El Asedio de Amida (359 d.C.)

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Descripción

EL ASEDIO DE AMIDA 359 d.C.

Autor: Enol Alonso Capín

ASEDIO DE AMIDA

Amida es en la actualidad la ciudad de Diyarbakir, capital de la provincia turca con el mismo nombre, la segunda ciudad con más población de Turquía, con una mayoritaria presencia de kurdos (hecho por el que estos la consideran la capital del Kurdistán turco) y también una de las ciudades del país otomano en las que se puede ver cómo era el sistema defensivo romano y cómo sucedió la evolución de la propia urbe desde su control romano hasta la época actual, pero trasladándonos hacia tiempos pretéritos gracias a que se han preservado una gran cantidad de vestigios tanto de su pasado romano como de su órbita musulmana.

Localización espacio-temporal El asedio de Amida tiene lugar en el siglo IV dC, en el año 359 dC, durante el conflicto conocido como Guerras Romano-Sasánidas. Esta ciudad se localiza en la orilla Oeste del río Tigris, en la que el río hacía un meandro entorno a la ciudad, en el Sur de la actual Turquía, en una meseta escarpada de una zona muy fértil y llana y que era en esa época las Mesopotamia y Armenia romanas.

Amida, actual Diyarbakir

El episodio que se trata está ambientado en el marco de las guerras romano-sasánidas, que aunque fueron unos enfrentamientos militares que se extendieron entre los siglos III dC y VII dC (primero entre sasánidas y romanos y después contra los bizantinos), el periodo que nos atañe es el de los gobiernos del emperador romano Constancio II y Sapor II.

Historia de la ciudad Sobre la ciudad se cree que fue en un primer momento un lugar de ocupación de principios del Mesolítico, cercano también al yacimiento de Çayönü, debido precisamente a su cercanía al río Tigris, a que es un enclave rodeado de fértiles tierras por el paso del ya mentado río y a la presencia de fauna, facilitando así que se realizasen tareas cinegéticas. Su fundación como núcleo urbano está datado en una fecha cercana al 3.000 aC por los hurritas, ya que se realizó en altura, lo que facilitaría su defensa, quienes la convirtieron en su capital económica y militar. Bajo el control hurrita estuvo hasta que fueron los hititas quienes la tomaron, desconociendo por otra parte la fecha de dicha conquista, aunque no sería de extrañar que coincidiera con la caída de Mitani. Tras estos, los asirios tomaron el relevo y la convirtieron en capital de la región aramea de Bit-Zamani, que se rebeló y se instituyó un reino independiente de los asirios en el siglo IX aC bajo el mandato del gobernador Sota Tukultininurta II y perduró hasta que en el 866 aC Assurnasirpal II la tomará y terminará con la independencia de la región. Bajo este control continuaría hasta que en el año 189 aC acabó por configurarse como parte del reino de Corduene1, permaneciendo incluido en este territorio acabando a pertenecer a la órbita romana con Pompeyo en el 66 aC pasando a ser un reino bajo la protección de los romanos y después formó parte de la Mesopotamia romana hasta que en el 118 pasó a manos del reino de Armenia. En el año 296 tras ser derrotado Narsés por Diocleciano la región de Amida y la propia ciudad pasan de nuevo a manos romanas, llegando así a la época en la que se centra este trabaja: el asedio sasánida del 359 dC. En este asedio los romanos perdieron la ciudad en favor de los persas sasánidas, pero no reconstruyeron ciudad hasta que el emperador 1

También es conocido como reino de Gordyene, descendiente del Imperio seléucida y que había gozado de independencia entre el 189-90 aC tras separarse del Reino de Armenia hasta que fue absorbido por el Imperio Romano.

romano Valentiniano la retomó y ordenó que se reconstruyeran las fortificaciones, entre el 367-375 dC.

