\"De mezquita a catedral. La seo de Huesca y sus alrededores entre los siglos XI y XV\", en Catedral y ciudad medieval en la península ibérica, eds. E. Carrero y D. Rico, Murcia: Nausicaä, 2005

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Descripción

Catedral y ciudad medieval en la Península Ibérica E DUARDO CA RRERO Y DANIEL

Rico

(EDs .)

NAUSÍCAA 1 MMI V

De mezquita a catedral. La seo de Huesca y sus alrededores entre los siglos XI y x v' E D UA R DO CA R RERO SANTAMARÍA

Universidad de Oviedo

Con un com plicado proceso de distribución territorial, en 1098, Pedro I de Aragón accedía a la restauración de la diócesis oscense, con el fin de limitar las pretensiones del obispo Pedro de Jaca sobre la ciudad reconquistada. Resaltemos aquí que las malas relaciones entre el monarca y el prelado conllevaron la entrega de las mezquitas de la ciudad de Huesca a varias comunidades religiosas como los monjes de Ley re, la catedral de Roda de Isábena o la abadía de Montea ragón. Mientras, a la postre, sólo la m ezquita aljama quedaría en m anos del recién restaurado obispado oscense, t ras varias negociaciones entre prelatura y monarqu ía e interpretacio nes mejor o peor intencionadas sobre el derecho de distribución y recuperación de iglesias en los territorios reconquistados' . Desde el afio io63, la ciudad de Jaca h abía recibido la dignidad catedralicia, motivada en el deseo de restaurar la sede de Huesca entonces ocupada por los musulmanes y tras un primer momento

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El presente trabajo es producto del proyecto d e investigación "Una comunidad relig iosa y su entorn o arquitectó nico . El cabi ld o y la cated ral de Huesca dura n te la Edad Media", subve ncionado por el Instituto de Es tud ios Altoaragoneses en su convocatoria d e b ecas del cu rso 1999-2000. M i agradecimiento a Susana Villacampa y Dolores Barral p or s u d isponibilidad y cortes ía du ra nte m is v isitas a la cated ral y su archivo.

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reubicada en el monasterio de Sasabe2. Precisamente el condicionante que se planteaba con la Reconquista de la capita l oscense Y del que su comunidad eclesiástica no se vería exenta hasta el siglo x v r fue la unión de los dos cabildos, al no suprimirse la catedralidad en Jaca. Al igual que ocurriría fechas más tarde entre las sedes de Calahorra y Santo Domingo de la Calzada, Jaca y Huesca quedaron unidas en una misma institución episcopal con una única cabeza visible -el prelado-, que gobernaba dos sedes distintas perfectamente articuladas y organizadas de forma independiente hasta i571, momento en que se produjo la separación definitiva y la creación de un obispado propio 3 • Esta independencia a primera vista se veía rota con algunos personajes dedicados a la administración que se duplicaron en la estructura capitular de ambas instituciones y, sobre todo, en los distintos pareceres que los dos cabildos mantuvieron en temas de vital importancia para la historia eclesiástica oscense como fue la secularización de sendos organigramas capitulares4. La dotación regia de la mezquita alj ama oscense para catedral en 1097, consagrada a Cristo Nazareno, Santa María, San Pedro Y los Santos Juanes en presencia de los arzobispos de Tarragona y los obispos de Burdeos, Pamplona y Barcelona, ya contempló a los canonici que iban a ocuparla5• La lógica relación con el cabildo de Jaca, hasta el momento sustituto a todos los efec tos del oscense, tam bién se dejó sentir en la apreciación de la vida comunitaria, según se recogía en documentos escasamente posteriores: religio-

pudieron tener en la configuración de sus respectivas estructuras eclesiásticas no hicieron mella en Huesca, que se planteaba como una institución nueva, tomando como modelo la experiencia de otra previa, la catedral de Jaca 8 • La constitución del cabildo jacetano con el in fante-obispo García Ramírez (1076-1087), entre io76 y io79, se realizó tomando como base la regla de sa n Agustín y la de los Santos Padres, convirtiéndose en la primera catedral aragonesa en contacto con la reforma 9 • En un arrebato rigorista, el prelado decidió la expulsión del clero jaqués que, en este momento, había caído en una relajación de costumbres absoluta. La copia del siglo xvr que recoge el acontecimiento es especialmente detallada en el modo de vida de los clérigos de la catedral en fechas previas. Según describe, Ga rcía expulsó a los clericorum rito secularium viuentium mores

sorum conuentui canonicorum in Oscense:n atque Ja ccensem regulariter uiuentium 6 • Al igual que en la catedra l jaquesa, el modus vivendi de Huesca sería en canonicalem habitu secundum regulam beati Augustini, como se registró por primera vez en u82, un si-

Por tanto, esta organización capitular jacetana fue la trasladada ahora a Hu esca, tomando como norma de vida la regla agustín iana y los estatutos capitulares del mismo cabildo, es decir, la auténtica legislación para su funcionamiento. Poco sabemos de las directrices del cabildo oscense previas a su secularización, momento en que, debido precisamente a lo azaroso del proceso, se insistió en dos aspectos distintos sobre la materia. Por una parte, los partidarios de continuar bajo regla reclamaron la tradición comunitaria

glo después de la recuperación de la ciudad7• Está claro entonces lo lejanos que quedaban ahora los problemas suscitados con la instauración de los cabildos catedralicios rotense y jacetano, y que las implicaciones que los nuevos usos llegados desde Roma

extirpare et ecclesie bonis per proprias domos diuisis veluti propriis et priuatis turpiter utentium effrenatas licentias cohibere en si subiecti pereant iudicium et de lingua mutescente cum nouerim anime icurram periculum. Líneas después, asume las disposiciones sancti romani pontífices, beatus Agustinus, ceterique san.ti patres instituere ad honorem Dei et Sancti Petri, para instituir como norma de vida de los ahora canónigos jaqueses iuxta apostolicam traditionem comunem vitam ducentes et nullius proprii participatione Jruentes, n.ihilque suum credentes, sed omnia in communi habentes secundum institutionem sancti patris nostri Augustini solo victu et tegumento gaudentes 10

