Autoeficacia física percibida en adolescentes practicantes de deporte de contacto

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Descripción

Autoeficacia física percibida en adolescentes practicantes de deporte de contacto Lizbeth Rojas Aguilera JUSTIFICACIÓN Realizar una investigación que implique el deporte es de suma importancia ya que el campo del deporte en la psicología es uno de los menos estudiados dentro de esta ciencia y por ende tiene una amplia gama de estudio. El sedentarismo ha sido uno de los temas que más se trabaja en los últimos años debido a los beneficios de realizar actividad física en la calidad de vida de las personas y esto aborda junto con el bienestar psicológico, uno de los principales factores para la salud de los seres humanos. Una encuesta realizada en febrero del 2013 por Universia, una red de universidades que promueve el desarrollo social y empresarial, revela que el 52% de los mexicanos no realiza ningún tipo de actividad física. La OMS (Organización Mundial de la Salud) señala como beneficios de la práctica de un adecuado nivel de actividad física, disminución en los riesgos de enfermedades crónicas como la hipertensión o diabetes, sin embargo pocas veces se hace énfasis en los beneficios psicológicos que genera la activación. Inclusive el gobierno ha buscado implementar más la actividad física, por lo tanto el deporte es un elemento que se busca vaya en incremento. Dentro de la Psicología, se trata de un área reciente, pues a pesar de que los primeros estudios al respecto se remontan a finales del siglo XIX, hasta los años 70 por primera vez en México se vio implicada la psicología en el deporte específicamente con atletas futbolistas y poco a poco comenzó a tener mayor auge, hasta la actualidad (Rodríguez y Moran, 2010). Sin embargo no fue sino hasta 1986 que la American Psychological

Association (APA) añadió la división Excercise and Sport Psychology y se formalizó un poco más el área de la Psicología aplicada al deporte (Comité Olímpico Dominicano). Sin embargo, El portal Milenio publicó en 2015, una lista de los estados de la República Mexicana según aquellas entidades que más favorecen la cultura del deporte en México, en base a la participación de centros deportivos y deportistas de alto rendimiento. Esta lista se creó según la cantidad de actividades deportivas por estado, así como el total de medallas ganadas, entre otras variables. Guanajuato ocupa el lugar número 20 en el total de las 32 entidades federativas, el estado se encuentra en la segunda mitad de la lista y puede llegar a surgir la pregunta de qué factores psicosociales son los que determinan que Guanajuato se encuentre lejos de ser uno de los estados que encabezan la lista. Entidades como Jalisco y Nuevo León son algunos de los estados que ocupan los primeros 5 lugares, de esta manera podría ser conveniente mencionar que en la historia de la Psicología del Deporte en México, estos estados fueron de los primeros en poner atención al área en sus equipos deportivos. Hay muchas instituciones deportivas que buscan mejorar el rendimiento de sus usuarios, sobre todo en alta competencia, por lo tanto el presente estudio pretende ser de utilidad y relevancia para todos los involucrados en instituciones y organizaciones deportivas, así como a quienes gusten de la psicología enfocada en deporte. A finales del 2015, la presente autora realizó un estudio cualitativo donde se buscó un primer acercamiento sobre cómo ciertos deportes influyen en el proceso de aprendizaje y atención de las personas. En este primer estudio, realizado con practicantes de karate do, se realizaron entrevistas semi estructuradas sobre la percepción que mostraban los deportistas ante la disciplina practicada y se encontró, a manera de categorías, que el

deporte puede brindar ciertas habilidades como parte de la disciplina que se inculca y esto puede llegar a hacer que los practicantes sean más organizados y desarrollen valores que los hace más enfocados en diversos aspectos. A pesar de que el estudio se basó en buscar posibles relaciones entre la práctica de deporte y los procesos cognitivos, se encontró que la autoestima y la autoeficacia son aspectos importantes que se desarrollan en los deportistas. Se identificó asimismo que los deportistas con quienes se realizó el estudio hacían énfasis en actividades que realizan de forma destacada dentro del deporte y la perspectiva que tienen en cuanto a su rendimiento, así como la capacidad que tienen para ejecutar acciones implicadas en su disciplina, fue entonces cuando se decidió enfocar la investigación hacia la autoeficacia percibida en el deporte. Gracias a este primer acercamiento se pudo observar cómo ciertas variables psicológicas, como la autoeficacia, están presentes en la práctica de deporte y la importancia que éstas tienen en el desempeño y el rendimiento deportivo de los practicantes. En este trabajo se busca utilizar una parte de la teoría de la autoeficacia de Bandura donde se pretende explorar un área donde escasean las investigaciones y estudios, pues la mayoría de los estudios previos que tratan autoeficacia en deporte miden a su vez ansiedad y otras variables que no se incluirán en el presente estudio. Se ha encontrado que es más difícil crear nuevas creencias de alta eficacia que debilitar las ya existentes por medio exclusivo de persuasión verbal (Bandura, 1999), por tal razón, se busca la ayuda del reforzamiento positivo de conductas eficientes para influir en el resultado final de la autoeficacia percibida. Además, se abarcará desde un punto de vista conductual para determinar si el reforzamiento positivo genera cambios en la

