El hallazgo de Guereñu-Ozábal. Nuevos datos sobre el mundo funerario del territorio alavés en la Antigüedad Tardía (J. Pinar Gil)

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Descripción

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Comtes-rendus du ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀





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FICHA CATALOGRÁFICA

Congreso Internacional “Medio siglo de Arqueología en el Cantábrico Oriental” Coordinador: Armando Llanos Ortiz de Landaluze. Vitoria-Gasteiz: Arkeologarako Arabar Institutua/Instituto Alavés de Arqueología 2009 64 págs.+1074 págs. ISBN: 978-84-7821-739-7 1. Arqueología Cantábrico Oriental. 2. Congresos y Asambleas. I. Llanos Ortiz de Landaluze, Armando. coord. II. Diputación Foral de Álava. ed.

© Los autores © De la presente edición: Arkeologarako Arabar Institutua/Instituto Alavés de Arqueología Arabako Foru Aldundia/Diputación Foral de Álava

ISBN: 978-84-7821-739-7 DL: VI-606/09 Preimpresión: SC, S.A. Vitoria-Gasteiz Impresión: Imprenta de la Diputación Foral de Álava

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ACTAS CONGRESO “MEDIO SIGLO DE ARQUEOLOGÍA EN EL CANTÁBRICO ORIENTAL Y SU ENTORNO” 925-952 VITORIA-GASTEIZ 2009 ISBN: 978-84-7821-739-7

EL HALLAZGO DE GUEREÑU-OZÁBAL. NUEVOS DATOS SOBRE EL MUNDO FUNERARIO DEL TERRITORIO ALAVÉS EN LA ANTIGÜEDAD TARDÍA

Joan Pinar Gil* Palabras clave: Antigüedad tardía. Álava. Armamento. Indumentaria. Arqueología funeraria. RESUMEN: En 1967, en el terreno de Ozábal (término municipal de Guereñu, Iruraiz-Gauna, Álava) fue hallado de forma fortuita un conjunto de hierros que incluía, entre otros materiales, una espada de un filo, dos puntas de lanza y un broche de cinturón. Un análisis pormenorizado de los materiales muestra que éstos habrían procedido, probablemente, de una única sepultura. La cronología de ésta –segunda mitad del siglo V– y la gran cantidad de hallazgos paralelos documentados desde el Atlántico hasta en Cáucaso plantean ciertos interrogantes acerca del origen de los materiales descubiertos en Guereñu y de su relación con necrópolis posteriores como la de Aldaieta. Gako hitzak: Bernat Antzinaroa. Araba. Armak. Jantziak. Hilobi-arkeologia. LABURPENA: 1967an, hainbat burdina aurkitu zituzten Ozabalen (Gereñu, Iruraiz-Gauna, Araba); aho bakarreko ezpata bat, bi lantza mutur, eta gerriko baten krisketa, besteak beste. Materialen azterketa zehatz batek erakusten duenez, litekeena da denak hilobi berekoak izatea Horren kronologiak –V. mendearen erditik aurrerakoa– eta Atlantikotik Kaukasora dokumentatutako aurkikuntzek Gereñun aurkitutako materialen, eta ondorengo nekropoliekiko –Aldaietakoa, adibidez- zerikusiaren inguruko hainbat galdera planteatzen dituzte. Mots clés: Antiquité tardive. Alava. Armement. Vêtements. Archéologie funéraire. RÉSUMÉ: En 1967, sur le terrain d’Ozábal (commune de Guereñu, Iruraiz-Gauna, province de Alava) a été découvert par hasard un ensemble de fers qui comprenait, entre autres matériels, une épée à un fil, deux pointes de lance et une boucle de ceinture. Une analyse détaillée des matériels montre qu’ils proviendraient probablement d’une seule sépulture. Sa chronologie –deuxième moitié du Ve siècle– et la grande quantité de découvertes parallèles documentées de l’Atlantique au Caucase posent certaines questions concernant l’origine des matériels découverts à Guereñu et leur relation avec les nécropoles ultérieures comme celle d’Aldaieta. Key words: Late antiquity. Alava. Arms. Clothing. Funeral archaeology. SUMMARY: A group of iron artefacts (mainly a one-edged sword, two spearheads and a belt buckle) was found by chance in the estate Ozábal (municipality of Guereñu, Iruraiz-Gauna, Álava) in 1967. A detailed survey of such artefacts shows that they are likely to come from a single grave. Its chronology –second half of the 5th century– and a big number of parallel finds scattered from the Atlantic Ocean to the Caucasus pose a number of questions about the origin of the objects from Guereñu and their links with later cemeteries like Aldaieta.

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Universitat de Barcelona/Museu de Montserrat. E-mail: [email protected]. Este trabajo se integra en las actividades del proyecto I+D+I HUM2005-00268/HIST, financiado por el MEC con participación de fondos FEDER. El mismo ha sido posibilitado por la concesión de una beca del Programa Nacional de Formación de Profesorado Universitario del Ministerio de Educación y Ciencia. El autor desea expresar su sincero agradecimiento al personal del Museo de Arqueología de Álava –especialmente a A. Baldeón y E. García– por su ayuda y por las facilidades dadas para el estudio de los materiales.

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El 8 de marzo de 1967, el periódico La Gaceta del Norte recogía la noticia del hallazgo de unas puntas de lanza en las proximidades de Guereñu, población localizada 19 km. al suroeste del centro urbano de Vitoria (fig. 1). Los materiales procedían del terreno de Ozábal, situado en una llanada agrícola al norte de la actual A-3110, a los pies de una cordillera de colinas suaves (fig. 2). Dicha noticia llegó a oídos de A. Llanos, quien inspeccionó el lugar del hallazgo, describió los materiales y difundió el conjunto en medios científicos por primera vez (Llanos, 1967). En este trabajo, el lote de materiales fue descrito como dos puntas de lanza, un cuchillo largo, un fragmento de herradura, un fragmento de broche de cinturón y diversos restos óseos en muy mal estado. Las prospecciones conducidas por el propio Llanos en la zona no obtuvieron resultado, por lo que se asumió su condición de hallazgo aislado. El cuchillo, las puntas de lanza y el broche de cinturón inversos especialistas se han interesado por estos materiales, aunque sin llegar a realizar una revisión de conjunto de los mismos (Baldeón et alii., 1983, p. 201; Carta Arqueológica..., 1987, p. 198; Gil, 1991, p. 153; Gil, 1997; Ardanaz/Rascón/Sánchez, 1997, pp. 414, 418; Ripoll, 1991, p. 669; Ebel-Zepezauer, 2000, pp. 246-247; Azkárate, 2004, p. 400).(1)

Fig. 1. Localización del hallazgo de Guereñu-Ozábal respecto a las principales vías de comunicación del norte de la Península Ibérica. (1)

Cf. en último lugar PINAR, 2008.

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Fig. 2. Plano topográfico con la localización del hallazgo.

