Comportamiento y dinámica erosiva en yacimientos excavados y reintegrados: propuestas de conservación

July 4, 2017 | Autor: J. Quintana | Categoría: Cultural Heritage Conservation, Megalithic Monuments, Cantabrian Region
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Descripción

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COMPORTAMIENTO Y DINÁMICA EROSIVA EN YACIMIENTOS EXCAVADOS Y REINTEGRADOS: PROPUESTAS DE CONSERVACIÓN. Jose Miguel Edeso Fito 1, Amagoia Guenaga Lizasu 2, Juan Carlos López Quintana 2 Palabras clave:

Pérdida de suelos, tasa erosiva, escorrentía, coeficiente de escorrentía, parcelas experimentales, arroyada, splash, monumento megalítico, Katillotxu V, Urdaibai.

1. Introducción: Estratigrafía, arquitectura, materiales arqueológicos y cronología del dolmen de Katillotxu V. El dolmen de Katillotxu V fue descubierto por miembros de AGIRI Arkeología Elkartea en 2002, realizándose las tareas de excavación durante los años 2006 y 2008 bajo la dirección de J. C. López Quintana y A. Guenaga Lizasu (López Quintana et al. 2007, 2008, 2009).

1.1. Arquitectura y estratigrafía. El monumento megalítico de Katillotxu V posee unas medidas de 12 metros de diámetro por 0,75 m. de altura. Alberga una cámara sepulcral de planta rectangular-trapezoidal alargada, de 2,20 m. de longitud por 0,80 m. de anchura, orientada al Sureste. La arquitectura de Katillotxu V se compone de un núcleo de tierra, en el centro del cual está inserta la cámara funeraria. La parte superficial del núcleo de tierra se recubre con una coraza de bloques de arenisca, mostrando la imagen de un monumento de piedra. El área tumular se organiza por medio de bloques imbricados a modo de escamas, en posición subvertical, delimitados en su perímetro exterior por un anillo discontinuo de bloques colocados en posición vertical, a modo de peristalito (figura 1). La estratigrafía de Katillotxu V se ha articulado en 5 estructuras estratigráficas correspondientes, de techo a muro, a la capa superficial del monumento (Bslnt), coraza pétrea tumular (Bsln y Bsmk), núcleo terroso (Smk+Sac) y suelo infratumular (Sac). - Estructura estratigráfica Bslnt (capa superficial). Estructura estratigráfica caracterizada por el predominio de la fracción gruesa sobre la matriz arenolimosa de tonalidad gris oscura, suelta. Corresponde a la capa superficial del dolmen, en la que aflora, a muro, el tramo superior de la coraza tumular. - Estructura estratigráfica Bsln (coraza tumular). Nivel caracterizado por la preponderancia de la fracción gruesa sobre la matriz areno-limosa de tonalidad gris oscura. Comparte los caracteres esenciales de la capa suprayacente Bslnt, aunque en este tramo los componentes sedimentológicos aparecen bien cohesionados. Equivale a la parte superior de la coraza pétrea tumular.

Departamento de Ingeniería Minera y Metalúrgica y Ciencias de los Materiales. Universidad del País Vasco. E.U.I. Nieves Cano 12 01006 Vitoria-Gasteiz. [email protected]

1

AGIRI Arkeologia Kultura Elkartea-Asociación Cultural de Arqueología AGIRI. 208 Postakutxa. 48300 Gernika-Lumo. [email protected]. 2

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Figura 1. Vista general del dolmen de Katillotxu durante la fase de excavación.

Muestras del perfil 4T/6T Muestra

Nivel

Arenas

Gruesas

Medias

Finas

M4

Bsmk

52

3

26

71

M3

Smk+Sac

55

4

28

68

M2

Smk+Sac

38

3

27

70

M1

Sac

56

3

27

70

Muestras del perfil 4X/6X M8

Smk

37

6

24

70

M7

Smk+Sac

37

4

24

73

M6

Sac

37

4

25

71

M5

Sac

39

18

24

58

Cuadro 1. Tabla con porcentaje de arenas en las muestras del estudio sedimentológico (Areso y Uriz, 2009).

