EL EFECTO DOMINÓ - LIBRE

Share Embed


Descripción

EL EFECTO DOMINÓ Europe C. Mercier y Renato Cottini Giroldo Centro de Investigaciones y Estudios del Sureste Mesoamericano 23 de enero de 2015 Correlación cronológica 584,285 ANTECEDENTES Como venimos diciendo desde siempre, la investigación no puede aceptar ni siquiera sus propias idiosincrasias si no muestran tener un cimiento bien fundamentado. En la epigrafía maya se proporcionan a menudo certezas que de ninguna manera se pudieron comprobar en el momento en que fueron planteadas, pero se han quedado como tales. En algunos casos, las dudas han sido solucionadas a través de propuestas borrosas, como es el caso de las sílabas ejectivas (las que tienen como primera consonante una t’ o una p’): debido a que, de las diez combinaciones vocálicas posibles, se pudo definir solamente una (t’u, en inscripciones del período Clásico Terminal, a mediados del siglo IX d.C.), a menudo se ha declarado que dichas sílabas aparecieron en tiempos tardíos, como resultado de una evolución lingüística. Inconformes con esta idea, nos metimos en la búsqueda. ANÁLISIS LA SÍLABA T’A Examinando el frente del Dintel 4 de la estructura en el segundo nivel del Conjunto de las Monjas, Chichen Itzá, Yucatán, México, en el momento de la traducción (comúnmente transliterada chok watab’, y traducida “los guerreros/militares que vinieron del centro del país”), nos dimos cuenta que la estructura podía no ser la de cho-k(o)-wa-ta-a-b(i), sino la de cho-ko-wa-ta-a-b(i), misma que parecía ser más productiva. Para alguien que tenga conocimiento de la lengua maya yucateca, es inmediato reconocer en el término choko- un adjetivo relacionado con el calor del fuego (una chokowáj es una tortilla caliente, un chokopek’ es un hot dog). Se trataba entonces de dar un sentido relacionado con el fuego a la estructura que la sigue. Entendido que wa’ se refiere a “enhiesto, erguido”, separándolo de la propuesta anterior (wataab, wat como “mexicano (no maya)” y –aab como posible plural que se hubiera modificado en –oob), quedaba buscar la solución de ta-a-b(i) = taab. El asunto es que la palabra “incendio, quemazón”, requiere de una t’ ejectiva, y no simple. Pensamos por ende de considerar el signo (indicado en amarillo en nuestro dibujo) como t’a, y no ta.

Dintel 4 de las Monjas, frente (Dibujo de E. Mercier y R. Cottini Giroldo)

La solución hubiera sido chokowa’t’aáb, “las ardientes llamas paradas”. Había que confirmarla, aunque funcionara perfectamente. Mudamos por ende nuestra investigación a Ek Balam, Yucatán, México, hacia los murales A y C del Cuarto 29sub de la Acrópolis (Estructura 1), guiados por el recuerdo del mismo marco puesto alrededor del signo ta en forma regular como indicador de t’a.

Detalles de los murales A y C, Cuarto 29sub, Estructura 1, Ek Balam (Dibujos de E. Mercier y R. Cottini Giroldo)

En ambos murales aparece el nombre del “conquistador” del sitio en el año 770 d.C., mismo que había sido transliterado como Chak Jutúw Chan Ehk’ y traducido como “Estrella que Sopla con Fuerza en el Cielo”. La nueva sustitución resultó en xa-t’a-t(u)-ka-n(a)-EK’, o sea Xat’aát Káaŋ Éek’, “Lucero que raya el Cielo con lágrimas”. Podría parecer raro, pero la novedosa lectura permite entender también el juego de palabras con el término t’aát’, “cortar con tijeras, rasurar”, que revela por primera vez la transliteración del verbo apodado por los epigrafistas “guerra de las estrellas”. Es el verbo compuesto que hace referencia a la aniquilación de un pueblo o una dinastía, al hecho de haber sido “arrasados”. De ello vamos a dar un ejemplo, tomado del Dintel 3 del Templo IV de Tikal, Petén, Guatemala:

(Fotografía de un molde del original, Museo Peabody, Universidad de Harvard, Cambridge, MA, EE.UU.)

La inscripción registra la derrota el 1ro de agosto del 743 d.C. de las fuerzas de El Perú, Petén, Guatemala, y se lee T’AT’[y(i)].YAX:a, o sea t’aat’áy Yaaxa’, “Yaaxa’ fue arrasado”. Hay más: las mismas “lágrimas estelares” volvimos a encontrarlas en el Disco de piedra del Caracol, Chichen Itzá, Yucatán, como el nombre (en la segunda columna) de uno de los participantes en una ceremonia del año 930 d.C.: u-xa-t’a-t(u)-EK’, Uxat’aát Éek’.

