\"Ciudad y territorio en la Extremadura medieval (siglo XIII-c. 1550)\", La ciudad medieval y su influencia territorial (Nájera. Encuentros Internacionales del Medievo 2006), Logroño, 2007, 81-109

August 26, 2017 | Autor: J. Clemente Ramos | Categoría: Urban History, Medieval urban history, Historia Urbana, Ciudad y territorio
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Descripción

Ciudad y territorio en la Extremadura medieval (siglo XIII-e. 1550) JULlÁN CLEMENTE RAMOS Universidad de Extremadura

INTRODUCCiÓN La ciudad es un elemento central en la estructuración del territorio medieval, en particular desde la plena Edad Media. Esta realidad es especialmente visible en la corona de Castilla, donde el castillo no funciona como una circunscripción espacial. La situación es, incluso, más clara en algunas zonas meridionales donde podemos considerar que el espacio se estructura en diversos hinterlands urbanos, entendidos en su sentido jurisdiccional y en parte también económico. Las comunidades de villa y tierra no son sino espacios de influencia urbana (villas) sobre un entorno rural (aldeas)1. ¿Qué entendemos por ciudad en la Edad Media extremeña? Hemos asimilado villas (cabecera municipal y jurisdiccional) y ciudades. La villa es el centro de un territorio y desarrolla funciones de naturaleza secundaria y terciaria. Los

1. SÁl'\lCHEZ L E6N, P. "El campo en la ciudad y la ciudad en el campo: urbanización e instituciones en Castilla durante la Edad Moderna". Hispania , LYIII/ 2 199, 1998, p. 464.

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núcleos aldeanos tienen una base casi estrictamente agropecuaria. Se trata, por tanto, de una diferencia cualitativa, de naturaleza funcional. Esta situación se mantiene a principios del periodo moderno cuando algunas aldeas superan, igualan o se acercan en población pechera a sus villas. Galisteo, pese a no llegar en el primer tercio del siglo XVI a los cien vecinos pecheros, concentra la población hidalga del término, que mantiene un claro liderazgo social en la oposición al conde 2 . También Medellín cuenta en este mismo periodo con aldeas que le superan o igualan en población. Sin embargo, como villa centraliza la mayor parte de la producción artesanal y las funciones comerciales (feria, mercado franco desde principios del siglo XVI). El espacio extremeño se configura a partir de la conquista y repoblación cristianas del territorio. La monarquía concede el estatus de villa a diversas comunidades, de nueva creación o ya existentes durante la dominación musulmana. El territorio quedará dividido en su mayor parte entre los términos concejiles de estos núcleos. El posterior desarrollo de una red de poblamiento aldeano es ya una labor de las propias villas o, como parece más probable, de la simple actividad privada. El desarrollo de una red urbana es un resultado de la estructuración política del territorio, que sitúa a las villas en la pirámide de la ocupación y dominación del espacio. Pocos términos quedan, y sólo parcialmente, fuera de este modelo. Quizás los maestrazgos sean los más llamativos, en particular la zona al norte del Tajo de la Orden de Alcántara y el territorio meridional de la provincia santiaguista de León. Las implicaciones territoriales del hecho urbano y la relación villa-aldeas en Extremadura, por tanto, vienen definidas por un componente jurisdiccional de base. Los términos son espacios económicos en los que se desarrolla una especialización funcional. Las villas disponen de atribuciones para desarrollar amplias normativas que inciden en la producción y el comercio. La influencia territorial de la ciudad extremeña no puede ser entendida fuera del ámbito jurisdiccional. Su actuación en muchos aspectos viene limitada por su término, que se convierte en su auténtico espacio de actuación.

2. Archivo General de Simancas, Consejo Real , lego 7, n° 7-1 , a. 1498. En adelante A. G. Simancas.

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Debemos considerar, antes de entrar propiamente en el tema, que la realidad urbana extremeña ha sido poco estudiada. Conocemos razonablemente bien Trujillo y bastante menos Cáceres o Plasencia, objeto de un estudio general más acumulativo que analítico. Investigaciones fundamentalmente en curso me han permitido conocer bien Medellín y en menor medida Galisteo. Algunos estudios han privilegiado el componente señorial y/ o han dependido excesivamente de sus fuentes (maestrazgos de Alcántara y Santiago, Puebla de Alcocer, Feria). El resultado es una información desigual en la que los concejos, las villas-ciudades y las aldeas en cuanto comunidades con su personalidad y su propia dinámica no han sido adecuadamente analizados. Por ello, o por la ausencia de suficientes trabajos, conocemos poco de ciudades y villas tan importantes como Alcántara, Mérida, Coria o Badajoz. Las páginas que siguen constituyen, por las razones indicadas, un mero esbozo que futuras investigaciones ratificarán o corregirán y, sin duda, enriquecerán y matizarán. Apoyaremos nuestro discurso sobre zonas muy concretas más iluminadas y mejor o menos mal conocidas, y en muchos casos sobre las propias fuentes. En todo caso, la influencia territorial de villas y ciudades se presenta nítida en sus líneas generales y podemos precisar su perfil con cierta seguridad.

