Apuntes en torno al culto imperial y a la conducta munificente de las élites en \"Lusitania\"

October 15, 2017 | Autor: J. Andreu Pintado | Categoría: Roman Religion, Roman Spain, Roman imperial cult, Roman Lusitania, Roman local elites
Share Embed


Descripción

Edición del volumen: Trinidad Nogales Basarrate Julián González Coordinación editorial: Mª José Pérez del Castillo Eugenia López González Dpto. de Investigación del M.N.A.R. Diseño y maquetación: Ceferino López

Proyecto PRI06B286 Foros Romanos de Extremadura. Análisis y Difusión del Patrimonio Extremeño. Consejería de Infraestructuras y Desarrollo Tecnológico de la Junta de Extremadura   Proyecto 3PR05B003 Lusitania Romana: Investigación para la difusión del pasado cultural del Occidente de la Península Ibérica. Consejería de Infraestructuras y Desarrollo Tecnológico de la Junta de Extremadura Ministerio de Educación y Ciencia Acción Complementaria HUM2005-25435-E/HIST Cofinanciación FEDER.

Culto Imperial: política y poder (Hispania Antigua, Serie Arqueológica, 1) Copyright 2007 © «L’Erma» di BRETSCHNEIDER Via Cassiodoro, 19 - 00193 Roma http://www.lerma.it Tutti diritti riservati. É vietatala riproduzionedi testi e illustrazioni senza il permesso scritto dell’Editore

Atti del Congresso «Culto Imperial: Politica y Poder» Nogales T. y González J. (Eds.) In collana Hispania Antigua, collana diretta da Julián González, Universidad de Sevilla – Departamento de Filología Griega y Latina. ISBN 88-8265-438-9

Culto Imperial: política y poder Trinidad Nogales Julián González Editores

Actas del Congreso Internacional Culto Imperial: política y poder Mérida Museo Nacional de Arte Romano 18-20 de mayo, 2006

Al Prof. R. Étienne, en homenaje de la comunidad peninsular a su trayectoria científica, por su importante aportación al conocimiento del Culto Imperial en Hispania

Índice

Prólogo Presentación I. El Culto Imperial: perspectivas y problemas 29

- Duncan Fishwick: Imperial processions at Augusta Emerita

49

- Jean-Charles Balty: Culte impérial et image du pouvoir: les statues d’empereurs en “Hüftmantel” et en “Jupiter-Kostüm”; de la représentation du genius à celle du diuus

75

- Eugenio La Rocca: I troni dei nuovi dei

105

- Gilles Sauron: Le forum et le théâtre: le décor du culte impérial d’Arles à Mérida

125

- Emmanuelle Rosso: Culte imperial et image dynastique: les divi et divae de la Gens Flavia

153

- Alexandra Dardenay: Le rôle de l’image des primordia Vrbis dans l’expression du culte imperial II. El Culto Imperial en las provincias hispanas BAETICA

173

- Julián González: El origen del Culto Imperial en la Bética según la documentación epigráfica

191

- José María Luzón y Elena Castillo: Evidencias arqueológicas de los signos de poder en Itálica

215

- Ángel Ventura Villanueva: Reflexiones sobre la arquitectura y advocación del templo de la calle Morería en el forum adiectum de Colonia Patricia Corduba

239

- José Beltrán Fortes y Armin U. Stylow: Un aspecto del culto imperial en el suroeste bético: el "puteal" de Trigueros (Huelva), un altar dedicado a Augusto

251

- Juan M. Campos Carrasco y Javier Bermejo Meléndez: Manifestaciones de culto imperial en el foro de la ciudad hispanorromana de Turobriga

275

- Sergio García-Dils de la Vega y Salvador Ordoñez Agulla: Nuevos datos para el estudio del culto imperial en la colonia Augusta Firma (Écija-Sevilla)

299

- José Antonio Garriguet Mata: La decoración escultórica del templo romano de las calles Claudio Marcelo-Capitulares y su entorno (Córdoba). Revisión y novedades

323

- Antonio Peña Jurado: Reflejos del Forum Augustum en Italica LUSITANIA

349 369 395

- José d´Encarnação: O culto imperial na epigrafia da Lusitânia ocidental: Novidades e reflexões - Pedro Mateos Cruz: El conjunto provincial de Culto Imperial de Augusta Emerita - José Carlos Saquete y José María Álvarez Martínez: Culto imperial en Augusta Emerita: complejos monumentales y documentos epigráficos

415 447 541 577

- Walter Trillmich: Espacios públicos de culto imperial en Augusta Emerita: entre hipótesis y dudas - Trinidad Nogales Basarrate: Culto imperial en Augusta Emerita: imágenes y programas urbanos - Jonathan Edmondson: The Cult of Mars Augustus and Roman Imperial Power at Augusta Emerita (Lusitania) in the Third Century A.D.: a New Votive Dedication - Manuel Salinas de Frías y Juana Rodríguez Cortés: El Culto Imperial en el contexto político y religioso del conventus emeritensis

