Capítulo 2 de \"Epistemología y Filosofía Política en Gilbert Simondon\", por Andrea Bardin

June 13, 2017 | Autor: Bernabé Ferreyra | Categoría: Philosophy of Science, Philosophy of Technology, Cybernetics, Gilbert Simondon, Andrea Bardin
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Descripción

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Incluso Watson, Crick y Wilkins no ganaron el premio Nobel por el descubrimiento de la estructura del ADN antes de 1962. Nacida en los EE.UU. en la década de 1940, durante los '50 la cibernética comenzó a extenderse también en Francia. La conferencia Les machines à calculer et la pensée humaine del 8 de enero de 1951 marca el inicio de un público europeo para la cibernética (Guchet 2001: 231, n 3; véase también Guchet 2005, que cita textos inéditos de Simondon sobre la cibernética; Geoghegan y Hayward 2012: 4-8). Vale la pena notar que ya en 1950 había tenido lugar una serie de conferencias organizadas por L. De Broglie, más tarde publicado como La cybernétique. Théorie du signal et de l'information (1951), y el texto aparece en la bibliografía de la Individuación. La asombrosamente breve bibliografía de la Individuación (Canguilhem GC: 40.2.1) presenta sólo veinte referencias, de las cuales cuatro trataban sobre cibernética, ocho sobre física cuántica, tres sobre biología, y cinco acerca de la psique humana. Estos textos son particularmente importantes, ya que son el único índice 'oficial' de las fuentes no filosóficas de Simondon para el libro. En mi interpretación voy a hacer un uso sustancial de ellos.
Simondon escribió el texto en colaboración con F. Le Terrier. Una carta que envió a Canguilhem en 14 de enero 1989, justo un mes antes de su muerte, no sólo da alguna evidencia de su enfermedad mental en el momento, sino también da cuenta del valor que atribuye a este texto sobre el que todavía estaba pidiendo consejos de su antiguo maestro (Canguilhem GC: 40.2.2). En Francia, la relación entre las ciencias sociales y de la cibernética se estaba volviendo bastante à la page, gracias a la fusión de la lingüística estructural, la antropología y el psicoanálisis (en particular a través de las obras de Lévi-Strauss y Lacan). Los textos a los que Simondon se refiere con frecuencia son de curso Wiener (1948) y (1950), además de las famosas 'Macy conferences' celebradas en Nueva York del '46 al '53 (Pias 1946 -53; tres de ellas aparecen en la bibliografía de la Individuación y cuatro en el MEOT). El tema también es dominante en el texto en que Simondon parece basarse con el fin de construir su argumento: De Broglie (1951). Como explicaré en la Sección. 2.3, Simondon tiene la intención de responder a las preguntas formuladas por Raymond Ruyer en La cybernétique et l'origine de l'information (1954).
Como se ha dicho, la Individuación y MEOT dos tesis doctorales de Simondon (véase p. 1, n. 1).
Por el contrario, 'El esquema hilemórfico conlleva y acepta una zona oscura: la zona operativa central. Es el ejemplo y el modelo de todos los procesos lógicos a través de los que se atribuye un papel clave a los casos-limite, a los términos extremos de una realidad organizada como series' (I 312).
Según Simondon, la concepción 'estática' de la forma de la Gestalttheorie no logra explicar el carácter dinámico del fondo y la naturaleza diferencial de la figura: de hecho, sólo una variación de estímulo, no su 'buena forma', puede producir información (I 236).
El concepto de 'homeostasis' se refiere a la tendencia de algunos sistemas (especialmente organismos) de mantener el funcionamiento estable y propiedades constantes. Las nociones de homeostasis y entropía juegan un papel central en el argumento de Simondon contra la cibernética. Para una discusión más amplia del tema, véase cap. 7.
El ejemplo de los osciladores se repite con frecuencia en los escritos de Simondon, por ejemplo, I 222-24, MEOT 134- 37 y, sobre todo vinculado a la noción de 'campo', FIP 534, 539.
Los últimos ejemplos, de hecho, se atribuyen a Deleuze en lugar de Simondon. Pero también Simondon, como explicaré, se ocupa particularmente del código en los organismos: 'el contenido se convierte en el código', 'el ser vivo transforma la información en formas, los a posteriori en a priori; pero este a priori siempre se orienta hacia la recepción de información' (MEOT 123, 137). Una probable referencia común –a través de Canguilhem, 1952: 144 y ss.– es J. von Uexküll (1934), el etólogo alemán que ofrece el conocido ejemplo del medio de la garrapata (Sec 9.4.).
En física la 'resonancia interna' de un sistema es la ampliación progresiva de su oscilación, debido a la aplicación de una fuerza externa con una frecuencia compatible. El uso de Simondon del concepto es más amplio, incluyendo el funcionamiento real de cualquier sistema. Para un análisis más profundo de los problemas de escala que conlleva el concepto de 'resonancia interna', véase cap. 4.4.
La expresión de Wiener es 'entropía negativa', más tarde abreviada como 'negentropía'.
'También un organismo funciona parcialmente de acuerdo con su estructura. Pero su estructuración no es manifiestamente una operación dependiente de una estructura existente [...] En este sentido los seres fundamentales de la microfísica se asemejan a los organismos' (139). En el dominio de la microfísica, 'donde la individualidad de los constituyentes está parcialmente dispersa dentro de la individualidad del sistema, la experiencia revela comportamientos similares a los inducidos, en las individualidades psíquico-orgánicas, por la existencia de campos de conciencia de visión general absoluta [à survol absolu]' (139-40). Acerca del proyecto de Ruyer de ampliar el concepto de forma- estructura, a fin de superar la oposición determinismo/contingencia, ver Ruyer (1930).
