Caso de Estudio: El agricultor periurbano como facilitador socio-agrícola en Patagonia Chilena, una mirada desde Melbourne, Australia

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Caso de Estudio: El agricultor periurbano como facilitador socio-agrícola en Patagonia Chilena, una mirada desde Melbourne, Australia Por Jessica Parra Nowajewski para “Agricultura Urbana y Periurbana como herramienta para la seguridad alimentaria y el desarrollo municipal” FAO Profesor tutor FAO: Sara Granados

Introducción La historia de la Patagonia Chilena es compleja, se caracteriza por la total desconexión con el resto del país, con una dependencia de los suministros y servicios brindados por Argentina. Con grandes extensiones de terrenos mayoritariamente utilizados para la crianza de animales y la explotación forestal, la región de Aysén enfrenta el mercado de provisiones desde la importación. Los precios de los vegetales en particular son elevados y la percepción de la población es que en la región, por las características climáticas, es inviable la producción de fruta y verdura. El mate, la harina, carnes y granos no faltan en la despensa de las familias, pero en especial, durante invierno, debido a la restricción en el presupuesto familiar, la necesidad de leña frena el consumo de alimentos frescos. Existen sin embargo, ejemplos de agricultores periurbanos que confrontan esta realidad, y que gracias a una planificación a largo plazo están hoy introduciendo en el mercado productos regionales que pueden ser adquiridos en la feria local. Una de estas granjas está localizada en lo que hoy es el borde externo del anillo periférico que cierra la ciudad de Coyhaique. Estos agricultores periurbanos son de vital importancia en la generación de nuevas iniciativas locales, pues ellos, son capaces de identificar las debilidades y fortalezas en la producción de vegetales en una zona en la que las nevadas, heladas y con los últimos años, la sequía veraniega hacen difícil la labor del nuevo agricultor urbano y periurbano. Sin embargo, sobrepasando estos obstáculos, los Patagones podrían fortalecer su alimentación anual, mejorar su nutrición y, por qué no decir, mejorar su presupuesto invernal y la resiliencia de su comunidad.

Estos agricultores son, en perspectiva, facilitadores socio-agrícolas, que como en la ciudad de Melbourne, ayudan a nuevos emprendimientos y municipalidades a desarrollar y educar a los nuevos agricultores y la comunidad en torno a ellos. Su labor es fundamental y toda municipalidad debiese contar con un grupo consolidado de ellos.

Pautas en la creación de proyectos de agricultura urbana en municipios La proliferación de proyectos de agricultura urbana alrededor del mundo ha dado inicio a la aparición de pautas por parte de los municipios para dar un marco regulatorio que permita un proceso sustentable y participativo en la construcción de huertos urbanos. Más aun, se han creado, como en el caso de la ciudad de Melbourne y Yarra Council (municipio), pautas que buscar ordenar y facilitar la formulación de nuevas iniciativas presentadas por los vecinos y ONGs. Dentro de estas regulaciones se estipula coherentemente la coexistencia de huertos, el uso de suelo, crianza de animales, cuidado de huertos comunitarios y el cuidado sanitario del barrio. Además, el enfoque busca resguardar los derechos de los vecinos que no estén envueltos en las nuevas campañas, y dando a los interesados en la generación de iniciativas comunitarias un conjunto de reglas que se deben cumplir para así obtener un permiso, o en el caso de un vecino particular mantener su jardín urbano y/o crianza de animales. El proyecto comunitario debe reportar sus avances y estar listo para ser revisado por las autoridades municipales. Es necesario escribir reportes, llevar cuenta de lo que se ha construido, lo que se ha producido y mantener cuidadosamente las nuevas instalaciones. Es así también como el municipio se compromete no solo a dar el permiso sino por igual tendrá sus derechos y obligaciones para con el proyecto. Es interesante notar como esta noción de orden está ausente en la mayoría de las ordenanzas municipales en Chile y los derechos y deberes tanto de la autoridad como de los jefes de proyectos de agricultura urbana y periurbana no están legitimados por pautas o reglas municipales. En especial, cuando el proyecto es presentado por un grupo de vecinos y no por una ONG [la cual seguramente ya ha sostenido conversaciones previas con el gobierno y gracias a esto también han recibido financiamiento para la elaboración e implementación de proyectos], es cuando los problemas o la burocracia ponen trabas a la aprobación e implementación de estas iniciativas.

