C·C·V·ET·L·I·V GRATIOR UNA INSCRIPCIÓN INÉDITA PROCEDENTE DEL DISTRITO MINERO DE RIOTINTO

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Descripción

C·C·V·ET·L·I·V

GRATIOR

UNA INSCRIPCIÓN INÉDITA PROCEDENTE DEL DISTRITO MINERO DE RIOTINTO An inscription unreleased from Rio Tinto Mining District

Javier Bermejo Meléndez1 Juan Ruiz Acevedo

Resumen

Abstract

En este trabajo se presenta una nueva inscripción procedente del distrito minero de Riotinto (Urium), actualmente se encuentra perdida y su conocimiento nos llega gracias a un material fotográfico realizado a fines de la década de 1920 depositado en una colección particular. Una de las mayores peculiaridades de la misma es que se encuentra grabada sobre madera mediante la utilización de diversos signacula y se corresponde con otra marca igual hallada junto a la noria de Masa Planes en 1928.

In this work one presents a new inscription proceeding from the area of Riotinto’s mining district. Of unknown origin, though very possibly it was situated in Riotinto’s district, nowadays it’s lost and his knowledge comes to us thanks to a photographic material realized at the end of the decade of 1920 deposited in a particular collection. One of the major peculiarities of the same one is that is recorded on wood by means of the utilization of diverse signacula.

Palabras Clave:

Keywords: Signacula; wood; Inscription; Riotinto.

Signacula; madera; Inscripción; Riotinto.

1. Área de Arqueología. Departamento de Historia I. Fac. Humanidades de la Universidad de Huelva. javier. [email protected] Huelva Arqueológica, 23, 2014, 105-116, issn 0211-1187

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I. Introducción, contexto del hallazgo y análisis de la pieza El distrito minero de Riotinto ha sido tradicionalmente bastante generoso en el descubrimiento de numeroso y variado material arqueológico el cual se eleva exponencialmente si nos referimos al periodo romano a lo largo de sus etapas republicana e imperial. Así, desde que comenzaran las explotaciones mineras de época moderna y contemporánea el hallazgo de ingenios, necrópolis, hábitats y todo tipo de restos ha sido constante. Buena prueba de ello lo supone la numerosa bibliografía existente al respecto la cual desde el s. XVIII ha mostrado y dado a conocer los descubrimientos más importantes y significativos (Rua Figueroa, 1859; Thomas, 1865) con especial incidencia a partir de 1870, como indica Pérez Macías (1998, 25), momento a partir del cual el consorcio británico fundado por Hug Matheson comienza un nuevo periodo de explotaciones a gran escala y ello lleva parejo el descubrimiento de antiguas galerías y pozos (Palmer, 1927; Williams, 1934; Davies, 1935) a los que se sumarían las investigaciones arqueológicas y arqueometalúrgicas desarrolladas de manera especial a partir de la década de los 60 del pasado siglo (Blanco Frejeiro, 1962; Pinedo Vara, 1963; Blanco y Luzón, 1966; Salkield, 1970; Blanco et al., 1970; 1975; Luzón Nogué, 1967; 1968; 1975). En este contexto los hallazgos se han venido sucediendo de tal modo que el distrito de Urium se ha posicionado como uno de los mejores exponentes del territorio hispano en particular y de todo el imperio en general en cuanto a descubrimientos singulares o excepcionales relacionados con el mundo minero; a este respecto baste citar las numerosas rotae, la bomba de Ctesibio, un tornillo de Arquímides, etc. Junto a ello, este territorio destaca por su ambiente epigráfico, uno de los más prolijos dentro del territorio del occidente bético, ya que el conjunto de inscripciones procedente del área del Andévalo, la zona de los antiguos distritos mineros de Urium y Tharsis supone el de mayor porcentaje con un 48,9%, unas 47 inscripciones del total de estos territorios -Campiña, Andévalo y Sierra. Ello lo posiciona como el área en el que más testimonios epigráficos se han encontrado, lo que resulta cuanto menos contradictorio dado que al ser el distrito minero un fundus exceptus 106

