El concepto de diseño institucional

July 26, 2017 | Autor: Pablo Abitbol | Categoría: Political Economy, Philosophy, Institutional Theory, Institutional Design
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Descripción

EL CONCEPTO DE DISEÑO INSTITUCIONAL

Tesis de Maestría en Filosofía Agosto de 2005

Pablo Abitbol Departamento de Filosofía Universidad Nacional de Colombia

ÍNDICE

PREFACIO

3

INTRODUCCIÓN

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Motivación (problema, justificación y antecedentes)

5

Definiciones preliminares

10

Estructura general del argumento

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I. EL DISEÑO COMO PROCESO DE DECISIÓN

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1. Teoría intencional de la acción humana

16

2. Teoría de decisiones

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3. El diseño como proceso de toma de decisiones

23

II. LA ECONOMÍA POLÍTICA DEL CAMBIO INSTITUCIONAL

27

4. Instituciones formales e informales

27

5. Emergencia y cambio de instituciones formales

34

6. Emergencia y cambio de instituciones informales

40

III. CONCLUSIONES

42

7. La evolución de las instituciones sociales humanas

43

8. El valor normativo del concepto de diseño institucional

48

EPÍLOGO: UN CONCEPTO INSTITUCIONAL DE DISEÑO

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BIBLIOGRAFÍA

54

ANEXO 1

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ANEXO 2: DEFINICIONES

67

PREFACIO Este trabajo se origina en las tres actividades que he desarrollado en los últimos diez años: el trabajo en el sector público colombiano, la enseñanza de la ciencia política y el estudio de la filosofía. Mi idea al finalizar el pregrado era profundizar, tanto en la práctica de la gestión pública, como en el conocimiento de teorías y de herramientas conceptuales que me ayudaran a organizar ideas concretas y coherentes sobre lo que iba descubriendo en la realidad. El trabajo en el sector público resultó ser mucho más interesante y retador de lo que mi imaginación de universitario idealista jamás alcanzó a prever, y hoy el viaje de exploración que me había propuesto como tarea académica, se ha convertido en una pasión cotidiana y en una carrera profesional. Aun así, se hizo la tarea: la idea de realizar un análisis del concepto de “diseño institucional” hace parte de un intento de recoger ordenadamente conceptos que se utilizan en el día a día de la gestión pública y que afectan en gran medida sus resultados; particularmente, la idea tras el uso del concepto de diseño institucional puede ser parte clave de la permanente sensación de frustración por las cosas que no ocurren como se planean. La enseñanza de la ciencia política ha sido para mi básicamente un ejercicio de aprendizaje. Las clases de teoría institucional, de gestión pública y toma de decisiones y de economía política (y especialmente el inquisitivo interés de los estudiantes) han sido un mecanismo ideal para forzarme a estudiar y profundizar en áreas fundamentales de la ciencia política que reciben muy poca atención en las facultades colombianas1. Para mi, el estudio de la filosofía ha sido como el difícil y paciente aprendizaje de un instrumento musical; para lo cual no basta con aprender un nuevo lenguaje (incluso una notación), sino para lo cual además hay que atravesar un arduo proceso para ir adquiriendo la capacidad para interpretar con elegancia y rigurosidad piezas de increíble complejidad. En este sentido, el presente trabajo, que busca situarse en la tradición que aplica el análisis conceptual a la teoría política y social, es apenas un primer intento de realizar un trabajo ceñido a los cánones de la filosofía analítica. Este escrito representa, así, el final del trayecto personal que me había trazado hace tiempo. Pero, en tanto que busca describir un panorama completo de los temas que me interesan, también representa el inicio de un nuevo proyecto de vida; centrado en la idea de profundizar académicamente en el estudio del origen y el cambio de las instituciones sociales humanas, y en busca de teorías que contribuyan en el diseño de las instituciones que requieren países como el mió para el logro de la paz.

1

Diversas partes del contenido de este escrito fueron presentadas en los cursos de Gestión Pública y Toma de Decisiones (Maestría en Ciencia Política, Universidad de Los Andes 2004), Economía Política II (Carrera de Ciencia Política, Pontificia Universidad Javeriana 2004, 2005), Teoría y Metodología del Análisis y Diseño Institucional (Facultad de Ciencia Política, Pontificia Universidad Javeriana 2004) y Diseño Institucional (Maestría en Ciencia Política, Pontificia Universidad Javeriana 2005).

"A camel," it has been said, "is a horse designed by a committee." This might sound like a telling example of the terrible deficiencies of committee decisions, but it is really much to mild an indictment. A camel may not have the speed of a horse, but it is a very useful and harmonious animal -well coordinated to travel long distances without food or water. A committee that tries to reflect the diverse wishes of its different members in designing a horse could very easily end up with something far less congruous: perhaps a centaur of Greek mythology, half a horse and half something else -a mercurial creation combining savagery with confusion. Amartya Sen: The Possibility of Social Choice, Nobel Lecture 1998.

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INTRODUCCIÓN “Nature (the art whereby God hath made and governs the world) is by the art of man, as in many other things, so in this also imitated, that it can make an artificial animal.” Thomas Hobbes: Leviathan: “The Introduction”. El objetivo de este texto es analizar el concepto de “diseño institucional”, el cual expresa la idea de creación intencional de reglas de comportamiento social. La tesis que se defiende en este trabajo es que el concepto de diseño institucional tiene mayor valor normativo que positivo; es decir que es más útil para orientar procesos que busquen transformar las instituciones que para explicar el origen y el cambio de las mismas. A continuación se presentan las motivaciones de este trabajo, algunas definiciones preliminares y la estructura general del argumento.

Motivación (problema, justificación y antecedentes) El concepto de diseño institucional, como expresión de la idea de creación intencional de reglas de comportamiento social, es central en campos como el derecho, la política pública, la administración o la ética. Si se entienden las leyes jurídicas como sistemas de reglas2, entonces buena parte del ejercicio del derecho se basa en la idea de que se pueden modificar o crear nuevos sistemas de reglas para orientar el comportamiento social de unos individuos que de alguna manera están sujetos a ellas3. Si se entiende la política pública como la definición gubernamental de reglas de asignación de recursos4, entonces se puede pensar que parte fundamental del diseño de políticas públicas consiste en la creación y la transformación intencional de dichas reglas, y que la política puede ser vista como la lucha por la autoridad para crear o cambiar esas reglas, así como para transformar las que definen cómo acceder a la autoridad gubernamental5. Si se entienden las organizaciones como grupos de personas integrados verticalmente en

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Para una discusión de las leyes jurídicas como sistemas de reglas, ver Hart 1961; ver también Posner 1992. 3 Para una definición del ejercicio del derecho, ver Berman 1983. 4 Para una definición de las políticas públicas en términos de reglas, ver Dixit 1996. 5 Para una definición de este aspecto central de la política, ver Downs 1957.

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un sistema de reglas contractuales6, entonces parte esencial de las ciencias de la administración consiste en adaptar intencionalmente esas reglas para que los miembros de la organización no se desvíen de su meta7. Si se entiende la ética como el conjunto de reglas que las personas deberían seguir cuando actúan8, entonces su estudio se orienta en buena medida hacia la guía y la evaluación de la conducta humana mediante la creación o la modificación de reglas de comportamiento9. En todos estos campos, la idea de “diseño institucional” apunta a dos tipos de usos distintos. Primero, que se puede explicar la existencia, el cambio y el funcionamiento de unos sistemas de reglas haciendo explícita su intención, su razón de ser, su diseño. Segundo, que se puede orientar la transformación de ciertos sistemas de reglas mediante procesos de diseño a partir de los cuales éstas se creen o modifiquen con una intención determinada. En el primer caso, la explicación a la que se pueda llegar haciendo uso del concepto de diseño institucional depende de la búsqueda de un relato en torno a la historia causal10 que conduce desde una intención hasta una institución existente. El valor explicativo, positivo, del concepto de diseño institucional depende así en primera instancia de la coherencia y la veracidad que dicha historia causal pueda llegar a tener. ¿Es lógicamente coherente una historia causal que conecte intenciones humanas con instituciones sociales? En el segundo caso, la orientación que se pueda ofrecer utilizando este concepto depende de la búsqueda de principios de diseño institucional que digan dos cosas: en 6

Para una definición de las organizaciones en estos términos, ver Williamson 1985. Para una revisión de la literatura económica sobre los problemas contractuales principal-agente, ver Eggertsson 1990; para el diseño institucional de mecanismos administrativos, ver Miller 1992; una visión distinta sobre el papel de las reglas de comportamiento en las organizaciones se encuentra en Simon 1947; una aproximación reciente al diseño institucional de organizaciones es March 1999; para aproximaciones similares a la administración pública, ver Wilson 1989, Moore 1995. 8 Para una discusión sobre el papel de las reglas en la ética, ver Rawls 1955. 9 Un vistazo general de ésta y otras concepciones de la ética se encuentra en Singer (ed.) 1991. 10 Para una discusión del papel del relato causal en la explicación científica, ver Lewis 1986, Elster 1989 y Jackson, Pettit y Smith 2004. 7

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primer lugar, cómo lograr que una intención se refleje en el producto; en segundo lugar, qué intención se debe tratar de reflejar en el producto. La primera sería una orientación práctica y la segunda una orientación ética. En estos dos sentidos, el valor orientador, normativo, del concepto de diseño institucional depende crucialmente de su valor explicativo. Aunque una explicación basada en hechos no es suficiente para formular una afirmación valorativa (Ley de Hume), la explicación causal sí es necesaria para evaluar la factibilidad de que una institución incorpore una intención determinada y, por lo tanto, para formular una prescripción normativa en esos términos11. Si la idea de creación intencional de reglas sociales ocupa una posición central en la cultura humana12, si es cierto que es crucial en los campos de la acción social que se han señalado más arriba –y en cuántos más-, entonces conviene analizar la familia de conceptos que se usan para referirse a ella y que podemos expresar mediante el término “diseño institucional” 13. ¿Cuál es su valor explicativo, cuál es su valor normativo? El análisis conceptual14 busca establecer los elementos constitutivos de una idea y describir sus relaciones lógicas y semánticas15. Este trabajo es un ejercicio en análisis conceptual, orientado a encontrar los elementos constitutivos de la idea de diseño 11

Una discusión sobre el valor normativo del concepto de diseño institucional y su relación con la factibilidad del diseño institucional se encuentra en Goodin 1996. Una discusión sobre la importancia del principio “debe implica puede” en el diseño institucional se encuentra en Hardin 1996: 128. 12 Hasta este punto, no se ha hecho referencia a una faceta fundamental del concepto de diseño institucional en la cultura humana: la que tiene que ver con los mitos creacionistas sobre el origen de las reglas sociales de la humanidad. En este sentido, se puede hablar de argumentos de diseño –similares a los que buscan dar cuenta de la existencia y el orden del universo como necesariamente derivados de una intención divina (ver Hume 1779, Harris 1983: 53 - 63, Swinburne 1979/1991)- para explicar el origen de las reglas sociales humanas; por ejemplo: Código de Hammurabi (esp. prólogo y epílogo), el Corán (esp. azoras 2, 7, 17, 26, 39, 56, 65 y 74) y Éxodo (15:22 – 40:38). 13 Dicha familia de conceptos incluye los términos “ingeniería institucional” y “rediseño institucional”. El uso explícito del término diseño institucional es cada vez más frecuente, ver por ejemplo Ostrom 1992, Sartori 1994, Reynolds y Reilly 1997, Rodríguez-Raga 1998. 14 Para una revisión de las discusiones sobre el significado de “análisis conceptual” y su papel en el proyecto en la filosofía analítica ver Beaney, Michael, "Analysis", The Stanford Encyclopedia of Philosophy (Summer 2003 Edition), Edward N. Zalta (ed.), URL = . 15 Para una discusión sobre el papel del análisis conceptual en la filosofía política contemporánea, ver Pettit 1993.

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institucional y a establecer si existe una relación coherente entre ellos. En este trabajo, se trata de establecer si unir las palabras “diseño” e “institucional” tiene sentido en términos de su uso en explicaciones causales que brinden un fundamento para su uso normativo, o si hacerlo implica algún tipo de contradicción o incoherencia. Para ello no basta con descomponer el concepto de diseño institucional en estos dos elementos básicos; es preciso continuar con la descomposición de “diseño” y de “institucional” en sus propios elementos constitutivos y describir y evaluar la coherencia de sus interrelaciones. El ejercicio será útil en la medida en que arroje alguna luz sobre el alcance y los límites pragmáticos del concepto analizado.16 Claramente, este tipo de ejercicio requiere un lenguaje de referencia, puesto que en distintos juegos de lenguaje el análisis conceptual arrojará resultados diferentes17. El lenguaje de referencia, el marco teórico, para hacer esta indagación conceptual será el de la nueva economía política18, por dos razones. En primer lugar, porque el concepto de diseño institucional es esencial en la economía política. Si se entiende la economía política como el análisis del comportamiento de actores racionales bajo restricciones institucionales, entonces parte importante del campo de su actividad está en diseñar restricciones que orienten el comportamiento humano hacia resultados deseables desde algún punto de vista19. En segundo lugar, porque, como se verá más adelante, los términos más adecuados para el análisis del concepto de “diseño” (p.ej. intención, decisión, racionalidad, etc.) operan al mismo tiempo como fundamentos conceptuales de la economía política. (En esta medida, un análisis crítico del concepto de diseño institucional podría hacer parte de una nueva crítica de la economía política.) Aunque las reflexiones en torno al papel crucial de la idea de creación intencional de reglas en las ciencias sociales son una constante desde los inicios de estas disciplinas, 16

El presente trabajo, entendido como un ejercicio en análisis conceptual, no le hace justicia a la riqueza y complejidad de dicho método filosófico. Una defensa del análisis conceptual en la filosofía contemporánea se encuentra en Jackson 1998. 17 Pitkin 1972, Hacker 1996. 18 Una serie de textos representativos de la nueva economía política se encuentra en Alt y Shepsle (eds.) 1990 y Banks y Hanushek (eds.) 1995; para una visión panorámica de la disciplina, ver Alt y Alesina 1996. 19 Para una visión representativa de la economía política en estos términos, ver Laffont 1999.

