Bandurria. Arena, Mar y Humedal en el Surgimiento de la Civilización Andina

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Descripción

“Los sabios son los que buscan sabiduría; los necios piensan ya haberla encontrado”. Napoleón Bonaparte

BANDURRIA Arena, mar y humedal en el surgimiento de la Civilización Andina Alejandro Chu Barrera ©Alejandro Chu Barrera

Proyecto Arqueológico Bandurria - Huacho Av. Luna Arrieta Nº 497, Huacho Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú Nº 2008 - 04897 Primera Edición, junio de 2008 Tiraje: 1000 ejemplares Diseño de carátula: Gerardo Chu Barrera Corrección de texto: Pedro Novoa Bellota Impreso en: Servicios Gráficos Jackeline Prolg. Santa Rosa Nº 642, Hualmay, Huaura, Perú

ÍNDICE

Prólogo Introducción Tiempo Espacio Bandurria Bandurria y su Puesta en Valor Agradecimientos Bibliografía Glosario Anexo: Inédito de Domingo Torero Fernández de Córdova: Descubrimiento y Rescate de Bandurria.

7 11 13 25 43 143 153 155 163 171

PRÓLOGO

“Inician trabajos de investigación arqueológica en Bandurria - Huacho. Las labores de investigación arqueológica en la zona denominada “Bandurria” ubicada al sur de Huacho, ya están en marcha. En la víspera un equipo especial conformado casi en su totalidad por profesionales de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y encabezados por su director del proyecto arqueológico, Alejandro Chu, comenzaron los trabajos de excavación”1 ; fueron las primeras noticias que se difundieron en Huacho, dando cuenta de la presencia del arqueólogo Alejandro Chu Barrera y su equipo en el sitio arqueológico de Bandurria, a partir del 2 de agosto de 2005. Sin embargo, el encuentro de Alejandro Chu con Bandurria no se inicia en el 2005, sino mucho antes. Desde su ocasional visita al sitio en el año 2001, que permitió apreciar su estado de conservación, se iniciaron los trámites que permitieron que Bandurria fuera declarada por el Instituto Nacional de Cultura como Patrimonio Cultural de la Nación mediante la Resolución Directoral Nº 1030/INC del 29 de octubre del 2002. Posteriormente, gracias a sus gestiones (como carta al INC el 31 de julio de 2003), el 16 de setiembre de 2003 se emite la Resolución Directoral Nacional Nº 679/INC del Instituto Nacional de Cultura por el que se aprueba el plano de delimitación de Bandurria y se rectifica la Resolución Directoral anterior en lo relativo a su ubicación, quedando: distrito de Huacho, provincia de Huaura, departamento de Lima. Han pasado cerca de tres años y la hipótesis inicial que orientó el proyecto de Chu Barrera ha sido plenamente confirmada; alentando su continuidad y brindando nuevos elementos para conocer, no sólo la historia de los pueblos del llamado Norte Chico, sino también del Perú y de la Humanidad. La hoy Zona Arqueológica Monumental de Bandurria, en las inmediaciones de Playa Chica (altura del kilómetro 141 de la Panamericana Norte), fue descubierta en abril de 1973 por don Domingo Torero Fernández de 7

Alejandro Chu Barrera

Bandurria: Arena, mar y humedal en el surgimiento de la Civilización Andina

Córdova, solicitando la intervención del Instituto Nacional de Cultura y otras instancias gubernativas, ante la inundación de la zona por los drenajes de la Irrigación Santa Rosa; propiciando estudios arqueológicos iniciales por parte de las doctoras Rosa Fung Pineda (1973 y 1977) y Mercedes Cárdenas Martín (1977), con el establecimiento de los primeros fechados y delimitación de su área ocupada.

temática educativa. Es un laboratorio para seguir desentrañando aspectos de nuestro pasado. Es parte del Patrimonio Cultural de la Nación con innegable potencial económico, turístico y cultural. Es un elemento que está contribuyendo a generar autoestima entre nuestros pobladores y, algo más, un ingrediente de incalculables posibilidades de afirmación de nuestra identidad cultural.

Hoy, Bandurria, como proyecto arqueológico, ha logrado un posicionamiento progresivo. Y, junto a los espacios arqueológicos contemporáneos del Precerámico Tardío, a postular la tesis de asignarle a la Región Norcentral la condición de Cuna de la Civilización Andina, por el nivel de desarrollo cultural y por lo que conllevaba: surgimiento de la ciudad con la arquitectura monumental, el Estado Prístino, etc.; junto a Áspero y Caral, como los asentamientos más representativos del período.

Todo lo anterior viene a propósito de saludar la edición del libro BANDURRIA, Arena, mar y humedal en el surgimiento de la Civilización Andina, de la autoría de Alejandro Chu Barrera, Director del Proyecto Arqueológico Bandurria. Libro que, a decir verdad, esperábamos con ansias, para conocer el estado de las investigaciones de cerca de tres años. Así como hacia finales de 2005 la exposición de parte de la monumentalidad de Bandurria nos brindó una grata sorpresa, estamos seguros que este libro será muy bien acogido por los especialistas, los docentes, los estudiantes y los interesados en general, y tendremos nuevos y más elementos para conocer nuestros orígenes civilizatorios y sus aportes a la historia del Perú y de la humanidad.

A despecho de algunos que buscan asignarle a un espacio más reducido la condición de Cuna de la Civilización Andina, el referirse a la Región Norcentral permite incorporar un ámbito más amplio que considera los valles de los ríos Chancay al río Santa por el oeste, hasta las cuencas de los ríos Huallaga y Marañón en la vertiente oriental de los Andes; vale decir, las provincias norteñas de Lima y los departamentos de Ancash, Huánuco y Pasco. Con las nuevas evidencias excavadas se está constatando la enorme importancia de Bandurria en el Precerámico peruano y, desde hace algo más de un año, se ha iniciado el proceso de su Puesta en Valor con una serie de acciones para un óptimo aprovechamiento de las posibilidades que brinda. Esto conlleva a:

La investigación científica nos está ofreciendo gratas sorpresas. Hace más de 40 años atrás el lingüista huachano Alfredo Torero Fernández de Córdova3, demostró los orígenes del quechua en el mismo espacio geográfico que hoy la arqueología constata los orígenes de la Civilización Andina. Por todo ello, hagamos votos por la continuidad, en las mejores condiciones, de la investigación arqueológica en Bandurria para que pueda seguir desentrañando aspectos importantes de nuestra historia, como hoy nos ofrece este libro. Huacho, junio de 2008

a) Dar continuidad al Programa de Investigaciones Arqueológicas (excavación, restauración y conservación). b) Formular un Plan de Manejo que permita llegar a un Plan Maestro considerando a todo el entorno natural y paisajístico de Bandurria como unidad territorial.2 Lo anterior requiere niveles superiores de compromiso de las entidades gubernativas: Gobierno Regional, Municipalidad Provincial, Instituto Nacional de Cultura, de las instituciones educativas, culturales, turísticas, de los profesionales. La Universidad Nacional José Faustino Sánchez Carrión, hasta hoy ausente, debe asignar sus recursos materiales y humanos para potenciar este proyecto. Es importante que todos hagamos nuestro el proyecto. Hoy por hoy, Bandurria proporciona enormes posibilidades de explicación de nuestra historia regional y nacional que deben ser incorporadas a nuestra 8

Filomeno Zubieta Núñez Miembro Correspondiente de la Academia Nacional de la Historia

Notas: 1. Diario Ecos. Huacho, 03.08.2005:4. 2. Véase Lineamientos preliminares para el Manejo y Gestión de la Puesta en Valor de Bandurria. Huacho, mayo, 2008. 3. Los Dialectos Quechuas. (Los Anales Científicos). UNA, La Molina, 1964 9

INTRODUCCIÓN

Hace exactamente 10 años un joven estudiante de arqueología decidió —por invitación de su profesora de curso— cambiar el tema de investigación de sus prácticas pre profesionales, enfocado sobre los periodos tardíos del valle del Rímac, hacia el estudio de un sector del entonces poco conocido sitio de Caral, ubicado en el valle de Supe. No imaginaba que esta decisión lo embarcaría en una travesía intelectual dedicada al tema de los orígenes de la milenaria civilización que tuvo como escenario a la Región Norcentral del Perú, y que más adelante aportaría a ese conocimiento desde sus investigaciones en el sitio arqueológico de Bandurria, ubicado en Huacho. Gracias a una serie de investigadores, entre los que sobresale la doctora Ruth Shady —la entonces profesora del curso— por sus trabajos en Caral, ahora sabemos que la civilización Andina fue la primera de toda América, y una de las más antiguas del mundo. Así, podemos afirmar que hace aproximadamente 4,500 años los antiguos pobladores de la Región Norcentral peruana dieron un paso trascendental, al desarrollar un sistema social complejo que les permitió ingresar en el camino de la alta cultura. Las actuales intervenciones arqueológicas en Bandurria se enmarcan dentro de una corriente de investigación que busca entender los orígenes de la sociedad compleja y el surgimiento de la arquitectura monumental en la costa del Perú. Estas actividades no sólo tienen que ver con el estudio del sitio arqueológico, sino también con su Puesta en Valor y el desarrollo de una adecuada gestión del Patrimonio Arqueológico, para convertirlo en un recurso cultural y económico relevante de nuestra sociedad actual: un eje para el desarrollo sostenible, sustentable y replicable, de la Provincia de Huaura y la Región Lima. Bandurria no es un sitio nuevo, fue descubierto hace más de 30 años y —si uno revisa la literatura arqueológica— ha sido constantemente mencionado por varios investigadores. Sin embargo, en realidad se le conocía muy poco; 11

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y por ello era un candidato ideal para contribuir a la investigación sobre el proceso de complejización social ocurrido en tiempos precerámicos. Cuando nuestro estudiante —ya no tan joven— pudo obtener un financiamiento en el extranjero para realizar investigaciones arqueológicas en el Perú, su primera opción de estudio recayó sobre Bandurria. Lamentablemente, como gran parte de nuestro Patrimonio Arqueológico, Bandurria fue abandonado a su suerte, y sufrió el paso de los años y la ocupación humana moderna. A pesar de ser tan conocido en la literatura arqueológica, nadie se preocupó efectivamente por preservar el lugar. A nuestra llegada asumimos la urgencia de gestionar en el Instituto Nacional de Cultura la delimitación de la zona arqueológica, y su declaración como Patrimonio Cultural de la Nación. Posteriormente, gracias a una serie de personas e instituciones de la ciudad de Huacho, el sitio fue cercado y señalizado adecuadamente. Los nuevos trabajos en Bandurria se iniciaron el 2 de agosto de 2005, con un grupo de arqueólogos y estudiantes de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos de Lima. Pronto se hizo evidente la complejidad y extensión del asentamiento, por lo que las hipótesis iniciales debieron adaptarse frente a lo que estaba apareciendo en las excavaciones. Por ejemplo, fue sorprendente encontrar un área con estructuras piramidales de carácter monumental y, más aún, el hecho que no hubiera sido advertida por los investigadores anteriores del lugar. Para corroborar este importante hallazgo, excavamos una de las pirámides, la denominada Montículo 1. Los trabajos efectuados han despertado gran interés en las autoridades locales y regionales. Tanto el Gobierno Regional de Lima como la Municipalidad Provincial de Huaura, han asumido el reto de la Puesta en Valor de Bandurria, y desde 2006 vienen financiando las labores de investigación arqueológica, restauración y conservación de estructuras, y habilitación turística, todo enmarcado en una propuesta de gestión del patrimonio arqueológico sostenible, sustentable y replicable en otros sitios arqueológicos. Esta publicación da a conocer los resultados obtenidos por las investigaciones en Bandurria y ofrece al lector un panorama sobre las condiciones climáticas, sociales y económicas de hace aproximadamente 4500 años atrás. A partir de ellos trata, de manera global, los complejos procesos sociales que originaron la primera Civilización Andina, y que se mantuvieron autónomos hasta 1532, cuando los invasores europeos iniciaron la destrucción del sistema social Andino.

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TIEMPO

Hace unos 10000 años antes de Cristo, el ser humano llegó, después de una larga travesía desde Asia, al territorio de los Andes Centrales, que posteriormente formaría parte del Perú. A lo largo de este viaje, de miles de años, los seres humanos fueron adaptándose al Nuevo Mundo que tenían ante sí. Al llegar al territorio Andino, un grupo decidió tomar el camino hacia las tierras altas e instalarse ahí, mientras otro siguió el camino de las tierras bajas, próximas al mar, y se quedó en ellas. Con el paso del tiempo, estos dos grupos, que inicialmente eran uno solo, fueron diferenciándose. Debido a los distintos ambientes que ocupaban, aprovecharon recursos naturales diferentes y desarrollaron culturas diversas. Esos inicios de nuestra historia, perdidos en las brumas del tiempo, son interés de los arqueólogos, con cuyo trabajo estamos empezando a conocer a nuestros antepasados y a admirar su grandeza. Ordenar cronológicamente, es decir, colocar los hechos en una secuencia de tiempo, ha sido, desde sus inicios, una tarea primordial de la arqueología. El ordenamiento en el tiempo y en el espacio es necesario para poder entender los diferentes procesos y cambios sociales que se reflejan en la cultura material que los arqueólogos estudiamos. Por ello se construyen cuadros cronológicos que ordenan de manera temporal los diferentes desarrollos culturales de una región o país en particular. Estos cuadros se componen de períodos, término utilizado para designar a un intervalo de tiempo. CRONOLOGÍA En arqueología se utilizan dos formas para medir la edad o antigüedad de un sitio o sociedad. El primer sistema está basado en años calendarios solares (365 días) y utiliza el nacimiento de Cristo, en el año cero, como punto de partida, lo que genera una cronología antes de Cristo (a. C.) y después de Cristo (d. C.) — ahora nos encontramos en el año 2008 después de Cristo. 13

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Otras sociedades, diferentes a la occidental, tienen sus propias formas de medir el tiempo, por ejemplo, en el calendario Musulmán, que es lunar, el año cero corresponde al inicio de la Hégira de Mahoma, ocurrida el 16 de julio de 622 d. C., según nuestro calendario. El calendario hebreo comienza con la génesis del mundo, que ocurrió, según la tradición judía, el domingo 7 de octubre de 3761 a. C. de nuestro calendario. El segundo sistema también está basado en años calendarios solares, pero utiliza el presente como punto de partida, por lo que consigna a las fechas en años antes del presente (A. P.). Los fechados obtenidos por el método del Carbono 14 se expresan en años antes del presente, y deben ser calibrados —por medio de programas informáticos— para convertirlos en años antes o después de Cristo (a. C. / d. C.), o viceversa. Los programas informáticos consideran, entre otros aspectos, la variación del isótopo de Carbono 14 en el ambiente a través del tiempo, establecida en las denominadas Curvas de Calibración. A los fechados antes o después de Cristo, obtenidos como resultado de la calibración de los fechados radiocarbónicos, se les conoce como fechados calibrados, y se escriben con las abreviaturas a. C. cal o d. C. cal. Los fechados calibrados suelen ser más antiguos que el producto de restar su valor de la fecha actual. Por ejemplo, un fechado de 5500 años antes del presente o 5500 A. P. calibrado en años antes de Cristo equivaldría aproximadamente al año 4350 a. C. y no al año 3500 a. C. resultante de restar 5500 menos 2000. Para el Perú, los arqueólogos han elaborado diferentes sistemas cronológicos, sin embargo, solo dos periodizaciones (Fig. 1) predominan en la actualidad. Cuando se hace referencia a los períodos que nos interesan, se emplean los términos Arcaico y Precerámico que, aunque pueden ser considerados sinónimos, representan a dos sistemas cronológicos diferentes: 1. El período Arcaico corresponde a la periodización propuesta por Luis G. Lumbreras (1969), sobre la base de estadios de desarrollo socio-político, y no períodos de tiempo. Emplea los términos Lítico, Arcaico, Formativo, Desarrollos Regionales, Wari, Reinos y Señorios e Imperio Inca. Lumbreras agrupó a estos periodos en tres grandes secciones: Recolectores, Agricultores aldeanos e Industriales urbanos, a partir de un “criterio económico-social” (Lumbreras 1969: 27). Las sociedades del Precerámico, enmarcadas dentro de los periodos Lítico y Arcaico, pertenecen al grupo de los Recolectores. El surgimiento de la agricultura correspondería al Arcaico Temprano (ibíd.: 60) — el equivalente del Precerámico Medio. El Arcaico Medio, un periodo de horticultores aldeanos (ibíd.: 63), equivaldría al Precerámico Tardío. Mientras que la aparición de la cerámica y las primeras sociedades con cerámica temprana corresponderían al Arcaico Tardío (ibíd.: 76), equivaldría al Período Inicial. 14

Fig. 1. Cuadro cronológico de Lumbreras/Rowe.

Posteriormente, Shady (1993, 1995) desarrolló su propia periodización, en donde dividió el Precerámico en tres grandes periodos: Arcaico Temprano, Arcaico Medio y Arcaico Tardío, los que guardan cierta relación con la subdivisión que hemos hecho en este libro. 2. El período Precerámico corresponde a la periodización propuesta originalmente por John Rowe (1962), con adiciones de Edward Lanning (1967), donde se propuso la utilización de periodos de tiempo divididos en Horizontes e Intermedios. La división en periodos corresponde a un criterio cronológico, basado en una serie de rasgos comunes identificados ampliamente en la región, sin hacer mención a los procesos evolutivos, culturales o tecnológicos (como la domesticación de plantas y animales, la revolución urbana o el Estado). 15

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Debido a la carga evolutiva de la primera periodización, hemos considerado conveniente emplear el término Precerámico al hacer referencia al período anterior a la aparición de la cerámica en los Andes Centrales (alrededor del 1800 a. C.). Además, como en este periodo surgió la Civilización en el Perú, no correspondería denominarle Arcaico, como veremos más adelante. El Precerámico está dividido en tres periodos: Precerámico Temprano, Precerámico Medio y Precerámico Tardío (Fig. 2). - El Precerámico Temprano (10000-6000 a. C.) hace referencia al periodo en que los seres humanos ocuparon el territorio de los Andes, e iniciaron el proceso de adaptación y especialización en los diferentes ambientes existentes. Vivían de manera nómada, en pequeños grupos familiares. Se puede hablar de una sociedad más o menos igualitaria, en donde predominaban las diferencias de género y edad entre sus miembros. - El Precerámico Medio (6000-3500 a. C.) está relacionado con la domesticación de plantas y animales, y el comienzo del estilo de vida aldeano. Durante este periodo empezaron a surgir aldeas en el paisaje, y se sentaron las bases para la desigualdad social que observaremos en el próximo periodo. Probablemente estas aldeas estuvieron conformadas por miembros de familias extendidas que guardaban cierta relación de parentesco entre ellas. Existen pocas evidencias de este periodo en la costa central y norcentral. La aldea de Paloma (Chilca) ha sido uno de los pocos asentamientos del Precerámico Medio excavados en extensión. Para la costa norcentral no se ha trabajado ningún asentamiento de este periodo. En la sierra se han ubicado ocupaciones en cuevas y abrigos rocosos, pero no evidencias de un modo de vida aldeano, como en la costa. - El Precerámico Tardío (3500-1800 a. C.) representa un importante cambio en la organización social y económica en los Andes Centrales. Es importante recalcar que no en todas partes de los Andes se dio este cambio. Muchas regiones, como Chilca (Lima), por ejemplo, continuaron con modos de vida simples hasta periodos tardíos (alrededor del 500 a. C.), mientras que en otras nunca se desarrollaría una alta complejidad social. UNA BREVE HISTORIA DE TÉRMINOS E INVESTIGACIONES El término Arcaico fue utilizado por primera vez por los antropólogos norteamericanos Franz Boas (1913) y Herbert J. Spinden (1928), para referirse a las primeras aldeas de agricultores sedentarios de Norteamérica y Centroamérica (Willey y Phillips 1957: 23). El término se empleó para aludir a las sociedades que no presentaban cerámica dentro de su cultura material, y que presentaban un incipiente desarrollo social y tecnológico. 16

Bandurria: Arena, mar y humedal en el surgimiento de la Civilización Andina Engel, 1964

Engel, 1966

Lanning, 1967

1300

Periodo Inicial

Lumbreras, 1969

1500 1800 Tercera etapa agrícola: el algodón sin la cerámica

3000

Precerámico sin Algodón

Arcaico Tardío

1800

1800

Periodo VI

Arcaico Medio

2500

Precerámico con Algodón

Shady, 1995

Chu, 2008

1200

2500

Formativo Temprano

Periodo Inicial

1800

1800

Arcaico Tardío Precerámico Tardío

3000

Periodo V

Arcaico Temprano

3000

Segunda etapa agrícola:aparición de los pallares y de la jiquima

3500

4000

4000 4200 Arcaico Medio Precerámico Medio

Primera etapa: agricultura incipiente

Periodo IV

Litico

6000

7000

6000

Periodo III

6000

Arcaico Temprano

Precerámico Temprano

8000

8000

Fig. 2. Cuadro cronológico del Precerámico según diversos investigadores.

En los Andes Centrales, el término Arcaico fue utilizado por el arqueólogo alemán Max Uhle (1920), y luego por Phillip Means (1931), para hacer referencia a los Pescadores Primitivos del Litoral, en el periodo Arcaico o Migratorio, desde una perspectiva difusionista. Hasta ese momento, esos restos culturales, considerados como las más primitivas expresiones culturales de la región, habían recibido muy poca o ninguna atención. Posteriormente, Lumbreras (1969: 57) y otros utilizaron el término Arcaico para definir la transición hacia una sociedad neolítica productora de alimentos. En la década de 1940, el norteamericano Junius Bird realizó excavaciones arqueológicas en el sitio de Huaca Prieta (1946-1947) en el valle de Chicama (Fig. 3), y marcó el inicio de los trabajos de excavación en los sitios Precerámicos de la costa. Las investigaciones en Huaca Prieta formaron parte del Virú Valley Project, el primer gran proyecto de investigación multidisciplinar que abarcó todo un valle (Ford 1954, Willey 1974). En este sitio se hallaron restos que reflejan una tecnología de pesca sofisticada (redes de algodón), así como textiles de algodón (Bird et al. 1985). Según Moseley (1992: 9), este fue el primer trabajo que demostró el sedentarismo 17

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En la siguiente década, un número mayor de arqueólogos realizó investigaciones sobre el Precerámico. Los estudios, hechos en su mayoría por arqueólogos norteamericanos, se concentraron sobre la Costa Central, en especial en el área Ancón-Chillón. Edward Lanning y Thomas Patterson realizaron una prospección por toda la zona, y desarrollaron una cronología para los sitios del área. Estos trabajos llevarían a Lanning (Fig. 5) a sugerir

a Fig. 3. Excavaciones de J. Bird en Huaca Prieta (1946-1947).

precerámico en la costa. Bird fue uno de los primeros investigadores en emplear el término Precerámico al hacer referencia a los restos culturales que no incluían cerámica. Otro aporte de esta década fue el empleo de fotografías aéreas, a través de las cuales se identificó una gran cantidad de sitios arqueológicos en la costa. Ellas le permitieron al investigador norteamericano Paul Kosok (1948) ubicar varios sitios monumentales en el valle de Supe, entre ellos el de Chupacigarro Grande, posteriormente conocido como Caral. Un importante aporte para las investigaciones arqueológicas, ocurrido a finales de la década, fue la invención del fechado radiocarbónico (Libby et al. 1949) que, al utilizar la desintegración del isótopo de Carbono 14, permitió calcular la antigüedad exacta (cronología absoluta) del material orgánico exhumado en los sitios arqueológicos. En la década de 1950, el investigador francés Frèderic Engel inició un ambicioso programa de investigaciones a largo plazo, desde el Centro de Investigaciones de Zonas Áridas (CIZA) de la Universidad Nacional Agraria La Molina, para ubicar sitios arqueológicos en la costa. Su contribución más importante fue la identificación de cientos de sitios Precerámicos en esta región (Engel 1957a, 1957b, 1958). Dentro de este programa se realizaron investigaciones en los sitios del Precerámico Tardío de Asia (Engel 1963), Río Seco (Wendt 1964) y El Paraíso (Engel 1966), que incluyeron la restauración de la estructura conocida como Unidad 1, en el último sitio (Fig.4). 18

b

c Fig. 4. Sitios descubiertos y estudiados por F. Engel a) Asia, Unidad 1 b) Paraíso y c) Río Seco. 19

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una relación entre los cambios climáticos y las transformaciones culturales (Lanning 1963, 1965, 1967). Otros investigadores peruanos, como Jorge C. Muelle y Rógger Ravines (1973), también realizaron investigaciones en la zona de Ancón. En los años de 1960, 1963 y 1966, la Misión Arqueológica Japonesa a los Andes realizó investigaciones en el sitio Precerámico Tardío de Kotosh, en Huánuco, las que revelarían importantes evidencias de arquitectura ceremonial de la época (Fig. 6).

Fig. 6. Templo de las Manos Cruzadas, Kotosh, en pleno proceso de excavación por la Misión Arqueológica Japonesa a los Andes (1960).

Todos los trabajos anteriores sirvieron de base para que, en la década de 1970, se formularan diferentes teorías para explicar el surgimiento de las sociedades complejas en la costa. Las investigaciones mostraban que la complejidad social se estaba gestando en el Precerámico, en especial en el Precerámico Tardío, y que era necesario encontrar una explicación a este fenómeno. Ya Lanning (1967) había notado la importancia de los recursos marinos en la dieta de los pobladores de la región Ancón-Chillón. Otros arqueólogos peruanos, como Rosa Fung, también se habían percatado de la importancia de los recursos marinos en el surgimiento de la Civilización Andina (1972). Posteriormente, Michael Moseley, quien trabajó en la región Ancón-Chillón durante los sesenta, postularía la teoría sobre las “Fundaciones Marítimas de la Civilización Andina” (1975), según la cual los

grandes complejos de arquitectura monumental de la costa peruana habrían sido construidos dentro de una economía basada en los recursos marinos. Inmediatamente después de su publicación, esta hipótesis recibió muchas críticas, porque el resto de civilizaciones en el Mundo habían surgido sobre la base de la agricultura, y en ese momento era inconcebible pensar que una civilización pudiera hacerlo mayormente sobre recursos como el pescado y los mariscos. Era un tiempo en el cual muchos investigadores pensaban que solo la agricultura tenía la capacidad de sustentar el proceso de formación de sociedades complejas, y que los productos marinos solamente podían mantener sociedades económica y socialmente deficientes. Sin embargo, Moseley (1992: 8) ha indicado que la teoría de las Fundaciones Marítimas de la Civilización Andina fue formulada como una explicación inductiva sobre la base de un cuerpo de información que se había ido acumulando a partir del estudio de varios sitios costeros tempranos. Por su parte, el investigador norteamericano Mark Cohen (1977, 1978), empleando los datos de la región Chillón-Ancón, propuso que la presión demográfica fue el motor para el surgimiento de la agricultura y la complejidad social en el área.

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a

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Fig. 5. a) Edward P. Lanning. b) Sitios Precerámicos ubicados en la Región Ancón-Chillon.

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productos e ideas, las que se sintetizaron en sitios como Caral y otros de los valles de Supe, Pativilca y Fortaleza. Fue en esta región donde surgió la “Civilización más Antigua de América”. Las excavaciones en Caral llevaron a Shady (1997, 1999a, 1999b, 2004) a postular el surgimiento de la ciudad y el Estado durante el Precerámico Tardío. En resumen, los estudios sobre el Precerámico se pueden organizar de la siguiente manera: - Décadas de 1940 y 1950: Descubrimiento del Precerámico como tal, gracias a los trabajos de Bird y Engel. Los avances en la datación absoluta,

Fig. 7. Vista general del sitio arqueológico de Áspero cuando aún era usado como botadero de basura de Puerto Supe.

En la década de 1980 se produjeron mayores avances en las investigaciones sobre el Precerámico Tardío. Se investigaron sitios como Áspero (Fig. 7) por Robert Feldman (1980), El Paraíso (Ventanilla) por Jeffrey Quilter (1985) y Los Gavilanes (Huarmey) por Duccio Bonavía (1982) en la costa; Huaricoto (Fig. 8) por Richard Burger (1985), La Galgada por Terence Grieder (1988) y Piruru por Elizabeth Bonnier (1983) en la sierra (Fig. 9). Ellos sirvieron para identificar una tradición arquitectónica, tanto en la sierra cuanto en la costa. La obra de Carlos Williams (1980) sintetizó el conocimiento de esa década sobre la arquitectura Precerámica, y ofreció una secuencia del desarrollo arquitectónico temprano en los Andes Centrales. Se empezó a hablar entonces de una sociedad jerarquizada compleja, a nivel de jefatura (p. e. Feldman, 1980, 1985, 1987, 1989). Sin embargo, en la década de 1990, se cambió el concepto que se tenía sobre el periodo Precerámico Tardío. Con las investigaciones de Ruth Shady en Caral y el valle de Supe, iniciadas en 1994, se revolucionaron las ideas sobre el periodo. Sus trabajos pioneros descubrieron que Caral y los grandes centros monumentales del valle de Supe, identificados como sitios con cerámica temprana (p. e. Burger 1992: 76) eran mucho más antiguos, y correspondían a una sociedad altamente organizada del Precerámico Tardío. Según Shady, esta sociedad estuvo interconectada con otras de los Andes, tanto de la costa cuanto de la sierra y la selva, e intercambiaron entre ellas

Fig. 8. Fogón ceremonial correspondiente al Precerámico Tardío (Fase Chaukayán) del sitio de Huaricoto, ubicado en el Callejón de Huaylas, Ancash.

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ESPACIO

Fig. 9. Piruru: Pequeños recintos de piedra con fogón central correspondientes a la tradición Mito.

con el método del fechado radiocarbónico, permitieron conocer con exactitud la antigüedad de los restos precerámicos. - Década de 1960: Avances en las investigaciones de los sitios del periodo Precerámico Tardío (Kotosh, Asia, Río Seco, El Paraíso, etc.). Elaboración de la secuencia cronológica para la ocupación precerámica de la región Ancón-Chillón. Establecimiento de las periodizaciones de Lumbreras y Rowe-Lanning, que incluyeron al periodo Precerámico. - Década de 1970: Desarrollo de teorías y modelos explicativos para las sociedades del Precerámico de la costa: las Fundaciones Marítimas de la Civilización Andina. - Década de 1980: Avances en las investigaciones y estudios de más sitios precerámicos. Se caracteriza al Precerámico Tardío como una sociedad compleja, al nivel probablemente de jefatura o curacazgo. - Década de 1990: Reformulación del periodo Precerámico Tardío. A partir de los estudios en Caral se plantea el precoz desarrollo de la alta cultura en los valles de Huaura, Supe, Pativilca y Fortaleza, y el surgimiento de la ciudad y el Estado prístino.

El territorio Andino, en el cual se encuentra el Perú, exhibe diversos ecosistemas y una gran biodiversidad. Es importante recalcar que al decir territorio Andino incluimos a la costa y a la selva alta, no únicamente a las zonas altoandinas, ya que estas tres regiones se encuentran íntimamente relacionadas entre sí. Por ello, al mencionar el término “Civilización Andina” nos referimos tanto a las sociedades costeras cuanto las serranas, que ocuparon el territorio de lo que actualmente es el Perú. Ahora es claro que el proceso civilizatorio Andino, que produjo una sociedad tan sofisticada y avanzada como la del Imperio Inca, tuvo sus raíces en el periodo Precerámico Tardío. Por ello, identificar a una civilización con el nombre de un sitio nos parece erróneo, además que crea confusión entre los no especialistas. A las civilizaciones generalmente se les ha denominado a partir de las áreas geográficas en las que se desarrollaron (p. e. civilización Mesopotámica, Mesoamericana, China, etc.), ya que el concepto de civilización, en sí mismo, denota territorialidad. Dentro de sus diversos territorios, la región Norcentral del país sirvió como escenario al surgimiento de la primera alta cultura en los Andes. Esta región ya ha sido definida anteriormente con el nombre de área Norcentral (p. e. Shady et al. 2000: 14; Shady 2005: 8), y comprende a las provincias de Huaral, Huaura y Barranca en el departamento de Lima, el departamento de Ancash, y los departamentos de Huánuco y Pasco (Fig. 10). La región Norcentral, a su vez, puede dividirse en tres áreas de características ecológicas y morfológicas diferentes: 1. La costa Norcentral: que comprende los valles de la vertiente occidental de los Andes, desde el río Chancay hasta el río Santa. A su vez, esta área se subdivide en: a. Litoral: que corresponde a la línea de la costa y las desembocaduras de los ríos, y

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25

Alejandro Chu Barrera

Bandurria: Arena, mar y humedal en el surgimiento de la Civilización Andina

productos e ideas, e impulsó el precoz surgimiento de la alta cultura. La Galgada ara oM

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CAMBIOS CLIMÁTICOS PRECERÁMICOS EN LA COSTA PERUANA

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Huaricoto Piruru

Siempre ha existido un relación entre el cambio climático, el ambiente y las sociedades establecidas en la costa Peruana, lo que debe ser tomado en cuenta sin caer en el determinismo ambiental. Los recientes estudios arqueológicos y paleoclimáticos en la costa han provisto de nuevos datos que permiten relacionar un importante cambio climático con el surgimiento de la arquitectura monumental en la costa Norcentral.

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El Paraíso Escala Gráfica

Fig. 10. Región Norcentral del Perú con los sitios más representativos del Precerámico Tardío.

b. Valle: correspondiente a las zonas de valle bajo, medio y alto. 2. La sierra Norcentral: Comprende a los valles interandinos, como el Callejón de Huaylas y el Callejón de Conchucos, las zonas de puna y nevados. 3. La selva Norcentral: Corresponde a los valles de la vertiente oriental de los Andes, que pertenecen a la cuenca Amazónica, entre los que destacan las cuencas de los ríos Huallaga y Marañón. En estas tres áreas se distribuyen varios sitios del Precerámico Tardío que comparten rasgos culturales, lo que evidencia la relación que había entre ellos.

Aproximadamente, hace unos 5800 años antes del presente (alrededor del 3800 a. C.) se produjo un cambio dramático en el ambiente de la costa peruana (Richardson y Sandweiss 2002). Un rápido desplazamiento de la corriente de Humboldt, de aguas frías, de los 12° Latitud Sur a su posición actual de 5° Latitud Sur, produjo un incremento en los recursos marinos (Andrus et al. 2002), entre los que destacan los cardúmenes de anchovetas (Engraulis ringens). También se inició un proceso de desertificación de la costa y la estabilización del nivel del mar, estableciéndose la línea de costa actual (Fig. 11). Sumado a ello, el Fenómeno del Niño recurrió después de un hiato de 3000 años (Sandweiss et al. 2001), convirtiéndose en un fenómeno climático infrecuente, dándose en intervalos de 50-100 años. Solo después del 1200 a. C. el Fenómeno del Niño obtuvo su frecuencia periódica actual. Estos cambios ambientales, a partir del 3800 a. C., marcarían el final del período Precerámico Medio, y transformarían la subsistencia de los grupos costeros, permitiendo su asentamiento de forma permanente y el incremento de su población. Los recursos marinos fueron la base de esta subsistencia, pero también hubo un número significativo de recursos agrícolas (de uso alimenticio e industrial) que, combinados, permitieron el surgimiento de las sociedades complejas durante el periodo Precerámico Tardío (3500 a 1800 a. C.) en la costa Norcentral del Perú. Moseley (1975: 7) ha definido los factores bióticos que hicieron de la costa desértica del Pacífico el mejor escenario para el surgimiento de la sociedad compleja en los Andes Centrales, sobre la base de los recursos marinos. Estos son: 1. La cordillera de los Andes, que es la segunda en el mundo, después de los Himalayas, en alturas y relieves abruptos.

Según Shady (Shady et al. 2000: 15, Shady 2005: 8), la región Norcentral, en particular, favoreció la interacción de las diversas áreas que la conforman, debido a la existencia de vías naturales que interconectan a la costa, sierra y selva, lo que permitió, durante el Precerámico Tardío, el movimiento de

2. Solamente el 10% de la precipitación de los Andes drena por la vertiente del Pacífico.

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CHILE

Sitio Anillo Qda. Tacahuay

1. Lluvias en la costa. 2. Nivel del Mar más bajo, más costa. 3. No hay Fenomeno de Niño. Nanchoc

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Antes del 3,800 a.C.



Corriente del Niño Ecuatorial (Caliente)

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Fig. 11. Cambios climáticos en la costa del Perú, alrededor del año 3800 antes de Cristo. En el primer mapa se ubican los sitios del Precerámico Temprano y Medio estudiados hasta la fecha.

0 10

Lima

Trujillo

ECUADOR

PERU

CHILE

1. Proceso de desertificación de la costa. 2. Estabilización del Nivel del Mar. 3. Reaparición del Fenómeno de Niño

Después del 3,800 a.C.

Alejandro Chu Barrera

Bandurria: Arena, mar y humedal en el surgimiento de la Civilización Andina

3. Las pampas y pendientes costeras comprenden el desierto más seco de América, entre los 4° y 30° de Latitud Sur. 4. Entre los 9° y 25° de Latitud Sur se extiende el mar más rico del hemisferio occidental, únicamente sobrepasado por la corriente de Bengala en África. 5. Menos del 10% de este desierto puede ser cultivado, mientras que en toda la costa se puede pescar y/o recolectar mariscos. Al parecer, no es casualidad que la franja donde el zócalo continental permite mayor afloramiento y, por ende, presenta mayor productividad de anchovetas y sardinas, coincida con el área donde se concentra la mayor cantidad de arquitectura monumental. Este modelo climático propuesto por Richardson y Sandweiss, explicaría el por qué no encontramos arquitectura monumental antes del Precerámico Tardío, a pesar de existir una adaptación y especialización marítima en las poblaciones costeras desde el Precerámico Medio. A partir de la hipótesis de Moseley sobre el surgimiento de la Civilización Andina, podemos desarrollar un modelo sobre el surgimiento de los sitios con arquitectura pública y ceremonial en la región durante el Precerámico Tardío: Los fechados radiocarbónicos disponibles para los diferentes sitios de la región, muestran que las ocupaciones más tempranas corresponden a los sitios ubicados en el litoral de la región Norcentral, lo que se explica por su proximidad al mar, donde se inició la intensa explotación de recursos marinos (Fig. 12). Es muy probable que en estos sitios se diera el paso de una sociedad más o menos igualitaria a una sociedad jerarquizada. Este proceso de complejidad social tuvo como base económica a los recursos marinos, entrecruzados con un importante factor religioso, lo que permitió la aparición de elites gobernantes, las que debieron estar a cargo de las actividades religiosas y seculares de la sociedad. Este fenómeno no fue inmediato, sino un proceso que tomó su tiempo, y que transformó las mentes e ideas de la población llevándolas a aceptar el liderazgo y obedecer las órdenes del nuevo grupo social dominante. Cronológicamente se iniciaría alrededor del año 3500 a. C., cuando las nuevas condiciones climáticas se estabilizaron y se dio inicio al aprovechamiento intenso de los recursos marinos. De esta forma, tendríamos un Área Primigenia compuesta por los sitios del litoral de los valles de Huaura a Fortaleza (Fig. 13), donde se observa la transición de las aldeas igualitarias hacia complejos centros cívicoceremoniales. Hasta el momento, los sitios de Áspero, Bandurria y probablemente Vichama en Végueta, corresponden a esta área Primigenia. Los sitios de esta área son los asentamientos más antiguos de la región, con 29

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ÁREA NUCLEAR ort ale Rí oF

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Fig. 12. Comparación de fechados radiocarbónicos de diferentes sitios de la región Norcentral. Obsérvese la mayor antigüedad de fechados provenientes de Aspero y Bandurria (Área Primigenia). Los fechados tardíos de Río Seco se deben a que no se llegó a fechar la ocupación más temprana del asentamiento. Las franjas corresponden a los rangos de los fechados calibrados antes de Cristo (a. C.), mientras que la línea negra corresponde a la media de las medias de cada sitio. La distribución de fechados es consistente con nuestra propuesta de Áreas. Los sitios de la sierra y selva alta Norcental presentan ocupaciones posteriores al Precerámico Tardío no incluidas en este cuadro. a. Se ha incluido el fechado de 3600 a.C. descartado inicialmente por Feldman b. No se ha considerado el fechado más tardío de 670 a.C. c. No se han considerado los fechados más tardíos. (Fuente: Feldman 1980; Fung 1988; Shady et al. 2001; Haas et al. 2004 y Ziolkowski et al. 1994 )

1800 a. C. 2000 a. C. 2200 a. C. 2400 a. C. 2600 a. C. 2800 a. C. 3000 a. C. 3200 a. C. 3400 a. C. 3600 a. C.

