El Gran Show electoral. Las claves espectaculares de la política mediatizada

June 8, 2017 | Autor: M. Garcia Llorens | Categoría: Media and Politics, Cultura política, ELECCIONES POLITICAS, LIMA PERU
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Descripción

“El Gran Show electoral. Las claves espectaculares de la política mediatizada”. En: Meléndez, Carlos (comp.) Postcandidatos. Guía analítica de supervivencia hasta las próximas elecciones. Lima, Mitin, 2011.

El Gran Show electoral: las claves espectaculares de la política mediatizada Mariel García Llorens* En esta última contienda electoral presidencial algunas cosas quedaron claras: las campañas electorales en el Perú exceden siempre los pronósticos políticos y en ellas, ciertamente, no solo intervienen los candidatos y agrupaciones políticas en competencia. Los medios de comunicación lejos de ser únicamente espacios donde se desarrolló parte importante de la campaña, fueron sobre todo actores activos en ella. Algunos medios incluso, pasaron de ser productores de noticias a ser parte de la noticia en la segunda vuelta. Las encuestadoras que midieron semana a semana el pulso a la intención de voto y el impacto de algunos tópicos temáticos de campaña, tuvieron también un rol protagónico. Ciertos gremios empresariales y sectores del Ejecutivo participaron, digamos, indirectamente, reforzando mediante sus declaraciones y hasta con spots publicitarios televisivos, lo bien que avanza el Perú y el éxito de su modelo de desarrollo.1 Líderes de opinión reconocidos regional, nacional o internacionalmente, como Mario Vargas Llosa y Hernando de Soto, y colectivos con agendas diferenciadas – desde el “No a Keiko”, los “fans” de PPK y hasta las señoras que apoyaron con canastas para el día de la madre fujimorista- se sumaron en la construcción de opinión. Por último, fue esta la primera elección nacional en la que un segmento considerable de ciudadanos, urbanos y sobre todo capitalinos, se volcó a las redes sociales (Facebook, Twitter, Youtube entre otras herramientas y servicios de la web 2.0) para conectarse con los candidatos de su preferencia, difundir desde ahí mensajes e imágenes políticas y generar corrientes de opinión.2 Se trató entonces de una suma de actores y de discursos en competencia que, junto con las propias estrategias de campaña y la actuación de candidatos y voceros, contribuyeron desde diversos espacios y múltiples plataformas mediáticas a inclinar las preferencias de un electorado cuyo comportamiento fue en repetidas oportunidades caracterizado como “volátil”. Pero tal vez aquí cabría hacerse una pregunta: ¿es realmente el electorado muy volátil en sus preferencias políticas? Pareciera que no. Mientras que es posible encontrar patrones de votación *

Comunicadora, es investigadora del Instituto de Estudios Peruanos y actualmente dirige Antiprensa.pe. Durante la contienda electoral circularon spots políticos televisivos y radiales de diversos gremios (CONFIEP, Sociedad Nacional de Industrias, Sociedad Nacional de Radio y Televisión) y del propio gobierno saliente señalando lo bien que avanzó el Perú y la necesidad de mantener esa senda de desarrollo. 2 Sobre la participación en redes sociales durante la contienda se tienen pocos datos. Una encuesta nacional de Datum realizada del 07 al 10 de enero de 2011, señala que de 1,202 encuestados, solo el 6% respondió que había accedido a las redes sociales de alguno de los candidatos presidenciales. Por otra parte, el Informe de Prensa Latinobarómetro 1995-2010 Perú, señala, en una pregunta de opción múltiple que en Perú las personas se informan de asuntos políticos a través de: televisión (83%), Radio (59%), Familia (44%), Diarios (43%), Amigos (32%), Internet (15%), Otros (20%), ninguno (1%). 1

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constantes cuando menos entre las elecciones generales de 2006 y de 2011, no podemos decir lo mismo de las agrupaciones políticas en competencia. Las alianzas electorales, los nombres de las agrupaciones y los candidatos cambiaron mucho entre una y otra elección. De hecho, el único candidato presente en ambos procesos fue Ollanta Humala, aunque postuló desde dos agrupaciones diferentes: Unión por el Perú en el 2006 y Gana Perú en el 2011. El fujimorismo, siguiendo con su tradición, volvió a cambiar de nombre, de Alianza por el Futuro a Fuerza 2011, y de candidata, de Martha Chávez a Keiko Fujimori. Encontramos también candidatos en busca de partido y partidos en busca de socios y de candidato, como ocurrió con Pedro Pablo Kuczynski y la Alianza por el Gran Cambio, que reunía al Partido Popular Cristiano (PPC), Alianza por el Progreso (AP), el Partido Humanista (PH) y Restauración Nacional (RN). El partido de gobierno, eligió una candidata independiente, Mercedes Aráoz, y no a un compañero aprista, por su mayor aceptación y visibilidad en el espacio público. Ello generó pugnas internas y terminó finalmente en la participación del APRA sin candidato presidencial. ¿Cómo es posible tener este confuso panorama de agrupaciones y alianzas electorales, caracterizadas por su inestabilidad, y a la vez patrones de votación constantes por parte de los electores? Ello tiene que ver con que, como en el resto del mundo, la tribuna principal de contacto con los potenciales electores son los medios de comunicación. Los medios toman aun mayor protagonismo frente a agrupaciones sin mayores estructuras partidarias a lo largo del país. Y, como señala Rincón, en los medios lo que se hace es contar historias. Las historias no se estructuran a través de razones y argumentos sino de personajes buenos y malos ordenados a partir de un suceso y un desenlace. Los medios, y en particular la televisión, siguen a los líderes a manera de un reality en donde la política “se ha reducido a ser un concurso en el que los gobernantes son elegidos y los indeseables eliminados” (Rincón 2006, 76). Fueron los medios, validados a partir de resultados de encuestas, los que facilitaron la tarea de selección electoral de las audiencias, desde esta narrativa del entretenimiento en la que se prioriza la movilización de los afectos y las biografías individuales más que los proyectos colectivos. En los medios, fueron rápidamente eliminados a los personajes secundarios –los candidatos menores- y fueron presentados los cinco protagonistas de esta historia de una elección presidencial. Y es que los cinco primeros eran ya figuras conocidas de la política y de las pantallas: el “líder de la oposición” o el representante del “anti-sistema” Ollanta Humala; Keiko Fujimori, la heredera del fujimorismo; el tecnócrata neoliberal Pedro Pablo Kuczynski; el exPresidente Alejandro Toledo que salvó a la democracia y recuperó nuestra economía y el exalcalde de Lima, Luis Castañeda, tan exitoso como mudo. Las claves del Gran Show electoral pasarían, como sabemos, por la configuración emocional de simpatías y antipatías, miedos y expectativas, por el recuerdo de obras pasadas en algunos casos, por las promesas de futuro, en otros. La apelación a planes de gobierno y a orientaciones ideológicas se haría en función de esas claves espectaculares: para sumar o restar en la construcción de las representaciones individuales de cada candidato, para constituirlos en héroes o en villanos.

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Entonces, ¿cómo han participado los medios de comunicación en esta campaña? ¿Qué tipos de sesgos a favor o en contra de determinadas candidaturas es posible descubrir en ellos? ¿Es deseable –o posible- la imparcialidad? O, en otras palabras, ¿de qué manera se puede ejercer responsable y rigurosamente la posición política de cada medio? Y finalmente, ¿de qué manera influye la actuación de los medios de comunicación en el juego político y en el electorado? En este artículo sostengo que si bien los resultados electorales se explican por una suma de factores estructurales y coyunturales y de las expectativas y miedos que se movilizan durante la campaña, los medios de comunicación jugaron un rol central en la manera cómo se desarrolló la contienda. Por un lado, para competir y tener posibilidades de ganar, el espacio de exposición principal es la arena mediática. En la política peruana del nuevo milenio, puede haber outsiders en tanto no tengan historia previa en la política, pero para tener posibilidades de ganar no pueden ser outsiders de los medios de comunicación. Por otro, los medios de comunicación son uno de los espacios más importantes de la producción de marcos de sentido desde los cuales interpretamos diariamente la política. Las claves mediáticas de comprensión de los actores políticos pueden no determinar la elección pero definitivamente influyen dotando de criterios dominantes para la evaluación que los ciudadanos hacen de sus instituciones durante y más allá del ritual electoral. Hablar de los medios de comunicación y su rol en estas últimas elecciones es, sin duda, un tema polémico, muy amplio y particularmente complejo. Especialmente porque todos somos consumidores de medios, todos tenemos una opinión sobre ellos. En las siguientes páginas los invito a analizar algunos aspectos de este gran tema desde las teorías de la comunicación y los estudios culturales que permiten aproximarnos al lenguaje mediático del entretenimiento en el que hoy se desenvuelve la política. Mis reflexiones se circunscriben a los grandes medios de comunicación nacional- limeños, es decir, a aquellos que producen sus contenidos en la capital y tienen llegada nacional.3 Me concentraré además en el tratamiento mediático de los tres finalistas de la contienda. No pretendo establecer verdades categóricas en este ensayo, mucho menos consensos; simplemente busco aportar elementos al debate. Considero sí que es necesario debatir sobre el rol de los medios de comunicación, ya que es desde ellos que la mayoría de ciudadanos formamos nuestras opiniones sobre la política. Si lo político se encuentra hoy tan desprestigiado, pues no solo toca cuestionar a quienes hacen política sino también empezar a mirar -de manera crítica- a quienes nos la presentan día a día. 3

A lo largo del texto me referiré a ellos como “grandes medios” o a “la prensa dominante” en tanto el conjunto de sus mensajes tiene una presencia preponderante en la escena mediática nacional. En este grupo incluyo, por un lado, a las principales empresas privadas de televisión de señal abierta (ATV, América TV, Frecuencia Latina y Panamericana) por ser el tipo de medio más consumido en el país a nivel urbano y, por otro, a las principales corporaciones mediáticas peruanas que concentran la propiedad de diversos medios y tienen una posición predominante en el mercado (en ventas, lectoría, audiencias). En este segundo grupo me refiero, en particular, al Grupo El Comercio (que entre otros medios es accionista mayoritario de América Televisión, canal de señal abierta más visto en el país), el Grupo Epensa que junto con el anterior concentra más del 80% de la lectoría de diarios nacionales y el Grupo RPP, segundo grupo mediático en importancia en el país luego de El Comercio. Para ver una infografía de los principales medios nacionales elaborada por PuntoEdu ir a: http://textos.pucp.edu.pe/pdf/687.pdf (revisado el 24/09/2011). 3

Este capítulo se estructura temporalmente en tres momentos, primera y segunda vuelta y el día de la elección. De estos momentos toma ciertos ejemplos representativos de las maneras dominantes de cobertura de la campaña electoral en los principales medios de comunicación. Ello permite analizar transversalmente ciertos dilemas planteados en esta contienda respecto del ejercicio de la posición política de los medios de comunicación y la relación entre los dueños de los medios y sus periodistas. Finalmente, el artículo concluye con una reflexión sobre la apropiación o rechazo de las representaciones mediáticas del juego político por parte del electorado y con el esbozo de escenarios mediáticos posibles de cara a este nuevo gobierno de Gana Perú. La primera vuelta y el establecimiento de fronteras del voto mediático Iniciamos esta contienda electoral con once aspirantes en carrera. De acuerdo a la medición de intención de voto de las principales encuestadoras y al encuadre mediático, desde mediados de enero se perfilaron los cinco candidatos favoritos, aunque con un orden bastante diferente a la fotografía final de abril. Alejandro Toledo de Perú Posible encabezaba las preferencias, seguido por Luis Castañeda (Solidaridad Nacional) y Keiko Fujimori (Fuerza 2011). Ollanta Humala (Gana Perú) ocupaba el cuarto lugar con tan solo 10% de intención de voto. Pedro Pablo Kuczynski (Alianza por el Gran Cambio) llegaba apenas al 5%.4 Como sostuve en un artículo anterior, en ese punto, lo más probable era que los medios tuviesen algunos candidatos favoritos – en tanto representaban mejor su posición política y sus intereses empresariales- y otros que de ninguna manera iban a apoyar. Al igual que los electores, que afianzaron o modificaron su decisión electoral durante la contienda, los medios manejaban preferencias y posibles escenarios de desenlace que terminarían de establecer durante la campaña. El propio juego electoral ofrecía diversos elementos para esta definición más fina de las preferencias: los resultados de encuestas, los “pasivos” de cada candidato y su propia actuación política y lo que se iba destapando en la dinámica de ataques y contraataques entre agrupaciones en competencia.5 Si bien esta maleabilidad es una característica importante de la política mediática, muy influenciable por las coyunturas y móvil en sus preferencias, así como para los electores, para cada medio existían fronteras no traspasables. A partir de lo observado en contiendas anteriores (elecciones nacionales 2006 y elecciones municipales 2010) y de acuerdo a las posturas políticas de los principales medios, se puede decir que prevalecía un espectro mediático conservador, que configuraba un entorno favorable para candidatos de centro-derecha.6 Es decir, gran parte de los medios se inclinaría por alguno que optara por el continuismo del modelo de mercado. No en vano de los cinco principales candidatos, cuatro se ubicaban en la centro –derecha, incluyendo a los tres punteros.

