El estudio de los procesos colectivos

June 15, 2017 | Autor: Dario Paez | Categoría: Collective Behavior, Social Psychology, Collective Action
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Descripción

El Estudio de los Procesos Colectivos Borrador de Páez, D. y Campos, M. (2004) TLos procesos colectivos e individuales En C.Huici & JF Morales (Ed.). Psicología de los Grupos II: Métodos, Técnicas y Aplicaciones Editorial (si libro): UNED. Lugar de publicación: Madrid ISBN 84-362-5048-6 Darío Páez Miryam Campos

I. Procesos Colectivos: Relaciones entre Variables Colectivas Objetivas y Subjetivas con Variables Individuales. .............................................................................................................................................. 3 1.1. Elaboración de Indicadores para el Estudio de los Procesos Colectivos. .............................................. 4 1.1.1. Indicadores Colectivos de Carácter Objetivo o Indicadores Macro-sociales. ................................... 4 1.1.2. Indicadores Colectivos de Carácter Subjetivo o de nivel Macro-psicológico. .................................. 5 1.2. ¿Cómo se Constatan los Procesos Colectivos? ..................................................................................... 6 1.2.1. Cuando se evidencia la influencia del Contexto Objetivo en las Respuestas Individuales, controlando las Características de la Persona. ................................................................................ 6 1.2.2. Cuando se Constata la Asociación entre Indicadores Objetivos Colectivos y Medias de Respuestas Individuales................................................................................................................................... 9 1.3. Comparación de las Asociaciones entre Variables en los Análisis Colectivos e Individuales. ............. 11 II. Los Procesos Colectivos Subjetivos como Procesos de Influencia Social. ............................................... 13 2.1. Argumentación de los Procesos de Influencia Social en base a la Agregación de las Respuestas Individuales y uso de la Media Grupal como Indicador de Contexto. .................................................. 13 2.2. Papel del Contenido de las Escalas y de la Posición Grupal Diferenciada en las Respuestas Individuales......................................................................................................................................... 14 2.2.1. Contenidos Sociotrópicos: Respuestas Individuales a Fenómenos referidos a Grupos e Instituciones Sociales. ...................................................................................................................................... 14 2.2.2. Papel del Efecto de la Polarización Grupal. ................................................................................. 17 III. Prerrequisitos para la Agregación de las Respuestas Individuales. .................................................... 20 3.1. Composición y Utilización de la Media Grupal: La Influencia Diferencial de los Miembros del Grupo. ............................................................................................................................................................ 20 3.2. Importancia de la Composición del Grupo y Estimación de la Homogeneidad – Heterogeneidad en las Respuestas Individuales para el uso de la Media. ................................................................................ 21 3.2.1. Homogeneidad Intra-Grupal: Cuando las Respuestas de los Miembros de los Grupos se asocian entre ellas. ................................................................................................................................... 22 3.2.2. La Homogeneidad Intra-grupal no es el simple resultado de la Selección o Agrupación de Personas con Creencias Previas Similares. ................................................................................................. 23 IV. Estimación Simultánea de Efectos Colectivos Objetivos, Subjetivos y Procesos Mediadores Psicosociales entre lo Colectivo y lo Individual: Procedimientos Estadísticos y Técnicas Multinivel. .. 25 4.1. Efectos Colectivos Subjetivos u Objetivos: Cuando la Media Grupal o Contexto Colectivo Influye sobre una Respuesta Individual, Controlando los Procesos Mediadores. ............................................. 26 4.2. Procesos Psicosociales Mediadores. ................................................................................................... 29 4.2.1. Contexto Colectivo como Moderador de los Procesos Mediadores Psicosociales. .......................... 32 4.3. La Influencia Simultánea de los Niveles Colectivos e Individuales en la Respuesta Individual: El Modelo Contextual y la Solución al Problema de la Multicolinealidad. .............................................. 33

4.3.1. Un Ejemplo de Análisis Multinivel mediante el HLM: Contraste de Efectos de Variables Colectivas e Individuales sobre la Variable Dependiente. ............................................................. 35 4.3.2. Ejemplo de Análisis Multinivel Contrastando el Efecto Contextual en la Fuerza de la Asociación entre Dos Variables Individuales: Contexto como Variable Moderadora. ..................................... 37 Conclusiones. ................................................................................................................................................ 38 Bibliografía. .................................................................................................................................................. 42

En este capítulo presentaremos como se incorporan a la investigación psicosocial el estudio de los procesos de nivel colectivo, que incluyendo unidades de análisis más globales como el grupo, la sociedad y la cultura, complementan las explicaciones de corte individual. Primeramente, abordaremos la elaboración de indicadores colectivos o contextuales “objetivos” y “subjetivos”, estos últimos construidos a partir de la agregación de respuestas individuales. Veremos también como los indicadores colectivos “objetivos" influyen sobre las conductas individuales, incluso cuando son controladas las mismas características personales. A continuación, profundizaremos sobre la agregación o suma y promedio de respuestas individuales, teniendo en cuenta que en términos de Davis (1966/1974, citado en Páez, Marques e Insua, 1996) esta perspectiva consiste en analizar un conjunto de datos que caracterizan a los individuos de diferentes colectividades para determinar si dicha agregación tiene algún efecto y de qué tipo es. De hecho, los modelos psicosociales colectivos postulan procesos que, si bien se apoyan en actividades individuales - actualizándose en ellas -, tienen autonomía y eficacia propia, pudiéndose hablar entonces de procesos colectivos de memoria, de clima emocional, de clima organizacional, de valores y sistemas culturales, etc. En tercer lugar examinaremos la lógica del análisis de las relaciones que pueden darse entre indicadores colectivos “objetivos” y/o “subjetivos” con las respuestas individuales, a través del contraste de los procesos psicosociales que median entre el contexto y los mismos procesos individuales. Finalmente, revisaremos como puede determinarse la existencia de influencias colectivas y psicológicas simultáneas sobre conductas individuales controlando el problema de la multicolinealidad, es decir, mediante el control de las asociaciones que surgen entre predictores colectivos y las que se dan entre éstos y las variables individuales. El contraste de dichos efectos simultáneos colectivos e individuales se ilustrará mediante procedimientos de corte “artesanal”, las correlaciones y regresiones simples, y por el meta-análisis. También describiremos dos estudios de análisis multinivel que utilizan el Modelo Lineal Jerárquico o HLM para diferenciar los efectos directos del contexto sobre variables dependientes individuales de los procesos psicosociales mediadores, y el mismo carácter moderador del contexto. I. Procesos Colectivos: Relaciones entre Variables Colectivas Objetivas y Subjetivas con Variables Individuales. En la investigación psicosocial es habitual el uso de unidades de análisis con bases de construcción colectiva o global, como es el caso de la cultura, con la finalidad de intentar verificar sí determinados hechos o procesos psicológicos –nivel de análisis micro o individual – tienen o no una explicación lógica en función de las características de los contextos sociales o grupales en los que se producen –nivel de análisis macro o colectivo-. De esta manera tendríamos diversas modalidades de asociación que constatar: 1º) ver si las asociaciones que se dan entre los indicadores del nivel colectivo 2º) ver los elementos que se asocian a nivel individual, 3º) comprobar si las asociaciones de los indicadores colectivos se corresponden con las asociaciones en el plano individual.

Así, podemos establecer sí determinadas variables colectivas o macro – con origen social o psicológico – funcionan con carácter causal del modo en que lo hacen las variables psicológicas dentro de la explicación de los procesos a nivel individual, o sí solamente podemos extraer de ellas conclusiones a nivel de efecto colectivo. En este caso, las agrupaciones que encontraríamos en dicho nivel no se corresponderían a las de las respuestas individuales de la muestra desde donde se agregan. Esta constatación de la validez convergente entre los indicadores macro y micro hace posible el control de la denominada “falacia ecológica”, como veremos en el apartado 1.3.. De hecho, los análisis de tipo colectivo o social presuponen que los procesos grupales son más que un simple resultado producto de las actividades individuales de los miembros que lo componen, o lo que es lo mismo, el grupo se concibe como un fenómeno emergente colectivo que exige tener indicadores de colectivos en posiciones diferentes. 1.1. Elaboración de Indicadores para el Estudio de los Procesos Colectivos. La investigación tanto de constructos colectivos, la cultura en distintos contextos / grupos sociales o nacionales, como el análisis de los procesos colectivos y sus repercusiones a niveles micro y macro-social, implican la creación y uso de diversos tipos de Indicadores. Concretamente, atendiendo al origen de su composición, podríamos clasificarlos de la siguiente manera. 1.1.1. Indicadores Colectivos de Carácter Objetivo o Indicadores Macro-sociales. Los indicadores objetivos de nivel colectivo o Indicadores Macro-sociales objetivos son aquellos que se derivan de las fuerzas y procesos de la unidad colectiva (por ejemplo, un grupo o un país), adquiriendo sentido sólo al tomarse como puntuación de la unidad colectiva en cuestión. Por ello, no se trata de simples agregados mecánicos de hechos individuales sino de indicadores que resultan de la concepción del colectivo como una unidad orgánica. Así, podemos decir que nos estamos refiriendo tanto a los atributos estructurales o relacionales del conjunto como a los atributos globales del colectivo (Liska, 1990). Esto es, en el primer caso a las propiedades que emergen de las relaciones que se dan entre los individuos que están dentro de un grupo, y que no tienen equivalente individual al tratarse esencialmente de propiedades relacionales: los indicadores macro-sociales objetivos estructurales, como por ejemplo el estilo de liderazgo, las redes de comunicación, la división del trabajo..... Y en el segundo caso, a las propiedades que emergen en base a los productos del colectivo o indicadores macro-sociales objetivos globales o supra-orgánicos como las leyes, una constitución, un idioma, etc.. Ejemplos de estos indicadores serían: a) Área Económica: El Producto Nacional Bruto (PNB); el PNB dedicado al Ejercito o a la Educación; el porcentaje de mujeres en la fuerza de trabajo; la proporción de la fuerza de trabajo en industria, agricultura, y servicios; el grado de urbanización; la proporción de personas de alto, medio y bajo estatus socioeconómico en un barrio; b) Área Demográfica: El número de habitantes por metro cuadrado; la proporción de hombres y mujeres; las características de la pirámide de edad; la esperanza de vida; c) Área de Salud: La expectativa media de vida; la mortalidad infantil; las causas de muerte; la tasa de médicos y hospitales por habitantes; el porcentaje del PNB invertido en salud; el porcentaje de muertes por enfermedades coronarias y/o por alcoholismo; la tasa media de enfermedades de transmisión sexual (ETS);

