El Capitalismo, Hoy, más un obstáculo epistemológico que ejercicio de Emancipación.

July 25, 2017 | Autor: D. Mazo Quintero | Categoría: Values Education, Capitalism, Narrative and Identity
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Descripción

El Capitalismo, Hoy, más un obstáculo epistemológico que ejercicio de Emancipación.
Durley Tatiana Mazo Q.
Resumen
Cuando se analizan los discursos capitalistas de la época contemporánea parten del actual descontrol, de lo que pasará si se sigue en este ritmo consumidor y añoran volver a tiempos pasados, tiempos donde otros factores importantes como los niños, las mujeres y la servidumbre fueron la tela oscura, la leche derramada, el trapo viejo, el objeto que estorba en el bolsillo.
Más allá de problemáticas sociales excusadas por la imagen del progreso existe en el ser humano un deseo innato que nada tiene que ver con el tiempo, la emancipación.
Precisamente, este artículo reflexiona la educación entendida en su concepto inicial emancipador que surgió como la servidumbre del capitalismo, con una tarea clara que terminó siendo exactamente lo planeado o ¿exactamente lo contrario? Educación, los guantes del orden de la sociedad humana.
Palabras clave: Educación, moral, libertad, capitalismo.
Abstract
When contemporary's capitalist discourses are analyzed by someone, he/she are based in the current and global disarray, they begin from what will happen if it continues at this consumer pace and then, they yearn back to past times, where there were other important factors such as children, women and servants who were the dark fabric, spilled milk, old cloth, the object which is clogging in the pocket.
Beyond social problems which are excused by the image of progress, there is in the human being an innate desire that bears no relation to the time, emancipation.
Indeed, this article reflects the initial education in its emancipatory concept that emerged as the capitalism servant, with a clear task that has finished being exactly as it were planned or exactly the opposite? Education, gloves by human society.
Key words: Education, moral, freedom, capitalism.
Problemática moral
Nuestra sociedad está regida por reglas. Desde siempre el ser humano ha hecho todo lo posible por dejar su animalidad e ir en pro de la conquista de la civilización. Como ya lo hice notar, desde el vacío existencial propio del ser humano se ha vislumbrado como solución "el progreso". De tal manera que la moral como respuesta a la pregunta ¿qué debo hacer? Ha pasado al recreo puesto que el progreso pareciera que aún no tiene reglas establecidas, pareciera, porque el moralismo ha tomado lugar y consigo una desconfianza que se pasea todos los ámbitos de la humanidad.
El capitalismo, negaría el supuesto anterior aun cuando los entes privados "como la familia, la religión, los medios de comunicación, el aparato político y cultural por él mismo ejercen una presión simbólica para que se mantengan las relaciones de producción que son, en ultimas, relaciones de explotación. En otras palabras, se trata de que la clase dominada siga sumisa a la clase dominante, lógica intrínseca al capitalismo en sus diferentes etapas" (Cuesta, 2009, p. 97).
En la realidad diaria es el moralismo quien está al pendiente sobre qué deben hacer los demás. Como si cada individuo juzgara al mundo desde su propia concepción generando un caos donde todos sienten cierto nivel de presión según los contextos sociales con los que estén siendo relacionados, siendo presos del capitalismo, de los medios de comunicación y de las demás modas propuestas que ignoran, siendo conscientes, que el sistema desde el principio colapsó, empezando por lo que el capitalismo le exige a la educación quien ha tenido que brindar fuerzas de trabajo enfocadas a propósito de lo que ordena el capitalismo.
Esto se ve reflejado en todas las formas de educación, básica primaria, media y superior. Fundamentalmente, se deja de lado la formación de los saberes rígidamente especializados, para desarrollar los rasgos generales, como lo son las competencias lingüísticas (Virno, 2003) que son el principal recurso del capitalismo contemporáneo.
Otra exigencia por parte del capitalismo a la educación es la capacitación masiva, puesto que la fuerza de trabajo en el marco del capitalismo cognitivo está condenada a ser obsoleta rápidamente, (Moncayo, 2007) de allí el menesteroso afán de capacitarse constantemente y ser flexible en las capacidades laborales, de resolver tareas que no sean de su oficio o brindar soluciones a problemas que se presenten en una coyuntura dada. Además, la fuerza de trabajo debe estar en la capacidad de manejar el caudal de información disponible y fluctuante, con el ánimo de crear e innovar.
Es interesante examinar el problema teniendo en cuenta lo que Mill comenta: "Es mejor ser Sócrates insatisfecho que un cerdo satisfecho; es mejor ser Sócrates insatisfecho que un tonto satisfecho. Y si el tonto o el cerdo son de una opinión distinta, es porque sólo conocen un lado del asunto: el suyo. La otra parte, para poder comparar, conoce ambos lados" (Sponville, 2002, p. 19).
Desde las familias, la escuela y las relaciones sociales que el ser humano desde niño va añadiendo se puede identificar una educación regionalista, nacionalista, donde yo estoy aquí y soy parte de esta cultura y lo demás me parece absurdo; en consecuencia, se abre paso al moralismo, fantasma del capitalismo, desde un concepto crítico pero nada constructivo.
Pero ¿qué pasa con Sócrates?
El conoce los dos lados, porque en lugar del moralismo él se dio la oportunidad de conocer; no fundamentalmente para aumentar su felicidad, bienestar, ego, "progreso" o para darse provecho frente a los demás, sino para tomar en consideración los intereses y derechos del otro –cuando digo intereses no son necesariamente posesiones, se refiere de igual manera a ideologías y demás estilos de ver la vida-. No todos pueden conocer los dos lados porque no todos están dispuestos a salir del comodín, del refugio de chocolate derritiéndose que como salvavidas el capitalismo propone de manera sensual y atractiva.
Sólo la moral, elemento base de la educación inicial, no de la educación capitalista, tiene la valentía admirable de confrontarse y mirar al otro lado, aun cuando estos supuestos no son congruentes con las concepciones propias de la moral. Ello es lo bello y legítimo de la moral. Ella va de la mano de la libertad a propósito de que tomar dicha decisión no es una "apuesta, es una elección" (Sponville, 2002, p. 21). Elección hacia la compresión y hacia ese progreso que tanto habla el capitalismo, hacia la conciencia y hacia una mejor civilización. En este punto, no habría por qué la desconfianza social, si la moral es la respuesta para nuestro avance social.
Una educación con moral va más allá del respeto por la diferencia, de la división organizacional de clases, culturas, ideologías que propone el capitalismo sólo porque la diferencia no es garantía de dominio, en el círculo de la diferencia es más difícil conservar un orden político, nadie puede hablar por todos, nadie, ni siquiera el capitalismo puede establecer un patrón, moda, idea, estilo a seguir, porque una línea entendida como único camino (y hasta dando opciones) en un entorno variado donde esa pluralidad puede significar oposición es igual a disonancia.
El capitalismo propone respeto ante la diferencia, pero lo hace sobando el hombro de la corriente opuesta, se mira a sí mismo como el cuerdo, el racional, el ubicado, el que sabe, el que está actualizado, el importante. ¿Educación con progreso hay allí? La moral no constituye todo el progreso pero es el concepto clave en la práctica del progreso. El argumento para ello lo dice Sponville (2002, p. 25) cuando dice: "Si todos mintieran ¿qué pasaría?, si todos robaran ¿qué pasaría?...y ¿cómo podrías querer ello para tus hijos?
Admitimos entonces que sin una educación con moral no habría manera de superar la violencia, el egoísmo y vileza; porque la moral es como el juez interior que conduce a la libertad, identificando lo que no sólo conviene de manera personal, también le da importancia, mirada y acercamiento al otro, al NO de sí. Se da un salto a la honestidad.
Una educación con honestidad permitiría entonces un progreso unánime, Rousseau dice que la "honestidad nos permite buscar el bien con el menor daño posible para los demás" este supuesto genera una condición de supervivencia colectiva y bajo la dignidad de toda la humanidad. ¿Esto lo hace el capitalismo?
Con esto en mente diremos que es hora que la moral entre del recreo y seamos seres humanos con un alto nivel de libertad, donde podamos decir que nuestras pautas de vida son nuestras reglas sometidas, no las de otro, las cuales dirigen a una educación unísona que será la misma cuando se está solo o en compañía o si se es invisible o visible. Simplemente, la moral ha vuelto para su segundo round en el progreso mundial.

