¿Cómo sería el Santero?
Descripción
¿Cómo sería el Santero?
Esto me preguntaba antes de ver el film El Santero dirigido por Amílcar Tirado y bajo el libreto de Ricardo E. Alegría en la época del 1950 en Puerto Rico. Cuan diferente sería en mi mente este personaje; como muestra de una deidad artística puertorriqueña. Al ver la película la pregunta evoluciona en mi mente inquisitiva de ¿cómo sería el santero? a ¿cómo este personaje se enfrenta a una lucha por la supervivencia cultural de Puerto Rico, y nuestra identidad como pueblo CaribeAntillano?
Para analizar mejor el film “El Santero”, habría que ver primero su contexto y momento histórico en la década del 50. Década en la que vemos la separación del Instituto de Cultura, DIVEDCO, la Universidad de Puerto Rico en su relación política y de administración publica y/o de política pública. La DIVEDCO, entidad que tuvo a su cargo la creación de esta obra, tiene una visión algo contradictoria, muy bien analizada en el trabajo titulado: Negociaciones Culturales: Intelectuales Puertorriqueños en proyectos de educación continua auspiciado por estado (1948-1968) de la Dra. Cati Marsh Kennerley, y cito: “De hecho, el nuevo estado necesitaba un sitio para establecer el comienzo de fechas simbólicas, para celebrar y legitimar la nueva nación puertorriqueña. La estrategia, fue entonces usar la fundación o creación del ELA para crear [1]instituciones que pudieran construir la cultura de la nación (sin estado de soberanía) mientras el estado se constituía así mismo”¹.
Además de esto vemos el movimiento histórico-político del Partido Popular Democrático y su impacto indirecto para con el film y su director por el entorno político partidista y gobierno del “momentum”.
Esta pieza fílmica del 1956; producida por el Departamento de Educación, División de la Educación a la comunidad (DIVEDCO), en conjunto con la Universidad de Puerto Rico; de 16mm, narrada, a color y de 27 minutos de duración; demuestra fiel y fidedignamente el sentir subjetivo de un Puerto Rico colonial y su impacto industrializan te en el puertorriqueño. Este tipo de film en Puerto Rico fue necesario y no en otros países hispano parlantes, para trabajar con nuestra segunda conquista y el poder contestar la gran pregunta ¿Qué somos y hacia dónde vamos? el haber tenido la oportunidad de ver y apreciar esta pieza de arte cinematográfica única en su clase despertó un gran interés en mí.
El momento histórico en el cual se desarrolla este film es la turbulenta década de los cincuenta. Década de numerosos acontecimientos importantes para Puerto Rico. Durante este periodo se elige al primer gobernador puertorriqueño, se desata una revuelta nacionalista, miles de puertorriqueños participan en la guerra de Corea, y se comienza a transformar económicamente a Puerto Rico de una sociedad agraria a una industrial. Todos estos eventos históricos tienen que haber impactado al director Amílcar Tirado y a los participantes del film.
Ya que contamos con un marco histórico-político de la época, conoceremos más de cerca a nuestro protagonista: “El Santero”, su verdadero nombre es Zoilo Cájigas Y Soto Mayor, espectacular artista y actor. Es pues en este artista mayor que se centra la trama de este “documental-dramático” singular en su expresión simbólica. Utiliza sabiamente a un actor mayor con experiencia en la talla de santos y la confección de otras artesanías y manualidades puertorriqueñas.
El personaje del Santero deja ver en su rostro, a un hombre humilde y santo en práctica sin perder su profunda mirada y su parecido increíble con Don Quijote de la Mancha con características de un apóstol. Este marco histórico-teórico es creado por el director con toda intención de impactar al público, en este caso al cine entusiasta. Nuestro Don Quijote artesanal; es quien con su “demeanour” característico de sus virtudes y defectos representa y caracteriza a un estricto artesano.