d) Área Política: Las evaluaciones de cumplimiento institucional de los Derechos Humanos; las referencias a la libertad en la constitución; el número y participantes en actos violentos callejeros; el número de muertos por causas políticas, etc. (Bond, 1994). La expectativa media de vida de una nación, el nivel educativo y el ingreso per capita – que por su relación con la satisfacción de las necesidades básicas conforman el Indice de Desarrollo Humano (IDH)- constituyen un típico indicador de esta clase. Para obtenerlos se utilizan datos de archivo o se recurre a documentos oficiales. Cuando se estén buscando variaciones intra e ínter países y los indicadores sean de tipo objetivo, lo mejor será utilizar Indicadores de Cambio basados contextualmente, como las “tasas”: Por ejemplo, tasas de incremento anual de ingreso per cápita o tasas de incremento de conductas colectivas (votos, crímenes, suicidios, participación política, conductas antisociales). Estas tasas se elaboran en relación a la línea base particular del colectivo de referencia, son sensibles al cambio y permiten al mismo tiempo comparaciones intra e inter clase, grupo o colectivo (Teune, 1990; Pennebaker, 1992). 1.1.2. Indicadores Colectivos de Carácter Subjetivo o de nivel Macro-psicológico. Los indicadores colectivos subjetivos o Indicadores Macro-psicológicos suelen ser derivados analíticos de indicadores o propiedades individuales que pueden ser agregados a partir de respuestas subjetivas (Liska, 1990). Un indicador agregado será por tanto el que se refiera a medidas de tendencia central y de dispersión sobre la base de respuestas individuales obtenidas mediante encuestas y/o cuestionarios, a partir de muestras masivas o representativas de sujetos usuales o de informadores clave considerados representativos de un colectivo determinado. Por ejemplo, las respuestas de los sujetos a escalas de actitud serían un indicador individual; la media grupal de estas mismas escalas sería un indicador colectivo, que representaría la norma grupal (Kenny y La Voie, 1985, citado en Kenny, 1996). Podemos mencionar los siguientes ejemplos de constructos colectivos macropsicológicos, compuestos por agregación global a partir de respuestas individuales sobre actitudes, emociones, percepciones, juicios e intenciones de conducta, creencias y valores -ver Cuadro 1-. Así, los síntomas de depresión, tristeza o ansiedad, que son indicadores individuales, se pueden agregar para obtener –mediante una medida de tendencia central como es la mediauna variable dependiente o independiente de tipo macro-psicológico referida al clima emocional de perdida o de amenaza de una sociedad, nación o grupo cultural determinado. Finalmente, aunque la mayoría de las variables de carácter macro han sido agregadas, y por tanto puedan ser desagregadas y analizar cómo actúan a nivel micro o individual, el examen de cómo operan a nivel colectivo permite constatar los efectos macro de las intervenciones psicosociales, y no sólo sus efectos individuales.

Cuadro 1: Indicadores Macro-psicológicos por Agregación de Indicadores Individuales Indicador Individual

Constructo Colectivo (por Agregación o Media Grupal)

Autore(s)

Valores

Cultura

(Smith y Bond, 1998 citado en Páez et al., 2003)

Percepciones y sentimientos de cohesión, conflicto, liderazgo, etc., ante la organización

Clima Organizacional

(González y Peiró, 1993 citado en Páez et al., 2003)

Afectividad y Bienestar

Clima emocional

(Basabe et al.,2002)

Ansiedad y Miedo

Clima de Amenaza y Miedo

(Basabe et al.,2002)

Depresión y Tristeza

Clima de Pérdida y Tristeza

(Basabe et al.,2002)

Ira, Injusticia y Comparación entre grupos

Deprivación Relativa y Clima de Enojo

(Basabe et al.,2002)

Actitudes y Expectativas de Conducta de Rol

Norma

(Kenny. 1996)

Creencias, Opiniones, Actitudes e Intenciones de Conducta. P.e.

Representaciones Sociales

(Doise, Clemence y Lorenzi-Cioldi, 1993, citado en Páez et al., 1996)

Actitudes de competición Actitudes de Etica Protestante del Trabajo Opinión otros significativos endogrupo sobre una conducta Conducta percibida otros Probabilidad de que personas del grupo o barrio intervengan para controlar peleas, a niños que no van a la escuela Percepción de las personas sobre el grupo o barrio evaluando el grado en que los vecinos interactúan, están dispuestos a ayudar a los otros y comparten valores

Norma cultural de Competición Norma cultural de Trabajo duro y meritocracia Presión normativa o Norma Subjetiva Prescriptiva Norma Conductual Descriptiva

Control Social Informal

Cohesión Social

(Furnham et al., 1997 citado en Páez et al., 2003) Fishbein y Ajzen, 1980 citado en Páez et al., 2003) Fishbein y Ajzen, 1980 citado en Páez et al., 2003) Robert, 1999; Levental y Brooks-Gunn, 2000) Robert, 1999; Levental y Brooks-Gunn, 2000) Robert, 1999; Levental y Brooks-Gunn, 2000)

Cohesión Social más control social informal

Eficacia Colectiva

(Leventhal y Brooks-Gunn, 2000)

Atracción hacia miembros endogrupo

Cohesión social

(Hogg y Vaughan,2002)

Confianza General en Otros, Confianza en Instituciones, Participación en Grupos Secundarios

Capital Social

(Putnam, 2002)

1.2. ¿Cómo se Constatan los Procesos Colectivos? 1.2.1. Cuando se evidencia la influencia del Contexto Objetivo en las Respuestas Individuales, controlando las Características de la Persona. En términos estadísticos, los procesos teóricos de carácter colectivo se hacen operativos mediante un modelo básico de regresión, en el que se presupone que una variable dependiente o predictiva individual obedece principalmente a variables independientes macrosociales (indicador grupal) que actúan por encima de variables independientes individuales

(indicador de características particulares), teniendo en cuenta un coeficiente de error que controla las imperfecciones en la predicción para cada caso individual1. Así, aplicado a los casos más comunes de efectos macro-sociales objetivos, el Modelo de Efectos Contextuales que Blalock propone contemplará como una variable dependiente individual (Yij), por ejemplo la evaluación del estado de salud personal (evaluación satisfacción con la salud, mortalidad y expectativa de vida) o la conducta de aislamiento social o la conducta pro-social, depende de variables predictoras o explicativas como a) una variable colectiva objetiva o macro-social, que recogería las características estructurales y relacionales del grupo como el ingreso medio nacional, o el estatus socioeconómico del barrio, nación etc. (Mzj) y b) otra individual, que recogería a nivel personal dichas características, es decir, las puntuaciones personales de nivel económico (Xij) más un componente de error (eij)2. La variable Mzj sería por tanto una variable colectiva, un indicador del estatus grupal, que se supone que actuará por encima de las características individuales (Blalock, 1984, p. 335) En la siguiente Figura ejemplificaremos gráficamente y de manera sencilla este tipo de análisis a partir de un ejemplo en el que el ingreso medio nacional se correlaciona con la satisfacción personal con la salud (ver Tabla 1) Figura 1:Modelo de Efectos Contextuales sobre las Respuestas Individuales de Blalock.

Variable Independiente Colectiva Macro-social Objetiva (Mzj) “Ingreso Medio Nacional”

Variable Dependiente Individual (Yij) “Satisfacción personal con la Salud” Variable Independiente Individual (Xij) “Ingreso personal”

A continuación analizaremos la relación entre ingreso medio colectivo y la satisfacción con salud física personal, tomando en cuenta el ingreso personal (N = 6 en el ejemplo). En dicho ejemplo vemos como a mayor ingreso nacional y a mayor ingreso personal, mejor salud 1

El modelo de regresión es sencillamente el de una línea recta en el cual la variable dependiente o predicha se funda a partir de una formula de predictores. Y = a + bx Así, generalmente la variable dependiente (Y) se predice a partir de la media o puntuación de Y cuando el valor de X es cero (coincidiendo con el valor de a), más un cociente que se multiplica por el valor de X. Por ejemplo, los valores para la formula de la línea recta Y= 2+ 2X (que implica que cuando X es cero la puntuación de Y es 2) serían: Y = a + 2X Para X= -1, Y=0

(Y= 2 + 2 x (-1)) Para X= 0, Y= 2

(Y= 2 + 2 x 0)

Para X= 1, Y= 4

(Y= 2 + 2 x 1)

En el caso de la regresión la predicción no es perfecta para cada caso individual, por lo que existe un coeficiente de error. 2

La formulación algebraica del modelo de efectos contextuales de Blalock aplicado a los efectos Macro-sociales objetivos es Yij = a + b1 Xij + b2 Mzj + eij

percibida. De hecho, estimando la situación socioeconómica de un colectivo -barrio, región, nación- mediante la mediana de ingresos o el porcentaje de personas en trabajos profesionales y de dirección, muchos estudios han mostrado que tanto las naciones con mayor desigualdad social - menores ingresos - como las comunidades con peor situación socioeconómica tienen peor salud individual -mayor morbilidad y mortalidad-. Dicha influencia de las características socio-estructurales sobre la salud individual también se ha encontrado tomando en cuenta la posición socioeconómica personal, si bien en algunos casos el efecto ha desaparecido al considerar varias características socioeconómicas individuales (Robert, 1999). Tabla 1: Relación entre Ingreso Medio Nacional con la Satisfacción Personal con la Salud. Ingreso Medio Satisfacción con Colectivo* la Salud (Media Nacional) (Nivel individual)

Satisfacción con la Salud (Nivel Colectivo)

Grupo (Nación o Región)

Ingreso Personal*

001

China

250

370

710

730

002

China

490

370

750

730

Sujeto

M =370

M =730

003

Chile

2060

2160

740

760

004

Chile

2260

2160

780

760

M =2160

M =760

005

EE.UU.

21560

22560

750

770

006

EE.UU.

23560

22560

790

770

M =770

M = 742

M =22560 * La satisfacción se evalúa de 1 a 1000 = alta. Ingreso en dólares U.S.A.