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de la institución, mientras los seculares llegaron a querer demostrar en 1295 que el clero de la catedral nunca había sido reglar, si no que h abía sufrido simulacros de regularidad Dejando a un lado dicho proceso de secularización, y frente a tales afirmaciones, debe insistirse en que la vida reglar existió en la catedral desde su reinstauración en el siglo X I y se perpetuó casi hasta el siglo X I v. En los estatutos capitulares redactados en el primer afi.o del epi scopado de don García de G udal (1201-1236), ya se establecía una doble situ ación del clero catedralicio oscense, reconociéndose la existencia de p ersonal claustral y dignidades, es decir, person ajes que residían o no en las dependencias comunitarias, como era habitual en todas las sedes peninsulares. Lógicamente, la coexistencia de personajes sub regula y sec ulares no responde a una cuestión arbitraria, de hecho, ni siquiera puede con siderarse como tal cohabitación de clérigos pertenecientes a un mismo esca lafón eclesiástico y obligados o no a observar la vida comunitaria12. Como recoge el aludido estatuto, los person ajes eximidos de realizar vida común eran las dignidades capitulares, ocupadas en la administración de d iócesis, catedral y culto, que vivían en residencias particulares en los alrededores de la cated ral: ...omnis personarum tam claustralium quam in dignitatibus me is '3.

y sobre qué edificio se asentaba la catedral gótica fu e el escrito por A. Durán Gudiol, quien manifestó sus dudas sobre los diplomas de donación de Pedro I y, sobre todo, planteó la cuestionable construcción de una catedral románica en el lugar donde hoy se ubica el transepto catedra licio y vecina, por tanto, de la mezquita consagrada (fig. 1)' 4 • La propuesta de ésta otra catedral dedicada a Santa María se basaba en una serie de diplomas en los que aparece un a beate Marie Oscensis ecclesie, junto a otros que registran las dedicaciones a San Pedro y a Jesús Naza reno. Lo cierto es que la advocación a C risto Nazareno fue la de su altar mayor, como recogen la donación de Ramiro JI en 1135 al altari Jhesu Nazareni o, a comienzos del siglo XIII, el relato de la oración de gracias regia a la Seu [de Huesca] denant Jesús Natzare, incluida en el Llibre deis feits de Jaime el Conquistador '5• Mientras, la sede es citada como de Sa nta María desde n64, habiéndose denomin ado hasta la fecha como de Sancto Petra Sedis Osee - dedicación que siguió recogiéndose regularmente-, sin que por ello podamos presuponer la existencia de varias iglesias '6 • Además, volva mos a recordar aquí que a finales del siglo x 1 el templo fue consagrado a Cristo Nazareno, Santa María, San Pedro y los Santos Juanes, cuestión en la que deberían busca rse las razones para esta plu ralidad de designaciones que no responderían entonces a dos fábricas catedralicias, sino a la variedad de advocaciones de una única mezquita-catedra l. Siguiendo una lógica constructiva, R. del Arco planteó que la mezquita oscen se tuvo que ubicarse en el lugar hoy ocupado por el templo gótico, que habría heredado de aquélla la peculiar planimetría cuadrangular, mientras ponía en jaque la hipótesis de un templo de época románica ded icado a Santa María 17. A. Durán Gudiol mantuvo su posición al resp ecto, afirmando que la mezquita no se halló en el luga r de la catedral gótica sino que se localizó en el patio claustra l, en el lugar donde posteriormente se construiría la diec iochesca Parroquieta. Basado en unas misterio-

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La mezquita-catedral: Elementos conservados e hipótesis topográfica Uno de los problem as m ás destacados del conjunto catedralicio oscen se es la relación topográfica de los restos hoy conservados con la mezquita consagrada, que estuvo realizando las funciones de catedral hasta las lindes del siglo X I v. Tras la general afirmación de los historiadores de la ciudad D. de Aynsa y R. de Huesca por la que la mezquita se habría situado bajo el act ual templo catedralicio, el primer estudio dedicado a vislumbrar dónde se h alló

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sas catas arqueológicas que no dieron fr uto alguno - realizadas por él mismo en el interior del templo catedralicio y en su puerta norte-, el docto canónigo evocaba cómo tuvieron que realizarse varias compras de casas para ampliar el perímetro de la vieja mezquita para la vasta catedral gótica'8 • Efectivamente el cabildo realizó las compras pertinentes, pero destinadas a la n atural expansión de la nueva fábrica bajomedieval por encima de las dimen siones de la mezquita consagrada origina l. Finalmente, en su trabajo monográfico dedicado a la historia de la cated ra l, A. Durán volvió a localizar la mezquita en el centro del actual claustro, a la par que retom aba la teoría de una cated ral románica dedicada a Santa María, diferente del edificio musulmán con sagrado y sita en el ángulo su reste del conjunto'9. Ya R. del Arco demostró en 1951 cómo la duplicidad entre mezquita y catedral románica fu e inexistente y que templo catedralicio sólo hubo uno y éste era la aljama reutilizada, que com o tal perma necería hasta 1173, momento en que Jaime I atendiera a la necesidad de reconstrucción del edificio islám ico ... et ecclesiam majorem eiusdem que mesquita sa racenorum esse consuevit, vero quod ad edificium in eodem statu in qua era t tempore saracenorum, et sit cogitum et honestum ut in statum siue modum ecclesiarum more christiano constructarum ad honorem sumi domini immutetur'º. Lo cierto es que, siguiendo los planteamientos expuestos por este último investigador, la tradicional reocupación de espacios sacros unida a las noticias documentales llevan a pensar en una mezquita de orientación norte-sur, a la que se afladiría en su muro septentrional el claustro románico hoy parcia lmente con servado - quizás asen tado sobre el shan- para dar acceso a las dependencias comunes del cabildo oscense2'. Ciertos elementos arquitectónicos preservados en el ac tual conjunto catedralicio refrendan estos planteamientos. Por una parte, conservamos los restos de un arco de herradura loca lizados en la panda norte del claustro y que A. Durán Gudiol identificó 40

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con la base del campanario viejo, citado en los códices del siglo xv (fig. 2) 22 • Efectivamente, la relación arquitectónica entre este desvencijado a rco y las construcciones inmedi atas es difícil, hallándose en conjunto fu era de eje respecto a los edificios vecinos. Su reconocimiento por Ífliguez como un arco de indudable procedencia musulmana y las noticias del Libro de aniversarios catedralicio citando como referencia topográfica claustral una puerta del cam panario antiguo parecen no pla ntear problemas respecto a dicha propuesta 23 • Lo más interesante del caso sería reconocer aqu í que dicho ca mpanario viejo pudiera ser otro vestigio de la mezquita que, ahora, dada su posición planimétrica en el conjunto claustral, nos estuviera habl ando del alminar musulmán. Creo fundamental reva lorar aquí la citada desorientación de Jos restos del clau stro románico respecto a la actual catedral gótica. La primera peculiaridad es que el ángulo sureste del mismo entestaba originalmente con el exterior norest e de la catedral, es decir, quedaba exento (fig. 1). Junto a esta irregularidad, el eje de la panda norte - única conservada de la fábrica altomedieval y centrada en el descrito arco de herradura- sigue una perfecta orientación Este-oeste, en tanto que la catedral gótica está levemente desviada en dirección noreste (fig. 3). Que la alin eación de dicha panda respete perfectamente la posición topográfica del descrito arco de herradura incluido en su fábrica, fuera de los condicionamientos orográficos del ter reno donde se asienta la catedral, quizás revele en realidad la posición de la mezquita oscense, perfectamente orientada al sur siguiendo los planteamientos al respecto de la arquitectura hispanomusulmana del momento taifa 24 • De este modo, el arco de herradura revelaría los límites del shan de la mezquita, que se desa rrollaría sobre el espacio del posterior claustro con una dirección sur, para internarse en la superficie hoy ocupada por las capilla s laterales y quizás parte del transepto norte de la catedra l gótica. Por fin, un último elemento vuelve a insistir en las directrices 41