En el caso de Coyhaique, en la región de Aysén, existe un grupo de pequeñas huertas periurbanas que actualmente, y después de un proceso de generación de chacras de más de 20 años, están produciendo de manera orgánica vegetales que ahora llegan a la feria local [City of Yarra fomenta el cultivo orgánico para que tanto el suelo como el ambiente que rodea a los vecinos no sea contaminado con pesticidas y químicos fertilizantes]. Algunos integrantes de estas huertas han realizado con éxito cursos que buscan motivar y educar a la población de la región en la elaboración de jardines comestibles, preparación de comida saludable y construcción natural. Sin embargo no se ha trabajado en conjunto con la municipalidad, y los futuros proyectos que sean implementados dentro del área urbana no contaran con el resguardo necesario tanto para los nuevos agricultores, vecinos o el mismo municipio. Contexto social En Chile es común la comisión de estudios, consultorías y encuestas para la futura conformación de mesas de diálogo y posteriores estudios que permitirán la elaboración de leyes o pautas tanto a nivel del gobierno central como local. Los nuevos movimientos sociales han dado ejemplo de cómo el poder comunitario, las asambleas locales y el liderazgo local fomentan un clima de respeto en la elaboración o cumplimiento de nuevas directrices. El caso de Aysén es emblemático, y tan solo con visitar o participar por algunos meses en la vida de los Patagones, queda claro que las personas de la región requieren una voz local que los motive y comunique con las estructuras del poder ejecutivo. Tomando en consideración las necesidades de la población de Aysén, y Coyhaique como ejemplo más cercano para el autor, la contratación de facilitadores agro-sociales tendría un impacto beneficioso a corto y mediano plazo. Dando tiempo para que el municipio elabore nuevas pautas que sean guiadas por el conocimiento local y a la vez, las decisiones que se tomen durante el tiempo en el que la falta de guía pueda perjudicar el emprendimiento local, sean tomadas con mayor información y prontitud [el Alcalde puede no tener conocimiento de agricultura urbana, así como tampoco sus asesores]. La idea de un Facilitador Agro-Social busca además ayudar a los vecinos a una estructuración de proyectos comunitarios e individuales con información que busque la sustentabilidad del proyecto, impactar positivamente en la comunidad, buscar el dialogo entre las partes, promover

el respeto y la equidad social, enfrentar los desafíos de cambio climático y desastres naturales con una mirada que no niegue la historia local. El capital humano que se ha desarrollado gracias a la perseverancia de los agricultores periurbanos es innegable, y para una región que sufre de una de las tasas más bajas de calidad de vida en el país, fomentar la agricultura urbana podría aplacar necesidades alimentarias de la población. La disyuntiva madera/combustible o comida es incuestionable, y cuando se conversa o entrevista a los habitantes de la región y se aventura a investigar el precio de estos insumos y como afecta el vivir de los patagones se puede notar con facilidad que el precio de los alimentos frescos (vegetales) hagan de estos un privilegio. En época de invierno el acceso a la región es difícil y en ocasiones escasea el alimento y combustible. Lo que nunca falta es harina y mate, alimentos importados desde Argentina. Hace un tiempo en la municipalidad de Yarra se contrató un facilitador local para atender a las necesidades de los vecinos. En este caso la municipalidad ha asegurado el soporte técnico para los nuevos proyectos. También es fundamental el apoyo de los vecinos y se debe realizar una consulta antes de la implementación de un proyecto, tal sea el ejemplo de un jardín comunitario. El rol del Facilitador Agro-Social El facilitador debe no solo conocer la realidad agraria de la zona, además debe estar en conocimiento de lo que la municipalidad tiene como objetivo y restricciones. Sin embargo, el facilitador es más que un humano armado de conocimientos. Entre sus herramientas debe gestarse una profunda capacidad de análisis y diálogo, valoración de la tradición local, comunicar entre las partes, fomentar la creación colectiva e identificar las capacidades de cada individuo envuelto en los proyectos. Es así como buscamos a una persona que extienda a través de su conocimiento la habilidad de compartir, aprender y organizar. En esta misma línea la creación de un comité de Agricultura Urbana y Periurbana debe gestarse desde el primer momento en que la municipalidad tome la gestación de proyectos de esta índole como potencial requerimiento desde la comunidad. En el caso de City of Yarra, después de la promulgación de las reglas de agricultura urbana en el municipio, se llevó a cabo la contratación y creación de una unidad de Asesores, que permiten al municipio tomar decisiones informadas. Estos asesores están en permanente contacto con las comunidades y deben permanecer al tanto de las actividades y nuevas tendencias que la agricultura urbana

