El camino hacia \"el otro\"

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Descripción

El camino hacia el otro.
Luis Araújo



La mayor parte de mi producción como autor teatral está relacionada con
conflictos relativos a la exclusión, la segregación, la explotación, la
inmigración y, en un sentido amplio, la dificultad de relación con el otro:
otro sexo, otro país, otra religión, otra ideología, otra piel... otra
condición social.

El miedo al otro mueve a las personas a excluir, a utilizar la violencia
(en sus múltiples acepciones, no sólo física) para discriminar, para
erigirse en canon ellas mismas y despreciar a los demás, a los que piensan
diferente, creen diferente, sienten diferente o tienen diferente aspecto.

Cuando en 1985 estrené Fantastic calentito[1] en el Círculo de Bellas Artes
de Madrid, que yo sepa, la dramaturgia española de la época apenas había
tratado el tema de la otredad que intenté metaforizar en una supuesta y
futurista relación de humanos e insectos, mutantes ambos. Poco después, en
Carmen Privatta[2] (1986) jugaba con la fragilidad del mito, la inseguridad
de esos seres otros que admiramos sobre el escenario como si fueran
sobrehumanos, a través del personaje de una cantante desvalida y abandonada
en una aciaga noche de concierto. Los intentos del profesor Marcos
Decantor, en Prototipo de poniente[3] (1989), por desentrañar el
funcionamiento no del cerebro humano en general, sino de un cerebro humano
en particular, de cada persona en concreto, venía, creo, a abundar en este
enigma que me ha intrigado toda mi vida. ¿Por qué nos consideramos
diferentes?

Como emigrante que fui en Francia, en Bélgica y en Canadá, Vanzetti[4]
(1992) y La construcción de la catedral[5] (1993) respondían, a mi regreso,
a una reflexión sobre la condición del extranjero en un país ajeno,
primero, y del extranjero en su propio país, después. El resultado de esa
reflexión me condujo a pensar que la otredad no depende del idioma, las
creencias o las características étnicas sino, fundamentalmente, de los
diferentes niveles y mecanismos de poder que luchan despiadadamente por
cerrar el acceso a los considerados ajenos convirtiéndolos en inferiores.
¿Cuántos siglos hace que los gitanos no son extranjeros en España?

Así, las dos mujeres que se escrutan, la una en el espejo de la otra, en
Trenes que van al mar[6], españolas ambas, viven en mundos tan otros como
se pueda imaginar. Si bien, al final, acabarán preguntándose qué es lo que
las hace tan diferentes.

Y es que esa incógnita se está convirtiendo en una cuestión peligrosa de
implicaciones sociales, políticas, económicas y éticas en un mundo en que
el poder está cada vez más polarizado en la economía y globalizado en una
cruzada universal de privilegios inadmisibles para la razón. Los seres
humanos huyen en masa de ese Tercer Mundo expoliado durante siglos por los
honorables hombres de negocios del Primer Mundo, e invadiendo sus calles
reclaman un ancestral derecho de humanidad por encima de toda diferencia.
De esto trata Mercado libre[7]. De esto y de la tragedia humana a que puede
conducir la búsqueda del paraíso en nuestro maravilloso mundo libre. Libre
tan sólo para los dueños del mercado.

Con las expulsiones de gitanos en Francia y el Tea Party norteamericano, la
guerra que los ultraconservadores fanáticos llevan a cabo contra los
derechos humanos en todo el planeta es hoy verdaderamente trágica por
anacrónica. Escondidos bajo el poder económico que ha doblegado a los
gobiernos del mundo entero, proclaman a los cuatro vientos e intentan
convencernos de que no existe futuro fuera de sus pretensiones de dominio.

Pero hoy, tras el enésimo crack financiero, todos conocemos las
consecuencias de su expansión y sabemos que tales pretensiones son
suicidas: no existe crecimiento económico, en los términos que ellos
propugnan[8], que no conduzca a la extinción de nuestro planeta; no existe
libertad si el precio a pagar es la miseria de miles de millones de
personas; no existe futuro si la garantía de alcanzarlo se confía a la
fuerza de las armas; no existe identidad que no se defina en la
interrelación con el otro.

Hoy el núcleo más importante de oposición a la intolerancia de un régimen
fanático como el de Irán está en las organizaciones femeninas (no sólo
feministas) de aquel país. En Occidente creemos que la discriminación de
que son objeto está muy lejos de nuestro sentir y de nuestra propia
cultura. ¿Pero qué ocurre cuando una mujer iraní, divorciada y agnóstica,
huida de su país, irrumpe en la realidad de una familia española
ultraconservadora de las de toda la vida? ¿De verdad está tan lejos aquel
fanatismo de ese otro nuestro que todavía pervive en nuestras civilizadas
sociedades? Por eso, en Trayectoria de la bala, he querido representar al
otro en el personaje de una mujer iraní. La irrupción del otro en nuestro
entorno nos pone ante el espejo de creencias y convicciones con las que
convivimos cada día mirando para otro lado.