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el antecedente más reciente sobre el tema es Goodin (ed.) 1996: The Theory of Institutional Design20. Este volumen recoge una serie de textos sobre la idea de diseño institucional, y da inicio a una serie de Cambridge University Press con el nombre Theories of Institutional Design. El artículo inicial (Goodin 1996) presenta una panorámica del institucionalismo en la evolución de diversas disciplinas de estudios sociales, explora la problemática del concepto de diseño institucional y propone algunos criterios de diseño. De especial interés para el presente trabajo es la problematización del concepto propuesta por Goodin. Con base en ella, se podría decir que hay dos ejes de tensión en el concepto de diseño institucional: (1) la tensión entre la factibilidad del diseño institucional y su valor normativo, donde el segundo depende de la primera; y (2) la tensión entre diseño intencional y evolución como descripciones de la dinámica del cambio institucional. Para Goodin, dada la lógica evolutiva del cambio institucional, el (re)diseño de instituciones es indirecto: la creación o el cambio intencional de instituciones se enfoca no en las instituciones mismas sino sobre los mecanismos de selección que determinan la supervivencia de unas u otras. Visto así, el (re)diseño institucional (indirecto) es una empresa factible, y por lo tanto se deben buscar criterios que sirvan como orientaciones normativas de los procesos de diseño; tanto en términos de cómo realizarlos, como en términos de hacia dónde conducirlos. El análisis del concepto de diseño institucional propuesto en el presente trabajo se ubica en el contexto dado por Goodin, pero se diferencia en su tratamiento del tema en dos aspectos. Primero, no se aborda el concepto de diseño institucional desde la perspectiva amplia de la Teoría Social, sino desde una más estrecha: el lenguaje de la nueva economía política, específicamente dentro de su vertiente neoinstitucional. Segundo, no se aborda directamente el problema de la factibilidad del diseño institucional, sino el de su valor positivo, explicativo; para de ahí derivar conclusiones respecto a su valor normativo.

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Hay traducción al español: La Teoría del Diseño Institucional; Gedisa, Barcelona, 2003.

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Definiciones preliminares21 Hasta este punto se ha asumido que el concepto de diseño institucional expresa la idea de una creación intencional de reglas de comportamiento social. Es el momento de explicar y precisar esta definición. Definición I: Diseñar es crear o transformar algo con una intención.22 A primera vista esta definición puede parecer estar dejando de lado una serie de connotaciones importantes del concepto de diseño. En primer lugar, la palabra diseño connota planeación; la idea de que diseñar algo implica en gran medida tener un plan para crearlo. Pero un plan puede ser visto como la especificación de los detalles de la intención que debe verse reflejada en el producto final. En segundo lugar, la palabra diseño connota que algo está en borrador; la idea de que el diseño apenas es una idea inicial de lo que se va a crear. Pero, de nuevo ¿por qué hacer un borrador sino para hacerse una idea sobre cómo podría llegar a incorporar el producto la intención deseada? En tercer lugar, la palabra diseño connota abstracción; la idea de que el diseño es una imagen ideal del producto final. Pero, se podría insistir ¿para qué ver la idea en abstracto si no es para evaluar la distancia que hay o podría llegarse a dar entre la intención y el producto final? En cuarto lugar, la palabra diseño connota la adecuación de forma y función; la idea de que el diseño es la manera de crear un objeto cuya forma cumpla con una función. Pero esto quiere decir que, desde este punto de vista, debe dársele al diseño esta intención específica: que su forma cumpla adecuadamente con una función; y quizás para algunos ésta no sea la única intención que debe orientar el diseño, incluso quizás no la principal. En quinto lugar, la palabra diseño connota buen ajuste23; la idea de armonía entre el objeto diseñado y su contexto. De nuevo, esta puede ser una intención del diseñador, la pregunta para la teoría del diseño es si el buen ajuste o la adecuación de 21

Se incluye una lista completa de las definiciones usadas en el argumento en el Anexo 2. Se simplifica con esta definición (1) el caso en que se busque crear algo con una serie de intenciones sistemáticamente relacionadas, (2) el caso en que se busque crear algo con la intención de que la creación cumpla con una intención, así como (3) los derivados de estas dos variantes. Lo fundamental para el presente argumento es que en cualquier caso de diseño hay al menos una intención, un propósito, en mente. 23 “Goodness of fit”: Alexander 1964. 22

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forma y función deben ser las intenciones o parte de las intenciones principales del diseño.24 Así, diseñar en general es una actividad que incluye hacer planes, o planos, maquetas, borradores, visualizar ideas abstractas del producto final. Es una actividad cuyos resultados se evalúan desde criterios como la adecuación de forma y función o el buen ajuste. Pero esencialmente todo ello se hace como parte de una actividad que finalmente busca que algo quede hecho como el diseñador quiere que quede hecho. La idea, el concepto, de diseño, depende crucialmente de la idea de que el objeto pueda incorporar –en mayor o menor medida- la intención o las intenciones de su creador. Definición II: Las instituciones son reglas de comportamiento individual en situaciones de interacción estratégica. Esta definición exige una serie de precisiones. En primer lugar, esta definición depende de una diferenciación entre las instituciones como las reglas de juego en una sociedad y las organizaciones como los jugadores. El uso corriente del término institución (autorizado por varios diccionarios consultados en inglés y en español) admite la ambigüedad. Con él suele hacerse referencia, entre otras cosas, a ciertas organizaciones (como el ejército, la iglesia, la universidad, etc.) o a ciertas arenas de acción (el congreso, una corte, una asamblea comunitaria). Para eliminar dicha ambigüedad, en el contexto de la nueva economía política, y particularmente dentro de la corriente de economía neo-institucional, se diferencian tajantemente los tres términos: instituciones son reglas sociales; organizaciones son grupos de personas que persiguen colectivamente ciertos objetivos; y arenas de acción son espacios de deliberación, negociación y toma de decisiones públicas o colectivas25.

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Para definiciones, diversas connotaciones y criterios de valoración de “diseño”, ver Alexander 1964, Papanek 1972, Norman 1988, Lidwell, Holden y Butler 2003. Para la construcción y depuración de la definición de diseño también se utilizó una entrevista aplicada a una serie de profesionales de diversas disciplinas cuyas actividades incluyen o pueden interpretarse como diseño (ver Anexo 1). 25 North 1990a, Mantzavinos 2001, Ostrom 1986.

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En segundo lugar, se usa el término “regla” con el significado de entidades lingüísticas que se refieren a prescripciones sobre los comportamientos requeridos, prohibidos o permitidos en arenas de acción específicas26. En el marco de esta definición, es preciso mencionar tres discusiones en torno al uso de la palabra “reglas”: A. La primera, tiene que ver con la idea de que las supuestas reglas que se siguen con regularidad en la vida social no necesariamente se siguen conscientemente. No es necesario suponer que dos personajes están siguiendo conscientemente una regla social para explicar lo que ocurre cuando uno extiende su mano para saludar y el otro reacciona extendiendo la suya para estrechar la que se le ofrece. Decir que los personajes “siguen una regla” es una forma de interpretar y describir comportamientos en términos de personajes que actúan de acuerdo con una regla, que actúan como si siguieran una regla27. Así, la descripción de un comportamiento en términos de la formulación discursiva de una regla, es ya una interpretación de esa regla28. En este sentido, es importante aclarar que cuando se habla de las instituciones como reglas se está interpretando así una característica de la realidad social: la existencia de prácticas recurrentes que operan como restricciones al comportamiento en contextos determinados. B. La segunda tiene que ver con la idea de que, aun dada la salvedad anterior, sí hay reglas que se siguen conscientemente, u ocasiones en que las prácticas recurrentes se formulan y se siguen conscientemente como reglas en la mente del actor cuando éste decide cómo actuar. Así, hay reglas escritas (leyes jurídicas, estatutos organizacionales, metodologías, etc.) y hay reglas –o prácticas significativamente regularizadas- no escritas (normas, valores, tradiciones, hábitos, etc.), y ambas son susceptibles de seguimiento consciente o inconsciente29. Es importante anotar en este punto que, aunque relacionada,

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Ostrom 1986. Este debate se origina en Wittgenstein 1953; para una revisión de las posiciones en torno al mismo, ver Kripke 1982, Hacker y Baker 1985, Hacker 1990, Pettit 1990, Bloor 1997. 28 Giddens 1984: 23. 29 Giddens 1984. 27

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la diferenciación entre reglas escritas y no escritas NO es la diferenciación conceptual entre reglas formales y reglas informales, sobre la cual trabajaremos más adelante30. C. La tercera tiene que ver con la definición de instituciones como reglas; algunos autores no estarían de acuerdo con tal análisis. En el terreno de la sociología, por ejemplo, Giddens (1984) define a los conjuntos de reglas que siguen los actores y de recursos con que cuentan, como estructuras sociales cuyas propiedades estructuran y contribuyen en la reproducción de totalidades sociales. Las prácticas con mayor extensión espacio-temporal dentro de esas totalidades son lo que él llama instituciones, haciendo así una diferenciación analítica entre reglas e instituciones. En el terreno de la antropología, por citar otro ejemplo, Douglas (1986: 46) define el concepto de institución como “agrupamiento social legitimado”. Es necesario resaltar, entonces, que el lenguaje de referencia que se utilizará en este trabajo para el análisis del concepto de diseño institucional es el de la economía neoinstitucional, para la cual “instituciones” son reglas sociales. En tercer lugar, esta definición de instituciones habla de las reglas como reglas de comportamiento individual. Se podría decir que, si las instituciones son las reglas y las organizaciones los jugadores, entonces las reglas orientan el comportamiento de grupos de personas, más que el de individuos. Sin embargo, el comportamiento organizacional es analizable en términos del comportamiento de los individuos que componen la organización. En este sentido, se debe precisar que en este trabajo se adopta una perspectiva de individualismo metodológico31 por dos razones: (1) las instituciones regulan el comportamiento organizacional en la medida en que orientan el comportamiento de los individuos miembros de la organización, y (2) el individualismo

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La distinción entre reglas formales e informales no es la única distinción en las discusiones sobre el concepto y el estatus ontológico de las reglas en las ciencias sociales; p.ej.: Hart 1961/1994 distinguen entre reglas primarias y secundarias, Rawls 1955 distingue entre los conceptos sumario y práctico de las reglas, y Searle 2003 distingue entre reglas regulativas y constitutivas. 31 Elster 1989.

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metodológico es el paradigma analítico sobre el cual reposa la estructura conceptual de la economía política32. En cuarto lugar, se habla de reglas de comportamiento individual en situaciones de interacción estratégica, en la medida en que se supone que las instituciones sociales propiamente dichas sólo son aquellas reglas de comportamiento con significado social y, por lo tanto, cuya expresión comportamental se da exclusivamente en situaciones de interacción entre varios individuos33. Cuando una institución establece una regla de comportamiento privado, un curso de acción requerido, prohibido o permitido en la interacción de un individuo consigo mismo, es porque, en el contexto cultural en el que se prescribe esa regla, se percibe públicamente alguna consecuencia social de dicho comportamiento. Tal consecuencia sólo será importante para la comunidad en la medida en que el individuo entre en interacción con otros. Definición III: En suma, y con las aclaraciones precedentes en mente, se define preliminarmente diseño institucional como la creación o la transformación intencional de reglas de comportamiento individual en situaciones de interacción estratégica.

Estructura general del argumento La pregunta rectora para realizar un análisis del concepto de diseño institucional desde el lenguaje de la economía política será ¿tiene algún valor explicativo o normativo hablar de creación o transformación intencional de reglas de comportamiento individual en situaciones de interacción estratégica? Para responder a esta pregunta, se propone la siguiente estructura argumental: La primera parte del análisis se centra en la definición del proceso de diseño como un proceso de toma de decisiones mediante el cual un diseñador intenta plasmar su 32 33

Shepsle y Bonchek 1997. Weber 1922, Winch 1958, Giddens 1984.

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intención en un objeto. Para ello, el primer capítulo expone los componentes básicos de la teoría intencional de la acción, el segundo capítulo examina la lógica general de un proceso de toma de decisiones y el tercer capítulo muestra una manera de describir el proceso de diseño en el marco de la teoría de decisiones. La presentación del proceso de diseño en el marco de la teoría de decisiones resulta conveniente, además, en la medida en que dicha teoría (como queda expuesta en los primeros dos capítulos de esta parte) representa los supuestos comportamentales de la nueva economía política, que será el marco de análisis que se utilizará en lo que sigue del argumento. La segunda parte del argumento se centra en el análisis de la lógica general del cambio institucional, examinada desde el punto de vista de la nueva economía política. Así, en el cuarto capítulo se diferencian dos tipos de instituciones: aquéllas que operan como reglas formales y las que operan como reglas informales. El quinto capítulo presenta la economía política del cambio institucional en términos de la lógica de la transformación de reglas formales. Para ello, se examinan algunas implicaciones de la teoría de elección social, del análisis espacial de decisiones públicas y de la teoría juegos, en términos del valor positivo del concepto de diseño institucional. El sexto capítulo presenta la economía política del cambio institucional en lo que respecta a la lógica de la transformación de reglas informales. Para ello, se examina la teoría del cambio institucional informal propuesta por el neoinstitucionalismo. La conclusión es que resulta sumamente problemático explicar el cambio institucional, tanto de reglas formales como de reglas informales, en términos de diseño. La tercera parte inicia (capítulo séptimo) preguntándose si existe alguna alternativa distinta al argumento de diseño para explicar el origen y el cambio institucional, y presenta algunas teorías evolucionistas que se han propuesto al respecto. El octavo capítulo ofrece algunas reflexiones generales respecto al valor normativo del concepto de diseño institucional, basadas en la argumentación precedente. (Se reserva un epílogo para presentar algunas consideraciones generales respecto a un concepto institucional de diseño.)