Wiener continúa: 'Creo que vale la pena considerar la relación entre la estructura y la función por medio de una teoría general de la síntesis y el análisis de las máquinas' (RO 131). Entre los participantes en la conferencia podemos encontrar científicos (N. Wiener, B. Mandelbrot, D. Mackay, A. Lwoff, L. Couffi gnal) y filósofos (J. Hyppolite, L. Goldmann, G. Granger, L. Sebag, M. Gueroult). Gueroult (presidente de la Comisión Internacional de Conferencias de Filosofía de Royaumont) declara que espera de la conferencia una contribución a la regeneración de la Filosofía Cartesiana. El matemático e investigador de IBM Mandelbrot argumenta en su artículo '¿Sigue siendo útil la Teoría de la información?' en contra de la hipótesis de una futura unificación de las ciencias y la publicidad excesiva de una teoría que, según él, ya ha agotado su 'función histórica' (RO 98).
El artículo completo se ha publicado recientemente como API, pero Simondon no lo publicó en vida.
El concepto de una amplificación 'transductiva' es usado aquí por Simondon para cubrir el campo semántico de 'cristalización' como contraparte de la modulación. Es en cierta forma el modelo primitivo de las estructuras generadoras de amplificación: 'la transducción es precisamente capaz de crear estructuras a partir de un medio homogéneo metaestable' (API 174). En la Individuación Simondon ya había mencionado 'un proceso de amplificación de la comunicación, cuya modalidad más primitiva es la transducción, que ya existe en la individuación física' (I 33, n. 10). Aunque la noción de 'amplificación' se repite a menudo en los textos de Simondon, nunca va a ganar la centralidad epistemológica que caracteriza la noción de transducción en la Individuación. Lo mismo ocurre con el concepto de 'organización de amplificación', aunque todavía está presente, por ejemplo, en el curso Formes et niveaux de l'information (1970/71), donde Simondon propone de nuevo las tres tipologías de amplificación (Bontems 2006: 323).
Vale la pena señalar el uso francés de la expresión 'sciences humaines', que corresponde aproximadamente a las 'social sciences' del inglés, con la premisa de que tiene gran importancia a la teoría –y una contraposición implícita– de los dominios natural y humano. En lo que sigue, si no es estrictamente necesario, voy a mantener la expresión inglesa. Por consiguiente, el lector debe asumir que, en las citas, la expresión 'ciencias sociales' corresponde a las 'ciencias humanas' francesas.
Merleau-Ponty murió pocos meses antes de la conferencia en mayo de 1961. Tres años más tarde Simondon dedica IGPB a Merleau-Ponty. Las referencias directas a éste son muy raras en las obras de Simondon (por ejemplo, en CSP) y de hecho no particularmente relevantes. No voy a medir aquí deuda incuestionable de Simondon hacia Merleau-Ponty, sino que me limitaré a la utilización de algunas de sus tesis con el fin de desafiar a algunos problemas en la filosofía de Simondon.


Epistemology and Political Philosophy in Gilbert Simondon
Individuation, Technics, Social Systems
(Epistemology and Political Philosophy in Gilbert Simondon. Individuation, Technics, Social Systems)
Por Andrea Bardin
Brunel University London, London, UK – Centre international des études simondoniennes, MSH Paris-Nord
Volumen 19 de 'Philosophy of Engineering and Technology' (para más información de esta serie http://www.springer.com/series/8657) – ISBN 978-94-017-9830-3 (Versión electrónica: ISBN 978-94-017-9831-0) – © Springer Science+Business Media Dordrecht 2015(www.springer.com)
Traducido por Bernabé Ferreyra
Capítulo 2 " Reformando los conceptos de Forma e Información
Simondon heredó el concepto de información de uno de los padres de la cibernética, Norbert Wiener. Aunque la estructura del ADN fue descubierta en 1953, durante la década de 1950 la 'información' aún no era considerada el paradigma fundamental para la biología –y ciertamente no en Francia. Sin embargo, desde el comienzo la cibernética concibió el concepto tecnológico de información como un paradigma de lo que podría ser extendido, por lo menos en principio, a todos los ámbitos de la investigación científica: la biología, la psicología, la psicopatología, la sociología y la economía política. En ese período Simondon la estaba adoptando como herramienta metodológica fundamental para su filosofía, como la entrada La psychologie moderne [Psicología Moderna], editada por Simondon para la Encyclopédie de la Pléiade [ENC] poco antes de escribir la Individuación, muestra claramente:
El lenguaje de cibernética, ya aplicable a la fisiología del sistema nervioso, podría llegar a ser adecuado para describir las relaciones entre el ser humano y su entorno natural y social, superando la alternativa entre libertad y determinismo, que parece ser el principal obstáculo para cualquier ciencia psicológica. (ENC 1701)
Después de las dos tesis, términos como 'transducción', 'allagmática' o incluso 'individuación' casi desaparecieron del vocabulario de Simondon, mientras que, a lo largo toda su vida intelectual, nunca abandonó el término 'información'. Desde esta perspectiva a Individuación puede ser considerado un trabajo experimental en curso en el que convergen todos los problemas que Simondon había discutido previamente. La noción de información, debido a su 'carácter puramente operativo, no vinculado a un asunto específico, y definiéndose solo en relación con un régimen energético y estructural' (I 220), responde perfectamente a la exigencia anteriormente expresada de una teoría allagmática, que por lo tanto 'debe estar en relación con la teoría de la información, que se ocupa de la traducción de secuencias temporales en organizaciones espaciales' (I 238).