donde no había florecido la vida municipal mediante el asentamiento de civitates, se podría esperar que las manifestaciones epigráficas no fueran relevantes o especialmente significativas, sin embargo es donde más inscripciones honoríficas y de culto se han encontrado además del único conjunto estatuario de culto imperial de toda la provincia (Schattner, 2007). En esta zona contamos con presencia de inscripciones que por su naturaleza son votivas, honoríficas y públicas y en mayor medida funerarias. Ejemplo de alguna de ellas sería la dedicación honorífica a Nerva en una placa de bronce encontrada en las antiguas minas de Riotinto (CIL II, 956), o la inscripción dedicada a Claudio aparecida en Corta del Lago (Gimeno y Stylow, 2007). Igualmente se encuentran piezas votivas como la dedicada a Júpiter Óptimo Máximo en Riotinto por parte de un collegium (CILA I, 28) o funerarias como el epitafio del conocido alfarero L. Iulius Reburrinus (CILA I, 38). Por lo que respecta al trabajo que aquí se presenta éste trata sobre una inscripción realizada sobre madera aparecida en el distrito minero de Riotinto actualmente perdida y cuyo conocimiento ha llegado a nosotros gracias a un material gráfico procedente de una colección particular2. Este material gráfico esta compuesto de diversas imágenes entre las que se encuentra, además, una perteneciente a la rota aparecida en 1928 en Masa planes ubicada en el almacén de la compañía en el que se depositó y donde fue reconstruida tras su descubrimiento y similar a la primera imagen conocida de ésta y conservada actualmente en el Archivo de la Fundación Riotinto (referencia A-3/279/ Bodenh-71-Varios). La comparación de ambas instantáneas permite diferenciar distintos detalles en su perspectiva así como en la posición de algunos elementos de sustentación del borriquete de madera pero, a todas luces, se trata 2. Desde aquí agradecer la amabilidad de D. Pedro Weickert quién ha posibilitado este estudio al ofrecer el material gráfico así como toda la información relativa al mismo. Las instantáneas fueron tomadas en un viaje realizado por la familia Weickert y Klauss a las minas de Riotinto a fines de la década de 1920, concretamente entre 1928-1930 según la información transmitida por P. Weickert nieto de B. Weickert - en pie a la izquierda de la foto-. Huelva Arqueológica, 23, 2014, 105-116, issn 0211-1187

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del mismo almacén en el que estuvo depositada antes de pasar al Museo de Bellavista en 1932 donde quedó definitivamente hasta su traslado en 1973 al recién creado Museo Provincial (Ojeda Calvo, 2006, 25) (figura 1). Esta imagen supone un documento gráfico inédito relativo a la rotae de Masa Planes, puede que incluso an-

terior a la fotografía conservada en el Archivo de la Fundación, aunque ciertamente es un hecho que difícilmente se puede confirmar, lo que sí está fuera de toda duda es que la instantánea se tomó cuando aún estaba depositada en el almacén antes de su traslado al Museo de Bella Vista en 1932.

Figura 1. A la izquierda imagen hasta ahora inédita perteneciente a la rota aquaria. A la derecha imagen conservada en la fundación Riotinto. Entre una y otra se observan diferencias en la perspectiva y elementos de sustentación del ingenio.