EL HALLAZGO DE 1967: DESCRIPCIÓN DE LOS MATERIALES DEL MAA 1. Broche de cinturón articulado de hierro, anilla oval, hebijón troncocónico y placa rectangular. El proceso de oxidación ha provocado que la anilla, la placa y el hebijón se mantengan unidos por soldadura, a pesar de que el gancho del hebijón y la charnela, formada por dos salientes que arrancan del extremo proximal de la placa para doblarse sobre sí mismos, no se han conservado en su totalidad. En la placa, la anilla y el hebijón de la anilla son visibles restos de decoración damasquinada en bronce. Dimensiones: anchura placa 4 cm.; longitud placa 2’3 cm.; grosor placa 0’3 cm.; anchura anilla 3’5 cm.; longitud anilla 2’1 cm.; grosor anilla 0’7 cm.; longitud hebijón 2’7 cm. (fig. 3.2). 2. Espada de un solo filo, larga y estrecha, con punta simétrica y con espiga triangular con orificio central con travesaño destinado a la sujeción del mango. Dimensiones: longitud total 54 cm.; longitud de la hoja 50 cm.; anchura máxima 2’8 cm. (fig. 3.1). 3. Punta de lanza con enmangue tubular de embocadura abierta y hoja alargada de sección romboidal: longitud total 37’5cm.; longitud de la hoja 28’8 cm.; anchura máxima 2’6 cm. (fig. 3.4). 4. Punta de lanza con enmangue tubular de embocadura abierta y hoja de sección romboidal: longitud total 34’5 cm.; longitud de la hoja 20’5 cm.; anchura máxima 2’3 cm. (fig. 3.3).

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Fig. 3. Guereñu-Ozábal. Hallazgo de 1967.

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EL BROCHE DE CINTURÓN El pequeño ejemplar fragmentario de Guereñu fue restituido por el autor de la primera publicación del complejo como un broche de cinturón de placa liriforme (Llanos, 1967, fig. 2). Los investigadores que posteriormente se han interesado por la pieza han aceptado –en ocasiones con ciertas reservas– esta interpretación, así como la cronología que de ella se deriva. A pesar de su mal estado de conservación, ciertas particularidades formales de la pieza la distinguen de los broches liriformes. Este hecho es evidente al examinar detenidamente su hebilla, integrada por una anilla y un hebijón originariamente articulados mediante un gancho situado en el reverso de la base de este último, hoy perdido. La forma netamente oval y la sección circular de la anilla no se corresponden con la morfología habitual en los broches liriformes, que presentan una característica forma en D más o menos pronunciada y una sección más aplanada. Por su parte, la forma troncocónica del hebijón, cuya punta sobrepasa tan sólo ligeramente el perfil de la anilla, así como la base poco pronunciada del mismo, se distinguen también de los rasgos habituales en las producciones hispánicas de tipo liriforme (Ripoll, 1998). Otro rasgo morfológico a tener en cuenta para la adscripción tipológica de la pieza es el sistema de articulación de la hebilla a la placa. A pesar del deterioro sufrido, es aún posible observar que la placa se engancha a la anilla mediante dos láminas finas que surgen de su extremo proximal para doblarse sobre sí mismas, abrazando el perfil distal de la anilla. Este sistema difiere claramente del mecanismo de sujeción típico en los broches de placa liriforme, que cuentan con parejas de apéndices perforados en el extremo distal de la anilla y en el extremo proximal de la placa, destinados a actuar como soportes de un eje de charnela de sección circular, colocado transversalmente (Ripoll, 1998). Este mecanismo es una constante en las producciones de broches articulados del siglo VII a lo largo del Mediterráneo (Werner, 1992; Baldini, 1999, pp. 227-233). La morfología del broche de Guereñu debe ponerse en relación con un grupo bastante extenso de piezas articuladas de pequeñas dimensiones, procedentes de distintos puntos del continente europeo y del espacio mediterráneo. La cronología de este conjunto de broches puede situarse entre la segunda mitad del siglo V y los primeros decenios del VI, de acuerdo con su aparición en numerosos complejos cerrados de la Europa central y occidental (Quast, 1993, pp. 84-87; Kazanski, 1994; Böhme, 1995, pp. 98-103; Schultze-Dörrlamm, 2002, pp. 36-145). Tradicionalmente, los broches de este tipo, en razón de la frecuente presencia de ornamentación de tipo cloisonné, habían sido asociados a la presencia de poblaciones de origen gótico o a su influencia en el centro y oeste de Europa. Sin embargo, en los últimos tiempos se ha ido evidenciando que la amplia distribución de estas piezas a lo largo de la cuenca mediterránea no permite asociar su producción y uso a ningún grupo étnico concreto (Kazanski, 1994, pp. 167168; Böhme, 1995, pp. 100-101). La pieza de Guereñu no constituye un hallazgo aislado en el contexto de la Hispania de la Antigüedad tardía, sino que se integra en un conjunto relativamente extenso de elementos de broche de cinturón de ámbito mediterráneo (fig. 4). Algunos de estos hallazgos hispánicos corresponden a producciones de talleres del Mediterráneo occidental, como indican los motivos ornamentales de los broches de Herrera de Pisuerga 43, Duratón 286, o Madrona 90 (Martínez Santa-Olalla, 1933, lám. XLIV; Molinero, 1971,

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Fig. 4. Broches de cinturón articulados de tipo mediterráneoy piezas emparentadas.

1-2, 7: MAC Barcelona, procedencia 3: Madrona, sep. 236. desconocida (¿Duratón? ¿Castiltierra?). 4: Llampaies. 5: Duratón, sep. 177. 6: Duratón, sep. 189. 8: Cacera de las Ranas, sep. 54. 9: Duratón, sep. 479. 10: Cacera de las Ranas, sep. 18. 11: Duratón, sep. 512. 12: Poblados del “Cañal”, Pelayos. 13: Duratón, sep. 286. 14: Duratón, sep. 565. 15: Ibiza. 16: Conimbriga. 17: Madrona, sep. 24. 18: Madrona, sep. 90. 19: Espirdo, sep. 13. 20: Alarilla. 21: Herrera de Pisuerga,sep. 43. 22: Las Delicias, sep. XIX.

