AÚN ES TODAVÍA

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Descripción

Luz María Bedoya

AÚN ES TODAVÍA La influencia de Saussure y Jakobson en la perspectiva de Lacan

Dos polos dibujan los bordes desde los que me acerco a este ensayo. El primero es el principio que Lacan esbozara ya en el Discurso de Roma en 1953 y que acompañaría en adelante su teoría: la idea de que el inconsciente está estructurado como un lenguaje1. El otro es una frase suya que aparece en el Seminario XX. Encore, donde declara que lo que él hace es lingüistería y no lingüística2. El primer polo define una toma de posición estructuralista y el empleo de la lingüística en su desarrollo de una teoría sobre el inconsciente; mientras que el segundo señala su lugar diferenciado y distante de esa disciplina. Lacan se servirá del campo de la lingüística para ingresar a un espacio híbrido en su camino hacia el territorio del psicoanálisis dentro de una concepción no compartimentalizada del saber3. Posiblemente haya en ese espacio de hibridación tanta deuda lacaniana a las teorías estructuralistas, como deuda de la lingüística estructuralista a los usos que de ella supo hacer la inteligencia creadora de Lacan.                                                                                                                 1

El discurso de Roma fue luego publicado como Función y campo de la palabra y el psicoanálisis en los Escritos 1. 2  “Un buen día me di cuenta de que era difícil no entrar en la lingüística a partir del momento en que se había descubierto el inconsciente. Por lo cual dije algo que me parece, a decir verdad, la única objeción que pueda yo formular a lo que oyeron el otro día de labios de Jakobson, a saber, que todo lo que es lenguaje pertenece a la lingüística, es decir, en último término, al lingüista. Y no es que no se lo conceda con todo gusto cuando se trata de la poesía, a propósito de la que esgrimió este argumento. Pero si se considera todo lo que, de la definición del lenguaje, se desprende en cuanto a la fundación del sujeto, tan renovada, tan subvertida por Freud hasta el punto de que allí se asegura todo lo que por boca suya se estableció como inconsciente, habrá entonces que forjar alguna otra palabra, para dejar a Jakobson en su dominio reservado. Lo llamaré la lingüistería.…Mi decir que el inconsciente está estructurado como un lenguaje, no pertenece al campo de la lingüística”. Jacques Lacan, Le Séminaire. Livre XX. Encore, 1972-73, Paris, Seuil,1975, p.24 3  Joël

Dor habla de una nueva actitud epistemológica propia del estructuralismo al renunciar al carácter "compartimentalista" de una disciplina dada. Introducción a la lectura de Lacan. El inconsciente estructurado como lenguaje. Barcelona, Gedisa, 1994, p. 30-31  

Sujeto, orden simbólico y la analogía estructural La posición estructuralista había aparecido con Ferdinand de Saussure en 1916 cuando en la publicación de su Curso de Lingüística general dio atención a la coordenada sincrónica de la lengua. El registro sincrónico "estipula que ese estudio no puede reducirse a una perspectiva puramente diacrónica, …la historia de una palabra no permite dar cuenta de su significación presente ya que ésta depende del sistema de la lengua. Ese sistema reside en una cantidad determinada de leyes de equilibrio que dependen directamente de la sincronía”4. En lugar de ocuparse de las características y propiedades de los objetos, la actitud estructuralista apoyada en su concepción de la dimensión sincrónica de la lengua, se ocupaba de comprender las relaciones no evidentes entre los objetos mismos o entre sus elementos. Desde este punto de vista la lengua no sería sólo un léxico, un listado de palabras, sino un organismo de elementos articulados y dependientes entre sí. Esta sería la perspectiva relacional desde la que Lacan emprendería su apuesta. Durante la primera etapa de su desarrollo teórico, Lacan propone que aquello que da origen a la subjetividad, lo que constituye al ser humano como sujeto, es el ser producto de una estructura simbólica. Esa estructura es lo que Lacan denominará como "el Gran Otro" o "el universo de significantes" organizados por reglas de diferencia, que no será otra cosa que el lenguaje. El ser humano no es definido entonces por categorías médicas, biológicas, sino que lo que lo constituye tiene que ver con símbolos, con la cultura y con la representación: "El hombre habla, pues, pero es porque el símbolo lo ha hecho hombre"; es decir, tiene que ver con aquello relativo al paradigma estructural en su comprensión del orden y la eficacia simbólica como venía siendo estudiada por LéviStrauss5. La estructura fundamental estará determinada por el Edipo, por las relaciones de parentesco y la prohibición del incesto: "La ley primordial es pues la que, regulando la alianza, sobrepone el reino de la cultura al reino de la naturaleza entregado a la ley del apareamiento."6