Citando pues el artículo titulado: “El ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha” de la profesora de Castellano E. Media, Sonia Carrasco Z. Explica la vida de Don Quijote que a mí entender tiene gran similitud con nuestro artesano. Cito: “La vida de Don Quijote está dotada de magia y aventura, lo que impulsan al héroe a ser convincente al mostrar que la vida puede ser mucho más que un ir y venir. Todos quienes se rieron de Don Quijote, en algún momento deben haber deseado disfrutar la vida y vivirla tan intensamente como lo hacía Don Quijote. ¿No es esa magia e intensidad de vivir lo que nos hace falta para sentirnos llenos de fuerza? Don Quijote nos invita a luchar contra lo rutinario, establecido y enmarcado; para lograr vivir la vida y no solo pasar por ella” [2]. Así mismo vemos la lucha intensa del Santero, de dejar tallada su marca en este mundo.
Vemos además una dualidad que existe tanto en el Quijote como existe en el personaje del Santero, para nuestra romántica visión de lo que somos. En el artículo: “El idealismo y realismo en el Quijote” su autor Ambrosio Rabanales del Instituto de Chile; dice y cito: “Es evidente que toda la obra de Cervantes el ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, puede ser considerada como la expresión literaria que muestra simbólicamente como pueden armonizar fuerzas contrarias. Se ha dicho con razón (Diego Pérez) “que si Sancho no existiera no concebiríamos a Don Quijote. Lo bueno se comprende por la presencia de lo malo, o lo sabio por lo necio; todo existe en relación con algo diferente; es la dualidad fundamental de todo lo que vive”. Pero la dualidad no es más que la manifestación de la unidad. La dualidad empieza en el dominio mismo de la conciencia, con la distinción entre “Yo” y “Aquello”, entre sujeto y objeto (sujeto conocedor y objeto conocido). Constituyendo así el fundamento de todo nuestro conocimiento y experiencia tanto interior como exterior”².
Del Santero obtenemos una increíble herencia, este hombre que con sus manos cortadas y abatidas construye todos los días obras espectaculares que algún día serán vistas como preciadas, cuando cada año, menos practiquen el arte. He aquí un gran legado fílmico de nuestra identidad romántica puertorriqueña que pasará de generación en generación aportando su idealizado arte, el arte más bello del mundo; el arte de ser “Santero”.
¿Y que es un santero? Una persona que hace de u pedazo de madera una talla de una imagen física, de una representación católica y/o cristiana costumbrista. Esta definición pueblerina no abarca toda la importancia del Santero en nuestra cultura, debemos entender además, que las manos de este héroe en la confección de artículos representan la supervivencia cultural de nuestro Puerto Rico; pero en el documental es cuestionada su utilidad e importancia hasta el final, dándole una rica muestra de expectativa discreta.
El director resalta nuestra necesidad de identidad cultural haciendo uso de escenas conmovedoras como cuando el Santero descansa su hacha sobre un árbol del cual desea sacar piezas para su arte, y en ese momento del árbol cae un cemí; el cual es recogido por una niña con rasgos indígenas (Tainos). Esta representación indígena es traída por esta niña vestida con una bata blanca, como si estuviera en la época de la conquista acabada de ser cristianizada e indoctrinada. Es decir una realidad del presente pero traída por un pasado que nos marca el paso hoy día. Es esta realidad actual a la que nuestro héroe o personaje principal “El Santero” expresa su lucha tenaz por preservar su arte y el deseo de que sea apreciado por todos.
Esta comparación del comienzo de una talla de santo con un Cemí fue majestuosa y simbólicamente impactante para la audiencia. Estos dos simbolismos enmarcan el sentir del director para con su público. Es en este renacer como pueblo Caribe Antillano que existe una supervivencia cultural continua y una identidad restablecida por cada obra artesanal presentada y/o expuesta en un museo, galería o feria de artesanías. El valor crítico literario de esta pieza de film de nuestra identidad como pueblo es único en el cine documental y la historiografía puertorriqueña.
Durante toda la obra podemos apreciar un sinnúmero de simbolismos. Analogías a las que se recurre para resaltar la importancia de nuestra identidad cultural. Podemos decir que esta obra fílmica está llena de simbolismos, por ejemplo: paralelismo de nuestra identidad cultural y la importancia de esta. Dignidad de las artesanías y su misterio mágico religioso; La pieza arqueológica Taina como muestra de nuestra supervivencia cultural.
Es importante también percibir en el film que el mismo desplazamiento industrial de la época estaba rechazando el trabajo importante y culturalmente necesario del artista puertorriqueño, conocido como “el Santero”.
