El Gran Interior del Capital

July 19, 2017 | Autor: G. García Calderón | Categoría: Philosophy, Capitalismo, Ensayo Filosófico
Share Embed


Descripción

"EL GRAN INTERIOR DEL CAPITAL"
Un análisis de la segunda parte del texto "En el Mundo Interior del Capital" de Peter Slotedijk
Mtro. Gerónimo Iván García Calderón
En este texto Peter Sloterdijk nos muestra la complejidad de mundo capitalista actual, mundo lleno de complejidades y de movimientos que hace que este sistema se sostenga así mismo y se siga reproduciendo con facilidad a través de la historia. Así, el presente trabajo analizará algunos de los conceptos más importantes que propone este autor para entender el capitalismo actual.
En primer lugar, distingue globalización y era global como dos conceptos diferentes, y en cierta forma, independientes de un proceso que ha permitido el paso a la posmodernidad y poshistoria en el mundo contemporáneo (entendido esto último como la aparición de una nueva geopolítca y el cuestionamiento de la continuidad con la modernidad).
Entiende por globalización como la expansión del pensamiento europeo más allá del continente (algunos autores le llamarán a este proceso "europeización"), y la era global, no es más que el resultado de la interconexión e interdependencia devenida por un acontecimiento (aparentemente) no casual de este proceso de primera expansión del europeo por el mundo "abierto", "circunvolucionado" y "universal".
"Sólo hay ser humano y humanidad después de que durante siglos de viajes de ida unilaterales de los europeos hacia los otros se abriera el horizonte antropológico como plenum virtual de los pueblos y culturas". Es decir, no fue sino hasta la modernidad y el descubrimiento (o el haberse dado cuenta que el continente Americano no era Asia) que surge el concepto ontológico de humanidad, pero surge como consecuencia de saber que existían otros (naciones, pueblos, culturas) y donde el sentido de "hospitalario" y "hostil" toma un significado diferente, nuevos horizontes sin límites se desplegaban ante el europeo que no sólo fue a conquistar, sino que recibió de otros pueblos no sólo otras mercancías, sino otras formas de ser-en-el-mundo.
Así, la globalización se pensó como una primer "ecúmene" (mundo habitado) conformado por el imaginario Europa-Asia (Occidental)-África (del Norte) y cuya característica principal radicaba en la capacidad de estos pueblos de entender la economía (como administrar posesiones y el comercio) y como la capacidad de construir edificios para vivir en ellos.
Cabe señalar que el criterio para determinar si un pueblo era o no "civilizado" consistía en la "habitabilidad" (vivir en casas o ciudades) y de la necesidad de depender unos de otros de quienes conformaban esa cultura. Desde esta óptica, no ha existido "igualdad ontológica" entre los diferentes pueblos y seres-humanos ya que lo que podríamos definir como una "igualdad ontológica" serían los Derechos Humanos, pero aunque el término existe desde el siglo XVII (con la Carta de los Derechos del Ciudadano en Inglaterra) esta definición nunca ha sido "universal".
"Las exigencias de la Segunda Ecúmene actual no se manifiestan tanto en que los seres humanos hayan de admitir por doquier que los seres humanos de cualquier otra parte son iguales… sino en soportar la presión creciente de la cooperación, que les une frente a riesgos comunes y amenazas supranacionales, convirtiéndolos en una comuna autoconstructiva". Ejemplo de ello, son los distintos foros u organismos internacionales que tienen como "propósito" o "intención" (basada en la "buena voluntad") de ayudarse para solucionar problemas que trascienden las fronteras de los Estado-Nación. Así, se ha abandonado la era de las "grandes acciones" por la era de los "grandes temas". En otras palabras, se ha privilegiado el mundo simbólico sobre el ontológico.
Ahora bien, la era global es una Segunda Ecúmene cuya característica radica (principalmente) en la re-producción del mundo simbólico. Este mundo simbólico ha sido posible gracias el desarrollo de la "técnica moderna" (y aquí hará eco el cuestionamiento heideggariano de dicho término), del internet y la re-configuración del espacio y el desvanecimiento de los límites en cuanto movimiento y concepción del horizonte espacial que determinaba al ser-en-el-mundo.
Sloterdijk cuestiona algunas ideas que se tienen de esta era global. La primera de ella es la llamada "aldea global", entendida como una homogenización del pensamiento entre las diferentes naciones que componen a esta "esfera-mundo". Sin embargo, como lo señala Sloterdijk, no existe tal aldea, ya que aunque existe una "libertad" en el intercambio de información, los límites espaciales de lo que consideramos "mundo", están determinados por un conjunto de relaciones que emergen de la experiencia/vivencia dentro de un espacio delimitado. Y afirmará: "se echan raíces en un determinado lugar y uno se extiende gracias a resonancias locales… el cuerpo no está en el espacio, lo habita". Es decir, entender a la era global como una mera "sincronización" o "conjunción" de lo local con lo global es un mal juego del lenguaje y de los significados de ambos términos ya que significan procesos y cosas distintas.
Por otra parte, el concepto "glocal" tendría el mismo error al pretender que en la actualidad existe (por medio del internet) una re-interpretación de mi entorno inmediato (lo local) con la información que obtengo del mundo más allá de mi ordenador (global). Aún más, pensar que por la facilidad de la movilidad podría vivir en cualquier parte del mundo, resulta un tanto engañoso e ingenuo (pues no sólo existen las barreras físicas, sino las culturales, educativas, lingüísticas y hasta económicas para realizar dicha movilidad).
