\"Catolicismo social y reforma social en España\"

June 6, 2017 | Autor: Inmaculada Blasco | Categoría: Religious History, Modern Spanish History
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Descripción

CATOLICISMO SOCIAL YREFORMA SOCIAL EN ESPAÑA Inmaculada Elasco Herranz

Universidad de La Laguna

Aunque el catolicismo social se extendió como doctrina por toda Euro­ pa desde mediados del siglo XIX, no fue hasta finales del mismo cuando re­ cibió, con la Rerum Novarum (RN), el espaldarazo institucional que supuso la aceptación de la intervención de la Iglesia y de los católicos en la resolu­ ción de la cuestión social. Pero los términos en los que apareció formulada la RN, y, sobre todo, el problema que se propuso enfrentar, representaron cuestiones de nuevo cuño. Es cierto que la Iglesia siempre había afrontado la cuestión de los pobres a través de la caridad, pero ahora era diferente, pues la cuestión social fue definida, cada vez más habitualmente, como el problema entre capital y trabajo, derivado del nuevo orden económico liberal-capitalista. Para Rodríguez de Cepeda (único representante de Espa­ ña en la Unión de Friburgo que tanto influyó en la RN) la cuestión social radicaba en el .terrible antagonismo que hoy existe entre las clases obreras y las conservadoras. l . Para la encíclica, y para los católicos sociales, el problema más acu­ ciante había dejado de ser la pobreza individual, que había sido des­ plazada en sus preocupaciones por la situación de miseria en la que se encontraban los que vivían de su trabajo, y por el enfrentamiento entre clases que aquélla situación suscitaba y que podía conducir a desestabi­ lizar el orden social. Ante un nuevo problema , las soluciones tenían que ser también nuevas.

Rodríguez de Cepeda, Rafael, Las clases conservadoras y la cuestión social, Sociedad Editorial de San Francisco de Sales, Madrid, 1891, p. 9.

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Se puede afirmar que en España no fue hasta la llegada de la encíclica cuando se introdujeron los nuevos conceptos que ésta conterua 2 Mientras que las interpretaciones más habituales han hecho hincapié en el catolicismo so­ cial como una adaptación consciente y controlada por parte de la Iglesia y los católicos al mundo moderno (en este caso socio-económico) para hacer frente, principalmente, al avance del socialismo, aquí se destaca el proyecto de reforma social que contuvo el catolicismo al pretender eliminar los efectos perniciosos del liberalismo económico, que se concretaban en la lucha de clases (yen el peligro de revolución social que ésta contenía) y la explotación de los trabajadores. A este proyecto de reforma social subyació una transfor­ mación conceptual de calado en el pensamiento católico, que escapó, en toda su magnitud, al control de la Iglesia y de los propios protagonistas del proceso. Las actuaciones y prácticas de los católicos sociales puestas en marcha para resolver la cuestión social (que combinaban la intervención del Estado y la potenciación del asociacionismo de patronos y obreros con la vieja caridad de la Iglesia , tal y como había recomendado León XIII) fueron el resultado de estas nuevas concepciones. A lo largo del primer tercio del siglo xx impulsaron los sindicatos católicos, las cooperativas y los gremios, colaboraron en política social y defendieron los derechos sociales enten­ didos como previsión social de los que trabajan. De ahí que, frente a la interpretación de que el catolicismo social en España no tuvo el impacto deseable y que llegó no sólo tarde sino que se desarrolló con debilidad, sea conveniente subrayar, además de la transformación significativa que aquél vino a producir en el seno del catolicismo español, y de la puesta en práctica de una serie de experiencias e iniciativas muy características y par­ ticulares del primer tercio del siglo xx, la participación cada vez más notoria de destacados católicos sociales en la formulación de los derechos sociales y de la previsión social en España 3 . En efecto, puede constatarse que los Aunque , como ha estudiado Feliciano Montero, ya hubo intervenciones en los dos pri­ meros Congresos Ca tó licos, celebrados antes de la publicación de la RN, que revelan dentro del catolicismo español una nu eva mirada. si bien mu y minoritaria, hacia la cuestión social. Montero, Feliciano, El p¡imer catollcismo social y la ,Rerum Nouarum­ en Espai'za (1889-1902), CSIC, Madrid, 1983. Tambié n, Montero, Feliciano, .Catolicismo y reforma socia l en España en el tránsito del siglo >.1X al XX" en De la bemificencia al bienestar social. Cuatro siglos de acción social, Siglo XXI, Madrid, 1986, pp. 167-176 y .EI primer catolicismo social en España : estado de la cuestión., Sfudia historica. Historia contemporánea, 2 (984), pp. 185-192. Un balance historiográfico del catolicismo social en España, en Montero, Feliciano, .EI catolicismo social en Espa ña . Balance historiográfico., en Pellistrandi, Beno¡t (coord.), L'hist01:re religieuse en France et en Espagne, Casa Velázquez, Madrid, 2004, pp. 389-409.