Figura 2. Instantánea que recoge a la familia fotografiándose con la pieza junto a un castillete o malacate. Huelva Arqueológica, 23, 2014, 105-116, issn 0211-1187

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Figura 3. Detalle del madero en donde se aprecia la inscripción y detalle de la misma

Por lo que respecta a la inscripción, está grabada sobre una viga de madera cuyas dimensiones exactas desconocemos dado que lo único que ha llegado hasta nosotros es un par de instantáneas, una en la que aparece en detalle la marca sobre la madera y otra en donde se aprecia a determinadas personas en actitud de pose junto al madero (figuras 2 y 3). Por lo que se aprecia en la imagen el tamaño del listón no debió de ser superior a 1,30/50m si lo comparamos con las personas que se sitúan en el mismo plano y desconocemos si es una pieza completa o estaría fragmentada. Del mismo modo las dimensiones y tamaño de las letras son desconocidas aunque podemos establecer de manera relativa según lo que se aprecia en el material fotográfico, tanto general como de detalle, que el tamaño total de cada parte inscrita pudo oscilar entre los 10/15 x 5/8 cm. Por cuanto respecta a la inscripción en ella se lee: C·C·V·ET·L·I·V

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Como se aprecia se trata de dos tria nomina unidos mediante la conjunción et cuyas dos letras 108

aparecen ligadas y separados por interpunciones triangulares, en otra posición y altura se constata la palabra gratior, ambas inscripciones aparecen duplicadas. El descubrimiento y estudio de esta pieza nos lleva a relacionarlo con otra información existente en el centro CIL II, actualmente inédita, relacionado con el hallazgo de una serie de maderas con inscripciones procedente de Riotinto. Esta información se encuentra referida en una carta que obtuvo Lothar Wickert de la viuda de Bonsor, según la información que se transmite las maderas se encontraron en 1928 con la rueda en la Masa Planes de Río Tinto y Wickert confirma que se encontraban en el museo de la Compañía donde parece que las vio. El texto que da Wickert, copiado de Bonsor según se lo había descrito a él un ingeniero, muestra cuatro columnas con letras3: 3. Agradecer a la Dra. Helena Gimeno su aportación relativa a la documentación conservada en el centro CIL II; L. Wickert (1928, 1931), Colección de schedae de L. Wickert recopiladas y realizadas con ocasión de sus viajes a España en 1928 y 1931 para la elaboración de un Suplemento a CIL II que se conservan en la Academia de Berlín-Brandeburgo. Huelva Arqueológica, 23, 2014, 105-116, issn 0211-1187

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CALINI

CTSO

SPR

CVRBA

GCVETLIV

POYG

NARSA

LANS

GRATIOR

TTRO

TCKPTR

INENTIOR

OFV

GOP

CONVESN

Como se puede apreciar en la segunda de estas columnas aparecen los nombres de la inscripción objeto de estudio junto con la palabra gratior. Ello podría llevar a relacionar a esta madera con aquellas documentadas por Bonsor y recogidas por Wickert y por tanto que la misma hubiera aparecido igualmente en Masa Planes en 1928 junto a la rueda, sin embargo esta madera no se corresponde con las aparecidas en aquel descubrimiento fundamentalmente por dos motivos, en primer lugar porque se aprecia claramente como la ordinatio del texto que se encontraba en las maderas que trasmite Wickert no coincide con la posición de la inscripción que aportamos en este estudio, además de la doble repetición. En segundo, la inscripción de nuestro estudio fue hallada en un sitio distinto, dado que la familia se retrata con ella en las inmediaciones del pozo o mina junto al castillete y este no se corresponde con ninguna estructura de Masa Planes las cuales para esta fecha están construidas en metal4. Por tanto estaríamos ante otro hallazgo distinto, producido en el mismo distrito en fechas próximas y que tal como se muestra probablemente mostraría una similar información, de lo que deducimos que la fijación de estas maderas en las minas o pozos de Urium debió ser algo recurrente y repetitivo en su contenido dado que como vemos existen varios ejemplos.