- Estructura estratigráfica Bsmk (coraza tumular). Estructura estratigráfica definida por la importancia de los bloques dentro de una matriz arenosa de tonalidad marrón y compacta. Corresponde al tramo más inferior de la coraza pétrea tumular. - Estructura estratigráfica Smk + Sac (núcleo terroso). Infrayaciendo al nivel Bsmk, y reducida exclusivamente a la superficie del monumento megalítico, se asienta una estructura estratigráfica que comparte los caracteres básicos del nivel Smk (matriz arenosa de tonalidad marrón compacta), incorporando de forma progresiva tonalidades amarillas y negruzcas procedentes de la alteración de los principales componentes del substrato litológico (areniscas y lutitas). El nivel Smk+Sac se ha definido como núcleo terroso de base para la construcción del monumento de Katillotxu V. Tiene, por tanto, un origen antrópico.

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COMPORTAMIENTO Y DINÁMICA EROSIVA EN YACIMIENTOS EXCAVADOS Y REINTEGRADOS: PROPUESTAS DE CONSERVACIÓN.

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Dentro de este nivel hemos reconocido concentraciones de carbones que se han denominado Smk-c. La datación C14 obtenida sobre una muestra de dichos carbones (5200 + 40 BP), permite plantear que se trata de fuegos realizados con anterioridad a la construcción de Katillotxu V, y cuyos restos se incorporan dentro del núcleo terroso. - Estructura estratigráfica Sac (suelo infratumular). Nivel caracterizado por un sedimento arenoso de tonalidad amarilla con clastos de arenisca descompuestos, correspondiente al suelo infratumular (alterado), sobre el que se construye el monumento. En la parte exterior del monumento se asienta bajo el nivel Bsmk; en el interior del dolmen aparece por debajo del núcleo terroso Smk + Sac.

1.2. Los materiales arqueológicos y los componentes decorados. El dolmen de Katillotxu V no ha conservado restos humanos por la acidez del suelo. Y el ajuar arqueológico asociado al uso funerario del monumento se limita a una lámina de sílex, localizada en el interior de la cámara, donde no se han constatado evidencias de remociones o saqueos. Un ajuar funerario pobre, que contrasta con la riqueza gráfica y la organización simbólica del megalito. En efecto, la aportación más relevante de Katillotxu V ha sido el descubrimiento de un conjunto de ocho piezas decoradas (Bueno y otros 2009; López Quintana y otros e.p.), que aparecen en contexto y organizadas en dos espacios del monumento: la cámara y el túmulo. Entre los elementos decorados situados en el interior de la cámara destaca la losa de cabecera (1), que posee un motivo grabado principal, un arma, que se asemeja de forma explícita a la tipología de las Puntas Palmela, trabajada con técnica de piqueteado y abrasión. Dentro de la cámara apareció una estela hincada (2), que certifica el carácter intacto del recinto sepulcral. Presenta una fuerte concavidad en la zona superior, donde aparecen una serie de líneas incisas organizadas en bandas paralelas. Otras dos losas decoradas (3 y 4) incluyen, mediante la técnica de piqueteado, temas circulares y concéntricos. Dentro del túmulo, en la parte exterior del monumento, aparecen cuatro piezas antropomorfas de tamaño pequeño (entre 15 y 30 cm. de longitud máxima), procedentes del área abierta del monumento.

1.3. Cronología. En Katillotxu V hemos datado por C14 los restos de un fuego que se encendió, muy posiblemente con un sentido ritual, en el sector Sureste de la cámara sepulcral. El resultado (4290 + 40 BP) nos sitúa en los inicios del III Milenio antes de Cristo, durante el Calcolítico o Edad del Cobre.

2. Localización y características generales. La zona investigada se localiza en la margen izquierda del estuario del río Oka-Reserva de la Biosfera de Urdaibai, situándose sobre una colina (336 metros) de cima suavemente redondeada, que a su vez forma parte de una pequeña alineación montañosa de dirección general SE-NW (figura 2). Litológicamente se observa una alternancia de areniscas, a veces calcáreas, y lutitas, con eventuales niveles conglomeráticos. Estos materiales se disponen en bancos alternantes centidecimétricos de edad Cenomaniense y presentan un grado de alteración importante, lo que explica los elevados porcentajes de arena contenidos en el suelo. Morfológicamente dibuja un pequeño relieve monoclinal cuyo frente está incidido por los diversos cursos anaclinales (de marcado carácter torrencial) que vierten sus aguas al estuario de Urdaibai.

