El culto a los mártires: visión y símbolo del me­dievo a la Contrarreforma. La construcción del relicario del Sacro Convento de Calatrava la Nueva

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Descripción

El culto a los mártires: Visión y símbolo del me­ dievo a la contrarreforma. La construcción del relicario del Sacro Convento de Calatrava la Nueva JUAN ZAPATA ALARCÓN Universidad de Castilla-La Mancha

ACTAS CONGRESO BATALLA OE ALARCOS

EL CULTO A LOS MÁRTIRES: VISIÓN Y S!MIJOLO DEL MEDIEVO A LA CONTRARREFORMA,

El origen del culto cristiano a las reliquias se remonta a los primeros siglos de la Iglesia. En su génesis es clara la atracción que sintieron los primeros hombres del cris­ tianismo hacia los «Martyrium» paleocristianos, basada en el papel que Roma desempe­ ñaba como centro o «mundus» de la cristiandad. En la Edad Media el creciente auge del Camino de Santiago eclipsó casi por comple­ to el estudio de otros importantes centros de peregrinación y veneración de reliquias; tal es el caso del Convento de Calatrava la Nueva, que si bien no puede compararse en modo alguno con Santiago de Compostela, sí al menos funcionó como uno de los nú­ cleos más importantes de la Mancha en lo concerniente a la importancia de su lipsanoteca y veneración de la misma. El fervor religioso al que se abocaron las gentes de esta tierra tras el desastre de Alarcos, dirigió sus creencias hasta la más profunda superstición, recurriendo al culto de las reliquias de santos y mártires como elemento de unión entre el hombre y Dios. Las largas distancias entre la Mancha y los principales centros de peregrinación im­ pedían a muchos cristianos desplazarse hasta los mismos, fomentando de esta manera un verdadero mercado de reliquias. Para los hombres del medievo éstas tenían poder de intercesión, ya que eran objetos materiales que por su contacto con Cristo, la Virgen y los Santos habían adquirido la Gracia Divina. Así se propagó la creencia paleocristiana de que quien toca o venera los restos de los mártires participa de su virtud que se manifiesta en los hechos milagrosos constatados mediante los «libelli». 1 En los monasterios se acumulaban restos del cuerpo de los Santos, en los que se creía contenida al alcance de la mano una prenda permanente y tangible de salud, curación, fertilidad y protección, ya que las reliquias centuplicaban el valor de la oración monástica.2 Esta evidente «pasión» por las reliquias no es difícil aplicarla a la Orden de Calatrava, sobre todo a partir de la Batalla de Alarcos en 1195. La derrota cristiana fue un duro golpe para la Orden tanto en lo material como en lo espiritual. Para ella Alarcos quedó como un recuerdo maldito y un castigo divino. Con la derrota no sólo perdió sus pose­ siones territoriales sino que vio cómo sus caballeros eran pasados a cuchillo por los musulmanes en la plaza de Calatrava. 3 A partir de este momento, para la Orden de Calatrava, al igual que para los Templa­ rios, el rojo quedaría como el color que simboliza la sangre vertida por sus caballeros en 1 .- Santiago Sebastián, El Mensaje del Arte Medieval, Córdoba, 1984, p.42. 2.- Georges Duby, San Bernardo y el Arte Cisterciense, Madrid, 1981, p. 29. 3 .- F. Gutton, la Orden de Calatrava. Madrid, 1955, p. 36.