En este ejemplo pedagógico, se encontró que la correlación entre ingreso personal y satisfacción individual con la salud era mayor que la correlación entre la media nacional de ingresos y esta última3. Un análisis de regresión indica que a o Beta de la constante no estandarizada (la media general estimada de satisfacción con la salud) es 742 y que la b o Beta no estandarizada del ingreso personal es de 0.0013, lo que significa que si el ingreso aumenta en 100 la satisfacción aumenta 0,13 puntos, si aumenta 1000, aumenta 1,3 etc. Agregando la media nacional de ingresos, obtenemos una segunda beta que estima la influencia del ingreso a nivel colectivo y permite calcular su influencia, controlando el ingreso personal. Ahora bien, dada la pequeña cantidad de sujetos y la dependencia de la media nacional de las puntuaciones individuales, en el ejemplo que estamos planteando no tiene sentido obtener dicho coeficiente, pese a que con grandes muestras encontraríamos que aún, controlando el ingreso individual, el ingreso medio de la nación o riqueza colectiva influencia la satisfacción personal con la salud. Por tanto, tomando el caso del primer sujeto de la Tabla 1 y utilizando sólo como predictor el ingreso personal, la regresión sería: Y(satisfacción individual con salud) = 742(media general estimada de satisfacción con salud) +0.0013x250(ingreso personal sujeto 1) El resultado sería Y= 742,35, donde vemos que, dado que la puntuación real del primer sujeto en satisfacción con la salud es de 710, el error sería igual a –32,35 (710-742,35 = -32,35). El error al cuadrado nos indica la variabilidad del fenómeno que no queda explicada por las variables expuestas, sin olvidar que la puntuación predicha es a su vez un indicador de la variabilidad del fenómeno explicado por los predictores. 3

Correlación entre ingreso personal, media nacional de ingresos y satisfacción individual con la salud r = .51. y .48 respectivamente.

Se han hallado resultados similares analizando la relación entre vivir en un barrio de menor estatus socioeconómico –variable colectiva objetiva predictiva-, la salud mental, el rendimiento escolar y las conductas problemáticas de niños y adolescentes –variables dependientes individuales-. Los niños y adolescentes que viven en barrios de mayor estatus socioeconómico terminan antes la escuela y rinden mejor, mientras que los que viven en barrios de menor estatus socioeconómico, presentan más problemas externalizados (agresión e hiperactividad), más conductas antisociales (delitos y crímenes) y más embarazos adolescentes y no deseados, aun tomando en cuenta las características individuales y familiares de las personas. La influencia es mayor para chicos que para chicas y en las fases iniciales de la adolescencia (Leventhal y Brooks-Gunn, 2000). Aún así, no debemos olvidar que la influencia de las variables colectivas -la varianza que queda explicada por ellas- en general es pequeña y moderada (menor del 10%), siendo en general menor que la influencia o varianza explicada por las características individuales. Estudios transculturales comparando naciones en actitudes y creencias también muestran el mismo perfil: en general hay más varianza o diferencias interindividuales que inter-grupos. De hecho, la investigación contextual realizada en los años 60 y 70 en Sociología de la Educación había concluido que las variables macro o contextuales explicaban poca varianza de las variables dependientes individuales y por ende, se deducía que era central trabajar con las variables micro-sociales y los mediadores psicológicos si se quería explicar una conducta individual. En cambio los estudios actuales aceptan la necesidad de contrastar simultáneamente los mediadores psicosociales y los factores contextuales más distales. 1.2.2. Cuando se Constata la Asociación entre Indicadores Objetivos Colectivos y Medias de Respuestas Individuales. Este tipo de análisis corresponde conceptualmente a las asociaciones y explicaciones de nivel colectivo, como lo son los análisis colectivos o transculturales, que se apoyan en las medias grupales en las variables en estudio de manera que las correlaciones entre grupos corresponderán a la asociación entre las puntuaciones medias de cada grupo en cuestión. Por ejemplo, para el estudio de la cultura como constructo colectivo subjetivo (síndrome de valores compartidos por un grupo de individuos con una historia común y que participan en una misma estructura social) a nivel transnacional, Hofstede utilizó como indicador el promedio o media nacional en valores individualistas y colectivistas construidos a partir de la agregación de encuestas individuales sobre dichos valores en determinados grupos nacionales. Además, y con el fin de validar este constructo, contrastó asociaciones entre Indicadores Macro-subjetivos e Indicadores Macro-sociales u objetivos utilizando las medias de valores dominantes en una sociedad dada en los años 70 y el producto nacional bruto per capita de 1970. La correlación que encontró entre ambos fue de 0,87 (Hofstede, 2001). A partir del ejemplo pedagógico anteriormente expuesto también podemos obtener un sencillo análisis colectivo, en el que los individuos no se toman en cuenta y se analizan las asociaciones entre datos colectivos objetivos - Ingreso Medio Colectivo - y subjetivos - la Media Nacional de Satisfacción con la Salud -. Figura 2: Modelo de Análisis Colectivo a partir de Datos Macro-sociales y Macro-subjetivos.

Variable Independiente Colectiva Macro-social Objetiva (Mzj) “Ingreso Medio Nacional”

Variable Dependiente Colectiva Subjetiva Macro-Psicológica (Yzj) “Satisfacción Media Nacional con la Salud”

En este caso, y como podemos ver en la Tabla 2, la correlación se calcularía sobre 3 unidades, ya que los grupos nacionales corresponden a los sujetos en análisis. Tabla 2: Ingreso Medio Nacional y Media Nacional en Satisfacción Personal con Salud Sujeto

Grupo (Nación o Región)

Ingreso Medio Colectivo* (Media Nacional)

Satisfacción con la Salud (Media Nacional)

001

China

370

730

002

Chile

2160

760

003

EE.UU.

22560

770

* En dólares U.S.A. Satisfacción con Salud se evalúa de 1 a 1000 = alta.

Diener, Diener y Diener (1995) también han ilustrado este tipo de análisis colectivo. Obtuvieron para 55 países la media de bienestar subjetivo de cuatro encuestas sobre felicidad y satisfacción vital transformando la puntuación media de cada país en cada encuesta en una puntuación estandarizada a partir de los países que habían utilizado el mismo formato. Esta media estandarizada constituye un indicador de la satisfacción vital y de la felicidad dominantes en un país determinado y pueden considerarse componentes parciales del clima emocional nacional. También presentaban otros indicadores macro-subjetivos como la puntuación de individualismo-colectivismo de la cultura de cada país obtenida en el trabajo de Hofstede. Además utilizaron un indicador subjetivo de tipo macro-social construido a partir de un rango otorgado por expertos mediante la evaluación de 40 derechos humanos: el grado en que estos derechos se respetaban en los 55 países. También trabajaron con otros indicadores de este tipo, como la evaluación de individualismo-colectivismo de cada cultura dada por un psicólogo social experto en investigación transcultural. Asimismo, emplearon indicadores objetivos macro-sociales, como el ingreso per capita y la igualdad del ingreso per capita en cada país. Todos estos indicadores tenían correlaciones congruentes con el bienestar subjetivo medio de la nación. Por ejemplo, la correlación entre derechos humanos y bienestar subjetivo era de -0,48 y la correlación entre ingresos per capita y bienestar subjetivo era de 0,584. Tanto en su análisis como en el meta-análisis de Basabe et al. (2002), el individualismo cultural y el grado de desarrollo socioeconómico se asociaban a nivel colectivo positivamente al bienestar y felicidad media, esto es, al clima emocional dominante en cada país. La asociación positiva entre estas variables socioculturales y el bienestar medio sugieren que en los países desarrollados e individualistas predomina un clima emocional más positivo que en los países menos desarrollados y colectivistas, aunque no implica que – a un nivel de análisis microsocial - las personas individualistas y más ricas presenten necesariamente un mayor bienestar, ya que estos son procesos de corte individual (véase en el apartado 1.3. el tema de las falacias). Además, si bien a mayor desarrollo socioeconómico, mayor satisfacción de necesidades y mejor calidad de vida, y a mayor individualismo, mayor capacidad de decisión y refuerzo en el caso de éxito, también se ha constatado que el individualismo se asocia a mayor depresión, probablemente porque el fracaso en una sociedad meritocrática y que valora el éxito sea más negativo que no triunfar en una sociedad menos desarrollada y colectivista (Basabe et al., 2003).

4

Ambas correlaciones con p < 0,001.

1.3. Comparación de las Asociaciones entre Variables en los Análisis Colectivos e Individuales. Lo anteriormente expuesto nos conduce a la pregunta de si podemos contrastar el que las relaciones entre variables psicológicas sean las mismas que las que se dan entre las variables colectivas macro-subjetivas y macro-sociales objetivas, y de si podemos conocer cuáles son los procesos explicativos de las similitudes y las diferencias. La respuesta es afirmativa y de hecho, este es un procedimiento necesario para controlar lo que se ha definido como "falacia ecológica": las inferencias erróneas que se cometen cuando las asociaciones que se observan entre medidas agregadas de nivel colectivo - asociaciones entre medias nacionales de ingreso y medias nacionales de bienestar, por ejemplo - son extrapoladas a las unidades cuyas medidas o respuestas se agregaron - inferir una asociación entre nivel de ingreso personal y bienestar personal – (Páez, Marques e Insua, 1996). Como ejemplo, la investigación macro-social o estructural confirmó que había asociación sistemática entre indicadores macro de privación económica - paro, inflación - e indicadores de comportamientos colectivos - manifestaciones, disturbios, etc. -. De allí se dedujo que debía existir una relación entre la privación relativa subjetiva y la militancia política, inferencia que resultó ser falsa, ya que la privación relativa individual se asocia al estrés y a los problemas psicológicos y no a la movilización social (Guimond y Tougas, 1994). También puede producirse una falacia ecológica invertida u opuesta, que ocurre cuando se infieren relaciones colectivas a partir de indicadores individuales. Una falacia opuesta, (González y Peiró, 1992, citado en Páez et al.,1996) sería la siguiente: constatamos una asociación positiva entre autonomía personal y rendimiento personal en las respuestas individuales a encuestas. De ahí inferimos que las instituciones descentralizadas son más eficaces. Como vemos, en el fondo se trata de pasar sin justificación teórica ni constatación empírica de un nivel de análisis individual a otro – colectivo o institucional -. Todo esto nos lleva a afirmar que los análisis colectivos implican "trabajar" sistemáticamente sobre la falacia ecológica y comparar relaciones a diferentes niveles. Reflexionemos sobre lo expuesto teniendo en cuenta el ejemplo que presentamos en el apartado 1.2.1.: La correlación individual total se calcula a partir de las respuestas de los 6 sujetos ignorando su grupo de pertenencia, relacionando los indicadores objetivos socioeconómicos y los subjetivos de salud. Es una correlación simple entre X (ingreso personal) e Y (salud percibida) que, si bien puede considerarse que representa los procesos individuales, no debe olvidarse que en ella se reflejan tanto los efectos individuales como los de posición o media grupal. Ante este hecho, ¿qué puede hacerse?. Leung y Bond (Leung y Bond, 1989, citado en Páez y Vergara, 2000), con el fin de hacer el análisis a un nivel específicamente individual, proponen utilizar las puntuaciones ajustadas intra-individualmente - cada respuesta se estandariza sobre el total de respuestas del sujeto - como indicadores de las relaciones individuales puras, "universales" o panculturales. Las correlaciones y análisis factoriales que pueden calcularse sobre estos datos representarían para estos autores las dimensiones o variables en estudio generalizables, es decir, comparables entre grupos y comunes a todos ellos. Otro tipo de correlación individual puede hacerse eliminando las diferencias de medias entre colectivos, lo cual representa conceptualmente la asociación de nivel individual controlando la influencia del nivel colectivo. La correlación apareada intragrupo o intracolectividad (por ejemplo en una región) mide la asociación entre las puntuaciones individuales una vez eliminada las diferencias entre grupos y es un coeficiente que contrasta el efecto o patrón de asociación entre las variables, eliminando el efecto de posición o media grupal. Kenny plantea de la siguiente manera su cálculo: extraer de cada puntuación individual la media del grupo de sujetos y sobre estas diferencias o