Figura 2. Localización de la zona de estudio.

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168 J.M. Edeso, A. Guenaga, J.C. López Quintana

El suelo original fue destruido, en gran parte, como consecuencia de la creación del monumento megalítico en época prehistórica, desarrollándose en su lugar un Antrosol cumúlico, formado por la acumulación antrópica de materiales detríticos de talla diversa. Posteriormente éste suelo evolucionó hacia un Cambisol dístrico/Cambisol gleico, con textura areno-limosa y abundante fracción gruesa. Sin embargo, las tareas de excavación y posterior relleno/acondicionamiento del yacimiento, volvieron a generar un Antrosol cumúlico. Este suelo se caracteriza por no poseer perfiles edáficos (al efectuarse la excavación dichos perfiles se mezclan entre sí), por tener un elevado porcentaje de arenas y elementos gruesos y por presentar un contenido en materia orgánica sumamente variable, que en el caso que nos ocupa oscila entre el 3,24 y el 4,96%. Su densidad aparente también varía de unos puntos a otros, aunque se mueve en un rango que fluctúa entre 1,09 gr/cm³ (material relativamente suelto) y 1,22 gr/cm³ (sedimento más consolidado). La vegetación original ha desaparecido y en su lugar encontramos gramíneas y algunos helechos y zarzas. El mantenimiento del monumento exige la periódica eliminación de la cubierta vegetal de mayor porte, lo que a su vez provoca una moderada remoción del suelo y una variación de su densidad aparente.

3. Objetivo y método. El objetivo del presente estudio es evaluar la tasa erosiva que experimenta el yacimiento de Katillotxu V, una vez finalizadas las labores de recuperación arqueológica, así como determinar su dinámica geomorfológica e hidrológica, con el fin de identificar los procesos dominantes y adoptar las pertinentes medidas correctoras que minimicen los impactos causados por la dinámica erosiva. Una vez concluida la intervención arqueológica (realizada entre los años 2006 y 2008), el yacimiento se recubrió con una tela geotextil (ver figura 3). Sobre ella se depositó el material extraído durante la fase de excavación anterior (este sedimento había sido cribado por lo que estaba bastante suelto), conformando capas de material grueso junto a otras de material fino. Esta capa geotextil constituye un nivel poco permeable situado cerca de la superficie, lo que incide en la rápida saturación del suelo y en el desarrollo de la arroyada en todas sus formas. Con el fin de evaluar la tasa erosiva y la dinámica hidro-geomorfológica del yacimiento, procedimos (en octubre de 2008) a la instalación de dos parcelas experimentales, una abierta provista de un colector Gerlach (ver figura 4) y otra cerrada (ver figura 5), aislada de la ladera mediante la utilización de chapas de hierro galvanizado que se clavan en el suelo. El seguimiento y la toma de datos se prolongaron durante 11 meses (desde octubre de 2008 hasta septiembre de 2009). La intensidad del muestreo dependía del ritmo de las precipitaciones, pudiendo ser éste Figura 3. Instalación del Geotextil tras la excavación semanal o quincenal. del yacimiento arqueológico. En todos los casos se recoge la fracción gruesa depositada sobre la pieza de cierre de la micro-parcela o en el interior del canal, se evalúa el agua contenida en el bidón y se toma una muestra representativa de la escorrentía (1 litro aproximadamente). Estos materiales se trasladan al laboratorio de la Escuela Universitaria de Ingeniería de Vitoria-Gasteiz, procediéndose a su posterior evaluación. La fracción gruesa se seca y se pesa, al mismo tiempo que se determina su granulometría y sus características generales. La fracción evacuada en suspensión, se filtra procediéndose posteriormente a su pesado en una balanza de precisión.

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Figura 4. Parcela abierta provista de un colector Gerlach. El canal colector se entierra parcialmente en el suelo y va provista de una tapa móvil que permite recoger la escorrentía.

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Figura 5. Micro-parcela cerrada. El espacio objeto de estudio se aísla de la ladera mediante chapas de hierro galvanizado clavadas en el suelo.