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Encuesta de Ipsos-Apoyo publicada el 16 de enero 2011 en el diario El Comercio. García Llorens, Mariel. «Los medios de comunicación y la política del miedo en el ritual electoral.» En Anticandidatos: Guía analítica para unas elecciones sin partidos, de Carlos (comp.) Meléndez. Lima: Mitin, 2011. 6 Ibíd. 5

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Así, los grandes medios audiovisuales y escritos se inclinaban por uno u otro candidato -y criticaban a uno u otro- pero en lo que coincidían era en encuadrar a Ollanta Humala como una amenaza al sistema. Para un grupo minoritario de medios, como por ejemplo, La República, Diario16 o La Primera que sabemos son diarios de menor envergadura en términos de ventas y lectoría, la frontera no traspasable fue colocada en otro cuadrante: en el de la corrupción y los derechos humanos.7 Con ello, ni Keiko Fujimori ni Luis Castañeda eran opciones viables. Entonces, hasta mediados de febrero, asistimos a una campaña sin un eje claro; con protagonistas pero sin una historia definida. Los tres candidatos punteros y el quinto, Toledo, Castañeda y Fujimori y Kuczynski respectivamente, representaban el continuismo del modelo económico. No era posible todavía recurrir a la oposición “democracia” versus “dictadura”, la cual es prácticamente una tradición electoral post década de los noventa. Las preferencias mediáticas eran expresadas de modos más sutiles y se distribuían más entre los candidatos en contienda. Los que luego pasarían a segunda vuelta, Ollanta Humala y Keiko Fujimori, no tuvieron mucha visibilidad en los grandes medios.8 Sin embargo, días después el escenario cambió. Ocurrieron aquí dos sucesos (o crecimientos) paralelos. Tanto Ollanta Humala como Pedro Pablo Kuczynski crecieron en las encuestas y ello tuvo como consecuencia que las preferencias y aversiones mediáticas se hicieran más visibles. A tres semanas de la primera vuelta. El momento del miedo en los kioscos de periódicos

Si observamos la cobertura en prensa escrita en ese último tramo previo a la primera vuelta es claro que Ollanta Humala gana una gran visibilidad mediática. En la prensa escrita, observamos que recibe muchos más titulares de portadas que el resto de candidatos (gráfico 1). Sin embargo, en la mayoría de casos, no se trata de una visibilidad positiva sino de titulares que buscan cuestionar desde diversos ejes temáticos al candidato: su pasado, su formación como militar y el riesgo autoritario, sus ideas políticas, sus propuestas, su entorno, su familia. Del otro lado, vemos que si bien Toledo y Fujimori continuaban por encima de Kuczynski, este recibe similar número de titulares de portada que Toledo y más que Fujimori y desde un encuadre sobre todo positivo. Y es que, en el lado de los candidatos con propuestas más o menos similares, como bien supieron posicionar sus estrategas de campaña, había que elegir al “más capaz”, al que “sí sabe hacerlo”.9

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La República concentra casi el 2% de la lectoría y La Primera ocupa poco más del 1% del mercado. Sobre Diario16 no hay información disponible. Fuente: Kantar Media Research (KMR)/ Media Research Perú, datos de lectoría del periodo mayo 2009 -abril 2010. 8 Aunque esta tendencia puede haberse mantenido hasta las elecciones, sobre todo en esta etapa era posible distinguir agendas particulares de cada medio. Por ejemplo, Perú21 dedicó parte importante de su cobertura a cuestionar a Castañeda, Diario16 apoyaba abiertamente a Toledo. 9 “Yo sí sé cómo hacerlo” fue una de los slogans de la campaña de Alianza por el Gran Cambio. Miguel Ángel Cornejo, mexicano experto en coaching personal y profesional, que acompañó las giras de PPK a lo largo del país y su mitin de cierre en Lima, posicionó también las siguientes dos frases de campaña: “yo confío en PPK” y “PPK es la mejor opción”. “Vota por el más capaz” fue uno de los slogans utilizados por los seguidores de PPK para convencer a indecisos. 5

Gráfico1. Titulares de portada dedicados a los cinco principales candidatos presidenciales en cinco diarios ero 10 nacionales. Primera vuelta (1 de marzo al 10 de abril 2011)

Fuente: diarios El Comercio, Perú21, Correo, La República, Trome y Ojo. Elaboración propia.

Si profundizamos un poco en algunos ejemplos de titulares de portada de principales diarios nacional- limeños, centrándonos en los tres candidatos más votados en primera vuelta, queda claro que existen tópicos mediáticos y encuadres diferenciados para cada candidato (cuadro 1). En el caso de Ollanta Humala, observamos que predominó un encuadre de “anti-sistema” que se sustentaba en señalar que su plan de gobierno era “estatista y autoritario”, que se parecía y conformaría un eje del mal junto con los presidentes de países vecinos - Hugo Chávez, Evo Morales y Rafael Correa - y que, por tanto, “asustaba” a la libre economía. Un encuadre permanente respecto de Humala en esta campaña fue el de señalar que Humala era el mismo radical de siempre pero vestido de otra forma, “demostrar” que mentía, que se contradecía y que no había cambiado. Para ello un arma clave fue su propio plan de gobierno (y sus sucesivos ajustes). Otro tema recurrente de portada fue la atribución de responsabilidad de la caída de la bolsa al postulante de Gana Perú porque él representaba el peligro y no, como políticos y economistas saben, porque siempre ocurre así durante elecciones.

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En los gráficos 1 y 2, se ha evaluado el tono positivo, negativo o neutro con el que los diarios seleccionados cubrieron a cada candidato a partir del conjunto de elementos visuales y herramientas discursivas presentes en cada portada. Si bien este tipo de metodología puede ser cuestionada por su componente subjetivo, es utilizada por diversas instituciones, entre ellas la Misión de Observación Electoral de la Unión Europea, pues permite marcar ciertas tendencias de cobertura.

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Cuadro 1. Ejemplos de titulares principales de portada referidos a los tres candidatos finalistas en cinco ero diarios nacionales. (1 de marzo al 10 de abril 2011) Candidato El Comercio Peru21 Correo La República PLAN DE GOBIERNO DE HUMALA NO HA LUNES NEGRO “RESPETARÉ ACUERDOS Ollanta HUMALA ES ESTATISTA Y CAMBIADO Por ascenso de Humala: DEL ESTADO” Humala AUTORITARIO El doble discurso de Gana Perú 25/03/2011

ECONOMÍA SUFRE UN REMEZÓN POR ALZA DE HUMALA EN SONDEOS Nerviosismo y especulación en inversionistas y mercados 29/03/2011

‘HUMALA BUEN SOLDADO’ Hugo Chávez apoya candidatura de líder nacionalista 31/03/2011 “HUMALA SERÍA NEFASTO” Entrevista.21 Pedro Pablo Kuczynski calienta el debate 03/04/2011 LO PARA EN SECO Keiko para intento de Montesinos de meterse en la campaña 20/03/2011

Keiko Fujimori

Pedro Pablo Kuczynski

Keiko Fujimori abre fuego contra candidato de Gana Perú 27/03/2011

PPK SUBE 5 PUNTOS Y SE METE DE LLENO EN LA PELEA Encuesta nacional urbano-rural del Comercio elaborada por Ipsos-Apoyo 20/03/2011

PPK SE ASOMA 05/03/2011

Sube dólar y riesgo país, se cae la bolsa, pierden dinero los aportantes a las AFP, analistas extranjeros nos ponen bajo la lupa 29/03/2011

Ollanta sale al frente de sus críticos 24/03/2011 PROMETE CAMBIOS Ollanta en Lima 06/04/2011

OLLANTA SERÍA UN DICTADOR Entrevista exclusiva a Ulises Humala 01/04/2011

DEBATE BAJO LA LUPA Los mejores: PPK y Keiko 14/03/2011

PPK EMPATA EN AREQUIPA Sondeos regionales de CPI, Ollanta 36% y PPK 35% 31/03/2011

EL SECRETO DE LOS FUJIMORI El manejo de dinero desde Tokio 31/03/2011 DESACATA A FISCALÍA Keiko Fujimori se cree intocable 02/04/2011 NO DICE TODA LA VERDAD Kuczynski y sus empresas en EEUU 26/03/2011

Un dato interesante al observar los titulares son las voces citadas para construir el miedo en torno al candidato de Gana Perú. En Peru21 se recurre, entre otros, a dos de los otros candidatos en contienda, a Fujimori quien va segunda (“Humala no ha cambiado”) y a Kuczynski (“Humala sería nefasto”) y, además, a Hugo Chávez, el gran cuco de Latinoamérica para la prensa dominante (“Humala buen soldado”). En el caso del diario Correo se llega incluso a citar la voz de Ulises Humala que señala que su hermano candidato sería un dictador “chavista”. En el caso de Keiko Fujimori, salvo por la visibilización negativa en La República que se encargó de destapar todo proceso judicial y caso de corrupción vinculado con ella y su familia, y otros diarios menores, la mayoría de medios no centró su atención en ella.