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lám. XXII.1, LXV.2; Schultze-Dörrlamm, 2002, pp. 108-109; Kazanski, 1994, fig. 5.14-16; 8.19). Otros corresponden a tipos comunes a todo el Mediterráneo, como el motivo en forma de cruz griega de la placa de Conimbriga (Museu Conimbriga, 1994, p. 141; Quast, 1999a, fig. 2-3) o el motivo central en forma de gota de las placas reniformes de los broches de Llampaies y de la sepultura nº 177 de Duratón (Molinero, 1948, lám. XXXII.1; Molinero, 1971, lám. XV.1; Puig, 1999; Kazanski, 1994, fig. 1.8-9; 4.1; Stutz, 2003, lám. 8.189; 55.778). Cierta cantidad de piezas debe ser atribuida a centros productores locales (Molinero, 1971, lám. CIII.1), mientras que el broche de la sepultura nº XIX de Las Delicias sugiere la presencia en Hispania de manufacturas directamente procedentes del Mediterráneo oriental (Toro/Ramos, 1987, fig. 2.1; Schulze-Dörrlamm, 2002, pp. 123-132). El broche de Guereñu se distingue del resto de ejemplares hallados en Hispania por la decoración damasquinada de su placa, anilla y hebijón. El motivo de trazos paralelos damasquinados es muy frecuente en pequeños broches de cinturón de placa rectangular de la segunda mitad del siglo V procedentes del noreste de la Gallia, el área transrenana y el sureste de Britannia (fig. 5), que suelen ser interpretados como producciones de talleres norgálicos basados en prototipos mediterráneos (Böhme, 1995, pp. 101-103). Un número significativo de broches con esta misma decoración en la hebilla, aunque dotados con una placa reniforme lisa, aparece también en territorios más orientales (Giesler-Müller, 1992, lám. 56-57; Koch, 2001, lám. 29.14; Tejral, 2005, fig. 6A.12). La producción de hebillas de cinturón simples con decoración de trazos damasquinados es frecuente en el área renana hasta las primeras décadas del siglo VI; también en Italia han sido documentadas piezas de este tipo, procedentes de contextos datados en torno al año 500 (Roth, 1998; Cavada, 1994, fig. III.129, 132). Tanto la ornamentación como la morfología del broche de Guereñu encuentran sus mejores paralelos en ejemplares de este grupo de broches articulados procedentes del área merovingia y alamana. Entre todas estas piezas, merece una mención especial la decoración damasquinada de una placa de cinturón procedente de Kärlich (Lkr. Mayen-Koblenz, Alemania) (fig. 5.2). Ésta consta de un registro central rectangular en el que aparecen dos aves dispuestas simétricamente, con las cabezas afrontadas, a ambos lados de un receptáculo semicircular con dos pies de apoyo. Probablemente, se trata de una versión esquematizada del motivo de la fuente de la vida, amplísimamente difundido en el arte del Mediterráneo tardoantiguo. Esta lectura parece confirmada por los motivos vegetales estilizados que rodean el registro central, ya que se trata de un elemento que se asocia con frecuencia a este tipo de representaciones. Esta ornamentación vegetal se asemeja significativamente al motivo que se aprecia junto a uno de los vértices de la placa del broche de Guereñu (Hanel, 1994, lám. 25.1). Otra placa con representaciones vegetales comparables corresponde a un antiguo hallazgo procedente de Éprave (Namur, Bélgica) (Leclercq, 1939, fig. 10328). Los paralelos del broche aquí estudiado se concentran fundamentalmente en la Gallia oriental y la zona transrenana. Aceptar que la pieza de Guereñu habría sido producida en un taller del área renana implica reconocer un notable radio de distribución a este tipo de broches. Lo cierto es que existen otros indicios de la facilidad de estas piezas para circular a través de largas distancias: es el caso de un broche de placa rectangular acabada en dos prótomos aviformes afrontados hallado en Globasnitz (Carintia, Austria), cuya hebilla cuenta con una decoración damasquinada análoga a la de las producciones gálicas (Glaser, 2002, lám. 3.5).

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Fig. 5. Broches de cinturón articulados con decoración damasquinada.

1: Bittenbrunn, sep. 25. 3: Bifrons. 5: Schleitheim-Hebsack, sep. 855. 7: Hemmingen, sep. 15.

2: Kärlich. 4: Fère-Champenoise. 6: Weimar-“Nordfriedhof”, sep. 83. 8: Horn.

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LA ESPADA DE UN FILO Tal y como se ha dicho, la pieza fue inicialmente descrita como un cuchillo de grandes dimensiones (Llanos, 1967, p. 118), para posteriormente ser identificada como un scramasax (Ardanaz/Rascón/Sánchez, 1997, p. 414; Azkárate, 2004, p. 400). Tanto su longitud (54 cm. conservados, de los que 50 corresponden a la hoja) como su anchura (por debajo de los 3 cm.) se alejan de las formas típicas de las espadas de un filo de los siglos VI-VII, que por lo general presentan un mayor grosor y peso (Wermand, 1998). EbelZepezauer ha sido hasta la fecha el único investigador que ha identificado la pieza de Guereñu como un schmaler Langsax, aunque sin entrar en su examen detallado (EbelZepezauer, 2000, p. 88). La morfología de la pieza alavesa debe ponerse en relación con los sax largos y estrechos típicos del inicio de la época merovingia (Martin, 1993, pp. 395-396). Se trata de un arma que adquiere un creciente protagonismo en el mundo funerario del centro y este de Europa a partir de la primera mitad del siglo V (Werner, 1956, pp. 41-46; Quast, 1999b; Tejral, 2002, pp. 503-506). Su difusión a nivel continental ha sido relacionada por algunos autores con la presencia de los hunos en Europa central y con la adopción de diversas de sus costumbres por parte de las élites del barbaricum centroeuropeo (Werner, 1956); mientras que otros atribuyen al ejército tardorromano, especialmente el oriental, un papel preponderante en la difusión de este arma en el mundo tardoantiguo (Quast, 1999b, pp. 123-124; Kazanski/Mastykova/Périn, 2002, pp. 172-176). Este grupo de sax abunda especialmente en el área del Danubio medio y en el suroeste de la actual Alemania, apareciendo ocasionalmente en el este y norte de la Gallia, y en los territorios entre el Rin y el Elba (Koch, 2001, pp. 573-575). Recientemente han sido identificados los primeros hallazgos de sax de este tipo en la Gallia meridional (Hernandez, 2001; Stutz, 2003). A pesar de la dificultad implícita al hecho de datar con precisión el armamento y, en general, los utensilios de hierro, es interesante tener en cuenta las dimensiones de la pieza para su emplazamiento cronológico. Entre los paralelos más cercanos al sax de Guereñu, con una hoja en torno a los 45-50 cm. de longitud y una anchura máxima entre 2’53’5 cm. (fig. 6), pueden citarse los ejemplares de las sepulturas de Esslingen-Rüdern, Fridingen 24, Aldingen 7, Basel-Kleinhüningen 63 y 164, Schleitheim-Hebsack 406, Sigmundsherberg, Valea lui Mihai, Prostějov-Dr ě žovice 2, Izenave, Naumburg 12, Westheim 106, Szentes-Berekhát 37 y Dravlje 19 (Christlein, 1972, fig. 1.2; von Schnurbein, 1987, lám. 7; Schach-Dörges, 2004, fig. 35.8; Giesler-Müller, 1992, lám. 9.63.4; 37.164.1-2; Burzler et alii., 2005, lám. 63.406.1; Lippert, 1968, fig. 2.1; Čížmář/Tejral, ř 1999, fig. 7.1; Chanel, 1912, p. 270; Schmidt, 1961, lám. 52; Reiß, 1994, lám. 53A.2; Csallány, 1961, lám. LXXXIX.6; Slabe, 1975, lám. 6.1). Los citados complejos constituyen un grupo de notable uniformidad cronológica, situado principalmente en la segunda mitad del siglo V. La tumba nº 37 de SzentesBerekhát y, probablemente, la nº 19 de Dravlje, constituyen los complejos más tardíos, datables en torno al año 500. Mención especial, por su importancia en términos de cronología absoluta, merece el sax de la sepultura de Valea lui Mihai (Érmihályfalva), fechada en la segunda mitad del siglo V por la presencia de una reacuñación de un solidus de Teodosio II en su interior (fig. 7.A). En dicho sax puede apreciarse una longitud de hoja y una espiga triangular que coinciden con la morfología de la espada de Guereñu. Un caso muy similar es el del sax de la sepultura nº 7 de Aldingen, con una hoja de 49x3 cm.

