EL MURO DE LA FRONTERA ESTADOS UNIDOS – MÉXICO Y EL DETRITUS DE LA MODERNIDAD EN AMBOS NOGALES (ARIZONA Y SONORA)

Share Embed


Descripción



* Traducido del inglés por Félix A. Acuto.
NAFTA sus siglas en inglés.




EL MURO DE LA FRONTERA ESTADOS UNIDOS – MÉXICO Y EL DETRITUS DE LA MODERNIDAD EN AMBOS NOGALES
(ARIZONA Y SONORA)*

Por Randall H. McGuire
"El enfoque arqueológico sobre la historia reciente de EEUU promete iluminar conexiones que, de otra manera, no podrían ser sospechadas" Schiffer (1991).

Resumen
En la actualidad, muchos arqueólogos buscan escribir historias del presente que comprometen y hacen visible el detritus de la modernidad. Siguiendo a Benjamin, los arqueólogos estudian las ruinas como vidas petrificadas que nos dan acceso a los procesos destructivos de la modernidad. Una creciente devastación de las personas y las cosas caracteriza a la era moderna y se revela en escombros y ruinas. Este detritus pesa sobre el presente y modela el futuro. La exploración arqueológica de estas ruinas revela lo que la máquina de poder moderna busca esconder. El muro de la frontera Estados Unidos-México es un ejemplo material de la destrucción de la modernidad. El muro no ha logrado crear una barrera inexpugnable sino que ha generado restos materiales. Las ruinas contemporáneas en ambos lados de la frontera en Ambos Nogales, Arizona y Sonora, ejemplifican la destrucción causada y escondida por el muro.

Many archaeologists now seek to write histories of the present that engage and make visible the detritus of modernity. Following Benjamin, they study ruins as petrified lives that give us access to the destructive processes of modernity. An increasing devastation of people and of things characterizes the modern era and reveals itself in wreckage and ruins. This detritus weighs on the present and shapes the future. Archaeological examination of these ruins unveils what the modern power machine seeks to hide. The United States-Mexico border wall is one material example of the wreckage of modernity. The wall has failed to create an impregnable border but rather has generated material debris. Contemporary ruins on both sides of the border in Ambos Nogales, Arizona and Sonora, exemplify the destruction both caused and hidden by the wall.

Introducción
Los estudios antropológicos y arqueológicos recientes sobre la materialidad moderna se han enfocado en la ruinificación. El lugar donde justamente podemos apreciar esta ruinificación es en la frontera entre EEUU y México. En este trabajo, y a partir del examen de la cultura material moderna, descubro ruinas contemporáneas que revelan los giros y las vueltas del tiempo y que despojan las máscaras que disfrazan las contradicciones del acelerado capitalismo moderno.
Sobre un mapa, una clara línea define los límites de EEUU. La mayoría de los estadounidenses creen que la frontera verdadera presenta esta realidad claramente demarcada, pero esto nunca es así. A decir verdad, la frontera ha sido un límite permeable por largo tiempo, creando un espacio trasnacional único en los pueblos de Nogales (Arizona) y Nogales (Sonora), también conocidos como Ambos Nogales, donde los vecinos comparten lazos familiares, amistad y negocios. A mitad del siglo XX, EEUU y México rematerializaron este espacio a fin de enfatizar el modernismo, el comercio, la comunicación y el internacionalismo, llevando a Ambos Nogales a una era de prosperidad. Para comienzos del siglo XXI, los monumentos estatales del modernismo han quedado en ruinas así como también el centro de las ciudades de Nogales, Arizona y Nogales, Sonora. Podemos encontrar en las ruinas contemporáneas imágenes dialécticas que revelan las contradicciones de la ruinificación en Ambos Nogales.
La frontera entre EEUU y México en la actualidad es una de las más cruzadas y comercialmente activas en el mundo. Se reporta que 150.000 personas cruzan la frontera legalmente cada día (US State Department 2012). Esta misma frontera es también una de las más fortificadas y cerradas del globo. En Ambos Nogales se expresa una contradicción fundamental entre el cercamiento y el cruce. La contradicción de la frontera EEUU – México no es algo inusual en el mundo. Por un lado, en el mundo globalizado contemporáneo, con un cada vez mayor flujo de personas, ideas, cosas y riquezas, las fronteras deberían ser un fenómeno extraño. Pero simultáneamente en un mundo post 11 de septiembre, los estados-nación han fortificado sus fronteras contra el terrorismo, el contrabando y los inmigrantes "indeseables". Es justamente esta contradicción de las fronteras modernas lo que ha traído la ruinificación a las comunidades.

Usando a la arqueología para estudiar la frontera
Durante 40 años, la frontera material en Ambos Nogales me ha confrontado como arqueólogo y como persona que cruza las fronteras. Como arqueólogo, me ha intrigado la materialización y re-materialización de la frontera como un proceso que afecta la condición humana y que tiene consecuencias reales en la vida de la gente. Como persona que cruza la frontera, más de una vez he tenido que navegar por la red de cercas/muros, puertas, puestos de control y agentes estatales para continuar con mi profesión y vivir mi vida. Numerosas estancias en Ambos Nogales me han permitido participar en la vida de la comunidad y observar cómo la comunidad convive con la frontera materializada.
Mi análisis es parte de un creciente acercamiento arqueológico sobre el mundo contemporáneo. La arqueología del mundo contemporáneo nació en la década de 1980 y ha emergido como una práctica de investigación distintiva en el siglo XXI (Miller 2010; Olsen 2010; Rathje y Schiffer 1982; Schiffer y Gould 1981; Schiffer 1991). El acto arqueológico de excavación hace visible lo invisible. La excavación también entrena al arqueólogo para ser escéptico acerca de la apariencia superficial de las cosas, para observar cuidadosamente detrás de las fachadas y para acercar una perspectiva diacrónica a los eventos contemporáneos (Voss 2010:189). El estudio de artefactos antiguos y mudos ha forzado a los arqueólogos a desarrollar técnicas para comprender la condición humana sin contar con evidencias discursivas (Buchli y Lucas 2001). Estas técnicas, cuando se las integra con la historia y la etnografía, ofrecen una perspectiva distintiva sobre el contexto contemporáneo. Un énfasis en la condición humana, y un compromiso para hacer lo exótico familiar y lo familiar exótico, hace que mi arqueología sea intensamente antropológica y diferente de la mayoría de las historias. Además, los métodos arqueológicos y el foco en los procesos materiales diacrónicos, la distinguen de las etnografías convencionales.
Una arqueología del mundo contemporáneo estudia los paisajes modernos como procesos materiales. Las técnicas arqueológicas nos dan la habilidad de encontrar detalles en el aparente caos del mundo material actual. Estos detalles revelan la compleja relación que lo material comparte con las relaciones sociales, el significado y la agencia. La experiencia vivida del proceso material involucra una dialéctica entre el mundo material y la agencia humana (Miller 2010). Los seres humanos crean cosas, pero una vez que son creadas, las cosas afectan a los humanos, constriñendo y habilitando la agencia. Así, la materialidad es al mismo tiempo transformada por la agencia humana y transformadora de esta. Este análisis no es el primero ni el único estudio que ha realizado la arqueología del mundo contemporáneo sobre la frontera EEUU – México. Más bien, complementa la investigación en curso desarrollada por Jason De Léon (2012) y sus estudiantes sobre los sitios de inmigrantes indocumentados en el sur de Arizona.
En este trabajo, analizo la frontera material que divide Ambos Nogales como un ensamblaje superficial de cosas (Harrison 2011). Un ensamblaje arqueológico es una agrupación material que ocurre en un lugar y tiempo particular y que simultáneamente refleja y afecta la agencia, los significados y las relaciones sociales. Los ensamblajes implican tanto relaciones funcionales como contradicciones dinámicas ya que son el resultado de procesos históricos que se involucran con el presente. Como tales, sus efectos sobre la agencia humana varían dependiendo de la relación de individuos y grupos con los procesos históricos, sociales y materiales que conllevan. El análisis de ensamblajes contemporáneos revela procesos materiales emergentes que existen en un presente dinámico que va madurando con la posibilidad de ser otra cosa.
Comienzo este artículo con una descripción compleja del ensamblaje (edificios, cercas, muros, puertas, etc.) que materializa la frontera en Ambos Nogales. Esta descripción considera las características físicas de este ensamblaje, pero inmediatamente se enfoca en la experiencia humana. ¿Cómo afecta la frontera material los sentidos humanos? ¿Qué comportamientos restringe o habilita? ¿A qué necesidades sociales, económicas y políticas sirve el ensamblaje? ¿Cuáles fueron los intereses y las intenciones de sus constructores y cómo entran en conflicto con las intenciones e intereses de aquellos otros que experimentan la frontera? La frontera material tiene una historia de vida (Schiffer 2011:23). Se deteriora y la gente que la construye y experimenta la rematerializa, por lo que la materialidad de la frontera está emergiendo constantemente. EEUU y México intentan simplificar las relaciones a lo largo de la frontera y materializarla como una línea dura que define espacios nacionales homogéneos. Mientras que esta fiscalidad comprueba la habilidad de las personas de moverse libremente, también provoca respuestas deliberadas que generan agencia, sin dejar de tener en cuenta que, al mismo tiempo, la frontera material constriñe dicha agencia. Los transgresores, los que la cruzan e inclusive los agentes estatales rematerializan la frontera de modos nunca anticipados por el mismo Estado.