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católiCOS sociales fueron teniendo cada vez más presencia en organismos gubernamentales encargados de aplicar la reforma social, así como en el debate público (sobre la cuestión social inicialmente y más tarde acerca de los derechos sociales y de previsión) . En esto último, los católicos sociales españoles más a la vanguardia fueron poco a poco desplazando a los re­ formistas liberales como inspiradores y ejecutores de la previsión social en España. Severino Aznar o Inocencio jiménez son ejemplo de ello. Aznar fue, desde 1914, asesor del Instituto de Reformas Sociales y, más tarde, del Instituto Nacional de Previsión (INP), mientras que jiménez se convirtió en la sombra de José Maluquer Salvador en la dirección del INP durante la dictadura de Primo de Rivera, y en su director durante la República 4 En definitiva, fueron fundamentales en la definición de los derechos sociales como seguros de prevención social (de la vejez, la enfermedad y la mater­ nidad) para los trabajadores. ¿Por qué, como otros reformistas sociales, empezaron a ver la existencia del problema social (la mayor parte de las veces entendido como lucha de clases que ponía en peligro la armonía y la paz social)? En la forma de ver el mundo de los católicos sociales, al igual que en otros reformistas , tam­ bién se observa el ascenso de lo social como un proceso que implica una nueva concepción de la situación social previa ahora vista como problemá­ tica. La emergencia de la consideración de la sociedad como entramado de relaciones que condiciona la conducta de los individuos resulta clave para

Al constiru irse el gobierno de Burgos, Severino Aznar fue nombrado co nsejero de Tra­ bajo para el estudio de un régimen viable de sa lario familiar. Más tarde fue nombrado director general de Previsión , comen za ndo a trabajar en la redacción de un proyecto de ley de subsidios familiares. También dirigió, durante la posguerra, el Instituto Balmes de Sociología . López Coria , María Mercedes, El pensamiento social de Severino AznaJ: (1870-1959), Universidad Complu tense, Madrid, 1986 La relación con Salvador Malu­ quer fue, desde comienzos de siglo, mu y cordial. Aznar lo había invitado al Primer curso social, celebrado en 1906, y lo consideraba como un católico social más: .He sufrido una agradable sorpresa , lo creía muy alejado de nosotros, un liberal terrible , avanzado, en el mal sentido que los católicos damos á esa palabra y habla co n una fe conmovedora y con una ve neració n por las enseñanzas pontificales que ed ifica. No se si me equivoco, pero juzgando solamente por estas conferencias, no creo decir una ¡emeridad al conta rle entre los maestros del ca to licismo socia l en España., en El catolicismo social en España: nuestro primer curso social, Mariano Escar, Za ragoza , pp. 41-42. Véase también Montero, Feliciano, .Conservadurismo y cuestión social., en Javier Tusell, Feliciano Montero y José María Marín, (eds.), Las Derechas en la España Contemporánea, Barcelona, Anthropos, 1997, pp. 59-77; y, del mismo autor, Montero, Feliciano, .Catolicismo y reforma social en España en el tránsito del siglo XIX al XX> , en De la beneficencia al bienestar social. Cuatro siglos de acción social, Siglo XXl, Madrid, 1986, pp. 167-176.

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entender el porqué del catolicismo social como reformismo social, y, por lo tanto, como agente activo en la configuración de los derechos sociales (siempre concebidos como derechos de previsión social para el trabajador). A lo largo de las páginas que siguen intentaremos explicar por qué los ca­ tólicos sociales se mostraron partidarios de la reforma social que implicaba la aceptación de la intervención estatal y cómo se convirtieron en máximos defensores de los derechos de previsión social.