Pero, con el fin de llegar a una elaboración adecuada del concepto, algunos problemas relacionados con la noción de 'forma' tuvieron que ser resueltos:
Arrancada del esquema hilemórfico, la noción de la forma puede llegar a ser adecuada al carácter polifásico de ser que se estructura a sí mismo de manera relacional. Esto concuerda con la dirección de la investigación de los teóricos de la Forma. Este significado relacional de forma se agarra mejor a través de la noción de información, siempre que se entienda el concepto de información como la significación relacional de una disparidad. (I 318)
En este capítulo voy a seguir la ruta trazada por Simondon: después de mostrar su doble crítica al concepto de forma –tanto aristotélica como Gestáltica–, voy a profundizar en lo que él concibe como una 'reforma' del concepto cibernético de información.
2.1 La crítica del concepto 'hilemórfico' de Forma (Gestalttheorie)
El primer enemigo conceptual que Simondon decide desafiar en la Individuación tiene un nombre venerable: hilemorfismo. El 'esquema hilemórfico' aristotélico –dice– ha evitado un enfoque ontogenético a la cuestión del ser, y en consecuencia al conocimiento, mediante el mantenimiento de un dominio latente pero indiscutido tanto sobre el sentido común como sobre el pensamiento filosófico y científico:
El significado de la presente investigación es que para poder pensar la individuación el esquema hilemórfico debe ser abandonado[… pues] sustituye abusivamente al conocimiento de la génesis de un real; [es decir,] evita el conocimiento de la ontogénesis. (I 312)
El 'esquema hilemórfico' deriva de una concepción común de la operación técnica en tanto conformación de una materia sin forma. Esta concepción substancializa la materia y la forma, ocultando su constante devenir: las presenta como ya individuadas en el comienzo mismo del proceso de formación. Simondon desarrolla una doble objeción. Por un lado, no se presenta en la naturaleza una materia inerte y amorfa: como es evidente en el caso de las nervaduras de la madera o en la estratificación de las piedras, lo que llamamos materia siempre presenta resultados implícitos de una formación anterior, y por lo tanto es siempre parcialmente individuada. Por otra parte, no existe ninguna forma consumada en la naturaleza, ni tampoco es una idea perfecta en la mente del artesano: es más bien una secuencia operativa, un proceso complejo con una historia determinada y, en este sentido, una 'forma' característica. En pocas palabras, en lugar de representar correctamente las dinámicas reales que participan en la operación técnica, la concepción hilemórfica de la materia y la forma es definitivamente inadecuada para describir cualquier proceso real y singular de 'formación' [prise de forme].
Simondon ofrece una hipótesis sociológica relativa al éxito histórico del esquema hilemórfico:
Si sólo existía el funcionamiento individual y técnico, el esquema hilemórfico no podría surgir [...] Lo primero que muestra el esquema hilemórfica, es una representación socializada de trabajo y una representación igualmente socializada del ser vivo individual. (I 50-51)
Él desarrolla parte de su argumento refiriéndose a la relación desigual establecida por el amo [maître] y el artesano [artisan] en lo que respecta a la operación técnica. La relación abstracta del amo es la de la propiedad, mientras que la del artesano es la de inmersión concreta en la materia a través del proceso técnico de su (trans)formación. Esta 'evocación' de la dialéctica del amo y el esclavo no es tanto una deuda Marxista que una referencia hegeliana a la abstracción de los conocimientos del maestro frente a la habilidad del artesano para captar la singularidad, las 'formas implícitas' de la materia trabajada (I 57-60 ). Pero, al final, esta hipótesis sociológica es insuficiente:
El condicionamiento psicosocial de pensamiento, incluso si puede explicar las vicisitudes del esquema hilemórfico, no puede en absoluto explicar su permanencia y su universalidad dentro de la reflexión. (I 52)
Por lo tanto, concluye, el problema sólo puede resolverse en un nivel más profundo: el nivel del análisis físico del 'proceso de adquisición de forma', es decir, de la individuación.
De hecho, según Simondon, sólo una teoría de la individuación puede dar razón adecuada para la inherencia estructural del paradigma hilemórfico al conocimiento, ya que la operación de conocimiento en sí es una operación de individuación, que –como tal– funciona de acuerdo con el esquema hilemórfico. De hecho, el conocimiento normalmente procede a través de oposiciones binarias de términos simétricamente polarizados, instituyendo y representando parejas compatibles de ideas claras y distintas que encierran (y por lo tanto esconden) su relación. Contra esta tendencia Simondon intenta captar el ser en su centro activo y relacional, o 'zona operativa central' [zone opérative centrale], como él la llama, reconociendo que el medio de una relación no puede ser considerado menos importante que sus casos límite (I 313). En este sentido, en la Individuación el hilemorfismo se convierte en sinónimo de un 'dualismo substancialista' que hace que el conocimiento sea conocimiento de individuos, en lugar de conocimiento de los procesos de individuación.
