su composición. Precisamente la composición de los morteros modernos no difiere mucho de las composiciones en mezclas antiguas, caso de las romanas o de las bizantinas, como se ha visto en numerosos trabajos de investigación (Bianchi et alii, 2011; Samuelli Ferretti, 1997). La evolución de las mezclas viene dada sobre todo por la demanda de materiales de construcción, lo que influye no sólo en las materias primas sino en las formas de producción. A simple vista los morteros de la Quinta Esclusa del Canal del Manzanares podría pasar perfectamente por unos morteros de época romana, incluso ante la evidencia de la ausencia de material cerámico, algo muy común tanto en el opus caementicium como en las distintas variantes del opus signinum (Vitruvio, trad. de Oliver Domingo, 1995). No obstante hay que reseñar que los morteros fabricados hasta el siglo XVIII se caracterizan por la presencia casi permanente de impurezas de todo tipo, hasta la decantación de sus componentes por medio de maquinaria industrial, ya a finales del XIX. Hasta ese momento no se alcanza a la exquisitez de los morteros y otras pastas históricas, y por lo tanto es normal encontrar impurezas y mezclas descuidadas en estos materiales, como sucede en los morteros analizados de la Quinta Esclusa.

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El Real Canal del Manzanares: excavaciones arqueológicas de la Cuarta a la Quinta Esclusa

3.3. LA CULTURA MATERIAL CERÁMICA Las zonas excavadas han proporcionado un complejo registro de materiales cuyo análisis ha permitido realizar las correspondientes valoraciones históricas sobre el lugar y su ocupación. Nos hallamos ante un asentamiento que ofrece una ocupación muy concreta y limitada en el tiempo, entre 1750 y 1900. La infraestructura data de la segunda mitad del siglo XVIII y el Canal fue cegado parcialmente en la segunda mitad del siglo XIX, sustituyéndose la navegación por el Canal por el moderno ferrocarril Madrid-Aranjuez (1851). Por tanto el grueso de los materiales recuperados se enmarca entre la Edad Moderna y la Época Contemporánea, sin olvidar que la mayoría de los tipos cerámicos en estos momentos muestran una pervivencia de siglos. El depósito detectado se asocia en su mayor parte a las UEs 1003 y 2700, en él se recuperaron varias piezas de vidrio, alguna pieza metálica, y miles de fragmentos cerámicos. Los fragmentos recuperados han permitido el remontaje total o parcial de numerosas piezas, lo que nos proporciona una amplia visión de conjunto de la producción cerámica de la época, tanto cerámicas de cocina como producciones de mesa. TIPOLOGÍAS La tipología de la cerámica establecida para los materiales recuperados durante las excavaciones de la Quinta Esclusa es la siguiente:

GRUPO DE CERÁMICA DE COCINA: PUCHEROS, TAPADERAS, CAZUELAS, FUENTES… Este conjunto se define por piezas de pastas gruesas con desgrasantes de tamaño medio, visibles incluso en la superficie de las piezas. Este conjunto es heredero de la cultura tecnológica de siglos anteriores, esta cerámica se caracteriza en líneas generales por tener un aspecto rústico, con formas relativamente pesadas y decoraciones simples fundamentadas en vidriados de distintos tonos. Dentro de esta producción hemos reconocido los siguientes grupos: Ollas o pucheros: destinada a la elaboración o cocción de alimentos. Recipiente de cuerpo globular, con un estrechamiento a la altura del cuello, borde recto y labio de sección redondeada, y base plana. Tiene un asa de cinta que arranca de la mitad del borde y termina en el centro de la panza. Está vidriado melado al interior y en parte de la superficie exterior (“babero”: boca y asa). Conserva restos de la acción del fuego en la base y en el cuerpo. Los vedríos son de color verde principalmente.

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Tapadera; vidriado melado al interior y al exterior; U.E. 2701.

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Puchero; vidriado verdoso al interior y restos al exterior; U.E. 2103.

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Olla / puchero; vidriado marrón al interior y parte del exterior. U.E. 2103.

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Estas piezas suelen ir asociadas a tapaderas planas con botón central. Las tapaderas también están vidriadas en su parte exterior y en los bordes de la interior. Cazuelas: destinada a la elaboración o cocción de alimentos. Presentan marcas de exposición al fuego al exterior. Al interior están vidriadas y también un poco en su borde exterior, a modo de baberos en la boca. Los vedríos son de color melado principalmente. Presentan un borde biselado, paredes rectas y base convexa. Lebrillos o Fuentes: Corresponden con recipientes de forma acampanado, dotadas de pie macizo y labio apuntado ligeramente exvasado borde redondeado y base plana. Presentan un vidriado de color marrón al interior.

GRUPO DE CERÁMICA DE MESA: ESCUDILLAS, PLATOS, FUENTES, TAZAS, JARRAS, OLLITAS… Este grupo se define por piezas de pastas más finas y depuradas, sin desgrasantes visibles Platos: de loza blanca decorada. Entre estas piezas destacan las producciones Pickman, tanto piezas con imágenes en negro como piezas lisas. Destaca un plato de café con imágenes en negro de fantasía con aires neoclásicos, decoración de un motivo central con paisaje o “vistas” idealizadas, enmarcadas por una greca de guirnaldas de flores. Cronología 1841- hasta la actualidad. Este tipo de piezas y decoración se fabrican en la actualidad sin apenas variaciones en la decoración. Otra pieza de la factoría Pickman es una ensaladera con motivo central de imagen de fantasía neoclásica. Dentro de este grupo observamos una ensaladera de loza de Valdemorillo. Se trata de loza blanca gallonada, con decoración de filetes azules concéntricos. Dimensiones aproximadas: diám. 25,9 cm; alt. 5,8 cm. Cronología 1845-1915. Los años finales de la fábrica de Valdemorillo destaca un descenso en la calidad de las piezas y la extraña profusión de marcas en las que no aparece referencia alguna a la razón social ni al lugar de fabricación. Fuentes: se trata de un tipo de producción más o menos estandarizada, con formas de cuerpo acampanadas de pie macizo y labio apuntado ligeramente exvasado, bañadas con un vidriado veige al interior y exterior y decoradas por medio de una sencilla cenefa tricolor (marrón, amarillo, verde), que recorre el interior del labio y un característico motivo en el fondo, una especie de palmeras u hojas de palma esquemáticas pintadas a mano.

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Tapadera; vidriado melado al interior y al exterior; U.E. 2701.

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Figura 1: Fuente para servir de loza con decoración vegetal al interior y cenefa tricolor en el labio; U.E. 2700. Figura 2: Plato de loza; decoración vegetal en verde al interior; U.E. 2701.

Jarras: se observa una tipo concreto, recipiente de cerámica esmaltada en blanco de pasta amarillenta y compacta. Está definido por el cuello muy pronunciado y una boca acampanada con pico vertedor trilobulado, extremo del borde redondeado muy remarcado, de labio ligeramente exvasado y de cuerpo globular. Lleva asa vertical en posición normal y sección plana, en la zona de máximo diámetro. De pie marcado y anular. Las piezas están decoradas en la cara

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Ensaladera de loza con imágenes en azul de fantasía neoclásica; sello [PICKMAN S.A. SEVILLA / CARTUJA] en el fondo; U.E. 2701.

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Cuenco de porcelana con pátina marmórea; U.E. 1003.

Ollita; vidriado melado al interior y parte del exterior; presenta una perforación en la panza; U.E.

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Figura 1: taza de loza con decoración azul en bandas al exterior.; U.E. 1004. Figura 2: taza de loza con decoración vegetal en azul al exterior; U.E. 1003/2700.

externa del recipiente, con motivos decorativos lineales principalmente. Su forma se adapta a la tipología típica de los jarros más populares del siglo XIX con cuerpo ovoide sobre solero ligeramente diferenciado. Escudillas: piezas de barro con vidriado melado al interior, calificado por Martín-Salas como baño plumbífero, decorado con trazos negros de manganeso. Producción típica de Villaseca de la Sagra fechado a finales del siglo XIX.

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Jarra de loza con decoración azul, rosada y amarilla al exterior; U.E. 1003/2700.

Cuencos y tazas de loza: se trata de recipientes destinados al consumo de alimentos líquidos o semilíquidos, de cuerpo semiesférico, de paredes ligeramente exvasadas, labio de sección redondeada y anillo de solero. Está esmaltado en blanco tanto al interior como al exterior, y pintado en azul. Cronología: siglos XVII-XVIII. Jarritos: piezas de barro cocido con vidriado al interior y baberos al exterior, paredes muy finas y pequeñas dimensiones, presentan una única asa.