Ruinificación
En los últimos años, algunos estudios arqueológicos y antropológicos sobre la cultura material moderna se han enfocado en la ruinificación contemporánea. La ruinificación contemporánea es el resultado de la destrucción creativa que genera el capitalismo y la falta de lógica de la modernidad. Como lo han señalado diversos pensadores, desde Karl Marx a Joseph Schumpeter y David Harvey, el capitalismo debe devaluar constantemente la riqueza existente a través de la guerra, el abandono o las crisis económicas periódicas, a fin de despejar el terreno para la creación de nueva riqueza. Shannon Lee Dawdy (2010:771) observa que el capitalismo es una máquina que produce gran cantidad de restos más rápido de lo que produce monumentos. En el espacio contemporáneo de la creación destructiva, la modernidad crea ruinificación donde lo nuevo eclipsa los proyectos modernistas existentes, los cuales terminan cayendo en ruina. Buscamos entender la ruinificación como un proceso del capitalismo y el modernismo que crea paisajes que refuerzan este proceso y promueve más ruinificación.
Estos pensadores rechazan la idea de que vivimos en un mundo postcapitalista, postindustral y postmoderno. Rechazan la noción de post por implicar algo superador y que reemplaza lo anterior. Por el contrario, ven que el mundo se encuentra dentro de un contexto de capitalismo y/o modernismo exacerbado y exagerado. Alfredo González-Ruibal (2008), siguiendo la obra del antropólogo francés Marc Augé, denomina nuestra condición actual supermodernidad. En mi trabajo (McGuire 2008), he retomado la obra del sociólogo estadounidense Ben Agger y he descripto al contexto contemporáneo como capitalismo veloz. Cualquiera sea el término usado por la academia, los investigadores enfocan sus pesquisas en la cada vez mayor devastación que sufren los seres humanos y las cosas que caracteriza al mundo contemporáneo (González-Ruibal 2008:247). La expresión material de esta destrucción se encuentra en el residuo físico y social creado por los proyectos capitalistas, estatales e imperiales en el mundo entero (Gordillo 2011:142).
La investigación arqueológica de Walter Benjamin sobre las galerías de compras de hierro y vidrio en Paris del siglo XIX ha inspirado gran parte de la fascinación actual por la ruinificación (Benjamin y Tiedemann 1999; Dawdy 2010; Gordillo 2011). Estas galerías, que alguna vez fueron el epítome de la riqueza del capitalismo y de la modernidad, al momento del estudio de Bejamin en la década de 1930 estaban dilapidadas y puestos del mercado de pulgas habían reemplazado las finas tiendas burguesas. En este detritus de creación destructiva, Benjamin encontró imágenes dialécticas que ponían al descubierto las condiciones de la vida social en Francia durante el temprano siglo XX. Sostenía que las ruinas y el detritus revelaban los giros y las vueltas del tiempo y despojaban las fachadas decorativas que enmascaraban las contradicciones de la vida moderna (Dawdy 2010:777)
González-Ruibal (2008:251) nos desafía a escribir arqueologías de la ruinificación que nos asechen y cautiven tal como las ruinas del pasado contemporáneo asechan y cautivan al presente. Dawdy (2010:771) señala que debido a que las ruinas del capitalismo y la modernidad nos perturban, y debido a que éstas no son consideradas antigüedades, utópicas o románticas, suelen ser presa rápidamente de la demolición. Las ruinas contemporáneas nos dan la oportunidad de contar historias alternativas a los cuentos capitalistas sobre progreso, protección y seguridad (González-Ruibal 2008:247). Estas historias alternativas nos cautivarán si develan lo que la maquinaria de poder del Estado no quiere que veamos. Esto será así si estas historias emplean los artefactos y las ruinas para hacer manifiestas las contradicciones de la modernidad y el capitalismo. Narramos estas historias prestando gran atención al mundo material y abrazando el compromiso político sin sacrificar la objetividad (McGuire 2008). Este acercamiento a la cultura material moderna revela la devastación y el dolor.
Mi investigación sobre la frontera material en el límite entre EEUU – México en Ambos Nogales, es decir, en el límite que los estudiosos han denominado la frontera literal (Alvarez 1995; Gutiérrez y Young 2011; Radu 2010), está enfocada en el estudio de la ruinificación. Pero la ruinificación también impregna a la frontera no literal; es decir, la frontera metafórica de las relaciones sociales, las contradicciones, los conflictos y las identidades cambiantes (Alvarez 1995; Gutiérrez y Young 2011; Radu 2010). Las repercusiones a largo plazo de la ruinificación acechan a la gente en la frontera no literal, y podemos entender estas repercusiones examinando el espacio, la historia, la decadencia y la subjetividad.
El espacio de la frontera en Nogales comprime el tiempo en historias materiales (Gordillo 2011:142). Esta compresión refleja las interrupciones, dislocaciones y la destrucción que resulta de las relaciones y los conflictos históricamente situados. EEUU y México intentan simplificar las relaciones a lo largo de la frontera y construir el límite como una línea dura que define espacios nacionales homogéneos. Sin embargo, a lo largo de la frontera sobreviven espacios heterogéneos. Las historias oficiales subrayan el poder creciente del Estado para controlar la frontera, mientras que las historias fronterizas locales destacan los límites de ese poder (Hämäläinen y Truett 2011:348, 360). Las personas que viven en zonas limítrofes constantemente enfatizan el hecho de cruzar la frontera y poder transgredir los prolijos esquemas de los estados-nación (Radu 2010:414, 430). Como observa el autor, profesor e hijo nativo de Nogales, Alberto Álvaro Ríos (1999:10): "La solidez de la frontera, entonces, ha sido a menudo al menos un poco sospechosa. Esta ha sido siempre, y aún es, fluida". La reconstrucción política de la materialidad limítrofe transforma el espacio fronterizo, pero esta reconstrucción del espacio fronterizo también fuerza a las personas a reconstruir sus vidas.

La frontera EEUU – México en el contexto global
La frontera entre EEUU y México siempre ha sido un espacio de disputa donde algunas personas se benefician y otras sufren (Henderson 2011; St. John 2011; Vélez-Ibáñez 1996). Los beneficios y el sufrimiento surgen de las contradicciones en la vida social, cultural, política, económica y material de la frontera. Las políticas fronterizas estadounidenses del siglo XXI han alimentado, alterado y amplificado estas contradicciones, por lo que se ha intensificado la disputa, la violencia, los beneficios y los sufrimientos. EEUU ha construido una frontera militarizada y fortificada a fin de asegurarla y protegerla de inmigrantes indocumentados y del contrabando de droga. En la actualidad, la frontera EEUU – México es una de las más fortificadas del mundo. Al mismo tiempo, las políticas nacionales neoliberales, tal como el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), han incrementado a un nivel sin precedentes el flujo de bienes, capital, cultura, ideas y gente que cruzan la frontera. Como resultado, la frontera EEUU – México es hoy día una de las áreas limítrofes entre países más cruzadas y más activas del mundo en términos comerciales. Esto crea un espacio en disputa donde las naciones les asignan a sus agencias encargadas de las políticas fronterizas de aduana e inmigración deberes, objetivos y responsabilidades que entran en conflicto de intereses, por lo que estas agencias terminan estando en desacuerdo entre sí. Esta contradicción significa también que la política limítrofe sigue siendo cuestionada, tanto dentro como entre los grupos sociales y los individuos con diferentes intereses sociales, económicos y culturales en la frontera. Más importante para este análisis, esta contradicción se expresa fuertemente en la materialidad de la frontera.
La experiencia de Ambos Nogales no es única. A lo largo del globo, contradicciones similares están fundamentalmente modificando el carácter de las fronteras (Follis 2012:5-9). Tradicionalmente, las fronteras definen materialmente a las naciones-estado y son espacios donde el Estado ejerce su soberanía a través del control del movimiento de personas, bienes, riqueza e información (Donnan y Wilson 1999:9). En una economía capitalista global, el surgimiento del transnacionalismo, el creciente poder de las corporaciones internacionales y el aumento de la flexibilidad en el flujo de capital desafían la soberanía nacional y parecerían hacer a las fronteras irrelevantes o al menos inconvenientes. El capitalismo veloz (Agger 2004) estimula el movimiento transnacional de ideas, objetos, riquezas y personas a través de las fronteras. No obstante, no todas las personas llegan a experimentar un mundo sin fronteras. Este privilegio es concedido a las personas en función de su nacionalidad, clase, etnicidad, raza, género y sexualidad. Las inseguridades y el miedo al terrorismo y a la violencia post 11 de septiembre ha llevado a las naciones a afirmar su soberanía a través del incremento de la seguridad a lo largo de los límites fronterizos y a partir de la restricción del movimiento de personas indeseables (DeGenova y Peutz 2010; Follis 2012:5-6). Esta "gubernamentalidad de la inquietud" (Bigo 2002), junto con la actual recesión mundial, han aumentado los temores nacionalistas/chauvinistas preexistentes sobre la inmigración excesiva y sobre el efecto de la corrupción foránea sobre las culturas nacionales. La contradicción entre un capitalismo global y las fortificaciones nacionalistas está cambiando el carácter de las fronteras en el mundo moderno, reinventándolas como loci de circulación y cercamiento (Cunningham y Heymon 2004; Follis 2012:6).