Aunque la Gestalttheorie dio algunas indicaciones útiles para un enfoque alternativo a la 'zona operativa central', no pudo substraer el concepto aristotélico de la forma de su dependencia de la tradición filosófica y científica dominante. Según Simondon, los límites de la Gestalttheorie se derivan del 'psicologismo' implícito en su hipótesis central, la de la estabilidad de la 'buena forma', lo que impide la aplicación válida de la misma en los diferentes campos del saber. En la psicología de la percepción, la ley de la 'buena forma' (o Prägnanz) debe explicar la definición y la estabilidad de la figura: la forma en que se impone a la atención y por lo tanto a la percepción a través de una relación dialéctica con el fondo (la superioridad jerárquica), y su permanencia en la memoria. Después de negar la validez de la hipótesis de 'buena forma' también en la psicología de la percepción, Simondon establece que –en general– la superioridad jerárquica de una forma y su estabilidad no pueden coincidir ni ontológicamente ni lógicamente. Vamos a ver cómo procede.
Su argumento se basa en una concepción y evaluación original de la estabilidad sistémica. Para Simondon la verdadera estabilidad caracteriza a los sistemas privados de potenciales y por lo tanto incapaces de cualquier nueva transformación. Estos sistemas son dificiles de entender precisamente por su alto grado de estabilidad, ya que el conocimiento –de acuerdo con la tesis de Bachelard (1951) derivada de la física cuántica– requiere una perturbación del sistema. En resumen, la estabilidad de un sistema impide su conocimiento, por lo tanto la duración implica evidencia inferior de la forma (Prägnanz). Por el contrario, la evidencia superior de forma deriva del hecho de que el sistema esté lleno de potenciales (es decir, continúa deviniendo) y por lo tanto capaz de involucrarse en los otros procesos de formación, incluyendo los procesos de conocimiento. En este sentido, al concebir la estabilidad como la fijación de una 'buena forma' en una identidad de larga duración, la Gestalttheorie termina presentando como génesis de 'buena forma' lo que es en realidad un proceso de lenta degradación (es decir, la reducción de potenciales) en un sistema cuya característica principal es una esterilidad de larga duración (FIP 540-41).
En otros términos, lo que le falta al concepto de forma es precisamente la posibilidad de concebir la metaestabilidad real de los sistemas, su tendencia a producir una amplificación transductiva, más que (aparentemente) garantizar una larga duración sin efectos. Simondon vuelve su atención al concepto emergente de información, ya que permite la comprensión de la 'formación' como un proceso relativo a un sistema dinámico. También para la cibernética un sistema (ya sea físico, biológico, social) es un sistema complejo en el que cada elemento se relaciona con los demás y con el sistema en su conjunto, pero que también se caracteriza por procesos de autorregulación. Así, el sistema se concibe como permanentemente activo, y su equilibrio como 'dinámico' en lugar de 'estable'.
2.2 La crítica del concepto 'tecnológico' de Información (Cibernética)
Si la noción de 'forma' se concibe en términos de identidad y 'estructura', en su lugar la 'información' puede ser concebida en términos de una relación diferencial y 'operación'. Así Simondon confía en que una investigación fundamental del concepto de información podría suministrar un paradigma para dirigir su propia búsqueda de una ciencia de las relaciones entre estructura y operación. De hecho, él cree que la noción de la información elaborada por la cibernética en conexión con el concepto de homeostasis, sigue siendo insuficiente para explicar el funcionamiento de los sistemas complejos, y por lo tanto también debe ser reformulada.
El paradigma cibernético para la comprensión de la información se deriva de problemas de ingeniería relacionados con las tecnologías de comunicación por cable, como el telégrafo o el teléfono. El esquema básico consiste en un intercambio energético lineal entre un emisor y un receptor conectado por un canal a través del cual una energía potencial baja transporta información. Un esquema de este tipo tiene diferentes campos tecnológicos de aplicación y es extensible a la biología y la sociedad. Pero lo necesario para que el proceso se lleve a cabo, es la presencia del mismo código en el emisor y en el receptor. El código garantiza que la información inicial y final sea realmente la misma. En otras palabras, la identidad del código preserva la identidad de la pieza de información que atraviesa todo el proceso, desde el Emisor al Receptor. Además, el proceso elemental se complica por un ciclo de retroalimentación en el que se invierten los papeles de emisor y receptor.
Sin embargo, veamos el ejemplo básico de Simondon, ya que tiene como objetivo efectuar un cambio de paradigma. Dos osciladores electrónicos con diferentes frecuencias, si están lo suficientemente cerca como para que sus campos magnéticos se solapen, terminan estabilizando sus frecuencias en un valor que corresponde al campo magnético que resulta de su fusión. En el ejemplo propuesto no hay identificación 'ontológica' ni 'lógica' de un sistema-Emisor y un sistema-Receptor, ya que los dos sistemas A y B en realidad cumplen ambas funciones. Además, no hay transmisión unívoca, ni una correspondencia de uno-a-uno (como ocurre en un ciclo de retroalimentación) entre los sistemas, sino que tenemos más bien una influencia recíproca concurrente, y por lo tanto un macro-sistema compuesto por A, B y su interacción. Por lo tanto tenemos un macrosistema recientemente constituido donde la diferencia entre las frecuencias de las dos sub-sistemas se origina como un flujo de información que ambos modifican, y por lo tanto al macro-sistema desde dentro. De hecho, desde el momento en el que una relación entre los dos osciladores se establece (y sus campos se superponen), la única relación diferencial entre las frecuencias es una sola señal que genera dos diferentes segmentos de información en A y B, de acuerdo con sus respectivas frecuencias, determinando así diferentes modificaciones dentro de ellos. El proceso continúa hasta que las dos frecuencias de A y B coinciden, y un sistema en equilibrio dinámico se estructurará.
El ejemplo de Simondon tiene el mérito de poner de relieve lo que el esquema derivado del 'paradigma cibernético' tiende a ocultar: el esquema dual de osciladores, de hecho, subvierte algunos supuestos clásicos que, según Simondon, todavía 'infectan' el concepto cibernético de información.