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Plato de café con imágenes en negro de fantasía con aires neoclásicos, decoración de un motivo central con paisaje o “vistas” idealizadas, enmarcadas por una greca de guirnaldas de flores. Cronología 1841- hasta la actualidad. Producción Pickman - La Cartuja; U.E. 1003/2700.

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GRUPO DE CERÁMICA DE ALMACENAJE: CÁNTAROS O TINAJA Y BOTIJOS Botijos: Las producciones de botijos más importantes en estos momentos procede de Ocaña y de Levante. En al menos dos casos, las piezas localizadas muestran los sella de fábrica de origen levantino. Los fragmentos de este tipo de piezas presentan pastas muy características de color blanco, sin ningún tipo de vidriado ni decoración. Los fragmentos selectos responden a pitorros circulares y cónicos, correspondientes a los orificios de entrada y salida del agua. Las asas recuperadas son planas que se localizaban en la parte más alta de las piezas. También se he encontrado un asa circular. Se ha podido remontar alguna de las piezas en más de un 70%, lo que nos muestra una pieza rematada por un asa plana, con dos elevaciones en su base. Tiene dos pitorros, uno de gollete y otro cónico, a ambos lados del asa. El cuerpo es ovoide y la base plana.

Botijo; U.E. 1003.

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Lebrillo de loza de Manises; decoración vegetal al interior y marca [A.S.] en azul en el fondo; U.E. 1003.

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Tinajas: producciones de pastas anaranjadas de distintas tonalidades. Se observan en la superficie gran cantidad de micas, se trata probablemente de producciones locales, producidas con arcillas graníticas procedentes de la degradación del granito de la Sierra. Se han localizado varias bocas de este tipo de piezas así como asas de cinta plana muy característica de estas piezas.

Orinal de loza; decoración vegetal al exterior en verde, marrón y amarillo; U.E. 4000.

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Los cinco grandes centros tinajeros castellanos fueron Chinchón, Colmenar de Oreja, Santorcaz, El Toboso y Villarrobledo; de todos ellos ha sido Colmenar el que ha mantenido su producción con más pujanza hasta el siglo XX. En la alfarería de Camporreal, Alcalá de Henares, Villarejo y Zamora, dedicada especialmente a la cantarería y ollería, destaca la gran cantidad de micas en los barros, que erróneamente nos puede hacer pensar en un efecto decorativo. Por proximidad, es posible que las piezas procedan de productores próximos, ya sea Chinchón, Colmenar, Camporreal, Alcalá o Villarejo.

OTROS: Lebrillos: se ha podido recuperar la forma completa de uno. Se trata de un recipiente multiuso, destinado a lavar ropa, cacharros o incluso a la higiene personal; de paredes exvasadas, ala horizontal y labio de sección exvasada y base plana. Está esmaltado en blanco y pintado en azul, con motivos que podrían ser esquematizaciones vegetales, pintadas a mano. La pieza mejor conservada presenta una inscripción en su base “A s”. La Marca “A.S” pintada en azul cobalto y localizada en la base podría hacer referencia a Arenes. Se tiene constancia de una marca similar localizada en un plato de Manises del siglo XIX (Saldaña, 2006). Orinales: Se han recuperado un total de 3 orinales. Orinal de pastas blanquecinas y compactas, presenta vidriado blanco al interior y exterior, con decoración pintada a mano de motivos vegetales en azul. En la base se observa una letra “M” en azul. Orinal blanco con decoración floral. Orinal gris con decoración de líneas paralelas en color amarillo.

Orinal de loza con decoración azul al exterior y sello [M.] en el fondo; U.E. 1003/2700.

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MATERIAS PRIMAS Y PRODUCCIÓN Algunos autores distinguen seis tipos de arcillas: Graníticas (abundantes en el NW de la Península). Ocreas (Cataluña, parte Valencia y N. Portugal).Calcáreas (Andalucía, Castilla la Nueva, Baleares).Gredas (Aragón, Castilla la Vieja y Vascongadas).Ferruginosas (León, Extremadura y Portugal).Volcánicas (Canarias). (Sempere, 2006). Las arcillas más puras, los caolines o como se llamaban antiguamente las pastas blancas, debidamente tratadas sirven para elaborar porcelanas. Las graníticas, después de cocidas quedan en tonos claros. En los fragmentos cerámicos de cántaros y recipientes sin vidriar se ven brillar los diminutos cristales de mica. Son pastas graníticas típicas de la zona de Madrid. Difícilmente admiten barnices. Las ocres son arcillas sobre todo de litoral; de excelente plasticidad, quedan después de cocidas de un color ocre amarillento. En las calcáreas abundan los silicatos cálcicos. Son frecuentes en Valencia, pero se pueden encontrar en otros sitios de la Península. Las piezas de alfarería más blancas proceden de las arcillas tipo greda. En ellas está prácticamente ausente el hierro y poseen tonos blanquísimos. Buen ejemplo son los botijos de Ocaña, las piezas de la Rambla en Córdoba, de Albox, etc. En el lado opuesto, están las arcillas ferruginosas, su color rojizo fuerte delata la abundancia de óxidos de hierro. La naturaleza de la materia prima impone un importante condicionante a las cerámicas locales, lo cual es una seria dificultad a la hora de relacionar la utilidad de las distintas cerámicas. Desde el punto de vista productivo, la cerámica moderna puede catalogarse bien como actividad artesanal o bien empresarial; dependiendo del desarrollo, evolución y expansión que llegó a tener. (De la O Vidal et al, 2004) Durante el siglo XVIII se produce el surgimiento y consolidación de una demanda creciente de productos de loza fina. A mediados del ochocientos, el gusto por esta loza estaba ya bien asentado en nuestro país, o al menos en las principales ciudades. Las mayores importaciones de loza se produjeron a lo largo de las décadas se los años setenta y ochenta; mientras que ya en los años 60 (del siglo XIX) se encontraba en plana producción toda la primera generación de fábricas españolas de loza fina (Sargadelos, Pickman, Busturia, Cartagena, Valdemorillo y San Juan de Aznalfarache). Así pues, con una demanda creciente y atendida en buena medida por las importaciones, no puede extrañar que el sector nacional de fabricación de lozas finas surgiese y se configurase sobre la base de una estrategia de sustitución de importaciones. Se trata de un fenómeno correlativo del ascenso y configuración como clase de una burguesía relativamente separada ya de la nobleza en lo que se refiere a sus cimientos económicos y

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de poder, pero ampliamente tributaria de ella en materia de códigos culturales y pautas de comportamiento, muy marcados por estigmas de emulación, cuando no de simple imitación (Seseña, 1976). A finales del siglo XVIII, en Madrid, el Gremio de vidrio, barro y vidriado carecía de una producción competitiva, y todo su afán era tener el monopolio de la venta, especialmente del barro de Alcorcón, cuya ollería no tenía competencia posible por la excelente calidad de su tierra para fuego y por la baratura de la obra final, al tratarse de alfarería femenina, realizada en el interior de las casas (Martín-Salas, 2011). Se tiene constancia de esta dedicación de Alcorcón a la alfarería desde el siglo XVI. El crecimiento de la demanda provocaría la plena dedicación de los alcorconeros a estas labores. De esta nueva situación y del crecimiento demográfico de Madrid, se verán favorecidos los trajinantes toledanos y talaveranos, que de camino a la capital con loza talaverana y siendo Alcorcón zona de paso, verán interesante cargar con barro de Alcorcón para conciliar su venta con la de loza talaverana (Martín-Salas, 2011). El acabado de las piezas es de diferente factura, algunas de gran calidad y rematadas con esmero, otras, en cambio, tremendamente toscas. Hasta el siglo XVIII la morfología de las vasijas apenas sufre variación. Las ollas y pucheros mantienen un perfil curvo sin ningún ángulo que delimite el galbo del gollete, que es mínimo y ligeramente esvasado. El asa, siempre sobreelevada, parte del mismo borde para acabar en el galbo con una pegadura lisa. En Alcorcón se generaliza el vidriado a lo largo del siglo XVIII, antes nunca se vidrió la obra. Esta operación se hace necesaria para poder seguir compitiendo en el mercado madrileño. A lo largo de los siglos XVIII y XIX la ollería de Alcorcón va a experimentar significativos cambios morfológicos, se va incluso a diversificar su producción. Todos estos cambios son fruto de la influencia de los barros toledanos. Poco a poco el cuello o gollete de las ollas o pucheros va ganando espacio al resto de la pieza, el perfil ya no es curvo. Aunque todavía el asa sobrepasa en altura el borde de la pieza, a lo largo del siglo se va a imponer el asa que parte del cuello y cae sobre la panza sin superar en altura la boca. La decoración, antes inexistente, irrumpe de forma parca y monotemática, siguiendo esquemas existentes en la cerámica manchega. La decoración incisa consiste en el intercalado de ondas y puntos, se realiza con un peine (Martín-Salas, 2011). No hay que olvidar las piezas de cerámica de Manises, producciones destinadas en el siglo XIX a la mesa de las clases humildes. Se trata de vajillas baratas para el uso diario de la gente corriente, lo que llevaba aparejado una baja calidad técnica y limitaciones artísticas y decorativas. Asun así, gracias a una excelente red de distribución ligada al comercio de paños, se vendieron por toda la geografía española (Gonzáles, 2006).

