PUBLICACIÓN PERSONAL SIN EDITORIAL (España-2012)
¿CÓMO AFRONTAR EL FIN DE NUESTRO HOGAR TAL Y COMO LO CONOCEMOS HOY? DAMIÁN RUIZ-RAMONI
[email protected] Biólogo-Paleontólogo
__________________________________________________________ Al escuchar los comentarios de la gente mayor, se suele oír: ¡antes hacía más frío!, ¡el invierno duraba más!, ¡antes había más lluvia!... incluso los podemos escuchar en sentido contrario. ¿A qué hacen referencia estos comentarios? algo hoy es diferente a como estaba antes. Ya la realidad no está oculta para nadie; el tercer planeta del Sistema Solar está cambiando, “de nuevo”. El cambio ya nos golpea y se pondrá peor antes de “estabilizarse”. _________________________________________________________ ¿Qué cambia en nuestro planeta? Diversas publicaciones científicas muestran que tal cual dijera Mercedes Sosa “todo cambia”. Aunque los enfoques a este tema pueden ser varios, centraré la atención en una pequeña costra del planeta y el gas encima de ella: la biosfera y la atmosfera (porque es donde vive el ser humano). De los indicativos de cambio, los que más resaltan son los desajustes climáticos, el aumento en la frecuencia de desastres naturales y la extinción de especies. Toneladas de dinero y esfuerzo se han invertido, se están invirtiendo y serán invertidas en conseguir la “solución final” para esta crisis socio-ecológica mundial. El presupuesto y el esfuerzo humano que se ha puesto a trabajar, utiliza esta alarma con dos objetivos no necesariamente vinculantes: (1) Por un lado están los que ven en la crisis ambiental, una estrategia lucrativa. El márquetin de las empresas no ha perdido el tiempo y algunos ejemplos son: “al comprar esta prenda con el logo de
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reciclaje ayudarás al planeta”, “los combustibles ecológicos”, “X producto es biodegradable”. Nos bombardean la mente y los débiles, o no tanto, terminan diciendo: ¡hay que salir a comprar todo lo reciclable, consumir lo reciclable, aumentemos el consumo (pero solo de lo reciclable)! El tema siempre me ha recordado un capítulo de la serie animada “Los Simpson”, en la que uno de los protagonistas (Homero) es manipulado por las propagandas de una empresa de comida rápida con el fin de consumir una hamburguesa ecológica, la cual termina comprando y diciendo: ¡mírenme, estoy salvando el planeta! (2) Por otro lado, diversas organizaciones se han tomado la situación con la seriedad y responsabilidad que merece y están trabajando sobre el tema. Nombraría algunas pero alegremente hay muchas y no quiero darle crédito a ninguna sobre otra, pues todas cumplen una labor titánica. Otro bombardeo de información que no necesariamente es malo es cuando vamos por la calle o vemos la televisión y están los mensajes: no arrojar basura, reciclar, no contaminar, prohibido la extracción de X planta, preservemos a X animal o planta u hongo, SALVA EL PLANETA. Quedándonos con los que en verdad trabajan seriamente, ¿va la estrategia de ellos o las que surjan a detener el cambio al que se está sometiendo actualmente el planeta? La dura respuesta es NO. ¿Por qué no? la respuesta es tan sencilla como compleja “todo siempre cambia y nada es finito”. Hay que entender la estabilidad del planeta como una balanza en la que los recursos van de un lado a otro. Hay una famosa ley de la termodinámica que enuncia “todo tiende a su máxima entropía dentro de un sistema”. Eso quiere decir que todo tiende a un mayor desorden. Se invierte más energía en mantener algo estable que en desestabilizarlo. Nuestro sistema (i.e. nuestro planeta, nuestro sistema solar, nuestro universo) no escapa a esta ley; la balanza siempre se inclina a un lado o a otro. En realidad el cambio que estamos viendo forma parte de un continuo, que tiene sus altos y bajos. ¿Estamos en un alto? ¿Nos debemos angustiar porque el planeta está cambiando? La respuesta es de nuevo NO. La verdadera solución está en saber afrontar el cambio con responsabilidad. Es necesario tener presente que ya otras especies sobre el planeta se han enfrentado a lo mismo que nosotros hoy. En el registro paleontológico se han encontrado evidencias de cinco extinciones masivas desde la formación del planeta. En todas, más del 60% de las especies se extinguieron. La vida entró en crisis, pero lo superó. Tras cada extinción masiva nuevos grupos de seres seleccionados poblaron la biosfera en casi toda su