1. Activo/Pasivo. Hay una reciprocidad tan perfecta entre el emisor y el receptor que, lógicamente hablando, es imposible diferenciar las dos funciones. Además, puesto que no hay secuencias lineales aisladas en las relaciones sistémicas, no se debe hablar de mecanismo de retroalimentación, sino más bien de una simultaneidad de transmisión-recepción.
2. Interno/Externo. En un oscilador lo que es interno (oscilación) y lo que es externo (campo magnético) son los regímenes de funcionamiento que se corresponden y se influencian entre sí. Así, no es posible concebir el segundo como el efecto del primero, ni viceversa.
3. Información/Relación. Desde el momento se inicia el proceso (cuando los dos campos se superponen) ya no tiene sentido distinguir la relación entre los dos sistemas y la información que circula, ya que la información es precisamente la relación (diferencial) entre las dos oscilaciones, es decir, lo que impulsa la secuencia en que la información surge progresivamente y las relaciones entre los sistemas cambian progresivamente.
En el ejemplo de Simondon, lo que resulta particularmente cuestionado es la naturaleza del código. En el paradigma tecnológico de la cibernética los códigos de emisor y receptor deben coincidir con el fin de permitir un correcto intercambio de información, que es un proceso independiente del código inscrito de forma permanente en la estructura del sistema. Por el contrario, para Simondon el código y el funcionamiento del sistema dependen uno del otro. Por lo tanto, por un lado, el funcionamiento de un sistema de acuerdo con el código implica una emisión de señales que se puede transformar en diferentes informaciones por otros sistemas y, por otro lado, cada señal que en realidad modifica el funcionamiento de un sistema, de hecho, puede modificar su código. En resumen, el código es a la vez productor-de y producido-por el intercambio de información, es decir, puede generar y ser modificado por señales. Y esto explica cómo los sistemas con códigos completamente diferentes pueden en principio (y de hecho lo hacen) comunicarse, como ser humano y la máquina o la máquina y los animales, como también un ser humano y un virus, o la orquídea y la avispa.
En consecuencia, el ejemplo de Simondon de los osciladores –aunque no completamente exacto– le permite desplazarse hacia un punto de vista relacional y no determinista, centrándose en la forma en que el intercambio de información modifica continuamente las relaciones entre los sistemas y por lo tanto su identidad. Según Simondon, la concepción cibernética de información, afectada por sus orígenes tecnológicos, demuestra estar atada a un doble fetichismo de la 'identidad' y 'determinismo', un síntoma de la confusión entre señal e información. Por supuesto, la energía transmitida no sólo tiene una cantidad, sino también una forma, una 'calidad' derivada de su frecuencia y tensión, o simplemente a partir de su distribución en el tiempo –como ocurre con el código Morse. Por supuesto, la señal es esta energía modulada con el fin de ser convertida en algo más, tal como el posible comienzo de un procedimiento (si se recibe por una máquina) o un significado (si se recibe por un ser humano) (I 221-222). Pero la señal no debe ser considerada como información, a menos que encuentre y modifique un sistema (o subsistema) con un código apropiado. Por lo tanto no se debe llamar correctamente 'información' a lo que se desprende de la expresión natural de un código, sino exclusivamente lo que produce la interrupción en la continuidad de los procesos de comunicación, una crisis en el funcionamiento regulador autónomo de los sistemas, y puede provocar, después de todo, la reconfiguración estructural del sistema.
Sobre la base de esta disyunción conceptual de señal e información, Simondon ataca la contradicción entre la función de mando y la eficacia operacional que la cibernética atribuye a la señal. Para Simondon, el orden dinámico depende de la transmisión de señales expresadas por el código para el funcionamiento normal del sistema, mientras que la eficacia se refiere al impacto desorganizador de nueva información sobre el mismo funcionamiento. Son dos procesos radicalmente diferentes –el primero determinista, el segundo parcialmente aleatorio– que no deben confundirse. Por el contrario, mediante la identificación de la señal y la información (I 224), la cibernética reduce el intercambio de información a un proceso determinista único que deja sustancialmente intacta la identidad de los sistemas implicados, reduciéndolos a subconjuntos del macro-sistema del que se supone que dependen enteramente.
2.3 La reforma del concepto de Información.
Ahora es posible entender cómo Simondon puede 'reformar' el concepto de información tanto en términos de metaestabilidad de los sistemas y de transductividad de los procesos. Como mostraré, este marco teórico le permite evitar la asimilación cibernética de información y entropía negativa, y posteriormente resolver el problema del origen de la información planteado –precisamente contra la cibernética– por Raymond Ruyer en La cybernétique et l'origine de l'information (1954).
Por un lado, un sistema que no es variable por cualquier señal, su cambio se somete a las condiciones de posibilidad diferenciales o 'disparidad' (de hecho la condición ideal de intercambio de información corresponde a un 'máximo relativo' de 'disparidad', un umbral sobre el cual no habría ninguna relación en absoluto). Esto supone la abolición de la distinción ontológica Emisor/Receptor, tanto como la abolición de la distinción aristotélica Forma/Materia. Estas distinciones ya no son válidas, ya que las condiciones del sistema no dependen de la condición inicial supuestamente 'estable' del Receptor en el que la metaestabilidad del remitente produciría sus efectos. De hecho, también se necesita la metaestabilidad del receptor para que el intercambio de información tenga lugar: 'la metaestabilidad del receptor es la condición de eficacia de la información real' (API 159).