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que aquí proponemos. Se trata de la puerta que hoy comunica el transepto catedralicio con el claustro (fig. 4). Según se ha hipotetizado, d ich a portada se esculpió dentro de la inicial campaii.a del templo gótico en los primeros aii.os del siglo x 1v 2 ; . En realidad, las características arcaizantes de la misma me hacen reconsiderar dicha cronología, indudablemente condicionada para justificar la hipótesis sobre el cambio de ubicación de la catedral respecto a la mezquita previa. Lejos de este planteamiento, me inclino a pensar que la puerta debería datarse en las medianías del siglo x II I y, por lo tanto, anterior a la construcción gó tica. Su posición en la catedral iniciada en el siglo x I v, la fa lta de relación con la sillería de su entorno o la inexistencia de fu stes o huella de éstos en sus capiteles y la convivencia de elem entos perfec tamente góticos con otros de tradición tardorrománica -como la decoración de la arquivolta externa y la escultura en los capiteles- es tán revelando el reaprovechamiento de la misma, trasladada desde otro lugar con motivo de la construcción del nuevo templo e incluida en la fábrica de éste. Esto nos conduce a considerar la efectiva adaptación de estructuras arquitec tónicas del edificio precedente en la catedral gótica. Tal presunción tendría su razonamiento lógico, dado que la zona claustral fue en la que catedral y mezquita tuvieron su punto de conexión evidente. Restarían aquí por ver qué indudables modificaciones se llevaron a cabo en la fisonomía de la mezquita -al modo de las descubiertas para la cristianización de la Seo de Zaragoza- y que presupondrían la con strucción de unos ábsides y un ámbito cor al. Del mismo modo, quedamos a expensas de las noticias que pueda aportar la reciente intervención realizada por el arqueólogo Javier Rey en la Parroquieta y la panda norte del claustro o a las deseables que se pudieran realizar en el interior del templo en fechas venideras.

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Fig. 1. Planta del conjunto catedralicio de Huesca, según R. Zalba Ji ménez. A. ~es t ~s del claustro románico. B. Galerías gót icas. C. Parroqu ieta (s. xv~11). D. Do r~1t ono capitular. E. Refectorio o sala de la limosna. F. Casa de la p~epos 1 tura. G. ~ b 1 cac 1 ~ n de la capilla de la Virgen del claustro. H. Refectorio del palacio y dependen:1as_ ane¡as. l. Sal ón del Monta Tanto. ¡. Cámaras privadas del obispo. K. Restos del ed1fic10 de la fa milia episcopi.

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La canónica catedralicia

Fig. 2. Arco de herrad ura en la panda norte del ..:!aus tro.

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Segú n aludía líneas arriba, la comunicación entre la mezqu ita y las oficin as canonica les se realizó mediante un claustro, una de cuyas pandas es hoy el elemento más antiguo de la fábrica cristiana (fig. 5). R. del Arco aludía a las obras en los vecinos claustros de Jaca y Roda de Isábena como producto de la transformación al rito romano de sus respectivas comunidades catedralicias y, por consiguiente, su puesta baj o la estela del canonicato a la romana 26 . Efectivamente, los elem entos esculpidos del claustro jacetano y la estructura del rotense indica n la antigüedad de ambos, a la que deberían unirse los restos del de Huesca, dentro de esta misma política generadora de espacios claustra les y de la que la sede oscense remat aría el conju nto de claustros catedralicios aragoneses del siglo x 11. El claustro quedaría inconcluso y, con las obras de la nueva catedra l, se concluiría por med io de las galerías góticas hoy conservadas, destinadas a un eminente fi n fu nerario, según demuestran los sepulcros abiertos en sus muros perimetrales, la colección de epígrafes recogida por F. O. de Aynsa o las referencias a éstos en el Libro de an iversa rios27• No creo desacertado afirmar que la catedral de Huesca, en sus aspectos menos conocidos, es uno de los ejemplos paradigmáticos de la hi storia de la arquitectura de los cabildos catedra licios europeos. M ientras la documentación de otras sedes penin sulares, francesas o inglesas tiende a subrayar la existencia de casas comunitarias donde, a diferencia de un monasterio, los ca nónigos de la catedral vivían una existencia reglar, en muy escasos y cuestionables ejemplos se han preservado aquellos viejos edifi cios. Por el contrario, en la sede episcopal de Huesca se ha conservado la construcción completa, convirtiéndose junto a la Seu Vella de Lérida en los dos únicos ejemplos hispanos que han llegado a nuestros días 28 • Se trata de la canónica catedralicia, la sucesión de construcciones adosadas a la panda septentrional del claustro de 45

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la catedral y en la que se distribuían las d ependencias necesarias para la vida regular del clero d e la cabeza de la diócesis (fig. i). Se compone por un prolongado edificio de dos pisos en eje Este-oeste. Las investigaciones realizadas por A. Durán Gudiol han revelado cómo la domus de Huesca -hoy en ruinas- albergó en su día las dependencias destinadas a la vida comunitaria d el clero catedral, registrándose noticias de su existencia desde las primeras décadas d el siglo XII, medianera al -según veíamos- presumible alminar de la vieja m ezquita mayor transformado en campanario 29 • Mientras del pi so bajo sabemos que fue dedicado a sala capitular y cilla, el alto se subdividía en dormitorio y enfermería de canónigos, refectorio y cocinas y la casa de la pabordía o prepositura3º. Mientras el espacio del refectorio per vivió tras su transformación en limosna, la cocina ha desaparecido, constándonos la presencia de un cocinero encargado d e la misma en 1193 y 122531• Dos años d espués, se estatuía cómo la prepositura catedra licia debía contemplar en su administración los gastos en pan, vino y carne que se servían a los canónigos y porciona rios en el refectorio3 2, obligación que, en 1248, fue reconocida por el prepósito García Pérez, junto a su responsabilidad sobre las vestimentas canonicales: .. .prouictu dono et assigno quod recipiatis cotidie tantum panis et talis tantum uini et talis tantium carnium et talium tantium piscium et talium tantum ouorum et casei tantum denariorum et ceterorum uictu 33. Respecto al do rmitorio y e nfermería, A. Durán Gudiol presuponía que el documentado paso de los canónigos por la enfermería era simplemente transitorio, hasta la entrega de una vivienda propia, afirmació n motivada por sus dudas respecto al funcionamiento de la canónica regla r o scense34• Por el contrario, la identificación entre dormitorio y enfermería se deduce claramente de las no ticias po steriores sobre ambos y, sobre todo, de algunos diplomas previos a la secularización capitular. Así, el máximo responsable sobre la comunidad reglar catedralicia, es decir, el