4. El castillete que aparece en la foto resultaría clave para establecer el lugar de aparición de esta madera, sin embargo la búsqueda del mismo en los distintos archivos fotográficos ha sido infructuosa. No obstante el castillete que aparece en la foto, elaborado en madera para unas fechas en las que ya se están sustituyendo por hierro, caso de Masa Planes, impiden asociarlo al lugar de aparición de la rota y por ende de las maderas de las que Bonsor da noticia. Así en la imagen aparece una estructura que se corresponde con un malacate realizado en madera y el pozo de la mina; en esta línea este tipo de estructuras construidas en este material para la fecha de mediados y fines de 1930 no son muy numerosas al estar ya realizadas en metal y roblonadas con remaches. Además la topografía que muestra la imagen con altas paredes de terreno al fondo indican la ubicación del mismo en algún bancal de una corta probablemente filón norte. Huelva Arqueológica, 23, 2014, 105-116, issn 0211-1187

La lectura que de la inscripción de las maderas recogidas por Bonsor se puede realizar pasaría por identificar diversos conjuntos de nombres. Así tendríamos diversos nomina, como sucede con Calini(us), nombre constatado como praenomen y nomen (CIL III, 3461; CIL X, 2204), o Curba(nius) nombre constatado en distintas inscripciones de Dalmacia (CIL III, 13224; CIL VIII, 11389; ILJug 1, 199; ILJug. 2, 800). Igualmente se documenta la palabra Narsa, que bien podría corresponderse con el nomen Narsa(lius) documentando en inscripciones de la Proconsularis (CIL 8, 5282, 15955) y de Roma (ILCV 03103a). Además de estos se pueden identificar conjuntos de letras que bien podría corresponderse con tria nomina, este es el caso de las iniciales SPR, OFV o GOP. La existencia de otros tria nomina, esta vez por parejas, se constatan para el caso de CCV ET LIV, nombres que aparecen también en la madera de este estudio, y las iniciales TCKPTR. Algo parecido es lo que podría suceder con las iniciales del tipo CTSO, TTRO en la que aparecerían las iniciales del praenomen+nomen de dos individuos. Más dudosas se muestran las palabras lans e inentior, las cuales por sí solas no indican nada y tampoco se corresponden con siglas, lo más probable es que falte más información en la izquierda de la inscripción producida por la pérdida de otra tabla más en la que aparecería otra parte de la misma. De todo deducimos que las maderas de Riotinto muestran una relación de nombres, algunos de los cuales nos indican su condición de ciudadanos al presentar sus tria nomina, mientras que de otros se deduce una condición de peregrinos al aparecer tan solo uno. Algunos de éstos aparecen asociados, curiosamente aquellos que son tria nomina o que muestran su praenomen+nomen mientras que los individuos que tan solo portan un nombre aparecen siempre solos. Llegados a este punto la pregunta que subyace es clara ¿quiénes serían estos individuos cuyos nombres aparecen de manera conjunta inscritos en más de una ocasión en diversos puntos del distrito minero? ¿Qué importancia tenían dentro del mismo cómo para que aparecieran mencionados? Dado que estas maderas se han conservado en el interior de los pozos y galerías de las minas consideramos que la relación de nombres que 109

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ofrecen estaría en relación con personas que tendrían especial vinculación con la explotación de las mismas, esto es, colonos que tienen la concesión de los pozos tal y como se recoge en la legislación minera. Además el hecho de que aparezcan nombres por parejas lleva a considerar la posibilidad de que fueran colonos asociados en la explotación de los mismos, es decir socii mineros como es el ejemplo de C·C·V ET L·I·V5.

