Artesanías. Una fusión de vida y cultura.

July 24, 2017 | Autor: Maga Barajas | Categoría: Cultural History, Arquitectura, Museologia, Museos, Ceramica, Artesanos
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Descripción

Artesanías una fusión de vida y cultura

Aniversario

de la Casa de las Artesanías de Jalisco

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Palabras del C. Gobernador Constitucional del Estado de Jalisco Emilio González Márquez Presentación del Director General del Instituto de la Artesanía Jalisciense Ing. Mario Alberto Reyna Bustos

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A nte c e d e nte s Revaloración estética del arte popular Margarita Barajas Zendejas

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C a s a d e l a s A r t e s a n í a s d e Ja l i s c o Del arte funcional, al arte como belleza Armando González Escoto

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A r t e , a r q u i t e c t u ra y a r t e s a n í a Espíritu contemporáneo: Casa de las Artesanías Margarita Barajas Zendejas

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M u s e o R e g i o n a l d e l a C e rá m i c a Museos especializados en Arte Popular Margarita Barajas Zendejas

E l a r t e s a n o j a l i s ci e n s e

Emilio González Márquez Gobernador Constitucional del Estado de Jalisco Ing. Alonso Ulloa Vélez Secretario de Promoción Económica Ing. Mario Alberto Reyna Bustos Director General del Instituto de la Artesanía Jalisciense Lic. María Guadalupe Arreola Peña Directora Administrativa Arq. Francisco Javier Cornejo Rodríguez Director de Vinculación Artesanal Lic. Carlos Alberto López Montañez Director de Comercialización

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Artesanías jaliscienses Yvette Ortiz Minique primera edición, 2009 DR © 2009 por los autores DR © 2009 Instituto de la Artesanía Jalisciense

Epí l o g o Artesanos contemporáneos: la generación de la innovación

Calzada González Gallo 20. Zona Centro. Guadalajara, Jalisco, México. CP 44180

A n exo s Bibliografía Agradecimientos

isbn xxx-xxxx-xx-x Se prohibe la reproducción, el registro o la transmisión parcial o total de esta obra por cualquier sistema de recuperación de información, sea mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético, electro-óptico, por fotocopia, o cualquier otro, existente o por existir, sin el permiso previo por escrito del titular de los derechos correspondientes. Impreso y hecho en México

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Página anterior: Mapa artesanal de Jalisco Mural (detalle) José María de Servín Casa de las Artesanías de Jalisco Página izquierda: Fachada de la Casa de las Artesanías de jalisco 2009

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as artesanías son parte fundamental de la cultura de un pueblo, son el sello particular de cada región; comunican sus creencias y costumbres, narran su historia y reflejan la identidad de su gente. Jalisco, desde hace varios siglos, se ha caracterizado por la creatividad y originalidad del trabajo de sus artesanos, quienes a lo largo del tiempo han dejado vestigios de lo que somos los jaliscienses. El 45 aniversario de la fundación de la Casa de las Artesanías de Jalisco es motivo de celebración. Con el paso de los años ha trascendido la visión con la que se inició en 1964; es una institución sólida que continúa firme en sus propósitos para enfrentar los retos del futuro: busca el desarrollo, crecimiento y perfeccionamiento de productos y herramientas para los artesanos y exige trabajo de investigación en todas las áreas involucradas. Desde sus inicios se tuvo clara la necesidad de favorecer el contacto directo entre el artesano y el cliente, para evitar a los intermediarios. Con paso firme, se ha impulsado el profesionalismo y la responsabilidad comercial de los productores. Uno de sus ejes es preservar la tradición, la genialidad y la aptitud del artesano jalisciense. El Gobierno del Estado de Jalisco, a través del Instituto de la Artesanía Jalisciense, seguirá promoviendo esquemas que impulsen innovación en la producción, esquemas de producción más competitivos, programas de acercamiento comunitario y esquemas de financiamiento especiales para la industria artesanal. Queremos que el valuarte artístico de la entidad trascienda fronteras. Vamos a promover y vincular los negocios con logísticas de exportación, cobranza y compras que den pie a la creación de oportunidades de desarrollo, preservando las técnicas artísticas jaliscienses. La conmemoración de los primeros 45 años de vida del Instituto de la Artesanía Jalisciense, es un buen motivo para renovar compromisos, mantener vigentes los ideales con los que se inició y adaptarse a las nuevas necesidades y oportunidades de crecimiento. Enhorabuena por este aniversario, por la Casa de las Artesanías, por los artesanos y todo el personal que labora en esta institución.

Página izquierda: Plato chico Cerámica alta temperatura esmaltada Ken Edwards Tonalá

Emilio González Márquez gobernador constitucional del estado de jalisco

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a creación de Instituciones tiene el fin de establecer vínculos entre el Gobierno y la Sociedad, despliega un puente entre el ciudadano y sus representantes, y es un nexo de vital importancia para construir una sociedad plena en sus proyectos socioeconómicos. En la década de los sesenta, se promueve la creación del Departamento de Turismo en Jalisco, que puso en práctica varias medidas de apoyo al turismo. Con este mismo propósito se inicia en el año de 1963 la construcción de la Casa de las Artesanías de Jalisco, institución cuyo objetivo era la exposición y venta de artesanías tradicionales del estado. La Casa de las Artesanías de Jalisco, fue la primera obra estatal inaugurada en la segunda gira del ex presidente Adolfo López Mateos, el 8 de septiembre de 1964, y su característica distintiva fue la de ser única en toda la República para evitar el intermediarismo, con una organización formal en el Estado, en apoyo al sector artesanal. Este modelo se intentó seguir a nivel nacional pero no fue posible llevarlo a la práctica. Más tarde, en 1965, se crea el Instituto de la Artesanía Jalisciense, institución pionera con estructura de organismo público descentralizado encargado de la gestión y del financiamiento de la Casa de las Artesanías, además de dar promoción a la producción artesanal: nacional e internacionalmente. Nuestro Organismo tiene como objetivo ayudar a que el artesano logre potenciar su conocimiento, su destreza, e incentivar la formación de las nuevas generaciones de artífices que logren resolver las necesidades utilitarias, estéticas, decorativas y rituales de la sociedad. Ha sido necesario aportar una base sólida al sector, a partir de modelos que se adapten a su realidad, cultura y tradición, geografía, técnicas, recursos materiales, tecnológicos, y al cuidado de los recursos naturales, para así lograr resguardar la expresión cultural de su ingenio. Elevar el nivel en la productividad y la competitividad se vuelven imprescindibles para mejorar sus talleres artesanales y con ello su calidad de vida. En la actualidad, se fusiona modernidad y tradición en el producto artesanal; puesto que se requiere de nuevas estrategias que permitan a la sociedad percibir los objetos artesanales como productos más cercanos. La creación, es para el artesano una forma de expresión artística y de ganarse la vida: une folclor con tecnología, a través de la innovación en el diseño. Con la edición de un libro conmemorativo de la Casa de las Artesanías, se realiza un merecido homenaje al sector. Su objetivo es comenzar una recapitulación histórica, destacar a los personajes principales que lo hicieron posible, y enfatizar la importancia de la artesanía y de su creador. Página izquierda: Semblanza tonalteca Primer lugar Segundo Certamen Estatal categoría Alfarería Miniatura barro bruñido Fernando Jimón Melchor Tonalá

Ing. Mario Alberto Reyna Bustos director general Instituto de la Artesanía Jalisciense

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45 Aniversario. Instituto de las Artesanías Jaliscienses

A nte c e d e nte s

REVALORACIÓN estética DEL ARTE POPULAR Margarita Barajas Zendejas

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urante el siglo diecinueve se vivió en nuestro país una fuerte degradación económica debido a la industrialización de los obrajes, a la competencia mercantil con productos extranjeros de baja calidad que se vendían a precios menores que los de la producción nacional y por la idea de enrolar al artesano, como mano de obra barata, en el trabajo industrial. Uno de los ideales de Porfirio Díaz fue dar al país una apariencia europea, lo que tenía la finalidad de fomentar las inversiones extranjeras, favorecer la expansión industrial al promover la libre entrada de capitales, y ofrecer garantías y seguridad a los interesados en invertir en nuestro país. Políticamente, el país se fue centralizando. Los intereses regionales se sujetaron a un proyecto de desarrollo nacional moderno y se implementaron mejoras a las vías de comunicación en todo el territorio nacional. Las nuevas vías del ferrocarril hicieron que el país se pudiera conocer, admirar y comprar productos de poblaciones distantes. Comenzaron a aparecer pequeños establecimientos comerciales para la venta permanente diaria de objetos de arte popular local y regional en casi todos los estados de la República. También en este siglo, surgió un interés científico, visual y pictórico por nuestro pasado cultural artístico prehispánico. Muestra de lo anterior fue el pabellón mexicano, que revaloraba las construcciones e iconos prehispánicos, construido por Antonio Anza y Antonio Peñafiel, para la Exposición Universal de 1889, celebrada en el campo de Marte en la ciudad de París, Francia.

Página izquierda: Palomas Barro bruñido Autor anónimo Tonalá

Pato volteado Cerámica alta temperatura tipo corcho Simmel Antonio Ortiz Puente Tonalá

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jarrito Barro vidriado con decoración en petatillo Autor anónimo Tonalá

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45 Aniversario. Instituto de las Artesanías Jaliscienses

En los primeros años del siglo veinte, fueron constantes las subversiones campesinas, las huelgas en fábricas y minas; y algunos sectores del antiguo artesanado1 se convirtieron en importantes fuerzas políticas que impulsaron la fundación del primer estado de nación en México. Pese a este contexto de inestabilidad social, el general Porfirio Díaz, en 1910, decide realizar el primer suceso emblemático y significativo del siglo Xx: las fiestas del Centenario de la Independencia. Una celebración que logra colmar los intereses populares. Sin embargo, ante la incapacidad del gobierno para controlar la sublevación social, se da el marco propicio para que detone la Revolución Mexicana. El proceso revolucionario atraviesa por una fase de violencia que culmina con los combates de Celaya, en donde son derrocados los villistas. Carranza y Obregón resultan vencedores en 1915. El primero de diciembre de 1920 es nombrado presidente el general Álvaro Obregón, hecho que logra asentar la Revolución.2 El 10 de octubre de 1921, al tomar la Presidencia el general Obregón, nombra ministro de Instrucción Pública a José Vasconcelos,3 quien considera importante el impulso a la cultura y la educación, para lograr que el progreso del país sea definitivo. Durante su gestión al frente de la Secretaría de Educación Pública y Bellas Artes, se lleva a cabo un intenso trabajo de difusión cultural, dando oportunidad a intelectuales y artistas de expresar sus ideas. Vasconcelos inicia así un proyecto educativo de largo alcance, el que transforma la vida cultural del país al abarcar a todos los sectores de la 1. Leal, Juan Felipe y José Woldenberg, La clase obrera en la historia de México: del estado liberal a los inicios de la dictadura porfirista, Ed. Siglo Xxi, México,1980, p.7. 2. Fell, Claude, José Vasconcelos: los años del águila (1920-1925). Educación, cultura e iberoamericanismo en el México post-revolucionario, Universidad Autónoma de México, México, 1989, p. 9. 3. Antes de ser nombrado Secretario de Educación, Vasconcelos fue rector de la Universidad de México, durante el periodo presidencial interino de Adolfo de la Huerta. En este periodo comienza su labor como gestor de políticas públicas en educación, que determinan el marco político de los años siguientes. Este nombramiento da la pauta para ser nombrado, al siguiente año, Secretario de Educación Pública y Bellas Artes el 4 de julio de 1920.

Página derecha: jarra Barro bandera Autor anónimo Tonalá

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Figura tipo Barro policromado Guadalupe Panduro Nava Tlaquepaque

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población. La presidencia apoya esas reformas educativas y aprueba la creación de una gran cantidad de escuelas rurales. El trabajo que desempeña Vasconcelos, destaca por dar un nuevo impulso a la arquitectura, la música, la artesanía y las artes decorativas. Tras treinta años de dictadura, las diferencias y contradicciones de una sociedad que recién emergía de una revolución, se hicieron evidentes. Estas diferencias se tenderían a homogeneizar por medio de discursos nacionales, o como aseguraba José Vasconcelos: “había que unificar con el exquisito don civilizatorio: la cultura”. 4 Teniendo en cuenta la destrucción de edificios durante los movimientos sociales de años anteriores, en las políticas implementadas por Vasconcelos se optó por alcanzar el nivel educativo de países latinoamericanos como Argentina y Brasil; el primer objetivo fue promover la construcción de espacios dignos para impartir la educación. La arquitectura se contempla como factor importante para la edificación de escuelas. En la construcción del inmueble de la Secretaría de Educación Pública, se invita a participar a los artistas más reconocidos de la época: Diego Rivera, Roberto Montenegro, Adolfo Best Maugard, y a los escultores Manuel Centurión e Ignacio Asúnsulo. Da inicio una nueva etapa en el arte mexicano: el muralismo. Algunos de ellos, iban a ser personajes importantes para la revalorización de las artesanías en los años venideros. Este proceso de revalorización se originó en el siglo Xix en Europa, cuando aparece el romanticismo y se hace tajante la diferencia entre la noción de arte popular y arte “culto” que busca esclarecer la naturaleza de la identidad nacional en las manifestaciones populares. Los ideales del romanticismo fueron el estímulo más poderoso que adoptó el nuevo Estado mexicano, para difundirlos como auténtica esencia que lo representara. Roberto Montenegro es nombrado Jefe del Departamento de Artes Plásticas de la Secretaria de Educación Pública en 1921, justo cuando el 4.

Alhajero Barro bruñido Autor anónimo Tonalá

Vasconcelos, José, El Desastre, México. Ed. Botas, 1938, p. 17-18.

margarita barajas zendejas

Revaloración estética del Arte Popular

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gobierno de Obregón decide realizar las fiestas del Primer Centenario de la Consumación de la Independencia de México, el segundo suceso emblemático del siglo Xx. Este festejo se caracteriza por considerar al pueblo como el principal protagonista, explotando al máximo las características de la identidad mexicana. Del ingeniero Alberto J. Pani, Secretario de Relaciones Exteriores, nace la idea de realizar este festejo. El licenciado Emiliano López Figueroa, preside la comisión organizadora, y se realiza en un lapso de seis meses.5 Parte importante de esta celebración, fue el montaje de la Primera Exposición Nacional de Arte Popular en México; sus principales gestores, tres jaliscienses: Roberto Montenegro, Jorge Enciso y Gerardo Murillo (Dr. Atl). En agosto de 1921, llega a la ciudad de Guadalajara Roberto Montenegro, con apoyo de Luis G. Murillo (hermano del Dr. Atl) quien recorre diversos lugares del estado para seleccionar las piezas que formarían la colección de Jalisco en esta magna exposición. El repertorio de piezas se conforma con objetos de cerámica y loza provenientes de Tonalá y Tlaquepaque, macetas de Sayula, sarapes de Jocotepec, canastos y trabajos de palma elaborados en la penitenciaría de la ciudad y numerosos trabajos de terracota, entre otros.6 Este evento se lleva a cabo el martes 19 de septiembre de ese mismo año, en el Teatro Nacional de la ciudad de México; el acto inaugural corre a cargo del Presidente de la República y de un comité de embajadores de diversos países. El Dr. Atl tiene un papel importante en este escenario al redactar el primer catálogo denominado “Las Artes Populares en México”, que aparece publicado por primera vez en dos tomos, en 1921, uno dedicado a los textos y el otro a las imágenes de las piezas presentadas en la exhibición. Editada por la Librería Cvltura, esta publicación fue trascendente para la revalorización del arte popular y del artesano en México. La Secretaría de Comercio publicó la segunda edición en 1922; este libro fue ampliado, y con una mejor organización de la información, casi fue una nueva obra considerada un homenaje oficial del Gobierno de la 5. Prensa, quehacer cultural y lo mexicano durante el primer año de gobierno de Álvaro Obregón, Tesis de licenciatura, FCP y S, Universidad Nacional Autónoma de México, México, 2002, p. 110. 6. Inauguración de la Exposición Nacional de Arte Popular. Periódico El Informador. Martes 20 de septiembre de 1921.