prior, es d ocumentado en oca siones como prior et firmarario Oscensi35 . Del m ismo modo, en 1207 el prior Pedro Belini en tregó la administración de los bienes de la mensa común del cabi ldo a un arcediano y al infirmarii Juan de Lac, transformados después en prepósitos 36 • Por fin , y como testimonio d efinitivo, hallamos el testamento otorgado por Asuero Fafilaz, datado a comienzos del siglo XII al ingresar en el cabildo. Aquí, el nuevo canón igo reconocía ingresar en la canónica catedralicia y residir en la domum infirmorum que claustro adheret37 . Aunque en sedes como Oviedo la enfermería canon ical se hallara alejada del núcleo catedralicio, el oscense no es el único caso de cabi ldo catedralicio donde se produjo una asimilación entre dormitorio y en fermería. En Lérida ta mbién las primeras noticias sobre el dormitorio canonical -1174- aluden a éste como la enfermería catedralicia intra claustra canonicorum 38 . El funci onamiento del d ormitorio fue legislado por el arzobispo tarraconense Pere d 'Albalat en 1239, durante el episcopado oscense de Vida! de Canellas y a petición de la Santa Sede, debido a la progresiva relajació n d el cabildo -anuncio de su cercana secula rizació n- producida durante la prelatura de García Gudal (1201-1236) 39 • Lo más llamativo de estos estatutos, a los que prestó su atención R. del Arco, es su radical postura sobre la obligación para todo el cabildo catedralicio a dormir y comer en comunidad -omnes canonici simplices et dignitates uel administrationes habietes simul comedant in refectorio et simul dormiant in dormitorio-. Según se describe, el dormitorio era demasiado pequeño para la congregación cano nical y, con t al motivo, debían adecuarse espacios en el resto del claustro donde do rmirían canónigos de dos e n dos, hasta que el obispo inicia ra la ampliación del dormitorio en un año 4 º. Los restos hoy conservados de este dormitorio canonical - un a reducida estancia en ruinas, originalmente articulada medi ante arcos diafrag ma- demuestran, por una parte, que en efecto era muy pequeño y, po r otra, que la ampliación legislada

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por el arzobispo tarraconen se no se produjo nunca. Se ha insistido en que la reglamentación rigorista de Albalat para el capítulo oscense fue llevada a pies juntillas por Vida! de Canellas 4 ', pero tras su episcopado el pleito por la secularización renació con m ayor brío, llevando a la definitiva desaparición de la vida reglar en la catedral y la consiguiente pérdida de funci ón del dormitorio. Una vez secularizada la comunidad catedralicia, tras el largo proceso que se extendió a lo largo de toda la seg unda mitad del siglo X III , el cabildo oscense pasó a residir en viviendas privadas situadas en los alrededores de la catedral, mientras el viejo edificio de la canónica quedaba sin un uso aparente. Lógicam ente, el cabildo pronto buscó nuevas utilidades para las construcciones claustrales que, de tal form a, serían reaprovechadas y, afortunad amente, conservadas hasta nuestros días. De este modo, el dormitorio y enfermería canonical fu e dedicado a sala de la obra 4 2, en tanto que el refectorio concluyó destinándose a la limosna catedralicia, para la que ya funcionó puntualmente durante los siglos de vida reglar capitular 43 . Al igual que en otras sedes como Tarragona, el refectorio oscense también fue el escenario de la ceremonia pascual del mandatum, legislada en los estatutos canonicales de 130 5 y que continuaría con tal fin tras su definitiva transform ación en limosna 44 • Respecto a su dedicación a limosna catedralicia, en 1302 se señalaba claramente al limosnero su responsabilidad sobre la domo refectorii oscen sis ecclesie, que de cetero dom us pauperum apellab itur 45• Como fue general a todas las sedes de la Corona de Aragón, la limosna de Huesca fue uno de los motores económicos de la cated ral, gozando de un fuerte patrimonio en la ciudad y sus alrededores. Un simple y aclaratorio testimon io al respecto es el de la cesión de una plaza perteneciente a la misma, que se situaba extra Jo ream de corrali do m us Helem osine et exiit ad uiam publicam et que affrontat in casis Helem osine -donde vivía Petrus de Rotellar, portecarius domus H elemosine-, et in alia parte in tendis Helemosine 46 • También sabemos el número variable de pobres

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Fig. 3. Pl an la de la ciudad de Hu esca, según R. l3ctrán Abad ía.

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Fig. 4· Detalle del tímpano y capiteles d e la puerta de comu nicación en tre claust ro y catedral.

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que allí se atendía y que, incluso, llegó a sobrepasa r el ámbito del refectorio, para situarse también en la galería claustral correspondiente, según nos transmite F. D. de Aynsa 47• La sala de la li mosna se hundió en la segunda mitad del siglo xx, constándonos que estaba articu lada origin almente mediante un arco diafragma apuntado, destinado a sostener su techumbre. Con todo, hoy conserva el púlpito de yeso desde donde se realizaban las lecturas, estudiado por B. Cabañero (fig. 6) 4 R. El edificio hoy en ruinas que ocupa la zona occidental del conjunto claustral en su ángulo noroeste fue en origen la casa de los prepósitos, prebostes o pabordes de la catedral, responsables de la administración de la sede. Lo más llamativo de éste es, precisamente, la localización de su vivienda directamente relacionada con la canónica catedralicia, frente a una situación más alejada en otros conjuntos catedralicios del entorno oscense 49 • Quizás dicha ubicación obedezca a su responsabilidad temporal sobre la limosna situada en el vecino refectorio catedralicio, desde las acciones m ás directas de secularización capitular durante el obispado de Domingo Sola (1253-1269), y su responsabilidad sobre las bodegas del cabi ldo, situadas preci sa mente debajo y en las inmediaciones del inmueble. Junto a estas instalaciones, cuyos restos son hoy visibles, existía también un horno que limitaba con la plaza de la catedral y la vivienda del campanero, según se reconoce en 1249 de la cesión de una casa a uno de los vasallos del prepósito oscense cum sua camera inferius et superius que sunt domus claustri

oscensis, ante plaztam sedis, circa furnum; que affrontant in uia publica et in cellario et in fumo claustri oscensis et in domibus Iohannis campanerii 5º.