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Con Kuczynski la cobertura dominante fue positiva, incluso entusiasta. Un ejemplo representativo resulta el titular de El Comercio del 20 de marzo de 2011 que refiriéndose a los resultados de una encuesta señaló “PPK sube 5 puntos y se mete de lleno en la pelea”. El dato de contexto clave para entender por qué califico de “entusiasta” a este titular tiene que ver con que la misma encuesta reportaba un crecimiento de Humala y un descenso de Toledo (todavía en primer lugar). Con ese crecimiento, Humala pasaba al tercer lugar desplazando a Castañeda, mientras que el crecimiento de Kuczynski lo mantenía en el quinto lugar. En otras palabras: el quinto puesto, y no lo que ocurría entre cuando menos los tres primeros puestos, fue muchas veces la noticia. Esto demuestra también cómo los resultados de encuestas son utilizados funcionalmente por los medios de comunicación de acuerdo a lo que cada cual ha definido previamente como deseable o no. En los principales medios de prensa, a excepción de La República y otros diarios menores, todo avance de Kuczynski en las encuestas era un argumento para ampliar su cobertura mediática positiva, mientras que todo avance de Humala fue más bien utilizado para amplificar una cobertura negativa (cuadro 2).11 Incluso, el crecimiento de PPK era una buena noticia en sí, mientras que la subida de Humala se reportó a través de sus efectos, de su huella negativa en el comportamiento de la bolsa de valores que era equiparado con “la economía”. Humala era “malo” para las finanzas y la especulación bursátil y, por tanto, era “malo” para el país. Como grafican claramente estas portadas, en el Perú actual existe una representación dominante compartida por las elites políticas y económicas y por buena parte de los periodistas y de los ciudadanos “incluidos”, en la que, como señala Badiou, la economía se ha vuelto la ley que estructura la realidad.12 Crecimiento económico resulta prácticamente sinónimo de desarrollo y la política se ha subordinado a lo que dicta la economía. Ello ocurre en todo el mundo; a pesar de la crisis financiera, es un modelo que se afirma en millonarios “rescates” a economías en quiebra, por más manifestaciones masivas en su contra.13 Este gran marco de sentido economicista fue el que organizó la cobertura mediática a los candidatos, como seguirá haciéndose evidente en sucesivos ejemplos. La construcción de un enemigo común (Humala) se basó en esa variable. Era el único candidato que pretendía hacer cambios al orden existente, señalando algo que era tangible en la vida cotidiana de millones de

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En el caso de La República (20/03/2011) es interesante ver cómo se busca invisibilizar – o minimizar- el avance de Fujimori a través de la composición de la imagen. En las encuestas, continuaba Toledo primero seguido muy de cerca por Humala y Fujimori. Sin embargo, la imagen la ubica en 4to lugar. 12 Badiou señala: “todo el mundo nos dice actualmente "hay leyes de la economía y no se puede escapar a esas leyes". Entonces, el universo económico es un universo que obliga. Y saben que éste es un argumento esencial de todas las políticas gubernamentales actuales: "Nos vemos obligados a hacer lo que hacemos porque la economía es lo que es". Entonces se puede ver claramente que la economía es un poder, en el sentido en que nos obliga a hacer o esto o aquello.” Badiou, Alain. «Movimiento social y representación política.» Acontecimiento Nº 19-20. 2000, pág 8. www.grupoacontecimiento.com.ar (último acceso: 20 de julio de 2009). 13 Los actuales casos de crisis en España, Grecia, Italia y Chile, el movimiento de los indignados, que incluso han llegado a Wall Street, las protestas estudiantiles, ente otros, son muestras de ello. 8

electores: el modelo neoliberal había generado en los últimos veinte años un desarrollo que había mantenido las desigualdades sociales y las brechas económicas en el país. Cuadro 2. Comparación de portadas elaboradas a partir de resultados de encuestas. 20 de marzo 2011*

29 de marzo 2011

*En el caso de Perú21, los diarios corresponden al 5 y 29 de marzo 2011.

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La raíz del mal: el capítulo económico y la página 57 del plan de gobierno de Gana Perú

Este gran marco de sentido economicista a la hora de representar la realidad social en los medios de comunicación pudo verse claramente en la discusión sobre el plan de gobierno de Gana Perú. Que quede claro: no se trató de un avance hacia una política que debate, compara y argumenta ideas. Para ello, tendría que haber sido parte de la agenda mediática la discusión de todos los planes de gobierno. Sin embargo, solo se discutió –hasta el cansancio- este plan pues era el único que atentaba contra “el modelo”, especialmente por dos aspectos. En primer lugar, quería cambiar en la Constitución el rol subsidiario del Estado en la economía, es decir, buscaba permitir al Estado tener una participación más activa en el mercado. En segundo lugar, planteaba la revisión de procesos de entrega y de renovación de licencias a los medios de comunicación masivos para evitar una mayor concentración empresarial, que dejaba de lado su carácter de servicio público. La justificación de esta propuesta tenía que ver con que “los medios de comunicación están en propiedad de unas pocas manos (incluso la propiedad de varios tipos de medios), lo que ha configurado un cuasi oligopolio mediático que atenta contra el derecho de libertad de expresión y el de una información adecuada para la población”.14 Rosa María Palacios, por ejemplo, consideraba que este plan, que fue agenda de varios de sus programas televisivos y radiales, era “académicamente malo”. Para ella la propuesta de regulación mediática era mala y, no se trataba de su opinión, sino que ello era “objetivamente cierto”.15 Es decir, en lugar de ser una propuesta política enunciada desde una posición de izquierda, que ponía más peso en la igualdad social que en la libertad empresarial, y por su carácter de propuesta estaba abierta al debate político, se trataba de algo que objetivamente atentaba contra la democracia. En efecto, hoy por hoy hemos olvidado ya que el modelo de democracia liberal es tan solo un tipo de democracia. Se trata de un modelo cuyo énfasis está situado en las libertades individuales y el libre mercado y la propuesta de Humala, en contraparte, ponía en el centro la igualdad y con ello, apostaba por una mayor regulación del mercado (y de los medios, como parte de ese mercado). Pero cuando un tipo de entendimiento de la política económica se vuelve hegemónico significa que ha dejado de percibirse como una opción entre otras, para pasar a representar a la totalidad de las cosas. El mercado es el sistema. La política deja de expresarse como una competencia entre adversarios de derecha e izquierda para convertirse en una batalla entre quienes están dentro y quienes están fuera (los anti-sistema), quienes están en la modernidad y quienes están atrasados. Así, en una terminología frecuente del periodismo más conservador, algunas ideas no son de 14

En: Gana Perú, la Gran Transformación. Plan de gobierno 2011-2016, pág. 57. “Objetivamente esa página era muy mala. Daba señales muy equivocadas sobre lo que parecía iba a haber en su gobierno, es decir, control de contenidos por parte del estado. Ante eso, todo el que defiende la libertad de prensa tiene que oponerse. Al margen de cualquier otra consideración ese era un mal plan. Porque un plan que plantea que gobierno va a controlar los contenidos de medios es un mal plan. No tiene nada que ver con preferencias políticas de los dueños.” Entrevista a Rosa María Palacios, realizada el 23 de junio de 2011. 15

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“izquierda” sino que se trata de “ideas trasnochadas”, de un pasado ya superado. Nuevamente, no en vano, cuatro de los cinco candidatos principales se autodenominaban como de centro aunque estuviesen ubicados a la derecha del centro. No en vano desde hace ya varios procesos electorales, el sentido común que recorre los medios es esperar que los candidatos percibidos como “radicales” se muevan hacia el centro en la segunda vuelta para poder ganar la elección. Moverse hacia el centro implica, por tanto, entrar al sistema: la aceptación de las leyes inescapables de la economía y la subordinación de la política. Evidentemente, este tipo de representación del campo de lo político conlleva juicios de valor para cada una de estas dos posiciones: quien está dentro es “amigo”, quien está fuera es “enemigo”; mantener el sistema es “bueno”, querer cambiarlo, “malo”. Como señala Mouffe, hoy lo político se expresa desde un registro moral.16 Este punto es central al argumento, pues uno de los principales espacios de legitimación de esta sobresimplificación de la realidad fueron los medios de comunicación. Fue entonces este discurso economicista el marco de sentido dominante de la campaña frente al cual los medios establecieron su posición: gran parte de los dueños de medios nacional-limeños y de periodistas compartieron y comparten esta comunidad de ideas, un sector más reducido fue y continúa siendo crítico a ellas. Como veremos a continuación, ello no solo se reflejó en el periodismo escrito sino también en el audiovisual. Los últimos serán los primeros. Ollanta y PPK: visibilidades y fantasmas omnipresentes en la televisión nacional

Sin duda el consumo de portadas tiene un efecto en las audiencias, como bien lo supo el régimen autoritario de Alberto Fujimori y Vladimiro Montesinos, que mediante la compra de titulares, primeras planas y artículos de diversos diarios “chicha” (El Tío, La Chuchi, El Chato, El Mañanero) orquestó la demolición de figuras públicas concretas.17 Sin embargo, en los años noventa la “estrategia” de chantaje y compra de la línea informativa de medios se concentró en la televisión de señal abierta, pues tanto en esa época -como actualmente- es mucho más amplio el público que ve televisión que el que lee diarios. Frente a tirajes que en la mayoría de los diarios se ubican por debajo o dentro del rango de los cientos de miles de ejemplares, son millones los televidentes que se conectan día a día a las pantallas de sus televisores.

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Mouffe, Chantal. En torno a lo político. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica, 2007. Como señalan McMillan y Zoido: “El Tío, a tabloid newspaper, was paid a reported total of $1.5 million over two years (or roughly $60,000 per month), under an incentive contract based on content: $3,000 to $4,000 for a front-page headline, $5,000 for a full-page article, $500 for a shorter article. Other tabloids like El Chato, El Chino, La Chuchi, El Mañanero, and El Diario Más, according to Conaghan (2002, p. 118), received similar deals” (2004: 76). 17

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En efecto, en las sociedades contemporáneas, la televisión constituye el espacio principal de construcción de marcos de sentido compartidos18 y es nuestro referente narrativo más importante.19. En pocas palabras, “la televisión formula el lenguaje de la comunicación social”.20 Es así que los cinco candidatos desfilaron por cuanto programa les ofreciera espacio. Desde programas informativos y de opinión política hasta programas cómicos, programas de concursos, varietés y magazines de mediodía. Siguiendo la metáfora de la política como reality, poco diferenciaba a los candidatos de los participantes de Bailando por un sueño, American Idol o Big Brother. Los aspirantes al sillón presidencial se sometieron también a diversas “pruebas” con tal de conseguir no el endose de apoyo vía SMS o llamada telefónica sino un voto en las urnas. A continuación presentaré dos ejemplos, uno desde el espacio del entretenimiento y otro desde los programas políticos de domingo. El caso más saltante de la participación de un candidato en un espacio de entretenimiento fue sin duda Kuczynski bailando, entre otras canciones, “Panamericano” en La Noche es mía, programa nocturno de Frecuencia Latina animado por Carlos Carlín. Como reportó en su momento RPP, “acompañado del ´PPKuy´, el candidato presidencial meneó ortodoxamente su cuerpo” y dentro de esta “amena presentación, Kuczynski no perdió la oportunidad para "asegurarse" de qué sexo es su ´PPKuy´”.21 Vemos que el candidato “más capaz”, el que “sí sabe cómo hacerlo”, había comprendido bien que la lógica del entretenimiento era clave para encantar y seducir a las audiencias. Había que conseguir fans, no simpatizantes políticos. En este razonamiento, la historia de PPK tocándole las “partes íntimas” a su PPKuy resultaría más entretenida y tendría mayor recordación entre su público estratégico, los jóvenes caracterizados como desinteresados en la política, que hablar de propuestas de gobierno.22 Quedará la pregunta de si esta intervención del espacio público marcó un hito en el vaciamiento de la política o más bien consolidó nuevas formas de hacer política cuyo génesis local podría situarse en el gobierno de Fujimori (la tecnocumbia y el “baile del chino”). Sea como fuere, conviene revisar un segundo caso concreto que ejemplifica la cobertura diferenciada otorgada a cada candidato en las pantallas de la televisión. Hablemos de los programas políticos del domingo 3 de abril 2011, post-debate electoral entre los cinco candidatos principales en cuatro medios de señal abierta (Frecuencia Latina, América Televisión,

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Gerbner, George et. al. «Crecer con la televisión: perspectiva de aculturación.» En Los efectos de los medios de comunicación: investigaciones y teorías, de D. Zillmann (coord.) J. Bryant. Barcelona: Paidós, 1996. 19 Rincón, Omar. Narrativas Mediáticas. Barcelona: Gedisa, 2006. 20 Castells, Manuel. La era de la información. La sociedad en red. Vol.1. Madrid: Siglo XXI, 1999. 21 “PPK baila el Panamericano”, RPP, 04/03/2011. Accesible en: http://www.rpp.com.pe/2011-03-04-ppkbaila-el-panamericano-noticia_341930.html 22 De hecho, otro suceso no relevante a la discusión política pero exaltado por el equipo de campaña de Kuczynski y muy cubierto por la prensa fue la tocada de testículos de una vecina del Callao al candidato. Al respecto, Abel Aguilar señaló que el “agarrón” no fue planeado pero que lo que sí “no fue espontáneo fue el rebote. A los 40 minutos había ya una foto del PPKuy al que también le agarraban las bolas que lo tomamos aquí afuera y lo repartimos por todos lados, lo empujamos.” Entrevista realizada el 15 de junio de 2011. 12

