EL ARRABAL DE AL-TABBANIM O DE LOS MERCADERES DE LA PAJA. MÁLAGA

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Descripción

El Arrabal de al-Tabbanim o de los Mercaderes de la Paja. Málaga

Sonia López Chamizoi, Pedro Sánchez Banderai y Alberto Cumpián Rodríguezi

Resumen: En el presente artículo se pretende hacer un recorrido por la génesis y desarrollo del arrabal, poniendo el acento en alguno de sus rasgos más distintivos, tal y como se vienen definiendo desde la arqueología, fundamentalmente. Palabras clave: arrabal, baño, mezquita, calles, conventos, huertas, muralla, necrópolis, noria, saneamientos, vivienda hispanomusulmana, urbanismo. THE SUBURB OF AL TABBANIM, OR THE STRAW MERCHANTS SUBURB (MÁLAGA)

ABSTRACT: This article presents an overview on the formation and development of this suburb, emphasizing on its most relevant features, especially from the archaeological point of view. KEY WORDS: Suburb, Baths, Mosque, Streets, Orchards, Walls, Necropolis, Waterwheels. Spanish-muslim Housing, Sanitation, Town Planning.

Varias son las referencias historiográficas que recogen la existencia de este barrio, localizado al oeste de la vieja medina, datos que están siendo contrastados y completados con la información que arrojan las distintas intervenciones arqueológicas llevadas a cabo en la zona a lo largo de las dos últimas décadas. Se trata de tierras al oeste del Guadalmedina, ganadas al mar a partir de la colmatación del delta del río y consiguiente retroceso de la línea de costa, profusamente urbanizadas a partir del siglo III, con una dedicación eminentemente industrial. Existen indicios no definitorios para suponer una temprana ocupación medieval de esta zona. La arqueología alumbra para estos momentos un poblamiento disperso, en el que las condiciones favorables para el asentamiento deben prevalecer sobre el interés por situarse cerca de los centros de poder (alcazaba), sobre todo teniendo en cuenta que la presión demográfica de la medina todavía no sería un factor determinante.



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Arqueólogos. Arqueosur Estudio de Arqueología, S.L.. [email protected], [email protected], [email protected].

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Introducción

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Sonia López Chamizo, Pedro Sánchez Bandera y Alberto Cumpián Rodríguez

Es a partir del siglo IX-X cuando comienzan a vislumbrarse los primeros asentamientos que se van a consolidar y mantener a lo largo de todo el medioevo hasta la actualidad. En otro orden de cosas, este barrio jugaría un papel relevante como abastecedor de productos a la ciudad, procedentes de las numerosas huertas que ocuparían prácticamente la mitad del espacio amurallado. Asimismo, el topónimo al-Tabbanin, en castellano mercaderes de la paja, no sería gratuito y aludiría a la existencia de un centro de producción de cestos y durante la época cristiana un punto de redistribución de paja y leña para la ciudad.

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El espacio Geográficamente el espacio que ocupará el arrabal se desarrolló a partir de la margen derecha del río, como ya se ha indicado, en terrenos aluviales que fueron colmatando progresivamente un paisaje de dunas típicamente litoral, en el que la línea de costa estaría al sur de la actual calle Cerrojo con anterioridad al siglo VIII. Desde estos momentos la línea de costa habría retrocedido hasta la línea de la actual calle Cuarteles para el siglo XVIII, lapso de tiempo en el que se pueden distinguir varias fases de crecimiento, destacando los niveles de playa documentados en la actual Avenida de Andalucía, coetáneos a la invasión musulmana. Estos rellenos aluviales conforman una secuencia estratigráfica de una potencia variable (promediada en torno a los cuatro metros) que aloja el desarrollo secuenciado del poblamiento andalusí en estas tierras. Se trataría de un paisaje poco contrastado, eminentemente llano, con suelos profundos y fértiles, muy aptos para el cultivo gracias, además, a la posibilidad de captar agua para

1 SÁNCHEZ, A. (2003).

Rellenos aluviales documentados en la intervención realizada en la manzana de calles Calvo-Cerezuela-Segura

regadío. La principal arteria hidrográfica es el propio Río de la Ciudad, aunque habría que destacar cauces secundarios, como el denominado Arroyo del Cuarto, límite natural del arrabal hacia occidente.

Los orígenes Los inicios de la presencia musulmana en la zona apenas han arrojado algunos indicios fragmentarios, escasos y poco definitorios. No obstante, hay que destacar la presencia de un número destacado de inhumaciones pertenecientes al periodo emiral en los trabajos arqueológicos llevados a cabo en el subsuelo del actual edificio de aparcamientos de la Avenida de Andalucía1.

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Edificio siglos IX-X con decoración pictórica en sus alzados

Piroestructuras altomedievales documentadas en la U.E. 14

Noria documentada en calle Trinidad 32

2 S e trata de una estructura doble de fosas excavadas en la arena con las paredes revestidas de adobe y restos de amorfos cerámicos con claros indicios de rubefacción que se encuentran conectadas entre sí por un pequeño canalillo. El escaso material asociado parece formar parte de escorias y material de desecho de un horno muy rudimentario para la obtención de material vítreo si bien no podemos dilucidar si se trataría de vidrios como tal o bien para aplicaciones sobre cerámicas. López CHAMIZO, S. (2004). Del mismo modo, recientemente, se ha documentado este mismo tipo de piroestructuras en yacimientos del Pais Vasco que han sido interpretadas como horno de fundición de hierro. Diversos autores plantean la posibilidad técnica de una doble funcionalidad, en este caso las analíticas que se están realizando a las escorias podrán dilucidar su funcionalidad final.