desarrolle. Las pautas presentadas por la municipalidad han sido revisadas en diferentes oportunidades, y son constantemente monitoreadas. Las reglas de agricultura urbana pueden ser flexibles. Discusión y conclusión La agricultura periurbana en la región de Aysén, en especial en la ciudad de Coyhaique demuestra que la agricultura en pequeña escala es posible en la región a pesar de las inclemencias climáticas y la baja calidad del suelo. Durante varios años se ha gestado un grupo de agricultores periurbanos que han desarrollado diversos proyectos dentro de su comunidad, y que con el paso del tiempo ha logrado poner en el mercado productos orgánicos a un costo ambiental y monetario menor a los que una gran cadena de supermercado presente en la zona puede mostrar. La revitalización de una zona que vive en condiciones de extremo aislamiento y carencias socio-culturales puede venir en parte de la mano de la agricultura urbana, pero para que los futuros proyectos sean exitosos y se generen en armonía con el entorno y los vecinos sería adecuado la integración de estos agricultores en el ámbito municipal, actuando como enlaces que faciliten el actuar vecinal y edil. En una comunidad que posee una amplia experiencia debatiendo temas que lleven al bienestar común, la idea de un facilitador no es ajena y podría a mediano y largo plazo promover el emprendimiento local de huertos comunitarios y pequeños jardines particulares. La creación de una comisión que estudie la regulación de estas actividades y que en el futuro redacte normativas y se mantenga al día en el estado del arte de la agricultura urbana aparece como otro componente que debe ser analizado para la incorporación municipal. El tema de huertos comunitarios y privados dentro de la zona patagónica aparece como mitigador de las necesidades alimentarias y de aislamiento en una región que carece de altos estándares de calidad de vida pero en la que aun así la participación ciudadana es altísima al momento de debatir temas que busquen el porvenir de sus comunidades. Recomendaciones: -

Invitar a los agricultores urbanos y periurbanos de la zona a debatir una nueva estructuración y elaboración de proyectos en la zona.

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Invitar a facilitadores con experiencia en campañas y liaison municipal para ofrecer talleres de perfeccionamiento en la zona.

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Crear fondos municipales para huertos comunitarios

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Generar un comité de asesores socio-urbanos

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Redactar pautas flexibles para la comunidad y municipio

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Promover la discusión en torno al tema y redactar en conjunto pasos a seguir por el municipio y los vecinos para el desarrollo agro-social

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Cursos de agricultura urbana que sean patrocinados por el municipio

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Realizar un seguimiento adecuado a los proyectos ya existentes

Nota del autor: Me parece de vital importancia que las pautas para el acopio y uso de agua se flexibilicen y se establezcan nuevas que promuevan el uso y cuidado de esta de parte de los particulares en todo Chile.

Referencias Apuntes de Curso, Unidad 9: Formulación de Programas de Agricultura Urbana y Periurbana a Nivel

Municipal,

Fao.

Accessed:

July

30,

2013

http://www.fao.org/alc/elearning/mod/resource/view.php?id=5445 Burton, P. et al. Report: Urban food security, urban resilience and climate change. Accessed: August 1, 2013 [http://www.nccarf.edu.au/publications/urban-food-security-resilience-climatechange] City of Yarra, 2012. Community gardens guidance, City of Yarra. Accessed: July 15, 2013 http://www.yarracity.vic.gov.au/environment/community-gardens City of Yarra, 2011. Urban agriculture Advisory Committee, terms of reference. Accessed: August 2, 2013 http://www.yarracity.vic.gov.au/DownloadDocument.ashx?DocumentID=5596 Corporación Nacional Forestal Región de Aysén, 2009. Plan de Manejo Reserva Nacional Coyhaique. Gobierno de Chile. Yarra Climate Action, Urban Agriculture Updates wiki. Accessed: August 4, 2013 http://ycan.org.au/tag/urban-agriculture/

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