Por otro lado la producción o intercambio de información no puede ser el resultado necesario de los procesos que se podría calcular enteramente sobre la base de las condiciones iniciales de metaestabilidad de los dos sistemas acoplados (Emisor y Receptor). La forma de un sistema resultante de procesos de intercambio de información sólo puede ser prevista aproximativamente, ya que tales procesos son transductivos, es decir, discontinuos. Y cuanto más el sistema es desfasado, más difícil es predecirlo, porque la relación entre las diferentes fases de los diferentes sistemas siguen diferentes ritmos y modalidades. Es por eso que, por ejemplo, el desarrollo de un sistema social –que se hace de las fases física, biológica y psíquico-colectiva que funcionan de acuerdo con diferentes regímenes de individuación y que se comunican entre ellos en diferentes niveles– es altamente impredecible.
Además, es importante tener en cuenta que la información puede ser tratada como un proceso tanto interno como externo al sistema, ya que para Simondon no hay diferencia en la consideración del intercambio de información como una relación entre sistemas o –a una escala mayor– como una relación interna entre las diferentes partes de un sistema: 'sólo hay información cuando lo que emite señales y lo que las recibe forman un sistema' (I 223, n. 30). Ahora, para señalar que en cualquier sistema siempre hay un intercambio interno de información entre las diferentes escalas, Simondon habla de la 'resonancia interna' de los sistemas como una condición real de su funcionamiento. Por 'resonancia interna' que quiere decir, en realidad, las relaciones discontinuas entre diferentes partes de un sistema que produce cambios estructurales cuánticos y por lo tanto evita cualquier conocimiento determinado del 'devenir de este sistema de acuerdo con una teoría de la continuidad o de las leyes de la grandes números, como lo hace la termodinámica' (I 148-49). Esto lo lleva a concebir los diferentes individuos-sistemas como estrechamente conectados a través de procesos de intercambio energético que suceden simplemente por la mediación de los oscilaciones respectiva (FIP 532).
En consonancia con este marco teórico Simondon rechaza la ecuación cibernética presentada por Wiener de información = negentropía. En términos de Wiener, la información es la unidad de medida de orden, al contrario de la entropía, es decir la unidad de medida de desorden: se sigue que la información es por definición negentrópica, es decir, diferente del proceso energético de la degradación del sistema (Wiener 1950: 28 y ss). Desde el mismo ejemplo de ingeniería, Simondon llega a la conclusión opuesta.
Para transmitir información es necesaria una entrada de energía (una señal) en el sistema. Ahora, con el fin de evitar la degradación de la señal y mejorar la transmisión de información, pueden seguirse dos caminos: por una parte se puede aumentar la energía de la señal (aumentando así la cantidad total de energía en el sistema), por el otro puede disminuir el ruido de fondo. En el segundo caso, a través de una disminución de la cantidad total de energía en el sistema, se mejora la transmisión de información, gracias a una distribución diferente de energía dentro del sistema.
Lo que es fundamental tener en cuenta es que, en este caso, una disminución de la energía aumenta el orden (I 222-23).
Para Simondon esto es suficiente para probar que no existe una relación matemática constante (directa o inversa) entre la cantidad de entrada de energía en un sistema y la cantidad de información transmitida. Por el contrario, es la distribución real de la energía en un sistema, es decir, su 'forma' o 'calidad', lo que determina la cantidad de información que se puede transmitir. Simondon habla también de las ecceitas de información (I 223), pero en conclusión rechaza todos los términos incapaces de expresar la 'actitud relacional' de un sistema. Lo que en realidad produce/transmite información mediante la diferenciación de la información del ruido de fondo es, de hecho, la relación entre el código y una variación energética. La singularidad de este encuentro no puede reducirse a la forma estructurada, ni a la pura casualidad:
La información está a medio camino entre la casualidad y la regularidad absoluta [...] La información no es una especie de forma, ni un conjunto de formas; es la variabilidad de formas, la interiorización de una variación en una forma dada. Es la imprevisibilidad de una variación, no la imprevisibilidad pura de cualquier variación. Debemos distinguir tres términos, entonces: el puro azar, la forma y la información. (MEOT 137)
Según Simondon, la identificación de Wiener de información y 'orden negentrópico' debe ser por lo tanto rechazada, ya que explica la información sólo en términos cuantitativos, ocultando su valor diferencial y relacional. Afirma que no existe una relación unívoca entre la información y la energía, ya que la cantidad de información transmitida en realidad depende también de la relación entre esa cantidad y la 'forma' de la energía, la distribución asimétrica de los potenciales dentro de un sistema metaestable. En resumen, la información es relativamente independiente del cálculo de la cantidad de energía presente en un sistema, y su transmisión es el resultado de una relación diferencial entre los sistemas o partes de un sistema, que no puede ser expresada por una medida escalar.