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Por el contrario, insistimos, los rastros pertenecientes al mundo de los vivos resultan apenas reseñables. No obstante, durante los trabajos realizados en la parcela delimitada por las calles Calvo, Cerezuela, Segura se pudo acceder a restos de edificios de carácter posiblemente domésticos, amortizados para los siglos IX-X. El estado de conservación de los restos determina el aislamiento de las diferentes dependencias, con retazos de muros desconectados que ofrecen una visión excesivamente parcial de esta ocupación. Estos restos arrojan rasgos muy dispares desde un punto de vista constructivo, en los que se alternan las construcciones de tapial y de mampostería, destacando un tipo de mampostería un tanto peculiar, realizada con rocas de travertino ligadas con un mortero hecho de ceniza y cal. Gran parte de las estructuras de tapial conservaban sus enlucidos originales, hechos de argamasa, cuya epidermis alisada podía estar coloreada a la almagra y decorada con bandas verticales blancas de diferentes anchuras. Los suelos se resuelven mediante lechadas de argamasa muy consistente y pueden estar dispuestos a diferentes niveles. En este contexto, el hallazgo de algunas piroestructuras indicarían la implantación de determinadas actividades artesanales, relacionadas con la producción de material vítreo o de hierro2. No es descabellada la idea de que esta ocupación se ajuste a un esquema urbanístico preconfigurado, de tendencia ortogonal, si tenemos en cuenta la coincidencia y superposición de las

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Imagen aérea de la zona delimitada por las calles La Serna y Callejones del Perchel. Puede observarse los restos del Convento-Iglesia del Carmen, fundado en 1584, sobre una ermita fundada por los cofrades de San Telmo en 1524; los restos del edificio sobre las Torres de Fonseca y los cortes arqueológicos abiertos de dos de las intervenciones realizadas en la zona

estructuras protocalifales con el callejero vigente a partir de los siglos X-XI. El siglo X marca el inicio de grandes cambios para la ciudad, auspiciados por la reorganización administrativa impuesta por el estado califal y que supone la primacía de Málaga en el contexto de la provincia (kura). Esta tendencia se acentuará a lo largo del siglo XI, en el marco de las pretensiones de la dinastía taifa de los hamudíes. Se asiste a una revitalización de los aspectos urbanísticos, culminados por la construcción de un perímetro amurallado para la ciudad, amén de otras construcciones emblemáticas como la mezquita aljama. Tiene lugar una remodelación significativa de la alcazaba y otros edificios representativos del poder oficial. Pero, por lo que nos atañe, resulta llamativa la construcción de

un puente sobre el río, nexo fundamental entre la emergente medina y el incipiente arrabal. El siguiente hito será el amurallamiento de los arrabales, lo que los consagra como enclaves de cierta relevancia3.

La articulación del arrabal Así pues, el resurgimiento de la vieja ciudad y la configuración de la medina como centro preponderante coincide con el gran desarrollo que experimenta el arrabal occidental. La construcción de la muralla supone el colofón a un impulso urbanístico que se configura como un fenómeno intenso y de gran trascendencia y que habría que achacar a cierta presión demográfica sobre el casco urbano de la medina.

3 T anto en el arrabal de Al-Tabbanin como en el de Funtanella varias intervenciones arqueológicas han constatado la existencia de lienzos de muralla realizados en tapial y calicanto a partir de estos momentos. (RAMÍREZ DURÁN, 2004) (LOZANO AGUILAR, 2009).

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Alzado de la muralla del arrabal

al-Tabbanim, es significativo el hecho de que su mayor extensión no se corresponde con una mayor población, toda vez que las crónicas apuntan a cierta superpoblación en el arrabal norte. 3.1. La muralla5 Construida a partir del siglo XI y a lo largo del XII, parece que parte de ella estaba derruida durante el asedio cristiano a la ciudad. No obstante, sus restos fueron todavía contemplados por los cronistas tan próximos a nuestros días como Medina Conde y Guillén Robles. Hoy en día en la zona del mercado del Carmen

4 B UENO POZO, M.A. (2009). 5 Muy acertado nos parece el artículo de RAMBLA TORRALBO J.A., et alii (2003) “La construcción de la muralla musulmana de Málaga, un hito en la historia de la ciudad”, pp. 166, donde se realiza una descripción de la trayectoria de la cerca y recopila los datos historiográficos castellanos en los que se hace mención.