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la defensa de la fe cristiana.4 Sin embargo la Cruz Flordelisada, emblema de la Orden, segui­ rá siendo de color negro hasta 1397, año en el que Benedicto XIII concede la Bula de auto­ rización.5 El desamparo espiritual de la Orden tras la derrota de Alarcos hizo que ésta adoptara a la Virgen como patrona, siguiendo la tendencia del s. XII y la preferencia Mariana de S. Ber­ nardo. Si a la tarea salvadora de Cristo corresponde la justicia, a María corresponde la inter­ cesión y misericordia, dando lugar a una «Mater Oillllium», es decir, María como la gran madre de la cristiandad.6 En la Orden de Calatrava, bajo la advocación de Ntra. Sra. de los Mártires7, María adqui­ rió la función de velar por los caballeros muertos en Alarcos, así como de todo caballero calatravo caído en combate contra el infiel. 8 La victoria de las Navas de Tolosa en 1212 permitió que la fe de la Orden hacia su protectora alcanzara grados de devoción hasta entonces desconocidos. Para los calatravos el acontecimiento bélico adquiriría el carácter de milagro, ya que recuperaron lo perdido tras la derrota de Ala.reos. En buena medida, bajo su mentalidad medieval, la Virgen su protectora, habría intercedido ante Dios y les habría concedido la victoria. Cinco años después, en 1217, la casa madre de la Orden se trasladó a la plaza de Calatrava la Nueva. En su construcción prevaleció la función militar frente a la ubicación de un nuevo convento sobre el sepulcro de un mártir. 9 Ello explica que en el traslado,junto con la Virgen, se trajesen los restos de los muertos en Alarcos y Calatrava, mártires que en buena medida legitimaban la sacralización del nuevo espacio habitado. El lugar escogido para su reposo definitivo'° fue un pequeño llano en la parte de Poniente del Castillo, que recibio el nombre de «Campo de los Mártires». Este cementerio único del convento, pero principal de la Orden, funcionó a la manera de «Martyrium Paleocristiano», «centro» o «mundus» en lo espiritual, frente al centro terreno marcado en el claustro del convento. 11 4•• José de Hosta, Crónica General de España. Crónica de la Provincia de Ciudad Real, Madrid, 1865, p. 48. 5.- J .l. Ortega y Cotés, Bullarium Ordinis Militiae de Calatrava.... p. 227-228. Bula de Benedicto XIlI, en cuyo texto cabe destacar las siguientes palabras: «... eorundem lo. Jignum Crucis, per quod dicta Milita liquidius patear,& saracenos ejusdem Crucis inimicos valeatisfidentius... ». Madrid, 1761. 6.- S. Sebastián, op. cit, p. 164. 1 .- La Virgen de los Mártires es una «Theotocos» románica ss. XlI-XIII, que tras el traslado del Sacro Conven­ to a Almagro fue salvajemente mutilada en la Guerra Civil. Posteriormente se trasladó a Carrión de Calatrava, donde en la actualidad se conserva muy restaurada en una capilla de la Iglesia Parroquial. 8•• F.Gutton, op. cit. p. 118. 9 .- G.Duby, La Época de las Catedrales, Barcelona, 1967, p. 68. 'º.· M.Corchado Soriano, «Traslado y Supresión del Sacro Convento de Calatrava», Cuadernos de Estudios Manchegos, N° 5, II época, 1974, pp.205-271. Los restos de los Maestres enterrados en la Capilla de Ntra. Sra. de los Mártires permanecieron en Calatrava la Nueva hasta el 4 de Mayo de 1803 en que fueron trasladados a la parroquia de s. Bartolomé de Almagro. Esto demuestra el interés de la Orden por seguir legitimando su carácter sacra!, de forma que a pesar del traslado el convento siguió ostentando el calificativo de «SACRO». 11.- Real Academia de la Historia, Colecc. Sal azar y Castro, Ms. I-47, fol. 65 r. También ver F. Cotta y Márquez de Prado, «Descripción del Sacro Convento y Castillo de Calatrava la Nueva, Cabeza y Casa Mayor desta Orden y caballería y de sus rentas y casas», en Rev. La Mancha, Nº 1-2, Daimiel, 1961, p. 63. En sendas descripciones se menciona una oliva en el centro del claustro conventual. Esta aparte de simbolizar las victorias de la Orden, bajo nuestro punto de vista también puede ser interpretada como árbol de la vida -siempre está verde- a la vez de funcionar como centro o «mundus» de lo terrenal en Calatrava la Nueva.

