Buena, bonita y bogotana. Un caso problemático de liberación sexual en Bogotá.

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Descripción

Paula García Faure
Asociación de Colombianistas

Buena, Bonita y Bogotana: un caso problemático de liberación sexual en Bogotá
"BBYB es una apuesta por la libertad de pensamiento y expresión, una apología a la chica sexy que no necesita curvas perfectas, ni la carita bonita de revista "elegante", singularmente igual a todas, que con su actitud puede llevar a la locura a cualquiera que la vea, nosotros estamos encargados de mostrársela.
Las mujeres de BBYB no son super modelos, no son perfectas, la perfección nos parece aburrida y mentirosa, son las vecinas, amigas, compañeras de universidad o del trabajo, en alguno de tantos barrios de Bogotá, como la que se puede encontrar en Transmilenio, en el Andino o en la ciclovía con facilidad, mujeres como las que usted conoce, con carácter, frenteras y deliciosas". (Segunda entrada del blog, 29 de agosto de 2009. Elblogdebbyb.com)
Presentación del caso
Con esa entrada, se presenta el proyecto de Buena, Bonita y Bogotana, una plataforma online que presenta un discurso posmoderno, donde el estilo hipster, lo retro, el arte urbano y la liberación sexual se mezclan de diversas maneras. El grosso de su actividad y por lo que es conocido (su perfil en Facebook cuenta con 82492 amigos) es por publicar fotos de chicas "al natural" que no buscan una retribución monetaria, sino el mostrarse por "afán de rebeldía". El nombre del blog es ya bastante revelador: Buena, Bonita y Bogotana (BByB a partir de ahora) y éste se autoproclama como un proyecto agitador de los códigos morales sexuales, a través del desnudo femenino como transgresión social y política. La pregunta es ¿transgredir cómo? Mi hipótesis es que este discurso refuerza un dispositivo de sexualidad farmacopornográfico basado en una performatividad de la identidad sexual femenina hegemónica, entendida ésta como la reiteración de los discursos dominantes del género con efectos corporales (Butler, 2002). Esta performatividad se apoya fuertemente en la provocación de un placer escopofílico (la creación de una mirada objetivizadora) (Mulvey, 1975) como fuente del propio placer, es decir, en sentir que el placer personal reside en una conmensuración externa.
En esta ponencia me dispongo a analizar a través de una serie corta de fotografías y fragmentos del blog, algunos rasgos evidentes y significativos del proyecto BByB que apoyan mi tesis sobre el refuerzo del régimen farmacopornográfico. Cómo a pesar de todo el despliegue discursivo del proyecto BByB, la realidad visual que se evidencia, es una reproducción del régimen escopofílico basado en el placer del otro, idealmente masculino.
I. El discurso proclamado. Entre la voluntad transgresora y la reiteración hegemónica
El proyecto BByB se muestra bajo dos presentaciones: una página de facebook donde se encuentran tanto las fotos de la revista, como las que suben directamente chicas voluntarias; y el blog como tal, donde se publican exclusivamente las fotos de las chicas seleccionadas (por votación de los usuarios de la página de facebook) y reportajes que además tienen una sección especial sólo para afiliados (los cuales son tratados siempre como género masculino).
El proyecto, si bien pudiera nacer con la intención de representar algo contranormativo, finalmente en su manifestación directa (pero no sólo) termina siendo una representación más de cierta visualidad hegemónica, desplegada al calor de la matriz heterosexual, en la que se repiten y reproducen los mismos patrones y estereotipos sexuales que mantienen a la mujer como un objeto erótico. Objeto de deseo que naturaliza esta objetivización mostrándola como expresión natural y legítima de su propio deseo. Pasemos ahora a analizar algunas partes del discurso escrito.
Si retomamos esa primera cita inicial, se perciben varios elementos interesantes: en primer lugar, ¿quién habla, quién es el sujeto que encarna el discurso supuestamente liberador? "(…) nosotros estamos encargados de mostrársela." Ese nosotros resulta que no es un sujeto abstracto ya que el autor es alguien masculino y todo indica que además está interpelando a otros sujetos masculinos. Además parece que alude a algún tipo de misión que implica el hacer del cuerpo femenino un objeto de transacción y accesibilidad visual. Los cuerpos femininizados se encuentran por lo tanto ante una mirada absoluta, panóptica podríamos decir, a la que es imposible sustraerse. De este modo, la subjetividad femenina se debe conformar en un halo de observación continua. Estos cuerpos existen para ser mirados, conmensurados, evaluados; ninguno puede, ni debiera querer, escapar. No sólo los cuerpos mercantilizados en los medios son objetos dignos de la mirada, las calles también son medios de exposición para que ningún cuerpo feminizado quede por fuera del foco apreciativo.
Si bien pudiera vislumbrarse la intención de realizar un trabajo político, este proyecto se encuentra desde el inicio inmerso en un sinfín de contradicciones. En primer lugar porque podemos apreciar la creencia de lo que se presupone una represión de los placeres y deseos por la moral imperante, lo cual ignoraría que las prácticas a las que se aluden como reprimidas, responden más bien a lo que Foucault llamó el dispositivo de sexualidad, como aquel entramado de significados, disposiciones, prácticas y discursos que responden a una configuración específica dominante que normativiza todo lo relacionado con, en este caso, placer y sexualidad (Foucault, 2009). Por lo que, a pesar de que BByB pretende moverse más allá de la norma, entiende las prácticas sexuales en términos de represión/liberación, sin preguntarse por los modos que conforman esas prácticas en teoría reprimidas, de tal modo que termina reproduciendo la misma norma. Y en segundo lugar y como podrá apreciarse en los análisis fotográficos, tampoco se problematiza el uso, apropiación y significados de los espacios públicos más allá de la aparición de algunos desnudos, también sin problematizar.
Quisiera aclarar no obstante, que en este análisis no pretendo condenar este proyecto desde la óptica pro-censura del feminismo de los 70's, el cual veía cualquier manifestación corporal femenina, dirigida a la excitación y la frivolidad, como otro ejemplo más de la dominación masculina en todos los ámbitos, incluido el simbólico. Sino que intento mostrar los peligros que pueden ocultarse bajo la fórmula de un cierto tipo de posfeminismo que cree en la libertad absoluta de acción y representación, negando así todas las relaciones de poder involucradas al respecto. De este modo, surgen una serie de cuestiones a examinar a través de las fotografías, ya que cabe preguntarse si realmente este proyecto abre la puerta a la libre manifestación del deseo femenino, entendido como sujeto deseante autónomo. Ya que parece que sigue manteniendo la misma agencia visual y discursiva de la erótica o pornografía más convencionales.
En el marco de esa agencia visual cabe preguntar a quién miran quienes posan. Si se trata de un discurso libre de moralidad y vergüenza, un ejercicio de libre expresión de la desnudez sin prejuicios del cuerpo, ¿por qué la mayoría de los desnudos parecieran tener un público único y concreto? A Laura Mulvey (1975) se le acusó mucho de no dejar un espacio abierto al propio quehacer de la mirada femenina deseante en su ensayo sobre el cine clásico, al concluir que a la mujer sólo le quedaban dos salidas: o bien convertirse en el objeto de deseo de la mirada masculina (placer escopofílico), o bien convertirse ella misma en esa mirada en un ejercicio de voyeurismo homoerótico. Quisiera resaltar cómo en el caso de las imágenes de BByB la conclusión de Mulvey de hace casi 40 años no parece ni tan anacrónica ni tan excluyente.