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Configurado de forma definitiva, el barrio se estructura en zonas con usos más o menos exclusivos. Así, no todo el barrio estaba ocupado por un entramado urbano de edificios y calles, sino que los sectores occidentales estaban ocupados por una extensa zona de cultivos, también presente en amplios sectores al norte, tanto dentro como fuera de la cerca, donde la arqueología ha documentado los restos de varias norias y otras infraestructuras agrícolas4. El barrio llegó a tener en su época de mayor apogeo una extensión próxima a las 37 ha, nada desdeñable si lo comparamos con las de 36 ha de la medina y las 24 ha del arrabal de Funtanella. Sobre la dedicación agrícola del arrabal de

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Alzado de la muralla del arrabal. A la derecha, se puede observar su cimentación y el sistema de evacuación de agua

continúan en pie restos de lo que en su día se llamaron las Torres de Fonseca, espolón y quiebro del lienzo en su sector meridional. Como ya se he mencionado, la cerca delimita un espacio de unas 37 ha de extensión, a lo largo de un perímetro de casi 3 km. Parece ser que estuvo jalonada por dieciocho torres y dotada de varias puertas vinculadas a los caminos más importantes. Extrapolando su desarrollo al parcelario actual, desde su extremo más meridional, junto a las Torres de Fonseca, se ceñiría a la orilla del río por la calle Angosta del Carmen hasta la Avenida de Andalucía, para continuar por la zona del edificio de la Delegación de Hacienda hasta la Iglesia de Santo Domingo donde existiría una puerta cercana al puente que lo uniría a la Medina, cuyos restos habrían sido recientemente descubiertos en los trabajos

arqueológicos realizados en el actual Hotel Posada del Patio. Siguiendo la línea del río en el Pasillo de Guimbarda llegaría hasta la actual calle Trinidad, volviendo a quebrar hacia el sur a la altura de calle Jaboneros. En la calle Mármoles se abriría la denominada Puerta del Obispo, continuando su trazado por la manzana entre calle Armengual de la Mota y Montes de Oca. Al cruzar la Avenida de Andalucía progresa hasta el Paseo de los Tilos y cerraría por calle Eslava hasta las Torres de Fonseca donde además se abriría otra puerta para dar acceso a la playa6. Este último tramo de calle Eslava ha sido detectado en varias intervenciones arqueológicas, evidenciando tanto su momento de construcción como sus características constructivas7. Se trata de una vasta estructura con orientación n.o.-s.e., de la que se documentaron casi 92 m

6 L as crónicas castellanas de Hernando del Pulgar, señalan que en el arrabal “que esta a la parte de la mar, avia muchas huertas e casas caydas”4. Esta es la imagen que se da de la zona tras la Conquista señalada asimismo en los Repartimientos para el año 1490 “...en la ribera de la mar en la hazera de las huertas entre las Torres de Fonseca e Guadalmedina en que ay una torre descostrada e desmochada con unas tapias viejas de muro viejo que sigue hazia la parte de la çibdad a confrontar con un edefiçio que tiene dos arcos uno que sale a la ribera otro a las dichas huertas...” 7 Se han realizado tres intervenciones arqueológicas en la manzana delimitada por las calles Callejones del Perchel-La Serna y Eslava: RAMÍREZ DURÁN, P. (2004), DÍAZ GARCÍA, M. J.(2006), SÁNCHEZ BANDERA, P. (2009), PÉREZ NARVÁEZ, A. (2013).

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tapial predominante, separados por una plataforma de mortero rico en cal. Ambos elementos están vinculados claramente a la cerca, aunque problemas de conservación impiden determinar claramente su funcionalidad, barajándose varias hipótesis en este sentido, como la posibilidad de que se trate de una puerta o portillos dotados de una plataforma a modo de camino o vado, a fin de evitar el hundimiento de carros y transeúntes en el inconsistente sustrato arenoso. 3.2. El entramado urbano Intramuros, el paisaje estaría dividido en zonas de huertas y concentraciones de edificios, en muchos casos dotados de jardines y huertas. La zona residencial quedaría localizada en la margen del río y aledaños de la actual calle Mármoles e incluiría edificios de uso público tales como mezquitas, baños, zoco y cementerio. Del mismo modo, existiría suelo de uso industrial, como los complejos alfareros. En líneas generales, el urbanismo islámico ha sido objeto de numerosos estudios, aunque los distintos autores se vienen poniendo de acuerdo en que se dan dos tipos de entramados urbanos. Por un lado, el llamativo callejero abigarrado y sinuoso, fruto del asentamiento sobre ciudades ya fundadas (por lo tanto con condicionantes físicos) al que hay que sumar las características implícitas de la cultura islámica en la que determinados espacios y edificios precedentes ya no tienen sentido y por lo tanto se prescinde de ellos. Del mismo modo el

8 La tabiya o tapia se denomina a un sistema constructivo mediante caja desmontable de madera (horma en latín) que se rellena de una mezcla, sea tierra, barro o calicanto, que se deja fraguar hasta adquirir consistencia, retirándose entonces el encofrado, superponiendo unos sobre otros elevándose de esta manera el muro. Esta fábrica ha sido utilizada en la Península Ibérica desde el periodo prerromano, generalizándose a partir del S. XI, tanto en la arquitectura doméstica como militar. 9 La muralla debió ser levantada montando el zócalo y primera tapia desde la parte exterior de la misma, si tenemos en cuenta los perfiles resultantes donde se denota una caída de la playa hacia el Oeste y de forma más brusca en el contacto con la muralla, donde se encontraría como foso la barrera natural del Arroyo del Cuarto.