1. MODELO URBANO Y ATRACCiÓN DEMOGRÁFICA La influencia territorial de la ciudad extremeña no es ajena al modelo urbano que se impone en la región. Extremadura, como otros territorios de la corona de Castilla, se puede considerar periférica tanto en un sentido espacial como estructuraP. La región no es atravesada por las grandes vías comerciales y sólo los productos agropecuarios se venden en un amplio radio 4 . Se exportan fundamentalmente productos ganaderos. A principios del siglo XVI, la feria de Medellín no era sino "un ayuntamiento de señores de ganados"). No sorprende que a mediados de este siglo, la región fuera una de las zonas de abastecimiento

3.

F ORTEA,

J.

1. "Las ciudades de la corona de Castilla en el Antiguo Régimen: una revisión historiográfica ". Boletín

de la ADEH, XIII/ 3, 1995, p. 51 4.

D ALCHÉ,

J. G. Historia urbana de León y Castilla en la Edad Media (siglos IX-XIII). Madrid, 1979, p. 417.

5. A. G. Simancas, Cámara de Castilla, Pueblos, lego 11 , nO394-5, fol. 3r.

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cárnico de Toleda6 o que Valladolid comprase cerdos en el mercado de Plasencia7 . Por otro lado, no se desarrolla ninguna jerarquización en la red urbanas. La artesanía preferentemente urbana tuvo un desarrollo limitado. La producción, de calidad modesta, se destina al ámbito comarcal más próximo. En algunos casos se adivina una comercialización más amplia, de corte intercomarcal, entre espacios relativamente próximos. Los paños de Trujillo se venden en Deleitosa a principios del siglo XVI. A principios del XV, Gómez González Rengel, cualificado miembro de la oligarquía local de Medellín, adquiere paños en Guadalupe 9 . La actividad artesanal, sin embargo, llega a adquirir un peso económico reseñable. En el siglo XVI, en las parroquias pecheras de Cáceres llega a ocupar a un tercio de la población 1o . En la segunda mitad del siglo, ocupa al 51 % en Trujillo, al 33 % en Plasencia y al 42-49 % en Cáceres l l . La ciudad extremeña hacia 1500 contaba con una actividad secundaria limitada, aunque en absoluto carente de importancia. Los sectores dominantes, sin embargo, están alejados del comercio y la artesanía. La oligarquía urbana fundamenta su base económica en la propiedad agraria y cada vez adquiere un carácter más rentista. La ciudad extremeña, como prácticamente todas las de la Meseta, está dominada por un sector con intereses vinculados al mundo rural. En este sentido, lo urbano y lo rural aparecen indisolublemente unidos.

6. MONTEMAYOR, J. Tol¿de entre fortune et déclin (1530-1640). Limoges, 1996, mapas p. 90-1. 7. BEN ASAR, B. Valladolid en el Siglo de Oro. Una ciudad de Castilla y su entorno agrario en el siglo XVI. Valladolid, 1983, p. 60. 8. Más desarrollada e n la corona de Aragón, pero mucho menos en la corona de Castilla, a finales de la Edad Media (IRADIEL, P. "Ciudade s, comercio y economía artesana". La bistoria medieval en España. Un balance bistoTiográfico (1968-1998). Pamplona , 1999, p. 619-621).

9. SÁNCHEZ RUBIO, Ma A. El concejo de Trujillo y su alfoz en el tránsito de la Edad Media a la Edad Moderna. Cáceres, 1993, p. 409; A. Mon. Guadalupe , lego 95, nO457, a. 1406. 10. RODRíGUEZ SÁNCHEZ, A. Cáceres: población y comportamiento demográficos en el siglo XVI. Cáceres, 1977, p. 179. 11. LE FiEM, J.-P. "Cáceres, Plase ncia y Trujillo en la segunda mitad del siglo XVI 0557-1596)" Cuadernos de Historia de España. XLV-XLVI, 1967, p. 261. En el siglo XVIII, sin embargo, las actividades artesanales habían disminuido extraordinariamente : en 1787, ocupan sólo al 12 % de la goblación en Cáceres o Trujillo. BLANCO CARRASCO , J. P. Demografía,familia y sociedad en la Extremadura moderna, 1500-1860. Cáceres, 1999. p. 273.