autoeficacia y de esta manera, encontrar un modelo que prediga el rendimiento de practicantes de deporte que tengan ciertas características en común.

PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA Las instituciones deportivas donde cuyos usuarios son competidores constantemente tienen la preocupación sobre cómo lograr un mayor rendimiento en sus deportistas y de qué manera influir en ellos para aumentar la motivación que éstos presentan. Muchas veces en la búsqueda de buenos resultados se suele enfocar únicamente en el aspecto físico y de entrenamiento de los practicantes de deporte, dejando completamente de lado el área psicológica. En ocasiones se suele exigir demasiado a los deportistas e inclusive buscar la motivación y/o el máximo desempeño a través de reforzamientos negativos que en algunos casos puede llegar a causar inclusive el abandono del deporte por parte de los usuarios. El presente trabajo pretende responder y aportar información a la comunidad deportiva en relación a diferentes técnicas que pueden llegar a lograr en los deportistas una mejora en su rendimiento a partir de cambios conductuales mediante reforzamientos positivos y mejorar la autoeficacia que ellos perciben en cuanto a sus capacidades para ejecutar determinadas tareas como parte de su disciplina, partiendo del hecho que a mayor autoeficacia, mejor rendimiento. PREGUNTA DE INVESTIGACIÓN ¿Qué efecto tiene la persuasión verbal cuando se utiliza en conjunto con el reforzamiento positivo sobre la autoeficacia percibida de adolescentes competidores de deportes de contacto?

¿En qué grado un programa de intervención basado en la persuasión verbal y el uso de reforzadores, modifica la autoeficacia percibida de deportistas competidores?

OBJETIVO Objetivo general. Conocer el grado de asociación de la persuasión verbal y el reforzamiento positivo sobre la autoeficacia percibida y ésta última sobre el rendimiento deportivo de adolescentes que practican deporte de contacto.

Objetivo específico Conocer si la persuasión verbal es un elemento que puede aumentar la autoeficacia percibida de practicantes adolescentes de karate do. Averiguar si la persuasión verbal es un elemento que puede aumenta el rendimiento deportivo en practicantes adolescentes de karate do. Comparar si hay diferencias en cuanto al sexo en la autoeficacia percibida por los adolescentes practicantes de karate do.

HIPÓTESIS La persuasión verbal es un factor que influye de forma positiva en la autoeficacia percibida de los practicantes de karate do.

La autoeficacia percibida en practicantes de karate do es una variable relacionada directamente proporcional al rendimiento deportivo. Las mujeres adolescentes practicantes de deporte presentan un grado de autoeficacia menor al de los hombres.

MARCO TEÓRICO AUTOEFICACIA Autoeficacia, según Bandura (1995), es la percepción sobre la propia capacidad para llevar a cabo determinada tarea en situaciones futuras en base a dos tipos de expectativas: de resultado, el cual es la creencia de si una conducta producirá el resultado esperado; y las expectativas de eficacia, ésta se refiere a la creencia de la capacidad que tenemos para lograr nuestro objetivo. El término de “autoeficacia” es parte de la teoría cognitivo – social de Bandura, la cual trata de explicar la regulación de la motivación y la acción del ser humano. Asimismo, distingue 4 distintas fuentes de obtención de las creencias de eficacia: Experiencias de dominio, la cual se refiere a la experiencia previa que tengamos ante la conducta y así como lo menciona Reeve (2002), la autoeficacia actual de las personas se desarrolla a partir de sus experiencias y recuerdos de sus intentos previos para realizar la misma conducta. La importancia de éstas radica en el impacto que tienen sobre las evaluaciones que realiza un sujeto de sus éxitos y fracasos, pues si un individuo manifiesta éxito en sus conductas esto produce un aumento de las evaluaciones positivas, mientras que si por el contrario son los fracasos los que se repiten, estas evaluaciones positivas tienden a disminuir (Bandura, 1977 citado por Guillén, 2007).

