Clvnia Svlpicia. Capital de un convento de la Tarraconensis.

July 5, 2017 | Autor: C. Bonete Vizcaíno | Categoría: Roman History, Archaeology of Roman Hispania, Roman Archaeology
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Descripción

CLVNIA SVLPICIA CAPITAL DE UN CONVENTO DE LA TARRACONENSIS

CARLOS BONETE VIZCAÍNO ARQUEOLOGÍA Y ARTE ANTIGUO EN LA PENÍNSULA IBÉRICA 1º HISTORIA E HISTORIA DEL ARTE

ÍNDICE 1. SITUACIÓN GEOGRÁFICA………………………………………………………..……………………………… 2 2. CLUNIA, CABEZA DE UN CONVENTO………………….………..……………….……..…….....…… 3 3. EL FINAL DE CLUNIA…………………………………………………..……………….……..……..……….. 4 4. HISTORIA. LAS EXCAVACIONES DE CLUNIA………………………………..….……………………… 4 5. EL CENTRO URBANO………………………………………………………………………….…………….…… 5 5. 1. EL FORO DE CLUNIA………………………………………………….………………………… 5 5. 2. LA CASA NÚMERO 1 O DE TARACENA…………………………………………………. 6 3. LA CASA DE CUEVAS CIEGAS…………………………………………………………………

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4. EL MACELLUM………………………………………………………………………………………

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5. LA CASA NÚMERO 3………………………………………………………………………………

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6. LAS TERMAS DEL FORO…………………………………………….…..…..………………… 7 7. LAS TERMAS DE LOS ARCOS……………………………………..…..……………………… 8 8. EL TEATRO……………………………………..……………………….…………………………..

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6. LAS NECRÓPOLIS………………………………………………………………………………..………………… 9 7. EL CULTO EN CLUNIA……………………………………………………………………………………………… 9 8. ESCULTURA…………………………………………………………………………………………….……………… 10 9. LA MONEDA EN CLUNIA………………………………………………………………….……………………… 11 10. CERÁMICA Y ORFEBRERÍA……………………………………………………………….…………………….. 12 BIBLIOGRAFÍA…………………………………………………………………………………….….……………………… 13 ANEXO FOTOGRÁFICO

1. SITUACIÓN GEOGRÁFICA Clunia, con 130 hectáreas, se caracteriza por ser la mayor ciudad romana en tamaño. Superaba a Tarraco y a Mérida (con 70 y 49 hectáreas, respectivamente)1. Se encuentra al extremo sudeste de la provincia de Burgos, en el término municipal de Peñalba de Castro y en las estribaciones de la sierra de la Demanda. Su amplia zona geográfica, en la que queda enmarcada, se haya limitada, por el Sur, por la línea del río Espeja, punto donde convergen los caminos romanos que circulan desde Uxama, hacia Cauca y Astorga.2 Fruto de estas vías de comunicación son los dos puentes que atraviesan el río Espeja, conocido el menor de ellos [fig. 1, núm. 4]. Por otra parte, en Hinojar del Rey, encontramos un conjunto visigodo acompañado de otro grupo de caminos, uno de los cuales nos conduciría a Peñalba de Castro. Desde este lugar, donde ya hemos mencionado que se encuentra Clunia, parte un trazado horizontal que lo comunica con Arauzo de Torre. Este camino recibe el nombre de Santo Domingo3 ya que el mismo recorría este tramo para visitar la ermita de la Virgen de Castro, todavía existente junto al foro de la ciudad romana. De hecho, el tercer domingo de abril, se celebra en Caleruega la Romería de la Virgen de Castro, que conduce su imagen hasta la ermita.4 Como hemos visto, todos estos caminos secundarios, integrados en la Gran Vía del Duero, conforman una amplia área arqueológica que toma como centro a Clunia, quedando la zona delimitada por Arauzo de Torre, Coruña del Conde, Hinojar del Rey, Quintanarraya y Peñalba de Castro. La Gran Vía del Duero tuvo una importancia histórica notable, no sólo en tiempos republicanos, sino sobre todo en las campañas de Augusto contra cántabros y astures, y -posteriormente- durante el Bajo Imperio.5 Conocemos esta ruta gracias al Itinerario de Antonino, llegado a nosotros a través de una versión de Diocleciano. A partir de Caesaraugusta se remontaba el Ebro hasta llegar, pasando por Numancia y Uxama, a Clunia.6 Además tendríamos una red abundante de caminos secundarios que involucran a la capital del convento como la vía de Caesaraugusta a Asturica.7 Finalmente, para cerrar el apartado geográfico, es importante aludir a los dos puentes de Coruña del Conde, dos ejemplos únicos en el área de Clunia que participaban en el complejo sistema romano de comunicación. Son pequeños puentes de tres ojos, con contrafuertes y tajamares de bella cantería, apoyadas las pilastras en basamento moldurado. El más cercano al pueblo (núm. 2) ha experimentado sucesivas transformaciones y reconstrucciones, que han alterado su estado original. [fig.2, 3].