El asedio de Amida Antes del encuentro Tras este encuadre histórico-geográfico

infantería. Así acabaron por movilizar

me centraré en el episodio de la Historia

120.000 soldados.

de esta ciudad que nos atañe, el asedio del 359 dC. En ese año el comes Ursicino, general de la caballería en Oriente, había sido reclamado por el emperador Constancio II a la Corte, hecho que junto a los conflictos internos entre los romanos y con la presencia de un romano traidor, Antonino, que impulsa a Sapor II, este decide reunir en los meses previos al comienzo del periodo de campañas militares un ejército que consta de un mínimo de 20.000 jinetes ligeros sagitarios y catafractos, un número indeterminado de elefantes y efectivos de Por su parte los romanos, al enterarse el emperador Constancio II de la incursión en territorio imperial del ejército sasánida mandó de nuevo a Ursicino, al que acompañaba como subalterno el propio Amiano Marcelino, a Oriente para organizar la defensa, pero sin ningún documento oficial que le pusiera al mando (algo que más adelante supondrá un problema). Al llegar Ursicino a Amida, esta ciudad según cuenta Amiano Marcelino el emperador Constancio II dotó de murallas y torres más altas que además se vieron reforzadas con la presencia de piezas de artillería, estaba guarecida por la Legio V Parthica y otras seis

legiones (XXX Ulpia, X Fortenses, 2 legiones reclutadas en la Galia y las legiones de los Superventores y Praeventores), un escuadrón auxiliar local, los Comites Sagitarii. En conjunto suponían 30.0002 efectivos en total, con entre 1.500 y 3.000 hombres por legión. Comienzan los 73 días en el Infierno El comes Ursicino había decido evacuar la ciudad, decidido a que las fuerzas se concentraran en Edesa, dónde se localizaba el cuartel general de la región y que permitiría hacer frente al enemigo con un ejército con el mayor número posible de efectivos. Por desgracia la noche en la que se había decidido hacer la salida, ante el conocimiento de la caída de Singara, al poco de salir la columna fue interceptada por unos 20.000 jinetes de sagitarios y catafractos en avanzada, provocando el desconcierto y el temor ante la idea de que los persas ya los hubieran descubierto. Ello motivó que la mayor parte del ejército se refugiara en la ciudad de Amida, entre ellos Amiano Marcelino. En los días siguientes los defensores se fueron preparando y no intentaron nada contra los enemigos, ni estos contra la ciudad, algo que ya habían hecho la misma noche del ataque a la columna y les había causado severas bajas. Al tercer día el ejército persa llegó por entero a las afueras de la ciudad decidido a tomar la ciudad por asalto o por capitulación, esperando al día siguiente para que Grumbates, un rey de los chonistas (o chionistas) y súbdito de los sasánidas, encabezara el ataque, aunque antes de poder iniciarlo decidió arengar a los romanos a rendirse, estos con un proyectil le atravesaron el tórax y el pecho a su hijo, matándolo. Ante esto los chionistas y millares de hombres perecieron intentando recuperar el cadáver mientras se intercambian con los romanos una gran cantidad de proyectiles. Tras la importante pérdida Sapor decretó siete días de luto entre las filas sasánidas, esperando a que terminara para comenzar con las operaciones militares contra los romanos. Así, una vez terminado el luto los persas emplearon los dos días continuos en devastar las cosechas de la región con la caballería ligera mientras la ciudad fue rodeada con una formación de escuderos con cinco hombres de fondo, algo que daría a entender

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Protegían a un total de 90.000 personas, ya que cuando llegaron los persas era día de mercado y había gente de otras poblaciones sumando un total de 120.000 personas. Este dato es discutido según los historiadores, pues hay quienes piensan que no eran esas las cifras, y que además la gente en Amida no superaba los 20.000.

por parte de Amiano Marcelino la ingente cantidad de enemigos a los que los defensores tenían que hacer frente. A las dos semanas de asedio el ejército persa se repartió en sectores el sitio, montaron las piezas de artillería capturadas en Singara y dispusieron al ejército en formación de combate, permaneciendo estáticos hasta la puesta del sol, una táctica que ya se había demostrado útil en otras batallas pretéritas y con la que se buscaba desmoralizar a los defensores y hacer que acabaran por descuidar la defensa para tener más facilidades a la hora de realizar un ataque sobre los lienzos de improviso. Al alba del día siguiente hicieron lo mismo, pero en esta ocasión el rey Grumbates clavó la lanza de guerra, señal de inicio del ataque contra la ciudad que se anunció con el toque estruendoso de trompetas. Los romanos respondieron con sus proyectiles causando numerosas bajas, pero la artillería persa causó también muchos daños a los romanos. A la puesta de sol los persas se fueron rotando hasta horas muy tardías. Al día siguiente los persas hicieron lo mismo, pero cesaron al anochecer. Los defensores al poco tiempo se encontraron con un problema añadido, pues además de estar sitiados, los hombres caídos no había dónde enterrarlos y se extendió una peste por la ciudad, que terminó supuestamente con una lluvia tras 10 días y dejando otros tantos muertos. Por su parte los sasánidas continuaron el asedio durante el verano y a ese calor tan agobiante los defensores sufrían también el hostigamiento diario de arqueros y honderos. Los persas mientras aprovecharon para situar manteletes para sus arqueros, realizar tareas de minado y rampas de tierra para alcanzar el alto de los lienzos. Igualmente se dedicaron también a construir una empalizada para defender el campamento de las posibles salidas de los defensores, y torres según Amiano Marcelino coronadas con ballestas y con un frontal de metal para protegerlas de los defensores. Entretanto el comes Ursicino, tras el ataque nocturno sasánida había continuado su viaje hacia Edesa, donde Sabiniano, su sustituto como general de Oriente le negaba cualquier opción de salvar o ayudar a los sitiados en Amida, precisamente porque era un hombre que Amiano Marcelino describió como débil e inexperto y tampoco porque Ursicino no tenía ningún documento imperial que le dotase de autoridad, de modo que tuvo que con-