En las intenciones de Simondon, esto constituye también la solución a la pregunta de Ruyer sobre el origen de la información. Ruyer subraya que los postulados de la cibernética pueden explicar cómo circula la información, pero no, en general, la forma en que surge:
La paradoja resulta claramente de dos de las tesis de Wiener. La primera afirma que las máquinas de información [machines à information] no pueden incrementar la información [...], la segunda que los sistemas cerebral y nervioso son máquinas de información [...] combinando las dos tesis: es imposible concebir el origen de la información. (Ruyer 1954: 13)
Con el fin de superar el determinismo de la cibernética, Ruyer introduce los problemas de indeterminación de microfísica en los resquicios hechos la física clásica por la evidencia entrópica descubierta con la termodinámica:
A pesar de su incuestionable espíritu 'moderno', la cibernética toma prestado conceptos exclusivamente de la física clásica, no de la microfísica [...] la termodinámica, aunque determinista en sus postulados, ha sido obligada por razones técnicas a plantear la cuestión de los orígenes. (Ruyer 1954: 25–26)
Ahora bien, precisamente porque Simondon se basará en el esquema de la crítica de Ruyer, es necesario subrayar de inmediato lo que diferencia claramente las dos posiciones: Ruyer llama 'conciencia' a la operación que ordena un dominio, generando información. Sólo la conciencia, 'anti-causalidad' par excellence (127), puede dar forma a una estructura, es decir, transformarla en significaciones, en información (11). Todo su discurso tiene como objetivo demostrar cómo un enfoque mecanicista fundamental obliga a la cibernética, en orden de mantener una coherencia interna, a participar en una especie de antinomia dialéctica (una muy clásica, por cierto) que revelaría como genuinamente original lo que se supone que debe explicarse al principio del argumento, es decir, la conciencia (136). La suposición de Ruyer finalmente se hace explícita cuando él no sólo utiliza el concepto de organismo para explicar las características elementales de la materia, sino que también va tan lejos como para ampliar el paradigma fenomenológico de la 'visión general absoluta' [survol] –la primacía de la conciencia sobre los sistemas microfísicos.
La perspectiva de Simondon es completamente diferente, y de una manera que reduce el problema de los orígenes de la información a uno falso. Como se explicó anteriormente, la transmisión de información no implica necesariamente una intervención 'externa' (ni un operador físico –ya sea un ser humano o una máquina– ni una 'conciencia') para introducir una pieza complementaria de la información en el sistema. De hecho, debido a su disparation y metaestabilidad constitutiva, los sistemas emiten continuamente señales que se pueden convertir en información, sólo si se encuentran con otro sistema metaestable con un código 'compatible'. Por supuesto, esto funciona para cualquier tipo de intercambio de información entre sistemas (físicos, biológicos o sociales), ya que el encuentro real de indeterminaciones parciales de los diferentes sistemas es lo que realmente origina la información, independientemente de la tipología, la escala y su régimen de funcionamiento.
En este sentido Simondon afirma que no cualquier señal emitida por el remitente es información, sino la que 'supera la prueba', es decir, entra en una relación de estructuración con el código (en este caso la 'forma') del receptor, y por lo tanto es implementanda en su funcionamiento:
Se puede distinguir la señal transmitida, la forma mediante la cual la señal es recibida por el receptor, y la información propiamente dicha, que se integra realmente en el funcionamiento del receptor después de la prueba de disparation transportada en la señal extrínseca y la forma intrínseca. (I 224)
Si el programa de la cibernética consiste en la ampliación de un paradigma tecnológico a los sistemas biológicos y sociales, el intento de Simondon parece más bien lo contrario. Su objetivo es ampliar un paradigma biológico y/o psico-social de la comunicación a los campos físico y tecnológico, basándose en lo que la física cuántica asociada a la termodinámica le permite pensar, es decir, la naturaleza cuántica de todos los sistemas y la caracterización no-determinista de todos los procesos, en contra de la naturaleza esencialmente determinista del concepto cibernético de información.
Esto explica en parte el hecho de que en la Individuación Simondon desarrolla su crítica contra el 'concepto tecnológico de información', precisamente cuando cierra la parte dedicada a la individuación de los seres vivos, en el umbral de la individuación psíquico-colectiva. El estudio del organismo, de hecho, pone de relieve muchos problemas relacionados con la identidad del 'código' en la relación entre el organismo y su entorno, que es leída constantemente por Simondon como una transmisión de información dentro de un sistema individuo-medio. Del mismo modo, la relación psique-cuerpo muestra a nivel macroscópico su metaestabilidad relativa dentro del sistema más amplio de la sociedad. La consecuencia es que la propia comunicación humana –si no es altamente formalizada, como sucede en la lógica y las matemáticas (pero estos son casos-límite, no la esencia de la comunicación)– no se puede explicar en términos de intercambio de información entre sistemas estables con los códigos estables.
Por lo tanto, el concepto 'reformado' de información es consistente con: (a) la estructura 'oscilante' del individuo como un sistema metaestable, cuya 'resonancia interna' deriva de las lagunas cuánticas que mantienen el sistema en tensión (I 330) ; (b) la operación transductiva discontinua, que es relativamente no determinista, es decir, depende de eventos incalculables sobre la base de condiciones de estado calculables. Por último, parece resolver un problema dentro de la investigación de Simondon: el problema 'allagmatico' de explicar cómo 'estructura' y 'operación' pueden ser convertidos repetidamente uno en otro, lo que hace de esta 'conversión' el núcleo central del intercambio de información en sí. La teoría de la información de Simondon de este modo pretende ser 'no probabilística' y 'no determinista' (FIP 549-50), y por lo tanto apta para describir los sistemas metaestables, poniendo de relieve lo que en su funcionamiento transductivo-operativo excede cualquier funcionamiento homeostático 'codificado': este excedente es precisamente la re-emergencia indefinida de la información dentro de los sistemas que, al mismo tiempo, aquel constituye. Y esto es cierto a cualquier escala que uno podría considerar al individuo como sistema.