Disco de piedra del Caracol, segunda oración (Dibujo de E. Mercier y R. Cottini Giroldo)

Aquí es cuando entendimos la clave: hay que buscar “círculos”, “puntos” o “ganchos” alrededor de los signos conocidos para obtener las consonantes ejectivas. La presencia de “círculos” siempre se había pensada solamente como la sílaba mo (T582). La novedosa interpretación nos condujo a poder confirmar que el signo de consagración de objetos sagrados es efectivamente T’AB, “foguear”:

Algunos ejemplos de T’AB[y(i)], t’aabáy, “se fogueó”

Obviamente, tuvimos daños colaterales: los signos T45, T166 y T331, hasta hoy considerados todas como la sílaba ju, además del signo T565 (la sílaba ta). En los primeros tres casos, nunca es ju, a menos que en el interior de los “círculos” se encuentre un caparazón de tortuga; en el último, hay que averiguar la presencia de “círculos”, “puntos” o “ganchos”, alrededor o enmarcados, porque indican la sílaba t’a. Empero, los “círculos”, “puntos” o “ganchos” empezaron a aparecer en logogramas, los signos que indican una palabra completa. La presencia de estos detalles mínimos es por ende de suma importancia para deletrear correctamente la palabra y poderla traducir. Nos acordamos que circulaba la propuesta que el signo del “fuego rodeado por puntos” indicara el término “palabra” y, por extensión, “lengua, acuerdo”. El primer caso que encontramos fue T’AN (t’aŋ), “palabra, lengua”, confirmado por la presencia de la terminación -n(i). En este caso el texto menciona “… se ató la palabra…”, o sea se pactó una alianza.

Monumento 6, Tortuguero, Tabasco, México (Dibujo de Gronemeyer)

Otro ejemplo es el glifo que indica el sitio de El Chorro-El Pato, Petén, Guatemala:

T’AN-n(i), “Acuerdo”, glifo de El Chorro-El Pato – Estela, colección particular

Fue el primero, pero el más impactante: ahora el “fuego” podía no ser tal, de tener ciertos detalles iconográficos. Recordamos el Glifo Introductorio de la Serie Inicial, que todos algunos, tentativamente, transliteran como tsik winakahb, “se alabó el periodo de veinte”, basándose en la supuesta sílaba tsi:

Estela D, Copán, Copán, Honduras (Dibujo de Montgomery)

La sílaba tsi, T124

La evidencia ahora muestra con claridad que la parte superior es el “fuego con círculos”, con un signo en U en el centro: ut’aŋ, “es la palabra de…”, exactamente como lo encontramos en los Chilam Balam. ¿Qué queda de winakahb? Es sencillo: los signos alrededor de la “piedra” no son sílabas ka (una evolución iconográfica), sino la sílaba sa, y la (rara) “sílaba” wi- (T117, T161) antes del signo principal es una confusión con K’AK’, “fuego”, cosa que nos obliga a redefinir el número de catálogo y a investigar su distribución (eliminando in primis el “cocodrilo boquiabierto”, T225).

Dos ejemplos de K’AK’-K’ATUN: la vasija K2206 y la Estela 11 de Yaxchilán, Chiapas, México (Dibujo de Montgomery)

Estela 17, Copán, Copán, Honduras (Dibujo de Montgomery)

Una “piedra” asentada en el signo del fuego (la raíz etimológica de sa es sáas, “luminoso”) indica una piedra consagrada con fuego, como la encontramos en la tapa de bóveda del Templo de los Búhos, Chichen Itzá, Yucatán, México, en sexta posición: k’áak’ tuŋ.

Tapa de bóveda del Templo de los Búhos, Chichen Itzá (Dibujo de E. Mercier y R. Cottini Giroldo)

En suma, k’atúŋ, “piedra consagrada”, nos permite eliminar la hipótesis del desarrollo tardío de las consonantes ejectivas: el glifo estuvo presente desde los primeros monumentos. Tuvimos otros daños colaterales: el signo T124 ya no existe como sílaba tsi y se ha transformado en U-T’AN, y winakahb también desaparece, deviniendo K’ATUN. De la misma manera desaparecen otras palabras que incluyen el signo T124 y no tenían traducción (es una secuencia larguísima de ejemplos, así que daremos unos solamente):

yo-YOM:T’AN o yo.YOM:m(a)-TAN:AL = Yoomut’áŋ, Yoomutanál, “Palabra de opulencia”, no Yomots, sin traducir