Fig. 5· Res tos románicos de la panda nurt t' del claust ro Jurante la última restaura( ión Jd co njunt o.

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La fuente principal para el estudio de la casa hoy arruinada es el inventario de la misma en el año 1281, que permite el estudio de las estructuras conservadas como restos de la arquitectura residencial oscense en el medievo;•. El documento en cuestión describe un edificio dividido en dos pisos, el bajo articulado en un 51

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pristignum, hórreo y palacio y el segundo en la camera super pristignum, la cámara del prepósito, la cocina y el granero. Por último, la zona baja se completaba con dos bodegas, la domo ornalium y

Anno Domini MCCLIIII fundata est haec cape/la in honore Beati Pauli, quam dommus Petrus de Ariguel et domna Vuillelma uxor suafecerunt ed~ficari et ibidem elegerunt sibi et su is sepultura 59 • El

el horno, en evidente referencia al que citaba líneas arriba que lim itaba con la plaza de la catedral52 y que fue reparado en 1353:

altar o capilla funeraria de San Pablo también fue objeto de procesiones capitulares, documentadas desde 1337 bajo responsabilidad del tesorero: ... reficere unum claustrum processionis de campanili

.. .se adobó socalzando con piedras sus tampias e con cien ad ovas l'alcanor 53 . En 1303, el cabildo estipuló la entrega del piso alto al prepósito y sus acompaüantes, parece claro y evidente que éste último no hace sino incidir en un uso ya establecido como casa del administrador catedralicio: Assignamus preposito et dignitati sue

pro habitatione et familie sue domos superiores prepositure, scilicet canoniam in qua prepositus consueverit dormire cum superiore qui respiciunt versus plateam54 .

usque ad capellam sancti Pauli 6º.

La culminación del conjunto: El palacio del obispo

vecino del anterior en la panda Este del claustro, junto a la puerta de entrada del palacio episcopal y su epígrafe fundaciona l rezaba:

Nada sabemos de cómo y dónde vivía el obispo de Jaca-Huesca en las décadas sucesivas a la Reconquista de la ciudad. La mayoría de los investigadores han venido suponiendo una vida conjunta del obispo con su cabildo, cuestión que parecen negar las costumbres de otros lugares de la Penínsu la ibérica, donde pronto se documenta la existencia de una residencia individual y desgajada del lugar de vida de la comunidad catedralicia. De hecho, así ocurrió en la vecina Jaca, donde desde comienzos de su existencia sabemos de una hoy desaparecida residencia episcopal localizada en el lado occidental de la catedral. También conocemos la existencia de varios cargos de este palacio episcopal, como el repostero episcopi documentado en 1121 61 • Para el caso de Huesca, muy probablemente podamos pensar en la residencia tempora l del obispo en u na de las dependencias pertenecientes a la antigua mezquita, hecho que debió repetirse en otros lugares de la Península ibérica, como la Seu Vella de Lérida62 • Obviando las referencias al citado repostero y al capell án del obispo, recogidas entre 1121 y 1199, las primeras noticias documentales sobre el palacio episcopa l de Huesca datan, aproximadamente, de 1201, momento en que se constata la existencia del palacio mediante un documento firmado por Ricardo Oscensi episcopi apud Oscam in camara sua 63 • Mientras, en 1214, un hombre de

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Por último, la topografía claustral se completaba con dos altares de cierta importancia. El primero, que se conservó hasta la intervención restauratoria que afectó a la catedral a mediados del siglo xx, era el de Santa María o de la Virgen del claustro datado al menos desde 1235 55 . La capilla se situaba en el ángulo noreste, segú n revela la procesión al mismo recogida en la Consueta sedis oscensis en las postrimerías de la Edad Media: ... alta re Beate Ma-

rie processionis qui estante iannua operis qui alim sint infirmaría (fig. 7)56 . Debía ser de ciertas dimensiones, dado que se conservan de la misma un conjunto de pinturas murales hoy custodiadas en el Museo catedralicio57 • A esta amplitud también obedece que en su interior se ubicara una cátedra episcopal, como seüala el m ismo manuscrito, describiendo la liturgia penitencial desarrollada en la catedral: .. .sitia/e domini episcopi cum coxino cohopertum

panno siriceo Libido aut nigro cum tapetis in qua panatur crux et cohoperiata cum panno predicto et collocatis ibídem ante crucem penitentibus un no per alium postratis ad terra flectentes os genna incipiat cantor...58 . El segundo, dedicado a San Pablo en 1254, era

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la ciudad compraba una casa al obispo que lindaba cum stabulo vestri palatii 64 • Lógica mente, ambas alusiones no cond icio nan la inexistencia del palacio hasta la fecha, sino que desde comienzos del siglo x 111 tenemos constancia documental de la realidad arquitectónica del edificio. A partir de este momento, las referencias al mismo, sus obras o ampliaciones serán con stantes. En lo tocante al conjunto visible hoy en día, el primer punto a destacar es el hecho de que, junto a las residencias episcopales de Santiago de Compostela, Oren se, Barcelona, Tortosa y Gerona, es el m ás destacado conjunto arquitectónico residencial y urbano vinculado a la figura de un prelado medieval, hoy conservado en la Península. La complejidad de su estructuración y articulación arquitectónica, las numerosas noticias relativas a la funcionalidad de sus espacios y el m ás que aceptable grado de conservación con que ha llegado a nuestros días, le hacen objeto de un capítulo aparte en la historia de la arquitectura medieval aragonesa. El palacio se situó en el lado oriental del claustro de los canónigos, con entrada directa a és te (fig. i). La planta general del conjunto adoptó un esquema de salas yuxtapuestas, desarrolladas en altura siempre en dos pisos. Curiosamente, en lugar de benefic iar se del desarrollo de la panda claustral correspondiente, el palacio se colocó perpendicular a és ta, probablente debido a que las dimensiones con que se proyectó superaba n con mucho la superfi cie del irregular claustro. Su articulación en dos pisos aprovechó los problemas topográ fico s, con gra ndes desniveles en la zon a. Así, mientras los pisos inferiores de la sala perpend icular al claustro y la vec ina a ésta se adecuaron al cabezo sobre el que se sitúa la catedral, su desarrollo en altura coincide con la cota del claustro y templo, creando un pequeüo patio frente a la cabecera catedralicia. Al mismo tiempo, los límites orientales del palacio lindan con una sucesión de á mbitos abiertos en cuyos alrededores se situó el huerto de la comunidad catedralicia, hasta el lado suroeste, donde se habría la puerta de Montearagón, en la mura lla oscense 65 . 54

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Fig. 6. Púlpito en la sala de la limosna, antiguo refectorio canonica l.

