Choroqollo - Producción de cerámica e intercambio de bienes durante el Período Formativo. Un ejemplo del Valle de Santivañez, Cochabamba

September 14, 2017 | Autor: Olga U. Gabelmann | Categoría: Pottery (Archaeology), Bolivia, Formative Andean archaeology
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BI$Y,Ä?äD% -,§i'"'fto$^Pr"lqnur--*äE&["ßt'üR"f FORMATIVO.UNEJEM-P.LODELVÄTLB-SÄIqTiVÄffEZ, COCHABAMBA Olga Gabelmann

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Resumen El Valle Santivafiez estd ubicado a 22 km al sur delValle Central o de la actual ciudad de Cochabamba. En 1995, participö en la prospecciön arqueolögica de la superficie de todo este valle bajo la direcciön de M.Veners. Uno de los sitiosformntivos encontrados enlaprospecciönfue Choioqollo, que se ubica al nore,ste del valle (Figura 2). Choroqotlofue el objeto di investigaciön paÄ h tusis d.e maestria de la autora. Este articulo presenta un breve resumen de dicho triboio. Itts resultados de estas investigaciones dan luz a cuestiones de produccifin de cerdmica, organizacidn social e interacciön social o econömica en el Periodo Formativo. Adenuis, los nuevoi datos proveen undt secuencia cronolögica alternativa del Periodo Formntivo en los valles de Cochabamba.

CHOROQOLLO - CERAMIC PRODUCTION AI\D BXCHANGE OF GOODS DURING THE FORMATIVE PERIOD. AN EXAMPLE OF THE SANTIVANEZ VALLEY, COCHABAMBA Abstract The Santivaäez Valley is located 22 km south of the Central Valley or of the current city of Crtchabamba. In 1995 ! participated in the archaeological survey of the surface of the whole valley under the directionof M" Vexers. One of theformative sitesfound inthe surveywai Choroqollo which is located in the northeast of the valley (Figure 2). Choroqollo was the object of invesiigation for the author's master thesis. This article presents a brief summary of this work. The results qf the investigations can give light to questions of ceramic production, social organization and social or economic interactions in the Formative Period. Also, the new data provides an alternative chronological sequence of the Formative Period of the valleys of Cochabamba.

OIga Gabelmann: Danziger Str" 52, 10435 Berlin, 030-440 448 19. E-mail: [email protected]

En el mundo andino se observan diferentes patrones del desarrollo social durante el Periodo Formativo (ca. 1800 a.C. -200 d.C.), los que se

originan, en primer lugar, por las diferentes

condiciones ecol6gicas, climäticas y geogräficas en cada una de las regiones, que influyeron en el sustrato econdmico de las sociedades pasadas. Por ello, se puede observar una especializaci6n

de las sociedades en recursos inherentes a la regi6n habitada, visible ya durante el Periodo Arcaico Tardio, pero que se hace mäs evidente a comienzos del Periodo Formativo. Esto significa el manejo y cultivo de plantas como el

ajf y los porotos en la costa norte del Peni o el maizy lapapaen los valles f6rtiles de Ia sierra, que generaron como consecuencia, sociedades sedentarias. La domesticaci6n de cam6lidos en

la puna juega un rol importante para la colonizaci6n del altiplano. Pero los diversos

desarrollos "formativos" no son contemporäneos en cada regi6n y tampoco se expresan de igual forma. Aunque en las regiones se pueden apreciar diferentes grados de

complejidad, se observan vinculos en cuanto a productos o artefactos de otras regiones que debfan ser intercambiados. Esto significa que

Textos Antropoldgicos, Volumen 13, Nrimeros 1-2, 2001, pp. 197 -229 carreras de Antropologfa y Arqueologfa, universidad Mayor de san Andr6s, Lapaz

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Figura t. Limites de los sitios Wankarani y su relaci6n a precipitaciones menores a 500 mm (rayado), Tomado de Ponce Sanjin6s (1970:Fig. 2) y Ribera et al. (1996:No. 21 1).

existe un sistema de acceso a recursos foräneos

de informaci6n acerca de sociedades anteriores

o una red de intercambio ya en el Periodo Formativo. En este trabajo nos limitamos a

a

Tiwanaku.

descripciones de desarrollos en la regiön andina

Del sitio Illuri, que presenta la misma

sur central, enfocändonos en los valles de

estratigrafia que Colcapirhua menciona el hallazgo de tubos y figuritas de cerämica

Cochabamba-

(Bennett 1936:385). Los primeros hallazgos formativos los valles de Cochabamba, se registraron en Colcapirhua y Tiquipaya (Figura 2) por Wendell C. Bennett

(7936:314-386). Los sitios presentan una cerämica monocroma de color anaranjado. Se encuentran tambi6n enterramientos en urnas del

rnismo color. Al principio Bennett (1936:386389) datd esta cerämica al final del Horizonte Medio o al Periodo Intermedio Tardio, por falta

Un sitio investigado por Stig Ryd6n(1952,1961) se encuentra cerca de Tiquipaya, en el valle central de Cochabamba. La superficie erosionada del sitio Chullpapampa presenta fragmentos de cerämica monocroma, con engobe de color rojo y sin decoraciön; caracteristicas que la asemejan a fragmentos de "ladrillos". Al compararla con vasijas enteras provenientes de colecciones del

rgg

museo, propone una dataci6n mäs antigua que Tiwanaku. Ademäs, sospecha que la .J.ärni"u "gris" del valle del Rio Mizque, encontrada por Erland Nordenskiöld en 1915 (Ryd6n 1956) pudiese tener una edad similar, aunque no presenta ninguna relacidn con la cerämica de Chullpapampa (Ryd6n t95Z:41, 1956:125'1. La cerämica gris claro o gris oscuro de Mizque tiene incisiones de lineas rectas, onduladas, en zig_ zag o puntos. Las incisiones se presentan en el

exterior, bajo

el

borde de las fuentes

trapezoidales. Incisiones similares se encuentran en la cerämica de La Candelaria en el noroeste

59:Fig. 4) y una escultura litica en forma

de

cabeza antropomorfa (e.g.: Ibarra Grasso 1955_ 56:Fig. 6).

Segtin la opini6n de Ibarra Grasso, estos asentamientos tempranos representan la

existencia del fendmeno Wankarani en los valies de Cochabamba, Mizque y

Aiquile evidenciada

por Ios mounds. Estos mont(culos no son

artificiales, sino dep6sitos de varios estratos de fases de ocupacidn superpuestos. En un caso, logra diferenciar siete estratos con un espesor

de Argentina. (Ryd6n 1956:126)

de 2 m. A ruiz de lo cual propone el t6rmino "cultura de los tümulos".

Una dataci6n como la cerämicamäs antigua de

Las caracteristicas de esa cultura, segün Ibarra

Bolivia fue sustenrada por

trbarra Giasso,

buscando ambiciosamente una cultura pre_ tiwanaku (Ibarra Grasso 1956a, 1956b, 1ö5g_ 59). Sin embargo, de varios sitios investigados por 6l alrededor de Cliza,no existe mäs qr" ,nu breve descripcidn de aigunos objetos 1iba..a Grasso 1965; Ibarra Grasso y euerejazu Lewis 1986). Un sitio mencionado por Ibarra Grasso es Aranjuez (Ibarra Grasso y euerejazu Lewis 1985:150), urbicado a tres kildmetros al oeste de Cliza, en el que se encontrö un hacha plana con dos perforaciones (Ibarra Grasso i95g_ ChdbrFe+§

Grasso (1958-59:205), corresponden a una cerämica monocroma de color rojo, gris o negro"

a veces bruflido con decoraci6n, esculturas liticas, activrdades agricolas y la elaboraci6n de

cobre. La descripci6n parece tambi6n

corresponder al complejo Wankarani (ver Figura

1). La relaciön con Wankarani estä "^p..*du en otro tdrmino aplicado por Ibarra Grasso, se

trata de la "cultura megalitica,,. Sin embargo. en los valles no se encuentran esculturas liticas del mismo tamafro que las de Wankarani. Sriio pocos artefactos lfticos de los valles alcanzan

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Figura

2 sitios

del Periodo Formativo en los vailes de Cochabamba

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TEXTOS

ANTROPOLÖGICOS

VoI.13, NOS. 1-2

un tamaflo superior a los 20 cm. Pero no s61o por el tamaflo, sino tambi6n por las imägenes se puede distinguir al arte litico de los valles: la representaci6n de cabezas es exclusivamente antropomorfa, a veces con dos o tres cabezas (Ibarra Grasso 1991:Figs. 1,2;IbarraGrasso y Querejazu Lewis 1986:149-155; Portugal Ortiz 1998:Figs. 36,57). Se supone que deträs de estas esculturas se encuentra una ideologia diferente que de las cabezas de llamas de Wankarani.

Ademäs, se observan otras caracteristicas diferentes. Hachas de piedra y morteros seflalan una actividad agricola, que se puede ver en el

cultivo de maiz sobre todo. Las hachas son toscas, con una cintura en la parte de superior (e.g.: Ryd6n 196i:Fig. 1), muy distintas de las formas de azadas triangulares de Wankarani

(e.g.: Bermann y Est6vez 1995; Walter

1966:113). Ademäs aparecen hachas planas, cdncavas y bien pulidas, con dos perforaciones (Ibarra Grasso 1958-59:219), por lo que se puede dudar de que su funcidn haya sido la de simples

herramientas (v6ase mäs abajo). Ademäs, la insignificante presencia de puntas de proyectil, confirma diferentes actividades desarrolladas en 1os

valles a diferencia del complejo Wankarani.

Otra diferencia se puede apreciar en las plantas de las viviendas: en Wankarani son redondas u ovales, mientras que en los valles parecen ser rectangulares, como lo descubri6 Walter (1966) en su excavacidn de Chullpa Fata en el valle alto (Figura 2\.Lacerämica es muy parecida en color y forma a la de Chullpapampa, en el valle central (comparar con Ryd6n 1 96 1 :Fig. 1 ; Walter 1966:117, 184, 198, Tabla 13), por lo que se puede inferir que ambos sitios pertenecen a una

misma fase del Periodo Formativo. Las excavaciones del Proyecto Formativo (Brockington et al. 1985, 1987) despejaron una construccidn de terrazas de cuatro niveles con una altura de 2 m en Chullpa Pata (Brockington et al. 1987:6). Una construccidn similar no se conoce en los valles. a la cronologia Mokho, Sierra en encuentra Quillacollo. En se estela litica una se encontrd 1960 de la ddcada 1964).La (Ibarra Grasso m 1 de con una altura zoomorfa :una cabeza presenta parte superior

El sitio mäs interesante en cuanto

parecida a los grandes artefactos liticos de Wankarani. El monticulo tiene una secuencia

Figura 3. Complejos culturales en los Andes Centro - Sur.

cronol6gica desde el Periodo Formativo hasta el Periodo Intermedio Tardio (Brockington et

al. 1987:3).

En 1985 se extienden las investigaciones del Proyecto Formativo hasta el Valle de Mizque, 120 km al sureste de Cochabamba' En Conchu Pata, un cementerio formativo con una densa

ocupaci6n, se encuentran enterramientos extendidos sin construcciön (Brockington et al. 1 987 ; Pereir a et al. 1992). Se pueden diferenciar de los enterramientos flexionados en urnas encontrados por Bennett en el valle central de Cochabamba (Bennett 1936). Ademäs las

inhumaciones

de Conchu Pata

estän

acompafladas de artefactos exdticos, como conchas marinas (pecten), cuentas de sodalita, lapisläzuli y hueso. Mizque parece jugar un papel importante en cuanto al intercambio in-

terregional. Geogräficamente, Mizque se encuentra en la transiciön entre el altiplano y los valles interandinos a los llanos y la selva. Desde aqui se pueden obtener fäcilmente los productos y bienes de la selva.