Construyendo una frontera internacional moderna
La frontera creó Ambos Nogales (Eppinga 2002) (Figura 1). Tras la venta de territorio mexicano a EEUU, conocida como la venta de La Mesilla (the Gadsen Purchase), en 1853, la carretera principal que vinculaba el puerto de Guyamas en Sonora con el sur de Arizona cruzaba la frontera en Nogales Pass. En 1880, EEUU y México establecieron aduanas en este lugar y el mismo año empresarios mexicanos y estadounidenses construyeron negocios a ambos lados de la línea fronteriza. Dos años más tarde, el ferrocarril de Sonora y el ferrocarril de Arizona y Nuevo México conectaron sus vía en Nogales, estableciendo la primera línea ferroviaria transfronteriza (St. Johns 2011:63). En 1884, los topógrafos del ferrocarril entretejieron los pueblos a ambos lados de la línea internacional (Arreola 2004:46). Desde ese momento, Nogales, Sonora, se transformó en una ciudad Mexicana y Nogales, Arizona, en una ciudad estadounidense, ambas ligadas económicamente por la frontera (Arreola y Curtis 1993:208-215, Arreola 1996:358). Entre 1918 y 1933, los empresarios respondieron a la Prohibición en EEUU abriendo bares y clubes en Nogales, Sonora. Estos establecimientos se ubicaron en la calle Elías directamente enfrente del Morley-Elias Gate (Arreola 2004:55). Asimismo, en la década de 1920, se expandió el intercambio mercantil, la importación de productos mexicanos a EEUU y el turismo. La familia Baker, Hymin Capin y otros abrieron tiendas en Nogales, Arizona, que atendían a una clientela de gente que cruzaba la frontera desde Sonora (Eppinga 2002:119-131; McComb 2011b).
El envío de productos desde el oeste de México a los EEUU por ferrocarril se había iniciado en la primera parte del siglo XX, ampliándose notablemente en la década de 1920. Hacia fines de la década, Ambos Nogales se promovía en las revistas estadounidenses como destino turístico donde los visitantes podían disfrutar de "la alegría y el entretenimiento de esta ciudad española-estadounidense" (Arreola 2004:50).


Figura 1. Plano de Ambos Nogales.

Crecimiento económico
Desde el final de la Segunda Guerra Mundial hasta el comienzo de la década de 1990, tanto EEUU como México buscaron ávidamente incrementar los flujos económicos y comerciales entre las dos naciones. Tanto los intereses nacionales como los locales presionaron para alcanzar un desarrollo internacional de beneficio mutuo. Se construyó entonces una frontera que facilitaba y promovía estos esfuerzos. Desde 1929 hasta 1996, la frontera internacional estaba surcada por una cerca de alambre tejido permeable a la vista, los olores, los sonidos y hasta los desfiles (Figura 2). Esta frontera, especialmente en el lado mexicano, encarnaba la estética modernista y las esperanzas por obtener valores universales e internacionalismo.


Figura 2. Alambrado en la frontera internacional circa 1950.

En 1952, el gobierno mexicano concluyó la construcción de una carretera asfaltada conectando Ambos Nogales con una red de carreteras pavimentadas que llegan hasta la ciudad de México (Clark 1952:120). Esto dio lugar a un aumento de la población y al crecimiento del comercio y el turismo. La población de Nogales, Sonora, pasó de 14.000 en 1940 a 38.000 en 1960, mientras que la población de Nogales, Arizona, creció de 5100 en 1940 a 7300 en 1960. En la década de 1950, Nogales se convirtió en el primer puerto de entrada para las frutas y hortalizas procedentes de México (Heyman 2004:223). Los principales empresarios involucrados en el comercio de productos, tanto aquellos relacionados con el tráfico como los agentes de aduana, se convirtieron en la elite cívica de la comunidad. La mayoría de estos negocios eran negocios familiares y latinos, usualmente con parientes de ambos lados de la frontera. Estos líderes civiles contaban con un profundo conocimiento, orientaciones y redes sociales binacionales y biculturales (Arreola y Curtis 1993:211). En parte debido a estas conexiones económicas y familiares, Nogales desarrolló una reputación en EEUU como el pueblo de frontera más abierto y conectado con México (Heyman 2004:223).
Entre los líderes civiles también estaban los comerciantes dueños de las tiendas del centro, quienes abastecían al intercambio comercial mexicano. Estos también eran negocios familiares, pero en este caso las familias eran principalmente judías y angloamericanas. Algunas familias, tal como los Bracker y los Capin, continuaron llevando adelante tiendas que habían abierto en la década de 1920, pero también surgieron nuevos establecimientos como la Kory Mercantile Co. fundada en 1947 (Eppinga 2002:119-131; McComb 2011b). Estas tiendas llevaron a la clientela mexicana a comprar productos estadounidenses de mejor calidad y a precios más bajos que en México. Como comentaba Bruce Bracker: "Físicamente estamos en EEUU, pero económicamente estamos en México" (McComb 2011b). Los compradores mexicanos pasaban a través de los puestos limítrofes con tarjetas de cruce fronterizo o se deslizaban a través de uno de los muchos agujeros debajo de la alambrada. Los residentes de Nogales, Arizona, también empleaban las mismas rutas para pasar libremente a Sonora a fin de visitar familiares o amigos, para comer en restaurantes, para asistir al dentista o para comprar mercancías mexicanas que no podían conseguir en Arizona (Ríos 1999).
La década de 1950 fue también testigo de la expansión de los viajes por un día a Nogales, Sonora. Este turismo continuó creciendo por otros 50 años (Figura 3). Los turistas estacionaban sus coches en Nogales, Arizona, y caminaban a través de la frontera hasta Sonora. A diferencia de muchos pueblos fronterizos, el turismo en busca de prostitución permaneció relativamente reducido en Nogales. Hasta comienzos de la década de 1990, el distrito rojo se localizaba a más de 12 cuadras de la frontera y las autoridades mexicanas no permitían (y aún no lo hacen) la presencia de prostitutas callejeras (Curtis y Arreola 1991:336). La mayoría de los turistas llegaban hasta México para comprar curiosidades, tomarse una fotografía sentados en un burro, pasear por México y comer en restaurantes como La Caverna, Elvira y La Roca, que atendía a los turistas gringos. La tienda de curiosidades finalmente se trasladó de la calle Elías a la calle Obregón, más cerca del cruce fronterizo principal, y los restaurantes se agruparon en la calle Elías, un agradable paseo desde la puerta de cruce pedestre. En 1997, más de 700.000 turistas visitaron Nogales, Sonora; casi 2000 por día (Arreola 2004:48). Durante esta época de gran desarrollo turístico hubo más de 700 tiendas de curiosidades y seis restaurantes (Ponce 2012). En los primeros años de la década de 1990, este turismo se expandió con la adición del turismo médico. Los estadounidenses cruzaban la frontera a fin de comprar medicamentos y concurrir al dentista, ambos substancialmente más baratos en México. Docenas de farmacias y consultorios odontológicos orientados a servir a este comercio comenzaron a establecerse en la Plaza Pesqueria, adyacente a la puerta de cruce principal y en el extremo norte de la Calle Obregón.
En un artículo sobre Ambos Nogales publicado en el Saturday Evening Post, Neil Clark (1952:26) describió una comunidad bilingüe donde "los anglos y los latinos se mezclaban como duraznos y crema". En dicho artículo, el autor alababa las tiendas de curiosidades, narraba su experiencia como comensal del restaurante La Caverna y describía Nogales, Sonora, como un lugar frenético, colorido y amigable. Clark notaba que las dos ciudades compartían algunos servicios tal como una planta de tratamiento cloacal común localizada en Arizona. Se maravillaba por los lazos de cooperación establecidos entre la policía y los bomberos de ambas ciudades y comentaba que la policía de cualquiera de las dos nacionalidades podía cruzar la frontera sin problema alguno en caso de encontrarse persiguiendo delincuentes. Existían celebraciones que traspasaban la frontera con desfiles de bandas y carrozas cruzando la línea fronteriza por la puerta principal (véase también Ríos 1999:10). Para la conmemoración del Cinco de Mayo, día nacional mexicano, durante el año 1951, las ciudades derribaron una sección de la valla fronteriza y la reemplazaron con una plataforma para la coronación de la reina del evento.