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I. EL DISEÑO COMO PROCESO DE DECISIÓN “Design is choice.”34 Diseñar es crear o transformar algo con un propósito en mente, con una intención. En este capítulo se presenta el diseño como un proceso de decisión; es decir, un proceso en el cual el diseñador elige, entre una serie de cursos de acción posibles, aquellos mediante los cuales espera lograr que sus creaciones incorporen su intención. Así, como en cualquier otra actividad humana, el agente siempre trata de hacer lo que quiere sujeto a lo que puede. La primera sección presenta la teoría intencional de la acción humana. La segunda presenta una teoría de decisiones basada en intenciones. La tercera examina el diseño como un proceso de toma de decisiones.

1. Teoría intencional de la acción humana Explicar un evento es presentar información sobre su historia causal35. Según la teoría intencional de la acción, las causas de una acción humana son las razones del agente que actúa. La versión estándar de la teoría intencional de la acción humana se presenta en Davidson 196336. En este texto, el autor se propone “defender la posición antigua –y de sentido común- según la cual la racionalización [de una acción] es una especie de explicación causal”37. Para Davidson, una racionalización explica la acción en términos 34

Tufte 2001: 191. Lewis 1986: 217, Dretske 1988, Elster 1989, y ver discusión en Jackson y Pettit 1990. 36 Davidson, Donald (1963): Actions, reasons and causes; Journal of Philosophy; 60. Recogido en Davidson (1980): Ensayos sobre acciones y sucesos; Barcelona - México: Crítica - IIF/UNAM, 1995. 37 Davidson 1963: 17. Al hablar de “defender”, Davidson está haciendo referencia a su discusión con la posición dominante que existía hacia mediados del siglo XX sobre las causas de la acción humana. Dicha posición se basaba en una interpretación de ciertos argumentos de Ludwig Wittgenstein, ver Schroeder, Severin 2001: 150, 158. Según esta interpretación, las razones no pueden ser entendidas como causas de las acciones puesto que una explicación causal es siempre hipotética. En la medida en que sólo el agente conoce las razones de su acción, cuando éste da razón de sus acciones hace referencia a hechos que conoce con certeza –no está formulando hipótesis sobre las causas de su acción, dada su autoridad de primera persona al referirse a sus propios estados mentales, como lo son sus deseos y creencias; ver Wittgenstein 1958/60: 14-15. 35

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de una razón primaria. Conocer una razón primaria es conocer una intención por la cual se realizó una acción38. Analíticamente, una razón primaria consiste de (i) una actitud favorable (proattitude)39 del agente hacia la realización de acciones de cierta clase y (ii) la creencia del agente de que la acción en cuestión es de esa misma clase. Si un agente tiene cierta actitud favorable (deseo, instinto, sentido del deber…) hacia acciones de la clase A y en el momento en que tiene la posibilidad de realizar una acción a cree que a es de esa misma clase A de acciones, entonces el agente tiene una razón primaria para hacer a. La razón primaria se constituye así en causa de la acción.

Schick 1997 critica el análisis de las razones como estados mentales diádicos compuestos de actitudes favorables y creencias. El término “actitud favorable”, como lo usa Davidson, mezcla los aspectos motivacionales del agente y su visión de la acción en

Al hablar de “posición antigua”, Davidson está haciendo referencia a la teoría de la acción formulada por Aristóteles en términos de un “silogismo práctico”. La teoría según la cual las acciones humanas surgen de los deseos y las creencias del agente se remonta a este autor. Según Aristóteles, así como en un razonamiento o silogismo teórico las premisas fuerzan o causan una conclusión, en un razonamiento o silogismo práctico los deseos y las creencias -sus premisascausan una acción –su conclusión. Ver Movimiento de los Animales, 701a 7 – 25; Ética Nicomáquea: Libro VII; Acerca del Alma: Libro III; ver también Anscombe 1957/63. 38 Davidson 1963: 22. 39 Según Davidson, el término “actitud favorable” incluye “deseos, impulsos, instintos, convicciones morales, principios estéticos, prejuicios económicos, convencionalismos sociales, metas y valores públicos y privados”, 1963: 18.

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sí misma. En este sentido, Schick habla de deseos y creencias, y añade un tercer elemento constitutivo de las razones: las interpretaciones. Por ejemplo40, si bien la sobrina de la mujer asesinada deseaba ser rica y creía que matando a su tía millonaria podía serlo, esto no es razón suficiente para haberla asesinado. Para Schick, el deseo y la creencia pueden ser considerados motivos o bases de la acción, pero una razón completa, una explicación causal de la acción, requiere además que el agente interprete la acción “como algo que quiere que sea hecho” 41. El asesino fue el mayordomo, que quería que la sobrina fuera millonaria, creía que al matar a la tía lo sería, e interpretaba el asesinato de la tía como algo que quería que fuera hecho. Por el contrario, la sobrina no interpretaba ese tipo de acción (el asesinato) como un tipo de acción con el que ella se identificara. Si seguimos a Schick las causas de una acción humana son (estados mentales llamados) razones, las cuales están compuestas por deseos, creencias e interpretaciones42.

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Schick 1997: 21 – 27. Schick 1997: 25. 42 Se podría argumentar que no es necesario incorporar las interpretaciones como parte de la explicación intencional de la acción, en la medida en que –por ejemplo- el caso de la sobrina podría ser explicado en términos de razones enfrentadas: la sobrina tenía razones para matar a su tía, pero también tenía razones más poderosas para no hacerlo. Pero, ¿qué hace que una razón sea más poderosa que otra? 41

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Definición IV: Así, se define la intención de un agente como una descripción de la relación causal entre sus razones (deseos, creencias e interpretaciones) y sus acciones.

2. Teoría de decisiones Especificar las causas de una acción humana no es suficiente información sobre su historia causal como para explicarla; es necesario además hacer explícito el mecanismo causal43. Hacer explícito el mecanismo causal de una acción es describir el proceso que articula las causas de la acción (las razones) con su consecuencia (la acción)44. El proceso mediante el cual se articulan causalmente razones y acciones es la decisión. Decidir es elegir una acción de un conjunto de acciones posibles. El mecanismo que opera en un proceso de decisión, ie. un proceso de elección de un curso de acción, es la racionalidad. Una acción racional es una acción llevada a cabo, elegida, porque su agente cree que así puede hacer lo que quiere, de acuerdo con sus interpretaciones sobre su identificación con tal tipo de acciones.45 Más específicamente, una acción racional (el tipo de acción que podemos suponer de un agente que elige realizar su intención) es una acción que el agente decide llevar a cabo porque cree que maximiza su utilidad esperada46. La utilidad no es una medida del deseo, pero sí una descripción general de lo que éste significa en un proceso de decisión. La interacción entre los distintos cursos de acción disponibles para el agente, su conjunto de oportunidad, A: (A1, A2, A3... An), y varios estados del mundo posibles, el conjunto de posibilidad, E: (E1, E2, E3...En),

43

Elster 1989. Elster 1986. 45 Schick 1997. 46 Elster 1986, Schick 1997. 44

19

configura un conjunto de resultados posibles de la acción, R: (R1, R2, R3...Rn). Querer, desear un resultado más que otro implica (1) compararlos entre sí y establecer relaciones de preferencia entre ellos (comparabilidad) y (2) ordenarlos en términos de esas relaciones de preferencia (transitividad). Cuando un agente establece una relación de preferencia (fuerte o débil) entre diversos resultados posibles de la acción, se obtiene un conjunto ordenado, R*: {R1, R2, R3...Rn, Rn+1}. El valor de utilidad de cualquiera de estos resultados posibles, URi, señala su posición relativa frente a todos los demás resultados posibles en el conjunto ordenado; en este sentido el significado numérico del valor de utilidad es puramente ordinal, y sólo puede ser asignado a cada uno de los elementos del conjunto de resultados posibles de la acción del agente cuando éste satisface las condiciones de comparabilidad y transitividad. Formalmente, la comparabilidad exige que para cada par de resultados del conjunto de resultados posibles de la acción, R: (R1, R2, R3... Rn), el agente pueda establecer una relación de preferencia (>) entre ellos: R1>R2 (R1 es preferido sobre R2), R2>R3 (R2 es preferido sobre R3), etc. La transitividad exige que si R1>R2 y R2>R3, entonces R1>R3. Definición V: Se define así la Condición de Racionalidad de una acción: R* es comparable y transitivo.47 Si R* no cumple con esta condición, entonces es imposible asumir la racionalidad de la acción, y en consecuencia, no es posible rastrear en ella la intención del agente (la relación causal entre deseos, creencias e interpretaciones con su acción). Como nuestras creencias nunca son certezas, nuestras acciones siempre son apuestas. Por esta razón un agente racional no maximiza simplemente su utilidad, sino su utilidad esperada; es decir que pondera la utilidad de cada resultado posible por la probabilidad (P) de que éste se dé, estimando dicha probabilidad de acuerdo con sus creencias sobre la estructura causal de la situación. Así, un proceso de decisión puede ser 47

Arrow 1951/1963: 13, Shepsle y Bonchek 1997: 64.

20

descrito como el proceso mediante el cual un agente maximiza su utilidad esperada, lo cual puede ser expresado formalmente así: 48 La utilidad esperada, UE, de una acción, Ai, está dada por: UE(Ai) = P(R1) x U(R1) + P(R2) x U(R2) + ... P(Rn) x U(Rn) El proceso de decisión consiste en elegir la acción que, de un conjunto de acciones permitidas (A1, A2, A3... An), produzca la mayor utilidad esperada. Esta definición del proceso de decisión presenta tres limitaciones. Primero, no incluye ninguna información sobre la racionalidad de las creencias con base en las cuales el agente estima las probabilidades que asigna a los resultados. Segundo, asume que los diferentes estados del mundo posibles son independientes de la acción, lo cual no refleja adecuadamente los diversos tipos de influencia de las decisiones en los resultados: no diferencia la probabilidad de que cada resultado se dé condicionada a la acción del agente o como consecuencia directa de su acción. Tercero, no incorpora con claridad el papel de las interpretaciones como componentes de las razones, puesto que el valor de utilidad y las probabilidades sólo representan deseos y creencias sobre la estructura causal de la situación.49 Para superar la primera limitación, se debe asumir que las creencias del agente (1) poseen un grado máximo de plausibilidad inductiva, dada la evidencia disponible, (2) son causadas por la evidencia disponible, y (3) son causadas por la evidencia disponible de la manera correcta –p.ej. no por casualidad50.

48

Esta es la exposición estándar de la teoría de decisión bayesiana, ver Luce y Raiffa 1957 y Gärdenfors y Sahlin 1988. 49 Gärdenfors y Sahlin 1988: 9 - 10, Nozick 1993: 71. 50 Elster 1986: 12 – 14; ver también Dancy 1985 y la crítica de esta posición epistemológica en Gettier 1963.

21

Para superar la segunda limitación, Nozick 1993 propone distinguir entre utilidad evidencialmente esperada (UEE) y utilidad causalmente esperada (UCE). La primera, pondera la utilidad de cada resultado por su probabilidad de ocurrencia condicionada a las acciones del agente. La segunda, relaciona el resultado con “alguna relación causalprobabilística que señala una influencia causal directa”51 de la acción. Para superar la tercera limitación, Nozick 1993 propone incluir en la función de utilidad esperada, no sólo un cálculo de la UEE y la UCE de la acción ponderadas por la confianza del agente “en la orientación que le proporciona cada uno de esos tipos de utilidad esperada”52, sino además un cálculo de lo que llama la “utilidad simbólica” de la acción. La utilidad simbólica (US) representa las interpretaciones del agente sobre la acción misma, dado su contexto cultural53. Así, la función de utilidad esperada propuesta por Nozick, a la cual llama “valor decisional” (VD) adquiere la siguiente forma: VD(Ai) = Wc x UCE(Ai) + We x UEE(Ai) + Ws x US(Ai); donde Wc representa el peso que el agente le asigna a la UCE, We el peso que le asigna a la UEE y Ws el peso que le asigna a la US, dada la confianza del agente en la orientación que cada tipo de utilidad esperada le da a su decisión. Por último, se debe reconocer que la racionalidad del agente es limitada en el sentido en que toda estructura causal presente en la realidad es en esencia compleja, y que su capacidad cognitiva y computacional no es perfecta. Así, existe un límite a (1) su capacidad para procesar toda la evidencia disponible y (2) su capacidad para maximizar

51

Nozick 1993: 72; ver también Gärdenfors y Sahlin 1988: 9 – 10. Nozick 1993: 74. 53 Nozick 1993: 77 – 78. 52

22

una función (compleja) de valor decisional54. En este sentido, se habla de satisfacción – más que maximización- del valor decisional. En suma, una decisión es un proceso en el cual un agente, inmerso en una estructura causal compleja, intenta hacer lo que quiere, sujetándose a lo que cree que puede y consistentemente con sus interpretaciones sobre las acciones que ve disponibles. Esto es equivalente a decir que: Definición VI: la decisión es un proceso en que el agente intenta satisfacer el valor decisional de sus acciones.