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NN-SE, de longitud, de 1,60 m de ancho por 2,75 m de alzado máximo. Está construida en tapial. En nuestro caso se trata de una täbiya8 muy rica en cal, lo que la dota de una gran solidez, introduciendo guijarros e incluso fragmentos de teja en su interior como aglutinante hasta conformar un hormigón de gran dureza. Levantada con cajones (luh) de 0,84 m de altura por 2,25 m de longitud. En el extremo norte se podían vislumbrar aún las tablas que conformaban dicho encofrado, con unas medidas de unos 0,15 m de ancho. En la zona exterior, donde la erosión fluvial ha retirado el enlucido, se observan tanto las hiladas de mampuestos como los mechinales dejados por las agujas al pudrirse, con una separación de unos 0,80 m de separación. Como en la casi totalidad de los casos, el muro de tapia se asienta sobre un zócalo visto, realizado mediante hiladas alternas de mampuestos y ladrillos. Este zócalo aísla el muro del suelo y lo resguarda de la humedad, siendo necesario además, teniendo en cuenta la inconsistencia del sustrato arenoso, incrementar la capacidad portante de toda la estructura mediante una discreta zapata de mampostería9. Finalmente, los lienzos cuentan con un sistema de evacuación de aguas para evitar el efecto presa del interior. Se trata de una atarjea que orada la muralla transversalmente, construida con ladrillos y cubierta con lajas de piedra. Se ha podido documentar, adosados a la línea de muralla, dos retazos a modo de pilares, construidos de mampostería y ladrillos frente al

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Vial de tránsito y drenaje. Sistema de recogida y evacuación de aguas pluviales y negras reutilizados durante momentos almohades y nazaríes. Intervención arqueológica en la U.E.14

Tuberías machihembradas con guardas de tejas (semi excavadas ya en la foto) formando parte del sistema de agua corriente del interior de una vivienda del siglo XIII, hallada en el solar contiguo al Hotel NH. CUMPIÁN, A. (2003)

urbanismo no permanece estancado a lo largo del tiempo sino que evoluciona conforme a las nuevas necesidades de los ciudadanos. Frente a este, un segundo modelo, de nueva planta y que responde a unos criterios preconcebidos, impulsado por el poder o atendiendo a necesidades prácticas de los propios habitantes. Su rasgo más característico viene siendo un trazado ortogonal o pseudortogonal que puede llegar a recordar el urbanismo hipodámico clásico y que será repetido a partir del Renacimiento. En el caso que nos ocupa los datos apuntan a este segundo modelo, gestado a partir de edificios aislados para evolucionar de forma ordenada. Se han reconocido dos tipos de vías en función de su anchura y las manzanas de casas mantienen unas dimensiones muy semejantes. El primer tipo de calle, llamado de tránsito, tiene una anchura próxima a los dos metros y medio y atiende a las necesidades de comunicación y tránsito de personas y mercancías dentro del barrio, a la vez que aloja la red de saneamiento. Las aguas negras son evacuadas de las letrinas domésticas a través de una red de canalizaciones

cada vez más complejas y que terminan en fosas sépticas de medianas y grandes dimensiones, ubicadas en el centro de las calles y que deben ser mantenidas por los propios vecinos. En muchos casos se trata de verdaderas cloacas de grandes dimensiones que pueden desembocar en el cercano río Guadalmedina o bien en fosas sépticas ubicadas en las mismas calles. Frente a este tipo de calles, se reconocen viales de drenaje, de una anchura inferior al metro y concebidos eminentemente para conducir las aguas negras y pluviales desde las viviendas hasta la red de alcantarillado, además de marcar el límite entre propiedades diferentes10. Existe también una red de infraestructura de aguas para el uso doméstico o como parte de las infraestructuras agrícolas, pozos de tondos cerámicos, tuberías machihembradas de cerámica, atarjeas, piletas, fuentes, albercas y norias. Una característica del derecho islámico y, por ende, con un reflejo en el urbanismo, relativa a la articulación del viario consiste es dejar a los vecinos que lo organicen y solo interviene en el caso de que no haya entendimiento entre

10 LÓPEZ CHAMIZO, S. (2004) (2008).

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ellos. Esta concesión deriva en muchos casos en la construcción de cuerpos anejos a las viviendas invadiendo las calles (interpretadas en ocasiones como tiendas) llegando a adquirir pasado un tiempo aspecto de abigarramiento y sinuosidad11. 3.2.1. Espacios de uso público Al igual que en el interior de la medina, en el arrabal existen una serie de edificios de uso público, a imagen de los prototipos de ciudades islámicas, salvo por lo que se refiere a la mezquita aljama. En los últimos años la arqueología urbana en los actuales barrios de los Percheles y la Trinidad ha accedido a algunos de estos espacios, entre los que se ha identificado una mezquita, un posible zoco, la necrópolis y unos baños.

La mezquita12 Cementerio de Al-Tabbannim. Obsérvese la alineación de los enterramientos

La necrópolis14 Más controvertida ha sido su existencia hasta la realización de una intervención arqueológica en la zona de la Avenida de Andalucía, en el lugar que hoy ocupa el edificio de aparcamientos. Con anterioridad, durante la construcción del centro comercial aledaño aparecieron restos humanos que fueron asociados de manera gratuita a fosas de la guerra civil.