residuos, calcular la correlación. Ello ayuda a eliminar las diferencias que puedan surgir entre los sujetos y las que pueden atribuirse a la interacción en el mismo grupo (Kenny, 1996). De forma similar, para establecer relaciones válidas transculturalmente, Leung y Bond plantean estandarizar o tipificar las puntuaciones intra-culturalmente (Leung y Bond 1989, citado en Páez y Vergara, 2000). Ejemplifiquemos este último tipo de correlación utilizando como ejercicio práctico los datos recogidos en la Tabla 2: Así, la estimación del sujeto 001 en satisfacción con la salud sería igual a su puntuación individual menos la media grupal (710 - 730 = -20), la del sujeto 002, 750 - 730 = +20, la del sujeto 003, 740 – 760 = -20,...y la del sujeto 006, 790 – 770 = +20. En síntesis, 3 sujetos puntuarían menos 20 y tres más 20 y como puede constatarse, esta puntuación elimina la influencia del colectivo a través de la media grupal. Por tanto, y aunque en realidad el sujeto 001 puntúa 710, tomando en cuenta su media nacional puntúa 20 por debajo del nivel promedio colectivo. Establecer la relación entre ingresos y salud mediante el procedimiento anterior tiene su equivalente en el uso del meta-análisis de las correlaciones encontradas en cada uno de nuestros grupos - en el ejemplo anterior 3 correlaciones calculadas en cada grupo -. El procedimiento implica examinar cuál es su significación estadística y comparar las correlaciones intragrupo para ver si son significativamente diferentes mediante un test Z. Si son diferentes dentro de cada colectivo o grupo, el efecto medio meta-analítico será significativamente heterogéneo. Igualmente, pensando en el caso multivariado, las regresiones o análisis factoriales encontraran predictores y dimensiones diferentes por cultura o grupo. Por otra parte, las correlaciones colectivas son generalmente más fuertes que las individuales. Por ejemplo, la asociación individual entre ingresos y bienestar subjetivo no supera un r de 0,20, mientras que la correlación colectiva entre media nacional de ingresos y de bienestar es de más de 0,50. Esta tendencia se explica en parte porque las correlaciones colectivas reflejan procesos agrupados que son más estables que los individuales y también por el hecho de que las puntuaciones de error se anulan a nivel colectivo, con lo cual su fiabilidad es habitualmente mayor. Por ende, dicho fenómeno hace inadecuado comparar directamente la correlación colectiva y la individual, ante lo cual Ostroff sugiere utilizar la correlación individual atenuada por el error para que la superioridad de las medidas colectivas sobre las individuales pueda disminuir o desaparecer (Ostroff 1993, citado en Páez et al.,1996). Pero también es más difícil que se obtengan resultados significativos con las correlaciones colectivas ya que los grados de libertad son menores. Por ejemplo, en el estudio de Diener et al., el análisis individual se basaba en decenas de miles de sujetos, mientras que el colectivo tenía solo 55 "sujetos" - las 55 naciones -. Por otro lado, las correlaciones individuales con grandes muestras facilitan encontrar resultados significativos por los mayores grados de libertad, aunque estas correlaciones tienden a ser más bajas que las establecidas sobre muestras medianas. En síntesis, debemos tener en cuenta que el tamaño del efecto o la fuerza de la correlación -no la significación- decrecen generalmente con el incremento del tamaño de la muestra debido al aumento de la puntuación de error y al aumento del efecto de variables no medidas (Scherer, 1997). Como ya hemos comentado, aunque generalmente se encuentran asociaciones individuales y colectivas significativas y de sentido similar - pero de diferente fuerza -, las relaciones y agrupaciones que se encuentran en los análisis colectivo no siempre se encuentran en los análisis individuales. Por ejemplo, en lo referente a valores culturales, las investigaciones de Hofstede han mostrado que las asociaciones y dimensiones IndividualismoColectivismo, Distancia del Poder, Evitación de la Incertidumbre y Masculinidad frente a Feminidad encontradas a nivel ecológico o colectivo no emergían analizando las respuestas

individuales de cada muestra o por sub-áreas culturales. Esto es, los resultados colectivos o de nivel ecológico no permiten extraer directamente conclusiones sobre el IndividualismoColectivismo como constructo psicológico. Cuando en los análisis se encuentran asociaciones inversas a nivel individual y colectivo, éstas deben explicarse por procesos diferentes. Por ejemplo, las correlaciones individuales encuentran una relación negativa entre la actitud individual de logro y rendimiento y la conducta antisocial - los estudiantes que más rinden, realizan menos conductas desviantes -. En cambio, las correlaciones colectivas han encontrado una asociación positiva entre rendimiento y logro medio en la escuela y nivel de conducta antisocial, esto es, a nivel colectivo las escuelas más competitivas y más exigentes refuerzan las conductas desviantes - en particular entre los menos que menos rinden - (Páez, Fernández, Ubillos y Zubieta, 2003). Finalmente, cuando una correlación es significativa y la otra no, y además la correlación significativa es claramente diferente de la otra, se elegirá ese nivel de análisis. Por ejemplo, suponiendo que la correlación de nivel colectivo entre ingreso medio y satisfacción media con la salud es de + 0,80 y significativa, y la correlación de nivel intragrupo es de - 0,08 y no significativa, siendo ambas significativamente diferentes, el nivel de análisis adecuado será el colectivo. II. Los Procesos Colectivos Subjetivos como Procesos de Influencia Social. Hemos dado por sentado que la media de satisfacción con la salud, en el ejemplo anterior, o las medias nacionales de Valores en el caso de Hofstede, o las medias nacionales de Bienestar, tienen sentido. Examinaremos ahora en detalle la problemática de los indicadores colectivos subjetivos. 2.1. Argumentación de los Procesos de Influencia Social en base a la Agregación de las Respuestas Individuales y uso de la Media Grupal como Indicador de Contexto. Como expusimos en el apartado 1.1., y teniendo en cuenta que los indicadores colectivos subjetivos o macro-psicológicos suelen ser derivados de indicadores o propiedades individuales que pueden agregarse (Liska, 1990) – véase la Figura 3 -, debe argumentarse y demostrarse que los procesos individuales tienen su equivalente y sentido a nivel colectivo, es decir, establecer cuales son los procesos análogos a los individuales que se dan a nivel colectivo (véase en el punto 2.2.1. el tema de la auto-eficacia colectiva como muestra de dicha argumentación). Figura 3: Creación de un Indicador Colectivo Subjetivo a partir de datos Individuales.

Sumatorio de Variables Individuales Subjetivas (Σ Xij) Xi1+Xi2+Xi3+....+Xij.

Variable Colectiva Macro-psicológica Indicador del Contexto (Ⴟ zj) Media Grupal

Por ejemplo, el constructo colectivo subjetivo de clima de ansiedad y miedo, típico de grupos de personas que están expuestas a amenazas, se puede concebir como un proceso psicológico (nivel individual) que a nivel interpersonal y/o social se traduciría en a) un bajo refuerzo positivo y alto negativo, es decir, poco apoyo social y mucho conflicto, b) alta comunicación y transmisión de información - generalmente rumores ansiógenos -, c) expresión

no verbal de la preocupación y el sobresalto, que se contagia emocionalmente, d) un compartir e imposición de percepciones amenazantes, inclusive sobre estímulos neutros y ambiguos y e) una fuerte presión social para manifestar acuerdo cognitivo y emocional con los rumores ansiógenos. Estos procesos serían los correlatos interpersonales o equivalentes sociales de la ansiedad y de algunos de los síntomas del PTSD o estrés post-traumático, como recogemos en el Cuadro 2: Cuadro 2 Proceso Psicológico de la Ansiedad y Estrés Post-traumático-PTSD- y Equivalente Social. Proceso Psicológico