1. EL PRIMER CATOLICISMO SOCIAL: lA FORMULACIÓN DEL INDIVIDUALISMO LIMITADO

, si bien juzgaba que esta situación la había desencadenado .Ias mismas clases conservado­ ras que no reparan en dar ante las obreras ejemplos patentes de irreligio­ sidad é inmoralidad»33. En cuanto a las causas de orden social, Rodríguez de Cepeda señalaba -el asilamiento y separación entre patronos y obreros, á que ha dado origen la desaparición de las antiguas relaciones de patro­ nato de superiores á inferiores, que hacía reinar entre ellos los lazos de

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Rodríguez 1903), pp. Rodríguez Rodríguez

de Cepeda, Rafael , .Protección legal de los trabajadores, Biblioteca Saavedra y Fajardo, p. 3

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Isern, Damián, .La libertad del trabajo en los pueblos modernos. v_, RCCS, 100, (abril 1903), pp. 227-235 (aquí, 231) .EI hombre, por el contrario, ser inteligente y libre, debe dirigirse a sí mismo y debe hacerlo en sociedad, para la que ha nacido. En todas sus cosas necesita del concurso de sus semejantes, y es indispensable que los hombres en la sociedad se entiendan, se concierten y obren en común. Esta ley social, cuya verdad la demuestra el sentido común y la experiencia universal en todos los órdenes de las relaciones humanas, ¿será falsa en economía política?, Vicent, Antonio, Socialismo y anarquismo (comentado por J.M Cuenca Toribio), Narcea, Madrid, 1972, p. 110 Vicent, Antonio, La Encíclica, p. 77.

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Unos años más tarde, en 1913, Severino Aznar concebía la sociedad como algo que condicionaba todas las esferas de la vida individual. Entendía que vivir en una sociedad era como vivir .dentro de una atmósfera., y que ·[clomo no es extraña ni indiferente para nuestros cuerpos la calidad de la atmósfera en que respiramos, tampoco es indiferente y extraña para nuestras almas la calidad de la sociedad en que nos movemos (...). Ese ambiente pesa sobre nosotros como una presión enorme; no nos quita por completo la libertad, pero noS pone muchas veces cadenas en las manos y en los pies .)39 Por este motivo, fundamentaba la cristianización social en una actuación que fuera algo más allá de una siempre necesaria pero insuficiente perfección in­ dividual. Así, afirmaba que si el ambiente social era bueno y moral, las almas serían cristianas. Pero al mismo tiempo reconocía la capacidad del hombre para modificar el medio al afirmar que -[E]! medio modifica al hombre, pero el hombre también puede modificar al medio. La sociedad ejerce presión sobre el individuo, pero éste puede ejercerla sobre la sociedad»4o.

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ternativa tanto frente a la indefensión a la que el individualismo abocaba, sobre todo a los débiles, como a la privación de libertad y dignidad a que conducia el socialismo: Esta concepción es bien distinta de la individualista en la que hoy vivi­ mos y de la socialista, a la que inconscientemente se va por falta de orien­ tación. Es más fácil y JUSta que la solución individualista porque ... no deja al individuo solitario e indefenso contra las opresiones del fuerte. Pone más a salvo la libertad y la dignidad humana que la solución socialista, porque no sumerge al individuo en la monstruosidad del Estado colectivista, único propietario del que todos serían asalariados y forzados 42

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La misma visión de lo encontramos en su defensa del régimen corpo­ rativo realizada en 1916, en la que partía de la idea de que .la sociedad no es un montón de arena, sino un ser con órganos•. Secundaba la explicación que había ofrecido Hitze a la cuestión social, cuya causa el auror alemán había localizado en el -individualismo, en la desagregación de la sociedad, en su transformación en montón de átomos que se rechazan y combaten confusamente en un conflicto general>; y también parecia estar de acuerdo con la solución propuesta por aquél: «sustitución del elemento individual por relaciones sociales; agrupación de los átomos dispersos, reemplazar la concurrencia por la solidaridad y los lazos mecánicos por los personales, en vez de la anarquía de la producción, orden; en vez de la expropiación del débil por el fuene , robustecimiento del débil , represión del fuerte; en vez de la soberanía del individuo, su subordinación a la colectividad. Se trata, sobre todo, de la reintegración de la sociedad en sus derechos sobre el individuo y el capital. 41 Sin embargo, incluso en esta propuesta más corporativista, Aznar dejaba un cieno margen de acción al individuo. De hecho, seguía situando su propuesta del corporativismo católico, que entendía como la organización natural de la sociedad, en calidad de al­

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