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Morín de Pablos, Jorge; Martín Mompeán, J. Luis; Pérez-Juez Gil, Amalia: La Hispania Romana: Clunia Sulpicia, la gran desconocida. Revista Restauración & Rehabilitación, nº23, 1998. 2 De Palol, Pedro: Clunia. Historia de la ciudad y guía de las excavaciones. Valladolid, 1994, p. 11. 3 Santo Domingo de Guzmán. 4 Diego Carro, P. Venancio: Domingo de Guzmán. Historia documentada. Madrid, 1973; Peláez, Antonio: Cuna y abolengo de Santo Domingo de Guzmán. Madrid, 1917; Hernando del Castillo: Historia General de Santo Domingo y su Orden de Predicadores. 1584. 5 Sbarbi, José María: Situación de Clunia. Manuscrito del obispo de Osma, D. A. B. Calderón, escrito en 1787. Boletín de la Sociedad Geográfica de Madrid, 1871, pp. 56 y ss. 6 A. Trigueros, Jesús María: El Itinerario de Antonino. Revista Técnica de la Asociación Española de la Carretera, ed. AEC, 2010. 7 Sánchez Albornoz, Claudio: Calzadas de Clunia a Cantabria (apéndice II a La campaña de Morcuera). Anales de Historia Antigua y Medieval, Buenos Aires, 1948.

2. CLUNIA, CABEZA DE UN CONVENTO Poco conocemos de los orígenes de esta ciudad pero sabemos que su actividad empezaría a tomar forma con el término de las guerras cántabras, cuando Augusto reorganizó el territorio. Con esto, Clunia pasará a ser, como ya hemos comprobado, el centro de un importante nudo de comunicaciones. Aunque el programa de ordenación territorial puedo estar diseñado por Augusto, es seguro que se llevó a la práctica con Tiberio. Por ello, la condición de municipium se contextualiza en tiempos de su sucesor. Varios argumentos nos llevan a afirmar esto último: los cortes estratigráficos y las piezas cerámicas8; las acuñaciones municipales hispano-latinas que vienen ligadas a Tiberio e imitadas, finalmente, por Claudio I9; ausencia de sistema monetario municipal en tiempos de Augusto mientras que sí lo encontramos en la Celtiberia y el Ebro medio y alto.10 Clunia fue, durante todo el siglo I y II, la capital de uno de los siete conventos de la provincia Tarraconense11 que se compuso, históricamente, de dos ciudades. Por una parte un establecimiento prerromano hispano, dentro del grupo celtíbero de los arévacos, quienes actuaron contra Roma, aliándose con Numancia. Por otra, la ciudad propiamente romana. En relación a estas dos ciudades, no quedan claro sus emplazamientos en cuanto a la superposición. Además se encontraron restos indígenas en Alto del Cuerno que podrían desviar la localización primigenia al SE de la Clunia romana. No obstante, no podemos afirmarlo. En lo referente a la Clunia celtibérica, tenemos poca información. Livio12 nos dice que fue asediada por Pompeyo en su lucha contra Sertorio, pero tuvo que abandonar debido a las salidas de Sertorio y al duro invierno. Exuperancio (Op. 8, 25)13 y Floro (Epítome… II, 10, 9)14 aluden a Pompeyo, que terminará conquistando Perpena. No tendremos noticias hasta el año 56, tiempo en que Roma no había conseguido derrotar a los aliados de los vacceos. Además, Dion Cassio15 nos cuenta la tregua que el invierno castellano impuso al general romano. Sin embargo, la romanización terminaría llegando un año después, en pleno triunvirato, cuando el legado de Pompeyo, Afranio, redujo a vacceos y arévacos, y con ellos a Clunia. El papel desempeñado en las guerras hizo tener a Clunia un puesto privilegiado que haría pensar a los romanos en quedarse allí. De esta forma, en el año 68 d.C., el nombre de la ciudad vuelve a aparecer en ocasión de la revuelta contra Nerón. El motivo fue Severo Sulpicio Galba, quien sabiendo que había muerto Nerón, salió a Roma en busca de su diadema imperial. No sólo otorgó su nombre a la ciudad sino que a él se debe la creación de la famosa Legio Gemina, 8