II. El signaculum y su funcionalidad La técnica utilizada para grabar el texto parece que se corresponde con el empleo de algún tipo de signaculum en el que se dispusieron las iniciales del praenomen, nomen y cognomen separadas por interpunciones y en sentido retrogrado de modo que una vez impreso resulta correctamente escrito de izquierda a derecha. La inscripción muy probablemente estaría en genitivo, y expresaría pertenencia como suele ser habitual en este tipo de elementos. Ésta aparece repetida en dos ocasiones en la superficie de la pieza quizás porque en la primera marca no se aplicó la suficiente presión para que pudiera ser leída correctamente. Igualmente se observa con claridad en ambos ejemplos que la separación entre las letras así como el tamaño de éstas es exactamente el mismo, aspecto este que tan solo es posible mediante el uso de un signaculum o sello el cual se aplica mediante presión sobre la superficie de la madera. Algunos autores ya han llamado la atención sobre el empleo de los signacula en una gran disparidad de materiales y pese a que son elementos muy conocidos y bastante frecuentes en colecciones de museos y yacimientos no se conservan muchas improntas de ellos (Castellanos et al., 1999, 63; Ramallo Asensio, 2006; Caldelli, 1994; Loreti, 1994; Fernández Gómez, 1991; Dollfus, 1967; Tomiolo, 1994; Feugére y Maunè, 2005-2006). Como vemos en nuestro caso no conocemos el sello pero sí conservamos de manera excepcional la marca sobre la 5. A este respecto resulta muy interesante comprobar como los individuos que aparecen en solitario son aquellos que tan solo muestran un nombre, esto es carecen de la ciudadanía romana, mientras que el resto aparecen asociados por parejas. 110

madera6, lo que indica que nos encontramos ante un tipo de signaculum empleado para marcar o sellar este tipo de material ejerciendo presión sobre su superficie (Ozcáriz Gil, 2009, 542; Buonopane, 2009, 257). Los signacula utilizados para marcar a presión, casi siempre se trata de marcadores metálicos en general de hierro y más raramente en bronce, pueden presentar dos variantes. Por un lado se han constatado piezas cuya forma ha sido definida como de hacha-martillo en donde la marca es aplicada con letras en relieve en la cabeza del mismo martillo, de lo que se debe pensar por tanto que la información del sello se martilleaba directamente sobre la superficie que se quería marcar (figura 4a). Y por otro aquellos marcadores, a modo de punzón por presión, con las letras igualmente en relieve que terminaba en una pieza maciza, una verdadera empuñadura que servía para sostener cómodamente el signaculum mientras con la otra se le golpeaba en la parte final con un martillo para realizar la marca (figura 4b) (Baratta, 2007, 100). A nivel cronológico y basándonos únicamente en los rasgos paleográficos, dado que carecemos de cualquier otro tipo de dato que ayude a su datación –medidas exactas, tipo de madera, procedencia, contexto arqueológico, etc. –, podemos establecer una cronología de fines del s. I d.C. como así se desprende de algunos rasgos curvos de las G, propia de estos momentos flavios en enclaves como Munigua (CIL II 1049). Con respecto a su función resulta bastante complicado poder establecer de forma clara a qué pudo pertenecer esta pieza dado que la madera es uno de los materiales más necesarios en un contexto minero, empleada en numerosas funciones, entibado y refuerzos de las minas, construcción de pozos, cierres, tornos de extracción, viviendas, mobiliario, etc. (Bernárdez y Guisando, 2009, 216), sin embargo podríamos apuntar 6. Sobre este aspecto quisiéramos aclarar que dicha pieza tan solo ha podido conservarse si permaneció en el interior de alguna labor minera, como sucede con tantos otros elementos orgánicos en los distritos mineros, maderas, cuerdas, pieles, esparto, debido fundamentalmente al proceso de mineralización sufrido, en este caso, por la madera. Huelva Arqueológica, 23, 2014, 105-116, issn 0211-1187

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Figura 4a. Tipo a de signaculum para marcar a presión (Baratta, 2007, 101, fig. 5).

alguna idea si la relacionamos con las maderas que refiere Bonsor en dónde se constata parte de la misma inscripción. Deducimos que esta madera se acompañaría probablemente con

Figura 4b. Tipo B (Baratta, 2007, fig. 6,

algunas más y completaría la información de nombres que nos aporta el hallazgo de Masa Planes, con lo que tendríamos una relación de nombres – en genitivo - que se leerían por co-