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Extremadura era consumidora de productos textiles de centros pañeros castellanos y extranjeros1 2 • Los inventarios de bienes, escasos hasta mediados del siglo XVI, certifican la adquisición de productos diversos procedentes de centros extrarregionales. Esta situación se debe a dos razones: la insuficiente calidad de la producción artesanal de la región y la existencia de un sector con suficiente poder adquisitivo. El modelo económico urbano explica la modestia demográfica de la ciudad extremeña. Sólo podemos hablar de ciudades medias y pequeñas, minúsculas en ocasiones. En el primer tercio del siglo XVI, sólo tres ciudades alcanzaban los mil vecinos (unos cinco mil habitantes): Plasencia, con esta cantidad; Badajoz, con dos mil; y Alburquerque, con mil quinientos. Jerez de los Caballeros se acerca a este nivel. Otras ciudades se situarían en torno a los tres-cuatro mil habitantes (Cáceres, Alcántara, Valencia de Alcántara, Zafra, Mérida), población que alcanzan también algunas aldeas 13 . Además de la modestia demográfica, las villas extremeñas son auténticas agrociudades1'l. La actividad agropecuaria es, sin duda, fundamental, y la oligarquía dominante está vinculada sobre todo a la propiedad adehesada y a la actividad ganadera. Sin duda, se establecen relaciones de complementariedad con el entorno económico y por ende jurisdiccional, pero una parte importante del abastecimiento se realiza dentro de las propias villas o ciudades. Se trata de un modelo muy diferente al que se desarrolla en las grandes urbes, en las que el abastecimiento es una cuestión acuciante e incide sobre un amplio territorio. Esta realidad explica la existencia de una moderada atracción demográfica. En

12. MONTEMAYOR,

J. Tolede, mapa p. 259; CASADO ALONSO, H. "Crecimiento económico y redes de comercio interior

en la Castilla septentrional (siglos XV y XVI)". FORTEA PÉREZ, J. L. (ed.) Imágenes de la diversidad. El mundo urbano

en la corona de Castilla (s. XVI-XVII). Santander, 1997, p. 316-322. 13. CABRERA, E. Y LORA, G. "Datos sobre la población y la configuración jurisdiccional de Extremadura en el tránsito de la Edad Media a la Moderna n. 'Ifigea, 1 (984), p. 71-5. En la segunda mitad del siglo XVI, la población de las mayores ciudades aumenta significativamente. Plasencia llega a superar los dos mil quinientos vecinos y Trujillo se a proxima a los dos mil . Siguen siendo ciudades modestas en el entorno castellano y alejadas de Burgos, Segovia , Salamanca o Valladolid (LE FLEM, J.-P. "Cáceres, Plasencia y Trujillo". p. 254-5. BENNASAR, Valladolid en el Siglo

de Oro. p. 94. FLORES VAI\ELA, C. "La evolución de la población urbana de Andalucía en los siglos XV y XVI". En la España Medieval, 28, 2005, p . 99-107). 14. Sobre sus características: VELA SANTAMARÍA,

J. Y MAlKos MAluÍN, A. "Las grandes ciudades campesinas de Anda-

lucía occidental en el siglo XVI. El caso de Jerez de la Frontera". Actas del I Cong1'eso de Historia de Andalucía.

Andalucía moderna (siglos XVI-XVII). vol. II, Córdoba, 1978, p. 404-5.

