El Esse como fundamento y posibilidad de la metafísica tomista

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Descripción

Universidad Central de Venezuela Facultad de Humanidades Y Educación Escuela de Filosofía Santo Tomás de Aquino (autor) Prof. Ma. Guadalupe Llanes T.S.U Jesús Manuel Zambrano V-21.118.936

El Esse como fundamento y posibilidad de la metafísica tomista Palabras clave: Ente, Esencia, Esse, diferencia, acto de ser. Los entes, en la metafísica tomista, se distinguen principalmente de los descritos en otros sistemas ontológicos, porque lo que estos son, a saber, sus esencias, no puede existir o “ser” sin no son puestas en un acto en el mundo. Pues que algo sea implica algo más que lo que una cosa es. Con lo que se infieren ya dos cosas: que la esencia es causada en un sentido por algo y que el ente no es sólo esencia. Ser en el mundo de manera única y diferente de las otras sustancias, depende de que sean “puestas” en el plano óntico, en lo real. Lo que las “pone” debe ser entonces, en relación con la esencia un acto, puesto que colocarla en el mundo es conferirle su onticidad. Esto es el Esse. Si esto no sucediera, las esencias se convertirían en simples posibilidades inexistentes. Quizás únicamente como posibles en una mente divina más nunca actuales. Por lo tanto, el elemento definitivo del universo tomista termina siendo el Esse o acto de ser que da actualidad a cada uno de los diferentes entes de este mundo. Puesto que una metafísica, sin seres ónticamente reales, sin algo que determine que sean, sería una metafísica de la nada. Es decir, sería la pura nada. Todo ente se caracteriza, en la metafísica de Santo Tomás, por ser compuesto de dos elementos: una forma (sustancial) y una materia, es decir, su esencia es compuesto. Sin embargo, existe un elemento definitorio y constitutivo que es inherente a todo compuesto, a saber, su acto de ser. Dicho elemento dota de existencia a aquello que es, le permite ser. Pero, surge la pregunta por qué la esencia por sí misma no puede explicar la existencia., Por qué su acto de estar ahí en un mundo le es diferente de lo que ésta es (dentro del Tomismo). Hay dos razones en Tomás para separar “lo que da ser”, lo que actualiza, de “lo que es” un ente: la primera, es que la esencia responde, en la metafísica tomista, al quid más no al actus esendi. La segunda, es que todo en el universo tomista sucede bajo un orden causal,

lo que conlleva establecer irremediablemente un elemento que se comporte como actualidad con respecto a otro, y finalmente, un acto máximo que causa todo lo demás. Para explicar mejor la necesidad de separar el acto de ser de la esencia de un ente, debes explicar la relación de los dos principios constitutivos que están presentes en el mismo. El primero de ellos es la de materia y forma como constitutivas de la esencia y el segundo, la relación del Esse con respecto a la esencia. Podemos entender fácilmente que lo que existe posee algo que lo hace ser tal o cual cosa, pero siempre una. En base a esto, que es fijo y se mantiene siendo lo que es durante toda su existencia, definimos a un ente como tal. De esta manera decimos, por ejemplo, que un animal es tal por poseer una forma particular que lo determina como este y no como otro, ni como planta, ni como hombre y una materia indeterminada, que es informada para por tal o cual forma. Surgiendo, también, que la relación entre ambas es indispensable y que son inseparables como elementos; pues sin una forma, la materia no existiría por ser indeterminación pura. Y la forma sin materia no tendría que informar. Ambas serían impotencias. Por lo tanto, al ser su relación tan intrínseca, ambas son lo que son por su relación, lo cual es la potencialidad de ambas para ser. En consecuencia, lo que son lo denotamos como esencia. Pues, ambas como compuesto determinan lo que es, además de su establecer su potencialidad. Como hemos dicho, la esencia, al menos de lo que existe en el plano de lo real, es un compuesto o dos elementos que deben ser entendidos como unidad. Pero ahora, si tal unidad es en realidad lo sustancial de los entes, por qué no puede identificarse a “lo que es” como aquello que hace que pueda ser o exista. Para dar respuesta a ello debemos centrar ahora nuestro análisis en el segundo principio constitutivo, el Esse con relación a la esencia. Si bien la esencia define a un ente como tal o cual, su pura forma, su pura materia o el compuesto en sentido estricto se vuelven insuficientes a la hora de justificar la onticidad del mismo. En otras palabras, ni la definición ni la constitución sustancial de un ente responden a la pregunta de por qué tal cosa existe en la realidad.