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–casi coincidente con la de Guereñu– asociada a una posible reacuñación de moneda de plata de Mayoriano (451-455) (fig. 7.C). La presencia de diversas monedas romanas hasta el mismo Mayoriano en la sepultura doble de Izenave, con un sax de unos 48 cm. de hoja; así como la de un solidus de Libio Severo (461-465) en la sepultura nº 24 de Fridingen (con un ejemplar alrededor de los 46 cm.) (fig. 7.B), nos sitúan en este mismo horizonte cronológico.

LAS PUNTAS DE LANZA Algunos de los mejores paralelos de las dos puntas de Guereñu proceden de las cercanas necrópolis de San Pelayo y Aldaieta (Azkárate, 2004, fig. 4) (fig. 8.1-2, 5-9), así como de los yacimientos de Angostina y de Las Ermitas, también en territorio alavés

Fig. 6. Espadas de un filo de la segunda mitad del siglo V-inicios del siglo VI. 1: Pamplona. 2: Ljubljana-Dravlje, sep. 19. 3: Basel-Kleinhüningen, sep. 71. 4: Prostějov-Dr ějov-Držovice, sep. 2. 5: Esslingen-Rüdern.

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Fig. 7. Sepulturas con sax largos y estrechos con presencia de monedas. A: Valea lui Mihai/Érmihályfalva. B: Fridingen, sep. 24. C: Aldingen, sep. 7.

(Gil, 1991, fig. 1, 10-11; La romanización..., 2000, p. 235). Se trata mayoritariamente de piezas halladas en contextos poco esclarecedores a nivel cronológico. Pero las analogías más exactas son los ejemplares procedentes de las necrópolis sorianas de Suellacabras y Taniñe (Taracena, 1924-25) (fig. 9.A). Esto es especialmente visible en el caso de la punta de la sepultura nº 2 de Taniñe (fig. 9.A.6), dotada de una embocadura abierta y prácticamente idéntica en forma, tamaño y proporciones al gran ejemplar de Guereñu. Por desgracia, la pieza no se asociaba a materiales significativos desde un punto de vista cronológico en el interior de la sepultura de procedencia, por lo que no puede ser datada con precisión. Lo mismo sucede en el caso de la sepultura nº 1 de la misma necrópolis, con una punta de unos 26’5 cm. de longitud (fig. 9.A.1) asociada a una copa

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de cerámica de decoración estampillada difícil de ubicar con exactitud (Taracena, 192425, pp. 32-33). Tradicionalmente, el conjunto funerario de Taniñe ha sido relacionado con las necrópolis de tipo Duero, fechadas en el siglo IV e inicios del V. Sin embargo, su pervivencia hasta fines del siglo V-inicios del VI está asegurada por la hebilla con hebijón de base protoescutiforme de la sepultura nº 7 (Taracena, 1924-25, lám. XII; Palol, 1969, fig. 27.2); mientras que la morfología de la pequeña hacha de la sepultura nº 3 –asociada a una de las puntas de lanza– corresponde a formas habituales de la segunda mitad del siglo V en el territorio entre la Mancha y la Lorena (Legoux/Périn/Vallet, 2004). Con toda probabilidad, la cronología de las sepulturas con lanzas de Taniñe de be situarse entre mediados del siglo V y el primer tercio del VI. Este habría sido también el caso del conjunto de Suellacabras, cuya perduración hasta el siglo VI está igualmente documentada. Las puntas de lanza de hoja alargada y sección romboidal son abundantes entre los materiales hispánicos de los siglos VI-VII. Pero, a diferencia de las piezas de Guereñu, estas producciones suelen presentar enmangues largos con embocaduras cerradas. Entre los complejos cerrados con puntas de este tipo, la sepultura nº 62 de Aldaieta es el más significativo a nivel cronológico. En su interior, una punta de lanza con una hoja de unos 26 cm. de longitud y una forma similar a la del mayor ejemplar de Guereñu fue encontrada, entre otros materiales, junto a un hacha, un recipiente vítreo, un cuenco de bronce y dos hebijones de bronce de base escutiforme desarrollada (Azkárate, 1999, pp. 306-322), lo que indica una cronología en el tercio central del siglo VI. Un paralelo aún más próximo procede de la sepultura nº 89 del mismo conjunto, en asociación con la gran espada de un filo ya citada, una segunda punta de lanza de perfil poco pronunciado y un cuchillo (fig. 13.A). La sepultura nº 89 de Aldaieta se superpone parcialmente a la nº 97 (Azkárate, 1999, p. 411), fechable a partir de las décadas centrales del siglo VI por la presencia en su interior de una hebilla masiva con hebijón de base escutiforme plenamente desarrollada (Azkárate, 1999, pp. 472-480). Con seguridad, la sepultura nº 89 debe datarse a partir del ecuador del siglo VI. Probablemente, la sepultura nº 2 del mismo conjunto, con tres puntas de lanza muy similares al ejemplar de menor tamaño de Guereñu, debe ser fechada en este mismo horizonte (Azkárate, 1999, pp. 194-197). Entre los paralelos peninsulares de estas lanzas puede asimismo citarse una de las puntas descubiertas en el castrum del Puig Rom. La pieza posee una forma y proporciones bastante similares a las de la punta más larga de Guereñu, aunque sus dimensiones son mucho menores (Palol, 2004, fig. 122.33). Su cronología no puede fijarse con mayor precisión dentro del marco de los siglos VI-VII, de acuerdo con el período de ocupación del castrum. Los paralelos extrapeninsulares no resuelven la difícil cuestión de la cronología de las puntas de lanza de Guereñu. Dos piezas similares han sido identificadas en la Gallia meridional, en las necrópolis de La Turraque en Beaucaire-sur-Baïse (Gers) y de Biron (Charente-Maritime) (Larrieu/Marty/Périn/Crubézy, 1985, lám. B.9; Stutz, 2003, cat. 1337-1338) (fig. 8.3-4). Sus formas y sus embocaduras abiertas las aproximan a las piezas de Guereñu, aunque sus dimensiones son sensiblemente inferiores. La punta de La Turraque corresponde a un hallazgo en superficie, mientras que las asociaciones de materiales en la necrópolis de Biron son totalmente desconocidos; las dos piezas aquitanas carecen, por consiguiente, de un contexto cronológico preciso. Ambas han sido incluidas en los tipos 30 y 31 de la cronología de los elementos funerarios del noreste de la Gallia, donde aparecen entre mediados del siglo V e inicios del siglo VII (Stutz, 2003, p. 205).

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Fig. 8. Puntas de lanza de hoja larga y sección romboidal.

1-2: San Pelayo.

3: Biron.