4. Valores pluviométricos, escorrentía y coeficiente de escorrentía. Las características pluviométricas del espacio considerado se han determinado a partir de la información suministrada por la estación meteorológica de Ereño, completándose esta información con los datos proporcionados por las estaciones de Mundaka y Muxika. Todo ello nos permite afirmar que el año hidrológico 2008-2009 ha sido bastante lluvioso (ver figura 6 y cuadro 2), ya que se han recogido un total de 1.947,4 mm/m² (1.752,9 mm. en los 11 meses de seguimiento). El número de días de lluvia se eleva a 220, lo que se traduce en una intensidad media diaria de 8,85 mm. (8,77 mm. en 11 meses).

Figura 6. Volumen pluviométrico mensual de la estación de Ereño.

CARACTERÍSTICAS PLUVIOMÉTRICAS DE LA ESTACIÓN DE EREÑO Mes

P mm

Núm. Días

I. diaria mm/día

P > 15 Mm/día

Nº días P>15 mm

Intensidad diaria P > 15

Máximo Diario

O

335,0

18

18,61

310,4

10

31,04

83,4

N

330,6

24

13,78

258,4

10

25,84

36,4

D

188,2

21

8,98

86,2

4

21,55

23,2

E

230,2

20

11,51

142,1

5

28,42

52,5

F

143,3

14

10,23

101,1

4

25,27

38,2

M

113,1

15

7,54

67,3

3

22,43

30,2

A

132,2

20

6,61

44,3

1

44,30

44,3

M

108,3

18

6,02

55,5

2

19,80

39,6

J

61,0

14

4,36

18,2

1

18,20

18,2

J

51,8

21

2,47

0

0

0

8,1

A

59,2

18

3,29

17,8

1

17,80

17,0

Total

1752,9

203

8,77

1101,3

41

26,86

-

Cuadro 2. Características pluviométricas de la estación de Ereño entre octubre de 2008 y agosto de 2009.

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170 J.M. Edeso, A. Guenaga, J.C. López Quintana

El análisis del cuadro adjunto pone de manifiesto que estamos ante un período bastante lluvioso, con un máximo muy marcado en octubre y noviembre y un mínimo acusado en junio, julio y agosto. En tan sólo dos meses se ha recogido el 37,39% del total anual (el 60,9% si consideramos los 4 primeros meses), elevándose el número de días de precipitación a 42, lo que arroja una intensidad media diaria de 15,85 mm. (18,61 en octubre y 13,78 mm. en noviembre). Diciembre y enero siguen siendo lluviosos, aunque los volúmenes pluviométricos son sensiblemente inferiores a los reseñados anteriormente. La intensidad media diaria se reduce significativamente en diciembre (8,98 mm./día) y, aunque aumenta moderadamente en enero, no alcanza los valores de octubre y noviembre. Con algunos altibajos, las precipitaciones disminuyen paulatinamente a partir de febrero, constatándose los registros más bajos durante el verano. Algo similar se observa al analizar las intensidades medias diarias, ya que a partir de febrero no se superan los 7,54 mm./día, observándose también en este caso los valores más bajos en julio y agosto (2,47 y 3,29 mm. respectivamente). Si consideramos únicamente los días con registros superiores a 15 mm., advertimos que éstos se elevan a 41 con un volumen pluviométrico que oscila en torno a los 1.101,3 mm. Las máximas intensidades diarias tienen lugar en abril (un único día de precipitación: 44,3 mm.), octubre (31,04 mm.) y enero (28,42 mm.), mientras que los registros más bajos se producen en julio (0 mm.), agosto (17,8 mm.) y junio (18,2 mm.). Por el contrario, si consideramos los valores por encima de los 25 mm. diarios, advertimos que esta cifra se ha alcanzado en 17 ocasiones, con un volumen pluviométrico total de 645,6 mm., lo que arroja una intensidad media diaria de 37,98 mm. (oscilando entre los 44,82 mm. de enero y los 0 mm. de diciembre, junio, julio y agosto). La escorrentía depende no sólo del volumen pluviométrico y de la humedad del suelo, sino también de la intensidad de la precipitación (carácter tormentoso o no de los aportes pluviométricos). Durante los 11 meses considerados, las precipitaciones han alcanzado los 1.752,9 mm., de los que 636,2 (36,29%) se han recogido como Figura 7. Precipitaciones, escorrentía y coeficiente escorrentía, lo que se traduce en un coeficiente de escorrentía en la estación meteorológica de Ereño de escorrentía de 0,363. Los valores más altos (octubre de 2008-septiembre de 2009). tienen lugar durante los primeros meses de vida de la parcela, ya que en esos momentos se producen los aportes pluviométricos más elevados y las temperaturas más bajas, lo que incide en la evapotranspiración. Tampoco hay que olvidar que la humedad edáfica es elevada y que la cobertura vegetal es bastante escasa (< 5%). Tras los primeros meses de seguimiento, advertimos una brusca caída de la escorrentía ya que se produce una drástica disminución de los aportes pluviométricos y un rápido incremento de la cubierta vegetal.