3. El diseño como proceso de toma de decisiones Siguiendo la Definición I a la luz del análisis precedente, se puede decir que el proceso de diseño es uno en el cual el diseñador elige las acciones que mayor probabilidad tengan de imprimirle una intención determinada a su creación. En este sentido, se pueden combinar las Definiciones I y VI para obtener: Definición VII: el proceso de diseño puede ser descrito como un proceso de decisión en el que un agente (el diseñador) busca satisfacer el valor decisional de sus acciones en los siguientes términos: 1. El diseñador se enfrenta a un conjunto de acciones posibles, (A1, A2, A3... An), para transformar unos materiales con el fin de crear un objeto. Por ejemplo, el diseñador de joyas tiene que elegir entre usar oro, plata, platino, etc. También tiene que elegir si utiliza el método de la cera perdida o si trabaja por laminación y forja de los materiales. También tiene que elegir qué técnica utilizar para realizar el acabado de la pieza: inmersión en ácido, lija, etc. 54

Simon 1978, 1986; para una aproximación formal a la teoría de racionalidad limitada o acotada, ver Rubinstein 1998.

23

2. Dependiendo de los estados del mundo posibles, (E1, E2, E3... En), sus acciones pueden producir una serie de resultados, (R1, R2, R3... Rn). Dependiendo de las acciones elegidas y, por ejemplo, la calidad de los materiales, las condiciones medioambientales, la moda, etc., el resultado –la joya, el objeto de diseño- tendrá unas características determinadas en términos de su durabilidad, brillo o belleza. 3. El diseñador compara y ordena los resultados esperados de sus acciones, en términos de sus preferencias sobre el objeto de diseño, obteniendo (U(Ri)). La combinación de las técnicas y demás acciones elegidas, con la calidad de los materiales, condiciones ambientales y demás estados posibles del mundo, producirán objetos con características distintas. El diseñador establece su preferencia entre esos diversos resultados, basándose para ello en los propósitos que le quiere imprimir a su pieza: alta calidad de los acabados, durabilidad, precio competitivo, etc. 4. El diseñador pondera la utilidad de los resultados por las probabilidades de que sus acciones condicionen o causen cada uno de los resultados esperados de sus acciones, obteniendo UEE y UCE (Ai). El uso de un material como el oro tiene altas probabilidades de causar una mayor durabilidad de la pieza que si se hiciera en plata; pero el uso del oro no causa una mayor belleza de la pieza: ésta es una característica de la pieza condicionada a que se haya hecho en oro, pero que depende de otros factores, como el concepto de belleza imperante en la moda. 5. El diseñador valora sus acciones disponibles con base en sus interpretaciones sobre las mismas, obteniendo US(Ai).

24

Si el diseñador pertenece a una cultura que privilegia el grado de pureza del oro en una pieza de joyería, y se identifica con ella, es probable que prefiera utilizar una aleación con un bajo contenido de cobre y plata. Por el contrario, si pertenece a, y se identifica con, una cultura que privilegia mayor maleabilidad del material, una tonalidad más cercana a las tonalidades simbólicas del color del sol, o un olor particular en las piezas de oro, es probable que prefiera utilizar una aleación con mayor contenido de cobre, como la Tumbaga. 6. El diseñador le asigna un peso relativo a la confianza que le dan las orientaciones evidencial, causal y simbólica a sus acciones, obteniendo We, Wc y Ws. 7. El diseñador pondera las UEE, UCE y US de cada acción disponible por el peso que le ha asignado a cada una, obteniendo VD(Ai). 8. El diseñador satisface el valor decisional de su diseño –escoge el subconjunto coherente de acciones que, con base en la evidencia disponible en algún momento límite de tiempo, represente el mayor valor decisional. Así entendido, el proceso de diseño no necesita ser un proceso de decisión consciente. Esta interpretación del proceso de diseño como un proceso de decisión en un contexto de complejidad y racionalidad limitada, es consistente con Alexander 1964 y Simon 1969/1996. Para Alexander, la historia del diseño se divide en dos etapas: una noautoconsciente, característica de sociedades primitivas donde la actividad de adecuación de una forma a una función constituye un continuo con la naturaleza, y una autoconsciente, característica de las sociedades modernas, en las que la actividad de adecuación de forma y función se convierte en un proceso de decisión consciente. En esta etapa autoconsciente del proceso de diseño “la claridad física no se puede alcanzar en la forma hasta que primero exista alguna claridad programática en la mente y las acciones

25

del diseñador [... lo cual será siempre] un proceso de reducción de errores”, dada la (creciente) complejidad de los problemas de diseño55. Para Simon, el diseño es la ciencia de lo artificial. Los fenómenos artificiales “... son lo que son sólo porque un sistema está siendo moldeado, por intenciones y propósitos, al ambiente en el que vive”56, y en consecuencia “el diseño [...] concierne a cómo deberían ser las cosas, a cómo idear artefactos para lograr ciertas metas”57. En tal sentido, el diseño es esencialmente, aunque no exclusivamente, un proceso de toma de decisiones.

55

Alexander 1964 passim (Traducción P.A.). Simon 1969/1996: xi (Traducción P.A.). 57 Simon 1969/1996: 114 (Traducción P.A.). 56

26

II. LA ECONOMÍA POLÍTICA DEL CAMBIO INSTITUCIONAL “La voluntad del hombre perfecto no es constante, porque la voluntad del pueblo es su voluntad.” Tao Te Ching, 4958. ¿Es posible explicar el origen de las instituciones y el cambio institucional como procesos de diseño? Habiendo establecido que cualquier proceso de diseño puede ser descrito como un proceso de decisión, la pregunta puede ser reformulada: ¿es posible explicar el origen de las instituciones y el cambio institucional como procesos de decisión? Tal explicación tendría que tener la forma de un relato causal que condujera desde una intención hasta una institución existente. El valor explicativo, positivo, del concepto de diseño institucional depende así en primera instancia de la coherencia que dicha historia causal pueda llegar a tener. ¿Es lógicamente coherente una historia causal que conecte intenciones humanas con instituciones sociales? Para saberlo, hay que establecer si la naturaleza de la emergencia y el cambio institucional admite una lógica intencional. En este capítulo se explora la lógica de la emergencia y el cambio institucional desde el punto de vista de la economía política. Desde este punto de vista, la lógica de la emergencia y el cambio de las instituciones puede ser descrita como un proceso de selección política y social de reglas formales y reglas informales. La primera sección de este capítulo (sección 4) presenta la diferenciación entre instituciones formales e informales. La segunda (5) presenta una teoría sobre la emergencia y el cambio de las instituciones formales. La tercera (6) presenta una teoría sobre la emergencia y el cambio de las instituciones informales.

4. Instituciones formales e informales La economía política se fundamenta en el individualismo metodológico: todo fenómeno social es analizable en términos de la lógica intencional de la acción humana individual. Así, la economía política utiliza la teoría de decisiones para estudiar la 58

Lao-tse: Tao Te Ching; Madrid: Tecnos, 1996: 123 (traducción directa del chino de Carmelo Elorduy).

27

interacción de actores racionales bajo restricciones institucionales. La vertiente neoinstitucional de la economía política se distancia de la teoría de decisión racional de la escuela neoclásica en términos de tres variaciones en los supuestos sobre el comportamiento humano individual: (1) Mientras que los modelos neoclásicos asumen la maximización de ingreso como única motivación de los agentes, la economía política neoinstitucional asume también motivaciones

ideológicas,

altruistas

o

derivadas

de

estándares

de

conducta

autoimpuestos59. (2) Mientras que los modelos de elección racional neoclásicos asumen racionalidad perfecta, el neoinstitucionalismo asume racionalidad imperfecta o acotada –en el sentido de Simon 1986-, en términos del reconocimiento de una limitada capacidad computacional de la mente humana para descifrar el ambiente60. (3) Mientras que los modelos neoclásicos asumen información completa, la vertiente neoinstitucional de la economía política asume información incompleta, especialmente en términos del comportamiento de otros individuos61. En un contexto natural y social complejo, la interacción estratégica entre agentes limitadamente informados, imperfectamente racionales y diversamente motivados es costosa, pues incorpora un alto grado de incertidumbre62. Cada agente tiene que invertir recursos para reducir su incertidumbre sobre el medio y sobre el comportamiento de los otros agentes durante y después de la interacción. Si el costo implica un bajo valor decisional de la interacción para al menos uno de los agentes, éste decidirá no realizarla. La existencia de reglas de comportamiento individual en situaciones de interacción estratégica facilita la interacción humana en la medida en que reduce la 59

North 1990a: 22. North 1990a: 22 – 23. 61 North 1990a: 25. 62 North 1990a: 27 – 35. 60

28

incertidumbre de cada agente sobre el comportamiento de los demás agentes y, por lo tanto, disminuye los costos de su interacción. Así, las instituciones permiten resolver los dos tipos generales de problemas que surgen en la interacción humana: los problemas de cooperación y los problemas de coordinación63. A.

Los problemas de cooperación64 surgen en situaciones de interacción estratégica

en las que la búsqueda de la mayor satisfacción de sus intereses por parte de cada uno de los agentes en juego produce un resultado subóptimo para todos. Este tipo de situaciones suele caracterizarse de forma general en términos del “Dilema de Prisioneros”65:

Figura 3: “Dilema de Prisioneros” Estructura General de un Problema de Cooperación Jugador Columna Jugador Fila

F1 F2

C1 3,3 4,1

C2 1,4 2,2

En esta matriz, los números señalan el valor decisional de cada una de las dos posibles estrategias de los jugadores. C1 y F1 corresponden a la estrategia de “cooperar con el otro” para cada jugador; C2 y F2 son “explotar al otro”. En esta situación de interacción estratégica, como en cualquier otra, cada jugador tiene que tomar una decisión teniendo en cuenta lo que cree que va a decidir hacer el otro jugador. Si el Jugador Columna opta por su estrategia C1, entonces el Jugador Fila tiene que jugar F2 para obtener un mayor resultado. Si el Jugador Columna opta por C2, entonces el Jugador Fila tiene que jugar F2. La estrategia F2 es la estrategia dominante para el Jugador Fila, dada la estructura de la situación.

63

North 1990a: 11 – 16, Dixit y Nalebuff 1991: 223 – 258, Mantzavinos 2001: 83 – 158. Axelrod 1984: 3 - 24, Shepsle y Bonchek 1997: 197 – 219. 65 Axelrod 1984: 8, Hargreaves Heap et.al. 1992: 98 – 99, Hargreaves Heap y Varoufakis 1995: 37. 64

29

Por otra parte, si el Jugador Fila opta por su estrategia F1, entonces el Jugador Columna debería jugar C2. Si el Jugador Fila optara por F2, entonces el Jugador Columna optaría por C2. Esto hace que C2 sea la estrategia dominante para el Jugador Columna. Si se supone que ambos jugadores buscan satisfacer el valor decisional de sus estrategias, entonces se debe suponer que ambos optarán por adoptar sus estrategias dominantes: F2 y C2. Si este es el caso, entonces el resultado del juego –el equilibrio- se produce en la intersección F2/C2, y el pago para cada jugador es el tercero en valor, casi el peor. El comportamiento racional de los dos jugadores produce un resultado subóptimo para ambos. Este resultado depende claramente de la estructura del juego; es decir, de la estructura de incentivos asociada a esta situación de interacción estratégica. En el caso de un dilema de prisioneros, el problema está en que cada uno de los jugadores tiene un incentivo para explotar al otro, en la medida en que obtendría mayor utilidad si así lo hiciera. El problema general de la cooperación humana surge cuando (1) los actores deben optar entre cooperar o explotar a los otros actores, (2) cada actor obtiene una mayor utilidad explotando a un cooperador, (3) ninguno sabe con certeza cómo va a actuar el otro, y (4) cada uno asume que el otro es tan racional como él, en el sentido de la búsqueda de la obtención de la mayor utilidad posible (ie. todos optan por la estrategia con mayor valor decisional). En vista de estos resultados, se puede pensar que es del interés de los jugadores resolver su problema de cooperación; puesto que si hay alguna forma de asegurar que todos cooperen, todos obtendrían el segundo mayor valor de utilidad. La solución clásica que ha propuesto la economía política para explicar la manera en que agentes racionales logran un equilibrio mutuamente benéfico en este tipo de situaciones de interacción estratégica es la adopción de un esquema contractual.

30

Un contrato (1) especifica el comportamiento –la estrategia- que cada parte tiene que adoptar en el juego antes de que éste comience, (2) impone sanciones a los agentes que se desvíen del comportamiento prescrito en el contrato y (3) pone en manos de un tercer agente –externo al juego- el monitoreo del comportamiento de los agentes en juego y la imposición de sanciones a los agentes cuyo comportamiento se desvíe del prescrito. Cuando se examina esta lógica a la luz de un dilema de presos con más de dos jugadores, se obtiene un problema de acción colectiva66. A menos que haya una autoridad central que monitoree el comportamiento y administre un esquema de incentivos selectivos que premie a quienes cooperan y castigue a quienes no cooperan, la acción colectiva no puede surgir en grupos medianamente grandes de agentes racionales. La necesidad de la existencia de un tercero que monitoree y sancione el comportamiento indebido en los términos de un “contrato social” se ha constituido en la explicación clásica de la existencia del estado, así como la justificación de la racionalidad de la obligación política (ie. la obligación a obedecer sus mandatos)67. Definición VIII: Así, las instituciones formales se definen como las reglas (de comportamiento individual en situaciones de interacción estratégica) que operan como soluciones contractuales a problemas de cooperación.