Fig. 9. Complejos cerrados con puntas de lanza de hoja larga y sección romboidal. A: Taniñe. B: Great Chesterford, sep. 140.

Uno de los pocos hallazgos de largas puntas de lanza de sección romboidal fechado con precisión corresponde a la sepultura nº 140 de la necrópolis de Great Chesterford (Essex, Inglaterra) (Evison, 1994, fig. 53.140.2) (fig. 9.B). Se trata de un ejemplar de 40 cm. de longitud, de los que unos 31 corresponden a la hoja, que supone un paralelo bastante cercano de la gran punta de lanza de Guereñu. La sepultura contenía también, junto a otros materiales, una hebilla reniforme de hierro con restos de decoración damasquinada, datada en la segunda mitad del siglo V (Evison, 1994, p. 45-46). La cronología de este complejo nos sitúa en el mismo horizonte cronológico que los hallazgos de Taniñe o Suellacabras y que la mayoría de los paralelos centroeuropeos del sax y del broche de Guereñu. Esta relativa concentración de hallazgos en la vertiente atlántica de la pars occidentis contrasta con las dificultades para hallar paralelos en otras áreas geográficas. Algunos ejemplares afines de procedencia centroeuropea han sido citados a propósito de las puntas de lanza de Aldaieta. Se trata de piezas que aparecen de forma ocasional en el

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noreste de la Gallia y la zona transrenana, cuya cronología es difícil de acotar, pero que están documentadas con seguridad en el tercio central del siglo VI en diversos complejos cerrados (Böhme, 2002, pp. 141-142, con nota 17). Sin embargo, debe reconocerse que, a nivel morfológico, se hallan tan sólo lejanamente emparentadas con las piezas de Guereñu. Una valoración similar merece un pequeño grupo de hallazgos de la zona del alto Rin, con hojas comparables a las de las piezas alavesas pero con embocaduras cerradas y ornadas con acanaladuras (Moosbrugger-Leu, 1971, vol. B, lám. 14.34-36). La distribución de los paralelos sugiere que las lanzas de Guereñu habrían pertenecido a un tipo habitual en las provincias occidentales, con hallazgos documentados en la Tarraconensis, Carthaginensis, Aquitania y Britannia. Sin embargo, las piezas claramente atribuibles a este grupo son aún escasas, y la base documental deberá incrementarse aún mucho para que sea posible establecer conclusiones sólidas tanto al respecto de su distribución como de su cronología.

VALORACIÓN DE CONJUNTO La morfología del sax y del broche de cinturón y la cronología que ambos indican hacen muy posible que ambos elementos hubieran formado parte del ajuar de una única sepultura. Esta interpretación se encuentra respaldada por numerosos paralelos procedentes de distintos territorios europeos. La combinación de espada y broche procedente de Guereñu constituye el hallazgo más occidental de un numeroso grupo de sepulturas masculinas localizadas a lo largo y ancho del continente europeo (Kazanski/Mastykova/Périn, 2002, pp. 172-176), caracterizado por la asociación de un sax largo y estrecho a un broche de cinturón de tipo mediterráneo. Dicha asociación puede observarse en ricas sepulturas masculinas provistas de una gran spatha, como las de Basel-Kleinhüningen 63, Flonheim, Lavoye 319 o Djurso 291 (Menghin, 1983, pp. 212, 214-215, 218; Dmitriev, 1979, fig. 7-8), por citar sólo algunos ejemplos. En el equipamiento de estas tumbas, sin duda correspondiente a militares de alto rango, el sax largo habría desempeñado una función de arma secundaria, por detrás de la gran espada de doble filo. La ausencia de una gran spatha es precisamente el principal elemento que distingue el complejo alavés de los citados paralelos. En Guereñu –siempre asumiendo que sean conocidos todos los materiales que habrían integrado el complejo–, el sax largo habría desempeñado el papel de arma principal. Este hecho permite poner el hallazgo en relación con un nutrido grupo de sepulturas que se extiende desde la Península Ibérica hasta el Cáucaso septentrional, con dos concentraciones regionales principales. La primera corresponde a la zona del alto Rin y suroeste de la actual Alemania, con complejos como la sepultura nº 9 de Eschborn, las sepulturas nº 67 y 164 de Basel-Kleinhüningen, la nº 34 de Basel-Gotterbarmweg, la nº 406 de Schleitheim-Hebsack, la nº 42 de Pleidelsheim, la nº 7 de Aldingen o la nº 15 de Hemmingen (Ament, 1992, lám. 20; Giesler-Müller, 1992, lám. 10.67, 37.164; Vogt, 1930, fig. 12; Burzler et alii., 2005, lám. 33.406; Koch, 2001, lám. 19A; Schach-Dörges, 2004, fig. 35-36; Müller, 1976, lám. 5A). La segunda se sitúa en la región danubiana, tal y como muestran sepulturas como Košarevo 1, Szentes-Berekhát 37, Gyulavári y, quizás, Oros (Daskalov/Trendafilova, 2003, fig. 6.1; Csallány, 1961, pp. 74-75, 111, lám. LXXXIV.1-3, 6, 14; LXXXIX.6 ; CXCI.1-2; Kovrig,

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Fig. 10. Complejos cerrados de la segunda mitad del siglo V con sax largos y estrechos. A: Eschborn, sep. 9. B: Basel-Kleinhüningen, sep. 164. C: Schleitheim-Hebsack, sep. 406.

1959, lám. III.8-11). El hallazgo más oriental de una tumba de este tipo corresponde a la sepultura nº 2 de Justinianov Holm (Abjasia, Rusia), en la que un pequeño sax, con una hoja por debajo de los 30 cm. de longitud, se asociaba, entre otros materiales, a dos broches de cinturón bizantinos de la segunda mitad del siglo V o inicios del VI (Voronov/ Jušin, 1973, fig. 11; Kazanski, 1994, pp. 143-144, 151; Quast, 1999c, p. 242). Este grupo centroeuropeo de sepulturas con asociación de broche de cinturón mediterráneo y sax largo y estrecho como arma principal muestra una notable coherencia cronotipológica, que permite realizar algunas observaciones sobre la evolución de sus materiales más característicos. En la mayoría de sepulturas con broches fechables en la segunda mitad del siglo V, la longitud de las hojas de las espadas –en aquellos casos en que la preservación de las piezas posibilita esta observación– oscila alrededor de los 40-50cm: es el caso de Eschborn 9, Basel-Kleinhüningen 67 y 164, Schleitheim-Hebsack 406, Aldingen 7 y Hemmingen 15 (fig. 10). La longitud media de estas piezas contrasta con la de los sax procedentes de sepulturas similares con una cronología más avanzada. Un ejemplo muy claro de la pervivencia de tumbas de este tipo más allá del año 500 la constituye la sepultura nº 106 de Hódmezővásárhely-Kishomok (Csongrád m., Hungría) (Bóna/Nagy, 2002, lám. 27), que contenía un broche de bronce de placa rígida em-

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parentado con las piezas de tipo Sucidava, datable en las primeras décadas y a mediados del siglo VI (Schulze-Dörrlamm, 2002, pp. 152-155) (fig. 12.A). La longitud de la hoja del sax que acompañaba al broche es de 55’5 cm. Aún en la cuenca de los Cárpatos, la sepultura nº 1 del conjunto de Derecske–Új patika (fig. 12.B) presenta una cronología similar, tal y como indica la hebilla masiva con hebijón de base escutiforme que se asociaba a un sax con unos 56 cm. de hoja conservados (Nepper, 2005, p. 204, lám. 6). Elementos análogos presenta la sepultura nº 886 de Cutry (dep. Meurthe-et-Moselle, Francia) (fig. 12.C), con una asociación entre una hebilla simple con hebijón de base escutiforme y un sax con 58 cm. de hoja (Legoux, 2005, lám. 106-108).