                                                                                                                4  Dor, Introducción a la lectura de Lacan. El inconsciente estructurado como lenguaje, p. 34   5  Claude Lévi-Strauss, Las estructuras elementales del parentesco. Buenos Aires, Paidós, 1991 6  Jacques Lacan, Función y campo de la palabra y del lenguaje en psicoanálisis en Escritos 1. Argentina, Siglo XXI editores, 1988, p. 265-266

Que el inconsciente está estructurado como un lenguaje será uno de los muros portantes del edificio teórico de Lacan, será la premisa de la cual todo se deduce y a la cual todo retorna7. Lacan comprenderá que la obra de Freud le permitirá asumir algunos conceptos de la lingüística dentro del campo del psicoanálisis, y llevará esa intuición hacia el desarrollo de una propuesta plena del estudio del inconsciente. En esta primera fase, Lacan atenderá dos registros que llamará el registro de lo simbólico y el registro de lo imaginario. Toda la eficacia de la terapia y la lectura e interpretación lacaniana estará en cómo lo simbólico, como efecto de verdad, deconstruye lo imaginario, cómo revela la fragilidad de lo imaginario: "El arte del analista debe ser el de suspender las certidumbres del sujeto, hasta que se consuman sus últimos espejismos. Y es en el discurso donde debe escandirse su resolución"8, y buscará determinar los efectos del significante en el sujeto. El efecto de sentido será lo que logra captar algo del inconsciente, algo de la estructura misma de ese saber no sabido que es el inconsciente. El objetivo de Lacan será cómo acceder a este inconsciente, cómo conseguir efecto clínico sobre este espacio.

En el desarrollo de su teoría del inconsciente Lacan promoverá un retorno a Freud al reconocer que algunos de sus postulados permitían llevar ciertos conceptos de la lingüística estructural al campo teórico del psicoanálisis, a la vez que necesitará alejarse de algunos de ellos. Si Freud se apoyaba en el significado para acceder al inconsciente, Lacan establecerá la primacía del significante para llegar a él. Reconociendo y ocupando líneas de cruce, tomará de Saussure la noción de signo lingüístico cuyo estatuto invertirá, y recuperará las nociones de condensación y desplazamiento elaboradas por Freud en la interpretación de los sueños9, para, por vía de los estudios de Jakobson sobre las figuras retóricas y los tipos de afasia, anexar a ellas los conceptos lingüísticos de la metáfora y la metonimia.                                                                                                                 7Juan

David Nasio. Cinco lecciones sobre la teoría de Jacques Lacan. Gedisa, Barcelona, 1992, p. 15 8  Lacan, Función y campo de la palabra y del lenguaje en psicoanálisis, Escritos 1, p. 241   9“Vuélvase pues a tomar la obra de Freud en la Traumdeutung para acordarse así de que el sueño tiene la estructura de una frase, o mas bien, si hemos de atenernos a su letra, de un rébus, es decir de una escritura”, en Lacan, Función y campo de la palabra y del lenguaje en psicoanlálisis, Escritos 1, p 257

 

Del signo lingüístico En su Curso de lingüística general, Saussure se centrará en el estudio de la lengua como sistema. La lengua será el edificio, a la vez estable y mutable, desde el cual el hablante se expresará en el habla. El habla (parole) será entonces la puesta en acto de la facultad del lenguaje del hablante y su uso de la lengua. La lengua estará constituida por elementos, signos lingüísticos, y por relaciones entre esos elementos que responden a reglas de uso dentro de una convención dada. El ejemplo del ajedrez dado por Saussure para referir a la lengua es didáctico10. Pieza fundamental y fundante de la teoría de Saussure será el signo lingüístico, un elemento bifaz conformado por una relación entre -y este será un aporte fundamental de Saussureuna imagen acústica y un concepto (y no entre una palabra y un objeto). Esta concepción del signo da cuenta de al menos dos cosas clave: el signo lingüístico tiene una dimensión psíquica11, y la idea de que la cadena del lenguaje es independiente del mundo. Saussure llamara significante a la imagen acústica y significado al concepto y dirá que esta relación entre ambos es una de arbitrariedad. Nada obliga a que un determinado significante esté unido a un determinado significado, la relación es inmotivada, el signo es arbitrario “con relación al significado, con el cual no guarda en la realidad ningún lazo natural”, sin embargo, una vez conformada la relación, esta se impone a la comunidad lingüística y el signo se vuelve inmutable. El significante y el significado existen por sus diferencias del resto, por su valor dentro del conjunto de otros signos y por oposición a ellos, es decir existen por su posición diferencial: “la lengua es un sistema de diferencias”. En la medida en que los significantes se articulan entre sí por sus diferencias, existen en una temporalidad y siguen una línea. Este carácter lineal del significante se expresa como sintagma, no obstante, la posibilidad de relacionar significantes dentro del universo del léxico por fuera del discurso determina que complementariamente al sintagma existen también relaciones asociativas. Esta condición será tomada por Roman Jakobson quien en un hallazgo fundamental propondrá el carácter doble del lenguaje12: selección y combinación, paradigma y sintagma, ausencia y presencia; al estudiar los trastornos de semejanza y contigüidad en                                                                                                                 10  Ferdinand de Saussure, Curso de lingüística general. Buenos Aires, Losada, 1986 11  "La imagen acústica no es el sonido material, cosa puramente física, sino su huella psíquica, la representación que de él nos da el testimonio de nuestros sentidos”. Ferdinand de Saussure, Curso de lingüística general, p. 91-92   12  Roman Jakobson, Essais de linguistic générale. Paris, Minuit, 1963