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todo caso, es una afirmación que debemos matizar en un sentido cronológico. Hasta mediados del siglo XV, la centralidad demográfica de las villas está fuera de toda duda. Atraen población de modestas aldeas que están muy lejos de tener la consistencia demográfica que obtendrán décadas después. Parece algo generalizado, aunque la documentación privilegia a la ciudad sobre el entorno rural. A Cáceres acuden pobladores procedentes del Casar (1289), Sierra de Fuentes (1366) y Torrequemada (1406)15. En Plasencia, en la primera mitad del siglo XV, se documentan vecinos de Madrigal, Villanueva, ]arandilla, Serradilla, Malpartida, o Cabreros 16 . En Badajoz, en el segundo tercio del siglo XV, de Olivenza (antigua aldea que pasa a Portugal en 1297), La Parra, Yelves y Feria 17 . En Medellín, caso que hemos analizado recientemente, este fenómeno aparece con enorme claridad y contrasta con las relaciones que se documentan en la segunda mitad del siglo XV y primera mitad del XVI 18 : Nombre

Vecindad

Año

Domingo Cargo de Valdegarueña

1305

segur. Medellin o Aldeanueva

Martín Juan Pérez de Vivar

1325

Medellin

Juan Garda de Martín Lázaro de Don Benito

1406

Medellin

Miguel Sánchez de Rena

1445

Medellin

Alfón Gil de Mengabril

1446

Medellin

Francisco Fernández del Villar

1446

Medellin

Pedro Garda de Miajadas

1446

Medellin

Juan de Medellin

1447

Juan Garda de Medellin

1460

(hijo de Juan Martínez Cabeza, O Don Benito)

V

cura de Valdetorres

La villa, en un contexto claramente inmigratorio, atrae población de las aldeas y quizás de las mismas dehesas (Vivar). Se producen, de este modo, tres diná-

15. Floriano, A. C. Documentación histórica del Archivo Municipal de Cáceres (1229-1471). Cáceres, 1987, docs. 12,55 Y 71. 16. SÁNCHEZ LORO, D. Historias placentinas inéditas. Cáceres, 1982-5, vol. H, p. 335 Y vol. III, p. 391, 393 Y 398 17. FERNÁNDEZ FERNÁNDEZ, J M.; RODRÍGUEZ ORllZ, P. J; Y TEJADA V¡ZUETE, F. "Corpus Medievale Pacense. Colección de pergaminos medievales (H). Siglo XIV 0301-1367)". Memorias de la Real Academia de Extremadura, V, 1998, pp. 620, 630, 659, 681 y 688. 18. CLEMENTE RAMos, nO1.

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J La tierra de Medellín (1234-1450). Dehesas, ganadería y oligarquía

(en prensa). cuadro

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micas diferentes: el crecimiento end?geno, claramente insuficiente; los aportes extrarregionales, sin duda, fundamentales en los primeros momentos; y una atracción demográfica de la villa sobre su entorno rural. Hasta mediados del siglo XV, Medellín era, pese a su modestia, el único núcleo de cierta importancia en todo su término. Las aldeas debían contar con una población escasa. A mediados del siglo XV, Miajadas, una de las mayores, tendría unos sesenta vecinos, menos de la sexta parte de la población que albergará hacia 1530. Desde finales del siglo XV, se perciben diversos modelos que rompen con la realidad que parece generalizada hasta entonces. Las villas pierden fuerza de atracción. Desde entonces y a lo largo de la época moderna, la relación de la ciudad con su entorno tendrá un carácter más jurisdiccional que demográfico. De este modo, pese a los aportes aldeanos, la demografía urbana dependerá fundamentalmente de su evolución endógena 19 . La movilidad poblacional, y específicamente la que se realiza entre villas y aldeas o ciudad-entorno rural, empieza a percibirse ahora en toda su complejidad. No se trata de un movimiento unidireccional. En algunas ocasiones, la atracción sobre el entorno más próximo parece clara aunque es un componente inmigratorio minoritario. En Cáceres, en las colaciones de San Juan, Santa María y Santiago, entre un 6 y un 8 % de los difuntos en el siglo XVI son de procedencia forastera; de ellos, entre una quinta y una cuarta parte han nacido en el término jurisdiccionaFo. En Zafra, ciudad que se convierte a lo largo del siglo XV en el centro más importante del señorío de Feria, el 5,67 % de los fallecidos en el siglo XVI son de origen forastero; de ellos, sólo el 11,12 % han nacido en otras localidades del señorío. Zafra ejerce más atracción como centro económico y comercial que como entidad demográfica 21 .

19. BIA'Jco CARRASCO, J. P. "Notas para un estudio sobre las migraciones y la movilidad geográfica en el entorno urbano extremeño (1500-1860)". Revista de Demografía Histórica, XXI/l _2" época- (2003), p. 95. La ciudad extremeña no se ajusta , de este modo, al modelo demográfico urbano medieval y moderno. Forl11C/tion de JEurape urbaine, 1000-1950. París, 1995, p . 125. 20.