Ahora bien, ¿de dónde surge este nuevo mundo simbólico de la era global? En primer lugar, nos señala Sloterdijk, emerge del llamado "debilitamiento" del Estado-Nación caracterizado por el desencanto de quienes habitan dentro de esos espacios conformados por la ley, el territorio y la población contenida entre los dos primeros. "hoy, quizá por primera vez en la historia de la convivencia homínida, son los individuos quienes, como portadores de competencias de inmunidad, se desligan de sus cuerpos grupales (hasta ahora primordialmente protectores) y quieren desconectar un masa su felicidad e infelicidad en ser-en-forma de la comuna política".
En segundo lugar, la era global surge como la caída del unilateralismo (propio del siglo XX) y la aparición de nuevas formas políticas organizadas bajo la bandera de la Cooperación Internacional. "Esto implica la interconexión de los global players a muchos niveles: los de los Estados, de las empresas económicas, de los bancos y bolsas, del ejercicio de la ciencia, del ejercicio del arte, del ejercicio del deporte, del ejercicio de la prostitución, del tráfico de drogas, del tráfico de armas, etc.".
En tercer término la ideología de la era global emerge bajo la premisa de la comodidad y de la metáfora del Crystal Palace. El término del Palacio de Cristal Sloterdijk lo retoma de Dostoievski quien visitando Londres en 1863 quedó impresionado por la estructura construida para albergar la exposición universal en ese año. Sloterdijk nos dice: "la paz perpetua en el palacio de cristal habría de llevar al desenmascaramiento psíquico de los habitantes. La relajación, dice el psicólogo cristiano, tiene como consecuencia necesaria la liberación de lo malo en el ser humano. Lo que era pecado original, en el clima de comodidad universal sale a la luz como libertad trivial para el mal. Más aún, el mal, despojado de sus subterfugios históricos y revestimientos utilitarios, sólo en el aburrimiento (skuka) poshistórico puede cristalizar en su forma quintaesencial".
Metafóricamente hablando el Palacio de Cristal significa que todos pueden ver hacia adentro y hacia afuera de la estructura, pero la comodidad interior y la estructura misma da la impresión de seguridad y paz dentro del mismo palacio. El capitalismo, así mismo pareciera que nos ha dado esta comodidad y la paz que necesitamos para progresar bajo un concepto de transparencia, sin embargo, es ficticia pues dicha estructura puede ser fácilmente violentada, corrompida y hasta destruida y con ello, la comodidad finalizada.
Ahora bien, ¿qué sostendría la aparente estabilidad hacia dentro del Palacio? La respuesta: el aburrimiento. En este punto Sloterdijk retoma el pensamiento de Heidegger, donde el aburrimiento se torna el armazón (Ge-stell) de la vida inauténtica, el dictado de las masas, la manipulación de los medios que nos dice que todo está bien, pero que en cualquier momento la estructura puede venirse abajo y aplastarnos. ¿A quién aplastaría el Palacio? A quienes viven y re-producen el aparente confort del interior del palacio (no así los que han sido los excluidos por el sistema: marginados, diferentes, "terroristas", etcétera).
Sin embargo, quienes procuran cimbrar la estructura del Palacio, usan el terrorismo pues saben que entre más impactante sea el atentado, mayor será la resonancia al interior del palacio, ya que "los programas paranoides infraocupados de los ciudadanos del bienestar apremian a captar y amplificar las mínimas señales que demuestren la existencia de un enemigo externo". Esto con la finalidad última de diferenciar a los "otros". Ya que en el Palacio (aunque aumente el número de habitantes) aún hay muchos que están en la periferia o marginado por finas paredes mutables y determinadas por el "auge del mimo", a saber: ingreso, seguridad, inmunidad, consumo y fama.
Así, la vida dentro del interior del Palacio, depende del poder del dinero y la experiencia existencial depende del valor de cambio del mismo dinero. Así, a la falta de dinero se le ha llamado pobreza (ya que sin éste no se puede obtener nada a cambio); en segundo lugar la seguridad deviene de la posesión del dinero (y aquí aparecen los seguros: de vida, autos, casa, catástrofes, etcétera); la tercera mutación proviene de los beneficios que obtienen las personas en un Estado de Bienestar Social: la cuarta, la capacidad de compra y de vender algo; y finalmente, aparece la opinión pública proveniente de los medios de comunicación (pero no es una compartición al estilo de Heidegger, sino la reproducción de los mecanismos enajenantes: el aburrimiento, la producción en masa del arte y la pérdida por la pregunta del ser, donde el ser-ahí-en-el-mundo se convierte en un sí-mismo-user (un ser virtual en un espacio igualmente ficticio y no real).
Por otro lado, la creación del Palacio de Cristal ha trastocado la idea que teníamos de espacio. En este punto la concepción de técnica moderna, es decir en la capacidad de producción y almacenaje de energía (¿ilimitada?) ha jugado un papel primordial y conceptos como "ser", "realidad" y "libertad" han trasmutado su valor y significado. Previa a esta idea, el espacio era concebido en una magnitud limitada, el intercambio de información lento y la libertad ha pasado a significar "movimiento" libre de mercancías, capital y recursos productivos. Poco o nada se habla de la libertad de un país hegemónico para lograr sus propósitos o se hace dentro de un margen muy pequeño (ejercicio del voto en las urnas).