Entre los numerosos y variados prejuicios de que son víctimas las personas
que emigran, ninguno es tan perverso como el que se deriva del empeño por
parte del poder de identificar determinados países, culturas o religiones
con el enemigo. Esto es lo que se está intentando difundir entre la
población de los países occidentales con respecto a los países árabes, y al
Islam en general, desde que George W. Bush decidió hacer su guerra al
terrorismo en territorios que nada tenían que ver con el ataque sufrido por
su país en el World Trade Center de New York. El concepto de guerra de
civilizaciones, lanzado a los cuatro puntos cardinales, ha convertido a los
musulmanes de forma totalmente indiscriminada en sospechosos para la
población sistemáticamente desinformada de Occidente.

La realidad es que, en los países musulmanes, los movimientos progresistas
de modernización tienen cada vez más fuerza, el feminismo avanza en todos
los frentes y el interés por el diálogo y la apertura en derechos civiles y
políticos es hoy una firme esperanza para la mayoría de ellos y para la paz
mundial. Esto, cuando los conflictos continúan abiertos en diferentes
puntos de Oriente, debería hacernos reflexionar.

Así como en Irán las mujeres son hoy portaestandartes de la oposición al
régimen conservador por más que, desde nuestra perspectiva, sigamos
creyendo que son víctimas silenciosas y resignadas, en todos los países de
mayoría musulmana hay practicantes y no practicantes, integristas,
moderados y laicos, progresistas, feministas y claramente revolucionarios.
Exactamente igual que en nuestros países, cuya prepotencia se ha vuelto
desprecio a todo lo que no vive según nuestra norma.


Trayectoria de la bala propone como relato la integración de una mujer
iraní en una sociedad europea occidental de hoy que la rechaza por atrasada
e integrista cuando, en realidad, estos obstáculos proceden de la misma
sociedad de acogida.

En un mundo que ha trastocado todos los lenguajes, en el que las palabras
significan una cosa y la contraria según quién las emplea, el Premio
Internacional de Dramaturgia Cultura Frontal, que ha obtenido mi este texto
en Buenos Aires, me hace pensar que los océanos no dividen continentes: el
otro está en nuestra propia casa y nuestros semejantes pueblan el planeta
mestizo que avanza decidido en busca de la libertad del ser humano. El otro
es más bien aquel que, resistiéndose al natural movimiento de solidaridad
entre los humanos, trata de impedirlo para obtener beneficios económicos.

Trayectoria de la bala habla metafóricamente de cómo esa bala disparada por
quienes discriminan se puede volver contra ellos mismos, si alguien decide
hacer lo necesario. En cierto modo, es también un recorrido metafórico por
nuestra historia reciente, la trayectoria social descrita desde nuestros
pequeños intereses de familia a la apertura al mundo con la llegada de los
inmigrantes. En el fondo es un canto de esperanza en un futuro mejor. Y, en
mi propia producción, es quizá uno de los textos más optimistas que he
escrito. Alguien dijo que el optimismo es una obligación revolucionaria,
¿recuerdan?

Por eso en la pieza desaparece el poder autoritario y obsoleto, encarnado
en PADRE, cuya vulnerabilidad e inadaptación a los nuevos tiempos vienen
significadas por el infarto que le fulmina, incapaz de asumir la caída de
su primogénito y heredero ideológico, aún antes de saber que resultará
inválido, física y operativamente hablando, a raíz de la lucha que sus
propias ideas han provocado.

MADRE aparece al principio de la pieza como la mujer tradicional, sometida
a las decisiones de su marido, temerosa de tocar temas escabrosos, o
provocar discusiones dolorosas, pero acaba tomando las riendas y exigiendo
cuentas a JOSE (sic), el abogado de la familia, mentor y urdidor de la
ideología y las acciones de padre y primogénito. El personaje de MADRE es
para mí especialmente significativo, presencia de la mujer en nuestra
sociedad contemporánea, que luchando con sus prejuicios y tabúes busca una
alternativa, sin ni siquiera poseer toda la información de la situación en
que se encuentra.

La información es un arma poderosa en nuestros días. Los personajes de
Trayectoria... se ocultan la verdad unos a otros por piedad, por
estrategia, por fanatismo o por indiferencia. Y a lo largo de la acción
todos irán descubriendo que tampoco la verdad que ellos conocen es toda la
verdad. Incluso que la verdad cambia de un momento a otro, que la
información que creen poseer ya ha dejado de ser efectiva.

El primer acto de la pieza termina con un disparo, el segundo con una
danza. Disparo y danza, dos polos opuestos de la emoción humana que marcan
una trayectoria del dolor a la alegría. Debo decir que he vivido
personalmente ese recorrido desde que salí camino de París por primera vez,
con 18 años, de una España que aún vivía bajo la dictadura militar, hasta
me mezclé en la cosmopolita Montréal con gentes de todos los colores y
creencias del mundo: una auténtica danza de culturas que en estos momentos
empieza a gestarse en nuestras calles, aunque las reacciones sean todavía
de desconcierto. Quienes aún se oponen a esa danza tienen la batalla
perdida de antemano, pertenecen al pasado. Y si en este momento parece que
el péndulo se inclina hacia ellos, no me cabe duda de que su intolerancia
será barrida por la fuerza de la propia evolución. Nadie puede parar este
proceso. Considero mucho más inteligente propiciar el progreso humano de
integración que intentar parar la historia para mantener el crecimiento
económico de una minoría. Es la única opción de futuro.