II. Despliegue visual. Análisis semiótico de las fotografías, profesionales y amateurs.
Según Crimp, la fotografía por sí misma actúa sobre la propia representación de la subjetividad, la cámara media no sólo con el espectador, sino también con quien es representado. La fotografía muestra la propia subjetividad como un artefacto imaginario, en este sentido las mismas representaciones sexuales y eróticas generan unas series discontinuas de la misma representación, convirtiéndolas en copias, falsificaciones. En esta serie de fotografías veremos que el centro de esa representación, se mantiene por fuera de la misma. El ojo (la mirada y la subjetividad) conforma el verdadero eje de la representación y se identifica además con lo masculino.
Al observar las fotografías, se siente esta repetición, esta discontinuidad no obstante homogeneizante. Las fotos de chicas en sus cuartos, sus casas, en poses, miradas, ropas insinuantes, incluso fragmentadas (reforzando así la cosificación), se suceden alimentando ese aire de copia, de reproductibilidad técnica. En la siguiente fotografía podemos ver ese efecto de fragmentación, no vemos la cara de la chica, no podemos individualizarla, lo importante es que el espectador dirija la mirada hacia los pechos. Glándulas, piel y carne erotizados, vestidos en una ropa decodificable como sexy. Interesante resaltar cómo la boca de la chica también representa su habitual rol de objeto sexual (labios rojos).