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30

Bandurria: Arena, mar y humedal en el surgimiento de la Civilización Andina

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1600 a. C.

Alejandro Chu Barrera

Pampa San José

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ÁREA DE INFLUENCIA

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El Paraíso

Fig. 13. Áreas de la Región Norcentral.

fechados entre los 3500 y 2900 a. C. La ubicación de varios de estos sitios del litoral en zonas ubicadas entre valles, como Bandurria, Río Seco, Salinas de Chao y los Morteros, es un reflejo directo del aprovechamiento de los recursos marinos. El cultivo de plantas como el algodón, mate, frutos o tubérculos, que se podría haber realizado en las pequeñas zonas inundables de los valles, se hizo en una proporción insuficiente para competir con el volumen de anchoveta y otros recursos hidrobiológicos marinos. A medida que el proceso de complejidad social avanzó y la sociedad se jerarquizó más, definimos un Área Nuclear, que corresponde a los sitios monumentales de los valles de Huaura a Fortaleza. Estos sitios representan el alto nivel cultural alcanzado por la sociedad Norcentral durante el Precerámico Tardío, y están compuestos por gran cantidad de estructuras arquitectónicas monumentales. A diferencia de los sitios del área 31

Alejandro Chu Barrera

Primigenia, en ellos se observa una planificación para la ubicación de las estructuras, así como una articulación de los espacios públicos, como plazas, con el espacio religioso y residencial. Las grandes estructuras piramidales de estos sitios reflejan el uso de una gran cantidad de mano de obra, que seguramente requirió la participación de las poblaciones asentadas en todo el valle y aún de los valles vecinos. Estos sitios surgirían alrededor del 2800 a. C. y serían ocupados durante todo el periodo hasta su abandono, alrededor del 1800 a. C. Finalmente, tenemos un Área de Influencia, que corresponde al resto de la región Norcentral: el resto de la costa, los valles interandinos y los valles de la vertiente oriental. En esta área observamos tradiciones Precerámicas locales que, durante el clímax de la sociedad Precerámica del área Nuclear, estuvieron en contacto e intercambiaron productos e ideas. Esto es evidente en los sitios de la tradición Mito, como Kotosh, Piruru, Huaricoto y la Galgada. Muchos de estos sitios presentan fechados tan antiguos como los del Área Primigenia (3500 a. C.), lo que refleja un proceso paralelo de desarrollo cultural al de la costa, que aún se conoce muy poco. Hacia el final del periodo las relaciones entre estas sociedades fueron muy intensas, como se refleja en los restos materiales procedentes de cada uno de los sitios, y en la convergencia de ambas tradiciones en una sola cultura material Precerámica. En algunos casos, estos sitios presentan ocupaciones anteriores al Precerámico Tardío, lo que refleja una profunda tradición cultural, paralela a la costera. Posteriormente, muchos de ellos, como Kotosh, Huaricoto y Piruru, serán vueltos a ocupar por sociedades con cerámica, y habitados durante varios milenios. Cuadro 1. Fechados de los sitios del Precerámico Tardío de la Región Norcentral

Valle del Chillón Sitio / Procedencia El Paraíso / Unidad IV El Paraíso / Unidad IV El Paraíso / Unidad I El Paraíso / Unidad I El Paraíso / Unidad I El Paraíso / Unidad II El Paraíso / Unidad II El Paraíso / Unidad II El Paraíso / Unidad I El Paraíso / Unidad II El Paraíso / Unidad II El Paraíso / Unidad I El Paraíso / Unidad II El Paraíso / Unidad IV

Código Fecha A.P. I-13274 3790±100 I-13278 3650±100 I-1676 3570±150 I-13276 3560±100 I-13275 3550±100 I-13506 3520±90 I-13531 3520±240 I-13504 3470±90 P-1214 3444±59 I-13503 3420±90 I-13277 3370±100 P-1210 3366±59 I-13505 3310±90 Beta-8703 3170±150 32

Cal. a.C. a 95% prob. (Media) 2500 – 1900 Cal. a.c. (2200) 2350 – 1700 Cal. a.c. (2025) 2350 – 1500 Cal. a.c. (1925) 2200 – 1600 Cal. a.c. (1900) 2200 – 1600 Cal. a.c. (1900) 2150 – 1600 Cal. a.c. (1875) 2600 – 1200 Cal. a.c. (1900) 1980 – 1520 Cal. a.c. (1750) 1920 – 1600 Cal. a.c. (1760) 1960 – 1510 Cal. a.c. (1735) 1890 – 1430 Cal. a.c. (1660) 1780 – 1510 Cal. a.c. (1645) 1780 – 1400 Cal. a.c. (1590) 1900 – 1000 Cal. a.c. (1450)

Bandurria: Arena, mar y humedal en el surgimiento de la Civilización Andina

El Paraíso / Unidad I

P-1209 3065±61

1450 – 1120 Cal. a.c. (1285)

Intervalle Huaura-Chancay Sitio / Procedencia Código Fecha A.P. Cal. a.C. a 95% prob. (Media) Bandurria / Base de 1ra ocup.V-3279 4530±80 550 – 2900 Cal. a.C. (3225) Bandurria / Capa 4 V-3277 4480±70 3360 – 3000 Cal. a.C. (3180) Bandurria / Estera entierro I-7448 4420±140 3550 – 2650 Cal. a.C. (3100) Bandurria / Capa 3 V-3278 4300±90 3350 – 2600 Cal. a.C. (2975) Bandurria / Capa 14, Nivel 1 PUCP-73 3700±70 2290 – 1880 Cal. a.C. (2085) Bandurria / Hallazgo 18 Ny-246 4530±80 3550 – 2900 Cal. a.C. (3225) Bandurria / Parte Este, Niv. 4 Ny-244 4480±70 3360 – 3000 Cal. a.C. (3180) Bandurria / Parte Oeste, Niv.3 Ny-245 4320±90 3350 – 2600 Cal. a.C. (2975) Bandurria / Sector 1, Unid. 6 AA71430 4,372±61 3120 – 2880 Cal. a.C. (3000) Bandurria / Sector 1, Unid. 6 AA71429 4,363±65 3130 – 2870 Cal. a.C. (3000) Bandurria / Sector 1, C.F. 2 UCI25184 4,150±20 2790 – 2620 Cal. a.C. (2705) Bandurria / Sector 1, C.F. 1 UCI25185 4,095±20 2700 – 2570 Cal. a.C. (2635) Bandurria / Sector 1, C.F 4 UCI25187 4,095±20 2700 – 2570 Cal. a.C. (2635) Bandurria / Sector 1, C.F. 3 UCI25186 4,080±20 2670 – 2560 Cal. a.C. (2615) Bandurria / Sector 1, Unid. 6 AA71434 3,909±67 2580 – 2190 Cal. a.C. (2385) Bandurria / Sector 1, Unid. 6 AA71433 3,764±65 2410 – 2010 Cal. a.C. (2210) Bandurria / Sector 1, Unid. 6 AA71437 3,769±58 2360 – 2020 Cal. a.C. (2190) Bandurria / Sector 1, Unid. 6 AA71436 3,769±59 2360 – 2010 Cal. a.C. (2185) Bandurria / Sector 1, Unid. 6 AA71438 3,750±58 2350 – 2010 Cal. a.C. (2180) Bandurria / Sector 1, Unid. 6 AA71435 3,737±38 2290 – 2020 Cal. a.C. (2155) Bandurria / Sector 1, Unid. 9 AA71440 3,710±59 2290 – 1920 Cal. a.C. (2105) Bandurria / Sector 1, Unid. 9 Aa71439 3,684±58 2210 – 1880 Cal. a.C. (2045) Bandurria / Sector 2, Pza Cir UCI25188 3,535±15 1850 – 1770 Cal. a.C. (1810) Bandurria / Sector 2,Ofrenda UCI25178 3,440±15 1780 – 1680 Cal. a.C. (1730) Paraíso 1 / Cateo 1: -0.2-0.4 m PUCP-99 2230±50 391 – 173 Cal. a.C. (282) Paraíso 1 / Pozo B: -0.0-0.2 m PUCP-72 3230±80 1682 – 1382 Cal. a.C. (1537) Paraíso 1 / Pozo B: -2.4-2.8 m PUCP-71 3890±130 2695 – 1971 Cal. a.C. (2333) Paraíso 1 / Pozo A: -1.4-1.6 m PUCP-50 4880±60 3787 – 3616 Cal. a.C. (3701) Paraíso 1 / Pozo A: -2.6-2.9 m PUCP-51 5690±70 4709 – 4438 Cal. a.C. (4573) Río Seco de León / Desc. V-898 3794±100 2550 – 1900 Cal. a.C. (2225) Río Seco de León / Desc. V-897 3733±100 2500 – 1850 Cal. a.C. (2175) Río Seco de León / Mont. 1, NZ-210 3800±100 2550 – 1900 Cal. a.C. (2225) Río Seco de León / Descon. NZ-308 3800±100 2550 – 1900 Cal. a.C. (2225) Río Seco de León / Estruct. NZ-209 3740±100 2500 – 1850 Cal. a.C. (2175) Río Seco de León / Descon. NZ-285 3740±100 2500 – 1850 Cal. a.C. (2175) Valle de Supe Sitio / Procedencia Código Fecha A.P. Áspero / Huaca de los Ídolos GX-3859 4900 ± 160 Áspero / Huaca de los Ídolos GX-3860 4360 ± 175 Áspero / Huaca de Sacrific. GX-3862 4260 ± 150 Áspero / Huaca de Sacrific. UCR-244 4150 ± 150 33

Cal. a.C. a 95% prob. (Media) 4100 – 3100 Cal. a.C. (3600) 3600 – 2400 Cal. a.C. (3000) 3350 – 2450 Cal. a.C. (2900) 3300 – 2200 Cal. a.C. (2750)

Alejandro Chu Barrera

Áspero / Huaca de Sacrific. UCR-243 4060 ± 150 Áspero / Huaca de Ídolos GX-3861 3970 ± 145 Áspero / Huaca de Sacrific. UCR-242 3950 ± 150 Caral / Pirámide Mayor Beta-132593 3650 ± 50 Caral / Pirámide Mayor ISGS-4724 3730 ± 70 Caral / Pirámide Mayor Beta-134427 3740 ± 90 Caral / Sector N ISGS-4738 3740 ± 80 Caral / Sector N ISGS-4740 3810 ± 70 Caral / Sector A Beta-132589 3820 ± 60 Caral / Pza Circ, P. M. ISGS-4710 3840 ± 70 Caral / Sector C ISGS-4726 3900 ± 70 Caral / Sector C ISGS-4727 3960 ±110 Caral / Sector A ISGS-4733 3960 ± 80 Caral / Sector L ISGS-4734 3970 ± 90 Caral / Sector N Beta-134429 3970 ± 40 Caral / Sector A ISGS-4729 3990 ± 70 Caral / Sector A ISGS-4732 3990 ± 70 Caral / Sector N Beta-134428 4020 ± 40 Caral / Sector N ISGS-4736 4060 ± 70 Caral / Pza. Circ, P.M. ISGS-4711 4090 ± 90 Chupacigarro / Estruct. 1 Beta-132590 3830 ± 60

3050 – 2100 Cal. a.C. (2575) 2900 – 2000 Cal. a.C. (2450) 2900 – 2000 Cal. a.C. (2450) 2150 – 1880 Cal. a.C. (2450) 2350 – 1920 Cal. a.C. (2135) 2500 – 1900 Cal. a.C. (2000) 2500 – 1900 Cal. a.C. (2200) 2470 – 2110 Cal. a.C. (2290) 2470 – 2130 Cal. a.C. (2300) 2480 – 2120 Cal. a.C. (2300) 2500 – 2190 Cal. a.C. (2345) 2900 – 2100 Cal. a.C. (2500) 2700 – 2200 Cal. a.C. (2450) 2750 – 2200 Cal. a.C. (2475) 2580 – 2340 Cal. a.C. (2460) 2750 – 2250 Cal. a.C. (2460) 2750 – 2250 Cal. a.C. (2500) 2650 – 2460 Cal. a.C. (2555) 2880 – 2460 Cal. a.C. (2670) 2900 – 2350 Cal. a.C. (2625) 2470 – 2130 Cal. a.C. (2300)

Valle de Pativilca Sitio / Procedencia Código Fecha A.P. Cal. a.C. a 95% prob. (Media) Pampa San José / Mont. A Beta-177314 3,540 ± 70 2040 – 1680 Cal. a.c. (1860) Pampa San José / Mont. A GX-30125 3,600 ± 40 2040 – 1870 Cal. a.c. (1955) Pampa San José / Mont. A Beta-177315 3,600 ± 60 2140 – 1770 Cal. a.c. (1955) Pampa San José / Mont. A ISGS-5276 3,710 ± 70 2300 – 1880 Cal. a.c. (2090) Pampa San José / Mont. A ISGS-5282 3,710 ± 70 2300 – 1880 Cal. a.c. (2090) Pampa San José / Mont. A GX-30122 3,790 ± 60 2460 – 2030 Cal. a.c. (2245) Upaca / Montículo A Beta-177319 3,880 ± 60 2500 – 2190 Cal. a.c. (2345) Upaca / Montículo A ISGS-5395 4,080 ± 70 2790 – 2460 Cal. a.c. (2625) Upaca / Montículo A GX-30117 4,180 ± 110 3050 – 2450 Cal. a.c. (2750) Upaca / Montículo A ISGS-5291 3,850 ± 70 2490 – 2130 Cal. a.c. (2310) Upaca / Montículo A ISGS-5280 3,770 ± 70 2460 – 2010 Cal. a.c. (2235) Upaca / Montículo A ISGS-5294 3,820 ± 70 2470 – 2120 Cal. a.c. (2295) Upaca / Montículo A ISGS-5295 3,820 ± 70 2470 – 2120 Cal. a.c. (2295) Upaca / Montículo A ISGS-5296 3,860 ± 70 2500 – 2130 Cal. a.c. (2315) Upaca / Montículo B Beta-177321 2,700 ± 60 1000 – 790 Cal. a.c. (895) Upaca / Montículo B ISGS-5281 2,910 ± 70 1320 – 910 Cal. a.c. (1115) Upaca / Montículo B GX-30118 2,910 ± 80 1320 – 900 Cal. a.c. (1110) Upaca / Montículo D ISGS-5273 2,160 ± 70 390 – 40 Cal. a.c. (215) Upaca / Montículo E ISGS-5275 2,950 ± 70 1320 – 970 Cal. a.c. (1145) Vinto Alto / Montículo A GX-30121 3,970 ± 70 2700 – 2200 Cal. a.c. (2450) Vinto Alto / Montículo A ISGS-5287 3,970 ± 70 2700 – 2200 Cal. a.c. (2450) Vinto Alto / Montículo A ISGS-5392 4,010 ± 70 2900 – 2300 Cal. a.c. (2600) 34

Bandurria: Arena, mar y humedal en el surgimiento de la Civilización Andina

Vinto Alto / Montículo C Beta-177323 3,700 ± 110 2500 – 1750 Cal. a.c. (2125) Vinto Alto / Montículo C GX-30124 3,860 ± 60 2480 – 2140 Cal. a.c. (2310) Vinto Alto / Montículo C ISGS-5277 4,040 ± 70 2900 – 2350 Cal. a.c. (2625) Vinto Alto / Montículo C ISGS-5394 3,930 ± 70 2580 – 2200 Cal. a.c. (2390) Vinto Alto / Montículo C Beta-177324 3,930 ± 60 2580 – 2270 Cal. a.c. (2425) Vinto Alto / Montículo C GX-30123 3,940 ± 70 2620 – 2200 Cal. a.c. (2410 Valle de Fortaleza Sitio / Procedencia Código Caballete / Montículo A ISGS-5521 Caballete / Montículo B BETA 183312 Caballete / Montículo B GEO 30512 Caballete / Montículo B GEO 30511 Caballete / Montículo B BETA 183313 Caballete / Montículo B ISGS-5523 Caballete / Montículo B ISGS-5537 Caballete / Montículo C Beta 183315 Caballete / Montículo E Beta 183314 Caballete / Montículo C ISGS-5516 Caballete / Montículo C ISGS-5511 Caballete / Montículo D Beta 184859 Caballete / Montículo D GEO 30513 Caballete / Montículo D ISGS-5532 Caballete / Montículo E ISGS-A0477 Caballete / Montículo E GEO 30514 Huaricanga / Montíc. B GEO 30506 Huaricanga / Montíc. B Beta 183320 Huaricanga / Montíc. B ISGS-A0481 Huaricanga / Montíc. B ISGS-5525 Huaricanga / Montíc. B BETA 184861 Huaricanga / Montíc. B GEO 30507 Huaricanga / Montíc. C ISGS-5519 Huaricanga / Montíc. C BETA 183322 Huaricanga / Montíc. C BETA 183321 Huaricanga / Montíc. C ISGS-5518 Huaricanga / Montíc. C ISGS-5514 Huaricanga / Montíc. C GEO 30508 Huaricanga / Montíc. C ISGS-5531

Fecha A.P. 3,920 ± 70 3,590 ± 70 3,680 ± 70 3,720 ± 70 3,890 ± 80 4,450 ± 290 3,810 ± 70 3,630 ± 70 3,670 ± 50 3,980 ± 70 4,050 ± 80 3,740 ± 50 3,330 ± 90 3,920 ± 70 4,000 ± 70 4,440 ± 40 2,580 ± 80 3,870 ± 40 3,940 ± 40 3,970 ± 110 4,110 ± 70 4,780 ± 50 3,770 ± 70 3,860 ± 40 3,910 ± 40 3,940 ± 70 4,030 ± 70 4,230 ± 90 3,950 ± 70

Cal. a.C. a 95% prob. (Media) 2580 – 2190 Cal. a.c. (2385) 2140 – 1740 Cal. a.c. (1940) 2290 – 1880 Cal. a.c. (2085) 2340 – 1910 Cal. a.c. (2125) 2580 – 2130 Cal. a.c. (2355) 3900 – 2300 Cal. a.c. (3100) 2470 – 2110 Cal. a.C. (2290) 2200 – 1770 Cal. a.C. (1985) 2150 – 1890 Cal. a.C. (2020) 2700 – 2200 Cal. a.C. (2450) 2900 – 2350 Cal. a.C. (2625) 2300 – 2010 Cal. a.C. (2155) 1780 – 1410 Cal. a.C. (3190) 2580 – 2190 Cal. a.C. (2385) 2750 – 2250 Cal. a.C. (2500) 3130 – 2920 Cal. a.C. (3025) 860 – 410 Cal. a.C. (635) 2260 – 2206 Cal. a.C. (2233) 2500 – 2300 Cal. a.C. (2400) 2900 – 2100 Cal. a.C. (2500) 2880 – 2490 Cal. a.C. (2685) 3660 – 3490 Cal. a.C. (3575) 2460 – 2010 Cal. a.C. (2235) 2470 – 2200 Cal. a.C. (2335) 2490 – 2280 Cal. a.C. (2385) 2620 – 2200 Cal. a.C. (2410) 2900 – 2300 Cal. a.C. (2600) 2930 – 2580 Cal. a.C. (2755) 2700 – 2200 Cal. a.C. (2450)

Sierra Norcentral: Sitio / Procedencia Huaricoto Huaricoto Huaricoto Huaricoto Huaricoto

Fecha A.P. 4770±200 4600±180 4210±120 3970±110 2701±130

Cal. a.C. a 95% prob. (Media) 4000 – 2900 Cal. a.C. (3450) 3800 – 2850 Cal. a.C. (3325) 3300 – 2450 Cal. a.C. (2875) 2900 – 2100 Cal. a.C. (2500) 1300 – 400 Cal. a.C. (850)

Código Tx-3581 Tx-3580 PUCP-XX1 I-11142 I-1351

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Alejandro Chu Barrera

Kotosh Kotosh Kotosh Kotosh Kotosh Kotosh Kotosh Kotosh La Galgada La Galgada La Galgada La Galgada La Galgada La Galgada La Galgada La Galgada La Galgada La Galgada La Galgada La Galgada Piruru Piruru Piruru Piruru Piruru Piruru Piruru Piruru Piruru

GaK-766b GaK-262 GaK-765 GaK-766a TK-110 TK-109 GaK-263 TK-108 Tx-3664 Tx-3167 Tx-4450 Tx-4449 Tx-2463 Tx-4447 Tx-3166 Tx-4448 Tx-3663 Tx-2464 Tx-5606 Tx-4446 Gif-7988 Gif-2304 Gif-2303 Gif-2302 Gif-2306 Gif-7989 Gif-7668 Gif-7670 Gif-7669

3900±100 3800±110 3780±90 3620±100 3470±80 3360±160 3150±150 3000±80 4110±50 3820±60 3820±100 3790±70 3740±90 3670±70 3660±80 3650±60 3540±50 3440±80 3320±270 3130±80 4290±90 4050±230 4025±130 3930±130 3910±130 3680±60 3470±60 3300±60 3170±60

2700 – 2000 Cal. a.C. (2350) 2600 – 1900 Cal. a.C. (2250) 2500 – 1950 Cal. a.C. (2225) 2300 – 1650 Cal. a.C. (1975) 1980 – 1600 Cal. a.C. (1790) 2150 – 1250 Cal. a.C. (1700) 1800 – 950 Cal. a.C. (1375) 1450 – 1000 Cal. a.C. (1225) 2880 – 2560 Cal. a.C. (2720) 2470 – 2130 Cal. a.C. (2300) 2600 – 1950 Cal. a.C. (2275) 2460 – 2030 Cal. a.C. (2245) 2500 – 1900 Cal. a.C. (2200) 2290 – 1870 Cal. a.C. (2080) 2300 – 1750 Cal. a.C. (2025) 2200 – 1870 Cal. a.C. (2035) 1980 – 1730 Cal. a.C. (1855) 1940 – 1520 Cal. a.C. (1730) 2400 – 900 Cal. a.C. (1650) 1540 – 1120 Cal. a.C. (1330) 3350 – 2550 Cal. a.C. (2950) 3400 – 1900 Cal. a.C. (2650) 2900 – 2150 Cal. a.C. (2525) 2900 – 2000 Cal. a.C. (2450) 2900 – 1950 Cal. a.C. (2425) 2210 – 1880 Cal. a.C. (2045) 1940 – 1620 Cal. a.C. (1780) 1700 – 1430 Cal. a.C. (1565) 1540 – 1290 Cal. a.C. (1415)

Fuentes: Feldman 1980; Fung 1988; Shady et al. 2001; Haas et al. 2004 y Ziolkowski et al. 1994 Todos los fechados calibrados por el autor empleando el programa OxCal versión 3.5

Bandurria: Arena, mar y humedal en el surgimiento de la Civilización Andina

FACTORES QUE PERMITIERON EL DESARROLLO SOCIAL DURANTE EL PRECERÁMICO TARDÍO Como mencionamos líneas arriba, la conjunción de factores climáticos (cambio en las corrientes marinas) con factores culturales (el desarrollo de una adaptación marítima por parte de los grupos costeros) a inicios del Precerámico Tardío, fue lo que causó el precoz desarrollo de la región Norcentral del Perú, convirtiéndola en uno de los focos civilizatorios autónomos del planeta. Los Recursos Marinos: El mar fue una fuente inagotable de recursos que permitieron el sedentarismo temprano en el litoral. Los sitios correspondientes a los periodos Precerámico Temprano y Medio, a lo largo de toda la costa, muestran una adaptación marítima desde tiempos muy antiguos. Es muy probable que las técnicas de pesca que observamos en el Precerámico Tardío se hayan originado en los periodos anteriores. La estabilización de la línea de costa, las aguas frías, la poca profundidad del zócalo continental y la introducción del algodón como planta industrial, fueron factores que contribuyeron a la conversión de los recursos marinos en la base económica de las sociedades costeras. El Mar del Perú: Las aguas del Mar del Perú, en el Sector Central y Meridional, por la latitud en la que se encuentran, deberían tener temperaturas entre los 25 y 26° C. Pero debido al fenómeno del afloramiento, su temperatura media es inferior, lo que vuelve a sus aguas más frías en comparación con las aguas oceánicas, que son más cálidas. El fenómeno del afloramiento consiste en el ascenso del agua fría, más profunda, a la superficie. Esto sucede porque el agua superficial se torna más densa por el aumento de la salinidad y se hunde. Al hundirse esta agua es reemplazada por la que se encuentra a 50 ó 100 m de profundidad, iniciándose de esta manera un ciclo ondulatorio. Esta circulación de agua superficial y profunda es reforzada por el movimiento de rotación de la Tierra. Los vientos alisios que soplan en la superficie convierten las crestas de esta masa de agua fría en corrientes o gigantescos “ríos” marinos. El color de las aguas del Mar Peruano, en las zonas Central y Meridional, varía en tonalidad desde verde claro en el litoral, hasta verde oscuro dentro de las 200 millas marinas. Más allá de este límite toman el color azul marino. El color verdoso del agua se debe a la presencia del plancton (fitoplancton y zooplancton) que abunda en las aguas frías. El fitoplancton es un alga microscópica clorofílica, y es la base de la biomasa marina.

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Alejandro Chu Barrera

La salinidad de las aguas del Mar Peruano varía entre 34 y 35 por mil, lo que significa que en un litro de agua hay 34 ó 35 gramos de sales minerales. El porcentaje de salinidad es mayor en la Zona Norte y menor en la Sur. En la zona situada entre Piura e Ica la salinidad es de 34,9 por mil, mientras frente a Arequipa y Tacna es de 34,5 por mil. En su mayor parte el Mar Peruano está conformado por la Corriente Peruana o de Humboldt, un flujo permanente de agua fría que proviene de la Antártida, pasa por Chile y recorre gran parte de la costa peruana hasta los 5° de Latitud Sur, desde donde se desvía hacia el Oeste. La baja temperatura (por el fenómeno del afloramiento) y relativa alta salinidad, favorecen la riqueza en nutrientes (particularmente en la corriente costera). En el extremo norte de la costa se presenta la denominada Corriente del Niño, un flujo irregular de agua cálida proveniente del norte que aparece a fines del mes de diciembre de cada año. Baña parte de la costa ecuatoriana y se extiende paralelamente a la costa peruana, aproximadamente hasta los 6° de Latitud Sur, donde se encuentra con la Corriente Peruana. La Corriente del Niño se caracteriza por tener altas temperaturas, baja salinidad y ser pobre en nutrientes. Para las poblaciones costeras los pescados y moluscos fueron la principal fuente de proteína animal. Sus técnicas de pesca fueron sofisticadas, probablemente como resultado de una larga tradición de adaptaciones marítimas, y parece que fueron aplicadas tanto cerca cuanto lejos de la orilla, por las especies encontradas en el registro arqueológico (Quilter 1989, Beárez y Miranda 2000). Las especies corresponden en su mayoría a aquellas de aguas frías, entre las que destacan la anchoveta (Engraulis ringens) y la sardina (Sardinops sagax). También se han encontrado huesos de ballenas en las excavaciones en diversos sitios del Precerámico Tardío. Probablemente fueron aprovechadas cuando varaban, mientras los lobos marinos y las tortugas eran capturados en enero, durante la época de apareamiento (Quilter 1991: 397). Los moluscos complementaron de manera importante la provisión de pescado obtenido de la pesca: se aprovecharon los de fondo arenoso —generalmente almejas como la Macha (Mesodesma donacium)— y los de fondo rocoso —principalmente choros, como el Choro azul (Choromytilus chorus)—. También se consumieron crustáceos, como los cangrejos. Las Plantas: En la región Andina, durante el Precerámico Medio, se domesticó una serie de plantas, lo que complementó a la base marina. De estos cultivos, sin lugar a dudas, el algodón (Gossypium barbadense) —conocido también como algodón nativo o país—- contribuyó de manera significativa al surgimiento de las sociedades complejas de la región, al ser utilizado como materia prima 38

Bandurria: Arena, mar y humedal en el surgimiento de la Civilización Andina

para la confección de redes y cordeles de pesca, así como para hacer telas. Aunque se menciona frecuentemente la importancia del algodón en la sociedad Precerámica, poco se conoce sobre su origen y domesticación. Como ya se mencionó, la aparición de los tejidos de algodón marcan el inicio del Precerámico Tardío, como lo señaló Engel (1963, 1964, 1966). Sobre este mismo asunto, Lanning afirmó: “El algodón y los mates, universales en los sitios del Período VI (Precerámico Tardío), generalmente dominan los restos de plantas cultivadas recuperadas en las excavaciones. Los tejidos de algodón son los que dan carácter y definición al período como un todo” (1967: 19, traducción nuestra). El Algodón: El algodón domesticado aparece relativamente tarde en los Andes Centrales, y sus orígenes aún no son claros. La especie Gossypium barbadense es una variedad tetraploide diferente a las otras especies de algodón cultivadas en el Viejo Mundo y en Mesoamérica, y parece que cada una de ellas representa a un proceso de domesticación independiente. El centro original de la domesticación del algodón en los Andes Centrales habría estado entre la costa norte del Perú y el sur de Ecuador (Marcos 1988), donde, al parecer, se ha identificado una variedad silvestre de algodón. Esto se confirmaría con el reciente hallazgo de algodón de 7000 años de antigüedad en Ñanchoc, en el valle de Zaña (Dillehay et al. 2007: 1892). La fibra del algodón nativo (Gossypium barbadense) fue utilizada para la elaboración de tejidos, la medicina natural (Vreeland 1985: 5) y la confección de aparejos de pesca. Actualmente los tallos del algodón son un componente importante en la dieta del ganado caprino en las zonas de pastoreo, mientras los arbustos sirven para dividir las parcelas de conducción de los pequeños agricultores, sirviendo como cercos y protegiendo los bordes de las chacras. Las investigaciones etnográficas realizadas en diversas comunidades de los valles de Piura y Lambayeque han demostrado la gran importancia del algodón nativo en la sociedad actual de esos lugares (Vreeland, 1982, 1985, 1999). La mayoría de las mujeres todavía sabe hilar y tejer, y la fibra del algodón es la materia prima de un sistema de producción artesanal muy riguroso para elaborar tejidos íntegramente asociados con la vida doméstica y ceremonial de pueblo. El algodón en rama se utiliza como un remedio casero para el tratamiento, entre otras enfermedades, del “mal de ojo” y la “picadura de araña”. La fibra también juega un rol central en determinados ritos de iniciación y ceremonias tradicionales. El algodón nativo está adaptado a los suelos eriazos y salitrosos de la costa. Los propios campesinos aseguran que su algodón puede sobrevivir hasta cinco años sin recibir las aguas de irrigación, debido a su fino y extenso 39

El Paraíso

La Galgada

Huaca Prieta

Alto Salaverry

Huaynuná

Los Gavilanes

Caral

ESPECIES

Áspero

SITIOS

Bandurria

Alejandro Chu Barrera

Achira (Canna indica) Ají (Capsicum sp.) Algodón (Gossypium barbadense)

Bandurria: Arena, mar y humedal en el surgimiento de la Civilización Andina

tamaño de la semilla, cápsula y fibra en todos los niveles de Huaca Prieta, sugiriendo el manejo y cultivo del algodón para el Precerámico Tardío. El cultivo del algodón en huertos debió cubrir todas las necesidades de confección de telas y redes de los sitios del litoral. Posteriormente, con el aumento de la población y el aumento de la demanda de redes y telas, se comenzó a cultivar en los valles costeros. También es notable la resistencia del algodón país a varias enfermedades comunes de esta planta: es menos afectado por los insectos y microorganismos que debilitan a los cultivos híbridos.

Calabaza (Cucurbita spp.) Camote (Ipomoea batatas) Chirimoya (Annona cherimolia)

Otras plantas:

Ciruela del Fraile (Bunchosia armeniaca)

Otra importante planta que jugó un rol destacado fue la calabaza (Lagenaria siceraria). Se le usó como alimento, recipiente y para propósitos industriales. Junto con el algodón, abunda en los contextos del Precerámico Tardío. Parece que fue domesticada en el Precerámico Medio, pues en Ñanchoc se han encontrado macrorrestos de una antigüedad de 10000 años (Dillehay et al. 2007). Lo mismo ocurre con el ají (Capsicum sp.), un cultivo común en el Precerámico Tardío. Aunque en el Precerámico Tardío aparecen nuevos cultígenos y se da un mayor énfasis a la agricultura en general, se trata de un crecimiento lento y continuo iniciado en el periodo anterior: no se observa que en él se haya producido una revolución en la economía de subsistencia.

Jíquima (Pachyrrhizus sp.) Lúcuma (Lucuma bifera) Maíz (Zea mays) Maní (Arachis hipogaea) Mate (Lagenaria siceraria) Pacae (Inga feuillei) Pallar (Phaseolus lunatus) Palta (Persea americana) Papa (Solanum tuberosum)

Fig. 14. Cuadro comparativo de plantas encontradas en diferentes sitios del Precerámico Tardío.

Las plantas que empezaron a ser aprovechadas, o solo han sido encontradas en pequeñas cantidades antes del Precerámico Tardío, incluyen frijoles (Phaseolus lunatus, Phaseolus vulgaris y Cannavalia sp.), frutos como Lucuma bifera (lúcuma), Psidium guajava (guayaba), Inga feuillei (pacae), y tubérculos como Pachyrrhizus tuberosus (jíquima) y Canna indica (achira). Papas domesticadas (Solanum tuberosum) y camotes (Ipomoea batatas) se han recuperado en Huaynuná, Casma (Ugent et al. 1982, 1983) y Caral, Supe (Shady 1999a, 2000b, 2005: 17). Por supuesto, esta lista incluye al algodón, como se ha indicado anteriormente. Smith (Grieder et al. 1988: 144) sospecha que las semillas de algodón encontradas en La Galgada fueron partidas por humanos para consumir el aceite, mientras Hutchinson (citado por Bonavía, 1982: 344) ha informado que la semilla de algodón también es rica en azúcares.

sistema de raíces (Vreeland, 1985: 6). Los estudios elaborados por la ONERN indican que la mayor ventaja del cultivo de algodón en la costa peruana reside en su gran rusticidad, la que se pone de manifiesto en su resistencia no solamente a la sequía, sino también a las condiciones de salinidad y altas concentraciones de boro, situación que afecta a extensas áreas del litoral. Se han informado casos en los que el algodón nativo crece en suelos desecados que contienen 900 ppm de boro, cuyo nivel de toxicidad para la agricultura, en general, es de 4 ppm. Este tipo de ambiente, con suelos muy salinos, correspondería al de los sitios del Área Primigenia, por lo que creemos, a diferencia de otros investigadores, que el algodón fue cultivado inicialmente en el litoral, en las zonas húmedas próximas a los sitios. Según Quilter (1991: 399), es posible que el algodón creciera en “huertos” y fuera utilizado desde antes de ser totalmente domesticado. En Huaca Prieta, Stephens (en Bird et al. 1985: 234-235) observó la presencia de semillas velludas en niveles precerámicos y semillas lisas en estratos cerámicos. Las semillas lisas prevalecen en las variedades modernas, y es más fácil retirarlas a mano de las fibras. Sin embargo, es clara la tendencia del aumento en el

Importantes recursos vegetales aprovechados por los habitantes del

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41

La evaluación de la importancia relativa de los alimentos en la dieta es difícil de hacer, ya que los frijoles y tubérculos dejan pequeños residuos, mientras los frutos de árboles dejan mayores restos, en la forma de semillas, principalmente. Además, es difícil estimar si los árboles frutales estaban totalmente domesticados o si recibían poca intervención humana.

Alejandro Chu Barrera

Bandurria: Arena, mar y humedal en el surgimiento de la Civilización Andina

Precerámico Tardío fueron el junco (Schoenoplectus sp.) y la totora (Typha sp.). Ambas plantas fueron utilizadas para la confección de canastas, muy importantes para una sociedad sin cerámica, y esteras. De igual manera, la caña brava (Gynerium sagittatum) y el carrizo (Phragmites australis) fueron utilizados para la construcción de esteras y chozas. Estas especies, todas silvestres, crecen generalmente en áreas húmedas próximas a los litorales, como en el caso de Bandurria, Áspero, Vichama y probablemente Río Seco, lo que, además, evidencia la relación entre los asentamientos y este recurso. Dentro de los valles, esta vegetación se encuentra en las márgenes de los ríos y en las zonas de afloramiento de agua. Otra especie silvestre particularmente abundante en Bandurria es la grama salada (Distichlis spicata), que sirvió como combustible y temperante para la argamasa de barro usada en las construcciones del sitio. Se notan variaciones, presencias y ausencias en las diferentes plantas cultivadas o aprovechadas en los sitios del Precerámico Tardío (Fig. 14). En la actualidad no está claro si estas diferencias representan el patrón de introducción de plantas en la costa Peruana, si se deben a los diversos ambientes —que favorecieron el desarrollo de una u otra planta— , a los efectos de los procesos culturales y postdesposicionales de los diferentes sitios, o la variabilidad en los métodos de recuperación y los estudios de restos paleobotánicos efectuados por diferentes arqueólogos (Quilter 1991: 399). Sin embargo, en los contextos excavados en Bandurria hemos observado que el componente vegetal, hasta el momento, se limita a unas cuantas especies de consumo (p. e. guayaba, ají y calabaza) y abundantes especies industriales (algodón, mate, junco, totora, grama salada, etc.).

BANDURRIA

UBICACIÓN El sitio arqueológico de Bandurria se encuentra en un sector de la costa Norcentral (Fig. 15) donde el relieve es complejo, con cerros aislados y parte de la cadena Costanera. La línea de costa es irregular, y se observan largas playas arenosas, zonas de acantilados y playas rocosas donde las estribaciones andinas penetran en el mar. En la zona de estudio podemos mencionar, como accidentes geográficos importantes, al cerro Sanú, de 282 m s. n. m., que se levanta en medio del desierto costero, hacia el suroeste del sitio; las Salinas de Huacho, ubicadas al sur del Cerro Sanú, a 8 km al suroeste de Bandurria; y la bahía Salinas, sobre la cual se emplaza el mismo sitio arqueológico. Finalmente, al oriente se observa una serie de pequeñas elevaciones y cauces que drenan las aguas de la irrigación Santa Rosa, y que en la actualidad alimentan las denominadas albuferas del Paraíso-Playa Chica. La zona conocida como bahía Salinas se compone de dos sectores bien diferenciados, ya mencionados previamente por Mercedes Cárdenas (197778: 111): 1. Playa Chica: corresponde al lado norte de la bahía, desde la punta Malpaso al norte hasta la punta Quilca al sur. Comprende una extensa playa de arena bordeada en gran parte por una terraza aluvial, a varios metros sobre el nivel de la playa, donde se ubica la mayoría de los sitios arqueológicos. Esta zona comprende a las denominadas Pampa de las Bandurrias, Pampa Playa Chica y la Quebrada de Cochinos, por donde en la actualidad fluye gran parte de las aguas de la irrigación Santa Rosa. 2. Paraíso: corresponde al lado sur de la bahía y se extiende desde la Punta Quilca hasta la punta Salinas, al sur. Comprende varias playas rocosas y arenosas ubicadas al pie de las estribaciones del cerro Sanú.