597

- Pilar Fernández Uriel: El Culto Imperial en la ideología neroniana y su reflejo en Lusitania

613

- Javier Andreu Pintado: Apuntes en torno al Culto Imperial y a la conducta munificente de las élites en Lusitania

641 685 705 721

TARRACONENSIS - Sebastián F. Ramallo Asensio: Culto Imperial y arquitectura en la Tarraconense meridional: Carthago Nova y sus alrededores - Juan Manuel Abascal, Martín Almagro-Gorbea, José Miguel Noguera y Rosario Cebrián: Segobriga. Culto imperial en una ciudad romana de la Celtiberia - Julio Mangas: El culto imperial en el noroeste de Hispania - Manuel Martín-Bueno: El Culto Imperial en el Valle del Ebro

739

- Isabel Rodà: Documentos e imágenes de culto imperial en la Tarraconense septentrional

763

- J. M. Macias, J. J. Menchón, A. Muñoz y I. Teixell: Excavaciones en la catedral de Tarragona y su entorno: avances y retrocesos en la investigación sobre el Culto Imperial Listado de autores

Apuntes en torno al Culto Imperial y a la conducta munificente de las élites en Lvsitania Javier Andreu Pintado

Javier Andreu Pintado

Pocas cuestiones en la Historia Antigua de la Península Ibérica han despertado tanto interés y se han visto beneficiadas de tan vasta producción bibliográfica en apenas unos pocos años como la de la conducta munificente de las elites locales. Desde el pionero capítulo de gastos que, para el caso hispano, elaborara J. Mangas1 a comienzos de los años setenta –antes, incluso de que dicha conducta de notable traducción epigráfica fuera objeto de un estudio monográfico, desde entonces de referencia obligada, obra de P. Veyne2– este fenómeno ha sido tratado no sólo a escala local3 sino también desde el punto de vista ideológico, tratando de insertarlo en los parámetros de autonomía4 y de autorepresentación5 que caracterizaron respectivamente a las comunidades del Occidente Romano y a las elites que en ellas desempeñaron su carrera política. Fruto de este interés, el asunto de la munificencia de las elites municipales en la Hispania romana ha sido recientemente objeto de una espléndida monografía obra de E. Melchor6 –autor también de una muy válida visión de conjunto a partir de la documentación disponible7– y de tres estudios igualmente monográficos sobre la plasmación de dicho comportamiento en las tres prouinciae hispanas, a saber, un sintético estudio sobre la Hispania Citerior obra de M. Navarro8, un exhaustivo volumen sobre la Baetica obra del propio E. Melchor –recientemente actualizado9– y un reciente trabajo sobre Lusitania, obra nuestra10, que –aunque elaborado a finales de los años noventa– vio finalmente la luz el pasado año contribuyendo, creemos, a llenar un vacío en nuestra perspectiva del fenómeno al contribuir a completar nuestra panorámica sobre su incidencia en Hispania y ojalá que a completar nuestro conocimiento del comportamiento de las elites de la más oriental de las provincias del Imperio. Lógicamente, dado que apenas se ha alterado notablemente el caudal epigráfico con que elaboramos el citado trabajo no sería honesto repetir aquí las mismas conclusiones que en él fueron tratadas, por ello, nuestra contribución a este volumen destinado a reflexionar sobre el culto imperial apenas pretende sino profundizar en una de las que ya fuera apuntada en dicha obra y que, por otra parte, no venía sino a confirmar lo que –como tendencia– podía desprenderse de la documentación epigráfica disponible para la Baetica y la Citerior –por otra parte, como es sabido, más abundante–. Nos referimos al extraordinario protagonismo que en el ejercicio de la munificentia demostraron los sacerdotes del

1 Mangas, 1971. 2 Veyne, 1976. 3 Hoy –al margen de las prouinciae hispanas, sobre las que volveremos más adelante (véanse notas 8, 9 y 10)– se cuenta ya con solventes análisis sobre las manifestaciones de la conducta munificiente de las elites provinciales del Occidente Romano para las regiones de Italia (Cébeillac, 1990 –para el Lacio y para Campania– y Demougin, 1996; De Salvo, 1996 y Goffin, 2002–, con carácter más general–), Galia (Drinkwater, 1979), África (Duncan-Jones, 1963 y 1965 y Ramírez Sádaba, 1981), Germania (Frézouls, 1984), y Dacia (Teposcu, 1996). 4 Para el fenómeno en conexión con el funcionamiento intrínseco a las comunidades urbanas greco-romanas puede verse Jacques, 1984: 687787 y, para el caso romano Chastagnol, Demougin y Lepelley, 1996. Con un enfoque que excede los propósitos de este trabajo –el de buscar las indudables raíces helenísticas (Gauthier, 1985) de esta conducta– puede verse Christol y Masson, 1997. 5 Alföldy, 1998: 289. 6 Melchor, 1999a. 7 Melchor, 1999b. 8 Navarro, 1997. 9 Melchor, 1994a, sobre cuyas conclusiones ha vuelto recientemente en Melchor, 2001. 10 Andreu, 2004.