En la regidn andina sur central, se pueden distinguir diferentes complejos formativos, que no sölo resultan de diferencias cronolögicas, sino tambi6n regionales. Por rasgos similares

(e.g.: caracteristicas ecol6gicas donde

se

desarrollaron, base econdmica, distribuci6n de estilos de cerämica y elementos ideoldgicos) se pueden agrupar complejos de sociedades como el "complejo Circun-Titicaca" (Chiripa, Qaluyu,

Gabelmann cHoRoQoLLo

-

PRoDUcctöN DE CERAMIeA E tNTERCAMBto EN EL peRlooo FoRMAlvo

Pukara) o el *complejoWankarani" en el altiplano central. Estos a su vez se pueden distinguir, por otra parte, del "complejo Cochabamba" o del "complejo Mizque" de los valles (Figura 3). Un "complejo" no necesariamente

201

productos de las ecozonas diferentes (complementariedad indirecta, vdase Aldenderfer y Stanish 1993:9). Pero los productos que por fin regresan al alti-

se

define por

una sola etnia: puede tener varios grupos de poblaciones relacionados por un sistema de interacciones intensas y, probablemente, con una

ideologia comün. Ademäs, los complejos no

se

presentan aislados, entre ellos hay interacciones permanentes o temporalmente limitadas con una

intensidad variable. Por ejemplo, seria posible

una interacci6n intensa entre el complejo Wankarani y el de la regi6n de Atacama, como 1o han sugerido algunos investigadores (Mufloz Ovalle 1993; ver tambidn Nriffez 1992:88,97; Rivera 1984:150).

plano no necesariamente son los que fueron intercambiados en el viaje, que puede durar varios meses (Browman 1974:194; Lecoq 1991:780). Desarrolländose asi, una red de intercambio con mercados peri6dicos aprovisionados por caravanas que circuian regularmente. A lo largo de las rutas de träfico se forman "estaciones de comercio" Qtorts of trade), (v6ase Shimada 1985:Fig. 16.6). que conducen los bienes atravds de rutas secundarias en la ärea local (Nrinez y Dillehay 1995:21).

Pero las redes no s6lo funcionan como factor

econ6mico, sino tambi6n como ruta

de

comunicaci6n para innovaciones y nuevas ideas Las interacciones estän basadas, en primer lugar,

(Browman

en el intercambio de bienes que no provee la regi6n propia. El modelo de Murra (1972,1985) con acceso directo por medio de archipidlagos

evidencian el uso de rutas de caravanas inclusive durante el siglo XX (Browman 1987; Lecoq 1997; Nriflez y Dillehay 1995; Sikkink 1994).

verticales

a

197

5:325). Datos etnogräficos

diferentes pisos ecol6gicos no parece

ser muy razonable en el vasto altiplano boliviano, debido a las condiciones geogräficas: la cordillera real se extiende tanto hacia el este

que un "control de un mäximo de pisos

ecolögicos" sdlo se podria alcanzar atravesando cientos de kilömetros. Nriflez y Dillehay (1995) presentan, en cambio, un modelo de complementariedad con una red

de interc4mbio por medio de caravanas de cam6lidos para los Andes Centro - Sur. Para las sociedades que poseen camdlidos, la tarea de adquirir las provisiones necesarias se desplaza del altiplano. De alli bajan con sus productos (como lana, grasa, cuero, ch'arkiy ch'ufio)para intercambiarlos (por medio deltuque) con otros

La cronolog(a del Periodo Formativo presenta ciertos problemas. Mientras en Chiripa se puede distinguir tres fases (Browman 1978; Mohr Chä,vez 1989) (mediante un cambio en la decoracidn de la cerämica y en la construccidn de estructuras arquitect6nicas, como el templo semisubterräneo), en Wankarani falta una divisidn razonable. Una divisi6n basada en el tratamiento de la superficie de la cerämica (Ponce Sangin6s 1970:32-34) no parece muy ritil, porque el tratamiento superficial tambi6n

puede estar relacionado con criterios funcionales, no sölo cronoldgicos (v6ase mäs abajo). Otra secuencia cronolögica se basa en el estudio de las estelas liticas, segün criterios

utilizados por la historia del arte (i.e.,

Tabla 1 . Secuencia Cronol6gica de Cochabamba y Mizque, segün Brockington et al. (1995:167).

Cronol,osfa 600-1000 d.c. 200-600 d.c.

Cochabamba Tiwanaku

Fomntivo Tardlo Tupuraya* §auces

200 a.C.-200 d.C.

500-200 a.C. 800-500 a.C. 1050-800 a.C. 1600-1050 a.C.

Mizoue Tiwanaku- Omereoue

Tupuraya

Formativo Medio B Forrrativo Medio A Formativo Temprano B Formativo Temprano A

-

Sauces

Formativo C Fonnativo B Formativo

A

-

Mojocoya

202

TEXTOS

ANTROPOLOGTCOS

Vot Q-\qs._!_!

Tabla 2. Relacidn de la distribucidn de fragmentos de cerämica en el Pozo II-3.

Unidad estratisräIica Basural

Peso (s)

Nümero de fraqmentos

Raz6n fragmentosll00s

303-3

3731-9 3936.4 883.7

372 267 84

9.96 6.78

1551.6

104

4964.0 2804.9 3911.9

437

82.8

15

304-4 305-4 306-4 307.,st6

314-2 308-7 {risol 314-3 (piso)

9.51

168

6.70 8.80 5.98

318

8.12 18.1

1

Razdn

A

9.25

ü

6.44

Ärea interior 309-8 16-3

489,9 344.4

31

316-4 311-8

449,7

22

4.90

2649.7

r90

7.t7

769,7 1955,7

3i

4.03

108

5.52

3263.3 681.0

2t5

6.58 8.37

3

314-4 321-5

3t1-9/321 31 i-10 315-tal12

836

6,32

il

3.61

57 88

t|.52 Raz6n

representaciones de camdlidos naturalistas o estilizadas, ver Guerra Gtttilrrez 1994). Pero como las estelas aparecen sin asociaciön contextual no se puede obtener una secuencia de fechas.

De todas maneras, las secuencias cronolögicas son importantes para comparar y sincronizar el

material de diferentes complejos a trav6s de adefactos de intercambio. Existe una divisi6n en los valles de Cochabamba pero sin precisar las fases particulares. aunque en un espacio de 1500 aflos (verThbla 1) podria ser posible distinguir entre varias fases por un cambio en cuanto al material o al patr6n social. Ibarra Grasso describe las caracteristicas de dos fases no precisamente fechadas por medio de

En cuanto a ias hachas no es rnuy ritil distinguir cronol6gicamente entre los dos tipos, porque sin duda se trata de diferencias funcionales: por su elaboracidn, las hachas planas parecen objetos de prestigio o de un contexto ritual (vdase mäs abajo).

En la investigaciön de Sierra Mokho se pueden

distinguir tres fases del Periodo Formativo por medio de anälisis cie cerämica, aunquo ei denominado tipo "Sierra Mokho R"osado" se encuentra en todos los niveles (i-33) desde el Periodo Formativo Temprano hasta el Periodo Intermedio Tärdio (Brockington et al. 1981:2V.

Tabla 2). Los niveles 33-11 presentan la ocupacidn formativa. Una fase temprana (niveles 33-23) se puede separar por la distribucidn de una cerämica roja oscura con antiplästico de

y Querejazu Lewis

mica de probable origen altiplänico

1986:150): una fase antigua contiene esculturas

(Brockington et al. 1981:24,33). En los niveles

liticas con oios redondos, cerämica monocrorna sin asas y hachas con cintura; rnientras, una fase

a

artefactos (Ibarra Grasso

tardia contiene cerämica incisa con asas, figurillas de cerämica, esculturas liticas con ojos de grano de caf6 y hachas planas, pulidas, con dos perforaciones.

- 14 se encuentra una cerämica con similitudes la cerämica de Chullpa Pata, que en los niveles superiores aparece junto con cerämica dei estilo regional Tupuraya, mediante la cual se podria inferir una fase tardfa. 1

1

GAbEIMANN CHOROQOLLO

-

PRODUCCIÖN DE CERÄMICA E INTERCAMBIO EN EL PER|ODO FORMATIVO 203

Los fechados de radiocarbdnicas confirman cierta relacidn. De Chullpa Pata existe un fechado de 110 + 90 d.C. (Walter 1966:185), mientras que del nivel 13-14 de Sierra Mokho se tiene un fechado de 210-360 + 775 a.C. Segün esos datos habria que suponer una fase tardia

entre 450 a.C. hasta 200 d.C. como rango cronoldgico estimado. Pero la divisi6n de fases

formativas segrin Brockington y

sus

encuentran todavia mäs fragmentos.

Tambi6n se encuentran partes de una capa de arcilla cocida de un tamaflo de 20 x 30 cm. Un perfil al sur de la trinchera erosionada presenta el mismo estrato de arcilla cocida. Esperando encontrar la extensi6n del estrato de arcilla cocida se realiz6 el Sondeo I-1 al sur de la zona erosionada (Figura 4).

colaboradores (1995:167) es la siguiente:

En la parte norte del sitio (dividido por el Se puede resumir la observaci6n de diferentes

complejos cerämicos aün monocromos en el Periodo Formativo de los valles de Cochabamba"

pero su relaci6n no ha sido investigada

en

oleoducto), se encuentran muros modernos qltc parten el terreno en tres sectores. El Sectol Il en el noroeste, encuadraclo por mllros" estä cubrcrto por hierba. Aqui se encllentra una densa

al

distribuciön de artefactos. principalnrente cerämica, pero tambidn pedazos de arcrlla quemada, que dejan sllponer otra ltrea de

El trabajo realizado en Choroqollo intenta aclarar algunos de los problemas antes seflalados. El material de Choroqoilo

"hornos". Ademäs este sector mtlestra un ntlcv() tipo de cerämica, que puede marcar unil dif'erencia cronol6gica en el asentamiento. Por esta raz6n en el Sector II, se pusierttn dtts sondeos a una distancia de l0 metros-

profundidad. I-as breves descripciones tampoco proveen suficiente informacr6n para comparar

la cerämica, faltando trabajos orientados anälisis de diferentes estilos o complejos.

representaria rasgos locales de acuerdo a las caracteristicas del complej o Cochabamba.

For otra parte se puede suponer la presencia de elementos de intercambio. que postblemente

reflejarian las dimensiones y forma de

ias

interacciones. Cuestiones de inter6s son: iQud

papel juega el asentamiento en cuanto a la producciön y subsistencia? ;Se presenta como unidad autosuficiente o forma parte de un sistema fle complementariedad ecol6gico? ;Si hay interacci6n, qu6 caracteristicas tiene dsta, de qud modo se produce y qud bienes son intercambiados?

I-a parte este al norte del oleodr"rcto fuc denominada Sector III (F-igura 4). Hov estir cubierto por un tlosqtre de molles. Hstr segmento. rodeado por rnlrros modernos. forma la parte mäs alta del sitio. Se practico un sondeo (ili-5), para poder verificar la estratigraffa, qtrc por las fuertes lluvias, podria estar invertida en

pendiente. Ademi,'rs por la situaci6n privilegiada y las condiciones del viento, se

la

supone fue un ärea para cocer cerämica. La parte sur detr sitio presenta cauces secos de rios y por

la erosiön durante las dpocas de lluvias, se encuentra muy destruida, por lo que no fue investigada.

Las Excavaciones Arqueoldgicas en el Sitio de Choroqollo

El sitio

presenta una densa concentraci6n de fragmentos de cerämica en 1a superficie. Restos de rnanchas de arcilla cocida sugieren una

interpretaciön de probables "hornos" para la

producci6n de cerämica, parecidos a las estructuras de arcilla quemada en Santa Lucia (vdase mäs abaio).