42

43

Bandurria: Arena, mar y humedal en el surgimiento de la Civilización Andina

Políticamente, Bandurria se ubica en el departamento de Lima, provincia de Huaura, distrito de Huacho, Anexo de Playa Chica. Geográficamente, entre las coordenadas UTM (PSAD 56) 8’762,625 N 217,829 E al norte y 8’761,578 N 217,663 E al sur. Limita al norte con pequeñas quebradas costeras, al sur con la Pampa Playa Chica y las filtraciones de la irrigación Santa Rosa, al este con el canal de la irrigación Santa Rosa y al oeste, con las albuferas y la Playa Chica.

ura

Río

Hua

Valle de Huaura

Carquín Punta Carquín

La zona arqueológica se encuentra sobre una terraza aluvial, a unos 20 metros sobre el nivel del mar, y que decrece en altura en dirección Norte-Sur. Se accede a ella por un camino afirmado que sale de la carretera Panamericana Norte —a la altura del kilómetro 141—, hacia el oeste. Este camino, de unos 1,5 kilómetros de largo, termina en la zona arqueológica.

HUACHO

LIMA

Punta La Viuda de

o

rad

an Gr

olo

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Ce

N

UBICACIÓN ÁREA DE ESTUDIO

75

Irrigación Santa Rosa

BANDURRIA

Humedal

ra

te

rre Ca

Playa Ch

ica

Bahía Salinas

Pampa Playa Chica

0

30

Playa Tartacay

0

35

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No

s ina ali

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mp Pa

Pa

Paraíso

0

25

0 10

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75

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282

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20

X

Cerro Sanu

eS s ina ali

50 0 20

El sitio arqueológico se ubica en la zona del litoral de la costa Norcentral del Perú. Esta zona, según la terminología de Pulgar Vidal (1987:28), corresponde al piso ecológico de la Chala, que se ubica entre los 0 y 500 m s. n. m. Según la clasificación de Holdridge, basada en criterios climatológicos y el comportamiento de las variables meteorológicas, y aplicada por el Instituto Nacional de Recursos Naturales, comprende la Zona de Vida Desierto Desecado Subtropical (dd-s). Esta formación ecológica se extiende a lo largo del litoral de Huacho, y comprende las planicies y las partes bajas del valle de Huaura. Presenta un relieve topográfico de plano a ligeramente ondulado, que varía a abrupto en las colinas de Sanú y Colorado, ubicadas al norte y sur de Bandurria, respectivamente. Los suelos son de textura variable, entre ligeros y finos, con cementaciones salinas y de escaso contenido de materia orgánica. Predominan las arenas y pequeñas formaciones de dunas. La región presenta un clima definido por la corriente peruana de aguas frías, el anticiclón del Pacífico y las estribaciones de los Andes, que en este sector limitan una franja costera de un ancho no mayor que 40 km. Por esto, la precipitación fluctúa entre 0 y 50 mm al año. Entre los meses de mayo y diciembre la atmósfera se presenta cargada de nubes del tipo estrato, pero nunca se observa una precipitación mayor que una débil llovizna o garúa.

12

5

25

EL MEDIO AMBIENTE DE BANDURRIA

0

10

75

0 50

1

2

3 Escala

25

Fig. 15. Plano de ubicación de Bandurria

44

4

5 km

La vegetación de este relieve costero podemos definirla como de litoral marino, de acuerdo a Pulgar (1980: 38). Este tipo de vegetación se caracteriza por estar muy próximo al mar, lo que conlleva altas concentraciones de sal. Las pocas especies vegetales que soportan este tipo de suelos salinos son las halófilas, entre las que destaca la grama salada (Distichlis spicata y Distichlis thalassica), muy extendida en toda la costa. 45

Alejandro Chu Barrera

Se le encuentra en las áreas próximas a las lagunas o albuferas (como las cercanas del Paraíso o Playa Chica), en las zonas desérticas que ofrecen capas freáticas, o donde la concentración de garúas costeras genera suficiente humedad, y en las áreas de infiltración del agua de los ríos. Próximas a la zona arqueológica se encuentran las lagunas o albuferas del Paraíso-Playa Chica (Fig. 16). Esta área húmeda es el resultado de las filtraciones de la Irrigación Santa Rosa, también responsables de la destrucción de una parte de Bandurria. La longitud máxima de ellas es de 8 km, con un ancho variable entre los 100 m y los 2 km. La superficie total es de 440 ha, dividida en dos espejos de agua o lagunas (Norte y Sur), con una profundidad máxima de 1,5 m. Bandurria se ubica en el extremo sur de la Albufera Norte. Cerca de la playa, la profundidad de las albuferas se corresponde con las mareas, y cuando esta última es muy alta, el mar invade la laguna Sur, creando zonas con sedimentos salinos. En los estudios realizados en el Humedal El Paraíso-Playa Chica (Tello et al. 2006, Cano et al. 1998) se han identificado 19 especies de plantas: 11 terrestres y 8 acuáticas. Las aves son las más representativas de este ecosistema, con 125 especies identificadas hasta la fecha. La albufera cumple funciones ecológicas y biológicas para este grupo de avifauna, facilitando su reproducción, descanso y alimentación. De acuerdo al estudio realizado por Tello (2006: 3), los hábitats presentes son: 1. Playa arenosa, franja longitudinal plana, con pequeñas dunas, paralela a la línea de la costa.

Bandurria: Arena, mar y humedal en el surgimiento de la Civilización Andina

2. Costras delgadas de carbonato, franja longitudinal sinuosa y plana sobre la orilla este de la laguna, influenciada por el cambio en el nivel de las aguas. 3. Gramadal de relieve plano, conformado en su mayor parte por Distichlis spicata, que ocupa la parte central media y norte del humedal. 4. Totoral conformado por acumulaciones de Typha sp. (vegetación densa siempre verde), en la parte central, media y toda la parte sur del humedal. 5. Superficie húmeda, franja sinuosa en la zona centro-este, frecuentemente inundada, con zonas barrosas debido al cambio de agua de las lagunas, conformada por gramadales y Scirpus americanus. 6. Superficie semi-húmeda salina, inundada ocasionalmente por el exceso de escorrentías superficiales; predomina la asociación gramadal-Salicornia sp. y presenta amplias zonas salitrosas con manchas blanquecinas de forma irregular. 7. Espejo de agua de las lagunas. Para las aves migratorias, el humedal es un lugar de tránsito en el largo recorrido que realizan entre los diversos humedales de la costa peruana. Se trata, entonces, de una zona de refugio. Adyacente al humedal destaca el litoral de playa arenosa denominado Playa Chica, que se extiende por casi 12 kilómetros de la línea de playa. Este ambiente también es un espacio de alimentación, reproducción y reposo para las aves de estuario y marinas. Entre las últimas, cabe mencionar la presencia de algunas de amplio espectro trófico, o hábitos alimenticios, denominadas generalistas, como las gaviotas, que utilizan los recursos marinos y del humedal para su alimentación. Este ambiente de litoral está asociado con el marino, hasta un área de 5 millas mar afuera, y se caracteriza por su alta productividad y abundancia de recursos hidrobiológicos, sustento de las abundantes aves. Antes de la irrupción de las aguas de la irrigación Santa Rosa en 1973, en la zona de Playa Chica, esta zona era desértica, sin ningún rastro de vegetación. Los antiguos pobladores de Huacho mencionan—y se puede observar en la foto área de 1945— que pasada la línea de playa había una serie de depresiones que la marea alta llenaba de agua (Fig. 17). Se dice que en estas pozas se acumulaban pejerreyes y calamares arrojados por las fuertes olas, los que eran aprovechados por los pescadores. Todo esto cambió el 6 de abril de 1973, cuando se produjo la inundación. El agua, inicialmente derivada por la zona de Bandurria, y que en la actualidad drena por la Quebrada de Cochinos, ubicada algunos kilómetros al sur, creó todo el ecosistema que actualmente observamos (Fig. 18) y que, creemos, reproduce artificialmente las condiciones ambientales que se dieron durante el Precerámico Tardío,

Fig. 16. Vista del Humedal del Paraíso - Playa Chica desde Bandurria. 46

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Alejandro Chu Barrera

Bandurria: Arena, mar y humedal en el surgimiento de la Civilización Andina

Sector Monumental

La gu

na

Sector Monumental

Mar

Playa Chica

Sector Doméstico

Sector Doméstico

ida

tru

es

D rea

Área Verde

Á

Ferrocarril Huacho - Ancón

Fig. 17. Foto aérea de Bandurria de 1945. Foto cortesía SAN.

Fig. 18. Foto aérea actual de Bandurria, donde se puede apreciar la destrucción de parte de la zona Doméstica del sitio. Foto cortesía SAN.

cuando el sitio arqueológico fue ocupado. El antiguo poblador Precerámico tuvo acceso a los diversos hábitats del humedal, marinos y de las lomas próximas.

sitio arqueológico, Fung solo ha presentado pequeñas referencias dispersas en artículos de investigación (p. e. Fung 1988, 1991, 1999, 2004). Según lo publicado, Fung identificó en Bandurria dos claras ocupaciones precerámicas. La primera ocupación tiene fechados radiocarbónicos que llegan hasta 4,530±80 A. P. en la base, hasta 4,300±90 A. P. en el denominado nivel 3 (Cuadro 2). Ella afirma que esta ocupación es idéntica a la encontrada en el sitio de Río Seco, aunque hay algunas discrepancias en los fechados, ya

ANTECEDENTES El sitio arqueológico de Bandurria fue descubierto por el ingeniero Domingo Torero en 1973, a raíz de la destrucción de una parte de su lado oriental por las aguas de la irrigación Santa Rosa. Fue él quien llamó la atención de las autoridades sobre la irrupción de las aguas, y rescató material arqueológico con la ayuda de pobladores y estudiantes de la universidad de Huacho.(ver anexo). Ese mismo año, por la evidencia arqueológica descubierta, la doctora Rosa Fung fue llamada a Bandurria. En sus posteriores excavaciones arqueológicas, realizadas en 1977, Fung (1988: 78) definió al sitio como una aldea compuesta por pequeñas estructuras de piedra y un pequeño montículo de probable función ceremonial, ubicado en el extremo suroeste del sitio. En sus trabajos limpió parcialmente ese último sector, y encontró que las estructuras pertenecían a la ocupación final del sitio. De sus trabajos en el 48

Sitio/ Procedencia

Código

Fecha A.P.

Cal. a. C. a 95% prob. (Media)

Bandurria / Base de la 1ra ocupación

V-3279

4530±80

3550 – 2900 Cal. a. C. (3225)

Bandurria / Capa 4

V-3277

4480±70

3360 – 3000 Cal. a. C. (3180)

Bandurria / Estera entierro

I-7448

4420±140

3550 – 2650 Cal. a. C. (3100)

Bandurria / Capa 3

V-3278

4300±90

3350 – 2600 Cal. a. C. (2975)

Bandurria / Capa 14, Nivel 1

PUCP-73

3700±70

2290 – 1880 Cal. a. C. (2085)

Bandurria / Desconocida

Ny-246

4530±80

3550 – 2900 Cal. a. C. (3225)

Bandurria / Desconocida

Ny-244

4480±70

3360 – 3000 Cal. a. C. (3180)

Bandurria / Desconocida

Ny-245

4320±90

3350 – 2600 Cal. a. C. (2975)

Cuadro 2. Fechados para Bandurria obtenidos por Rosa Fung (extraído de Fung 1988: Table 1, complementados por Ziolkowski et al. 1994). 49

Alejandro Chu Barrera

que los de ese sitio son posteriores (el más antiguo no supera los 3,800±100 A. P.). Para la segunda ocupación no se han publicado fechados. Ella estaría asociada con una población braquiocefálica que empleaba canastas para los entierros de subadultos. El montículo antes mencionado no fue estudiado en detalle, pero se le asignó a la ocupación más tardía del sitio. En los trabajos se recuperaron abundantes materiales arqueológicos, entre los que destacan textiles entrelazados y canastas. También, cuentas de piedra, una piedra “vestida” con un textil entrelazado en un entierro de niño, y una figura de arcilla sin cocer, en la base de la primera ocupación (Fung 1988: 76-77). Estos trabajos llevaron al arquitecto Carlos Williams (1980: 382) a incluir a Bandurria como una “aldea con templo” en su tipología sobre la arquitectura temprana en los Andes, en consideración al pequeño templete identificado en el extremo suroeste del área domestica (Fig. 19). Por su parte, la doctora Mercedes Cárdenas hizo un reconocimiento en la zona, y consignó al sitio con el número 220 (Cárdenas 1977, 1977-78) en su inventario de sitios arqueológicos. No realizó excavaciones. Debe anotarse que ninguno de los investigadores hizo mención al sector monumental de Bandurria. EL COMPLEJO PARAÍSO-PLAYA CHICA A partir de los trabajos de la doctora Mercedes Cárdenas en la zona, en la década de 1970, se puede definir en la zona del Paraíso-Playa Chica, la presencia de una importante ocupación humana desde el Periodo Precerámico hasta la llegada de los españoles. Esta ocupación, que denominamos Complejo Paraíso-Playa Chica, estuvo relacionada con los procesos culturales que se dieron en el valle de Huaura y la región Norcentral. Dentro del Proyecto “Obtención de una cronología del uso de los recursos marinos en el Antiguo Perú”, Cárdenas hizo un reconocimientos de varios

Bandurria: Arena, mar y humedal en el surgimiento de la Civilización Andina

valles de la costa, incluyendo el de Huaura. Para la zona de Paraíso-Playa Chica, ubicó numerosos sitios de gran importancia (Cárdenas 1977, 197778). La numerosa presencia de sitios en la zona (Cuadro 3) ha sido confirmada recientemente con los trabajos de prospección realizados en 2004 por el Proyecto Arqueológico Norte Chico (Nelson y Ruiz 2004). Este complejo se distribuye en los dos sectores anteriormente mencionados de Playa Chica y Paraíso, que conforman la bahía Salinas. La gran abundancia de recursos hidrobiológicos y condiciones climáticas favorables, permitieron la habitación de la zona desde épocas tempranas. Cárdenas (1977-78: 119), ante la evidencia encontrada, propuso condiciones ecológicas diferentes a las actuales para explicar la presencia de los asentamientos. Para el periodo Precerámico se ha ubicado una serie de conchales que reflejan las actividades de recolección y pesca. Para el Precerámico Tardío, Bandurria representa un sitio con arquitectura monumental, relacionado con otros sitios, como Paraíso 1, que fue excavado a pequeña escala con niveles arbitrarios, donde se obtuvo una serie de fechados que revelaron ocupaciones en el Precerámico Medio —la más antigua del lugar—, Precerámico Tardío —contemporáneo de Bandurria— y en el Periodo Inicial, la última de todas, con presencia de cerámica (véase el Cuadro 4). Posteriormente, la zona fue habitada por sociedades con cerámica que aprovecharon los recursos marinos de la zona por miles de años. En los periodos tardíos destacó el santuario de Choque Ispana, de gran importancia en la región, y que fue visitado por los extirpadores de idolatrías en el siglo XVII, quienes lo destruyeron, junto con su ídolo principal (De Medina 1920 [1650]). Sitio

Código Período

Tipo de sitio

Sanú 1

216

Precerámico

Conchal, plataformas

Sanú 2

217

Horizonte Medio/ Intermedio Tardío

Conchal

Sanú 3

218

Probablemente Precerámico

Conchal

Sanú 4

219

No se puede determinar

Estructura

Paraíso 1

221

Precerámico / Período Inicial

Conchal, estructuras

Paraíso 2

208

Periodo Inicial

Conchal

Paraíso 3

222

Periodo Inicial

Conchal

Paraíso 4

223

Probablemente Precerámico

Conchal

Choque Ispana

224

Int. Tardío/ Horizonte Tardío/ Colonial

Estructura

Cocoy

232

¿Precerámico?/ Intermedio Tardío

Conchales

Bandurria

220

Precerámico

Cementerio, basural

Fig. 19. Croquis de la “aldea con templo” de Bandurria por el Arq. Carlos Williams.

Cuadro 3. Sitios del Complejo Paraíso-Playa Chica (según Cárdenas 1977-78).

50

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Alejandro Chu Barrera

Sitio / Procedencia

Código

Fecha A.P.

Cal. a.C. a 95% prob. (medida)

Paraíso 1 / Cateo 1: 0,2 - 0,4 m de prof. Paraíso 1 / Pozo B: 0,0 - 0,2 m de prof. Paraíso 1 / Pozo B: 2,4 - 2,8 m de prof. Paraíso 1 / Pozo A: 1,4 - 1,6 m de prof. Paraíso 1 / Pozo A: 2,6 - 2,9 m de prof.

PUCP-99 PUCP-72 PUCP-71 PUCP-50 PUCP-51

2230+50 3230+80 3890+130 4880+60 5690+70

391 - 173 Cal. a. C. (282) 1682 - 1382 Cal. a. C. (1537) 2695 - 1971 Cal. a. C. (2333) 3787 - 3616 Cal. a. C. (3701) 4709 - 4438 Cal. a. C. (4573)

Bandurria: Arena, mar y humedal en el surgimiento de la Civilización Andina

Cuadro 4. Fechados radiocarbónicos obtenidos por Cárdenas en el sitio Paraíso 1 (extraídos de Cárdenas 1977-78; fechados A. P. corregidos y calibrados por Ziolkowski et al. 1994).

Los recursos marinos y la proximidad de las Salinas, ubicadas al sur del cerro Sanú, explicarían la presencia continua de asentamientos entre los periodos Precerámico y Colonial. Según Cárdenas (ibíd.), parte de la población asentada en la zona estuvo involucrada en la extracción de la sal y su traslado a otros lugares de consumo en la región Norcentral. Esto se confirmaría con el hallazgo de bloques de sal en sitios de valle adentro, como Caral en Supe (Shady 2004: 47; 2005: 14), los que probablemente provienen de las Salinas de Huacho. En Bandurria, durante las excavaciones arqueológicas, se ha encontrado sal en bloques y en trozos, asociada con contextos de los sectores domésticos (Unidad 6) y monumental (Montículo 1). ORIGEN DEL NOMBRE BANDURRIA Nuestras investigaciones en la zona nos han permitido recopilar información sobre el nombre de la zona arqueológica. Como mencionamos líneas arriba, antes de la inundación del año 1973, la zona de Playa Chica donde se encuentra el sitio arqueológico era una extensa pampa desértica, conocida como Pampa de las Bandurrias. El nombre hace referencia al ave Bandurria (Theristicus branickii), que ha sido descrita detalladamente por Hans y María Koepcke: “Un ibis grande y pesado de varios colores. Tiene cabeza y cuello blanco-ocráceos, corona ocre castaño, y lomo, cola y flancos y subcaudales negros. El ala es negruzca con [una] gran mancha blanco-grisácea, el pecho es ocre-castaño con franja grisácea. Las partes desnudas de la garganta y alrededor del ojo son negruzcas, el pico es verdoso con punta negra; los ojos y patas son rojos (Fig. 20). Emite repetidos gritos estridentes y algo metálicos” (1967: 54).

Fig. 20. Ave bandurria (Thersticus branickii).

rala, como orillas de lagunas y ríos, playas cenagosas, pantanos, praderas y pastizales húmedos, lomas arenosas con vegetación de fanerógamas, campos cultivados y barbechos. A menudo descansa en laderas de cerros o sobre barrancos desérticos. Durante los meses de septiembre anida por colonias en laderas pedregosas escarpadas. Es un ave de caza. Por ser una presa grande y de carne comestible los cazadores la persiguen bastante en algunas regiones, siendo necesario el reglamento de su caza” (1967: 54). En la actualidad, debido a la presencia humana en la zona, las bandurrias han desaparecido de la zona. INVESTIGACIONES ACTUALES En 2005, el Proyecto Arqueológico Bandurria - Huacho, dirigido por el autor, inició trabajos de excavación en ese sitio arqueológico. La investigación se dirigió a definir la naturaleza de la ocupación precerámica del sitio, caracterizar su ocupación doméstica y monumental, y contribuir así al conocimiento del Precerámico Tardío en la costa Norcentral. Asimismo, se buscó comprender la relación de Bandurria con los sitios monumentales ubicados al interior de los valles cercanos. En esta oportunidad, a diferencia de las investigaciones previas, se identificaron dos sectores:

Sobre su ecología, los Koepcke dicen: “La bandurria se presenta en diversos tipos de campos vitales de aspecto semidesértico o con vegetación baja o

a) Sector Doméstico o Sector 1. Con un área aproximada de 11 hectáreas, se localiza en el extremo sur del sitio. Presenta evidencias de actividades domésticas de la población que se asentó allí, abundantes restos de quema y

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Alejandro Chu Barrera

Bandurria: Arena, mar y humedal en el surgimiento de la Civilización Andina

moluscos en superficie, y un área de cementerio. Esta zona fue afectada en forma parcial por las aguas de la Irrigación Santa Rosa en la década de los setenta (Fig. 21), y fue descrita por los investigadores previos. En el extremo suroeste se encuentran los restos de un montículo de 3 metros de altura, aproximadamente, una estructura muy alterada y derruida por las ocupaciones modernas. Desde 1985 este sector se encuentra ocupado por 23 familias dedicadas a las labores de extracción de carrizo, junco y totora (Fig. 22). b) Sector Monumental o Sector 2. Con un área aproximada de 20 hectáreas, se ubica en el extremo norte del sitio, a unos 300 metros del Sector Doméstico. A simple vista, el Sector 2 aparenta ser una conformación natural compuesta por colinas pedregosas de poca altura (Fig. 23). Sin embargo, una revisión minuciosa de la superficie y entorno de estas elevaciones reveló su carácter artificial. El Sector 2 es un área monumental donde destacan cuatro montículos mayores, asociados con seis montículos de menor tamaño. Los montículos principales presentan un relieve pronunciado, con alturas que varían entre 8 y 12 metros. Los lados de varios montículos son regulares y revelan la presencia de estructuras subyacentes. Su pendiente se alterna, en algunos casos, con «rupturas» o «proyecciones», lo que indicaría que varios lados presentan frontis escalonados y plataformas adosadas. Adicionalmente, existen diversos afloramientos de cenizales y conchales ubicados en los espacios planos y abiertos que se encuentran alrededor de los montículos, asociados con pequeños alineamientos de piedras que podrían corresponder a cabeceras de muros. En diversas partes se han practicado pequeños huaqueos o remociones del

Fig. 22. Viviendas modernas en el Sector Doméstico.

terreno, los que permiten ver que la mayor parte de los estratos subyacentes presentan fuertes concentraciones de restos culturales, principalmente ceniza y conchas de moluscos, así como fibras vegetales y otros restos orgánicos. Debido a la complejidad y número de evidencias arqueológicas existentes en este sector, se denominó de manera provisional a los cuatro montículos principales con los números 1 a 4, y a los menores con los números 5 a 10. Para confirmar la presencia de arquitectura monumental se iniciaron las investigaciones en el Sector 2 con la excavación de uno de los montículos principales, como se detalla más adelante. ESTADO DE CONSERVACIÓN DE BANDURRIA AL INICIO DE LAS INVESTIGACIONES Bandurria ha sido objeto de una serie de afectaciones que se remontan a inicios del siglo XX. En 1911 el ferrocarril del Noroeste del Perú, también conocido como el ferrocarril costero Ancón-Huacho, atravesó el sitio arqueológico. La vía férrea, de un ancho de 3 m, fue construida a desnivel, a una altura de un metro sobre la superficie del sitio; y su trazo de norte a sur cruzó el sitio por el sector medio. Esta vía alteró la superficie del sitio arqueológico y causó la remoción de material arqueológico para la construcción del talud sobre el cual se colocaron los rieles y durmientes. En 1964 se dejó de usar el ferrocarril y se desmontó la vía férrea.

Fig. 21. Corte producido por el agua de Irrigación Santa Rosa en 1973. 54

Desde entonces, hasta 1973, el sitio pasó desapercibido, cuando la irrigación Santa Rosa destruyó casi 2/3 de su área doméstica. La formación de la albufera y la disponibilidad del recurso hídrico causaron la ocupación moderna del sitio arqueológico, por parte de la denominada Comuna del Huaura, una empresa de interés social que busca el aprovechamiento 55

Alejandro Chu Barrera

racional de los nuevos recursos disponibles y que preservó los restos arqueológicos de Bandurria. Sin embargo, a finales de la década de 1970, el sitio arqueológico fue invadido por una asociación de ganaderos. Cientos de cabezas de ganado transitaron sobre el sitio arqueológico desfigurando la superficie original. Una sentencia judicial favorable a los invasores, contra la Comuna del Huaura, les aseguró la permanencia en el sitio. Posteriormente, otro grupo de personas dedicadas a la explotación de la totora y el junco, procedentes de Otuzco, La Libertad, autodenominados como Cooperativa Artesanal “José Olaya”, desplazaron a los ganaderos y ocuparon la parte sur del sitio desde 1985. La cooperativa, de 23 asociados, ha construido viviendas de adobes y esteras en el sector sur del sitio, correspondiente al Sector Doméstico. Por causa de la ocupación moderna, el sitio arqueológico se encuentra en un proceso de deterioro y destrucción permanente. El Proyecto Arqueológico Bandurria está gestionando la reubicación de esta población, y monitoreando el lugar para evitar más remociones y alteraciones del terreno, o destrucción de las estructuras arqueológicas. METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN Para investigar Bandurria se emplea una serie de técnicas y métodos de recuperación, registro y análisis de los hallazgos. Sin embargo, en los trabajos de campo la excavación arqueológica tiene un papel protagónico. La excavación: La excavación arqueológica es el método más confiable para obtener información sobre las actividades humanas durante un determinado periodo, y observar sus cambios a lo largo del tiempo. En términos muy generales, hay dos grandes rubros (según Renfrew y Bahn 1993: 99) en los que podemos dividir a las técnicas de excavación:

Bandurria: Arena, mar y humedal en el surgimiento de la Civilización Andina

1. Aquellas que enfatizan la dimensión vertical, mediante la excavación de pequeñas unidades de excavación de considerable profundidad para descubrir la estratificación. 2. Aquellas que se centran en la dimensión horizontal, mediante la excavación de grandes áreas, lo que permite identificar contextos y establecer relaciones entre artefactos y otros elementos excavados. A esta técnica se le conoce como excavación en área. Para los trabajos en Bandurria se eligió la excavación en área como la técnica principal, porque permite definir claramente los contextos, y entender las relaciones que se dieron entre los diferentes sectores del sitio arqueológico. Este método fue propuesto inicialmente por el arqueólogo inglés Philip Barker (1995). También se han hecho algunos sondeos, unidades de 2 x 2 metros, para definir la estratigrafía y el proceso deposicional del asentamiento. Se ha profundizado hasta el nivel estéril, es decir, hasta el punto donde ya no se encuentran restos de ocupación humana. Las excavaciones en área requieren la apertura de un área mínima de 5 x 5 metros, subdividida en cuadrículas de 1 x 1 metro. Esta subdivisión permite un adecuado registro de los hallazgos y materiales recuperados durante la excavación. Para delimitar y subdividir las cuadrículas se utilizan cordeles y estacas. Las unidades de excavación se orientan al Norte. El proceso en excavación en sí, consiste en la remoción sistemática de los diferentes estratos o capas que, a través del tiempo, debido a las actividades humanas o fenómenos naturales, se han ido depositando unos sobre otros. Para la excavación de estos elementos se emplea el badilejo y brochas de diversos tamaños. La remoción de las capas se hace siguiendo las formas y características de los estratos culturales y naturales. Todo este proceso se acompaña con un registro tridimensional de los estratos y los hallazgos, como veremos más adelante. Tanto las capas naturales cuanto los elementos culturales son considerados como unidades estratigráficas. La unidad estratigráfica (U.E.) es un término definido por Edward Harris (1991: 68), y ha sido descrita como “un aspecto arqueológico del ciclo del tiempo, son de carácter universal y se hallan en todos los yacimientos del mundo”. Siguiendo la lógica de Harris, cualquier elemento (sea un hueco de poste, un fogón, etc.) y depósito (lente, estrato, etc.) corresponde a una unidad estratigráfica. A su vez, hay dos formas principales de unidades de estratificación: los depósitos y las interfaces. A medida que se registran, las unidades estratigráficas se denominan con la abreviatura U.E. seguida por una numeración arábiga consecutiva. Todo el proceso de excavación está complementado por el registro y la recolección de muestras.

Fig. 23. Vista general del Sector Monumental, desde el Sector Doméstico. 56

57

Alejandro Chu Barrera

El registro: El registro es la documentación del proceso de excavación. Debido a la naturaleza irrepetible de ella, el registro tiene que ser tan detallado que permita reproducir posteriormente cómo fue el proceso de excavación y la ubicación espacial, tridimensional, de las unidades estratigráficas. Durante el proceso de excavación se emplean tres tipos de registro: 1. Registro escrito: Se emplean fichas impresas que se llenan con la información correspondiente a cada una de ellas. Se usan fichas de registro para las unidades estratigráficas (ficha de excavación), contextos funerarios y arquitectura. A su vez, estas fichas son ingresadas en una base de datos computarizada. Adicionalmente, los encargados de cada unidad de excavación llevan un diario de campo donde registran todo lo relacionado con el trabajo realizado. El material recuperado en las excavaciones se coloca en bolsas con etiquetas donde se colocan los datos de procedencia, las que se ingresan y registran posteriormente. 2. Registro gráfico: Durante la excavación, a medida que se van registrando y retirando las unidades estratigráficas, se dibujan planos. En el campo se realizan sobre papel (milimetrado y mantequilla) y posteriormente se digitalizan en el gabinete. Para el registro gráfico de cada unidad de excavación se hacen dibujos de planta a escala 1:10 ó 1:20 según se requiera, consignándose las alturas o cotas en cada dibujo. Esta información se complementa con dibujos de los perfiles estratigráficos y cortes transversales de cada unidad. 3. Registro fotográfico: Documenta, a través de imágenes, el proceso de excavación, los hallazgos y contextos recuperados durante los trabajos. En cada toma se incluye una pizarra con información sobre la procedencia, así como escalas y jalones para tener una referencia de las dimensiones. Al emplearse cámaras digitales, a diferencia de las cámaras convencionales, se pueden tomar muchas fotos y cerciorarse de su nitidez. Técnica de Recolección: Durante la excavación se recupera todo el contenido de la unidad estratigráfica intervenida. Luego todo el material se pasa por zarandas con dos tipos de malla (de 6 y 2 milímetros). Las muestras exhumadas se dividen en dos tipos: una controlada y otra general. La muestra controlada consiste en una muestra de 15 litros obtenida de la parte más confiable de la capa o 58

Bandurria: Arena, mar y humedal en el surgimiento de la Civilización Andina

elemento, por lo general el centro de la misma, y que presenta la menor contaminación posible. En el caso de que no se llegara a los 15 litros de muestra controlada, todo lo recuperado se considera como tal y se apunta en la ficha el volumen obtenido. Dicha muestra sirve para obtener fechados y otros datos, puesto que se evita, con ello, cualquier tipo de contaminación de contextos vecinos. La muestra general consiste en el resto de material que se recupera. De la muestra controlada, se separan en el campo todos los materiales arqueológicos zarandeados en la malla de 6 mm. El material recuperado de la malla de 2 mm se embolsa y se separa en el gabinete. De la muestra general se recuperan los materiales arqueológicos diagnósticos presentes en la malla de 6 mm (conquiliológico, botánico, ictiológico, lítico, etc.). Los materiales de la malla de 2 mm se almacenan en una bolsa y se ingresan como sedimento. Posteriormente, el sedimento es trasladado al gabinete y separado de igual forma que la muestra controlada de 2 mm. Todo el material recuperado del campo es embolsado y marcado tanto con plumón indeleble en las bolsas como en etiquetas impresas que se colocan dentro de ellas. Se incluyen todos los datos de procedencia y los números de registro correspondientes. Dependiendo del estado de conservación de los materiales, estos son almacenados en bolsas de plástico de diversos tamaños, cajas de cartón o plástico, etc. Los materiales que requieren tratamiento urgente son derivados inmediatamente al Área de conservación de materiales del Proyecto, mientras el resto es evaluado y monitoreado en el Gabinete. Las bolsas llenas de materiales son etiquetadas y sujetadas con amarres para luego ser pre-inventariadas con unos formularios proporcionados por el Área de inventario del Proyecto. El total de bolsas procedentes de cada Unidad Estratigráfica se almacena en cajas de cartón corrugado. Para poder sistematizar y organizar las unidades estratigráficas se ha desarrollado una tipología. Cada U.E. tiene su propio sistema de registro, proceso de excavación y técnica de recolección. INVESTIGACIONES EN EL SECTOR 1 En el Sector 1 (Fig. 24), los trabajos se iniciaron con el levantamiento topográfico y mapeo de la superficie del sitio arqueológico y otros elementos visibles; posteriormente se registró el corte producto de la irrigación y, finalmente, se realizaron excavaciones arqueológicas en área. Para el levantamiento topográfico se empleó una estación total. Con un GPS diferencial se ubicaron 5 puntos de control en el área del sitio arqueológico. 59

Alejandro Chu Barrera

A partir de estos puntos de control se establecieron los puntos datum secundarios para cada unidad de excavación. Las unidades de excavación fueron trazadas en un sistema de coordenadas cartesianas análogas al sistema UTM de la Carta Nacional, el denominado PSAD 56. En un primer momento, los trabajos de investigación en Bandurria se programaron de acuerdo con los resultados de las investigaciones previas del sitio. Las excavaciones se dirigieron a la definición de las dos ocupaciones descritas por Fung para, a partir de ellas, identificar los cambios sociales ocurridos durante el tránsito de las estructuras domésticas de planta circular a cuadrangular, tal como Flannery describió para el Medio Oriente (Flannery 1972, 2002). Sin embargo, hasta la fecha, no se han podido identificar las dos fases de ocupación informadas por Fung. Al parecer, la ocupación en ese sector de la zona arqueológica se dio de forma continua desde las fechas más tempranas que presentó Fung (1988: 95), desde la base de la ocupación precerámica hasta la última ocupación del sitio, que se ubica muy cerca de la superficie actual y que lamentablemente ha sido destruida casi en su totalidad por la ocupación moderna. Al registrar los cortes expuestos en el lado oriental del sitio, inmediatamente se identificó una ocupación continua, sin periodos de abandono o hiatos en la deposición de los restos culturales. Registro de cortes: Dentro de nuestra investigación se consideró importante registrar el extenso corte producido por la inundación de la Irrigación Santa Rosa en el lado este del sitio. Con el paso de los años, el talud se ha erosionado, y presenta una pronunciada pendiente, por lo que se tuvo que limpiar y perfilar las áreas a registrar. Se dibujaron 5 metros del corte en tres puntos, los que se dominaron corte sur, centro, y norte.

Tipo de U.E. Tipo A Tipo B Tipo C Tipo D Tipo E Tipo F Tipo G

Bandurria: Arena, mar y humedal en el surgimiento de la Civilización Andina

Corte Norte De 5 m de extensión, se encuentra ubicado en el extremo noreste del Sector 1. Se ubicó en esa área porque es el extremo norte de la mayor concentración de restos culturales (Fig. 25 y 26). Tiene una altura de 2,5 m de materiales culturales depositados sobre capas de arena eólica semi-compactas y compactas. A continuación, la descripción de las unidades estratigráficas identificadas. Ubicación de la parte superior del perfil: Coordenadas UTM:

Esquina S: 8 761 702 N / 217 658 E Esquina N: 8 761 707 N / 217 656 E

Relación de Unidades Estratigráficas Registradas U.E. 1: Capa semi-compacta de arena y ceniza de textura irregular, el color es 2.5Y 2.5/1 negro. Se puede observar material orgánico como grama salada, ceniza y piedras pequeñas. También, pocos fragmentos de moluscos y mates. U.E. 2: Capa semi-suelta de arena de textura regular, el color es 2.5Y 5/4 marrón claro oliva. No se observan restos de material cultural. U.E. 3: Esta capa se ubica sobre la U.E. 1. Es una capa semi-compacta de textura regular de color 2.5Y 7/3 amarillo pálido. Es arena de granos finos, aquí no se observaron restos de material cultural. U.E. 4: Capa semi-suelta de textura regular, el color es 2.5Y 5/2 marrón grisáceo. Está compuesta por gravilla de grano fino, piedras pequeñas, fragmentos de material malacológico, grama salada en regulares cantidades; tiene pocos restos de carbón. U.E. 5: Capa semi-compacta de textura irregular. Es de color 5Y 6/4 olivo pálido. Está constituida por gravilla y abundante grama salada; hay escasos restos malacológicos.

Descripción Pisos, superficies de uso apisonados, compactaciones Hoyos de poste, fogones, cistas e intrusiones diversas Lentes, basurales, conchales y cenizales Arquitectura Contextos funerarios Arena eólica, basura eólica, rocas meteorizadas Estéril

U.E. 6: Capa semi-compacta de textura regular. Es de color 2.5Y 3/1 gris muy oscuro. Está constituida por arena de granos finos y ceniza, también hay grama salada y regulares cantidades de restos malacológicos. U.E. 7: Capa compacta de textura regular, de color 2.5Y 4/4 marrón pálido. Está compuesta por gravilla, escaso material malacológico, algunas valvas completas pero la gran mayoría fragmentada, también se observan algunas piedras pequeñas.

Cuadro 5. Unidades Estratigráficas definidas para las investigaciones en Bandurria.

U.E. 8: Piso compacto de barro de textura regular, el color es 7.5YR 7/6 amarillo rojizo. No presenta material cultural.

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Bandurria: Arena, mar y humedal en el surgimiento de la Civilización Andina

217750,00

217500,00

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35 ,00

SECTOR MONUMENTAL 35,00

Montículo 5 ,00

30

30,00

Montículo 3 30,00

Montículo 1

8792500,00

8792500,00

Montículo 2 25,0 0 20,00 15,00 10,00 5,00

Montículo 7 Montículo 8 .00

30

Montículo 9 Montículo 6 ,00

25

25

0

,0

30

,00

Montículo 4 20,00

8792250,00

8792250,00 ,

20

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Montículo 10

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0

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15,0

8792000,00

Áre

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8792000,00

sto pue Perfi

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U.E. 13: Piso delgado de arcilla, discontinuo, de textura regular, color 10R 8/6 amarillo. Sin material cultural. 0

25

50

100

200 m

0

,0

15

Fig. 24. Plano topográfico de la zona arqueológica monumental de Bandurria. 62

U.E. 11: Es una concentración de piedras medianas ubicadas junto con las U.E. 4 y 2. U.E. 12: Capa semi-suelta de textura irregular, el color es 10R 2.5/1 negro rojizo. Compuesta por arena fina y ceniza, presenta escasos restos vegetales, y regular cantidad de restos malacológicos fragmentados.

0

15,0

SECTOR DOMÉSTICO

U.E. 9: Capa semi-compacta de textura regular, el color es 10YR 2/1 negro. Esta capa está constituida por arena con ceniza, con regular cantidad de material malacológico fragmentado y grama salada. U.E. 10: Capa semi-compacta de textura irregular, el color es 2.5Y 3/2 marrón grisáceo muy oscuro. Presenta gravilla con poca ceniza, hay regular cantidad de restos vegetales y de restos malacológicos fragmentados, restos de carbón y escasa grama salada.

nd

20

217500,00

Fig. 25. Corte Norte antes de los trabajos de investigación.