5. Pérdida de sedimento: Tasa erosiva. El proceso de degradación del suelo más intenso es el provocado por la erosión hídrica. Existe una estrecha relación entre la precipitación (régimen y volumen pluviométrico), la escorrentía (en ocasiones también influye el coeficiente de escorrentía) y la erosión, siempre y cuando el suelo aparezca desnudo o escasamente colonizado por la vegetación.

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COMPORTAMIENTO Y DINÁMICA EROSIVA EN YACIMIENTOS EXCAVADOS Y REINTEGRADOS: PROPUESTAS DE CONSERVACIÓN.

Mes O N D E F M A M J J A Total

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TASA EROSIVA DE KATILLOTXU V. MICROPARCELA (2008-2009) Coeficiente Fracción Gruesa Fracción Fina Tasa erosiva Concentración Escor. gr/m² gr/m² gr/m²/11 meses gr/l 0,55 610,05416 465,50 1075,55416 2,5 0,39 720,75813 204,48 925,238130 1,6 0,27 591,96751 77,55 669,517510 1,5 0,34 83,93502 108,36 192,295020 1,4 0,23 76,20939 40,08 116,289390 1,2 0,36 16,59928 19,10 35,699280 1,0 0,14 0 6,48 6,48 0,4 0 0 0 0 0 0 0 0 0,4 0 0 0 0 0 1,12671 0,20 1,32671 0,2 0,33 2100,6502 921,75 3022,4002 1,133 Cuadro 3. Tasa erosiva de la micro-parcela entre octubre de 2008 y agosto de 2009.

La producción de sedimentos y la generación de escorrentía/coeficiente de escorrentía, son el resultado de una compleja interacción de procesos, aunque de todos ellos es el suelo el que, a priori, se configura como el elemento más influyente a la hora de explicar la dinámica hidro-geomorfológica de las laderas (Edeso et al., 1.998; 1.999). Sin embargo, en el caso que nos ocupa, el suelo ha sido completamente destruido por lo que su influencia es bastante reducida, interviniendo otros factores como la vegetación, el contenido de humedad edáfica en el momento de la precipitación, el tamaño de gota y la intensidad pluviométrica. En el caso de la micro-parcela cerrada, la tasa erosiva oscila en torno a las 30,224 toneladas por hectárea, con un máximo muy marcado en octubre y noviembre (más de 19 toneladas). A medida que transcurren los meses, se producen dos hechos que inciden decisivamente en la producción de sedimentos; por un lado los aportes pluviométricos disminuyen sensiblemente, al mismo tiempo que la cubierta vegetal se incrementa considerablemente. Estos dos factores, junto con el aumento de la densidad aparente del suelo, determinan una brusca disminución de la tasa erosiva, hasta tal punto que a partir de febrero ésta presenta guarismos sumamente reducidos. Esta tendencia se observa tanto en lo que se refiere a la fracción arrastrada, como a la evacuada en suspensión, aunque en este último caso, el descenso es más evidente a partir de mayo.