YAX.T’AN[u]:pi = Yaaxut’anpík, “primera palabra del bulto”, no Yaxtsip, sin traducir

T’AN[u]:K’IN:BALAM = Ut’áŋ K’inbáalam, “la Palabra del Jaguar solar”, no Tsik’inbalam, sin traducir

ta.K’U:OK:T’AN = ta’ k’u’uloktáŋ, “con la palabra revelada de”

También otras, que incluían solamente el signo del “fuego”:

K’AK’.#:TE’:NAH = K’aak’# te’náh, no Witenah

LA SÍLABA T’E Solucionado el signo t’a, y aplicando la misma técnica a las sílabas regulares, otros aparecieron. No volveremos a definir los detalles, la idiosincrasia iconográfica ya es clara. En el caso de la sílaba t’e, es la rama de árbol (T78, T87 o T350) la que tendrá que ser examinada detenidamente.

t’e-k’a[b(a)]-cha-k(i) = T’ek’áab Chahk, “Mano levantada de Chahk”, no Te K’ab Chahk, traducido parcialmente

LA SÍLABA T’O El caso de la sílaba t’o es ligeramente diferente: conscientes de que no se podían agregar “círculos” a un signo que ya los lleva (to), hubo que rodear la sílaba yo con las “burbujas de aire” (así las consideramos, por marcar la exhalación ejectiva).

t’o-p(i) = T’op, “Pipián”, no el sitio de Yomop o Yompi’, sin traducir

LA SÍLABA P’U

Pasamos ahora a las ejectivas en /p/, empezando desde la última. Es inmediato reconocer los “círculos” alrededor de la parte superior de la sílaba pu, marcando etimológicamente el origen del sonido de P’UM, “bóveda”.

nu-p’(u).AL = nuup’ál, “unido”, no nupu’ul, sin traducir

La aplicación permite, por ejemplo, separar PUL (púul, “quemar”) de P’UL (p’úul, “derramar”), en donde el segundo término se expresa comúnmente con el signo de una jarra.

K’AK’:P’UL.OCH:CH’EN:n(a) = k’áak’ p’úul och ch’eéŋ, “derramando fuego entró en el pueblo”

LA SÍLABA P’O Otra sílaba “rodeada de círculos” es po, entregándonos p’o.

p’o-y(o) = P’oy, “Alux” (nombre de sitio), no Yomop o Yompi’, sin traducir

LAS SÍLABAS P’I Y P’A El caso de las dos sílabas p’i y p’a es más complejo. Si es verdad que el signo T200 (pi) casi nunca sustituye los signos T177 y ²T177 (pi), también es verdad que en algunas inscripciones los últimos dos parecen oscilar entre pi y p’i. Etimológicamente, ambos signos indican un instrumento de medición, una cuerda atada a una piedra, sugiriendo el verbo p’is, “medir”. También para p’a y pa encontramos dudas de utilización: aparentemente el signo T602 (que a veces lleva los “círculos”) debería ser homófono del signo T1023 (que nunca lleva los “círculos”), así como el signo T299 parece ser el candidato más probable para p’a (p’as, “quebrar”), pero lo encontramos en sustitución silábica con pa. En estos casos hay que moverse con cautela, quizás nos encontramos con expresiones vernáculas, variantes de pronunciación o evolución de pronunciación. Por ejemplo, la aparición en los códices del signo T357 (T602 no achurado) puede que indique la solución para diferenciar los dos sonidos.

CONCLUSIONES Sacando las cuentas, de las 9 sílabas faltantes encontramos con certeza 5, una cantidad que constituye el 55% del total, dejando otras 2 en duda. Faltarían por ende, entre las sílabas ejectivas, solamente la t’i y la p’e, ambas bajo investigación. En cambio, glifos sin transliterar y traducir correctamente desde décadas han revelado su esencia, entre todos el GISI y el de “guerra de las estrellas”. La búsqueda sigue, pero los resultados obtenidos son inconmensurables: hay que revisar TODAS las inscripciones, y quizás volver a dibujarlas después de un análisis profundo de detalles que nos habían escapado. Hay que ser humildes y reconocer nuestros errores y el hecho de que nos habíamos sentado en una zona de confort, relajados. Alrededor de 15,000 inscripciones están en espera de revisión, un trabajo monumental. Nosotros, ya volvimos a dibujar el corpus glífico completo de Chichen Itzá y, transliterándolo y traduciéndolo aplicando las nuevas sílabas, nos quedamos boquiabiertos por los resultados. Estará en circulación en un tiempo breve.

Lihat lebih banyak...

Comentarios

Copyright © 2017 DATOSPDF Inc.