R ODRÍGl:EZ SÁ."CHEZ,

HOHENBERG,

P. M. La

A. Cáceres, p . 181-3

21 . En intomático que de los muertos no residentes en Zafra , el 24,44 % era vecino de otras localidades del señorío de Feria. CORTÉS C ORTÉS, F. La población de Zafra en los siglos XVI y XVII. Badajoz, 1984, p. 75 Y 79.

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Medellín cambia sus relaciones demográficas con el entorno rural a partir de 1450. La atracción de la villa sobre su jurisdicción se debilita y deja de ser el centro de la movilidad demográfica comarcal. La movilidad demográfica en la tie rra de Medellín (1490-1550)22 Origen I

Tierra de Medellin

Extremadura

Corona Castilla

Otros

Medellin (1490-1510)

1

14

35

-

Guareña (1530-1550)

2

14

9

-

Miajadas (1500-1550)

1

11 *

1

-

Valdetorres (1530-1550)

4

5**

-

1

Destino

*

Cinco del maestrazgo de Alcántara y cuatro de la tierra de Trujillo

**

Maestrazgos de Santiago y Alcántara.

Medellín atrae población de diversas zonas de Extremadura y de otras regiones de la corona de Castilla. Es una inmigración de largo radio. Por contra, las aldeas ejercen su atracción sobre otras aldeas del término o sobre zonas próximas (maestrazgos de Santiago o Alcántara, tierra de Trujillo). Villa y aldeas presentan dos modelos inmigratorios muy diferentes. La atracción demográfica de Medellín sobre su entorno más próximo se ha debilitado. La movilidad comarcal se canaliza hacia las aldeas , seguramente por la dedicación agropecuaria de los implicados. La relación demográfica entre las villas-ciudades y su entorno rural ha cambiado a lo largo del periodo medieval. En los comienzos de la Edad Moderna, se ha debilitado hasta el punto de ser insignificante (Medellín) o poco decisiva. La ciudad extremeña en la época moderna parece depender de su evolución endógena y no necesitar su entorno rural para mantener o aumentar su población.

22. Hemos utilizado fuentes diversas de los Archivos de Simancas y Chancillería de Granada especialmente.

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2. LA POLíTICA TERRITORIAL DE LAS CIUDADES: LA DEFENSA DEL TÉRMINO Los términos concejiles constituyen en el medioevo extremeño un elemento básico en la organización y estructuración del territorio. Se trata de espacios con una importante extensión que en algunos casos integran comarcas de perfil muy diferente 23. El término de Plasencia se extiende en el cuadrante nororiental de la actual provincia de Cáceres y se aproxima a los cinco mil kilómetros cuadrados. Los señoríos, que se extienden fundamentalmente en la zona del Almonte-Tajo, al sur, y La Vera, suponen algo más de un tercio de su extensión. En torno a los tres mil kilómetros cuadrados se encuentran los términos de Trujillo (3.440 Km2) y Badajoz (tres mil). Cáceres cuenta con 2.154 km 2. En los maestrazgos también aparecen términos amplios: Mérida, que inicialmente llegaba a los 1.600 km 2 hacia 1530 se había reducido a 1.332 km 2; Alcántara en esta misma fecha contaba con 1.804 km 2. Medellín, inicialmente realengo, después de la enajenación de Villanueva de la Serena alcanzaba los 1.290 km 2. Algunos eran más modestos: Galisteo sólo disponía de 486 km 2. La amplitud de los términos y la modestia comercial-artesanal de las villas extremeñas explica que su política se centre en la defensa del alfoz a lo largo del periodo medieval. Las compras son limitadas, tienen una importancia reducida y sólo afectan a grandes concejos de realengo. En realidad, la única que podemos considerar en un sentido estricto es la adquisición de Cabañas por Trujillo en 1272 24. En otros casos, estamos simplemente ante la conservación del término o la eliminación de enclaves señoriales. En este grupo podemos situar la compra de la casa de Almaraz (Campo Arañuelo) por Plasencia o la de Feria, Barcarrota y Parra por Badajoz25.

23. Hemos calculado la extensión a partir de los términos actuales. Igualmente: SÁNCHEZ RUBIO, M' A. El concejo

de Truji//o y su alfoz, p. 25; BERNAL E STÉVEZ, A. Poblamiento, traniformación y organización social del espacio extremeño (siglos XlII al XV? Mérida, 1998, p. 262. 24. Sk\CHEZ RUBIO, Ma A. Documentación medieval. Archivo Municipal de Trujillo (1256-1516). 3 vals. , Cáceres, 1992-5, vol. I, doc. 3. 25. Real Academia de la Historia, col. Salazar, L-10, f.141-143 ; MAzo ROM ERO, F. El condado de Feria (1394-1505).