B.

Los problemas de coordinación68 surgen en situaciones de interacción estratégica

en las que la búsqueda de la mayor satisfacción de sus intereses por parte de cada uno de los agentes en juego produce ambigüedad estratégica para todos: 66

Olson 1971. Para una revisión de la aplicación de la lógica de la acción colectiva en el análisis de los problemas de provisión de bienes públicos, control de externalidades y tragedias de recursos comunes, ver Shepsle y Bonchek 1997: 260 – 296. 67 Hobbes 1651/1668; para una interpretación de la tradición contractualista en términos de la teoría de juegos, ver Kavka 1986, Hampton 1986, 1990 y 1993, Dixit y Nalebuff 1991: 148 – 151, Hargreaves Heap et.al. 1992: 201 – 205, Hargreaves Heap y Varoufakis 1995: 111 – 113. 68 Hargreaves Heap y Varoufakis 1995: 35 – 37.

31

Figura 4: Estructura General de un Problema de Coordinación Jugador Columna Jugador Fila

F1 F2

C1 4,4 2,1

C2 1,2 3,3

En este caso, ninguno de los jugadores tiene una estrategia dominante, y hay dos equilibrios a los que pueden llegar si cada uno actúa racionalmente, C1/F1 y C2/F2. En una situación de interacción estratégica estructurada de esta forma, el problema es de coordinación, en la medida en que el éxito para cada uno depende de que ambos elijan la estrategia que los conduzca al mismo equilibrio. Para resolver el problema, el Jugador Fila tiene que saber por cuál estrategia va a optar el Jugador Columna, el Jugador Columna tiene que saber que el Jugador Fila sabe por cual estrategia va a optar el Jugador Columna, el Jugador Fila tiene que saber que el Jugador Columna sabe que Fila sabe, etc. hasta infinito, y viceversa. Esta condición se conoce como conocimiento común. Schelling 1960 mostró experimentalmente que existen mecanismos como los “puntos focales”, que permiten a las personas resolver problemas de coordinación cotidianos; p.ej. dónde encontrarse cuando no se ha especificado el lugar de la cita o quién devuelve la llamada cuando ésta se corta. Lewis 1969 estableció que el mecanismo general de producción de conocimiento común es la convención69: regularidades mutuamente esperadas en el comportamiento de los agentes en situaciones recurrentes de coordinación. Estas regularidades adquieren la forma de rituales70, costumbres, valores, normas sociales, etc.; en general, “(1) extensiones, elaboraciones, y modificaciones de reglas formales, (2) normas de comportamiento sancionadas socialmente, y (3) estándares de conducta reforzados internamente”71. 69

Lewis 1969: 42, 58, 76, 78 – 79. Chwe 2001. 71 North 1990a: 40 (Traducción P.A.), ver también Mantzavinos 2001: 85, 101 – 130. 70

32

Definición IX: Así, las instituciones informales se definen como las reglas (de comportamiento individual en situaciones de interacción estratégica) que operan como soluciones convencionales a problemas de coordinación. Para algunos autores72, sin embargo, este análisis de las reglas informales no sería el adecuado; especialmente porque las normas sociales y los valores morales son vistos como instituciones que adquieren su papel más relevante en contextos de problemas de cooperación, ie. en situaciones de conflicto de interés. Si se sigue la idea de que un problema de cooperación sólo puede ser resuelto cuando existe un mecanismo de protección de los acuerdos entre las partes en juego, entonces se debe identificar el mecanismo de protección de las normas sociales y las normas morales. En este sentido, se habla de las normas sociales como reglas protegidas por la presión y el castigo de otros individuos dentro del grupo y de las normas morales como reglas protegidas por el individuo mismo, mediante un proceso de internalización de las normas73. Para otros autores74, por el contrario, tanto las instituciones formales como las informales hacen parte de un continuo de convenciones sociales. El problema con estas definiciones de valores morales y normas sociales está en la especificación de los mecanismos de protección de las reglas75, en su verificación empírica76 y en la coherencia de su lógica de operación. En cuanto a este último, es claro que si la moral o las normas sociales resolvieran problemas de cooperación, éstos no requerirían de una solución contractual (formal). Precisamente, el problema que enfrentan los jugadores en un dilema de prisioneros es que ninguno puede confiar en el otro, aun sabiendo que cada uno podría comportarse cooperativamente y que eso implicaría un 72

North 1990a, Mantzavinos 2001. Mantzavinos 2001: 85. 74 Young 1998. 75 North 1990a: 41 – 42, Elster 1989. 76 Para una revisión de la investigación experimental sobre confianza y reciprocidad, ver Ostrom y Walker 2003. 73

33

(segundo) mayor pago para ambos. La definición de instituciones formales e informales en el presente trabajo asume que la única manera de resolver problemas de cooperación es mediante reglas formales (contractuales) que involucran la intervención de una autoridad central, de un tercero externo al juego. Aunque Axelrod 1984 mostró cómo la cooperación social puede surgir espontáneamente en ausencia de una autoridad central en poblaciones de individuos que interactúan con suficiente frecuencia, ello sólo es posible con base en la existencia de un grupo inicial que coordine en el uso de un cierto tipo de reglas morales que sea estable en el tiempo77.

5. Emergencia y cambio de instituciones formales Las “instituciones formales emergen a través de un proceso político”78. La solución contractual a los problemas de cooperación exige la existencia de un tercero, un árbitro, que haga cumplir los acuerdos79. Los acuerdos especifican –en la medida posible80- las acciones requeridas, prohibidas y permitidas por parte de cada uno de los actores en términos del uso de los recursos que están en juego; es decir, los contratos especifican los derechos de propiedad de cada uno de los actores81. Para que ello ocurra, el árbitro debe tener autoridad sobre las acciones de los jugadores; es decir, debe tener

77

La demostración de Axelrod 1984 se basa en una simulación computarizada, con base en torneos iterados del dilema de prisioneros, del desempeño promedio de distintas estrategias de juego y con base en cálculos sobre su estabilidad evolutiva. La estrategia ganadora fue TIT-FORTAT; una estrategia cuyas propiedades “morales” Axelrod resume en (1) no es envidiosa, (2) no es la primera en desertar, (3) reciproca tanto cooperación como deserción, y (4) no se pasa de lista; Axelrod 1984: 110. Ver también Mantzavinos, North y Shariq 2004: “Individuos respetando convenciones, siguiendo reglas morales, y adoptando normas sociales causan (como un resultado no intencional de su comportamiento) la emergencia de un orden social. En grupos estrechamente entretejidos, las instituciones informales son ampliamente suficientes para estabilizar expectativas y proveer disciplina, porque los miembros del grupo entablan relaciones personales. En las sociedades primitivas, las instituciones informales solas pueden establecer orden social; y usualmente no hay necesidad de instituciones adicionales con un mecanismo explícito de protección por parte de un tercero”: 77. Ver también Silberbauer 1991 y Perafán, Azcárate y Zea 2000 para soportes empíricos de esta afirmación. 78 Alston, Eggertsson y North 1996: 27 (Traducción P.A.). 79 “Y los acuerdos sin la espada no son más que palabras...”: Hobbes (1651/1688): 106 (Traducción P.A.), ver North 1990a: 57. 80 Para la noción de “contratos incompletos”, ver Hart 1987, también North 1990a: 52. 81 North 1990a: 48.

34

derechos de propiedad sobre las acciones de los actores82. Esto significa que debe haber un nivel de reglas formales por encima del nivel de los contratos interpersonales: el que especifica la autoridad del árbitro83. Cada contrato es constitutivo de una relación interpersonal en la medida en que también se constituya una relación contractual con un árbitro. A medida que las sociedades se hacen más complejas se va generando una jerarquía de reglas formales anidadas84: la esfera contractual es regulada por la esfera legal, y ésta por la constitucional85. A ese nivel, el estado86 no sólo es el último garante del sistema anidado de reglas formales; a medida que se incrementa la complejidad de la sociedad, el estado también se convierte en el principal proveedor de las mismas87. “El agente del cambio [institucional] es el emprendedor individual...”88. El emprendedor, estando siempre alerta a cambios en los precios relativos del mercado y en los gustos de las personas89, descubre nuevas oportunidades de incrementar su utilidad o la de la organización a la que pertenece90. Esto conduce a que una o ambas partes de un contrato adquieran incentivos para intentar renegociarlo. “Sin embargo, dado que los contratos están anidados en una jerarquía de reglas, la renegociación puede no ser posible sin la reestructuración de un conjunto superior de reglas”91. A medida que el costo de cambiar las reglas formales de una sociedad se incrementa, comienzan a aparecer intermediarios entre el proveedor de una oferta de instituciones -el estado- y su demanda por parte de los emprendedores92; es decir, surge un sistema de representación política.

82

La definición clásica de autoridad en términos de propiedad sobre las acciones de los actores se encuentra en Hobbes 1651/1688: capítulo 16. 83 North 1990a: 47, 54 – 60. 84 North 1990a: 83. Para la noción de reglas anidadas, ver también Tsebelis 1990. 85 ver también Alston, Eggertsson y North 1996: 14: “... el sistema de derechos de propiedad describe la distribución del poder en una sociedad” (Traducción P.A.). 86 Para una teoría neoinstitucional sobre la emergencia del estado, ver Mantzavinos 2001: 131 – 147. Ver también Tilly 1985 para una visión compatible con esta teoría del estado, pero examinada desde la sociología histórica. 87 Alston, Eggertsson y North 1996: 27, North 1990a: 48 – 51, North 1990b. 88 North 1990a: 83 (Traducción P.A.). 89 Para la definición de emprendedor, ver Hargreaves Heap et.al. 1992: 53 – 57: el emprendedor se caracteriza por “estar alerta a nuevo conocimiento y actuar sobre él” (Traducción P.A.). 90 North 1990a: 84. 91 North 1990a: 86 (Traducción P.A.). 92 North 1990a: 87, Alston, Eggertsson y North 1996: 27.

35

La pregunta, entonces, es: ¿puede caracterizarse la operación de un sistema de representación política como un proceso de diseño institucional? En otras palabras, ¿puede explicarse la producción política de reglas formales como un proceso de decisión? Si se supone que todo el proceso de negociación, deliberación y compromiso que se da entre los diversos emprendedores y los intermediarios políticos termina en una votación legislativa a favor o en contra de un cambio institucional, entonces una respuesta negativa a la anterior pregunta en términos del funcionamiento de una asamblea legislativa basta para negar que todo el proceso político pueda verse como un proceso de diseño institucional. Las asambleas legislativas aprueban o niegan cambios institucionales mediante votación. La votación es un mecanismo de agregación social de preferencias individuales; lo que buscan tal tipo de mecanismos es amalgamar los gustos, los valores, los deseos de cada individuo en una elección grupal coherente93. Una elección grupal coherente sería aquella que cumpliera con la condición de racionalidad (Definición V): R* es comparable y transitivo. Trabajando desde la economía del bienestar94, Arrow (1951/1963) demostró que ningún método mínimamente razonable de agregación social de preferencias individuales asegura un resultado que cumpla con la condición de racionalidad; es decir; no es posible asegurar mediante votación una elección grupal coherente95. Así, en la medida en que todo proceso de diseño puede ser descrito como un proceso de decisión (Definición VII) y todo proceso de decisión requiere del cumplimiento de la condición de racionalidad, entonces:

93

Arrow 1951/1963: 2. “... la Economía del Bienestar será la teoría de cómo economistas y gobernantes adoptan o deberían adoptar sus decisiones entre políticas alternativas, y entre instituciones buenas y malas”: Arrow y Scitovsky 1969: 7. Para una discusión sobre el alcance y los límites interpretativos de los teoremas de posibilidad de la economía del bienestar, ver Sen 1999. 95 Para una explicación sencilla del Teorema de Arrow y su aplicación a la votación por mayoría en asambleas legislativas, ver Shepsle y Bonchek 1997: capítulo 4. Para una demostración sencilla del Teorema de Arrow, ver Hargreaves Heap et.al. 1992: 209 – 215. 94

36

Hipótesis I: Aun cuando tras toda institución formal hay intenciones y decisiones individuales, dado el proceso de su selección política, ninguna institución formal puede ser completamente explicada en términos de diseño. Esto es cierto, a menos que el mecanismo de agregación social de preferencias individuales NO sea mínimamente razonable. Arrow 1951/1963 presenta cuatro condiciones de razonabilidad96 para cualquier método de agregación de preferencias, donde i es cada uno de los individuos que componen el grupo G: 1. Admisibilidad Universal, U: Cada i de G puede adoptar cualquier R* sobre R. 2. Optimalidad de Pareto (unanimidad), P: Si para todo i de G R* = {x,y} → RG = {x,y} 3. Independencia de Alternativas Irrelevantes, I: Para cada i de G R(x,y) → RG(x,y) independientemente de R(w,z). 4. No-dictadura, D: No hay ningún i de G cuyo R* ↔ R*G.97 Dado que las condiciones P e I solamente aseguran que el método funcione bien98, para ver si es posible explicar una elección social en términos de decisión racional (diseño), es preciso examinar las condiciones U y D. Si se relaja la condición D, es claro que el proceso de negociación, deliberación y compromiso que se da entre los diversos emprendedores y los intermediarios políticos termina en una votación legislativa determinada por las preferencias de un solo individuo. En ese caso, sí se puede hablar de diseño institucional. Como la decisión 96

Es importante distinguir acá entre la racionalidad de una decisión (social) y razonabilidad del método de agregación social de preferencias individuales: éste debe ser razonable para cualquier individuo que participe en él (Arrow diría que las condiciones de razonabilidad corresponden a ciertas características naturales que se le exigirían a todo método de agregación social de preferencias individuales). 97 Esta versión simplificada de las condiciones de razonabilidad del Teorema de Arrow se toma de Shepsle y Bonchek 1997: capítulo 4. Ver también Hargreaves Heap et.al.: 210. 98 Shepsle y Bonchek 1997: 65 – 66, 73.