los dos tipos de afasia que él vinculará a los polos metafórico y metonímico de las funciones del lenguaje (veremos este punto más adelante).

Dibujado su esquema y dada la lingüística como un estudio de las leyes que gobiernan el intercambio de contenidos, Saussure deja claro que el elemento prioritario de la estructura es el significado, la lengua se actualizará en el habla para lograr la comunicación entre semejantes vía el significado.

La crítica al signo lingüístico de Saussure Sin embargo, Lacan devaluará el significado al interior de las lógicas fundantes del inconsciente. Lacan dará primacía al significante y se tratará de seguir la cadena sonora. Lacan ubica al significado a nivel de la convención social (como en efecto lo ubica Saussure), los tópicos, los lugares comunes, los clichés, los estereotipos, son significados. El significante rompe la rigidez del significado con su irrupción sonora y cierta impronta no domesticada, en este sentido el significante se asemeja a la estructura intempestiva de lo inconsciente. El significado es empujado hacia el lugar de efecto de la conciencia: ordenado, predecible, dócil, inserto en un sistema de intercambio consensual desprovisto de desvíos, y por lo mismo es palabra vacía. Ubicado en la cara opuesta, el significante como manifestación de lenguaje intempestivo que revela algo del inconsciente produce efecto de sentido y permite el trayecto de la práctica analítica. Para Lacan si se analizaran tan solo significados la práctica analítica no tendría lugar, bastaría con la lingüística: "Normalmente, siempre llevamos el significado al primer plano de nuestro análisis porque es lo más atrayente y porque a primera vista es lo que se nos presenta como la dimensión propia de la investigación simbólica del psicoanálisis. Pero, al desconocer el papel de mediador primordial que desempeña el significante, y que en realidad se trata del elemento guía, no sólo desequilibramos la comprensión original de los fenómenos neuróticos, y hasta la interpretación de los sueños, sino que nos volvemos incapaces de entender lo que pasa en la psicosis"13

                                                                                                                13  Jacques Lacan, Les Psychoses, Livre III, seminario del 2 de mayo de 1956, p 251  

Para pensar en el efecto de sentido que lleva el significante, quizás sea útil atender a la idea de "palabra" que Lacan esboza en numerosos pasajes de Función y campo de la palabra y del lenguaje en psicoanálisis: “El psicoanálisis no tiene sino un medium: la palabra del paciente” p. 237 “A medida que el lenguaje se hace más funcional, se vuelve impropio para la palabra, y de hacérsenos demasiado particular pierde su función de lenguaje” p. 287 “La palabra en efecto es un don de lenguaje, y el lenguaje no es inmaterial. Es cuerpo sutil, pero es cuerpo. Las palabras están atrapadas en todas las imágenes corporales que cautivan al sujeto.” p. 289

Todo se juega en la palabra, en el relato. El sujeto debe dejar caer las certidumbres del significado, que son certidumbres especulares. El lenguaje funcional, lógico, comunicacional, es inepto para abrir el espacio de la palabra significante. La palabra significante es palabra que es cuerpo, jeroglífico, acertijo, que lleva la marca de las verdades particulares de lo inconsciente y tiene efecto de verdad. El desencadenamiento del significante, el desfallecimiento de la palabra es la cara sensible de la experiencia analítica: "ese instante en el cual el paciente dice y no sabe lo que dice. Es el momento del balbuceo, donde el paciente tartamudea, el instante en que duda y la palabra desfallece." 14

