DIMENSIONES ARTICULADAS (UNA PERSPECTIVA DE LA DIMENSIÓN ESPACIO TEMPORAL EN EL PENSAMIENTO MAYA)

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DIMENSIONES ARTICULADAS (UNA PERSPECTIVA DE LA DIMENSIÓN ESPACIO TEMPORAL EN EL PENSAMIENTO MAYA) Miguel Ariza, (ENAH/UNAM)

La antigua cultura maya concibió el devenir de todo lo existente bajo una concepción religiosa del mundo. Y de acuerdo a este contexto orientó su pensamiento, estructurando el cosmos entero con una percepción muy peculiar, e inseparable, del tiempo y el espacio. Ambas dimensiones articulan el universo maya de una manera dinámica y multiforme. Tiempo y espacio, son para el hombre maya ‘configuraciones’ (por llamarles de algún modo) que más allá de ordenar su pensamiento, conforman su vida misma, dotándolo de una posición y una orientación perfectamente definida en el mundo, a través de una excepcional conciencia de la temporalidad y de su entorno espacial. Dentro del pensamiento maya las dimensiones de tiempo y espacio permanecen integradas en una sola estructura de pensamiento; las ideas mayas de tiempo nunca estuvieron desvinculadas de las de espacio, ya que el tiempo es concebido como “dinamismo del espacio”;1 espacio y tiempo constituyen una unidad indisoluble y articulada en una “inigualable conciencia de unidad cósmica”; “una excepcional conciencia de la temporalidad” cuyo eje articulador es el cambio, el movimiento de un ser sagrado, corazón del mundo y fuente de vida cósmica: el Sol. ‘Pilar seguro y ordenado’,2 cuyo movimiento obedece leyes estables y a la vez multiformes, manifiestas en la regularidad de los ciclos naturales, cuya observación sistemática y repetida, integrada en un sistema coherente, le permitió conocer su sitio dentro del cosmos y “orientar su comportamiento social de acuerdo con estos conocimientos”.3 La astronomía, el sistema calendárico las matemáticas y la escritura forman un cuerpo de conocimientos exactos que al mismo tiempo satisfacen necesidades ideológicas: “la conceptualización de la naturaleza en una sociedad dada, constituye la reelaboración en la conciencia social –a través del prisma de la conciencia social- de las condiciones naturales”.4 De esta manera el espacio y el tiempo no sólo permanecen articulados en la cosmogonía y cosmología maya, sino también permanecen coordinados en el paisaje terreno mediante la

orientación de edificios y sitios ceremoniales.

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Ver De la Garza 4 (“La estructura del cosmos”) Aveni (Citado en De la Garza 4 p. 25) 3 Broda p.37 4 Ibid. 2

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DIMENSIONES ARTICULADAS

Desde un punto de vista geométrico, la estructura del cosmos maya podemos concebirla como un romboedro o un prisma romboidal,5 inscrito en un entorno esférico. Una geometría

que

a

pesar

de

estar

perfectamente

delineada,

es

plurivalente

y

multidimensional. Dividida en tres grandes ámbitos en sentido vertical: el cielo, la tierra y el inframundo. Todos ellos definidos y engendrados por el manto curvilíneo producido por el devenir circular del Sol. En el pensamiento religioso universal puede encontrarse un simbolismo geométrico a través del que se expresan diversas ideas sobre la temporalidad. En las religiones que conciben la temporalidad como un movimiento cíclico, el tiempo aparece vinculado con las imágenes del círculo y su centro. Por irradiación del punto central se producen todas las cosas, por ello, es considerado como la imagen manifiesta del Sol, primordial e indivisible. La curva continua de la circunferencia es considerada como el movimiento perfecto e inmutable de los astros; movimiento circular sin principio ni fin. De esta manera el tiempo se vincula con el Sol y con el movimiento celeste; círculo, tiempo y cielo aparecen vinculados como símbolos de lo sagrado. El espacio también está vinculado simbólicamente con el círculo. El curso del Sol engendra también el ámbito terrestre, al establecer una correlación entre espacio y tiempo; esta correlación se establece, simbólicamente, a través de la interconexión entre el centro del círculo y cuatro de sus diámetros, que lo dividen en partes iguales y forman una 5

Ver De la Garza 4 P. 67

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cruz en su interior: Las divisiones que resultan de la cruz corresponden a los ciclos que determina el movimiento del Sol: los cuatro momentos principales del día, las cuatro estaciones del año, las cuatro fases de la luna [...] y, como ocurre en la India y en Mesoamérica, ciclos míticos como las cuatro edades cósmicas [...] Las cuatro partes del círculo no sólo representan los ciclos temporales, sino también las divisiones del espacio, los cuatro sectores del universo, lo que expresa la intrínseca unión del tiempo con el espacio: el círculo–tiempo da lugar al cuadrado-espacio, que es el que corresponde al nivel terrestre.