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Esta loza popular de Manises es un buen reflejo de los cambios sociales y económicos que ocurren en su tiempo. El siglo XIX es el siglo de la revolución industrial, de la mecanización de los procesos de producción, del ascenso de la burguesía y de la división de clases. En este sentido la principal novedad en la producción cerámica es la aparición de lozas industriales. Fabricadas y decoradas en serie, era posible obtener a un precio razonable productos de buena calidad, vistosos y resistentes, con una apariencia similar a la de las lujosas cerámicas del siglo anterior (lozas y porcelanas europeas o importadas de China). La ascendente burguesía será la principal consumidora de estas nuevas lozas que en un principio se importaron de Inglaterra y Francia hasta que se establecieron en España las primeras fábricas en Sargadelos, Cartagena o Sevilla. A pesar de su abaratamiento estas producciones quedaban fuera del poder adquisitivo de las clases humildes, por lo que el reto del los talleres de Manises fue tratar de cubrir este sector de marcado. Este proceso no es ajeno a otros centros de producción del a Península como Talavera (Gonzáles, 2006). La fabricación de las piezas continuó necesitando técnicas y materiales tradicionales: arcillas calcáreas, torno de alfarero, barnices estanníferos y decoraciones a mano, generalmente a pincel. La producción en serie exigió, una división del trabajo: extracción de la arcilla, preparación, conformación, elaboración de barnices, decoración y cocción. El siglo XIX y su sociedad burguesa requerían otros productos (diferentes de la cerámica popular, por un lado, y de la artística a la manera dieciochesca, por otro. Durante la época contemporánea, especialmente a partir del siglo XIX, se pueden distinguir dos producciones diferenciadas: por un lado la denominada “Loza Popular” o manufactura artesana, que hace referencia a las piezas elaboradas en los talleres alfareros tradicionales; y por otro lado la “Loza Industrial” que agrupa a las piezas para las que se utilizan técnicas fabriles en su elaboración (Huarte y Somé, 1995; Huarte, 2003). La loza industrial define una producción muy característica reconocible por el empleo de pastas blancas, con gran presencia de caolín en su composición y por utilizar un sistema de decoración basado en la estampación de los motivos bajo una cubierta de vedrío transparente. Se trata normalmente de producto de una doble cocción, a temperaturas entre 1100 y 1200°C, la primera para fijar la pasta y la segunda para la cocción del vidriado. Éste último es una capa de esmalte realizado generalmente a base de óxido de estaño, aunque hay variantes que presentan esmaltes a base de plomo. Se trata por lo general de vajilla de menaje de comedor, así como también jarras, aguamaniles, bacines, objetos ornamentales y azulejos. En la expansión de las lozas “seriadas burguesas” o loza industrial en todo el territorio español a partir del S. XIX, cobró especial fama la producción de la factoría inglesa en la Cartuja de Sevilla Carlos Pickman (entre 1833-1841) bajo el nombre de sociedad “Picman y Cía”, que alcanzó renombre internacional gracias a sus bajillas y servicios de mesa, decoradas con motivos es-

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tampados de variada temática y coloración. (Arqueología de época moderna y contemporánea, p.84) Las mayores importaciones de loza se produjeron a lo largo de las décadas se los años setenta y ochenta; mientras que ya en los años 60 (del siglo XIX) se encontraba en plana producción toda la primera generación de fábricas españolas de loza fina (Sargadelos, Pickman, Busturia, Cartagena, Valdemorillo y San Juan de Aznalfarache). Así pues, con una demanda creciente y atendida en buena medida por las importaciones, no puede extrañar que el sector nacional de fabricación de lozas finas surgiese y se configurase sobre la base de una neta estrategia de sustitución de importaciones.

IMÁGENES COSTUMBRISTAS El registro arqueológico proporcionado por esta excavación no sólo nos muestras numerosas piezas de cerámica y vidrio, sino que nos muestra las imágenes de la vida cotidiana de toda una época. Las piezas localizadas se enmarcan dentro de una cronología del siglo XIX, principios del siglo XX y son un claro exponente de las necesidades de la vida cotidiana. Nos encontramos ante tipos cerámicos que no han cambiado en los últimos 300 años, puesto que las necesidades de la población que los utiliza apenas han variado en ese período de tiempo. A mediados del siglo XVIII si es destacable el aumento de producciones de carácter más industrial, piezas como los platos Pickman que comienzan a extenderse en el siglo XIX o la loza de Valdemorillo, que tiene su época culminante entre 1845 y 1915. Pero la cerámica más utilizada, la cerámica de cocina apenas ha variado. Una ventaja de la arqueología moderna-contemporánea es que tenemos a nuestra disposición numerosos instrumentos que nos muestran cómo era la vida y la sociedad de la época en estrecha relación con la producción cerámica y las necesidades de esta sociedad. Tenemos imágenes de gran realismo en las creaciones artísticas de pintores desde el siglo XVI hasta el XIX. Los bodegones que nos han dejado artistas como Diego Velázquez, Luis Egidio Meléndez o José Pinazo Martínez, entre otros, nos exponen piezas cerámicas muy similares a las localizadas durante esta excavación y muestran que los tipos de cerámica común siguen siendo utilizados sin apenas variaciones. Diego de Silva y Velázquez (h. 1599 – 1660) en su obra el Aguador de Sevilla (1620), muestra un cántaro, cuya tipología se observa en los fragmentos cerámicos recuperados durante la excavación de la Quinta Esclusa.

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Luis Egidio Meléndez (1716 – 1780) durante el tercer cuarto del siglo XVIII nos ha proporcionado un gran número de obras donde se refleja la producción de cerámica de cocina de la época. No podemos ver grandes piezas de lujo, pero sí el “ajuar de los fogones”, en el que destacan las jarras trilobuladas, los platos decorados con motivos azules sobre esmalte blanco, las ollas de barro con babero vidriado al exterior, los cuencos o fuentes de barro con vidriados al interior y baberos al exterior. En sus cuadros se muestran producciones antes aludidas como los Barros de Alcorcón, producción muy abundante en el siglo XVIII y XIX. En primer término unos arenques ahumados ofrecen sus irregulares superficies junto a unas cebolletas de pulido contorno; al lado de ellos un pan abombado aporta su nota clara y maciza. En segundo plano se ve una jarra o puchero, panzudo, de alfarería, típico del siglo XVIII, cubierto con una tejoleta (fragmento) de plato talaverano o de Puente del Arzobispo, con la decoración llamada de rosilla o del ramito, que casi oculta un lebrillo de Alcorcón; del borde del recipiente emerge un mango de madera. Una alcuza, una vinagrera de loza y un cesto completan el efectismo verista del cuadro. José Pinazo Martínez (1879 - 1933) en su obra Bodegón de cántaros. Este cuadro muestra cántaros como los fragmentos recuperados en la Quinta Esclusa y jarras de loza industrial, presentes en estos momentos en todas las casas burguesas.

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CONCLUSIONES Durante el siglo XVIII las piezas cerámicas proceden de alfares peninsulares, diferenciándose las labores de diversos talleres. Así mismo, dentro de las producciones alfareras se diferencian la loza esmaltada, de la cerámica de basto, siendo la primera la vajilla de lujo, y la segunda representa el conjunto de recipientes y cacharos utilizados en el quehacer diario. Uno de los alfares representados es el de Talavera, que llegó a convertirse en el primer centro nacional de producción de loza, tomando como modelos decorativos las copias de porcelana que se estaban haciendo en Portugal, así como de las fayenzas italianas (Pérez-Juana, 2005). El resto del conjunto cerámico está compuesto por piezas procedentes de hornos locales castellano-manchegos que se encargaban de suplir y cubrir las necesidades cotidianas de las poblaciones cercanas, realizando una producción práctica, pero sin muchas pretensiones, aunque en muchas piezas se note la influencia que ejerció Talavera sobre los centros alfareros. Los materiales recuperados son sobre todo cerámicos, de los siglos XVII-XIX, con cerámica común de la producción madrileña alfarera de esta época: ollas, cazuelas son vidriar, jarras cántaros, barreños con vedrío parcial o total, melado y verde, así como piezas de tipo TalaveraPuente: sobre todo platos con vedrio blanco y con decoración azul cobalto, tricolor y polícroma, y cuencos y escudillas sin decorar. Seguramente el Canal se cegó en la segunda mitad del siglo XIX, muy probablemente con basura, no siempre orgánica, que contendría desechos de objetos cotidianos en desuso. El amplio abanico tipológico reforzaría esta idea, así como la presencia de piezas de una cronología de entre el siglo XVIII – XIX y producciones de mejor y peor calidad.