Experiencias vicarias, esta describe el aumento en las propias creencias para realizar determinada tarea en base a las experiencias de nuestros conocidos. Se refiere a la influencia de otros hacia nosotros, es decir, la manera en como las experiencias de los demás nos influye para alcanzar el éxito (Díaz-Loving, Hirt, Hosch, Kimble, Lucker, & Zárate 2002). La persuasión social o verbal para otros autores, que se refiere al impacto que tiene la opinión de los demás sobre nuestra capacidad y esto influye en nuestra creencia de eficacia (Bandura, 1995). Estado fisiológico, este se refiere a los cambios en las reacciones fisiológicas, a partir de las cuales se puede percibir la autoeficacia ya que se presentan en un individuo cuando éste lleva a cabo tal conducta, pues estas reacciones tienden a influir sobre los procesos cognitivos (Guillén, 2007). Esta teoría parte de la relación entre la capacidad percibida para llevar a cabo una tarea y la expectativa de resultado y propone que ambas expectativas influyen en el esfuerzo aplicado y la persistencia en las actividades, así como en distintas respuestas emocionales. Los investigadores que se han dedicado al estudio de la autoeficacia en distintas áreas se han basado en escalas con afirmaciones que evalúan el grado de capacidad percibida por el sujeto. La autoeficacia puede ser una causa o consecuencia de los resultados obtenidos en cierta conducta, esto debido a que las personas experimentan un aumento de la variable como consecuencia de un resultado positivo en el planteamiento y logro de objetivos, a su vez, este aumento genera nuevos objetivos que conduzcan a la ejecución de la conducta (Rozalén, sin año).

Cabe mencionar que autoeficacia no es lo mismo que habilidad ni tampoco tiene relación directa con las destrezas, pues independientemente de éstas, la autoeficacia se refiere a los juicios que la persona puede hacer sobre sus capacidades. Reeve (2002) hace esta distinción partiendo del supuesto que para un adecuado rendimiento es necesario poseer tanto la capacidad como la facultad para llevar a cabo las actividades de forma eficiente, por lo tanto, la autoeficacia es la creencia de la persona para llevar esas capacidades a un desempeño eficaz. PERSUASIÓN VERBAL Como ya se mencionó, una fuente de autoeficacia consiste en la sugestión verbal que hace a las personas aumentar las creencias sobre sus capacidades Bandura (1999) menciona que las personas a quienes se persuade verbalmente sobre sus habilidades y capacidades tienden a generar mayor esfuerzo en las actividades y además lo mantienen por más tiempo, en comparación con aquellas personas que dudan de sí mismas. A mayor autoeficacia mayor será el esfuerzo por buscar el desarrollo de destrezas. La persuasión tiene limitaciones, puesto que sólo llega hasta donde la experiencia directa lo permite, es decir, trabaja dentro de los límites de lo posible (Reeve, 2002); y por último se encuentran los estados psicológicos, fisiológicos y emocionales al momento de juzgar nuestras capacidades. Para que la persuasión verbal pueda tener un buen efecto, hay varios factores que influyen, entre ellos se encuentra la credibilidad que nos produce la persona que intenta persuadir, la habilidad que emplee y la confianza que nos genere, mientras más creíble sea la fuente de persuasión, mayor probabilidad existe de que las expectativas de eficacia también cambien.

Las personas con una alta autoeficacia tienden a influir en los demás y promover la confianza en sus capacidades. AUTOCONFIANZA Autoconfiaza se define como la creencia de que se puede llevar a cabo determinada conducta de manera exitosa (Acosta, Sánchez y Urquijo, 2013). Sin embargo se trata de una creencia que depende de muchos factores como el tiempo y el espacio y dentro del ámbito deportivo, se habla de la confianza para ejecutar habilidades físicas, capacidad para emplear habilidades psicológicas y de percepción, así como el nivel en la aptitud física y así como la autoeficacia, ésta también suele ser medida con escalas. La autoconfianza va relacionada a una alta expectativa de éxito y puede influir en el afecto, las cogniciones y la conducta de las personas. Un predispositor del rendimiento deportivo es la autoconfiaza, el rendimiento mejora conforme va aumentando la autoconfianza hasta llegar a un punto equilibrado, puesto que la sobre-confianza también suele tener implicaciones en el rendimiento pero de forma negativa. Sin embargo cabe mencionar que un adecuado nivel de confianza no es sinónimo de que la persona se desempeñará siempre de manera adecuado pero sí influye para alcanzar su potencial (Weinberg & Gould, 2010), con otras palabras, la relación de ésta con el rendimiento deportivo, radica en el vínculo que se establece entre la confianza de poder llevar a cabo determinada conducta, ejercicio o movimiento y el aumento de las posibilidades de que éstos sean exitosos (Viadé, de Gracia, Gutiérrez & Portillo, 2003). MOTIVACIÓN

