CONCEPCIÓN INTELECTUAL Y GENERACIÓN CORPÓREA

Toda intelección manifiesta la realidad conocida en un verbo interior. En Dios esto sucede según un modo de generación intelectual; en efecto, el Verbo concebido por Dios en el que se dice a sí mismo es de su misma naturaleza y podemos decir que es su Hijo. No así sucede en el hombre, pues el concepto del hombre no es el hombre ni es su hijo, y de ahí que no pueda decirse que esta concepción intelectual sea en el hombre una generación intelectual. Por otra parte, es por esta naturaleza intelectual que decimos que el hombre es a imagen de Dios, igual que el ángel, aunque éste de modo más perfecto puesto que es más perfecta su intelectualidad. Ahora bien, supuesta esta naturaleza intelectual, se da en el hombre de modo particular una mayor semejanza de Dios que en el ángel por la capacidad de engendrar corpóreamente. Pero hay que ver esto a la luz de su naturaleza intelectual, por la que concibe el verbo mental; así, es esta naturaleza propia de un alma subsistente inmaterial la que atrae para sí la materia, de tal modo que la generación corpórea en el hombre no puede entenderse plenamente sino a la luz de la concepción intelectual del alma. Y ésta es la razón por la que la generación corpórea humana se ordena a una concepción intelectual que perfeccione aquella misma generación llevándola a su fin, que es lo que sucede en la educación, prolongación natural de la generación. Por eso puede decirse verdaderamente que la educación es una segunda generación.