Fig. 11. Complejos cerrados de finales del siglo V-inicios del siglo VI con sax largos y estrechos. A: Szentes-Berekhát, sep. 37. B: Basel-Gotterbarmweg, sep. 34. C: Basel-Kleinhüningen, sep. 139.

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Un pequeño grupo de sepulturas situables alrededor del año 500 resulta de gran importancia para afinar la cronología de esta tendencia evolutiva y –en consecuencia– datar con precisión el hallazgo de Guereñu. Entre ellos puede mencionarse la ya citada sepultura nº 37 de Szentes-Berekhát (fig. 11.A), en cuyo interior fue hallado un broche de cinturón de placa reniforme con decoración cloisonné con excelentes analogías en piezas halladas en la Península, como los broches de la sepultura nº 177 de Duratón y de Llampaies, datables en torno al 500. Junto al broche, la tumba de Berekhát contenía un sax con una hoja de una longitud de casi 53 cm. (Csallány, 1961, lám. LXXXIV.1-3, 6, 14; LXXXIX.6). Materiales muy similares se advierten en la sepultura nº 34 de la necrópolis de Basel-Gotterbarmweg (fig. 11.B), que muestra la asociación de un broche de cinturón de plata con placa reniforme, originariamente ornada por tres incrustaciones circulares, y un sax estrecho con una hoja de unos 56 cm. de longitud (Vogt, 1930, fig. 12). El grupo de broches al que el ejemplar de Basilea pertenece ha sido datado en las primeras décadas del siglo VI (Werner, 1966, p. 286); su uso ya en los años finales del siglo V es muy probable (en último lugar, Tejral, 2002, p. 511). Entre las sepulturas a caballo de los siglos V-VI debe incluirse la tumba nº 238 de la necrópolis de Weingarten (Kr. Ravensburg, Alemania), en la que una hebilla de bronce con hebijón troncocónico de base pronunciada, fechable asimismo en torno al 500, se asociaba a un sax con una hoja de 52 cm. de longitud (Roth/Theune, 1995, lám. 81C). Finalmente, puede citarse el inventario de Basel-Kleinhüningen 139 (fig. 11.C), con un sax de 56 cm. asociado a una hebilla oval simple de hierro damasquinado (Giesler-Müller, 1992, lám. 31.139). Se trata, como en el caso de la sepultura de Weingarten, de una pieza de origen no estrictamente mediterráneo, pero que constituye una forma típica en el suroeste de Alemania entre los últimos años del siglo V y mediados del siglo VI (Roth, 1998). Las sepulturas con asociación de broches mediterráneos y sax largos como arma principal de fines del siglo V-inicios del VI conforman, tal como su propia cronología indica, un grupo de transición entre los complejos de la segunda mitad del siglo V y los del pleno siglo VI, en el que se aprecia el progresivo incremento de la longitud de las espadas de su interior. A juzgar por sus dimensiones, parece que la barrera de los 50 cm. de longitud de los sax estrechos en este grupo de sepulturas se habría situado en los años inmediatamente anteriores al paso del siglo V al VI. Este hecho, junto con la tipología del broche de cinturón de Guereñu, parece confirmar que el hallazgo alavés habría correspondido a una única sepultura, con un emplazamiento cronológico bien definido en un momento avanzado de la segunda mitad del siglo V.(2) A nivel de cronología absolu-

(2)

Las sepulturas con un sax largo y estrecho como arma secundaria presentan mayores divergencias respecto a la evolución cronotipológica que se aprecia en las citadas sepulturas. En tumbas excepcionalmente ricas como Pouan, Altlussheim o Blučina-Cezavy, los sax con hojas en torno a los 60cm aparecen ya en la segunda mitad del siglo V. Las dimensiones poco frecuentes de estas tres piezas (a las que quizás deba añadirse la espada de Levice-Alsórétek 2: cf. A. TOČÍK (1962), “Nové nálezy z doby st’ahovania národov na juhozápadnom Slovensku”, Studijné Zvesti AÚSAV 9, pp. 187-218, esp. fig. 5 y 7.2) parecen indicar que se trata de armas excepcionales, de lujo, producidas de forma exclusiva para personas de alto rango [en este sentido, cf. Wermand, 1998, p. 772]; y que probablemente deban ser interpretadas más como sables de hoja recta que como espadas de un filo de tipo sax [cf. Tejral, 2002, p. 505]. Los materiales de las tres sepulturas encuentran numerosos puntos de encuentro: además del armamento, baste comparar las hebillas de cinturón de oro de Pouan y Altlussheim o los brazaletes de oro del mismo Pouan y Blučina [cf. Menghin, 1983, pp. 180-184, con bibliografía precedente]. Este hecho confirma la exclusividad de los materiales que conforman los depósitos funerarios de este grupo de sepulturas. El ejemplar de 65 cm. de hoja de la sepultura nº 515 de Weingarten [Roth/Theune, 1995, lám. 190D, 1] es sin duda otra producción excepcional en contexto occidental. La longitud de su hoja y de su empuñadura y su guardia decorada con una lámina de bronce permite identificarla como un sable recto de tipo oriental (¿sasánida?) [cf. Kazanski/Mastykova/Périn, 2002, p. 176, fig. 15]. Por otra parte, piezas por debajo de los 50 cm. aparecen ocasionalmente en contextos de este tipo datados a finales del siglo V-inicios del VI (Lavoye 319, quizás Planig). Este hecho podría verse explicado por la avanzada edad de los individuos enterrados en estas sepulturas (confirmada en Lavoye, un hombre de unos 50-60 años de edad). Por lo que respecta a la longitud –alrededor de 45 cm.– de la hoja del sax de la sepultura nº 63 de Basel-Kleinhüningen –asociado a un broche de