Panamericana y ATV). Al respecto voy a señalar tres constataciones de la cobertura realizada: la primera sobre las prioridades mediáticas, una segunda sobre el trato otorgado a los candidatos y la tercera sobre el contenido diferenciado de las entrevistas. En cuanto a prioridades y preferencias mediáticas, una primera constatación se refiere a que el candidato de la Alianza por el Gran Cambio fue el primero en aparecer y lo hizo casi simultáneamente en todos los canales (entre el mitin de su partido, la entrevista en vivo y la ya grabada). A diferencia del resto de candidatos, Kuczynski fue el único que tuvo como fondo de la imagen en su entrevista su símbolo y nombre, lo que contribuiría también a su mayor recordación entre los electores. Es preciso recordar que para este momento, Humala estaba ya primero en las encuestas hacía una semana. Incluso los últimos resultados de Datum y Apoyo, presentados ese mismo domingo, señalaban una ventaja notoria que excedía el margen de error: 30% de intención de voto por Humala vs 22% de Fujimori. Usualmente, en cualquier competencia, “la primicia”, suele ser quien va puntero/a o quien desde abajo aparece sorpresivamente en escena. En este caso, Humala y Kuczynski marcaban ambos una tendencia al crecimiento que posicionó a uno de ellos contundentemente en el primer lugar de las preferencias. No obstante, la prioridad fue Kuczynski, quien ocupaba el cuarto lugar. Humala fue entrevistado en medio o al final de los programas, espacio que podría argumentarse es el “estelar”, lo cual difícilmente se sostiene si pensamos que luego de un largo debate los televidentes, acostumbrados a digerir altas dosis de entretenimiento, esperarán hasta casi la medianoche para ver una entrevista política. Una segunda constatación se refiere al trato otorgado por los periodistas a los candidatos, lo que abarcó el tono de voz, la gestualidad y el lenguaje utilizado al dirigirse a cada uno. Se podría decir que este se organizó en una escala que va del trato “amigo” al trato como “sospechoso”. En esta escala, Kuczynski recibió el más complaciente trato. Se podría decir que a Fujimori se le otorgó un trato más distante pero tampoco se llegó a formular preguntas incómodas a la candidata; en señal abierta pareciera no haber habido mayor interés en descentrarla de su guión perfectamente aprendido, que la llevó por ejemplo a ser considerada por diversos analistas como la que mejor desempeño tuvo en los distintos debates realizados. A partir de Castañeda, más marcado con Toledo y especialmente con Humala se organizó la escala ascendente en la que cada vez más las entrevistas se parecieron a interrogatorios policiales. La mayoría de periodistas se ubicaron en una posición de superioridad desde la cual no los entrevistaron sino los interrogaron. Es así que algunos y no todos los entrevistados, debían dar pruebas de la veracidad de lo que decían. Con algunos se partía de creerles y del mínimo cuestionamiento a su pasado y sus ideas, sobre todo con Kuczynski pero en algunos casos incluso con Fujimori (“Keiko no es su padre”), mientras que con otros se partía de no creerles y de levantar permanentemente temas polémicos, denuncias y escándalos de su entorno (Castañeda, Toledo y especialmente Humala).23

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Castañeda que empezó muy bien posicionado en diciembre de 2010, fue cayendo por sus propios errores de campaña y por el destape de cuestionamientos a su gestión edil, entre otros, el caso Comunicore. En el caso de Toledo, que fue puntero en las preferencias en los primeros meses del año, también su actuación en contienda, errores de estrategia – como presentar la prueba toxicológica en el debate presidencial- y otros 13

Lo que trato de señalar aquí es que los cinco candidatos no fueron medidos con la misma vara (de rigurosidad periodística). En el pasado de los cinco candidatos había material suficiente para cuestionamientos. Sin embargo, se eligió cuestionar más a unos que a otros. Soslayadamente, un matiz racista (que iba aflorando violentamente en las redes sociales) se coló en este trato. Con Humala especialmente, fueron recurrentes las interrupciones constantes y preguntas circulares de los periodistas sobre ciertos tópicos mediáticos que veremos a continuación. Una tercera constatación se refiere justamente al contenido, a la agenda temática de las entrevistas a los candidatos. A Humala -en todos los canales- se le preguntó reiterativamente sobre los mismos tópicos mediáticos ya posicionados en la prensa y refrendados en encuestas de opinión - las que, cabe recordar, son financiadas principalmente por los propios medios y por tanto estos tienen control no sólo en la manera en la que muestran resultados sino también participan en la definición de lo que se pregunta-. Los temas comunes fueron: los posibles cambios en la Constitución que afectarían el crecimiento económico, las estatizaciones, el posible cierre del Congreso, su pasado militar y sus zonas oscuras (Madre Mía y el Andahuaylazo), su cercanía a Chávez y el respeto a la libertad de expresión. ¿Preguntas programáticas? Aunque la permanente alusión crítica al plan de gobierno podría confundirse con una consulta programática, lo cierto es que fueron muy pocas. Tal vez por eso la “estrategia” del candidato fue leer en el debate y a partir de allí, en cada oportunidad posible, repetir, repetir, repetir. Pensión 65, Cuna Más, impuesto a las sobreganancias mineras, gas barato, sueldo digno. En la lógica de polarizar a cuatro versus uno, a todos los demás candidatos se les preguntó por Ollanta Humala (una presencia ausente o un fantasma omnipresente) a fin de que pudieran deslindar sus propuestas de las de este candidato. Se reforzaba así la construcción de un enemigo común frente al cual existía un consenso entre los grandes medios audiovisuales – y supuestamente la opinión pública- y se esperaba que los candidatos marcasen distancia frente a sus propuestas asumidas de saque como negativas. Adicionalmente, a Castañeda y Toledo también se les preguntó por Kuczynski, lo que podría explicarse, a partir de las preguntas realizadas por algunos periodistas, como un anhelo complementario de que hubiera habido una sola candidatura para hacerle frente al candidato de Gana Perú.24 Recapitulando, Kuczynski fue el candidato con mayor visibilidad positiva, trato amigo y contenido programático en sus entrevistas en estos programas políticos post-debate. Aunque no solo él, Humala recibió el que recibió más sistemáticamente el trato “enemigo” y un encuadre reiterativo desde ciertos tópicos temáticos (la mayoría no programáticos) instalados en la prensa que reforzaban la imagen de Humala como “antisistema” y su no-cambio respecto del 2006.

aspectos no programáticos, como su fama de “juerguero” del gobierno anterior, que hicieron noticia y jugaron en su contra. 24 Si asumimos que la democracia consiste en la correcta administración del orden y los recursos hacia un crecimiento económico como única variable para medir el desarrollo, pues resultaba comprensible la pregunta de ciertos periodistas a estos candidatos respecto de si tendrían el “gesto democrático” de declinar en favor del “más capaz” en llevar a cabo dicha tarea. 14

Si no se basó en las tangibles preferencias electorales expresadas a partir de encuestas, en las que Humala se consolidaba en el primer lugar, ¿cuál fue el sustento que justificó este tipo de priorización y privilegio de visibilidades de los candidatos? ¿Por qué era relevante resaltar a quien iba en cuarto puesto a siete días de las elecciones? Esgrimiré aquí la hipótesis que se desprende desde una lectura a partir de las claves mediáticas propuestas en este artículo: con el antagonista de la historia ya definido, la atención se centró en distinguir al protagonista “ideal” dentro de las candidaturas que compartían grosso modo el postulado del mantenimiento del modelo. En la coyuntura electoral cada vez más cercana al día de votación y particularmente en la capital, se venía posicionando desde la propaganda política, ciertos gremios empresariales, ciertos periodistas y amplias discusiones en redes sociales el sentido común de que Kuczynski era el candidato más preparado para mantener la senda del crecimiento económico. La mayoría de los grandes medios abrazaron este encuadre, que era afín a sus propios intereses (políticos, económicos, familiares o circunstanciales). En resumen, especialmente en el último tramo de la primera vuelta, Humala fue tal vez el candidato que en general tuvo más cobertura en los medios de comunicación. El punto está en que se utilizaron encuadres diferentes, se construyeron historias diferentes en torno a cada candidato. Mientras que se habló mucho de Ollanta Humala, Pedro Pablo Kuczynski tuvo mayores espacios para hablar -o bailar y tocar flauta- por sí mismo. La edición, el tipo de cámara y fotografía contribuyeron a crear personajes antagónicos. Humala era el villano del cuento. Presencia espectral –al mejor estilo de Lord Voldemort-, exterior constitutivo de una identidad moderna y progresista. PPK y no Kuczynski – apellido impronunciable y de aun mayor dificultad en la escritura- era una especie de abuelo salvador rodeado de jóvenes; la esperanza light de un futuro sin complicaciones.25 Pero más allá de los medios, la votación en las urnas nos llevó a otro desenlace en la historia. La segunda vuelta: del “cáncer y el sida” al “lobo y la caperucita” Es materia de un libro y no de un artículo analizar el complejo panorama y las relaciones entre medios y política que configuraron esta última segunda vuelta. Trataré en las siguientes páginas solo algunos puntos a partir de lo ya señalado: lo que hacen los medios es contar historias y para hacerlo simplifican y dicotomizan la realidad que buscan representar. Para los medios dominantes, como ya he señalado, en el centro de esta historia electoral se disputaba el mantenimiento o cambio de un tipo de orden económico y político en el que 25

Como señaló su estratega de campaña, Abel Aguilar, una decisión clave de marketing político para pasar la barrera del 4% fue orientarse a los jóvenes a quienes no les importa la política y la ven como algo negativo, desde nuevos códigos políticos. “Era el más viejo pero era el más capo (…) él ya la hizo, finalmente él ya no necesitaba el reconocimiento, ya lo había tenido, era millonario de verdad”. En los últimos dos meses de campaña, para dar esa imagen de éxito y de juventud mezcla de experiencia con ideas modernas y lograr la conexión emocional con los jóvenes se decidió eliminar de su estrategia comunicacional (spots, voces, apariciones mediáticas) a quienes no lo eran: “en toda su comunicación nadie tiene más de 20 años”. Así, generó pasión en un segmento del electorado: “se convirtió en una especie de rock star”. Entrevista realizada el 15 de junio 2011. 15

crecimiento resultaba casi un sinónimo de desarrollo. Democracia, a su vez, sinónimo de una administración que contribuyese a dicho crecimiento. Es decir, la historia contada se inscribió dentro de un marco de sentido neoconservador: neoliberal en lo económico y conservador en lo político. Sin embargo, para gran parte de los ciudadanos, aparentemente, otro era el centro de la historia; otras eran sus agendas y prioridades.26 Por más visibilidad mediática y apoyo entusiasta que recibió Pedro Pablo Kuczynski, este no logró a pasar a la segunda vuelta. Despertamos el 11 de abril de 2011 con Ollanta Humala (31.6%) y Keiko Fujimori (23.5%) como protagonistas de este nuevo capítulo de la telenovela electoral. El escenario temido que en 2009 el escritor Mario Vargas Llosa había señalado que sería como elegir entre “el sida y el cáncer” estaba frente a nosotros.27 Grandes sectores de la audiencia habían optado entonces por las dos opciones que tenían en común no el cambio o mantenimiento del modelo sino la promesa de orden (seguridad) y mayor inclusión, desde la mano dura, las redes clientelistas y el asistencialismo (Fujimori) o desde la mano dura, las reformas políticas al orden económico y el asistencialismo (Humala). Dicho de otro modo: como en el 2006, y consistentes con nuestra historia política, pasaron a segunda vuelta las opciones de rasgos más caudillistas.28 Y ahora, ¿quién podrá salvarnos? “Animalizar” a Ollanta, “humanizar” a Keiko