Jarra negra Barro bruñido Amado Galván Tonalá

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Florero Cerámica alta temperatura esmaltada Carlos Villanueva Tlaquepaque

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Armando González Escoto

República al ingenio y habilidad del pueblo de México.7 Los artistas e intelectuales de la época se convirtieron en docentes de humanidades y se involucraron en las Misiones Culturales,8 un programa de alfabetización creado en 1923 por Vasconcelos, cuya finalidad era llevar la instrucción básica sobre ciencias, artes y oficios a todas las comunidades del país. El programa duró 15 años y tuvo una importante influencia en el desarrollo y la producción artesanal. Las Misiones Culturales fomentaron la revalorización de los productos artesanales, se estimuló el perfeccionamiento de las técnicas y el diseño en distintas ramas del arte popular, así como su incorporación en el mercado. Inspirados en el pasado prehispánico, estos artistas se dedicaron a diseñar nuevos motivos ornamentales. Adolfo Best Maugard, se ocupó de la producción de cerámica en distintas regiones de la República. Es por eso que los años veinte y treinta en México se consideran la etapa histórica del renacimiento del arte popular y las artesanías, al generarse entonces un nuevo interés. Muchas personas comenzaron a coleccionar y a preservar las artes populares, y muestras de éste fueron exhibidas en museos de México, Europa y Estados Unidos. De este interés, el término “arte popular” logró consolidarse para designar a todo tipo de objetos artesanales y étnicos. Considerada una manifestación del espíritu de personas del pueblo con sensibilidad artística pero, sin instrucción académica, la transmisión de conocimientos, generación tras generación, es de suma importancia para su permanencia: se convierte en una tradición, del latín tradere, vocablo que significa transmitir. El artesano que posee voluntad creativa y necesidad de expresarse, es considerado un artista popular. El acercamiento entre el arte popular y la Revolución Mexicana fue un acontecimiento generado en un contexto de revuelta social. Impulsada por el ámbito artístico,9 la hazaña de la Revolución fue haber creado una noción de identidad, y su patrimonio, al inducir su aceptación en la ma7. Martínez Peñaloza, Porfirio, Arte popular y artesanías artísticas en México. Un acercamiento, Secretaria de Educación Pública, México, 1988, p. 37-38. 8. Fell, Claude, José Vasconcelos: los años del águila (1920-1925). Educación, cultura e iberoamericanismo en el México post-revolucionario, Universidad Autónoma de México, México, 1989, p. 147-149. 9. Martínez Peñaloza hace un importante señalamiento del adelanto del Dr. Atl al planteamiento del profesor Henri Focillon, en el texto de introducción que realizó para la tercera edición del libro Las Artes Populares en México presentado en el Congreso de Praga en 1931. En este texto, Focillon destaca que en el siglo Xix se descubre al arte popular a partir del movimiento del romanticismo, el que tuvo que ver en Europa con los planteamientos que designan la noción del “pueblo” como un elemento activo y primordial en oposición a las elites. Peñaloza destaca que el descubrimiento europeo del arte popular fue producto de una corriente filosófica y artística. Este descubrimiento en México surge de los ideales de un movimiento social impulsado por los artistas. Página derecha: tetera y azucarera Barro vidriado con decoración en petatillo Autor anónimo Tonalá

Historia del Instituto de las Artesanías

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Revaloración estética del Arte Popular

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yoría de la población, llevó a admitir que en nuestro pasado prehispánico y en las tradiciones rurales de las clases populares se encontraban los auténticos valores nacionales. A partir de este reconocimiento, se elaboró una legislatura que dio protección a los bienes heredados, y se fundaron las instituciones dedicadas a su rescate y conservación. Esa corriente nacionalista y revolucionaria transformó al país, y lo dotó de un aparato institucional dedicado a la protección del patrimonio de los mexicanos.10 Asentándose en el reconocimiento de esa identidad, destacan los institutos nacionales como el Indigenista, el de Antropología e Historia y el de Bellas Artes; los museos, talleres, laboratorios, archivos, bibliotecas, fototecas, escuelas y centros de investigación. El primer Estado nacional en Hispanoamérica que desarrolló una política de identidad cultural y promovió una legislación del patrimonio de sus diferentes épocas históricas, fue México.11 Del interés originado en el espacio de artistas, pasó a ser objeto de trabajo de antropólogos y economistas: nacen así las instituciones para atender y fomentar el desarrollo del sector artesanal, con el propósito de crear una cultura nacional que fuese reconocida dentro y fuera del país. •

10. Florescano, Enrique, El patrimonio nacional. Valores, usos, estudio y difusión en Patrimonio Nacional de México, Biblioteca mexicana, Tomo I, Fondo de Cultura Económica, México, 2004, p. 17. 11. Ibídem, p. 17-18.

Página izquierda: Florero bola con asas redondeadas Cerámica alta temperatura esmaltada Ken Edwards Tonalá

Página siguiente: Platón “Nagual al acecho” (detalle) Barro bruñido Ángel Santos Tonalá

Florero rojo con asas en forma de ave Cerámica alta temperatura esmaltada Teresa Durán Tonalá

C a s a

d e d e

l a s

A r t e s a n í a s

Ja l i s c o

del arte funcional, al arte como belleza Armando González Escoto

E

l arte es tecnología, pese a la diferenciación etimológica que ha impuesto la evolución de los tiempos. Los antiguos romanos al traducir el término griego tekné, le llamaron arte, y entendieron por arte lo mismo que entendían los griegos, es decir, la serie de reglas, pasos y normas que han de seguirse para la elaboración de un objeto orientado esencialmente a la solución de problemas cotidianos, sean problemas de gran impacto o de aplicación doméstica. Ya muchos siglos antes, los hombres primitivos que dibujaron en las cavernas imágenes de animales de caza no pretendían decorar la sala de su departamento, sino expresar con la mayor nitidez posible las características de los animales que buscaban atrapar o de los cuales debían cuidarse. Realizar esos trabajos requería de observación atenta y herramientas adecuadas para plasmarlos sobre paredes naturales; todo ello con fines esencialmente pragmáticos. La lenta disociación del arte como técnica de sobrevivencia con respecto a un arte como búsqueda de la belleza y ya no sólo de la utilidad, será fruto de la evolución de las potencialidades humanas. Efectivamente, la reflexión del ser humano sobre el variado universo que constituye su entorno, y el descubrimiento de sus propias tendencias naturales lo lleva a identificar un concepto, en parte subjetivo y abstracto, que se llama belleza, para constituir un trípode con los conceptos de verdad y de bondad;

Página izquierda: Botellón trípode (detalle) Barro bruñido. Autor anónimo Tonalá. Página anterior: arca Barro betus Candelario Medrano Santa Cruz de las Huertas, Tonalá

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Tinaja con tapadera y asa tipo candelero Barro canelo Nicasio Pajarito El Rosario, Tonalá

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así, verdad, bondad y belleza se vuelven meta de la civilización humana, y condición de su sobrevivencia. Deberán pasar todavía más años para que el hombre descubriese que en su búsqueda de la belleza iba impreso el sentido de la vida, y no el mero gusto subjetivo; que el predominio del azul en la arquitectura árabe del desierto es un apelo a la bendición del agua, y que la hermosura del equilibrio de las formas traslucía igualmente signos y garantías sobre el desarrollo de la existencia. A la vista del extraordinario y valioso esfuerzo que multitud de culturas han hecho para transformar la tecnología en arte, en los términos actuales, podemos constatar que la búsqueda de la belleza en sus más diversas formas constituye una dimensión permanente del actuar humano, que ya desde el tiempo de la construcción de las pirámides egipcias había dejado atrás la mera satisfacción de las necesidades básicas humanas, para entrar en los derroteros de lo trascendente, pasando a la generación de otro tipo de satisfacciones que definan, caractericen y distingan de manera radical al hombre con relación a los objetos hechos por los animales. Un panal de abejas puede resultar hermoso a la vista de una persona, pero a la vista de las abejas es solamente una estructura funcional y repetitiva. Otro aspecto importante del fenómeno que analizamos, es la evolución de la producción artística como expresión de la realidad visible, de alguna manera objetiva, a la producción artística de realidades subjetivas y abstractas; la verdad es que esta oscilación forma parte de un movimiento dialéctico, cuya suma es un espiral en el largo proceso evolutivo humano. Esto significa que la abstracción no es patrimonio de las artes contemporáneas, sino una tendencia que se ha dado en todas las épocas, si bien en cada una de ellas se ha manifestado de distinta forma. No obstante, el impacto de la individualidad en nuestros tiempos ha sido

Armando González Escoto

Del arte funcional, al arte como belleza

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bastante definido, ya que no siempre ha buscado la belleza colectiva como una meta de su quehacer subjetivo, provocando, por lo mismo, controversias interminables y reduciendo igualmente el número de los que se sienten identificados con la visión, emoción o conceptos del artista actual.

Las artesanías jaliscienses No vamos a entrar aquí en discusión acerca de la diferencia entre arte y artesanía. Sabemos que ambas producciones requieren de tecnología y de inspiración, y que, con frecuencia, una artesanía acaba siendo una verdadera obra de arte. Sabemos, que en buena medida la diferencia entre ambas es más de orden conceptual, no ajeno a prejuicios de clase de escala mundial, pero también a la serie de condiciones que los organismos certificadores establecen para estimular la generación de un arte de nivel superior. De momento, nos atenemos entonces al lenguaje aceptado. En Jalisco, como seguramente en cualquier parte del mundo, el primer taller del artesano ha sido su misma casa; ahí, mirando cuanto le era necesario para satisfacer sus necesidades más elementales fue que buscó reproducir en arcilla la forma de los calabazos, de los guajes y de los medios cocos. Seguramente fue ahí, junto al hogar de la familia, que aprendió a mejorar sus utensilios hasta darse el tiempo de hacerlos primeramente más manejables, más prácticos, pero demás, muy pronto buscó hacerlos también hermosos, con el capricho de las formas, los diseños, los colores, los dibujos, y muy especialmente, los significados. En esta dinámica artesanal los productos se convirtieron en expresión de su cultura, sus pensamientos y creencias, temores y deseos, del tiempo y espacio en sus diversas épocas y circunstancias. Jalisco ha sido en este punto un estado de proverbial riqueza y rápido desarrollo pues hemos

Página siguiente: Puente del parque Agua Azul sobre la Avenida González Gallo Archivo histórico del Estado de Jalisco y del municipio de Guadalajara. 1964

Bombonera Cerámica mayólica Epigmenio Vargas Sayula

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45 Aniversario. Instituto de las Artesanías Jaliscienses

pasado de una cerámica prehispánica todavía poco evolucionada, comparativamente con otras regiones americanas, a la generación de artesanías de proverbial belleza y complejidad, todo un acervo acrecentado con el pasar de los siglos y que, particularmente en el siglo Xx alcanzó dimensiones internacionales. Claro que se requería de una casa propia donde mostrar este patrimonio artesanal jalisciense, pero no solamente de un escaparate.

Un proyecto integral en una zona integrada

Botellón con asas Barro bruñido Jorge Wilmot Tonalá

La Casa de las Artesanías nace entonces de una decisión visionaria para la creatividad artesanal del estado, pero formando también parte de un proyecto integral de crecimiento y desarrollo para una de las zonas que desde años atrás gozaba de especial predilección, la zona del “Aguazul”. La idea original fue del secretario particular del gobernador Gil Preciado, Don Francisco Torres Rojas. En efecto, lo que hoy día llamamos coloquialmente “El Aguazul” constituyó históricamente una región de abundantes manantiales y arboledas, que originó el surgimiento de un primer parque público de grandes dimensiones dotado además de un lago artificial; era el sitio por excelencia para pasar el fin de semana, donde se podían alquilar canoas y hacer “días de campo”, como se puede apreciar en numerosas fotografías de principios del siglo Xx. Pero no fue sino hasta la década de los años cincuenta cuando se generó un extraordinario proyecto para el desarrollo integral del sur de Guadalajara, en torno a este parque, lo que vino a funcionar como ancla y detonante de diversas notables iniciativas. Así, en esa zona, se construyó la primera Central Camionera del país; se reubicó, a unas cuantas cuadras, la nueva y flamante Estación de Ferrocarril; se edificó la Biblioteca Pública del Estado, y en esa misma manzana, la Casa de la Cultura y el Museo de Arqueología Prehispánica del Occidente; los Teatros Experimental y Guadalajara, el primer Zoológico dentro del parque, el entonces moderno Cine Diana, y los primeros grandes rascacielos de la ciudad: el entonces Hotel Hilton y el Condominio Guadalajara, término que siendo descriptivo de una condición legal se volvió, en la lengua popular, sinónimo de edificio de gran altura. También

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Del arte funcional, al arte como belleza

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hubo clubes y casinos, la estación central de bomberos y un hospital del Seguro Social: todo enmarcado por una traza urbana de amplias avenidas, banquetas anchas, glorietas, fuentes y jardines. Es en ese espacio futurista donde tuvo también cabida la Casa de las Artesanías, bajo el proyecto original del arquitecto Erich Coufal; la obra no fue terminada bajo su dirección. Luego de más de cuarenta años de servicio, este edificio sigue mostrando los vientos modernistas de la década de los sesenta y la capacidad que los tapatíos de entonces tuvieron para diseñar una nueva Guadalajara en el sur de la ciudad. Dotada de un amplio estacionamiento para su época, la evocación artesanal nos recibe desde la entrada. Altos techos, espacios amplios, desniveles y un entorno ecológico incomparable de bosque frondoso y fresco, tuvo en sus orígenes una espectacular fuente en la esquina formada por las avenidas González Gallo y la Calzada Independencia, habitada por soberbios cisnes que todo el mundo acudía a contemplar.

Un proyecto integral para las artesanías Inaugurar una Casa de las Artesanías de Jalisco fue uno de los honores que tuvo el gobernador Juan Gil Preciado durante su gobierno, en vistosa ceremonia ocurrida el 8 de septiembre de 1964, pero ya desde antes se había buscado a la persona que tuviese el perfil adecuado para dirigirla. El elegido fue el arquitecto Jorge Ramírez Sotomayor, tapatío, quien por muchos años mostró un especial interés por la artesanía tanto local como nacional, interés que se había ido consolidando y enriqueciendo por los diversos estudios que el arquitecto había realizado, tanto dentro como fuera del país, particularmente en Francia. A partir de su elección, lo que se venía viendo como un mero museo de artesanías y tienda de recuerdos, adquirió una dimensión mucho mayor. En efecto, no se trataba simplemente de abrir una galería para la exposición y venta

Página siguiente: Construcción de la Casa de las Artesanías de Jalisco Archivo histórico del Estado de Jalisco y del municipio de Guadalajara. 1964

Copa grande Barro vidriado con decoración en petatillo Pedro Chávez Tonalá

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Personajes destacados en la fundación del Museo Regional de la Cerámica, la Casa de las Artesanías y del Instituto de la Artesanía Jalisciense

Develación de la placa conmemorativa de la Casa de las Artesanías de Jalisco por el expresidente Adolfo López Mateos Archivo histórico de Jalisco y Municipio de Guadalajara 1964

Prof. Agustín Yáñez Delgadillo Promotor y co-fundador del Museo Regional de la Cerámica en Tlaquepaque. Primera manifestación institucional en el fomento a las artesanías en Jalisco Don Francisco Torres Rojas Secretario particular del Prof. Juan Gil Preciado y promotor de la idea original de la Casa de las Artesanías de Jalisco

de artesanías desde la función del Estado; se requería de un organismo que superara ampliamente este tipo de expectativas. Cuando analizamos la serie de estudios, acciones y propuestas que se desarrollaron para llevar a cabo la creación de una casa para las artesanías de Jalisco nos sorprende la amplia visión, la pertinencia de los criterios y la integralidad de los trabajos. Aunque la Casa de las Artesanías ya contara con un diseño del arquitecto austriaco Erich Coufal, Ramírez Sotomayor la recibió a medio construir. El gobernador Juan Gil Preciado pensaba fundamentalmente en una casa museo de las artesanías jaliscienses, pero el arquitecto Ramírez imaginó ya un verdadero Instituto cuya semilla, por ahora, sería esta casa que, no obstante, bajo su dirección llegaría a adquirir una dimensión integradora que se adelantaba a su tiempo. Parte fundamental de esta obra será partir de la realidad concreta del artesano, más allá de toda apología mitificadora; de ahí la importancia del análisis tan amplio que hace sobre el tema el propio primer director, quien escribía por aquellos años: Hay en nuestro país aproximadamente cuatro millones ochocientos mil artesanos que constituyen el diez por ciento de la población total de México. Este contingente tan numeroso de mexicanos lleva unas condiciones de vida de grave penuria, no obstante su alta capacidad creativa y la enorme demanda que sus obras tienen en el mundo entero.

Prof. Juan Gil Preciado Promotor y promulgador del Decreto que dio origen al Instituto de la Artesanía Jalisciense, con su primera Casa de las Artesanías Lic. Alfonso de Alba Martín Promotor y ejecutor del Museo Regional de la Cerámica en Tlaquepaque Dip. Juan Delgado Navarro Promotor y ejecutor del Fondo Revolvente para Financiamiento de los Artesanos y apertura de los mercados internacionales Lic. Francisco Medina Ascencio Gobernador que reforzó la promoción y el fomento de la Casa de las Artesanías y de las oficinas que se ubicaron en la Glorieta de la Normal Lic. José de Jesús Limón Gobernador interino que firmó el Decreto 8049 que dió pie a la creación del Instituto de la Artesanía Jalisciense Lic. Arnulfo Hernández O. Jefe del Departamento Jurídico en el periodo gubernamental del Prof. Juan Gil Preciado, que sentó las bases jurídicas del Decreto 8049 Lic. Fernando Solórzano S. Asesor y promotor de la Casa de las Artesanías de Jalisco Sra. Carmen Marín de Barrera Primera promotora de la Casa de las Artesanías de Jalisco Arq. Jorge Ramírez Sotomayor Precursor y promotor del arte popular jalisciense Prof. Alfonso Soto Soria Diseñador y fundador de la Casa de las Artesanías de Jalisco Arq. Erich Coufal K. Diseño y construcción del edificio de la Casa de las Artesanías de Jalisco

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Directores del Instituto de la Artesanía Jalisciense 1964-1977 Arq. Jorge Ramírez Sotomayor 1977-marzo de 1983 Lic. Fernando Almaraz Hernández 1983-1986 Melquiades Gerardo Preciado Partida 1986-1989 Marcos Arana Cervantes 1989-1990 Melquiades Gerardo Preciado Partida Junio de 1990 a febrero de 1995 Lic. Jesús Guerrero Santos Marzo de 1995 a 31 de julio de 1997 José Simón Sánchez Santana 31 de julio de 1997 al 22 de marzo de 2001 LAE David Antonio Sánchez Villalobos 22 de marzo de 2001 al 5 de agosto de 2004 Efraín Arana Gómez 5 de agosto de 2004 al 13 de septiembre de 2004 Lic. Roberto Fernández Silva 13 de septiembre de 2004 al 27 de octubre de 2004 Lic. Oscar Germán Padilla Guerrero 27 de octubre de 2004 al 31 de diciembre de 2006 Lic. Ada Lucía Aguirre Varela 1 de enero al 31 de enero de 2007 Lic. Juan Carlos Rivera Flores 1 de febrero de 2007 a la fecha Ing.38 Mario Alberto Reyna Bustos

El hecho de que la artesanía mexicana, que puede y debe ser una de las grandes fuentes de bienestar para nuestro pueblo, esté hoy disgregada, improductiva y hasta amenazada de extinción se debe a que nuestros artesanos carecen de organización, de estímulo, de capacitación técnica, de créditos y en general de toda coordinación y apoyo. Esta grande necesidad del pueblo mexicano tiene su solución a través del impulso que el Gobierno puede darle en los cinco grandes factores que son capaces de transformar nuestras artesanías en una de las más grandes fuentes de progreso. Factores que son: la organización de los artesanos, el impulso a la producción, los créditos oportunos y directos, la enseñanza de las artesanías y la promoción de mercados nacionales y extranjeros.