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grupal está dominada por la decisión de un solo individuo, la intención que termina reflejándose en la institución formal creada o transformada es la intención de ese individuo. (Aun así, queda pendiente el asunto de la implementación de una institución formal diseñada por un “dictador”. Un proceso de implementación es “la construcción de una forma de juego que tiene el efecto de forzar elecciones individuales hacia un resultado que satisface algún criterio normativo o meta”99. En este sentido, la implementación de una institución requiere, a su vez, del diseño -o por lo menos de la existencia previa- de unas reglas de implementación. En tal caso, el “dictador” puede contar con una estructura burocrática –una jerarquía basada en reglas contractuales- para la implementación de sus instituciones. De hecho, la existencia de una estructura jerárquica organizacional podría ser suficiente para relajar la condición D del Teorema de Arrow, sin necesidad de postular la existencia de un votante determinante. Sin embargo – con base en Sen 1970a y 1970b- se ha demostrado formalmente100 que en toda organización jerárquica persisten problemas de desequilibrio arroviano de preferencias y, en consecuencia, que en el diseño de organizaciones existen complejos trade-offs entre principios deseables pero incompatibles de autoridad y experticia.) Si se relaja la condición U, quiere decir que no se admite cualquier relación de preferencia entre los posibles resultados de la elección. Black (1958) demostró que un mínimo consenso entre los votantes es suficiente para que la regla de mayoría arroje una agregación social de preferencias individuales coherente. Este mínimo consenso puede ser representado en términos de una distribución de preferencias individuales en la cual ninguno de los votantes cree que uno de los resultados sea el peor. Lo curioso es que, si éste es el caso en una decisión unidimensional (donde se está eligiendo una opción de política sólo sobre un tema), entonces el resultado ganador siempre es el preferido por el votante mediano (el votante que se ubica en el centro del espectro de posiciones políticas

99

Schofield 1991: 10 – 11 (Traducción P.A.). Hammond y Miller 1985 (con base en Sen, Amartya (1970): Collective Choice and Social Welfare; San Francisco: Holden Day y Sen, Amartya (1970): “The impossibility of a Paretian liberal”; Journal of Political Economy, 78 (January/February): 152 – 157. 100

38

sobre el tema en cuestión)101. Esto implicaría una violación de la condición D. Si el mínimo consenso se diera en una decisión multidimensional (donde se están eligiendo opciones políticas sobre varios temas al mismo tiempo, como suele ser el caso en la realidad), sólo se llegaría a un resultado coherente si las preferencias de todos los votantes adquirieran una configuración muy especial alrededor del votante mediano (configuración que no es nada probable que se dé en la realidad)102.103 En suma, a menos que haya un votante cuyas preferencias determinen el resultado de la elección política de una institución formal, no se puede establecer un relato causal que conduzca de intenciones individuales a instituciones sociales formales. Entonces, ¿cómo es posible explicar, desde la perspectiva del individualismo metodológico, la existencia de instituciones formales; en especial de leyes aprobadas por asambleas legislativas? La hipótesis propuesta por Shepsle (1979, 1986) es que el “equilibrio institucional”104 responde a la estructura institucional de la asamblea legislativa. Un desequilibrio institucional permanente desvirtuaría por completo la relación entre emprendedores e intermediarios; por lo tanto, éstos implementan una serie de reglas en torno a la organización interna de la asamblea legislativa: particularmente en términos de la creación de comisiones especializadas y reglas de agenda. Esta estructura permite que las asambleas legislativas lleguen a resultados coherentes de selección institucional. Esta solución al problema del equilibrio institucional en las asambleas legislativas implicaría una regresión hasta infinito, en la medida en que la coherencia de las leyes 101

Suponiendo (1) un número impar de votantes, (2) participación de todos los votantes y (3) revelación sincera de las preferencias de todos los votantes; ver Shepsle y Bonchek 1997: 89 – 91. 102 Tal configuración es la de simetría radial de los puntos ideales de las curvas de utilidad de todos los votantes alrededor del punto ideal de la curva de utilidad del votante mediano en la representación euclideana de un espacio de política multidimensional, ver Shepsle y Bonchek 1997: 98 - 100. 103 Este argumento se encuentra extensamente discutido en Shepsle 1992. 104 Por “equilibrio institucional” se entiende “una situación donde... ninguno de los jugadores encontraría ventajoso destinar recursos en la reestructuración de los acuerdos” contractuales negociados, North 1990a: 86.

39

depende de la coherencia de las reglas de organización de las asambleas, y éstas están sujetas también a un proceso de elección dentro de la misma (u otra) asamblea. La solución propuesta al problema está en la existencia de instituciones informales (normas de comportamiento, costumbres, rituales) que proveen una estructura que estabiliza el proceso de selección de reglas formales de organización105.

6. Emergencia y cambio de instituciones informales Las instituciones informales emergen y cambian espontáneamente por causa de accidentes,

errores

o

innovaciones

conscientes

(experimentación)

de

agentes

individuales106 en el marco de procesos históricos en los que van apareciendo soluciones convencionales a problemas de coordinación social. Las instituciones informales son “moldeadas por el impacto acumulado de muchos individuos interactuando entre ellos sobre largos períodos de tiempo”107: “... a medida que una interacción se repite una y otra vez por parte de muchos individuos diferentes, una manera particular de resolver la interacción gana ventaja por azar. Esto le da gran prominencia, lo que significa que más personas oyen de ella, lo que conduce a que más personas la usen, y así sucesivamente. Se crea un bucle de retroalimentación. Eventualmente una manera de hacer las cosas desplaza a otras, no porque sea inherentemente mejor, sino porque circunstancias históricas le dieron una ventaja temprana que le permitió adelantar a las demás.”108 ¿Es compatible esta dinámica de la emergencia y el cambio de las instituciones informales con una explicación en términos de diseño? North (1990a), citando a Robert Sugden109, dice que las reglas informales son aquellas que “nunca han sido conscientemente diseñadas y que está en el interés de todos mantener”110. Aunque se pueda identificar a un individuo particular como aquel que causó el accidente, cometió el 105

North 1990a: 40. Mantzavinos 2001: 101 – 130. 107 Young 1998: 3 (Traducción P.A.). 108 Young 1996: 106 (Traducción P.A.). 109 El texto citado por North es: Sugden, Robert (1986): The Economics of Rights, Co-operation, and Welfare; Oxford: Blackwell. 110 North 1990a: 41 (Traducción P.A.). 106

40

error o produjo una innovación consciente de una regla informal, el proceso mediante el cual ese acto se convierte en institución desdibuja su intencionalidad: “... Catalina de Medici puso de moda en Francia el uso del tenedor en la cena. Los jugadores mayores obviamente importan en el desarrollo de instituciones sociales y económicas, pero esto no implica que los jugadores menores no importan. Las acciones de los jugadores mayores saltan a la vista y son fáciles de identificar; las pequeñas variaciones en el comportamiento individual son más sutiles y difíciles de identificar, pero en últimas pueden ser más importantes para el desarrollo de algunos tipos de instituciones. Más aun, sospechamos que los actores influyentes usualmente se llevan el crédito por cosas que estaban a punto de pasar en todo caso.”111 El hecho de que una regla informal sirva para resolver un problema recurrente de coordinación no implica que esa regla haya sido conscientemente creada para resolver ese problema. Por lo tanto, en la medida en que el proceso de emergencia y cambio de instituciones informales ocurre por azar (errores, accidentes, experimentos), está guiado por mecanismos de transmisión cultural y se asienta sobre precedentes históricos112: Hipótesis II: Aun cuando tras toda institución informal hay (o puede haber) intenciones y decisiones individuales, dadas las características del proceso de su selección social, ninguna institución informal puede ser completamente explicada en términos de diseño. Esta es la posición con la que se ha identificado la tradición de la teoría social que se puede rastrear hasta los filósofos sociales escoceses del siglo XVIII, según los cuales las estructuras sociales emergen espontáneamente en procesos evolutivos: “Mandeville – Hume- Smith – Ferguson”113.

111

Young 1998: 145 (Traducción P.A.). North 1990a: 37, Young 1998: 3, Mantzavinos 2001: 104. 113 Mantzavinos 2001: 90. 112

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III. CONCLUSIONES “Mais qu'est-ce que nature? Pourquoi la coutume n'est-elle pas naturelle? J'ai grand-peur que cette nature ne soit elle-même qu'une première coutume, comme la coutume est une seconde nature.” Blaise Pascal, Pensées114 La argumentación precedente ha arrojado dos conclusiones que se han presentado a manera de hipótesis sobre el valor positivo, explicativo, del concepto de diseño institucional: Hipótesis I: ninguna institución formal puede ser completamente explicada en términos de diseño. Hipótesis II: ninguna institución informal puede ser completamente explicada en términos de diseño. No es el propósito de este trabajo desarrollar una investigación empírica para falsearlas. Sin embargo, a un nivel puramente conceptual –dentro de los linderos de la nueva economía política- se ha demostrado la plausibilidad de ambas proposiciones hipotéticas. En lo que resta de este escrito, (capítulo 7) se presentan los trazos generales de una estructura conceptual evolucionista que permitiría construir una explicación causal del origen y el cambio de las instituciones sociales como alternativa a las explicaciones de diseño, y (capítulo 8) se presentan algunas consideraciones en torno al valor normativo del concepto de diseño institucional, basadas en el análisis que se ha desarrollado.

114

Pascal, Blaise (1670): Pensées; fragments n° 92 et 93 de l'éd. Brunschvicg, GarnierFlammarion, 1976: 77 – 78. [Versión consultada en inglés: Oxford World’s Classics, 1995: 39.] “¿Pero qué es naturaleza? ¿Por qué no es natural la costumbre? Mucho me temo que esta naturaleza no sea sino una primera costumbre, así como la costumbre es una segunda naturaleza.” (Traducción P.A.)

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7. La evolución de las instituciones sociales humanas La alternativa naturalista a las explicaciones de diseño es la de evolución por selección natural: “Estamos enteramente acostumbrados a la idea de que la elegancia compleja es un indicador de un diseño premeditado, construido. Esta es probablemente la razón más poderosa para la creencia, mantenida por la vasta mayoría de las personas que han vivido, en alguna deidad sobrenatural. Tomó un gran salto de la imaginación para que Darwin o Wallace vieran que, contrariamente a cualquier intuición, hay otra manera y, una vez se haya entendido, una manera mucho más plausible, para que surja el ‘diseño’ complejo a partir de la simplicidad primigenia.”115 En general, una explicación evolucionista establece que el cambio en una característica de una clase de individuos es producto de alguna variación aleatoria de esa característica en un individuo; al permitir que éste se adapte mejor al ambiente en que su clase de individuos se desenvuelve, la nueva característica predomina en el tiempo y se convierte en una característica de esa clase de individuos. La acumulación de múltiples variaciones de características en el tiempo determina la aparición de nuevas clases de individuos, con conjuntos de características totalmente distintos a las de sus predecesores. Este proceso marginal e incremental de desaparición de viejas características y aparición de nuevas características en las diferentes clases de individuos y, en el largo plazo, de desaparición de viejas clases de individuos y aparición de nuevas clases de individuos, opera mediante cuatro mecanismos: reproducción, recombinación, mutación y selección116. Existen dos tipos de aproximaciones evolucionistas al origen y el cambio institucional. El primero es analógico: toma prestado el concepto de evolución natural (particularmente biológica) para explicar el cambio institucional. El segundo establece un continuo entre la evolución natural (particularmente biológica) del ser humano y el origen 115

Dawkins 1986: xii (Traducción P.A.). Holland 1975/1992: 89 – 111, 1995: 65 – 80, Kauffman 1995: 180 – 183, 2000: 16 – 20; ver también Axelrod 1997: 18 – 20. 116

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y el cambio de sus instituciones sociales. A continuación se presenta una breve descripción de ambos tipos de teorías117, y se argumenta en favor de la utilidad de investigar su complementariedad118. A. Evolución como analogía en la explicación del cambio institucional Las instituciones formales e informales hacen parte de la cultura de las sociedades humanas119. Ésta puede ser definida como la transmisión (reproducción) de conocimientos, valores, normas, leyes y demás factores que influyen sobre el comportamiento humano, de una generación a otra mediante procesos de aprendizaje e imitación120: “la transmisión cultural es análoga a la transmisión genética en que, aunque es básicamente conservadora, puede dar lugar a una forma de evolución”121. Según North (1990a), el proceso de cambio institucional es “senderodependiente”122, en el sentido en que (1) ocurre mediante ajustes marginales y (2) es incremental. La propiedad de retornos crecientes de los arreglos institucionales123 y la existencia de mercados (políticos y económicos) imperfectos124 hacen que el cambio institucional sea costoso125. En consecuencia, todo cambio institucional opera mediante

117

No es la intención de este trabajo hacer un análisis detallado del concepto de evolución institucional, sólo presentarlo como una alternativa a las explicaciones en términos de diseño. 118 Respecto a la “hipótesis de continuidad” en ontología económica, ver Witt 2004. 119 “La transmisión cultural no es única al ser humano”: Dawkins 1976/1989: 189 (Traducción P.A.). 120 North 1990a: 37, basado en Boyd, R. y Richerson, P.J. (1985): Culture and the Evolutionary Process; Chicago: University of Chicago Press. 121 Dawkins 1976/1989: 189 (Traducción P.A.). 122 “Path dependence”, North 1990a: 93 – 94. 123 Los retornos a escala equivalen a “la rata a la que cambia el producto a medida que las cantidades de todos los insumos varían. Si, por ejemplo, los insumos se multiplican por un valor de 2 y el producto se incrementa por el mismo múltiplo, existen retornos constantes a escala. Si el producto se incrementa por un factor menor que 2 prevalecen retornos a escala decrecientes, y si se incrementa por un factor mayor que 2 prevalecen retornos a escala crecientes”: Pearce, David W. (ed.) 1992): The MIT Dictionary of Modern Economics; Cambridge, MA: The MIT Press, Fourth Edition (Traducción P.A.). En el caso de los retornos crecientes a los arreglos institucionales, la variación en el insumo corresponde a un nuevo arreglo institucional. 124 Es decir, con costos de transacción mayores que 0. 125 North 1990a: 95.