En la segunda vuelta fue más evidente cómo todos los medios tomaron partido por una u otro candidato. Señalaré aquí la que considero fue la tendencia dominante en los medios nacionallimeños de mayor cobertura y lectoría. Me refiero a aquella voz que fue más reiterativa en la totalidad de sus mensajes y a pesar de tener periodistas independientes que pudieron expresar otras posturas en determinados programas o espacios dentro de estos medios. Aunque subrayo que no se trató de un bloque homogéneo, la prensa dominante mantuvo su postura escéptica o de abierta oposición a la candidatura de Humala tal como la había manifestado durante la primera vuelta. En adición, gran parte de esta se inclinó además a brindar de maneras más o menos explícitas su apoyo a Fujimori, reflejando acomodos de grupos de poder más amplios post resultados de abril. 26

Alberto Vergara señala que “cada elector se encuentra en un punto (difícil de determinar) de su relación con el Estado y con la Nación” a partir de la definición de un horizonte estadonacional (para quienes tienen todavía una “inclusión inconclusa” en él) y uno postestadonacional (para aquellos que gozan de todas las dimensiones de una ciudadanía efectiva). Su hipótesis- que suscribo- es que “según en qué situación se encuentre un elector respecto de cada uno de ellos elegirá a un candidato”. En: Ni Amnésicos ni irracionales. Las elecciones peruanas de 2006 en perspectiva histórica. Lima: Solar, 2007, pág. 69. 27 Mario Vargas Llosa señaló: “No creo que mis compatriotas vayan a ser tan insensatos de ponernos en la disyuntiva de elegir entre el sida y el cáncer terminal, que es lo que serían Humala y Keiko Fujimori”. El Comercio, 29 de mayo 2009. 28 En el caso de Keiko Fujimori, no se trató tanto de ella como caudillo pero sí de la exaltación durante la primera vuelta del padre-caudillo que persiste en la memoria colectiva de algunos sectores sociales, como un recuerdo positivo. Adriana Urrutia explica, en el capítulo correspondiente de este volumen, otra lectura a estos resultados desde la sociología de los partidos políticos: fueron las organizaciones con más raigambre social las que pasaron a segunda vuelta. 16

Ello fue particularmente notorio en la línea editorial e informativa de tres de los principales conglomerados mediáticos peruanos, el Grupo El Comercio, RPP y EPENSA, que en su conjunto controlan un importante segmento de los medios nacional-limeños impresos y audiovisuales. Otros diarios menores como La Razón o Expreso hicieron también evidente su apoyo a Keiko Fujimori. Un grupo minoritario de diarios fluctuó entre el abierto apoyo al candidato de Gana Perú (La Primera) y una preferencia menos explícita aunque tangible – sobre todo a partir de su manifiesto anti-fujimorismo - como en el caso del Grupo La República y Diario16. Si bien todos los medios tomaron posición, en términos de magnitud y cobertura, fue un tablero desequilibrado en el que el candidato de Gana Perú tuvo una mayor exposición pero desde encuadres negativos a su actuación política, ideas y entorno. Por ejemplo, si tomamos como muestra los diarios El Comercio, La República, Perú21, Correo, Ojo y Trome, observamos que 100 titulares principales de portada fueron dedicados a Humala mientras que solo 54 fueron dedicados a Fujimori (gráfico 2). Sin embargo, la mayoría de titulares dedicados a Humala le otorgaron un encuadre negativo. Gráfico 2. Titulares de portada dedicados a los dos candidatos presidenciales en cinco diarios nacionales. Segunda vuelta (11 de abril al 5 de junio 2011)

Fuente: diarios El Comercio, Perú21, Correo, La República, Trome y Ojo. Elaboración propia.

Para este momento, políticos, gremios empresariales y principales medios de comunicación habían optado por representar a los candidatos finalistas de la contienda, como la elección entre un lado “bueno” o correcto” y otro “malo” e “incorrecto”.29 Ello fue señalado en su momento por 29

Al respecto, recordemos que circularon mediáticamente otras campañas durante la segunda vuelta: el video de Marca Perú además de spots de resultados de políticas como la reducción de la pobreza o la campaña de alfabetización del gobierno saliente. Diversos gremios empresariales sentaron posición (implícitamente favorable a Fujimori) a partir de la difusión de spots radiales y televisivos. Ver el spot de la Sociedad Nacional de Radio y Televisión “El progreso del Perú en el día del Trabajo” difundido en televisión e internet en segunda vuelta, a partir del 01/05/2011. Accesible en: http://www.youtube.com/watch?v=XFlRySn3aos&feature=related (visitado el 05 julio 2011). Ver también los spots “Adelante” de la Confederación nacional de Instituciones Empresariales Privadas- CONFIEP y Sociedad Nacional de Industrias (primera vuelta), accesible en 17

diversos analistas políticos, intelectuales e incluso algunos periodistas y blogueros, dentro y fuera del país.30 De pronto ya no se trataba de dos opciones de dudosas credenciales democráticas – dos “enfermedades terminales” siguiendo la metáfora del nobel de literatura- a ser puestas bajo la lupa y el análisis riguroso de los medios a fin de que los ciudadanos pudiesen contar con la mayor cantidad de información disponible para realizar su elección. Al igual que en el 2006, hoy nuevamente la democracia estaba en peligro y el crecimiento económico sostenido se encontraba al borde del abismo. El Perú que avanza, como rezaba el slogan del segundo gobierno aprista, enfrentaba una grave amenaza y esta era encarnada por el candidato de Gana Perú.31 El era una vez más el villano de la película, en esta segunda parte de la saga de género catastrofista que nos mostraban múltiples pantallas mediáticas. Ciertamente, en los cuentos, solo hay lugar para un lobo.32 Y ese ya estaba claramente identificado: la “animalización” de Ollanta Humala había comenzado en primera vuelta, como muestran las siguientes portadas (Imagen 1). La mano negra que busca hacernos daño, las garras del lobo, el lobo disfrazado de oveja. Más claro que el agua, comprensible por audiencias de todas las edades y estratos sociales.33

http://www.youtube.com/watch?v=21sXoUYbwRY (visitado el 15 de junio 2011) y “Con optimismo en el futuro” difundido, junto con otros spots similares, cuatro 4 días antes de la segunda vuelta, durante el debate entre los candidatos Ollanta Humala y Keiko Fujimori. Accesible en: http://www.youtube.com/watch?v=fMhaQLjN5IA&feature=related (visitado el 15 de junio 2011). 30 El politólogo Steven Levitsky fue uno de los principales críticos de esta cobertura sesgada. Por otro lado, incluso se celebró una mesa de discusión "Inside / outside - Las elecciones peruanas en el espejo de la prensa internacional" en la que diversos periodistas internacionales expresaron sus impresiones en esa línea. En Universidad Antonio Ruiz de Montoya, 19 de mayo 2011. Algunas entrevistas a periodistas participantes de ese evento son accesibles en: http://lamula.pe/2011/05/23/la-prensa-extranjera-analiza-ala-prensa-peruana/rafaelponc (revisado el 05/09/2011). 31 Cinco años atrás, García se impuso como el “cambio responsable” frente a Ollanta Humala, quien fue representado como el candidato “anti-sistema” que amenazaba con el regreso de ideologías “trasnochadas” y “fracasadas”: el comunismo, el estatismo y la pérdida de libertades. 32 Agradezco esta idea a Micaela Velaochaga. 33 Si bien la televisión es el medio que junto con la radio tiene mayor llegada en el país, su carácter es más efímero y resulta más fácil reconstruir algunos de los cuentos mediáticos a través de ejemplos de la prensa escrita. Este archivo que quedará como evidencia de esa época y el tenor catastrofista con el que se representaron estas elecciones. 18

Imagen 1. Ejemplos de portadas que asocian al candidato Ollanta Humala con el lobo del cuento.

Fuentes: Perú21 (25/04/2011), Correo (27/03/2011)

Entonces, con Humala posicionado como el peligro de la instauración de un régimen chavista, construido mediáticamente como villano (incluso “animalizado”) y con la “muerte temprana” del héroe del modelo (PPK), Keiko Fujimori tuvo finalmente que ser asumida como protagonista. Siempre había estado ahí, cual roca sólida en su 20% de intención de voto, pero la prensa mayoritaria prefirió en primera vuelta invisibilizarla en lugar de investigarla; no hurgó en su pasado (su labor congresal, su rol de Primera Dama) con la misma tenacidad con la que se hurgaba en el pasado de Humala.34 Tampoco cuestionó demasiado su presente y la manera en la que se exaltaba la figura de su padre como bastión de la campaña, que incluso despachaba en parte desde la DIROES. A fin de cuentas, ¿cuál era la promesa del fujimorismo? Mientras que la promesa del nacionalismo era el “cambio”, el “Perú para todos”, hasta ese momento lo que prometía el fujimorismo, tautológicamente, era a Fujimori. Si bien en el 2006, Alan García y su “cambio responsable” habían “salvado” al Perú de este mismo villano, resultaba más complejo constituir a Keiko Fujimori como el “mal menor”, como la elección democrática por default. El gobierno de su padre generaba memorias en conflicto entre los votantes más allá de su voto duro. Como señaló Levitsky en días posteriores a la primera vuelta: “se puede tener dudas de Humala, pero de Keiko tenemos pruebas”.35 Entonces, para “humanizar” a Fujimori frente a los electores indecisos, había que “desfujimorizar” su campaña.36 34

La imagen más presente sobre Keiko respecto del régimen de su padre en el imaginario de grandes sectores sociales era el de la sacrificada hija de 19 años que tuvo que acompañar al padre (y no sabía lo que hacía). De esta manera, se la colocó en un plano atemporal que invisibilizaba que ella ocupó ese lugar durante cinco años hasta cumplir los 26 años, edad en la que difícilmente se podría argumentar que no era responsable de sus actos o no sabía lo que pasaba. 35 Entrevista a Steven Levistky en PuntoEdu, Año 7 N° 206, del 11 al 17 de abril del 2011. Accesible en: http://www.pucp.edu.pe/puntoedu/dmdocuments/num206.pdf 36 En primera vuelta su estrategia de campaña había estado muy orientada a exaltar la figura de su padre, en mítines, debates televisivos, afiches y libros para colorear repartidos al interior del país entre otros. 19

La estrategia comunicacional de Fuerza 2011 se reorientó a posicionar “Keiko” en lugar de “Fujimori”, a distanciarla de su padre y a reconocer los errores de dicho gobierno especialmente en las actividades capitalinas y en sus discursos televisivos. Se resaltó en ella cualidades percibidas como positivas en nuestra sociedad: joven, madre, profesional (y con marido joven, guapo y extranjero). Una perfecta pareja presidenciable, una historia de amor y de éxito. Para darle cuerpo y mensaje a su propuesta más allá del fujimorismo para fujimoristas, se recurrió además a sumar nuevas personalidades ajenas al partido, como Hernando de Soto y Giuliani. De todos modos, considero que una de las mejores estrategias del fujimorismo vino de fuera del partido. La pauta que seguirían los principales medios pareció provenir de un actor político que nunca terminó de irse pasada la primera vuelta y cuya agenda política calzaba perfectamente en el encuadre economicista predominante en su representación de esta elección. Cual recurso Deus ex machina del teatro griego, apareció Kuczynski nuevamente en escena a tan solo cuatro días de los comicios, con una propuesta de “pacto por el Perú” que les pediría a los dos candidatos que firmasen y así se garantizaría el orden democrático – y económico- en el país. Esta movida política del candidato de Alianza por el Gran Cambio, canalizaba además el estado de estupor y negación en el que había entrado cierto sector de sus votantes, que llegaron a promover marchas e incluso una iniciativa en las redes sociales para recolectar firmas para que la segunda vuelta pudiera disputarse entre los tres candidatos finalistas y no entre los dos. Imagen 2. Ejemplos de portadas que asocian a la candidata Keiko Fujimori con el “lado bueno” del cuento.

Fuentes: El Comercio y Perú21 (15/04/2011)

Keiko Fujimori rápidamente firmó el pacto, hecho que tuvo gran acogida en los medios limeños, tanto en la prensa escrita como en la audiovisual (Imagen 2). Por su parte, Ollanta Humala recibió el pacto y señaló que lo revisaría con su equipo, lo cual fue encuadrado como una mala señal del nacionalismo. En palabras del propio Kuczynski:

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“Lo primero que tenemos que hacer es que todos firmen, porque si no están de acuerdo con la democracia, la libertad de expresión, los derechos humanos, una economía boyante que les va a dar a todos ustedes trabajo, si no están de acuerdo con eso, entonces que mejor se 37 desaparezcan”.