Será con el gobernador Alberto Orozco Romero, cuando efectivamente, se llegue a crear un Instituto de las Artesanías Jaliscienses, el que tuvo tan buenos comienzos que podría haber sido la semilla de un Instituto Nacional. De hecho, el propio presidente José López Portillo pidió al arquitecto Ramírez que iniciara el proyecto de una institución de esa naturaleza, con sede en la ciudad de México, pero ante la colisión de intereses por la presidencia de tal iniciativa, entre la esposa de López Portillo y su hermana Margarita, el proyecto se vino abajo. El mismo Instituto Jalisciense durará lo que el sexenio de don Alberto Orozco. Finalmente cerrado, se perderá con él la valiosa colección de artesanía nacional que poseía, buena parte de ella donación de Chucho Reyes, quién por años se había dedicado a la adquisición de las mejores piezas que se producían en el vasto territorio nacional. Como punto de partida inicial de ese esfuerzo, el novel director advirtió la enorme diversidad de la producción artesanal jalisciense, diversidad que incluye toda una serie de factores que no se observan a simple vista. Se trataba entonces de trazar un mapa bastante amplio que exigía la previsión de numerosos aspectos. Y es que, el artesano es artista, no un simple productor en serie, ducho en el negocio global y sus infinitas estrategias. El artesano imagina, se recrea en su Página izquierda: Silbato con cabeza de pájaro Barro prehispánico María del Refugio Navarro Tlajomulco de Zúñiga Página siguiente: Casa de las Artesanías de Jalisco Archivo histórico del Estado de Jalisco y del municipio de Guadalajara. 1964

Florero grande Cerámica alta temperatura tipo corcho Carl Gagnon Tonalá

vasija con camaleón Cerámica alta temperatura esmaltada Jorge Wilmot Tonalá

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obra; es la obra de sus manos, de sus dedos, de su fantasía incesante que se convierte en formas y vuelos, colores y caprichos. El creador de artesanía no excluye materiales ni estilos, vive inmerso en su universo de naturaleza; naturaleza que es su paisaje vital, lo mismo si es árido que exuberante; el artesano tiene alma contemplativa y espíritu creador, observa los usos de las gentes, sus necesidades y costumbres, su relación con el mundo material que le rodea y, a diferencia del técnico, ofrece otras respuestas, e incluso otras soluciones, a las formas y maneras de la sola técnica. Que las tierras ganaderas requieran de mulas y caballos es asunto que la praxis histórica resuelve generando instrumentos de control y de dominio; pero el artesano ve más allá, y hace de una montura un espacio para el grabado, el pulido, y las mil formas de hacer lucir la madera. Que el hombre de rancho ha de llevar traje, pistola, cuchillo y cinto acorde a sus faenas es asunto de lo cotidiano; que se puedan labrar las cachas y pitiar los cintos, es asunto de las artes del pueblo. De muchas maneras se puede vender piloncillo y cajeta; hacerlo en pequeñas cestas o en mulitas de milpa es convocar el ingenio en servicio de lo habitual, de lo práctico y funcional. Lo mismo harán las gentes de las costas con las conchas, y las gentes de las tierras altas con los recursos de la arcilla y del barro, donde un simple cuenco para verter agua se convierte lo mismo en cántaro llano que en precioso botellón de petatillo, ornado con todo tipo de imágenes y de colores, de formas y modelos. Ordenar ese multicolor y complejo paisaje dentro de un esquema que favoreciera su divulgación fue el trabajo inicial del proyecto Casa de las Artesanías. Así que, hubo que recorrer Jalisco y tomar contacto con ojos y manos de todo cuanto la creatividad regional había producido a lo largo y a lo ancho de nuestro territorio. No pocas veces este recorrido fue un nuevo viaje de descubrimientos: a los mundos nuevos y desconocidos de las artesanías jaliscienses. En este viaje se advirtió la enorme distancia que media entre un producto terminado y el tránsito que debió recorrerse para obtenerlo. El viaje para armar elencos y detectar talentos se convirtió en un viaje para advertir necesidades y aún dramas. Necesidades de

Botellón con vaso Barro canelo Autor anónimo El Rosario, Tonalá

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Matancero, talabartero y Zapatero Barro policromado Autores anónimos Tlaquepaque

las materias primas, de su calidad y de sus costos, de su abundancia o escasez; necesidades de los instrumentos para convertir el recurso natural en objeto de arte. Necesidades espaciales, pues no es lo mismo trabajar en el corral, la sala, el patio de la casa o su banqueta, que en lugares especialmente acondicionados para gestar el arte, particularmente cuando se trata de artesanías que requieren de tecnologías más complejas, como, por ejemplo, el vidrio soplado, y desde ahí, toda una serie de hornos cada vez de mayor tamaño, y de diverso y más complejo diseño y calidad. Por supuesto que, el sólo tema de apoyar la manufactura de artesanía, promoviendo toda la serie de herramientas que se requiere, exigía ya de enormes esfuerzos. Pero la Casa de las Artesanías miraba aún más lejos, buscaba el desarrollo, el crecimiento, el perfeccionamiento de productos y herramientas; se trataba, ni más ni menos, que de favorecer la dialéctica hombre-trabajo-herramientas, muchas veces estancada en la mera repetición monótona de formas y estilos. Exigía prolijos trabajos de investigación en todas las áreas involucradas; un historial que incluyera nombres de los artesanos más destacados, el origen y desarrollo de sus técnicas, la serie de influencias compartidas de región a región, la nomenclatura misma aplicada a materias, herramientas y productos; sin excluir la apertura a nuevos procedimientos que desatara, efectivamente, la corriente evolutiva del ingenio y de la creatividad; por eso el área de investigación de la Casa de

nacimiento Barro natural Zenón Martínez Tlaquepaque

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las Artesanías se proyectó de manera bastante prometedora a la hora de pensar en este tipo de institutos. Pero la artesanía de Jalisco enfrentaba otra notable dificultad: los intermediarios: ésos que compran barato y venden caro, reduciendo al artesano a condiciones permanentes de pobreza. Se hacía necesario establecer toda una estructura que favoreciera el contacto directo entre el artesano y el cliente, lo mismo a escala de mayoreo que de menudeo: El instituto, desde luego, procedió a dar este paso fundamental que incluyó, entre otros retos, impulsar también el profesionalismo y la responsabilidad comercial de los productores, tema en el cual debieron enfrentar no pocas dificultades, debido a las inercias laborales que se dan en todos los campos a causa de una idiosincracia poco sensible al amplio mundo de las actitudes y los valores, sin lo cual, de poco sirven las habilidades y los conocimientos teóricos. Con alguna frecuencia, particularmente cuando se ha tratado de surtir pedidos de notable volumen, el productor no ha estado a la altura del compromiso; en su sitio, lo que ha venido es la cascada de disculpas que todos conocemos y que suele simplemente ocultar la irresponsabilidad. Buena parte de esta idiosincracia se derivaba de la condición socioeconómica de la mayoría de los artesanos, que el propio primer director de la Casa de las Artesanías, había descrito desde diversas facetas: El hecho de que la artesanía mexicana, que puede y debe ser una de las grandes fuentes de bienestar para nuestro pueblo, esté hoy disgregada, improductiva y hasta amenazada de extinción se debe a que nuestros artesanos carecen de organización, de estímulo, de capacitación técnica, de créditos y en general de toda coordinación y apoyo. Los artesanos, por su forma de trabajo familiar y por la naturaleza artística de su actividad, constituyen un grupo especial de trabajadores cuyas características hay que dilucidar para conocer con precisión su problemática específica. Por ejemplo, es preciso advertir que el artesano no puede considerarse patrón de su taller, ni obrero del mismo, y por tanto no pertenece a sindicatos ni está claramente diferenciado para el Seguro

Página izquierda: Cafetera con tapa Barro vidriado con decoración en petatillo Cruz Bernabé Tonalá

Botella yarda Vidrio soplado Odilón Ávalos Guadalajara

caballo Vidrio estirado Autor anónimo

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Gato sentado Vidrio soplado Odilón Ávalos Guadalajara

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Social, además de que no se le considera como sujeto de crédito. La artesanía es un trabajo de familia en el que se coordinan todos los miembros de la misma, otorgando sus horas libres y su esfuerzo para desempeñar un papel en el proceso de la fabricación de sus productos. Esta forma peculiar de trabajo hace que el artesano no sea patrón, ni sus familiares sean obreros. Para efectos tributarios, crediticios y de organización artesanal, esta consideración es primordial, ya que pone en claro cuál es el sistema básico de trabajo de la actividad artesanal, tan diferente de todas las otras. Hemos realizado estadística para conocer mejor la realidad de nuestros artesanos y aunque sólo realizamos muestreos, ellos nos dan una idea del nivel de vida del artesano promedio. Así, encontramos que 68% de los artesanos no tienen capacidad económica para comprar calzado, sino solamente huaraches, que 60% tiene una alimentación inferior a la mínima necesaria, que 82% carece de medios para pagar su atención médica y que 98.17% no han recibido créditos, ni suministro de materias primas a bajo costo, ni exenciones de impuestos. Igualmente, encontramos que prácticamente no existen escuelas de artesanías en el país; y que 57% de los artesanos tienen un capital de trabajo inferior a $10,000.00, así como que 84% de ellos habitan en viviendas infrahumanas.

Otra importante observación del arquitecto Jorge Ramírez se estableció con relación a las temporadas de trabajo en el campo, que al ser discontinuas generan largas etapas de inactividad; vacío que podía llenarse creativamente abriéndoles nuevos horizontes, así dirá: El campesino mexicano tiene un promedio de ocho meses de inactividad, que representa 66.6% de mano de obra inutilizada en nuestro país. Los regímenes agrícolas de temporal dejan al campesino y a su familia largos lapsos de tiempo que pueden y deben ser aprovechados en

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beneficio de la propia economía familiar del agricultor. Actualmente, esas horas las dedican al ocio, o lo que es peor, a la embriaguez o los juegos de azar. Si visualizamos el enorme número de campesinos que hay en México y los multiplicamos por la cantidad de horas desperdiciadas, tendremos una idea del potencial humano y la fuente de bienestar que está desaprovechándose actualmente en nuestro país. Para muchos sectores de mexicanos marginados de la dinámica económica del país, las artesanías son la solución ideal para su superación e integración al progreso.

Un modelo de respuesta a esta realidad, recuerda el arquitecto Ramírez Sotomayor, fue la experiencia realizada en una ranchería cercana a Guadalajara, denominada El Zapote, donde los hombres hacían adobes, y las mujeres los cargaban: ése era su presente y su futuro. Interesarlos por dedicarse a la artesanía de textiles por medio de telares donados por el gobierno, cuyos productos compraría la Casa de las Artesanías supuso un cambio positivo en la vida de esas personas, otro tanto se hará en numerosas poblaciones de Jalisco, donde los campesinos que sembraban de temporal carecían de trabajo después de la cosecha, pudiendo, como muchos lo hicieron, dedicarse a la fabricación de artesanías; muchas de éstas se realizaban a partir de deshechos diversos, abriendo una nueva fuente de recursos y de aprovechamiento de materiales que, de otra forma, iban directamente a los basureros municipales. En este trabajo de análisis acerca de las condiciones del artesano y las posibilidades para la superación debe destacarse la atención prestada al tema indígena, ya que las comunidades de este perfil permanentemente han sido fuente de producción artesanal; por lo mismo se ubican en un sitio preferente: Primordialmente nos referimos a los núcleos indígenas. Estos mexicanos no logran aún ninguna de las ventajas del México civilizado, y carecen en estos momentos de otras fuentes de trabajo que no sean la ganadería o su raquítica agricultura. Haré mención en especial de los indígenas huicholes del norte de Jalisco y de Nayarit.

Jarra cuatro cinchos con asa Vidrio soplado Odilón Ávalos Guadalajara

Jarra azul escarchada Vidrio soplado Autor anónimo Guadalajara

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Existen unos quince mil indígenas en esa zona, totalmente separados de la civilización desde tiempos de la Conquista; alejados por insalvables barreras topográficas, por diferencias idiomáticas y culturales, las cuales han hecho que este grupo social se desarrolle no solamente en condiciones infrahumanas sino totalmente indignas de mexicanos con tantos derechos a la civilización como los habitantes de las grandes urbes. La agricultura en esa zona es casi inoperante, dado lo accidentado del terreno, y la producción ganadera no encuentra salida de la región por falta absoluta de comunicaciones. Año tras año, esta área viene padeciendo hambre continua, y el maíz y otros alimentos les son transportados por avión, lo cual los encarece bastante; o bien, a lomo de mula a través de las montañas, con la consecuente escasez y dificultad de adquisición. Las condiciones sanitarias son desastrosas ya que no existe ningún centro de salud donde puedan siquiera aplicarse el suero contra picadura de alacrán, que diariamente causa la muerte a niños y adultos. Estimamos que 60% de la población infantil muere a causa de la desnutrición, la falta de atención médica y la ausencia de higiene.

Una Casa de las Artesanías que aspirase a un perfil tan alto, debería abrirse igualmente al exterior, no como la tienda pasiva que espera a que vengan a verla, sino como una empresa dinámica que, coordinándose con las entidades afines, como sería la Secretaría de Turismo o la Cámara de Comercio, participara en exposiciones nacionales e internacionales; éste fue otro de los rubros que en sus primeros catorce años llevó a cabo esta Institución. En la iniciativa se incluía el llevar a artesanos a las diversas sedes, aún a las extranjeras, para que los visitantes observando el trabajo artesanal jalisciense y mexicano, lo apreciaran mejor. Estos viajes exitosos serían igualmente fuente de anécdotas y notables éxitos en la difusión y venta de las artesanías, pero también en la promoción de los artesanos. Bastaría traer a esta relación el viaje que una pareja de huicholes hizo a la exposición de Tokio, bajo la conducción del arquitecto Ramírez, pues ya desde el inicio, la pareja huichola fue renuente a subirse al tren que los llevaría a la ciudad de México: los subían por una puerta y se bajaban por la otra. Enfrentados con el problema de carecer de

Página izquierda: Azucarera (detalle) Barro vidriado con decoración en petatillo Autor anónimo Tonalá

Jarro Barro bruñido Autor anónimo Tonalá

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huicholes en la feria de isetan Tokio, Japón 1967

pasaporte por ausencia de documentos, e inestables a la hora de dar su nombre, mismo que podían cambiar de un escritorio a otro, y finalmente aterrados ante el hecho de volar en un avión cuya travesía, dirían luego, era más larga que ir a Tepic. Ya en el Hotel Imperial de Tokio aprendieron a pedir cerveza en inglés oprimiendo un botón del teléfono, y lo hicieron tan insistentemente que fue necesario llamar al director de la exposición para que pusiera orden, demasiadas botellas después. La exposición fue exitosa, llegando a congregar en un sólo día setenta mil visitantes y agotándose las piezas que para su venta se habían llevado, por lo que fue necesario hacer un nuevo pedido. Recordemos que la idea de montar exposiciones fuera del país no era solamente mostrar el arte popular mexicano, sino generar negocios que hicieran solvente a la Institución y beneficiaran a los artesanos. Por su parte, la pareja huichola pidió como regalo una “caja que hablaba”, en la cual el varón grabó en su idioma todas sus vivencias japonesas para luego hacérselas oír en esa caja prodigiosa a sus paisanos. Pero, la Casa de las Artesanías igualmente trabajaba por la conservación de los oficios, los estilos, los medios y las metas. Ya en esa época se observaba que:

Página derecha: platón Barro bruñido Autor anónimo Tonalá

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Algunas de nuestras artesanías, tales como la marquetería, el bordado de atuendos charros, algunos tipos de cerámica, etc., están a punto de desaparecer debido a la falta de estímulo para los artesanos, pues la falta de mercado para sus obras hace que decaiga su interés en producir y así estos oficios, que van transmitiéndose de padres a hijos, llegan a desaparecer totalmente. Esto sucedió ya en tiempos pasados con la plumaria, artesanía que fuera gloria del México precortesiano y que hoy ha desaparecido totalmente.