Candyce Leonard anotaba en la reciente Convención de la South Atlantic
Modern Languages Association, en Atlanta[9], que Trayectoria... comienza
con una puesta en cuestión de los orígenes de lo que se supone son
ancestrales signos de la cultura española: el Jerez, el schotis, los toros,
el aceite de oliva, el flamenco...

… el autor plantea en los primeros momentos el intercambio cultural en que
se basa la identidad y cultura de España y nos prepara así para la
integración social de esta mujer […] dentro de la España del siglo XXI.

Y destaca a continuación que:

Mientras en el pasaje citado el conflicto aparece como una cuestión de
datos equivocados, más adelante sabremos que el antagonismo trata de algo
más fundamental y ético-moral, sobre las razas y culturas diferentes y,
todavía más, sobre las decisiones que una persona toma en cuanto a los
valores que su sociedad sostiene.

Debo agradecer también a la profesora de la Wake Forest University el haber
sido la primera en valorar la profunda importancia que doy en mi obra al
silencio. Sobre este tema me extendí detalladamente en mi intervención en
la citada Convención de Atlanta y en algunas conferencias pronunciadas en
universidades españolas. Espero publicar próximamente algunas de estas
reflexiones.

Debo decir para terminar que no soy ningún especialista en la cultura iraní
y, mucho menos, persa. Mi interés es general y, en este caso, simbólico de
la situación que pretendo reflejar. Mi curiosidad me llevó hace años a
seguir un curso de lengua farsi en la Universidad Complutense de Madrid (lo
que no quiere decir que sea capaz de hablarla) y, naturalmente, he
procurado documentarme para escribir este texto. Las relaciones históricas
entre Irán y España son mucho más significativas en el terreno cultural de
lo que hoy imagina cualquier español de la calle. Pero si alguien tuviera
interés en indagar sobre este tema, me permito sugerirle modestamente que
consulte los excelentes trabajos de Nadereh Farzamnia, profesora en el
Departamento de Estudios Árabes e Islámicos y Estudios Orientales de la
Universidad Autónoma de Madrid, o de Rafael Robles Loró, lector de la AECID
en la Universidad Allameh Tabatabaei de Teherán. No me resisto a citar, por
su curiosidad y pertinencia con respecto a lo que vengo diciendo, este
texto de Robles Loró:

En Irán se está poniendo de moda el español. Bien es cierto que siempre ha
habido cierto interés por dicha lengua, porque entre España e Irán existe,
entre otros, el lazo común de la guitarra española (que fue un invento, al
parecer, iraní), instrumento que apasiona a miles de persas y que despierta
la curiosidad por conocer la lengua cervantina[10]


Luis Araújo





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[1] ARAÚJO, Luis. Teatro urgente. Luna negra y Fantastic calentito. El
ojo de la avispa, 8. Prólogo de Jerónimo López Mozo. Ed. La Avispa. Madrid,
1997.
[2] VV.AA. Monólogos I. Ed. Asociación de Autores de Teatro. Madrid,
1995.
[3] ARAÚJO, Luis. El juego eterno. Teatro de Luis Araújo. Incluye La
construcción de la catedral y Prototipo de poniente. Edición y estudio de
John Gabriele. Espiral/Teatro. Ed. Fundamentos. Madrid, 2001.
[4] ARAÚJO, Luis. Vanzetti. Biblioteca Antonio Machado de Teatro, LXI.
Visor Ds. Madrid, 1996.
[5] Ver NOTA 3.
[6] ARAÚJO, Luis. Trenes que van al mar. Ed. Asociación de Autores de
Teatro. Madrid, 2001.
[7] ARAÚJO, Luis. Mercado libre. Ed. Artezblai Teatro, 39. Bilbao, 2008.
ARAÚJO, Luis. Mercado libre. Ed. Asociación de Autores de Teatro.
Madrid, 2008.
ARAÚJO, Luis. Mercado libre. Ed. del Teatro Español de Madrid, 2009.
[8] La bibliografía sobre estos temas es inmensa. Recomiendo consultar en
general la obra de Gilles Lipovetsky creador del término hiperconsumo, y
particularmente: La era del vacío: Ensayo sobre el individualismo
contemporáneo, Ed. Anagrama. Barcelona, 2003; o La sociedad de la
decepción, Ed. Anagrama. Barcelona, 2008.
[9] LEONARD, Candyce. El teatro de Luis Araújo y el siglo XXI. Ponencia
presentada en El Mundo Literario de Luis Araújo: Sesión Homenaje al
Escritor y Su Obra. Spanish Contemporary Writers. South Atlantic Modern
Languages Association Convention. Atlanta (USA), 2010. Texto inédito de la
ponencia amablemente cedido por su autora.

[10] ROBLES LORÓ, Rafael. El español en Irán. En El español por países.
Centro Virtual Cervantes. http://cvc.cervantes.es/lengua/anuario/anuario_06-
07/pdf/paises_21.pdf
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