PPK contaba entonces la historia de la realidad: democracia, libertad de expresión y derechos humanos solo eran posibles dentro de un tipo determinado de economía, una única vía posible. Como señala Badiou, es “imposible criticar la economía, la economía es la realidad” y no se puede criticar a la realidad.38 Los medios mostraron mayor afinidad con el guión contado por PPK (y su flauta mágica) pues se mueven dentro de ese mismo marco de sentido. Es así como en segunda vuelta y a pesar de no haber salido finalista, nuevamente PPK continuó posicionado en la prensa dominante como el que “sí sabe hacerlo” y por tanto, como el llamado a poner las reglas de juego. El “pacto por el Perú”, más allá de las intenciones de Kuczynski y de su propio acomodo político, fue presentado en los medios dominantes como el elemento dilucidador del compromiso con la democracia de los candidatos. Ella firmó (positivo), él no firmó (negativo). Pero Kuczynski no solo entregó un pacto y apareció en la foto. Sin ser finalista y aprovechando el fervor de sus seguidores, organizó un mitin en el que diciendo sin decir, endosó su voto al fujimorismo. En pocas palabras, les sugirió a sus PPKausas convertirse en PPKeikos. De igual manera, participó en el mitin de cierre de Keiko Fujimori y habló incluso la misma cantidad de tiempo que la propia candidata. Fue además una permanente presencia televisiva, espacio en el que pasó de ser un actor político en competencia a volverse, en su supuesto rol de “garante del orden económico”, un comentarista fijo de los programas políticos. Así, luego del debate entre los candidatos, estuvo de comentarista durante la entrevista a Fujimori en el programa Sin medias tintas.39 Fue también una voz muy citada en medios escritos. El “más capaz”, junto a los otros jales independientes, estaba del lado de Fujimori. Votar por ella era como si estuviesen votando por él. Paralelamente, la alianza por el Gran Cambio se iba desmoronando, pues en ella no todos estaban de acuerdo con dicho acomodo. Además, mientras que por un lado Keiko se distanciaba de su padre y se posicionaba como madre, joven y profesional rodeada de otras figuras de éxito, desde las propias filas del fujimorismo ciertos voceros no hacían sino recordar las zonas más oscuras de los años noventa con declaraciones desafortunadamente célebres, las cuales fueron también reproducidas largamente en ciertos espacios mediáticos y redes sociales, (Imagen 3). 40 37

Kuczynski declaró sobre pacto que no firmó Humala: “Tratamos de convencerlo”. En: El Comercio, 16 de abril 2011. 38 Badiou 2000, pág 2. Op.cit. 39 El debate presidencial televisado organizado por el Jurado Nacional de Elecciones se llevó a cabo el domingo 29 de mayo 2011. Incluso, estuvo en América TV como comentarista del resultado de las elecciones, para indicar que es lo que debía hacer el presidente electo para dar “señales claras” a los inversionistas. 40 El programa Buenos Días Perú, de Panamericana Televisión, conducido por Beto Ortiz, fue el escenario de las más recordadas declaraciones. Rafael Rey, refiriéndose a la estrategia del ministerio de Salud de las esterilizaciones forzadas declaró que una paciente no fue esterilizada “contra su voluntad sino sin su 21

Imagen 3.Ejemplos de portadas que asocian a la candidata Keiko Fujimori con el régimen de su padre.

Fuentes: La República (31/05/2011), La Primera (19/05/2011).

Del otro lado, Ollanta Humala no firmó el pacto de Kuczynski, y con ello, simbólicamente, no le reconoció al perdedor de la primera vuelta un rol que estuviese por encima de los dos finalistas. Elaboró su propio “juramento por la democracia” el cual no tuvo similar cobertura que el pacto de PPK.41 En esta otra cantera también empezaron a sumarse independientes y cuadros provenientes de las filas de Perú Posible e incluso algunos de la Alianza por el Gran Cambio que se dividió en segunda vuelta. Independientemente de las intenciones de estos actores y de sus propios acomodos políticos, lo cierto es que con estas otras fuerzas políticas y equipos técnicos, Gana Perú debatió y modificó su propuesta inicial -del plan de gobierno original al compromiso por el Perú y finalmente a la hoja de ruta-. Es decir, mientras que el fujimorismo, como señaló su candidata presidencial, tomó la decisión de ir solos en segunda vuelta – aunque con PPK que se sumó a este carro-, se formó aquí un frente democrático electoral que se puso de acuerdo en torno a determinados ejes y mejoró, corrigió y aclaró las maneras en las que se pensaba desarrollar ciertas propuestas. Estos equipos participaron del debate técnico televisivo mientras que las personalidades mediáticas de prestigio internacional convocadas por el fujimorismo (Giuliani, De Soto) no lo hicieron; solo salieron en la foto, el reportaje y la portada. Si el fujimorismo tenía éxito generando adhesiones entre futbolistas, otros deportistas y personajes de la farándula, al nacionalismo se adherían reconocidos intelectuales sin mayor exposición en medios.42 Las principales figuras mediáticas que apoyaron la candidatura de Humala voluntad” (31/05/2011). Por su parte Jorge Trelles, en relación a la estrategia antisubversiva señaló “nosotros matamos menos” (19/05/2011). 41 El caso más saltante fue Canal N, como la propia periodista de ese medio, Josefina Townsend criticó durante su programa que este hecho noticioso no fuese cubierto en vivo como suele hacer el canal y en lugar de ello transmitir un programa sobre las reinas del pop. En: Diario16, 20 de mayo 2011. 42 Apoyaban a Keiko, figuras mediáticas como por ejemplo Jaime Bayly, la conductora de TV Sofía Franco, el actor de Al fondo hay sitio, Lazlo Kóvacs, varios futbolistas como José Luis Carranza, Waldir Sáenz, Roberto Palacios, Johan Fano y Jhon Galliquio, y otros deportistas (entre ellos los boxeadores Kina Malpartida y 22

fueron el recientemente nobel de literatura y su hijo Álvaro Vargas Llosa, frente al peligro que consideraban representaba el retorno al poder de un fujimorismo – en el que se podían ver varios personajes de los años noventa recientemente reciclados. Conforme se acercaba el momento del desenlace en las urnas, Alejandro Toledo también sumó su apoyo y participó en el mitin de cierre en Lima. Si PPK gozaba del encuadre de garante del modelo, Toledo fungía en este caso como garante de la democracia. En gran parte de los medios nacional-limeños, los jales de intelectuales y equipos técnicos del nacionalismo fueron cuestionados y las modificaciones a las propuestas – que tanto habían reclamado los propios medios- se encuadraron muchas veces desde la sospecha. Y se repitieron los mismos tópicos temáticos de todos esos meses: cómo se podría confiar en un equipo que cambiaba tantas veces de programa, que si daría las garantías para la libertad de expresión, para la inversión, si desistiría de su idea de cambiar la Constitución, si no pondría en riesgo el actual modelo económico y el éxito alcanzado por el país y un largo etcétera. No solo eso: en algunos medios se llegó a construir y difundir falsas noticias (por ejemplo, trastocando y sacando de contexto testimonios de Humala para señalar que este era pro-senderista), sin comprobar fuentes ni corroborar información. Luego este tipo de “noticias” fue usado para preguntar a otros actores políticos y allegados a la otra agrupación en contienda su opinión (desaprobatoria) y para que los presentadores de noticias opinasen también (desaprobatoriamente) y se creasen así corrientes de opinión, muchas veces basadas en falsa información.

Los medios en política y las políticas de los medios

Ahora bien, se suele señalar que respecto a los medios, así como había diarios como Correo o Peru21 que tomaron posición por la candidatura fujimorista, había diarios como La Primera o La República que apoyaban a Humala. De igual manera, así como Kuczynski y De Soto estuvieron con Fujimori, por el otro lado estuvieron Toledo y Vargas Llosa. Inclusive, que en los medios no todos los periodistas eran un bloque homogéneo anti-humalista sino que varios cuestionaron más a Fujimori. Por todo esto entonces la conclusión rápida es que fue un escenario político balanceado y una cobertura plural, equilibrada y equitativa. No estoy de acuerdo con esa postura. Evidentemente, los medios no son instituciones monolíticas. Evidentemente, estamos hablando de una realidad compleja y en movimiento que se fue acomodando conforme se acercaba el día decisivo. Así como los electores, los actores políticos, los gremios empresariales, los dueños de medios y los periodistas, todos fueron ajustando sus posiciones en una ida y vuelta con el propio desenvolvimiento de la campaña.

Carlos Zambrano). Apoyaban a Ollanta el dramaturgo Eduardo Adrianzén, los músicos Daniel F y Manuelcha Prado, el cineasta (y sobrino de MVLL) Luis Llosa, actores como Pilar Brescia, Francesca Brivio y Reynaldo Arenas. Eran evidentes las diferencias de edad y de exposición mediática de estas personalidades, lo que contribuía a dar una imagen espectacularizada de que con Keiko estaban los jóvenes y el éxito (no en términos de trayectorias sino de la propia visibilidad mediática en el presente). 23

Sabemos que en esta segunda vuelta, se vivieron también momentos de gran intensidad dentro de los propios medios de comunicación, en particular dentro de la mayor corporación, el Grupo El Comercio. Pues, así como una parte de la Alianza por el Gran Cambio no acompañó a PPK en su acomodo con el fujimorismo, muchos periodistas tampoco estuvieron de acuerdo con las decisiones empresariales de sus directorios que se inclinaron a apoyar a una de las dos opciones y a ejercer una crítica desproporcionada con uno de los dos contrincantes en la contienda.43 Lo que yo trato de señalar aquí son las voces dominantes dentro de los medios dominantes que producen contenidos centralizados en Lima pero se distribuyen a nivel nacional y, por tanto, impactan en la construcción y reiteración de ciertas representaciones de la escena política. En esa línea es que podemos encontrar recurrencias y diferencias en los patrones mediáticos de esta campaña electoral. Todos los medios, al tomar posición, construyeron dicotómicamente la realidad: había buenos y malos. Esquematizando: cualquiera que se acerca a los “malos” era convertido en “malo” (en sospechoso, perdía credibilidad) y viceversa en el bando de los buenos (se potenciaba lo positivo). Pero si cuantificamos el consumo de los diferentes medios queda clara la redundancia de cierta configuración “buenos- malos” que fue la que largamente predominó. El Grupo El Comercio, además de ser accionista mayoritario a América TV y Canal N, concentra casi el 60% de lectoría de diarios (Trome, El Comercio, Peru21, Depor y Gestión), EPENSA (Ojo, Correo, Ajá y Bocón) un poco menos del 20% y Montecristo editores (TodoSport, El Men, El Chino y La Razón) cubren alrededor del 4%. Es decir, entre estos tres grupos, que tuvieron en líneas generales encuadres más favorables a Fujimori o mucho más críticos con Humala, se concentra más del 80% de la lectoría de diarios en Lima. El Grupo La República (Popular, Líbero, La República) cubre casi el 10% del mercado, mientras que La Primera ocupa poco más del 1% del mercado (no se tiene información sobre Diario16). 44 De todos modos, así estos diarios menores cubriesen el 16% restante del mercado, su postura antifujimorista no resultó pues el patrón mediático más redundante. Claramente, el villano proyectado de Lima hacia el resto del país era Ollanta Humala y este encuadre se extendía a quienes lo acompañasen. Mientras que la adhesión de Kuczynski al fujimorismo recibió un encuadre mayoritariamente positivo o menos crítico, toda adhesión a la candidatura de Humala fue vista como una incoherencia por parte de quienes la realizaban. Mario Vargas Llosa pasó de ser exaltado como héroe nacional meses antes de las elecciones al ser nombrado nobel de literatura internacionalmente, a ser un “apestado” en la mayoría de medios de comunicación y su apoyo fue encuadrado como un acto de resentimiento por haber perdido en