Taracena Aguirre, Blas: La cerámica de Clunia. Anuario de Prehistoria Madrileña, vol. II-III, Madrid, 1931-1932, pp. 83-92. 9 Gurt Esparraguera, J. M.: Las monedas de Claudio I en Clunia. Pyrenae XI, 1975, pp. 109-125. 10 De Palol, Pedro: Clunia, cabeza de un convento tarraconense. Arqueología de las ciudades perdidas, Barcelona, Ed. Salvat, 1988, pp. 1337-46. 11 Blázquez Martínez, J. María: Estudios de arqueología, historia y arte. Madrid, 2000, 378-409. 12 Plinio: Naturalis Historia (III, 4, 26-27). 13 Exuperantio, J.: Iulii Exuperantii Opusculum. Naevis Zorzetti, Leipzig, 1982. 14 Floro: Epítome de la Historia de Tito Livio. Madrid, Ed. Gredos, 2000. Introducción, traducción y notas de Gregorio Hinojo Andrés e Isabel Moreno Ferrero. 15 Dion Casio: Historia romana, Libros XXXVI-XLV. Madrid, Ed. Gredos, 2004. Traducción y notas de José Mª Candau Morón y Mª Luisa Puertas Castaños.

antes llamada Legio galbiana, nacida de la necesidad que tenía Galba para hacer frente a Nerón. Esta legión estaba compuesta por hispanos de forma que se la denominó Legio hispana, y desde el 74 fue la única presente en la Penínula.16 Volvemos a su condición de centro administrativo para subrayar la importancia militar, pero también agrícola (explotación extensiva de trigo), que Clunia suponía para Roma. No tenemos claro la cantidad demográfica que acumulaba pero basándonos en los datos del teatro, uno de los edificios con mayor aforo, podemos fijar la cantidad de población cluniense en torno a las 40.500 personas.17 La urbe de Clunia iría en aumento hasta la crisis del siglo III y, posteriormente, volvería a ser un gran centro económico en tiempos de Constantino. Su carácter administrativo vendría atestiguado por las termas en Los Arcos y por el amplio foro. 3. EL FINAL DE CLUNIA El núcleo mejor conocido hasta entonces, junto al Foro, fue parcialmente destruido alrededor del siglo III. No sabemos a ciencia cierta cuáles son las causas que pusieron fin a Clunia pero la fecha de la primera destrucción, puesta en relación con monedas acuñadas desde Galieno hasta Magna Urbica y Carino18, coincide con las invasiones francas. Sin embargo, quizás sólo se trataba se campesinos bagaudas que saqueaban en caminos que se volvieron inseguros. Como ya hemos mencionado, la reacción económica en tiempos de Constantino se ve patente en la reconstrucción de los mosaicos de la casa número 1, llamada “Palacio” por Taracena. Además, la casa número 3, en concreto la habitación WI, proporciona ricos materiales como monedas y cerámicas, que atestiguan un crecimiento en torno al siglo V d.C. La conclusión histórica –repetida en el Foro y otros edificios deteriorados- es muy importante para señalar el inicio de la decadencia de Clunia como centro administrativo, después de la crisis del siglo III. La reutilización del espacio para las necrópolis así como las extensas zonas deshabilitadas ya en los siglos VI y VII explican, al menos parcialmente, el final de Clunia. 4. HISTORIA. LAS EXCAVACIONES DE CLUNIA El interés arqueológico por el emplazamiento comienza en el Renacimiento, si bien las excavaciones no se producen hasta nuestros días. A partir de los siglos que ponen fin a su condición privilegiada, Clunia se convierte en cantera, siendo utilizada para construir los edificios cercanos, por ejemplo el castillo de Coruña del Conde. Hasta hace poco tiempo, la urbe se hallaba en una situación de expolio acusada. Prueba de ello es el mapa de Loperráez en el año 1788, que muestra el trazado de las calles repletas de columnas y murallas. Ahora, sus restos han sufrido una enorme reducción sistemática debido al expolio pero también al esfuerzo por obtener mejores cosechas de esta árida tierra.

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De Palol, Pedro: Clunia. Historia de la ciudad y guía de las excavaciones. O. c., p. 19. Consideramos la capacidad del teatro como equivalente a 1/4 ó 1/5 de la población total. 18 Trapote, Mª Carmen; Martín Valls, R.: Los hallazgos monetarios en Clunia de 1958 a 1964. Monografías Clunienses I, Valladolid, 1965. 17