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LÍTICA Se trata de un escaso repertorio lítico, tallado en sílex local mayoritariamente, procedente del río Manzanares. En la U.E. 2700 destacan varias piezas con rodamiento alto y con características tecnológicas propias del Paleolítico Antiguo. Se trata de un núcleo prismático, dos lascas de fases de descortezado, un fragmento de lasca y un resto de talla. Dichas piezas se contextualizan en niveles de arrastre fluvial de las formaciones aluviales del río Manzanares, por lo que se encuentran en posición claramente derivada. Por otro lado, es de destacar en la U.E. 2701 la presencia de un fragmento de molino de granito de producción cerealística de la segunda edad del hierro. Esta circunstancia se explica por la presencia cercana del yacimiento del Cerro de la Gavia. Este enclave arqueológico cuenta con una fase de ocupación que se extiende por la llanura de inundación del río Manzanares. Molina de granito U.E. 2701

Cerro de la Gavia. Campaña 2010-2011. Estructuras de habitación con molino de mano.

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Pieza 1 – Núcleo prismático de sílex. Paleolítico Antiguo. U.E. 2700 Pieza 2 - Lasca de descortezado de sílex. Paleolítico Antiguo. U.E. 2700 Pieza 3 - Resto de talla de sílex. Paleolítico Antiguo. U.E. 2700 Pieza 4 - Lasca de semidescortezado de sílex. Paleolítico Antiguo. U.E. 2700 Pieza 5 - Fragmento de lasca de sílex. Paleolítico Antiguo. U.E. 2700 Pieza 6 - Lasca de sílex. Indeterminado. U.E. 2700

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METALES CAMPANILLA Ya desde época romana se trataba de un elemento simbólico y habitual de la vida cotidiana romana. Las tipologías que por entonces coexistían se mantuvieron durante buena parte del medievo, perviviendo hasta nuestros días. Así por ejemplo, encontramos diferentes formas: • • • •

Hemisféricas, cuya utilidad se adscribe a la esfera de la ritualidad. Troncocónicas, muy similares a las empleadas en la actualidad, y que eran empleadas para fines domésticos. Piramidales, cuya simbología y morfología parece estar vinculada a los bocados de caballo y otros arreos de ganado. Cilíndricas, con una parte abultada en el borde, cuyas proporciones aumentas conforme avanza en tiempo hasta convertirse en los actuales cencerros.

En el caso del ejemplar localizado todo parece indicar que se trata de una campanilla troncocónica. Perteneciente a la U.E. 2.700, esta tipología podía tener también un uso litúrgico, siendo llamadas campá de man (Pirineo catalán) o campanas litúrgicas.

RECIPIENTES Se han documentado varios recipientes de metal. Entre los más característicos se han identificado, por su tipología, una jarra para calentar (U.E. 2.103), una ollita (U.E. 1.003), un pié de copa (U.E. 1.003) y una palangana (U.E. 2.700). Todo en conjunto formaría parte del ajuar de uso habitual, bien del personal de mantenimiento de la esclusa, bien de los moradores posteriores. Su estado de conservación no es bueno, pero sin embargo se ha identificado también un puchero (U.E. 2.103), lo que unido a los anteriores hace pensar en un conjunto de uso habitual.

CUBERTERÍA Varios fragmentos se han identificado como piezas de cubertería (U.E. 2.700 y U.E. 2.701). Fabricadas en bronce y latón, son tenedores y cucharas de una sola pieza cuyo material y forma no ha permitido determinar su cronología. Se trata de dos cucharas y un tenedor. Las primeras, distintas en cuanto a tipología, son de las denominadas “soperas”. Del tenedor apenas sí se conserva parte de los dientes.

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Pieza 1 - Dedal de costura metálico. U.E. 2101. Pieza 2 - Campana de forma troncocónica. U.E. 2700. Pieza 3 – Tenedor metálico. U.E. 2700. Pieza 4 - Cuchara de metal. U.E. 2700 Pieza 5 - 2 fragmentos de cuchara sopera. U.E. 2701.

DEDAL DE COSTURA A pesar de su mal estado de conservación se ha identificado un dedal de costura de unos 2,10 cm. (U.E. 2.101). Las tipologías de este objeto de costura apenas han variado desde época hispano musulmana, siguiendo prototipos que varían apenas en la ornamentación y los materiales. En este caso se trata de un dedal de bronce, cuya impronta característica ha generado costras de oxidación alrededor del mismo, por lo que no es posible determinar la presencia de decoraciones.

RESORTES Y APLIQUES Durante la excavación se han recogido numerosos fragmentos pertenecientes a resortes (U.E. 2.700). Se trata de pequeñas ruedas dentadas con eje, muy deterioradas por la humedad, que bien podrían pertenecer a pequeños ingenios mecánicos tales como relojes e incluso se ha pensado en la posibilidad de que formen parte del mecanismo de disparo de alguna arma de fuego. Esto último no es posible demostrarlo, más cuando apenas sí hay muestras de balística recogidas de la esclusa. Un cospel de metal completa este grupo, que podría pertenecer a una moneda. Sin embargo su mala conservación no permite determinar ni el tipo ni la cronología.

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Pieza 1 a 3 – Tres fragmentos de culotes de cartuchos tipo lefaucheux o de espiga, en muy mal estado de conservación. Pieza 4 – Cartucho Lefaucheux. Pieza 5 - Proyectil de forma aerodinámica / ojival del calibre 7.92 para mauser, con núcleo de plomo y envuelta de latón o cobre.

CLAVOS, REMACHES, ARGOLLAS Y GRAPAS El conjunto de metales lo completa un amplio repertorio de piezas procedentes de la construcción. Se trata de clavos, tornillos, tuercas, remaches y arandelas o argollas de varias tipologías, usos y procedencias. Debido a su mal estado de conservación (costras de oxidación más de 2 mm. de grosor) no ha sido posible su catalogación, y en cualquier caso debido a que la

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esclusa ha sufrido numerosas fases de reparaciones, algunas muy recientes, es probable que la mayor parte de las piezas procedan de arreglos y remates modernos. No obstante habría que relacionar estas piezas con el oficio de la carpintería, ya que buena parte de la estructura de la esclusa está edificada con madera (embarcadero, canal, mechinales…). La presencia de un dique de principios del siglo XX con remaches de hierro (tipo “cangrejo) hace pensar que muchas de las piezas proceden de los mismos anclajes de los tablones. Las argollas y arandelas debieran pertenecer también a la construcción misma del edificio, formando parte de elementos decorativos en muchos casos. Un caso particularmente interesante son las grapas (U.E 2.400 y U.E. 5.000). Éstas forman parte de los machihembrados de la sillería superior de la esclusa. Dicho machihembrado está compuesto por la herida de la misma piedra y la grapa que une dos sillares continuos. Fabricados en plomo, quedan inyectados con plomo fluido en el interior. Alguna de esas rebabas se han encontrado desprendidas en el interior de la esclusa (U.E. 2.702).

CARTUCHERÍA Entre el material de cartuchería documentado durante la excavación de la exclusa podemos destacar un proyectil de forma aerodinámica / ojival del calibre 7.92 para mauser, con núcleo de plomo y envuelta de latón o cobre, hallado en la unidad estratigráfica 1003; esto es, en uno de los rellenos inferiores del Real Canal del Manzanares aguas arriba de la 5ª esclusa. Otros materiales destacables son 3 culotes de cartuchos Lefaucheux, en muy mal estado de conservación, y hallados en la unidad 2700. Los cartuchos Lefaucheux son conocidos también como “de espiga”, “pinfire”; el nombre proviene del armero francés Casimir Lefaucheux (Bonnétable 1802, París 1852), que se ocupó del problema de crear cartuchos y armas de retrocarga efectivos. Su solución resultó ingeniosa y práctica, por lo que se hicieron armas de todos los tipos basadas en su cartucho; su sistema tuvo una difusión sin precedentes, a pesar de que sus defectos y la evolución de la cartuchería pronto los dejó obsoletos. Su principal rasgo distintivo era la aguja; el pistón estaba en el interior de la vaina, la aguja atravesaba el cuerpo de la misma y se apoyaba en el interior del pistón. Las armas para este cartucho carecen de aguja, pues está incorporada en cada cartucho. Un corte en la recámara (el rasgo distintivo de todo arma Lefaucheux) permite que asome al exterior la aguja, que el martillo golpea directamente. Esta característica fue la que acabó con el cartucho: si se cae al suelo, la aguja puede percutir el pistón y dispararse. Los revólveres debían tener un suplemento en el armazón más grande que el cilindro para proteger a las agujas de golpes accidentales. Además cargados parecen un erizo con todas las agujas sobresaliendo del tambor y dispuestas a engancharse en cualquier punto del uniforme. Siempre se cargaron con pólvora negra, pues el cartucho murió antes de la evolución a las pólvoras sin humo. Desde la década de 1920 no se fabrican y quien quiera disparar con armas de este tipo debe fabricarse sus propios cartuchos.