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ajustes marginales a reglas preexistentes126. Esto hace que la transformación de las instituciones sea esencialmente incremental, lo cual determina una historia senderodependiente del cambio institucional: el pasado restringe el conjunto de oportunidad con base en el cual se toman una multiplicidad de pequeñas decisiones que, acumuladamente y de forma indirecta, accidental o involuntaria moldean el futuro127. Así, y con base en lo expuesto en las secciones II.5. y II.6. respecto a los mecanismos de cambio institucional (selección política y selección social), se entiende que: 1. El cambio institucional formal se lleva a cabo mediante procesos de ensayo y error organizacional128 (análogos a los procesos naturales de mutación y recombinación)129, motivados por la percepción de variaciones en los precios relativos y en los gustos de las personas, por parte de emprendedores con suficiente poder de negociación para desatar procesos de selección política de reglas formales130. 2. El cambio en las reglas informales ocurre cuando “un cambio en las reglas formales o su protección resulta en una situación de desequilibrio, porque lo que constituye un contexto estable en teoría de decisiones es el paquete completo de restricciones formales e informales y de aspectos de protección... Un cambio en cualquier restricción institucional altera los costos de transacción y da lugar a esfuerzos para evolucionar nuevas convenciones o normas... Un equilibrio informal evoluciona gradualmente tras un cambio en las reglas formales”131. El cambio institucional informal evoluciona mediante procesos de selección social de reglas convencionales a partir de accidentes, errores o

126

North 1990a: 89 – 91, 96 – 100. North 1990a: 104. 128 North 1990a: 81. 129 “Estos conceptos biológicos también tienen análogos cualitativos en el ámbito de la evolución cultural. La mutación corresponde a el ensayo espontáneo de nuevos comportamientos. La recombinación de pensamientos y estrategias complejos es una fuente de novedad en la cultura.”: Skyrms 1996: x, (Traducción P.A.). 130 North 1990a: 79, 86. 131 North 1990a: 87 – 88 (Traducción P.A.). 127

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innovaciones conscientes (experimentación) de agentes individuales132; es decir, también mediante procesos análogos a la mutación y la recombinación133. B. Selección natural y el origen de las instituciones sociales La explicación del cambio institucional mediante el uso analógico de los conceptos de la evolución natural deja como incógnita la cuestión del origen de las instituciones sociales humanas. Las investigaciones recientes134 en torno a dicha pregunta buscan establecer la historia natural de la evolución de las capacidades y las necesidades de los humanos (y de otras especies) para actuar de acuerdo a reglas de comportamiento. En este sentido, los estudios en torno a la evolución de la cognición y la conciencia, las emociones, el altruismo, la moralidad, la comunicación y el lenguaje135 han comenzado a llamar la atención de los científicos, teóricos y filósofos sociales136. Por ejemplo, para Mantzavinos, North y Shariq (2004), “una comprensión más profunda de la emergencia de las instituciones, sus propiedades de trabajo, y sus efectos sobre los resultados políticos y económicos debe comenzar por un análisis de los procesos cognitivos”137 que moldean el aprendizaje individual y colectivo del ser humano. Las personas actúan en, y sobre, el mundo con base en modelos mentales138 de la realidad. El aprendizaje consiste de los procesos de modificación (y almacenaje) de modelos mentales con base en la retroalimentación ambiental que se obtiene tratando de

132

Mantzavinos 2001: 101 – 130. La unidad cultural que sirve de analogía de los genes, como unidades de transmisión de información, recibe el nombre de “meme”, ver Dawkins 1976/1989: 189 – 201. 134 Por ejemplo, ver Runciman 2001. 135 Ver, respectivamente, Gärdenfors 2003, Evans y Cruse 2004, Sober y Wilson 1998, Ridley 1996, Jenkins 2000. 136 Para una revisión reciente de la literatura relevante y una (nueva) teoría sobre las conexiones entre biología y política, ver Alford y Hibbing 2004. 137 Mantzavinos, North y Shariq 2004: 75 (Traducción P.A.), ver también Mantzavinos 2001: 3 – 82, North 2005: 5 – 8. 138 “Un modelo mental puede ser mejor entendido como la predicción final que hace la mente o la expectativa que tiene respecto a el ambiente antes de obtener retroalimentación de éste”: Mantzavinos, North y Shariq 2004: 76 (Traducción P.A.). 133

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solucionar problemas. Así, “el aprendizaje es un proceso evolutivo de ensayo y error”139 que, a medida que se estabiliza, produce creencias comunicables que, a su vez, van convirtiéndose en soluciones compartidas a problemas comunes –modelos mentales compartidos- sujetos a procesos de evolución cultural140. En este sentido, “las instituciones son soluciones compartidas a problemas recurrentes de interacción social”, es decir: modelos mentales compartidos, anclados en la mente de los individuos141. La evolución cultural por selección política y social de las instituciones está de esta manera anclada en la evolución por selección natural de la cognición; especialmente, en la evolución de la capacidad para actuar con base en modelos mentales de solución de problemas de interacción social. Por ejemplo, la neurociencia ha vinculado la capacidad humana de seguir reglas con una región del cerebro llamada la corteza prefrontal. Esta región del cerebro está asociada con las actividades de planeación, toma de decisiones y fantaseo, y con las funciones de autodeterminación y autocontrol, todas necesarias para poder actuar de acuerdo a reglas sociales142. Esta asociación ha sido frecuentemente ejemplificada con el caso de Phineas Gage, un obrero de construcción que recibió una lesión que afectó ciertas partes de su corteza cerebral. Tras el accidente, Gage, quien se había caracterizado por un comportamiento social convencional, se tornó una persona en extremo antisocial. Figura 5: Lesión de Phineas Gage

139

Mantzavinos, North y Sahriq 2004: 76 (Traducción P.A.). Mantzavinos, North y Sahriq 2004: 76 – 77 (Traducción P.A.). 141 “Sólo porque las instituciones están ancladas en las mentes de las personas es que son comportamentalmente relevantes”: Mantzavinos, North y Shariq 2004: 77 (Traducción P.A.). 142 Damasio 1994: 45 – 46, Carter 1998: 25 – 27, Gärdenfors 2003: 50 140

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Este caso vincula claramente la evolución natural anatómico-fisiológica del ser humano con la evolución de las reglas de interacción social porque muestra una conexión entre las capacidades requeridas para actuar de acuerdo a reglas, y el funcionamiento del cerebro. Sin embargo, es preciso no olvidar que “el cerebro requiere no sólo del cuerpo sino también del mundo que lo rodea para ser capaz de funcionar. Hay muchas áreas en las que la frontera entre los órganos sensoriales y el mundo circundante se nubla... pensamos con nuestras señales de tránsito, nuestros calendarios y calculadoras de bolsillo. No se puede dibujar una clara línea divisoria entre el pensamiento que se realiza en la cabeza y aquél que ocurre por fuera. La conciencia rezuma hacia el mundo”143. Se puede pensar entonces, desde este punto de vista, en la importancia de una agenda de investigación sobre la evolución genética/epigenética144 de las instituciones sociales humanas y de las capacidades fisiológico-anatómicas necesarias para hacer uso de ellas145.

8. El valor normativo del concepto de diseño institucional Si no se puede, ni es necesario, explicar el origen y el cambio de las instituciones sociales humanas en términos de diseño, entonces, ¿cuál es el valor normativo, orientador, del concepto de diseño institucional? Goodin (1996), por ejemplo, propone la idea de “diseño institucional indirecto”: “En el más estricto de los sentidos, la evolución puede proceder por su propio curso, en buena medida independientemente de los organismos sujetos a ella. Pero especialmente en escenarios sociales, los criterios de éxito en la lucha por la supervivencia –las cosas que el análogo de la ‘selección natural’ selecciona en un escenario social, las cosas que 143

Gärdenfors 2003: 16 (Traducción P.A.). Epigenético: “cómo el programa genético se desenvuelve en el mundo físico, lo cual puede incluir toda una serie de factores, como el antecedente genético, las leyes de la física, el ambiente social, etc.”: Jenkins 2000: 230 (Traducción P.A.). 145 Por ejemplo, ver Diamond 1997. 144

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contribuyen a la longevidad de cualquier institución dada y de las probabilidades de que sus sucesores sobrevivan en el futuro distante- esas son las cosas que pueden y deberían ser sujetas a elección social consciente... En la medida en que el mundo social está sujeto a presiones evolutivas, quizás queramos aplicar principios de diseño para reconfigurar los criterios de selección y las estructuras sociales de recompensa de acuerdo con los cuales algunas innovaciones tienen éxito y otras no... Los resultados pueden ser el producto de accidentes, pero las ratas de accidentalidad pueden ser alteradas intencionalmente. Los resultados pueden ser el producto de fuerzas evolutivas, pero los mecanismos de selección que guían la evolución pueden ser intencionalmente alterados... De ahí que la afirmación de que el mundo social le deja poco alcance al cambio intencional y al diseño directo en realidad expande más que contrae el alcance de las teorías del diseño indirecto – es decir, propiamente institucional.”146 En una dirección diferente, la propuesta del presente escrito es que una mayor profundización en la comprensión y una mejor difusión del conocimiento de las características, los mecanismos y las dinámicas naturales y artificiales de selección social y política de reglas sociales puede ayudar a desarrollar procesos más realistas y efectivos de intervención institucional147. La economía política contemporánea es un andamiaje conceptual sólido148 con base en el cual se están desarrollando investigaciones empíricas que comienzan a arrojar elementos de una explicación completa del origen y el cambio de las instituciones sociales humanas149. La intervención en los procesos de selección política y social de reglas sociales, requiere antención en, y entrenamiento para utilizar, los avances recientes

146

Goodin 1996: 29 – 30 (traducción P.A.). Para un ejemplo de la identificación de mecanismos que producen accidentes y resultados no intencionales en la acción humana intencional, ver Elster 1993. 147 El concepto de intervención institucional es preferido al de diseño institucional por algunos autores por razones similares a las expuestas en este trabajo; por ejemplo, ver Pettit 1996: 55. 148 Incluso, para algunos autores la economía política se ha convertido (o se está convirtiendo) en “una plataforma para la unificación y mayor desarrollo de las ciencias sociales”: Mantzavinos 2001: 257. 149 Por ejemplo, ver Alston, Eggertsson y North 1996, Castro Caldas y Coelho 1999.

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en el conocimiento de los procesos políticos y sociales de selección que afectan la forma y la estabilidad de los arreglos institucionales que se busca moldear.150 Tal conocimiento no sólo hace que las intervenciones institucionales sean más realistas, en el sentido de que los “diseñadores” entienden mejor el alcance y los límites de sus “creaciones”

151

. El conocimiento de la naturaleza y las dinámicas de las

instituciones también ofrece elementos para la experimentación e innovación institucional. Éstos pueden ser estudiados con precisión e introducidos tanto en la agenda pública de discusión y aprobación política de reglas sociales formales152, como en el discurso público que hace parte del proceso de selección social de las reglas informales153. (Desatar este tipo de procesos de experimentación e innovación institucional basados en las razones dadas por análisis rigurosos de la realidad social exige, pero también puede contribuir a propiciar, la evolución de una democracia (cada vez más) deliberativa: una democracia en la que haya lugar, no sólo a una mayor cantidad de niveles de autoridad y participación en los procesos de toma de decisiones, sino además a niveles de participación de mejor calidad, en los cuales primen en mayor medida las razones que las pasiones154. Por la misma razón, es preciso explorar maneras de propiciar la evolución de una ciudadanía más reflexiva155, para lo cual se hace 150

En este sentido, siguiendo a Herbert Simon (1969/1996: 134 – 135, 166 – 167), se defiende la utilidad de incorporar la teoría de decisiones y la economía política en los currículos de las ciencias de lo artificial, como la arquitectura, las ingenierías, el diseño industrial, la administración, el diseño de políticas públicas, etc. En Colombia, la teoría de decisiones y la economía política apenas se están comenzando a incluir en los currículos de ciencia política. 151 Aunque claramente algunos de los más veteranos adquieren un poderoso saber-hacer intuitivo, por ejemplo ver Riker 1986. 152 Un ejemplo interesante lo ofrecen algunos casos exitosos de construcción de infraestructura urbana. La adopción formal de ciertas reglas de diseño de infraestructura que especifican características físicas de las obras contribuyen a generar instituciones informales de civilidad. Tal parece ser el caso del sistema de transporte masivo Transmilenio en Bogotá y de la eliminación de señales de tránsito en algunas ciudades del mundo, ver McNichol 2004. 153 Un ejemplo interesante es el la alcaldía de Antanas Mockus en Bogotá, la cual ha sido descrita por algunos analistas como un caso de intervención institucional a partir de las creencias (conversación personal sobre las impresiones de Jon Elster durante una de sus visitas a Bogotá). Aproximaciones teóricas a la intervención y discusión sobre creencias y preferencias como diseño institucional indirecto se pueden encontrar en Goodin 1992, 1996, 2003, Goodin y Brennan 2001. 154 Para una colección de diversas visiones sobre la democracia deliberativa, ver Bohman y Rehg 1997. 155 Ver Goodin 2003.