tentarse con la información que periódicamente le transmitían los exploradores enviados a las inmediaciones del conflicto. Mientras, uno de los días del verano un desertor romano mostró el acceso hasta la torre Sureste de la fortaleza que controlaba un pequeño manantial y el Tigris, lo que permitió a los persas situar a sus arqueros en su interior. Así cuando el grueso comenzó el ataque, desde el interior los persas asaeteaban a los romanos, quienes tras percatarse de su presencia emplearon la artillería para destruir la torre. En esto los persas habían alcanzado en algunos puntos la muralla y se combatía cuerpo a cuerpo, algo que duró hasta el mediodía, gracias especialmente a las acciones de los legionarios galos 3. Tras esto los persas cesaron los ataques el resto del día. Al día siguiente al campamento persa llegaron miles de prisioneros, sobre todo niños, mujeres y ancianos, de los fuertes y plazas que había en la región, entre ellas la de Zatia4 (una muy importante). A los que no podían continuar les cortaban los músculos o los tendones de las pantorrillas5, lo que provocó la furia entre los galos, que intentaron destrozar con sus espadas las trancas de las puertas. Viendo que era necesario dejar a los galos desatar su furia, se les ordenó realizar un ataque nocturno durante una noche nublada sobre el campamento persa. Para esto se armaron con espadas y hachas y sin nada de protección al estilo de los celtas en algunos casos y que estaba en relación al fanatismo religioso o como demostración de valor. Aunque consiguieron acceder con sigilo en el campamento enemigo, se dio la alarma y aunque mataron a muchos, perdieron 400 hombres6 y tuvieron que retirarse a la ciudad, apoyados por la artillería romana7. Al alba el propio Sapor solicitó tres días de paz para realizar un luto a sus caídos, que incluían sátrapas y nobles persas. En esos días no hubo ataques, pero los sasánidas aprovecharon para elevar las rampas de tierra, a lo que los romanos respondían con la construcción y ampliación de las suyas en sus muros.

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Estos carecían de experiencia y habían hecho salidas antes, pero sufrían más bajas de las que causaban, por lo que sus propios oficiales les prohibieron volver a hacer salidas y además se atrancaron todavía más las puertas. 4 También se la denomina Ziata. Era una ciudad muy grande en la que se había refugiado una enorme cantidad de personas ante la presencia sasánida. 5 Eso les impedía caminar y morirían de hambre, por insolación o desangrados. 6 Entre los que estaban todos los oficiales. 7 Que sólo se dedicaban a realizar lo mismo que si dispararan, pero sin emplear proyectiles, bajo las órdenes del propio Amiano Marcelino.

Al término del impasse los persas co-

provocando la huida de varios paqui-

menzaron con renovadas fuerzas el ata-

dermos por el fuego de los proyectiles.

que sobre los muros de la ciudad, esta

Ante esto Sapor y su guardia entraron

vez empleando las torres de asedio (se-

en combate, algo muy raro entre los

gún Amiano Marcelino más altas que

persas, y se convirtió en objetivo de la

las torres amidenses) que pusieron a

artillería romana, diezmando a su guar-

ascender por las rampas. El ejército per-

dia hasta obligarlo a retirarse. Los per-

sa comenzó en perfecto orden de batalla

sas se replegaron finalmente, pero por la

pero en poco tiempo sufrieron una den-

tarde enviaron unidades frescas para

sa descarga de artillería ocasionando

retomar la ofensiva y así no permitir a

severas bajas y que los puso en desban-

los defensores el descanso y reparación

dada. Por su parte los persas también

tras la ardua contienda.