Además, se demuestra la existencia de un problema de mayor envergadura social como la explotación de las masas y la industrialización continúa del 1950 en Puerto Rico acabando con el artesano y su subsistencia económica.
El film nos presenta el rechazo, por las piezas del artesano y la aceptación de las piezas económicas-industrializadas, mayormente aceptadas por el público. Donde lo mecanizado es más aceptado que lo artesanal. El deseo del artista puertorriqueño a ser escuchado también está plasmado en la obra.
El interés del director de impactar el medio ambiente artístico fue visto a través de la película. Existe una crítica a los rostros mecanizados e industrializados de las piezas confeccionadas por la competencia del Santero. Las caras de las piezas denotaban figuras prefabricadas de yeso rubias con ojos azules; impactantes vírgenes y santos norteamericanos o “agringados”; muestra de nuestra estupidez asimilista, pero socialmente aceptada e inculcada. Además de enmarcar una muestra de nuestros procesos etnográficos.
El carácter de esta obra fílmica expresa el sentir de un director puertorriqueño interesado en el quehacer boricua y su cultura, que intenta ser remplazada por un monstruo norteamericano que asimila y “estadounisa” al quehacer artesanal borincano por su influencia industrializan te. Aunque a la misma vez sea contradictorio para el director con su paradigma histórico y político, obligándolos a tomar posturas positivistas y políticamente aceptables para con el norte; como ya fueron explicadas y mencionadas en nuestra cita a la Dra. Cati Marsh Kennerley.
La obra “El Santero” fue creada para el público puertorriqueño ya que siendo puertorriqueños entendemos mejor su significado e importancia. Como también un puertorriqueño sabe la importancia de la Universidad de Puerto Rico y de su impacto académico e intelectual.
El uso de la Universidad de Puerto Rico en el film es la manera en la que el director expone lo académico; introducido a su vez por el factor museo; en otras palabras, si no eres aceptado en este mundo industrializado, mecanizado y aburguesado; tienes la oportunidad de este mundo abstracto y esotérico mejor conocido como la “universidad”.
Gran parte de este producto fílmico es grabado en la Universidad de Puerto Rico Recinto de Río Piedras, donde se encontraba el viejo museo de antropología, arte e historia de Puerto Rico. Es en esta institución donde nuestro héroe logra la aceptación de sus obras artesanales y es creada esta épica.
El director busca y logra demostrar la marcada diferencia entre el interés genuino del museo de la Universidad de Puerto Rico Recinto de Río Piedras por las piezas artesanales de nuestro Santero vs. el poco interés de nuestra gente “el pueblo” en el consumo de lo autóctono y la importancia ante el mundo de nuestra tradición, cultura y valores como pueblo. El mero desarrollo de este producto fílmico expresa un interés en la búsqueda del ser puertorriqueño y nuestra identidad como pueblo.
El coro de la Universidad de Puerto Rico es introducido sabiamente por el director para dar una apariencia especial a este cortometraje boricua. El majestuoso coro integrado por estudiantes de la Universidad de Puerto Rico imparte un carácter celestial en su aplicación y/o integración en las escenas; y denota el carácter mágico y espiritual del Santero.
Hemos visto el entorno histórico de la época en la que se desarrolla el documental, hemos conocido su personaje, la importancia de su arte como parte fundamental en nuestra sobrevivencia cultural, la influencia de la industrialización y la importancia de la Universidad en el apoyo a nuestro arte. Sin embargo, quisiera expresar mi opinión sobre un aspecto específico de este documental. El mismo no habla ni expresa ningún comentario sobre nuestra herencia Africana y su importante participación en nuestra cultura, idioma y religión, fue como si los negros esclavos nunca hubieran pisado suelo boricua. Esta exclusión por parte de nuestro director es parte del toque romántico dado al film.
Quisiera citar el artículo “La globalización y sus efectos: La identidad y posmodernidad” extraído de la fuente de comunicación cibernética y cito: “La globalización impacta en los procesos de identificación de la gente. Porque pone delante de ella a otro, individuo, que actúa como modelos para semejarse o diferenciarse. Es decir que, “… las nuevas sensibilidades y estilo de vida, la crisis de los sentidos, valores y creencias instituidos, el creciente privativo, neo narcisismo y hedonismo, en fin, las transformaciones culturales de la sociedad contemporánea, plantea la acción política cuestiones cruciales que afectan tanto su dimensión ética como institucional, entre ellas, la necesidad de reconstruir las identidades colectivas”[3].