Equivalente Social

Ansiedad

Marco perceptivo o clima focalizado en las amenazas

Reminiscencias

Rumores

Hiperactividad

Contagio emocional por vías no verbales del sobresalto y preocupación

Evitación

Bajo contacto social

Anestesia Afectiva

Bajo refuerzo positivo

PTSD

Así, la media de ansiedad o de PTSD para cada grupo - o la media de depresión grupal para el caso del clima de tristeza -, pueden servirnos como indicadores contextuales de estos procesos psicosociales. 2.2. Papel del Contenido de las Escalas y de la Posición Grupal Diferenciada en las Respuestas Individuales. Hemos planteado que la media de respuestas sobre percepciones individuales autoreferentes en torno a creencias, emociones y conductas puede ser un indicador de procesos colectivos. Ahora bien, estas respuestas individuales son mejores indicadores colectivos cuando su contenido es sociotrópico, es decir, referido a grupos y procesos sociales. Además, un análisis de tipo colectivo presupone que los procesos grupales son más que un resultado simple de las actividades individuales - el grupo se concibe como un fenómeno emergente colectivo -. Justamente, cientos de investigaciones han mostrado que los grupos tienden a agrupar sus juicios y que sus decisiones colectivas son más extremas que el mero promedio de las actitudes individuales, fenómeno conocido con el nombre de polarización grupal. Desarrollaremos ambos aspectos a continuación. 2.2.1. Contenidos Sociotrópicos: Respuestas Individuales a Fenómenos referidos a Grupos e Instituciones Sociales. Cuando hablamos de contenidos referidos a grupos y procesos sociales, en el caso del clima emocional por ejemplo, queremos decir que si bien las emociones existen sólo en los sujetos, su distribución y transmisión son características del colectivo y no de los individuos. Este conjunto de emociones básicas distribuido socialmente, unido a ciertas representaciones sociales sobre el mundo y el futuro social, cumple funciones de regulación social y constituirían el denominado indicador de clima emocional (De Rivera, 1992; citado en Basabe et al., 2003). Concretamente, lo que estamos afirmando es que las emociones que lo

conforman no son únicamente las vivenciadas por el sujeto, sino aquellas que el sujeto percibe que predominan en su entorno, tanto en sus grupos de pertenencia o endogrupos como en los exogrupos que le son relevantes. Por tanto, el clima emocional se basará en las percepciones y emociones que los sujetos atribuyen a los grupos de los que forman parte, a los grupos con los que se enfrentan y a las instituciones, denominándose por ello como emociones sociotrópicas o colectivas. De hecho, generalmente se acepta que el clima social y otros procesos colectivos son tales por aspectos como: 1) su contenido sociotrópico, esto es, porque están compuestos de creencias, emociones y conductas referidas a grupos e instituciones sociales, 2) su origen, ya que tienen causas sociales, 3) por que son compartidos y se distribuyen en colectivos sociales y 4) por sus funciones, ya que sus efectos son adaptativos a nivel social y no solo personal. Así, en vez de preguntar “¿Está Ud. satisfecho con su vida?” o “¿Con qué frecuencia vivencia Ud. emociones negativa y positivas?” o”¿Confía Ud. en la gente, en general?”, y agregar las respuestas en medias colectivas, se puede preguntar:”¿Están satisfechos con su vida las personas que viven en su barrio, o los miembros de su grupo social (familiar, étnico, clase social, facción religiosa o política)?”,”¿Con qué frecuencia vivencian emociones negativas o positivas?” o “¿Confían en los otros en general?” y realizar el mismo tipo de agregación – véase el ejemplo que se recoge en la Figura 4 -. Figura 4: Respuestas Individuales Auto- y Hetero-referidas e Indicadores Colectivos Subjetivos.

Variable Ansiedad Personal ante Institución.

Variable Ansiedad Grupal de Amenaza ante Institución

(Objeto de Referencia Individual)

(Objeto de Referencia Colectivo)

“¿Cuan ansioso se siente Ud. ante la Policía?.

“¿Cuan ansiosas se sienten las personas que viven en su barrio ante la Policía?”

Media Grupal de Respuestas Individuales Auto-referidas:.

Media Grupal de Respuestas Individuales Hetero-referidas:

Indicador Colectivo Subjetivo Macropsicológico

Indicador Colectivo Subjetivo Macropsicológico de contenido Sociotrópico.

Con el fin de ilustrar la diferencia entre las respuestas individuales auto-referidas y hetero-referidas a la hora de determinar su valor como indicador colectivo subjetivo, utilizaremos como ejemplo las diferencias asociativas que se encuentran entre las respuestas sobre malestar personal y colectivo con variables como la participación política. Está ampliamente demostrado que la Deprivación Relativa (DR) y la sensación de injusticia individual auto-referente o personal no se asocian consistentemente a formas de participación política, mientras que la deprivación y la injusticia evaluada sobre el grupo de referencia sí que lo hacen, con lo que podemos afirmar que este último tipo de respuesta individual de tipo sociotrópico constituye un indicador colectivo subjetivo mejor que el auto-referente a la hora de evidenciar un proceso grupal (Guimond y Dubé, 1983). En otras palabras, que uno se sienta enfadado y que sienta que la situación personal es injusta y que no tiene lo que espera no se asocia a la participación sociopolítica. En cambio, si uno percibe que su grupo de referencia no tiene lo que se merece o se espera que tenga en el marco de comparación de relaciones entre grupos, y siente enfado por ello, es más probable que participe en actividades sociales y políticas. Así, debemos distinguir entre la deprivación relativa individual, que se

refiere a un objeto individual - el mismo sujeto - que se compara con otros significativos y similares, de la DR intergrupal o sociotrópica, que es una emoción colectiva tanto por su objeto - el endogrupo -como por el patrón de comparación o referente - el exogrupo -. En ambos casos, si la evaluación o comparación es desventajosa existirá deprivación relativa. Otro ejemplo de respuesta individual de tipo sociotrópico es la autoestima colectiva, que se refiere a la tendencia evaluativa sobre la identidad social o colectiva. La escala de autoestima colectiva de Luthanen y Crocker, que pregunta al sujeto sobre su grado de acuerdo con afirmaciones tales como "En general, me siento feliz de ser miembro de los grupos sociales a los que pertenezco" o "Globalmente, mis grupos sociales son bien vistos por los otros" dentro de un rango de 1 a 7, permite estimar la tendencia a evaluar positivamente la identidad colectiva de la persona. Este tipo de autoestima se asocia a la autoestima personal, aunque es diferente a ella: Por ejemplo, la autoestima personal no se asocia a la tendencia a favorecer al grupo al que uno pertenece, mientras que la autoestima colectiva si se coliga a valorar mejor al endogrupo y peor al exogrupo (Luthanen y Crocker, 1992), por lo que conforma un indicador colectivo subjetivo más adecuado. Este razonamiento también puede aplicarse a la auto-consciencia o tendencia a focalizar la atención en los aspectos privados y públicos del yo. Una escala de autoconsciencia colectiva formada por ítems como "Reflexiono mucho sobre mí mismo en relación con los valores y creencias de mi grupo” (auto-consciencia privada colectiva) y "Tengo mucho cuidado cuando de la imagen que doy cuando me relaciono con los demás, en relación a los objetivos de mi grupo" (auto-consciencia pública colectiva) mostró fiabilidad, ya que se asoció a valores culturales colectivistas y a la fuerte identificación grupal (Páez, Arrospide, MartínezTaboada y Ayestarán, 1992). Es decir, esta escala ilustra la relevancia de la saliencia perceptiva de la pertenencia a grupos, y por tanto puede actuar de forma similar a la autoestima colectiva. Como hemos visto, tanto la autoestima como la auto-consciencia colectiva se refieren a la identidad basada en la afiliación grupal, es decir, son procesos anclados en la identidad colectiva. Otro proceso que se ha conceptualizado a nivel colectivo es la auto-eficacia o creencias referidas a las capacidades para organizar y ejecutar los cursos de acción de cara a manejar situaciones personales. De este modo, la eficacia colectiva se referirá a la confianza que el sujeto tiene en la capacidad de trabajo y acción de un grupo al que pertenece - eficacia sociotrópica o referida al control grupal auto-percibido -. Mientras que la auto-eficacia personal se mide con preguntas como "Tengo confianza en mi capacidad o habilidad de hacer mi trabajo" la eficacia colectiva se mide mediante afirmaciones tales como "Los miembros de este grupo (departamento, escuela, unidad, etc.) tienen excelentes habilidades laborales" (Schaubroek et al.,2000). Se ha argumentado que la eficacia personal y colectiva comparten procesos análogos, lo cual permite agregar las respuestas individuales en medias colectivas para crear un indicador colectivo, particularmente cuando las respuestas son sobre la eficacia grupal. De hecho, teniendo en cuenta que la eficacia personal se origina en experiencias pasadas de control exitoso o dominio, a nivel colectivo, se ha confirmado que el rendimiento pasado medio de la escuela predecía el nivel de eficacia colectiva percibida por los profesores - las escuelas con mejor rendimiento medio en el pasado mostraban niveles más altos de eficacia colectiva percibida por los maestros - .Además, teniendo en cuenta que la eficacia personal se basa en el aprendizaje vicario o aprendizaje por observación, en la persuasión social y en los estados afectivos, parece razonable pensar que los miembros de una escuela aprendan del éxito de escuelas similares, que sean convencidos de su relativa eficacia colectiva mediante la comunicación cara a cara y los mass media, así como que los estados afectivos compartidos o