00

U.E. 14: Capa semi-compacta de textura irregular, de color 10R 3/1 gris muy oscuro. Compuesta por gravilla y arena, tiene piedras de diferentes tamaños, con algunas acumulaciones de restos vegetales, grama salada, algo de arcilla en grumos, restos de carbón, huesos de pescado y pupas de insecto. Presenta material malacológico. 63

Bandurria: Arena, mar y humedal en el surgimiento de la Civilización Andina

U.E. 15: Hoyo con piedras pequeñas de forma irregular y escasa grama salada. U.E. 16: Es una sucesión de 5 pisos. En la parte central tiene arcilla blanca, semi-compacta, de textura regular, sin restos de material cultural. Entre cada piso hay una serie de delgados lentes de arena. Los pisos son semicompactos, de textura regular, de color 10R 8/6 amarillo. Los lentes son semi-compactos, de textura regular, de color 2.5Y 4/4 marrón oliva; estos lentes contienen materiales culturales como grama salada, escasos restos malacológicos y restos de huesos de pescado. U.E. 17: Capa semi-compacta, de textura irregular, color 7.5YR 2.5/1 negro. Compuesta de arena fina, abundante grama salada, piedras de diferentes tamaños, restos completos y fragmentados de material malacológico, restos de carbón y huesos de pescado. U.E. 18: Capa semi-compacta, de textura regular, color 2.5Y 5/3 marrón oliva claro. Compuesta de arena fina, escaso material cultural y vegetal.

Fig. 26. Dibujo de la estratigrafía del corte Norte.

U.E. 19: Capa semi-compacta, de textura irregular, color 2.5Y 3/2 marrón grisáceo muy oscuro. Compuesta de arena fina, escasos restos botánicos, restos óseos, escasos restos malacológicos y poco carbón. U.E. 20: Es un hoyo en cuyo interior hay grama salada envuelta; presenta restos malacológicos enteros. U.E. 21: Capa semi-compacta, de textura regular, color GLEY2 5/5B gris azulino. Compuesta de ceniza. No hay presencia de restos culturales. U.E. 22: Es un hoyo que en la parte superior tiene una piedra de regular tamaño. Contiene grama salada y material malacológico fragmentado. En el interior se encontró un mate y también palitos de madera: 3 grandes y varios pequeños a los costados. U.E. 23: Capa semi-compacta, de textura regular, de color 5Y 2.5/2 negro. Compuesta de arena fina, presenta gran cantidad de grama salada con escaso material malacológico fragmentado. U.E. 24: Capa semi-compacta, de textura regular, de color 2.5Y 4/2 marrón grisáceo oscuro. Compuesta de arena fina. No tiene material cultural. U.E. 25: Capa semi-compacta, de textura regular, de color 5Y 2.5/2 negro. Compuesta de arena fina, presenta gran cantidad de grama salada con escaso material malacológico fragmentado. U.E. 26: Capa semi-compacta, de textura regular, de color 5YR 3/2 marrón grisáceo oscuro. Compuesta de gravilla y restos vegetales muy escasos. U.E. 27: Capa semi-compacta, de textura regular, de color 7.5YR 5/3 65

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marrón. Compuesta de grama salada en grandes cantidades, poco material malacológico y huesos de pescado. U.E. 28: Es un lente semi-compacto de textura regular, color 2.5Y 4/4 marrón oliva. Contiene arena fina, regular cantidad de material malacológico, regular cantidad de grama salada, ceniza, pocas piedras pequeñas, huesos de pescado e hilos de algodón. U.E. 29: Lente con material suelto, de textura regular, de color 5Y 6/4 oliva claro. Está compuesto por gravilla y poco material malacológico fragmentado.

Bandurria: Arena, mar y humedal en el surgimiento de la Civilización Andina

oliva. Esta contiene arena fina, piedras pequeñas y escaso material malacológico muy fragmentado. Hay acumulaciones de grama salada en la parte central y escasos restos de carbón. U.E. 39: Capa semi-suelta, de textura regular, color 2.5Y 4/2 marrón grisáceo oscuro. Está compuesta por gravilla; hay escaso material malacológico –algunos enteros–, en la parte superior hay acumulación de grama salada. U.E. 40: Capa semi-compacta, de textura irregular, de color 2.5Y 3/1 gris muy oscuro. Compuesta de arena fina, algodón, huesos de pescado, piedras pequeñas, y regular cantidad de material malacológico.

U.E. 30: Capa semi-compacta, de textura irregular, de color 5YR 3/1 gris muy oscuro. Contiene arena y ceniza, también restos malacológicos mayormente en la parte inferior, restos botánicos en pequeñas cantidades, huesos de pescado, hilos de algodón y piedras pequeñas.

U.E. 41: Capa compacta, de textura regular, de color 2.5Y 4/2 marrón grisáceo oscuro. Compuesta de gravilla. En la parte central hay escaso material malacológico fragmentado y vegetal.

U.E. 31: Capa semi-compacta, de textura irregular, de color 10YR 4/2 marrón grisáceo oscuro. Contiene arena de grano fino, restos de carbón, huesos de pescado, grama salada y poco material malacológico fragmentado.

U.E. 42: Capa compacta, de textura regular, de color 2.5Y 2.5/1 negro. Compuesta de gravilla, abundante material malacológico (en algunos casos entero), arcilla, algunas piedras pequeñas, escasa grama salada, coprolitos y escasa cantidad de carbón.

U.E. 32: Lente con material semi-suelto, de textura regular, de color 10YR 7/6 amarillo. Está compuesto de arena, poco material malacológico y vegetal.

U.E. 43: Capa cuya parte superior es compacta y la parte inferior, semicompacta, de textura irregular y color 2.5Y 6/3 marrón amarillento claro. Compuesta de arena con pupas de insectos, poco material malacológico fragmentado, piedras pequeñas, arcilla blanca, y escaso material vegetal.

U.E. 33: Capa semi-compacta, de textura regular, de color 10YR 5/3 marrón. Esta contiene arena fina y gravilla, poco material malacológico, y bastantes piedras medianas. U.E. 34: Lente semi-compacto, de textura irregular, de color 10YR 5/3 gris oscuro. Contiene ceniza con acumulaciones de carbón, regular cantidad de material malacológico fragmentado y poca grama salada. U.E. 35: Capa semi-compacta, de textura irregular, de color 2.5Y 4/3 marrón oliva. Esta contiene piedras pequeñas y regular cantidad de material malacológico fragmentado. En la parte superior hay mayor cantidad de grama salada. U.E. 36: Lente. Es semi-suelto, de textura irregular, de color 10YR 5/3 marrón. Contiene material malacológico fragmentado en la parte superior y completo en la parte inferior, aunque en menor cantidad, y poca grama salada. U.E. 37: Capa semi-compacta, de textura irregular, de color 2.5Y 4/3 marrón oliva. Contiene gravilla con ceniza, presenta material malacológico fragmentado con piedras pequeñas, poco carbón y grama salada escasa. U.E. 38: Capa semi-compacta, de textura irregular, de color 2.5Y 4/3 marrón 66

U.E. 44: Capa semi-suelta, de textura irregular, de color 2.5Y 4/3 marrón oliva. Compuesta de arena, material malacológico entero y poco fragmentado, escasas grama salada y piedras pequeñas. U.E. 45: Capa semi-compacta, de textura irregular, de color 2.5Y 3/1 gris muy oscuro. Está compuesta de arena y ceniza, escaso material malacológico fragmentado y regular cantidad de grama salada. En su interior también se observan algunos fragmentos de carbón y fibras textiles de algodón. U.E. 46: Capa semi-compacta, de textura regular, de color 2.5Y 2/5 marrón. Compuesta de ceniza, material malacológico fragmentado, escasa grama salada y algunas piedras pequeñas. U.E. 47: Capa compacta, de textura irregular, de color 2.5Y 4/4 marrón olivo. Compuesta por pocas piedras de regular tamaño, acumulación de arcilla blanca, con escaso material malacológico y abundante material vegetal. U.E. 48: Capa compacta, de textura regular, de color 2.5Y 4/2 marrón grisáceo. Compuesta de arena, hay regular cantidad de material malacológico y vegetal, algunas zonas presentan coloración negruzca, también hay huesos de pescado y pupas de insectos. 67

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Bandurria: Arena, mar y humedal en el surgimiento de la Civilización Andina

U.E. 49: Capa compacta, de textura regular, de color 2.5Y 2/1 negro. Compuesta de ceniza, presenta abundante carbón, huesos de pescado, escaso material botánico, regular cantidad de material malacológico y piedras pequeñas. U.E. 50: Capa semi-compacta, de textura regular, de color 2.5Y 4/3 marrón oliva. Compuesta de arena, algunas piedras pequeñas, poco material malacológico fragmentado, poco material vegetal y huesos de pescado. Una muestra de material vegetal de este estrato fue fechada en 4111±40 A.P. U.E. 51: Capa semi-compacta, de textura regular, de color 2.5Y 6/6 amarillo olivo. Compuesta de arena de grano fino, no presenta material cultural, corresponde al estéril. Corte Centro Se encuentra ubicado en la zona central del corte oriental del sitio, donde alcanza la mayor elevación (Fig. 27). En este punto se aprecia que la deposición es de 2,85 m. Al igual que el corte norte, se observa arena eólica en la base (Fig. 28). Ubicación de la parte superior del corte: Coordenadas UTM:

Esquina S: 8 761 772 N / 217 646 E Esquina N: 8 761 777 N / 217 647 E

Relación de Unidades Estratigráficas Registradas U.E. 1: Lente de arena fina suelta, con piedras irregulares de tamaño mediano, de textura semi-regular y de color 2.5 Y 5/4 marrón oliva claro. Se observan abundantes restos de moluscos fragmentados, material botánico fragmentado y pequeños huesos de pescado. U.E. 2: Capa de arena fina, grava y ceniza semisuelta, con piedras angulosas muy pequeñas, de textura irregular y de color 5Y 2-5/1 negro. Se observan abundantes restos botánicos, material malacológico muy fragmentado con restos de quema y material ictiológico. U.E. 3: Capa de arena fina semisuelta de textura semi-regular y de color 2.5 Y 4/2 marrón grisáceo oscuro. Se observan abundantes restos botánicos, principalmente junco fragmentado, los cuales dan consistencia a la capa y material malacológico muy fragmentado, blanquecino, en pequeña proporción. Por las características de la capa, reflejándose trataría de un momento de baja actividad cultural. Se observan piedras angulosas irregulares pequeñas y muy pequeñas. En el extremo norte de la capa se concentran piedras medianas y grandes trozos de caliche 68

Fig. 27. Corte centro antes de los trabajos de investigación.

U.E. 4: Capa intrusiva que ha cortado una serie de pisos, formando un bolsón. Está compuesta de arena fina semisuelta, con piedras muy pequeñas y algunas pequeñas con textura irregular y de color 2.5Y 3/1 gris muy oscuro. Se observa, también, una mayor cantidad de material botánico con respecto a la capa anterior, principalmente junco y totora, que le dan consistencia. Hay escaso material malacológico, muy fragmentado. U.E. 5: Lente de arena fina suelta, con textura semirregular y de color 5Y 4/1 gris oscuro. Se observa material botánico fragmentado y poco abundante con respecto a las capas anteriores. U.E. 6: Lente compuesto por piedras medianas angulosas, con material sedimentario de las terrazas marinas próximas, de grano muy pequeño y de color 5Y 8/6 amarillo. Textura muy irregular y compacta, no se observa material cultural. U.E. 7: Lente que se introduce en la U.E. 3. Está compuesto por material sedimentario marino compacto e irregular. No hay material cultural. De color 5Y 8/2 amarillo pálido. U.E. 8: Capa compuesta por arena fina, gravilla y limo. Compacta, de textura semirregular y de color 5Y 6/3 olivo pálido. Se observan escasos restos culturales, principalmente moluscos y vegetales. U.E. 9: Lente de arena fina suelta, de textura semirregular y de color 2.5Y 5/4 69

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Bandurria: Arena, mar y humedal en el surgimiento de la Civilización Andina

marrón oliva claro. Se observan restos de material botánico, principalmente junco, y escaso material malacológico muy fragmentado. U.E. 10: Capa de arena y pequeños granos de arcilla, de textura irregular y compacta, de color 5Y 3/1 gris muy oscuro. Presenta abundantes restos culturales, entre los que destacan los restos botánicos (junco, totora, fibra de algodón, etc.); también, restos malacológicos y material ictiológico. U.E. 11: Lente de arena fina, semisuelta, de textura semi-irregular con ceniza y de color 5Y 3/1 gris muy oscuro. Se observan abundantes fragmentos de conchas carbonizadas, material botánico e ictiológico, principalmente anchoveta. U.E. 12: Piso de arcilla compacta, de textura regular, de color 5Y 8/2 amarillo pálido. No se observan restos culturales. U.E. 13: Igual a la U.E. 12 U.E. 14: Lente de arena fina suelta, de textura semi-regular y de color 2.5Y 4/3 marrón olivo. Presenta abundantes restos orgánicos no identificados, que dan la textura al lente. Fig. 28. Dibujo de la estratigrafía del corte Centro.

U.E. 15: Igual a las U.E. 12 y 13. U.E. 16: Igual a las U.E. 12, 13 y 15. U.E. 17: Igual a la U.E. 14. U.E. 18: Capa de arena fina y ceniza, semi-compacta de textura semirregular y de color 5Y 3/1 gris muy oscuro. Presenta restos muy fragmentados de material malacológico (blanquecino y carbonizado) y botánico. U.E. 19: Capa de arena fina y gravilla, semi-compacta de textura irregular, de color 5Y 3/2 gris olivo oscuro. Presenta abundantes restos malacológicos, principalmente Mesodesma donacium (enteros y fragmentados), restos botánicos (junco y totora) y algunos huesos de pescado. U.E. 20: Lente de arena semi-suelta, de color 5Y 4/3 oliva, de textura regular y con pocos restos culturales (moluscos fragmentados y botánicos). U.E. 21: Capa de arena y ceniza, semi-compacta, de textura irregular y de color 5Y 2.5/1 negro. Presenta abundantes restos malacológicos fragmentados y carbonizados, restos botánicos (totora, junco, algodón) y huesos de pescado. U.E. 22: Lentes de arena fina suelta, con textura regular y de color 10YR 4/3 marrón. Presenta escaso material cultural. U.E. 23: Capa de arena fina, gravilla y ceniza, compacta, de textura semiregular y de color GLEY 2 4/5B gris oscuro azulado. Presenta abundantes restos, muy fragmentados, de moluscos y botánicos. 70

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Fig. 29 a. U.E. 25, Contexto Funerario 1. Grandes cantos rodados cubren el paquete funerario.

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Fig. 29 c. U.E. 25, Contexto Funerario 1. Retirada la estera, se observa la posición flexionada del cuerpo con las manos en el rostro.

U.E. 24: Igual a la U.E. 21 U.E. 25: Contexto Funerario compuesto por 5 piedras que al ser retiradas dejaron al descubierto una estera de junco que cubría los restos de un textil de algodón entrelazado que envolvía un cuerpo (Figs. 29abc). Al retirar el textil, se encontró un individuo adulto en posición fetal, flexionado de cubito dorsal izquierdo, orientado de sur a norte, con el rostro hacia el oeste. Los huesos se encontraron en un estado regular de conservación, con abundante presencia de sales. Luego del registro se levantó. Una muestra de la estera de junco produjo un fechado de 4095±20 A.P. (Contexto Funerario 1). U.E. 26: Capa de arena fina, semisuelta, de textura muy irregular y de color 5Y 4/2 gris oliva. Presenta abundante material malacológico entero y botánico. U.E. 27: Igual a la U.E. 25, con abundante material botánico (junco o totora). U.E. 28: Capa de arena fina y grava en menor proporción, semisuelta, de textura semi-irregular y color 2.5Y 3/2 marrón grisáceo muy oscuro. Presenta abundantes restos de moluscos fragmentados y material botánico carbonizado. Fig. 29 b. U.E. 25, Contexto Funerario 1. Retirados los cantos, se observa la estera de junco que envuelve al cuerpo.

U.E. 29: Lente de arena y gravilla semisuelta, de textura semi-irregular y de color 2.5Y 3/2 marrón grisáceo muy oscuro. Presenta fragmentos de moluscos y vegetales.

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U.E. 30: Lente de arena fina semisuelta, de textura regular, de color 10YR 5/4 marrón amarillento. Presenta muy pocos restos culturales (trozos muy fragmentados de moluscos). U.E. 31: Lente de arena fina y ceniza semicompacta, de textura regular y de color 2.5Y 5/1 gris. No se observa material cultural. U.E. 32: Capa de arena fina, suelta, de textura irregular con piedras pequeñas y muy pequeñas, de color 2.5Y 5/3 marrón olivo claro. Presenta principalmente material botánico e ictiológico, casi no se observan restos malacológicos. U.E. 33: Elemento, camilla compuesta de junco y pequeños troncos. U.E. 34: Lente de arena con ceniza semisuelta, de textura regular, de color 2.5Y 4/1 gris oscuro. No se observa material cultural. U.E. 35: Capa de arena fina, semisuelta, con piedras pequeñas y medianas en baja proporción, de textura irregular, de color 2.5Y 5/3 marrón oliva claro. Presenta escaso material cultural (botánico y malacológico). U.E. 36: Capa de arena fina, semicompacta, de textura regular y de color 2.5Y 5/4 marrón oliva claro (Estéril). Corte Sur De 5 m de ancho, se ubica en el extremo sur del perfil este del sitio arqueológico. Colinda con los restos de un muro de piedra que aflora algunos centímetros de la superficie. Al realizar la limpieza preliminar del corte se encontró estratos culturales poco profundos (Fig. 30). Sólo se observaron capas delgadas y próximas a la superficie (Fig. 31). Cabe destacar la gran abundancia de sales (salitre) en todo el corte. Ubicación de la parte superior del corte: Coordenadas UTM:

Esquina S: 8 761 876 N / 217 663 E

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U.E. 3: Muro de piedra completamente salinizado cubierto por una dura y gruesa capa de salitre (caliche) que impide definir sus características. La capa de caliche es de color 2.5 Y 6/2 marrón grisáceo claro. Solo se observan piedras de forma irregular, muy grandes, que sobresalen del perfil. No se observan restos de material cultural. U.E. 4: Capa compuesta por arena fina suelta de textura regular y homogénea, de color 10 YR 5/4 marrón amarillento. No se observan restos culturales. U.E. 5: Capa compuesta por arena fina suelta de color 10 YR 7/3 marrón muy claro. Presenta una textura semi-irregular. Se observan pocos restos culturales, entre los que destacan fragmentos de Choromytilus chorus y material botánico, como la totora. U.E. 6: Capa compuesta por arena fina semi-compacta de color 10 YR 6/3 marrón claro. Es de textura semi irregular y se observan pocos restos culturales fragmentados: Choromytilus chorus, Mesodesma donacium y totora. U.E. 7. Capa compuesta por arena fina compacta y piedras angulosas de tamaño grande y pequeño de color 10 YR 5/4 marrón amarillento. Las piedras pequeñas predominan en la parte superior de la capa, mientras que en la parte inferior predominan las grandes. No se observan restos culturales. U.E. 8: Capa compuesta por arena fina semi compacta de color 2.5 Y 5/3 marrón olivo claro. Presenta una textura homogénea. No se observan restos culturales. U.E. 9: Capa de arena fina semi compacta de una textura homogénea, de color 2.5 Y 5/3 marrón olivo claro. No se observan restos culturales. U.E. 10: Capa compuesta por arena fina compacta y piedras angulares muy pequeñas, sin evidencias de restos culturales. Es de color 10 YR 5/4 marrón amarillento.

Relación de Unidades Estratigráficas Registradas

U.E. 11: Es una capa compuesta por un sedimento de limo compacto de color 7.5 YR 8/4 color rosado. Es de textura homogénea, sin ninguna evidencia de restos culturales.

U.E. 1: Capa de color 10 YR 5/4 marrón amarillento, matriz compuesta por arena fina y gravilla suelta. Tiene textura semi regular y se observan pocos elementos culturales. Se aprecian restos malacológicos fragmentados.

U.E. 12: Capa compuesta por arena fina compacta y pequeñas concreciones salitrosas. Es de color 10 YR 5/3 marrón. Es de textura homogénea, sin restos culturales.

Esquina N: 8 761 881 N / 217 665 E

U.E. 2: Consiste en un lente compuesto por arena y ceniza, de color 2.5 YR 3/1 gris muy oscuro. Se observan muy pocos restos culturales, conchas muy fragmentadas y pequeños fragmentos de restos botánicos. Es de textura regular y semisuelta.

Antes de iniciar los trabajos de excavación se trazaron varias unidades en el Sector doméstico, pero no todas fueron excavadas. A continuación

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Excavaciones:

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Fig. 31. Dibujo de la estratigrafía encontrada en el corte Sur

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Fig. 30. Corte Sur antes de los trabajos de investigación.

presentamos los resultados obtenidos en las unidades 06 y 09 (Fig. 32), que respondieron a diferentes objetivos de la investigación. Unidad 06: Unidad de 5 x 5 m con orientación norte-sur, ubicada en el lado oeste del sitio arqueológico. La superficie del terreno, en este punto, se presenta con un ligero declive hacia el oeste. En esta área en particular, se observan diversos afloramientos de piedras grandes (cantos rodados y piedras irregulares), que parecen corresponder a estructuras subyacentes (Fig. 33). En el lado sur de la unidad se percibe el afloramiento de una probable estructura compuesta por piedras medianas en dos alineamientos y que, al parecer, conforman un muro de doble hilera. Entre estas piedras se pueden observar restos de argamasa compuesta por una arcilla amarillenta. El muro tiene un ancho de 0,5 m y un largo aproximado, en superficie, de 2,4 m. El muro tiene una orientación de N 10º. Este sector del sitio arqueológico presenta una ligera elevación con respecto a la topografía general del terreno. Con esta unidad se buscaba definir las características propias de esta elevación del terreno y su correspondencia con probables unidades domésticas subyacentes, las características de la arquitectura presente, y su 76

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Relación de Unidades Estratigráficas Registradas: U.E. 6.01: Superficie Corresponde a la parte superficial. Compuesta por arena fina y piedras pequeñas y medianas, es suelta y presentan dos colores: el primero y en menor proporción es gris amarronado claro (10YR 6/2) y el segundo es marrón (7.5YR 5/3), que se presenta en casi toda la unidad, pero al parecer por la humedad. Se observan también pequeños fragmentos de conchas. En la actualidad esta área se utiliza para el secado del junco, observándose conglomerados en estos sectores. U.E. 6.02: Capa Está compuesta por arena fina con ceniza, piedras pequeñas y grumos de color blanco, producto de los moluscos desintegrados. En algunos sectores se observan concreciones arcillosas y salitrosas. La consistencia es semicompacta y el color gris muy oscuro (7.5YR 3/1). Se observan también fragmentos de conchas y de carbón. (Fig. 33) U.E. 6.03: Capa Está compuesta por arena fina con piedras pequeñas y medianas, es semicompacta y de color marrón olivo claro (2.5Y 5/4). En su superficie presenta material malacológico fragmentado y concreciones arcillosas. U.E. 6.04: Piso Es de forma irregular, de superficie homogénea, compuesta de arena con ceniza de color negro (7.5YR 2.5/1). Presenta sobre la superficie 7 hoyos registrados como las unidades estratigráficas 12, 13, 14, 15 (56), 16, 17 y 25. Es de consistencia semicompacta, con inclusiones de moluscos fragmentados que se distribuyen por toda la unidad, y fragmentos de carbón en poca cantidad. Fig. 32. Ubicación de las Unidades de excavación en el Sector Doméstico.

U.E. 6.05 Arena

asociación con los niveles de ocupación arqueológica.

Es de forma irregular, ubicada en las cuadrículas 3, 4, 9 y 14, presenta una superficie de color marrón grisáceo (10YR 5/2), homogénea, con una ligera pendiente descendente al oriente. Es de consistencia suelta y de textura fina, con inclusiones de material ictiológico en mayor cantidad y moluscos fragmentados. No presenta elementos asociados a su superficie.

La unidad fue subdividida en cuadrículas de 1 metro cuadrado, las que fueron numeradas del 1 al 25. Coordenadas UTM: Esquina NW: 8 761 791 N / 217 593 E

U.E. 6.06: Capa

Esquina NE: 8 761 786 N / 217 598 E

Es compacta, de textura irregular y de color negro (2.5Y 2.5/1). Está compuesta de arena con ceniza mezclada con material malacológico fragmentado en gran cantidad, y regular material botánico. En la superficie presenta las unidades estratigráficas 7(42, 43), 8(44), 9, 10(45) y 11.

Esquina SW: 8 761 786 N / 217 593 E Esquina SE: 8 761 791 N / 217 598 E 78

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U.E. 6.10 y 6.45: Fogón Es de forma circular (0,32 x 0,30 m) de superficie irregular y compacta de color gris oscuro (2.5Y 4/1), con moluscos enteros y fragmentados y algunas piedras angulosas pequeñas. La fuerte solidificación de este elemento, ocasionada por la cristalización de las sales, permitió identificar un segunda unidad estratigráfica (45) de las mismas características de la anterior, y recuperar únicamente muestras de carbón. U.E. 6.11: Fogón

Fig. 33. Unidad 6 antes de iniciar los trabajos de excavación.

U.E. 6.07, 6.42 y 6.43: Fogón Es de forma ovalada (0,30 x 0,26 m); en la superficie presenta un hundimiento en la parte central, es de color negro (2.5Y 2.5/1) y es de textura irregular. No se observan elementos adicionales en la superficie.

Es de forma semicircular (0,33 x 0,29 m), en cuya superficie había inicialmente una compactación de salitre con ceniza que ocasionó, durante la excavación, la pérdida de la mitad del elemento. Presenta una superficie irregular y compacta de color rojo amarillento (5YR 5/8), marrón olivo claro (2.5Y 5/3) y café oscuro (10YR 2/2), ocasionada por las quemas efectuadas al interior. Interiormente se compone de arena con ceniza suelta, de granulometría fina, con inclusiones de fragmentos de carbón y madera en gran cantidad, distribuidos homogéneamente; además, hay restos de textil torzal carbonizados. Posee un espesor de 0,17 m. U.E. 6.12: Fogón Es de forma circular (0,23 x 0,25 m), de superficie regular, de color amarillo (5Y 5/8), con material botánico. Se trata de una compactación salitrosa de ceniza, que durante la excavación se retiró en bloque, observándose que las inclusiones son restos de madera salinizada y fragmentos de moluscos con abundante ceniza

La primera unidad (07) está compuesta por arena con ceniza semicompacta, de granulometría fina, con material malacológico fragmentado, escaso material ictiológico y fragmentos de carbón. Posee un espesor de aproximadamente 6 cm. La siguiente unidad (42) presenta una superficie irregular semicompacta, de granulometría fina, con fragmentos de moluscos y carbón al centro, y es de color negro (2.5Y 2.5/1), además de inclusiones de piedras irregulares chicas con material malacológico e ictiológico en poca cantidad. La última unidad (43) tiene una superficie de color gris oscuro (5Y 6/2) e irregular; está compuesta por arena con ceniza, de granulometría fina, con moluscos fragmentados en poca cantidad y fragmentos de carbón.

Es de forma circular (0,16 x 0,18 m) de superficie de color marrón (10YR 4/3) con fragmentos de moluscos pequeños. Está compuesto por arena semicompacta de granulometría fina. Como inclusiones presenta piedras angulosas pequeñas y moluscos fragmentados en poca cantidad.

U.E. 6.08: Hoyo de poste

U.E. 6.14: Elemento

Es de forma circular (0,20 x 0,19 m), compuesto por arena con poca ceniza, de color marrón grisáceo oscuro (2.5Y 4/2), de granulometría fina, con inclusiones de piedras pequeñas y material botánico en poca cantidad, además de fragmentos de moluscos.

Es de forma circular (0,12 x 0,21 m) de superficie irregular, de color marrón olivo (2.5Y 4/4), con piedras angulosas chicas y material malacológico fragmentado y entero en poca cantidad. Está compuesto de arena de consistencia suelta y de granulometría fina, con inclusiones de pajilla, piedras termo fracturadas chicas (10), moluscos fragmentados en poca cantidad, y de carbón y material botánico no identificado. La profundidad alcanzada desde la superficie es de 0,6 m.

U.E. 6.09: Fogón

U.E. 6.13: Elemento

De forma circular (0,20 x 0,15 m), compuesto por arcilla (color amarillo 2.5Y 7/6) y salitre (color negro 5Y 2.5/1), compacto, con moluscos fragmentados en la superficie. Como inclusiones presenta fragmentos de moluscos y carbón con arena fina. Posee un espesor de 0,57 m.

Es de forma circular (0,26 x 0,33 m) de superficie irregular, compuesto por

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U.E. 6.15 y 6.56: Elemento

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arena de consistencia suelta y de granulometría fina, de color marrón olivo (2.5Y 5/6). Presenta inclusiones de moluscos y material ictiológico en poca cantidad. La siguiente unidad (0,56 m) es una acumulación de junco de color marrón (7.5YR 4/4). U.E. 6.16: Elemento Es de forma semicircular (0,22 x 0,23 m) de superficie regular, con arena fina y una piedra plana de color gris azulado (GLEY 2 5/10B) en cuyo alrededor hay fragmentos de mate. Es de consistencia suelta, de granulometría fina, y presenta al interior dos mates fragmentados y en mal estado de conservación. U.E. 6.17: Elemento Es de forma circular (0,20 x 0,23 m) de superficie irregular, de color marrón olivo claro (2.5Y 5/3), con piedras angulosa chicas (03) mezcladas con arcilla y junco. Es de consistencia suelta, compuesta por arena fina con inclusiones de piedras termo fracturadas chicas (09), moluscos fragmentados, un artefacto lítico de forma cilíndrica (0,10 m de largo x 0,15 m de circunferencia) y una acumulación de junco en mal estado de conservación.

Fig. 34. Dibujo de la estratigrafía del perfil Norte, Unidad 6.

U.E. 6.18 y 6.46: Elemento

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Se trata de una concentración de piedras angulosas y cantos rodados termo fracturados chicos, depositados en una matriz de forma elipsoidal. La superficie se encuentra compactada debido a la salinización y es de color marrón (7.5YR 5/4). La siguiente unidad (46) está compuesta por arena fina con cantos y piedras angulosas chicas. U.E. 6.19: Elemento De forma ovalada (0,55 x 0,40 m) con bordes irregulares. En la superficie se observan moluscos fragmentados entremezclados con ceniza, fragmentos de carbón y concreciones salitrosas. U.E. 6.20: Muro este Corresponde a un muro de contención de forma recta, con un perfil ligeramente inclinado, de hiladas regulares y acabado regular. Está ubicado hacia el lado oriental de la unidad. Mide 4,20 m de largo, 0,50 m de ancho y 0,32 m de alto y tiene una orientación de 10º NW. Fue construido con cantos rodados (0,2 - 0,25 m) unidos con mortero de color marrón muy pálido (10YR 7/4), compuesto de arcilla con inclusiones de grama salada. Este muro no presenta enlucido y se encuentra asociado al Muro sur. El estado de conservación es regular debido a las intrusiones modernas registradas en las cuadrículas 10 - 15 y 25 (Fig. 36). 83

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U.E. 6.21: Muro sur

U.E. 6.26: Elemento

Corresponde a un muro estructural con un perfil ligeramente recto, de hiladas regulares y acabado regular; ubicado hacia el lado Sur de la unidad. Mide 4,42 m de largo, 0,40 m de ancho y 0,8 m de altura; además, presenta una orientación de 04º SW. Fue construido con piedras cortadas (0,2 - 0,25 m) unidas con mortero de color marrón muy pálido (10YR 7/4), compuesto de arcilla con inclusiones de grama salada. Este muro no presenta enlucido y se encuentra asociado al muro este. El estado de conservación es regular debido a las intrusiones modernas registradas en la cuadrícula 20.

Es de forma ovalada (0,46 x 0,20 m), con arena suelta de color marrón (7.5YR 4/4), y moluscos fragmentados en gran cantidad en la superficie. Las inclusiones están íntegramente representadas por moluscos enteros y fragmentados.

U.E. 6.22: Mate Restos de un mate (Lagenaria siceraria) de forma ovalada (0,11 x 0,10 m). El interior está compuesto por arena fina con gravilla de color marrón (10YR 4/3) y moluscos fragmentados, es de consistencia suelta con inclusiones de moluscos enteros en poca cantidad. El mate se encontró fragmentado y en mal estado de conservación. U.E. 6.23 y 6.58: Elemento Es de forma semicircular (0,22 x 0,18 m), en cuyo borde se distinguen restos de junco, mientras la superficie se compone de arena de color marrón amarillento claro (2.5Y 6/3) rodeada por otra de color marrón muy oscuro (10YR 2/2). Además, presenta una piedra chica termo fracturada de color rojo (10R 4/6). Es de consistencia suelta, de granulometría fina, con inclusiones de rocas termo fracturadas de color rojo en poca cantidad y fragmentos de moluscos. La siguiente unidad estratigráfica (58) presenta una superficie regular de color gris (2.5YR 5/1), de consistencia suelta, compuesta por arena fina con piedras termo fracturadas chicas con fragmentos de moluscos. Adheridos a la pared sur del hoyo registramos restos de junco y un tronco de 0,12 m de largo x 0,02 m de diámetro, que reposa sobre una valva de Mesodesma donacium. U.E. 6.24: Elemento Es de forma circular (0,14 x 0,16 m), posee una superficie irregular formada por piedras angulosas chicas termo fracturadas de color gris muy oscuro (7.5YR 5/8), en cuyo centro se define un tronco de color marrón fuerte (7.5YR 5/8). Estas piedras funcionan como un sostén para el poste. No fue excavado. U.E. 6.25: Elemento

U.E. 6.27: Piso De forma irregular, presenta una superficie granulosa y compacta de color azul grisáceo muy oscuro (GLEY 2 3/1). Está compuesto por arcilla de granulometría fina y sobre su superficie se han registrado las unidades estratigráficas 6.17 y 6.26. Como inclusiones presenta materiales malacológico e ictiológico en poca cantidad. U.E. 6.28: Piso Presenta una superficie de forma irregular, compacta, de textura irregular, de color gris oscuro (5Y 4/2) con moluscos enteros y fragmentados incrustados (Choromytilus chorus) y distribuidos irregularmente. U.E. 6.29: Piso Presenta una superficie de forma irregular, compacta, de textura irregular, de color gris oscuro (5Y 4/2) con moluscos enteros y fragmentados incrustados (Choromytilus chorus) y distribuidos irregularmente . U.E. 6.30: Piso Presenta una superficie de forma irregular, compacta, de textura irregular, de color gris oscuro (5Y 4/2) con moluscos enteros y fragmentados incrustados (Choromytilus chorus) y distribuidos irregularmente U.E. 6.31: Apisonado Presenta una superficie de forma irregular, semicompacta, y textura irregular de color marrón grisáceo (2.5Y 5/2), con moluscos enteros y fragmentados incrustados (Choromytilus chorus) y distribuidos irregularmente. U.E. 6.32: Piso Se presenta únicamente en la cuadrícula 5, y se trata de una superficie discontinua y erosionada, semicompacta, de color marrón amarillento claro (10YR 6/4), compuesta por arena fina con inclusiones de piedras pequeñas angulosas y moluscos fragmentados. U.E. 6.33: Elemento

Es de forma semicircular (0,14 x 0,13 m) y está compuesto por arena de color marrón amarillento (10YR 6/8). Tiene una consistencia suelta con inclusiones de material malacológico fragmentado y botánico en poca cantidad.

Se distribuye entre las cuadrículas 5 y 10; posee una superficie compacta de color negro (7.5YR 2.5/1), de granulometría fina. Como inclusiones presenta material malacológico y botánico diverso, además de piedras

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U.E. 6.41: Piso

pequeñas y medianas fragmentadas. U.E. 6.34: Fogón Ubicado en la cuadrícula 10 (no excavado) U.E. 6.35: Lente Se ubica en la cuadrícula 4. Se trata de arena fina de consistencia granulosa, de color gris olivo oscuro (5Y 3/2), que presenta material malacológico y botánico en gran cantidad, como inclusiones. U.E. 6.36: Fogón Se ubica en la cuadrícula 4, y es de superficie y textura irregular, de color gris oscuro (5Y 4/1). Está compuesto de arena de consistencia compacta y granulosa, como producto de la salinización, por lo que se tuvo que excavar en bloque. Contiene material malacológico con regular cantidad de material ictiológico y botánico. U.E. 6.37: Capa La ubicamos en la cuadrícula 5 y parte de la 10, es de forma irregular y la superficie presenta tres coloraciones: una gris muy oscura (7.5YR 3/1), otra de color negro (7.5YR 2.5/1) y otra marrón amarillento claro (10YR 6/4). Es de consistencia semi suelta, de granulometría semi fina, con inclusiones de material botánico y malacológico en poca cantidad, mezcladas con piedras angulosas pequeñas y medianas. U.E. 6.38: Capa

Se ubica dentro de las cuadrículas 9, 14 y 19. Es de forma irregular y la superficie es de color gris oscuro (5Y 4/2), con incrustaciones de moluscos enteros y fragmentados, distribuidos heterogéneamente, habiéndolos identificado como Choromytilus chorus. El interior está compuesto por una arena granulosa suelta de color amarillo pálido (2.5YR 7/4) con las inclusiones mencionadas en la superficie. U.E. 6.47: Arena Es de forma irregular, ubicada en las cuadrículas 3, 4 y 9, presenta una superficie homogénea de color marrón grisáceo (10YR 5/2). De consistencia suelta y textura fina, tiene inclusiones de material ictiológico en mayor cantidad y moluscos fragmentados. No presenta elementos asociados a su superficie. U.E. 6.48: Fogón Se ubica en la cuadrícula 9, es de forma semicircular (0,31 x 0,25 m), de superficie irregular, de color gris oscuro (5Y 4/2), con algunos fragmentos de moluscos y una piedra mediana angulosa. Es de consistencia compacta por efectos de la salinización. Al retirarlo observamos que el interior presenta cuatro diferentes deposiciones disímiles por la coloración y el tipo de elemento depositado: una superficie de ceniza de color gris (2.5Y 5/1), otra compuesta por ceniza con fragmentos de carbón de color gris muy oscuro (2.5Y 3/1), otra de arena de color marrón grisáceo claro (2.5Y 6/2) y la última, una ceniza de color gris claro (5Y 7/1). U.E. 6.49: Elemento

Se ubica en las cuadrículas 4 y 9, y se compone de una superficie discontinua de color gris oscuro (10YR 4/1). Se trata de arena fina de consistencia suelta, con inclusiones de moluscos enteros y fragmentados en gran cantidad, con material botánico.

Ubicado en la cuadrícula 4, se compone principalmente de Mesodesma donacium, enteras y fragmentadas, y pocos Choromytilus chorus. Ocupa un área de 0,15 x 0,10 m.

U.E. 6.39 y 6.40: Elemento

U.E. 6.50: Elemento

Se ubica entre las cuadrículas 20 y 25; presenta una superficie irregular de color marrón (10YR 5/3), compuesta por piedras angulosas y moluscos fragmentados. Es de consistencia semicompacta y granulosa, con inclusiones principalmente de moluscos fragmentados y enteros, con poco material botánico e ictiológico. La siguiente unidad estratigráfica (40) presenta una superficie compacta de color negro (2.5Y 2.5/1), y es de textura irregular por la presencia de piedras angulosas de tamaño mediano. Posee inclusiones de material malacológico en gran cantidad. Se tomaron muestras de material botánico para fechar, obteniéndose dos fechados de 3,764±65 A.P. y 3,909±67 A.P.