Figura 5. Marcas procedentes de diversos maderos de Mazarrón (Gossé,

lumnas y que mostrarían una información relativa a determinados pozos del distrito minero de Urium. En esta línea se conocen diversos ejemplos procedentes de contextos mineros en donde aparecen marcas en maderos o tablillas con nombres de individuos que por lo general hacen referencia o alusión a los propietarios o concesionarios de los pozos de explotación. Ejemplo de las mismas podrían ser los maderos procedentes de las minas de Mazarrón, los Huelva Arqueológica, 23, 2014, 105-116, issn 0211-1187

cuales fueron estudiados por Gossé (1942) en donde encontramos distintos nombres inscritos mediante signacula y cuya funcionalidad habría que poner en relación con la propiedad o el derecho de explotación de esos pozos por parte de esos individuos que aparecen en las maderas (figura 5). Sobre estas piezas posteriormente otros autores han llamado la atención en la misma línea al 111

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observar en ellos una función relacionada con la de indicar la propiedad o concesión del pozo, esto es, dichos personajes serían los concesionarios, poseedores más o menos estables sujetos a la legislación vigente (Blázquez Martínez, 1969, 31, 59). Según diversos autores ello estaría en relación con el pago de los pittacia aparecidos en las leyes de Vipasca, impuesto que se debía pagar para ocupar el pozo, es decir, a modo de impuesto de arrendamiento, ello autorizaba a colocar un pittacium o tablilla declaratoria de su condición de ocupante mostrando así que se había hecho efectiva la usurpatio u occupatio (D’ors, 1953, 105; Mateo Sanz, 2001, 107-109). Tal y como comentó en su día D’ors no existen actualmente pittacia documentados en los distritos mineros sin embargo él piensa que las pequeñas maderas documentadas igualmente en Mazarrón y que recoge también Gossé (1942) tendrían las misma función (1953, 105). Como vemos las maderas de Riotinto son grandes listones con una información mucho más amplia y una relación de diversos nombres algo más complejo que una simple tablilla o madera con la inscripción de un nombre. No obstante debemos llamar la atención sobre la función, que a nuestro modo de ver, tendrían estos maderos y no es otra que la de mostrar la información de una serie de individuos que ejercerían un derecho determinado sobre las minas, sus bienes o infraestructuras –recordemos como las maderas de Masa Planes aparecen junto a la rota- por lo que creemos que el madero que se presenta en este trabajo, así como los conocidos a través de Bonsor, pese a no ser ciertamente unos pittacia tendrían una función similar al expresar el nombre de los probables concesionarios que muestran la posesión de la explotación tras haber realizado sus oportunos pagos de pozos, infraestructuras, etc. Además esto se entendería comprobando la lista de nombres que presentan las maderas que recoge L. Wickert en cuyo análisis se muestra toda una relación de nombres, algunos en solitario y otros asociados por parejas (socii). De esta forma tendría sentido el que aparezcan los nombres de estos individuos en genitivo expresando su propiedad o más bien su derecho de explotación o disfrute de algún tipo de ingenio o infraestructura. 112