Figura 3. Postal con vista del centro, Nogales, Sonora, década de 1950.

Materializando el modernismo en la frontera
En 1963, EEUU y México reconstruyeron la frontera material para mejorar e incrementar la interacción, el comercio y el tráfico a través de la línea limítrofe. Ambos países adhirieron a la estética del modernismo en su esfuerzo conjunto por rehacer el portón principal. México intentó renovar toda la frontera para hacer aparecer a los pueblos fronterizos, incluido Nogales, como lugares del México moderno (Arreola y Curtis 1993:28).
EEUU desarrolló una perspectiva utilitarista en la reconstrucción e invirtió 1.900.000 dólares en el proyecto (Cadava 2011:367). Si bien el edificio de aduana de estilo español no fue derribado, nuevas estructuras fueron construidas. Un arquitecto de Tucson diseñó una moderna caja de acero cubierta con vidrio y azulejos verdes que se extendía sobre la calzada con el tránsito que atraviesa las estaciones de inspección cruzando por debajo de la misma. El gobernador electo por el Estado de Arizona, Sam Goddard, presidió la inauguración del nuevo puerto de entrada (Cadava 2011:370).
El gasto efectuado por México fue mayor, alcanzando los 12.000.000 dólares. La intención fue hacer del puerto de entradas de Nogales una muestra de lo que era el resto del país (Cadava 2011:370). En primer lugar, despejaron los escombros del pasado demoliendo un edificio de aduanas neoclásico de 1918 y apropiándose de lo que había sido la plaza principal de Nogales, Sonora (Arreola y Curtis 1993:209-210). El gobierno contrató a uno de los más destacados arquitectos latinoamericanos, Mario Pani, a fin de diseñar el proyecto. Pani construyó el portón de entrada en forma de dos masivos arcos de concreto blanco que se asemejan a las alas de un pájaro que vuela hacia el norte. En la cara norte de la estructura fue colocado un escudo mexicano de bronce. Sobre el lado sur, por su parte, se incluyó un círculo de banderas de todos los países de América. El día 12 de noviembre de 1964, el presidente de México, López Mateos, junto con todo su gabinete, llevó a cabo la inauguración del nuevo portón de entrada.
Ese mismo año, en la margen sur de Nogales, Sonora, los líderes civiles levantaron dos estatuas modernistas a fin de celebrar la inclusión de Nogales como parte del México moderno. El escultor español expatriado, Alfredo Just, fue quien diseño esta obra a la que llamó "La derrota de la ignorancia". La estatua de bronce consiste en un indígena desnudo y musculoso de 8 m de altura, quien atraviesa con una lanza una suerte de gárgola que está a sus pies. Esta figura representa al pueblo mexicano y al monstruo de la ignorancia. Enfrente de esta escultura se encuentra una estatua del héroe nacional mexicano, Benito Juárez, señalando el camino hacia la libertad y la democracia. Esta estatua también fue inaugurada por el presidente López Mateos en 1964. La población de Nogales llama a la primera estatua "el Mono Bichi", que en el lenguaje indígena Yaqui coloquial significa el muñeco desnudo (Figura 4). Además, muchas personas rápidamente se dieron cuenta que Benito Juárez señala hacia el lado de los prostíbulos del distrito rojo de la ciudad (Ríos 1999:16-17).
No todas las personas de Nogales apreciaron a "el Mono Bichi". Un poderoso y popular cura católico, conocido como el Padre Nacho, objetó la desnudez de la estatua. Fue él quien, en sus sermones, acuño el nombre de "el Mono Bichi" a fin de trivializar al monumento (Breezley 2008). Fue él también quien mandó a hacer un pañal de tela para la estatua, el cual usó para tapar los genitales de la figura (Thomson 2010). El pañal estuvo allí colgado por meses hasta que el clima y la intemperie lo desgastó y se cayó.
El comercio, el intercambio y el turismo continuaron expandiéndose durante las décadas de 1970 y 1980. En 1974, México y EEUU abrieron un nuevo puerto de entrada en Mariposa, en el límite oeste de Ambos Nogales. Este puerto fue diseñado especialmente para el tráfico comercial, pero de a poco se convirtió también en el puerto principal para el tráfico automovilístico. El mismo año, el Presidente de EEUU, Gerald Ford, y el presidente de México, Luis Echeverría Álvarez, se reunieron en Nogales para discutir la expansión del desarrollo económico conjunto y la cooperación entre ambas naciones. Diez años más tarde, Brent Ashabranner (1987) escribió que la expansión económica, la mezcla cultural y la migración borrarían la frontera. Describió a Ambos Nogales como una ciudad única dividida por una valla (Ashabranner 1987:78-79). Pero incluso mientras Ford y Echeverría se reunían, las fuerzas que llevarían a la ruinificación de Ambos Nogales ya estaban en movimiento y demostrarían que las predicciones de Ashabranner eran erróneas.

Figura 4. El Mono Bichi, Nogales, Sonora, 2013, (fotografía de Abby Valenzuela Rivera).

Ruinificación en la frontera
La ruinificación de Ambos Nogales fue ocurriendo lentamente, impulsada por la creación destructiva del capitalismo y la ilógica de la modernidad. El empobrecimiento de las comunidades también ha mostrado que se diferencia de la mayoría de la ruinificación contemporánea ya que las ruinas modernas de Nogales no han sido todas víctimas de la demolición. Dos procesos impulsaron esta transformación: 1) el desarrollo de las maquiladoras y la corporativización de la economía local; 2) la militarización de la frontera con EEUU en respuesta a la migración indocumentada y la guerra contra las drogas en México.

Comercio y cerramiento
En el año 1964, el gobierno mexicano creó la industria de la maquiladora. Las maquiladoras emplean materia prima de EEUU para manufacturar mercancías para la venta en EEUU. Sus dueños son usualmente extranjeros, al igual que sus administradores y los supervisores de planta. Nogales construyó su primer parque industrial en 1968 y hacia 1973 existían 42 maquiladoras en la comunidad, incrementándose a 73 para 1990, las cuales empleaban aproximadamente 20 % de la fuerza de trabajo de Nogales, Sonora (Arreola y Curtis 1993:1993:212). Durante la primera década del siglo XXI, la industria de la maquiladora prácticamente colapsó debido a la competencia asiática y la recesión en EEUU. En los últimos tiempos, la situación ha mejorado y más de 100 maquiladoras emplean más de 36.000 trabajadores en Nogales (Boele 2011). En 2009, algo más de 270.000 camiones cruzaron el puerto de entrada de Nogales en viaje hacia EEUU. Un tercio de su carga eran productos manufacturados en las maquiladoras (Boele 2011) y más de la mitad del resto (136.000) transportaban productos procedentes del oeste de México.
La destrucción creativa del capitalismo ha afectado la producción industrial en Nogales. Los productos importados se incrementaron de manera pronunciada hacia fines del siglo XX y continúan expandiéndose en la actualidad. El TLCAN alentó la participación de corporaciones multinacionales. Hoy día, 50 % de los productos mexicanos que ingresan a EEUU pasan a través del puerto de entrada de Nogales. Más de 70 almacenes de productos bordean la ruta interestatal 19 al norte de Nogales, Arizona (Figura 5). El crecimiento de la importación ha llevado a una corporativización de la industria, produciendo que hoy día sean las multinacionales las que estén a cargo de la mayoría del comercio. Las familias locales binacionales ya no controlan la producción industrial en Nogales.