Contribución al estudio de régimen señorializador en Badajoz. Sevilla , 1977, p . 55.

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A lo largo del periodo medieval, los términos concejiles han sufrido amputaciones. Aunque no es algo exclusivo del realengo, es en esta jurisdicción donde se presentan casi de modo exclusivo. Los reyes han seguido enajenando jurisdicciones . En las zonas meridionales, esta política sólo ha podido realizarse a costa de los amplios términos concejiles. Las villas se han opuesto de forma nítida pero infructuosa a esta política, que ha beneficiado a diversos sectores de la nobleza. La enajenación de aldeas ha contado siempre con la oposición de las villas. Esta oposición es a veces nítida y explícita, y menos clara pero seguramente no menos fuerte en otras ocasiones. Los ejemplos son numerosos y reiterados . En 1446, el concejo de Medellín solicita al procurador del nuevo señor, Juan Pacheco, en la toma de posesión que no se aparte "aldea alguna ... de su juridi300

20 kms.

300

400

500

700

1000

1500

MAPA 1 Los señoríos de la tierra de Plasencia (1500) •

Piasen CÍa

o

Villas señorializadas

o

Aldeas de señoríos (no se precisa su nombre)

riales. El Campo Arañuelo es una zona casi despoblada hasta la segunda mitad del siglo XV. La zona directamente dependiente de Plasencia es una sucesión de espacios comunales susceptibles de aprovecharse tanto por la ciudad y sus aldeas como por los señoríos. Posiblemente, la importancia de estos espacios es creciente para las poblaciones veratas, del Valle del Jerte y de la zona de Almonte-Tajo. Pobladores de estas comarcas se establecen en el Campo Ara-

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ñuelo, apropiándose de tierras de c~ltivo y aprovechando sus pastos , o llevan allí su ganado. Algunos datos tardíos, de mediados del siglo XV, nos permiten conocer la importancia de esta práctica. En 1446, residen allí veintiún vecinos de ]arandilla de la Vera y se prenda a sus vecinos cuatrocientas sesenta vacas, seiscientas ovejas y mil seiscientos puercos41. Estos aprovechamientos se mantienen tanto por deseo real como de la propia ciudad, que intenta conservar su posición de dominio e impedir la amputación territorial del término. El ejemplo de ]araicejo en el siglo XIV nos muestra con nitidez la política de Plasencia. Por un lado, intenta ahogar a los espacios señorializados cobrando diversas tasas indebidamente como "servicio y montazgo y ronda y pasajes y portazgo y maltra ta y colodrazgo y otros tributos"; a su vez, trata de mantenerse como una instancia judicial de apelación. Una sentencia de 1338 reconoce a ]araicejo los mismo derechos que tienen las aldeas placentinas porque "las franquicias y mercede que fue ron dadas a la dicha ciudad de ahi de Plasencia y a sus termina s, que se extienden al dicho lugar de Xaharisejo, pues es su termino ... y se deben dellos aprovechar los que moran y moraren en el dicho lugar de Saharisejo, asi como los otros del termino de la dicha ciudad de Plasencia"; se dispone también "que puedan ir con vusco [el concejo de Plasencia] en apellido o para en defendimiento de vuestro termino y pechar convusco para hacer puentes o comprar en acrecentamiento de termino,,42. La tierra de Plasencia aparece en esta sentencia claramente definida como un espacio que integra lugares realengos y señoriales, sin que la enajenación jurisdiccional suponga de forma automática la segregación territorial. El conflicto con Belvís nos ilustra otra vertiente de la actuación de Plasencia. Este lugar había sido enajenado sin mantenerse la unidad de los aprovechamientos comunales. Sin embargo, en 1376, la ciudad llega a un acuerdo con Esteban Fernández del Bote, miembro de la oligarquía placentina, para mantener esa unidad tal y como en realidad "lo usaron hasta aquí"43. Plasencia se reserva el derecho unilateral de realizar ordenanzas . No sorprende que en 1498, al realizarse un repartimiento para el

41. Sobre el particular, CLEMENTE RAMos, J. "La explotación económica del Campo Arañuelo y la economía rural de la tierra de Plasencia a mediados del siglo XV", Anuario de Estudios Medievales (en prensa). 42. SÁNCHEZ LORO, D. Historias placentinas. vol.

n, p. 204-6 Y 321.