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VIDRIO Como envase, el vidrio, gracias a sus cualidades específicas es junto a la cerámica el material más antiguo y más utilizado por el hombre para la conservación y el almacenamiento de sus productos. Así, desde los principios de la civilización ha servido como envase para vinos, aceites, perfumes y medicamentos, pero es a partir del siglo XVII cuando se generaliza su uso, debido en gran medida al tapón de corcho, que le otorga una de sus principales cualidades, la estanqueidad. Un siglo y medio más tarde, en 1790, el Gobierno francés anunció que ofrecería un gran premio a quien descubriese un método práctico para conservar los alimentos durante cierto tiempo para que sirviesen de dieta a los soldados de Napoleón, en guerra por toda Europa por aquellas fechas. El investigador Nicolás Appert dio con la solución: observó que ciertos alimentos envasados en tarros de vidrio, sellados y posteriormente calentados, conservaban sus características intactas y no se alteraban, pudiendo ser conservados indefinidamente. Nacía en ese momento la industria alimentaria. Hasta el siglo XX, la fabricación de los envases de vidrio se realizaba de forma artesanal. En los primeros años de 1900, después de numerosas investigaciones, se crea la primera máquina para la fabricación automática y producción en serie de envases de vidrio. Unos años más tarde, en 1925, se pone en marcha una máquina de “Secciones Individuales”, que contaba con cuatro secciones,

Pieza 1 - Botella de vidrio de tónico sedante ValeroBromine Legrand. U.E. 2103.

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Pieza 1 – Ampolla de vidrio. U.E. 1100. Pieza 2 – Ampolla de vidrio. U.E. 2700. Pieza 3 – Ampolla de vidrio. U.E. 2103. Pieza 4 – Botellita de vidrio para contener esencia de perfume o medicamentos U.E. 2102. Pieza 5 – Botella de vidrio para medicamento. U.E. 2700. Pieza 6 – Botella de vidrio para medicamento. U.E. 2700. Pieza 7 - Botella de vidrio para medicamento. U.E. 8001

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Pieza 1 – Bote de aspirinas Bayer de vidrio. U.E. 2103. Pieza 2 – Detalle del tapón de aspirinas.

pasando más tarde a cinco y después a seis. Actualmente, existen máquinas con 20 secciones que permiten fabricar 800.000 botellas y tarros en un día. Concretamente, los avances científicos producidos durante el siglo XIX en el campo de las Ciencias de la Salud unidos a los tecnológicos en la mecanización de la producción, encontrarían aplicación inmediata en la farmacia posibilitando la producción a gran escala de fármacos. Los nuevos específicos, recibidos entre grandes controversias, se consolidarán en las primeras décadas del siglo XX, quedando legalmente sancionados en España mediante un Real Decreto de 1919 en el que se aprobaba el Reglamento para la elaboración y venta de especialidades farmacéuticas. Las botellas de vidrio, liso o grabado, incoloro o de colores, son unos de los recipientes más usados para envasar medicamentos, especialmente a partir de la industrialización de la farmacia. En el ámbito geográfico más cercano, se ubicaba en Villaverde, justo después de la guerra civil, una fábrica de productos de cristal y porcelanas trasladada desde Valdemorillo, localidad donde se implantó halla por el año 1.915. Hijos de J. Giralt Laporta SL se levantaba en una parcela entre la Calle Nueva y el Camino Viejo de Madrid. Tenía además un apartadero ferroviario para distribuir su producción. En el año se 1.940 iniciaron las obras de acondicionamiento del solar, en el que dos naves y una más pequeña producirían elementos de vidrio y de porcelana para toda España.

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Pieza 1 – Botella de vidrio para medicamentos. U.E. 2103. Pieza 2 – Frasco farmacéutico en vidrio soplado; probablemente fabricado entre los años 1940 y 1960. U.E. 2103. Pieza 3 – Botella de vidrio fragmentada, probablemente contenía algún tónico medicinal. U.E. 2700. Pieza 4 – Fragmento de botellita de vidrio para medicamento. U.E. 2700. Pieza 5 – Fragmento de botella de vidrio. U.E. 2700. Pieza 6 - Fragmento de botella de vidrio. U.E. 2700.

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Pieza 1-Vaso de vidrio. U.E. 2103. Pieza 2-Fragmento de vaso de vidrio. U.E. 2700. Pieza 3- Fragmento de vaso de vidrio. U.E. 2202. Pieza 4- Fragmento de vaso de vidrio. U.E. 2101.

La fábrica de Juan Giralt Laporta estaba especializada en aparatos de precisión para la química y la farmacia. La central estuvo ubicada en Barcelona y contó con una sucursal en Madrid. En la década de los ochenta fue adquirida por un importante grupo empresarial francés. Entre los objetos hallados, destacan los destinados al uso farmaceutico, documentados en las unidades estratigráficas 1100, 2103, 2700 y 8001; aunque también se han podido encontrar otros ejemplos como un par de botellas de Agua de Carabaña, en las unidades 1003 y 2700.

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Pieza 1 – Fragmento de botella de vidrio de Agua de Carabaña. U.E. 2700. Pieza 2 - Fragmento de botella de vidrio de Agua de Carabaña. U.E. 1003. Pieza 3 – Imagen de una caja de botellas de Agua de Carabaña; fabricada en la propia embotelladora. Pieza 4 – Imagen de una botella de agua de Carabaña similar a las documentadas en la esclusa.

&MNBOBOUJBMTFFODVFOUSBVCJDBEPBNFOPTEF,NEF.BESJE$POPDJEBEFTEFMBÏQPDBEF los romanos, hasta finales del siglo XIX el agua brotaba de forma natural en el paraje denominado Cerro de Cabeza Gorda. Sus cualidades eran conocidas por los campesinos y pastores de la zona, que comentaban sus propiedades, teniéndolas como saludables para el cuerpo. A mediados del siglo XIX, se recogía el agua en garrafas y repartía por la provincia, teniendo constancia de su utilización como medicamento en numerosos afecciones. A finales del siglo XIX, nace la

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Pieza 1- Fragmento de botella de vidrio de Agua de Corconte. U.E. 2202. Pieza 2 – Botella de Agua de Corconte similar a la documentada en la esclusa. Pieza 3 – Fragmento de botella de vidrio en la que se puede leer […DAD MILITAR / …ACIA]. U.E. 2700. Pieza 4 . Fragmento de botella de vidrio.U.E. 2700.

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Pieza 1 – Jarrón de vidrio. U.E. 2103. Pieza 2 – Posible pantalla de quinqué. U.E. 2103. Pieza 3 – Fragmento de botella de vidrio en la que se lee […ONOV…]. U.E. 2102. Pieza 4 – Botella de vidrio de Brandy de Bobadilla & Cia. U.E. 2102. Pieza 5 – Imagen del culo de una botella similar a la documentada en la esclusa.

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industria de Las Aguas Minero Medicinales de Carabaña La Favorita. Don Ruperto Jacinto Chavarri, manda analizar el agua, e inicia la comercialización de la misma, apoyado por la clase médica que atestigua su enorme riqueza en minerales, en una proporción única que revela sus efectos en afecciones digestivas, intestinales y hepáticas, en uso interno, y dermatitis y cutis graso en uso externo. El agua Minero-medicinal de Carabaña, es presentada en las exposiciones y congresos médicos de la época, obteniendo numerosas premios, entre otros en la Exposición Universal de Paris de 1889. A principios del siglo XX, el Agua de Carabaña, se comercializa en Europa y América, alcanzándose la cifra de Cuatro millones de botellas vendidas en los años treinta. Otros objetos documentados son la botella de brandy de Bobadilla y Cia., hallada en la unidad estratigráfica 2102; esta compañía fue fundada por D. Manuel Fernández de Bobadilla en 1882. En algunas fuentes se documenta que los soldados del bando republicano en la Guerra Civil tenían derecho a un vaso al día de coñac o brandy; lo que puede poner en relación este hallazgo con la presencia de numerosas trincheras y casamatas de la línea de defensa republicana de la capital. La alta concentración de material farmacéutico, envases de aguas destinadas, en aquel entonces los tratamientos médicos, y las botellas de bebidas alcohólicas, junto con la proximidad al Cerro de la Magdalena, punto importante en la línea de defensa republicana de la ciudad de Madrid, donde se ubicaba una zona de descanso y de atención médica, hacen pensar como hipótesis en los años del conflicto bélico como el momento en el que se produjo esta acumulación de material. La mayor parte de material de vidrio documentado aparece en los rellenos más inferiores del vaso de la esclusa (U.E. 2102 y 2103), así como en algunos de los rellenos superficiales situados al exterior de la exclusa (U.E. 2700 y 2202).