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necesario, en primera instancia, hallar maneras de incorporar los avances conceptuales de la economía política en los currículos de educación cívica.) El concepto de diseño institucional –la idea de creación intencional de reglas de comportamiento individual en situaciones de interacción social- está atado a una idea de fundamental importancia en las ciencias sociales. Hayek ha dicho que la pregunta sobre “cómo extender el alcance de nuestra utilización de recursos más allá del alcance del control de una sola mente; y, por lo tanto, cómo prescindir de la necesidad de control consciente y cómo proveer alicientes que hagan que los individuos hagan las cosas deseables sin que nadie tenga que decirles qué hacer... es el problema teórico central de toda ciencia social”156. La solución evolucionista a este problema indica hacia la importancia de reconocer que los procesos de selección de reglas sociales son naturales, históricos y políticos y que el margen de maniobra intencional –de diseño- es bastante limitado en la búsqueda del control consciente de la sociedad, así como del control social de la conciencia157.

156

Hayek 1945: 88. La visión evolucionista ha sido asociada exclusivamente a posiciones de derecha. Respecto a este error y las posibilidades políticas de su reconocimiento y superación, ver Singer 1999. 157

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EPÍLOGO: UN CONCEPTO INSTITUCIONAL DE DISEÑO

Las conclusiones a las que ha llegado este trabajo se basan en un concepto simplificado de “diseño”, en la medida en que la definición ideal de diseño como “creación o transformación intencional” no admite el carácter colectivo, político, social, de cualquier proyecto real de diseño. Como solución, se podría definir de entrada al diseño en general como una empresa colectiva, sujeta a los procesos de selección política y social a los cuales está sujeto el diseño institucional. En tal caso, habría que defender la idea de una intención colectiva, si se quisiera preservar el elemento intencional en la definición de diseño158. Otra opción sería reconocer que el concepto general de diseño es un ideal al cual el ser humano apenas si puede aproximarse, y que sólo se pueden lograr grados de cercanía entre la intención de un participante en el proceso de diseño y el producto final. En este caso, no habría necesidad de defender la idea de una intención colectiva, pues implicaría reconocer que ningún proceso concreto de diseño traduce efectivamente una intención en el objeto finalmente materializado, puesto que todo proceso de diseño está sujeto a procesos de selección política y social. En este sentido, todo proceso de diseño requiere de una organización institucional. Esta variación en la definición de “diseño” es plausible incluso en los casos de diseño de obras distintivamente personales: como por ejemplo una sinfonía de Beethoven, una construcción de Lloyd Wright, una tetera de Starck o un poema de Neruda. Esta identificación personal con el objeto de diseño ha sido descrita como una característica cada vez más frecuente del carácter auto-consciente del diseño en la modernidad159. Pero es innegable que cualquier artista, músico, arquitecto, diseñador u hombre de letras es tan sólo un actor protagónico en un proceso de creación que incluye determinantemente a mecenas, compradores, usuarios, lectores, editores, etc. Bajo reflexión, además, se hace 158

Para discusiones en torno a la idea de “intenciones colectivas”, ver Pettit 1993/1996 y Schmitt 2003. 159 Alexander 1964: 57.

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menos claro que la modernidad del diseño implique necesariamente una creciente individualidad; sólo es preciso pensar en los procesos de diseño de piezas de jazz (mediante improvisación colectiva) o de canciones de música popular (donde en general prima el grupo: p.ej. Los Beatles). Así mismo, es claro que el diseño de estructuras modernas y de objetos utilitarios requiere de una creciente colaboración interdisciplinar: requiere del concurso de ingenieros de materiales, ingenieros de sistemas, ingenieros eléctricos y mecánicos, sociólogos, sicólogos, mercadistas, publicistas, etc. Lo mismo ocurre en el diseño de políticas públicas.160 Podría decirse que el ideal del diseño, como proceso de traducción de intenciones a creaciones, puede fallar incluso a nivel individual. Algunos autores han propuesto modelar los mecanismos que dan lugar a las diferentes variantes de la irracionalidad humana161 –la incapacidad de traducir intenciones en acciones- en términos similares a los utilizados para describir los mecanismos de la irracionalidad social162. Este concepto institucional de diseño llamaría la atención sobre la importancia de incorporar las teorías de la economía política en cualquier teoría y en todo proyecto de diseño.

160

Ver Anexo 1. Una teoría de la evolución de tal tipo de mecanismos sicológicos se encuentra en Ainslie 2001. 162 Por ejemplo, ver Steedman y Krause 1985. 161

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ANEXO 1 Esta es la entrevista realizada a varias personas involucradas en procesos de diseño, y una selección de las respuestas obtenidas. *** Hola, estoy haciendo una tesis de filosofía sobre el concepto de diseño institucional y quisiera explorar el concepto de “diseño” con diseñadores provenientes de varias disciplinas y que trabajan en diversos campos (diseño de joyas, muebles, campañas publicitarias, estrategias de comunicación y mercadeo, de políticas públicas, metodologías, proyectos, investigaciones y programas académicos, menús, objetos de decoración, libros, piezas musicales, productos industriales, artesanales, gráficos o financieros, de concursos y juegos, de ropa, de entretenimiento, de espacios arquitectónicos, normas legales, contratos, organizaciones, etc.). Las preguntas son abiertas, puede responder lo que quiera, como quiera y tan largo o corto como quiera. Si conoce otras personas a las que pueda interesarles responder este cuestionario, por favor reenvíeles este mensaje. Para responder, solamente escriba su respuesta debajo de cada pregunta y reenvíe el mensaje a [email protected]. Muchas gracias. 1. Qué tipos de cosas diseña ud.? • • • • • • • • •

“Diseño joyas y las produzco, pero mentalmente siempre diseño objetos, ropa, muebles y escenas –ambientes de un cuento, o de una canción.” “Yo diseño proyectos y piezas de arte.” “Piezas publicitarias. Ficción literaria.” “Estructuras jurídicas.” “Programas académicos.” “Políticas públicas.” “Software.” “Políticas administrativas y de financiamiento para un Centro de Investigaciones. Así mismo, he diseñado estrategías de donaciones para entidades sin ánimo de lucro.” “Yo diseño cosas, diseño procesos y diseño contextos desde medios muy variados: Gráfica, Texto, Fotomontajes, Multimedia, Bandas Sonoras, Pintura, Grabado Textil, Interfases de Navegación, Redes de Información y Ambientes de Conocimiento.”

2. Para ud. qué es “diseño” o “diseñar”? •

“Para mí, diseñar es re-crear. El acto de diseñar lo pienso y siento como un acto de creación, a partir de diversos tipos de elementos ya existentes, en materia y en

64

• • • •

• •

ideas (de ahí el prefijo "re"). El resultado es una nueva propuesta, en su conjunto (ya sea objeto, proyecto, idea).” “Preparar y disponer de una manera especial (creativa en mi caso) las palabras y/o las imágenes y/o los elementos que traducen las ideas que me propongo comunicar a fin de obtener una reacción o una respuesta dada.” “Crear.” “Es el proceso de construcción de objetos a partir de lo existente para producir lo deseable (civilización).” “Para mi diseñar es concebir y concebir es comprender, crear, formar conceptos y también sentir pasión. Un diseño es una creación comprensible y amable (querible, deseable, seductora). La política es el arte de construir acuerdos y mover voluntades en torno al un objetivo común, de tal modo que un diseño de política pública es una creación comprensible, convincente, seductora, movilizadora y útil para que la gente gane bien-estar.” “Inventar mejores formas de hacer algo.” “Diseñar es transformar un material, un proceso o una situación de acuerdo a un deseo, una experiencia, una visión o una necesidad.”

3. Para ud. qué es un buen diseño? • • •

“El que guía convenientemente a los destinatarios para comprender a cabalidad la propuesta, promoviendo y facilitando, además, su respuesta. Según la naturaleza del producto, la respuesta puede ser una acción, una opinión o una emoción.” “Aquel que cumple con las expectativas para las cuales se creó y a veces más que esas.” “Un buen diseño debe satisfacer plenamente las necesidades prácticas, lógicas, estéticas y simbólicas del usuario final y debe ser consistente con los requerimientos del entorno humano, social, cultural y natural en el que será utilizado. Debe ser útil, deseable, sostenible, amigable y viable.”

4. Qué factores influyen o interfieren en el tránsito entre sus diseños y el producto final? • • •

“Los accidentes y aquello que no estaba planeado, como por ej. descubrir una armonía o una empatía entre dos elementos y no haberlo previsto.” “La cultura, la religión, el idioma, mi estado de ánimo y el público que tendrá relación/interacción con mi producto final.” “Si se trata de un proyecto, en el tránsito entre su diseño y el producto final, algunos de los factores que influyen o interfieren son los siguientes: conocimiento o ideas de otras personas; ideas "propias" que introducen "ajustes"; cambios en las condiciones o supuestos sobre los cuales se hizo el diseño. Creo que se podría resumir, en nueva información. Si se trata de un objeto o pieza de arte, la interferencia entre el diseño y el producto final está dado por la sensibilidad a la

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• • • •

hora de realizar este último. La sensibilidad podría ser también catalogada como nueva información.” “El factor humano.” “La comunicación con los demás, el esteticismo extremo, escribir, el cansancio.” “El poder. Por eso un buen diseño de política pública tiene que conmover el poder. Cuando el poder está concentrado y fijo, debe inestabilizarlo, descentrarlo y democratizarlo.” “El grado de empatía posible con los asociados o los clientes, y el nivel de resonancia deseable con la audiencia.”

5. Diseñar es para ud. una actividad solitaria o involucra un alto componente de interacción con otras personas? •



• •



“Incluye ambos aspectos. Una diseñadora no es más que una antena. Recibe información de todas partes, de todo el mundo. Esta es la acción colectiva en el diseño y luego viene el momento de soledad en el que la diseñadora filtra, mezcla, y muy según su sensibilidad produce algo que parece hecho por ella.” “Por lo general hay un trabajo inicial individual, pero luego dependiendo de la magnitud del proyecto involucra la interacción con otras personas. En los proyectos más complejos el diseño se hace a través de un proceso de lluvia de ideas y discusión de posibilidades.” “Con otras personas.” “Es un ejercicio dialéctico: diseñar un modelo básico, debatirlo y escuchar críticas y propuestas alternativas, ajustar el diseño, debatirlo de nuevo… Hay, por tanto, unos ratos en solitario, muchos compartidos con un buen colega y muchos más abiertos a la crítica y la opinión de muchos terceros.” “Depende del tipo y de la fase de diseño. En mi caso hay procesos de creación de naturaleza solitaria durante los cuales se explora un problema desde una óptica intuitiva, teórica o metafísica, a veces corriendo ciertos riesgos. Y asimismo hay varias áreas y fases del diseño en las que me resulta fundamental la participación de otros para lograr el ambiente de análisis, de criticismo creativo, lluvia de ideas, complementación, relacionamiento.”

6. Quiere ud. agregar algo? • •

“Todo el mundo esta en capacidad de diseñar algo...” “Me interesa saber que luces arroja su investigación acerca de los siguientes fenómenos en la práctica del diseño en Colombia: ¿Por qué se da tan mal el brainstorming como recurso de diseño? ¿Por qué parece haber más enlatados, plagios y fusiladas que procesos auténticos de diseño?”

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ANEXO 2: DEFINICIONES Definición I: Diseñar es crear o transformar algo con una intención. Definición II: Las instituciones son reglas de comportamiento individual en situaciones de interacción estratégica. Definición III: Diseño institucional es la creación o la transformación intencional de reglas de comportamiento individual en situaciones de interacción estratégica. Definición IV: La intención de un agente es una descripción de la relación causal entre sus razones (deseos, creencias e interpretaciones) y sus acciones. Definición V: Condición de Racionalidad de una acción: R* es comparable y transitivo. Definición VI: La decisión es un proceso en que el agente intenta satisfacer el valor decisional de sus acciones. Definición VII: El proceso de diseño es un proceso de decisión en el que un agente (el diseñador) busca satisfacer el valor decisional de sus acciones. Definición VIII: Las instituciones formales son las reglas (de comportamiento individual en situaciones de interacción estratégica) que operan como soluciones contractuales a problemas de cooperación. Definición IX: Las instituciones informales son las reglas (de comportamiento individual en situaciones de interacción estratégica) que operan como soluciones convencionales a problemas de coordinación.

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“Work in philosophy is –as work in architecture frequently is- actually more of a //kind of// work on oneself. On one’s own conception. On the way one sees things. (And what one demands of them)... ... A philosophical question is similar to one about the constitution of a particular society.” Ludwig Wittgenstein: “Philosophy”; Philosophical Occasions 1912 – 1951.

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