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Fig. 7. Ex terior del ángulo nores te del claus tro co n, i.:n altu ra , los res tos de la puerta de la ..:apilla de la Vi rgen del daustro, en orige n adosada al muro norte del palacio epis..:opa l.

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Pasa ndo a la descripción de la obra conservada, el grueso del edificio hoy visible se corresponde con los dos pabellones más cercanos al claustro, que sufrieron en menor medida la ru ina que se produjo en todo el edi ficio desde el siglo xx. Las plantas bajas del primer y segundo pabellón apa recen cubiertas por una serie de arcos di afragma sosteniendo una techumbre de madera (fig. 8) que, en el piso alto, aparece sustituida por una armadura. No sabem os si existió una correspondencia intern a entre ambos espacios, ya que no queda resto alguno de posibles escaleras en su interior, debiendo comunicarse por medio de unas posibles gradas situ adas en el exterior. En cuanto a las habitaciones locali zadas al Este del conjunto, quedan únicamente los muros del piso bajo, co n arranques de arcos diafragm a similares a los localizados en la zona occidenta l, mostrando un tipo de estructura muy similar (fig. 9). Respecto al piso alto de las mismas, aunque hoy se encuentre arruinado, sabemos que alojó las habitaciones privadas del obispo, que qued aban a una altura muy considerable junto a la vecina ca lle. En esta zona, además, se conservan parte del sistema de cond ucción de aguas que abastecía al palacio 66 • En función de los testimonios documentales, el inicio de la obra del palacio ha sido datado a comienzos del siglo X III, con dos etapas constructivas que contemplarían un primer momento correspondiente a los pisos baj os entre t202 y 1214 y un segundo con la ampliación de éstos en altura durante el pontificado de Vidal de Ca nellas, por tanto, antes de su falleci miento en 125267• Si la creación de un espacio cubierto con arcos d iafragma en la arquitectura aragonesa no es datable hasta el siglo x r TI , a mi parecer, varios restos materiales del inmueble revelan una época de construcción previa al volteo de los diafragmas y que ni siquiera preveían su elevación. Me refiero, en primer luga r, a las puertas hoy cegadas por los arranques de los arcos diafragma, localizadas fundamentalmente en el muro norte del primer pabellón y en el muro Este del segundo, en ambos casos de medio punto y de características 57

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románicas. No se trata de los únicos restos del conjunto palaciego datables en fechas previas al siglo XIII, de hecho, en el salón superior se conserva una puerta hoy colocada en su muro sur pero que, a comienzos del siglo xx, estuvo localizada en el interior del mismo, dando entrada a la denominado salón mayor y que, según R. del Arco, formó parte de las reformas románicas de la mezquita-catedra l, siendo trasladada hasta la residencia episcopal en fechas posteriores (fig. 10) 68. Por otra parte, en el piso alto se pueden ver todavía varios vanos cegados, de características románicas, a pesar de la radical restauración a que se vio sometido todo el conjunto en los años veinte -durante la prelatura de Mateo Colom- y durante los aflos ochenta del siglo xx, cuando se modificaron en gran medida los ritmos de las ventanas en el piso 69 alt0 • Consecuentemente, podemo s plantear aquí que el núcleo inicial del edificio debiera datarse en una fecha marco entre los siglos X II y XIII, momento en que el obispo de Huesca-Jaca decidió la construcción de un gran palacio al que pertenecería la estructura de toda esta zona, las puertas cegadas por los diafragma de la cubrición y la portada románica reutilizada en el piso alto. A esta seg uiría una segunda etapa, con la elevación de la estructura y la articu lación de la techumbre de los pisos bajos mediante los arcos diafragma. Aunque, como decía, la ampliación del palacio se ha fechado en los aflos de prelatura del obispo Vida! de Canellas en la primera mitad del siglo x ru 7º, las descritas características arquitectónicas del inmueble conservado indican que no debió ser hasta las décadas fina les de dicho siglo cuando se debió replantear la elevación del conjunto y la traza de los arcos diafragma del piso bajo para sostener la tech umbre. En todo caso, indicar que quizá pudieramos tomar marzo de 1285 como fecha límite para la finalización del palacio, aflo en que las Cortes de Aragón se reunieron en las casas del obispo y que, por lo tanto, implica la existencia de un inmueble lo suficientemente relevante como para albergar una celebración de estas características71. 58

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No sabemos cuá les fueron las razones para que, en 1384, se documente que la vivienda del obispo de Huesca se hallaba muy dañada y prácticamente en ruinas. En dicho año, un documento expedido a voluntad del monarca Pedro IV el Ceremonioso recogía las reformas, ampli aciones y reconstrucciones que debían realiza rse en varias fortale zas del territorio oscense, entre las que se hallaba el palacio episcopal de Huesca 72 • A tal fin, se contrató al maestro carpintero Dom ingo Montagut y al cantero Joan de Cuadras para que emitieran un informe sobre el edificio y propusieran un plan para su arreglo y evitar así un derrumbe que se preveía cercano. El documento emitido por ambos canteros es de una riqueza extraordinaria73 . Además de describir la situación en que se encontraba el palacio, se daba un presupuesto de dos mil sueldos jaqueses para su restauración, quedando fuera de dicha intervención el gran salón central, cuyo estado es descrito como 'de gran peligro e inminente ruina'. Del documento en cuestión, lo que más interesa a nuestro trabajo es precisamente la descripción de todas y cada una de las salas que componían el piso noble del palacio, hallándose también algunas notas que permiten definir el uso del piso bajo.