Para explicar la condición de dicha relación, dividimos nuestro planteamiento en tres argumentos. Con el fin de exponer la distinción entre Esse y esencia. El primer lo llamaremos, la razón de permanencia. El segundo, según un orden creacionista. Y finalmente, un tercero, explicación a partir de la unidad existencial. Si todo ente existe, implica que a pesar de estar sujeto a cambios dentro de un universo causal, tal ente “es” porque permanece a pesar de ellos. Por tanto, seguir siendo durante un periodo de tiempo implica poseer un grado de actualidad que se mantenga estable. Tal acto no puede ser entendido como igual a lo que hace a dicho ente ser lo que es, pues su esencia no es del todo actualidad. Su sustancialidad establece, no una determinación pura, sino una contingencia. Es decir, lo constitutivo de cada ente implica un grado de contingencia porque contiene potencias que permanecen como tales hasta determinados momentos en que una causa eficiente las actualiza. De tal manera, la esencia de algo es siempre contenedora en acto de potencias actualizables y actos determinantes, que van generando los cambios en una sustancia. Sin embargo, si hablamos de la existencia, inmediatamente notamos que tal cosa no se puede generar en grados, ni cambia, ni puede ser una cosa tal que pase de potencia a acto puro. Pues, nada hay en este mundo que obtenga más o menos existencia en medida de tal o cual cosa, ni que los entes obtengan existencia o permanencia en el mundo, cada vez mayor o cada vez menor. De hecho, con respecto a la existencia sólo podemos decir que es. Esto es, que es acto y nada más que acto. Y como atributo de los entes, entonces, aquello que los hace permanecer, pues si de su esencia dependiera, las cosas no contendrían todas sus potencialidades en un primer momento en que son puestas e cato, sino que tendrían que ser concebidos como entes que se fuesen dando temporalmente en grados, como creados en partes y no como una unidad por un acto primero que las pusiera en un ahí, de forma perdurable en un tiempo. Según una causa creacionista, todo lo que existe debe existir por otro, o sea, ser causado o creado por otro. Y así hasta llegar a una primera causa cuya esencia sea entonces ser en sentido puro. Acto sin más. Tal lugar lo ocupa el Esse en la metafísica tomista, pues todo lo que existe es, y decir esto es decir que tiene ser. Lo cual posee según un orden con respecto siempre a una causa eficiente primera que da ser a otro pues lo crea. Las esencias de este mundo por si solas debido a su carácter contingente, no pueden justificar su propia

existencia, pues el que sean dados implica que sean puestas. Si el compuesto por sí mismo se diese a sí mismo su acto de ser, él sería su propia causa, convirtiéndose en autosuficiente, cosa que le es imposible a cualquier cosa contingente. Tendría que ser puro acto y no potencia y acto. Por lo tanto, como sabemos, debido a su actualidad solo parcial en relación con su potencialidad, entonces en un grado no su totalidad. Su actualidad como ente que existe le debe ser conferida por otro, y dada en base a su esencia. Pues ésta determina a su acto de ser, ya que algo está siendo sólo en la medida en que es. La última razón, que usamos para justificar la separación del Esse de la esencia, es su unicidad. A los entes de este mundo les son siempre inherentes accidentes que los van transformando y definiendo, así van re-informando pero siempre con respecto a una esencia tal que los define. Pero, a pesar de ser constantemente afectados accidentalmente, la esencia permanece real como una, sin dejar de existir en lo real como una que permanece. El ente sigue existiendo en el devenir, no solo porque sea una sustancia que resiste y acepta ciertos accidentes, sino porque tiene un Esse que interiormente la mantiene existiendo como uno, le da su actus esendi. Como un “algo” en lo real cuya existencia fue determinada por su Esse en un primer y único instante, haciéndolo siempre independiente de otros entes. Cada ente tiene entonces, unidad existencial. Expuestas tales razones damos cuenta de que la esencia por sí sola no puede conceder realidad al ente. Su compuesto sustancial no puede más que explicar qué es pero no por qué permanece, ni la razón por la cual se da en lo real. El Esse, entonces, es parte del verdadero compuesto del ente, pues, la esencia está en estricta relación de necesidad con el Esse para que un ente sea. El Esse, decimos, confiere realidad poniendo una esencia como ónticamente real: es su causa, la mantiene permanente y como una. Por lo tanto, el Esse es lo más cercano al Ser que exististe en los entes, ya que debido a su contingencia, estos son siempre en un grado de Ser, no totalmente. Con ello se sigue que el ser es en sentido más estricto para nosotros el Esse, pues, es lo que permite a un algo estar, existir. Cabe ahora, hecha la distinción y explicada la relación existente entre Esse y Esencia, debe hacerse del Esse con respecto a la existencia. Entendemos que el Esse es lo