climas emocionales positivos refuercen el ensayo de nuevas estrategias y aumenten la capacidad de control percibida. O que suceda a la inversa, teniendo en cuenta este último aspecto: que un alto nivel de malestar debilite el rendimiento grupal mediante una disminución en la capacidad del grupo (Goddard, 2001). Finalmente, también se encontró que la eficacia colectiva se asociaba al rendimiento escolar medio de las escuelas, aun controlando el rendimiento medio anterior y las características sociales de las escuelas (etnia y nivel socioeconómico de los estudiantes). Este estudio demuestra como se confirma una propiedad emergente grupal o colectiva: las conductas continúan siendo diferentes entre grupos - escuelas en este caso - después de controlar las diferencias intra-grupales. Aunque en este último caso se tomó como indicador colectivo la media de opinión de los profesores sobre la eficacia grupal, en ocasiones los procesos grupales emergentes también se caracterizan por no deducirse de la mera agregación o promedio de respuestas individuales. 2.2.2. Papel del Efecto de la Polarización Grupal. En el paradigma clásico de investigación que evidencia el fenómeno de la Polarización Social (los grupos tienden a agrupar sus juicios y sus decisiones colectivas son más extremas que el mero promedio de las actitudes individuales), los sujetos, en primer lugar, eligen alternativas o toman decisiones que posteriormente discuten en grupo para, finalmente, tomar una decisión por segunda vez. Así, generalmente se constata que la media de la segunda decisión es más arriesgada - o en ocasiones más cauta - que la primera. Concretamente, lo que se encuentra es que la media grupal después de una discusión no es la simple media de las actitudes individuales previas, sino que ésta se haya más polarizada o reforzada en el sentido de la tendencia grupal. En otros términos, los grupos adoptan posturas más exageradas que las opiniones promedios de sus miembros, por lo cual podemos afirmar que el resultado grupal no debe deducirse linealmente de las actitudes y respuestas individuales, ni se explica simplemente por las actividades aisladas de los sujetos. Ejemplifiquemos este hecho mediante un experimento realizado con estudiantes franceses en el que se encontró que, después de una discusión grupal, los estudiantes del grupo experimental frente a los del grupo control reforzaban más tanto su actitud a favor de De Gaulle como su actitud contraria a los EE.UU.. Es decir, el promedio de las opiniones y actitudes posterior a la discusión grupal era más extremo que el promedio de las previas en el grupo experimental. Para ilustrar dicho ejemplo con datos, imaginen que las personas del grupo experimental (N = 3) contestan a la pregunta sobre “cual era su opinión personal sobre De Gaulle” utilizando una escala de 1 a 10 (donde 10 es igual a tener una opinión muy positiva). Puntuando individualmente, se obtuvo un promedio de opinión igual a seis - (5+6+7)/3= 6 -, mientras que su decisión como grupo o consensual fue de 7. La diferencia entre el promedio previo de 6 y la media grupal de 7 es de menos uno (6-7= -1) e indica el refuerzo de la tendencia en favor de De Gaulle. Supongamos que después de la discusión grupal, los tres sujetos contestan individualmente por segunda vez a la pregunta, obteniendo esta vez un promedio (7+7+8)/3= 7,33. La diferencia entre el promedio previo a la decisión grupal y el posterior es (6 -7,33 = -1,33) e indica el cambio individual producido por la discusión grupal. Finalmente, supongamos que el grupo control contestó la primera vez 6, 6 y 7, y la segunda 6,7 y 7 (promedios 6,33 y 6,66 respectivamente), mostrando la ligera diferencia entre la media anterior y la posterior que no ha ocurrido la polarización. El efecto de la discusión grupal se da por la comparación de las diferencias pre-post discusión (6-7,33= -1,33) con las

diferencias del promedio del grupo control (6,33-6,66= -0,33), es decir, (-1,33)-(-0,33)=-1. Figura 5: Procesos Colectivos como Efectos Grupales Diferenciados: La Polarización Grupal

Pre-test Respuestas por Individual

Grupo Experimental (X1+X2+X3)/3=6

Grupo Control (X1´+X2´+X3´)/3=6,33

Post-test Respuestas por Individual Situación Experimental. Decisión Consensuada Media Grupal Real

Xg = 7

Medias Grupales Agregadas

Grupo Experimental (X1+X2+X3)/3=7,33

Grupo Control (X1´+X2´+X3´)/3=6,66

¿Cuáles son los procesos que explican este fenómeno de la Polarización Social?. Un primer proceso explicativo el de la Influencia Informacional o la exposición a argumentos persuasivos: la discusión de los sujetos causará que éstos conozcan más y mejores argumentos a favor de la norma grupal, y cuanto más se exponga la persona a argumentos que perciba como válidos y que sean novedosos, más tenderá en su segunda decisión a polarizar la decisión. Realmente, varios estudios han mostrado que a mayor cantidad, novedad y calidad de los argumentos escuchados, mayor polarización. Un segundo proceso explicativo es la Comparación Social. Así, las personas desean mostrarse de forma socialmente positiva, por influencia normativa, ante los otros miembros del grupo. El conocimiento de la norma (la media grupal) mediante la discusión grupal hace que los sujetos intenten acercarse lo más posible a esta posición o, mejor aún, que intenten mostrarse “los mejores entre sus iguales” mostrando ser diferentes de los otros mediante un acuerdo superior a la norma. Este fenómeno se denomina en Psicología Social “Primus Inter Pares”. Otro proceso de comparación social ligeramente diferente del anterior es el que postula que la discusión hace manifiesta la ignorancia plural de los sujetos. Según este proceso de Ignorancia Pluralista, las personas desconocen y subestiman la norma real antes de la discusión, por lo que después de ella una parte de los sujetos se aproxima más a la norma ideal, provocando la polarización. Es decir, tienen la impresión falsa de que el resto de los sujetos son menos extremos que ellos, y cuando descubren la realidad de la actitud de los otros tienden a polarizar su opinión, pues ya no se ven inhibidos por la percepción errónea de que existe una norma grupal menos extrema. Para finalizar, aunque la mayoría de las investigaciones se mezclan la exposición a argumentación persuasiva con la comparación social, también se ha encontrado un efecto de polarización grupal en experimentos con alto nivel de comparación social y exposición a argumentos pobremente persuasivos. La revisión de Isenberg (1986, citado en Páez, et al., 2003) mostró que ambos procesos intervenían, aunque era más fuerte el proceso de argumentación persuasiva que el de comparación social. Por otra parte, los estudios de Tesser han mostrado que reflexionar o pensar

repetidamente sobre un tema – actividad aislada individual - hace que la actitud sea más enfática. Esto sugeriría que en realidad el fenómeno de la polarización grupal no sería tal, pues lo que realmente se estaría dando sería un pseudo-fenómeno de grupo: para provocar una polarización actitudinal sólo bastaría con la repetición mental de la actitud y el pensar sobre sus argumentos, por lo que la discusión grupal sería únicamente el contexto de un proceso psicológico individual. Lo mismo se ha planteado para el fenómeno de pensamiento grupal u “optimismo ilusorio” de los grupos, fenómeno que lleva a crear un consenso grupal sobre una línea de acción, ignorando la información negativa pertinente. Dado que este fenómeno se produce en situaciones de estrés y urgencia temporal, no sería más que el efecto de la ansiedad, que lleva a focalizar la atención e impide generar respuestas óptimas. Como vemos, en ambos casos actividades o procesos individuales explicarían un hecho grupal. Sin embargo, Brauer y Judd (1996) han demostrado que la mera repetición no explica la polarización grupal. En su experimento, las personas participaban en grupos que discutían diferentes temas polémicos, induciéndoseles a que expresaran individualmente entre 0 y 6 veces su opinión sobre un tema, así como que escucharan entre 0 y 5 veces la opinión de otra persona. Se construyó el escenario de discusión de forma que la cantidad de veces que el sujeto opinaba o escuchaba sobre un tema fueran independientes. Se encontró que la cantidad de veces que la persona hablaba predecía la polarización de su actitud después de la discusión, es decir, la polarización grupal se explica en parte porque la persona, al repetir sus pensamientos sobre un tema, extrema en el sentido inicial sus opiniones y actitudes. Sin embargo, el efecto de la repetición se veía amplificado cuando los argumentos de la persona se veían reproducidos por los otros miembros del grupo - en comparación con grupos en los que los argumentos de la persona no eran utilizados ni validados por los otros miembros del grupo -. Además, la polarización era mayor cuando se escuchaba a tres personas diferentes argumentar que cuando se oía a una misma persona hablando tres veces. Es decir, la dinámica social de ver sus argumentos validados así como escuchar diferentes puntos de vista explicaba también la polarización actitudinal. Una explicación de este hecho puede ser que el simple hecho de repetir los argumentos personales y el escucharlos validados por los otros los hace más saliente y vividos en la memoria y así, su mayor saliencia y peso reforzaría la actitud y la polarizaría. Otra explicación sería que el hacer público repetidas veces una opinión y verla compartida por otro individuo, refuerza el compromiso personal con la actitud y su centralidad, provocando su polarización. Finalmente, el que los otros repitan los argumentos que la persona expresa produce que ésta los perciba como compartidos y validados socialmente, por lo cual los valorará más fuertemente – pensará, por ejemplo, “que brillante idea he tenido que los otros incluso repiten” - y reforzará su actitud (Brauer y Judd, 1996). Todos estos resultados muestran que la interacción social tiene un efecto propio en la polarización y que por tanto ésta no pueden explicarse únicamente por actividades individuales. En este sentido, en ocasiones se utiliza como indicador colectiva la decisión u opinión expresada por el grupo mediante una decisión formal. Por ejemplo, en vez de evaluar individualmente la actitud ante una huelga, se toma la decisión del grupo de trabajo de apoyarla. O a través de una entrevista se obtiene una opinión o creencia grupal. Por ejemplo, en vez de obtener la media de emoción positiva de un grupo de trabajo a partir de respuestas individuales, se les pide a los miembros que en voz alta y por consenso decidan que tipo o grado de emoción positiva predomina en el grupo.

III. Prerrequisitos para la Agregación de las Respuestas Individuales. 3.1. Composición y Utilización de la Media Grupal: La Influencia Diferencial de los Miembros del Grupo. La interpretación más común de un efecto de media grupal por agregación de datos individuales consiste en invocar un clima social y un control normativo. A) El clima social o influencia informacional, cuyo indicador imperfecto es dicha media grupal, supone que existe un consenso grupal a nivel perceptivo y cognitivo, y que éste actúa como contexto que sobrepasa las disposiciones individuales. El clima social es por tanto un proceso de influencia informativa o de marco de referencia - el grupo determina lo que se percibe y se piensa – que actúa en particular mediante la comunicación y transmisión de información. También puede llegar a originarse un clima emocional o una cierta atmósfera afectiva grupal como producto de la comunicación verbal y no verbal, que contagia y refuerza las emociones provocadas por el contexto. B) El control normativo o influencia social normativa se refiere a la frecuencia de contacto con otras personas que comparten la actitud media grupal y a la presión social ejercida sobre el sujeto. Por tanto, los indicadores del nivel de contacto y de la actitud percibida en los otros miembros del grupo pueden servir para constatar si el sujeto está sometido a una mayor o menor presión social. El hacer operativa la norma social que combina la actitud percibida en los otros hacia la conducta con la motivación a aceptar la presión social, también constituye un indicador de carácter normativo. Podemos ilustrar el funcionamiento de ambos procesos utilizando como modelo el clima social de tristeza, clima emocional típico en grupos de sujetos desplazados fuera de áreas peligrosas, pero que se encuentran desarraigados y que han sufrido grandes pérdidas. Dicho clima se asociaría a un bajo refuerzo positivo, aunque no negativo - la pérdida ya ocurrió y no hay amenaza de castigo actual -. El nivel de comunicación interpersonal sería bajo, transmitiéndose por vía verbal y no verbal una visión negativa del mundo así como sentimientos depresivos. Predominarían el aislamiento individual y la des-cohesión social. Por tanto, la visión perceptiva de la realidad sería de tipo negativista, estando orientada principalmente hacia la rumiación de las pérdidas pasadas para poder asimilarlas, existiendo además presión social para compartir sentimientos y una visión negativa de las cosas. Como vemos, estos procesos sociales serían el correlato interpersonal y psico-social de la tristeza, la desmotivación y la visión negativa de sí y del mundo, típicos de la depresión. Aceptando que el efecto social se da por una combinación del clima social o contexto informativo y de la normalización social, es evidente que no todos los sujetos tendrán la misma influencia en la generalización de la norma colectiva o media grupal, ya que existirán diferencias de liderazgo, de status, de centralidad de comunicación... . Por tanto, a la hora de construir un indicador colectivo por agregación de las respuestas individuales tendremos que considerar las siguientes posibilidades: 1º) En el caso de que en el grupo no haya diferencias de status, porque su funcionamiento es igualitario o porque está iniciando su actividad grupal, la media simple puede considerarse un buen indicador agregado. Sin embargo, si se trata de procesos emergentes, una media simple es insuficiente (Liska, 1990, citado en Páez et al.,1996). 2º) Por tanto, si los grupos tienen jerarquías internas pueden plantearse al menos cuatro alternativas factibles a la estimación del clima grupal por simple agregación: a) Si el grupo está jerarquizado explícitamente, dar a cada puntuación de la estimación de un sujeto el peso correspondiente al escalafón que ocupa en el grupo, o un equivalente. Por