El sitio fue cortado por un oleoducto que fue construido en la ddcada de 1960. La obra ha deiado una zona de erosi6n (Sector I, ver Figura 4) de un metro de profundidad, en la que se

La superficie del terreno presenta varias estructuras de piedras. La mayoria. como los muros de la parte norte, parecen ser modernos. Entre los sectores I y II, al norte del oleoducto se ven tres terrazas, cada una estä formada por un alineamiento simple de piedras toscas, que parcialmente estän cubiertas por tierra. Estas teffazas parecen indicar un uso agricola anterior, que puede ser fechado junto con los muros. Igualmente se puede interpretar las estructuras superficiales en el Sector L Se ha investigado una de las estructuras (Pozo I-4), al limpiar y bajar el suelo no se pudo descubrir un segundo

alineamiento debajo, ni artefactos para una

204

TEXTOS

ANTROPOLÖGICOS ,iY

l./1

VOI.13, NOS. 1-2

;r ,1r 7 t

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- -'7

ii \ Figura 4. Mapa topogräfico del sitio Choroqollo

posible datacidn, a raiz de lo cual se cesd la excavacidn en esta zona. 5610 en el Sector I, alrededor de la zona de erosiön se pueden observar alineamientos dobles de piedras, de tamafro y forma similar, que parecen haber sido elegidas.

Estiän dispuestos en diferentes direcciones, pero

no tienen mäs que un metro de largo, porque estän cortados por la zona de erosidn o por 1a construccidn del oleoducto. Posiblemente son muy antiguos, porque la superficie actual parecerfa ser hasta 40 cm m6s alta en esta zona'

Gabelmann cHoRoQoLLo

-

PRoDUCctöN DE cERÄMtcA E tNTERcAMBto EN EL pERloDo FoRMATtvo 205

Por la perturbacidn de la construccidn en esta zona, una investigaciön de las estructuras no parecia muy razonable. En el Pozo I-1 (Figura 5), con un tamafro de 2,50 x 1,50 m, se descubri6 el estrato de arcilla quemada con un espesor de 12 cm (102), que se extiende desde la zona de erosi6n. Estä rodeado por un empedrado (104) unos 5-10 cm mäs bajo, que no estä en contacto Se puede interpretar como un 6reapara cocinar cerämica, encuadrada por un pavimento de piedras como ärea de trabajo. De la unidad estratigräfica 102 proviene un fragmento de

directo.

cerämica con la aplicaci6n de un felino estilizado.

En el pavimento se encontrd un fragmento

capa aluvial superior, consiste de una densa concentracidn de cerämica de varios tipos (300303,312-313). Debajo aparece una capa gris con arcilla y ceniza (305-307, 314) con cerämica y huesos de cam6lidos y c6rvidos. Un contexto similar alPozo II-2 se observa en el basural en la esquina sudeste (304), que presenta una cantidad similar de huesos de camdlidos. Aqui tambi6n se presentan huesos tanto de neonatos como de adultos con huellas de corte, que dejan inferir un contexto basural o ritual. En cuanto a la cerämica, no se ve una diferencia entre las dos unidades estratigräficas. La capa 308 presenta un lfmite entre dos complejos grandes diferentes. Lalinea (308 o 314-3, Figura 7) se puede interpretar como el fondo del basural o la

fuertemente quemado, que confirma la idea de produccidn de cerämica. Debajo del complejo de produccidn se a.dvirtiö un estrato cultural

capa del piso superior de la estructura

(105-108) con una cantidad de cerämica

cronolögicamente. Del piso (308) proviene una cuenta de piedra, el fragmento de un hacha litica con cintura y varios pedazos de una fuente con orejas incisas.

decreciente. Se disminuy6 el tamaflo del pozo a 1 x 0,5 m. A una profundidad de 65 cm se hall6 arcilla estdril. Asociada al ärea de produccidn existe una cerdmica tosca y se puede inferir que es producida en el mismo lugar. Entre los dos pozos de Sector

II

se encontrd un

fragmento de un hacha plana y pulida con dos perforaciones en la superficie. El Pozo II-2 se excavö con un tamafro de 1 x 1 m (Figura 6). Los primeros 10 cm (201-202) muestran varios tipos de cerämica, que fueron arrastrados por la lluvia. Debajo viene una capa gris mäs dura con cenizay arcilla (203-204) con un espesor de 18 cm. En la esquina sudeste del pozo apareciö un iente con mayor densidad de ceniza (205 + 209), que presenta una concentracidn de huesos de cam6lidos tanto adultos como jdvenes y neonatos. Aparentemente se trata de un basural,

pero no obstante puede mostrar un contexto ritual, por los neonatos. Algunos huesos de individuos adultos presentan huellas de corte. Las unidades estratigräficas debajo del lente (206-208) muestran un color mäs claro, con una distribuciön de cerämica similar a la de la capa 203-204, con algunos pedazos de arcilla quemada con improntas de material orgänico. A una profundidad de 60 cm se alcanzd el nivel est6ril (210-212). El Pozo II-3 estä ubicado al este de Pozo II-2. Su tamaflo principal es de 2 xZ m, que luego se ampliö en I x 1 m hacia el norte (Figura 7).La

habitacional que empiezadebajo. De este modo,

los dos complejos se pueden diferenciar

A pocos centimetros sobre el suelo (308, 3143) se observan piedras toscas alineadas formando el muro o cimiento de una estructura habitacional (Figura 8). El muro (309,316) estä

orientado de noroeste a sureste. Para la construcci6n del cimiento se usd tambi6n un fragmento de mano de moler y artefactos cerämicos, como tiestos. Se puede observar un desnivel leve hacia el sureste. El complejo de las unidades estratigräficas 311, 315 y 321

consiste de diferentes pisos de arcilla grisamarilla, que estän puestos sobre un lecho de guijarros (318). Estas unidades estratigräficas ya no presentan tantos fragmentos de cerämica (ver Thbla 2). En el noroeste del pozo se puede observar una cista de piedras de 0,70 x 0,35 m, orientada suroeste a noreste, casi en ängulo recto

con el muro. La cista comienza ala altura del canto inferior del cimiento (59,60 m) y baja hasta una profundidad de 15-20 cm (59,42 m). De Ia unidad estratigräfica del suelo (3 I I ) provienen tambi6n, huesos de cam6lidos neonatos, que llevan a pensar nuevamente en un contexto ritual.

En este sentido, es importante mencionar los huesos de dos individuos humanos perinatales, que se encontraron en las unidades estratigräficas 304, 307 y 308. Se ubicaron en diferentes partes del pozo ya no articulados. Por

206

TEXTOS

ANTROPOLÖGICOS

VOI.13, NOS. 1-2

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Figura 5. Perfiles estratigräficos del Pozo I-1.

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Figura 6. Perfiles estratigräficos del PozoII-2.

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Figura 7. Perfiles estratigräficos del Pozo II-3.

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Gabehann cHoRoQollo

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el hallazgo de la cista debajo del suelo se puede inducir que se trata de una ofrenda de niflos, que fue destruida, tal vez al sacar piedras del cimiento y la cista al abandonar la casa para la

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rNreRcR[lsro

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et prRlooo roRtuRtrvo

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de un niflo de Wankarani estä descrito por Walter

(1966:29, 104). El esqueleto estä clavado al suelo de una estructura habitacional con una cornamenta.

construccidn de una nueva. La investigaci6n de Walter enCliza provee una

La presuncidn de un contexto perturbado estä sustentada por el hallazgo de una herramienta en forma de una lezna o punzdn de hueso en la misma esquina: el artefacto se rompi6 en dos partes, un fragmento se encontrö en la unidad estratigriffica 31 1-8, justo debajo del nivel del suelo (308) y el otro proviene de la unidad estratigräfica 315A del ärea de la cista unos 20

posible interpretacidn para el lecho de guijarros debajo del suelo. En Chullpa Pata, encontr6 capas de guijarros y tiestos debajo de los pisos de arcilla (Walter 1966:127). Estas capas pudieron funcionar como desagües para las lluvias fuertes, con el fin de que no se moje el piso de la casa o para que se seque mäs räpido (comparar con Flannery 1976:16).

cm mäs abajo.

Otro hueso humano aparece en el lecho de guijarros (318). Se puede sospechar que los huesos humanos, puestos como ofrendas debajo del suelo de la casa, llegaron a niveles superiores

por la perturbacidn. Un ejemplo de la ofrenda

La interpretaci6n del contexto inferior como una estructura habitacional, que despuds de abandonada habria sido usada como basural, estä sustentada por la cantidad de fragmentos en cada

unidad estratigräfica (Tabla 2). Se muestra la relacidn del peso de los fragmentos con el

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Ira Figura 8. Planta del Pozo

II-3 con diferentes niveles y la reconstruccidn del muro y la cista de piedras.

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Figura 9. Perfiies estratigräficos del Pozo III-5'

que la razdn promedio del basural se presenta Äuy atta cott 9.25, mientras que la razdn-del contexto de los pisos asciende a solo 6'44' Esto

nrimero. La columna de la tazdn "fragmentos/ 1009" seflala el promedio del nrimero por 100 g'

significa que en el interior de la casa

Un factor alto demuestra la densa distribucidn de pequeflos fragmentos, propia de un basural'

Un-faitor pequeflo marca rnenos fragmentos de

un tamaflo rnäs grande, que puede marcar el piso de una casa (cornparar conWintet 1916:27)' Asi

Tabla 3. Distribucidn estadistica de los grupos cerämicos'

Gruoos cerämico§ 01 muy grue§o 06/01 grueso 06 grueso 06/03 gnreso 20 grueso 0? granular, rnediano 1lA granuiar, mediano 11 granular 10 granular 13 granular fino 03 granular fino, arcilloso 02 arcilloso Otros

Total

se

eniuentran grandes fragmentos, un hecho que contradice el patrön de desechar brasura que logrd constatar Bermann (Bermann y Est6vez 19-95) en ei sitio Wankarani de San Andrds en el

c6di

Nümero Porcen

5

49 27 138 26 98

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51

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5,4 3,0 15,1

2,8 10,7 6,7 3,4 5,3 3,0 8,9 14,7 15,6 5,6 100

Gabelmann cHoRoQoLLo

altiplano.

-

PRODUCC|öN DE CERÄMtcA E tNTERCAMBto eru eL peRiooo FoRMATIVo 209

Se pudo demostrar que los habitantes

desecharon grandes artefactos (calculando un promedio de 20 cm2) afuera y que sölo muy pequeflos objetos se quedaron en el interior. Este

comportamiento no se puede confirmar en Choroqollo. Del Pozo II-3 provienen 14 de un total de 16 herramientas del sitio utilizadas para la producciön de cerämica. Se trata de tiestos modificados con un canto trabajado (comparar con Rivera Casanovas 1994:Fig.10.5), que se usa como raspadores para alisar la superficie de las vasijas. Nueve de los raspadores se

encuentran en el contexto del basural

capa superficial

y en la y cinco en el contexto de la

estructllra. Ademäs se encontraron tiestos fuertemente quemados, por lo que se puede suponer la presencia de un ärea para cocinar cerämicaen la proximidad de la casa. La cuarta intervenci6n se ubic6 enla ilreamäs alta del sitio (Sector III) con un tamaflo de 5 x 1 m (Figura 4)"Lacapade los primeros 15-20 cm (501-504) no arrojd muchos aftef,actos, asf es que se redujo el pozo a2,5 x 1 m (Figura 9). La unidad estratigräfica 505 presenta una tierra mäs oscura con fragmentos cerämicos. A una

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estratigriifica 102 en el Pozo I-1, que tambi6n estä rodeado por un empedrado (508). El empedrado se encuentra a pocos centimetros debajo de la altura de la arcilla quemada.