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En la línea del horizonte se funden el cielo y la tierra, para engranar la vida terrestre con el movimiento del cielo. La espectral fluencia del tiempo se solidifica en una plancha cuadrada, que resulta ser el símbolo perfecto de la tierra; espacio dinámico que no es concebido sin el tiempo;

espacio

profano,

que

vuelve

a

transmutarse en ámbito divino, a través del despliegue activo de la temporalidad: El cuadrado aparece dentro de la dependencia del círculo, es decir el espacio depende del tiempo. Según Champeaux y Stercks, mientras que en geometría la cuadratura del círculo es un sinsentido, en simbólica es una operación fundamental; ésta reconstruye, en torno al cuadrado, su círculo original, , ya que el cuadrado es el símbolo del mundo material, de lo sólido, de lo tangible y de lo sensible; representa la orientación fija y durable, mientras que el círculo carece de orientación propia; el cuadrado es detención, estancamiento, solidificación, en tanto que el círculo es movimiento ágil.

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Donde se cruzan las dos líneas de la cruz que determina las cuatro regiones se encuentra el centro del mundo, la quinta dirección, la más importante; centro que se prolonga en despliegue vertical; eje comunicante entre los diversos ámbitos del mundo: el cielo, la tierra, y el inframundo; “eje que une los polos de la esfera sobre la cual gira el mundo”. 6

De la Garza 4 p. 29 Champeaux, Gérard de, y Dom Sébastien Stercks, Introducción al simbolismo, Madrid, Encuentro, 1989 pp. 43-44 [Citado en De la Garza 4 p. 30] 7

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Sin embargo este entorno esférico tiene una connotación simbólico-sagrada y no física; los mayas nunca concibieron la tierra como una esfera, sino como una plancha cuadrangular en medio de aguas inmensas.8 Y como ya se ha dicho, existe una íntima correlación entre el espacio y la trayectoria solar. En la superficie terrestre el rumbo principal es el oriente, ya que es el sitio de la salida del Sol. Según Alfonso Villa Rojas9 los cuatro rumbos corresponden a las cuatro “casas” del Sol, las “esquinas del cielo”; puntos intercardinales que forman un “cuadrilongo”, con dos Solsticio de verano Puesta del sol: jun. 21

Solsticio de verano Salida del sol: 21 jun.

esquinas

hacia

el

oriente y otras dos hacia el poniente, extremos que el Sol

Línea equinoccial

Salida del sol: sep. 21, mar. 21

O ---------------------------------------

----------------------------------------- E Cenit

alcanzará

sobre

el

horizonte durante el año: su salida en el solsticio de verano (en la parte norte del horizonte), su salida en el

Solsticio de invierno Puesta del sol: dic. 21

Solsticio de invierno Salida del sol: 21 dic.

solsticio

de

invierno

(parte sur del horizonte).

Los equinoccios son los momentos en que el Sol está sobre el Ecuador y los días son iguales a las noches: 21-22 de marzo, 2223 de septiembre. Los solsticios son los momentos en que el Sol está sobre uno de los trópicos*: Cáncer, 21-22 de junio, el día más largo del año en el hemisferio boreal, y el más corto en el austral; Capricornio, 21-22 de diciembre, la noche más larga del año en el hemisferio boreal y la más corta en el austral.10

Las cuatro esquinas del mundo estarían en las posiciones NE, NO, SO y SE. La posición del centro o cenit,11 sería la quinta casa del Sol. 8

Véase la discusión al respecto en León–Portilla, apéndice II pp. 192-206. Véase León-Portilla, apéndice I * Los solsticios y los equinoccios son las estaciones más notorias del sol. La palabra solsticio, del latín sol y status, significa "el sol se detiene" y efectivamente en esa fecha el sol parece estar como estacionario. Es interesante ponerla en vinculación con los mitos precolombinos en los que el sol carece de movimiento aunque esta simbólica no debe ser exclusivamente considerada a nivel literal. Este detenerse del sol es siempre el inicio de un ciclo o período que comienza a correr con su movimiento. 10 Ver De la Garza 4 p. 60 11 “punto del hemisferio celeste superior al horizonte, el más alto en el centro del cielo, que corresponde a un lugar en la tierra” León–Portilla, apéndice II p. 202 9