E encontinet los ditas Domingo Montagut e Johan de Quadres ensembles con los sobredictos vicarios generales en Bernart Arlonin e los otros canonges de partes de suso nominados andaron por las ditas casas e primerament viyeron e reconoscieron el porge de las ditas casas de part de la claustra de la Seu, el tinel que es a(t)enient del dito porche, el repost, la cozina contiguos el tinel mayor, el lauatorio de la capiellya, la capiellya, las cambras de parament e otrosí del studio e do suelen dormir los vispos ·e desi las cambras de canonges e cappellyanes sendios e otras companyas que suelen habidar con los vispos, graneros, massaderías, stablías, latrinas o necessarias e otras stacions de las dichas casas e reconosceron todas las obras que ellyos veher e reconoscer podieron seer necessarias a reparar en las dictas casas e todo aquellyo visto, reconoscido e con59

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sumado por menduo visto ellyos e por scripto particular por ellyos feyto lo que puede montar o costar la dicha reparación necessaria en las dichas casas dixieron e notifficaron aquellyo a los dichos uicarios generales en Bernart Arlonin e otros canonges de partes de suso nominados presentes mi notario e los testimonios d'uso scriptos en la forma siguient. Primerarment dixieron que al todo lo menos hauía necessario para acorrero a las reparaciones de las ditas casas siens al dicto tinel mayor Dos myll solidos jacenses. Jten dixieron quel dita tinel mayor staua a gran e encedent periglo de cayere que si aquel cayha sin destrucción de las ditas casas e mayorment, que todos los cellyeros que son ius aquell e los vaxiellyos que y son, se perderían e destruirían. E assí que hauía necessario pora repara r el dita tinel, al menos, tres m ill solidos jacenses 74 • Como vemos, el relato comienza por la entrada de los dos can teros en el edificio a través de la p uerta abierta en la galería - porge- Este del claustro. Esta puer ta fue m uy modificada en tiempos poster iores, conser vándose únicamente la estructura interna de un pronunciado arco de medio punto. De aquí, se pasaba a una zona de servicios que ocupaba todo el piso alto del pabellón perpend icular a la galería claustral, en donde se encontraban un saló n, una alacena y la cocina. A nte la asuencia de noticias sobre el posible uso del saló n, su cercanía a la cocina y su despensa permite suponer un refectorio pa ra las comidas episcopales, cuyo cocinero aparece referido desde n 9475 • Desgraciadamente, nada ha q uedado del m obiliario de estas tres dependencias, posiblemente suprimido con las transformaciones a que se vio sometido el inmueble entre los siglos x v 11 y x v 111 y a la restauración de los años ochenta del siglo xx 76 . La siguiente zona en describirse es precisamen te el gran salón -tinel mayor- que ocupaba el pabellón paralelo a la pa nda del claustro, contrapuesto al pabellón prev io. Aquí se encontraba el sa lón para las recepciones episcopales, unido a la capilla y el la-

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Fig. 8. Piso bajo d el palacio episcopal, bajo el salón de Monta Ta nto, visto en di rección sur.

Fig. 9 . Persp ectiva del p iso b ajo del palacio episcopal, según E. Carrero.

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Fig.

10.

Puerta románica conservada en el pa la..:io epis..:upal.

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vatorio de ésta, denomin adas desde el siglo xv1 las cambras del retraimiento 77• A partir de 1197 contamos con alusiones al dom ini episcopi capellanus, claramente referidos al responsable de la capilla episcopal 78 • De la capilla del palacio no hemos conservado n inguno de sus ornamentos, pero un inventario de 1274 la describe como una institución importante, dotada con un gran número de libros y vestimentas litú rgicos, una de ellas destin ada a vest ir a la imagen de la Virgen que presidía su altar, que es descrito como un tabernáculo con imágenes de m adera, quizás en alusión al retablo documentado al m enos desde el siglo xv, que tampoco ha llegado a nuest ros días79 • También había varias cajas de reliquias, un cáliz de plata dorada y un encensiero de plata. Continuando con el tercer pabellón, hoy prácticamente en ruinas, aquí se encontraban las habituaciones privadas del prelado, compuestas por una cám ara y el estudio dotado con un amplio ventanal mientras, en su extremo se localizaba el dormitorio del obispo. Hasta aquí lo que conocemos de las salas dedicadas a la vida pública y privada del obispo pero, ¿dónde estaban las dependencias destinad as al almacenamiento de bienes dedicados al mantenim iento de la in stitución episcopal? Precisa mente la descripción del estado de semiruina en que se encontraba el gran salón del pa lacio nos in fo rma de que toda la zona de servicios del palacio se localizaba en las distintas dependencias de la planta baja del palacio. Según los dos maestros, el salón se encontraba "en gran y evidente peligro de caerse y, si caía, destruiría las casas de la obispalía y todas las bodegas que son debajo y los gra neros que allí est aban se perderían y destru irían". El relato, por tanto, refiere claramente toda una zona dedicada a la administ ración de los bienes episcopales que, adem ás, tenía su entrada propia de mercancías desde el ext remo oriental del palacio, en la actual calle del Desenga ño. Esta zona también estaba dotada con graneros, establos y letrinas, dedicadas al personal que gestionaba la poderosa hacienda del prelado. Producto del dictamen de los dos maestros, se adosó al

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muro Este del viejo edificio una gran super fic ie en talud que, a modo de un enorme contrafuerte, serviría para contrarrestar las fuerzas que amenzaban con derruir el salón. Respecto a la fam ilia episcopi, sabemos que en 1202 estaban a su servicio unos cuarenta hombres alimentados por el cabildo catedralicio. En 1300, el testamento del obispo fray Adem ar describe a buena parte de est os personajes, al h acerlos herederos de sus posesion es privadas. Así, aparecen relacionados el m ayordomo, el repostero, un cocinero, el escudero, la camarera, el portero, el llavero, un m édico cristiano y otro judío y varios encargados de cuidar la cuadra y caballos del palacioªº. Varios de éstos vivían en sus residencias privadas en la ciudad de H uesca, pero otros, los menos pudientes y los dedicados a l m antenimiento del edificio y a la atención del obispo, convivían en el conjunto palaciego en un espacio reservado para ellos. Como veíamos, la visita de los dos maestros en 1384 también describe esta zon a com o las "cámaras de canónigos, capellanes, escuderos y ot ras personas que suelen habitar con los obispos". Esta serie de cám aras se hallaba situada junto a la fachada sur del primer pabellón y estaba adosada a la esquina sureste del claustro catedralicio, perpendicular a éste (fig. 11). De aquel viejo edificio sólo ha restado el arranque y uno de los arcos de su cubrición. Dado el número de los person ajes que integraban la curia episcopal, no sería desacertado supon er que fuera un edificio de dos plantas, la baja dedicada a refectorio y cocinas y la alta a un dormitorio comunitario. Lamentablemente, el in forme de los dos m aestros no es tan explícito. Carecemos de noticias relativas a los seguros cambios que todo el palacio episcopal pudo sufrir durante los años finales del siglo x1v y comienzos del xv, a excepción de las armas del obispo Hugo de Urriés (1424-1443), parcialmente visibles en una de las armaduras que cubren las salas del piso alto. Tendremos que esperar al reinado de los Reyes Católicos para tener nuevas noticias sobre obras. De hecho, el gran salón del palacio fue transformado para pasar a

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Fig. 11. Restos del edificio supuestamente dedicado al person al de serv icio del palacio episcopal, junto a la cabecera catedralicia.

rig.