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Sin embargo, estos «Memoriae Martyrum» de reciente creación no eran suficientes para completar el prestigio de una Orden como la de Calatrava. Era necesario contar con reliquias de contacto, «Brandeas», es decir, reliquias de aquellos santos y mártires de prestigio y núlagro garantizado. Aunque no podemos precisar con certeza cuál fue el volumen de «Brandeas» con las que la Orden llegó a Calatrava la Nueva, lo que sí parece evidente es que era un número destacado, por cuanto se construye un recinto arquitectónico que funcionará exclusiva­ mente como capilla-relicario. A medida que avanza la Edad Media se observa cómo el hombre bajo medieval junto con el hombre del Barroco, sintió más que otros la necesidad de protección divina contra los males y adversidades, encontrada en los Santos Mártires. Esta necesidad de amparo no permaneció ajena a la Orden. En 1485 D. García López de Padilla, último Maestre de Calatrava, intentó sin éxito traer al Convento las reliquias de Raimundo de Fitero, fundador y padre de la Orden, por estas fechas sitas en la capilla de la Visitación de Ntra. Sra. en el monasterio de Montesión. 12 Sin embargo sus monjes se negaron amparándose en el aprecio y valor de las Santas Reliquias. Por ello el maestre, para demostrar la devoción al Santo, realizó una obra pía, construyendo un arco de alabastro en el lateral de la capilla donde yacía el Santo. 13 Este intento, junto con la existencia en la Iipsanoteca de reliquias de santos como S. Jorge y en el Campo de los Mártires de los muertos en el campo de batalla, pone de manifiesto la influencia en la Orden del culto a los mártires de origen militar. El Comendador Mayor D. Diego García de Castrillo realizó una importante obra de remodelación en el Campo de los Mártires en 1492. 14 Añadió un claustro de tres lados, frente a los cuatro que suelen tener los conventuales, por ser este número símbolo de resurrección por los tres días que permaneció Cristo en la tumba. En la parte de Poniente correspondiente a la puerta de acceso, puso una inscripción en la que se atribuía la autoría de la obra. Este lugar gozó de gran veneración por las gentes de esta tierra, 15 al que las indulgen­ cias posteriores 16 santificaron de forma decisiva. 17 Junto a estas concesiones apostólicas

12.Archivo Histórico Nacional, Secc. 0.0.M.M, Calatrava, Jerónimo Mascareñas, Historia de la Orden de Calatrava, sig. 1269 C, fol. 148 r. 13.- Ibídem, fol. 148 v. 14 .- A.H.N, Secc. 0.0.M.M, Calatrava, sig. 410 C, Definiciones de Madrid de 1652, p. LXXXVII. 15 .- F. Rades y Andrada. Chronica de las tres Ordenes y Cavallerfas de Santiago, Calatrava y A/cantara, Toledo, 1572, fol. 10 r: « ...Ay oJra Capilla pequeña queJue dize San/a Marfa de los Márryres, a la cual tiene mucha devoción Joda la gen/e de aquella Jierra... » 16.-lbfdem. «El Papa León décimo concedió a lodos los que oyeren Miffa en efta Capilla en las JeJJividades de nueJJra Seíiora o de Jan/ Bernardo ganen las mismas indulgencias que ganan perJonalmen/e vifilan el Jane/o Sepulchro de nueftra Señora Trans Jorren/em Cedron. » 17.- J.!. Ortega y Cotés, op. cil. pp. 298 y ss. Aunque Rades afirma que en 1519 León X concedió indul­ gencias, sin embargo se trata una confirmación y ampliación de las anteriores, por cuanto el Papa Alejandro VI en 1501 ya concedió indulgencias al Campo de los Mártires junto con la Capilla Dorada, previa petición de Francisco de Rojas, Preceptor de las casas de Almodóvar y Aceca.