Podemos concluir que esta visionaria iniciativa comenzada en aquel lejano mes de septiembre de 1964 sigue siendo vigente, y sus objetivos no pierden actualidad, ya que Para garantizar la preservación de nuestra tradición artesanal, es pues necesario alentar al artesano comprándole sus obras y estableciendo mercado para ellas como escribía el arquitecto Jorge Ramírez, y desde luego, mantener en alto los grandes ideales que entonces se alentaban, y que, lamentablemente, se fueron debilitando a causa de las cambiantes políticas culturales que sobrevinieron después del sexenio de don Alberto Orozco. •

Botellón Cerámica alta temperatura esmaltada Adolfo González Guzmán Taller de Ken Edwards Tonalá

Página izquierda: Platón Barro bruñido Antonio Mateos Nuño Tonalá

A r t e , y

a r q u i t e c tu ra a r t e s a n í a

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• espíritu contemporáneo: casa de las artesanías1 Margarita Barajas Zendejas

L

a década de los sesenta fue de intensa promoción de la ciudad de Guadalajara para estimular el turismo hacia la capital jalisciense. En esta década las autoridades gubernamentales también optan por implementar una política de ordenamiento urbano para descentralizar a la ciudad y crear espacios que conjunten centros de consumo, culturales, recreativos, universitarios, entre otros. Al iniciar su gestión, el gobernador Juan Gil Preciado promueve la creación del Departamento de Turismo y con este mismo propósito, en 1963, inicia la construcción de la Casa de las Artesanías de Jalisco, que bien pudo ser la sede del primer museo de arte contemporáneo en el estado. Gracias al apogeo e importancia de la artesanía en la época, las autoridades se inclinaron por dar difusión y promover la venta de artesanías. La construcción de la obra fue dedicada a este fin y el diseño del proyecto arquitectónico se comisionó a un proyectista extranjero. En la arquitectura de los años sesenta en Guadalajara pueden identificarse dos aspectos como detonantes para transmitir las propuestas de la Bauhaus y las ideas lecorbusieranas: la gran distribución de publicaciones del extranjero, que fueron retomadas por el movimiento regionalista (Luis Barragán, Rafael Urzua, Ignacio Díaz Morales) y la llegada de Mathias Goeritz y Erich Coufal, en 1950, a la recién fundada Escuela de Arquitectura de la Universidad de Guadalajara.

1. Para desarrollar la estructura de este capítulo se tomó en cuenta la información del documento: Aportación de la Escuela Tapatía. Edificios de carácter colectivo de Héctor Mendoza Ramírez.

Página anterior: celosía (detalle) Hormigón Erich Coufal Guadalajara Página izquierda: entrada principal casa de las artesanías Erich Coufal Guadalajara

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panorámica de la casa de las artesanías Guadalajara 1964

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La Casa de las Artesanías es un proyecto que ejemplifica la arquitectura local de la época, marcada por la necesidad de conciliar el uso de los nuevos materiales con una estética identificada con la naciente imagen de ciudad moderna, realizada con un tipo de arquitectura que, en palabras del mismo Coufal, apostó por la innovación y la vanguardia, y acabó con la “pastelería francesa”. La búsqueda de identidad en la arquitectura tapatía, llevó a Coufal a retomar elementos de la cultura jalisciense para consolidar un estilo arquitectónico que considera a la época, el lugar y al tipo de hombre para los cuales era creada una obra. Este arquitecto se adecuó a las características del terreno y al aspecto urbano de la zona; la propuesta constructiva de la Casa de las Artesanías es geométrica. Le dio forma a partir de tres cubos contenedores, acordes a las funciones de los espacios en el edificio; este tipo de arquitectura representó un escenario para desarrollar los ideales de la Escuela Tapatía de Arquitectura: la integración. Entre las características que destacan en este tipo de construcción local, resalta el uso de materiales pétreos, techos de bovedillas, materiales de recubrimiento como la cantera de Huentitán: porosa, áspera e incrustada de gabarros de un color ocre dorado. Se utilizaron: ladrillo cerámico,

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ladrillo capeado perón (loseta de barro) y en el piso del vestíbulo se usó mármol, otra innovación de este arquitecto. La diferenciación ente los tres cubos que dan forma al edificio, la efectuó al emplear diferentes recubrimientos: el contenedor de las oficinas fue de un tono claro y el cuerpo de las dos plantas de exhibición artesanal fue oscuro, la textura de la cantera amarilla y el zócalo de piedra braza sobre la que se apoyan los volúmenes ayudaron a resaltar estos tres cuerpos. Con este sistema constructivo, logró dar protagonismo a los materiales regionales, detalles artesanales y colaboraciones artísticas. El edificio se aproxima a la acera por uno de los tres volúmenes, garantizando que las cualidades paisajísticas de la calzada no se interrumpan; juega con la relación entre la acera amplia, los carriles en dos direcciones, el camellón y la vegetación para que el edificio destaque. La fachada del inmueble da paso a una plaza que recibe a los visitantes. En el terreno del fomento artístico y cultural de la época, pocas cosas representaron la importancia trascendental para Guadalajara, como lo fue la Casa de las Artesanías de Jalisco, única en su tipo en todo el país. Incluyó en su diseño una sección de museo dedicada a la exhibición permanente del arte popular jalisciense, a la pintura contemporánea que representaba a nuestro país y a un área de venta; es un espacio arquitectónico de modernas líneas, de grata imagen y cuerpo, con ritmo y proporción: funcionalista.

margarita barajas zendejas

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Detalles artesanales de la Casa de las Artesanías Bóveda de pañuelo Las bóvedas de pañuelo, ubicadas en la sala de exhibición, enfatizan la doble altura de este espacio. El techo blanco de la planta baja enmarca el ladrillo de Cocula y su textura rugosa; esta bóveda, inicia su disposición en cada una de las esquinas, con un acomodo a 45 grados, de tal manera que las hiladas que comienzan independientes se encuentran a la mitad de la viga y se siguen tejiendo hasta cerrar la bóveda.

muebles museográficos Casa de las artesanías de jalisco Guadalajara 1964

Barandilla Elemento que sirvió como pretexto para integrar la mano del artesano en la construcción, la barandilla está fabricada por herrería local y tableros de madera de cedro tallados, con un discreto relieve. Se ubican en la zona de las escaleras y en el segundo nivel de la sala de exhibición. barandilla (detalle) Casa de las Artesanías de Jalisco Guadalajara

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Celosía de hormigón Las ventanas fueron colocadas de manera equilibrada sobre los muros principales del edificio, su elemento complementario fue la celosía; para Coufal esta última tenía la función de dar sombra, elemento ideal para el clima de la ciudad. Su uso original y pionero, es una característica distintiva en su obra arquitectónica. Esta celosía es una recreación seriada y estilizada, que simula un tejido de fibras o quizá sólo se trata de una red corpulenta.

integración plástica La Casa de las Artesanías introduce obras de pintores y escultores mexicanos; Coufal, al igual que otros arquitectos, pudo experimentar con la integración plástica; en esa época se abrió el espacio para conocer y colaborar con artistas contemporáneos. El ingreso y el vestíbulo de la entrada, vinculan cuatro intervenciones artísticas. Relieve escultórico “El sol” Carlos Mérida El sueño de Coufal fue invitar a gente de renombre; se decidió a visitar, en la Ciudad de México, a Carlos Mérida para convencerlo de participar en el proyecto. El artista guatemalteco realizó tres variantes de composición para el cubo de la fachada; al final, la pieza denominada “El sol” fue la elegida, y se realizó con una estructura metálica rellena de mosaicos en color rojo y azul. Esta pieza enfatiza la fachada. Mérida aprovechó el frente del edificio, por su ubicación, y por el tipo de sombras que se proyectan por la mañana, para ayudar a crear un efecto de despegue en la fachada. De esta manera, se logra conseguir que el sol sea la insignia que atrae la mirada de los visitantes. La obra de Mérida se caracterizó por ser geométrica y abstracta, fue inspirada en el arte precortesiano maya, y logró posicionarse

Página izquierda: celosía de hormigón (detalle) Casa de las Artesanías de Jalisco Guadalajara

el sol Relieve escultórico Carlos Mérida Casa de las Artesanías de Jalisco Guadalajara

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en el “nuevo arte” desarrollado en nuestro país, siempre acertado y agudo. Por este tipo de carácter en su obra, se podría decir que ella estaba predestinada para ser integrada en la arquitectura de la casa.

“Portón de alicatado artesanal” Jorge Wilmot, Salvador Vázquez La puerta de ingreso principal, está compuesta por 135 segmentos de alicatado artesanal, sostenidas por un marco de acero estructural que forma parte del propio bastidor de la puerta. Uno de sus creadores, Jorge Wilmot, destaca por su obra innovadora que abarca los campos de la arquitectura, la alfarería, el trabajo de lámina repujada y la decoración del vidrio. Su labor más reconocida es la de haber impulsado el barro bruñido en los años cincuenta, y el sincretismo que logró con las tradiciones alfareras locales con técnicas orientales en la cerámica de alta temperatura. La decoración la realizó el artesano Salvador Vázquez Carmona; su obra destaca por el uso de motivos decorativos de naguales, soles, lunas, grecas, flora y fauna. En el trabajo técnico de la fabricación de la cerámica de alta temperatura de Wilmot sobresalió el uso de esmaltes chinos, en particular de uno denominado Chün Yao; con los cuales experimentó por más de veinte años. El color de este esmalte varía por las diversas gamas del azul, desde el más intenso al más claro. El portón se terminó en el mes de julio de 1964. Aparece la participación de un artesano más, Gilberto Pila, que quizá sólo fue apoyo para estos dos importantes protagonistas.

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“Mapa artesanal de Jalisco” José María de Servín En el vestíbulo se ubica este mural; su función es delinear el camino de entrada para atravesar el vestíbulo y salir al parque, ya que en el proyecto original se planeó realizar exhibiciones en el jardín del Parque Agua Azul, con artesanos trabajando el barro y la cantera. Servín nació en La Piedad, Michoacán y es jalisciense por adopción; perteneció al grupo: Pintores Jóvenes de Jalisco, y estaba relacionado con la producción artesanal jalisciense, la que ayudó a difundir en el interior del país y en el extranjero. En la Casa de las Artesanías, destaca esta propuesta sencilla que plasma un mapa de Jalisco, motivos alegóricos y la colocación de diferentes tipos de artesanías regionales, en concordancia con el lugar donde se producen. Esta obra contiene un enfoque de expresionismo figurativo y colorido que caracterizó la obra de este artista plástico.

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“La muerte de la artesanía” Roberto Montenegro La flexibilidad artística del autor de este mural tiene profundas raíces en el arte popular mexicano; fue uno de sus descubridores e investigadores más fervientes. Montenegro, después de largos estudios en Europa, regresó a México (junto con Diego Rivera y Manuel Rodríguez Lozano) en 1921, y formó parte del naciente movimiento muralista. Al igual que en el caso de Mérida, fue el mismo Coufal quien decide visitarlo en la Ciudad de México para que realizara un mural. A manera de anécdota, Coufal destaca la humildad de Montenegro, quien aceptó realizar el mural sin recibir pago por su trabajo, y además tuvo que financiarlo con la venta de folletos sobre su obra. Los mosaicos venecianos los mandaron hacer a Cuernavaca, a una fábrica de nombre similar, puesto que en esa época aún no se producían en Guadalajara. Este mural acompaña el espacio de las escaleras, se integra de manera sutil con la cantera y su ubicación se decidió para recibir a los visitantes. En sus figuras tiene reminiscencias de aquellas tendencias que su autor abarcó en toda su obra: surrealistas, expresionistas y abstractas; rememorando las raigambres indígenas en el arte popular mexicano. El mosaico fue utilizado por los muralistas como un medio para hacer resistentes sus composiciones, y generalmente era importado de Italia.

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Jorge Enciso Oriundo del estado de Jalisco, perteneció al grupo “Centro Bohemio”. Dedicó gran parte de su vida al cuidado del patrimonio arqueológico mexicano; en 1942 publicó el libro “Sellos del antiguo México”. En uno de estos epígrafes se inspira el diseño del logotipo oficial del Instituto de la Artesanía Jalisciense. Al pasar de los años se utilizó, por un corto lapso de tiempo, un nuevo logo, usado sólo como imagen del 15° aniversario de este organismo. •

Erich Coufal

E

rich Coufal Keiswetter, visitó por primera vez la ciudad de Guadalajara a los doce años, como parte del coro de los Niños Cantores de Viena que se presentaron en el Teatro Degollado en julio de 1937. Su adolescencia transcurrió atraído por las artes plásticas; estudió en la Escuela de Bellas Artes de Viena y posteriormente ingresa, a la Escuela de Arquitectura. La circunstancia en Viena de la posguerra en esos años era precaria para un arquitecto; no se tenía permiso para construir, sólo de dibujar. Los elementos básicos que estructuran la esencia en su arquitecturason: la capacidad de usar el lápiz, el gozo de ver y oír, la fantasía, los viajes alrededor del mundo y la música. La suma de diversos factores históricos y la coincidencia de circunstancias, impulsan las ganas de emigrar de un joven arquitecto de veintiséis años de origen austriaco. Previo a la visita de Díaz Morales, el plan de Coufal era vivir en México, así que logró obtener una visa de turismo por ciento ochenta días para estudiar arquitectura mexicana, en junio de 1950. La visita a Viena para contratar profesores del arquitecto Díaz Morales, lo motiva aún más para concretar su interés de llegar a vivir a un país que le ofrecía la oportunidad de realizar obra arquitectónica. En el tercer día de estancia de Díaz Morales, el director de la escuela de arquitectura en Viena, Sekler, le recomienda a un joven arquitecto. La primera respuesta de éste fue negativa, consideraba tener completa la planilla de maestros. La tenacidad de Coufal para conseguir su objetivo

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fue contundente; se apareció en el momento adecuado, ofreciéndose a conseguir un coche para Díaz Morales y hace posible que éste conozca los Bosques de Viena, y durante el trayecto le obsequia la figura de un ángel: una pequeña escultura de yeso, capaz de convencer al fundador de la Escuela Tapatía de Arquitectura para contemplarlo dar clases de modelado. Coufal, una vez que se ha titulado, logra emigrar a Guadalajara en diciembre del año cincuenta. A su llegada, se encuentra con una ciudad cuyos edificios rinden homenaje a la arquitectura porfiriana. Coufal sintió un renacer en Guadalajara al tener la posibilidad de proyectar arquitectura. Él consideró haber nacido dos veces, una en Viena y otra en Guadalajara. Las bases lógicas de sus proyectos arquitectónicos: conocer el clima y el suelo. Es un arquitecto que diseña todos los detalles dentro de sus edificios, busca enriquecerlos y decorarlos con arte. Dibujaba cada objeto del interior de los recintos, cada rincón y mueble: los dimensionaba para percibir los tránsitos. Integró en sus edificios la escultura y la artesanía. La escuela de Coufal es humana y alegre; explora todas las sensaciones del cuerpo humano. Es un arquitecto que luchó y logró introducir un estilo contemporáneo que enriqueció los ambientes urbanos en nuestra ciudad. Se arriesgó por un nuevo tipo de arquitectura: la moderna, instaurando un estilo que rescató materiales locales en un estilo funcionalista. Le tenía cariño a los albañiles. De hecho, el hablar español se lo debe al contacto con éstos, durante la construcción de sus edificios y casas; el albañil era para él mucho más importante que el dibujante: a ellos les debe sus obras. Coufal no fue uno más. Su obra se caracteriza por dar espacio al arte en su arquitectura, para él la obra arquitectónica es como un abrigo y debe albergar a la creatividad artística: alegrar el espacio. Al arte lo trae consigo por tradición, debido a su formación. Su aporte a la arquitectura tapatía fue el uso de los materiales en sus edificios como proveedores de calidad, textura y color. La arquitectura para Erich Coufal es el techo de las artes: el paraguas, alberga todo. Su voz afable nos aconseja: la alegría y la creatividad lo llevan a uno muy lejos. Obra destacada Casa de las Artesanías Teatro Experimental Banco Industrial de Jalisco (actualmente sede de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado de Jalisco) Torre Moragrega Casa Coufal

M u s e o d e

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R e g i o n a l C e rá m i c a

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MUSEOS ESPECIALIZADOS EN ARTE POPULAR Margarita Barajas Zendejas

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l conjugarse diversas circunstancias a comienzos del siglo Xx, se propicia una revaloración de las materias primas, los procesos y los diseños artesanales. La repercusión a favor del Arte Popular, en 1921, se puede percibir en dos importantes fases: en la primera, se manifestó un gran interés por el coleccionismo. En la segunda, se considera importante la creación de un aparato institucional para la investigación, protección y divulgación de este tema. Los museos especializados en la difusión del patrimonio nacional se hicieron necesarios. Al ser inaugurado, en 1934, el Palacio de Bellas Artes, se convierte en el primer espacio destinado a este fin: en sus instalaciones se funda el Museo Nacional de Artes, que exhibió objetos de arte prehispánico, pintura del periodo virreinal y moderno, y el primer acervo museográfico de Arte Popular, recolectado en el transcurso de diez años por Moisés Sáenz y Roberto Montenegro. Jorge Enciso, en 1938, consolida el proyecto del Museo Regional de Artes e Industrias Populares en Pátzcuaro. La antesala para la creación de las primeras instituciones en el país, encargadas de resguardar la nueva identidad nacional, fue el Primer Congreso Indigenista Interamericano, que se llevó a cabo bajo el auspicio del presidente Lázaro Cárdenas en 1940. Se realizó con el objetivo de salvaguardar y perpetuar las culturas indígenas de todo el continente, y participaron representantes de poblaciones nativas de diversas regiones de América para hablar de la situación social y económica de los pueblos indígenas. Ahí se estableció que era necesario crear organismos que atendieran la situación de estas comunidades. Página anterior: Florero Cerámica alta temperatura Candelario Medrano Santa Cruz de las Huertas, Tonalá Página izquierda: vista del jardín Museo Regional de la Cerámica Tlaquepaque

Plato chico Cerámica alta temperatura esmaltada Ken Edwards Tonalá

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Alcancía zoomorfa Barro betus Julián Acero Santa Cruz de las Huertas, Tonalá

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Armando González Escoto

En ese contexto, por iniciativa del doctor Alfonso Caso,1 se decide legislar a favor del arte popular y crear organismos que compilen información al respecto para ser divulgada. La primera decisión fue elegir al INAh (Instituto Nacional de Antropología e Historia)2 para que desempeñara esta labor. También se propone a Oaxaca como sede de un Patronato de las Artes Populares. En ese contexto, nace el Instituto Indigenista Interamericano, nombrado así por el antecedente del congreso realizado en Michoacán. Después de ocho años se reconfigura y surge el INI (Instituto Nacional Indigenista3), filial del Instituto Indigenista Interamericano: y entre sus facultades se establece proteger y fomentar las artes populares indígenas y mexicanas. Pasaron tres años para que INAH e INI consiguieran la autorización para crear un organismo específico para el estudio, conservación, protección y fomento del arte popular y de las artesanías en todo el país. El MNAIP (Museo Nacional de Artes e Industrias Populares4), se inaugura en 1951. Se enfoca en la creación de colecciones de arte popular, para reconocimiento público e inspiración de los artesanos y en generar programas que reduzcan el trabajo en la creación de las piezas. Es uno de los vehículos de la política popular pos-revolucionaria, que promueve el concepto de lo “popular”. Dicha institución vincula su tarea educativa con la promoción comercial de los productos artesanales. Con base en estas medidas y el deseo de crear museos similares al MNAIP en diversas ciudades del país, Alfonso Caso, al frente del Patronato Nacional de Artes e Industrias Populares, inicia la gestión con el Gobierno de Jalisco para adquirir una casa en el centro de Tlaquepaque, que con1. Abraham Jalil, Bertha. Daniel Rubín de la Borbolla, su pensamiento humanista en acción en Humanismo mexicano del siglo Xx, Tomo II, Saladino García, Humberto (coord.), Universidad Autónoma del Estado de México, 2004, p. 141. El doctor Alfonso Caso, entonces director del Instituto Nacional Indigenista (INI), le encomendó fundar el “Museo Nacional de Artes e Industrias Populares” (MNAIP) al doctor Daniel Rubín de la Borbolla, quien se encargó del diseño y la organización. También fue su primer director, y el vocal ejecutivo del patronato. Esto último, a partir de su inauguración en 1951 hasta 1967. 2. En la primera etapa del Instituto Nacional de Antropología e Historia creado en 1939, la preservación de las artes populares era una importante función de este organismo. 3. La Ley de Creación del Instituto Nacional Indigenista fue decretada por el presidente Miguel Alemán. El decreto se publicó en el Diario Oficial de la Federación el 4 de diciembre de 1948. 4. García Canclini, Néstor, Las culturas populares en el capitalismo, 1982, p. 102.