Esta situacidn permite interpretar ambos contextos como äreas de cocinado de cerämica.

Mayor evidencia se suma con la escoria de arcilla de cerämica de la unidad estratigräfica 509 y el fragmento de un tubo de cerämica con aplicaciön de una cara antropomorfa. La funci6n de estos tubos puede tener relacidn con el control del fuego al cocer las vasijas (Brockington et al. 1995:75; v6ase mäs abajo). Debajo del ärea de cocinado de cerämica sigue una capa culturai (509, 510, 5tr3) hasta el fin del pozo, con incesante cantidad de cerämica. No se pudo alcanzar ei nivel est6ril en este pozo por razones de tiempo.

Como resumen de la excavacidn se pueden presentar diferentes resultados de cada sondeo. dos pozos representan una ärea de cocer vasijas (I-1, III-5), un pozo presenta parte de una estructura habitacional con indicios de actividades

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profundidad de 35 cm aparecid un estrato de arcilla quemada (506), similar a la unidad

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51

\ grupos rnacrosc6picos Figura 10. Relacidn de los grupos clusters con los grupos macroscdpicos.

210

TEXTOS

ANTROPOLOGTCOS

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1?= Gr.02

11 = Gr. 03

grupos de antiplästico atmösfera: 1 oxidante, 2 llnea gris, 3 oxidante/reductora, 4 prepond, reductora, 5 reductora

Figura 1 1. Relaci6n de los grupos clusters cerämicos con la atmdsfera de cocciön

de producci6n de cerämica, que despuds fue utilizada como basural o itrea para ofrendas (II3), al igual que el cuarto pozo (II-2).

Anälisis de Cerämica

La mayorfa del material de la excavacidn consiste de fragmentos de cerämica. La arcilla cocida es muy resistente a procesos quimicos

de descomposicidn. Ademäs, la cerämica reacciona mäs räpido a cambios en el sistema social, econ6mico o politico (comparar con Albarracin-Jordan 1996; Bermann 1994) y puede mostrar diferencias temporales o espaciales mejor que, por ejemplo, artefactos de piedra, que se modifican muy lentamente y se presentan por largas extensiones de territorio con

caracteristicas uniformes, debido a criterios funcionales (Mohr Chäv ez 1977 :14) . A1 analizar el material de Choroqollo se puso dnfasis en el modo de produccidn, la presentaci6n de los diferentes tipos de cerämica y su distribuci6n regional o interregional en un posible sistema de intercambio.

En total 7919 tiestos fueron registrados en la excavaci6n. De ellos, 1049 presentan caracteristicas que permitieron diagnosticarlos como bordes, bases, decorados o incisos. Estos

fueron analizados con lupa (de 20 aumentos) para determinar los componentes de su antiplästico. De ellos, 913 tiestos fueron analizados mediante un programa computacional (SPSS) para agrupar tipos de cerdmica por medio de los componentes de antiplästico. Finalmente, unos 575 tiestos, de los cuaies era posible reconstruir sus formas, por lo

menos de las partes superiores, fueron analizados en cuanto a forma, tratamiento de superficie y produccidn mediante la aplicacidn de m6todos estadisticos, para terminar con su

reconstrucciön gräfica. En macroscdpico

se

el

anälisis

pudo establecer 12 grupos, que

a su vez, se pueden ordenar en 6 grupos principales, con subgrupos o grupos intermedios. Diez de estos grupos tienen relaciön relativamente cercana, en cuanto presencia del antiplästico o la arcilla con fueron manufacturados. Se puede inferir

estos grupos consisten de

una a la

que que cerämica de

producci6n local. De hecho, los componentes de antiplästico

se

encuentran en el material fluvio-glacial que lleva cada lecho de rio en los valles de Cochabamba. Sölo un grupo se puede distinguir de los demäs por sus componentes de mica dorada y negra y cuatzo transparente, que no aparecen en lo que

GAbEIMANN CHOROQOLLO

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PRODUCCIÖN DE CERÄMICA E INTERCAMBIO EN EL PERIODO FORMATIVO

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Figura 1 2. Categorias morfoldgicas ceriimicas. se considera cerämica local. Se supone un origen externo a los valles para este tipo, definido como

1tr4. La agrupaci6n obtenida por medio del anälisis de agrupamiento (cluster) presenta diferentes resultados (Figura 10). Los 12 grupos ("clusters") no coinciden con los grupos macroscdpicos, lo que se entiende porque una clasificaci6n a lupa es subjetiva y dependiente del observador, mientras que la computadora tratacada variable con valor id6ntico y presenta

funcidn de las vasijas. Un espectro de formas da una vista general al uso de las vasijas. En el anälisis de los grupos de antiplästicos

se

diferencia entre cerämica fina y tosca. La cerämica fina, por ejemplo el grupo 02103 se

puede interpretar como "vajilla

de

representacidn" por su alto factor de visibilidad. El uso funcional de una vasija requiere una cierta morfologia y viceversa (Rice 1987:209).

resultados aritm6ticos. Por lo tanto, en los grupos

"clustsr" varios grupos macroscdpicos se superponen. Sin embargo, los resultados presentan la evidencia de una relaciön entre estos grupos que podria indicar una cerämica local.

03 es casi id6ntico al grupo 02, un resultado que se puede confirmar por las secciones delgadas (v6ase mäs abajo).

E1 grupo

Igualmente, existe una relaciön relativamente intimaentre los grupos 06 y 01 y 0ll06,tal como entre el grupo 06/03 y el grupo 20.

El ceramista puede inferir la utilidad de la materia prima pensando en la funciön pora la eiecciön de la arcilla, el tamafro y proporcidn del antiplästico y el tratamiento de la superficie" Datos etnogräficos reportan que los parämetros morfoldgicos coinciden con grupos funcionales y atributos fisicos del material (Henrickson y

McDonald 1983). No obstante las vasijas se pueden utilizar para varias funciones (Rice 1987:209). En el material de la excavdciön de Choroqollo

no se encontr6 ninguna vasija entera. De la

El grupo 13 se puede considerar muy similar al grupo 10, por la parte de arena. El grupo 11A se ve separado, no presenta ninguna relacidn con

reconstruccidn de formas por medio de dibujos s6lo se pueden obtener informaciones sobre la

otros grupos. EI anälisis de cgmputadora en este

parte superior (bordes, cuellos

caso funciona como evidencia estadistica, sustentando la clasificaciön macroscöpica de grupos de antiplästicos.

inferior (bases) de los

La siguiente seccidn se dedica a la relacidn de los grupos antiplästicos con la morfologia y la

57

5

o

tiestos

diagnosticados.

Para Espectro de formas y anälisis de funciön

y hombros)

la interpretaciön estadfstica de la

morfologfa se usa una descripci6n independiente de las interpretaciones funcionales, basändose en cuerpos geomdtricos (Castillo Tejero y Litvak 1968; Shepard 1957:Figs. 23, 24).

212

TEXToS

ANTRopolöctcos

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categoria de forma

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grupos cerämicos Figura 13. I)istribuciön del porccntaje de categorias morioldgicas con los grupos cerämicos

Las agrupaciones morfoldgicas se presentan como sigue (Figura 12):lacategorfa 2 representa vasijas ccrradas con un diämetro del borde o cuello menor que el diämetro mäximo del cuerpo" El cuello es de forma trapezoidal, con las paredes rectas o ligeramente c6ncavas. Las lctras A-C srmbolizan las diferentes formas y tamaflos dcl cuerpo, que tiene la vasija. La categoria 3 es similaq pero el cuello tiene forma de embudo con paredes c6ncavas extendidas. Estas vasijas presentan un diämetro menor del cuello con relacidn al diämetro del borde. Se puede sospechar, que la altura de las vasijas de Ias categoriasZy 3 excede el diämetro del borde

de cerämica, piedra o tejido.

El tratamiento de la superficie consiste de un "engobe propio" (self-slip), que fue alisado con brocha. Existe todavia una cierta porosidad de

la superficie, que permite la evaporaci6n de lfquidos (Henrickson y McDonald 1983:633). Por otra parte, los lfquidos se conservan frescos en el calor por Ia evaporacidn (Rice 1987:231).

La superficie irregular y äspera,

ademäs,

presenta una ventaja en cuanto a su funcidn para

el transporte, porque aün cuando la superficie estä mojada, provee un agarre seguro.

dos o tres veces.

Las formas de cuello recto (categoria 2), por el

Las caracteristicas de cuello de embudo y boca ancha de las vasijas de la categoria 3, sirven para echar liquidos. El grosor y escaso peso de 6stas,

permite usarlas para el transporte

contrario, sirven para el almacenamiento de bienes secos. Con bocas mäs grandes proveen acceso mäs fäcil al contenido (Henrickson y McDonald 1983:632). Ademäs el cuello recto no es tan rltil para echar lfquidos.

(Henrickson y McDonald 1983:633-635).

Ambas categorfas deben haber sido usadas en

Algunos fragmentos presentan un lustre en el exterior del cuello, lo que podria significar que

funciones de almacenaje y la mayorfa estä representada por el grupo 20, pero tambi6n por el grupo 1 1 (Figura 13), que tiene un tratamiento de superficie igual. A parte de eso, se encuentran vasijas con cuello de embudo en los grupos 01, 06, 06/03, 07 y 11A, los que presentan una superficie engobada y brunida para evitar la

y almacenamiento de agua o de otros liquidos

las vasijas de las que derivaron fueron realizados para uso en transporte o para echar el contenido. Tambidn es probable que fuera tapada con un tejido, atado al cuello afuera. Un lustre al interior del cuello permite inferir el uso de una tapa

GAbCIMANN CHOROQOLLO

-

PRODUCCIÖN DE CERÄMICA E INTERCAMBIo EN EL PERioDo FoRMATIVo 213

PASTACOD

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4 3

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2011 205-5 205€ 206-5 206$ 2A7$ 208-7 209-7 2104

Figura 14. Relacidn de los grupos cerämicos con las unidades estratigräficas del Pozo II-2.

evaporacidn. Tamaflos pequefros en forma de jarra o ilnforaestän representados en los grupos 02103 o 13, que presentan una superficie muy bien acabada.

grupo 20 6 06 podrian ser utilizados como ollas

para cocinar por no llevar engobe (Rice 1987:231), aunque no se encontrd huellas de humo o fuego, que soportaran esta funcidn. Las y platos estän representados por los grupos 10,06, 06/03,13 y 02103"

fuentes En la categoria4 se encuentran vasijas abiertas o s6lo ligeramente cerradas. De estas riltimas, el diämetro de la boca se presenta poco menor que el diämetro mäximo del cuerpo. El perfil del cuello es similar a la categoria 3. Las letras A-C aqui simbolizan una diferencia en la probable altura de la vasija: una altura mayor que el diämetro de la boca significa una forma de olla, una altura menor que el diämetro de la boca significa una forma de fuente o cuenco, mientras un plato tiene una altura menor que la tercera parte del diämetro de la boca.

La categoria 5 estä relacionada con la categoria 4. Se distingue sdlo por el borde recto o cdnico extendido y un diämetro de la boca mayor que el diärpetro mäximo del cuerpo. Esta categoria

estä dominada por los grupos 20 y 11. La superficie es äspera e irregular, como ya se ha descrito. Fuentes y platos, en cambio, estän representados por los grupos 10, 06 y 06103.