La preeminencia del significante está también trabajada por Lacan en el Seminario de la carta robada, en él expresa de manera clara cómo es que el significante determina la constitución del sujeto. La carta, el significante, realiza un recorrido y en su trayecto ocupa lugares en virtud de los cuales los sujetos son determinados a su paso. Los significantes (en el cuento de Poe son la carta en los distintos momentos o lugares que ocupa) se encadenan y provocan la repetición que “toma su principio en lo que hemos llamado la insistencia de la cadena significante”15. Vemos que como parte de su crítica al signo lingüístico de Saussure, Lacan da preeminencia al significante y no al                                                                                                                 14

Juan David Nasio, Cinco lecciones sobre la teoría de Jacques Lacan, p. 16 Lacan, Seminario de la carta robada, Escritos 1, p. 5

15  Jacques

 

significado e incorpora este al registro de lo imaginario. También desaparece el encierro ovoide que une ambas partes del signo en un todo interdependiente, retira las flechas que enlazan significante y significado con las que Saussure postulaba la implicancia recíproca entre ambos elementos (mutuamente dependientes como las dos caras de una hoja de papel, según Saussure). Al retirar el encierro ovoide y las flechas, Lacan está diciendo que la relación entre significante y significado es inestable, la barra entre ambos ya no representa unión de los términos sino resistencia a la significación, “deslizamiento”, con lo que desplaza potencialmente al infinito la cadena significante que quedará en constante reubicación, y sólo temporalmente detenido en la fabricación de significado, la fijación que trae la puntada (point de caption). 16

El sueño / La poética y el significante aún En La instancia de la letra en el inconsciente o la razón desde Freud, Lacan reivindica el papel de la palabra y específicamente del significante (“los caminos de la letra”) en el acceso al inconsciente, y menciona la estructura literante del sueño hallada en el rébus o jeroglífico a ser interpretado- propuesto en la interpretación de los sueños como fondo del contenido latente. Condensación y desplazamiento serán, según las observaciones de Freud,

las

estrategias puestas en marcha por el sujeto a la hora de trasponer el contenido latente al contenido manifiesto en la traducción de sus sueños: “Lo primero que la comparación del contenido manifiesto con las ideas latentes evidencia al investigador es que ha tenido efecto una magna labor de condensación. El sueño es conciso, pobre y lacónico en comparación con la amplitud y la riqueza de las ideas latentes.” “…en la elaboración onírica se exterioriza un poder psíquico que despoja de su intensidad a los elementos de elevado valor psíquico, y crea … nuevos valores, que pasan entonces al contenido manifiesto… El proceso que así suponemos constituye precisamente la parte esencial de la elaboración de los sueños y le damos el nombre de desplazamiento.” 17

                                                                                                                16  Mario Montalbetti, Ideas libres para una nueva topología. Cualquier hombre es una isla, Fondo de cultura económica, Lima, 2014, p. 182 Freud. Obras completas, tomo 1, Biblioteca Nueva, Madrid, 1981, p. 517 y 534

17  Sigmund

Lacan plantea que la condensación, como “estructura de sobreimposición de los significantes” toma su campo de la metáfora como sustitución significante, y el desplazamiento o “viraje de la significación” será equivalente a la metonimia en su deslizamiento del sentido. Lacan es enfático en señalar que, aunque el término no hubiese sido introducido aún por la lingüística en el momento de escritura de La interpretación de los sueños, Freud da señales que en ese doble trabajo se siguen las leyes del significante18. Metáfora y metonimia serán dos procesos que coincidirán en dar la prioridad al significante. El proceso metafórico produce sentido -y será vinculado por Lacan al síntoma- porque es la cadena de significantes –y su autonomía con respecto a los significados- la que gobierna la red de los significados. Por su parte la metonimia será un enlace de significantes siempre resistente a la significación y será vinculada por Lacan con desplazamiento del deseo19. En un periodo tardío de su enseñanza, Lacan dedica un hermoso texto al lingüista Roman Jakobson20 que revela no sólo la gran admiración por su obra teórica, sino que da cuenta de la entrega de Lacan a la palabra como fuente de estudio, pero también como lugar de creación insumisa, de dimensión imaginativa de la cual se alimenta el ser. Es precisamente en ese texto de Encore en que Lacan ubica su práctica analítica en el cruce de la “linguistería” y no de la lingüística propiamente. En 1956 Jakobson había publicado un artículo llamado Dos aspectos del lenguaje y dos tipos de afasia en el que ponía el acento y extendía algunas ideas esbozadas por Saussure, a saber, que el lenguaje opera por medio de dos mecanismos complementarios, la selección de signos de un universo léxico y su combinación articulada en una línea hablada. Llevando el análisis a los tropos de la metáfora y la metonimia, establecía una relación insólita entre los dos modos de operación del lenguaje en su doble articulación con los rasgos de dos tipos de malestares del habla: la afasia por un trastorno de semejanza y la afasia por un trastorno de contigüidad. Lacan asume la formulación de Jakobson sobre la metáfora y la metonimia desde casi el                                                                                                                 18  Lacan, La instancia de la letra en el inconsciente o la razón desde Freud, Escritos 1, p. 492 y 493   19  “…la