ejemplo, jefes = 2 y subordinados = 1. b) Si está jerarquizado informalmente, se puede tomar un indicador sociométrico de popularidad y ponderar por él las opiniones individuales. Los indicadores de participación en redes – “network” análisis - pueden cumplir el mismo papel (Blalock,1984); por ejemplo, el tipo más elegido tendrá mayor peso para definir la media. c) Un experto externo o un informador clave interno pueden evaluar a los miembros de los grupos, y a los grupos en sí, en cuanto a su jerarquía o con respecto a su nivel de interacción, pudiéndose combinar estos indicadores macro-sociales subjetivos con los anteriores y así realizar su triangulación. d) También se puede obtener un indicador directo de niveles de intercambio de información y discusión activa en torno al tema actitudinal en cuestión. En los grupos de alta "efervescencia" se puede ponderar la media grupal por un coeficiente, por ejemplo + 0,22 (que es el efecto medio de polarización encontrado en la revisión meta-analítica de Isenberg) en el caso de que ésta se encuentre por encima del punto medio de la escala o de la media muestral general, y por - 0,22 si se haya por debajo. Recordemos que la discusión grupal provoca polarización de las actitudes (Isenberg, 1986, citado en Páez et al., 2003) y que hay más relación entre actitud y conducta cuando los sujetos participan activamente en discusiones (Zimbardo y Leippe, 1991, citado en Páez et al., 2003). Finalmente, como indicador de los procesos psico-sociales, la media grupal también puede ponderarse por la dispersión o desviación típica. Tomando en cuenta los procesos de influencia social informativa y normativa, la desviación sería un indicador del grado de cohesión de percepciones, creencias y emociones pertenecientes a un clima social determinado y por tanto del grado de presión social. Ahora bien, tanto desde el punto de vista estadístico como desde el de su influencia, los indicadores de dispersión han sido difíciles de integrar y no han mostrado tener un efecto en las respuestas individuales (Blalock, 1984; Goddard, 2001). 3.2. Importancia de la Composición del Grupo y Estimación de la Homogeneidad – Heterogeneidad en las Respuestas Individuales para el uso de la Media. Sabemos que la media de indicadores individuales o psicológicos se utiliza para inferir procesos macro-psicológicos, lo cual presupone que la media grupal a una pregunta individual es un indicador válido del clima grupal. Pero en ocasiones, la agregación o formación por composición de respuestas individuales coherentes pueden producir un estimador colectivo incongruente, esto es, el denominado “Efecto Condorcet”. Como ejemplo, si uniéramos en una media, después de la Guerra Civil, la alegría de los nacionales con el miedo de los republicanos, podríamos obtener un clima social neutro. Por tanto, es necesario confirmar que los actores pertenecen a un grupo dado, conocer su nivel de pertenencia múltiple así como su grado de relación e identificación con su grupo y otros grupos particulares. Para ello, tanto las escalas de auto-estima e identificación colectiva como las medidas de contacto inter-grupo pueden servirnos de ayuda. Recordemos que los sujetos que muestran una tendencia a actuar en concordancia con la identidad social y normas grupales son aquellos que llevan más tiempo en un grupo, los que están más identificados con él, los que lo valoran positivamente, y los que tienen menos pertenencias categoriales cruzadas (Kenny, 1996). Es decir, establecer el grado de homogeneidad del grupo es importante. El coeficiente de correlación intra-clase nos permitirá estimar si hay interdependencia en las respuestas individuales y justificar el uso de la media como indicador grupal válido.

3.2.1. Homogeneidad Intra-Grupal: Cuando las Respuestas de los Miembros de los Grupos se asocian entre ellas. Nos estamos refiriendo al hecho de que para constatar que existe un efecto grupal o colectivo subjetivo debemos solucionar el comentado problema de la heterogeneidad del grupo. Por tanto, a la hora de utilizar las medias como indicadores macro-psicológicos válidos podemos utilizar la siguiente solución estadística, que permite contrastar si hay interdependencia o asociaciones entre las respuestas individuales: el coeficiente de correlación intra-clase. Definiendo a los grupos como variables independientes – en el ejemplo recogido en la Tabla 1, 3 grupos compuestos cada uno de 2 sujetos -, se puede calcular el coeficiente intraclase mediante un programa corriente de análisis de la varianza5. Para ello, recordemos la fórmula de la correlación intra-clase para grupos en los que cada sujeto pertenece a un solo grupo - diseño jerárquico anidado -. Cuando los grupos tienen una “n” diferente, hay que aplicar una corrección. En la fórmula, “n” se reemplaza por “n' ”, donde N es la suma de todos los sujetos (Kenny y La Voie, 1985, citado en Páez et al.,1996): Cuadro 3: Formulación de la Correlación Intra-clase. MCE – MCI

rintraclase

=

────────

MCE + MCI (n -1)

Corrección para Grupos con “n” diferente N2 -  nj2 n' = ─────────N (k - 1)

MCE = Media Cuadrática Entre-grupos MCI = Media Cuadrática Intra-grupo n = Número de sujetos por grupo N = Número Total de Sujetos K = Número de Grupos

En nuestro ejemplo pedagógico anterior, y como paso previo para obtener ambas medias cuadráticas, la varianza intra-grupo sería la diferencia entre cada puntuación individual y la media grupal, dividida por N-k. Así, transformando las variables – puntuaciones en satisfacción con la salud a nivel personal y colectivo - para simplificar y cambiando las centenas por decenas (730 =73), obtendríamos para China (M=73): 71-73 = -2, que elevada al cuadrado sería igual a 4 y 75-73 =2, al cuadrado, 4. Para Chile (M=76), 74-76=-2, al cuadrado 4 y 78-76= 2, que elevado al cuadrado es 4. En el caso de EE.UU., (M=77), 75-77= -2, al cuadrado 4 y 79-77=2, al cuadrado, 4. Como cada grupo tiene dos casos (N=2), 2x3=6, y hay tres grupos 6-3=3. Por ende, la varianza intra-grupo es (4+4+4+4)/3=24/3=8. Por otra parte, la media mundial en Satisfacción con la Salud es de 75,33. La varianza entre grupos se compondría del mismo modo que la anterior: Media de China en Satisfacción con la Salud menos la media mundial elevada al cuadrado, (73-75,33 = -2,33, al cuadrado 5,43); media de Chile menos media mundial, al cuadrado, (76-75,33=+0,67 al cuadrado 0,45) y media de EE.UU. menos media mundial, (77-75,33=1,67) al cuadrado 2,79. Total 8,67. En este ejemplo la varianza entre-grupos es mayor. Por tanto, la media cuadrática entre grupos o inter-grupos - MCE - será 8,67 y la media cuadrática intra-grupos o MCI igual a 8. Utilizando la formula recogida en el Cuadro 3 y ponderando por “n-1”, 2-1 en nuestro caso, el resultado 5

La varianza es la diferencia entre la media y la puntuación individual, elevada al cuadrado para eliminar el sentido de la diferencia, y dividido entre N -1.

que se obtiene si se aplica un análisis de la varianza al ejemplo antes descrito es el siguiente: Cuadro 4: Ejemplificación de Correlación Intra-clase. 8,67 – 8

r intra-clase

=

────────

0,67 =

───── = 0,04

8,67 + 8 (2 – 1)

16,67

La correlación intra-clase se puede contrastar mediante un test de F, que se realiza de la siguiente manera: a) si el coeficiente de correlación es positivo, dividiendo MCE entre MCI y tomando k-1 y k(n-1) grados de libertad o b) si el coeficiente es negativo dividiendo MCI entre MCE y tomando k(n-1) y K-1 grados de libertad. La tabla típica de F debe ser dividida por 2, ya que el test es de dos colas. Veámoslo mediante nuestro ejemplo Cuadro 5: Constatación de la Correlación Intra-clase.