Lacategoria 6 presenta vasijas abiertas, como fuentes o cuencos con paredes rectas o c6nicas,

La categoria 4 estä representada por varios grupos como 01,06,06/03 y 20 en tamaflos grandes; o como 13, 114, 07 y 03 en tamafros pequeflos, y una variedad de formas de bordes o labios. Las vasijas grandes del grupo 01 tienen labios abultados afuera y llevan engobe. Vasijas similares con boca ancha se usan hoy en diapara

la fermentaci6n de chicha (comparar con Tschopik Jr. 1950:206). Tamafros medianos del

dominado por los grupos 20, 11,02103 y 13. Esta es la forma mäs caracteristica del grupo 02103 o "Choroqollo Naranja", tal como la categorfa 7, que presenta fuentes con paredes convexas. La categoria 8, fuentes hemisf6ricas,

estä dominada por el grupo 13.La riltima, la categoria 9, contiene vasijas cerradas en forma ovoide, esf6ricas o de botella.

214

TEXTOS ANTROPOLÖGICOS

Vol.13. Nos. 1-2

PASTACOD

300-0 303-3 30,{-4 307.6 31rl-3 309-8 311-9 321-11 301-1 3'13-1 30il 317-3 3'174 321-5 311-10

I ffi E I ffi ffi m ffi @ I W

t2=Gnppeo2 11=Gnspeo3 1o=Gnppe

13

9 = Gruppe1o

8=Gruppe11

7=Gr.ilA 6=GruppeoT S=Grt&pe2o

4.

Gr. o6io3

3=Gnppeo6

I

=Gruppeo1

unidad estratigräfica Figura 15. Relacidn de los grupos cerdmicos con las unidades estratigräficas del Pozo II-3. Se puede observar una

relacidn definitiva entre

la morfologia y los grupos cerämicos.

La "Choroqollo Naranja" domina cerämica fina del la categoria de fuentes con paredes delgadas. Siempre estän engobadas y bruflidas adentro, asi que se puede inferir una funcidn como fuentes para servir, tal vez para comida semi-lf,quida

(Henrickson y McDonald 1983:639). Otras formas representan cuencos, jarras y botellas, los que tambi6n se puede ver en relacidn con

actividades de servir. La decoraci6n, por el bruflido, ademäs sustenta la funcidn como "vajilla representativa". El grupo 13 de cerämica

fina tiene una funciön similar, aunque

El grupo 06 es muy universal en cuanto a las formas, pero con 6nfasis en formas de almacenamiento (categoria 3) u ollas (categoria 4). El grupo 03/06 es similar y presenta formas

Tabla 4. Distribucidn porcentual estadistica de grupos cerämicos a los pozos.

Grupos cerämicü§ 01

0r/06 06 06/03 20 a7

114 t1 10 ta

IJ

03

a2

Total

Yo pozo

5,4 0,0 16,2 10,8 5,4 0,0 0,0 g,t 8,1 2,X 13,5 29.7

I-1

100.0



su

superficie no estä tan bien acabada.

pazoll-?

4,3 2,7 13,4 32 2,7 5,4 1,1 3,2 6,5 7,O 26,9 20,4

96,8

s/o

pouoII-3

1,2 0,0 1,6 2,8 39,8 2,4 8,0 11,6 0,4 I8,5 7,6 4,4

98,4

Yo

pozoIII-5

1,4

5,6 11,1

19,4 4,2 5,6 0,0 9,7 6,9 2,8 19,4 13,9 100,0

Gabelmann cHoRoQoLLO

-

PROpUQCtÖlr DE QERÄM|CA E TNTERCAMBTO EN EL PERIODO FORMATTVO 215

con cuello de embudo tanto como fuentes con paredes delgadas. El grupo 01 se concentra en

contextos de cada pozo no permiten interpretar el aspecto cronoldgico en el Pozo II-3, porque

representaciones de grandes vasijas de las categorias 3 y 4, qu'e tienen una relacidn con el almacenaje y preparacidn de grandes cantidades

se trata de diferentes contextos funcionales que no pueden ser sincronizados.

de liquidos.

Una muestra de carb6n de la unidad

El grupo 20 estä restringido a vasijas grandes

estratigräfica 314-3, que representa el ültimo piso de la estructura y al mismo tiempo el fondo

de las catego rias 2, 3 y

5.

La supuesta diferencia

funcional de este grupo, indicado por

su

diferente manufactura, no puede ser confirmada con exactitud. Las vasijas grandes de almacenamiento con cuello de embudo tambi6n estän representadas por los grupos 06 y 06/03,

por lo que se puede inferir un

del basural, fue fechada en 1327 + 56 a.C., calibrada2. Asi, la fecha puede datar la riltima ocupaci6n de la casa o el primer uso del basural despuds de abandonada la casa" Comparacione s re gionales

aspecto Una fecha de raC de edad similar proviene del nivel 32 de Sierra Mokho en el valle central con 980 t245 a.C. (Brockington et al. 1987:Tabla

cronol6gico. Cronologia

4, GX-12134), que data la fase formativa Se intenta buscar una relaci6n estratigräfica a trav6s de la distribuci6n de los tipos y formas del material cerämico (Tabla 4), aunque el factor de la cuantificacidn de tiestos tiene que ser interpretado con cuidado (Rice 1 9 87 28 8-293). La distribuci6n de los diferentös grupos y formas de cerämica no se puede transferir a todo el asentamiento, no obstante, por lo menos puede proveer datos sobre las posibles actividades de las äreas excavadas y aspectos cronolögicos. :

temprana. En los niveles 33-27 de SierraMokho se encuentra una cerämica igual al "Choroqollo

Naranja", la cerämica del "Sierra Mokho Rosado" 3. Incluso, se puede sospechar una manufactura iddntica de ambos sitios.

El problema de una larga persistencia en el tiempo del "Sierra Mokho Rosado" ya fue explicado, pero por lo menos se puede considerar id6ntico con el "Choroqollo Naranja"

en la fase temprana. Este hecho sustenta la Los conjuntos de los diferentes pozos se ven clasificacidn del "Choroqollo Naranja" como un diferentes. Hay que tener en cuenta los diferentes tipo del grupo "Sierra Mokho Rosado". La contextos funcionales de los pozos. El grupo evidencia de que los niveles 33-2V de Sierra Mokho son contemporäneos con Choroqollo 1 1A de Wankarani, por ejemplo, no se encuentra en los contextos de las äreas de cocinado de confirma tambi6n la aparicidn de una cerämica de color rojo-marrön hasta negro con cerämica de los pozos I- 1 y III-5. En este sentido, antiplästico de mica y arcna y superficie muy parece mäs instructivo considerar los dos pozos bien acabada en estos niveles, de la cual en el Sector II, que presentan una distribucidn diferente, aunque no se separan por mäs de 10 igualmente se sospecha un origen del altiplano (Brockington et al. 1987:l4,Tabla2). En este metros de distancia. caso tambidn se trata de la cerämica de En el pozo II-2 domina la cerämica fina del Wankarani, que se encuentra en Choroqollo "Choroqollo Naranja" (02103) con la cerämica (114). del grupo 06 en los niveles superiores (Figura 14). Por el contrario, el Pozo II-3 muestra una La interaccidn con el altiplano se aclara por el distribuciön de los grupos 20, Il y 13, hallazgo de la estela de piedra con caracteristicas acompaflados por el grupo 11A, la cerämica de de la escultura litica de Wankarani (Ibarra origen Wankarani (Figura 15). La apariciön de Grasso 1964:Figs. 1, 5) en Sierra Mokho. los grupos 01, 06, 06103 y el "Choroqollo Aunque estä erosionada, se reconoce la representacidn de una cab ezade llama estilizada. Naranj a" (021 03) sucede primero en el contexto del basural. Asi, se sustenta la divisidn de los No se sabe si la estela fue intercambia'la o dos contextos arqueolögicos de la estructura producida localmente, pero en ambos casos su habitacional y el basural. Pero, los diferentes presencia requiere de una interacci6n intensiva

216

TEXToS

ANTRoPoLÖGICos

VoI.13, NoS. 1-2

L Tupuraya (4)

välle ccntral

zza

-\

2. Cayacayani (5) y Convento 3. Arani {l) 4. Collcapirhua & Tiquipaya (l) 5. Lakatambo, Condadillo, Sauces 6. *ramasi (?) 7. Clizs (?) y San Benrto 8. Mucla 17) g. Parptani (?)

\

Cr}nor. -

l4 l6 l7

FormaLrve sites

A ChullpapaLa (6) L Chullpapampa (2) C Mayra Pampa (8) D ConchupaLa (B) E. Sierra Mokho (E) F Yural Molino (9) G. El Tambo (t0) H Khopi (10)

(6)

10. Pukara (3) tl. Omereque (3) 12. Chilon (3) 13, Saipina AlLa (3) 14. Pulquina (3) 15. Holguin (3) t6. Pererel.a {3) 1?. Perez (3) 10. Caraparial (3) i9. Batanes (3) 20. Aiquile (?) 21. Callajchullpa (?)

2?, Pinami & Parroqur. 23. Jarkhapata (11) sourcd (1, &!r.tt lsi (2, nrd.n lrsa: (3| ird.r le3{t (a) t d.n 1959; (31 8mr t0ü6: (6) r.rr.. rs6 lf?l P*e $aain., l92i (a) Br.clCbaro!.1 .1. !9o5| (D) *eri.tbo ltez: (10) E,vErisate!. p.r...om.

(!lI

Cap!d.r.

!.r.@.

l0O km Figura I 7. Sitios del Periodo Formativo de la regidn de Mizque, segün Higueras (1996:Fig. 2)

§

con el altiplano.

encontradas por Bennett (1936:385-386) en el sitio Illuri, cerca de la ciudad Cochabamba, con

De las breves descripciones4 de la "cerämica de

una ocupaci6n formativa

color naranja" proveniente de Colcapirhua y

Intermedio Tardio parecida a Colcapirhua.

y del Periodo

Tiquipayaen el valle central (Bennett 1936:363-

387) se puede inferir, que se trata de una cerämlca parecida al "Choroqollo Naranja", teniendo en cuenta la proximidad de Sierra

Mokho Rosado (Figura 2). Dos vasijas

hemisf6ricas de Colcapirhua muestran una tira pintada de negro en el interior de su borde

El sitio Chullpapampa, investigado por Stig Ryddn (Ryd6n 1952,1961), presenta una cerämica que parece "ladrillo" de color rojo o rojo-marr6n. La cerämica presenta asas, pero, aparte de un escaso bruflido, no tiene ninguna decoraciön.

(Bennett 1936:374), un caso que tambi6n

aparece en Choroqollo (v6ase mäs arriba). La

De la excavacidn en Chullpa Pata (Walter 1966),

caracteristica de los sitios Tiquipaya y

en el valle alto, provienen vasijas con incisiones

Colcapirhua consiste de enterramientos en urnas

o aplicaciones zoo o antropomorfas. Tämbi6n encuentran tubos de cerämica. Walter (1966) ya menciona una similitud de la cerämica con la de Chullpapampa (comparar con Ryd6n 1961:Fig. 1). Por los trabajos del Proyecto Formativo del Museo de Arqueologfa de Cochabamba se puede clasificar la cerämica de Chullpa Pata en cuatro grupos (Brockington et al. 1985:7-9). Similitudes de la cerämica de Chullpa Pata (Walter 1966) con la cerämica de los niveles 11-14 de Siena Mokho (Brockington et al. 1985: l2,Tabla2) ya se mencionaron. Sobre la base de estos datos se pueden configurar dos

con dos asas horizontales (Bennett 1936:367, Figs. 6, 7). Pero de Choroqollo no se conocen urnas en forma de U, ni enteramientos en urnas, ni asas en la cerämica. De todas maneras, se puede sospechar una larga ocupacidn de los monticulos de Tiquipaya y Colcapirhua como en Sierra Mokho, por ejemplo, lo que s6lo se podrfa verificar a trav6s de excavaciones.