Figura 5. Almacenes de productos, Nogales, Arizona, 2011.

La mayor parte de los administradores, propietarios y supervisores de las maquiladoras y de la industria productiva son menos propensos a participar de las redes binacionales y biculturales de parentesco y amistad por fuera de las conexiones empresariales, tal como lo hacía la vieja elite comercial. También son menos propensos a estar comprometidos con el bienestar de Nogales. Los directivos, supervisores y administradores anglos y mexicano-estadounidenses generalmente no residen en Ambos Nogales. Por el contrario, viven en la comunidad suburbana en expansión de Río Rico, al norte de Nogales, Arizona. La devaluación de Nogales ha llevado al incremento en la riqueza de Río Rico. Desde 1990, la población de Nogales, Arizona, ha permanecido relativamente estancada de 19.500 a 20.837 en 2010. Por su parte, la población de Río Rico, que en 1990 contaba con 3264 habitantes, para el año 2010 se incrementó más de 300 % alcanzando los 18.962 habitantes. De acuerdo con el censo de EEUU de 2010, Nogales, Arizona, es más hispánico y pobre que Río Rico (Tabla 1).

2010 Datos censales estadounidenses para Nogales, Arizona, y Río Rico, Arizona

Nogales
Río Rico
Población
20.837
18.962
Hispánica
95 %
85 %
No-hispánica blanca
4 %
14 %
Nacidos en el extranjero
41 %
30 %
Lengua hablada en el hogar distinta al inglés
92 %
78 %
Personas por debajo de la línea de pobreza
29 %
22 %
Taza de propietarios de vivienda
58 %
82 %
Valor medio de una vivienda
u$s 120.000
u$s 155.600
Tabla 1. Datos censales correspondientes a Nogales, Arizona, y Río Rico.

El crecimiento de la industria de la maquiladora ha alterado dramáticamente el carácter de Nogales, Sonora, y la dinámica social dentro de la comunidad y con Nogales, Arizona (Acosta y Enriquez 2009; Muilenburg 2003). Las plantas maquiladoras ahora compiten con el comercio de productos por importancia económica y ambos han pasado de un comercio controlado a nivel local a un comercio controlado por las corporaciones multinacionales. En Nogales, Sonora, como en su ciudad hermana del norte, se han debilitado las relaciones biculturales y binacionales familiares y los compromisos entre los líderes civiles.
Las maquiladoras han atraído también a decenas de miles de personas a Nogales, Sonora. En 1960, la ciudad contaba con una población de 14.000 personas y para 2010 este número se incrementó llegando a 250.000 según cálculos oficiales, o 300.000 de acuerdo con estimaciones no oficiales. La ciudad no ha sido capaz de desarrollar servicios urbanos, tal como agua potable, tratamiento cloacales, sanidad, policía, recolección de basura y protección contra incendios, en sintonía con el crecimiento poblacional (Davidson 1998). Los recién llegados han fundado "colonias" o barrios carenciados donde viven en casillas hechas con chatarra cubierta con cartones impregnados de aceite. Estas "colonias" surgieron en la década de 1980 y desde entonces se han expandido. Desde la última década del siglo XX, la ciudad está más sucia, menos salubre, menos segura y dramáticamente más abarrotada. Las diferencias demográficas han afectado las relaciones entre Ambos Nogales. Históricamente la ciudad de Arizona ha sido siempre más pequeña que su hermana de Sonora, aunque no en una escala de 10 a 1 como sucede en la actualidad. Las maquiladoras también se convirtieron en parte de un proceso de dos pasos donde las personas se acercan a trabajar a las maquiladoras para luego intentar cruzar, legal o ilegalmente, a EEUU (Kopinak 2011).
Hacia finales del siglo XX, el gobierno de EEUU abandonó la retórica de mediados de siglo sobre los lazos económicos, la cual facilitaba las interacciones y la amistad a través de la frontera, por una política de fronteras seguras y protegidas. El temor a la migración indocumentada y al tráfico de drogas produjo esta transformación y una militarización masiva de la frontera. El ataque de 2001 sobre el World Trade Center de Nueva York amplificó estos temores y dio lugar a un control más estricto de los pasos fronterizos.
En la segunda mitad del siglo XX, el número de indocumentados que cruzaron la frontera para ingresar a EEUU creció exponencialmente hasta la primera década del siglo XXI (Henderson 2011; Hernández 2010). Los arrestos de inmigrantes indocumentados realizados por la Patrulla Fronteriza se incrementaron de 32.519 en 1964 a más de un millón para mediados de la década de 1980, hasta alcanzar un pico de 1.171.396 en 2006 (Border Patrol 2011). En el año 2006, las autoridades mexicanas me comentaron que suelen encontrar 3000 personas por día intentando cruzar la frontera al oeste de Ambos Nogales. La recesión económica de 2008 en EEUU implicó una reducción de la inmigración indocumentada, por lo que las capturas realizadas por la Patrulla Fronteriza se redujeron a 327.577 en 2011, un nivel que no se había visto desde 1972.
El comercio ilegal de drogas a través de la frontera entre EEUU y México tiene un larga historia (Grayson 2010:20). Tal como la inmigración indocumentada, la cantidad de drogas que cruza este límite fronterizo creció exponencialmente a finales del siglo XX, pero a diferencia de la inmigración este comercio no ha declinado. Varios carteles han controlado secciones de la frontera que emplean como corredores para el contrabando. En la medida en que estos carteles mantuvieran la violencia dentro de sus propias filas y pagasen sus sobornos, el gobierno mexicano no interfirió seriamente en sus operaciones. Existió así un armisticio incómodo pero raramente violento en esta frontera por varias décadas.
Sin embargo, en años recientes, acciones conjuntas entre EEUU y México rompieron esta tregua. En 2006, el presidente de México, Felipe Calderón, asumió su mandato con el compromiso de terminar el tráfico de drogas (Grayson 2010). El gobierno rompió la tregua y generó una serie de guerras entre los carteles por el control de secciones de la frontera. El incremento en la seguridad desplegado por EEUU a lo largo de secciones de la frontera llevó a los carteles a buscar rutas más sencillas por las cuales cruzar el límite entre ambos países. El problema fue que ya existían carteles rivales que tenían bajo su control estos corredores (Haddal 2010:37). Rápidamente, se expandieron las batalles entre los carteles a lo largo de toda la frontera. El Cartel de Sinaloa del Chapo Guzmán ha controlado por décadas el corredor de la droga en los alrededores de Nogales. Hacia fines de 2007, el Cartel Beltrán-Leyva lanzó un ataque sobre el Cartel de Sinaloa, tanto en Nogales como en otros lugares de Sonora a lo largo de la línea fronteriza (Steller 2012). Aunque la violencia en Nogales nunca ha estado cerca de ser como la que se vive en Ciudad Juárez, en 2010 se registraron en la ciudad 196 asesinatos relacionados con la droga. El rumor en la calle dice que el Cartel de Sinaloa ha ganado la batalla y en 2011, sólo 47 personas murieron a causa de la violencia generada por el comercio de drogas.
La respuesta del gobierno de EEUU al incremento de la inmigración indocumentada, la violencia generada por los carteles y lo acontecido el 11 de septiembre de 2001 ha sido la militarización de la frontera. Esta militarización ha tomado dos formas: 1) un incremento masivo en el número de agentes de la Patrulla Fronteriza, la aduana y la Immigration and Customs Enforcement (ICE) portando armamento militar; 2) la reconstrucción de la frontera material.
El número de agentes de la Patrulla Fronteriza en el sector de Tucson, el cual incluye Nogales, fue de 287 en 1993 a 4239 en 2011. Aunque los agentes de la Patrulla Fronteriza solían ir armados principalmente con pistolas, ahora son cada vez más los agentes que portan armas semiautomáticas. Además, el sector de Tucson cuenta con un equipo de SWAT totalmente militarizado. El incremento en la militarización de los puertos de cruce en Nogales incluye la presencia constante de oficiales de la ICE con chalecos antibalas, cascos militares y rifles automáticos.
En un relevamiento llevado a cabo en 2007 se registró que 66 % de los residentes de Nogales, Sonora, cree que la Patrulla Fronteriza detiene a personas simplemente por tener piel oscura (US-Mexico Border Immigration Task Force 2008:16). Han sido muy perturbadores para los residentes de Ambos Nogales incidentes como el ocurrido en enero de 2011 cuando el joven de 17 años de edad, Ramsés Barrón Torres, fue asesinado (Nogales International 2011). Un agente de la Patrulla Fronteriza le disparó mientras Ramsés escalaba el muro fronterizo de Nogales para regresar a México, muriendo luego en el hospital de Sonora. La Patrulla Fronteriza sostuvo que este joven les había estado arrojando piedras. Sus amigos y familia, por su parte, sostenían que Ramsés venía de visitar a su novia en Nogales, Arizona. Las interacciones casuales que caracterizaban las relaciones entre los agentes de EEUU y los habitantes de Ambos Nogales luego de la Segunda Guerra Mundial (Ríos 1999) han sido remplazadas por desconfianza, nerviosismo y aprehensión.
Durante la mayor parte del siglo XX, la gran mayoría de los inmigrantes indocumentados que se dirigían a EEUU cruzaban el límite entre ambos países a través de los pasos ubicados en las ciudades fronterizas, tal como San Diego, El Paso, Laredo o Nogales. La política de la Patrulla Fronteriza fue durante ese tiempo detener a los inmigrantes en EEUU, pero a partir de mediados de la década de 1990 instituyeron una nueva política de "prevención mediante la disuasión". Como parte de esta política, EEUU fortificó sus fronteras urbanas en San Diego y El Paso con muros que empujan a los migrantes hacia "terreno hostil" donde corren el riesgo de deshidratación y muerte en el desierto y es más fácil ser capturados que en los abarrotados contextos urbanos (Haddal 2010:3; Henderson 2011). Los muros no impidieron que los inmigrantes sigan ingresando en EEUU, y ni siquiera hicieron disminuir el creciente número de personas que cruzan la frontera. Lo que sí hicieron fue cambiar el lugar donde los inmigrantes indocumentados y los contrabandistas cruzan la frontera. Antes de 1995, 90 % de las capturas anuales de inmigrantes indocumentados realizados por la Patrulla Fronteriza tenían lugar en Texas y California. A partir de 2000, cerca de la mitad de las capturas que se hacen cada año tienen lugar en Arizona (Haddal 2010:36).

