El Modelo Vasco de Gobierno (de código) Abierto

El Modelo Vasco de Gobierno (de código) Abierto. Rubén J. Fernández Vela En el año 2009 el País Vasco comenzó con la implantación, en su administración regional, del modelo de filosofía de gobierno de código abierto basado en tres pilares inalienables: la transparencia, la participación y la colaboración. Esta filosofía de gobierno podemos entenderla como una respuesta a dos fuerzas contrapuestas que llegan a entenderse, por un lado, los ciudadanos administrados que demandan a gobernantes y administraciones modelos de gobernanza más transparentes y democráticos y, por otro, los responsables del gobierno y de las administraciones que necesitan estar legitimados, compartiendo el poder con los ciudadanos. Según Patxi López, en declaraciones del mes enero de 2010, “(…) el ciudadano es un adulto que tiene la capacidad para pensar, decidir y tomar responsabilidad a la hora de construir la sociedad; los ciudadanos han sido tratados por las administraciones y los gobiernos como niños a los que había que llevar de la mano; esos días han de acabarse (…)“. La transparencia, en todo este mecanismo, no es un fin en sí mismo, sino el medio por el que la sociedad civil puede diseñar y evaluar las políticas públicas. Se trata de devolver el poder a la ciudadanía. Hablar de transparencia es hablar de apertura e información. La información, que debe estar abierta de dos formas, por un lado, de manera sencilla y fácil de encontrar para el ciudadano y por otro de forma que el ciudadano pueda reutilizarla. La clave está en el cambio, entender que la información pública pertenece a los ciudadanos, así el principio predeterminado es que todo se debe publicar, la reutilización es un derecho y, a la vez, un activo para el país; no sólo los datos operativos deben exponerse, también debe existir el derecho de acceso o acceder a datos sensibles, siempre bajo un marco legal predeterminado. Si bien es cierto que para todo ello debe modificarse la cultura interna de la organización de la administración, el concepto de liderazgo, el concepto de comunicación, etcétera. La transparencia debe entenderse como un valor que otorga claridad y sinceridad; como un cambio de actitud desde los más altos cargos hasta los más bajos puestos de la administración y del gobierno, como una rutina en todas las acciones que serán continuamente evaluadas por los administrados. En el modelo de Gobierno (de código) Abierto vasco, fue imprescindible para su éxito que desde las instituciones más elevadas del poder se creyera en dicho modelo, uno que se considera un “modelo vivo”. El cambio comenzó a gestarse dentro de la propia administración y el gobierno mediante talleres de innovación abiertos a todo el personal, diferentes herramientas tanto tradicionales como digitales, blog de uso interno, etcétera. Todo ello teniendo como principio base la confianza, bajo el lema: “es mejor hacer pidiendo perdón que hacer pidiendo permiso”. La estructura externa del Gobierno se compone, por un lado, por Irekia. Mucho más que una plataforma web, “irekia” significa abierto en la lengua vasca, se trata de una plataforma que siempre está en fase beta, una que aglutina los tres principios del gobierno abierto y que de forma paulatina ha ido haciéndolos realidad. Primero siendo transparente, después informativa, poniendo a disposición de los ciudadanos la información con las que contaba el personal de la administración y el gobierno incluyendo la interacción mediante preguntas y sugerencias, finalmente, colaborativa,; el gobierno y

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las administraciones se apoyan en las iniciativas ciudadanas para avanzar entre todos. “Irekia” se expande por toda la web continuando el diálogo en los espacios de sociales y entornos digitales. Como podemos apreciar, existe, un cambio en las instituciones de comunicación, se trata no de una comunicación unidireccional sino de un diálogo entre los miembros de la administración, gobiernos y ciudadanos, un diálogo circular. Los intermediarios cambian, cada persona habla con voz propia, el jefe de prensa ahora no es el intermediario sino es quien “enseña” al político cómo dialogar y cómo saber transmitir mejor el mensaje para que pueda llegar a cuantos más ciudadanos mejor. La estrategia de comunicación comprende, ahora, un idioma claro y sencillo, una rendición de cuentas de forma directa, un “contar las historias” siempre contextualizándolas, teniendo en cuenta que escuchar es más importante que hablar, pudiendo establecer diálogos cara a cara, ubicuos y con la posibilidad de atender al ciudadano los 7 días de la semana y las 24 horas del día. Por otro lado, Open data, es un catálogo con más de 2100 conjuntos de datos que se basa en la reutilización de los datos. La base de los datos abiertos se sustenta en estos principios: mejor dar datos que documentos; todos los datos se emplean en bruto, no pudiendo ser en formatos que no sean utilizables, sólo se podrá exponer aquellos datos que estén tratados para que puedan ser reutilizados; los datos que obran en poder de la administración son de propiedad del ciudadano; se utilizará atribución Creative Commons solo cuando sea necesario; se debe dar toda la información desde el inicio de cualquier proceso y no esperar a que nadie lo pida, en cumplimiento del derecho de información proactiva, la reutilización es gratuita, siendo lo importante que exista la mayor cantidad de datos expuestos en la mayor cantidad de formas de reutilización, no importando no estar “a la última” en tecnología y sí un compromiso con el ciudadano proporcionándole información rica y fácil de encontrar. Algo muy importante que entendemos debe ser aclarado es: que no se debe confundir el concepto de la transparencia con el de la apertura de datos. La transparencia hace efectivo el derecho a la información proactiva y el derecho al acceso a la información, mientras que los datos abiertos son “datos en bruto” para que puedan ser reutilizados por aquellos ciudadanos y agentes sociales que lo deseen. Desde la propia administración se trata de empoderar a la ciudadanía dándole toda la información filtrada, en todos los entornos y formas posibles. Se cuenta con la participación ciudadana en el diseño de programas, evaluación, construcción de alianzas. Se busca que agentes como los periodistas hagan “periodismo real” y objetivo, de datos, de facilitar contextos que promuevan las iniciativas, se conecte entre iniciativas locales, etcétera. En definitiva, la clave del modelo está en informar e involucrar a los diferentes agentes ciudadanos mediante el compromiso y la generación de confianza.

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