que posee un ente para estar siendo, para darse en lo real. Sin embargo, éste no es existir, sino más bien el que permite a un ente su existencia. Si decimos que el Esse es existir, lo reducimos a una acción y no a un acto puro, pues existir es la acción de la sustancia en el mundo, pero el Esse, es el acto impreso, dado en un primer momento, que hace que las cosas pasen a darse en el plano óntico. Es decir, existir es la consecuencia a la que está sujeta una esencia a la que le fue conferido un grado de ser. El Esse como acto puro no puede ser más que instantáneo, dado en inmediatez y expresado de una sola vez, mientras que la existencia es la permanencia de devenir entre momentos. Pasar de un momento que está siendo a uno que será. Es, por lo tanto, la existencia una acción, mientras que el Esse, un acto puro que permite tal acción. En los argumentos anteriores se ha intentado exponer la razón del Esse como fundamento y condición de la posibilidad para que el compuesto, que es un ente, pueda existir. Con ello vemos, que su participación en la relación es la de ser la causa eficiente de toda esencia y fundamento de que todo lo que es. Siguiendo esta idea, podemos afirmar que el Esse termina siendo el fundamento último de la metafísica tomista, pues es la base de lo real. Da existencia, permanencia y unidad a toda esencia, o lo que es lo mismo, a todo lo que es. La esencia sin el Esse sería impotente e inexistente. En conclusión sin el Esse dentro de la metafísica tomista habría nada en vez de ser. Razón del presente estudio: El presente análisis es realizado con el objetivo de aproximarse al estudio del elemento que es condición de posibilidad en la metafísica tomista, a saber, el Esse. Tal empresa es motivada por la búsqueda de una aproximación a la condición de posibilidad en la metafísica de Santo Tomás en contraposición con la Spinociana, pues, se quiere conseguir elementos conciliatorios que permitan desde Spinoza dar respuesta a problemas que surgen en el fundamento del universo de orden creacionista Tomista. Tal perspectiva seria la abarcada en un futuro proyecto de tesis. Contraponer los elementos que dan condición de posibilidad en ambas ontologías, la Tomista y la Spinociana, para conciliar y, desde Spinoza, ofrecer una solución a algunos problemas surgidos en la metafísica de Santo Tomás de Aquino.

Pregunta real de esta ponencia: El Esse es condición de posibilidad dentro de la metafísica tomista. Puntos en común: 1. Tanto en Santo Tomás como en Spinoza, hay un sistema que establece a los seres bajo la posibilidad. 2. Un ente es sólo porque “puede ser”; incluso sus futuros atributos o modificaciones responden o se justifican como potencialidades contenidas en el ser. 3. Ambos sistemas parten de una causa primera y eficiente. Preguntas que aparecen ahora: 1. ¿cómo el Esse termina siendo el elemento fundamental de la metafísica tomista? 2. ¿Cuál es el elemento esencial de la metafísica spinociana? 3. ¿Cuál es el elemento que da condición de posibilidad al sistema spinociano? 4. ¿El universo tomista tiende, al menos Implícitamente, hacia una metafísica panteísta?

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