Concentración de semillas que se ubica en la cuadrícula 9. Esta acumulación se encuentra cubierta parcialmente con arena fina de color marrón olivo claro (2.5Y 5/4). Es de consistencia suelta, con inclusiones de material malacológico e ictiológico en poca cantidad. Las semillas han sido identificadas como de guayaba.

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U.E. 6.51: Fogón Se ubica en la cuadrícula 13 y es de forma semicircular con una superficie irregular y compacta de color gris verdoso oscuro (GLEY 2 4/10EB). En la superficie se observan moluscos fragmentados carbonizados, así como en los alrededores. Compuesto principalmente de ceniza y arena de 87

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granulometría fina, presenta inclusiones de moluscos y tillandsias carbonizadas, con material ictiológico en poca cantidad. U.E. 6.52: Mate Se ubica en la cuadrícula 8. Son los restos de un mate (Lagenaria siceraria) de forma ovalada (0,22 x 0,17 m) con un grosor de 0,02 m. La superficie está compuesta de arena con arcilla de color amarillo olivo (2.5Y 6/6) de granulometría fina. El mate presenta en su interior ceniza de color negro (7.5Y 2.5/1) y fragmentos de moluscos en poca cantidad. Después de la excavación, se pudo ver que el mate se encuentra depositado sobre un nivel de arcilla de color amarillo (10YR 7/6). U.E. 6.53 y 6. 59: Fogón Se ubica entre las cuadrículas 7 y 8, es de forma irregular con elevaciones salitrosas de color negro (5Y 2.5/1) en la superficie. Su consistencia es de arena con ceniza semicompacta, de textura fina, con inclusiones de moluscos fragmentados y poco material botánico. Inmediatamente debajo de este identificamos un segundo fogón, registrando con la U.E. 59, la cual se describe de forma irregular con una superficie semicompacta y de textura semifina, de color azul grisáceo (GLEY 2 5/1.5PB). Su contenido es de arena con ceniza, con inclusiones de moluscos fragmentados y carbonizados, con regular material botánico carbonizado. U.E. 6.54: Fogón Ubicado al sur de la cuadrícula 7. Presenta una forma semicircular (0,28 x 0,26 m). Posee un borde compacto serpenteante. La superficie es de color negro (7.5YR 2.5/1) y se observan fragmentos de moluscos. El interior está compuesto por ceniza semicompacta de granulometría fina, con inclusiones de moluscos fragmentados y material botánico e ictiológico en poca cantidad. U.E. 6.55: Hoyo Se ubica al noroeste de la cuadrícula 1, es de forma circular (0,30 x 0,28 m). Presenta una superficie arenosa de color marrón olivo claro (2.5Y 5/4). También se observan piedras pequeñas termo fracturadas, así como moluscos fragmentados distribuidos homogéneamente en la superficie. Su consistencia es suelta, su textura es fina, con inclusiones de moluscos fragmentados en mayor cantidad, con material botánico e ictiológico en menor cantidad. U.E. 6.57 Arena

Bandurria: Arena, mar y humedal en el surgimiento de la Civilización Andina

oeste, además de presentar moluscos muy fragmentados con restos de material botánico. La consistencia es suelta, de textura fina, de color marrón grisáceo claro (2.5Y 6/2) con inclusiones de material malacológico (principalmente Mesodesma donacium) e ictiológico en mayor cantidad, distribuidos homogéneamente en toda la U.E., además de material botánico (como semillas de algodón y guayaba). De esta U.E. se tomaron dos muestras de material botánico que fueron fechadas en 3,769±58 A.P. y 3,750±58 A.P. U.E. 6.60: Elemento Se ubica entre las cuadrículas 1 y 2 / 6 y 7. De forma irregular, presenta una superficie homogénea de color gris olivo (5Y 5/2). Tiene una consistencia suelta y textura fina, con inclusiones de moluscos fragmentados y piedras medianas termo fracturadas hacia el centro. U.E. 6.61: Compactación de sal Se ubica en la cuadrícula 1. De forma irregular, presenta una superficie homogénea y compacta de color gris oscuro (7.5YR 4/1). El interior presenta una textura granulosa, y está mezclada con arena y ceniza, además de sal compacta. Lo macizo de la unidad estratigráfica determinó su excavación en bloque. U.E. 6.62: Fogón Se ubica en la cuadrícula 1. De forma elipsoidal (0,25 x 0,14 m), presenta una superficie irregular de color negro (7.5YR 2.5/1), formada por restos de tillandsias, moluscos carbonizados y piedras chicas termo fracturadas. Está compuesto por arena con ceniza de consistencia semicompacta y de textura fina, con inclusiones de material botánico, ictiológico y malacológico carbonizados. U.E. 6.63: Piso Se ubica en las cuadrículas 7, 8, 12, 13 y 18. Presenta una superficie irregular de color gris oscuro (2.5Y 4/1), posee moluscos fragmentados y hoyos registrados como las unidades estratigráficas 6.51, 6.52, 6.53, 6.54 y 6.59. Está compuesto de arena con arcilla, de consistencia semicompacta y textura media, con inclusiones de moluscos enteros y fragmentados en mayor cantidad, distribuidos homogéneamente, además de material botánico e ictiológico. U.E. 6.64: Capa

Se ubica al Noreste de la unidad, entre las cuadrículas 4, 5 y 9. Corresponde a un relleno de arena fina, con una superficie con pendiente descendente al

Se ubica en las cuadrículas 2, 3, 4 / 7, 8, 9. Presenta una superficie homogénea de color azul grisáceo muy oscuro (GLEY 2 5/1 5PB) donde se observan abundante material malacológico, entero y fragmentado, con

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material botánico e ictiológico, en regular cantidad, con algunas piedras pequeñas y medianas. Está compuesta de arena con ceniza de consistencia semi suelta, de textura fina, las inclusiones son las mencionadas anteriormente. U.E. 6.65: Capa

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superficie de color azul grisáceo muy oscuro (GLEY 2 3/5PB) con abundante material botánico, restos de ceniza, regular cantidad de moluscos fragmentados y pequeñas piedras termo fracturadas. Está compuesto por arena con ceniza semicompacta, de textura fina con las inclusiones mencionadas anteriormente. U.E. 6.71: Elemento

Se ubica en las cuadrículas 2, 3, 4 / 7, 8, 9. Presenta una superficie de forma irregular de color marrón grisáceo claro (2.5Y 6/2) y marrón grisáceo (2.5Y 5/2). Se compone de arena suelta, de textura fina, con moluscos fragmentados en mayor cantidad y material ictiológico.

Se ubica en la cuadrícula 8. Se encuentra dentro de un área circular (0,26 x 0,33 m), presenta un cubrimiento de arena fina suelta, las inclusiones consisten en fragmentos de soguillas de junco.

U.E. 6.66: Elemento

U.E. 6.72: Mate

Se ubica en las cuadrículas 7 – 8 / 12 – 13. De forma semicircular, presenta una superficie compacta, con tonalidades gris oscuro (2.5Y 4/1) y gris (5Y 6/1). Posee diferentes depresiones registradas como las U.E. 6.67, 6.68 y 6.69, además de moluscos fragmentados. Está compuesta por arena y ceniza semicompacta, de textura fina, con las inclusiones mencionadas anteriormente.

Se ubica en la parte norte de la cuadrícula 7 (0,40 x 0,30 m). Se compone de un mate (Lagenaria siceraria) fragmentado, depositado sobre una acumulación de junco, en cuyo interior se han registrado 3 piedras angulosas pequeñas, además de contener arena fina de color marrón muy claro (10YR 7/4) con escaso material malacológico fragmentado.

U.E. 6.67 y 6.69: Fogón

Ha sido ubicado en las cuadrículas 7 y 12 y parte de las cuadrículas 13, 14 y 18. Presenta una superficie compacta de color gris muy oscuro (5Y 3/1) donde se observa regular material malacológico fragmentado, especialmente Choromytilus chorus. Compuesto por arena con ceniza, el interior se compone de arcilla de color amarillo claro (2.5Y 8/4).

Se ubican en las cuadrículas 8 y 13. De forma semicircular (0.62 x 0.65 m) presenta en la superficie 2 tipos de coloraciones: la primera, marrón rojizo claro (2.5YR 7/3) en el borde y la segunda de color gris (5Y 6/1) en la parte interna. Está compuesta por un tipo de arena arcillosa, de consistencia semicompacta, con una textura granulosa y poco material malacológico. Además, tiene un bloque compacto de arcilla salinizada de color gris claro (5Y 7/1) de 0,15 x 0,10 x 0,035 m de espesor. La siguiente U.E. (6.69) colinda con esta y presenta una forma circular (0,42 x 0,57 m). Posee una superficie semicompacta con 2 tonalidades: la primera, marrón muy claro (10YR 7/4) en el borde; la segunda, gris oscuro (2.5YR 4/1) hacia el interior. Está compuesto por un tipo de arena arcillosa, con un nivel de ceniza con fragmentos de carbón en mayor cantidad, con pocos fragmentos de moluscos y material ictiológico. U.E. 6.68: Fogón Se ubica en las cuadrículas 8 y 13. De forma semicircular (0,24 x 0,32 m). Posee una superficie de color gris muy oscuro (2.5Y 3/1), observándose restos de quema mezclados con pajilla y fragmentos de moluscos carbonizados. Está compuesto por ceniza de consistencia suelta, de textura fina con inclusiones de moluscos enteros y fragmentados, algunos carbonizados, además de material ictiológico y botánico en poca cantidad

U.E. 6.73: Piso

U.E. 6.74: Ceniza Se ubica en las cuadrículas 6, 7, 8 / 12, 13, 17. Posee una superficie de color negro (7.5YR 2.5/1). Consiste en arena con ceniza semicompacta, de textura fina, con inclusiones de moluscos fragmentados y enteros carbonizados. U.E. 6.75: Piso Se ubica en la parte central de la unidad. Posee una superficie irregular con algunas fisuras de color marrón grisáceo oscuro (2,5Y 4/2), además de 2 hoyos registrados con las U.E. 6.77 y 6.78, e incrustaciones de valvas de moluscos (Choromytilus chorus), similar a los pisos excavados anteriormente. Está compuesto por arena arcillosa semicompacta, de textura granulosa. Aparte de las inclusiones mencionadas, presenta material ictiológico y botánico en poca cantidad. U.E. 6.76: Capa

Se ubica en la cuadrícula 3. De forma ovalada (0,59 x 0,40 m). Presenta una

Se ubica en las cuadrículas 13, 14 / 18, 19. Presenta forma irregular, su superficie es homogénea, de color marrón olivo claro (2.5Y 5/3). Está conformada por arena suelta de textura fina, con inclusiones de moluscos fragmentados, material ictiológico y poco material botánico.

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U.E. 6.70: Fogón

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U.E. 6.77: Elemento

Bandurria: Arena, mar y humedal en el surgimiento de la Civilización Andina

U.E. 6.82: Hoyo

Se ubica en la cuadrícula 11. De forma circular (0,10 x 0,10 m), presenta una superficie de color marrón grisáceo (2.5Y 5/2). Está compuesto por arena suelta, de textura semi fina, con inclusiones de material botánico, ictiológico y moluscos fragmentados en poca cantidad. U.E. 6.78: Hoyo

Se ubica en la cuadrícula 21. De forma circular (0,12 x 0,11 m), presenta una superficie homogénea compuesta de arena suelta, de textura fina, de color gris (10YR 5/1). Como inclusiones posee material malacológico e ictiológico en poca cantidad, y regular material botánico. U.E. 6.83: Elemento

Ubicado en la cuadrícula 11. De forma circular (8 cm de diámetro). Posee una superficie de arena de color marrón olivo (2.5Y – 4/3), con reborde de pajilla. Presenta una consistencia suelta, con inclusiones de fragmentos, moluscos y mate. U.E. 6.79: Piso

Se ubica en la cuadrícula 16 dentro de un área de 0,17 x 0,18 m. Se trata de una acumulación de moluscos enteros y fragmentados con junco, cubiertos parcialmente con arena de textura fina, suelta, de color gris oscuro (5Y 4/1). Además, presenta material ictiológico en menor cantidad. U.E. 6.84: Fogón

Ubicado en gran parte de la unidad. La superficie presenta su parte más elevada en la cuadrícula 4, con una pendiente en dirección Este - Oeste, además, presenta hoyos registrados como las U.E. 6.80, 6.81, 6.82, 6.83, 6.84, 6.85, 6.86, 6.87, 6.88, 6.89 y 6.90. Se han identificado acumulaciones de moluscos hacia los muros, en las cuadrículas 14, 19, 21 y 22. También, textiles entrelazados con moluscos en las cuadrículas 7 y 8, y un artefacto lítico en la cuadrícula 16. La superficie presenta varias coloraciones por problemas de conservación, que van desde el marrón amarillento claro (2.5Y 6/3) en el lado Sur - Oeste, hasta el gris oscuro (2.5Y 3/1), tornándose gris en la parte (7.5YR 5/1) Norte. Está compuesto de arena arcillosa semicompacta, de textura granulosa, con inclusiones de moluscos enteros y fragmentados en mayor cantidad y material ictiológico. U.E. 6.80: Hoyo Se ubica entre las cuadrículas 23 y 24. De forma ovalada, presenta una superficie semicompacta de color negro azulado (GLEY 2 2.5/1 5PB). Contiene arena fina con restos de ceniza, con inclusiones de material botánico, fragmentos carbonizados de moluscos y material ictiológico. Además, hemos identificado otra deposición caracterizada por presentar una superficie semicompacta homogénea de color marrón grisáceo oscuro (10YR 4/2). De textura semi fina, esta deposición contiene arena mezclada principalmente con junco, moluscos enteros y fragmentados, huesos de aves y otro material óseo no identificado. Por otro lado, identificamos una nueva superficie formada por un mate con material botánico en regular cantidad. Contiene, además, arena granulosa de color gris olivo oscuro (5Y 3/2). U.E. 6.81: Hoyo Se ubica en la cuadrícula 21. De forma circular, presenta una superficie de color negro (7.5YR 2.5/1), con piedras chicas termo fracturadas, además de moluscos fragmentados. Se compone de arena con ceniza, de consistencia suelta y textura fina, con las inclusiones mencionadas anteriormente. 92

Se ubica entre las cuadrículas 16 y 17. Presenta forma ovalada (0,40 x 0,30 m), su superficie se compone de arena con ceniza, de color gris muy oscuro (2.5Y 3/1). Tiene moluscos carbonizados fragmentados en mayor cantidad, mezclados con restos de junco. Es de consistencia suelta y de textura fina. Posee, además de las inclusiones ya señaladas, restos de carbón en poca cantidad. U.E. 6.85: Textil Se ubica en la cuadrícula 7. Se compone de un textil entrelazado quemado (color gris olivo 5YR 5/2) en un área de 0,15 x 0,12 m, el cual se encuentra cubierto parcialmente con arena de color negro azulado (GLEY 2 5/1 5PB). Esta arena es de consistencia suelta y de textura fina, con material malacológico fragmentado e ictiológico en poca cantidad, y material botánico en mayor cantidad, principalmente tillandsias quemadas. U.E. 6.86: Fogón Se ubica en la cuadrícula 7. Es de forma semicircular (0,35 x 0,28 m), posee una superficie de arcilla con ceniza, compacta, de color amarillo pálido (2.5Y 7/3); presenta fragmentos de moluscos carbonizados. El interior de este elemento es de consistencia semicompacta y de textura fina, compuesto por las inclusiones mencionadas anteriormente. U.E. 6.87: Hoyo Ubicado en la cuadrícula 8. Es de forma circular (8 cm de diámetro). La superficie es de ceniza, de color negro (2.5Y 2.5/1), de consistencia suelta y de textura fina. Compuesto principalmente por tillandsias carbonizadas y poco material malacológico. U.E. 6.88: Textil Se ubica en la cuadrícula 8. Se compone de fragmentos de textil torzal 93

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carbonizados, de color negro azulado (GLEY 2 5/1 5PB), con algunos tonos de gris azulado (GLEY 2 7/1 5B), bordeado con restos de tillandsias, además de material malacológico fragmentado y material ictiológico en mayor cantidad. U.E. 6.89: Ceniza Se ubica en la cuadrícula 8. Presenta una forma irregular (0,28 x 0,12 m) y una superficie de ceniza de color gris muy oscuro (2.5Y 3/1), con moluscos fragmentados carbonizados. Es de consistencia compacta, de textura media, con inclusiones de material ictiológico en menor cantidad, y botánico. U.E. 6.90: Hoyo Se ubica en la cuadrícula 7. De forma circular (0,09 m de diámetro), la superficie es de arena suelta, de textura fina, color gris oscuro (5Y 4/1), bordeada por bloques de arcilla de color amarillo pálido (2.5Y 8/2). Presenta inclusiones de material malacológico fragmentado en poca cantidad, además de material botánico identificado como junco, depositados de manera vertical. U.E. 6.91: Piso

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U.E. 6.94: Capa Se ubica en casi toda la unidad de excavación (aproximadamente en un 80%). Presenta una forma irregular, y está compuesta principalmente de arena fina, de consistencia suelta, de color gris olivo (5Y 4/2). Tiene inclusiones de vértebras de pescado así como fragmentos y valvas de moluscos, que se encuentran dispersos. U.E. 6.95: Capa Se ubica en las cuadrículas 15, 19, 20 y 24. Es de superficie irregular, compuesta por arena de color amarillo pálido (2.5Y 3/1), bordeada por algunas rocas termo fracturadas medianas en la esquina sur. Además, en superficie tiene una zona de ceniza compacta con material malacológico (Mesodesma donacium). Es de consistencia suelta, de textura fina, con inclusiones de material ictiológico en mayor cantidad, además de lo señalado anteriormente. U.E. 6.96: Elemento Se ubica entre las cuadrículas 7 y 12. Compuesto por bloques de arcilla de consistencia compacta y de textura gruesa, posee una superficie irregular de color amarillo pálido (5Y 8/2), además de moluscos fragmentados y restos de grama salada.

Se encuentra presente en casi toda la unidad. Posee una superficie de color amarillo pálido (2.5Y 7/3), semicompacta, de textura fina, con incrustaciones de moluscos enteros identificados como Aulacomya ater, y Perumytilus purpuratus; además de registrar hoyos con las unidades estratigráficas 6.92 y 6.93. Está compuesto de arena arcillosa con inclusiones de material ictiológico en poca cantidad, y moluscos fragmentados.

Se ubica en la parte nor-este de la unidad, posee una superficie homogénea de consistencia semisuelta y de color gris (2.5Y 6/1), con fragmentos de moluscos dispersos y piedras pequeñas termo fracturadas. Es de textura fina, con material ictiológico y malacológico como inclusiones.

U.E. 6.92: Hoyo

U.E. 6.98: Ceniza

Se ubica en la cuadrícula 9. Es de forma circular (0,13 m de diámetro), con una superficie de arena de color marrón claro (7.5YR 4/3) y valvas de moluscos identificados como Aulacomya ater. Es de consistencia suelta, de textura fina, con inclusiones de material ictiológico en poca cantidad.

Se ubica en casi toda la unidad de excavación. Presenta una superficie de contornos irregulares. Es de color gris muy oscuro (10YR 3/1), con hoyos registrados con las U.E. 6.109, 6.110, 6.111, 6.112 y 6.113. De consistencia semicompacta y textura fina, tiene inclusiones de material ictiológico y malacológico en poca cantidad.

U.E. 6.93: Hoyo Se ubica entre las cuadrículas 11 y 12. Es de forma circular (0,17 m de diámetro), con una superficie de marrón grisáceo oscuro (2.5Y 3/2) donde se observan moluscos fragmentados (Mesodesma donacium), fragmentos de junco y lascas de piedra. Es de consistencia suelta, de textura fina, con inclusiones de fibras de junco, moluscos, fragmentos de madera, así como una valva de Mesodesma en cuyo interior se hallaron restos de cabello humano. 94

U.E. 6.97: Apisonado

U.E. 6.99: Apisonado Se ubica en las cuadrículas 2, 3, 4, 7, 8 y 9. Posee una superficie de contornos irregulares. De color gris oscuro (2.5Y 4/1), es de consistencia semicompacta, textura fina y está compuesto principalmente por ceniza con inclusiones de fragmentos de moluscos carbonizados en mayor cantidad, y escaso material botánico e ictiológico.

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U.E. 6.100: Piso Se ubica en la parte sur de la unidad, en las cuadrículas 17 a 25, de manera regular y continua. Presenta una superficie de color marrón grisáceo oscuro (2.5Y 4/2). Se compone de arcilla de color marrón amarillento claro (2.5Y 6/4) mezclada con arena de consistencia semicompacta y de textura semi gruesa. Como inclusiones, presenta moluscos enteros que se observan desde la superficie y material ictiológico y botánico en poca cantidad. U.E. 6.101: Piso Se ubica en el lado este de la unidad. Es de forma irregular, con una superficie erosionada de color gris (2.5Y – 6/1). Se compone de arcilla con ceniza, de textura fina y consistencia semicompacta, con incrustaciones de moluscos (Mesodesma donacium y Argopecten purpuratus). Como inclusiones,

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presenta material ictiológico en mayor cantidad y moluscos carbonizados con material botánico. U.E. 6.102: Piso No excavado. U.E. 6.103: Capa Se ubica al lado nor-este de la unidad adyacente al muro registrado con la U.E. 6.20 compuesta de arena distribuida irregularmente de color marrón grisáceo oscuro (10YR 4/2), su textura es fina de consistencia suelta con moluscos y algunos cantos rodados pequeños en superficie, como inclusiones presenta además de lo señalado material ictiológico y botánico en regular cantidad. U.E. 6.104: Fogón Se ubica en la cuadrícula 9 de la unidad. Es un elemento de forma circular con una superficie irregular de color gris olivo (5Y 4/2). Se observan moluscos enteros y fragmentados, carbonizados, y restos de carbón con junco, dispersos y en poca cantidad. Es de consistencia suelta, compuesto por los materiales señalados, además de material ictiológico y botánico disperso en poca cantidad. Estaría asociado con la superficie de la U.E. 6.97. De este fogón se tomaron muestras de material botánico para fechado, obteniéndose dos fechas: 3,769±59 A.P. y 3,737±38 A.P. U.E. 6.105: Hoyo Se ubica en la cuadrícula 9 de la unidad. Es de forma circular (14 cm de diámetro) con una superficie de color marrón grisáceo muy oscuro (2.5Y 3/2), donde se observan fragmentos de moluscos. Está compuesto por arena de consistencia suelta y de textura fina, con inclusiones de piedras medianas y termo fracturadas, siendo una de estas un artefacto. Además, se registró material malacológico e ictiológico en poca cantidad. Estaría asociado con la superficie de la U.E. 6.97. U.E. 6.106: Hoyo Se ubica en la cuadrícula 8. Es forma circular (12 cm de diámetro), con una superficie irregular de color gris olivo (5Y 4/2). Compuesto por arena de textura fina y de consistencia suelta, con inclusiones de piedras chicas termo fracturadas en la superficie, y material ictiológico y moluscos fragmentados en poca cantidad hacia el interior. Estaría asociado con la superficie de la U.E. 6.97. U.E. 6.107: Hoyo Se ubica en la parte sureste de la cuadrícula 3. Es de forma semi circular (15 x

Fig. 35. Dibujo de planta de la Unidad 6 al concluir los trabajos. 96

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20 cm). Está compuesto por arena de color marrón olivo claro (2.5Y – 5/3) de textura fina y consistencia suelta. Presenta como inclusiones, moluscos (principalmente Mesodesma donacium) fragmentados y material ictiológico en poca cantidad. Estaría asociado con la superficie de la U.E. 6.97. U.E. 6.108: Elemento Se ubica en la cuadrícula 9. Consiste en pequeños fragmentos de arcilla de color amarillo pálido (2.5Y – 7/4) que se presentan como gránulos gruesos y de consistencia suelta; además, se encuentran mezclados con arena fina de color marrón olivo (2.5Y – 4/3). Se asocia con el paramento Este de la U.E. 20. U.E. 6.109: Hoyo Se ubica en la cuadrícula 12 de la unidad. Es de forma circular (29 cm de diámetro). Presenta una superficie de color gris olivo (5Y 4/2), observándose algunos fragmentos de moluscos. Está compuesto por arena semicompacta, de textura fina, con inclusiones de material ictiológico y botánico en regular cantidad. Estaría asociado con la superficie de la U.E. 6.98. U.E. 6.110: Hoyo Fig. 36. Plataforma de piedra descubierta en la Unidad 6.

Se ubica en la cuadrícula 8. Es de forma circular (22 cm de diámetro) con una superficie de color marrón grisáceo oscuro (2.5Y 4/2) observándose concreciones pequeñas de arena y moluscos fragmentados. Está compuesto de arena suelta de textura fina, con inclusiones de material ictiológico en mayor cantidad, además de lo señalado anteriormente. Estaría asociado con la superficie de la U.E. 6.98. U.E. 6.111: Hoyo Se ubica en la cuadrícula 13. Es de forma semicircular (15 cm de diámetro), de contornos irregulares con una superficie de color marrón grisáceo muy oscuro (2.5Y 3/2). Tiene fragmentos de moluscos y de material ictiológico en la superficie. Se compone principalmente de arena con ceniza y fragmentos de carbón de textura fina y de consistencia semicompacta. Estaría asociado con la superficie de la U.E. 6.98. U.E. 6.112: Hoyo Se ubica entre las cuadrículas 18 y 19. Es de forma semicircular (22 x 31 cm), con una superficie de color marrón grisáceo muy oscuro (2.5Y 3/2), donde se observan varios fragmentos óseos identificados como epífisis de huesos largos, además de un canto rodado y fragmentos de moluscos. Está compuesto de arena suelta, de textura fina, con algunos grumos de arcilla de color marrón amarillento claro (10YR 6/4) y concreciones de arena con salitre Las inclusiones, además de las señaladas, se componen de material 98

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botánico y dos piedras medianas. Estaría asociado con la superficie de la U.E. 6.98. U.E. 6.113: Hoyo Se ubica entre las cuadrículas 12 y 17. Es de forma circular (14 cm de diámetro), con una superficie de color gris oscuro (5Y 3/2). Compuesto de arena con ceniza de consistencia suelta y de textura fina, con inclusiones de moluscos fragmentados carbonizados y restos de junco. Interpretaciones:

Fig. 37. Dibujo del muro Oeste de la plataforma de la Unidad 6, una vez excavado.

La Unidad 6 muestra una ocupación recurrente del área excavada. Se observa una serie de superposiciones de pisos de arcilla intercalados con capas de ceniza y restos orgánicos. Asociados con los pisos encontramos fogones, desechos de consumo y agujeros de postes de probables estructuras, vinculadas con actividades domésticas. Además, una arquitectura construida con cantos rodados (Fig. 36). Lo que originalmente parecía un muro resultó ser una plataforma de baja altura, ubicada en la parte central de la unidad (Fig. 37). Lamentablemente está muy alterada por las reocupaciones posteriores y la ocupación moderna. Estratigráficamente esta plataforma no corresponde a la última ocupación de la unidad. Sobre ella se encontraron remanentes de un piso de arcilla y, asociado con este, dos fogones de forma circular revestidos de arcilla. Por encima del piso se levantó una segunda plataforma, la cual fue posteriormente sellada con un relleno de ceniza donde se colocaron dos ofrendas humanas, correspondientes a un individuo decapitado y un cráneo con las primeras vértebras cervicales (Fig. 38). Al estar muy cerca de la superficie —donde se llegaron a definir las bases de una casa de estera— su estado de conservación es muy malo, y los restos se encontraron muy fragmentados. Un análisis preliminar de estos restos óseos determinó que corresponden a individuos diferentes. Asociado con los restos del cuello humano se encontró un dije de Spondylus sp. y cinco cuentas, las que formaron parte de un collar (Fig. 39). Otro importante hallazgo realizado durante los trabajos de excavación fue el de una lasca de obsidiana procedente de la U.E. 6 (Fig. 40). Unidad 09: Unidad de 2 x 2 m, orientada al norte, que se encuentra ubicada en el sector central del sitio, sobre un terreno plano donde se alternan algunos afloramientos de cenizales y concentraciones de moluscos fragmentados. Como en la unidad anterior, se observa la presencia de piedras pequeñas y grandes en toda el área. Como el resto de este sector, en la actualidad presenta un alto tránsito de personas y animales, aunque no se perciben mayores intrusiones en el terreno. El objetivo de esta unidad fue definir las 100

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Fig. 38 a. Restos fragmentados de la cabeza sobre plataforma. Unidad 6. b. Restos fragmentados del cuerpo, próximo a la cabeza, sobre plataforma. Esta asociado a piedras termofracturadas y un mate. Unidad 6.

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características del sitio arqueológico en su parte central y la naturaleza de las concentraciones de moluscos y ceniza, como probables indicadores de actividades domésticas. La unidad de 2 x 2 metros fue subdividida en cuadrículas de 1 metro cuadrado, las que fueron numeradas del 1 al 4. A medida que avanzaban los trabajos se decidió excavar únicamente la cuadrícula 4 (1 x 1 m), la cual se excavó hasta el estéril. Coordenadas UTM: Esquina NW: 8 761 901 N / 217 600 E Esquina NE: 8 761 901 N / 217 602 E Esquina SW: 8 761 898 N / 217 600 E Esquina SE: 8 761 898 N / 217 602 E Relación de Unidades Estratigráficas Registradas: U.E. 9.01: Superficie Capa suelta compuesta por arena y piedras pequeñas de color gris oscuro (2.5Y 4/1). Se observan abundantes restos malacológicos fragmentados y blanquecinos y trozos de junco moderno. U.E. 9.02: Capa Capa compuesta por arena de granos finos y ceniza, es de textura semi irregular y semi compacta. Es de color gris oscuro (2.5Y 3/1). Esta capa se encuentra al sur de la unidad y en el lado noroeste de la misma. Observamos que contiene fragmentos muy pequeños de conchas de moluscos, algunas de las cuales presentan huellas de quema: También se observan algunas piedras medianas, de las cuales una está termo fracturada. U.E. 9.03: Capa Se le ubica al norte de la unidad, en las cuadrículas 1 y 2. Corresponde a una capa semi compacta de textura irregular, compuesta por arena fina y piedras pequeñas. Es de color marrón olivo (2.5Y 4/3). Esta capa contiene fragmentos de moluscos, muy pequeños. U.E. 9.04: Elemento Corresponde a una cista ubicada en la cuadrícula 4 de la unidad. Tiene un diámetro de 30 cm y contiene arena fina suelta y piedras pequeñas, es de color gris (2.5Y 5/1) Se observan algunos restos de material cultural, destacan los restos de moluscos. U.E. 9.05: Elemento Se ubica en el centro de la unidad, en las unidades 1, 2, 3 y 4. Se trata de una 103

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cista con arena fina semi compacta y piedras medianas y grandes, algunas de las cuales presentan huellas de quema y termo fractura. Es de color gris (2.5Y 6/1). En la superficie de la cista se encontró una concentración de valvas de moluscos enteros y fragmentados; también, restos de material botánico muy fragmentado. U.E. 9.06: Hoyo Corresponde a un posible hoyo de poste, relleno de arena fina suelta con piedras muy pequeñas. En su superficie se observan algunos restos muy fragmentados de material botánico y malacológico. Es de color marrón olivo oscuro (2.5Y 3/3). Se ubica en el lado este de la unidad. U.E. 9.07: Capa

Fig.39. Hallazgo de dije y cuentas (chaquiras) de Spondylus sp. asociado a cabeza sobre plataforma, Unidad 6.

Se ubica en la cuadrícula 1 de la unidad. Corresponde a una capa compuesta de arena fina suelta con piedras muy pequeñas. Es de color marrón grisáceo muy oscuro. Se observan restos fragmentados de material botánico, malacológico e ictiológico, muchos de los cuales presentan huellas de quema. U.E. 9.08: Capa Es una capa compuesta por arena fina y abundantes restos ceniza y carbón sueltos, presenta una textura semi regular y es de color negro (5Y 2.5/1). Contiene abundantes restos malacológicos muy fragmentados y quemados, así como material botánico en mal estado de conservación. Se ubica en la esquina noreste (cuadrícula 2) de la unidad. U.E. 9.09: Lente Ubicado en la cuadrícula 3 de la unidad, corresponde a un lente de forma irregular conformado de arena suelta de granos pequeños, de color marrón olivo claro (2.5Y 5/3). Se encuentra poco material cultural, consistente principalmente de restos muy fragmentados de valvas de moluscos, vegetales y peces. U.E. 9.10: Capa Se extiende por el lado nor central de la unidad, como una franja que atraviesa las cuadrículas 1 y 2. Corresponde a un estrato arenoso de color marrón grisáceo oscuro (2.5Y 3/2), de textura semi regular y suelta. Contiene varias piedras termo fracturadas, material malacológico con una mayor proporción de valvas enteras, restos óseos de peces y vegetales. U.E. 9.11: Capa

Fig. 40. Lasca de obsidiana recuperada de las excavaciones de la Unidad 6. 104

Es una capa compuesta por arena y ceniza de color gris oscuro (5Y 4/1); es de textura semi regular, también presenta un poco de grava y abundantes fragmentos pequeños de valvas de moluscos quemados. La abundante 105

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ceniza da el color ceniciento al estrato. Asimismo se observan abundantes piedras pequeñas y medianas termo fracturadas, pequeños carbones y abundantes restos ictiológicos. La capa se extiende de forma discontinua por toda la unidad. U.E. 9.12: Capa Capa que se ubica en la esquina suroeste y se extiende por las cuadrículas 1, 3 y 4, con bordes regulares. Es un estrato semi compacto y en algunos sectores compacto por el salitre. Presenta una superficie irregular, donde se observan piedras medianas con huellas de quema. El material cultural observado está principalmente compuesto por Mesodesma donacium sin huellas de quema. La capa no tiene un color homogéneo, sin embargo predomina el marrón grisáceo (2.5Y 5/2). U.E. 9.13: Capa Es una capa muy compacta, de color gris oscuro (2.5Y 4/1), compuesta por arena, limo y ceniza. Se observa regular cantidad de piedras angulosas y algunos cantos rodados de tamaño pequeño y mediano, con huellas de quema. También se encontraron abundantes restos de moluscos en los que predominan las machas enteras. Se ubica en la esquina suroeste de la unidad, extendiéndose por las cuadrículas 1, 3 y 4. U.E. 9.14: Capa Ubicada en las cuadrículas 1, 2 y 4 de la unidad. Corresponde a una capa compuesta por arena de grano fino, suelta, de color marrón amarillento claro (2.5Y 6/3). Se observan restos muy fragmentados de material botánico, principalmente grama salada y moluscos enteros y fragmentados. Las muestras de material botánico de esta U.E. dieron dos fechados: 3,684±58 A.P. y 3,710±59 A.P. U.E. 9.15: Capa Se trata de una capa compacta compuesta de arena y ceniza de color gris claro (5Y 7/1), que ocupa un 75% de la unidad. Es de superficie irregular con abundantes restos malacológicos, algunos con huellas de quema, tanto enteros como fragmentados. U.E. 9.16: Capa

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de la U.E. 9.15 se encuentra adosada sobre la superficie de esta U.E. U.E. 9.17: Capa Se encuentra en el extremo norte de la unidad y se extiende por las cuadrículas 1 y 2. Corresponde a una capa de arena suelta, de color marrón grisáceo oscuro (10YR 4/2). Contiene abundante material botánico, aunque muy fragmentado. En menor proporción se observan restos de moluscos fragmentados. U.E. 9.18: Capa Capa que se extiende por las cuadrículas 3 y 4 de la unidad. Se trata de un estrato semi compacto de arena y limo, con abundantes restos de ceniza, de color gris muy oscuro (2.5Y 3/1). Se observan abundantes restos de moluscos fragmentados, muchos de ellos con huellas de quema o carbonizados, así como restos muy fragmentados de vegetales y huesos de pescado. Es un estrato de superficie irregular que presenta una ligera pendiente de sur a norte. En su superficie se observan tres depresiones circulares que parecen ser huecos de poste, aunque dos de ellas no son muy profundas. U.E. 9.19: Elemento Se ubica en el centro de la unidad, intruyendo la U.E. 9.18. Corresponde a un agujero de 20 cm de diámetro, de forma casi circular, que contiene arena y ceniza de color marrón grisáceo oscuro (10YR 4/2). Al retirar la superficie de arena y ceniza se encontró un textil, en muy mal estado de conservación, que envolvía una serie de palitos de forma rectangular, también en muy mal estado de conservación debido a las sales. U.E. 9.20: Capa En la esquina noroeste de la unidad la capa se extiende por el lado norte de la cuadrícula 1. Es una capa semi suelta de arena de color marrón oscuro grisáceo (2.5Y 4/2) que presenta abundante material botánico, destacando el junco. También se observa material orgánico quemado (carbón) y escasos fragmentos de moluscos. U.E. 9.21: Capa Se encuentra ubicada en el lado sur de la unidad, en las cuadrículas 3 y 4. Es una capa de arena suelta de color marrón olivo claro (2.5Y 5/4). Presenta escaso material arqueológico, algunos restos vegetales y pocos fragmentos de moluscos.

Capa que se extiende por toda la unidad. Corresponde a un estrato compacto compuesto de arena y limo de granos finos y pequeños, con una superficie regular de color gris oscuro rojizo (5YR 4/2), que se extiende –con una ligera pendiente de sur a norte– por toda la unidad. En su extremo norte ha sido cortada desde arriba por la U.E. 9.14. La capa contiene moluscos fragmentados y enteros, y piedras angulosas medianas que afloran a la superficie. Este estrato correspondería a una superficie de uso o piso. La base

Se encuentra ubicada en el lado sur de la unidad, extendiéndose por las cuadrículas 3 y 4. Corresponde a una capa de arena semi suelta de color

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U.E. 9.22: Capa

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marrón (7.5.YR 4/2), de superficie semi regular. Se observan abundantes restos culturales muy fragmentados, material malacológico, botánico, ictiológico y trozos muy pequeños de carbón. U.E. 9.23: Capa La capa se extiende por el lado central de la unidad, ubicándose en las esquinas de todas las cuadrículas. En su lado norte ha sido cortada por la U.E. 9.20 Corresponde a una capa compacta de superficie irregular, compuesta por arena y concreciones salitrosas muy duras, que forman superficies ásperas e irregulares de apariencia grumosa. Esta capa contiene pocos restos culturales, observándose material malacológico fragmentado y botánico. La capa es de color marrón (7.5Y 5/2). También se observan grumos y trozos de salitre, pequeños y medianos, que forman parte de la matriz. U.E. 9.24: Capa Se extiende por gran parte de la unidad y, al igual que la U.E. anterior, sido cortada por las U.E. 9.20 y 9.22. Corresponde a una capa irregular tanto en superficie como en contenido. Está compuesta de limo, arena y concreciones salitrosas de granos que van desde muy finos a medianos. Estos elementos crean una capa de naturaleza semi compacta y una matriz heterogénea en donde se puede observar sectores con mayor cantidad de ceniza, moluscos y concreciones salitrosas que dan diferente coloración al estrato. Sin embargo, el color que predomina es el gris oscuro (2.5Y 4/1). Los componentes culturales no son muy abundantes como en anteriores capas, observándose principalmente restos blanquecinos de moluscos y fragmentos pequeños de vegetales. U.E. 9.25: Capa Se ubica por toda la unidad, de forma discontinua en las áreas en donde se encontraba la U.E. 9.24 y, al igual que esta, ha sido cortada por el lado norte por la U.E. 9.20. Comprende un estrato de arena semi compacto de color marrón claro grisáceo (2.5Y 6/3), de superficie irregular. Es una capa homogénea que presenta regular cantidad de fragmentos de vegetales y moluscos. U.E. 9.26: Capa

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del material malacológico fragmentado está carbonizado. Los moluscos enteros se concentran principalmente en el lado suroeste de la unidad. También, se observa material botánico en menor proporción. En algunos sectores de la capa se han creado concreciones salitrosas muy compactas, donde se observan mayores proporciones de ceniza. U.E. 9.27: Capa Se ubica en el lado sur-central de la unidad, en las cuadrículas 2 y 3. Corresponde a una capa de color marrón grisáceo (2.5Y 5/2), semi compacta, que presenta gran cantidad de material orgánico, sobre todo botánico. Esta U.E. forma parte de la U.E. 9.22 pero ha sido diferenciada de ella por su mayor proporción de material orgánico. U.E. 9.28: Capa Corresponde a la parte inferior de la U.E. 9.26, la que se deposita sobre un piso de barro. Esta capa tiene las mismas características de la U.E. 9.26, la que ha sido considerada aparte por su asociación con el piso 9.29. Presenta material arqueológico semejante al del nivel superior. En algunas zonas encontramos concreciones salitrosas compactas. U.E. 9.29: Piso Corresponde a un piso compacto de color marrón grisáceo (10YR 5/2), compuesto por arcilla y arena, que presenta una superficie regular, aunque en algunos sectores se encuentra quebrado por las ocupaciones posteriores. En algunos lugares también se observan costras de salitre adosadas que no han sido retiradas para no alterar la superficie del piso. En la superficie no se observa material cultural. El piso se extiende por toda la unidad de excavación, solo se encuentra intruido parcialmente en el lado norte por la U.E. 9.20, y en el lado centro sur por las U.E. 9.22 y 9.27. Estas intrusiones finalizan en este nivel. U.E. 9.30: Capa Se ubica en el lado este de la unidad, en la cuadrícula 2. Es una capa semi compacta de color marrón grisáceo oscuro (2.5Y 4/2), compuesta de arena y limo de granos pequeños y muy pequeños. Presenta una superficie semi regular, observándose escasos fragmentos de moluscos y muy pocos restos vegetales. A partir de esta U.E. se procedió a excavar únicamente la cuadrícula 4.