Página derecha: Pasillo Museo Regional de la Cerámica Tlaquepaque

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servara la arquitectura, el ambiente tradicional, y fuera lo suficientemente amplia para establecer el Museo-Taller de la alfarería de Tlaquepaque y Tonalá, con el propósito de desarrollar un programa de regeneración de la cerámica tradicional e impulsar la parte técnica que la hiciera volver a su cauce tradicional. Se considera uno de los mayores logros del MNAIP, el sostener con sus recursos, tres museos de arte popular: El Museo Regional de la Cerámica en Tlaquepaque, el Museo Regional de la Laca de Chiapa de Corzo, en Chiapas y el Museo Regional de la Huatapera, en Uruapan.5

INICIATIVAS EN JALISCO La primera manifestación institucional para el fomento de las artesanías en Jalisco, fue la apertura del Museo Regional de la Cerámica de Tlaquepaque, y se estableció en nuestro estado a partir de un convenio entre el Gobierno Estatal y el INI.6 Su inauguración se consolidó un 6 de diciembre de 1954, como evento conmemorativo de los festejos del ciento cuarenta y cuatro aniversario de la expedición de los derechos que abolieron la esclavitud y restituyeron la tierra a los indígenas nativos de Guadalajara.7 El patronato se encargó de realizar la instalación museográfica y de administrar la institución. Este espacio tuvo la misión de proteger y difundir los estilos tradicionales de la alfarería regional. En esa época tenía mucha importancia la tarea de salvaguardia del arte popular del mercantilismo, que no favorecía a los productores. En el programa se consideró estimular los buenos precios para la alfarería, además de ayudar a facilitar los procesos de producción con herramientas modernas: molinos y hornos eléctricos.8 El patronato nunca logró llegar a establecer los servicios del taller y de la escuela, y sus actividades se

Luis Sandoval Godoy, Periódico El Informador, Domingo 8 de septiembre de 1974. Yáñez, Agustín, Nueva Imagen de Jalisco 1953-1959, Dirección de Promoción Económica, Jalisco, 1959, p. 157. 7. Ibídem, p. 156. 8. Álvarez, José Rogelio, San Pedro Tlaquepaque, Enciclopedia de México, 1979,p.157.

5. 6.

Página izquierda: Cocina tradicional siglo XIX Museo Regional de la Cerámica Tlaquepaque

León Barro betus Candelario Medrano Santa Cruz de las Huertas, Tonalá

Nagual alcancía Barro betus Candelario Medrano Santa Cruz de las Huertas, Tonalá

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Iglesia Barro betus Candelario Medrano Santa Cruz de las Huertas, Tonalá

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concentraron en realizar la compra-venta restringida de los mejores productos artesanales. La conservación y el aumento del patrimonio, fue una tarea sobresaliente durante el sexenio del gobernador Agustín Yáñez: a estas políticas gubernamentales se debe la creación de seis museos en Jalisco. En 1953, una importante iniciativa del gobernador fue consolidar un comité que realizara diversas actividades importantes, como fue la organización de la primera Gran Feria de Jalisco. Con el apoyo de un grupo de jóvenes artistas e intelectuales se logró incluir dentro del programa tres exposiciones: una de pintura y escultura contemporánea, otra de arte religioso y la tercera, de arte popular. Para recolectar las piezas se recorrió el estado y en apoyo a esta iniciativa, varios artesanos prestaron piezas de sus colecciones. El objetivo fue apoyar la difusión de la tradición creativa de los artesanos jaliscienses. Éste y otros eventos, como el Concurso de Alta Artesanía en Talpa, contribuyeron en la percepción de la opinión pública y del gobierno sobre la artesanía; ejemplos de esto fue la entrega en 1953 del Premio Jalisco a Odilón Ávalos, artesano que se destacó por su producción de vidrio soplado. En los años consecutivos se entregó este mismo estímulo al platero Manuel Peregrina y al destacado alfarero de Tonalá, Amado Galván. En 1957, la insignia José Clemente Orozco, fue otorgada al ebanista Lino Gutiérrez, originario de Jalostotitlán y a Celia Medrano, alfarera de Tonalá. En 1958, se le entregó a Juan Delgadillo, artesano dedicado a la talla de miniaturas en hueso, originario de Teocaltiche. Este interés, que en los últimos años de la década de los cincuenta despertó la cerámica de Tonalá y Tlaquepaque, ayudó a reforzar de manera paulatina en Jalisco la creación de museos especializados, y pocos años después, se consolidaron dos importantes proyectos: la Casa de las Artesanías y el Instituto de la Artesanía Jalisciense.9

9.

Abascal Johnson, Gabriela, Xx Aniversario 1965-1985. Instituto de la Artesanía Jalisciense, Gobierno de Jalisco, Guadalajara, 1985, p. 9.

Página derecha: Volantín con 6 figuras Barro betus Candelario Medrano Santa Cruz de las Huertas, Tonalá Página siguiente: Colección de figuras de circo Barro policromado Rosa Martínez Lomelí Tlaquepaque

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MUSEO REGIONAL DE LA CERÁMICA

vasija con vertedero y asa Barro bruñido Amado Galván Tonalá

Las casas de verano en San Pedro Tlaquepaque Tlaquepaque posee un acervo patrimonial urbano arquitectónico de gran importancia para el país; en su centro histórico se concentran edificios de estilo colonial que representan una diversidad de ambientes urbanos construidos en diferentes etapas históricas, y logran expresar con claridad la identidad de un municipio que ha desarrollado su traza urbana de forma paulatina. La función turística ha influido en la difusión que se ha realizado de estas casas, las ha hecho populares, no sólo por su estilo, comodidad o función, sino por llevar consigo una marca histórica, sucesos de leyenda, entre otras cosas. Durante el Siglo Xix, el uso de estas viviendas fue exclusivo para el descanso de las familias acaudaladas de la región, pero con el paso del tiempo se han convertido en salas de exposición, museos, talleres, tiendas, galerías y centros culturales. La sede del Museo Regional de la Cerámica es precisamente una casa de verano, de arquitectura neoclásica, que mando construir el coronel Don José Francisco de Velarde, el “Burro de Oro”. Por momentos puede llegar a ser confusa la información sobre las propiedades del coronel en Tlaquepaque: en algunos textos se habla de dos viviendas enfocadas al descanso de este personaje legendario; una, es la Quinta Velarde, dónde se destaca la existencia de frescos, con detalles del caballo preferido del coronel, ubicados en los muros del corredor en la planta alta con vista al Norte, del pintor Fontana.10 En otros textos, sin firma de autoría ni detalles descriptivos al respecto, se habla de una casa más, que es señalada como la sede del museo. El coronel fue fusilado en 1817, sus propiedades se remataron y la finca fue adquirida por Manuel Fernández del Valle esposo de Rosalía Martínez Negrete Alba,11 comerciante y empresario de origen español, con un gran peso económico en toda la región del occidente de México. Con el paso de los años, pasó a ser propiedad de la familia Corcuera. El gobernador Yáñez 10. Cerda Hernández, Bertha G, Francisco de Velarde. El Burro De Oro. Un hombre

y su época, Librería de Manuel Porrúa, México, 1975, p. 82. 11. Lizama Silva, Gladys, Familia, individuos y redes sociales en Guadalajara. Los

Martínez Negrete en el siglo Xix, Relaciones, invierno, año/vol. XXVIII, número 109, El Colegio de Michoacán, Zamora, México, 2007, p. 85. La familia Martínez Negrete es de origen español, asentada en Guadalajara en el siglo Xix, con gran poder político y social. En la época siguiente al Porfiriato, todos ellos se convirtieron en poderosos e influyentes empresarios en Guadalajara.

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la compró en 90 mil pesos a la Sra. Ana Riba Cervantes viuda de Don Carlos L. Corcuera. El inmueble tiene una medida de 1,689 metros cuadrados, y se considera un monumento histórico; aún conserva gran parte de sus características originales: el esquema de distribución, los elementos constructivos y el ambiente arquitectónico característico de la zona: muros de adobe aplanados y pintados a “la cal”, cubiertos de vigas de madera y terrado, pisos de ladrillo perón en interiores, y detalles de cantera de la región en los exteriores; elementos que reflejan la calidad arquitectónica tradicional de la localidad. En acuerdo con el entonces Presidente Municipal de Tlaquepaque, Gerónimo Sahagún, el edificio fue restaurado por el arquitecto y arqueólogo Eduardo Pareyón. La modificación más significativa que él realizó fue la elevación del piso del patio, hasta el nivel de los corredores y pórticos, creándose un espacio destinado para realizar reuniones. Un museo para la cerámica tradicional de Tonalá y Tlaquepaque Un museo de arte popular se enfoca en dar a conocer las creaciones ligadas a la artesanía, los procesos creativos de producción y sus autores. Su labor esencial es el coleccionismo, y tiene el mérito de asegurar que los bienes culturales sean resguardados. El museo que tiene la denominación de regional, determina la temática, la colección y la exposición, en concordancia con los aspectos característicos de un área geográfica. El Museo Regional de la Cerámica resguarda el progreso evolutivo del artífice jalisciense: su historia y la tecnología que usa; y contribuye al desarrollo de la sociedad a partir de exposiciones que evidencian la evolución cultural de los virtuosos artistas empíricos de la cerámica tradicional. Toda actividad que tiene como fin último la fabricación de vasijas y objetos hechos a base de tierras, se les denominó con el término genérico: Cerámica. En el libro La cerámica colonial y la contemporánea, de los autores Álvarez y Díaz de Cossío, se apunta que ésta ha pasado por tres revoluciones: el nacimiento de la cerámica: surge a partir de

camión Barro betus Candelario Medrano Santa Cruz de las Huertas Tonalá

azucarera Barro vidriado con decoración en petatillo José Bernabé Tonalá

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grandes cambios en la vida y organización social del hombre, ya que la cocción de los alimentos implica la principal transformación de la organización cultural en el paleolítico y el neolítico. El segundo cambio, fue el descubrimiento y aplicación de los esmaltes vítreos que permitieron impermeabilizar las piezas, dándoles mayor dureza y resistencia. Este oficio artesanal se comenzó a perfeccionar, y los cambios se centraron en dos vertientes: la térrea y la vidriosa. En la tercera revolución está incluido el avance tecnológico de los hornos, lo que implicó un cambio en el uso de materiales para llevar a cabo la elaboración de piezas conocidas como de “alta temperatura o stoneware”, son las que endurecen con los altos grados de calor, y alcanzan una dureza mayor a la del acero, y en el caso de estar vitrificadas o esmaltadas pueden resistir abrasivos, ácidos y son totalmente impermeables. Tonalá y Tlaquepaque, fueron poblaciones de origen indígena, ambas destacan por su tradición alfarera ya que desde la época de la Colonia fueron despojadas de gran parte de sus tierras: la temporalidad en los ciclos de cultivo y la particularidad de los suelos aledaños, ricos en arcillas, beneficiaron entonces el desarrollo artesanal en estás dos poblaciones.12 En el siglo xx, a partir de los años cuarenta, la paulatina y luego vertiginosa expansión urbana terminó con las posibilidades de cultivo, dedicándose estas poblaciones a múltiples oficios artesanales como actividad económica predominante.13

olla Cerámica alta temperatura esmaltada Ken Edwars Tonalá

El montaje original: reflejo de una tradición Las exposiciones permanentes definen y dan personalidad a un museo; en ellas, se ponen a la vista las colecciones y los elementos museográficos más importantes y representativos de sus acervos. La curaduría crea los discursos al manejar las colecciones y por la elección de los objetos que deben exponerse. Isabel Marín de Paalen realizó el montaje original, bajo la dirección del antropólogo y museógrafo Daniel F. Rubín de la Borbolla. En sus inicios, el museo estaba dividido en tres secciones: exposición de 12. Mariscal Orozco, José Luis y Jorge Arturo Becerra, El devenir de una tradición, cambios y continuidades de la producción ceramista del valle de Atemajac, Colección Becarios, Consejo Estatal para la Cultura y las Artes, Jalisco, 2006, p. 64 13. Ibídem p. 65

Página izquierda: Bule (detalle) Barro bruñido Gregoria Mera Jimón Tonalá Bule Barro bruñido Amado Galván Tonalá

Página siguiente: herreria (detalle) Museo Regional de la Cerámica Tlaquepaque

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plato pozolero y platón Barro vidriado Autores anónimos Tonalá y Tlaquepaque.

cafetera Barro vidriado con decoración en petatillo Autor anónimo Tonalá

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piezas antiguas, exposición de la producción moderna, fiel a los estilos tradicionales, y un salón de ventas al público. La museografía contempló ocho salas para exhibir colecciones de los siglos XVIII, Xix y Xx de localidades como: Tonalá, Santa Cruz de las Huertas, El Rosario, El Zalatitán, Tateposco y Tlaquepaque. En sus inicios la colección incluyó un acervo importante de artesanía Wixaritari. La primera, se dedicó al barro bruñido, una de las ramas más antiguas de la alfarería y de la cual se derivaron algunas otras técnicas. En ella fueron exhibidos objetos representativos como: ollas, jarras, tinajas, juguetes decorados con formas fantásticas, y en los muros se colocaron retratos-murales de alfareros: las piezas elaboradas con ésta técnica tienen un aspecto brillante y terso, es conocida como “loza de agua”, por el propósito a que se destinaba: la contención del agua. En la maestría del dibujo resalta la decoración floral abstracta, las representaciones simbólicas de animales, las formas geométricas y, posteriormente, se incorporó la temática de los símbolos que tenían la intención de representar distintivos mexicanos como el águila, la serpiente y las recurrentes grecas. La segunda sala, se acondicionó para colocar objetos elaborados con la técnica del barro betus, y se relaciona de manera inherente a un personaje ilustre: Don Candelario Medrano López. Son figuras fantasmagóricas, leones con cara de sol, lechuzas, gallos, catedrales y arcas de Noé. Esta técnica —hasta donde se sabe— fue iniciada en la segunda mitad del siglo Xix, a finales de los años sesenta. Innumerables figuras se lograron cotizar internacionalmente, y se les denominó como surrealistas y fantásticas. La exhibición contempló los característicos juguetes de figuras imaginarias con raíz indígena, cornetas y flautas, trapecistas y conjuntos de danzas folclóricas, arcas y volantines, iglesias fantásticas, quioscos, soles, aviones y barcos. La sala tres se dedicó a San Pedro Tlaquepaque; se exhibieron ahí figuras de tipos populares, escenas en miniatura, pequeñas esculturas de charros, chinacos, duelistas a caballo, guerrilleros, músicos y jugadores de cartas, figurillas chapeadas, figuras navideñas, una colección de frutas donde se incrustaron personajes antiguos que le daban un toque de humor, retratos de cuerpo entero, a escala de juguete, de todos los presidentes de México; así como la recreación del proceso de producción de la alfarería. A diferencia de otros objetos creados para satisfacer necesidades de uso cotidiano, estas piezas en miniatura exigen mucha delicadeza en el momento de su ela-