Las excavaciones arqueológicas de la urbe comienzan en 1915, bajo la dirección del sacerdote D. Ignacio Calvo, que publicó una Memoria Oficial19. Calvo puso en relieve las principales estructuras pero abandonó más tarde el yacimiento, quedando este expuesto a la retirada de mármoles y piedras por parte de los autóctonos. Esto ya no volvería a pasar con Taracena, quien en 1931 halla la casa número 1, también llamada “el gran Palacio”. A partir de este descubrimiento se evidencia la importancia de Clunia y, declarándose Monumento Nacional, será protegida por un guardia. Finalmente se producirá otro estancamiento, motivado por las guerras, que tendrá fin en 1958, cuando P. del Palol pasa a ocuparse del complejo llevando a cabo un profundo análisis del mismo durante más de 40 años. 5. EL CENTRO URBANO El final de la época tiberiana va a marcar el inicio de la actividad constructiva, visible en el Foro, el Templo de Júpiter o la taberna número 8. El centro de la ciudad va a estar marcado por el primer edificio citado, sus templos, así como el cardo y el decumanus. Al este del mismo conjunto se encuentra la casa número 3, con magníficos mosaicos, y las termas. 5.1. EL FORO DE CLUNIA El Foro de Clunia fue monumental y se construyó cuando la ciudad ya gozaba de una absoluta estabilidad. Por tanto, el Foro y los demás edificios públicos se hallan sobre otras casas pertenecientes a un primer momento de la ciudad. Las excavaciones ponen en relieve que la gran plaza pública corresponde a tiempos de Claudio20, mientras que, en sus niveles inferiores, atestiguamos restos antiguos de la casa núm. 3, probablemente de tiempos de Tiberio. Además, junto al Foro, un macellum de niveles flavios se encuentra, hoy en día, bajo la hospedería de la ermita y, una gran basílica lo flanquea en su lado norte. Las dimensiones del Foro hacen referencia a 160 metros de largo por 115 metros de ancho21 [fig. 4]. Su función es jurídica, debido a la basílica del lado Norte, y religiosa, por los templos22 que alberga. Su disposición interna se compone de pequeñas estancias rectangulares, todas ellas iguales, que corresponden a tabernae o templos, escondidos detrás de un pórtico columnado. Estas tabernae, entre las que se introducen tres templos (o templo tripartito), suponen más de 2/3 de la longitud del foro y se interrumpen para colocar el pórtico posterior al gran templo central del que más tarde hablaremos. Aunque están muy destruidas, se conservan restos de mármol, jambas y entradas, pero carecen de pavimento. La Basílica, que ocupa todo su lado norte, se dispone en tres naves, separadas por dos hiladas de columnas paralelas cuyos basamentos han aparecido en parte. Es importante señalar la existencia de un posible aedes Augusti, que presenta restos de una escalinata de acceso y una forma absidial enmarcada en un fondo rectangular. En el centro de la estructura podía haber un apoyo de una estatua o el soporte del tribunal. 19

Calvo, Ignacio: Excavaciones en Clunia. Madrid, Memorias de la Junta Superior de Excavaciones y Antigüedades, v. 3, 1916. 20 Las monedas de Claudio indican que en su época ya debería estar totalmente construido. 21 De Palol, Pedro: El Foro romano de Clunia. Los Foros romanos de las provincias occidentales. Madrid, 1987, pp. 153-163. 22 Ver EL CULTO EN CLUNIA.

La cerámica hallada ha sido escasa, si bien los hallazgos numismáticos han proporcionado mucha información. El hallazgo más importante se da en el ángulo NO de la entrada del ambiente número 12, con la aparición de 20 áureos imperiales.23 Por otro lado, los restos epigráficos honorarios que pudiera tener este edificio se han encontrado totalmente destruidos. Sin embargo podemos destacar la inscripción dedicada a Cayo Valerio Sereno, hijo de Cayo, de la tribu Galeria, por su tía Valeria Atta (taberna núm. 14).24 Para terminar con esta edificación, identificamos su tipología con la del norte itálico y provenzal de los primeros tiempos imperiales y, entre algunos ejemplos parecidos, se encuentran el de Velleia (Módena) o el de Herdonia (Ordonna). 5.2. LA CASA NÚMERO 1 O DE TARACENA Al NE del Foro se encuentra la casa excavada por Taracena, rectangular y de amplias dimensiones. Hay tres zonas distintas: la primera es una zona central con habitaciones dispuestas en torno a un rectángulo donde encontramos bellos mosaicos, de teselas de cerámica, y un friso de entrada floral que se incorpora a la decoración arquitectónica en época augustea –teatro de Arlés- y con posterioridad en la Maison Carrée de Nimes25; la segunda es un conjunto, adosado al norte del primer grupo de habitaciones, estructurado en torno a un patio rectangular con peristilo, con un triclinio y un tablinum en su lado menor con exedra en arco de herradura (su mosaico del siglo IV se expone en el M.A.N)26; en el ángulo SE, junto al decumanus, vemos una serie de habitaciones con sótanos [figs. 5,6,7] que comunican con cisternas, hornos de cocina, etc. La casa estuvo decorada con pinturas murales de tipo de plafones con temas florales geométricos. 5.3. LA CASA DE CUEVAS CIEGAS Estas ruinas fueron, nuevamente, descubiertas por Taracena, al borde de la meseta, en el Sur. La parte sur de la casa está cortada por un acantilado, por lo que su reconstrucción es inviable. Aun así, podemos diferenciar tres partes: en el centro un atrio amplio con impluvium y cisterna; en la zona Este de la vivienda un oecus y habitaciones; en el Oeste un muero corrido da salida a la calle. 5.4. EL MACELLUM Bajo la planta de la actual ermita de Ntra. Señora de Castro yace un edificio público interesante. La fábrica es rectangular, terminando, al Norte, en un muro semicircular. En el centro de este muro se abre una entrada caracterizada por un pórtico con tres columnas o pilastras, de las que se conservan los basamentos. A ambos lados de esta entrada, hasta los 23