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de carácter espiritual, se unieron otras de orden material, como fue la «incorporación de tierra del Campo fanto de Roma y del Capo Acheldemac». 18 La concesión de indulgencias fue un hecho decisivo que acrecentó en gran número la afluencia de devotos. Ya que el Campo de los Mártires tenía su entrada por la parte de Poniente, éste quedaba fuera de la clausura. 19 Por ello, la Capilla y Campo de los Márti­ res no podía estar cuidado correctamente al tiempo que los conventuales se tenían que mezclar con el mundo pagano. Como remedio a este inconveniente, el Consejo mandó al Gobernador del Campo de Calatrava y a D. Gonzalo de Arroyo, 2° Comendador de Daimiel, en el año 1523 «cerrar la puerta que el presente tiene» y abrir otra por la iglesia mayor o por la Torre de la Campana. Para la ejecución de la obra se llamó al maestro Balbás.21 La apertura de una pequeña puerta de ladrillo en el claustro junto a la Torre de la Campana, unido a las otras dos en la parte del Norte del Campo de los Mártires facilita el acceso al cementerio tanto por la clausura como por la Puerta de la Estrella, tal y como se describe en dicho manuscrito 1-47 . 22 De esta fecha es también la ejecución de la cartela con la inscripción S.I.C.C.E.R., 23 cuyas interpretaciones son muy discutidas. Salvando la polémica de su significado, de cualquier forma, la inscripción muestra el ciclo vital, «polvo eres y en polvo te conver­ tirás», orientado hacia el origen y fin del hombre, característica del individuo tardo me­ dieval, al cual hacíamos referencia arriba. La importancia de una determinada reliquia gira en torno a la mayor o menor garan­ tía de milagro.24 Por ello dentro del repertorio de reliquias que formaban la importantísima lipsanoteca de Calatrava, sobresalía la veneración de determinadas reliquias, amén de otra gran multitud que no por ello dejaban de ser honradas. Gracias a los distintos relatos documentales, se sabe que el Relicario de Calatrava la Nueva a finales del s. XV debía de ser uno de los más importantes de la Península.25 Según Rades, «una de las principales cofas que hace illustre y SACRO el convento de Calatrava es la multitud de/antas reliquias que hay en él».26 Esta abundancia, hizo que la «Intitulatio»27 del Convento de Calatrava se cambiase en función de ello. Vid. Cit. 15. A.H.N, Secc. Códices, sig.814 B, Definiciones del Capitulo General de Burgos de 1523, fol. 64 v. 20.- Su lápida sepulcral aún se conserva en Calatrava la Nueva. Ver F. Colla. op. cit, págs. 64 y escudos heráldicos nº 14 y 15. 21.- A.H.N. Secc. Códices, sig. 8148, Definiciones del Capítulo General de Burgos de 1523, fols. 64 r y 66 V. 22.- R.A.H. Colecc. Salazar y Castro, Ms. 1-47, fol. 75 r. F. Colla, op. cit. p.46. 23 .- Jb(dem, fol 81 r y p.80. 24 .- S. Sebastian, op. cit, p. 43. 25.- Aunque Rades escribe su «Chrónica» en la segunda mitad del s. XVI y el calificativo de Sacro ya es muy frecuente, la primera vez que encontramos este distintivo es en 1485 en la carta que el maestre Garcilópez de Padilla manda a los Reyes Católicos, aceptando la incorporación de la Orden a la Corona. Bullarium, pp. 447-479. 26.- F. Rades y Andrada, op. cit, fol. 9 v. 27.- Juan Zapata Alarcón, Calatrava la Nueva. Imagen, Función y Sfmbolo. Obra en prensa. 18.19

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Por esta razón se cree que Calatrava la Nueva es el primer monasterio español que cuenta con la distinción de «SACRO». El segundo en esta escala será el Monasterio de S. Lorenzo del Escorial, al cual dotó Felipe 11 de la mayor lipsanoteca del mundo. 28 Con el surgimiento de la Reforma Protestante, el ataque luterano contra la venera­ ción de santos y reliquias hizo que a partir de la segunda mitad del s. XVI, su culto alcanzase un auge incluso mayor que en la Edad Media. Este culto fanático a las reli­ quias ha de ser estudiado en relación con la veneración de los mártires y de los otros santos. En Calatrava la Nueva la ubicación del Relicario tras la Sacristía representaba un gran obstáculo para poder llevar a cabo el decreto promulgado en la sesión XXV del Concilio de Trento del 3 y 4 de Diciembre de 1563, acerca del culto de los santos, de sus reliquias y de sus imágenes. 29 El único acceso con el que contaba el recinto obligaba a los visitantes de las reliquias a pasar por la Sacristía. En ésta se guardaban la mayoría de los ornamentos necesarios para el servicio del altar. El gran valor de estos objetos hacía necesario desde siglos anteriores establecer un riguroso y estricto control de esta depen­ dencia para garantizar a toda costa la conservación de los mismos: « Y afsimismo le man­

do que no confientan, ni le permitan al Subsacristan del dicho Convento, que mueftre las cofas de la dicha Sacriftia a ninguna perfona... ». 30