Cuando hablamos de autoeficacia, entendemos que hay ciertas variables implicadas en su proceso, como la motivación. Ésta se define como la suma de los valores sociales y las necesidades tanto físicas como psicológicas que guían la conducta de las personas hacia una meta específica (Malena, 2009). Por su parte, Palmero (2008) define a la motivación como el conjunto de fuerzas que actúan en el organismo para llevar a cabo determinadas conductas. Menciona que estas fuerzas permiten que las conductas cambien o mantengan a la persona, ya sea hablando biológica o socialmente. Entendemos, por lo tanto, que la motivación es la energía que surge de la insatisfacción y se dirige hacia la satisfacción de necesidades. Al hablar de motivación buscamos encontrar qué aspectos o variables son las que dan energía a las personas para realizar ciertas conductas. La motivación es una forma de explicar el porqué de las conductas. Intenta analizar por qué nos dirigimos hacia ciertas conductas y no otras. Para tratar de entender la motivación propiamente, se debe hacer un análisis de las necesidades psicológicas tanto internas como externas, así como de las situaciones (Gorman, 2004). Es importante mencionar que la motivación no influye directamente sobre el rendimiento deportivo, pues se trata sólo de un factor que influye en la persistencia de la tarea más no en su desempeño (Viadé, de Gracia, Gutiérrez & Portillo, 2003). TIPOS DE MOTIVACIÓN Es importante entender que la motivación se obtiene por distintas fuentes o necesidades: psicológicas, fisiológicas y sociales, esto es en base a las necesidades propias de cada persona, las motivaciones que surgen y nacen de forma innata, natural y espontánea como respuestas a estas necesidades, es decir, surgen por el propio interés

que genera una persona hacia determinado hecho. Este tipo de motivación se define como “motivación intrínseca”. Mientras más grande sea la motivación intrínseca de la persona, mayor persistencia tendrá en la tarea. Otro tipo de motivación es la “motivación extrínseca”, ésta proviene de los incentivos y las consecuencias del medio ambiente, es la forma en cómo el medio en el que estamos influye sobre nuestras ganas de ejecutar determinada tarea, es como un contrato conductual donde la motivación nace a partir del estímulo que se presenta del exterior (Reeve, 2002). La percepción que tiene un deportista sobre su autoeficacia le puede llegar a generar una experiencia interna satisfatoria, lo cual tiende a aumentar el grado de motivación hacia la actividad, según menciona Buceta (1998), quien a su vez sugiere que el feedback y reforzamiento de conducta de las ejecuciones que realizan los deportistas pueden hacer al individuo más afín al deporte. MOTIVACIÓN EXTRÍNSECA: REFORZADORES POSITIVOS Reeve (2002) habla de los reforzadores, mencionando que un reforzador es cualquier factor externo que actúe como estímulo y conduzca al aumento en la frecuencia de una conducta, estos pueden ser positivos o negativos. El reforzador positivo se refiere al incremento en la frecuencia de una respuesta a la que le sigue un evento favorable, sin embargo no es tan fácil de definir operacionalmente, ya que para que un reforzador actúe como tal, debe generar un condicionamiento en el sujeto de tal manera que la conducta se repita en espera de dicho reforzador. En términos teóricos se dice que los reforzadores causan un aumento en la conducta pero la repetición de dicha conducta es lo que determina que el reforzador se defina como tal.

Los reforzadores actúan como motivadores ya que la persona que recibe el reforzador tiene mayores probabilidades de repetir la acción que aquellos a los que no se les proporcionó. RENDIMIENTO DEPORTIVO El rendimiento deportivo es la capacidad de un deportista para aprovechar sus recursos disponibles bajo ciertas condiciones (Gil, 2013). Billat (2002), por su parte lo define como la acción motriz guiada por reglas que establece el deporte específico o la institución y que le da al sujeto la facultad de expresar sus potenciales físicos y mentales. INVESTIGACIONES PREVIAS Autoeficacia es una variable psicológica que ha generado un sinnúmero de investigaciones, sobre todo en el ámbito de la salud. La relación entre la autoeficacia y el deporte ha sido estudiado desde la década de los 80's (Balaguer, Escartí & Villamarín, 1995). Un adecuado rendimiento deportivo depende de muchos factores tanto físicos como psicológicos. La percepción que tengan los atletas sobre su capacidad para llevar a cabo de manera eficaz las distintas actividades que demanda su deporte influye en el rendimiento de la ejecución de tareas, ya que regula el esfuerzo y la persistencia en las actividades (Solá, Carbonell & Cid, 1995). Se puede entender, por lo tanto, que a mayor expectativa de la gente sobre su capacidad de ejecución, mayor disposición y esfuerzo empleará, así como persistencia ante dificultades que se puedan presentar (Reeve, 2002) Según Solá, et al., (1995), dentro del ámbito deportivo lo que más ha sido estudiado es la confianza en las propias capacidades físicas. La mayoría de las investigaciones de