En estas imágenes, además de la evidente cosificación debido a que los atributos sexuales del cuerpo se reducen a dos (tetas y culos), se sigue observando el uso de cierta ropa, pero además vemos cómo en todas las fotos ese efecto de accesibilidad se hace explícito con los comentarios de los usuarios de facebook.
A través de las fotografías esta representación de la chica fresca y desenfadada (en palabras del blog) abre las puertas de su intimidad y privacidad. Podemos ver nuevamente la cita inicial donde se decía: "…son las vecinas, amigas, compañeras de universidad o del trabajo, (…)" que refuerza la fantasía de la accesibilidad, no sólo respecto a la exposición en los espacios públicos, sino también en la posibilidad de acceder a la intimidad donde esa identidad femenina se conjura.

Pero sin embargo esta representación supuestamente rompedora tampoco resulta siendo muy novedosa. De hecho esta nueva visualidad de la mujer erótica fue idea del magnate Playboy, Hugh Hefner. Bajo la figura de la playmate, se pretendía crear una nueva imagen de mujer accesible, que sin embargo fuera contraria a las tres formas dominantes de feminidad hasta el momento: la madre, la esposa y la ama de casa (Preciado, 2010). Lo más significativo es que frente a las críticas que surgieron a este modelo de mujer accesible, dócil y libre de sospecha de toda amenaza, el magnate Hefner presentó la figura de la playmate como la creación de una nueva subjetividad política feminista, diciendo por ejemplo cómo era una muestra de "que a la chicas bien les gustaba el sexo" (Preciado, 2010: 63). El problema no es resexualizar la vida cotidiana, el problema es creer que haya una manera de hacerlo de forma neutral y libre. Toda representación no sólo es síntoma de una coyuntura de poder, sino que al tiempo actúa sobre la misma, reproduciéndola, resistiéndola, resignificándola…. (Hall, 1972). En este sentido, BByB muestra como de todos modos, muchas veces es difícil establecer la línea que separa ese placer escópofílico de la representación autónoma del propio cuerpo.
Cuando observamos las fotografías de los reportajes, vemos repetidamente hasta la extenuación los mismos códigos visuales y corporales performados de múltiples maneras. Ejemplos son las siguientes imágenes:


Como se observa, las poses corporales y las miradas repiten ciertas prácticas hegemónicas mediante las cuales las mujeres han aprendido a proyectarse como mujeres de deseo que son. Este aprendizaje lo definió Butler con su concepto de performatividad: "la performatividad no es pues un 'acto' singular, porque siempre es la reiteración de una norma o un conjunto de normas y, en la medida en que adquiera la condición de acto en el presente, oculta o disimula las convenciones de las que es una repetición." (Butler, 2002: 33) En este sentido, la visualidad erotizada, desplegada mediante las imágenes del blog representaría esa práctica sexuada, reiterada y referencial, mediante la cual el discurso genera los efectos que nombra. Es decir, se materializan los efectos del poder (en un sentido muy corporal) en la construcción de un cierto tipo de erotismo, deseo y placer, al tiempo que ese poder se ve desplazado en un ejercicio sutil de disimulación.

En este sentido, cabría preguntarse qué tipo de identidad femenina promueve este proyecto o si presupone una subjetividad de lo femenino unificada. Pareciera que en esta sucesión de cuerpos, miradas, poses, ropa considerada sexy… se creara un modelo de mujer específico. En este sentido es relevante señalar que se produce también un efecto de naturalización en cuanto a los tipos de cuerpos con mayor legitimidad de representación. Ya sea porque no las eligen o porque no se postulan, no se ven cuerpos que se salgan de ciertas normatividades, como la delgadez, estar bien depiladas y más significativo, la ausencia de diversidad racial. Es decir, la buena bonita y bogotana viene a reproducir y reforzar un ideal de mujer mestiza (en el sentido de blanqueamiento que propone Segato) que oculta las diferencias de cuerpos y formas que existen en la diversidad racial colombiana. En este sentido se genera una ilusión de sexualidad y atractivo, un canon que se objetiviza y en el que las mujeres que participan deben por tanto sentirse acogidas.