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ta, la ya citada acuñación de Libio Severo de la sepultura nº 24 de Fridingen (con un sax de 46 cm. de hoja, una jarra de cerámica de boca trilobulada y una hebilla de hierro fragmentada de perfil reniforme y decoración damasquinada) aporta el terminus post quem para el hallazgo de Guereñu. Su límite cronológico superior debe ser situado probablemente en torno al 490, de acuerdo con la fecha de arranque de las primeras sepulturas con spatha del grupo B de W. Menghin (480/490) –contemporáneas de las sepulturas nº 34 de Basel-Gotterbarmweg y nº 37 de Szentes-Berekhát– (Menghin, 1983, pp. 32-36, 56-59); así como con el inicio del nivel II de la cronología de época visigoda en Hispania, en el que las sepulturas con sax largo y estrecho asociado a broches de cinturón mediterráneos se encuentran ausentes.(3) Una datación en el intervalo 470-490 es por consiguiente la más plausible para la probable sepultura de Guereñu.(4) Tal y como ya se ha visto, la cronología de las puntas de lanza examinadas hace asimismo posible que éstas hubieran formado parte, junto al broche y la espada, del depósito funerario de una única sepultura. Parejas de puntas de lanza cortas asociadas a un sax largo y estrecho son conocidas en algunas sepulturas de la segunda mitad del siglo V-inicios del siglo VI, como Pleidelsheim 42, Fridingen 24 o Weingarten 238 (Koch, 2001, lám. 19A; von Schnurbein, 1987, lám. 7; Roth/Theune, 1995, lám. 81C). Por su parte, las lanzas de punta larga se asocian con cierta frecuencia a sax de este tipo en el interior de algunas ricas sepulturas con spatha del último cuarto del siglo V e inicios del VI (Pleidelsheim 71, Flonheim 5, Lavoye 319) (Koch, 2001, lám. 28-29; Menghin, 1983, pp. 214-215, 218). Sin embargo, el conjunto de Guereñu representaría la única asociación entre un broche de cinturón de tipo mediterráneo, un sax largo y estrecho como arma ofensiva principal y dos puntas de lanza largas conocida hasta la fecha. Este hecho obliga a ser muy cauteloso acerca de su integración en un mismo complejo cerrado junto al broche y el sax.

EL HALLAZGO DE GUEREÑU Y LAS NECRÓPOLIS DE TIPO ALDAIETA En un artículo relativamente reciente, A. Azkárate englobaba los materiales de Guereñu entre los vestigios materiales relacionados con las necrópolis de tipo AldaietaBuzaga.(5) El análisis de los materiales de Guereñu aquí desarrollado plantea una serie

placa reniforme que puede ser situado en torno al año 500, cf. Menghin, 1983, pp. 32-36, quien incluye la sepultura en su Zeitgruppe B–, ésta indica probablemente la cronología de la sepultura en un momento tardío de la segunda mitad del siglo V, tal como sugiere el hecho de que ésta se encuentre rodeada por diversas sepulturas situables en las décadas anteriores al año 500 [nº 64, 73 y 229, cf. Giesler-Müller, 1992]. Tan sólo un complejo cerrado con una espada de un filo larga y estrecha como arma principal escapa claramente de la lógica de la seriación aquí presentada: la sepultura nº 214 de Unterthürheim, con una hebilla simple de bronce de forma oval y hebijón troncocónico de base masiva y un sax con una hoja por debajo de los 40cm de longitud; y que puede ser fechada en torno al 500 [cf. Ch. GRÜNEWALD (1988), Das alamannische Gräberfeld von Unterthürheim, Bayerisch-Schwaben, Kallmünz, lám. 45.B]. Es interesante poner de relieve que esta excepción no se da en el seno del grupo de sepulturas con asociación de broche articulado de tipo mediterráneo –o una pieza derivada del mismo– y sax largo y estrecho como arma principal. Quizás quepa interpretar la remarcable coherencia entre la cronología indicada por la morfología del broche de cinturón y la longitud del sax como un reflejo del hecho que estas espadas y sus elementos de suspensión y sujeción se distribuían de forma conjunta. (3)

Ripoll, 1998, pp. 47-50, con bibliografía precedente. Sobre las sepulturas masculinas del nivel II en Hispania, cf. Pinar/Ripoll, 2007. (4)

Cronología que debe tomarse con la debida precaución que aconseja el desconocimiento de datos como la edad del difunto al fallecer (o la edad en que éste adquirió los objetos con los que se enterraría), que podrían introducir variaciones en la datación de la sepultura. (5)

La bibliografía sobre este grupo de necrópolis es notablemente extensa. A continuación se referencian algunos trabajos de reflexión sobre su problemática general: A. AZKÁRATE (1992), “The Western Pyrenees during Late Antiquity. Reflections

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de cuestiones interesantes acerca de su relación con el mencionado grupo de necrópolis. El primer dato –y quizás también el más significativo– que debemos tener en cuenta es la cronología que se desprende de esta asociación entre el sax y el broche de cinturón. De aceptar, como proponemos, que ambas piezas habrían formado parte del ajuar de una misma sepultura, nos encontramos con el hecho de que ésta habría sido sensiblemente anterior a la primera fase de utilización de Aldaieta (Azkárate, 2005-06), que sigue siendo el yacimiento de referencia para esta época. Este hecho nos plantea la cuestión de la preexistencia de ciertos ritos funerarios o al menos la presencia de ciertos elementos de equipo militar en el área del actual País Vasco, que hasta ahora parecían responder a una cronología corta y circunscrito únicamente a este pequeño grupo de necrópolis. La sepultura nº 89 de Aldaieta (fig. 13.A) ilustra de forma especialmente clara la relación entre los materiales de Guereñu y los de este grupo de necrópolis al que nos venimos refiriendo. Su inventario consiste en una espada de un filo largo y estrecho (probablemente ya identificable como un protosable, en razón de la longitud por encima de los 60 cm.), dos puntas de lanza largas y un cuchillo. Se trata, ciertamente, de un paralelo muy próximo para el conjunto de materiales de Guereñu, aunque su cronología es, como ya se ha dicho, no anterior a mediados del siglo VI. El segundo dato nos lo proporcionan los numerosos paralelos europeos de la combinación de broche articulado y sax largo y estrecho que encontramos en Guereñu. Dada la amplitud de la distribución de los integrantes del grupo de sepulturas en el que se encuadra el hallazgo de Guereñu, es difícil situarlo en un contexto étnico-cultural concreto. Más bien todo lo contrario: se trata de una prueba más de hasta qué punto las modas indumentarias, el equipo militar y las prácticas funerarias se encuentran “globalizados” –es decir, uniformizados a lo largo del vasto territorio entre el Atlántico y el Caspio– en el mundo de la Antigüedad tardía. Al mismo tiempo, nos muestran que la zona del actual País Vasco no habría sido impermeable a esta uniformización. Pero la falta de contexto arqueológico preciso abre las puertas a otras propuestas interpretativas. Así, algunos investigadores quizás prefieran considerar el hallazgo de Guereñu como fruto de un desplazamiento poblacional puntual. Su proximidad a la vía romana de Asturica a Burdigala (fig. 1.B) y su cronología ciertamente hacen tentador relacionar el hallazgo con el proceso de conquista y consolidación del noroeste de la Tarraconensis por parte de los visigodos en tiempos de Eurico (Pinar, 2006, pp. 92-93; Pinar/ Ripoll, 2007, pp. 89-90; Pinar, 2008). Sánchez Albornoz considera que las huestes de Abd al-Karim atravesaron el paso de Herrenchu-Guereñu para acceder a la llanada alavesa durante su campaña del año 823. Éste habría estado recorrido por un antiguo camino que alcanzaría, en dirección norte, el enclave de Alba, situado sobre la vía AstorgaBurdeos (Sánchez Albornoz, 1974, 128-138). Estos datos redundarían en la importancia estratégica del enclave de Guereñu, dominando un cruce de caminos terrestres.(6)

for a reconsideration of the issue”, en Il territorio tra tardoantico e altomedioevo. Metodi di indagine e risultati, Firenze, pp. 179191; ID. (1993), “Francos, aquitanos y vascones al sur de los Pirineos”, Archivo Español de Arqueología 66, pp. 149-176; ID. (2001), “Nuevas perspectivas sobre la tardoantigüedad en los Pirineos occidentales a la luz de la investigación arqueológica”, en J. ARCE/P. DELOGU (ed.), Visigoti e longobardi. Atti del Seminario, Roma 28-29 Aprile 1997, Firenze, pp. 37-56; Id., 2004. (6)

Agradezco sinceramente a A. Llanos sus indicaciones sobre la topografía del yacimiento de Guereñu-Ozábal y su relación con las vías de comunicación de la región.