Sin embargo, como consecuencia de estos cambios la era posmoderna nos planta ante la necesidad de crear redes de ayuda (y dejar a un lado el unilateralismo, sea como acción coercitiva del terrorismo, sea como ejercicio de un país para expandir sus ideas por el mundo). Por otro lado, la escasez en los recursos se vuelve apremiante y la vuelta al aprovechamiento racional de las energías una necesidad, sin embargo, aún hay países que se oponen a estas ideas y tratan de imponerse de acuerdo a sus intereses que creen que son los mejores para su limitado espacio de Estado-Nación.
Ahora bien, desde que este Palacio de Cristal fuese erigido en 1945 (con el llamado Nuevo Orden Internacional en Breton Woods), EE.UU. ha jugado un papel primordial en el sostenimiento del Palacio de Cristal por medio de diferentes "estrategias" de Enajenación. Una de esas estrategias radica en el llamado American Dream, el accionar unilateral en política exterior y el saberse y reconocerse herederos del pensamiento europeo premoderno.
Este sueño basado en el éxito ha sido de los más efectivos no sólo para los habitantes de este país sino para muchas otras personas alrededor del mundo. La idea de lograr el éxito (y con esto la riqueza) partiendo desde la nada ha seducido y reproducida su propia dialéctica de consumo y autoconcepción (self-conception) de lo que el poder, la riqueza y fama significan (como puede apreciarse, coincide con los puntos previamente desarrollado de las mutaciones dentro del Palacio de Cristal). De acuerdo con Sloterdijk el American Dream posee tres características, a saber: a) siempre se puede hacer algo nuevo de algo nuevo, b) la asimilación de ser El país líder y que de ellos depende la estabilidad mundial, y c) la preeminencia de las manías sobre las depresiones, es decir, siempre se puede ser más optimista aunque todo vaya mal.
En cuanto a la hegemonía de este país hay múltiples ejemplos de su intervención a nivel mundial realizados por diferentes razones, sea de carácter político, económico o de seguridad. El ejercicio en América Latina de este país tuvo su máxima expresión en los años 1960´s y 1970´s donde participaría en varios golpes de estados para derrocar a gobiernos (aparentemente) comunistas. En cambio, con los países árabes (y su preciado petróleo) ha sido una relación "amigable" o por lo menos de carácter comercial (aunque mucho del movimiento terrorista deviene precisamente de esa inconformidad de negociar con este país), el último ejemplo, la Guerra con Irak sólo fue para mandar un mensaje al resto de los países sobre el poder y su capacidad de acción (más allá de los organismos y los tratados internacionales). Pero cuya consecuencia fue que EE.UU. "se hizo perceptible como cuerpo extraño en el ecosistema moral de la comuna poshistórica del mundo".
Sin embargo hay quienes verían ese acto como un "debilitamiento" de la influencia de EE.UU. y cuestionarían su integración en el futuro de la comuna mundial "todos esos colectivos de problemas siguen comprometidos con el American way of life en tanto permanecen a flote con ayuda de un sistema elaborado de disimulo de la depresión y de falseamiento del balance interior". Es decir, la fragilidad que pudieran los múltiples problemas de los EE.UU. en temas como salud, educación, finanzas, deuda externa y demás.
Las reflexiones finales que elabora Sloterdijk radican en analizar la re-configuración del mundo, donde la tendencia (pareciera) cambiar la idea de técnica moderna (explotación y almacenaje) de los recursos naturales y volver a viejas prácticas del aprovechamiento adecuado de los recursos.
Una primera característica de este mundo posmoderno consiste en que vivimos en una estructura de confort y movilidad a la vez, pero que no es como la historia moderna nos ha querido presentar, sino que se desenvuelve una nueva forma de relación-ante-el-mundo. Relaciones que ya no permite concebir al mundo como un horizonte limitado y "natural" sino más bien desenvolviéndose como una segunda naturaleza.
La segunda característica consiste en la interconectividad, la velocidad en el intercambio de información y la posibilidad de comunicarse a cualquier parte del mundo en segundos, abre una concepción de tiempo y espacio diferente ante estas nuevas generaciones. El internet nos muestra un mundo plano, sincrónico y atemporal y la forma de relacionarnos con el otro es trastocada por esta visión sin diferenciación entre el ayer y el ahora (por ejemplo, una foto puede permanecer durante años en una red social y nunca envejecer en el ciber espacio).
Finalmente, la característica más preocupante consiste en la "rebelión del texto contra el contexto, la separación del sentido de las situaciones experimentadas. En tanto ejercita el pensamiento descontextualizante (normalmente designado como lectura), emancipa el intelecto del apremio a participar en coyunturas reales y le abre la amplitud ilimitada de los mundos-no-in-situ". Ejemplo de ello es cuando se "comunica" algo sin contextualizar, es decir, sin decir el intrincada red de relaciones que permitieron la aparición de ese texto, en otras palabras, vale más lo escrito que lo que se quiere decir en realidad.
El llamado final radicaría en abandonar el mundo de significaciones y retornar a un mundo ontológico, es decir , real.