11 NAVARRO PALAZÓN Y JIMÉNEZ CASTILLO (2007). 12 RAMBLA TORRALBO A. (1999). 13 CALERO SECAL, M.ª I., MARTÍNEZ ENAMORADO, V., (1995): 131 “Abu Abd Allah al-Qurtubi…enseñaba a leer a los niños en el arrabal de los Mercaderes de la Paja” […] “era unos de los más importantes lectores coránicos de de los que se dedicaron a enseñar caligrafía del Corán durante largo tiempo en el arrabal de los Mercaderes de la Paja”. 14 SÁNCHEZ BANDERA, P. (2003).

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Se tiene constancia de la existencia de al menos una mezquita, aunque cabe la posibilidad de que hubiera más, dada la gran extensión del arrabal. Las fuentes escritas hacen referencia a un lector coránico que enseñaba en una mezquita del arrabal de los Mercaderes de la Paja algo antes del año 122013. La arqueología ha podido registrar la presencia de un edificio en la actual calle Pulideros, del que se ha documentado una nave alargada sustentada por pilares de ladrillos y mármol, orientado conforme a un eje longitudinal noroeste-sureste que permanece inalterado a lo largo del tiempo, los investigadores plantean la posibilidad de que se trate de una mezquita.

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Los resultados de dicha intervención pusieron de manifiesto la existencia de un gran cementerio de época islámica, con un alto nivel de individuos enterrados desde época emiral. La tipología de las tumbas es la ya conocida para otros cementerios malagueños, fosas simples con cubiertas de tejas o túmulos de piedras, cistas de ladrillos… El espacio de la necrópolis estaría organizado, con tumbas alineadas y agrupadas en zonas acotadas por pasillos. Se reconocen zonas exclusivas para enterramientos infantiles. La extensión de la necrópolis es actualmente desconocida, pero cabe suponer que se trata de un gran cementerio, en el que las tumbas se superponen en una secuencia estratigráfica de más de cuatro metros de potencia y quinientos años de vigencia. Como dato, destacar que en el espacio objeto de investigación (356 m2), se llegaron a documentar más de mil inhumaciones. Desde un punto de vista antropológico las personas allí enterradas parecen responder a un determinado patrón, siendo común la constatación de patologías asociadas a anemias, artrosis escoliosis… Del mismo modo no se han constatado tratamientos profilácticos, comúnmente identificados a partir de la presencia de cal, usada como antiséptico en caso de peste u otras enfermedades de tipo pandémico.

albarid, bayt al wastani y bayt al-sajum, respectivamente). Además, se ha documentado un vestíbulo (bayt al maslaj), una sala de vestuario o reposo y en torno a la caldera (horno del que salen diversas conducciones que reparten el calor por el edificio) espacios destinados a leñera y demás (al fornach y al-burma). En la sala calefactada, de 34,65 m2, aparecen dos estructuras que se interpretan como bases para la colocación de bañeras o pilas; la norte tiene unas dimensiones de 6,6 m, mientras que la otra se encuentra muy alterada y se presupone su funcionalidad. Estas piscinas estaban destinadas a la hidratación del cuerpo tras el baño de calor. Por este motivo todo el edificio presenta una red de canalizaciones que permiten la traída de aguas y posteriormente su evacuación en el río. Es interesante la cercanía del baño a la mezquita, por cuanto el rito musulmán prescribe la ablución de determinadas partes del cuerpo como depuración antes de acudir al rezo. Desde este punto de vista la proximidad entre un edificio y otro no sería casual, como tampoco lo sería la proximidad de los baños al cauce del río del que se abastecería.

El baño15

El mismo topónimo del arrabal (Mercaderes de la Paja) invita a suponer la existencia de un gran zoco o espacio destinado a la venta de diversos productos entre los que destacaría la paja. En este sentido, las fuentes citan varias alhóndigas, de las que desconocemos su emplazamiento. A pesar de esto y analizando la ordenación espacial del arrabal se podría señalar la zona de Santo Domingo como una de las más propicias para presuponer la existencia de un zoco abierto. Se trataría de la zona posterior de

Posiblemente debieron existir varios en el arrabal pero solo uno es que ha llegado hasta nosotros. Se trata del localizado en el Paseo de Guimbarda junto al río, actualmente protegido bajo el actual Hotel NH. Presenta la disposición típica de los baños andalusíes, herederos de la cultura clásica y que comprende diferentes ambientes, destacando una sala fría, templada y calefactada (bayt al 15 MAYORGA MAYORGA, J. (2004).

El zoco

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El complejo alfarero16 Ha sido localizado en el extremo sur del arrabal, en el entorno del Convento del Carmen. Las instalaciones estuvieron en uso hasta el siglo XI, sin que el estado de conservación de los restos nos permitan determinar con facilidad las dimensiones máximas del complejo, aunque el espacio ocupado por la zona de los hornos y otras infraestructuras alcanza los 900 m2. Hacia el suroeste, este espacio estaba acotado por una edificación que se podría vincular al complejo a partir de criterios de sincronía y proximidad, aunque no se han hallado indicios suficientes para determinar de manera fehaciente su uso. Por el contrario, en zonas cercanas a los hornos sí se han podido documentar elementos directamente relacionados con la 16 RAMÍREZ DURÁN, P. (2004).