Aunque la funcionalidad de dicha marca la tengamos más o menos clara desconocemos el lugar, ingenio o ubicación primitiva en donde se colocó esta madera o viga, la cual en origen se encontraba en el interior del pozo, lo que explica su conservación. Una opción pasaría por considerarla como algún tipo de viga destinada a las entibaciones de las galerías, sin embargo sabemos que normalmente éstas eran de tamaño reducido para conseguir suficiente solidez y no necesitar entibaciones, además normalmente el sistema de entibado se solucionaba mediante pilares, islotes de material estéril o mineral pobre que se dejaba in situ y hacía las veces de columna para soportar el techo, solamente en tramos de galería en las que se necesitaba de cierta anchura y altura se disponían entibaciones de madera en los accesos, normalmente rollizos de sección circular con un sistema de muescas para su ensamblaje y travesaños rectangulares (Arboledas Martínez, 2007, 807, 809; Pérez Macías, 2006, 101). Como vemos nuestra pieza se trata de un madero de sección rectangular que además está inscrito o marcado con un sello lo que resulta un tanto llamativo para un simple listón de entibado, esto es, denota una funcionalidad que va más allá de la de formar parte de una estructura de contención en el interior de la mina. Igualmente no habría que descartar la posibilidad de que dicho madero formara parte de la estructura de sujeción de algún ingenio de desagüe, aspecto que para el caso de las maderas aparecidas junto a la rota de Masa Planes cobraría mucho sentido. Ello puede llevar a pensar en una relación entre este madero y una rota aquaria sin embargo el primero no parece corresponderse con ninguna de las piezas que conforman este ingenio, dado que de pertenecer al mismo tan solo podría corresponderse con el cubo (rotae modiolus) y más concretamente a las tapas del disco las cuales permiten la inserción de los radios en aquel y otorgaban una mayor solidez. Sin embargo a nivel morfológico en la construcción de cada tapa se emplean piezas subradiales, normalmente de tres a cuatro, que se unían entre sí mediante travesaños paralelos de las que tan solo han quedado los orificios circulares por los que debían pasar y numerosas clavijas cuadradas en la periferia que aseguraban la sujeción de los radios (Rodríguez Trobajo, 2006, 48) y como se puede apreciar nuestro madero no Huelva Arqueológica, 23, 2014, 105-116, issn 0211-1187

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presenta un ancho uniforme, ningún orificio para clavijas o pernos y el lado corto que se ve es totalmente recto y sin presencia de marcas de sujeción7. En relación a la restitución del texto de la inscripción éste se plantea con innumerables posibilidades dado que existen numerosas opciones para las iniciales que se leen, especialmente para la de los nomina y cognomina. Para el primero de los individuos que aparece mencionado, su praenomen podría tener una restitución del tipo C(aius), mientras que su nomen y cognomen se muestran más inciertos al coincidir su inicial con un amplísimo repertorio. Del mismo modo para el caso de los segundos tria nomina encontramos similar problema, en donde su praenomen podría ser L(ucius) y su nomen pasar por alguno del tipo I(ulius) o I(unius) contando con numerosas posibilidades para su cognomen. En el repertorio epigráfico del territorio no se constatan nombres que puedan coincidir con los tria nomina que se encuentran grabados en la inscripción.

III. Consideraciones finales Una vez analizada la inscripción así como las circunstancias de su aparición, junto con la información existente del hallazgo de varias maderas inscritas en la que aparece parte de la misma información, se puede afirmar que se trata de dos tria nomina unidos por un nexo - C·C·V·ET·L·I·V- que se encontrarían grabados en inscripciones dispuestas en más de un pozo del distrito minero de Urium junto con otra relación de nombres. Ello se deduce de la aparición de una serie de maderas en Masa Planes junto a la noria, según la información de Bonsor, y el madero de nuestro estudio el cual a buen seguro no procede del mismo sitio. Por tanto tendríamos puntos distintos de explotación dentro de este territorio en el que se inscribirían sobre madera los nombres de estos individuos. Ahora bien, sabemos por la información que nos transmite este madero que acompañando a los nombres aparece

7. No obstante si podría corresponderse con alguna de las piezas que conformaban el caballete de sujeción o anclaje a las paredes de la galería, elementos necesarios y que a buen seguro conformarían toda una estructura. Huelva Arqueológica, 23, 2014, 105-116, issn 0211-1187