estructura metonímica, indicando que es la conexión del significante con el significante la que permite la elisión por la cual el significante instala la carencia de ser en la relación de objeto, utilizando el valor de remisión de la significación para llenarlo con el deseo vivo que apunta hacia esa carencia a la que sostiene”. Lacan, La Instancia de la letra en el inconsciente o la razón desde Freud, Escritos 1, p. 495 20  “A Jakobson”,  texto de 1972 publicado en el Seminario. Libro XX, Encore.

momento mismo de su publicación21 y a su vez, desde la linguistería que Lacan practica, la metáfora y la metonimia le permiten tentar en este momento de su recorrido el campo vasto y minado del inconsciente. En 1971 Roland Barthes publicó en el diario francés Le Monde un breve texto que a modo de agradecimiento intelectual, rendía también homenaje a Roman Jakobson, “Un precioso regalo”. En él reconocía que lo que en ese momento podía pensarse como el “Texto” (en el sentido que Barthes había desarrollado en oposición a la “obra” en su maravilloso ensayo “De la obra al texto” publicado ese mismo año), había sido ya preparado por el aporte pionero de Jakobson por cuanto es desde la mirada sobre el carácter poético del lenguaje que la lingüística había llegado a “las formas más vitales y emancipadas de la Literatura: el derecho a la ambigüedad de los sentidos, el sistema de las sustituciones, el código de las figuras…”22. El Texto al que alude Barthes está quizás cerca de la vitalidad significante que persigue Lacan. En el cruce de ambos, Jakobson no sin rigor lingüístico- entrega la posibilidad de pensar en una lengua descomponiéndose.

Lima, Diciembre 2014 Texto escrito para el curso Ciencias del lenguaje en 17 Estudios Críticos, México D.F.

                                                                                                                21  En La instancia de la letra en el inconsciente o la razón desde Freud publicada en 1957 Lacan toma y desarrolla explícitamente la formulación de Jakobson a quien rinde homenaje en una cita dentro del mismo texto. 22  Roland Barthes, El susurro del lenguaje. Más allá de la palabra y de la escritura. Barcelona, Paidós, 1987, p. 240

Bibliografía Barthes, Roland El susurro del lenguaje. Más allá de la palabra y de la escritura. Barcelona, Paidós, 1987 De Saussure, Ferdinand Curso de lingüística general. Buenos Aires, Losada, 1986 Dor, Joël Introducción a la lectura de Lacan. El inconsciente estructurado como lenguaje. Barcelona, Gedisa, 1994 Freud, Sigmund Obras completas. Tomo 1, 1873-1905, Madrid, Biblioteca Nueva, 1981 Jakobson, Roman Essais de linguistic générale. Paris, Minuit, 1963 Lacan, Jacques Escritos 1. Argentina, Siglo XXI editores, 1988 El seminario 1. Los escritos técnicos de Freud, 1953-1954. Buenos Aires, Paidós, 1996 El seminario 2. El yo en la teoría de Freud y en la técnica psicoanalítica, 1954-1955. Buenos Aires, Paidós, 1995 The Seminar. Book III. The Psychoses, 1955-56. Londres, Routledge, 1993 El seminario 11. Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis, 1964. Buenos aires, Paidós, 1991 Encore. Le séminaire. Livre XX, 1972-1973. Paris, Seuil, 1975 Lévi-Strauss, Claude Las estructuras elementales del parentesco. Buenos Aires, Paidós, 1991 Montalbetti, Mario Cualquier hombre es una isla. Lima, Fondo de Cultura Económica, 2014 Nasio, Juan David Cinco lecciones sobre la teoría de Jacques Lacan. Barcelona, Gedisa, 1995

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