causaron muchas bajas entre los defensores con la artillería de sus torres de asedio. Ante las bajas sufridas por la artillería persa los romanos destacaron a cuatro de sus piezas frente a las torres sasánidas durante la noche y sin que los enemigos se percatasen. Al día siguiente estas piezas derribaron y quemaron las torres y a continuación apuntaron contra la formación de elefantes enemigos, Los asaltos siguieron sucesivamente, pero con el paso de los días los persas no conseguían penetrar en la ciudad. Esta situación cambió cuando en el epicentro del combate, las rampas, a los romanos se les derrumbó la suya y con ese material se rellenó el espacio entre la muralla y la rampa persa, por lo que las tropas sasánidas aprovecharon la situación y penetraron por ahí en la ciudad. Ese punto se convirtió en poco tiempo en el centro del combate, pero ante el gran caudal de persas los defensores se vieron superados y muchos fueron muertos mientras que otros se refugiaron en la ciudadela. Los persas llevaron a cabo la matanza de los habitantes de la ciudad, de la cual se habían refugiado Amiano y dos soldados en un punto apartando y aprovechando la noche huyeron de la ciudad por una de las puertas secundarias de la misma consiguiendo huir hasta encontrarse con un escuadrón de caballería romano perseguido por jinetes persas,

lo que motivó a los huidos a trasladarse lo más rápidamente posible por la maleza. Este escuadrón romano pudiera tratarse de un grupo de exploradores o a la presencia del propio Ursicino, ya que en la ciudad de Melitene se encontraron con « nuestro general y lo acompañamos en su marcha » (Amiano Marcelino, Historia), pudiéndose tratar seguramente del propio comes. Consecuencias del enfrentamiento Sapor mandó crucificar a todos los oficiales romanos, entre ellos el propio comes Eliano y a los miembros de la administración militar, a todos los que huían de Amida los mataron en persecución y los soldados persas ejecutaron a todos los que lucharon con los romanos. Algunos oficiales de caballería y otros tantos soldados que se rindieron fueron sacados de la ciudad, maniatados en calidad de prisioneros y futuros esclavos, llevándose un gran número de estos a territorio persa. La ciudad fue objeto de saqueo y una posterior destrucción total sin dejar ninguna estructura en pie. De las siete legiones que participaron en la defensa de Amida, todas desaparecieron, superando las derrotas de Carras y Teutoburgo. Pero no todo fueron beneficios para Sapor, pues perdió en los 73 días de asedio cerca de 30.000 hombres y el verano para continuar su campaña y el otoño ya estaba cerca de su término, ya presente dicho final en la visión parcial de la constelación de las cabrillas8.

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También conocida como Constelación de las Siete Hermanas o Constelación de las Siete Cabrillas, que anuncia la etapa invernal.

EPÍLOGO Considero oportuno la realización de esta sección primero por la importancia que tienen dos tipos de fuentes que han permitido la elaboración de este trabajo, como son las fuentes documentales y las arqueológicas, y la impronta que dejaron los romanos en la ciudad aun habiendo sufrido varias remodelaciones, ampliaciones y superposición de estructuras y planos.

Fuentes documentales Las principales fuentes documentales que permitieron la realización del trabajo no son otras que las obras de Amiano Marcelino y Procopio, pues sendos autores permitieron que estos hechos permanecieran en la Historia gracias a su labor de ponerlas por escrito de manera más o menos sucinta, especialmente en el caso de Amiano Marcelino, que como se ha visto fue partícipe del conflicto ya relatado. Amiano Marcelino Este autor nació en sobre el 330 dC en Antioquía en una familia griega noble. Entró en el ejército en una fecha desconocida, pero en el 353 ya formaba parte de los protectores domestici bajo las órdenes de Ursicino, el general de los ejércitos de Oriente, llevando a cabo una gran cantidad de misiones junto y para él. Participó de forma activa en el asedio de Amida con los defensores romanos, del que escapó sólo cuando la ciudad cayó. Participó en la campaña persa de Juliano en el 363 y tras la muerte del emperador se retiró del ejército y estuvo en Antioquía hasta el 378, año en el que se retiró a Roma hasta morir en el 400 dC. Hay que añadir que Amiano es el único historiador para el siglo IV dC por lo que el que hayan llegado a nosotros sus escritos es todavía más importante a la hora de conocer esta época histórica. Procopio de Cesarea Nació en Cesarea entre el 490-507 dC y fue posiblemente educado por Procopio de Gaza, supuestamente amigo de su padre, y en el 527 ya se convirtió en consejero de Belisario, junto al que estuvo en las campañas contra los vándalos del Norte de África y después en Siracusa y Rávena, en la campaña contra los ostrogodos.