Los sitios presentan hachas con cintura, igual que los de Choroqollo, pero como se trata de herramientas de piedra con caracteristicas funcionales no sirven como indicadores cronoldgicos. Hachas planas, pulidas con filo redondeado y dos perforaciones fueron

se

fases formativas en el valle de Cochabamba. Los

niveles 33-27 de Sierra Mokho

y Choroqollo

forman una fase temprana, mientras

Gabelmann cHoRoQoLLo

-

PRoDUCctöN DE cERÄMtcA E tNTERCAMB|o Eru el pERlooo FoRMATtvo 217

Chullpapampa y Chullpa Pata y los niveles 1114 de Sierra Mokho pueden mostrar una fase tardia (Tabla 8). Tres kildmetros al oeste de Cliza se ubica el sitio

Santa Lucia, que fue objeto de varias investigaciones bajo diferentes nombres: Aranjuez (Ibarra Grasso y Querejazu Lewis 1986:150) o Cruzpata (Byrne de Caballero 1975,

comparar con Zidlkowski et

al.

1994)

obviamente son distintos nombres de un solo

sitio. De las investigaciones, no existen

publicaciones monogräfi cas.

La caracteristica de este sitio es la presencia de construcciones de äreas de cocciön circulares, de un diämetro de 1 a 1,20 m. Aunque muy erosionadas, en algunas se observa un borde redondeado de arcilla quemada y una posible construccidn de piso, tal vez :una cämata para combustible. Estas construcciones estän establecidas en filas, a una distancia de 1,5 a 4 m. En total se podian contar 32 construcciones en3 6 4 filas. En Santa Lucia se puede sospechar una produccidn de cerämica a nivel "industrial"

Mizque (Figura 17) de la coleccidn de Erland Nordenskiöld estä incisa con lineas onduladas o zigzags (Ryd6n 1956). De Saipina Alta provienen urnas con enterramientos de nifros (Ryddn 1956:Fig. 23), junto con dichacerämica. Pocas vasijas portan pintura oscura (Ryd6n 1956:Figs. 21A-D). Los artefactos lfticos consisten en hachas con cintura (Ryd6n 1956:Figs. 12,23,31) y azadas trapezoidales (Ryd6n 1956:Figs. 21, 23). Herramienras similares se conocen en Choroqollo.

Una excavaciön del Proyecto Formativo en Mizque: Conchu Pata (Pereira et al. 1992), presenta enterramientos con ofrendas ex6ticas, como conchas marinas (pecten), coral, sodalita

y cuentas de hueso. Ademäs se encontraron cinco hachas planas, pulidas, con una o dos perforaciones, o en un caso con Ia aplicaci6n de un felino (Pereira et al. 1992:38-39, No. 2, 3) que sustenta la idea de que el uso de esas hachas era ritual o como signo de prestigio. Ademäs el

material de arenisca no sirve para un uso de herramientas. Una comparaciön con los enterramientos de Mayra Pampa (Brockington

(v6ase mäs abajo).

et al. 1987:74, 41), a una distancia de 3 km permite inferir que ya se trata de una sociedad

A una distancia de pocos kildmetros al sur, se encuentra el pueblo Huayculi, donde en la

estratificada.

actualidad se produce cerämica (Gabelmann 1999), un factor que sustenta la idea de una producci6n antigua (Arnold 1975; Rivera Casanovas 1994:33). Al lado oeste del äreade construcciones de cocciön, en Santa Lucia se encuentran enterramientos. En la superficie se encontr6 un fragmento de escoria de cobres. Existen varias fechas radiocarbdnicas de este sitio, pero provienen de contextos no documentados. De las construcciones de coccidn se tiene una fecha de 90 + 60 a.C. (Byrne de

Caballero 1975:431; ver Zidlkowski et al. 1994:93, Tx-1817A), que es relativamente contemporänea con Chullpa Pata. Otra fecha sin

contexto (probablemente un enterramiento) presenta 450 * 80 a.C. (ver Zidlkowski et al. 7994:93,Tx- 18188). Asi que seria muy posible de encontrar una fase media del Formativo de Cochabamba aquf. C o mp

arac ione s int e rre g io n,al e s

La cerämica de Conchu Pata consiste de fuentes

y platos con paredes rectas o kerus cilfndricos

de color naranja u ocre. La superficie estä engobada y bruflida. Asas no existen. La cerämica apenas presenta similitudes con el espectro de formas de la fase temprana de Cochabamba o Choroqollo, ni con tra fase tardia de Chullpa Pata. Del complejo cerämico de Conchu Pata se puede separar la cerämica "gris" del valle de Mizque (Ryddn 1956), que representa un complej o de cerämica independiente por sus caracteristicas. Tres fechados radiocarbönicos de Conchu Pata datan de un lapso ubicado entre 1080- 1 187 a.C. y 802 a.C. (Pereira et al. 1992:41), que seria contemporäneo con la fase temprana de Sierra

Mokho y Choroqollo. De hecho el "Sierra Mokho Rosado" estä distribuido en Mizque tanto como en las regiones de Aiquile y Khopi, lo que permite inferir ciertos modos de interaccidn (Brockington et al. 1995:160-162) entre Cochabamba y Mizque.

La cerdmica monocroma "gris" del valie de

218

TEXTOS

ANIBAEALoGIGA§-

En relaci6n con las interacciones, hay que considerar las hachas planas, pulidas, con dos

perforaciones (Ibarra Grasso 1958-59:Fig. 4; Pereira et al. 1992:No. 3). Se encuentran

frecuentemente en Mizque (Conchu Pata, colecciön del Museo Arqueolögico de la Universidad Mayor de San Sim6n, Cochabamba) asi como en los valles de Cochabamba (Cliza, Tiquipaya, Illuri, Choroqollo) y parecen marcar una ruta de interaccidn entre Mizque y Cochabamba' Ademäs, se sospecha que Mizque juega un rol importante en cuanto al intercambio a larga distancia, por los artefactos exdticos encontrados en los enterramientos de Conchu Pata' No s61o mantiene reläciones con las tierras altas, tal vez mäs importante es su interaccidn con la selva y tierras bajas, hasta el noroeste argentino (Ryd6n

1936:151). La cerämica "gris" incisa del valle de Mizque, que presenta vinculos con la c,erdmica de La Candelaria podria manifestar una relacidn mäs intensiva en una fase formativa tardiade Mizque (comparar con Nüf,ez Regueiro 1978:Tabla 1).

vol.l-3.N9S.!2

Cochabamba esculturas liticas mäs pequefras con representaciones de cabezas antropomorfas (sin espiga). La mayoria presenta ojos en forma de grano de cafd (Ibarra Grasso y Querejazu Lewis 1986:151-155) a veces con dos o tres cabezas. Un hallazgo lftico de Clizao Atanjtez (o Santa Lucia, Ibarra Grasso 1 95 8-59 : 224, Fig. 6; Ibarra Grasso y Querejazu Lewis 1986: 149)

y

tambi6n un ejemplo de procedencia

desconocida (Ibarra Grasso 1955-56:Fig. 5) presentan rasgos del estilo litico iconogräfico

de Pajano (Browman 1997; Portugal Ofüz 1998:31-104, e.g.: Figs. 36, 57,59) de laregidn sur del Lago Titicaca. La cara presenta una boca larga-oval con nariz en forma de T y ojos circulares. El estilo Pajano aparece en los ültimos

siglos a.C. (Browman 1997:5), por lo que se sospecha que podria existir una relaci6n con la regi6n del sur del Lago Titicaca en una fase tardia. Se puede imaginar un cambio en la direccidn en cuanto a las interacciones con el altiplano hacia Chiripa a partir del 500 a'C., cuando Chiripa ganö poder y funcionö como un fuerte centro de redistribucidn (Mohr Chävez 1989).

cerämica de Wankarani estä descrita como

La marr6n oscuro o gris-negro con superficie bruflida (Ibarra Grasso 1962:344-345; Walter 1966:91-93). Como antiplästico contiene mica dorada y c:uarzo. La forma mäs caracteristica es una vasija cerrada de cuerpo globular con un cuello pequeflo de embudo (comparar olla No'

Una caracteristica tfpica del Periodo Forrnativo de todas las regiones descritas en este trabajo"

es la distribucidn de tubos de cerämica. Se encuentran desde el Cuzco (Mohr Chävez 1980) hasta el noroeste argentino (Heredia 1966)' En todo caso, las interpretaciones de 6stos

La

conforman un amplio abanico: trompetas (Mohr

reconstruccidn de tiestos del grupo 11A de Choroqollo coincide con esa descripcidn de la forma de jarra, tal como con los resultados de las secciones delgadas de Wankarani (Arellano I-6pez I975; vöase mäs arriba)'

Chävez 1989 :17 ;Moseley 1992:146- 149), tubos para el uso de alucin6genos (Heredia 196632\),

Ll3tll5 Walter 1966:Tafel 8, 2).

Asi, la distribucidn de la cer6mica Wankarani en Choroqollo y Sierra Mokho demuestra interacciones con el altiplano en la fase temprana. Esa relacidn de un probable intercambio estä sustentada por la estela litica de 1 m de'largo, encontrada en Sierra Mokho (Ibarra Grasso 1964). La estela muestra muy bien las caracterfsticas de las esculturas de cabezas de llamas de Wankarani (e.g.: Guerra Glrtrlrez 1994:Figs. 13,16,18, Tipo C; Portu1998:Figs. 6f ,7, 15). Se trata de una iepresentacidn geomdtrica muy estilizada' gal

O*iz

Aparte de eso, se encuentran en los valles de

iubos sopladores para controlar el fuego (Brockington et al. 1995:75; Ponce Sanginds 1970: 55) o tubos o pipas para fumar (Heredia 1 966; Walter 1966:182).

De todas maneras los tubos se pueden

diferenciar por tamaflo, diämetro y morfologia' Algunos tienen una forma c6nica (Ponce

Sanginds 1970:Fig' 30), otros son rectos y delgados. La boca puede ser tan pequefla como unu fluuta (Walter 1966:Tafel 3,2). A,pesar de que su amplia distribucidn sugiere un caräcter simbdlico y uso uniforme' se puede sospechar que sirvieron para varias.funciones, que no necesariamente fueron id6nticas en todas las

regiones. Su representaci6n muy elaborada si[nifrca un uso en actos importantes y rituales' Un probable uso importante y ritual podrfa haber

GAbEIMANN CHOROQOLLO

-

PRODUCCIÖN DE CERÄMICA E INTERCAMBIO EN EL PERIODO FORMATIVO 219

sido el control del fuego al cocer la cerämica. Considerando todos los pasos de trabajo de yarios dfas en el proceso de la produccidn de las vasijas (Gabelmann 1999), que se puede romper por resultar mal cocida, se pueden imaginar ritos para pedir una buen cocci6n. En este caso se puede inferir una "influencia directa", al usar los tubos decorados con

los artefactos de huesos son escasos. Un artefacto en forma de punz6n y un hueso largo pulido de un must6lido probablemente tambi6n fueron usados en la produccidn de cerämica. De

la primera falange de un cam6lido se hizo un agarradero en forma de clavija.

imägenes zoo o antropomorfas.