No podríamos ser muy románticos hablando de negros esclavos vendidos al por mayor en una isla de cien por treinta y cinco. No se vería políticamente correcto aceptar un film en donde negros fueran parte de una cultura y un pueblo a punto de hacer un nuevo negocio; que diga, una nueva relación o tratado con otro país. La exclusión de este importantísimo grupo étnico traído del más allá para hacer el trabajo sucio del español; aportó grande mente a nuestra tierra y lo sigue haciendo generación tras generación. El no mencionar al negro como parte fundamental de lo que somos, tiene sus razones políticas, económicas y sociales en el momento que se creó este documental.
Solo nos presenta la importancia de nuestra herencia Española y Taina. Explicando un poco este punto, entiendo que el autor en su búsqueda de la virginidad de la isla utilizó la metáfora indígenas y la llegada de los colonos, para crear y adoctrinar una rutina histórico- románticacostumbrista en nuestras mentes. Esta es presentada por el director en las diferente tomas como una muestra del emplazamiento al monumento al Jíbaro.
Esta impresión de los cronistas de que solo existían indios pasivos y bien educados esperando con ansias de ser conquistados, educados, dominados, esclavizados y cristianizados da ganas de reír ante mi postura post moderna. Pero tenemos que respetar y entender que muchos educadores y profesores utilizan el mismo paradigma hoy día como la ley o la Biblia del historiador.
Es esta ley del romancesco español, la que expone a mí entender un solo lado de la moneda histórica en la que Puerto Rico estuvo sumergido por un largo tiempo y en gran medida todavía lo está. Es este lado de la moneda el que es explotado al máximo por el director para con su público popular. En torno a este particular quisiera citar a nuestros amigos Inés Mongil Echando y Luis Rosario Albert del Idilio Tropical titulado: Cine con un propósito y cito: “Hoy día estas películas representan una memoria visual de las transformaciones políticas y sociales que ocurrieron en la isla. Hace alrededor de cuarenta años. Para nosotros la colección refleja una expresión cinematográfica típicamente puertorriqueña, particularmente las cintas producidas durante los primeros quince años. Podemos afirmar que la División de Educación de la Comunidad produjo el cuerpo de películas más importantes del cine puertorriqueño y ejemplificó las posibilidades estéticas del estilo documentaldramático como parte de los propósitos específicos de un programa de educación de adultos”.
En conclusión; este documental fílmico intenta demostrar la esencia de nuestra gente su cultura, su identidad y la necesidad de preservar esta. No podemos dejar atrás la utilidad de piezas como esta para con la época, que recalcan nuestra puertorriqueñidad y nuestros valores como pueblo. La importancia de contar con "films" de índole socio-simbólicos son necesarios para mantener un balance en nuestro entorno asimilista; que cada día acapara y nubla más nuestra mente; introduciendo a su vez entes externos que se burlan y denigran lo que somos. La película fue hecha por puertorriqueños y para puertorriqueños y nosotros podemos sentir su valor e importancia en la historiografía y el cine documental de Puerto Rico. Para finalizar quisiera decir que desde su comienzo hasta el final este film es uno de índole romántico y está enfrascado en un tiempo y espacio que determinó y aceptó la venta de lo que somos y lo que seremos. Aceptando esta pasada premisa, todo el resto del rompe cabezas es nuestra historia.
[1] Cati Marsh Kennerly. Negociaciones Culturales: Intelectuales Puertorriqueños en proyectos de educación continua auspiciado por estado (MA, USA: Harvard Educational Review), 2003,[156]. [2] Sonia Carrasco Z. El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha. Extraído Marzo 5, 2005, de http://www.rvhost.com/ayudantias/quijote.htm. ² Ambrosio Rabanales. (1998) El idealismo y realismo en el Quijote. Extraído Marzo 5, 2005, de http://www.uchile.cl/instituto/anales/1998/est1.html [3] Verónica Cecilia Pralong. (1997) La Globalización y sus efectos. Extraido Marzo 7, 2005, de http://www.monografias.com/trabajos6/globa/globa.shtml Ricardo J. Blanco Guillermety, Ph. D
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