autoeficacia en deporte están centradas en estudiar los efectos de alguna intervención para mejorar la autoeficacia, o bien, la predicción del rendimiento en tareas deportivas. Tal y como lo menciona Robazza (2004), los deportistas con confianza en sí mismos intensifican sus esfuerzos para alcanzar sus metas. Por otra parte, aquellos con dudas en sí mismos, suelen tener un esfuerzo menor en sus tareas o inclusive evitarlas y atribuyen sus éxitos a factores externos, mientras que los fracasos a incapacidades personales, esto provoca que tengan una imagen negativa de sí mismos y aumente la probabilidad de desarrollar alguna psicopatología. Joloy (2006) realizó una investigación con estudiantes deportistas universitarios donde intentó comprobar que a mayor autoeficacia percibida, mayor motivación al deporte se encontraría, sin embargo los resultados mostraron una relación inexistente entre estas dos variables, ante lo cual refiere que los resultados fueron consecuencia de distintas limitaciones al momento de la aplicación de cuestionarios. Por otra parte, Hernández (2010) realizó un estudio con adolescentes españoles estudiantes de secundaria para medir su autoeficacia en actividades deportivas. Los resultados describieron variaciones en la autoeficacia percibida por sexos y edad, los varones mostraron una autoeficacia más elevada que las mujeres, asimismo en los hombres no se encontró una diferencia por edades, situación contraria a las mujeres, quienes muestran en sus resultados una menor autoeficacia entre los 15 y 17 años de edad en comparación con las de 13 y 14, determinando de esta manera que en las mujeres hay un decremento de valoración con el incremento de la edad. Otros investigadores se han centrado en medir distintos tipos de autoeficacia como Lázaro y Villamarín (1993), quienes concluyeron a partir de su estudio de autoeficacia global y específica de determinadas habilidades del baloncesto femenil, que ambos tipos

se correlacionaron tanto con el rendimiento de cada tarea como con el rendimiento global, sin embargo la autoeficacia específica mostró mejores predictores del rendimiento global que de las tareas específicas. También es importante tomar en cuenta los estados emocionales que se distinguen según la autoeficacia percibida. Cantón y Checa (2012) compararon estados emocionales y su relación con la autoeficacia en practicantes de futbol yde karate. Encontraron que los futbolistas experimentan en una competencia todas las emociones de forma más intensa que los practicantes de karate. Atribuyen estas diferencias a la disciplina de emociones que conlleva el aprendizaje de cada uno de los deportes, pues mencionan que el karate exige autorregulación emocional y se aprende como parte inherente del deporte, mientras que el fútbol no es un deporte donde el autocontrol de las emociones sea un aspecto clave en el desarrollo del mismo y por lo tanto no es entrenado de forma explícita. En cuanto a la relación entre autoeficacia percibida y emociones, los deportistas que se ven a sí mismos como capaces de obtener un buen rendimiento durante una competencia, mencionan haber experimentado emociones más positivas en alguna competición de éxito, por otra parte quienes se percibían con una autoeficacia menor señalaban haber experimentado emociones desagradables como miedo o ira.

MÉTODO Se realizó un estudio correlacional, cuasi experimental longitudinal de grupo control no equivalente con participantes elegidos a modo de conveniencia con pretest y postest mediante observación directa del fenómeno donde se evaluó la autoeficacia percibida y el rendimiento deportivo presentado por un grupo de adolescentes deportistas.