El fragmento de una vasija antropomorfa presenta un brazo flexionado y un pecho en

Como analogia se puede considerar lqsefmbolos de una cruz o una llave en las paredes de hornos de cerämica en Huayculi hoy en dia. Segrin los

forma estilizada. La representacidn tiene similitudes con figurillas de cerämica que aparecen frecuentemente en contextos formativos. De Choroqollo no se conocen, asi que la falta de

ceramistas, estos simbolos sirven como

figurillas podria corresponder a

amuletos contra los espiritus malignos, es decir

caracteristica del Perfodo Formativo Temprano. Paralelos de vasijas antropomorfas se encuentra en los llanos del Beni (coleccidn del Museo de Santa Cruz de la Sierra).

contra Ia posibilidad de que se arruine la horneada y salga exitosa (Gabelmann 1999).

una

lnterpretaci6n del Sitio l-a producciön de cerdmica

El sitio Choroqollo no muestra las caracteristicas

de un montfculo, como Sierra Mokho, por ejemplo. La ocupacidn fue muy corta y presenta a lo mäs dos fases, con una probable estratigrafia horizontal (v6ase m6s arriba). De los datos provenientes de la excavaci6n no se puede confirmar un patrdn de casas aglutinadas para

el asentamiento, como lo menciona Ibarra Grasso (1956b:149).

La produccidn de cerdmica presenta la caracterfstica mäs importante del sitio Choroqollo. El Valle Santivafrez se extiende sobre varios dep6sitos de arcilla (Arduz et a[. 1991). De datos etnogräficos se desprende que los depösitos se encuentran en un radio de 3-5 km del ceramista (Arnold 1975:189-192; Wells 2000:29).

'suponer la elaboraci6n y utilizacidn de lana de cam6lidos.

Las herramientas usadas en la producci6n consisten de cerämica, piedra o hueso, principalmente. Y otras, de materiales compuestos, como tejidos o brochas, pueden verificarse por las huellas dejadas en la superficie de las vasijas. La mayoria de las herramientas encontradas son de tiestos

Un rinico ejemplar de una punta de proyectil

modificados. Se trata de raspadores para obtener un espesor uniforme de paredes y para alisar la

muestra posibles actividades de caza, teniendo en cuenta que el objeto nunca fue usado, debido a la piedra äspera con que fue manufacturado,

superficie antes de poner el engobe (Rivera Casanovas 1994:146) y se presentan en forma rectangular, triangular o semi-circular con un

que no parece muy ritil para esa funciön. Ademäs, se encuentran hachas de piedra con cintura y el fragmento de una azada plana, que fue utilizada en actividades agrfcolas,

canto de trabajo recto, c6ncavo o convexo.

Dos manos de moler provienen del contexto de la estructura habitacional, una de ellas en uso secundario en la construccidn del cimiento.

cuanto al artefacto en forma de punzdn, para incisiones de puntos (Rivera Casanovas 1994:147). La mayoria de las herramientas

Tres artefactos liticos fueron usados para alisar o bruflir la superficie de vasijas. Por el contrario,

provenientes de la excavaci6n se registraron en el Pozo II-3, que no estd asociado con una de las äreas de cocci6n, sino con el contexto de la

De las actividades en el sitio ya se menciond el almacenamiento de liquidos y bienes secos por las formas de vasijas, mayormente de las categorfas 2,3 y 4. Se hicieron tapas de tiestos

modificados, asi como husos, que pueden

Las herramientas liticas, como el guijarro esf6rico, se usan para el bruflido. Herramientas de hueso se pueden usar para el pulido o, en

'

220

TEXTOS

ANTROPOLÖGICOS

VOI.13, NOS. 1-2

casa o basural. Las capas de las construcciones

en el valle central.

de cocciön no muestran herramientas. Asf que la produccidn de las vasijas se realizd en un lugar diferente que el de la cocci6n.

Segrin Rice (1987:184) se pueden diferenciar varios niveles de produccidn de cerämica en

La cocci6n

a

fuego abierto provee una superficie

de color irregular, porque pueden existir diferentes atmdsferas en cuanto a la proporci6n

de oxigeno (v6ase mäs arriba). A causa de fluctuaciones de la temperatura de la cocci6n a fuego abierto resultan deformaciones, rajaduras y mala cocciön (Rice 1987:155-156). Algunos tiestos parecen estar expuestos a temperaturas muy altas o largas, por la transformacidn de la materia prima y superhcie burbujeada. Se puede

sospechar que estos fragmentos fueron expuestos varias veces al proceso de cocci6n,

lo que pudo haber sucedido a fragmentos

de

vasijas mal cocidas que no fueron quitados del ärea o que fueron utilizados, tal vez, para tapar la pila de vasijas para cocer. Parece que los fragmentos sobre-cocidos son de los grupos 01, 06 o 20, asf que se sospecha la producci6n de estos grupos en Choroqollo.

Considerando que los grupos 01, 06

y

cuanto al conocimiento y tecnologia empleados: (1) Una "producci6n domdstica" que sirve para el consumo propio y utiliza un nivel bajo en

cuanto a tecnologia y productividad; (2) Una "industria dom6stica" produce con continuidad, pero todavia anivel bajo, donde las vasijas tienen valor de intercambio y llegan fuera del ärea de producci6n; (3) Una producciön de "taller indi vidual" llega mäs allä de las necesidades domdsticas, y se encuentra en äreas especiales

y requiere una cierta inversidn en herramientas y tecnologias especiales; y (4) La producci6n de "talleres especializados" requiere el trabajo del ceramista a tiempo completo y la producciön en äreas artesanales juega un rol importante en

la economia por productos estandardizados (comparar conArnold 1975:192-193). Sobre la base de esta clasificacidn, se puede constatar una produccidn a nivel de industria dom6stica para

Choroqollo, porque los productos parecen ser intercambiados dentro del valle.

20

presentan cerämica tosca o utilitaria, se puede argumentarque laproduccidnno se destind para un mercado interregional.

La produccidn de cerämica utilitaria tiene 6nfasis en criterios funcionales, o sea mäs estäticos, comparada con la cerämica fina, lo que dificulta la investigaci6n sobre la base morfolögica. Hay que considerar la posibilidad de que cada casa pudo producir la cerämica para

cubrir sus necesidades o que unos pocos individuos o familias confeccionaron la cerämica para un pueblo, a cambio de recibir bienes de alimentaci6n.

El grupo 06/01 se encuentra tambi6n en otros sitios del Valle Santivaflez, asf que se puede inferir que el sito Choroqollo fue responsable

Arnold (1975:193) el desarrollo

de a estä limitado especialistas a tiempo completo que ciertas condiciones ecoldgicas. Aparte de existan los yacimientos de recursos necesarios, s6lo seria posible en regiones con condiciones

Segrin

climäticas secas y una densa poblacidn. Un crecimiento demogräfico empuj a poblaciones en regiones marginales, inritiles par ala agricultura, donde se desarrolla una especializaciÖn en otros sectores. La densidad demogräfica juega un rol para la demanda de los productos cerämicos, lo que es necesario para la especializaci6n. En cambio, en regiones de condiciones ecoldgicas

mäs favorables

y lluvias periddicas, una

especializaci6n de ceramistas a tiempo completo l6gicamente estä limitada. Segrin la teoria de

Arnold, no serfa posible en los valles

de ideales son porque las condiciones Cochabamba,

la agricultura. Ademäs, las condiciones

de laproducci6n paratodo el valle. No obstante

paru

seria posible que otros sitios produjeran cerämica utilitaria para el valle. De hecho se encuentra un fragmento mal cocido de una

climäticas s6lo permiten una producci6n en la 6poca seca, porque las lluvias fuertes del verano pueden hacer peligrar la manufactura y la cocci6n (Rice 1987:156).Igual en Huayculi, el pueblo de ceramistas actuales en el valle alto, se practica una divisi6n del trabajo estacional (Gabelmann 1999:10), lo que significa que en verano se dedican al trabajo agticola para

cerämica similar al grupo 06 en el sito de Calera, que sugiere otro lugarde producci6n en el valle mismo. Contra eso, se puede sospechar que la cerämica fina del "Choroqollo Naranja" fuera intercambiada, y probablemente manufacturada

Gabelmann cHoRoQoLLo

- pRopuccröN

pE cEBÄMtcA E |NTERCAMBTo EN EL pERloDo FoRMATtvo 221

Tabla 5. Distribuci6n de fragmentos de huesos por especies, segrin Cartajena (2000).

Sondeo Camälidos C€rvidos

I-l tt-z II.3 uI-5 Total a/o

26 45 2 73

4t.9s

Ärtiodac8los Caviomorfos CarniYoros Total I

)

30

24

4t

26

72

14.95

2 58

1

1

1

112

.t

I 0.57

2 1.15

41.38

174 100

producir la base de su subsistencia.

1999). Sin embargo no se puede inferir una analogfa para tiempos prehispänicos de esta

Por eso se puede sospechar una actividad semi-

observaciön.

profesional o estacional de la producciön de cerämicapara la ocupaci6n de Choroqollo. Asi, los ceramistas tienen su ingreso propio en cuanto a la subsistencia. Esta inferencia estä sustentada por artefactos como hachas, azadas y husos en

el contexto de la estructura habitacional. Ademäs, se puede suponer que la produccidn de los ceramistas no era constante, sino segün la demanda, porque fue intercambiada s6lo dentro del valle.

De datos etnogräficos se puede considerar la familia como unidad productiva (Gabelmann 1999; Rivera Casanovas 1994:43), porque se involucran varias personas en el proceso de büsqueda de la materia prima y el combustible, ademäs de la preparaci6n de la masa y observaciön del secado y cocido. Una divisiön de trabajo en cuanto al gdnero se observa hoy en dia en Huayculi, por el uso del torno, que s6lo se permite a los hombres (Gabelmann

sräneo

vBrt§bra

6xt.

En Huayculi, no sdlo se observa una divisi6n de trabajo estacional y familiar en cuanto a la

produccidn de cerämica, sino que la produccidn

de las formas estä repartida entre todas las unidades productivas del pueblo. Asi que cada familia produce ciertas formas, que contribuyen luego aun espectro amplio de servicio de vajilla. Ademäs se observa una divisi6n de produccidn al nivel del valle (valle alto) por la funci6n: en Huayculi se produce cerämica fina domdstica (como servicios y juguetes), mientras que en Paracaya, cerca de Punata, se producen los cäntaros grandes o wirkis, que se utilizan para lafermentaci6n de lachicha (Gabelmann 1999). En este sentido se puede

inferil

que la cerämica

del "Choroqollo Naranja" no fue producida en elValle Santivaflez, sino, tal vez,enel valle central, porque no se encontr6 evidencia de su producci6n en el mismo valle. Considerando la distribucidn de la cerämica hasta ios valles de

delärterä§

ext" trareras

oxtremidade§

lnferiores

Figura 16. Nümero y porcentaje de los huesos de cam6lidos segün unidades anatdmicas (sin tomar en cuenta los lragmentos de camdlidos neonatos.

222

TEXToS

ANTRoPoLÖGIcoS

Mizque, se puede sospecharuna producciön del "Choroqollo Naranja" a un nivel mäs alto (Rice 1987:184; v6ase mäs arriba), tal vez con una producciön especializada (comparar con Brumfiely Earle 1987:2).

Anälisis de los huesos

VoI.13, NoS. 1.2

taxon6mica.

Los huesbs de camdlidos estiän representados mavormente oor las unidades anat6micas de la

I

inferiores, comparado con los huesos largos de

i

las extremidades (Tabla 6).

El anälisis de los huesos de la excavacidn de Choroqollo presenta una relacidn de 42Vo cam6lidos a l5%o c6rvidos. Los restos de c6rvidos son abundantes y jugaron un rol importante como complemento de la dieta.

Investigaciones etno-arqueoldgicas de contextos de depösitos pueden mostrar varios motivos para la baja representaci6n de huesos largos (Burger 1998:280-286). (1) Por su estructura mäs com-

Posiblemente se trata de las especies taruka

se conservan mejor; (2) Debido a la töcnica de lamatanza o para extraer la mddula se pueden

(Hippocamelus antisensis), venado de cola blanca (Oddicoileus virginianus) y con menor frecuencia venado pardo (Mazama sp.) (Cartajena 2000). Basändose en estos datos se puede inferir que la caza todavia forma una actividad muy importante. Lo que sorprende, es la escasa presencia de puntas de proyectil en los valles de Cochabamba. Ibarra Grasso sospecha, que existian puntas de madera (Ibarra Grasso y Querejazu Lewis 1986:160). Por otra parte, podria ser posible que la came de cdrvidos fuera intercambiada con el altiplano.