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boración; emergen de una necesidad expresiva del hombre, alimentada al mismo tiempo de la necesidad lúdica inherente a la naturaleza humana; misma que requieren las personas para desarrollarse en la vida cultural.14 En la sala cuatro, se montaron grandes piezas de loza antigua, como ollas, bañeras decoradas por dentro y fuera, una alacena con pequeños objetos, una vitrina con piezas contemporáneas de esa época, alcancías en forma de caritas, pequeños animales, loza de uso doméstico y en las paredes, un lambrín de ladrillos de jarro con gran variedad de dibujos decorativos. En la quinta sala, se realizó un montaje de piezas de barro canelo, bandera y cerámica de Sayula; piezas de uso doméstico: cántaros, botellones, tinajas, fruteros tradicionales de Tateposco fabricadas con la técnica del barro canelo, y una colección de cerámica de Sayula del taller de Epigmenio Vargas, considerada de gran importancia por su calidad y escasez. La característica distintiva del barro bandera radica en los colores que las piezas adquieren: los mismos que tiene la bandera mexicana: sobre el fondo rojo de la pieza, se añadía la decoración en colores blanco y verde. En el barro canelo, se cree que los colores característicos se relacionan con la piel canela que es la mezcla de razas: el blanco de la piel conquistadora de los españoles que se diluye en la epidermis del bronce indígena. La sexta sala, se dedicó a restablecer una técnica artesanal cuya producción ya había desaparecido en 1940. José Rogelio Álvarez, en 1954 donó al museo una pieza de barro petatillo. Con base en ésta, sus fundadores delegaron a la familia Lucano el rescate de esta técnica para evitar su pérdida15. Este hecho bastó para justificar la creación del Museo, ya que el montaje se realizó precisamente con interesantes muestras del rescate de esta técnica. El barro petatillo tiene una rica y abundante decoración en figuras de animales, plantas y una cuadrícula de trazos muy finos, compuestos por líneas rectas cruzadas al fondo, característica por la que se denomina con este nombre. En el antiguo comedor de la casa, se montó la séptima sala, destinada a conservar y exhibir las piezas premiadas del Concurso Nacional de la Cerámica16, instituido en 1977, y diseñado para realizarse anualmente. En éste, destacaron dos importantes premios, uno a la

14. De la Torre, Francisco, Arte popular mexicano, Editorial Trillas, México, 1994, p. 95. 15. Álvarez, José Rogelio, San Pedro Tlaquepaque, Enciclopedia de México, 1979, p. 62. 16. Ibídem. p. 64-65. Los premios fueron de $25,000.00 pesos de aquella época. La aportación monetaria para las dos principales categorías, la realizaban las siguientes instituciones: Secretaria de Turismo y el Gobierno del Estado de Jalisco. El monto destinado al resto de los galardones se reunía con la aportación del Consejo Nacional de Turismo, del Fondo Nacional para el Fomento de las Artesanías, de los cabildos de Tlaquepaque y Guadalajara, del Patronato de las Fiestas de Octubre y de los Institutos Nacional Indigenista y de las Artesanías Jaliscienses.

jarra Barro canelo Nicasio Pajarito Tonalá

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mejor creación de estilo tradicional y el otro, a la más representativa de las tendencias contemporáneas. En la octava sala de exposición, se realizó la recreación de una cocina de principios del siglo Xix; se respetaron las costumbres de esa época. La artesanía utilitaria que se montó fue: sopladores de tule para encender carbón y avivar el fuego, grandes ollas “de lumbre”, cazuelas, lebrijos, cántaros para el agua, el metate, los machihuales para humedecer las manos al “tortear” el nixtamal recién molido, molcajetes, braceros, asadores de hierro forjado, frascos de vidrio soplado para almacenar las especias y la diversidad de chiles. Esta sala se dedicó a exhibir los utensilios artesanales que servían para preparar los platillos más típicos de la extensa gastronomía jalisciense.

Tinaja tradicional Barro canelo José Isabel Pajarito Fajardo El Rosario, Tonalá

La administración del Museo por el Instituto de la Artesanía Jalisciense Por cuarenta años, la administración del museo estuvo a cargo del INI (Instituto Nacional Indigenista), se le utilizó para realizar diversos eventos culturales, conciertos, ceremonias y premiaciones, entre otras cosas. En la administración durante el periodo del INI a cargo del museo, destacan sólo dos direcciones: las de María Teresa Partida de Preciado y Rebeca Flores. En una ceremonia simbólica, el inmueble del museo fue cedido por el INI, en comodato, a la organización social denominada “Patronato del Museo de Tlaquepaque” el 23 de marzo de 1994. Por diversas circunstancias, y gracias al manejo de la situación por parte de la dirección del Instituto en ese periodo, la administración oficial del Museo Regional de la Cerámica se le designó al Gobierno Estatal, a través del IAJ, el 17 de julio de 1998. Se invirtieron noventa mil pesos en su remodelación y fue reinaugurado por el Gobernador Alberto Cárdenas Jiménez. En 1999, el Museo Regional de la Cerámica concretó el primer inventario de la colección que tiene en comodato con la CDI (Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas); el trabajo directo con estas localidades permitió acrecentar la colección, y se fue formando poco a poco. Las piezas antiguas fueron donaciones de la comunidad, y

Página derecha: tinaja boca ancha Barro canelo José Isabel Pajarito Fajardo El Rosario, Tonalá Página siguiente: porta cucharones Madera tallada Museo Regional de la Cerámica Tlaquepaque

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otras se realizaron por compras directas a los primeros coleccionistas de arte popular; actualmente cuenta con 2401 piezas del acervo CDI y 650 piezas de una colección, denominada a partir de dos mil cinco, como “Pueblos de Jalisco”, y que se inició a partir de ser administrado el museo por el Instituto. Se han realizado rigurosas indagaciones para realizar un registro oficial de cada una de las piezas, para concretar el primer inventario de la colección. Un documento digital que permita un fácil manejo de la información es el objetivo. Actualmente, la visita al Museo ofrece un recorrido por nueve salas de exhibición, ocho de las cuales ofrecen muestras permanentes sobre distintas técnicas: barro bandera, barro canelo, barro petatillo, cerámica de baja y alta temperatura, miniaturas de barro, barro bruñido, barro betus, y una más que describe los procesos de elaboración de la cerámica tradicional. En la novena sala, se sigue exhibiendo la cocina tradicional del siglo Xix. Al final del recorrido se encuentra una tienda donde se pueden adquirir las mejores muestras de artesanías representativas de Jalisco. El Museo Regional de la Cerámica resurge, y se suma a la larga carrera del Instituto de la Artesanía por impulsar el desarrollo del artesano jalisciense. En la actualidad, este museo comienza a recobrar la esencia proyectada por el doctor Alfonso Caso y el Gobernador Yáñez; en él, comienza a gestarse un proyecto enfocado al rescate, rediseño, diversificación, mejoramiento y creación de la artesanía jalisciense. Busca generar nuevos conocimientos en sus visitantes, y realizar la divulgación del trabajo manual al mostrar las diversas interpretaciones en sus acervos. •

vasija con vertedera y asa Barro opaco Autor anónimo Tonalá

Página derecha: florero Barro bruñido Autor anónimo Tonalá

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a r t e s a n o

j a l i s ci e n s e

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• ARTESANíAS JALISCIENSES Yvette Ortiz Minique

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alisco en los tiempos modernos ofrece una gran cantidad de artesanías; basta recorrer los municipios, las cabeceras municipales, los pueblos y preguntar quien trabaja tal o cual producto y encontraremos agradables sorpresas; aunque cabe aclarar, que no es lo más adecuado el preguntar bajo el termino “artesanía” ya que, las más de las veces se le interpreta como manualidad o un objeto que es souvenir. Las piezas artesanales, además de ser un deleite para nuestros sentidos, constituyen una fuente de trabajo que debe fomentarse. La abundancia de formas materiales y colorido es el principal atractivo de nuestras artesanías, que ante la atónita mirada de los turistas, se exhiben en tiendas, boutiques y mercados, pero nada iguala al contacto directo con el artesano, con los materiales que trabaja y con la maestría de su trabajo; esto es una inolvidable experiencia que se recomienda a los amantes de esta expresión cultural, que constituye nuestro patrimonio cultural El trabajo artesanal puede estar registrado, ser reconocido o muy famoso, pero siempre habrá el anónimo, aquél que se sigue produciendo para un mercado regional o local; es éste el que conserva su tradición, su uso: ya sea en calidad de utensilio doméstico, de herramienta, de ornato o con un fin religioso. Esta artesanía se clasifica como una artesanía mestiza, en su mayoría con un dominante español. En cuanto a la etno-artesanía,

Página izquierda: Venta de jarrones de barro canelo Archivo histórico del Estado de Jalisco y del municipio de Guadalajara. 1964

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Página anterior: Rompecabezas Primer lugar del Tercer Certamen Estatal de Creación Artesanal categoría Lúdica Barro bruñido Fernando Jimón Melchor Tonalá

ándele?! Cerámica alta temperatura Rodo Padilla Tlaquepaque

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ivette ortiz minique

Artesanías jaliscienses

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no han tenido el cuidado de priorizar las artesanías jaliscienses sobre otras artesanías mexicanas. El estudio de las artesanías es una labor muy compleja, sobre todo si pensamos en los ahora 126 municipios que comprende nuestro Estado, por lo tanto, presentaremos una muestra de la artesanía por tipos, y solamente en el caso de “los huicholes” y los nahuas de Tuxpan del sur, lo referiremos como etno-artesanía. Albarelos CASTAS Cerámica y alpaca Jesús Guerrero Santos Guadalajara

Tlazolteoltl Terracota Mente Creativa Tonalá

La Cerámica es el grupo de los que hemos llamado huicholes el que nos representa; son quienes han tenido que modificar su artesanía, la han actualizado, a fin de sobrevivir. La llegada a Jalisco de los indígenas procedentes de diversos estados de la República, se ha intensificado y ha contribuido al aumento de la artesanía; misma, que en algún momento se tendrá que estudiar, dado que llegó para quedarse. En la década de los ochenta fuimos la entidad estatal que más artesanías exportó; debido a las circunstancias económicas esta situación ha cambiado. Entre los mayores riesgos de la producción artesanal están: la falta de comercialización, el crecimiento demográfico que ha restado terreno a los recursos naturales y por consiguiente origina la escasez de materias primas; agreguemos a ello la no continuidad de la tradición artesanal por la migración de los jóvenes y el desinterés de éstos en realizar el oficio, al no encontrar en él las expectativas deseadas. Así entonces, el artesano no afamado no ve valorado su producto, por lo que hará una artesanía acorde a las circunstancias, o se dedica a otra actividad totalmente distinta. Cabe aclarar que el artesano en los pueblos y zonas rurales tiene otra actividad aparte de la artesanal, generalmente la agricultura. Existen cabeceras municipales que juegan un papel crucial para las artesanías como lo son: Guadalajara, Tonalá, Zapotlán el Grande, Zacoalco, Talpa, San Juan de los Lagos, Mezquitic, Tequila, Tlaquepaque, Tapalpa, Puerto Vallarta. Algunas son centros de comercio, otras, sitios de culto o turísticos. Desafortunadamente, en los sitios turísticos los comerciantes

Herencia ancestral es la cerámica, misma que ha logrado no sólo representar a Jalisco, sino que ha podido guardar sus técnicas tanto de manufactura como decorativa desde los tiempos prehispánicos; nos referimos a la llamada cerámica de olor, en la cual, a simple vista se percibe la falta de greta o esmalte, en cambio posee una superficie tersa y lisa de un brillo que invita a tocarle y sentirle. Por otro lado está la denominada de matiz o de lumbre, que se introduce a partir de la Colonia dado que requiere de mayores conchuras o cocción; el acabado es precisamente el de la aplicación de un barniz, esmalte o greta, dando una apariencia vítrea. Los objetos que tienen estos acabados sea de olor o de esmalte varían, van de lo utilitario a lo decorativo Un tercer tipo de cerámica es el betus, su técnica de terminado al pintarse, requiere materiales como la goma del mezquite o la yema del huevo. Es una verdadera lástima que ya no se trabaje así, dado que ahora se utilizan pinturas y pegamentos comerciales. Este terminado se aplica principalmente en las figurillas y la juguetería. Las poblaciones más representativas de la cerámica están en la zona Oriente de Guadalajara, como lo es Tonalá (cabecera municipal). Su fama data de la Colonia. Cabe mencionar que existen tinajas de gran tamaño en el Museo de las Culturas de Madrid, que por sus características ornamentales corresponden al período barroco y entran en el género de cerámica de olor o bruñida, esto evidencia la gran tradición con que cuenta esta técnica.

ilusión Tercer lugar en el tercer Certamen de Creación Artesanal categoría Utilitaria Barro vidriado sin plomo Dionicio Bautista Esparza Tonalá

Jarrón semáforo Barro negro María Martha Arana Nuño Tonalá

Página siguiente: aviones Barro betus Gerardo Ortega López Santa Cruz de las Huertas, Tonalá

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bailarina Barro bruñido Chapal Arte Línea modernista Chapala

khaos Terracota Mente creativa Tonala

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En la actualidad, la mayor parte de las piezas decoradas se ha convertido en objeto de ornato o de colección. La manufactura de la mayoría de las vasijas y figurillas es por la técnica del moldeado, en la que se utilizan varios moldes a la vez; esto es posible debido a las características del barro, que permite la unión de las partes antes de ser sometidas a la cocción. Otra cualidad de la cerámica de olor o bruñida es su terminado: una vez que las partes se unen y la forma se ha definido, se procede a decorar, no sin antes haber sometido a la pieza a un baño o engobe. Con colores tierra se trazan las formas geométricas y la distribución de las figuras sobre la superficie. Las formas geométricas enmarcan a manera de bandas o cenefas a las estilizadas figuras de animales, flores y hojas. Sobresale el helecho y, particularmente, la denominada por el propio Dr. Atl “flor tonalteca”. La pincelada es fina, dominan los tonos tierra que se enfatizan con el blanco y se plasman sobre un fondo gris. Un segundo estilo ceramista en la misma población es el de bandera, denominado así por el uso del blanco y verde sobre un fondo rojo. Su técnica corresponde al tipo de la cerámica de olor o bruñida, desafortunadamente tiende a desaparecer y desde hace varias décadas perdió el color verde, porque a decir de los artesanos, era un color demasiado costoso. El tercero y último estilo tonalteca es el de petatillo, corresponde al grupo denominado de fuego, barniz o engretado. Su denominación petatillo se debe a la fina y milimétrica retícula con que se decora el fondo: el pincel con la punta adelgazada por el escurrimiento de la pintura se desliza sobre la superficie e interrumpe la línea al llegar a la figura delineada; esto a fin de no tocarla. Es el arte más delicado que se pueda encontrar en la cerámica. La estilización de las formas animales, las plantas y hojas, los campos decorados con puntillismo o retícula, todo ello denota un trabajo de gran maestría, mismo que se ha ido perdiendo. Dentro del municipio de Tonalá existe otra localidad como es el Rosario, y Tateposco en el municipio de Tlaquepaque. En el primero surgió el estilo canelo, que por razones de emigración y relación familiar, muy pronto pasó a Tateposco y ahí se continúa produciendo los botellones de agua con su correspondiente vaso embrocado. Su nombre de canelo le viene por la utilización de colores tierra. La degradación de los ocres rojizos o dorados se aplica por bandas o cenefas anchas. Lo que hace de estos botellones atractivos contenedores, son

Página derecha: VAJILLA CONTEMPORÁNEA Ceramica alta temperatura Ceramicat Tonalá

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sus cualidades de mantener el agua fresca y con un sabor a barro, eso les ha merecido la demanda nacional. Se termina la pieza con un encebado que evita que el agua se trasmine. En cuanto a la fabricación de la juguetería, Santa Cruz de las Huertas alcanzó una gran popularidad; lamentablemente ya no existe un mercado para el consumo de los tradicionales tecolotitos, las cornetas o las figurillas de malabares, naguales o las figuras fantásticas que el ceramista Candelario Medrano realizaba. En este género, las figuras de Ocumichu Michoacán han invadido el mercado artesanal, desplazando a las locales; agreguemos a ello que ya no se aplica la técnica al betus. Algo similar ocurre con la tradición ceramista de Tlaquepaque: las famosas macetas de pedestal sólo se producen bajo pedido. En cuanto a los realizadores de la tradicional cerámica de figurillas, los Panduro continúan con su estilo, sus técnicas de moldeo y minucioso terminado. La miniatura de los Carranza es objeto de museo; esas diminutas figurillas con estructura de alambre, terminadas a mano, deleitaron nuestros ojos y sentidos.

Botellón color lima Vidrio soplado Artesanías grupo Cobre Tonalá

el vidrio A finales del siglo Xix se estableció en Guadalajara Odilón Ávalos, de origen poblano, su objetivo era fundar una fábrica de vidrio soplado y prensado para la producción de botellas de un litro, medio litro y cuarto de litro, para satisfacer la demanda de tequila; esto sucedió con el advenimiento de las máquinas de vapor que se utilizaron para la producción de la bebida y que aumentó considerablemente su producción. En lo que actualmente conocemos como Avenida Revolución, Ávalos abre su factoría. No solo produjo botellas, sino que con el tiempo quedó de manifiesto su inclinación artística y se comenzaron a trabajar figuras de gallos, caballos, payasos y otros. De igual forma incluyeron el trabajo de la miniatura utilizando el soplete. La fábrica perduró hasta la década de los setenta del siglo Xx, por motivos laborales cerró y los principales maestros de taller se instalaron en Tlaquepaque para luego pasar a Tonalá.