Mes O N D E F M A M J J A Total

TASA EROSIVA DE KATILLOTXU V. PARCELA ABIERTA (2008-2009) Coeficiente Fracción Fracción Fina Tasa erosiva Concentración Escorrentía Gruesa gr/m² gr/m²/11 meses gr/l gr/m² 0,55 980,000 335,16 1315,16 1,8 0,39 316,570 357,84 674,41 2,8 0,27 579,840 82,72 662,56 1,6 0,34 240,430 108,36 348,79 1,4 0,23 57,150 43,42 100,57 1,3 0,36 159,750 48,48 208,23 1,2 0,14 40,030 0,80 40,83 0,4 0 0 0 0 0 0,11 8,509 2,80 11,309 0,4 0 0 0 0 0 0,06 6,027 2,10 8,127 0,3 0,33 2388,306 981,68 3369,986 1,018 Cuadro 4. Tasa erosiva de la parcela abierta (canal Gerlach) entre octubre de 2008 y agosto de 2009.

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172 J.M. Edeso, A. Guenaga, J.C. López Quintana

En la parcela abierta la tasa erosiva es algo más elevada que en la micro-parcela cerrada. En este caso, las pérdidas se elevan hasta las 33,698 toneladas por hectárea, constatándose también los registros más altos en octubre, diciembre y noviembre. En este caso los arrastres son mayores en diciembre que en noviembre, mientras que el sedimento evacuado presenta tasas elevadas en noviembre, ya que la escorrentía experimenta una brusca caída a finales de año, al mismo tiempo que la concentración de sedimento disminuye ligeramente. Consideradas de manera conjunta ambas parcelas, podemos señalar que la tasa erosiva oscila entre las 30,224 y las 33,699 t ha-1 y año, observándose las pérdidas más altas durante los meses inmediatamente posteriores a la instalación de los dispositivos de control. Las causas que explican este hecho, son el resultado de la convergencia de varios factores distintos; en primer lugar, los últimos meses del 2008 son muy lluviosos, con precipitaciones sumamente intensas y abundantes, lo que determina una alta humedad edáfica (recordemos que el suelo es basFigura 8. Pérdida de suelos (fracción arrastrada y tante delgado, se desarrolla sobre un geotextil fracción evacuada por las aguas de arroyada) y que dificulta la infiltración del agua y la conduccoeficiente de escorrentía en la micro-parcela de Katillotxu V. tividad hidráulica, lo que a su vez favorece la saturación) y una escorrentía significativa. Además, en estos momentos, la vegetación es muy escasa y de reducido porte y el suelo está parcialmente removido como consecuencia de la instalación de las parcelas y de las tareas de acondicionamiento realizadas durante los días precedentes. En estas condiciones, la escorrentía circula en forma de arroyada laminar, difusa o seudo-concentrada, eliminando fácilmente el material suelto. Un mecanismo importante es el splash, es decir, el impacto de las gotas de lluvia contra la superficie del suelo. Cuando éste está saturado (encharcamiento en depresión), el choque de las gotas de lluvia contra él genera salpicaduras en todas las direcciones, movilizando cantidades significativas de sedimento. A medida que transcurre el tiempo, el suelo se apelmaza oponiendo una mayor resistencia al corte. La vegetación va colonizando las zonas más favorables y las precipitaciones se reducen en más de un 50% (tanto el número de días de precipitación como el volumen y la intensidad de las mismas decaen significativamente), lo que se traduce en una drástica disminución de la tasa erosiva. Al llegar el verano, la vegetación coloniza completamente el monumento y las lluvias disminuyen todavía más (la escorrentía es prácticamente nula), por lo que la tasa erosiva es inexistente. La concentración del sedimento es máxima con la primera escorrentía y durante los primeros meses de vida de las parcelas (o inmediatamente después de efectuada la retirada de la vegetación), ya que el material susceptible de ser evacuado es el que se encuentra suelto en el suelo seco. A medida que éste se va humedeciendo, la escorrentía tiene que ser más cuantiosa o recorrer una mayor distancia para dar lugar a concentraciones similares a las reseñadas anteriormente. Cuando hay vegetación se observan concentraciones bajas (incluso nulas) que tienden a disminuir a medida que transcurre el tiempo. Las plantas desempeñan un importante papel protector incidiendo sobre la infiltración, al mismo tiempo que frenan el impacto de las gotas de lluvia contra la superficie del suelo. Todo ello determina la brusca disminución de la escorrentía y, sobre todo, la caída de la tasa erosiva. La carga media oscila entre 1,01 y 1,133 gr/l., fluctuando entre los 2,8 gramos de noviembre y los 0 gramos de mayo y julio. Las concentraciones más elevadas se producen durante los dos meses posteriores a la instalación de la ladera (el sedimento está suelto), sobre todo al coincidir este período con los momentos más lluviosos del año (son precipitaciones de carácter tormentoso). A medida que transcurre el tiempo, la tasa de concentración se reduce drásticamente, ya que las partículas experimentan una importante compactación siendo precisa una mayor energía para movilizarlas. Todo ello coincide además con una importante disminución de las precipitaciones.