De esta manera el Relicario quedaba como una pieza semioculta que bajo ningún concepto podía cumplir los mandamientos de Trento. Uno de los indicios que ponen de manifiesto la asimilación en la Orden de los decre­ tos contrarreformistas, lo detectamos en el manuscrito de la Real Academia de la His­ toria, (colección Salazar y Castro sig. 1-47) fechado hacia 1644. En él el autor anónimo, buen conocedor del edificio, muestra una actitud chocante cuando trata la Capilla del Relicario. El autor reprochará a Rades omitir en su «Chronica» muchas de las reliquias existentes en la lipsanoteca. 31 La imposibilidad de culto y veneración de las reliquias por la situación del relicario detrás de la Sacristía obligó a plantearse la ubicación de dicho relicario en otro lugar de más fácil acceso, tanto para los devotos como para los propios conventuales. En el Capí­ tulo General celebrado en Madrid en 1652, el Consejo de Ordenes mandó al Prior-Admi­ nistrador del Sacro Convento la ejecución de una obra «ex novo» en lugar más aparente que en el que hasta ahora estaban para cobijar tan preciados y necesarios objetos de culto. 32 Siguiendo la tendencia contrarreformista de la materialización de la fe, se añade la devoción renovada hacia las reliquias y su inmoderado uso y demandas de ellas. Al Cornelia von der Osten Sacken, El Escorial. Estudio iconológico. Bilbao, 1984, pp.34-36. Cornelia von der Osten Sacken, op.cit, p. 36. A.H.N, Secc. 0.0.M.M, Calatrava, sig. 410 C. Ordenanzas del Comendador Mayor D. Gutierre de Padilla, publicadas en las Definiciones de Madrid de 1652, p.94. 31 .- R.A.H, Colecc. Salazar y Castro, Ms. I-48, fol. 77 r y 77 v. F. Cotta y Márquez de Prado, op. cit. pp. 50-53. 32.-A.H.N, Secc. 0.0.M.M, Calatrava, sig. 410 C, Definiciones de Madrid de 1652, pp. 47-48. 28.-

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reactivar creencias milenarias en torno a la magia de contacto , el culto a las reliquias tras Trento constituyó a la vez promoción y concesión a la piedad de fomentar los aspec­ tos más irracionales del culto religioso. 33 A la hora de adjudicar el nuevo lugar que ocupará el espacio sagrado, en 1666 se barajaron dos posibilidades, subordinadas a los decretos trentinos y al poco espacio dis­ ponible dentro de la clausura. En primer lugar hay una propuesta de hacer un retablo­ relicario sobre el altar de la Capilla Grande de D. Gutierre de Padilla. Esta capilla, prin­ cipal de la Iglesia, por sus dimensiones se utilizaba para dar los hábitos, profesiones y llevar a cabo los actos públicos de la comunidad.34 De esta manera se conseguían grandes ventajas, es decir, por un lado se ejecuta una obra de bajo coste (entre 11 ó 12.000 mrs), 35 a la vez que la capilla estaría bien cuidada con las rentas del Relicario, pasando a manos del Convento las rentas genuinas de la capilla. 36 La obra consistiría en quitar el retablo original37 y poner en su lugar un retablo­ relicario, cuyas puertas podían ser herradas, de pinturas o de relieve, de manera que se pudiera decir misa en el altar existente. 38 En el caso de que los inconvenientes para quitar el retablo primitivo de la Capilla impidan la construcción de un nuevo retablo central, se podrán construir dos retablos­ relicarios menores, uno a cada lado ya que la anchura de la capilla daba para ello igua­ lándose las gradas por ambos lados del altar. 39 La reja de la capilla era suficientemente fuerte como para mantener seguras las reliquias.40 Sin embargo, también se encuentra con el gran obstáculo de la legalidad o no de la propuesta, ya que según algunos freires, la capilla debía seguir con el uso para la que fue concebida por su fundador.41 Una segunda propuesta era la realización de un proyecto mucho más ambicioso, con­ sistente en la ejecución de un recinto arquitectónico de nueva planta. Este tenía que estar en un lugar cercano a la Iglesia, aunque gran parte del perímetro con las mejores condi­ ciones estaba ocupado por las capillas colaterales de D. Gutierre de Padilla, Sacristía, D. García de Padilla y D. Diego García de Castrillo. 42 Ya que en Trento se exhortaba a los obispos a que pusiesen las reliquias al alcance de la mano, se hacía necesaria una ubicación de fácil acceso a la vez que permitiese una viabilidad arquitectónica. Por ello: 33.- J .L. Bouzá, Religiosidad Contrarreformista y Cultura Simb6/ica del Barroco, Madrid, 1990, pp.30-45. 34.- A.H.N. Secc. 0.0.M.M, Calatrava, Archivo Judicial de Toledo, leg. 45865, fol. 6 r. 35.- R.A.H, Colecc. Salazar y Castro, Ms. I--47, fol. 75 v y F. Cotta, op. cit, p. 47. La dotación de esta capilla era de 100.000 mrs en un juro de Córdoba. 36.- A.H.N, Secc. 0.0.M.M, Calatrava, A.J.T, leg. 45865, fol 7r. 31.- Vid. cit. 34. Descripción del retablo mayor de la capilla. 38.- A.H.N. Secc. 0.0.M.M, Calatrava, A.J.T, leg. 45865, fol. 7 r. l9 __ Ibídem , fol. 7 v. 'º.- Ibídem, fol. 9 v. 41.- Ibídem , fol. 11 v. '2.- Ibídem , fol. 5 r.