Procopio había sido un historiador del siglo VI dC cuya intención era dejar por escrito las guerras de Justiniano, pero también puso por escrito los hechos anteriores para explicar el porqué de las hostilidades entre romanos y persas. En su obra escrita conocemos no sólo aspectos de su vida, sino también todo su periplo bélico que recorrió junto a su superior, el general Belisario. Asimismo nos habla sobre las epidemias y las costumbres de los bárbaros contra los que lucharon los bizantinos.

Diyarbakir: la actual Amida. Fuentes arqueológicas El recinto primigenio El primer recinto, con el que definiremos al recinto romano, pues del oriental de civilizaciones previas no tiene restos estructurales. Este recinto fue reformado varias veces, pero especialmente fue transformado por los musulmanes en el siglo VI-VII dC. El recinto romano correspondería con el que aparece resaltado en sombreado y junto al cuál aparece también la ciudadela de la misma.

Plano de Google Earth en el que podemos apreciar como la ciudad ha ido modificando el plano romano, pero este sigue siendo visible en la traza urbana actual.

La muralla musulmana La muralla romana sufrió, como ya se

ron las propias murallas de la ciudad,

dijo una fuerte transformación por parte

sino que las ampliaron para la creciente

de sus conquistadores musulmanes,

población urbana y que ya con el Impe-

quienes tras tomar la ciudad bajo Umar,

rio Otomano.

un gobernador sunita, no sólo reforma-

Con la observación de ambas imágenes podemos apreciar el estado actual de las murallas de Diyarbakir, que respetan en gran medida el recinto romano que se construyó tras la destrucción de la ciudad por Sapor y que el emperador Valentiniano ordenó reconstruir entre el 367-375 dC.

¿El plano romano? Se ha observado que en la propia ciudad musulmana se pueden observar varios vestigios de la presencia de una ordenación previa de datación romana, no sólo presente en la planificación general, sino en la particular y que hay presente en un conjunto de edificaciones que insinúan la planta de un teatro, que fue con el tiempo amortizado y ante la

inexistencia de una tradición de uso fue empleado como espacio sobre el que se edificaron edificios, algo muy común de la época tardoantigua y que se generalizó por todo el territorio romano tanto de la vertiente occidental como de la oriental.

Algo que también es destacable es la presencia de elementos romanos entre los edificios actuales, que podría estar relacionado con la reutilización de materiales de culturas previas, acto común entre los pueblos que controlan un territorio y precisan de materiales no disponibles de forma inmediata, por lo entonces los captan de edificios inútiles a sus ojos, o también tener relación con el cambio de uso de esos edificios que no les son necesarios en la cultura que domine el lugar superponiendo estructuras propias a las previas.

Bibliografía   

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Amiano Marcelino. Historia. AKAL/CLÁSICA, Madrid (2002). Dando-Collins, Stephen. Legiones de Roma. La Esfera de los Libros, Madrid (2012). H. Dodgeon, Michael; Lieu, Samuel N.C. The Roman Eastern Frontier and the Persian Wars AD 226-363: A Documentary History. Editorial Routledge, Londres y Nueva York (2002). Le Bohec, Yann. El ejército romano. Ariel, Barcelona (2004). Lieu, Samuel N.C. The Roman Eastern Frontier and the Persian Wars, Part 2 363-628. Editorial Routledge, Londres y Nueva York (reeditado 2002). Smith, William. Dictionary of Greek and Roman Geography [con acceso el 28/11/2014] en: https://archive.org/stream/adictionarygree13smitgoog#page/n0/mode/2up Procopio. Historia de las Guerras. Libros I-II. Biblioteca Clásica Gredos, Madrid (2000). Imágenes:  Imágenes de la portada de la página web de la Consejería de Cultura y Turismo de Diyarbakir  Página 4: elefante persa y clibanarius persa, especie de catafracto. Autor: Angus Mc Bride  Página 8: soldados romanos con balista romana. Autor: Angus Mc Bride Imágenes para la presentación obtenidas en:  Pinterest  Google Earth  Página web de la Consejería de Cultura y Turismo de Diyarbakir [con acceso el 29/12/2014] en: http://www.diyarbakirkulturturizm.org/

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