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6. Dinámica geomorfológica. Experiencias anteriores (Edeso et al. 1994, 1998 y 1999) nos permiten afirmar que los dos factores que controlan la dinámica hidro-geomorfológica de una ladera son el suelo y la cubierta vegetal. Sin embargo, en este caso concreto el suelo ha sido totalmente destruido desapareciendo sus horizontes, al mismo tiempo que se modifican sus características físico-químicas: cambia su textura y su estructura, disminuye su contenido en materia orgánica, se alteran su conductividad hidráulica, su transmisividad y su capacidad de infiltración. Este hecho, unido a la desaparición de la cubierta vegetal, favorece su rápido desmantelamiento, siendo el splash, la arroyada difusa, la arroyada laminar severa y la arroyada concentrada, los mecanismos geomorfológicos dominantes. Paulatinamente, a medida que transcurre el tiempo, la tasa erosiva disminuye drásticamente, ya que el suelo se apelmaza rápidamente y, al mismo tiempo, va siendo colonizado por la vegetación, lo que a su vez coincide con una importante disminución de las precipitaciones. Inicialmente, la micromorfología de la ladera favorece la formación de flujos, ya que la rugosidad es reducida y la primitiva red de drenaje ha desaparecido como consecuencia de la intervención arqueológica. Los primeros restos vegetales que se depositan en la superficie (hojas, tallos, pequeñas ramas…), incrementan la rugosidad, modifican la microtopografía y protegen los materiales detríticos del impacto de las gotas de lluvia. Este hecho, junto con los tallos de las plantas que tapizan la superficie, constituyen una serie de obstáculos que dificultan la circulación de los flujos hídricos superficiales, frenando su velocidad de circulación lo que se traduce en una menor eficacia erosiva. En estas condiciones, aunque la escorrentía siga presentando valores significativos, la tasa erosiva es escasa. Los procesos más intensos, y en consecuencia las pérdidas más elevadas, se producen inmediatamente después del acondicionamiento, ya que en estos momentos la cubierta vegetal es nula y el material está suelto oponiendo escasa resistencia a las aguas de arroyada. La primera escorrentía evacúa, en primer lugar, las partículas que se encuentran sueltas, de ahí que sea en estos momentos cuando se producen las mayores tasas de arrastre y los valores de concentración más elevados. Cuando la vegetación tapiza la superficie, se necesitan volúmenes de escorrentía o intensidades de precipitación mucho más importantes para producir nuevas movilizaciones de material, capaces de incrementar la carga, o bien es preciso que lluvia y escorrentía actúen conjuntamente. Las precipitaciones poco intensas (tipo sirimiri) y con un tamaño de gota reducido, son fácilmente controladas por el suelo, lo que determina reducidos/nulos valores de escorrentía, del coeficiente de escorrentía y de la tasa erosiva. A medida que se incrementa la intensidad/tamaño de gota, se observa que el suelo es incapaz de controlar la dinámica hidro-geomorfológica, siendo otros los factores que intervienen, pudiendo destacar la compactación/remoción del suelo (su influencia es decisiva sobre la tasa erosiva), el grado de saturación (incide sobre la escorrentía/coeficiente de escorrentía) y, sobre todo, la cubierta vegetal/presencia de restos vegetales muertos (controlan la circulación superficial de los flujos y el splash). Tal y como hemos señalado anteriormente, la infiltración es máxima con precipitaciones de larga duración y baja intensidad, ya que al ser la velocidad de avance del frente de infiltración lenta, puede realizarse el intercambio de gases con la atmósfera, de manera que el agua va descendiendo poco a poco en el perfil hasta alcanzar el geotextil. A partir de este punto se produce la saturación gradual del perfil (González 1992). Cuando la intensidad es elevada, el agua ocupa las capas superficiales, de manera que el aire queda comprimido bajo una zona saturada creando una capacidad de campo falsa y, en consecuencia, coeficientes de escorrentía elevados. Dependiendo del tipo de suelo y de las características específicas de cada zona, pueden establecerse unos umbrales de precipitación a partir de los cuales se genera escorrentía (Edeso et al. 1999 y 2000); en el caso concreto de Katillotxu V, los flujos superficiales pueden aparecer a partir de chubascos tormentosos que aporten volúmenes por encima de los 15 mm., siempre y cuando el suelo esté saturado. En definitiva, podemos afirmar que la respuesta hidrológica es una función compleja, vinculada a las condiciones climáticas y a determinados parámetros ambientales, tales como la cobertura del suelo, la humedad edáfica, la vegetación y la precipitación en todas sus formas (Ruiz-Flaño 1994).