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«... parecía hacerla en el sitio entre la dha lgla y el castillo habriendo puerta en la muralla de la nabe colateral de la mano izquierda frontero de la Capilla del Cmor Mor D. Diego García de Castrillo adonde podrán ser veneradas estas Santas Reliquias visitando su Capilla desde la lgla sin estar abscondidas como están de prefente en la Capilla más adentro de la Sacristía; la qua! zerrada como conviene por la custodia de Ornamentos y plata del servicio de los altares impide la devoción de visitarse».43 Como observamos, rara vez desde comienzos del cristianismo la muerte de los már­ tires se había sentido como algo tan cercano y tan actual como en esta época de guerras de religión, descubrimientos y misiones, en que los grandes modelos del pasado adqui­ rían una importancia inusitada. Una revalorización de este culto, sin otro fin que contrarrestar los ataques del protestantismo que consideraba inverosímiles las leyendas de Santos y Mártires. El prior D. Luis Rodero Salazar mandó realizar la tasación de este proyecto a los maestros de albañilería y carpintería más destacados del Campo de Calatrava. Tal fue el caso de Jacinto Martín -maestro de albañilería- y Bias Sánchez- maestro de carpintería ambos vecinos de Almagro, y de Juan de Arenas vecino de la villa de Manzanares. Sin embargo a diferencia de la primera, por la envergadura del proyecto ésta era una obra ambiciosa y costosa, tasada en 43.438 Rs.44 Por mandato del Gobernador del Campo de Calatrava D. Gonzalo Antonio de Chaves Orellana, en mayo de 1666 se dieron pregones a la obra en las plazas públicas de las villas de Almagro, Daimiel, Manzanares y Ciudad Real. Hicieron postura varios maes .. tros de distintos lugares, como por ejemplo Andrés Díaz Balaguera y Felipe Cicujano, vecinos de Almagro, 45 y otra de Pedro de Elvira, maestro entallador, vecino de la misma, y Marcos Moreno, maestro de albañilería, vecino de Madrid, en los cuales se remató la obra por un montante de 38.398 Rs.46 Las trazas para las obras las realizó el maestro Juan de Arenas. La nueva capilla debería responder al nuevo léxico barroco, sobre todo en lo que concierne a la articula­ ción del muro, ambientando todo lo que de maravilloso y magnífico se encuentra en la Gracia Divina. Solamente hablar de las proporciones y medidas de la obra dan idea de las pretensiones e intención del proyecto. La planta tenía que ser un cuadrado de 380 varas de perímetro. 47 Sin embargo esta medida resulta de unas proporciones gigantescas. Además en una relación posterior de las medidas de la obra se cita que ésta ha de tener 180 varas.48 3.- A.H.N, Secc. 0.0.M.M, Calatrava, A.J.T. leg. 45865, fol. 5r. lbfdem. fol 2 v. 45.- lbfdem. 46 .- A.H.N, Secc. 0.0.M.M, Calatrava, A.J.T, le. 45865, fol. 4r. 41.- Ibídem. fol I v. El equivalente es de unos 315.5 metros aproximadamente. 48 .- lbfdem. fol. 7 r. Medida equivalente a unos 150 metros aproximadamente. 4