Complejo alfarero del Carmen. Siglo XI

fabricación de cerámicas e infraestructuras dependientes, como piletas de decantación de arcillas, vasijas cerámicas encajadas en las arenas, un complejo sistema hidráulico (canalizaciones, pozos y alberca) y testares. Se han documentado seis hornos, todos ellos insertos en las arenas para hacerlos más resistentes y de mayor porte calórico. Están construidos con adobe y arcilla y cuentan con cámara circular y praefurnium de tendencia troncocónica. En ningún caso se había conservado la cubierta, aunque tres de ellos conservaban evidencias de distintos sistemas de sustentación de la parrilla, consistente en dos de ellos en una estructura radial de morillos apoyada en un pequeño resalte, frente a un único horno en cuya cámara de combustión se conserva una arcada de ladrillos. Tres de ellos guardan una clara alineación entre sí, mientras que el resto se disponen de manera aparentemente aleatoria. El complejo alfarero estaría amortizado a finales del siglo XI o inicios del XII, coincidiendo con la construcción de la cerca del arrabal y el desarrollo de un tejido urbano que parece

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lo que hoy es el edificio religioso junto al río, muy cercano al puente que conecta el arrabal con la medina y por lo tanto con un fácil acceso de personas y cargas. El arrabal aglutinaría la traída de productos agrícolas procedentes de las tierras del interior, además de la producción hortofrutícola propia, destacando en este sentido el prestigio que llegó a adquirir la ciudad de Málaga por la calidad de sus productos agrícolas destacando el higo, la pasa y las almendras además del azúcar y la seda. Estos y otros productos se concentrarían en el zoco del arrabal, desde donde se distribuirían hasta la medina o hasta los puntos de exportación. Debían ser frecuentes también los fonduq, edificios que cumplen la función de albergar personas, bestias y cargas durante la noche previa al mercado. Desgraciadamente, en la actualidad ningún resto documentado por la arqueología puede ser interpretado como tal.

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imposibilitar la coexistencia entre zonas industriales y residencias17.

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Otros edificios El dibujo general que venimos realizando del arrabal de al-Tabbanim, se completaría con la referencia a una edificación con nombre propio, recogida en diversas fuentes, tanto musulmanas como cristianas, bajo la denominación de Alcázar de Al-Sayyid. Hasta ahora, no es posible asociarlo a ninguno de los restos descubiertos por la arqueología. Se trataría de una residencia palaciega, rodeada de grandes jardines y huertos. Habría sido construida hacia 1226 por el califa almohade al-Mamun Abu l-Ala Idris b.Yaqub al-Mansur, cuando ostentaba el cargo de sayyid de la ciudad. Posteriormente será utilizada como residencia estival y para la recepción de grandes personajes y embajadores. A través de estos últimos nos han llegado la mayoría de las citas árabes, mientras que las fuentes cristianas hacen referencia a ella en el momento del sitio de la ciudad. Es muy curioso el hecho de que en 1455 aún se encontraba en pie y posiblemente en uso, si nos atenemos a la crónica del rey Enrique IV de Castilla, quien no habría permitido que se talara su huerta ni se demolieran sus casas. Por el contrario, en el momento de la toma de la ciudad y posterior reparto del botín, no se mencione ningún edificio de propiedad real (mustajlas).

Diversos autores del siglo XIX, basándose en las crónicas de la toma de la ciudad, llegan a situar este palacio-casa de campo en el entorno del convento de Santo Domingo. 3.2.2. Espacios de uso privado. Las residencias Como se ha mencionado anteriormente, el arrabal tenía una zona dedicada a huertas y otra a residencias privadas. Esta última abarcaría una extensión de 21 ha, dividida en dos sectores por el cementerio18, situándose una de ellas sobre el antiguo complejo alfarero. Asimismo se ha apuntado que la ordenación urbana responde a unos patrones preconcebidos de tendencia ortogonal, con un callejero perfectamente ordenado y jerarquizado y manzanas de edificios de dimensiones muy parejas, al menos por lo que conocemos para la zona más cercana al río y al puente. A los edificios se le supone un uso residencial, en absoluto reñido con la práctica de determinadas actividades productivas19. Las casas responden al patrón que define la vivienda andalusí, destacando su desarrollo funcional y sus grandes dimensiones. Las casas de este arrabal constarían preferentemente de una sola planta y estaban dotadas de agua corriente, red de recogida de aguas pluviales, saneamientos, calefacción, salones, cocinas, tinajeros o almacenes, alcobas, así como patios a cielo abierto, jardines y huertos.

17 Parece ser que durante la primera fase de ejecución de las obras del metro, se han excavado hornos similares a los descritos, con una adscripción cronológica del siglo XII. Su localización sería relativamente cercana a este complejo alfarero aunque al exterior de la cerca del arrabal. 18 Normalmente los cementerios suelen ubicarse fuera de las murallas o bien de los núcleos habitados meramente por cuestiones sanitarias, aunque no es extraño que aparezcan dentro de espacios urbanos a causa del crecimiento de la misma ciudad. En este caso, resulta significativa la entidad que tendría el espacio sagrado, estando en uso a lo largo de toda la edad media y quedando en época nazarí prácticamente rodeado de viviendas. 19 Al igual que en la actualidad, en el interior de las casas se pueden producir telas, alfombras, cesterías, etc. Del mismo modo en el interior de las casas han aparecido pequeños hornos dedicados a la producción de productos vítreos.

