Cartel \"La inusual situación de las mujeres a caballo en México\"

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Descripción

Foto 1. Estatutos vigentes de la Federación Mexicana de Charrería

24 y 25 de septiembre de 2015

Singular situación de las mujeres a caballo en México Ramírez Barreto, Ana Cristina, Dra.

Foto 2. Integrante de escaramuza en Congreso Nacional Infantil 2014, Lienzo San Bartolo, Mich.

APORTACIONES Este es uno de los primeros enfoques en la línea de la filosofía de la cultura y la antropología a una manifestación cultural como la participación femenil en la

TEMÁTICA Antropología social del deporte y performance nacionalista charro, rama femenil, y a las tecnologías de monta a caballo “a mujeriegas”. INTRODUCCIÓN Y OBJETIVOS

charrería, que enfoca las aporías de género en circunstancias de orgullo (nacionalista, deportivo y personal) y la subordinación de la condición de mujeres y caballos en el México contemporáneo.

En México, desde los años 50 se desarrolla la participación femenil en la charrería en la

Foto 3. Filemón Lepe y su hija Rosita, probablemente en 1937, con la primera “albarda” que adaptó a partir de una silla “normal”. Foto tomada de la entrada charro en el Diccionario Enciclopédico sobre Asuntos Ecuestres e Hípicos, del capitán José I. Lepe, 1972, México: Porrúa. Abajo, albarda en fabricación permite ver que el fuste es el “normal”, descabezado y rellenado, lo que provoca una monta a distancia del caballo y sin piernas. Foto de Ana Cristina Ramírez, 2003.

modalidad de "escaramuzas" (Toor 1947, Sands 1993, Nájera-Ramírez 2002, Palomar 2004, Ramírez 2005): equipos de ocho integrantes, todas mujeres, compiten en la realización de doce ejercicios de precisión al galope y dos "puntas" (detener su carrera el caballo). Esto es inusual con respecto al resto del mundo ecuestre (Stoeltje 1993, Lawrence 1994, Digard 2006, TourreMalen 2006, Birke 2009, Adelman y Knijnik 2013) en al menos tres aspectos, que se desglosan en "Resultados".

METODOLOGÍA Investigación cualitativa; etnografía y trabajo de campo con observación y participación como escaramucera décadas atrás (años 80), enriquecida por una revisión del estado de la cuestión al día de hoy.

Al día de hoy, miles de mujeres en México y Estados Unidos de Norteamérica participan como integrantes de escaramuzas charras. Los equipos que aspiran a niveles de competencia deben apegarse a rigurosos ritmos de trabajo entre ellas y con sus caballos, además de financiarse arreos, atuendos y traslados para asistir a las competencias. Aunque muchos más equipos aspiran a tener un lugar en el Congreso y Campeonato Nacional Charro que se realiza anualmente, sólo logran participar alrededor de 70 escaramuzas (categoría adulta; las infantiles tienen su propio congreso), es decir, aproximadamente 500 mujeres a caballo. Foto 4. Izq. Albarda Gordoa (2015), primer intento registrado de mejorar la adaptación de la albarda Lepe y, con ello, la monta a mujeriegas. Nótese el contraste de alturas de asiento con una albarda nueva (derecha, foto Ana Cristina Ramírez 2015). Gracias a Julieta Gordoa por autorizarme a usar su fotografía.

RESULTADO(S) El cartel destaca las singularidades de la participación femenil en el deporte ecuestre mexicano,

BIBLIOGRAFÍA/REFERENCES

especialmente la automutilación de la corporalidad humana por el apego a la imagen ultrafemenina en un deporte reconocido por la Confederación Deportiva Mexicana

que segrega y discrimina a las mujeres.

Encuentro tres aspectos de la singularidad de la situación de las mujeres a caballo en México: 1) En el resto del mundo se ha desarrollado la equitación no segregada por sexo. La feminización de los deportes ecuestres es general pero en México ocurre en condiciones de segregación y no reconocimiento pleno de los derechos civiles, pues siendo deportistas igual que los varones, el Estatuto de la charrería les impide ser votadas para cargos en la Federación Mexicana de Charrería). Foto 1. 2) La monta particular de las escaramuzas en competencia es "a mujeriegas", con ambas piernas hacia el lado izquierdo del caballo, penalizándose la eventual monta "normal" ante una emergencia (montura que que se voltea, por ejemplo). Foto 2. 3) La montura mantiene el mismo diseño que desde finales de los años 20 del siglo pasado le diera Filemón Lepe para que sus hijas desfilaran a caballo "a tono" con el nacionalismo mexicano y el aristocratismo que instila la monta a mujeriegas. El criterio de Lepe fue práctico, de bajo costo, centrado en el atuendo para

Adelman, M. y Knijnik, J. (2013). Gender and equestrian sport: riding around the world . New York: Springer. Birke, L., y Brandt, K. (2009). Mutual corporeality: Gender and human/horse relationships. Women's Studies International Forum, 32(3), 189-197. Digard, J. P. (2004). Une histoire du cheval: art, techniques, société. Arles: Actes sud. Federación Mexicana de Charrería, Estatutos. Accesible en https://docs.google.com/file/d/0BxK0aEsFQtjkN1d6MHFnMElYTkU/edit?usp=sharing , acceso 10/06/2015 Lawrence, E. A. (1994). Ranch women and men on both sides of the border. American Anthropologist, 96(3), 703-705. Nájera-Ramírez, O. (2002). Mounting traditions: the origin and evolution of la escaramuza charra. In N. E. Cantú & O. Nájera-Ramírez (Eds.), Chicana traditions: continuity and change. Urbana: University of Illinois Press. Palomar Verea, C. (2004). En cada charro, un hermano. La charrería en el Estado de Jalisco . Guadalajara: Secretaría de Cultura/Gobierno del Estado de Jalisco. Ramírez Barreto, A. C. (2005). El juego del valor. Varones, mujeres y bestias en la charrería en Morelia, 1923-2003. (Trabajo para optar por el grado de doctora en antropología social), El Colegio de Michoacán, Zamora. Sands, K. M. (1993). Charrería mexicana: an equestrian folk tradition. Tucson: University of Arizona Press. Stoeltje, B.J. , Power and the Ritual Genres: American Rodeo Western Folklore, 1993. 52(2/4): p. 135-156 Toor, F. (1947). A treasury of Mexican folkways. New York: Crown Publishers. Tourre-Malen, C. (2006). Femmes à cheval. La féminisation des sports et des loisirs équestres: une avancée? París: Belin.

Institución(es) de la(s) Autoras

Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo

desfilar –no en la buena monta, que no prescinde del uso de las piernas. (foto 3). Sólo se registra un proyecto de adaptación que acerque la corporalidad de la jinete a la del caballo (foto 4).

Eréndira. Fragmento del mural de Juan O'Gorman en la Biblioteca Pública de Pátzcuaro

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