Se realizó el diseño de una escala (anexos) para medir autoeficacia en el deporte basado en la "Guía para la construcción de escalas de autoeficacia" de Albert Bandura, traducido al español por Olaz, Silva, y Pérez (2001) debido a que no se encontró una escala que se enfocara en autoeficacia en deporte. Para la redacción de los ítems, se utilizaron algunos de otras escalas pero modificándose al tema a tratar. Una de estas escalas fue el test de autoconfianza en deporte presentado por Ferrando, Ortiz, Vidal y Vila (2013) y el Inventario de autoeficacia para el estudio (IDAPE) de Perez y Delgado (2006). La escala contó con 11 ítems donde el deportista se autoevaluaba en una escala del 0 al 100 qué tan seguro se encontraba de poder realizar las distintas conductas mencionadas, en las cuales el valor más alto de la escala hacía referencia a "Estoy seguro de poder hacerlo" y el valor más bajo "No puedo hacerlo". Esta escala fue aplicada a una muestra de 102 participantes con edades de 10 a 22 años, todos pertenecientes a distintos deportes tales como fútbol, básquetbol, tae kwon do, karate do, artes marciales mixtas, box, atletismo y esgrima. El estudio cuasi experimental se llevó a cabo con un único grupo experimental en quienes se aplicó un pre test donde se midió la autoeficacia percibida con la escala que se diseñó, previamente validada. Después del piloteo de la escala, se procedió a enfocarse al grupo experimental con muestra de 12 adolescentes practicantes de karate do, cuyas edades oscilaron entre los 12 y 18 años de edad. Se procuró que todos fueran competidores con el rango de cinta negra para una evaluación más objetiva con deportistas de mayor experiencia en la disciplina.

Se aplicó el instrumento con 9 reactivos finales a la muestra a manera de pre test, dando un total de 9 aplicaciones, a quienes se les pidió consentimiento informado para ser parte del estudio y utilizar los datos recabados con fines científicos. Una vez realizada la evaluación pre test, se procedió a la intervención, la cual tuvo una duración de una semana completa con el objetivo de determinar el impacto inmediato y se procuró trabajar la persuasión verbal y el reforzamiento positivo de las conductas a partir de lo siguiente: Durante las clases, el entrenador reconocería instantáneamente cuando una conducta por parte de alguno de los deportistas haya sido realizada de manera correcta, esperando que la conducta fuera reforzada y repetida. Se publicaría diario, durante los días de intervención, un reconocimiento al mejor deportista del día, reconociendo su esfuerzo a través de la red social en común de los participantes, esto con la intención de generar un incentivo de reconocimiento en los atletas que los lleve a una motivación y la búsqueda de mejoras en el deporte. El día de la evaluación final, el entrenador de mayor rango y autoridad reconocería el esfuerzo que han hecho todos los alumnos a lo largo de la semana y después se procedería a la evaluación final o post test con un total de 8 aplicaciones. En ambas evaluaciones (pre y post) se llevó a cabo la aplicación de la escala mencionada, además de la observación y medición de su rendimiento deportivo a través de combates, donde cada deportista realizó dos peleas con una duración de un minuto y medio (cabe mencionar que la duración de un combate normal es de 2 minutos). Para la observación del rendimiento deportivo, se tomaron en cuenta los ataques totales realizados durante cada combate, así como los ataques exitosos totales. Nos referimos

como "ataques realizados" a todas aquellas conductas de ataque que tuvieron como intención marcar un punto deportivo al oponente pero que debido a distintos factores propios de las reglas del deporte, éstos no fueron considerados como efectivos. Por otra parte, hablamos de "ataques exitosos" refiriéndonos a aquellos golpes o patadas que cumplieron con los requisitos del deporte para ser contados como puntos. Posterior a la medición, se llevó a cabo el análisis de datos.

RESULTADOS Para el análisis de datos tanto del piloteo como del grupo experimental, se utilizó el software SPSS.21. Al realizar la prueba de confiabilidad del instrumento, se obtuvo un Alfa de Cronbach de .832 y un análisis factorial KMO de .818. Se encontraron dos factores: Factor Emocional, el cual agrupa reactivos relacionados a la percepción sobre cómo es su desempeño bajo determinadas circunstancias que involucran un cambio en las emociones presentadas. Este factor agrupa cuatro reactivos y presenta un Alfa de Cronbach total de .813. Por otra parte, el factor Rendimiento se refiere a aquellos reactivos cuyo contenido se enfoca en la capacidad que perciben los deportistas para desempeñarse de manera plena en distintas actividades propias del deporte. El factor incluye 5 reactivos y obtuvo una confiabilidad de .726, lo cual quiere decir que en ambos factores la consistencia interna es aceptable. Posteriormente, se analizaron las mediciones pre y post test del grupo control, esto a través de una prueba T de student. Se comparó reactivo con reactivo con los

participantes que estuvieron presentes en ambas evaluaciones. Los resultados fueron los siguientes: Reactivo Puedo concentrarme en los entrenamientos aunque tenga alguna preocupación en ese momento. Puedo fijarme objetivos en los entrenamientos y esforzarme para alcanzarlos. Puedo mantener un buen rendimiento incluso cuando trabajo bajo presión. Puedo tener una buena relación con mis entrenadores. Puedo desempeñarme satisfactoriamente en mis entrenamientos. Puedo asistir a mis entrenamientos aunque tenga cosas más atractivas para realizar. Puedo dedicar más horas al entrenamiento de las que ya había planificado. Puedo desempeñarme satisfactoriamente en mis competencias. Puedo controlar mis emociones durante una competencia.