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Aún cuando las proporciones son más reducidas, siguen siendo exageradas compara­ das con el espacio que se quiere ocupar. Sin embargo hay que tener en cuenta que no sólo la superficie es pequeña sino que estas proporciones suponen un gran problema a la hora de aplicar un determinado sistema de cubrición como es el que se describe. No obstante en las trazas realizadas por el maestro Juan de Arenas la obra debería tener 14 pies en cuadrado. La capilla contaría con una entrada principal por el dicho tramo frontero a la Capilla de D. Diego García de Castrillo. Tendría un arco de ladrillo, 49 «... habiendo de ser un postigo de dos puertas moldeado de bocel y platino con tablones de nogal aplicados en el medio de cada una de ellas una reja de hierro en conformidad de lo que en otras capillas principales de Reliquias de Iglesias grandes se halla... ». 50 El interior se intenta representar como un verdadero microcosmos mediante la «Ro­ tonda Martirium». No en vano contaría con una cúpula -o media naranja- sostenida por arcos torales de ladrillo sobre un cuerpo cúbico. Los muros irían blanqueados con yeso, decorados con molduras y pilastras que articularían los paramentos murales, elemento típico del lenguaje arquitectónico barroco. Contaba también con dos vidrieras para dos ventanas con arco de ladrillo, y redes de alambre. Estas tenían que medir vara y media de alto y una de ancho. 51 A pesar de todo la realización de esta obra presenta graves inconvenientes por varias razones. En primer lugar por la muralla donde se quiere ubicar la nueva capilla bajaba un caño que en verano llevaba el agua al aljibe de la Puerta de la Estrella y en invierno desaguaba en el aljibe del Claustro.52 Segundo, este es un espacio en el que se suele estancar el agua en los años de lluvia. 53 En tercer lugar, y como problema principal, es que por la parte interior de la Iglesia hay un nivel más bajo que por la parte exterior., sirviendo la roca como cimiento. Se plan­ tean dos soluciones, es decir, o bien se empareja la capilla al nivel de la Iglesia quedan­ do «soterrada con gran humedad», o bien si se deja al mismo nivel es obligado hacer una escalera muy inclinada, restando autoridad a la puerta.54 En cuarto lugar se cortaba el paso del aljibe de la Estrella a la Cocina.55 Por último, el suelo de dicho espacio es de roca madre, siendo muy costoso el rebaje de la piedra hasta llegar al nivel de la nave de la Iglesia. Este proyecto ambicioso pero inviable desde un punto de vista constructivo en lo que se refiere a los impedimentos mencionados, nunca se llevó a cabo. No obstante, esto no es óbice para que impida reflejar el pensamiento contrarreformista en la Casa Madre y edificio más emblemático de la Orden de Calatrava.

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Ibídem. fol. 1 v. 12 v.

'º.- Ibídem. fol.

'1.- A.H.N. Secc. 0.0.M.M, Calatrava, A.J.T, leg. 45865, fol. 2 r. ".- Ibídem , fol. 12 r. '3.- Ibídem , fol. 9 r. ".-Ibídem, fol. 12 v. ".-Ibídem. fol. 9 v.

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Mediante sucesivas visitas y descripciones, hemos podido constatar efectivamente cómo el Relicario se trasladó y se puso al alcance de los fieles. En una de estas visitas llevadas a cabo a principios del s. XVIII se comprueba la realización de la obra: « ... y reconocieron la capilla que oy llama del relicario y fundó el comendador mayor D. Gutierre de Padilla... ». 56 Respecto a si se construyó un retablo central o dos laterales, parece evidente que se optó por uno central, debido a varias razones. En primer lugar en la dicha visita se afir­ ma que el retablo que hay en la capilla es nuevo.57 Además aún se conservan en esta capilla en una de las paredes laterales, restos de dos marcos con orejeras, realizados en yeso. En el muro opuesto también se conservan restos de la impresión en el estuco de inscripciones en letra carolina.58 El 29 de Marzo de 1803 el arquitecto D. Silvestre Pérez se dirigió al Convento para trasladar el Relicario al Colegio de los expulsos de Almagro,
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