Esta foto es muy interesante porque es de las pocas en las que el sujeto poseedor de la mirada aparece representado. Sin embargo lo hace completamente despersonalizado. Se trata de un conjunto de chicos, una pandilla en su entorno habitual, que desde la cómoda distancia y bajo la cálida sensación de compañía con los pares, observa una chica que si bien está posando para la cámara, también es consciente de que las miradas están por todos lados. En las imágenes de BByB, se construye un placer en relación al poder de la mirada. En estas representaciones se sigue el esquema del ojo masculino como órgano de placer femenino, señal de la cultura patriarcal y legitimador de la diferencia sexual. Poseer la mirada es poseer el control del cuerpo, es poseer, asimismo, el lenguaje, el instrumento de elaboración de lo simbólico.
En conclusión, no se trata de alimentar una crítica inmovilista pero sí es necesario entender la complejidad en la que intervenimos porque se corre el riesgo de quedar atrapado en falacias como las del sujeto posmoderno, el cual se cree libre y autónomo, capaz de desembarazarse de los efectos materiales y simbólicos del poder de una sacudida, como quien se quita un poco de polvo. No es posible pretender un cambio, una subversión y ruptura de moldes y limitaciones si antes no reflexionamos acerca de los mismos códigos del lenguaje espacial, corporal, semiótico… mediante los cuales nos servimos en nuestra acción contestataria. En el caso concreto del proyecto BByB expuesto en estas páginas, es muy evidente lo problemático que resulta creer en una resignificación y liberación del cuerpo y deseo femeninos, si siguen manifestándose bajo los mismos mecanismos que refuerzan la auto-objetivización.
No es cuestión de criminalizar el juego erótico clásico pero tampoco se trata de creer en rupturas recreando única y exclusivamente el mismo marco. Los placeres son innumerables y no pueden codificarse, la cuestión clave es cómo repensar los placeres bajo otras prácticas, mostrando lo limitado que resulta la manifestación del placer en las reincidentes y aburridas muestras de carne pasiva. ¿Por qué limitar el deseo y el placer a binarismos inventados? Si como dijo Foucault, los deseos no son entidades biológicas preexistentes, y cada vez más, las subjetividades en cuanto a la vivencia del placer son en mayor medida inconmensurables, deberíamos indagar sobre las barreras que no nos permiten representar el placer en otras formas más allá del esquema binario activo/pasivo, objeto/sujeto, deseo autónomo/dependiente.


Bibliografía
Butler, Judith. Mecanismos psíquicos del poder. Teorías de la sujeción. Ediciones cátedra. Madrid. 1997
Butler, Judith. Cuerpos que importan. Sobre los límites materiales y discursivos del sexo. Paidós Ibérica. Barcelona. 2002.
Claramonte, Jordi. Lo que puede un cuerpo. Ensayos de estética modal, militarismo y pornografía. Centro de Documentación y Estudios Avanzados de Arte Contemporáneo (CENDEAC). Murcia. 2009.
Foucault, Michel. Historia de la sexualidad. Vol. I La voluntad de saber. Siglo XXI editores. Madrid. 2009.
Hall, Stuart. "Encoding/Decoding." Culture, Media, Languaje. Working Papers in Cultural Studies. Hutchinson. Londres. 1972.
Mayayo, Patricia. Historias de mujeres, historias del arte. Ediciones cátedra. Madrid. 2010.
Mulvey, Laura. Visual and other pleasures. Indiana University Press. Indianapolis. 1989.
Preciado, Beatriz. Pornotopía. Arquitectura y sexualidad en "Playboy" durante la guerra fría. Anagrama. Barcelona. 2010.
Preciado, Beatriz. Cartografías queer. Consultado en http://seminariolecturasfeministas.files.wordpress.com/2012/01/13163213-preciado-beatriz-2008-cartografias-queer-el-flanneur-perverso-la-lesbiana-topofobicay-la-puta-multicartografica-o-como-hacer-una-cartografia.pdf, el 17 de mayo de 2014.
Preciado, Beatriz. Manifiesto contrasexual. Ópera prima. Madrid. 2002.
Rodríguez, Rosa María. El placer del simulacro. Mujer, razón y erotismo. Icaria editorial. Barcelona. 2003.
Segato, Rita. "Género y colonialidad: en busca de claves de lectura y un vocabulario estratégicos descolonial." En Quijano, Aníbal y Julio Mejía Navarrete (eds.): La Cuestión Descolonial. Universidad Ricardo Palma - Cátedra América Latina y la Colonialidad del Poder, Lima. 2010
Vance, Carole S. (comp.) Placer y peligro. Explorando la sexualidad femenina. Talasa ediciones. Madrid. 1989.


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http://elblogdebbyb.com/2009/08/
Cita textual del propio blog
Entendido éste como el dispositivo de sexualidad moderno que establece el orden productor de verdad sexual, caracterizado actualmente por sus características mediáticas y mercantiles (Retomando y reconceptualizando el concepto de "dispositivo de sexualidad" que definió Foucault como el régimen de verdad sexual producido a partir del siglo XIX) (Preciado, 2002)
https://www.facebook.com/buenabonitaybogotana?fref=ts
http://elblogdebbyb.com/
Segato explica dos tipos de construcciones mestizas: la del ennegrecimiento que busca resaltar lo no blanco de la sangre mestiza, y la del blanqueamiento, que tiende a fundir y disipar las diferencias raciales en un ideal "blanco" de sujeto acorde a los proyectos modernizantes de las repúblicas latinoamericanas. (Segato, 2010)

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