De Palol, Pedro: El tesoro de áureos imperiales de Clunia. Monografías clunienses III, Barcelona, 1974. De Palol, Pedro; Vilella, J.: Clunia II, La epigrafía de Clunia. Madrid, Excavaciones Arqueológicas en España, 150, 1987. 25 Barrera Antón, J.L. De la: La decoración arquitectónica de los Foros de Augusta Emerita. Roma, 2000, núms. 76-77 y 91-93. 26 Madrigal Belinchón, Antonio; Sáez Lara, Fernando: Museo Arqueológico Nacional. Un paseo por la historia. Madrid, Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, 2001, pág. 148. 24

muros del semicírculo, se extienden sendas cámaras triangulares [figs. 8,9]. El otro extremo del edificio es recto, sin ninguna apertura, ya que da la espalda a la casa núm. 3. No sabemos la función de este edificio, pero su importancia queda atestiguada en su amplia planta y en la riqueza ornamental de sus cornisas. Además mantiene paralelismos con el macellum de Gigthis en Tripolitania (Túnez) o en Timbag (Numidia).27 Por otro lado su cronología apunta a tiempos de Flavio, con tendencia a finales del siglo I, ya que se asocia abundante sigillata hispánica y fragmentos de los alfareros indígenas de Los Pedregales, ambos de la segunda mitad del siglo I. 5.5. LA CASA NÚMERO 3 De la casa núm. 3 podemos destacar el pequeño oecus, decorado con pinturas murales que da paso, hacia el Este, a otras estancias en las que se encuentra un praefurnium, y que, en el Norte, queda cortado por la exedra lateral del macellum. La ermita, ya conocida, se edificará encima de esta construcción, la cual sigue hacia el Oeste para incidir con el cardo lateral del Foro. El paso del tiempo provocó el abandono de ciertos espacios, los cuales se sellaron con adobe. Este factor nos ha permitido obtener un fragmento de una placa de bronce con un texto jurídico y, con una cronología posterior (siglo IV), una serie de cerámica hispánica tardía, de gran valor. Además, en esta casa se encontró un tesoro monetal del siglo III, así como un bello mosaico conocido como el “mosaico de las cráteras”28. Localizado en la habitación 8, se compone de 8 círculos cruzados, dentro de otro mayor, y en ellos se inscriben sendas cráteras, al igual que en los triángulos resultantes del tema central y las bandas laterales [figs. 10]. Por último, también debemos mencionar el mosaico de los nudos de Salomón [fig. 11]. 5.6. LAS TERMAS DEL FORO El muro recto que separa la casa núm. 3 en el SE corresponde a unas pequeñas termas [figs. 12], las cuales no sabemos si mantenían relación con la última casa estudiada. Sin embargo, se han hallado dos entradas desde cardo del foro. Por la derecha de unos de los pasillos que nos introduce a las termas, penetramos en una gran sala, frente a la cual, y junto al apodyterium, identificamos una sala pavimentada con opus signinum y lajas de mármol. Ésta, denominada tepidarium, da lugar, a su vez, al frigidarium cubierto con un mosaico y una piscina cuya agua desemboca por un desagüe abovedado por debajo del mosaico. En otras estancias de estas termas se descubrió una escultura ecuestre, que mostraba la destrucción a la que había sido sometida esta zona.

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De Palol, Pedro: Clunia. Historia de la ciudad y guía de las excavaciones. O. c., pp. 58-59. Navarro Sáez, Rosario; Rodríguez Calero, Antonio: El contexto del mosaico de las cráteras de Clunia. Girona, Annals de l’Institut d’Estudis Gironins, vol. XXXVII, 1996, pp. 673-685. 28