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Este tema que se hizo público con el despido de Rosa Montero de Canal N y prosiguió con diversos sucesos como la renuncia de Mario Vargas Llosa a publicar su columna Piedra de Toque en el diario El Comercio y finalmente con la no renovación del programa Prensa Libre de Rosa María Palacios en América Televisión, excede el objetivo de este artículo. 44 Datos referenciales tomando en cuenta que no hay información disponible para Diario16 ni Expreso, ni El Peruano. Fuente: Kantar Media Research (KMR)/ Media Research Perú, datos de lectoría en Lima del periodo enero -diciembre 2010. 24

las elecciones de 1990 contra Alberto Fujimori. 45 Por su parte, Toledo era inconsecuente con sus propias declaraciones respecto de que Humala representaba un salto al vacío, pero no fue tan enfático el mismo reclamo de consistencia con Kuczynski y sus declaraciones de retirarse de la política si no pasaba a segunda vuelta. Los periodistas que reclamaron a sus propios directores una mayor imparcialidad eran susceptibles de ser tildados de humalistas (y en algunos casos de ser despedidos o invitados a renunciar).46 Si bien es más sencillo recolectar evidencia desde la prensa escrita, fue posible observar similares coberturas desde el periodismo audiovisual de los grandes medios. Solo señalaré, a modo de ejemplo, el caso más saltante en estas elecciones y que se refiere nuevamente al mayor conglomerado multimedios del país, el Grupo El Comercio, aunque estas prácticas periodísticas y empresariales no fueron exclusivas de este grupo. Además, para algunos periodistas como Ángel Páez, jefe de la unidad de investigación de La República, por la semejanza sistemática de ciertas coberturas, parecía haber incluso cierta coordinación entre diferentes grupos mediáticos.47 Por más que se suele señalar que los diferentes medios del grupo son independientes entre sí, varios periodistas han señalado lo contrario. En primer lugar, Augusto Álvarez Rodrich sostuvo que desde su retiro de la dirección de Peru21 a fines de 2008, se estableció un “consejo consultivo vinculante donde le indican al director de los periódicos qué es lo que tiene que hacer (…) lo que buscan es periodistas zombis, que hacen lo que el dueño les dice.”48 Bruno Rivas, periodista de la sección internacional de El Comercio, señaló que se vulneraron los principios rectores en su cobertura a la campaña: “el lema del Comercio es “independencia y veracidad” pero eso no se cumplió. Si hubiesen dicho que éramos “fujimoristas y veraces” uno no podría quejarse.”49 Es así que hacia afuera este grupo mediático advertía de la posible amenaza a la libertad de expresión que representaba Ollanta Humala, mientras que a su vez llevaba dentro un ejercicio real de censura de parte de los directorios empresariales a sus periodistas. En contraparte, ciertas figuras mediáticas de los medios respondieron a posibles recortes a su libertad de expresión

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Vargas Llosa llegó a renunciar a la publicación en El Comercio de su columna Piedra de Toque. En su carta de renuncia, enviada al diario el 31 de mayo 2011 señaló que: “desde que un puñado de accionistas, encabezados por la señora Martha Meier Miró Quesada, tomó el control de ese diario y del grupo de canales de televisión y periódicos de que es propietario, el periódico se ha convertido en una máquina propagandística de la candidatura de Keiko Fujimori que, en su afán de impedir por todos los medios la victoria de Ollanta Humala, viola a diario las más elementales nociones de la objetividad y de la ética periodísticas: silencia y manipula la información, deforma los hechos, abre sus páginas a las mentiras y calumnias que puedan dañar al adversario a la vez que en todo el grupo de medios se despide o intimida a los periodistas independientes, y se recurre a las insidias y golpes bajos de los peores pasquines que viven del amarillismo y del escándalo." 46 Por ejemplo, dos periodistas importantes dentro de Canal N, empresa de Plural TV de la cual El Comercio es accionista mayoritario, fueron despedidos, de acuerdo a la versión de los propios periodistas al ser acusados por el directorio de “humanizar a Humala” y con ello haber contribuido a su pase a segunda vuelta. Ver: Diario El Mundo, 22 de abril 2011 y David Rivera, “¿Podrá el Grupo El Comercio detener a Ollanta Humala?”. Revista Poder, 27 de abril 2011. 47 Angel Páez, entrevista realizada el 23 de junio de 2011. 48 Augusto Alvarez Rodrich, entrevista realizada el 8 de julio de 2011. 49 Bruno Rivas, entrevista realizada el 24 de junio 2011. 25

advirtiendo desde sus propios programas televisivos a los dueños que estarían vigilantes.50 Para los periodistas de planta, las posibilidades eran más reducidas: renunciar o atenerse a ver sus notas vetadas o cambiadas al momento de la publicación de los diarios. Muchos optaron por dejar de firmar. Por otro lado, apareció sorpresivamente el primero de mayo en la programación de domingo de América Televisión un programa de opinión dirigido por Jaime Bayly, quien desde 2010 había señalado que votaría por Fujimori, en el que se dedicó, domingo a domingo, a atacar a Ollanta Humala en un monótono monólogo grabado desde Miami. La historia es larga de contar pues tiene varios capítulos más. Baste señalar, que si bien los cambios dentro del grupo pudieron tener explicaciones que obedecieron a las propias pugnas por el control empresarial entre las diversas ramas de la familia Miró Quesada, esta situación no dejó de ser relevante a la política ya que permeó la cobertura electoral de sus medios nacionales. Estos cambios fueron además parte de la noticia política de esos meses. Resulta ingenuo pensar que fueron meras coincidencias temporales de ciertas decisiones empresariales, especialmente si tomamos en cuenta que Martha Meier Miró Quesada, editora de Fin de Semana Adjunta a Dirección del diario El Comercio y además parte del comité editorial de Plural TV, es muy cercana a Martha Chávez y fue incluso candidata al Congreso por el fujimorismo en el 2000, en la rereelección de Alberto Fujimori.51 Fue entonces bastante visible en este caso la gran diferencia entre lo legítimo para un medio de tener posición política frente a tener objetivos políticos concretos y utilizar el discurso mediático para su consecución. El día D. “Piénselo bien, el futuro está en sus manos. No salte al vacío”52

Acercándonos al día decisivo, en la capital vivíamos en una burbuja mediática que seguía el discurso de los grupos de poder político y económico y difundía el miedo y los peligros de tratar de modificar el indiscutible modelo de desarrollo económico. En su lógica auto-referencial, medía el éxito de su agenda temática a través de frecuentes encuestas. En diversas partes del país se iban consolidando las posiciones políticas en medio de conflictos sociales, que justamente ponían en cuestión diversos aspectos del tan celebrado modelo. Los conflictos más saltantes ocurrían en el sur del país, en Arequipa y Puno y estaban relacionados a la política extractivista que sostenía el modelo. Sobre esto por supuesto, no preguntaron las encuestas. El saliente gobierno aprista se abstuvo de intervenir en el conflicto puneño y el entonces presidente, Alan García, sumido también en la burbuja limeña, se dedicó a inaugurar obras por doquier situadas mayoritariamente en la capital. Entre la franja electoral, las noticias de inauguraciones y de la escalada de la violencia en los conflictos en Puno, el gobierno y otros

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Es el caso de Josefina Townsend (Primero a las 8), de Rosa María Palacios (Prensa Libre) y Raúl Tola (Cuarto Poder). 51 David Rivera, “¿Podrá el Grupo El Comercio detener a Ollanta Humala?”. Revista Poder, 27 de abril 2011. 52 Titular de Peru21 el día de las elecciones (05/06/2011). 26

gremios empresariales difundían spots publicitarios sobre lo bien que estamos, lo bien que avanza el Perú.53 En las redes sociales, euforia, pasiones desmedidas, racismo y negación daban la hora.54 Llegamos al día D, en medio de esta escalada de pasiones que parecía dividir hasta a las familias, pero sobre todo que dividía a Lima del resto del país, como suele reflejarse en su votación. Como la legislación peruana señala, durante el acto electoral está prohibido orientar el voto del elector y tratar de obligarlo a votar por determinado candidato.55 Esta prohibición, que no explicita al detalle lo que deben hacer los medios de comunicación, se ha traducido normalmente en el caso de los diarios, en que estos elaboren titulares imparciales en el día de las elecciones. En esta segunda vuelta sin embargo, observamos que varios diarios trataron de orientar, desde el miedo o la “esperanza” el voto de los electores. Algunos diarios tuvieron un encuadre entusiasta que podía tratar de orientar un voto hacia Humala, implícitamente como el caso de La República (“Vamos, Perú. A votar con alegría, fe y optimismo”) o muy explícitamente como La Primera (“Hoy gana el Perú. Jornada histórica. García y Keiko están nerviosos”). Un segundo y considerable grupo, en tanto magnitud de ventas y lectoría, lo que hizo fue dar una orden, un mandato expresado desde la angustia y el miedo. Es ilustrativo el titular de Correo, que sobre un fondo aparentemente neutro (la bandera peruana) tiene un mensaje directo: “Entre el retroceso y el progreso. Elección crucial. Hoy casi 20 millones de peruanos decidirán si se pierde todo lo tan trabajosamente ganado en tantos años de sacrificio”. En efecto, para su director Aldo Mariátegui, el voto por Humala “es un voto absolutamente ignorante”, “una especie de entre capricho y rabieta y odio, una votación de lo más irracional”. El esperaba que el país hubiera “madurado” y que pensara “mejor” y por tanto votase por cualquiera de los candidatos centristas.56 Los diarios del grupo El Comercio hicieron un juego interesante, una gradiente de mensajes que se vuelven más explícitos y sesgados en Peru21 que en el Trome: El Comercio 19’949,915 DECIDEN HOY EL FUTURO DEL PAÍS EN LAS URNAS Llegó el día D. Imágenes: fachadas de centros de votación

Trome A VOTAR Piense bien

Perú21 NO SALTE AL VACÍO Piénselo bien, el futuro está en sus manos.

Imagen: Mapa del Perú

Imagen: zapatillas de alguien a punto de saltar de un edificio.

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Sociedad Nacional de Radio y Televisión (2da vuelta): http://www.youtube.com/watch?v=lTMIrwtNFlE CONFIEP: con optimismo en el futuro (4 días antes de 2da vuelta. Debate KF y OH) http://www.youtube.com/watch?v=fMhaQLjN5IA&feature=related. Marca Perú: http://www.youtube.com/watch?v=8joXlwKMkrk&feature=related 54 En las redes había una enorme gama de posibilidades: desde blogs y espacios web que ofrecían miradas diferentes a la política ejerciendo un periodismo ciudadano (La Mula, Antiprensa), las redes de los propios partidos en contienda, y los fans (PPKausas, PPKids) y los “antis” (No a Keiko, los troles). 55 la Ley Orgánica de Elecciones N° 26859. 56 “Yo pensé que iban a votar por algún candidato centrista que este iba a ser un país normal no un militar que uno no sabe hacia dónde va, ¿no? Pensé que ya había madurado políticamente”. Aldo Mariátegui, entrevista realizada el 30 de junio 2011. 27

Chomsky y Herman señalaron hace quince años que lo que se iba instaurando como modelo en los medios masivos estadounidenses, cuya propiedad estaba cada vez más concentrada en pocas manos, no era un sistema de comunicación sino un sistema propagandístico.57 Este se caracterizaba por una “exagerada dicotomización política de la cobertura informativa”.58 Observamos aquí lo mismo: no se trata de adversarios legítimos dentro de una disputa política sino de un polo bueno y defensor de la democracia y otro que busca destruirla, construido además desde claves espectaculares que personifican la política en pocos personajes y muchos temas no programáticos. Queda claro, que al representar de tal manera el escenario político, las voces dominantes dentro de los medios trataron de imponer una opción. Si bien mediáticamente predominó un clima de opinión, en la realidad de las urnas ocurrió lo contrario.