Materializando la ruinificación
El ataque de 2001 sobre el World Trade Towers en la ciudad de Nueva York generó un temor generalizado al terrorismo externo y un obsesivo interés por la frontera (Henderson 2011). Los políticos, en base al miedo público, reclamaron por "fronteras seguras". El Congreso aprobó la Enhanced Border Security and Visa Reform Act en 2002. Esta legislación aumentó considerablemente los requisitos fronterizos relacionados con la inspección y la documentación. Los nuevos procedimientos hicieron más lentos los cruces fronterizos legales en los puertos de entrada, tal como Nogales. La US Customs and Border Protection instaló escáneres de equipaje en los cruces peatonales ubicados en las puestos de cruce del centro de la ciudad, fortificando estos puestos (tanto las peatonales como las vehiculares) con portones de acero, desgarradores de neumáticos y barras que hacen que entrar a EEUU parezca como ingresar en una prisión.
La primera pared en Nogales se construyó en 1996. Para esto se emplazaron postes de 2,5 m de altura conectados por rieles de metal (Figura 6). Luego de esto, remanentes de planchas de aterrizaje militares fueron soldadas entre sí y contra el marco de postes y rieles, creándose así un muro de entre 3 y 3,5 m de altura. En varias secciones de la pared se colocó una guarda anti-trepadores de malla de acero en ángulo hacia México. En la sección justo al oeste de la entrada principal, esta malla se asentó verticalmente extendiendo al muro un metro hacia arriba. Muchas personas en Nogales se quejaron de la fealdad del muro y de que éste ya no permitía ver desde una comunidad hacia la otra. El gobierno federal respondió a estas críticas en 1997 reemplazando las planchas de aterrizaje en una corta sección del muro entre los dos portones de cruce por un colorido "muro decorativo" (López 1997). Columnas de cemento lavado sostienen este muro de 4,5 m de altura con dos filas de ventanas y paneles de cemento conectándolas. Las ventanas en la fila inferior están bloqueadas por una malla de acero, y las de la fila superior están cubiertas por plexiglás. En la cima de la barricada se encuentra una barrera anti-escaladores compuesta por un ángulo de hierro y malla de acero.

Figura 6: Muro de remanentes de planchas de aterrizaje militares y pared decorativa desde el lado mexicano, 2008.

El explosivo crecimiento de la maquiladora en Nogales, Sonora, y la frontera fortificada comprometen el mensaje de cooperación, aprendizaje e internacionalismo que intentaron proclamar los monumentos modernistas de México de la década de 1960. Las corporaciones multinacionales que tomaron control de la economía local poco se preocupan por el bienestar de la población local. Las abiertas y optimistas construcciones modernistas se erigen en contradicción con la corporativización y el cercamiento.
El Mono Bichi ya no se ubica cerca del borde sur de la ciudad. Las maquiladoras y la construcción colonial han transformado este punto en el centro geográfico de la ciudad. En 2008, equipos de construcción erigieron una nueva autopista justo por arriba del Mono Bichi. La modernidad y el progreso colisionaron en este punto ya que el arte público monumental, con su visión romántica de "el pueblo", bloquea literalmente el puente de la autopista empleada para enviar mercancías de la maquiladora hacia EEUU. Afortunadamente, en 2009 un movimiento popular forzó a la ciudad de Nogales, Sonora, a trasladar al Mono Bichi y a Benito Juárez a un nuevo emplazamiento alejado. Las estatuas ahora se encuentran eclipsadas por la autopista de intercambios y Juárez ya no señala hacia el distrito rojo.
El aspecto fortificado del lado estadounidense de la entrada limítrofe que se encuentra en el centro de la ciudad, junto con las planchas de aterrizaje militares empleadas como muro, también oscurecen a la gran ave blanca que vuela hacia el norte, ubicada del lado mexicano de este puerto de cruce. Aquellos que cruzan la frontera desde EEUU tienen que atravesar portones, barrotes y muros, y en ningún punto de este recorrido pueden visualizar el monumento que Mario Pani creó del lado mexicano para representar el internacionalismo. Viniendo desde el sur, el muro y el duro edificio de entrada a EEUU abruman visualmente las alas de hormigón blanco del portón mexicano (Figura 7).


Figura 7: Puertas de entrada en la frontera EEUU – México. Mirando hacia el norte desde México, 2011.

Una década después de la construcción de la pared de planchas de aterrizaje en Nogales ha quedado claro que los muros urbanos y la prevención a través de la disuasión no ha logrado detener o disminuir significativamente el flujo de inmigrantes y drogas a través de la frontera. El Department of Homeland Security de EEUU concluyó en el verano de 2011 la construcción de una nueva pared de acero, estilo bollard, de 4,5 km de largo, con un costo de 11.600.000 dólares (Figura 8). Este nuevo muro tiene un promedio de entre 7 y 9 m de altura y cuenta en su parte superior, y sobre el lado sur, con una plancha de acero de 1,5 m de altura colocada para desalentar cualquier intento de escalamiento. El muro está construido con tubos de metal cuadrangulares rellenos con concreto y con un barrote de acero en su interior para evitar intentos de corte. Estos tubos fueron colocados a 10 cm unos de otros a fin de que los agentes de EEUU puedan observar el territorio mexicano a través de esta cerca. El muro además se asienta sobre un cimiento de concreto de entre 2 a 3 m de profundidad que tiene la intención de desalentar cualquier intento de construir túneles por debajo del muro.

Figura 8: Muro estilo bollard desde México, 2012.