Por otro lado el abastecimiento de agua, para una ciudad que no tenía acueducto, se llevaba a cabo gracias al subsuelo kárstico de la Cueva de Román [fig. 13], cuyo aprovechamiento se constata a través de los pozos localizados en la superficie y los de tipo cegado.29 5.7. LAS TERMAS DE LOS ARCOS Entre el Foro y el teatro hay un conjunto de ruinas llamadas los “Arcos”. Éstas siguen una simetría marcada por un eje longitudinal a modo de las termas imperiales, como las de Tito (Roma) o Mactar (Túnez). Las excavaciones han confirmado la hipótesis de Calvo, quien pensaba que las termas estarían configuradas por dos grandes edificios. En efecto, desde 1978, se conocen los “Arcos II”. En primer lugar tratamos los “Arcos I” [fig. 14], con 55 metros de anchura por 95 metros de longitud. Su entrada consta de un pórtico semicilíndrico, que marca la anchura de la nanatio. Encontramos gran cantidad de mosaicos como los del apodyterio, al Oeste de los Arcos I, o el del águila, en el paso de la palestra al apodyterio [fig. 15]. Exteriormente, visualizamos a la derecha un lacónicum cilíndrico y, a la izquierda, unas letrinas para el desagüe. En segundo lugar, el conjunto termal de los “Arcos II” viene definido, según su orden de aparición, por una estancia de planta octogonal, apodyterio de grandes dimensiones [fig. 16], que tenía una cúpula de arista, construida con dovelas y bloques de travertino. Una gran parte del suelo conserva los antiguos mosaicos que dibujan formas octogonales concéntricas en blanco y negro. Al lado Oeste de esta estancia, encontramos un espacio cuadrangular, que podría apuntar a unas posibles letrinas. La entrada a las termas se realiza por un gimnasio o palestra y al lado de la habitación octogonal divisamos un frigidario con ábside adosado, este último cubierto por un mosaico que toma como tema una procesión marina (thiasos marino) integrada por toros y caballos que son montados por Nereidas o Tritones [fig. 17]. 5.8. EL TEATRO Este edificio público se encuentra en los límites de la meseta caliza de la ciudad [fig. 18]. Su aspecto actual es esquelético y se conserva una parte importante de la cavea -la más extensa en Hispania (9.200 localidades)30- de la cual tenemos únicamente la parte superior, summa, hecha en roca y no en mampostería, material empleado para la ima. Los muros conservan los agujeros para sujetar las vigas, y los contrafuertes para mantener el paredón en pie. Una hilera de pilares rectangulares nos da la entrada lateral del edificio, desde un nivel inferior al de la orchestra, por el muro del postscaenium. La excavación de este último muro, unida a las cerámicas encontradas, nos ayudan a establecer la cronología del teatro en torno a los siglos I y parte del II d.C., junto con la construcción del gran Foro.31

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Cuesta Moratinos, M. R.: Recursos hídricos, sistema kárstico y gestión del agua en la Colonia Clunia Sulpicia. Tarragona, ICAC-Universidad Rovira i Virgili, 2012. 30 Morín de Pablos, Jorge; Martín Mompeán, J. Luis; Pérez-Juez Gil, Amalia: Op. cit., pág. 56. 31 De Palol, P.: El teatro romano de Clunia. Simposio sobre teatros romanos de Hispania. Mérida, 1980.

La decoración corintia de los capiteles y las columnas con órdenes superpuestos, junto un fragmento de togado en mármol (Museo Monográfico), y una inscripción dedicada al numen del teatro (M.A.N) constituyen los elementos artísticos más importantes encontrados dentro de esta construcción. La fecha de la desaparición del edificio se encuadraría en el siglo V d.C., siendo ya en el II reformado y adaptado para el espectáculo de fieras. 6. LAS NECRÓPOLIS Como suele pasar, muchos de los edificios romanos son reutilizados, posteriormente, como necrópolis. Desde el siglo IV al VII, encontramos una de ellas, que se extiende en los niveles superficiales de la Casa núm. 3 y en muro Oeste de la ermita. Se han localizado 24 enterramientos, algunos de ellos superpuestos. La cronología sobre el último momento de esta construcción es dada gracias a los hallazgos de unos broches de cinturón visigodo [fig. 19], correspondientes al siglo VII, uno arriñonado y otro de placa y hebilla rígida sin decorar. El estudio antropomórfico de 20 esqueletos ha demostrado una influencia racial nórdica que evidenciaría su procedencia visigoda.32 En el caso del acceso del sureste, en la zona de Cuevas Ciegas, podemos atestiguar restos de un posible mausoleo y también necrópolis que se asocian a una calzada procedente del sur.33 Esto se relacionaría con la costumbre romana de ubicar las tumbas junto a las vías de acceso.34 Por último, muestra del deterioro y abandono del teatro, serían los expolios y la aparición de una necrópolis de inhumación tras el postscaenium, datada en el siglo V d.C.35 7. EL CULTO EN CLUNIA La vida religiosa y el culto capitolino en la ciudad se desarrollan en los edificios del Foro. Ahora bien, es muy difícil describir sus tipos, pues se hallan en un estado considerable de destrucción. Estos templos debieron construirse en tiempos julio-claudios, quizás antes de Nerón. En todo caso, el templo de Júpiter, en el foro, parece anterior a Galba. El culto al emperador también está presente en Clunia, tanto desde un punto de vista epigráfico como arqueológico. Una inscripción, descrita por Loparráez36, dedica un epígrafe al Divino Augusto. Además, encontramos otra inscripción dedicada a Calvisius Sabinus, magister y flamen de Roma y del Divino Augusto, así como otra dedicada a Minerva. Esta última se encontró en el Templo de Júpiter, situado en el interior del foro. Se trata de un conjunto de ruinas de las cuales podemos distinguir el gran pódium con sus hiladas de piedra y 32