Página izquierda: Carrusel base giratoria Vidrio estirado y tejido José Luis Rodriguez de la Fuente Guadalajara

Mezclador de líquidos Vidrio estirado José Luis Rodriguez de la Fuente Guadalajara

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Tetera azul cobalto Vidrio soplado Odilón Ávalos Guadalajara

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En estas localidades los talleres se convirtieron en un atractivo. El proceso de obtención de la materia prima consiste en reciclar el vidrio en crisoles que se introducen en los hornos, para luego ser sacada la materia viscosa que se adhiere a un extremo de un tubo y cuyo rápido enfriamiento (10°C por segundo), obliga a: primero, distribuir el trabajo y segundo, a que el maestro reciba la masa con una caña de metal a través de la cual soplará para darle la forma y luego perfeccionará. Es el taller de obraje donde realmente existe la división por categorías entre maestros y aprendices. A medida que subió la demanda de las figurillas miniaturas, se especializaron en su elaboración maestros que manejaban el soplete por autógena, estableciendo así un contacto directo con la flama, ya que la forma se le da a partir de una varilla de vidrio, obtenida ésta por estiramiento. Se producen pequeños barcos, animales, nacimientos, juegos de té, etc. Por razones de moda, el emplomado polícromo, imitación del trabajo de Tiffany, tuvo su auge principalmente para la manufactura de las lámparas de mesa, de pie, de techo.

La Metalistería

Virgen de Santa Anita Bronce a la cera perdida Jáuregui diseño Tlaquepaque

El trabajo del metal ha ido perdiendo su sello local. Ahora, el no conocedor con suma facilidad asume que los objetos de procedencia de Puebla o de Oaxaca son de Tlaquepaque o de Tonalá. Baste señalar que la tradición en estas entidades es la policromía, misma que resulta llamativa por los colores fuertes que utiliza y atractiva por sus formas populares. En contraste, las formas metálicas hechas en Tlaquepaque sólo manejan tonalidades obtenidas por un proceso de oxidación provocada por el uso de esmaltes, que no desmerecen la pieza, sino todo lo contrario, constituyen una propuesta por demás interesante en el trabajo de los metales. Los materiales son muy variados: se utiliza el latón, la hojalata, el cobre y la chatarra; de la misma forma, las técnicas cambian de acuerdo a los materiales empleados; así tenemos que mientras que la hojalata, el latón y el cobre utilizan para su proceso de manufactura moldes, prensas, tijeras, pinzas; para la decoración, puede ser repujado, cincelado, perfora-

Página derecha: Aureola de tipo imperial Cincelado y repujado en metal Juan Tenorio Orozco Zapopan

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do, oxidado y pintado. Se manufacturan marcos, lámparas, figuras para muros, etc. La chatarra requiere, o bien ser fundida y hacer las formas o aprovechar las piezas y hacer figuras de animales, humanas, máquinas o en su defecto objetos como lámparas, ceniceros, pisapapeles, etc. La herrería artística: existen talleres en la zona metropolitana; sin embargo, a decir de los propietarios, tienen poca demanda por su alto costo. Cabe señalar que entre los dueños de estos talleres los hay de Puebla y Oaxaca; los de nuestro Estado son contados. La técnica es la forja; depende de varios pasos que requieren de gran maestría y de la calidad del fierro. En Tlaquepaque encontramos talleres donde se trabaja la cancelería, y de acuerdo a los gustos será el terminado. La cuchillería de la zona de Sayula es famosa desde el siglo pasado: existen dos tipos, uno el de uso cotidiano donde se elaboran cuchillos y machetes, a estos últimos por medio de ácidos se les decora con leyendas, dichos y figuras populares. El mango irá revestido de cuero a fin de que no resbale. La cuchillería fina es producida en Sayula; el taller de Ojeda ha alcanzado fama y prestigio por su variedad de diseños y la calidad de los materiales, como el acero para las hojas de cuchillos, punzones, navajas y demás; los mangos en maderas finas, cuerno de reno, hueso y otros. La plata. No dudamos de la existencia de pequeños talleres de plata, pero lo dominante es el trabajo de Taxco que se encuentra en cualquier tienda o boutique. Se ha buscado un diseño contemporáneo mexicano, lo que ha llevado a este trabajo a encasillarse en el género semi-industrial, a fin de cubrir la demanda.

Página izquierda: piñata y Lámpara estrella Latón y hojalata María Esther Espinoza Salcedo Tonalá

cuchillo Metalistería José Apolinar Larios Larios Sayula

Dije “Eclipse” Platería Miguel Angel Galindo Cervantes Guadalajara

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Tapete de lana Textil telar de pedal Pedro Romo de la Rosa Guadalajara

El Textil

Ceñidores tradicionales Telar de brazo Eulises Alejandro Luján Guzmán Tuxpan

La elaboración de sarapes, gabanes, ponchos, rebozos, ceñidores, fajillas y demás tiende a desaparecer. La modernidad trajo consigo la introducción de nuevos materiales y nuevos diseños acordes a las necesidades y a la actualidad. La tendencia es que desaparezcan por completo. Debemos recordar que forman parte de la vestimenta en las zonas rurales, y que son utilizados en los pueblos por los campesinos o los indígenas. En Tapalpa se da la manufactura de jorongos en lana, algodón y acrilán. Los dos primeros anteriormente se teñían de colores, hoy sólo se emplean los tonos naturales de la lana; ésta primero se carda para después hilarse, luego se pasa el hilo a un telar de pedal para ser tejido; los extremos se anudan a mano y como es propio de los jorongos, la parte de la abertura no se cose e irá decorada con formas de flores, espirales o grecas que sutilmente se conjugan. Jocotepec fue de gran tradición artesanal en la ribera poniente del Lago de Chapala, hoy día sólo buscando los pocos talleres que quedan se percata uno de los excelentes trabajos que pueden efectuar. Décadas atrás se realizaban sarapes de lana decorados con hermosos diseños, entre los que sobresalían los gallos de gran tamaño y las flores esparcidas por el lienzo, rematados en los extremos por cenefas del mismo diseño. Ahora el trabajo se realiza bajo pedido y la materia prima es el acrilán, pocas veces algodón o lana. Los deshilados y el bordado forman parte del trabajo de la mujer. Existen todavía varias localidades donde se les puede encontrar. La calidad y fineza de la artesanía depende en gran parte del textil utilizado, es decir, tiene que ser

Página derecha: Servilleta Textil deshilado Manos creativas indígenas Tuxpan Página siguiente: Sarape Fantasía Textil en telar de pedal Pedro Romo de la Rosa Guadalajara

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de fibra natural como el algodón. Se realiza en diversas prendas de vestir, blancos y mantelería. Para el caso, conviene ejemplificar con la zona de Arandas, Teocaltiche, Encarnación de Díaz y Lagos de Moreno. La vestimenta tradicional de Tuxpan, se ha rescatado gracias al entusiasmo de un grupo de estudiosos de la localidad. Es el traje de la mujer más vistoso que el del hombre, éste consiste en un cotón blanco sobre la cabeza o un entretrenzado con cintas de color, elaboradas en lana o acrilán; una blusa o “jolotón” blanco con uniones sobre los hombros, hechas de elaborado encaje con hilo de color, al que suelen denominar randa; esta labor es propia de las mujeres, y la falda de enredo o sabanilla en lana negra, como la fajilla que le sostiene, se manufacturan en telar de pedal con lana procedente de Tapalpa. Por último, el tejido de puntas o “tachigual”, únicamente se realiza en una prenda rectangular que solía ser el regalo de boda para la novia, lleva deshilado y en los extremos por medio de complicados anudados se termina en triangulares puntas. El traje huichol, paradójicamente el más vistoso y rico en bordado, es el que porta el hombre; es el orgullo de la mujer y de él mismo. El tiempo que se tarden en realizarlo no importa sino el resultado. La camisa de manta cruda se caracteriza por tener puño, no contar con bocamanga y no tener costura en la parte interna de la manga ni del corpiño, lo cual le da entera libertad de movimiento. Esta camisa es larga, lleva un ceñidor de lana o estambre hecho en telar de mano. De acuerdo al estatus se puede llevar otros ceñidores superpuestos, como también unos pequeños morralitos unidos por un cordón que algunos denominan “carrilleras” manufacturadas en telar de “mano”. El calzón largo de manta irá bordado, como también la camisa con el medio punto de cruz, las formas son de lo más variado así como los hilos de color empleados. La prenda femenina no suele ser bordada sino que se utilizan telas de vistosos

Página izquierda: Ojo de Dios Textil Arte indigena wixárika Cesilio Carrillo Jiménez Artesanos de San Andrés Cohamiata /Tateikie Mezquitic

Carpiño de manta Traje tradicional femenino Textil bordado Artesanos de San Andrés Cohamita/Tateikie Mezquitic

Escultura de jaguar Chaquira Arte indígena Wixárika Artesanos de San Andrés Cohamiata/Tateikie Mezquitic

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nejan con gran maestría, lo que les ha permitido hacer nuevos diseños que van desde simples pulseritas hasta complicados collares para la venta, o bien laboriosos dibujos incrustando la chaquira sobre la cera. Habrá que enfatizar que las primeras esculturas de madera recubiertas con esta técnica, no eran de procedencia huichola sino de otras etnias de Guerrero; con el paso del tiempo los huicholes se fueron adueñando de las máscaras del jaguar, de ciervos, tortugas o serpientes; esto debido a la gran demanda, destituyendo a los “retablos” que en algún momento se consideraron neo-artesanías.

La Cestería y la Jarcería

Bufanda Textil tachihual Martha Magdalena Flores Sayula

colores o estampados en popelina, tanto en sus amplias blusas, como en sus faldas de gran vuelo. La chaquira es sumamente importante para los wirraritari, con ella realizan fantásticos accesorios que son complemento de su vestimenta, desde los pendientes, collares, pectorales, anillos brazaletes, pulseras hasta diminutos morrales con todo y su cintilla. Esta artesanía la ma-

Arco y flechas Madera tallada, piel y plumas Artesanos de San Andrés Cohamiata/Tateikie Mezquitic

La cestería y la jarcería tienen como materia prima las fibras vegetales, éstas proceden ya sea de las hojas, del tallo e inclusive de la raíz de las plantas. Así, en las zonas pantanosas se cuenta con tulares, carrizales u otatales, éstos pueden ser aprovechados en su totalidad o parcialidad; lo mismo sucede con la vegetación de las zonas de la alta montaña, como los zacatales o bien, en las zonas semi-áridas, los agaves. De aquí se obtiene el mimbre, el bejuco, la palma o soyate, el ixtle, etc. La zona de la Laguna de Zapotlán es rica en materia prima para la elaboración de diversas artesanías, el tule por ser un material flexible y blando permite ser trabajado fácilmente. Con una piedra seleccionada para ello, se le aplana para luego ser tejido apretándolo a fin de que tenga mayor resistencia. Con esta aparente sencilla técnica se hacen los petates, sopladores, tortilleros o se tejen los asientos de las sillas de armazón de madera. Es la población de Gómez Farías o San Sebastián la que manufactura estos productos que en su mayoría se comercializan en la Costa o en su localidad. La palma suele trabajarse en la ribera sur del Lago de Chapala, es San Luis Soyatlán y San Cristóbal, donde todavía se tejen sombreros de palma. La palma se limpia, se cortan tiras para luego trenzarse formando “la costilla”, que se une cosiéndose horizontalmente, luego se le va dando la forma de sombrero, el que puede quedar doble o sencillo.

Florero Tejido de fibra ocochal Artesanos de Chiquilistlán Chiquilistlán

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Mulitas Hoja de maíz pintada Guadalupe Becerra Acatlán de Juárez

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El ixtle se obtiene de la penca del agave, éste, permite extraer una fibra larga y resistente; el grosor depende de la variedad de esta planta; se le divide en: muy fino, mediano y grueso; suave y áspero. Se trabaja manualmente, con rueca, se teje a mano en telar de otate. Los artículos obtenidos son: cordel, reata, cuerda, escobeta, red, morral, cincho, costal, etc. En este tipo de artesanía sobresalen poblaciones como San Andrés Ixtlan, Concepción de Buenos Aires, y Teocaltiche entre otros. La hoja de maíz se conjuga con otros materiales como el tule, la vara de jaral, la de vástago u olote, se manufacturan con éstos, las famosas mulitas, “los monos”, que como detalle llevan su huacal. En el caso de las mulitas ellas cargan dos, uno por cada lado y en el caso de los monos, uno sobre la espalda. Para el acabado se pintan con colores de anilina: la vestimenta de las figuras humanas, el rostro; y de las mulitas: el cuerpo, la cara y el huacal.

Chilte

Juego de canastos Chilte Librada López Morales Talpa de Allende

Un género muy peculiar es la artesanía de chilte de Talpa, la materia prima es el látex del árbol chicozapote, que crece originalmente en la zona costera; esta goma se lava y se vende a los artesanos de Talpa. Reza la tradición que el artesano de barro y escultor Pablo Rodríguez, en las primeras décadas del siglo Xx, comenzó a trabajar el chilte para hacer figurillas de la Virgen de Talpa como recuerdo para los peregrinos. Ante la demanda, comenzó a hacer otro tipo de piezas pequeñas como frutas, canastas, flores, sombreros, etc. El proceso de manufactura consiste en primero teñir el chilte, luego, ya sea que se haga una lámina o cinta, se obtiene en ambos casos por aplanado con una botella de agua caliente rotándola a manera de rodillo sobre un pedazo de chilte; de aquí se le recorta y se le da forma. Otra técnica es a base de hilos o fideos: se introduce la cintilla en agua caliente, se ablanda y estira poniéndose en un bastidor con clavos, luego, aún flexible, se teje para hacer cestos, canastos, jaulas y sombreros.

Página derecha: Sombrero charro tradicional Tejido de palma blanca Antonia Ornelas Cruz Arandas

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simplificado con los materiales sintéticos en aerosol, aunque todavía se puede encontrar talleres tradicionales, donde el costo va acorde a la técnica. Los trazos sobre la piel se hacen con gis, lápiz o alambre, luego se corta manualmente o con “suajadora”; se pasa al cosido a mano o con máquina, y se procede a pegar con goma comercial. Para el caso de los huaraches, cabestros, cuartas, bridas, correajes, etc., la técnica del tejido a mano es básico y la decoración puede ser por grabado, repujado, tejido, realzado, o bordado; en éste, sobresale el piteado de Colotlán, que es de gran delicadeza y para el cual se utiliza el hilo de fibra de maguey. La más cotizada es procedente de Oaxaca, por su fineza y textura. El chomiteado o chumiteado, es una técnica decorativa donde se utiliza estambre rojo y negro, se borda con él, alternándolo, luego se recorta y se hacen cenefas; es una lástima que se esté perdiendo, pero aún se le puede encontrar en Colotlán.

Madera y mueble Fajo piteado Talabartería bordada Enrique Hernández Varela Colotlán

Talabartería y piel La talabartería y el trabajo de la piel son de indudable procedencia española, a partir de la introducción del ganado y las herramientas de fierro. En el siglo XVI, se registran una serie de cambios sustanciales en el ámbito rural, entre ellos, los nuevos requerimientos de la agricultura y de la ganadería: para la primera, la aportación del arado jalado por una yunta de bestias guiada por el hombre y la necesidad de almacenar el grano. Para la segunda, la creación de espacios para los animales para pastar, resguardarlos, etc. La talabartería vino a solucionar gran parte de estas demandas, así, se crean los amarres, las correas, las sillas de montar, los cinchos, las bandas frontales para cargar, etc. En la actualidad, la piel de ganado porcino, vacuno, caprino y ovejuno se aprovecha para hacer calzado, vestimenta, bolsos, muebles, alforjas, bridas, fuetes, cinchos, sillas de montar y otros, aunque a medida que pasa el tiempo disminuye el uso de éstos, y con ello, la producción limita su variedad. Cabe aclarar que, de acuerdo al tipo de piel, será el objeto o artículo manufacturado. Tras efectuar el curtido se procede al teñido, técnica que se ha

Jalisco es un estado privilegiado por su ubicación, que a decir de los botánicos, es la síntesis geográfica. Tiene bosques de montaña, de selva tropical y bosques mesófilos; estos atributos naturales le permiten tener una gran variedad de árboles, y por consiguiente, de madera. El trabajo en este material nos distingue por la manufactura de los tradicionales equipales, la fina marquetería o taraceado, la silla popular, la juguetería y los enseres. El equipal, mueble prehispánico utilizado como silla de mando o trono: esta tradición se puede apreciar todavía con los huicholes quienes lo utilizan para sus ceremonias. En cambio, en la población de Zacoalco de Torres se encuentra el equipal mestizo, empleado como mueble de descanso. El tradicional “Barrio de las cebollas”, concentra los talleres dedicados a esta artesanía. Cuando existe mucha demanda, habrá quienes se dediquen exclusivamente a hacer los armazones y otras personas a ponerles la piel y darles el acabado. Los materiales empleados en su elaboración son la madera de rosa de panal o palo de rosa, palo dulce, varas de jaral o granadillo, corteza de árbol o fibra de mezcal, carrizo u otate, ixtle o cáñamo, etc.