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A diferencia del pensamiento mítico de occidente, la división de los cuatro rumbos se configura de manera distinta. Los cuatro rumbos no corresponden exactamente a los puntos cardinales de la tradición occidental determinados por el polo norte magnético. En occidente: La totalidad del cielo se divide en cuatro partes determinadas por las cuatro regiones del mundo: una anterior en el sur, una posterior en el norte, una izquierda en el oriente y una derecha en el occidente. A partir de esta partición original puramente espacial se desarrolla todo el sistema de la “teología” romana. Cuando el augur contempla el cielo para descifrar en él los presagios de la actividad terrenal, empieza por dividirlo en determinados sectores. La línea este-oeste, trazada y fijada por el curso del sol, era cortada por otra línea perpendicular a ella que va de norte a sur. De la intersección de ambas líneas, la decamanus y la cardo, tal como se llaman en el lenguaje sacerdotal, el pensamiento religioso crea su primer esquema básico de coordenadas [...] (Cassirer p. 133)

La astronomía desarrollada en occidente12 es una “astronomía polar”. Ya que para las latitudes que se encuentran por “encima” del trópico de Cáncer (23 o 30’ por encima del Ecuador aprox.) el centro del firmamento nocturno es la estrella polar;13 astro que permite fijar un punto de referencia en el norte y, por consiguiente da lugar a una interrelación con un punto en el sur.14

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Como todo desarrollo moderno de la ciencia y la tecnología, la astronomía actual es el producto histórico de la acumulación de conocimientos y forma parte de la historia de las ciencias de Occidente, tradición cuyos orígenes se encuentran en el Cercano Oriente (Mesopotamia) a partir del tercer milenio a.C., y sobre todo en la Grecia de la segunda mitad del primer milenio a.C. Como es sabido, a partir del Renacimiento, Occidente experimenta un desarrollo acelerado de las ciencias y este desarrollo le impuso su sello no sólo a la metrópoli sino también a los países dependientes. JOHANNA BRODA: “ARQUEOASTRONOMÍA Y DESARROLLO DE LAS CIENCIAS EN EL MÉXICO PREHISPÁNICO” http://omega.ilce.edu.mx:3000/sites/ciencia/volumen1/ciencia2/04/htm/SEC_7.HTM 13 La estrella Polar, cuya posición coincide con el eje de la Tierra y cae justo sobre el Polo Norte, era una buena referencia. A medida que el observador se aleja hacia el sur la estrella Polar se acerca al horizonte y, por el ángulo de su posición con respecto a la vertical, se puede deducir cuanto se ha avanzado sobre el meridiano que pasa por ese sitio. Más al sur, cuando la estrella Polar ha desaparecido tras el horizonte, se puede usar de referencia a otras estrellas; y el cielo está lleno de estrellas que permiten ubicarse con respecto a ambos polos. http://www.terra.com.pe/ciencia/tunger/art-latitud.shtml En torno al 340 a.C., Aristóteles afirma que la Tierra es redonda, no plana, y da tres argumentos a favor de esta tesis: En los eclipses lunares siempre se observa que la sombra de la Tierra sobre la Luna tiene forma de arco de circunferencia. 1. La diferencia en la posición aparente de la estrella Polar entre Grecia y Egipto, que incluso le permite hacer un cálculo del tamaño de la Tierra en 400000 estadios, aproximadamente unos 80000 km. de circunferencia (el doble del tamaño real). 2. En el mar cuando un barco aparece en el horizonte se ven primero las velas y posteriormente el casco del barco. Además establece que la Tierra está quieta y el Sol, la Luna, los planetas y las estrellas se mueven en órbitas circulares y con velocidad uniforme alrededor de ella, ya que el movimiento circular, al ser el más perfecto que existe, es el que debe gobernar los cielos. Sus argumentos sobre la condición y posición de la Tierra le llevan a pensar que no pueden ser simple consecuencia del movimiento de los cielos: la circunferencia de un círculo determina las propiedades de su centro; el cosmos es esférico, luego la tierra ha de ser esférica.