43. SÁNCHEZ LORO, D. Historias placentinas. vol.

n, p . 298

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puente Nuevo, ubicado en la misma ciudad, asigne un tercio del monto total a los señoríos 44 . Aunque esta problemática sólo podemos esbozarla, todo parece indicar que los señoríos placentinos, que conocemos mal, no consiguen desarrollar un tejido urbano pese a su ubicación en gran medida periférica. Plasencia mantiene una clara centralidad comercial y un poder indiscutido. La señorialización de Plasencia propició una importante conflictividad con los señoríos de la tierra. Esta ciudad intenta imponer su exclusiva capacidad normativa sobre los espacios que tradicionalmente se habían aprovechado de forma comunal y unitaria e intenta impedir que vecinos de los señoríos se asiente en ellos (doble vecindad). La enajenación de una aldea, por tanto, como hemos visto, no conlleva necesariamente su segregación del término al que pertenece. Se conservan frecuentemente derechos comunes y relaciones de diversa naturaleza. Esta situación no es ajena, aunque depende también de otros factores, al interés de las grandes villas por mantener el mayor control posible sobre su territorio y seguir ocupando una situación de hegemonía. En todo caso, sobre este apartado los interrogantes son mayores que la información disponible.

PROPIEDAD URBANA Y POBLAMIENTO ALDEANO En la Extremadura medieval, el desarrollo urbano no ha ido vinculado a un enriquecimiento sostenido e importante de los grupos vinculados al comercio. Los comerciantes sufren una opacidad documental. En todo caso, no juegan un papel significativo en la incidencia urbana sobre el territori0 45 . El grupo social que extiende su propiedad sobre toda la jurisdicción urbana es la oligarquía

44. SÁ1\JCHEZ LORO, D. Historias placentinas. vol. III, p. 368. 45. Un modelo distinto se desarrolla en algunas ciudades septentrionales (CASADO ALONSO, H. "La propiedad rural

de la oligarquía burgalesa en el siglo XV". La ciudad hispánica durante los siglos XlII al XVI. vol.

r, Madrid, 1985,

p. 584. DlAGO HERNANDO, M. "Conflictos estamentales por el control del gobierno municipal en Logroño a fines del XV y principios del XVI". Cuadernos de Estudios Medievales y Ciencias y Técnicas Historiográficas, 17, 1992, p. 205-225 . GOlCOLEA ] ULIÁl'l , F. J. "La ciudad de Nájera en el tránsito de la Edad Media a la Moderna: el concejo, el señor y la sociedad política ciudadana". Hispania, 60/ 2, 2QOO, p . 434-5), Sin embargo, es llamativo que los comerciantes de una importante ciudad como Toledo tampoco acumulen importantes propiedades. ARANDA PÉREZ, F. J.

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ciudadana, un colectivo de nobleza baja y a veces media. Frente al cambi0 46 , predomina la continuidad de las estructuras establecidas con la repoblación cristiana. En los términos en los que las dehesas ocupan la mayor parte del territorio CCáceres o Medellín) , la oligarquía extiende su propiedad por toda la jurisdicción. Este sector ha sido el máximo beneficiario del fenómeno del adehesamiento en las zonas originariamente realengas . Se desarrolla de este modo una diferencia entre este grupo urbano, que detenta el control sobre el concejo y tiene intereses vinculados a la ganadería, y las aldeas , con una actividad prioritariamente agraria . Los sectores pecheros no suponen ninguna competencia, pese a documentarse un sector enriquecido aún muy mal conocido. En ningún caso acceden a la propiedad de dehesas, monopolio de los diversos sectores de la nobleza y la iglesia. La propiedad de residentes urbanos es mayoritaria. Se trata de una realidad temprana que presenta una enorme estabilidad. Algunos ejemplos nos mostrarán esta proyección de la oligarquía sobre todo el término. Francisco de Ovando, vecino de Cáceres, poseía en 1498 el dehesijo de Cerveras, la dehesa de Palomino de Enmedio, casi toda la de Palomino, un tercio de la de Campillo de Corcobado, y maravedís de hierba en otras siete dehesas 47 . El mayorazgo de Luis de Chaves, vecino de Trujillo, en 1489 consta de las siguientes propiedades: las heredades de Atalarruyas, Palazuelo, Torremuriel, Tozo, Cerralvo de la Ribera, Palacio, Aldea del Bezerro, heredad de Cuelgamuros y Torre de las Infantas; la aldea y heredad de Perales; la dehesa de las Cabezas de Arriba y el ochavo de la Casilla. Estas propiedades están situadas en el extremo este del Berrocal, entre el nacimiento de los ríos Merlines y Magasca48 .