Capa que se extiende por gran parte de la unidad. Al igual que el resto de las U.E. anteriores este estrato se encuentra cortado por las U.E. 9.20 y 9.27. Es una capa de arena semi compacta, de superficie semi regular, que presenta una coloración heterogénea de color oliva (5Y 5/3) en gran parte de ella, y de color gris muy oscuro en una pequeña franja de la parte centro-este de la unidad. Contiene abundante material malacológico muy fragmentado y entero, en el que se pueden identificar almejas, choros y piques. Gran parte

Se extiende por toda la cuadrícula 4. Corresponde a un piso compuesto de limo y arena, de color marrón grisáceo oscuro (2.5Y 4/2), cuya superficie es regular y compacta, con una textura semi regular. En su superficie presenta

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U.E. 9.31: Piso

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escasos restos de moluscos fragmentados, y también pequeñas piedras angulosas. U.E. 9.32: Capa Capa semi compacta que se extiende por toda la cuadrícula 4. Está compuesta de arena y limo de granos finos, y piedras angulosas pequeñas. Es de color marrón olivado (2.5Y 4/3), de textura regular. Se observan fragmentos de moluscos. U.E. 9.33: Hoyo Se ubica en el lado sur, con respecto a la cuadrícula 4. Es un hoyo de 8 cm de diámetro, rellenado por arena y gravilla de granos finos y pequeños, con una textura regular y suelta. Se observan fragmentos de carbón muy pequeños, y fragmentos de restos vegetales y moluscos. U.E. 9.34: Hoyo Es un agujero de forma casi circular, que contiene arena de color marrón olivado (2.5Y 4/3), de textura semi regular y suelta. Presenta fragmentos de material botánico. Se ubica en el lado este de la cuadrícula 4. U.E. 9.35: Capa Capa compuesta por arena fina suelta, de textura regular, color marrón olivo claro (2.5Y 5/3), y que se distribuye por toda la cuadrícula 4. Presenta pequeñas piedras angulosas y fragmentos de moluscos. En la superficie de la capa se encontró un fragmento de textil entrelazado y restos de hilos de algodón. A medida que se excavó la capa se encontró gran cantidad de restos botánicos. U.E. 9.36: Piso Corresponde a un piso compacto de superficie lisa (Figs. 41 y 42), compuesto por carbonato de calcio de color blanco (7.5YR 8/1). El piso presenta un claro desnivel en dirección oeste. En su superficie se observan restos de vegetales, concentrados principalmente en el lado norte de la cuadrícula. Se ha definido un total de seis hoyos que lo cortan. U.E. 9.37: Hoyo Se ubica al norte de la cuadrícula y corresponde a un hoyo de 10 cm de diámetro, de forma irregular, que contiene arena de color marrón claro olivado (2.5Y 5/4), de grano fino, textura regular y suelta. Presenta abundantes fragmentos de vegetales y algunos fragmentos de moluscos.

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bordes muy desgastados y radio de 12 cm. Contiene arena de textura fina y suelta de color marrón amarillento (10YR 5/4). También se observan restos de material botánico y malacológico fragmentado. U.E. 9.39: Hoyo Hoyo que corta la U.E. 9.36 e intruye la U.E. 9.45. Tiene 32 cm de profundidad y un diámetro de 9 cm. Está compuesto de arena suelta de color marrón olivo suave (2.5Y 5/4). Se observa material botánico, como tallos y hojas, malacológico muy fragmentados e ictiológico. U.E. 9.40: Hoyo Hoyo de forma casi circular, con arena suelta de color marrón olivo claro (2.5Y 5/3). Tiene una profundidad de 22 cm e intruye las U.E. 9.36 y 9.45. En su interior se observan abundantes fragmentos de material botánico (varias especies) y vértebras de pescado. El material malacológico es escaso. U.E. 9.41: Hoyo Hoyo más grande que los hoyos anteriores. Presenta un diámetro de 25 cm, posee abundante material cultural, destacan los fragmentos de Tillandsia sp. quemados, así como gran cantidad de material ictiológico y malacológico fragmentado. La matriz está compuesta por arena suelta de color marrón olivo muy oscuro (2.5Y 3/3). Este hoyo está ubicado en el lado centro oeste de la cuadrícula 4. U.E. 9.42: Hoyo Hoyo de forma irregular con un diámetro de 15 cm. Contiene arena de granos finos, de color marrón amarillento suave (2.5Y 6/4), y poco material cultural. Destaca el material botánico fragmentado, algunos hilos de algodón y material ictiológico. U.E. 9.43: Hoyo Hoyo de forma irregular, de 10 cm de ancho, compuesto por arena de grano fino, de color marrón amarillento suave (2.5Y 6/4). Posee poco material cultural, pero destaca el material ictiológico, también se encontró material botánico fragmentado, restos de moluscos y algunos hilos de algodón. U.E. 9.44: Rotura de piso Inicialmente considerado un hoyo, resultó ser una rotura en el piso 9.36. U.E. 9.45: Capa

Ubicado al noroeste de la cuadrícula, es un hoyo de forma irregular, con

Capa de arena suelta de color marrón amarillento claro (2.5Y 6/3), de textura regular. En la superficie de esta capa se encontró un canto rodado y una soguilla de junco trenzada, asociada con restos de vegetales fragmentados

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U.E. 9.38: Hoyo

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Fig. 41. Piso U.E. 9.36 de carbonato de calcio.

(Fig. 42). Esta capa arenosa se extiende por toda la cuadrícula 4. U.E. 9.46: Entierro Al retirar la U.E. 9.45 se encontraron 4 piedras que, al ser retiradas, revelaron una estera de junco que cubría los restos de un textil de algodón, en mal estado de conservación debido a las sales, y por los efectos de la descomposición del cuerpo. Al retirar los textiles se encontró un individuo de aproximadamente 5-6 años en posición fetal, flexionado, decúbito lateral derecho, orientado al Suroeste, con el rostro hacia el sur. Los huesos se encuentran en un estado regular de conservación, con abundante presencia de sales; luego de registrarse se retiró. U.E. 9.47: Capa estéril Se encuentra en toda la cuadrícula 4, corresponde a una capa arcillosa compuesta por limo de grano muy fino, semi compacto. Es de color 10YR 6/4. Una vez retirada la delgada capa arcillosa se encontró arena compacta, sin restos de material cultural. Se profundizó hasta 50 cm sin encontrar ningún elemento cultural. Ante la ausencia de materiales arqueológicos, se cerró la excavación de esta unidad. 112

Fig. 42. Dibujo de planta del piso 9.36 y agujeros de poste asociados.

Interpretaciones: Se pudo definir que en esta área del Sector 1 la ocupación tendría una profundidad de casi 2 metros (Figs. 43 y 44). Al igual que en la unidad 6, se observaron continuas reocupaciones que, en muchos casos, disturban las ocupaciones previas. En varios estratos observamos superficies de uso creadas por el tránsito de las personas, sin embargo, la única clara presencia de una ocupación formal corresponde a los dos pisos ubicados casi al final de la excavación, y que corresponderían a las ocupaciones más tempranas. La superficie de ambos pisos presenta agujeros de poste de probables estructuras construidas sobre ellos. 113

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El contexto funerario ubicado sobre la capa estéril corresponde a la parte media de la estratigrafía. Para colocar el cuerpo se hizo un agujero que cortó los estratos inferiores, tal como se aprecia en el perfil estratigráfico de la unidad, y que fue rellenado con la U.E. 9.45 (Fig. 45). Los restos de subsistencia recuperados durante la excavación reflejan una clara predominancia de los recursos marinos en la dieta del poblador de Bandurria. INVESTIGACIONES EN EL SECTOR 2 Montículo 1: Luego de una revisión de las evidencias en superficie de los montículos, se eligió al ubicado hacia el lado oeste del sector, al que se denominó como “Montículo 1” (Fig. 46). Este presentaba un relieve de tipo piramidal, 10 metros de altura promedio, 60 metros de largo y 30 metros de ancho. En su lado norte, de pendiente suave y cubierta mayormente de arena eólica, tenía una ligera depresión proyectada en casi toda la parte central, la que se conectaba, a su vez, con una saliente de planta cuadrangular a manera de plataforma. Al parecer, la misma depresión constituía algún tipo de acceso al montículo. Fig. 43. Perfil Sur de la Unidad 9, concluida la excavación.

En superficie, el montículo presenta piedras y cantos rodados de tamaño mediano, de unos 30 a 25 centímetros de largo promedio. La parte superior del montículo mostraba algunos alineamientos con este mismo tipo de piedras, lo que, al parecer, era evidencia de la presencia de estructuras subyacentes. Además, hay algunos pocos restos óseos animales, al parecer correspondientes a lobos marinos. En general, la superficie de este montículo presenta una alternancia de material arenoso (eólico), grava y piedras medianas, en su mayoría cantos rodados. De igual manera, la erosión eólica afectó en gran medida las superficies arqueológicas originales y dejó expuesto el material de grava, que parece corresponder a los rellenos estructurales del montículo. Algunos alineamientos de piedras se asocian con este tipo de material y mayormente son visibles en la cima del montículo; incluso parecen conformar algunos recintos rectangulares. Algunas de estas piedras tienen evidencias de haber sido muy afectadas por la intemperie . El lado oeste es de pendiente ligeramente pronunciada, y allí se visualizan algunos posibles afloramientos de muros, siempre conformados por alineamientos de cantos rodados. El lado este presenta una pendiente similar a la del lado oeste, y parece conectarse con una pequeña elevación del terreno, a manera de una plataforma, que, al parecer, se asocia estructuralmente o se conecta con el Montículo 2, ubicado hacia el este. En este mismo punto existen diversas remociones de terreno que han afectado

Fig. 44. Foto final de la excavación de la Unidad 9. 114

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Fig. 45. Unidad 9, Perfil estratigráfico Sur, los número representan las U.Es identificadas y descritas en el texto.

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mucho su conformación original. De acuerdo con las versiones de los pobladores locales, en dicha sección se intentó abrir una vía carrozable hace algunos años. Por su parte, el lado sur presenta también una pendiente ligeramente pronunciada, alrededor de 45º en promedio, con una pequeña depresión en la parte central que podría indicar algún tipo de acceso, pero de menores dimensiones que el existente en el lado norte. Otras dos depresiones se observan hacia el lado suroeste, y también podrían indicar accesos u otro tipo de conformación arquitectónica. En algunas zonas, como en la parte central, la presencia de cantos rodados de tamaño mediano es más evidente, lo que denota, al parecer, la presencia de restos de muros colapsados o que subyacen en el terreno. En este lado se advierten algunas concentraciones de conchas de moluscos fragmentados, principalmente de la especie macha (Mesodesma donacium), que también se perciben en otras áreas. Se trazó una trinchera en el lado norte del Montículo 1 (Figs. 47 y 48), con una dimensión inicial de 5 metros de ancho (en dirección Este-Oeste) y 20 metros de largo (en dirección Norte-Sur). Esta trinchera, denominada “Unidad de Excavación 01” (Unidad 01), tiene una orientación Norte-Sur. Durante el proceso de excavación, una vez determinada la existencia de evidencias arqueológicas relevantes, se amplió el área excavada, con lo que la trinchera alcanzó 45 metros de largo. Posteriormente se subdividió en cuadrículas de 5 por 5 metros, a las que se denominó de manera sucesiva, de Sur a Norte, 1A, 1B, 1C, 1D, 1E, 1F, 1G, 1H e 1I. De igual manera, hacia el lado oeste de las unidades 1D, 1E, 1F y 1G, se amplió el área de excavación en 2 metros adicionales. La superficie arenosa que existe mayormente en el

Fig. 46. Montículo 1 antes de los trabajos de excavación. 117

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lugar de la depresión ubicada en el eje central del montículo, permitió que la estructura subyacente tuviera un buen estado de conservación. Al iniciar las excavaciones en la Unidad 01 del Sector 2, se pudo definir que parte del Sector Monumental de Bandurria había sido reocupado, miles de años después, por grupos Chancay del Periodo Intermedio Tardío (11001400 d.C.). En las capas superiores se encontraron evidencias de esta ocupación que, en algunas partes, reutilizó las piedras caídas de los muros precerámicos para construir precarios pircados que sirvieron como paravientos. Al parecer, estos grupos se ubicaron de forma estacional en la zona para aprovechar los recursos marinos de Playa Chica. Debajo de esta ocupación, una capa de arena eólica (U.E. 7) sella la ocupación correspondiente al Periodo Precerámico Tardío. Los trabajos de excavación

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permitieron identificar una arquitectura de carácter monumental construida en su totalidad con cantos rodados y argamasa de barro, con inclusiones de material vegetal identificado como grama salada (Distichlis spicata). Con el propósito de entender las características de las unidades estratigráficas definidas, se presenta a continuación la descripción del perfil oeste de la Unidad 01 (Fig. 49): a) U.E. 1: Superficie. Compuesta mayormente de arena, grava y piedras angulosas pequeñas; presenta, también, algunos cantos rodados de tamaño mediano sin disposición aparente. Hacia la parte superior de la Unidad 1 (lado sur), aparece con mayor relevancia la grava, lo que sugiere la presencia de material correspondiente a rellenos estructurales. Esto se debe a la fuerte erosión que afecta las áreas elevadas del montículo, mucho más expuestas que la parte baja y norte. Hacia esta zona aparece, en mayor proporción, la arena de grano fino que se depositó en dicho lugar debido a la acción eólica. b) U.E. 2: Se compone de arena, grava y piedras pequeñas angulosas. Presenta muy poco material terroso. Aparece distribuida irregularmente en toda la unidad y se concentra en su parte media. En la parte superior o sur aflora, en cambio, grava y arena de grano grueso. Hacia la parte baja o norte aparece una capa subyacente de color blanco muy compactada de tipo salitroso (caliche), un estrato que es producto de los procesos erosivos que afectaron el montículo en épocas recientes. El retiro del estrato no mostró la existencia de estructuras subyacentes. c) U.E. 3: Estrato delgado compuesto de arena de grano fino de origen eólico, arena de grano grueso, pequeñas porciones de grava y algunas pocas piedras angulosas de tamaño pequeño. Representa una capa muy afectada por factores erosivos y eólicos. No evidencia asociación cultural alguna, y es muy similar en su composición a la U.E. anterior, pero se diferencia por la mayor proporción de arena de grano grueso. Su pendiente mantiene el mismo nivel de caída que presenta el montículo. d) U.E. 4: Estrato compacto de color blanco que se distribuye de manera muy uniforme por toda la unidad. No presenta evidencias culturales asociadas. A este material se le llama comúnmente caliche. Una muestra del material fue analizada con el método de refracción de rayos X (XRD) en el Departamento de Geociencias de la Universidad de Alabama, EE.UU. La muestra contiene principalmente anhidrita (sulfato de calcio o yeso deshidratado), con cerca del 20% de halita (cloruro de sodio o sal de mesa), mientras que el cuarzo y el yeso están presentes en proporciones muy bajas. Según el geólogo Miguel Etayo (comunicación personal), la anhidrita es un mineral evaporítico que se forma en condiciones de extrema sequía. Se trataría de un estrato cuya formación obedece a un evento climático de gran magnitud, ya que se encuentra en varios sectores de la zona de Playa Chica.

Fig. 47. Topografía del Montículo, cuadriculado en Unidades de Excavación. 118

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N

-2,55 m Ofrenda 1 -8,46 m

Escalera 3 Plaza Circular

Escalera 2

Escalera 1

Muro-plataforma de la plaza circular

-9,86 m

-7,80 m -8,06 m

Unidad 1B

0

1

2

Unidad 1C

3

Ofrenda 2 -8,96 m

-7,53 m

-3,72 m

Unidad 1D

Unidad 1E

Unidad 1F

Unidad 1G

4m

Fig. 48. Montículo 1. Dibujo de planta de la Unidad de Excavación 1de 40 x 5 metros con la ubicación de las Ofrendas1 y 2.

Unidad 1H

Unidad 1L

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e) U.E. 5: Se compone de arena, pedazos de carbón, ceniza, piedras angulosas pequeñas -varias de ellas quemadas y termo fracturadas-, así como abundantes restos de moluscos. Presenta deposiciones primarias de material de desecho doméstico, y algunos restos botánicos -como semillas de lúcuma, restos de maíz y otros-, los que indican un tipo de alternancia con productos procedentes del valle, además de los marinos. Sin embargo, estos últimos alcanzan un alto porcentaje en este estrato —alrededor del 90% o 95% de la muestra total— y corresponden casi en su totalidad a machas (Mesodesma donacium). La presencia de fragmentos de cerámica pertenecientes al estilo Chancay indican que este estrato pertenece cronológicamente al Periodo Intermedio Tardío y correspondería a una ocupación estacional en la que se aprovechaban los bancos de Mesodesma donacium de la playa arenosa de Playa Chica. Este estrato se concentra en la parte baja de la Unidad 01 (unidades 1C y 1D), pero su espesor desaparece o disminuye hacia la parte superior de la unidad, salvo en la Unidad 1A, donde no aparece. f) U.E. 6: Estrato compuesto por arena de grano fino, de origen eólico, en donde las clásicas deposiciones laminares han desaparecido o son imperceptibles, debido quizá a la actividad antrópica desarrollada en el estrato inmediato superior (U.E. 5). En efecto, la actividad humana debió haber roto y alterado la conformación natural de este estrato, el que, por sus propias características, no ofrece resistencia al paso de los seres humanos y sus actividades. La capa solo contiene algunos pequeños fragmentos de moluscos que probablemente se introdujeron en el estrato, por presión en el terreno, al momento en que se dio el tránsito sobre él durante el Periodo Intermedio Tardío. g) U.E. 7: Estrato natural conformado por deposiciones laminares de arena de grano fino. La conformación de este estrato evidencia acarreo eólico continuo, acumulado sobre esta área del montículo. Esta deposición eólica sugiere un ambiente completamente árido por un periodo de tiempo bastante prolongado, pues no se advierten alternancias o lentes de origen orgánico, como es común en áreas donde crecen plantas xerofíticas como la achupalla (Tillandsia sp.). En este caso, la capa debe corresponder, por sus dimensiones, a un momento de abandono total del montículo e, incluso, del área circundante, pues tampoco se aprecian elementos culturales sueltos o ligeros —como ceniza, pedazos pequeños de carbón, fibras vegetales, materiales orgánicos, entre otros— que también habrían sido acarreados por el viento si es que en esos momentos se hubiera dado algún tipo de actividad humana sedentaria en el área. Pequeñas concentraciones de conchas enteras de moluscos —casi de manera única la Mesodesma donacium— aparecen en este estrato, y quizá correspondan a algunos «pagos» u ofrendas dejadas en esta área cuando aún estaba parcialmente expuesta. 120

Bandurria: Arena, mar y humedal en el surgimiento de la Civilización Andina

La concentración o espesor más grande de este estrato se presenta cerca de los muros principales del montículo, es decir, hacia el lado sur de la excavación. En estos puntos la consistencia de esta capa es mayor, lo que señala una mayor antigüedad en el depósito. Por otro lado, su consistencia es más suelta en la sección norte. Es importante señalar que al interior del proceso deposicional de este estrato, es evidente un momento de colapso de varias estructuras, seguramente debido a un fuerte sismo. Aunque varias concentraciones de cantos rodados se encuentran en esta capa, su presencia parece obedecer a pequeños desprendimientos aislados. Sin embargo, en las ampliaciones orientales de las unidades C y D, las concentraciones de cantos rodados van acompañadas con restos de mortero de barro y de rellenos estructurales, lo que indica el derrumbe de secciones de muros en las terrazas orientales del montículo durante un solo evento. Inmediatamente por debajo de la U.E. 7 se encontraron los restos de una escalera de acceso principal al montículo (Fig. 50). La escalera tiene un eje Norte-Sur y, en sus dimensiones, abarca casi toda la unidad de excavación. Estructuralmente se compone de hiladas sucesivas de cantos rodados unidos con mortero de barro arcilloso. El estado de conservación de la escalera es regular y se advierte la falta de varias piedras que, con seguridad, colapsaron con anterioridad. Asimismo, su proyección hacia la parte superior del montículo no es clara, pues se pierde su conexión con algún piso u otra estructura asociada. En ese lugar aparece expuesto el relleno estructural del montículo y este se hace mucho más evidente en la unidad ubicada inmediatamente al sur. En total se identificaron 14 pasos o escalones, con un ancho promedio de 25 centímetros y contrapasos que mantienen una altura promedio de 18 a 20 centímetros. Su pendiente es bastante pronunciada y, de modo evidente, debió conservar un carácter bastante restrictivo (Fig. 51). Ampliaciones a ambos lados de la Unidad 1 determinaron un ancho de 6,48 metros. Las ampliaciones realizadas en la Unidad 1C revelaron la existencia de dos grandes muros, en buen estado de conservación, que se proyectan a cada lado de la Escalera 1 y que corresponden a la primera plataforma del montículo. La técnica constructiva es de cantos rodados y mortero de barro arcilloso con grama salada. La disposición de los cantos rodados es bastante regular y alineada (Fig. 52), y sus alturas correspondientes son de 2,03 metros y 2,05 metros. El desarrollo de las excavaciones en las respectivas ampliaciones este y oeste en la Subunidad 1C lograron definir una segunda terraza con dos muros paralelos a los de la primera terraza. Estos muros se proyectan también hacia el este y el oeste, partiendo de la escalera principal. La técnica constructiva es idéntica a la de la arquitectura integral del sitio. El estado de conservación del muro este es muy bueno y alcanza una altura promedio de 1,10 metros, pero parece haber perdido su cabecera debido a colapsos. Por su 121

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Bandurria: Arena, mar y humedal en el surgimiento de la Civilización Andina

No hay evidencias de actividades que hayan dejado restos materiales sobre el piso de la escalera, o que hayan quedado en las esquinas que forman los escalones. Algunos cantos rodados de tamaño mediano se encuentran dentro de la U.E. 7, aunque no presentan ningún tipo de disposición y tampoco argamasa adherida. Deben proceder de las partes superiores del montículo que, al erosionarse o derrumbarse algunas secciones de los muros, se depositaron en la arena. La escalera de acceso norte está muy afectada, en primer lugar, por la intrusión moderna o huaqueo que se ha observado desde la superficie, lo que desplazó algunas piedras de su posición original y, en segundo lugar, por derrumbes que se produjeron en épocas arqueológicas. Estos derrumbes han afectado mayormente el lado este de la escalera, por lo que se han perdido varios escalones. La arena eólica, de grano fino, cubre de manera directa estos derrumbes e ingresa también en las depresiones que han dejado estas áreas faltantes. Incluso el material de relleno que sustenta la escalera –compuesto en su mayoría de gravilla–se ha desplazado de su posición original en los puntos donde faltan las piedras. Este relleno ingresó parcialmente en la plaza circular, lo que coincide con el desplazamiento de los cantos rodados en esta misma dirección. Se pueden identificar los restos de cinco escalones y todos ellos están muy deteriorados, por lo que solo queda parte de la estructura de cada uno. Por último, a pocos metros de la escalera norte de la plaza circular se encontraron las bases de un muro con orientación Este-Oeste. Las improntas Fig. 50. Descubrimiento de la escalera principal del Montículo 1 y acceso a la plaza circular.

parte, el muro ubicado del lado oeste aparece mucho más deteriorado por estos mismos eventos. Ambos muros debieron de tener la misma altura que los de la primera plataforma (aproximadamente 2 metros). En la Subunidad 1D, también inmediatamente debajo de la U.E. 7, aparecieron muros elaborados con cantos rodados de tamaño mediano y mortero de barro arcilloso e inclusiones vegetales. Los cantos rodados están dispuestos en, al menos, 10 hiladas continuas y regulares. Estos muros tienen planta de forma semicircular y en su proyección hacia el Este describen un arco y, en uno de sus extremos al sur, una esquina, la que se conecta con una escalera, también elaborada de cantos rodados y estructuralmente muy bien construida (Fig. 53). En conjunto, estos elementos corresponden a una plaza circular de 15 metros de diámetro que se encuentra inscrita en una plataforma. Tiene dos escaleras de acceso de planta trapezoidal en los extremos sur y norte, con la mayor abertura hacia el lado opuesto al centro de la plaza. Sus pasos y contrapasos están igualmente elaborados con cantos rodados dispuestos en hiladas regulares y, al parecer, estuvieron cubiertos por una delgada capa de enlucido. 122

Fig. 51. Escalera principal de acceso al Montículo 1. 123

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Fig. 52. Vista frontal del Montículo 1 una vez excavado. En primer plano, acceso sur y muro de la Plaza Circular asociada.

de los cantos rodados que fueron extraídos de su posición original estaban visibles. El muro se encuentra a lo largo de toda la unidad de excavación, y mantiene un ancho promedio de 40 centímetros. Está compuesto por cantos rodados de tamaño mediano, con mortero de barro arcilloso de color beige claro, e inclusiones de grama salada, y tiene una gran similitud con todos los muros descritos antes. Tuvo como función principal servir de perímetro a la plataforma que rodea y sirve de sustento a la plaza circular hundida. También sirvió de contención del relleno sobre el que se asienta esta plataforma. Cabe destacar que, a diferencia de otros sitios del Periodo Precerámico Tardío con arquitectura monumental (Quilter 1992: 402), no se han encontrado shicras o bolsas de contención en los rellenos constructivos del Montículo 1, que contienen, más bien, cascajo, ripio y arena. En algunas áreas del montículo se emplean pircas de bloques de arenisca como contención de los rellenos. Tienen poca altura, no sobrepasan el metro y se disponen cerrando niveles de relleno de forma aterrazada. Ofrendas asociadas No se encontraron materiales culturales significativos asociados con la arquitectura excavada. Sin embargo, se encontraron dos ofrendas en la capa 124

Bandurria: Arena, mar y humedal en el surgimiento de la Civilización Andina

Fig. 53. Detalle del muro de la plaza circular de cantos rodados.

de arena eólica (U.E. 7) que cubre la plaza circular. La primera ofrenda se encontró próxima a la esquina oeste de la escalera de acceso sur a la plaza circular. Consistió de una canasta de forma globular de pequeño tamaño (Fig. 54), cuyo estado de conservación era malo y se advertía un gran deterioro en las fibras vegetales que la conforman. Dentro de esta canasta se hallaron los siguientes objetos (Fig. 55): dos prendedores o tupus, una aguja y un artefacto, todos de hueso —este último probablemente una espada de tejedor, con un hilo amarrado en su parte media—, un cuenco de piedra —que, al parecer, estuvo envuelto parcialmente con tejidos entrelazados— y un atado de textiles entrelazado amarrados con un pedazo de junco. Estos textiles se encontraron muy deteriorados por carbonización y prácticamente en proceso de desintegración. Al momento de cernir el material arenoso existente al interior de la canasta, se hallaron también algunos fragmentos de mate y huesos de una lorna pequeña (Sciaena deliciosa). Inmediatamente debajo de esta canasta se halló un fragmento de red de algodón que contenía un conjunto apelmazado de material orgánico descompuesto, al parecer, de fibra vegetal. Esta ofrenda se depositó luego del abandono del sitio, cuando los estratos de arena eólica ya comenzaban a cubrir la mayor parte del montículo. 125

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La segunda ofrenda se compone de tres mates pequeños (Fig. 56), dos en forma de botella (Fig. 57) y uno en forma de «pera» o «riñón». Este conjunto se encuentra muy próximo al muro de cantos rodados que se proyecta hacia el este de la escalera de acceso sur a la plaza circular (exactamente a 2,7 metros de la escalera misma). Con seguridad se depositaron por medio de un pequeño hoyo en la arena eólica y fueron cubiertos por esta con el transcurso del tiempo. No se hallaron otros objetos asociados dentro de este contexto. FECHADOS RADIOCARBÓNICOS Para complementar los primeros fechados radiocarbónicos obtenidos por Rosa Fung en la década de los setenta, el Proyecto Arqueológico Bandurria obtuvo 17 fechados radiocarbónicos que fueron obtenidos empleando el método de espectrometría de aceleración de masa o AMS (por sus siglas en inglés), los que confirman la antigüedad del sitio y permiten determinar cuándo fue abandonado por sus habitantes. Los fechados fueron calibrados con el programa OxCal (versión 3.5) y se presentan con dos sigmas (95% de probabilidad). Cabe mencionar que los 15 fechados obtenidos para el Sector Doméstico provienen de ocupaciones tardías del sector, mientras que el fechado más antiguo de Fung, de 4530 ± 80 A.P., proveniente de la base de la ocupación, aún es el más temprano recuperado hasta la fecha.

Fig. 54. Ofrenda 1: Canasta globular en la arena eólica de la plaza circular.

Del Sector Doméstico tenemos un total de 15 fechados procedentes de las unidades 6 y 9, el perfil Norte y contextos funerarios excavados del perfil producto de la inundación de 1973 (Cuadro 6). Para el Sector Monumental se tienen solo dos fechados. El primer fechado de 3535 ± 15 A.P. (1850-1770 a.C.) corresponde a una muestra de Distichlis spicata (grama salada), obtenida de la capa más superficial de argamasa del muro sureste de la plaza circular. El segundo fechado, de 3440 ± 15 A.P. (1780-1680 a.C.), se hizo sobre una muestra de junco de la canasta de la Ofrenda 1, que fue depositada cuando la arena eólica había cubierto casi toda la plaza circular. Estos fechados comprenden un periodo de, aproximadamente, 100 años entre la construcción de la plaza circular y la colocación de la ofrenda. DISCUSIÓN La arquitectura pública como reflejo de una sociedad jerarquizada: El surgimiento de la arquitectura pública de carácter monumental es un reflejo físico del grado de jerarquización en la organización social de un pueblo. El embarcarse en proyectos de construcción de magnitudes monumentales requiere no solo de abundante mano de obra, sino de un 126

Fig. 55. Contenido de la canasta: artefactos de hueso, un cuenco de piedra y una red de algodón. 127

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Bandurria: Arena, mar y humedal en el surgimiento de la Civilización Andina

sistema de organización social que logre que toda una población se enfrasque en el desarrollo satisfactorio de las obras. Esto reflejaría una relación desigual entre los miembros de la sociedad, y la existencia de un grupo social dominante (elite) que a través de una serie de mecanismos de consenso o coerción ejerció su poder sobre el resto de la población. Para el Precerámico Tardío en la costa Norcentral estamos encontrando, tal como lo mencionó Williams (1980: 382): “los primeros ejemplos de zonificación urbana y de uso diferencial del espacio”, lo que refleja una sociedad desigual, estratificada. La arquitectura pública monumental de este período tuvo una función ceremonial indiscutible, como ya lo han revelado trabajos previos (p. e. Shady 1997, 2004; Shady y Leyva 2003) los cuales lo relacionan al poder y control que ejercieron las clases dominantes de la sociedad del Precerámico Tardío en la Costa Norcentral. Sin embargo, aún no están claros los orígenes de esta tradición arquitectónica que tuvo su apogeo en los valles costeros a partir del año 2800 a. C. Según nuestro modelo de desarrollo estos orígenes se deben hallar en los sitios del litoral de la costa Norcentral. Por ello, creemos que en Bandurria se han encontrando los inicios de la tradición arquitectónica ceremonial costera, reflejados en las plataformas de piedra descubiertas en la Unidad 6 del Sector Doméstico. Por la técnica constructiva empleada, y sus dimensiones, estas plataformas no requieren de mucha mano de obra. Probablemente sean la obra de 5 a 10 adultos, lo que correspondería al número de una familia extendida, y reflejarían el incipiente proceso de complejización social que se está dando en el sitio.

Fig. 56. Ofrenda 2: Mates.

Estas estructuras claramente cumplieron funciones ceremoniales, y la presencia de restos humanos asociados a su cierre y clausura, reflejan su importancia. Al igual que el resto de estructuras del sitio, se empleó el canto rodado como material de construcción, unido con argamasa de barro; sin embargo, no se observa la misma perfección y detalle en muros de estas plataformas comparándolos con los del Sector Monumental, denotando una poca especialización en albañilería. La presencia de un piso de arcilla asociado con fogones de forma circular, con finos enlucidos de arcilla (Fig. 58), nos daría algunas claves de los tipos de rituales que se llevaron a cabo en estas estructuras, los cuales debieron consistir en la quema de ofrendas. Como otros espacios ceremoniales del sitio, los pisos se encontraban limpios y casi no se recuperaron restos culturales asociados con ellos. Lamentablemente, no contamos aún con fechados de las plataformas, pero estratigráficamente, como mencionamos anteriormente, corresponden a una fase media de ocupación del sitio. Esta estructura fue parcialmente desmontada y alterada por ocupaciones posteriores claramente domésticas del Sector. Fig. 57. Mate: botella después de limpieza y conservación. 128

129

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Es interesante notar que el relleno constructivo de estas plataformas está compuesto principalmente por piedras termo fracturadas, ceniza y desechos orgánicos (Fig. 59), que claramente contrastan con los limpios rellenos del sector Monumental compuestos por cascajo, ripio y arena, principalmente. En algunos sectores de la plataforma se emplearon trozos de caliche en los rellenos. Fue en la limpieza de estos rellenos constructivos que se descubrió lo que hemos denominado proto-shicra: una bolsa compuesta por un filamento sin torsión, de junco, que contiene piedras termo fracturadas, ceniza y restos orgánicos (Fig. 60). A diferencia de las shicras halladas en la arquitectura monumental del período, creemos que por el empleo de un solo tallo de junco en la confección de la proto-shicra, en lugar de ser empleada para el acarreo de material, tuvo más bien un uso simbólico, el cual desconocemos en la actualidad. Cabe mencionar que solamente una protoshicra fue hallada en el relleno de la plataforma, lo que respaldaría su uso ceremonial, en lugar de un uso estructural. Posteriormente, con el desarrollo de una arquitectura monumental, la shicra fue usada para los rellenos constructivos, pero empleando soguillas de materiales más gruesos y resistentes, como el carrizo o la totora. Referente a otros tipos de estructuras en el Sector Doméstico, se han identificado restos de estructuras domésticas construidas con materiales perecibles. Se han encontrado diversos huecos de postes formando patrones circulares y rectangulares de estructuras que debieron ser chozas. En muchos de los huecos de poste se han encontrado pequeños troncos y haces de carrizos unidos con junco que sirvieron de parantes de las estructuras (Fig. 61). Las zonas de ocupación doméstica, a diferencia de las zonas con arquitectura no doméstica, presentan una gran cantidad de restos culturales asociados con pisos y superficies de uso. Asociados con estas superficies se han encontrado fogones que contienen gran cantidad de ceniza y desechos de consumo en su interior.

1

Tallo No Identificado: corresponde a una pequeña rama de una dicotiledónea no identificada.

Cuadro 6. Fechados radiocarbónicos obtenidos para Bandurria. 130

La arquitectura monumental de Bandurria del Sector 2, o Monumental, presenta el mismo patrón arquitectónico que ha sido definido como la Tradición Arquitectónica de la Costa (Feldman 1992, Fung 1999), el que se caracteriza por estructuras compuestas por plataformas y que superpuestas logran la monumentalidad con la imagen de una pirámide trunca. Estas plataformas superpuestas se encuentran interconectadas por una escalera central que une la base de la estructura con un atrio. La plaza circular es otro elemento característico de esta tradición, que también ha sido identificado en el sitio. Lo resaltante ha sido el empleo del canto rodado como material constructivo, en lugar de la piedra canteada, que es el material de construcción predominante en la arquitectura monumental del Precerámico Tardío en la región. Sobre la procedencia de los materiales de construcción, la terraza aluvial sobre la cual se asienta el Sector Monumental sirvió de 131

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Fig. 58. Fogones encontrados asociados con la plataforma de la Unidad 6.

cantera para la extracción de los cantos rodados. Hemos podido ubicar áreas de donde se extrajeron estos cantos rodados, muy próximas a las estructuras. En el caso de la argamasa empleada, hasta la fecha no se han podido identificar las fuentes de arcilla, a pesar de haberse realizado una prospección en un radio de 2 km desde el sitio. Creemos que la inundación de 1973 pudo haber lavado los bancos de arcilla utilizados por los habitantes de Bandurria. Otro detalle resaltante en la arquitectura monumental de Bandurria es la ausencia de shicras en los rellenos constructivos. El empleo de estas bolsas de relleno o contención, es un elemento característico de la arquitectura del Precerámico Tardío; sin embargo, los habitantes de Bandurria prefirieron el uso de cascajo, ripio y arena. Finalmente, no nos ha sido posible identificar diferentes fases de construcción en el Montículo 1. Al parecer, se trata de una estructura construida íntegramente en un solo momento. Lo que hemos podido apreciar, y los fechados parecen confirmarlo, es que, a diferencia de otros sitios del periodo, en Bandurria las fases de ocupación no se superponen sino que se ubican al lado. El crecimiento de la zona monumental se habría dado de sur a norte, siendo las estructuras más cercanas a la zona doméstica las más antiguas. El Montículo 1, por su ubicación en el extremo noroeste del Sector Monumental, correspondería a la ultima estructura piramidal terminada de construir alrededor del 1810 a. C., unos cien años antes del abandono del sitio alrededor del 1730 a. C., cuando algún fenómeno climático de gran magnitud (probablemente un Mega Niño), secó el humedal próximo, e inició el proceso de arenamiento que cubrió todas la estructuras monumentales.

132

Fig. 59. Relleno constructivo de piedras termofracturadas, ceniza y desechos orgánicos de la Plataforma de la Unidad 6. .