2.4 Royaumont: todos los paradigmas de la Información.
En julio de 1962 el prestigioso Colloque international de philosophie tradicionalmente celebrado en la Abadía de Royaumont fue dedicado a Le concept d'information dans la science contemporaine. Simondon no sólo fue el encargado de presentar el artículo de Wiener sobre L'homme et la machine, sino que también era de hecho, en palabras de Martial Gueroult, 'el alma de la conferencia' (RO 157). Muchas de sus intervenciones ofrecen evidencia de sus intentos de orientar la discusión hacia las cuestiones con las que estaba especialmente preocupado. No podemos dejar de notar, por ejemplo, las 'huellas' de su teoría allagmatica en lo que Wiener recuerda, refiriéndose a la discusión del día anterior 'con un grupo pequeño', sobre 'cómo transformar la función en una estructura y viceversa' (RO 131).
El artículo de Simondon trataba sobre L'amplification dans les processus d'information y todavía estaba enfocado, quizá por última vez, en la investigación de un paradigma fundamental. Sin embargo, durante la edición de las actas de conferencia, Simondon decidió sustituirlo con un breve resumen, en el que se pretende resumir la 'modulación continua' y la 'transducción discontinua' en un paradigma único de derivación biológica que él llama 'organización de amplificación'. Vale la pena citarlo en su totalidad:
Existen tres tipologías principales de amplificación: la propagación transductiva, la modulación, la organización. La primera no tiene límites en sí misma; es discontinua, procede por todo-o-nada y no implica una gradación; es irreversible; su rendimiento energético es bastante alto. La segunda, que es continua y progresiva, presupone una reducción del rendimiento energético del sistema; corresponde a la operación de los moduladores técnicos utilizados para el tratamiento de la señal de información. Por último, la organización, que se manifiesta en los procesos biológicos, es una síntesis de las dos primeras; corresponde a un régimen y funciones cuánticos a través de ondas consecutivas, principalmente durante los procesos de crecimiento. Las tres tipologías proporcionan paradigmas para la comprensión de situaciones complejas. Ellos comparten la condición primordial de cualquier proceso de información: la existencia de un estado metaestable y de un cuasi-système capaz de recibir efectivamente una señal incidente que modifica el equilibrio del sistema rico en energía potencial. (RO 417)
A pesar de que unos pocos años habían pasado, el artículo de Simondon en Royaumont todavía estaba inspirado por el mismo objetivo: proporcionar una unificación paradigmática de la investigación científica. Como se muestra, la Allagmatique fue el intento de derivar paradigmas fundamentales de los procesos de modulación y cristalización, mientras que en la Individuación el mismo problema fue resuelto con una convergencia parcial de los dos en la explicación del proceso de individuación. El artículo de Royaumont claramente representaba para Simondon una ocasión más para reformular un viejo problema. La teoría de la información, tal como se elaboró en la Individuación como una relación entre sistemas metaestables y la 'señal incidente', no se sometió a ninguna modificación sustancial en Royaumont, donde sirvió de base común para los tres paradigmas de 'amplificación'.
En conclusión, en Royaumont Simondon todavía adoptaba la misma perspectiva de unificación para todas las ciencias, centrándose definitivamente en el campo de las 'ciencias humanas' a través de una reforma 'biológica' del concepto tecnológico de información. Esta tendencia constante en el pensamiento de Simondon no sólo se confirma por sus notas al artículo de Royaumont (174-76), también es evidente en lo que sostiene al cierre de la conferencia:
La idea de organizar esta conferencia se deriva del hecho de que la noción de la información originalmente elaborada dentro de los campos de algunas ciencias exactas y de la tecnología para la transmisión de cable submarino, ahora tiene franjas. Ahora se utiliza fuera de su contexto original, a veces metafóricamente, a veces de forma abusiva. Pero el hecho de que se adopte la noción demuestra que hay necesidad de un uso. El uso de una función emergente pre-existe el instrumento completamente formado. Dicho de otra manera, nos hubiera gustado demostrar –a partir de un uso quizás abusivo pero que en realidad revela una tendencia real– una posible línea de investigación hacia la ampliación de los conceptos de información y organización, a partir de la conciencia [prise de conscience] de las necesidades existentes en ciencias exactas y, probablemente, en ciencias menos exactas como las ciencias sociales, que ahora se están organizando. Lo que tratamos de hacer para ser exactos es generalizar esta noción de información. (RO 157)
Todo el argumento se refiere a la falta de legitimación característica de las ciencias sociales, que era en ese período un tema central también relativo al estatuto epistemológico de las ciencias exactas o 'duras' y el debate sobre la naturaleza de las ciencias biológicas. Incluso si después de Royaumont Simondon abandonó el tema, concentrándose en su carrera académica y centrándose en la enseñanza de psicología y de la técnica, en su especulación siempre continuó cuestionando el significado político de una ciencia de la sociedad inspirada en la biología y la tecnología. Pero, antes de abordar este tema, vale la pena ahondar más en la Individuación, donde el intento de Simondon de fusionar diferentes paradigmas seguía obsesionado por una idea que parecía concentrar todos los problemas no resueltos acerca de la relación entre estructura y funcionamiento: la noción de 'pre-individual'. Esta noción, de hecho, depende de una profunda deuda intelectual, que Simondon revela en Royaumont resumiendo precisamente –en su propia jerga– el sentido de toda la conferencia:
Con el fin de explicar cómo las dificultades y posibles encuentros pueden surgir, es necesario volver a la ontogénesis de esta conferencia [...] La noción de franjas al concepto de información fu sugerido hace un año por el fallecido Merleau-Ponty, precisamente cuando estábamos organizando esta conferencia. (RO 157-58).
Referencias
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