La determinaciön taxon6mica de los huesos de cam6lidos se presenta mäs dificil por los fragmentos relativamente pequefros. De las medidas osteom6tricas se pueden asignar a dos diferentes grupos. Unaespecie de menortamaflo presenta las medidas de las alpacas actuales; una especie mäs grande puede indicar a individuos pequefios de guanacos. El nrimero escaso de huesos diagnosticados sölo permite inferencias

preliminares en cuanto a la determinaci6n

pacta los huesos vertebrales, craneales y podiales

romper los huesos largos; (3) Los huesos largos representan el alimento preferido de perros, por su estructura; (4) Los artefactos se producen principalmente de huesos largos; y (5) La carne de los huesos largos es objeto de intercambio y de transporte junto con los huesos. Considerando el ültimo punto, se puede pensar en el intercambio de ch'arki. Por otra parte se debe considerar la hip6tesis de que las unidades representadas pudieron ingresar como ch' arki. En los mdtodos tradicionales, se utilizan todas

las partes (menos cräneo y pies) para la producciön de.ch'arki, asi que se encuentran huesos craneales y podiales en la regi6n de ia producciön, mientras en la regiön del consumo estän representados por huesos largos, vertebrales y costillas ("efecto ch'arki" Burger 1998:283., Fig. 455). Sin embargo otros autores proponen que todo el esqueleto fue charqueado (Haber et al. l99l:221) o bien que la cabezay

las patas inferiores son unidades que

se

Tabla 6. Caracteristicas para una cronologia de ocupaciones formativas en Cochabamba y Mizque

Rassos Culturales

Formativo TemBrano

Formativo Medio

Formativo Tardlo

Cer6mica

Bruflida;

Cerämica incisa?

Cerämica incisa

Artefactos lfticos

Asas Asas? Sin asas; Umas Cerarnica de Wankarani Hachas planas, pulidas con dos perforaciones Estela litica de Wankarani ldolos antiopomorfos idolos liticos de estilo

Componente ideol6gieo

liticos?

Pajano?

Firurillas de ceramica? Enterramientos

Enterramientos extendidos; Ofrendas rituales (nifros)

i

.ortillu, tanto como de extremidades

vdriebrary

Enterramientos en urnas (Tiquipaya, Colcapirhua, Santa Lucia" Saipina Alta)

I

GAbEIMANN CHOROQOLLO

-

PRODUCCIÖN DE CERÄMICA E INTERCAMBIO EN EL PERIODO FORMATIVO 223

Tabla'l . Cronologia preliminar de sitios formativos en los valles de Cochabamba y Mizque

Cochabamba Mizque Temprano Formativo Choroqollo Conchu Pata Sierra Mokho (niveles 27-33\ Mayra Pampa Colcaoirhua./Tiouio ava? Sierra Mokho (niveles 15-26)

Formativo Medio

Santa Lucia? Chullpa Pata?

Formativo Tardio

Colcaoirhua? Sierra Mokho (niveles 1 1-14)

Saipina Alta, Pulquina, Holguin

Colcapirhua/Tiquip aya Chullpapampa Chullpa Pata Santa Lucia? encuentran hasta hoy en dfa en los mercados bolivianos (Browman citado en Haber et al.

carne con los valles. La presencia de probables alpacas refleja una relaciön econdmica y social

1991:221).

con el altiplano, lo que estä sustentado por la difusidn de cerämica Wankarani en Ios valies"

tsl ck'arki s6lo se puede producir en regiones con heladas nocturnas, lo que significa que en 1os valles de Cochabamba no es posible. Aqui juega su importancia el espacio vital de los camdlidos domesticados, que se encuentran condiciones dptimas en alturas de 2500 a 4000 msnm (Browman 191 4:194:Lynch 1983:2). Por razones de los suelos fdrtiles de los fondos de

En primer lugar, se podria tratar de

los valles no se puede suponer el uso de los valles como pasto, pero en las alturas de las cadenas de los valles si seria posible. Asf que se puede sospechar el intercambio de ciertas partes de

maiz. Pero tambidn los artefactos de cerämtca o

estelas, podrian haber tenido valor

En este sentido hay que considerar los huesos de camdlidos neonatos. Por una parte, seria posible una matanza intencional de antmales neonatos, por ejemplo de individuos masculinos, que sean inütiles para la cria (Lynch 1983:4),

que habitan en las cadenas alrededor de los

intercambia

ffi€

Maiz

;__: Cerämica,

de

intercambio.

Estaciön de

Cerämica,,Wankarani", estelas liticas, ch'arki

un

intercambio de bienes, por ejemplo ch'arki por

I

Hachas pulidas, cerämica,,Sierra Mokho

[*/

Figura 18. Modelo de intercambio hipot6tico de la regidn de Cochabamba durante el Periodo Formativo.

224

Vol.13, Nos. 1-2

TEXTOS ANTROPOLÖGICOS

valles. Pero del mismo modo se podria imaginar un intercambio ritual de fetos de llamas del al-

bienes con los valles circundantes por rutas secundarias (Nrifrez y Dillehay 1995).

tiplano.

Intercambio De datos etnogräficos se desprende que la poblaciön de Condo, al sur del Lago Poop6, tenia relaciones comerciales por medio de un sistema de caravanas con Aiquile y Copavilque inclusive hasta el Siglo XX (Sikkink 1994), mientras

pueblos vecinos viajaban

a Potosi o

Cochabamba. Una identificaciön de las rutas usadas en tiempos prehispänicos seria

dificil,

porque los bienes intercambiados fueron en primer lugar alimentos. Una mirada a rutas incaicas localizadas (Hyslop 1984; Pereira 1982; Rivera Sundt 1995) puede proveer informacidn sobre rutas mäs antiguas, que a menudo sölo fueron ampliadas en tiempos incaicos. De Cochabamba existe una ruta directa porThpacari

y Challa aPaia(Oruro) en el altiplano (Hyslop 1984:138-149, Fig. 91, Pereira 1982). Tambidn se conocen segmentos de un camino incaico de Cochabamba a Mizque (Pereira 1982). Para las interacciones de la fase temprana del

Perfodo Formativo se puede formular el siguiente modelo hipot6tico: la produccidn de cerämica utilitaria (01, 06 y tal vez 20) en Choroqollo estä confirmada por tiestos mal cocidos. La cerämica fina del "Choroqollo

Con los valles vecinos existian relaciones, por ejemplo, para cubrir la demanda de productos para el altiplano. Al recibir bienes del altiplano se repartieron con las regiones secundarias. Se observa ya una caracteristica redistributiva de estaciones centrales o puertos de comercio, que

luego seria institucionalizada por sociedades sucesoras.

Este sistema de interacci6n funciond tambidn en direccidn al sur-este, hacia Mizque. Las interacciones de ambos valles estän demostradas

a trav6s de las hachas planas con dos perforaciones y por la distribuciön del "Sierra Mokho Rosado". Mizque tambi6n puede jugar unrol importante, es decir, mäs importante como port of trade. Por lo menos, permite inferir una estaciön de comercio lejano por las ofrendas exdticas de los enterramientos en Conchu Pata. Ya se menciono, que probablemente cambiaron

las interacciones con el altiplano en direccidn hacia Chiripa durante la fase media o tardia. A partir del 500 a.C. se construyd un centro

redistributivo con templo semisubterräneo en Chiripa y serfa probable que los valles de Cochabamba quedaran en etr radio de interacciones del nuevo centro.

Cronologfa

Naranja" se puede considerar no-local, porque faltan evidencias de la producci6n. Ademäs estä representada en los niveles inferiores (33-27) de Sierra Mokho, con lo cual serfa posible una

producci6n en el Valle Central. Asi, se puede inferir un intercambio de la cerämica fina al

Valle Sant\vafi,ez a cambio de productos agricolas (Figura 18). La integraci6n de ambos sitios en un sistema de

*

intercambio interregional se muestra por la distribuci6n de artefactos de Wankarani. Bajo estos aspectos se sospecha que la relacidn de Sierra Mokho fue mäs intensiva por el hallazgo de la estela litica. Asi que una vinculaci6n de los valles al altiplano, se llevö a cabo posiblemente por Sierra Mokho, marcando una ruta central (ver Figura 18). Se puede considerar a SierraMokho como unport of trade o estacidn de comercio. Alli se realizd el intercambio con las caravanas del altiplano y se repartieron los

Finalmente,

a

continuacidn sigue un intento de

cronologizar la ocupaci6n formativa

en

Cochabamba y Mizque basändose en los datos preliminares de las diferprrtes caracterfsticas que fueron obtenidos por este trabajo (Tabla 6).

La sincronizaciln preliminar de los sitios formativos de los vailes de Cochabamba y Mizque seria la siguiente: una fase temprana estä

basada en los datos de la excavacidn de

Choroqollo y se extiende de 1327 + 56 a.C. hasta 980 t245 a.C. (Sierra Mokho)' Esta fase coin-

cide con el cementerio de Conchu Pata en Mizque con sus fechas de 1187-802 a.C. (vdase mäs arriba). Una fase tardia se puede formular de los niveles formativos superiores de Sierra Mokho (11-14), que estän fechados 210-360 t 175 a.C. y Chullpa Pata con 110 d'C. Entre las dos fases se encuentra una fase media, que se

GAbEIMANN CHOROQOLLO

-

PRODUCCIÖN DE CERÄMICA E INTERCAMBIO EN EL PTNIOOO FORMATIVO 225

supone mostrando caracteristicas de ambos fases

depösitos de arcillas en el Departamento

(Tabla 7).

de Cochabamba - Bolivia. Servicio Geoldgico de Bolivia, LaPaz. Conclusi6n

Los resultados de este trabajo pueden considerarse preliminares o hipot6ticos por los pocos datos puestos a la disposicidn. Pero presentan un posible modelo que es necesario

Arellano L6pez,J. 1975 Determinaci4n del antipldstico en algunas cerdmicas precolombinas de Bolivia y Perü. Publicacidn No. I 1. Instituto Nacional de Arqueolo gia, La

verificar en estudios futuros. Se debe poner 6nfasis en la investigacidn del cambio social y/ o econdmico,

visible

en el registro arqueoldgico;

en interacciones interregionales por intercambio de artefactos y diferentes patrones de producci6n de cerämica. Tambi6n se sefiala la importancia

Paz.

Arnold, D. E.

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de incluir todo el material artefactual como ecofactual en los anälisis. Agradecimientos Agradezco a la gente del Museo Arqueoldgico

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conocimiento sobre el Periodo Formativo. Tambi6n quisiera agradecer a los campesinos del Valle Santivaflez, a los estudiantes que me ayudaron con la excavaciön y a Marianne Vetters

por darme la posibilidad de investigar uno de sus sitios mäs interesantes delValle Santivaflez. Agradezco por su ayuda en la traduccidn de este

articulo a Isabel Cartajena como a Carla Jaimes.

y Hugo Arias, asi

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Notas 1. Las secciones delgadas fueron analizadas en el Rathgen-Forschungslabor, Berlin, por el Sr.

Josef Riederer" 2. La muestra fue datada en el Laboratorio IaC

de la Universidad Köln por el Dr. Bernhard Weninger, bajo el No. KN-5374. 3. La autora pudo averiguar la concordancia al avistar el material de estos niveles. 4. Bennett no tuvo suficiente tiempo para dibujar o fotografiar sus artefactos antes de que su ma-

Walter, H.

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