Acción de aguas de Carabaña. Chávarri S.A. Año 1962.

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Cartel propagandístico de aguas de Carabaña de la segunda mitad del siglo XX. (Publicado en ABC).

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MADERAS Dentro de los materiales en madera hallados en la intervención arqueológica se pueden diferenciar los elementos muebles e inmuebles. Estos últimos corresponderían con los elementos estructurales del trazado del canal, la estructura de la Quinta Esclusa y sus posteriores remodelaciones. La descripción de este tipo de elementos se encuentra en el apartado de lectura de paramentos. En lo referido a los materiales muebles en madera en su mayor parte corresponden a útiles de pesca. Se han recuperado una serie de materiales que podrían pertenecer a lo que supondría un equipamiento básico de pescador. Se trataba de una disciplina regulada mediante licencias y seguramente debió ser un uso importante del canal por parte de la población circundante. Por lo general, dentro de las artes y métodos de pesca se acostumbra a diferenciar, de manera más específica, a la pesca con redes, denominada genéricamente “artes”, de la que se lleva a cabo por medio de anzuelos y otros aparatos especiales, llamados “aparejos”. La pesca común en agua dulce usa dos métodos básicos: pesca con boya y caña de media o de bota. Las boyas están hechas de materiales flotantes como madera o plástico y van fijadas en el sedal, de lo cual se conserva la marca de cierto estrangulamiento en el cuerpo de madera. Se añaden pesos para ayudar a descender al sedal y también para enderezar la boya y hundirla un poco en el agua. El anzuelo se fija en la línea principal con un tricot de sedal un poco más fino. De los métodos de pesca, el uso de las redes es del que se conocen más datos. Existía una gran variedad, diferenciándose las unas de las otras en la forma, tamaño o disposición de la malla. Así, podríamos distinguir la red normal, la nasa, el mandil, la asedega, el trasmallo, la barredera, la manga, el esparavel, llegando la tipología de las mismas a niveles inabarcables. Las fuentes no suelen indicar el material ni la apariencia de estas artes. Existían varios tipos de redes. Los fueros y ordenanzas de las villas nos dan cuenta de ellos: red de barredera, manga, esparavel, mandil, asedega, nasa, cuadrada y trasmallo. Las diferencias se encuentran en las dimensiones de sus “paños” y en la forma de usarlos y acoplarlos a diferentes “aparejos”. Por ejemplo, La nasa consiste en un aparejo en forma de cilindro, abierto en un lado y que se va estrechando, como una especie de embudo invertido dirigido hacia dentro en una de sus bases, y con un sistema de cierre en el otro lateral, una tapadera para poder vaciarlo, de forma que cuando la presa (un pescado o marisco ) entra en el aparejo, ve dirigido su recorrido, cayendo en un depósito del que le es imposible salir. Se usa con un cebo que incite a los peces o mariscos a introducirse.

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La nasa es una red de pesca pasiva y se trata de una de las artes de pesca más antiguas y tradicionales. Se utiliza mucho en la pesca de mariscos, pudiendo encontrarse en múltiples culturas ribereñas. La estructura se fabrica no sólo con red, sino también con otros materiales como juncos. En el caso de la pesca con nasa, el procedimiento de pesca es diferente, tal como ilustra la figura. Se sumergen las nasas a fondo, con un cabo que sirve de madre en la superficie del agua, cebadas con cualquier tipo de carnada de pez, también se utiliza vísceras de animales (hígado, corazón, pulmón). Dos veces al día se arrían las nasas para sacar las posibles capturas. En el segundo caso, También recibe el nombre de nasa un tipo de cesta que los pescadores usan para transportar el pescado recogido. Se trata de un recipiente tejido con mimbres (juncos u otras plantas), utilizado para transportar objetos. Puede ser abierta o cerrada y suele contar con un asa central para facilitar su manejo. La captura con el anzuelo era el sistema más simple de todos cuantos se conocían. Esta sencillez debió contribuir a su expansión por el territorio. Sin embargo, esta teórica presencia se vio escasamente reflejada en las fuentes documentales, donde el anzuelo es mencionado solamente en los municipios más importantes o en determinados lugares. Así, existe constancia de él en Toledo, Guadalajara y zonas de señorío como Buitrago o de Órdenes Militares en el caso de Maqueda. Las evidencias disponibles son, por tanto, escasas y localizadas en concejos o tierras muy concretas, lo cual no debía implicar que este instrumento no se utilizase en el resto del territorio. Con escasa frecuencia aparecen en las fuentes las cuerdas, que posiblemente estarían relacionadas de algún modo con el anzuelo, pudiendo servir este término para referirse al sedal que lo sujetaba.

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Del mismo modo, el término cañas sugiere de manera inequívoca una estrecha relación con el anzuelo, aunque aparece de forma esporádica, concretamente en Buitrago. Se desconocen qué materiales se emplearon en la fabricación de estos instrumentos.. Para el anzuelo es posible que el hierro o el cobre tuvieran un papel fundamental en su elaboración, aunque otras posibilidades no pueden ser descartadas. En cuanto a la forma, seguramente sería muy similar a la de otros hallados en diversas zonas de Europa. Sin embargo, para las cuerdas o las cañas no hay bastantes datos. Probablemente, aquí jugaron un importante papel el lino, o las tripas y tendones de diversos animales. Respecto a su forma, no debían distar mucho, al menos en lo general, de las de hoy.

Fuente: http://palabraria.blogspot.com/2010/08/trasmallo. html#!/2010/08/trasmallo.html

En su mayor parte, los utensilios hallados se tratarían de las “boyas de flotación”, Son elementos que permiten mantener sostenido a cierto nivel un hilo o cabo. Las boyas pueden fabricarse con cualquier material cuya densidad sea menor que la del agua. Los mejores materiales son el corcho (actualmente en desuso por su alto costo). En el caso de las redes, se usarían piezas circulares con un orificio central que sostendrían la “relinga” o cabo del que pendería la malla Otro tipo de boyas halladas serían las de caña, estas comúnmente llamadas “flotadores” y que tendrían en el mismo objetivo de sostener el hilo o cabo suspendido verticalmente, independientemente de la posición de la caña. Estas piezas pueden variar en su forma y componentes, pero esencialmente contienen un cuerpo central con tendencia cilíndrica de madera o corcho. Se suelen diferenciar entre: esféricas, alargadas o ahusadas. Por último, otro tipo de objetos hallados podrían coincidir con las denominadas “bobinas” para enrollar el hilo. Su tipología es muy poco estandarizada al poder usarse en realidad cualquier tipo de pieza. La mayoría de los materiales se sitúan en las U.E. 2101, 2102 y 2103, que son los rellenos inferiores del vaso del canal. Este dato podría dar una idea de la antigüedad, la pesca en el Real

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Canal Navegable del Manzanares debió ser una práctica común desde sus inicios, tal y como demuestra las disposiciones que penaban su aprovechamiento sin licencia:

“[…] Art. 10. No se permitirá pescar en el canal á persona alguna que no se halle autorizada con la competente licencia, ni en otra forma que la establecida por la misma; los contraventores serán castigados con la multa de treinta reales por la primera vez y doble por la segunda, recogiéndoles en ambos casos los instrumentos de pescar que se les hallaren. Art. 11. Se prohibe á los pescadores bajar á los escarpes, hacer en ellos rozas ó asientos para su comodidad ó clavar estacas para sujetar las cañas; los que faltaren á estas prevenciones pagarán una multa de veinte á cincuenta reales y serán obligados a reparar el daño que cáusaren.”1

1Ordenanza para la conservación y policía del Canal de Manzanares. 1845.