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totalidad. En todas ocurrieron cambios climáticos y cambios geológicos. Para algunas especies estos cambios representaron desajustes en su óptimo de vida. Para otras especies, estos cambios representaron mejoras en su óptimo de vida. Un buen ejemplo de ello fue el surgimiento del oxígeno molecular como componente fundamental para el desarrollo de la mayor parte de la vida. En un ambiente reductor, el oxigeno representaba una amenaza para la vida. Por diversos factores que no nombraré, se liberó oxigeno en la atmosfera. De poder haber pensado como los humanos, ¿qué pudieran haber dicho en ese momento los organismos? Seguramente estarían con dramas similares a los actuales. Pero lo que fue tan nocivo para algunos en el pasado es indispensable para la mayoría hoy. Esto es un ejemplo puntual nada más. Existen varios, unos más dramáticos que otros. Pienso que es necesario aclarar un tema: salvar la especie humana no es salvar al planeta y viceversa. Cada persona y cada organización que trabaje por preservar el planeta tiene que definir el criterio que quiere seguir: salvar la vida en general, salvar a una sola especie no humana, salvar al ser humano, o sus posibles combinaciones. Todo esto viene porque muchos piensan que al darle comida a todo el mundo, darle casa a todo el mundo, darle estabilidad a todo el mundo, es salvar el planeta. Esas acciones son necesarias y correctas, pero no hay que confundir conceptos. Incluso, si se piensa en todos los recursos necesarios para mantener correcta y felizmente a 7000 millones de seres humanos, salvar la especie humana no va a ser para nada salvar el planeta. Mi punto general es que la vida no se va a extinguir del planeta Tierra, o por lo menos, el cambio climático y la contaminación no van a ser los causantes. La vida que si conocemos hoy no será la misma dentro de unos años, ¿cuántos años? me gustaría saberlo. Ahora bien, aunque nos quedásemos quietos o aunque el maravilloso ser humano no impactara tanto sobre el planeta, el cambio seguiría. El cambio climático no es nuestra culpa, que las especies se extingan no es nuestra culpa, que hayan más terremotos no es nuestra culpa. ¡OJO!, pero ¿qué si hicimos nosotros y qué si es nuestra culpa? acelerar y elevar la magnitud del cambio, y contra ello si podemos luchar y encontrar soluciones. Podemos disminuir el impacto. Debemos hacerlo. Todos los cambios que hemos causado son en realidad parte de nuestra compleja naturaleza. Somos una roca que golpeó el planeta Tierra y movió bruscamente el equilibrio, somos la liberación de gases que eventualmente pueden dar paso a nuevas adaptaciones, somos un sinfín de presiones selectivas que forzamos y nos forzamos en la evolución, somos parte del planeta, todo lo que hagamos queda dentro de nuestra naturaleza. No tenemos que denigrarnos. Tenemos que utilizar el sapiens de nuestra
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especie y la capacidad de impacto que tenemos, para poder invertir más energía en disminuir el impacto del cambio. Debemos ser un cinturón de seguridad en un vehículo sin frenos. Una indicación importante: no porque el impacto sea inevitable, vamos a hacer lo que queramos. Responsabilidad y respeto hacia la vida deben ser nuestras doctrinas. El secreto para poder sobrellevar esta situación es tratar de hacerla lo más amena posible. Vivir y dejar vivir. Hacer que la vida sea de calidad. Aprovechar cada momento y cada situación. Conocer la vida que tenemos hoy. Lo que podemos hacer para salvar lo que tenemos hoy es documentar todo lo que sea humanamente posible, y en un futuro ver las maravillas que han pisado nuestra casa, tal y cual lo hacen hoy quienes estudian los que ya forman parte del pasado. Actuemos de manera menos lucrativa políticamente hablando, y pensemos que lo que podamos hacer hoy para sobrellevar el cambio es más lucrativo socio-ecológicamente hablando. Un nuevo impacto ya viene. Ya la vida se abrió camino en los pasados y se abrirá caminos en este. Damián Ruiz-Ramoni Biólogo-Paleontótolo (2013)