Muchas personas de Ambos Nogales ven al muro como una aberración que profundiza la división entre dos comunidades que solían funcionar como una. Jesús Quintanar, un ingeniero que pertenece a la sección mexicana de la International Boundary and Water Commission, comentaba que el gobierno de México nunca estuvo de acuerdo con la existencia de un muro fronterizo (McComb 2011a). Si bien él consideraba que la vieja pared era muy fea, no encuentra nada bonito en la nueva. Olivia Ainza, presidente y CEO de la Cámara de Comercio del Condado de Nogales-Santa Cruz, sostiene que la pared fronteriza hace parecer a Nogales, Arizona, como una prisión (González 2011), y teme que esta apariencia y el disgusto que ha provocado esta barrera inhiban a los mexicanos a cruzar a Nogales, Arizona, para gastar dinero en compras variadas.
A decir verdad, Olivia Ainza tiene buenas razones para preocuparse acerca de cualquier cambio en la materialidad de la frontera que pudiera inhibir el cruce de consumidores mexicanos. La creciente militarización de la frontera y los cada vez mayores retrasos para cruzarla por el paso del centro de Nogales han producido un reducción de 30 % en el número de personas que ingresaron legalmente a EEUU entre 2002 y 2011. No es coincidencia que los comerciantes de Nogales, Arizona, reporten una reducción de 30 % en sus facturaciones durante el mismo período (McComb 2011b). Esta reducción se manifiesta en las ruinas contemporáneas de Nogales, Arizona. Por todo el centro de la ciudad los frentes de los negocios aparecen cerrados, las paredes necesitan ser pintadas, los vidrios rotos no son reparados y la basura se apila en los callejones y las esquinas.
Los comerciantes de Nogales, Sonora, han sufrido incluso más que sus compatriotas en Arizona. Toda clase de turismo ha declinado marcadamente, principalmente por el miedo a la violencia relacionada con la droga. De 700 tiendas de curiosidades que solían operar en el distrito turístico de Nogales, Sonora, a fines de 2011, quedan solamente 33 (Ponce 2012). Estas tiendas sobrevivientes reportaron una caída de sus negocios del 80 %. De los seis restaurantes que atendían al turismo, sólo La Roca permanece abierto, aunque podría cerrar sus puertas en un futuro cercano. En su momento de mayor esplendor, La Roca facturaba 25.000 dólares a la semana, 60 a 70 % de los cuales procedía de los turistas. En la actualidad, y en una buena semana, factura 2000 dólares. Otro restaurante que ha sobrevivido es Elvira's, pero para esto se tuvo que mudar a Tubac, Arizona (Figura 9). El turismo médico también se ha reducido (Alvarado 2010). En la Plaza Pesqueira los negocios cayeron un 25 % entre 2008 y 2010.


Figura 9: Restaurant Elvira's abandonado, Nogales, Sonora.

Esta declinación se expresa en la ruinificación material. La mayoría de los frentes de los negocios en el distrito turístico están clausurados, decorados con carteles de alquiler o venta, y aquellas tiendas y consultorios odontológicos que aún permanecen abiertos presentan sus frentes cada vez más deteriorados. Un área de mercado al aire libre, llamada el triángulo, emplazada a una cuadra y media de la frontera, que solía estar atestada de turistas comprando curiosidades en los distintos puestos, está ahora vacía, cubierta de basura e improductiva como las galerías comerciales del Paris de Benjamin. Se pueden encontrar los abandonados restaurantes clausurados y oscuros. Inclusive han declinado los sórdidos bares del distrito rojo de la calle Elías. Las ruinas del centro de Nogales, Arizona, y Nogales, Sonora, incrementan el miedo que los turistas tienen a la violencia relacionada con la droga, y la menor presencia de turistas lleva a más ruinificación.
Los medios de comunicación de EEUU han incluso empleado la prosperidad material a fin de hacer más sensacionalista para sus audiencias el tráfico de drogas y sus peligros. En una reunión que mantuve en diciembre de 2011 con el cónsul estadounidense en Nogales, Sonora, Chad P. Cummins, me comentó sobre un informe producido por una estación televisiva de Phoenix, Arizona, en el cual se hablaba de las mansiones narco en Nogales, Sonora. El equipo de filmación había viajado a un barrio acaudalado y filmado las amplias casas que allí se encontraban. Entre otras, identificaron una casa con un portón de barrotes y un puesto de seguridad e inmediatamente asumieron que era la residencia de un importante amo de la droga. La casa era en realidad del propio Cummins, la residencia del Cónsul General de EEUU en Nogales, Sonora.

Conclusión
Estos procesos de ruinificación, y los paisajes de ruinificación que estos procesos crean, no terminan en la frontera entre EEUU y México. Por el contrario, éstos reflejan las contradicciones fundamentales del capitalismo, el cual debe constantemente devaluar la riqueza existente a través de guerras, el abandono o las crisis económicas periódicas a fin de dar lugar a la creación de nueva riqueza. En el espacio contemporáneo de la creación destructiva, la modernidad crea ruinificación a medida en que los proyectos modernistas se hacen obsoletos y deben caer en ruinas para dar espacio a lo moderno nuevo.
Aún vivimos en un mundo capitalista donde los procesos económicos están basados en la posesión de propiedad privada y trabajo asalariado. El proceso de ruinificación es inherente a estas relaciones, pero el capitalismo veloz ha acelerado el ritmo de la ruinificación. El capitalismo moderno es un capitalismo acelerado y altamente publicitado que posee una profunda influencia sobre los pueblos de la tierra, como nunca antes ha tenido. El mundo es, de hecho, más capitalista hoy que cuando Marx lo analizaba a mediados del siglo XIX. Durante esta época, la propiedad privada y el trabajo asalariado eran dominantes tan solo en Europa. Durante la mayor parte de su existencia, el capitalismo se expandió incorporando regiones del mundo no-capitalistas. En la actualidad, virtualmente ningún rincón del mundo está afuera del control del capitalismo, el cual se expande hoy acelerando sus procesos, incluido el de la ruinificación. Vemos que la ruinificación es más fuerte en algunos lugares que en otros, pero a lo largo y ancho del mundo los procesos que han brutalizado a Ambos Nogales continúan.
Las reverberaciones de la ruinificación acechan a la gente de Ambos Nogales. La cultura material moderna revela las contradicciones de la creación destructiva del capitalismo y de las políticas fronterizas de cercamiento y comercio. Hoy día, los portones fortificados y las carreteras avasallan a los monumentos modernistas orientados al internacionalismo y al desarrollo. Una frontera militarizada y el incremento en las inspecciones desalientan los viajes de compras a Nogales, Arizona, produciendo la declinación y la ruinificación del centro de la ciudad. La misma cultura material refuerza el miedo de los turistas a la violencia relacionada con la droga, y el declive del turismo acelera la ruinificación en Nogales, Sonora. En Ambos Nogales, la ruinificación se alimenta a sí misma creando más ruinas. En la frontera, y tal como ha argumentado Schiffer, la perspectiva arqueológica ilumina las conexiones en este proceso de ruinificación; conexiones que de otra manera no podrían ser sospechadas.

Agradecimientos
Comencé a escribir este artículo cuando me encontraba realizando trabajo de ayuda humanitaria con la organización No More Deaths en Nogales, Sonora. Nuestro trabajo con personas deportadas desde EEUU me llevaró a mantener contactos diarios con el muro fronterizo y con el impacto que produce esta pared sobre las personas. Quisiera agradecer a los colegas de No More Deaths, especialmente a David Hill, Hannah Hafter, Vicki Kline, Juan Aguirre y Antonio Zapien, por incluirme en este trabajo. Me aflora un sentimiento de humildad ante el esfuerzo que realizan los hermanos y hermanas jesuitas de la Sagrada Eucaristía, quienes crearon la Kino Border Initiative a fin de arreglar las vidas que la pared daña. Cualquier reflexión que pueda realizar sobre el impacto que este muro tiene sobre las personas encuentra su origen en las interacciones con los habitantes de Ambos Nogales, los inmigrantes y los deportados. Pamela Smart, Joshua Reno, Thomas Wilson, Douglas Holmes, Kathleen McGuire, Jason De Léon, Manuel Coppola, Erin Riggs y dos revisores anónimos me ofrecieron comentarios críticos que mejoraron substancialmente mi artículo. Aprecio de verdad su tiempo y esfuerzo. Agradezco a Anne Hull por el trabajo sobre la Figura 1, a Abby Valenzuela Rivera por permitirme usar su fotografía del Mono Bichi y a la Arizona Historical Society por autorizarme a publicar la Figura 2. Le agradezco a Valeria Franco y Félix Acuto por invitarme a participar del simposio del ICA y de este volumen. Quiero agradecer por último a mi esposa y colega Ruth Van Dyke, quien me acompaño en el trabajo de ayuda humanitaria y quien es constantemente mi crítica, comentadora y editora más constructiva.