La Base Económica de Bandurria: La gran cantidad de restos culturales, sobre todo de subsistencia, nos permite reconstruir la economía de esta sociedad. Se observa un predominio de los recursos marítimos y de humedal sobre los recursos terrestres y agrícolas. No cabe duda que la fuente de proteínas de esta sociedad fue el pescado y los invertebrados marinos. Esta dieta se complementó con productos agrícolas. Entre las especies de peces identificadas predominan la anchoveta (Engraulis ringens) y la sardina (Sardinops sagax). Ambas especies se desplazan en cardúmenes y son pescadas con redes. Se les encuentra en casi todas la U.E. excavadas del Sector Doméstico, y para la Unidad 9 representan el 95% del total de la muestra analizada. En la Unidad 9 también se han identificado (Cuadro 7), en menor proporción, especies como la lorna (Sciaena deliciosa), el jurel (Trachurus murphyii), la corvina (Cilus gilberti), la cojinova (Seriolella violacea), el coco (Paralonchurus peruanus), el bagre (Galeichthys peruvianus) y el tollo (Mustelus sp.). Para la captura de estas especies se emplearon redes de algodón y anzuelos de concha, fabricados de choro azul. Entre los invertebrados marinos destacan los moluscos, habiéndose identificado 19 especies de estos (Cuadro 8), siendo los más abundantes la macha (Mesodesma donacium) y la almeja (Mulinia edulis), ambas especies 133

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Bandurria: Arena, mar y humedal en el surgimiento de la Civilización Andina

Fig. 60. Protoshicra encontrada en el relleno de la Plataforma de la Unidad 6.

Fig. 61. Restos de pequeños troncos in situ, probables parantes de viviendas.

provenientes de la vecina playa arenosa de Playa Chica (Fig. 62). El choro azul (Choromytilus chorus) es otra importante especie encontrada en la excavaciones, proviene de las playas rocosas del Paraíso, y fue muy apreciado por su gran contenido cárnico. De sus valvas azuladas se fabricaron anzuelos y cuentas. Cabe destacar que en la actualidad, debido a los últimos Fenómenos de El Niño (en especial los de 1985 y 1998), las machas y los choros azules han desaparecido del litoral de Bandurria, replegándose al sur hasta el departamento de Tacna y el norte de Chile. Otras especies de moluscos corresponden principalmente a especies de playas rocosas, como los choritos (Perumytilus purpuratus y Semimytilus algosus), chanque (Concholepas concholepas), pique (Crepipatella sp.), barquillos (Chitonidae), lapas (Fissurella spp.) y diversos caracoles (p. e. Thais spp., Tegula atra, Trophon peruvianus, etc.).

En el análisis de material botánico procedente de la Unidad 9 se identificó (Cuadro 9) un total de 11 especies y una familia (Poaceae). La especie más abundante corresponde a la guayaba, ya que en casi todos los contextos excavados se han encontrado sus semillas. No sabemos si estas corresponden a frutales cultivados o simplemente aprovechados por el

poblador Precerámico. Como mencionamos anteriormente, la guayaba es un recurso que no requiere de la intervención directa del ser humano y puede darse de forma natural. Otro recurso vegetal abundante en la excavación de la unidad 9 es la achupalla o cardo de huaca (Tillandsia sp.), la cual es una bromelia que se encuentra de forma silvestre en las zonas de loma. Esta planta fue usada como combustible en Bandurria, encontrándose siempre asociada con fogones y huellas de quema. Su presencia en el sitio estaría reflejando la proximidad de lomas de achupallas al asentamiento. En tercer lugar tenemos al algodón, cultivo industrial que —pensamos— fue cultivado en las proximidades del sitio en pequeños huertos, de igual forma que el mate (Lagenaria siceraria) y otras especies identificadas, como el ají (Capsicum sp.) y la calabaza (Cucurbita sp.). También se identificaron varias especies de gramas o pastos, entre las que destaca la grama salada (Distichlis spicata), que junto al junco (Schoenoplectus sp.) y la totora (Scirpus sp. y Typha sp.), representan el aprovechamiento del humedal próximo al sitio arqueológico. En general, observamos la predominancia de plantas de un uso diferente al de la alimentación. Únicamente tres especies (ají, calabaza y guayaba) corresponden a alimentos. De ellas, el ají y la calabaza debieron ser cultivados en el sitio mismo, mientras que la guayaba debió provenir del valle de Huaura. Del resto de especies no alimenticias, solamente el algodón y el mate son especies domesticadas y cultivadas, el resto corresponde a especies silvestres que se dieron en los hábitats próximos y fueron aprovechadas por los habitantes de Bandurria.

134

135

Entre los crustáceos identificados destaca el cangrejo violáceo (Platyxanthus orbigny) y el muy muy (Emerita analoga). Entre los equinodermos tenemos la presencia del erizo (Loxechinus albus) y el pepino de mar (Pattalus mollis).

Alejandro Chu Barrera FAMILIA

NOMBRE COMÚN

ESPECIE

Bandurria: Arena, mar y humedal en el surgimiento de la Civilización Andina

RANGO

ENGRAULIDAE

Engraulis ringens

Anchoveta

1

CLUPEIDAE

Sardinops sagax

Sardina

2

SCIAENIDAE

Sciaena deliciosa

Lorna

3

CARANGIDAE

Trachurus murphyi

Jurel

4

SCIAENIDAE

Cilus gilberti

Corvina

5

CETROPHIDAE

Seriolella violacea

Cojinova

5

SCIENIDAE

Paralonchurus peruanus

Coco

5

ARIIDAE

Galeichthys peruvianus

Bagre

5

TRIAKIDAE

Mustelus sp.

Tollo

6

a

b

Cuadro 7. Principales Especies de Peces identificadas en la Unidad 9, Sector Doméstico

Otra especie identificada en menor proporción en el Sector Doméstico, aunque no en la Unidad 9, corresponde al pacae (Inga feuillei), el cual, al igual que la guayaba, corresponde a un árbol frutal proveniente del valle. Al igual que la guayaba, se desconoce si estos pacaes corresponden a frutales cultivados. Creemos que ambas especies simplemente fueron aprovechadas por el poblador Precerámico, sin llegar al cultivo de estos frutos. Cuando se contrasta la economía del litoral con la economía de valle, un detalle que no ha sido muy discutido es la disponibilidad de tierra cultivable en los valles durante el Precerámico. Los valles actuales de la costa son el producto de milenios de modificación humana, que ha logrado convertir a los valles de la vertiente occidental de los Andes en fértiles campos de cultivo, con la inversión de una significativa fuerza de trabajo y canales de irrigación. Imaginemos los valles costeros hace unos 4000 años, cuando se encontraban en estado virgen. El monte ribereño debió ocupar gran parte del fondo de los valles, y el proceso de desertificación de la costa se encontraba en sus inicios, por lo que el caudal, y por ende, el cauce de estos ríos debió ser mayor. Habilitar campos de cultivo en este ambiente debió requerir de mucha fuerza de trabajo. Esta labor se dificulta aún más si se cuenta con una tecnología agrícola muy rudimentaria, compuesta por palos cavadores y artefactos líticos. Por ello, creemos que en un primer momento la producción agrícola de los valles fue de pequeña escala y no pudo competir con los 136

c Fig. 62. Principales especies de moluscos recuperados de las excavaciones de la Unidad 9: a) Macha (Mesodesma donacium), de playas arenosas. b) Choro azul (Choromytilus chorus), de playas rocosas y c) Almeja (Mulinia edulis), de playas arenosas.

137

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recursos marinos extraídos del mar. Recién a finales del Precerámico Tardío, con una población mayor y una estructura social más consolidada, los sitios de los valles de la región Norcentral se convertirán en los núcleos económicos y de poder de la región. Este patrón se observa en el siguiente periodo, el Período Inicial, en donde observamos que los grandes centros cívico-ceremoniales se ubican en los valles (p. e. Sechín Alto, Pampa de la Llamas-Moxeque en el valle de Casma o los templos en U de los valles de la Costa Central). La presencia de materiales exóticos, como el Spondylus sp., procedente de la costa del Ecuador, y la obsidiana, cuyas canteras más próximas se encuentran en Ayacucho, están reflejando contactos de larga distancia para la FAMILIA i. BIVALVOS PECTINIDAE MYTILIDAE MYTILIDAE MESODESMATIDAE MACTRIDAE MYTILIDAE MYTILIDAE ii. GASTEROPODOS ACMAEIDAE THAIDADAE CALYPTRAEIDAE CHITONIDAE FISSURELLIDAE NASSARIIDAE NATICACEA TURBINIDAE TROCHIDAE THAIDADAE MURICIDAE THAIDADAE iii. CRUSTACEOS BALANIDAE HIPPIDAE XANTHIDAE Crustaceo no identificado iv. ECHINODERMOS ECHINIDAE CUCUMARIIDAE TOTAL

ESPECIE

NOMBRE COMUN

Argopecten purpuratus Aulacomya ater Choromytilus chorus Mesodesma donacium Mulinia edulis Perumytilus purpuratus Semimytilus algosus

Concha de abanico Choro negro Choro azul Macha Almeja Chorito Chorito Patela

Concholepas concholepas Chanque Crepipatella sp. Pique Fisurrella spp. Nassarius gayi Polinices uber Prisogaster niger Tegula atra Thais spp. Trophon peruvianus Xanthochorus sp.

Barquillo, chiton Lapa Caracolito Caracol blanco Caracolito negro Caracol turbante Caracol plomo Caracol Caracol

Balanus spp. Emerita analoga Platyxanthus orbigny

Pico de loro Muy muy Cangrejo violaceo

Loxechinus albus Pattalus mollis

Erizo Pepino de mar

TOTAL NF

NMI

33 4 1364 21593 1699 141 12

9 2 91 323 146 64 7

2 10 97 21 7 49 213 2 4 13 3 6

2 6 94 10 7 46 200 2 4 8 3 6

10 3 2 12

6 1 2 5

9 1 25310

6 1 1051

NF: Número de fragmentos NMI: Número Mínimo de Individuos

Cuadro 8. Especies de Invertebrados Marinos identificados en la Unidad 9, Sector Doméstico 138

Bandurria: Arena, mar y humedal en el surgimiento de la Civilización Andina FAMILIA SOLANACEAE CUCURBITACEAE POACEAE MALVACEAE CUCURBITACEAE POACEAE POACEAE MYRTACEAE BROMELIACEAE TYPHACEAE CYPERACEAE CYPERACEAE Dicotiledónia n.i.

TOTAL Parte identificada FRAGMENTOS Capsicum sp. Aji s 1 Cucurbita sp. Calabaza s 2 Distichlis spicata Grama salada t 30 Gossypium barbadense Algodón s 321 Lagenaria siceraria Mate p 19 Phragmites communis Carrizo t 2 Grama t,i 204 Psidium guajava Guayaba s 11941 Tillandsia sp. Achupalla t,h,i 473 Typha sp. Totora enea t 54 Schoenoplectus sp. Junco t 21 Scirpus sp. Totora t 107 t,h 188 TOTAL DE FRAGMENTOS 13363

ESPECIE

Nombre Común

Parte identificada: h: hoja, i: inflorescencia, p: pericarpio del fruto, s: semilla, t: tallo

Cuadro 9. Especies de Plantas identificadas en la Unidad 9.

sociedad Precerámica de Bandurria. Sin embargo, no podemos hablar de una red de intercambio o comercio entre estas regiones, ya que el número de estos productos exóticos es mínimo. Estos materiales, debido a su rareza y características particulares (p. e. su color), debieron ser considerados como muestras de prestigio y poder de la clase dominante. Simbolismo y Religión como Mecanismos del Poder: Aunque aún no está muy claro el mecanismo por el cual las elites llegaron al poder en la sociedad del Precerámico Tardío en la región Norcentral, no cabe duda que la religión fue el principal factor de cohesión social, y el que fue explotado por los aspirantes a elite para controlar a la población, desarrollando todo un aparato mágico-religioso reflejado en los grandes templos. El desarrollo de un aparato ideológico, tanto en la sierra como en la costa, fue lo que permitió el surgimiento de las sociedades complejas en los Andes. Es claro que la arquitectura pública ceremonial, aparte de ser el reflejo de una sociedad jerarquizada, refleja la concepción del mundo que tuvieron sus constructores y está cargada de un gran simbolismo. Para el caso del Precerámico Tardío, el desarrollo tecnológico incipiente hizo que la arquitectura pública fuera el medio a través del cual la sociedad expresó su concepción del mundo, ante la falta de otros soportes como la cerámica, los metales o los textiles. Una conceptualización de este espacio construido ya ha sido desarrollada por Shady et al. (2000) para la plaza circular. La plaza circular del Templo Mayor de Caral, con sus tres niveles, representaría los tres niveles del mundo: la superficie correspondería a nuestro plano, la 139

Alejandro Chu Barrera

plataforma superior al cielo con sus dioses, mientras que el fondo hundido de la plaza representaría al submundo poblado de muertos y otras deidades (ibíd.). La arquitectura ceremonial como reflejo de una cosmología para sociedades tempranas, ha sido desarrollada en detalle por Mircea Eliade en sus estudios de las religiones. Al revisar su obra, que trata de sociedades del Viejo Mundo, encontramos semejanzas muy interesantes con la arquitectura monumental del Precerámico Tardío de la costa Norcentral. Dentro de la separación de lo sagrado y lo profano, la arquitectura monumental para este periodo correspondería una ruptura de lo profano, que en el caso de Bandurria correspondería al Sector Doméstico y, por ende, su ubicación alejada de la zona monumental. El surgimiento de lo sagrado estaría, entonces, asociado con el surgimiento de esta nueva clase dirigente, diferente de la profana o común, encargada de las ceremonias y rituales, a través de las cuales dominará al pueblo.

Bandurria: Arena, mar y humedal en el surgimiento de la Civilización Andina

del sitio, de 3,440±15 A.P. (media 1730 cal. a. C.), tenemos más de 1000 años de ocupación continua. Creemos que en esos 1000 años se dieron los mecanismos que permitieron el surgimiento de la complejidad social, en una sociedad con un desarrollo tecnológico incipiente que, sin embargo, sentó las bases para las posteriores sociedades en los Andes Centrales.

Dentro de la concepción del mundo de los constructores de la arquitectura monumental de Bandurria, tendríamos que el sector monumental correspondería al Axis Mundi de esta sociedad, el cual debió ubicarse en el “centro del mundo”. Es, a su vez, en este centro del mundo, que se yergue un eje cósmico que une el cielo, la tierra y el subsuelo o regiones inferiores. Este vínculo corresponde a lo que Eliade (1992: 39) ha denominado la “Montaña Cósmica”, y que no es nada menos que un templo de forma piramidal. Creemos que no es coincidencia que el Montículo 1 presente 3 plataformas, estas podrían representar los tres niveles o planos en la cosmología de los habitantes de Bandurria. De esa forma, el Montículo 1 sería una imagen del Mundo del poblador Precerámico Tardío en la costa, ya que este patrón se observa en casi todos los sitios Precerámicos Tardíos con arquitectura monumental. Estas pirámides serían lugares santos por excelencia (ibíd.: 56), y es por ello que al excavarlos se les encuentra limpios, sin restos de desechos culturales, a diferencia del Sector Doméstico. En esta tradición arquitectónica encontramos los conceptos espaciales de dualidad, bilateralidad y cuatripartición que se desarrollarán en la arquitectura ceremonial de periodos posteriores. En conclusión, vemos que para el Precerámico Tardío en la costa norcentral se encuentra muy desarrollado un sistema ideológico y cosmológico que vincula al poblador Precerámico con un mundo divino. El desarrollo de esa concepción del mundo probablemente fue utilizado por los incipientes grupos de poder para legitimarse y lograr el control de la población. Bandurria representa un sitio clave para entender este proceso de surgimiento de la complejidad temprana en la costa. Si tomamos los fechados más antiguos obtenidos por Fung, de la base de la ocupación del sitio, de 4530±80 A.P. (media 3225 cal. a. C.) con el fechado del abandono 140

141

BANDURRIA Y SU PUESTA EN VALOR

Recientemente, con los trabajos en Caral del valle de Supe, los sitios arqueológicos de la costa Norcentral vienen siendo no solamente investigados desde el punto de vista arqueológico, sino que se busca su puesta en valor para convertirlos en recursos de relevante potencial económico que desarrollen a la Región. El Proyecto Arqueológico Bandurria, inicialmente concebido como un proyecto de investigación, en estos momentos se encuentra comprometido con la Puesta en Valor del sitio arqueológico, desde el año 2006. En el país se practican dos grandes rubros de arqueología (Fig. 63): la arqueología de contrato y la arqueología de investigación. La primera de ellas, enfocada en lo que son las Evaluaciones Arqueológicas y Rescates Arqueológicos, busca —en la gran mayoría de los casos— el Certificado de Inexistencia de Restos Arqueológicos (CIRA), que en la actualidad es un requisito para la ejecución de obras de infraestructura tanto públicas como privadas, y es también es un requisito para el saneamiento físico-legal de los asentamientos humanos ubicados sobre zonas arqueológicas. El trabajo arqueológico es un medio para obtener, en este caso, el CIRA. La arqueología de investigación, a su vez, está enfocada al estudio de los restos materiales dejados por el hombre y del que no existen registros escritos, permitiéndonos, como es el caso de nuestro pasado Prehispánico, el conocer nuestra Historia y a la vez fortalecer nuestra identidad como herederos de una tradición cultural ancestral. Aquí la arqueología no es un medio sino un fin. Si a la investigación le incluimos la Puesta en Valor del recurso arqueológico, agregamos un tercer factor al binomio HistoriaIdentidad, y ese es el Turismo, el que a su vez permitirá el mejoramiento de las condiciones económicas de la población del entorno. En otras palabras, el Patrimonio Arqueológico se convierte en un eje del desarrollo, conceptualizado como: un proceso constituido por actividades que llevan a 142

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Bandurria: Arena, mar y humedal en el surgimiento de la Civilización Andina

Para el caso de sitios arqueológicos, básicamente se considera a las excavaciones arqueológicas, la conservación y la restauración de estructuras, como operaciones que conllevan a la puesta en valor, pudiendo serlo también la habilitación turística.

Historia Identidad Turismo Desarrollo Económico

Es importante tener claro que la Puesta en Valor del Patrimonio Arqueológico requiere necesariamente de la implementación de un programa de investigaciones arqueológicas, debido a que la gran mayoría de estos restos culturales se encuentran enterrados bajo tierra. De igual forma, una vez excavados se debe de garantizar su conservación para evitar su deterioro y pérdida definitiva. Fig. 63. Tipos de arqueologías realizadas en el Perú.

Carreteras, Minas, Represas, Gaseoductos, etc.

Herramientas de Gestión

PUESTA EN VALOR

Identidad Historia

Investigaciones Arqueológicas Evaluaciones Arqueológicas Rescates Arqueológicos

Certificado de Inexistencia de Restos Arqueológicos CIRA

ARQUEOLOGÍA DE INVESTIGACIÓN ARQUEOLOGIA DE CONTRATO

Arqueologías en la Práctica

la utilización, el mejoramiento y la conservación de bienes culturales, con el objeto de mantener o mejorar la calidad de la vida humana. De esta forma, la Puesta en Valor implica una serie de intervenciones necesarias para dotar al monumento de las condiciones objetivas y ambientales que, sin desvirtuar su naturaleza, resalten sus características y permitan su óptimo aprovechamiento.

Lamentablemente, muchas autoridades en nuestro país aún no entienden que en el caso del Patrimonio Arqueológico, si se quiere convertirlo en un atractivo turístico, se tiene que invertir en primer lugar en investigaciones arqueológicas, para poder mostrar al visitante los restos, que sin la intervención del arqueólogo, permanecen enterrados bajo tierra. De igual forma, una vez excavados, se debe garantizar la conservación de los restos expuestos y su mantenimiento. La excepción a la regla la tenemos en la experiencia que viene desarrollándose en Bandurria, en donde tanto el gobierno local (Municipalidad Provincial de Huaura) y el gobierno regional (Gobierno Regional de Lima), a través del Proyecto Arqueológico Bandurria, Huacho, vienen trabajando en conjunto en la Puesta en Valor de Bandurria. Dentro de la definición de Puesta en Valor del Patrimonio Arqueológico, el Plan de Manejo es concebido como aquel instrumento de planificación, organización y presupuesto que concreta los lineamientos, objetivos y programas del sitio arqueológico; determinando periodos de trabajo de corto, mediano y largo plazo. En el caso específico de Bandurria, se plantearía un Plan de Manejo para un periodo de 10 años. Este trabajo ya se ha iniciado desde finales del 2007, con la participación de un equipo multidisciplinario, y se encuentra en la fase de conceptualización del Plan (Luyo, 2008). El Plan de Manejo enriquecerá, recreará y redefinirá los contenidos de un posterior Plan Maestro, en cuanto a sus objetivos y estrategias, debiendo estimar los presupuestos de la formulación e implementación de los programas establecidos. En el caso particular de Bandurria, se debe de

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proponer un Plan Maestro que incluya las zonas marino-costeras de Playa Chica y el Paraíso, los humedales y otras áreas naturales y paisajísticas circundantes al sitio arqueológico, como unidad territorial. Desde esta óptica, la Puesta en Valor es una de las resultantes del desarrollo del Plan de Manejo. Este, a través de sus programas, identificará, priorizará y dimensionará la intervención en los diferentes componentes del sitio; direccionados a la implementación de los circuitos, señalización e infraestructura necesarios para evidenciar y mostrar los contenidos culturales, históricos, sociales y económicos propios del sitio arqueológico. Documentos de planificación y gestión como el Plan de Manejo y el Plan Maestro, resumen las potencialidades detectadas para el sitio arqueológico. Estas no solo se restringen al valor del propio complejo arqueológico, sino que incorporan dinámicamente su trascendencia en el marco local, regional y nacional. De manera preliminar, hemos identificado las siguientes potencialidades para Bandurria, que justifican plenamente su Puesta en Valor. Bandurria, un Hito Histórico: Los estudios han confirmado que la costa Norcentral es la cuna de la Civilización Andina. Además, esta Civilización representa la civilización más antigua del continente americano y la tercera más antigua del planeta. Bandurria es un ejemplo de esta Civilización Prístina, al contar con un importante sector ceremonial compuesto por diez estructuras construidas con cantos rodados, únicas en su género. Fechados radiocarbónicos han confirmado la antigüedad de Bandurria y lo ubican como uno de los sitios más antiguos de este proceso civilizatorio, perteneciendo, junto con sitios como Áspero y Vichama, al área Primigenia de la Región Norcentral. Por las razones expuestas, y por ser uno de los más importantes exponentes de la civilización más antigua de América, Bandurria se convierte en un hito histórico que representa el surgimiento de la primera sociedad compleja en los Andes, con un manejo y conocimiento del medio ambiente que sentó las bases de las sociedades andinas posteriores, como los Huaris, Chimús o Incas. Esta milenaria trayectoria histórica permite referenciarnos con nuestro pasado (saber qué fuimos), nuestro presente y nuestro futuro (qué podemos ser). Bandurria como Factor de Identidad: Bandurria tiene todo el potencial de convertirse en un hito vigente de la historia peruana y del área andina, al igual que Caral. Creemos que se debe buscar su legitimación como “Símbolo de Peruanidad”, como lo son Machu Picchu, Sipán, Kuélap, las Líneas de Nazca, entre otros. 146

Bandurria: Arena, mar y humedal en el surgimiento de la Civilización Andina

Bandurria como un Útil Educativo: El sitio arqueológico de Bandurria tiene un valor universal excepcional para la historia, las artes y la ciencia mundial. Es una tarea incorporar los valores del sitio en los currículos educativos, así como dar a conocer la importancia del sitio, reconociendo nuestra condición de legítimos herederos de un patrimonio cultural monumental único. Solo dándose a conocer la riqueza histórica de Bandurria, se podrá incorporar en la población del entorno inmediato, los valores y significados de esta milenaria Civilización. Bandurria, un Centro de Investigación: El potencial del sitio arqueológico es tan grande que puede dotársele de los instrumentos científicos, técnicos y logísticos que requiera la puesta en marcha de un Centro de Investigación sobre los Orígenes de la Civilización en el Perú. El currículo desarrollado en este centro de investigación deberá articularse orgánicamente con un esquema mayor de Inversión Pública o Cooperación Técnica Internacional, que satisfaga las múltiples exigencias que impone la investigación arqueológica y la conservación de estructuras, teniendo en cuenta los diversos métodos y técnicas actualmente aplicados en su conservación. Bandurria, Patrimonio Cultural de Relevante Potencial Económico: La historia de los antiguos pobladores del sitio nos enseña que la planificación de las actividades productivas fue la clave del desarrollo cultural y económico en los Andes Centrales. Por los restos culturales encontrados, sabemos que hubo un aprovechamiento equilibrado y racional de los recursos naturales de su territorio. La innata curiosidad y creatividad del ser humano lo llevó a descubrir y aprovechar los recursos de cada hábitat y zona ecológica de su entorno. De allí el aporte fundamental del trabajo del arqueólogo y otros científicos sociales en la concepción de las estrategias de desarrollo de la región. En la actualidad, en la zona de la costa Norcentral se viene generando una dinámica económica basada en el turismo, que tiene como eje principal a los sitios arqueológicos del Precerámico Tardío de la zona. La “Ruta de los Orígenes de la Civilización” corresponde a un circuito turístico que se ha creado de forma espontánea, a raíz de la promoción y puesta en valor de Caral en el valle de Supe, y que está generando un importante flujo de turistas a la zona. Esta ruta corresponde a un triángulo (Fig. 64) en el que tenemos, en dos de sus vértices, a las ciudades de Huacho y Barranca, las que ofrecen la mayoría de servicios a los turistas, como hoteles y restaurantes. Ambas ciudades se encuentran próximas al litoral (playas) y bien interconectadas (carretera Panamericana) con la capital y otras ciudades importantes del país. El otro vértice corresponde a Caral, el 147

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principal atractivo de la zona en el valle medio del río Supe. La oferta turística se complementa con otros sitios arqueológicos del Precerámico Tardío, como Bandurria, Áspero o Vichama y con otros atractivos turísticos, como las Albuferas de Medio Mundo, el Humedal del Paraíso-Playa Chica, la Laguna Encantada o las Lomas de Lachay, y las playas vecinas durante el verano.

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BARRANCA km 196 2

km

19

Esta ruta turística de la Región Lima, formaría parte de un macro circuito Norcentral (Fig. 65) que incluiría los sitios de Río Seco y las Shicras, en la provincia de Huaral, las Aldas, la Galgada y Huaricoto en la Región Ancash, y Piruru y Kotosh en la Región Huánuco. Para ello, se tendría que iniciar una serie de proyectos de Puesta en Valor de estos sitios e ir integrándolos a la oferta turística.

Supe Supe Puerto Áspero

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km 184

24 km Río Supe

Miraya

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Caral

km

Para la Provincia de Huaura, en particular, tenemos que Bandurria ya está convirtiéndose en un importante atractivo turístico de la Provincia y la ciudad de Huacho. Por su ubicación, a 10 kilómetros al sur de Huacho, y su proximidad a la carretera Panamericana Norte, Bandurria es la puerta de

Albufera de Medio Mundo

La Galgada

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Humedal del Paraíso - Playa Chica

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Fig. 64.“Ruta de los Orígenes de la Civilización” en la Región Lima. 148

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El Paraíso

Fig. 65. Macro circuito regional sobre los Orígenes de la Civilización. 149

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Bandurria: Arena, mar y humedal en el surgimiento de la Civilización Andina

CATEGORIA VISITANTES ESCOLARES 3,311 UNIVERSITARIOS 512 PARTICULARES (individuos o familias) 1,050 EVENTOS 500 TOTAL 5,373 Cuadro 10. Visitantes a Bandurria de abril a diciembre de 2006.

MES ENERO FEBRERO MARZO ABRIL MAYO JUNIO JULIO AGOSTO SETIEMBRE OCTUBRE NOVIEMBRE DICIEMBRE TOTAL

VISITANTES 319 164 132 898 199 2,095 1,074 958 1,102 555 560 344 8,400

Cuadro 11. Visitantes a Bandurria, en el año 2007.

Cuadro 12. Aumento de visitantes por mes a Bandurria para el año 2007

entrada al circuito turístico de las provincias noroccidentales de la Región Lima. En el año 2006, desde la inauguración del circuito turístico en el mes de Abril, hasta Diciembre, 5373 personas visitaron el sitio arqueológico (Cuadro 10). En el año 2007 se tuvo un total de 8400 visitantes (Cuadro 11). Como se aprecia en el Cuadro 12, el número de visitantes se incrementa progresivamente desde la apertura del circuito turístico, contando con un total de 13773 visitantes entre 2006 y 2007. Para este año (2008), hasta la fecha, tenemos 2631 visitantes, observándose un significativo incremento de visitantes procedentes de la ciudad de Lima. Este incremento se debe, en gran parte, a las actividades realizadas por el área de Difusión y Turismo del Proyecto, entre las que destacan la participación en ferias turísticas a nivel nacional, distribución de materiales de difusión y promoción, y coordinación con operadores turísticos de la ciudad de Lima. Programas: De manera preliminar se han considerado tres programas: investigación arqueológica, conservación y restauración de estructuras, y difusión y turismo. Es claro que a medida que se desarrollen las herramientas de gestión y planificación (Plan de Manejo y Plan Maestro), estos programas se ampliarán y/o modificarán.

Fig. 66. Grupo de visitantes del circuito turístico de Bandurria. 150

1. Programa de Investigación Arqueológica: Este programa es el eje principal de la intervención en el sitio arqueológico, toda vez que dará los 151

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Bandurria: Arena, mar y humedal en el surgimiento de la Civilización Andina

contenidos a los diversos programas que se desarrollarán en la Puesta en Valor y el desarrollo del mismo. Será conducido por un arqueólogo, quien deberá contar un equipo de profesionales de conformación variable, en relación con la complejidad de cada uno de los sectores del sitio, para lograr las actividades programadas. 2. Programa de Conservación y Restauración de Estructuras: Este programa es el encargado de realizar la consolidación, conservación y restauración de las evidencias arqueológicas que serán expuestas, luego de las excavaciones, a los visitantes al sitio. Necesariamente, la conducción del presente programa será realizado por un especialista en conservación y restauración de monumentos arqueológicos, quien deberá contar con el correspondiente equipo de trabajo. 3. Programa de Difusión y Turismo: Este programa se encargará de formular y diseñar la infraestructura administrativa, de servicios al visitante, de investigación, de equipamiento cultural, recreacional, educativo y turístico necesarios para su implementación en el sitio arqueológico. Contempla la difusión y promoción de Bandurria como atractivo turístico. Este programa está a cargo de un especialista en Turismo.

AGRADECIMIENTOS

La primera temporada de los trabajos de investigación en Bandurria fueron realizados gracias al apoyo de la National Science Foundation (Grant #0531805). Posteriormente, en 2006 la Municipalidad Provincial de Huaura financió los trabajos en Bandurria. Desde el 2007, tanto la Municipalidad Provincial como el Gobierno Regional de Lima vienen financiando los trabajos. En este tiempo muchas personas han apoyado desinteresadamente al Proyecto, agradecemos al Dr. Mark Abbott de la Universidad de Pittsburgh, al Dr. Gregory Hodgins de la Universidad de Arizona y al Dr. Daniel Sandweiss por los fechados AMS del sitio. A mi asesor de tesis, el Dr. James Richardson, III y al Dr. Michael Moseley, por sus sabios consejos y compartir su experiencia en el Precerámico conmigo, y a la Dra. Ruth Shady por ser quien me orientó al estudio de los períodos tempranos de la Costa Norcentral y el surgimiento de las sociedades complejas. El geólogo Miguel Etayo de la Universidad de Alabama contribuyó de manera desinteresada al análisis químico de las muestras de la U.E. 4. A la Dra. Mercedes Cárdenas, quien nos visitó en repetidas oportunidades y nos proporcionó importantes observaciones sobre el sitio. El Ing. Geog. Benjamín Guerrero apoyó con los trabajos de levantamiento topográfico. En Huacho, queremos agradecer al Sr. Carlos Bisso Drago, el Ing. Domingo Torero Fernández de Córdova, el Mg. Filomeno Zubieta y demás miembros del Patronato de Defensa del Patrimonio Cultural del valle de Huaura y Ámbar, quienes permanentemente han apoyado y apoyan los trabajos de investigación. Gracias también a la E.A.P. de Turismo y Hotelería de la Universidad Nacional José Faustino Sánchez Carrión, la Cámara de Comercio y Producción de la Provincia de Huaura, Cáritas Huacho, CAPER Huacho, Inprodes Perú, Ínsula - Huacho, Redondos S.A., Hotel Centenario, Hotel

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Casablanca, Hotel La Villa, AHORA Región Lima, Maderera San Fernando, Parroquia Jesús Divino Maestro, TEJESOL, Proyecto Especial Arqueológico Caral-Supe, Proyecto Refugios del Desierto, Cooperativa Artesanal José Olaya, y en especial a la Municipalidad Provincial de Huaura y el Gobierno Regional de Lima por financiar, desde 2006, los trabajos de investigación en Bandurria.

BIBLIOGRAFÍA

En particular gracias a: Humberto Barba Mitrani, Ítalo Bonino Nieves, Miguel Bustamante Fernández de Córdova (†), Alberto Carranza López, Luis Castillo Polo, Carlos Castillo Gonzáles, Nelson Chui Mejía, Ambrosio Cortesi, Julio Favre Carranza, Coriolano García Milera, Próspero y Mercedes Lázaro, Emilio Palacios Cruz, Dora Pineda Cuéllar, Alejandro Tello Guevara, Rafael Tsuchiya Chang, Pedro Zurita Paz y a todos aquellos que desinteresadamente apoyan al Proyecto. Finalmente, un agradecimiento a todos aquellos que han participado en las diferentes temporadas de trabajos del Proyecto Arqueológico Bandurria y en especial a Rosio Gonzáles, compañera y amiga, por su incondicional apoyo y paciencia para conmigo y el sitio arqueológico. Su apoyo y el de todos los arqueólogos y estudiantes ha sido fundamental para el éxito de los trabajos. Participantes de las diferentes etapas del Proyecto: Arqueología: Karla Alarcón, Diana Alemán, Álvaro Cubas, Cris Díaz, Ruy Escobar, Edgar Gonzáles, Luis Ángel López, Marlene Mejía, Mauro Ordóñez, Patricia Quiñónez, Evelynn Huamán, Kati Huamán, Crisbel Miranda, Alfredo Molina, Magaly Moreno, Alfonso Ponciano, William Tomaylla, Francisco Vallejo, Joana Vivar, Carlos Zapata y Julio Zegarra. Conservación de Arquitectura y Materiales: Giovanna Bravo, Clodomiro Díaz, Patricia Landa, Santiago Morales y Silvia Román. Turismo y Difusión: Jorge Cabanillas, Ernesto López, Patricia Reyes, Jalia Palacios, Janedith Romero, Sofía Silva Santisteban y Cinthia Solórzano Personal de Apoyo - Gabinete: Ulises Ortiz, Karina García, Jessica García, Laura Montes y Noeli Plasencia. Personal de Apoyo - Turismo y Difusión: Darío García, Saúl Medina, Marcelo López, Silvia Bazalar, Yanet Loza e Ysrael Velásquez 154

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MÁS INFORMACIÓN EN INTERNET:

Pagina Web del Proyecto Arqueológico Bandurria www.huacho.info/bandurria Blog Oficial del Proyecto Arqueológico Bandurria: http://huacho.info/blogs/index.php/bandurria Pagina Web del Proyecto Especial Arqueológico Caral- Supe http://www.caralperu.gob.pe Pagina Web del Proyecto Arqueológico Norte Chico (en Inglés) http://www.fieldmuseum.org/PANC/ Programa OxCal del Laboratorio de Radiocarbono de Oxford, Inglaterra (en Inglés) http://c14.arch.ox.ac.uk/ Puede descargarse el programa o hacer calibraciones en línea.