r intra-clase

= 0,04

F k-1, k (n-1) = MCE / MCI = 8,67 / 8,0 =

1,08

k - 1 = 3 - 1 = 2, k (n - 1) = 3(2-1) = 3 x 1 = 3

El valor de F para 2 y 3 grados de libertad, y a un nivel de significación de 0,05 es 18. Como la F que tenemos es inferior, podemos concluir que en este caso la correlación intraclase no es significativa, lo que era de esperar dado que tenemos solo 3 grupo y un total de 6 personas. Realmente, para poder realizar análisis colectivos, se requieren de manera general entre 15 y 30 personas por grupo y al menos 15 y ojalá 30 o más grupos. Además, se encuentran resultados más claros cuando hay un mínimo de 20-30 personas por agrupación y una mayor cantidad y variedad de grupos – por ejemplo, el caso de estudios entre naciones frente a estudios entre regiones -. Un coeficiente de correlación intra-clase positivo significativamente diferente de cero indica interdependencia e implica que se puede utilizar a los grupos como unidad de análisis y a las medias como indicadores macro-psicológicos. Se sugiere aplicar un alfa más liberal para aceptar que hay varianza a nivel Inter.-grupal: que el valor de la F sea inferior a 0,25 en vez del corte tradicional de 0,05 (Kenny y La Voie, 1985, citado en Páez et al.,1996; Kenny, 1996). Si las puntuaciones son independientes, se puede hacer un análisis normal, una correlación entre las puntuaciones de los sujetos entre las variables de interés (actitud y conducta cooperativa, p. Ej.). Si las puntuaciones de las dos variables no son independientes, el grupo debe utilizarse como unidad de análisis. 3.2.2. La Homogeneidad Intra-grupal no es el simple resultado de la Selección o Agrupación de Personas con Creencias Previas Similares. Hemos dado por sentado que la media de actitudes de un grupo refleja procesos emergentes propiamente grupales dado que las respuestas individuales son similares, homogéneas o interdependientes. Sin embargo, el que los sujetos mantengan actitudes similares puede deberse simplemente a que las tenían antes de integrarse en el grupo. Este problema puede ilustrarse con las siguientes preguntas: ¿la conducta se predice por la actitud media o contexto grupal? o ¿es debida a la similitud previa de actitudes que establece la

formación del grupo?. De hecho, cuando hay auto-selección, los sujetos que conforman un grupo son similares en actitudes no por ser miembros “en el grupo” sino porque poseían de antemano una actitud o atributos similares a los integrantes del grupo, - y por ello han llegado a ser miembros del colectivo -. Por ello, al valorar la media grupal como representación de una norma colectiva ha de considerarse que ésta puede ser, más que una causa, un efecto del proceso de la auto-selección en el ingreso en el grupo. Así, por ejemplo, los miembros de grupos de auto-ayuda tienen un mejor estado anímico no por un efecto de la actividad grupal, sino porque se reúnen en este tipo de grupos las personas que estaban mejor afectivamente. También es probable que en los grupos primarios de pares que lleven poco tiempo existiendo concurra más la auto-selección que en los grupos formales, que no son tan dependientes de las elecciones individuales. De todas maneras, muchos de los grupos importantes a los que el sujeto pertenece (familia de origen, grupos de trabajo institucional) provocarán efectos de normalización o de formación por influencia de un patrón convergente de pensamiento, de conducta y afectivo. Empíricamente, mediante el uso de correlaciones cruzadas en al menos dos tiempos podemos contrastar si nos encontramos realmente ante un efecto colectivo subjetivo o de normalización. Así, si la influencia de la actitud en la pertenencia grupal en el tiempo uno es mayor que la inversa en el tiempo dos, es más probable que la explicación se deba a un proceso de auto-selección. Si la influencia del grupo en la actitud en el tiempo uno es más fuerte en el tiempo dos, se puede interpretar que se está mostrando un efecto de normalización, es decir, un fenómeno colectivo subjetivo (Blalock, 1984). Figura 6: Contraste de Efectos Colectivos por Comparación de Actitudes Individuales en Dos Tiempos

Explicación Individual de Desigualdades Sociales en base a Causas Sociales Tiempo Anterior a Integración en Grupo Universitario. Pre-Test

Al Iniciar 1ª curso

Tiempo Posterior de Integración en Grupo Universitario. Post-Tests

En 3º curso

En 4º curso

Ciencias Sociales

Ciencias Sociales

X1=4

X1=6

X1=6

X2=4

X2=6

X2=7

X3=5

X3=7

X3=7

Ingeniería

Ingeniería

X4=3

X4=1

X5=3

X5=1

X6=2

X6=2

X4=4 X5=4 X6=5

Otro modo de contrastarlo es mediante la comparación de las actitudes individuales en dos tiempos: las actitudes al inicio de integrarse a dos o más grupos y las actitudes después de que haya pasado un tiempo de integración. Si en el pre-test las actitudes personales no

difieren y sí lo hacen en el post-test, la pertenencia grupal refuerza las diferencias y por tanto, podemos afirmar que está actuando un proceso grupal. La comparación de alumnos de primer año de Comercio, Ingeniería y Ciencias Sociales en Canadá ilustra este procedimiento (véase Figura 6). Los alumnos no diferían en el primer año en explicaciones de la pobreza y el paro en base a causas internas - o disposicionales psicologicistas - y externas o sociales. En cambio, en comparación con las opiniones del primero, al tercer y cuarto año los alumnos de Ciencias Sociales otorgan más importancia a las causas externas o sociales, los de Económicas menos y los de Ingeniería igual (Guimond, 1998). Otros estudios que han comparado grupos de estudiantes que se forman al azar también han confirmado este efecto de normalización, excluyendo el efecto de selección. Los estudiantes asignados al azar a residencias tradicionales frente a los asignados a dormitorios más liberales no diferían en conservadurismo político al inicio del año académico. A final de dicho año, la media de conservadurismo de los estudiantes viviendo en un entorno liberal había pasado de 102 a 87, mientras que la de los que lo hacían en residencias tradicionales pasaba de 103 a 996 (Brown, 2000).

IV. Estimación Simultánea de Efectos Colectivos Objetivos, Subjetivos y Procesos Mediadores Psicosociales entre lo Colectivo y lo Individual: Procedimientos Estadísticos y Técnicas Multinivel. Como sabemos, utilizando el modelo de regresión con puntuaciones o medias agregadas y con puntuaciones individuales, puede constatarse la influencia de las diferencias grupales e individuales en una variable dependiente individual. Por tanto, un análisis de regresión permitirá contrastar si los indicadores de nivel individual o colectivo son los que tienen una influencia significativa en la variable dependiente. Por ejemplo, podemos pensar que la cooperación de un individuo –al que llamaremos Pedro- con sus compañeros es una función tanto de su nivel personal de bienestar subjetivo, como de la atmósfera o clima emocional positivo que reina en su grupo de trabajo. De este modo, presuponiendo que el grupo es igualitario y que una simple media de las opiniones individuales será representativa de dicho clima tendremos que, verbalmente y sin considerar la puntuación de error ni la constante: Nivel de conducta cooperativa = B1 Bienestar Personal de Pedro + B2 Media de Bienestar del Grupo de Pedro. Suponiendo que hacemos la regresión de cooperación individual sobre bienestar individual y grupal (media de bienestar), podríamos encontrar que sería el indicador grupal el que estaría asociado y no el individual. Otras alternativas posibles son la existencia de influencias diferenciales sobre la variable independiente, esto es, distintas influencias tanto por parte de la variabilidad colectiva como de la individual. Por ejemplo, el bienestar personal predice la cooperación individual, pero la cooperación grupal es predicha por el grado colectivo de organización, y no por medidas de tipo individual. Si confirmamos que las respuestas individuales son homogéneas, que esta homogeneidad no se debe a una selección o convergencia y se tienen medias grupales por ende significativas, además de haber argumentado los procesos colectivos equivalentes de los individuales, así como los procesos grupales que explican la validez de la media, podemos estimar los efectos de las variables colectivas subjetivas y objetivas simultáneamente en respuesta individuales. Recordemos que los modelos de procesos colectivos – tanto 6

A mayor puntuación más conservadurismo.

contextuales como de multinivel o de efectos grupales- tienen una serie de rasgos comunes (Blalock,1984; Books y Prysby,1991; Iversen,1991): 1º) Las variables dependientes son generalmente individuales. 2º) Las variables independientes consisten al menos en a) una medida individual y b) una medida macro, contextual y/o grupal o colectiva. En otras palabras, los procesos teóricos de carácter colectivo se hacen operativos gracias a un modelo básico de regresión, en el que se diferencian - efectos individuales (p. ej.: una actitud individual), - factores individuales (p. ej.: el nivel de comunicación sobre el tema de la actitud), - factores Macro-psicológicos o agregación de las variables individuales, que representan un proceso grupal (p. ej.: la media grupal de actitudes como un indicador de la norma social) y - factores Macro-sociales (p. ej.: las características estructurales y relacionales del grupo: su status socioeconómico, o el contexto de valores religiosos, políticos e ideológicos estimado por datos independientes de las percepciones subjetivas). 3º) La ecuación es simplemente aditiva, presuponiéndose que los efectos de la variable macro son independientes de la variable individual - aunque ambas estén asociadas -. Por ejemplo, una variable dependiente individual (conducta de aislamiento social o conducta prosocial) depende de la norma grupal del colectivo (media grupal de actitudes hacia la cooperación y comunicación) y de las actitudes individuales (puntuaciones individual de actitudes), más un componente de error. En síntesis, este tipo de investigación se centra en determinar la influencia de los indicadores macro-sociales como contextos de los procesos psicológicos, y/o busca constatar la influencia de indicadores macro-psicológicos sobre procesos individuales. Por ejemplo, un indicador cultural contextual macro-psicológico puede inferirse de las puntuaciones de valores de Hofstede para cada país. Así, tras reunir una muestra de 5050 estudiantes de 29 países que responden a escalas de actitudes de competición y a una escala de expresión emocional de tristeza, encontramos que las personas viviendo en países jerárquicos o autoritarios – indicador contextual macro-psicológico - expresan menos las emociones negativas como la tristeza. Es decir, el auto-control emocional es valorado en sociedades en las que las expresiones intensas afectivas pueden cuestionar el estatus y significar una falta de respeto 7.

4.1. Efectos Colectivos Subjetivos u Objetivos: Cuando la Media Grupal o Contexto Colectivo Influye sobre una Respuesta Individual, Controlando los Procesos Mediadores. En los análisis colectivos también se pueden contrastar los procesos mediadores explicativos que existen entre el contexto y la respuesta individual. Recordemos que para contrastar una mediación debemos: a) Mostrar que A (contexto macro-social o macro-psicológico, Mzj) se asocia a C (efecto individual, Y). En nuestro ejemplo, que el contexto cultural jerárquico o autoritario se asocia a menor expresión emocional de tristeza informada -la correlación contextual de -0,082 mencionada anteriormente-. 7

Correlación entre la media nacional de Distancia Jerárquica de Hofstede y la expresión de trist eza es r (5050) = -.082, p
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