Bibliografía
Acosta, J. y A.L. Enriquez
2009. Migration and Urbanization in Northwest Mexico's Border Cities. Journal of the Southwest 51:445-455
Agger, B.
2004. Speeding Up Fast Capitalism: Cultures, Jobs, Families, Schools, Bodies. Rowman and Littlefield, Lanham.
Alvarado, M.
2010. Downtown Area Installs Cameras in Bid to Regain Tourists, End Fear: Surveillance Is Increased in Nogales, Sonora. Arizona Daily Star, December 21.
Alvarez, R.R. Jr.
1995. The Mexican-Us Border: The Making of an Anthropology of Borderlands. Annual Review of Anthropology 24:447-470
Arreola, D.D.
1996. Border-City Idée Fixe. Geographical Review 86(3):356-369.
2004. The Fence and Gates of Ambos Nogales: A Postcard Landscape Exploration. En On the Border: Society and Culture between the United States and Mexico, editado por A.G. Wood, pp.43-79. SR Books, Lanham.
Arreola, D.D. y J.R. Curtis
1993. The Mexican Border Cities: Landscape, Anatomy, and Place Personality. University of Arizona Press, Tucson.
Ashabranner, B.
1987. The Vanishing Border: A Photographic Journey along Our Frontier with Mexico. Dodd, Mead, & Co., New York.
Beezley, B.
2008. From the Archives: Everything You Always Wanted to Know about "El Mono Bichi" or "Monumento a Juarez". Borderlore: Folklife and Culture in the US-Mexico Borderlands. http://borderlore.wordpress.com/2008/11/01/32/, última visita 12 de octubre de 2012.
Benjamin, W. y R. Tiedemann
1999. The Arcades Project. Belknap, Cambridge.
Bigo, D.
2002. Security and Immigration: Toward a Critique of the Governmentality of Unease. Alternatives: Global, Local, Political 27(1):63-92.
Boele, K.
2011. Nogales Mexico: A High-Tech Link in the Global Supply Chain. The Sonoran Chronicle. http://sonoranchronicle.com/2011/04/06/nogales-mexico-a-high-tech-link-in-the-global-supply-chain/, última visita 5 de abril 2012.
Border Patrol
2011. United States Border Patrol, Southwest Border Sectors, Total Illegal Alien Apprehensions by Fiscal Year (Oct. 1st through Sept. 30th). http://www.cbp.gov/linkhandler/cgov/border_security/border_patrol/usbp_statistics/60_10_app_stats.ctt/60_11_app_stats.pdf, última visita 6 de abril de 2012.
Buchli, V. y G. Lucas (eds.)
2001. Archaeologies of the Contemporary Past. Routledge, London.
Cadava, G.L.
2011. Lines within Ambos Nogales and the Tohano O'odham Nation. The Journal of American History 98(2):362-383.
Clark, N.M.
1952 . Nogales. Saturday Evening Post, May 24, 1952, pp. 26-27, 119-120, 124.
Cunningham, H. y J. Heyman
2004. Introduction: Mobilities and Enclosures at Borders. Identities: Global Studies in Culture and Power 11(3):298-302.
Curtis, J.R. y D.D. Arreola
1991. Zonas de Tolerancia on the Northern Mexican Border. Geographical Review 81:333-346.
Dawdy, S.L.
2010. Clockpunk Anthropology and the Ruins of Modernity. Current Anthropology 51(6):761-793.
Davidson, M.
1998. Bridging Troubled Waters in Ambos Nogales. The Alicia Patterson Foundation, http://aliciapatterson.org/stories/bridging-troubled-waters-ambos-nogales, última visita abril 14 de 2012.
DeGenova, N. y N. Peutz (eds.)
2010. The Deportation Regime: Sovereignty, Space, and the Freedom of Movement. Duke University Press, Durham.
De León, J.
2012. Better to Be Hot Than Caught: Excavating the Conflicting Roles of Migrant Material Culture. American Anthropologist 114(3):477-495.
Donnan, H. y T. Wilson
1999. Borders: Frontiers of Identity, Nation and State. Berg, Oxford.
Eppinga, J.
2002. Nogales: Life and Times on the Frontier. Pimeria Alta Historical Society, Nogales.
Follis, K.S.
2012. Building Fortress Europe: The Polish Ukrainian Frontier. University of Pennsylvania Press, Philadelphia.
González, D.
2011. Nogales Gets a More Secure Border Fence. Arizona Republic. June 30, 2011, Phoenix.
González-Ruibal, A.
2008. Time to Destroy: An Archaeology of Supermodernity. Current Anthropology 49(2):247-279.
Gordillo, G.
2011. Ships Stranded in the Forest. Current Anthropology 52(2):141-167.
Grayson, G.W.
2010. Mexico: Narco-Violence and a Failed State? Transaction Publishers, New Brunswick.
Gutiérrez, R.A. y E. Young
2011. Transnationalizing Borderlands History. The Western Historical Quarterly 41(1):26-53.
Haddal, Ch.C.
2010. People Crossing Borders: An Analysis of U.S. Border Protection Policies. Congressional Research Service, Washington D.C.
Hämäläinen, P. y S. Truett
2011. On Borderlands. Journal of American History 95(2):338-361.
Harrison, R.
2011. Surface Assemblages: Towards an Archaeology in and of the Present. Archaeological Dialogues 18(2):161-164.
Henderson, J.T.
2011. Beyond Borders: A History of Mexican Migration to the United States. Willey-Blackwell, Malden, MA.
Hernández, K.L.
2010. Migra! A History of the U.S. Border Patrol. University of California Press, Berkeley.
Heyman, J.
2004. U.S. Points of Entry on the Mexican Border. En On the Border: Society and Culture Between the United States and Mexico, editado por A.G. Wood, pp. 221-243. SR Books, Lanham.
Kopinak, K.
2011. How Maquiladora Industries Contribute to Mexico-U.S. Labor Migration. Papers 96(3):633-655.
Lopez, L.
1997. Nogales Wall's New and Spiffy but Some Say a Wall is Still a Wall. The Daily Courier. December 29, 1997, Prescott.
McCombs, Brady
2011a. New Border Fence At Nogales To Increase Safety, Security. Arizona Daily Star Tucson, April 14, 2011.
2011b. Once Welcoming Borderlands Now Forever Divided. Arizona Daily Star, December 11, 2011, Tucson.
McGuire, R.H.
2008. Archaeology as Political Action. University of California Press, Berkeley.
Miller, D.
2010. Stuff. Polity Press, Cambridge.
Muilenburg, A.
2003. Effects of the Maquila Industry on Nogales, Sonora. Capstone Collection. Paper 882. http://digitalcollections.sit.edu/capstones/882, última visita 5 de abril de 2012.
Nogales International
2011. More Accounts Emerge Following Deadly Border Shooting. Nogales International. January 6, 2011.
Olsen, B.
2010. In Defense of Things: Archaeology and the Ontology of Objects. Alta Mira Press, Lanham.
Ponce, A.
2012. In Nogales, Tourism Takes a Hit From Drug Violence. The New York Times Student Journalism Institute, Tucson 2012. http://tucson12.nytimes-institute.com/13/in-nogales-tourism-takes-a-hit-from-drug-violence/, última visita 3 de marzo de 2012.
Radu, C.
2010. Beyond Border "Dwelling": Temporalizing the Border Space through Events. Anthropological Theory 10(4):409-433.
Rathje, W. y M.B. Schiffer
1982. Archaeology. Harcourt, Brace and Jovanovich, New York.
Ríos, A.Á.
1999. Capirotada: A Nogales Memoir. University of New Mexico Press, Albuquerque.
Schiffer, M.B.
1991. The Portable Radio in American Life. University of Arizona Press, Tucson.
2011. Studying Technological Change: A Behavioral Approach. University of Utah Press, Salt Lake City.
Schiffer, M.B. y R.A. Gould
1981. Modern Material Culture Studies: The Archaeology of US. Academic Press, New York.
Steller, T.
2012. Guns Go Quiet in Uneasy Nogales. Arizona Daily Star. March 11, 2012.
St. John, R.
2011. Line in the Sand: A History of the Western U.S.-Mexican Border. Princeton University Press, Princeton.
Thomson, G.
2010. Padre Nacho - A Powerful And Controversial Nogales Priest Is Remembered By A Student. Borderzine: Journalism Across Fronteras. http://borderzine.com/2010/06/padre-nacho-%E2%80%94-a-powerful-and-controversial-nogales-priest-is-remembered-by-a-student/, última visita 12 de octubre de 2012.
US – Mexico Border and Immigration Task Force
2008. US-Mexico Border Policy Report. Published by the Border Network for Human Rights, El Paso, and the Border Action Network, Tucson. http://www.utexas.edu/law/centers/humanrights/borderwall/communities/municipalities-US-Mexico-Border-Policy-Report.pdf, última visita 7 de abril de 2012.
US State Department
2012. Bureau of Consular Affairs. Travel Warning: Mexico. http://www.travel.state.gov/travel/cis_pa_tw/tw/tw_5665.html, última visita 15 de octubre de 2012.
Vélez-Ibáñez, C.
1996. Border Visions: Mexican Cultures of the Southwest. University of Arizona Press, Tucson.
Voss, B.L.
2010. Matter Out of Time: The Paradox of the "Contemporary Past". Archaeologies 6(1):181-192.



Lihat lebih banyak...

Comentarios

Copyright © 2017 DATOSPDF Inc.