De la Iglesia, M.A., Tuset, F.: Clvnia Svlpicia. Ciudad romana. Burgos, Diputación Provincial de Burgos, 2012, pág. 101. 33 Del Olmo Martín, J.: Arqueología Aérea en Clunia. Revista de Arqueología, (244), 2001, pp. 6-9. 34 Beltrán de Heredia Bercero, J.: La via sepulchralis de la plaza Vila de Madrid. Un ejemplo del ritual funerario durante el Alto Imperio en la necrópolis occidental de Barcino. QUARHIS, Época II, (3), 2007, pp. 12-63. 35 De la Iglesia, M.A., Tuset, F.: Op. cit., pág. 100. 36 Loparráez, J.: Descripción histórica del Obispado de Osma, II. Madrid, 1788, p. 349.

algunos de sus basamentos. Su planta no es estrictamente rectangular ya que en su extremo posterior distinguimos una exedra o ábside [fig. 20]. Esto no era nada común en un templo romano de principios del Imperio, momento que nos haría pensar en el templo de Vienne o en la Maison Carrée de Nimes. Los lados mayores longitudinales tienen unas escaleras que dan acceso al podio desde una dirección trasera. En su parte lateral, se distingue un pórtico columnado. Además, se halló la existencia de una cisterna a la cual se accedía mediante una escalinata y en el interior de la cual habían cerámicas, estatuaria, inscripciones, etc., lamentablemente perdidas en la actualidad. No obstante sí que podemos atribuir una cornisa dentada al templo, la cual P. de Palol atribuyó al Aedes Augusti, pero que encaja mejor aquí, según un fuste encontrado en el templo. Esto, unido junto a varios fragmentos de capitel corintio, ménsulas, casetones y dentículos, nos permite reconstruir, aunque sin basas, la tipología de la columnata.37 La cornisa es el elemento de mayor entidad, amplio y uniforme, y hace pensar que el arquitrabe no tenía decoración. En lo que al friso respecta sí que encontramos una decoración floral, en forma de guirnaldas de acanto, la decoración más extendida por aquellos tiempos. Por último también se ha sacado a la luz una acrótera bastante íntegra. Además del templo que ocupa el patio del foro, existe también un conjunto menor lateral en el ámbito de las tabernae del Este formando una estructura tripartita. Por ello se le ha conocido como el templo tripartito. En este edificio hay abundante estatuaria: cabezas y fragmentos de dos jóvenes pertenecientes a la familia Julio- Claudia; un busto de Augusto joven y otro de Nerón, también joven. La pintura forma parte de su decoración y el material empleado es el mármol, procedente de la cantera de Espejón (Soria). Los apoyos del pórtico corresponden a pilastras corintias que rompen la homogeneidad de las demás tabernae, y que, probablemente, soportarían un frontón. Por otro lado, la función de este conjunto se ha enfocado a un culto imperial, en tiempos flavios, que distingue dos momentos en su decoración, pues en una segunda fase se colocarían los pedestales para las estatuas y un gran zócalo de mármol que se incrusta sobre las basas de arenisca originales. Estas reformas indicarían un aumento de culto en tiempos flavios, al cual pertenecen las cabezas rotas encontradas. Asimismo, parece ser que existió un lugar concreto donde se practicaba el culto a Isis. Prueba de ello son la dedicación conservada en el Museo Arq. Provincial de Burgos y una estatua descubierta [fig. 35] en 1852, conservada en el mismo lugar, hallada en posición horizontal junto con vasijas, pedazos de marfil y bronce, un asta de ciervo y la citada lápida.38 8. ESCULTURA Abrimos aquí un apartado para resaltar y detenernos en algunas de las piezas mencionadas a lo largo del recorrido arquitectónico anterior. Comenzaremos por la cabeza hallada junto al tribunal de la basílica. Se trata de una mujer joven, probablemente Julia Augusta [fig. 21] por el

37

Gutiérrez Behemerid, M. Ángeles; Subías Pascual, Eva: El llamado Templo de Júpiter de Clunia: Propuesta de restitución. Madrid, CSIC, 2000, pág. 148. 38 De palol, Pedro: Los edificios de culto en la ciudad de Clunia. Anas 2/3, Mérida, 1991, pp. 40-41.