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Pilas y pozo de agua aparecido en una de las viviendas halladas en el Llano de la Trinidad

Ejemplo del adosamiento de distintas viviendas y de su distribución interna (López 2008)

En el modelo más extendido de todos, la casa se articula en torno a un patio central, normalmente de forma cuadrangular que estructura la vivienda en diversas crujías. Del mismo modo pueden aparecer uno o más patios secundarios de reducidas dimensiones a modo de patios de luces o similares. Otro modelo se caracteriza por desplazar el patio a una posición perimetral, constituyendo uno de los linderos de la casa, con zonas de huerto o labor integradas, conforme a un modelo que recuerda ejemplos rurales, con la salvedad de que la tierra de labor no se encontraría dentro de la misma. Quizás esto responde a un estadio más primitivo de la casa, en la que habría que valorar si se trata de una economía familiar basada en la agricultura o bien se trata de parcelaciones no ocupadas desde un punto de vista arquitectónico. A las casas se accede a través de un vestíbulo acodado que suele llegar hasta el patio, aunque en algunas ocasiones se pueden atravesar una o varias habitaciones. El patio a cielo abierto, verdadero eje de la vida familiar, llega a albergar varios elementos definitorios que determinan su fisonomía. En este arrabal son frecuentes los llamados patios de andenes que se caracterizan por tener un pequeño espacio acotado en el centro, en el que se disponía un pequeño jardín

o una fuente. Normalmente también albergan los pozos de agua conectados a pequeñas pilas, posiblemente dedicadas a la higiene doméstica. Del mismo modo, durante las estaciones benignas se colocan cocinas portátiles a pesar de contar con una habitación específica para este fin. En torno al patio, el resto de habitaciones están sobreelevadas mediante un peldaño. Mantienen diversas funciones y cada una de ellas pueden presentar una serie de características propias; así, nos encontramos con el salón principal que puede tener una puerta de dos hojas y es la más cuidada en cuanto a materiales constructivos. Se suele encontrar al norte del patio y no es extraño que en su interior aparezcan dos pequeñas alcobas laterales. La función de este espacio es también plural, desde la recepción de invitados, telar o alcoba. En algunos salones se dan plataformas elevadas con un sistema de suelo calefactado, sobre las que se extenderían esteras o alfombras para dormir. La cocina se caracteriza por tener un pequeño poyete corrido y una zona donde colocar el fuego, hasta ahora no ha sido posible documentar la alacena, aunque no se cuestiona su existencia, como ocurre en otras ciudades andalusíes. Sus dimensiones son más

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Reconstrucción del edificio II.1 documentado en la intervención de las calles Calvo-CerezuelaSegura

reducidas y puede estar comunicada con otras habitaciones Otra de las habitaciones es el tinajero, destinado a albergar los grandes cántaros y tinajas para el aprovisionamiento de la casa. En algunos casos, estos contenedores estarían situados en el patio. La letrina es un reducido espacio adosado a alguno de los muros perimetrales, usualmente desde el mismo en el que se abre la puerta principal. Los detritos son evacuados al exterior mediante atarjeas hasta un sistema de drenaje dispuesto a tal fin, tal y como se ha descrito en apartados anteriores. Las alcobas, denominación bajo la que agrupamos el resto de habitaciones que no tienen una función claramente definitoria. Posiblemente se trate de dormitorios para cada una de las unidades familiares que pueden llegar conformar la familia, las sucesivas esposas del patriarca con su correspondiente descendencia y a las diversas familias formadas por cada hijo. Estas viviendas pueden tener además uno o más patios secundarios en los que se abren pozos de captación de agua con un aparejo mucho más sencillo que el del principal y que sirven a la vez

para dar luz a las habitaciones traseras, considerando que la vivienda andalusí no presenta ventanas ni vanos significativos al exterior de la casa. Igualmente pueden disponer de un establo y similar en la trasera de la casa con una entrada independiente. En cuanto a las técnicas constructivas y los materiales empleados, destaca la gran variedad de soluciones. Es común encontrarnos estructuras coetáneas hechas de tapial, mampostería o ladrillos, estos últimos muy comunes para solucionar jambas o pilares y también como reparaciones. El ancho de los muros de carga suele ser de 0.50 m y están dotados de cimientos, por lo general poco consistentes lo que descartaría la existencia de más de una planta. Son comunes los semisótanos o dependencias excavadas en el terreno. La tabiquería interna suele realizarse mediante citaras de ladrillos sobre base de mampostería. La epidermis de los muros se resuelve mediante enlucidos de argamasa y blanqueados con cal. Los suelos presentan diferentes tipos aun dentro de una misma vivienda. Pueden ser de tierra apisonada en las habitaciones más

Ejemplo de urbanismo islámico. Planimetría resultante de los trabajos arqueológicos realizados en la parcela delimitada por las calles Calvo-Cerezuela-Segura. Pueden observarse los viales, las manzanas formadas por estos y como se articulan las viviendas. (López 2008)

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modestas como la letrina, el patio secundario o el tinajero. Mientras que los de argamasa tintada o ladrillo se dan en el salón y en las alcobas. Cuando se realiza una remodelación de la vivienda y se desea ennoblecer se disponen solería de mazaríes jugando con el color de los mismos. Hasta estos momentos no se han podido documentar restos que puedan ser interpretados como escaleras de acceso a segundas plantas ni cuerpos superiores aunque no podemos descartar que los tuvieran. En algunas intervenciones arqueológicas se han podido documentar los derrumbes de los tejados sobre el suelo de las habitaciones por lo que se ha podido determinar que eran casas de una sola planta y determinar la técnica constructiva de los tejados. Se realizaban colocando un entramado de vigas y cañas transversales que eran enlucidas en su cara inferior y coronadas con tejas morunas en su cara superior.