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3.4. ESTUDIO DE FAUNA Durante la intervención arqueológica se ha podido documentar un interesante repertorio de fragmentos de fauna doméstica. La mayor parte las piezas han sido recogidas en los estratos arqueológicos correspondientes a la sepultura y cegado del interior de la esclusa, apareciendo mezclados con otros materiales arqueológicos tales como cerámica, teja y metal. Así mismo presentan el handicap de encontrarse en niveles que responden a momentos de vertidos, y no de depósitos intencionados. Esto supone que muchos de los fragmentos hallados podrían proceder de riadas posteriores o de arrastres del mismo cauce, por lo que estaríamos ante un material desubicado arqueológicamente hablando. En cualquier caso todos los fragmentos que han sido identificados corresponden a fauna doméstica, grandes vertebrados que en mucho casos son una importante fuente de recursos alimenticios. Lo corroboran las marcas de corte y serrado que se han identificado en algunas piezas. Al grupo de mamíferos de consumo se le unen varios fragmentos de cráneo de canis lupus familiaris y algunas piezas de suido, dentales y costillares. El repertorio lo completan las piezas más espectaculares, sin duda alguna. En primer lugar destacan dos astas de bos taurus. Ambas fueron localizadas en la U.E. 2102, en el embarcadero de la esclusa, y presentan un estado de conservación óptimo. Una de ellas conserva parte de los huesos del cráneo adheridos al asta, mientras que la segunda presenta una marca de incisión ocasionada por un objeto de corte contundente. Estas marcas de corte se localizan en otros fragmentos, sobre todo en piezas distales y que corresponden a extremidades inferiores. Entre los animales de consumo destacan finalmente los ejemplares localizados de ovicápridos. Se trata de varias piezas pertenecientes a individuos adultos e infantiles, maxilares inferiores y superiores con buena parte de la dentición conservada. Para finalizar hay que destacar la identificación de un fragmento de vértebra de pez, probablemente de barbo, aunque debido a su estado de conservación no ha sido posible afinar en su catalogación.

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Vértebra de pez, UE 2102.

Metápodos con marcas de corte. UE 1001

Cuerno de bos taurus. UE 2102

Cuerno de Bos taurus. UE 2102

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Cráneo de canis lupus. UE 2701 y cráneo de canis lupus UE 2101.

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Varias mandíbulas de ovicáprido UE 2700 y tibia y fémur UE 1003

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3.5. CARPOLOGÍA Ambientalmente, el trazado del Real Canal Navegable del Manzanares ha sufrido una degradación muy importante. Durante la excavación en la Quinta Esclusa se han podido recuperar una serie de semillas en las unidades estratigráficas que corresponden a los rellenos del vaso del canal, los cuales parecen ser los más indicados para contextualizar la flora en el momento de uso de la estructura. En este sentido, Ponz cita literalmente (op. Cit. 1785: 419-20): “Se pueden considerar como unidos al paseo del Prado los de las Delicias, que bajan desde la Puerta de Atocha hasta la orilla del nuevo canal del Manzanares, uno para gente de a pie y otro para coches, carruajes, etc. Ambos están plantados con dos líneas de olmos a cada orilla”; y continúa describiendo las inmediaciones del Canal: “Los paseos que se forman en sus orillas con tanta copia de árboles, son ya de los más bellos que pueden verse”. La más temprana descripción del Canal mismo, en la misma obra de Ponz habla de (p. 508): “Esta obra es, por sus circunstancias, una de las más considerables del presente reinado. Tratóse de hacerlo en el del señor Carlos II. Se delineó el territorio por donde había de ir y aún se grabó estampa de él; pero esta empresa, como otras muchas, se quedó en proyecto”, no obstante, sigue diciendo Ponz, sobre las dificultades de su realización, “no podían, por ningún título, estorbar la resolución de que se hiciese, y así la vimos publicada el 15 de mayo de 1770, con las regla y circunstancias que debían observarse, habiéndose acabado ya tres leguas de dicho canal, experimentándose las ventajas que se propusieron en cuanto a los molinos, navegación pesca, etc., dejando a la consideración de cualquiera cuál será la que producirán al pie de dos millones de árboles y arbustos de varias especies que reputan nacidos en sus márgenes”. Las restos carpológicos obtenidos corresponden en su mayoría con árboles frutales del genero Prunus sp., aunque también se pueden hallar restos de aceitunas (olea europea) y avellanas (corylus avellana). Entre las semillas recogidas de Prunus, se pueden identificar con claridad algunas de albaricoque (Prunus armeniaca), ciruela (Prunus domestica), cereza (Prunus cerasus) y almendras (Prunus dulcis). Todo ello vendría a confirmar un entorno muy diferente al de la actualidad, las descripciones de Pascual Madoz en su Diccionario, geográfico-estadísticohistórico de España y sus posesiones de ultramar, sirven para conocer los dos grandes viveros que tuvo el Canal, uno en la zona del Embarcadero y el otro entre el Puente de la Gavia y la Quinta Esclusa.

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3.6. MALACAFOFAUNA INTRODUCCIÓN A continuación abordamos el estudio de los materiales malacológicos del yacimiento de la Quinta Esclusa (Madrid) entre los cuales podría reconocerse algunos de los más comunes taxones,como son los grandes bivalvos de agua dulce (náyades), y los gasterópodos continentales. Por desgracia la localización de estos individuos se ha presentado fuera de los contextos arqueológicos, encontrando varios ejemplares fuera de la esclusa, en zanjas muy removidas o en el estrato vinculado con los residuos recientes. Para la determinación específica de los restos de moluscos, así como para los datos de hábitat y EJTUSJCVDJØOIFNPTVUJMJ[BEPPCSBTZUSBUBEPTEFDBSÈDUFSHFOFSBM '&$)5&3BOE'"-,/&3 8*-,&/4

IFNPTBDDFEJEPBMBQÈHJOBXFC(VBMUFSJBOVT BEFNÈTEFVUJMJ[BSPUSPTBSUÓDVlos más concretos (SORIANO, VILLENA et al. 2001; APARICIO 2006; SOLER, MORENO et al. 2006).

BIVALVOS DULCEACUÍCOLAS Se trata de una especie de concha de forma alargada en la que el borde inferior es más o menos paralelo al superior y con el extremo posterior generalmente (pero no siempre) apuntado. Junto al umbo, normalmente, tiene seis tuberculillos dispuestos en dos hileras, así como la charnela con los dientes cardinales laminares, aunque raramente pueden ser aserrados. La escultura del umbo no siempre está presente. De color pardo oscuro que puede pasar por el verde y pardo-amarillo. Las dimensiones varían entre 7 y 10cm. de largo, excepcionalmente hasta 14, más del doble de larga que alta. Suele habitar en lugares típicos de grandes bivalvos de agua dulce, en ríos y arroyos de aguas limpias y fondos de arenas, a veces en gravas o cieno. En ocasiones también puede encontrarse entre las raíces de los árboles de ribera. La contaminación del agua hace que se extingan. En la Península Ibérica es poco conocida, aunque se sabe que sólo vive en los ríos atlánticos. Todavía se desconoce la adscripción específica de este taxón aunque parece próximo a la especie europea Unio pictorum (L,1758) distribuida por Norte, Centro y Noroeste de Europa y Este de los Urales . En la Comunidad de Madrid ha sido citada en el río Manzanares a su paso por Madrid en 1893-94 y 1933, a su paso por los puentes de las carreteras que unen Colmenar Viejo y Torrelodones, Colmenar Viejo y Manzanares el Real, El Pardo y Cerceda en 1967; a su paso por Hoyo de Manzanares en 1971. En el río Henares a su paso por Alcalá de Henares en 1893-94 y en el Jarama a su paso por San Fernando de Henares en 1893-94 y en el puente de Arganda en 1971(SOLER, MORENO et al. 2006). En publicaciones más recientes (SORIANO, VILLENA et al. 2001), la especie se identifica en los ríos Guadarrama, Manzanares (a la altura de Puerta de Hierro y en Hoyo de Manzanares), Tajo (Aranjuez), Jarama (San Martín de la Vega, Arganda y San Fernando de Henares), Lozoya (Lozoya), Sanburiel (Cerceda), Henares (Mejorada del Campo). En el último trabajo publicado sobre el tema (SOLER, MORENO et al. 2006) se recogen ejemplares en los ríos Lozoya, Perales (Quijorna),

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Aulencia (Villanueva del Pardillo) y Cofio (Robledo de Chavela). También en el río Tajuña (Guadalajara). En el Jarama (Valdetorres del Jarama) sólo se identifican valvas de ejemplares muertos comidos por ratas de agua, probablemente por encontrarse ya extinta, en este río. En otros ríos está en vías de extinción. En ese mismo artículo Soler recoge una lista de sinónimos para la especie Unio cf. Pictorum que podemos encontrar publicados y que a continuación reproducimos: Mya pictorum, Unio delphinus, Limnaea pictorum, Unnio Gibbus, Unio hispanus, Unio dactylus, Unio mucidus, Unio lusitanus, Unio nevesi, Unio simoesi, Unio Sevillensi, Unio hispanus var. Sphenoides, Unio cameratus, Unio limosellus, Unio decurtatus, Unio callipygus, Unio gravatus, Unio turdetanus, Unio taganus, Unio abrantesianus, Unio scalabisanius, Unio allenianus, Unio Cyrtus, Unio novus, Unio neothaumus, Unio pictorum. En el yacimiento arqueológico de la esclusa encontramos apenas unos seis pares, de los que sólo tres se conservan completos, y varios pedazos de otros tantos. Las ratas de agua (Arvicola sapidus), son casi exclusivamente vegetarianas, pero en su época reproductiva, el invierno, pueden alimentarse de peces, crustáceos o moluscos en mayor proporción (ROMÁN 2003). Las ratas de agua sacan a la superficie los moluscos para devorarlos junto al nivel del agua. En algunos ejemplares pueden llegar incluso a eliminar casi la totalidad de la concha. Representan una verdadera amenaza para la subsistencia de algunas especies como el Unio cf. pictorum, ya que en un invierno pueden llegar a reunir más de 1000 conchas vacías. No obstante y a diferencia de otros yacimientos de características similares, no se han localizado aparentemente marcas de dentición de roedores, aunque no se descarta que pudiese haber ejemplares dispersos.