lugar en que se encuentra. Además también salió a la luz, como dijimos al tratar el templo tripartito del foro, una cabeza de Nerón [fig. 22] y otra de Augusto [fig. 23], ambas jóvenes. En un hipocausto de las termas del foro aparecen restos de una estatua ecuestre en bronce dorado cuya parte superior del friso mantiene ciertos parecidos con la estatua que aparece en Ampurias. Lamentablemente, algunas de las estatuas figuradas encontradas y reproducidas a principios de siglo se encuentran desaparecidas. Por otro lado, en lo ornamental podemos señalar seis fragmentos de relieves que juntos forman un trofeo militar. Estos relieves [fig. 24, 25] se encuentran repartidos entre Clunia, el Museo de Burgos y una colección particular. En el conjunto se representan armas, (espadas, bifaces, flechas, etc.) e instrumentos militares como tubae y cuernos. Además de este trofeo, sobresale un friso con jarros y putti que sostienen una guirnalda central [fig. 26, 27]. También es interesante un grupo de relieves fálicos representados en una pilastra del cardo Oeste de la casa núm. 1 [fig. 28]. En cuanto a los mosaicos, sus bellas teselas hablan por sí solas. Ya hemos citado, durante el estudio de las casas y edificios públicos, algunos de los más relevantes (mosaico de las cráteras, mosaico de los nudos de Salomón, mosaico del Águila, etc.). En el caso de las inscripciones, hay que decir que éstas son abundantes y se encontraban en su mayoría, en muros de pueblos como Peñalba de Castro y Coruña del Conde. Nos aportan información útil sobre los cultos de la ciudad (por ejemplo, la inscripción dedicada a Minerva, en el Templo de Júpiter), de los cuales se conoce el de Neptuno, Diana, Fortuna Redux, Tutela, Lares viales y al numen del teatro. Por el contrario, las inscripciones administrativas han quedado destruidas, de forma que es difícil reconstruir la historia de la ciudad. Podemos concluir este apartado con el dato de que el número mayor de inscripciones pertenecen al ámbito funerario [fig. 29]. 9. LA MONEDA EN CLUNIA Clunia fue un centro de acuñación de monedas en todas las épocas. Bajo los celtíberos encontramos denarios con el jinete y un letrero ibérico. En época romana, bajo tiberio, se encuentran ases y semises con el toro en el reverso, la cabeza del emperador y los nombres de los quattvorviros de la ciudad. Es muy importante señalar la notable información histórica que nos proporciona la numismática, sobre todo en torno a la crisis del siglo III.39 Finalmente, especial ha sido el hallazgo, en la taberna núm. 12 del Foro, de 20 monedas referentes a Nerón, Galba [fig. 30], Livia Augusta, Vespasiano, Tito y Domiciano.

39

Gurt Esparraguera, J. M.: Clunia III. los hallazgos monetarios. La romanización de la Mesera norte a través de la circulación monetaria en la ciudad de Clunia. Madrid, Excavaciones Arqueológicas en España, 145, 1985.

10. CERÁMICA Y ORFEBRERÍA La cerámica ocupa un lugar destacado en Clunia, que actuaba como centro receptor de las importaciones y, a su vez, como productor. Conocemos los hornos al Este de la ciudad, en Los Pedregales, donde podemos encontrar un gran vertedero, cuya temática hizo bautizar al alfarero como el de los “pajaros y las liebres” [fig. 31]. En efecto, la temática se define por los animales -pájaros acuáticos, liebres, conejos y peces- que se plasman en un fondo claro con pintura marrón oscuro. La forma de la cerámica corresponde a jarras con una o dos asas, o asa de cesto en arco -de tradición celtibérica- por encima de la boca [fig. 32]. Este tipo de cerámica es abundante en Numancia, Uxama, Ampurias, Lancia, etc. y se comenzó a producir en torno al siglo IV-V d.C., junto con las sigillatas tardías. La sigillata es abundante, desde sus primeras formas hasta la tardorromana de siglos IV y V. Lugares ricos en este tipo de cerámica son el Foro y las Termas de los Arcos, los cuales evidencian la existencia de importantes talleres de cerámica en la ciudad [fig. 33]. La cristianización queda patente en un objeto de vidrio, fragmentado pero visible, con doble técnica de decoración, esmerilado y tallado. Doce arcos con temas cristianos en el borde recorren la pieza formando un friso y en el cuerpo de la cerámica se observa un gran crismón, repetido en su parte opuesta [fig. 34]. Fue hallado en el apodyterio norte de los Arcos I. Podría haber sido importado de fábricas renanas, supuestamente desde Colonia. Por último, dos pares de pendientes de oro, aparecidos en las termas femeninas de los Arcos II [fig. 35], y un anillo del mismo material, hallado en el Foro y con temática de delfines afrontados a un tridente [fig. 36], ocupan el plano orfebre.

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y

León.

2010-2011. Disponible

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ANEXO FOTOGRÁFICO

FIG. 1

FIGS. 2,3

FIG. 4

FIGS. 5, 6, 7

FIGS. 8, 9

FIGS. 10, 11

FIG. 12

FIG. 13

FIG. 14, 15

FIG. 16, 17

FIG. 18

FIG. 19

FIG. 20

FIG. 21, 22, 23

FIGS. 24, 25 FIGS. 26, 27

FIG. 28

FIG. 29

FIG. 30

FIG. 34

FIG. 35, 36

FIG. 31, 32, 33

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