Una educación con libertad y decisiones
Que el hombre sea libre o no, es un tema que interesa en la construcción de la realidad del ser humano. Desde su imaginario de poder o desde su realismo diario, los momentos de libertad nos atropellan hasta tal punto de decir: "No somos libres para dejar de ser libres" (Cortina, 1996, p.81).
Cuando se es niño la concepción general de libertad la definíamos como independencia, hacer lo que se le venga en gana, como aparentemente se veía que los adultos hacían. Valla que se estaba equivocado puesto que al adquirir una moral –que es relativa en proporciona la cultura, tradiciones incluso historia del medio en que se vive- su lógica encierra, cubre y reina nuestra conciencia forzándonos, de algún modo, a justificar cada una de las decisiones diarias, a argumentarlas, a encontrarles su base, en lo posible lo más sólida y racional, y su razón de ser. Entonces ¿De qué libertad hablábamos cuando niños? ¿Exactamente que queríamos tener que era rotundamente negada a nosotros? ¿Era libertad o darle uso a la hiperformalización? ¿Era la edad o el relativismo moral?
11Diría que cuando niños deseábamos el cinismo de los adultos más que su realismo, su imperativo ético, su seriedad o su buena voluntad. No veíamos la vida desde el punto de vista moral netamente, más bien desde el disfrute, sin mirar consecuencias, para los demás y en muchos casos para nosotros; aun teníamos un factor denominado justeza puesto que éramos más automáticos que reflexivos frente a la realidad.
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Sin duda, éramos los perfectos aliados para el capitalismo y para el sistema líquido del que habla Bauman que cada vez más se discrepa a sí mismo, colapsa, se deslíe, víctima de su juego desmedido.
Cuando fuimos creciendo, siendo educados por la escuela y la familia principalmente, el concepto de "libertad" que deseábamos cuando niños que vivo en los recuerdos al darnos cuenta que meramente al tener que elegir una posibilidad entre muchas nos conducía a renunciar a las otras, esto llevó a realizar cuestiones propias de la generación millennials acerca del destino, el libre albedrío, la felicidad, la tradición y por supuesto del concepto y aplicación de la verdadera libertad.