Malacofauna UE 10000

Malacofauna UE 10002

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3.7. FOTOGRAMETRÍA A la hora de establecer un sistema de documentación óptimo para la quinta esclusa de Real Canal del Manzanares, aparte de las planimetrías arqueológicas, se propuso realizar un modelo de tres dimensiones (3D) del conjunto de las estructuras. De esta manera se obtendría una información detallada de todos los paramentos con una ubicación espacial precisa. Para la realización de estas labores existen dos sistemas técnicos distintos con similares resultados: la fotogrametría y el escaneado láser. Ambos permiten reconstruir la realidad mediante nubes densas de puntos con color de foto, generando un modelo 3D que reproduce el objeto analizado de forma fidedigna. Las diferencias entre un sistema y otro consisten en la precisión y el tratamiento de los modelos. Si bien el escáner láser es más rápido y detallado, la fotogrametría permite llegar a precisiones cercanas al primero. Por la propia naturaleza del elemento arquitectónico, sin una estructura excesivamente compleja, se eligió la fotogrametría como método óptimo entre resultado y costes. La fotogrametría nace a mediados del siglo XIX con Aimé Laussedat, la primera persona que fue capaz de obtener mediciones precisas mediante el tratamiento de fotografías. En varios países europeos comienza a extenderse como práctica aislada, llegando a España en 1886 con un levantamiento del barranco de Vista Hermosa de Madrid a 1:1.000, obra de Torres Quevedo. La evolución es constante a lo largo del siglo XX, con los avances de los primeros restituidores (principios del s. XX), el cálculo electrónico (mediados del s. XX) y, por último, la llegada de la era digital para la fotogrametría, con gran empuje desde los años 80. Hoy día, se siguen utilizando los métodos tradicionales analógicos y analíticos, con los característicos montajes de pares de fotos con cámaras dobles y grandes restituidores ópticos. Sin embargo, la foto-

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grametría digital poco a poco va desbancando esta manera de trabajar, ya que ofrece muchas ventajas al utilizar herramientas automáticas o semiautomáticas de extracción de datos, evidentemente ganando tiempo, además de precisión y versatilidad. La fotogrametría digital se puede dividir en tres grandes ámbitos de trabajo, como ramas que siguen diferente camino y se diversifican. La clasificación responde a una diferenciación bási-

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ca según la distancia desde donde se realizan las fotografías. Esta es una diferencia de peso, ya que según la distancia surgen matices importantes en cuanto a la geometría y diferentes errores de cálculo matemático a considerar. Las soluciones divergen desde diferentes ámbitos, creándose distintas líneas de problemática, teoría y aplicaciones prácticas. Los tres grupos son los siguientes: -

Fotogrametría terrestre: la fotografía tiene con distancias menores a 300 m., por lo que no se tienen en cuenta errores de esfericidad o refracción.

-

Fotogrametría aérea: obviamente la toma de fotografías se realiza desde vehículos aéreos, dependiendo la distancia del espacio a modelas y la calidad de detalle del mismo. Se utiliza básicamente para producir Modelos Digitales de Terreno (M.D.T.) y ortofotografías.

-

Fotogrametría satélite: utiliza los mismos principios básicos que la aérea, aprovechando los avances en la resolución de la fotografía satélite.

Salvo para estudios de grandes áreas de terreno, la Fotogrametría terrestre es la más utilizada en aplicaciones para la Arqueología. Existen numerosos trabajos dedicados al análisis del territorio en relación con las ocupaciones y explotaciones humanas. Para estos casos es muy útil, por ejemplo, el uso de modelos de terreno con base de ortofoto, en los que visualmente se aprecian las barreras y los condicionantes geográficos (p.ej. análisis de captación de materiales). Sin embargo, hay que destacar el valor documental de la fotogrametría terrestre centrada en los niveles y estructuras arqueológicos. Resulta muy útil, a modo de ejemplo, la modelización de una columna estratigráfica o una pintura rupestre, reproduciendo su forma volumétrica. La fotogrametría realizada en la Quinta Esclusa es de tipo terrestre, utilizando cámaras digitales desde dentro y fuera de la misma. Para el procesado de de las fotografías digitales se ha empleado un software de tipo comercial, con capacidad de restituir puntos comunes de las fotografías y convertirlos en coordenadas tridimensionales de XYZ. El primer paso necesario para el trabajo es idear un plan de desarrollo de labores para que no falte ningún detalle. La estructura objeto de estudio tiene la peculiaridad de ser estrecha y alargada, además de tener varios planos diferentes debido a ser un canal bajo el terreno. Se adaptó un plan de recogida de datos adaptando las estaciones de cámara a los elementos subterráneos y a los de superficie. Por este motivo, además de las fotografías normales con trípode, se hicieron fotos elevadas a gran altura por medio de una “pértiga” (8 m. de altura) y globo aerostático (más de 20 m. de altura). Después hay que seguir el plan propuesto y realizar las fotografías. La planificación varía ligeramente al ver los encuadres de la cámara, porque a veces interesa retener más campo visual en detrimento de la angulación. El tiempo de la toma de fotografías varía según las condiciones y características del yacimiento. En este caso, la toma de fotografías duró alrededor de tres horas.

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Una vez que se han realizado todas las fotografías comienza el trabajo con el PC. Las fotos son descargadas y nombradas de forma que facilite su reconocimiento con respecto a nuestro croquis. El procesado a través del programa de fotogrametría se realiza fotografía a fotografía con la identificación de los puntos de control visibles y su referenciación. Una vez referenciados un mínimo básico de punterías el programa realiza los cálculos matemáticos necesarios para asignar a cada punto una coordenada precisa. El proceso matemático consiste simplemente en la resolución de problemas trigonométricos. El software resuelve los problemas planteados según las posiciones de la cámara para cada foto, el error lenticular de la cámara y la focal utilizada. Las fotografías, ya sean digitales o analógicas, representan la realidad de forma distorsionada. El denominado error lenticular reside en la inevitable utilización de lentes de cristal en la cámara fotográfica. La fotografía contiene un error de tipo circular que aumenta de manera directamente proporcional a la focal. Cuanto menor es la focal más espacio de realidad aparece representado, pero mayor es la distorsión y el error lenticular. Por ejemplo, un objetivo de 20 mm. (denominado “ojo de pez”) conlleva un error mucho mayor que uno de 300 mm. Por otro lado, con anterioridad al proceso, se ha calibrado la focal de la cámara con la que se va ha desarrollar el proyecto fotogramétrico. De esta manera, el programa promedia los errores lenticulares de cada foto y calcula las distancias de todos los puntos referenciados. El resultado es la creación de una nube de puntos con coordenadas absolutas. Se define la X Y y Z de todos los puntos con una precisión global que no supera los 5 mm. de error respecto a su posición relativa real. El modelo de 3D de la Quinta Esclusa del Manzanares cuenta con un total de 512 puntos referenciados y una nube densa de varios millones de puntos. Cada uno de estos puntos tiene un color asignado que se corresponde con la visual de la cámara fotográfica. El resultado es

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un modelo de 3D con textura de foto. Aparte de la nube de puntos tendente a “fotografía en 3D”, también se pueden extraer mallados complejos a partir de los puntos, consiguiendo un modelo texturizado con fotografía. Una gran utilidad que ofrece la fotogrametría es que puede generar superficies entre los puntos y aplicar como “mapa” o “textura” partes de las mismas fotografías que sirvieron para el proceso. De esta manera, la utilidad es doble: es posible crear ortofotografías y, de forma más compleja, modelos de 3D que reproducen la realidad.

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3.8. FOTOGRAFÍA AÉREA

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