Cabe aclarar que Sloterdijk usa el término historia en dos sentidos diferentes; el primero, "historia" (entre comillas) porque pone entredicho ese término como unívoco, y el segundo historia (sin comillas) como una ironía manipulada por algunos historiadores para justificar o encontrar una relación causa-efecto en los acontecimientos acaecidos a través del tiempo.
Sloterdijk, P., En El Mundo Interior Del Capital, (Madrid: Siruela, 2007), p. 172
No olvidemos que los pueblos africanos (subsaharianos) no se les reconocía como "civilizados" por el simple hecho de no tener grandes construcciones o una intrincada red comercial entre ellos, y por lo mismo justificó la esclavitud y la categorización de ellos como "subhumanos". No así los pueblos Americanos que sí poseían grandes edificios en las ciudades y redes comerciales entre las distintas etnias y que sufrieron la diferenciación no como esclavos (o seres inferiores) sino como pueblos sometidos bajo la lógica de la guerra y expansión imperial del imaginario europeo.
aunque existan defensores y promotores que defienden la universalidad de los Derechos Humanos, en la praxis política y mundial es inexistente.
Recordemos que aún hoy en día el mundo "occidental" es señalado constantemente como diferente al mundo "oriental", también son diferentes aquellos que no participan en la lógica de la era global (indígenas, pobres, marginados, analfabetas tecnológicos, etcétera), todos ellos no son iguales, no son humanos.
Sloterdijk, P., En El Mundo Interior Del Capital, (Madrid: Siruela, 2007), p. 173.
Sloterdijk, P., En El Mundo Interior Del Capital, (Madrid: Siruela, 2007), p. 305.
Sloterdijk, P., En El Mundo Interior Del Capital, (Madrid: Siruela, 2007), p. 184 – 185.
En este sentido algunos autores marcan que dicha cooperación, no es más que una nueva forma de imperialismo, pero Sloterdijk lo ve como una nueva forma de interactuar ante los nuevos retos (ecológicos ante todo) que presenta el agotamiento de los recursos naturales.
Sloterdijk, P., En El Mundo Interior Del Capital, (Madrid: Siruela, 2007), p. 188
Las negritas y cursivas son mías, para resaltar esta idea un poco más adelante.
Sloterdijk, P., En El Mundo Interior Del Capital, (Madrid: Siruela, 2007), p. 206.
Emulemos cualquier nota económica de cualquier noticiero y el eterno retorno de palabras (y símbolos) como: crisis, recuperación, crecimiento económico, baja en precios, inflación).
Sloterdijk, P., En El Mundo Interior Del Capital, (Madrid: Siruela, 2007), p. 216.
Sloterdijk, P., En El Mundo Interior Del Capital, (Madrid: Siruela, 2007), p. 284.
Sloterdijk, P., En El Mundo Interior Del Capital, (Madrid: Siruela, 2007), p. 294.
Sloterdijk, P., En El Mundo Interior Del Capital, (Madrid: Siruela, 2007), p. 299 - 300

Lihat lebih banyak...

Comentarios

Copyright © 2017 DATOSPDF Inc.