T -1.907

gl 4

Sig. .129

-.535

4

.621

-1.0

4

.374

-1.0 .784

4 4

.374 .477

.0

4

1.0

-1.0

4

.374

-.408 -.688

4 4

.704 .529

De igual manera, se hizo una prueba T de student para hacer análisis en base a los factores. Los resultados se muestran en la siguiente tabla: Factores Factor1 Emocional Pre Factor1 Emocional Post Factor2 Rendimiento Pre Factor2 Rendimiento Post

t

gl

Sig.

-2,121

4

0,101

-0,196

4

0,854

Finalmente se evaluó el rendimiento deportivo mediante el vacío de datos en una tabla donde se presentan el total de ataques realizados en el pre test en contraste con los realizados en el post test, de igual manera con los ataques exitosos. Una vez en listados los participantes, se calculó el promedio total de los ataques. Sujet

Combat

o

e

Ataques

1

realizados

Ataques

2

realizados

1

Ataques

2

Ataques

exitosos

exitosos

1* 2* 3* 4* 5 6 7

1 2 1 2 1 2 1 2 1 2 1 2 1 2

11 21 9 7 15 10 3 10 15 13 8 13 13 14

11 5 11 12 12 8 6 14 11 10 12 17 10 10 11

8

3 1 4 2 3 2 1 1 2 4 3 1 2 2

2 2 3 3 1 4 2 0 1 2 1 3 3 5 2

2,2142857 Prom 11,57142857 10,66666667 1=Evaluación pre test

1

2,26666667

= Evaluación post test

2

*= Participantes que permanecieron constantes en ambas evaluaciones pre y post de forma correspondiente

Posteriormente se procedió a un análisis de forma lineal con los participantes en quienes se realizó ambas evaluaciones para determinar si en alguno de ellos hubo un aumento en el rendimiento. Se tomó en cuenta únicamente los ataques exitosos con la justificación de que éstos reflejan mejor el rendimiento deportivo de los participantes. Los resultados se muestran en la siguiente tabla.

Diferen Ataques cias de Sujeto exitosos promed Combate

io

1 2 3 4

1 2 1 2 1 2 1 2

-1 1 -1 1 -2

0

3 1

2

0 -

DISCUSIÓN Los resultados de los participantes que tuvieron evaluación pre y post test, indican que no hubo diferencias en la medición de la intervención, pues en la prueba t que se realizó, todas las significancias están por encima del valor .05. Asimismo, para hacer la comparación entre los factores que mide la escala, ambas significancias tienen un valor superior a .05, lo cual nos indica que tampoco se encontraron diferencias por factores en cuanto a la autoeficacia percibida. Respecto a la medición del rendimiento deportivo, se puede observar que de manera grupal, el total de ataques realizados tuvo una disminución y la cantidad de ataques exitosos tuvo un ligero aumento pero éste no es significativo, por lo cual se puede determinar que la muestra permaneció igual. El estudio tuvo distintas limitaciones que pudieron haber afectado los resultados obtenidos, dichas observaciones se explican a continuación: La muestra empleada fue muy reducida, además de que algunos alumnos presentaron dificultades de distinta índole para llevar a cabo ambas evaluaciones, por lo tanto la muestra con la que se evaluó el pre y post test se redujo aún más.

Esta escasa población tuvo además como consecuencia, una limitación para poder llevar a cabo un análisis que explicara la hipótesis de que las mujeres presentan una autoeficacia percibida menor a los hombres, partiendo del supuesto de Hernández (2010), ya que la muestra utilizada fue demasiado homogénea. Por otra parte, puede que el método de intervención no haya tenido el resultado esperado debido al estilo de entrenamiento que lleva a cabo el entrenador de los participantes, pues en algunas diversas ocasiones llegó a olvidar el reforzamiento de conductas así como ejercer la persuasión verbal de la manera propuesta, siendo esto debido a la falta de costumbre y el apego al reconocimiento de conductas efectivas hacia los participantes. Otro de los aspectos a tomar en cuenta es que el tiempo de intervención pudo no haber sido el adecuado, siendo considerada de esta manera, una semana como poco tiempo de intervención. CONCLUSIÓN Con base a los resultados, podemos ver que a través de la intervención empleada no se crearon nuevas creencias de autoeficacia, por lo tanto se reafirma el supuesto de Bandura (1999) acerca de que es más difícil crear nuevas expectativas de autoeficacia que debilitar las ya existentes a través del uso exclusivo de la persuasión verbal. Según Cifre, García- Renedo, Grau, Llorens, Martínez y Salanova (2004), una intervención es eficaz si cumple con tres condiciones. La primera, que produzca el cambio deseado; la segunda que ese cambio permanezca y finalmente; que se pueda generalizar a situaciones o eventos similares, por lo tanto podemos concluir que la intervención realizada no fue eficaz puesto que no presentó cambio alguno en las mediciones.