la palabra gratior aunque no en la misma posición ni altura es decir de manera distinta a las maderas de Masa Planes, de lo que deducimos igualmente que faltarían más partes que completarían la misma relación de nombres que muestra éste. En definitiva podríamos afirmar que las maderas de Riotinto nos transmiten de manera incompleta una relación de nombres en columnas acompañados de algunos adjetivos como gratior. Lejos de poder establecer una restitución del texto completo, dado que las iniciales de estos nombres tendrían un amplio número de posibilidades, desconocemos datos más particulares de los mismos, de hecho el estudio de los nomina de este distrito minero en particular así como del occidente del Conventus Hispalensis en particular revela que no existen coincidencias con tria nomina ya conocidos. Lo que si podemos inferir de la inscripción transmitida por Bonsor es la existencia de nomina solos del tipo Calinius, Curbanius o Narsalius, que mostrarían individuos que carecerían de la ciudadanía en contraposición de otros que si la muestran al dejar constancia de sus tria nomina como sería el caso de los personajes de nuestro estudio. Además se aprecia como los nombres aparecen agrupados por parejas con tria nomina o solos praenomen+nomen caso de las iniciales TCKPTR para el primero y CTSO para el segundo, o bien personajes que mostrarían sus tria nomina igualmente pero en solitario, caso de OFV o GOP. De esta manera se podría deducir dos consideraciones por un lado que tendríamos en esta relación de nombres a individuos poseedores de la ciudadanía romana y otros que no la tendrían y que éstos cuando aparecen lo hacen asociados a un igual o en solitario de lo que se podría intuir que esta condición expresa un rasgo importante en la relación que pudo existir entre ellos. El que aparezcan estos nombres inscritos en una serie de maderas que a buen seguro ocuparon un lugar especial en el pozo o en las inmediaciones de acceso puede llevarnos a pensar en la posibilidad de sociedades mineras que explotarían este distrito. Es decir, muy probablemente se trate de la relación de posesores de pozos que tendrían derechos de explotación sobre los mismos y que aparecen en distintos puntos del distrito entre los que se encuentran C·C·V y L·I·V, los cuales dejan constancia de la concesión u ocupación del 113

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pozo o mina mediante una marca particular que indicaría su derecho a explotarlo en una relación más amplia. Ello no significa que este madero sea exactamente un pittacium, el cual a buen seguro debió existir en la entrada del pozo o mina, pero sí confirma la propiedad, entendida en genitivo sobre la madera, la cual solo es posible tras el pago del impuesto. En líneas generales los textos grabados a través de signacula apuntaban o designaban la procedencia, fabricación o distribución de los productos marcados de manera que sirviera como garantía de calidad del mismo, esto es relacionado con el ámbito de la producción y comercialización al establecer una mercancía signada y del mismo como expresión de la propiedad del objeto sellado (Castellano et al. 1999, 64; Ramallo Asensio, 2006, 856), que en este caso particular estaría haciendo alusión a la mina o pozo de explotación como parece que sucede con otros ejemplos constatados en las minas de Mazarrón o en algunos de los instrumenta hallados en otras minas onubenses8.

IV. Bibliografía Arboledas Martínez, L. (2007), Minería y Metalurgia en el Alto Guadalquivir: Aproximación desde las fuentes y el registro arqueológico. Tesis Doctoral. Granada. Baratta, G. (2007), “Una particolare categoria di signacula: marchi per legno, pellame ed animali”, Actas XII congressus internationalis epigraphae graecae et latinae, 99-108, Barcelona. Bernárdez, M.J., y Guisando, J.C. (2009), “La minería del Lapis especularis y su relación con las ciudades romanas de Segóbriga, Ercávica y Valeria”, La ciudad romana de Valeria (Cuenca), 211-226. Blanco Freijeiro, A. (1962), “Antigüedades de Río Tinto”, Zephyrus, XIII, 31-45. Blanco, A. y Luzón, J.Mª. (1966), “Mineros anti8. En esta línea podríamos enumerar las inscripciones de Q(uintus) Cornelius sobre un recipiente de metal para desagüe de una noria que fue encontrada en la mina de San Cristóbal en Calañas o la de L(uci) Vibi Amaranti P XII S sobre un pequeño cubo de cobre que iba inserto en un sistema de cuerda y polea que apareció en la mina de Sotiel Coronada (Gossé, 1942: 57; Luzón, 1975: 300; González, 1989: 106, 112). 114

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