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4. El abandono y la conquista castellana del arrabal A lo largo de los siglos XIV-XV se va cerrando el cerco en torno a la provincia de Málaga. Las tropas cristianas dirigen constantes algaradas contra poblaciones como Cañete, Teba, Antequera, Archidona, Cártama, acercándose peligrosamente a la capital, incluso desde el mar. A través de las Crónicas de Juan II de Castilla y de la obra de Alonso de Palencia podemos establecer una secuencia de los sucesivos sitios que se realizaron. Uno de los más antiguos es el realizado el viernes 11 de julio de 1410. Tras varios días de asedio a Antequera, el infante don Fernando manda a varios de sus nobles a algarear las tierras

20 CUMPIÁN RODRÍGUEZ, A.(2004).

de Málaga. Llegan a Cártama y tras arrasar sus campos se dirigen a la ciudad de Málaga, donde establecen su campamento cerca del arrabal de Al-Tabannim. El enfrentamiento se produjo entre 800 jinetes castellanos frente a 400 malagueños ayudados por numerosa infantería, entre los almendros y olivares que rodeaban la ciudad. El objetivo de estas algaradas no era otro que ir mermando a la ciudad poco a poco, destruyendo fuentes de aprovisionamiento. De esta forma, se procede a talar los frutales, higueras y viñas, se destruyen los huertos, anulando las acequias y las norias y quemando las casas. En este primer ataque se salvó de la quema el Alcázar de Al-Sayyid ya que se pretendía sumar a las propiedades reales. Otra de las citas importantes recogidas por Alonso de Palencia tiene como protagonista las expediciones de Enrique IV a mediados del siglo XV, en sucesivas algaradas tanto por tierra como por mar. Y que tienen como consecuencia directa la destrucción de los campos del arrabal y de parte del Alcázar de Al-Sayyid. Este asedio sistemático se mantiene hasta el último sitio de la ciudad que culmina en 1487. Cuando la reina Isabel asienta su real en lo que hoy son los restos del convento de la Trinidad, el arrabal se encuentra prácticamente derruido, las murallas gravemente afectadas, las huertas arrasadas y las casas abandonadas. A través de los datos aportados por la arqueología se ha podido documentar cómo este abandono se produce paulatinamente: primero las casas más alejadas y después las más cercanas a la medina, asegurándose la huida a través del puente; del mismo modo, se puede observar cómo las viviendas se reforman para albergar a más familias dividiéndose habitaciones y reutilizando el material constructivo20.

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A lo largo de los siglos XV-XVI el arrabal se convierte en un gran muladar, poco a poco se vuelven a poner en funcionamiento las huertas y a partir del siglo XVII se reactiva el urbanismo doméstico en la zona. Resulta interesante la información relativa a la amortización definitiva de la ordenación medieval y el surgimiento del Barrio del Perchel. Estas reformas tienen una plasmación topográfica en la planimetría elaborada a finales del siglo XVIII por Carrión de Mula y en el marco de los trabajos realizados marcan el momento de máxima afección sobre los niveles medievales. Como consecuencia de ello el estado de conservación de los mismos es un tanto deficiente, con numerosas subsolaciones provocadas por la construcción de pozos negros, pozos de captación de agua, cimentaciones y fosas de extracción de materiales de construcción que han destruido por completo amplias zonas del arrabal21. A través de ortofotos realizadas durante los años 70 podemos observar que dentro de

21 LÓPEZ CHAMIZO, S. (2008).

estas grandes reformas realizadas durante la edad moderna hay que destacar que determinados edificios mantuvieron vivos en forma de adarves o calles sin salida calles medievales, dato que nos induce a pensar que parte de la proyección de este urbanismo se ha mantenido hasta momentos muy recientes en los que la presión urbanística, ayudada por el estado ruinoso de los inmuebles, ha provocado la pérdida de los rasgos paisajísticos que formaban el Arrabal de Al-Tabbanim y el posterior Barrio del Perchel. En la actualidad, son muy pocos los edificios de la época moderna que siguen en pie: la iglesia (que en su día fue uno de los conventos más importantes de la ciudad) de Santo Domingo, la iglesia (igualmente convento) del Carmen cuya relevancia radica en su posición estratégica como bastión protector de la playa y por su labor como hospital. Otro de los edificios que han corrido mejor suerte es la Casa del Obispo. Residencia de recreo de Fray Alonso de Santo Tomás y después corrala de vecinos, ha sido recientemente

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Casa del Obispo durante los trabajos de restauración

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restaurada y rehabilitada para albergar la sede de la Empresa Pública del Suelo de Andalucía (EPSA) destacando la típica pintura geométrica barroca de su fachada.

El último edificio de carácter doméstico que se conserva en la zona se encuentra en la esquina de la calle Almansa con calle Calvo, habitado en la actualidad por una numerosa familia.

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