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Fig. 12. Complejos cerrados del primer tercio del siglo VI con sax largos y estrechos. A: Hódmezővásárhely-Kishomok, sep. 106. B: Derécske-Új patika, sep. 1. C: Cutry, sep. 886.

Pero más allá de lo episódico, de lo circunstancial, los materiales de Guereñu indican la apertura de la región a modas y ritos de alcance europeo. Y esto es, de nuevo, un fenómeno que se advierte en necrópolis como la de Aldaieta. Algunos investigadores ya han puesto su atención en los paralelos europeos de algunos broches de cinturón y elementos de armamento de las necrópolis de tipo Aldaieta (Böhme, 2002). Pero una vez más el ejemplo más claro –y el que resulta más cómodo para el tema tratado aquí– es, de nuevo, el de la sepultura nº 89 de Aldaieta (fig. 13.A). Tal y como sucede en Guereñu, los materiales de esta sepultura se inscriben en un grupo bien definido de sepulturas, diseminadas, aunque en pequeño número, por extensos territorios. Sus elementos definitorios: la presencia de espadas de un filo con hojas en torno o por encima de los 60 cm., acompañadas por hebillas simples de hierro o bronce o con ausencia de accesorios metálicos de sujeción de cinturón (fig. 13). En esta descripción encajan sepulturas concentradas mayoritariamente en el área de los Cárpatos, con ejemplos conocidos también en territorios más occidentales: Szentes-Nagyhégy 7, Moreşti 8, Zvoleněves II, Granschütz 1 (Csallány, 1961, lám. XXIII.10-11, 13-15, 22; XLVI.2; Popescu, 1974, lám. 2.1, 6.1; Svoboda, 1965, lám. LXXIX.12; Schmidt, 1970, lám. 2). Estas sepulturas son por lo general difíciles de datar con precisión, aunque la gran longitud de las espadas –que permite valorarlas más como “protosables” de hoja recta que como sax sax– sugiere una datación avanzado el siglo VI, que concuerda con la cronología de la sepultura nº 89 de Aldaieta. Se puede decir, en cierta medida, que dicha sepultura muestra, medio siglo más tarde, una problemática muy similar a la de Guereñu. Enlazando con lo dicho más arriba, parece claro que no nos hallamos frente a apariciones puntuales de materiales “importados”, sino ante un fenómeno de permeabilidad a ritos funerarios y modas indumentarias de alcance paneuropeo que va a perdurar durante varias generaciones. Para concluir con la problemática planteada por el hallazgo de Guereñu, es interesante plantearse hasta qué punto se trata de un hallazgo único en la zona que nos ocupa. En este contexto cobra relevancia uno de los sax procedentes de las antiguas excavaciones en la necrópolis de Pamplona-Argaray (Mezquíriz, 1965, lám. XXIV). Se trata de una pieza difícil de identificar a partir de las publicaciones existentes, pero con una hoja de unas dimensiones casi idénticas a las del ejemplar de Guereñu: 47cm. de largo conservados por 2’9 de ancho (fig. 6.1), de las que se desprendería una cronología, en principio, similar. Ya al norte de los Pirineos, también puede mencionarse el reciente descubrimiento de la sepultura nº 196 de la necrópolis de Le Vernet-Le Mouraut (Ariège), de la que procede una larga espada de un solo filo y un cuchillo de hierro. Los materiales se encuentran –en el momento de escribir este texto– aún en proceso de estudio; sin embargo puede ya adelantarse que se trata de una espada de dorso recto, con una hoja alrededor de los 60 cm. de largo y 3 cm. de ancho. La pieza cuenta además con un aplique de bronce situado bajo la espiga, que permite identificarla como un probable protosable de origen o inspiración sasánida.(7) El único paralelo europeo que conozco para la espada de Le Mouraut procede de la sepultura nº 515 de la ya citada necrópolis de Weingarten (Roth/Theune, 1995, lám. 190D.1). En ella fue documentada también una hebilla simple con decoración biselada, que permite fechar la sepultura en época merovingia temprana, es decir, aproximadamente en la segunda mitad del siglo V y el primer cuarto del VI (Kazanski/Mastykova/Périn, 2002, p. 176). Si asumimos esta cro-

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Kazanski/Mastykova/Périn, 2002, p. 176. Deseo expresar mi sincero agradecimiento a F. Stutz por compartir amablemente información sobre las interesantísimas excavaciones en la necrópolis de Le Mouraut (director: D. Paya, INRAP). Los resultados del análisis de los materiales funerarios de este conjunto se esperan con gran expectación.

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nología para el hallazgo de Le Mouraut, podríamos ver en él otro posible precedente de la repetidamente citada sepultura nº 89 de Aldaieta: espada de un filo larga y estrecha asociada a un cuchillo de hierro y sin presencia de hebilla o broche de cinturón. A modo de conclusión, merece la pena recordar que mundo funerario de la Antigüedad tardía aporta numerosas evidencias de la facilidad que la difusión de ritos y la circulación de personas y objetos encontraron en este período. Independientemente de la

Fig. 13. Complejos cerrados del siglo VI avanzado con sax largos y estrechos. A: Aldaieta, sep. 89. B: Szentes-Nagyhégy, sep. 7. C: Moreşti, sep. 8. D: Zvoleněves, sep. II.

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explicación última que se quiera dar a la penetración de estos elementos en el norte de la Península, todas las evidencias señalan a la segunda mitad del siglo V como el período en el que se sientan las bases de la configuración de los depósitos funerarios de época visigoda en Hispania. Esto es cierto en el caso de las necrópolis de tipo DuratónCastiltierra en la Meseta castellana y, en vistas a las evidencias tratadas aquí, también es perceptible en la región del actual País Vasco. El equipamiento militar y las costumbres funerarias que sugieren los materiales de Guereñu contarán con una pervivencia clara en esta zona, al menos durante el siglo VI. Profundizar en el conocimiento de las circunstancias, factores y agentes que intervienen en la formación de esta(s) cultura(s) funeraria(s) pasa necesariamente por el futuro incremento de hallazgos datables en el intervalo 450-490.

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Texto entregado en Diciembre de 2007.

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