COMMUNITY Y LOS FANS DEL SIGLO XXI

Mientras siga habiendo series excepcionales, como es el caso de Community, y el modo de producir y consumir televisión siga su rumbo hacia nuevas formas alternativas, creo que las siguientes preguntas -cuyas respuestas sabremos con certeza en los próximos años- son válidas para un posterior análisis:¿Existen nuevas (o reelaboradas) respuestas de parte de los fans para con las decisiones que toma “la industria” dentro de esta nueva configuración? ¿Los puestos de lucha y empoderamiento del fan se resignifican al participar de forma cada vez más activa en la lucha por la continuidad narrativa y estética de su serie favorita? ¿Las nuevas formas de consumir televisión y de comunicarse entre miembros de comunidades virtuales de fans aportan un cambio significativo para la construcción de identidades colectivas en diálogo con los centros de producción y distribución de los objetos culturales?Habría que pensar qué hay más allá de la convergencia digital: ¿espejos de colores? Por lo pronto, me permito calmar mis preguntas remitiendo a Grossberg: “El fanatismo es, aunque sea de manera potencial, el lugar del optimismo, la vigorización y la pasión que son condiciones necesarias para que cualquier lucha cambie las condiciones de nuestra vida” (GROSSBERG, ibid.)