A modo de conclusión: tanto avanzó el Perú que terminó saltando al vacío Así como los artículos anteriores han tratado de explicar las razones por las que determinado candidato ganó y los otros perdieron, cómo es la organización interna de las agrupaciones y alianzas políticas en campaña y sus facciones de haberlas, y cuál es el horizonte político postcampaña de cada uno, en este artículo he tratado de hacer un recorrido entre algunos de los elementos presentes en este “campo de batalla” simbólica en el que se disputó la elección presidencial. Como hemos visto a lo largo de estas páginas, se disputó también el mantenimiento o fracaso de una representación hegemónica sobre la realidad peruana, esa que reza que “el Perú avanza”. Junto a las performances particulares de la contienda, fueron movilizados una serie de factores estructurales persistentes en nuestra sociedad: fantasmas del retorno del militarismo, el estatismo y la violencia, la exacerbación del racismo y una serie de miedos para todos los gustos. Desde la mirada de los medios, los políticos fueron los sospechosos de siempre. Sin embargo, hemos visto que no todos los candidatos fueron pasados con similar énfasis por el escáner periodístico. Hubo visibilidades, encuadres y tratos diferenciados. Hemos visto también que ciertas malas artes de la prensa chicha de la década del noventa empezaron a ser evidentes en diarios antes considerados “serios”. En esta guerra política espectacularizada en las pantallas de los medios de comunicación participaron bandos con desigual poder de movilización de recursos y de redundancia de mensajes. Se exaltó mucho el fantasma de la intervención extranjera (de otro presidente, de otro estado, Chávez, Lula) mientras vivíamos la real intervención de gremios empresariales en el proceso electoral mediante spots publicitarios que jugaban con los sentidos comunes dominantes en el espacio público mediático. No era necesario que dijeran explícitamente a quién apoyaban: ya todos sabíamos que “retroceso” y “progreso” estaban asociados – mediáticamente- a diferentes candidatos.

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Chomsky, Noam y Edward Herman. Los Guardianes de la Libertad. Barcelona: Grijalbo, 2000. Pág.21 Ibíd. Pág.80 28

Sin embargo, a las cuatro de la tarde del 5 de junio de 2011, confirmamos que, colorín, colorado, el cuento se había acabado. “Pensar bien”, el “futuro”, el “avance” o el “retroceso” no tienen pues significados únicos, tampoco el “optimismo” ni la “alegría”. Las audiencias esperaban información, opiniones argumentadas y sobre todo entretenimiento de parte de los medios, no necesariamente que se les señalase qué debían hacer. Luego de saberse los resultados finales algunos analistas y varios periodistas han sostenido que en tanto perdió Keiko Fujimori, candidata que más o menos abiertamente apoyaron – o criticaron menos- la mayoría de medios, estos entonces no tienen efecto sobre las decisiones del electorado. Ciertamente, como mencioné al inicio del artículo: un resultado electoral es la suma de diversos factores estructurales y coyunturales en el que los medios son solo uno de sus ejes explicativos. Sin embargo, teniendo esa perspectiva multidimensional como base, es posible señalar varios temas respecto de las consecuencias de la actuación mediática. En primer lugar, no ganó la opción por la que apostaron los medios de comunicación dominantes porque el voto por Humala fue muy contundente en diversas partes del país lo que generó que la segunda vuelta no se definiera solo en Lima, algunas ciudades de la costa y el voto del extranjero, como ocurrió cuando el país eligió “responsablemente” a García en el 2006 –elección que sí contó con el apoyo mediático en la segunda vuelta. Ganó entonces otra pareja presidenciable que había empatado con grandes sectores de la población. El peso diferenciado de las agendas que confluyeron en los medios fue claramente identificable en este momento. Como señala Rincón, “hay tres agendas que importan (la de los gobernantes y políticos, la de los empresarios y la de los mismos medios como actores económicos y políticos). Y dos agendas que poco importan: la de los movimientos sociales y la de los ciudadanos. Y es que el poder pasa por las élites, no por las bases sociales, y en el juego político de las élites es donde los medios de comunicación son imprescindibles.”59 En los medios nacional-limeños fueron esas agendas políticas, empresariales y las de los propios medios las que primaron y produjeron para todos los ciudadanos una representación de la realidad bastante autorreferencial y no compartida en todo el país. Pero esta no es una evaluación moral sobre la posición de los medios. Todo medio de comunicación tiene una posición política. No obstante, ello no debiera restarle rigurosidad y balance a su actuación. Los medios no son cualquier negocio, su materia prima es la información pública y estos suelen además autocalificarse “enérgicamente de portavoces de la libertad de expresión y de los intereses generales de la comunidad”.60 En esa línea, como reconocieron varios periodistas entrevistados, resultó cuestionable la manera en la que se ejerció dicha posición.61 Como señaló Augusto Alvarez Rodrich, los medios pueden decidir apoyar un conjunto de ideas y por tanto a los candidatos que estén de acuerdo con ellas o jugársela por un candidato en 59

Rincón, Omar. «Introducción. Las fascinantes y difíciles relaciones entre medios de comunicación y política.» En Medios, democracia y poder, de Angelika Rettberg y Omar Rincón (comp.), 5-14. Bogotá: Universidad de los Andes, 2011. Pág.7. 60 Chomsky, Noam y Edward Herman, Op.cit, pág.21. 61 Fueron entrevistados como parte de la investigación para este artículo los siguientes periodistas en los meses de junio y julio 2011: Augusto Alvarez Ródrich, Aldo Mariátegui, Angel Páez, Rosa María Palacios, Bruno Rivas y Daniel Yovera. 29

particular y ambas opciones son legítimas. Sin embargo, ello no debe ser sinónimo de desbalance informativo, las actividades de todos los candidatos deberían ser cubiertas. Y tampoco puede convertirse a “la subjetividad en un biombo para la mentira”.62 Ciertamente, en un sector considerable de la prensa fue moneda corriente tener en lugar de espacios de información y de opinión claramente diferenciados y distinguibles para las audiencias, espacios donde se confundían ambos; en lugar de equilibrio y honestidad en la cobertura (esencialmente subjetiva) encontramos desinformación, manipulación y en muchos casos incluso mentiras difundidas como verdades. Paso al segundo punto. Si bien en el conjunto del país no ganó la opción más favorecida por los medios nacional-limeños, en la capital sí ganó Keiko Fujimori. Por tanto, es posible señalar que los medios sí tienen efectos pero estos son diferenciados. Así como no existen audiencias homogéneas, pues tampoco existen apropiaciones únicas de los mensajes, estos se consumen dentro de un complejo entramado de múltiples mediaciones. En Lima los medios locales son los mismos que los medios nacionales. En el resto del país no: su espacio público está compuesto por otro conjunto de medios y líderes locales. En Lima es posible notar signos visibles del progreso y los beneficios del modelo publicitado por el gobierno aprista, los gremios empresariales, los candidatos en contienda –salvo Humala y especialmente PPK- y los propios medios de comunicación. En otras partes del país, la realidad circundante no comprueba aquello que se vende vía fantásticos spots publicitarios. Por tanto, considero que los medios sí tienen efectos en la línea de aquello que proponen en aquellos espacios donde es posible la redundancia de sus mensajes y la consonancia con ciertos aspectos de la realidad circundante.63 Como señalan Gerbner et.al., a mayor repetición y mayor homogeneidad de las representaciones televisivas de la realidad se genera un mayor impacto dependiendo siempre de qué tan central es la televisión en un espacio cultural y geográfico determinado y la consistencia y coherencia en el sistema total de sus mensajes.64 En tercer lugar, se tiende a considerar los efectos de los medios en tanto impactan en generar ciertas acciones en la línea de lo que ellos proponen. Sin embargo, el rechazo, la reacción contraria a la promovida por sus propias agendas podría también ser considerado un efecto de su actuación: una cobertura sesgada y poco rigurosa, en tanto factor complementario a otras variables de expectativas y demandas de los diferentes sectores ciudadanos, puede haber inclinado o

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Entrevista a Augusto Alvarez Rodrich realizada el 8 de julio 2011. Este hecho ha sido también señalado en 2009 por Vergara: “…en Lima los medios de comunicación han sido mucho más exitosos que en el resto del país en difundir las virtudes del neoliberalismo y en denostar a sus rivales ideológicos. O, para radicalizar la tesis, la población limeña ha sido largamente más convencida (¿manipulada?) por el cotidiano elogio del libre mercado. En el interior del país, por el contrario, los medios de comunicación suelen ser críticos a las inversiones privadas (por principio o por mermeleros, esa es otra cuestión) sin que exista un predominio ideológico equivalente al que existe en Lima.”En: “De cómo y por qué Lima se volvió (tan) de derecha”, revista Poder, 18 de mayo 2009. Accesible en: http://www.poder360.com/article_detail.php?id_article=1861 64 Gerbner, George et. al. 1996, op.cit. 63

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reforzado decisiones electorales opuestas a las promovidas por los medios.65 En ese sentido, una hipótesis a explorar en futuros estudios de recepción podría hacernos pensar que tal vez, la victoria de Ollanta Humala hubiera sido mucho más amplia de no ser por la manera en la que fue sistemáticamente encuadrado en determinados medios con mucho poder. Especialmente si tomamos en cuenta que a dos meses de iniciado el nuevo gobierno, sus primeras medidas (gravamen minero, ley de Consulta Previa) gozan de legitimidad y este cuenta con 70% de aprobación presidencial, en una tendencia que no señala un próximo descenso.66 Es así que frente a una apuesta por el “no cambio” desde un espectro mediático conservador, terminó imponiéndose el cambio, desde el voto ciudadano y no desde las afinidades dominantes en la esfera mediática. Cambio que por lo demás, resultó no ser tan dramático ni tan radical. Más radical resultó la manera en la que se ha ido retirando a la política de las pantallas. Si bien los periodistas de Plural TV lograron durante las elecciones mantener su postura apelando a los principios rectores en contra de lo que preferían los accionistas, fue solo cuestión de tiempo. En una decisión que no contó con el voto del Grupo La República, los directivos del Grupo El Comercio decidieron no renovar el contrato de Rosa María Palacios y Prensa Libre, único programa político nocturno diario de televisión nacional, que gozaba además de un estable rating. Pareciera entonces que mientras las convicciones de periodistas y dueños de medios estén alineadas todo irá bien, pero cuando se pase esa barrera, difícilmente será sostenible. Las decisiones corporativas primarán sobre el ejercicio del periodismo; el entretenimiento irá copando cada vez más espacios. En síntesis, considero que los medios sí tuvieron -y tienen- efectos políticos; y estos no debieran medirse, exclusivamente y a corto plazo, en el resultado de la elección. La política no consiste solo en el ritual electoral. Y la comunicación, que se ocupa de la dimensión simbólica de la política, se vale de las pautas culturales que se (re)producen y se refuerzan permanentemente desde los medios. En simple: las claves mediáticas de comprensión de los actores políticos y su desempeño pueden no determinar un resultado electoral pero son las que configuran los marcos de sentido dominantes que acompañarán – y a partir de las cuales se evaluará permanentemente- al nuevo gobierno.

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Stuart Hall propone tres posiciones hipotéticas de recepción de mensajes: la hegemónica (productores y audiencias comparten el mismo código dominante y por tanto los mensajes son interpretados en el sentido propuesto por los medios), la negociada (que comparte los sentidos comunes dominantes más amplios pero en temas específicos y situados puede elaborar interpretaciones opuestas) y la opuesta (que se refiere a audiencias que pueden entender perfectamente lo literal y connotativo de un discurso pero decodificarlo globalmente de manera contraria). Hall,Stuart “Encoding/Decoding” En: Media Studies. A reader. Paul Harris y Sue Thordam (ed). Nueva York: NY University Press, 2000. 66 Encuesta urbano-rural nacional realizada por Datum entre el 4 y el 7 de setiembre 2011 y encuesta nacional urbana realizada por Ipsos Apoyo entre el 14 y 16 de setiembre 2011. 31

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