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GLOSARIO

Áspero: Ubicado en Supe Puerto, provincia de Barranca, fue uno de los primeros sitios precerámicos en ser excavado científicamente. Fue excavado por Max Uhle en 1905, quien lo denominó Cerro Prieto, y por Julio C. Tello en 1927, dentro de la expedición arqueológica al Marañón, quien lo llamó Sitio Cenizal por la gran cantidad de áreas de quema. En 1941 Gordon Willey y John Corbett excavaron los sitios arqueológicos ubicados en la zona de Supe Puerto: El Faro, Áspero y Li-31. Estos investigadores consideraron al Áspero como un sitio acerámico. En 1973 Willey y Michael Moseley revisitaron Áspero y lo asignaron al período Precerámico. Entre 1973 y 1974, Robert Feldman realizó excavaciones en el sitio, como parte de su tesis de doctorado. Feldman se concentró en excavar la arquitectura monumental de la Huaca de los Ídolos y la Huaca de los Sacrificios. Obtuvo fechados radiocarbónicos que van desde 4900 ± 160 A.P. hasta 3950 ± 150 A.P.; actualmente es el sitio con los fechados más antiguos de la costa Norcentral. Áspero presenta ocupaciones correspondientes a los períodos Precerámico Tardío y Período Inicial. El sitio presenta un sector nuclear de arquitectura monumental, compuesto al menos por 6 montículos con muros de piedra y argamasa de barro. A su alrededor, y en las pequeñas quebradas adyacentes, se encuentran abundantes evidencias de arquitectura doméstica, basurales y zonas de cementerio. Hasta hace poco el sitio era utilizado como botadero de basura de Supe Puerto. En algunos sectores se apreciaban huellas de maquinaria pesada (bulldozers). En sus partes sur y sureste se han habilitado zonas de cultivo que han recortado el sitio arqueológico. Desde hace tres años el Proyecto Especial Arqueológico Caral-Supe viene realizando trabajos en Áspero, se ha retirado la basura e iniciado excavaciones en diferentes sectores del sitio. Caballete: Sitio ubicado en el valle de Fortaleza, está compuesto por cuatro montículos, en el que destaca uno principal (Montículo A), de 20 metros de altura. Este montículo está asociado con una plaza circular rodeada de huancas. Se han identificado otras dos plazas, las que se encuentran asociadas con los 163

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montículos pequeños. El sitio fue investigado por el Proyecto Arqueológico Norte Chico a través de pequeños pozos de prueba y limpieza de perfiles de áreas destruidas. Caral: Se encuentra ubicado en la margen izquierda del río Supe, sobre una gran terraza que está a 350 metros sobre el nivel del mar. Este sitio ocupa un área de 66 hectáreas. En Caral destacan 7 grandes pirámides rodeadas por otras estructuras pequeñas. La investigaciones a cargo de Ruth Shady, Jefa del Proyecto Arqueológico Especial Caral-Supe (PEACS), postulan que el sitio corresponde a una ciudad que estuvo dividida en 2 sectores: uno alto o hanan (al norte) y otro bajo o hurin (al sur). En el sector alto se ubican las 6 pirámides principales rodeando una gran plaza. En el sector bajo destaca la pirámide del Anfiteatro y varios edificios menores alineados con esta. Según Shady (2003), en cada una de las pirámides de Caral se llevaron a cabo diferentes actividades, cumpliendo cada una de ellas un papel diferente en el orden social y religioso de sus habitantes. En el Sector Alto destaca la Pirámide Mayor, la cual consta de un volumen piramidal escalonado trunco y una plaza circular adosada a su fachada. Otras importantes estructuras son las llamadas Pirámide de la Galería, denominada así porque se encontró un pasaje interior similar a una galería subterránea, pintado de blanco y adornado con nichos; y la Pirámide de la Huanca, llamada así por estar alineada con una huanca. La Pirámide del Anfiteatro es la estructura más importante del Sector Bajo de Caral y, como tal, es considerada como la contraparte de la Pirámide Mayor, con la cual comparte la característica de tener una plaza circular. Esta pirámide es una plataforma más bien pequeña y de poca altura, sobre la cual se han construido varios recintos y está completamente rodeada por una muralla que separa una amplia zona vacía a su alrededor. Se le adosa una monumental plaza circular, que en uno de sus lados tiene una sucesión de pequeñas plataformas a modo de graderías, semejante a un anfiteatro (de allí el nombre) y delante de esta, una plataforma rectangular. Además, dentro del perímetro que bordea la pirámide está el Altar del Fuego Sagrado (Shady, 2003), una estructura de la tradición arquitectónica Mito. En la periferia de las estructuras monumentales se han ubicado sectores residenciales que están conformados por grupos de pequeñas construcciones de un solo piso, las cuales han sido interpretadas como viviendas de los habitantes de Caral. Se han encontrado diferentes tipos de recintos residenciales, los cuales pertenecerían a los diferentes estratos sociales del sitio (Shady 2003). Ciudad: Es un espacio físico construido, planificado o no, con una alta densidad de población en donde sus habitantes residen de manera permanente, residen los organismos de gobierno y culto, y se dan actividades de producción de bienes y servicios. Algunos consideran ciudades a asentamientos con una población mayor de 2,500 habitantes. Civilización: Término sobre el que hay una gran cantidad de definiciones. Más que presentar una lista de atributos, corresponde a un alto grado de desarrollo cultural, el que engloba la concepción del mundo o ideología, las creencias, los

valores, las costumbres, las leyes e instituciones. Generalmente se le asocia con el Estado y el urbanismo. La civilización, como una entidad cultural, aglutina diversas sociedades en un territorio, las que comparten una serie de rasgos comunes que las diferencian del resto. En el mundo, sólo en seis lugares la civilización surgió de manera primigenia: Mesopotamia, Egipto, India y China en el Viejo Mundo y Perú (los Andes) y Mesoamérica en el Nuevo Mundo. Cronología: Comprende la determinación de las fechas y el orden de cualquier acontecimiento, a través del tiempo. Cultural Material: Las construcciones, artefactos, desechos y todo aquello tangible, producto de la actividad humana, tanto del pasado como del presente. Datación o cronología absoluta: Ubicación en años calendáricos de los objetos, yacimientos, depósitos o artefactos. Aquí destaca el método del radiocarbono. Para sitios precerámicos, como Bandurria, el método del radiocarbono es la forma más eficaz de fechar las diversas ocupaciones. Difusionismo: Es una corriente teórica antropológica que se hizo popular a finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Postula que a lo largo de la historia han existido zonas, llamadas “nucleares”, generalmente ubicadas en el Viejo Mundo, desde las cuales se irradiaron todas las innovaciones sociales y tecnológicas al resto del mundo. En la actualidad esta posición teórica es obsoleta. Determinismo Ambiental: Corriente teórica de fines del siglo XIX y principios siglo XX, postula que el medio físico, el ambiente, determina a la naturaleza de las sociedades humanas. Una variante de este tipo de determinismo es el determinismo climático, que afirma que la cultura y la historia están condicionadas por las características climáticas de la zona donde se vive. El Paraíso: Este sitio arqueológico se ubica en la margen izquierda del río Chillón, cerca de su desembocadura, a 5 kilómetros de la playa, en el distrito de Ventanilla, provincia de Lima. Fue construido entre una serie de elevaciones naturales conocidas como los cerros de Chuquitanta. El Paraíso está formado por un grupo de ocho edificios, que suman en total 50 hectáreas. A estos edificios se les ha identificado con números romanos. El edificio que más destaca es conocido como Unidad I, el que ha sido excavado y reconstruido en su totalidad por el arqueólogo Frederic Engel en 1965. Los diferentes edificios que componen el complejo corresponden a diferentes usos. Así, por su arquitectura monumental y por las evidencias encontradas, se sugiere que la Unidad I tuvo un uso público, comunitario. En cambio, las unidades II y VI (largos montículos con 450 y 300 metros de largo por 110 de ancho, respectivamente), tuvieron un uso doméstico. Esos montículos están formados por las ruinas de dos grandes conglomerados de habitaciones. Se diferencian de la Unidad I por sus dimensiones pequeñas, de forma rectangular, con muros de piedra enlucidos con barro y techos de madera cubiertos de paja o estera. Durante los trabajos de excavación de la Unidad I se encontraron, en los rellenos de los cuartos de la estructura, canastas o shicras rellenas de piedras.

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Posteriormente, en la década del 1980, el sitio fue vuelto a excavar por el arqueólogo norteamericano Jeffrey Quilter. Estado: Formación social definida por una delimitación territorial clara y caracterizada por un gobierno central con poder represivo (ejército, policía, etc.), el cual cuenta con un aparato administrativo muy especializado (burócratas). Socialmente se encuentra dividido en clases sociales altamente estratificadas. El estatus, así como los cargos importantes, se heredan entre una elite, de los que dirigen y gobiernan esta sociedad. Fechado o Método radiocarbónico: El carbono-14 (14C) es un radioisótopo del carbono con una vida media de 5730 años. Debido a su presencia en todos los materiales orgánicos, el carbono-14 se emplea en la datación de estos especímenes. El método de datación por radiocarbono es la técnica más fiable para conocer la edad de muestras orgánicas menores que 60000 años. Está basado en la ley de decaimiento exponencial de los isótopos radiactivos. El isótopo carbono-14 (14C) es producido de forma continua en la atmósfera como consecuencia del bombardeo de átomos de nitrógeno por neutrones cósmicos. El átomo radiactivo se incorpora en las plantas por la fotosíntesis, de manera que la proporción 14C/12C en estas es similar a la atmosférica. Los animales incorporan, por ingestión, el carbono de las plantas. Tras la muerte de un organismo vivo se dejan de incorporar nuevos átomos de 14C a los tejidos, y la concentración del isótopo va decreciendo conforme va transformándose en 14N por decaimiento radiactivo. Al medir la concentración del isótopo es posible calcular la fecha aproximada en la cual el organismo estuvo vivo. Huaricanga: Sitio ubicado en el valle de Fortaleza. Está compuesto por tres montículos de los cuales uno, el montículo A, correspondería al Periodo Inicial. No se han identificado plaza circulares en este sitio. Fue investigado por el Proyecto Arqueológico Norte Chico a través de pozos de prueba. Huaricoto: Ubicado en el Callejón de Huaylas, en Ancash, a 2750 m s. n. m. Huaricoto fue excavado entre 1978 y 1980 por el arqueólogo norteamericano Richard Burger, quien definió una larga ocupación de 2000 años, desde el periodo Precerámico Tardío hasta el Horizonte Temprano. La fase precerámica de Huaricoto –llamada Chaukayán– corresponde a una serie de plataformas de piedra delimitada por piedras, típica de la tradición religiosa Kotosh. En Huaricoto la tradición religiosa Kotosh, de fogones ceremoniales, cubre todo el Periodo Inicial y continúa hasta la época Chavín en el Horizonte Temprano. Jefatura: Sociedad en donde el parentesco (linaje) estructura las relaciones sociales. El prestigio obtenido a lo largo de una vida es importante para obtener un alto estatus y acceder a beneficios sociales y el reconocimiento público. Este estatus, generalmente, no es hereditario. Destaca el Jefe como máximo líder de estas sociedades. Aquellos que se encuentren más próximos al Jefe (parientes) obtendrán mayores privilegios. Por lo general, la jefatura presenta un centro ritual y ceremonial permanente, así como una especialización artesanal.

Kotosh: Se ubica a 4 kilómetros de la actual ciudad de Huánuco, a 2000 m s. n. m. Fue investigado por la Misión Arqueológica Japonesa durante varias temporadas de campo, en la década de 1960. Se compone de una serie de edificios superpuestos, con 6 periodos de ocupación continua, que datan del Precerámico Tardío, el Período Inicial, el Horizonte Temprano y los inicios del Intermedio Temprano (tradición Blanco sobre Rojo). Los recintos más conocidos son el Templo de las Manos Cruzadas y el Templo de los Nichitos, ambos correspondientes a la fase Mito (Precerámico Tardío). Las plataformas presentan muros de contención de piedras con argamasa de barro que forman la base de las estructuras. La comunicación entre las distintas plataformas del edificio se hizo a través de escaleras y pequeños pasadizos. En el Templo de las Manos Cruzadas se encontraron dos esculturas de diferente tamaño, con las manos cruzadas, una con la mano derecha sobre la izquierda y la otra con la izquierda sobre la derecha. Durante los trabajos de investigación casi no se encontraron restos culturales de las actividades realizadas en el sito. Tan solo se encontraron restos quemados de huesos de camélidos y de cérvidos, así como restos de cuyes fuera de los recintos. Paralelamente a este sitio se desarrollaron Huaricoto y la Galgada, pertenecientes todos a la tradición Mito. La Galgada: Se encuentra en el valle del río Tablachaca, al norte del departamento de Ancash. El complejo ceremonial está compuesto por los restos de una plaza circular y dos estructuras monumentales ceremoniales. Excavaciones a cargo del arqueólogo norteamericano Terence Grieder, en la década de los ochenta, identificaron una serie de cámaras ceremoniales con fogón central dentro de las estructuras principales, típicas de la tradición Mito. Estas estructuras se superponen una sobre otra, reflejando continuas remodelaciones. También se descubrió que algunas de estas cámaras habían sido reutilizadas como tumbas, encontrándose importantes restos culturales del Precerámico Tardío. Al igual que los otros sitios de la sierra y selva alta, La Galgada fue ocupada de manera continua durante el Precerámico Tardío y el Periodo Inicial. Las Shicras: Sitio arqueológico ubicado en el valle de Chancay, provincia de Huaral, a 120 kilómetros al norte de Lima. Corresponde a dos grandes estructuras piramidales. El arqueólogo Walter Tosso, a cargo de las investigaciones, ha asegurado que los fechados obtenidos del material botánico recuperado en sus investigaciones van del 2800 a 2500 a. C., por lo que corresponden al Precerámico Tardío. La historia de las Shicras se remonta al año 2003, cuando huaqueros que buscaban las riquezas de una tumba de la cultura Chancay, excavaron un profundo foso en la cima del montículo más grande, descubriendo la arquitectura precerámica y gran cantidad de shicras como relleno constructivo. De ahí el nombre del sitio arqueológico. Ese mismo año Walter Tosso encontró el enorme huaqueo e inició, junto con la Municipalidad de Huaral, un trabajo de protección para evitar su depredación. En junio de 2006, con el apoyo de la

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Fundación Museo Amano, el arqueólogo encabezó una primera excavación oficial, que le permitió descubrir importantes evidencias. Según las investigaciones preliminares, el templo, edificado en piedra, cuenta con ocho niveles construidos en cuatro fases, lo que revela que allí se realizaban rituales religiosos. Tosso ha explicado que para ellos “se sellaban todas las entradas del templo y sobre él se colocaban las piedras reunidas en las shicras (bolsas de fibra vegetal con las que se trasladaban las rocas), que el pueblo mismo llevaba y entregaba en un ritual religioso”. Pampa San José: Sitio ubicado en el valle de Pativilca, muy afectado por la agricultura moderna. Está compuesto por tres grandes montículos y una plaza circular. El montículo más grande mide 100 x 70 metros y tiene una altura de 20 metros. Fue investigado, a partir de un pozo de huaqueo, por el Proyecto Arqueológico Norte Chico. Piruru: Sitio ubicado en el valle de Tantamayo, distrito de Tantamayo, provincia de Huamalíes, departamento de Huánuco, a 3800 m s. n. m. Corresponde a un sitio que fue ocupado en el Precerámico Tardío, el periodo Inicial y el Intermedio Tardío. La arquitectura del Precerámico Tardío está compuesta por pequeños recintos de forma circular y rectangular, construidos de piedra, que presentan un fogón en la parte central. La arqueóloga francesa Elizabeth Bonnier (su investigadora) ha determinado que estas estructuras tuvieron un uso ceremonial, y que pertenecieron a la tradición arquitectónica Mito y la tradición religiosa Kotosh. Al igual que en Huaricoto, la construcción de recintos con fogones ceremoniales continuó hasta los periodos con cerámica. Prospección: Recorrido de campo en donde se examina el terreno siguiendo una trayectoria, con el objetivo de ubicar y registrar la localización de restos culturales dejados por el ser humano. Río Seco: Se encuentra ubicado en la quebrada de Río Seco de León, distrito de Chancay, provincia de Huaral. El sitio fue descubierto por Frederic Engel en la década de 1950 y trabajado por el alemán W. E. Wendt en 1960 y 1961. El sitio se encuentra en la margen izquierda de la quebrada, próximo al mar, y está compuesto por 9 montículos. Las excavaciones fueron de pequeña escala y no han sido adecuadamente presentadas. Wendt reporta construcciones de piedras, abobes en forma de placas o cuadrados con o sin argamasa de barro. Destaca una zona de cementerio en donde se excavaron 41 tumbas con 42 individuos, los cuales, en su mayoría, estuvieron flexionados y cubiertos con tejidos entrelazados y esteras. Otros artefactos recuperados de las excavaciones guardan relación con el material cultural del Precerámico Tardío de otros sitios contemporáneos. Se hallaron figurines de barro sin cocer, cuentas de piedra y moluscos, textiles de algodón torzales y redes, y abundantes restos de moluscos y peces. Se obtuvo una serie de fechados radiocarbónicos que van de 2225 a 2175 años a. C. En la actualidad el sitio se encuentra en proceso de destrucción, al estar ocupado por una granja de pollos. Tradición Arquitectónica de la Costa: Ubicados principalmente en la costa, entre Ancash y Lima, los monumentos que la componen poseen distintas

dimensiones espaciales y complejidades. Esta tradición se caracteriza por tener una arquitectura de grandes dimensiones (monumental), compuesta por un edificio principal o central, construido con plataformas superpuestas para ganar altura. En la parte central de estos montículos o pirámides hay una escalera central que une la base del montículo con la cima, en donde se encuentra el atrio. Generalmente estas estructuras se encuentran asociadas con una plaza circular de extensión variable, frente al edificio principal, y con estructuras de menor tamaño con las que forman complejos arquitectónicos. Fueron construidos, en su mayoría, con piedras con argamasa de barro, aunque también se ha observado el uso de adobes. Son representativos de esta tradición: Áspero (3600 a. C.), Bandurria (3200 a. C.), Caral (2625 a. C.), Río Seco (2225 a. C.) y, recientemente, las Shicras en Huaral. Esta tradición de arquitectura monumental sería la primera en aparecer en los Andes alrededor de los 3000 a. C. Tradición Arquitectónica de la Sierra: Esta tradición arquitectónica hizo su aparición hacia los 2500 a. C., y persistió hasta el 500 a. C., por lo que coexistió con otras tradiciones arquitectónicas posteriores y llegó a utilizarse en la época Chavín. Durante muchos años se pensó que esta arquitectura era propia de la vertiente oriental de los Andes Centrales, especialmente por la reutilización del estilo en diferentes contextos arquitectónicos. Sin embargo, se han encontrado recintos de las mismas características en el Callejón de Huaylas (Ancash), Huánuco y Lima. El diseño tipo se caracteriza por poseer una estructura cuadrangular con nichos en las paredes interiores y un doble piso interior con un fogón central y, en algunos casos, ductos de ventilación que van por debajo del piso. Son representativos de esta Tradición: Kotosh (2350 a. C. - 200 d. C.), La Galgada (2720 a. C.), Huaricoto (2875 a. C.) y Piruru (2950 a. C.). A este tipo de arquitectura también se le ha llamado tradición arquitectónica Mito, definida por la arqueóloga francesa Elizabeth Bonnier; mientras que al ritual asociado con la quema de ofrendas en fogones ceremoniales se le conoce como tradición religiosa Kotosh. Esta tradición religiosa ha sido definida por el arqueólogo norteamericano Richard Burger. Upaca: Sitio arqueológico ubicado en el valle de Pativilca, distrito de Pativilca, Provincia de Barranca. Está compuesto por un montículo asociado con una plaza circular y tres pequeños montículos asociados con otra plaza circular parcialmente destruida. También se ha reportado la presencia de dos complejos arquitectónicos que corresponderían a almacenes. La ocupación moderna ha afectado la integridad del sitio en varios sectores. Fue investigado por el Proyecto Arqueológico Norte Chico a través de pequeños pozos de prueba y limpieza de zona destruidas de la arquitectura. Vinto Alto: Sitio ubicado en la margen izquierda del río Pativilca, junto al pueblo del mismo nombre. Está compuesto por tres montículos, los que se encuentran alterados por la agricultura y las ocupaciones modernas. El Proyecto Arqueológico Norte Chico excavó dos trincheras en dos de los montículos.

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ANEXO: DESCUBRIMIENTO Y RESCATE DE BANDURRIA Domingo Torero Fernández de Córdova Los antecedentes de la destrucción parcial de Bandurria por aguas de drenaje, se encuentran en las filtraciones no controladas, resultantes del regadío de las Pampas anexas al valle de Huaura. En la década de 1950 se construyó un canal (por la Irrigación Santa Rosa) con una toma de agua en el río, a la altura de Sayán, para irrigar una extensa zona eriaza, las Pampas de Huancayo, llamadas así por estar rodeadas de grandes cerros pedregosos. El regadío de estas Pampas, unos 15 años después, ocasionó la aparición de lagunas como producto del afloramiento de la napa freática. Durante dos años, los agricultores del valle tramitaron ante el Ministerio de Agricultura el endicamiento o drenaje de la gran laguna formada. Hubo una serie de proyectos que no se llevaron a cabo por el ministerio, y la laguna finalmente se desbordó. Las aguas, que irrumpieron por una larga quebrada (Carrizales) hacia la Campiña de Huacho, arrasaron tierras de cultivo y granjas, causaron grandes destrozos e inutilizaron el muelle y el puerto de Huacho. La arena y tierra arrastrada fue tal, que el puerto quedó convertido en playa, con los muelles en seco e inutilizados para el cabotaje, situación que duró más de 10 años hasta que el mar arrastró el material acumulado. El Ministerio de Agricultura, presionado para resolver el problema, inició la construcción de drenes y un canal evacuador que llevase el agua al sector de Playa Chica. Inexplicablemente, no se tomó en cuenta a la quebrada de Cochinos, cuya ubicación la convertía en el drenaje natural de la zona. A fines de marzo de 1973 el canal colector se había construido hasta pasada la carretera Panamericana Norte; y los ingenieros de la Dirección General de Aguas ya habían excavado con maquinaria un corte en el arenal, hasta el borde del acantilado, en el límite norte del médano1. 171

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A principios de abril, ya construido el puente para que el canal cruzara la carretera, recorrimos el área revisando los conchales: mi padre2, Jorge Chaparro y el que escribe, en búsqueda de líticos u otras evidencias que pudieran encontrarse entre los restos de moluscos. Habíamos sido avisados por el Inspector de Aguas, Sr. Hilarión Muro que, por razones de ahorro, el ministerio no terminaría el canal hasta la playa, y que el agua sería encauzada hasta ella por el corte zanjado en la arena. El Arq. Chaparro, trabajador de CRIRSA3, se encontraba de vacaciones, e íbamos a diario en su “escarabajo” a la zona, pues teníamos presente el hallazgo de huesos de megaterio en una situación parecida, de irrupción de aguas, en Pampa Vieja (Los Antivales), distrito de Huacho, depresión en aquel entonces y hoy laguna conocida como “La Encantada”. El día 6 de abril del 1973, hacia la media mañana, empezó a llegar agua por el canal evacuador, y en pocos momentos alcanzó un volumen de varios metros cúbicos por segundo. El agua llenaba el canal y, por el declive, alcanzó gran velocidad; al salir de él se empozó y formó una laguna, sin seguir por el corte trazado en la arena, al no tener un desnivel adecuado. El agua contenida en la laguna rompió hacia el sur por el borde del médano, que aquí era de menor altura. Rápidamente, por el volumen que llevaba el agua, se formó un torrente que se abrió paso en dirección al mar, bordeando y, a la vez, arrasando el médano formado por arena y ceniza negra. Fue aquí, bastante cerca de la carretera, donde observamos las primeras evidencias, aparte de los conchales del sitio. Mi padre nos llamó y nos señaló unos tejidos de junco o totora que el agua dejaba al descubierto en el borde; nos trasladamos a la orilla opuesta y pudimos observar mayor cantidad de material arrastrado, sin lograr precisar de qué objetos se trataban por la velocidad del agua del torrente. Sin embargo, recuperamos una estera. Nos acercamos al borde del acantilado que da a la hoy albufera y vimos cómo el agua empezaba a correr entre aquel y la barra de arena de la playa. Cabe recordar que en aquel entonces el área que reseñamos era totalmente desértica —desierto total entre el valle del Huaura y el de Chancay— no existían poblados, peaje, ni vegetación alguna, por lo no era posible encontrar apoyo para un rescate. Regresando a Huacho, nos dirigimos a la Zona Agraria Huacho del Ministerio de Agricultura, donde el ingeniero en jefe nos indicó que no se podía detener el agua, pues la toma de los drenes no tenía compuertas, y por la misma razón tampoco se la podía desviar nuevamente a la quebrada de Carrizales. 172

Fig. A1. Vista de la parte central del médano antes de ser erosionado por el agua.

Ante esta circunstancia, solo quedaba tratar de impedir la destrucción total del sitio y, quizás, llevar a cabo un rescate de los objetos que el agua arrastraba. Nos pusimos en contacto con los universitarios Héctor Romero y Luis Durán, y ellos organizaron un grupo de estudiantes de la Universidad de Huacho, de las Facultades de Pesquería y Educación, a los que se sumaron algunos vecinos de Huacho, interesados en el tema del Patrimonio Arqueológico: Santos Ventocilla, Otto Loof y Victoriano Montemayor, quienes disponían de movilidad, absolutamente necesaria en este caso. Una vez en el sitio se planteó la posibilidad de disminuir el choque del agua contra el borde del médano levantando muros con sacos de arena, para lo cual conseguimos la donación de una gran cantidad de sacos. Sin embargo, apenas se lograba atenuar el ataque del torrente contra el borde, el agua se desviaba o sobrepasaba los sacos y seguía destruyendo el deleznable médano formado por arena y basura negra, creando un perfil cada vez más alto que contenía objetos no precisables y muchas piedras. Ante este desalentador panorama decidimos rescatar lo que pudiera salvarse del arrastre del torrente, quedando mi padre, Santos Ventocilla, Jorge Chaparro y el equipo de universitarios en esa labor. Al autor de la nota se le encargó viajar con un oficio, fotos y un plano inicial del sitio levantado a mano alzada por el arquitecto Chaparro. Para elaborar estos documentos, en 173

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los días anteriores habíamos recorrido la zona desde Playa Chica hasta la Quebrada de Cochinos, marcando en el plano conchales, piedras y otras evidencias de superficie, los cerros que suponíamos con estructuras (pircas), el gran médano de más o menos 600 x 800 metros, que el torrente estaba destruyendo, y el “Adoratorio de la Wanka”4, quizás lo que más nos llamó la atención en ese momento. Premunido de este material, previa coordinación con mi hermano Alfredo5 para establecer un contacto con el Instituto Nacional de Cultura (INC), viajé a Lima. En el Instituto Nacional de Cultura, nos recibió el arquitecto José Correa Orbegoso del CIRBM6, y dos días después expuse el caso al arquitecto Barreto Arce, que me aseguró que se actuaría de inmediato, previa inspección por el CIRBM, le solicité que presionara a la Dirección General de Irrigaciones, causante del problema, para que enviara maquinaria y se ahondara un cauce definitivo, impidiendo de esta manera la destrucción total del sitio. Días después llegó el Dr. Hugo Ludeña, en compañía de un ingeniero del Ministerio de Agricultura, para realizar una inspección. A la semana siguiente se recibió la copia de un oficio dirigido por el INC al Director Superior del Ministerio de Agricultura, solicitando su intervención para solucionar el problema. Hacia finales de abril llegó Alfredo, acompañado por Wilfredo Kapsoli de la Universidad Ricardo Palma. Recorrimos el área y, con más detenimiento vimos en uno de los cerros una pared de piedras y barro, que procedimos a enterrar para evitar su destrucción por los huaqueros (como lo hicimos en Choque Ispana), al respecto Alfredo hace una observación en su libro “Idiomas de los Andes” (2002:42), pudimos observar los componentes del sitio arqueológico. Mientras se hacían trámites ante el INC y el Ministerio de Agricultura, se continuaba con el desesperado rescate, logrando salvar de las aguas, fardos funerarios, ofrendas y otros objetos, que se iban almacenando en nuestra casa de Salaverry en Huacho.

Figs. A2 y A3. Restos humanos expuestos por el derrumbe del médano producto de la inundación. Nótense los grandes cantos rodados típico del patrón funerario de Bandurria.

El rescate era sumamente riesgoso, pues el perfil alcanzaba en muchos lugares hasta 6 metros de altura y, a la vez, porque al derruirse el perfil caía una gran cantidad de piedras grandes junto con los fardos y objetos. Generalmente el rescate se hacía desde el borde superior, evitando el desmoronamiento y así no caer al agua, cosa que algunos no pudieron evitar. Tampoco se pudo escapar de los golpes de algunas piedras, los que felizmente no tuvieron mayores consecuencias. Mientras la angustia y la frustración crecían ante la inercia de las autoridades, de igual forma crecía el abanico de tierra pedregosa que iba

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dejando el agua conforme destruía el médano. El arrastre de fardos y otros objetos era continuo, y lo posible de rescatar, muy poco. Mi padre contó un día, desde la mañana al atardecer, 87 fardos, y otros objetos que caían y eran arrastrados por el agua. Las dos primeras noches del rescate acampábamos en los autos, en la parte alta, ubicando lo rescatado cerca de ellos, pero desistimos de continuar por el frío y los zorros y ratas que llegaron atraídos por los fardos. De muchos fardos que se destruían recuperamos cráneos y huesos, así como algunas ofrendas (cuentas y collares). Un fardo muy pequeño (probablemente de un nonato) que se fragmentó, estaba tapado con un gran mate y como ofrenda tenía una aguja de hueso. En otro cráneo se encontró el cerebro muy bien disecado, con los hemisferios y circunvoluciones visibles, de él se ha hecho un estudio neurológico de su actual estructuras. A juzgar por los huesos largos, los habitantes de Bandurria eran bastante altos, los huesos no tenían rastros de raquitismo, pero sí había mucha mortalidad infantil, a juzgar por la cantidad de fardos pequeños que caían. No se observó sinostosis en los cráneos de adultos. Los dientes sanos, pero muy gastados, probablemente por masticar arena con los alimentos. Ya era mayo, y los universitarios se turnaban para venir a apoyar en el rescate, aunque algunos días estuvimos sin ellos. Entretanto, el agua había ya

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llenado la cuneta entre el acantilado Este y la barra Oeste, extendiéndose a casi toda la playa al no tener salida, hasta que un día formó un desagüe, rompiendo la barra en la playa Paraíso (al sur de Playa Chica), y dejando al descubierto los pilotes y traviesas de un antiguo muelle, probablemente por donde se embarcaba la sal antes de la llegada del ferrocarril de Huacho, a principios del siglo XX. La albufera recreada por el agua del torrente, y ya con el tamaño actual, fue por un par de meses una sola, hasta que los materiales de arrastre del derruido médano cegaron la parte central, convirtiéndola en un extenso pantano y dividiéndola en dos albuferas: Norte y Sur. A esta zona entre las albuferas es el cementerio de la ceniza y los restos arrastrados por el agua al destruir el médano. Posteriormente, en la albufera Sur y el área central empezaron a aparecer algunas plantas, como el junquillo y la grama salada, pero no así en la albufera Norte, de agua más salobre al no tener comunicación con el torrente que desembocaba en la parte Sur. En la albufera Norte se dio una situación más interesante, en la zona arenosa delante del borde oeste del médano. Surgió del piso arenoso agua rojizamarrón, probablemente debido al lavado de las cenizas y los restos orgánicos a nivel del suelo. Luego esta filtración fue aclarándose y, al secarse parcialmente, dejó una gran costra de sales. Para sorpresa nuestra, esta costra salina fue quebrándose, y apareció una gran cantidad de plantas que, con el tiempo, formaron matorrales de tallos, ramas y nervaduras rojas con hojas verdes. Florecieron, y recogimos sus semillas menudas y hojas, parecidas a un quenopodio. Enviamos las muestras con Alfredo a la Universidad Agraria La Molina, donde se confirmó su filiación con la quinua, que posiblemente fue usada como alimento por los habitantes de Bandurria. Junto con estas plantas también brotaron verdolagas y, en los bordes más altos de la orilla, una gran cantidad de lagenarias (mates) de diversas formas. También brotó una planta de algodón que dio una bellota de fibra parda.

Fig. A4. Collar de piedra con dije de diseño ornitomorfo, recuperado por D. Torero de un fardo roto.

Toda esta vegetación perduró hasta la invasión de ganaderos con sus rebaños, en 1975. Iniciamos un acción judicial para desalojarlos, ya organizados como “Comuna del Huaura EPS”, pero perdimos porque los jueces fallaron a favor de ellos, venidos de la sierra de Checras, alegando que “vivían de sus vaquitas” y que nosotros estábamos defendiendo una zona eriaza y un medio que no aprovechábamos. Esta invasión de ganado en el sitio arqueológico y alrededores, que duró veinte años, ocasionó la pérdida de muchas plantas —entre ellas un ensayo de manglar— la destrucción y completa desfiguración del “Adoratorio de la Wanka”, usado como bajada a

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los pastizales, así como el desmoronamiento de los bordes del médano, por el paso continuo de la gran cantidad de animales.

formado por cenizas de basura doméstica, restos de viviendas y entierros humanos.

A principios de junio llegó en inspección un arqueólogo del INC, y el 20 del mismo mes, después de una reunión en el CIRBM con el Arq. Arce, se dirigió un oficio (No. 320-73-1-CIRBM) a la Dirección General de Ingeniería y Proyectos del Ministerio de Agricultura. Con este oficio pudimos tratar el caso con el ingeniero jefe en esa dirección, obteniendo el compromiso de enviar maquinaria para ejecutar el zanjado.

A mediados de julio habíamos ya reunido una gran cantidad de material rescatado: fardos, ofrendas, ofrendas en forma de parrilla (con hojas de pacae y anchovetas secas), mates, cestas, redes, etc., que se depositaron en la casa de Salaverry. El primero de julio pudimos salvar de un derrumbe, un entierro de un pescador provisto con largas redes y una serie de ofrendas.

A principios de julio al no llegar la maquinaria, el INC me comisionó para tramitarla, específicamente con CÁRITAS, con el Oficio No. 233DTCPMC-73. En CÁRITAS Huacho nos indicaron que tenían la maquinara en la sierra, por un problema de urgencia. Nos encontrábamos en este trámite cuando la Zona Agraria de Huacho nos informó que al día siguiente llegaría maquinaria procedente de Lima a Bandurria. Así fue, hacia la segunda semana de julio llegaron dos máquinas, una cuchilla cargador frontal y zanjadora. En tres jornadas ahondaron una zanja en el torrente y encauzaron definitivamente el agua, que dejó de arrasar el médano, formándose una pequeña playa entre este y el cauce.

Ante el cese de la destrucción del médano por el torrente, ya encauzado definitivamente, decidimos únicamente rescatar los fardos y objetos que aparecieran y estuvieran expuestos en el talud que se iba formando al derrumbarse el perfil dejado por el agua. En el corte se podían observar restos de totora, piedras alineadas, juncos, un fogón con piedras en el fondo y carbón; así como gran cantidad de restos de moluscos (chanques, choros y machas), huesos de lobo marino y una vértebra de ballena, que rodaron del talud creciente.

Si el Ministerio de Agricultura no hubiese tardado tanto tiempo, más de tres meses, para enviar maquinaria, se hubiera salvado la mayor parte de un lugar único para el estudio de los inicios de nuestra cultura, testimonios invalorables de nuestro pasado expresado en patrones funerarios, ofrendas, viviendas y muchas otras muestras de la forma de vida y creencias del poblador de Bandurria. Se perdieron dos tercios del área del médano,

Ya con más calma, pudimos adquirir en el Servicio Aerofotográfico Nacional (SAN) tres fotografías aéreas (143-66: 45, 46, 47) del área y, posteriormente, por intermedio del Ing. Riera, del Área de Restitución Aerofotográfica de la D. G. de Reforma Agraria, se nos facilitó la observación estereoscópica de las fotos. Esto nos permitió confrontar nuestra visión en el terreno, y levantar el plano de la Reserva Arqueológica de Playa Chica Bandurria (20-07-73), solicitada al INC. Se pudo discernir mejor los cerros (montículos) con estructuras, que hoy, gracias al trabajo del Proyecto Arqueológico Bandurria, conocemos que corresponden a

Fig. A5. Fardo funerario rescatado de Bandurria.

Fig. A6. Fardo funerario rescatado de Bandurria.

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pirámides construidas desde sus bases; así como dos grandes construcciones desaparecidas al sur del “Cerro Hueco”. A fines de julio llegó Alfredo Torero con la Dra. Rosa Fung. Habíamos discutido anteriormente sobre a quién invitar para la investigación de Bandurria; se plantearon varios nombres: Frederic Engel, Luis Lumbreras, incluso la asesoría de Pablo Macera, para obtener el apoyo de la universidad de San Marcos, pero Alfredo pidió invitar a Rosa Fung, que hacía un tiempo había trabajado en LasAldas. En esos días se hizo un recorrido de reconocimiento de toda el área, para que la Dra. Fung tuviera una idea integral del sitio. Hacia fines del año (1973) regresó con la estudiante Lucy Salazar, y siguieron viniendo los fines de semana hasta comenzar las clases universitarias de 1974.

Fig. A7. Entierro de “pescador” com redes y diversas ofrendas.

Durante este tiempo continúo el rescate, con apoyo de los estudiantes universitarios de Huacho, los que se concentraron en el talud en formación. De ahí se rescató una figurina de barro sin cocer, para aquel entonces la única representación humana encontrada.

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De la zona marginal del médano, en su extremo Este, que no había sido alcanzada por el agua, se ubicó una piedra tosca vestida con un tejido entrelazado; y debajo de esta se encontró la tumba de un niño contenido en una cesta grande de junco. Todos los objetos rescatados en esta etapa fueron llevados por la Dra. Fung a su alojamiento. En uno de estos viajes, la Dra. Fung llegó con el Dr. Marvin Allison, y visitaron la casa de Salaverry para revisar el material recuperado en el rescate. El Dr. Allison fotografió el material óseo humano y sacó una muestra de totora del interior de un fardo. En el año de 1977 regresó la Dra. Fung con Jorge Silva, Denise Pozzi Escot y otros estudiantes de arqueología de San Marcos, reiniciando la investigación en el sitio. Realizaron un corte estratigráfico en el borde del perfil de regular altura, y la excavación de una vivienda semihundida, rectangular, con paredes de piedra. Esta estructura se encontraba al nivel de la superficie del médano, por lo que debía corresponder a la etapa final de la ocupación. Un tiempo después de esta corta investigación, se presentó en Huacho Jorge Silva con el pedido de la Dra. Fung para que se le entregara el material arqueológico depositado en Salaverry, resultado de nuestra tarea de rescate, y llevarlo a San Marcos. La mayoría de los que habían participado en el rescate se opuso, sobre todo los universitarios, por la importancia que tenía que todo este material se quedara en el Museo de Huacho. Sin embargo, la opinión de Domingo Torero Arrieta, en el sentido de que el Museo no tenía las condiciones adecuadas para el mantenimiento del material, decidió su 181

Fig. A8.Libreta de notas de D. Torero en donde se describe el entierro del “pescador” y se registra su posición en el

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Fig. A9. Parte de las excavaciones realizadas por Rosa Fung en 1977.

entrega. Se hizo un inventario de lo que se entregó, firmado por Jorge Silva, y quedaron en Huacho muy pocas cosas. Posteriormente, para nosotros, hubo un largo silencio sobre los resultados de la investigación en Bandurria; salvo la llegada, un tiempo después, de Lucy Salazar, quien solicitó estudiar la cestería que teníamos en el Museo, para un trabajo que debía de realizar, y para lo cual no disponía de otro material. En mayo de 1977 llegó la Dra. Mercedes Cárdenas a la zona, dentro de un proyecto de Reconocimiento y Catastro del valle de Huaura. La Dra. Cárdenas hizo un reconocimiento desde Bandurria hasta las Salinas. En años posteriores ella apoyó permanentemente la conservación de Bandurria, con informes periódicos sobre el estado del sitio, para promover que el INC decidiera la declaración de Reserva Arqueológica. Su último informe data de enero del 2005. De esta manera, la Dra. Cárdenas ha colaborado durante más de 30 años a la defensa y conservación del patrimonio arqueológico de Bandurria. A fines de la década de 1980, siendo Alfredo Torero Vicerrector de San Marcos, se le entregó el inventario del material de Bandurria para verificar y, en algún momento, recuperar este material, patrimonio de Huacho, cuando nuestro Museo tenga las condiciones adecuadas para su conservación. A Modo de Conclusión: Los puntos sobre las íes: Quienes participamos hace 35 años en el rescate de Bandurria, presentamos 183

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esta visión retrospectiva de los sucesos —relato sin ninguna pretensión erudita— para hacer conocer como fueron los hechos de los que fuimos parte. Esta memoria constituye un testimonio del esfuerzo por salvar el sitio de Bandurria y el Patrimonio Milenario que encierra, y un homenaje al recuerdo de quienes ya no están con nosotros, en especial a Dn. Domingo Torero Arrieta, guía y motor de este rescate arqueológico, a Otto Loof Longobardi y Victoriano Montemayor Amancio, quien con su camiencito de doble tracción nos llevó a todos los rincones del arenal. De los estudiantes que participamos en el rescate, tres de ellos aún somos profesores de la Universidad de Huacho, uno ya es docente jubilado de la misma universidad, y los demás se encuentran en el sector pesquero e industrial: Héctor Romero Camarena, Luis Durand Padilla, José Cuellar Reyes, Félix Hipólito Dolores, Daniel Nicho Carpio, Rodrigo García Guardia, Víctor Figueroa Vargas, Oscar Guerrero Ramírez, Judith Alvarado Rodríguez, Pedro Loza Hermenegildo, Nilda Montoya, Luis Quiroz y otros cuyos nombres se nos escapan de la memoria, y quienes de alguna manera estuvimos al frente del rescate y las gestiones necesarias: Jorge Chaparro Ortiz, Santos Ventocilla Arce, Domingo Torero Fernandez de Córdova (a quien se le encargó elaborar este relato), Victor Roldán Tallatino y José Torero Trujillo, todos, nos felicitamos por el reinicio de las investigaciones —que nunca debieron abandonarse— y por los resultados que vienen obteniéndose, y las perspectivas que Bandurria ofrece al desarrollo cultural y turístico de Huacho; así como el control de las invasiones que utilizaban el frágil medio ambiente y han causado gran daño del patrimonio natural y arqueológico.

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Notas: 1. El médano hace referencia al lado SE de Bandurria que fuera destruido por la inundación y que aparentaba ser un médano arenoso. (N. del E.) 2. Domingo Torero Arrieta. (N. del E.) 3. Empresa que participó de la reconstrucción de Ancash después del terremoto de 1970. (N. del E.) 4. Corresponde al montículo ubicado en el lado SW de Bandurria en el sector Doméstico, aún se encontraba intacto. (N. del E.) 5. Alfredo Torero Fernández de Córdova. (N. del E.) 6. Centro de Investigación y Restauración de Bienes Monumentales del Instituto Nacional de Cultura. (N. del E.)

También hacemos un llamado a las autoridades de la Región, de la Municipalidad Provincial, de la Universidad Nacional José Faustino Sánchez Carrión, a los estudiantes y a las instituciones civiles para conocer, apoyar y difundir los trabajos de investigación en Bandurria, que consolidan nuestra identidad como pueblo con miles de años de Historia.

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