Equipal Mueble tradicional David Vázquez de la Cruz Zacoalco

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Con la estructura de palo de rosa o rosa de panal, las estacas se cortan con una casanga en forma de ojal, se cruzan y amarran al medio aro de la base, hecho en madera verde, a fin de poderlo doblar. El asiento se forma a partir de carrizo aplanado y entretejido, se coloca sobre una red hecha de corteza de árbol o fibra de mezcal y se le da la forma del asiento. Respaldo y codera se integran en una sola línea, para ello se utiliza madera de palo dulce y se refuerza con varas de madera de granadillo, colocadas verticalmente. Hoy día, se ha simplificado el uso de todos estos materiales, pero los pasos son los mismos; finalmente se recubre con la piel que se moja para poder trabajarla, se estira y cose. La marquetería y taraceado son técnicas que consisten en incrustar en la madera misma otra madera de distinto color o hueso; este tipo de trabajo es representado en Jalisco por Jalostotitlán, sin embargo, en Teocaltiche también se hacen incrustaciones en madera. La madera empleada ha disminuido su calidad por los altos costos; entre ellas tenemos la caoba, el cedro, el oyamel y el mezquite. Para las incrustaciones se prefiere la madera blanca del naranjo, limón o colorín, que han sido substituidas por el palo blanco o copalillo. En el proceso del incrustado, sobre una tabla de madera blanca, de tres a cinco milímetros de espesor, se trazan las formas decorativas deseadas por medio de una plantilla, luego se recortan las figuras de gallos, flores, hojas, etc. La pieza ya recortada se coloca sobre la parte del mueble a decorar y se dibuja el contorno, luego, con el escoplo y el mazo se recorta y se saca la madera con el formón y la gurbia. Paso seguido las piezas a incrustar se sombrean en un comal con arena caliente, se encajan, se les da un golpe para que entren bien, se lija y pule la superficie para quitar las impurezas y asperezas, para finalmente, aplicar el sellador y laquearse. La silla popular es sencilla pero confortable; su manufactura requiere de madera por lo general de pino, ixtle o tule. Anteriormente se utilizaban tierras para pintarla; hoy, se usa pintura comercial. Es en la población de Gómez Farías (San Sebastián) donde aún se realiza esta artesanía. Aquí, además de los materiales antes mencionados, el asiento se teje también en palmilla, así tenemos que la estructura será de madera de pino torneado y

Página izquierda: Virgen Escultura de madera tallada Salvador Rivas Aldape Guadalajara Página siguiente: Juguete popular tradicional Madera tallada-torneada Erick Fabián González López Teocaltiche

Baúl Madera taraceada Silvano Aguirre Tejeda Jalostotitlán

Silla tradicinal Mueble de madera con tule Rosalío Baltazar Vázquez Gómez Farías

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carrito Juguete popular tradicional Madera torneada-tallada Autor anónimo Tlaquepaque

banco Tejido con hilo de ixtle Rocío García Chávez Gómez Farías

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labrado. El asiento irá tejido según el gusto y la demanda. Existen tres tipos de sillas, una para niños, otra para adultos y la tercera que se le denomina costurera, que se diferencia de la anterior por ser baja y más ancha. Teocaltiche, es un sitio de gran tradición en el trabajo de la juguetería de madera, los rodillos, palas y molinillos para la cocina. La comercialización de sus productos paradójicamente le ha merecido la idea de que provienen de Michoacán. En efecto, se venden en ese estado, aunque también los encontramos en menor cantidad en Tlaquepaque y en los mercados de Guadalajara. El trabajo del torneado es una característica de esta artesanía en madera, y la materia prima puede provenir del mezquite, sauce, cedro o madroño, sin embargo, han sido substituidos por el pino. Se emplea el torno y el banco de reda con una banda de tres o más metros de largo; el torno funciona con energía eléctrica. El motor activa una flecha y de ahí las bandas alimentan a diferentes tornos moviéndolos, así cada tornero trabaja independiente. Existe también el trabajo con torno de arco o de motor que es individual, éste se utiliza no sólo para dar forma, sino para aplicar el color y dar el acabado. El torno permite trabajar la pieza; desde darle la forma, utilizando uñetas o gurbias. Se lija con pulidor de cono y se pule con lija de agua. Si se trata de yoyos, baleros, trompos o jarrones, se aplica color a base de anilinas. Son famosos los juegos de ajedrez, con sus piezas elaboradas en madera y hueso. La imaginería: esta talla en madera está muy difundida en el Estado. La manufactura de esculturas religiosas es común sobre todo en las poblaciones donde existe una alta devoción a determinadas imágenes, ya sea locales, regionales, estatales o nacionales, como la Virgen de Guadalupe, La Virgen de Talpa, la de San Juan de los Lagos, o los Santos como Santiago, Sebastián, Francisco, Antonio, o el propio Cristo. Las tallas suelen ser populares, habrá algunas que destacan, como la Cruz Pasionaria, realizada en Tuxpan. Ésta, tiene la particularidad de que la riqueza no radica tanto en la talla sino en la pintura, la que decora la cruz de forma profusa y con un alto sentido piadoso. Los símbolos pasionarios se distribuyen desde la base hasta la parte más alta en la ver-

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tical. En el cruce de los brazos está el corazón encendido de Jesús. Los brazos a su vez llevan símbolos y rematan en sus extremos con clavos de madera. Se realiza bajo pedido y se exhibe en un altar doméstico erigido con motivo de la festividad de La Santa Cruz del tres de mayo de cada año.

La Piedra El término cantera es sinónimo de pedregal o yacimiento de piedra. Con esta palabra se simplifica el tipo de piedra de la que hablaremos; así, en términos artesanales, tenemos la cantera amarilla, la negra, la gris, y de la rosa hay tres. En Yahualica y Degollado, existe la cantera negra, la gris y la rosa. En la zona del sur predomina la cantera gris; en el Centro, la amarilla, en la zona de Los Altos y zona norte la rosa y en Teocaltiche la negra. Para el trabajo artesanal de la piedra se utiliza el cincel y el martillo o el hacha percutor para darle la forma; paso seguido, se hace el desgaste y acabado, para el que se usa la arena de grano grueso o de grano fino, como también se utiliza la lija de agua. Hoy el trabajo a mano ya casi no se ve. Intervienen herramientas eléctricas que auxilian en estos pasos. Los metates y molcajetes más solicitados son los de San Lucas Evangelista en Tlajomulco de Zuñiga, la preferencia se debe a la duración y buena “molienda”. En San Andrés Ixtlán se producen en piedra recinto (gris),

Ajedrez belleza Madera y hueso tallado-torneado Alfredo González Vázquez Teocaltiche

Molcajete tradicional Lapidaria Juan José Pérez Tlajomulco de Zuñiga

Papelerito Cantera labrada Pieza premiada en el Premio Nacional de la Cantera Juan José Contreras Navarro Degollado

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molcajetes y sobre todo filtros. Desafortunadamente, estos y otros sitios productores de la artesanía en cantera tienden a desaparecer y a convertirse en suministradores de la materia prima. La obsidiana, y el vidrio volcánico, a diferencia del anterior material, han tenido un despunte importante por la calidad del material, y por su belleza en la manufactura de objetos de ornato y complemento de la joyería. Su trabajo se realiza con maquinaria moderna. Hay que reconocer que por su condición de vidrio es fácil de astillar o quebrarse, por lo que es de gran dificultad trabajarlo. Representantes de estos trabajos son los artesanos del municipio de Magdalena y de la comunidad de Navajas. •

Página izquierda: Pelea de gallos (detalle) Cantera labrada Armando García Díaz Degollado

Tortugas Obsidiana pulida con incrustaciones de ópalo Javier López Mata Magdalena

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Epí l o g o

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• ARTESANos contemporáneos: la generación de la innovación

L

a estética de la artesanía mundial se inspira en elementos simbólicos similares: el hombre, Dios, la mujer, animales, vegetación, la vida, el nacimiento, la muerte, entre otros; las variantes están determinadas por el espacio geográfico y las diversas inventivas de cada cultura donde éstas se originan, así como por los materiales, perspectivas de concepción, colores, texturas y formas que despliegan al desarrollo de la cultura material. Con la Revolución Industrial en el siglo Xix, se inició la fabricación a gran escala de objetos de diversas marcas, lo que generó una competencia desigual entre productores. El diseño tiene la finalidad de armonizar el entorno humano; como método y concepto moderno, surgió del movimiento Arts and Crafts (Artes y Oficios), una corriente social y estética de finales del siglo Xix en Inglaterra; este movimiento se planteó como objetivo unir la técnica y el arte, al establecer métodos para el desarrollo de los objetos que la sociedad demandaba y así reivindicó a los oficios: la primacía del ser humano sobre la máquina. Tuvo gran influencia en la arquitectura, en las artes decorativas y en las artesanías británicas y norteamericanas, incluso, en el diseño de jardines. El proceso de revalorización del arte popular del siglo Xix en Europa, que con ayuda del Nacionalismo Romántico, buscó esclarecer la naturaleza de la identidad nacional en las manifestaciones populares, determinó el uso del diseño como un símbolo e instrumento para configurar las características y códigos nacionales que recrearan una identidad propia.

Página anterior: santo santiago en batalla con naguales Tríptico Azulejos de barro bruñido enmarcados en Plata Ángel Santos Tonalá

Página izquierda: Lámpara hada Lámina cortada con plasma Elias Lucano Tonalá

Mujer lechuza Barro contemporáneo terminado en frío Cruz Coldivar Tonalá

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Chimesco flaco Barro prehispánico Chapal Arte Chapala

Frutero cónico Barro bruñido con hierro forjado Fuenzalida Artesanía Mexicana

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Artesanos contemporáneos: la generación de la innovación

Estas ideas influenciaron a nuestro país, y así la Revolución Mexicana trajo un reconocimiento general del valor de las manifestaciones artísticas arraigadas en el pueblo. La identificación del mestizo con su pasado indígena se hizo patente y a ello se debe el establecimiento de talleres artesanales experimentales para el mejoramiento de los productos tradicionales, la elaboración de nuevos artículos, el mejor aprovechamiento de materias primas locales, la revalorización de formas y elementos decorativos antiguos y la creación de nuevos elementos funcionales, ajustados a las nuevas formas de vida y necesidades de la población urbana regional. Los nuevos retos que trae consigo el escenario mercantil del siglo Xxi y el acrecentamiento de población, obliga a un aumento de la producción industrial y su mecanización, reduciendo el mercado para la manufactura artesanal. Esto, ha impulsado al Instituto de la Artesanía Jalisciense, para promover y preservar el valor cultural de las artesanías como herencia viva de una tradición creativa. Su compromiso con el Sector Artesanal, es impulsarlo mediante programas de apoyo encaminados a su desarrollo personal, social y económico. Busca promover la apertura de nuevos mercados nacionales y extranjeros, que permitan generar nuevas oportunidades para la comercialización de sus productos. El producto artesanal requiere de un cambio de imagen, de nuevas estrategias para emprender una mejora en el taller artesanal, que contemple la colaboración con profesionales de diversas áreas, para mejorar la presentación de los productos, y ayudar a realizar una planeación estratégica de comercialización; es importante la participación de un diseñador; tomar en cuenta las necesidades del mercado, y lograr captar el interés de los jóvenes para que asuman el compromiso y la obligación de fomentar la evolución de la cultura artesanal. Nuestra meta será crear una cultura neo-artesanal que se logre fusionar con la tradición, para llegar al gusto del consumidor ecléctico, aprovechando la coherencia, el contenido, la facultad de hacer sentir y la belleza que tienen los productos artesanales; apoyar la creación de microempresas dedicadas a fomentar una comunicación correcta y contundente para alcanzar estándares de calidad.

El Instituto de la Artesanía Jalisciense desea contribuir a formar una industria artesanal creativa, que incorpore a los procesos manuales nuevas tecnologías técnico productivas que instrumentalicen esta sabiduría y potencializarla con la alta tecnología. Los artesanos jaliscienses quieren mejorar su condición, son observadores, conocedores de un mundo profesional que los puede ayudar y saben que siempre es posible mejorar. La visión que tenemos del Sector Artesanal en Jalisco nos lleva a promover que se tome en cuenta que la artesanía y sus técnicas deben encontrar en los jóvenes el relevo de transmisión generacional. En nuestro plan institucional, retomamos un nuevo diálogo con el diseño, donde la tradición artesanal tiene mucho que aportar a la cultura de la innovación. El artesano necesita dar respuesta a problemas concretos, a seguir evolucionando y a encontrar que en este desarrollo se incrementará su realización personal, mejorando su relación con otros artesanos para el trabajo en equipo en la búsqueda de un sector que logre la permanencia de los productos artesanales en la vida cotidiana de los individuos. La utilidad de la artesanía no debe verse ensombrecida por la búsqueda de estética, en ésta, deberá ser plasmada la distinción de sus creaciones y la innovación, considerando al gran número de tecnologías que facilitan ese objetivo. •

Charola Candelero Barro Oxidado Fuenzalida Artesanía Mexicana

Nagual gato Barro bruñido Ángel Ortiz Tonalá

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A n exo s

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Página izquierda: Cráneo anatomía artesanal Metal Reciclado (Chatarra) Jesús Caudillo Gallardo Guadalajara ojo Lapidaria Ópalos Javier López Mata Magdalena Piezas del proyecto “Jaliscopio. Reflejo simbólico de la artesanía”

Página anterior: Toro andaluz Barro contemporáneo terminado en frío Chapal Arte Chapala

Vasijas artesanales de chaquira Artesanos de San Andrés Cohamiata / Tateikie Mezquitic

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Página siguiente: Pantalla manzana canela Cerería Velas Galindo Guadalajara

Jardín Zen Parafina refinada Jaime Ruiz Guadalajara

Armando González Escoto

Agradecimientos Junta de Gobierno L.C.P. Emilio González Márquez, Gobernador Constitucional del Estado de Jalisco • Ing. Alonso Ulloa Vélez, Secretario de Promoción Económica • Ing. Jorge Urdapilleta Núñez, Coordinador general de Competitividad Empresarial de la Secretaría de Promoción Económica • Aurelio López Rocha, Secretario de Turismo • Lic. Blanca Carvajal Hernández, Dirección general de Promoción y Desarrollo de la Secretaria de Turismo • Lic. Miguel Ángel Martínez Espinoza, Secretario de Educación Pública • Dr. José Manuel del Río Rosales, Director de Educación Permanente de la Secretaria de Educación Pública • Arq. Jesús Alejandro Cravito Lebrija, Secretario de Cultura • Lic. Carlos Sánchez Quintero, Dirección de Actividades Culturales de la Secretaría de Cultura • Lic. Miguel Alfaro Aranguren, Presidente de la Cámara Nacional de Comercio de Guadalajara • Lic. Yolanda Carvajal Enríquez, Directora de Cultura de la Cámara Nacional de Comercio de Guadalajara • Lic. Martín Ramírez López, Presidente de la Cámara Nacional de Comercio de Tlaquepaque y Tonalá • Lic. María Teresa Casillas Ramírez, Directora de ENART • Lic. Gregorio González Gutiérrez, Presidente del Centro Bancario de Jalisco, A.C • Guido Piñera Alarcón, Director general del Centro Bancario de Jalisco, A.C • Ing. Rodolfo Padilla López, artesano representante del municipio de Tlaquepaque • María del Pilar Núñez Hernández, artesana representante del municipio de Tlaquepaque • Magdalena Galindo García, artesana representante del municipio de Guadalajara • Juan Mariano Palacios Aguilera, artesano representante del municipio de Tonalá. A la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, por las tomas fotográficas de la colección en el Museo Regional de la Cerámica • María Cristina Castillo Buitrón • Álvaro González de Mendoza (q.p.d) • Andrés Villa Aldaco • Arq. Erich Coufal • Salvador Vázquez Carmona, artesano • Paco de la Peña, Director del Museo Regional de Guadalajara • Lic. Susana Pacheco Jiménez, Directora del Archivo Histórico de Jalisco • Lic. Juan Pablo Torres Pimentel, Coordinador de Procesos Técnicos del Archivo Histórico de Jalisco • Cintia Durán, fotógrafa • Hilda Figueroa • Antonio Marts • A todos los artesanos que nos apoyaron con piezas de su autoría para la sesión fotográfica • A todos los ex directores del Instituto de la Artesanía Jalisciense y a sus familiares por su apoyo en la recolección de material fotográfico • A todo el personal del Instituto de la Artesanía Jalisciense por su apoyo para la realización de la sesión fotográfica.

Historia del Instituto de las Artesanías

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Cera escamada Familia Fernández de la Cruz Tuxpan

Margarita Barajas Zendejas Sexta replica (obsequiada al Papa Juan Pablo II en su visita a México) Bronce a la cera perdida con baño en plata Carlos Bustos Tlaquepaque

Portón de entrada Casa de las Artesanías (Detalle)

c&fediciones Oh estudio! Cintia Durán

Ismael Rodríguez

El Instituto de la Artesanía Jalisciense se complace en presentar el primer tomo de su colección 45° Aniversario. Casa de las Artesanías de Jalisco, que abordará temas relevantes de la historia del Instituto de la Artesanía Jalisciense. Este primer tomo se dedica al contexto histórico de las nacientes instituciones públicas enfocadas a la protección del patrimonio nacional, a la fundación de la Casa de las Artesanías de Jalisco, al Museo Regional de la Cerámica y a las artesanías jaliscienses más representativas. El segundo tomo se enfocará a presentar un análisis sobre la importancia de nuestra institución, sus periodos administrativos, su organización, sus logros, proyectos, programas destacados, así como testimonios y cronologías. Con la edición del libro conmemorativo Artesanías: una fusión de vida y cultura, realizamos un merecido homenaje a las personas, funcionarios públicos y artesanos relacionados con la fundación de este organismo. En este volumen, ampliamente ilustrado con fotografías de variados trabajos realizados por artesanos de nuestro estado, se tomaron en cuenta los siete elementos del método de dibujo Best Maugard, tanto para separar cada una de las secciones que lo conforman, como para los detalles más finos con que un libro de arte debe contar, con el fin de recapitular y ponderar en sus páginas la importancia de la artesanía y sus creadores. Ing. Mario Alberto Reyna Bustos Director General del Instituto de la Artesanía Jalisciense

ISBN 968-832-582-1

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