12 .

Galería ad osada al pab el ló n occide ntal del pa lacio.

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denominarse como salón del Monta Tanto, parafraseando la enseña heráldica de Isabel de Castilla y Fernando de Aragón. Desde 1478, el prelado Antonio de Espés iniciaría una serie de fuertes reformas que significaron el punto de partida para las remodelaciones realizadas por distintos obispos entre los siglos xv y xv1 y que, en gran medida, desfiguraron el aspecto inicial del palacio y sus usos 8'. Toda su techumbre se cambió por una armadura de madera cuya decoración repite la enseña de los reyes y el escudo del obispo don Antonio de Espés y en el arrocabe se ubicaba la inscripción En el año de 1478 f ue fecha la presente obra por el noble don Antón de Espés p or la Diuina gracia Obispo de Huesca, regnante la Magestad del Rey don luan, y en Castilla su glorioso hijo el Rey don Fernando Rey de los Reyes 82 • Indudablem ente, a esta época deben corresponderse las pinturas o tapices que, referidos com o unas ystorias del rey do n Fernando pegadas en las paredes en un inventario episcopal de 1526, no han llegado a nuestros días83 • Según A. D urán Gudiol, fue su sucesor -el obispo Juan de Aragón- el responsable de la remodelación en la zona existente entre el primer pabellón del palacio y el edi ficio dedicado al person al de servicios, sito junto a la cabecera cated ralicia. En este momento se tiraría este último edificio, con motivo de la creación de un ámbito para el esparcimiento episcopal, dotado de un jardín y la hoy conser vada galería de pilares face tados adosada al pabellón del palacio (fig. 11). De este m odo, las cámaras del personal de servicios se trasladaron a la planta baja, con la restructuración de parte de los viejos graneros y bodegas medievales con destino a h abitaciones. Por último, el espacio destinado a refectorio, cocinas y despensa del obispo al que se había adosado la galería en su lado sur, fue transformado en un nuevo espacio destinado a la vida pública del prelado, denominado a partir de ahora el quarto nuevo. Este ámbito sería destinado ahora a archivo de los d iplomas episcopales y a lugar de firm a y redacción de documentos por el ca nciller del obispo 84 •

A partir de este momento, el devenir del palacio cambia radicalmente. Perdemos las noticias sobre la capilla episcopal e, inclu so, del refectorio y otras dependencias de servicios. Esta historia culminaría en el siglo xx con el abandono del ed ificio por una casa m ás cómoda situada a occidente del conjunto catedralicio y su actual proceso de transfo rmación en dependencias del Museo Cated ralicio y Diocesano de Huesca.

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Notas A. DuRÁN GuD IOL, La Tgles ia de Aragón durante los reinados de Sancho Ramírez y Pedro I (1062?-1104), Roma, 1962, pp. 68-71 y 75; F. BA LAG u ER, "La iglesia de San Vicente de Huesca, perteneciente a Roda, y la mezqui ta de Ibn Atalib", Argensoln, 105 (1991), pp. 165 -174; A. DuRÁN GuD IOL, Historia de la catedral de Huescn, Huesca, 1991, pp. 11-12; R. BET RÁN AB ADÍA, Lnforma de la ciudad. Las ciudades de Aragón en la Edad Media, Zaragoza, 1992, p. u6; C. LAL!ENA CoRBERA, La formación del estndofeudal. Arngón y Navarra en la época de Pedro !, Huesca, 1996, pp. 153-177; P. SÉN AC , La Frontiere et les hommes (vlll' -x1f siecle). Le peuplement musulman au nord de l'Ebre et les débuts de la reconquete aragonaise, París, 2000, pp. 167

y 412-413. 2

3

La res tauración de la sede de Huesca de for ma in terina en Jaca se gestó en la reun ión de nueve obispos en la población jacetana en 1063 (publ. Colección diplomática de la catedral de Huesca, ed. A. Durán Gudiol, 2 vols., Za ragoza, 1969, 1, doc. 27, pp. 41-47). En Sasabe, entre 1100 y 1104 aú n se recordaba a los siete obispos allí enter rados durante su transitoria situación como catedral tras la invasión musul mana: Dignitatem Oscensis sedis quondam destructa a sarracenis in predictam Sasanensem ecclesiam fuisse translatam septem episcoporum ibidem quiescentium sepulcra et regum temporis illius testn ntur priuilegia (publ. Colección diplomática .. ., cit., I, doc. 90, p. 114). D. J. BuESA CONDE, faca. Dos mil ai1os de historia, Za ragoza, 1982, pp. 184-185. Aunque con un resu ltado dispar, algo parecido se pretendería algunas décadas después tras la reconquista de Lérida y la sede que la estuvo supliendo durante los siglos de dom inación musu lma na: la de Roda de Isábena. Si en un comienzo el hermanamiento de ambos cabildos y la

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EDUARDO CARRERO SANTAMARÍA part icipación de los canónigos rotenses en la polít ica de ilerdense hacen suponer una vinculación similar a la de Jaca y Huesca, poco a poco Roda sería relegad a al olv ido, has ta su fun cionamien to autó n om o sin ser in cluida en las gerencias de la sede ilerd ense. 4 Siguiendo a D. J. Buesa (Jaca ... , cit., p. 74), com o concatedral, Jaca podía elegir vicarios episcopa les al quedar la sede vacante, poseía su s mitras y bácu los pa rticula res y celebró sus propios sínodos (D.). BuESA CoN DE, "Los sín odos de H u esca-Jaca en el s iglo x 111 ", Aragón en la Edad Media, 11 5

(1979), pp. 73-96). Publ. Co lección diplomática ... , cit., 1, doc. 64, pp. 89-9i. Sobre las advocaciones F. D. DE AYNSA, Fvndación, excelencias, grandezas y cosas memorables de la Antiquísima ciudad de Hvesca, 5 vols., Huesca, 1619, reed. de F. Balaguer y E. Escar, Huesca, 1987, 1v, p. 506 y R. DE Hu ESCA, Teatro histórico de las Yglesias del Reyno de Aragón, v 11, Pamplo na , 1797, pp. 2-14.

6

Colección diplomática ... , cit. , 1,
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