"Es el que conoce el precio de todas las cosas y el valor de ninguna" (Cortina, 1996, p. 95)"Es el que conoce el precio de todas las cosas y el valor de ninguna" (Cortina, 1996, p. 95)Embarcados en semejante crisis, muchos decidieron apartarse de la moral que originalmente les enseñaron, y adoptar otros estilos de vida que poco o nada tenían que ver con su cultura original. Pero de quedarse sin moral es imposible. Se puede aceptar, cambiar, agregar o incluso distorsionar la diversidad de contenidos morales pero ante los requerimientos de la sociedad se debe siempre tener presente lo que implica una persona moralmente educada.
"Es el que conoce el precio de todas las cosas y el valor de ninguna" (Cortina, 1996, p. 95)
"Es el que conoce el precio de todas las cosas y el valor de ninguna" (Cortina, 1996, p. 95)
La actitud de la persona moralmente educada radica en tres factores según Cortina, la responsabilidad -hombres y mujeres en correspondencia con la realidad, sin evadirla, sin ser frívolos-, la seriedad –asumiendo la profundidad y el calado- y la buena voluntad –la cual sin duda, nos llevará por el camino moralmente correcto.
Volviendo a la niñez, otro paradigma que seguramente se tuvo que cambiar fue el de la idea de creer que las normas y leyes limitan la libertad. En cuando a ello, mi posición reside en que la ética empieza cuando aparece el otro. El otro y yo efectuamos la identidad, costumbres, que finalmente son públicas –la moral- y ante tanta diversidad, ante la crisis capitalista mundial, ante el verdadero respeto por el otro es necesaria la norma quien dictamina cómo comportarse ante una sociedad donde en todo momento prima la pluralidad.
El problema actual de la norma tiene que ver con el espejismo capitalista quien ha distorsionado no sólo el objetivo inicial de la educación, ha conseguido una economía de mercado que no duerme, la escolarización obligatoria es más que una ficha dentro de ello.

"nuestro problema para la comprensión de la escolarización obligatoria tiene su origen en un hecho inoportuno: el daño que hace desde una perspectiva humana, es un bien desde una perspectiva del sistema" (Taylor, 2007, p.5)

De manera que el capitalismo es un sistema cruel que poco le importa a la larga lo que le diferencia y le recuerda que está vivo al ser humano, sus emociones. La racionalidad puede carcomer y destruir el disfrute interno, prefiere la estabilidad que el tambaleo de la incertidumbre de las emociones humanas, por ello ha disfrazado la educación como sinónimo de escuela y ha puesto como sentencia final que bastante bien lo resume Larrosa.

"Cuando decimos que la educación debe preparar "para la vida" queremos decir que debe preparar para "ganarse la vida" y para "sobrevivir" de la mejor forma posible en un "entorno vital" (entendido como una especie de nicho ecológico) cada vez más complejo" (2003).

Debido a ello la educación es vista desde un punto de vista capitalista como la garantía de felicidad, la educación cambia a ser como una fábrica que etiqueta sus productos, que los estira hasta donde den y procura que sus productos, los estudiantes, las fuerzas de mercado se expriman y den todo lo necesario, surgen los miedos, surge la moralidad, surge el sistema, surge una educación que ha sido fragmentada donde no son bienvenidos los errores, el tiempo de ocio, excusas que partan de las emociones. ¿Qué harás con tu libertad?
"La educación sin libertad, da como resultado una vida que no puede ser vivida plenamente" (Sutherland, 2014)


























Lista de Referencias:

Cortina, A. (1996). El quehacer ético. Somos inevitablemente morales. Aula XXI/ Santillana. 81- 95. Madrid.
Cuesta, O. (2009). Revista de investigaciones UNAP. Consideraciones sobre la educación en el capitalismo global contemporáneo. 4(1), 97.
Larrosa, J. (2003). Saber y Educación. Recuperado de: http://edupubkbaeza.tumblr.com/post/1019009050/saber-y-educacion-larrosa-j-2003-en-educacion-y
Moncayo, V. (2007). Viejas y nuevas exclusiones de la educación superior colombiana. En: Debate sobre la educación superior. Serie Documentos de trabajo. Bogotá. Planeta paz.
Sponville, A. (2002). La Moral. Invitación a la Filosofía. 19-25. Barcelona. Ed. PAIDÓS.
Sutherland, A. (Agosto, 2012). La Educación Prohibida. Imagina ser el protagonista de tu educación. Argentina
Taylor, J. (2007). Historia secreta del sistema educativo. 5. Barcelona.
Virno, p. (2003). Gramática de la multitud. Madrid. Traficantes de sueño.




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