7. Síntesis y resultados. La producción de sedimentos está determinada, sobre todo, por el volumen e intensidad de las precipitaciones, por la cubierta vegetal y por el factor tiempo, constatándose que las pérdidas más elevadas

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tienen lugar durante los primeros meses de vida de la parcela, que además coinciden con el período más lluvioso del año. A medida que transcurre el tiempo, el material más fácilmente evacuable ya ha sido eliminado, compactándose el resto, lo que determina una brusca caída de la erosión, que únicamente se revitaliza en períodos de lluvias intensas. Es la primera escorrentía la que determina las concentraciones y los arrastres más elevados, disminuyendo éstos con el tiempo y con el paulatino recubrimiento de la zona por la vegetación, sin olvidar la consolidación del suelo mencionada anteriormente. Teniendo en cuenta estos resultados podemos efectuar una serie de recomendaciones con el fin de minimizar los efectos de la erosión sobre el monumento megalítico. - Evitar las tareas más agresivas (limpieza y retirada de la vegetación, remociones del suelo) durante los meses más lluviosos del año que, por regla general, coinciden con el comienzo del otoño. - Potenciar y favorecer el desarrollo de la vegetación. Puede resultar interesante sembrar y mantener un césped de pequeño porte que no tape el yacimiento y, al mismo tiempo, cubra el suelo protegiéndolo de la erosión. Un mantenimiento mínimo de este césped (abonado periódico, corta e incluso riego en momentos secos) garantizaría la cobertura de la ladera y su protección ante los procesos erosivos. - La rugosidad juega un papel protector significativo. Dejar algunas piedras o restos vegetales muertos en la capa más superficial del recubrimiento ayudaría a su conservación. - Aunque cada caso es distinto, en aquellos enclaves en los que el contenido en materia orgánica del recubrimiento sea muy bajo, podría añadirse esta materia con el fin de mejorar los agregados del suelo, su fertilidad e infiltración. El incremento de materia orgánica disipa la energía cinética de las gotas de lluvia, aumenta la resistencia del suelo a la erosión, ya que genera agregados más grandes que no se disgregan fácilmente al recibir el impacto de las gotas de lluvia. Su mayor tamaño también dificulta su arrastre por parte de los flujos superficiales y favorece la infiltración. - Podría resultar de interés efectuar pruebas con diversos tejidos vegetales más permeables sustituyendo el geotextil que funciona como un nivel de base relativamente impermeable.

Agradecimientos: El estudio de determinación de la tasa erosiva en el dolmen de Katillotxu V, fue financiado por el Departamento de Cultura de la Diputación Foral de Bizkaia en 2009, dentro del proyecto “Estudios para la conservación y publicación científica del dolmen de Katillotxu V (Mundaka)”. Agradecemos a Jesús España Yandiola (Área de Hidrología del Departamento de Medio Ambiente de Diputación Foral de Bizkaia) su amabilidad y rápida respuesta a nuestra solicitud de los datos de precipitación media diaria registrados en las estaciones de Muxika, Mundaka y Ereño. Gracias también a Juan Carlos Zallo Uskola, por su colaboración en el proceso de toma de datos en las parcelas instaladas en el monumento de Katillotxu V.

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