"los mercaderes de Toledo en el seiscientos: bases económicas y 'status' socio político". Investigacion es Históricas. Época Moderna y Contempo1"ánea , 12, 1992, p . 76. 46. B USQUETA RI u, J. J. "Per un estat de la qüestio del tema ciutat-camp a la Catalunya de la baixa Edat Mitjana". Acta Historica et Archaeologica Mediaevalia , 10, 1989, p. 484. 47. GARCÍA OLIVA, Ma D. 01"ganización económica y social del concejo de Cáceres y su tierra en la Baj a Edad Media. Cáceres, 1990, p . 268. 48.

SÁNCHEZ R UBIO,

Ma A. El concejo de Trujillo y su alfoz. p. 249.

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El caso de Pedro Mejía (e. 1410-1462) es muy similar. Máximo beneficiario de la unión matrimonial de los dos linajes más importantes de Medellín, a su muerte posee ocho dehesas y participación, normalmente la mitad, en otras diez. En conjunto, detenta entre cuatro mil quinientas y cinco mil vacas de hierba (unidad utilizada en el vaqueamiento de 1460), en torno a la quinta parte del espacio adehesado en Medellín49 . Esta propiedad adehesada en un primer momento se acumula habitualmente en cada caso dentro de un sólo término concejil. Hasta que no se desarrollen los enlaces matrimoniales entre vecinos de distintas villas, esta propiedad estará detentada por residentes . En algún caso, esta norma no parece respetarse. La tierra de Galisteo es un ejemplo de ello y sin duda habría más . Su grupo dominante local está formado por un modesto sector de hidalgos que no parece haberse apropiado de dehesas. En la vertiente meridional del Alagón, al sur del término, en las aldeas de Riolobos y Holguera, vecinos de Plasencia y Coria han realizado diversas apropiaciones parece que sin competencia. A finales del siglo XIV, el placentino Barahona se apropia de espacios que lindan con las tierras que ha comprado en Riolobos. En Holguera, a finales del siglo XIV, las Casas del Arroyo pertenecían a Gonzalo Suárez de Trejo e Isabel García, vecinos de Coria, y la casa del Acelgar a vecinos de esta ciudad y de Plasencia 50 . En Galisteo, la debilidad de la oligarquía local parece haber sido aprovechada por las oligarquías de dos ciudades próximas, mucho más ricas y poderosas. La propiedad adehesada posibilita un protagonismo territorial de la oligarquía muy importante que se proyecta en varias direcciones: apropiación de términos e intentos de construcción de señoríos solariegos, e incluso jurisdiccionales 51 . A finales del siglo XV, muchos miembros de la oligarquía medellinense se ven implicados en un pleito sobre apropiación de términos 52 .

49 CLEMENTE RAMOS, J. , La tierra de Medellín (1234-c 1450). cuadro nO6. 50 Archivo Real Chancillería Valladolid, Pergaminos , carpo 40, n° 3; A. Ch. Valladolid , PI. Civiles, Zarandona y Walls (Olv), caja 1851-1 , nO 2, fols. 208v-210r; A . Ch. Valladolid, Pl. Civiles, Lapuerta (F) , caja 1155, nO 1, fols . 262v-267r. 51. Se trata de una problemática mal conocida pero bastante d ifundida: BERNAL ESTÉVEZ, A . El concejo de Ciudad Rodrigo y su tierra durante el siglo XV Salamanca , 1990, p. 137-140 Y 149; MOLENAT, J.-P. Campagnes et Monts de Tolede du Xl" au xV' siécle. Madrid, 1997, p. 412-5. 52 . Archivo Real Chancillería Granada, leg o 1950, n° 6, fols. 1l0r-1llv.

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Villa faldeas

A finales del siglo XV comienza un pleito entre los Vargas, propietarios de Valhondo de los Vargas, y las aldeas del El Puerto y Valhondo. Juan y García de Vargas realizan diversas apropiaciones y Trujillo se niega a continuar con el pleito. La aldea de El Puerto considera que esta decisión se debe a que

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García de Vargas es "cavallero e persona muy pren
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