En investigaciones posteriores sería importante tomar en cuenta las experiencias de dominio o las experiencias vicarias (ambas parte de las fuentes de autoeficacia) partiendo del supuesto de la importancia que tiene el papel de expectativas y experiencia de la conducta sobre la autoeficacia percibida, así como las experiencias de éxito y fracaso.

REFERENCIAS Acosta, Z., Sánchez, D. & Urquijo, O.. (2013). Acciones de intervención psicopedagógicas para mejorar la autoconfianza de las atletas de la selección boliviana de taekwondo durante la toma de decisiones en los combates. Mayo 30, 2016, de EFDeportes.com, Revista Digital Sitio web: http://www.efdeportes.com/efd183/mejorar-la-autoconfianza-de-taekwondo.htm Bandura, A. (1999). Auto-Eficacia: Cómo afrontamos los cambios de la Sociedad actual. Bilbao: Descleé De Brouwer Billat, V. (2002). Fisiología y metodología del entrenamiento. De la teoría a la práctica. Barcelona: Paidotribo Buceta, J. (1998). Psicología del entrenamiento deportivo. Madrid: Dykinson. Cantón, E. y Checa, I. (2012). Los estados emocionales y su relación con las atribuciones y las expectativas de autoeficacia en el deporte. Revista de Psicología del Deporte, 21(1) 171-176. Recuperado de http://www.redalyc.org/articulo.oa? id=235124455022 Caro, I. (1987). Revisión crítica de la teoría de la autoeficacia de A. Bandura. Diciembre 06, 2015., de Universitat de València Sitio web: http://www.uv.es/seoane/boletin/previos/N16-4.pdf Cifre, E., García- Renedo, M., Grau, R., Llorens, S., Martínez., I. & Salanova., M. (2004). Nuevos horizontes en la investigación sobre la autoeficacia. Castelló de la Plana: Universitat Jaume I.

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Weinberg, R. y Gould, D. (2010). Fundamentos de Psicología del Deporte y del Ejercicio físico. Madrid: Panamericana

El propósito del presente cuestionario es conocer su punto de vista sobre la capacidad que tiene para realizar determinadas actividades que se implican en el deporte. Sus respuestas son absolutamente CONFIDENCIALES por lo que puede contestar con toda sinceridad. Los datos recolectados serán utilizados con fines científicos y serán totalmente anónimos.

ANEXOS

Instrucciones. El presente cuestionario enumera diferentes actividades. En la columna Confianza, evalúa qué tan seguro estas de poder realizarlas en el presente. Estima el grado de seguridad que posees eligiendo un número de 0 a 100 utilizando para ello la siguiente escala.

ACTIVIDAD 1. Puedo concentrarme en los entrenamientos aunque tenga alguna preocupación en ese momento.

CONFIANZA

2. Puedo fijarme objetivos en los entrenamientos (hacer un ejercicio más rápido, por ejemplo) y esforzarme para alcanzarlos. 3. Puedo mantener un buen rendimiento incluso cuando trabajo bajo presión. 4. Puedo tener una buena relación con mis entrenadores. 5.

Puedo desempeñarme satisfactoriamente en mis entrenamientos.

6. Puedo asistir a mis entrenamientos aunque tenga cosas más atractivas para realizar (salir con mis amigos/as, por ejemplo). 7. Puedo dedicar más horas al entrenamiento de las que ya había planificado (cuando se aproxima una competencia, por ejemplo). 8. Puedo desempeñarme satisfactoriamente en mis competencias. 9.

Puedo controlar mis emociones durante una competición.

II. Lee con cuidado cada pregunta y responde. Recuerda que el cuestionario es anónimo y confidencial. Sexo: Hombre (

)

Mujer (

)

Escolaridad: 

Primaria……………………… ( )

Edad: ____________



Secundaria……………….... ( )



Media superior…………… ( )



Superior…………………..... ( )



No estudie……………….… ( )

Deporte:__________________________________

Hrs de entrenamiento por semana:_____

Tiempo entrenando el deporte: _____ años _____ meses

¡Gracias por su participación!

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