— 615 —

Apuntes en torno al Culto Imperial y la conducta munificiente de las élites en Lvsitania

culto imperial11 circunscribiendo, lógicamente, nuestras reflexiones al ámbito geográfico de la prouincia Lusitania. Así, en las próximas páginas procederemos a revisar el repertorio documental sobre el que gravitarán nuestras conclusiones –una veintena de epígrafes que están testimoniando actos munificentes de sacerdotes del culto imperial en Lusitania y otros que, sin duda, guardan relación con el desarrollo de las carreras municipales o de los hábitos munificentes de nuestros protagonistas– para pasar después a analizar en detalle no sólo la naturaleza material de esas donaciones –y su relación con el elemento que hace de nexo en el rango de sus dedicantes: su sacerdocio del culto imperial– sino los parámetros cronológicos, geográficos y aun de motivación e intención en que se mueve y con que se explica este singular comportamiento, perfecta muestra, como ha afirmado J. F. Rodríguez Neila12, de la antiquísima rentabilidad que generó en las elites locales la inversión en gestión de su propia imagen pública. 1. Siguiendo los parámetros en que éste fuera estudiado por los referidos y pioneros trabajos de P. Veyne y de F. Jacques, E. Melchor13 ha definido el fenómeno munificente de las elites como un comportamiento social consistente en realizar donaciones a la comunidad cívica, donaciones que, por otra parte, contribuyen a solucionar algunas de sus necesidades, constituyendo, por tanto un evidente y material beneficium para las comunidades en que éstas se materializan –de ahí que G. Alföldy14 haya abogado por emplear este término mejor que el latino munificentia para designar dicho comportamiento15– y, en última instancia, donaciones encaminadas a la obtención de notoriedad, fama, prestigio, gloria y honores por parte de dichas elites. El procedimiento de la actuación munificente, por tanto, pone en juego dos elementos claves en la vida urbana de las provincias del Imperio: la elite que compite por ganar merita aumentando la honorabilidad propia y la de su entorno familiar, por un lado, y la comunidad cívica que se beneficia de dicha competitividad16, por otro. Lógicamente, en el desempeño de los sacerdocios del culto imperial de muchos de quienes desfilarán por estas páginas como protagonistas de acciones munificentes parte fundamental debió desempeñar la popularidad previamente obtenida en sus comunidades como parte activa de una elite benefactora. De este modo, como ha estudiado J. F. Rodríguez Neila17, la munificencia de las elites acabó por establecer una frontera social, política y real entre quienes –sin posibilidad de competir en el esplendor de sus actos munificentes– debían conformarse con optar a cargos inferiores del cursus honorum municipal –la edilidad, por ejemplo– y quienes –espléndidos en sus liberalidades– podían por el contrario codiciar honores de más alto grado –como el duunvirado– y sacerdocios como los que centran nuestra atención en este trabajo18. Aunque en muchos casos –por la naturaleza epigráfica y, por tanto, generalmente instantánea, de nuestras fuentes– nuestro conocimiento 11 Al respecto, véase Melchor, 1999b: 250 (para el conjunto de Hispania), Navarro, 1997: 111 (para la Citerior), Melchor, 1994a: 200 (para la Baetica) y Andreu, 2004: 153-160 (para Lusitania). 12 Rodríguez Neila, 1999: 75. 13 Melchor, 1999b: 219. 14 Alföldy, 1997: 295. 15 Para la terminología con que el fenómeno es referido en las fuentes literarias latinas puede verse Andreu, 2001 y 2002. 16 Stylow, 2001: 142. Para la competencia entre las elites como motor de su conducta munificente, puede verse el clásico trabajo de Jacques, 1981: 262. 17 Rodríguez Neila, 1999: 35-36. 18 Sobre el flaminado como culminación de la carrera política municipal y como pórtico de acceso al ordo equester puede verse Étienne, 1958: 157-158; Alföldy, 1973: 20-43 y Hanson, 1997. Sobre la augustalidad como vía promocional para los libertos puede verse Duthoy, 1978: 1255-1258.

— 616 —

Javier Andreu Pintado

de la conducta munificente de los sacerdotes que nos ocuparán obedece al momento en que han alcanzado ya dicho cargo, hay que conceder a la munificencia –a veces expresada en la genérica referencia a los merita en inscripciones honoríficas decretadas por el ordo, sobre las que luego volveremos– un papel preponderante en la preparación, desarrollo y definitivas dinamización e impulso de sus carreras políticas. Así, de igual modo que las leges municipales preveían la implicación de los magistrados locales en una serie de gastos o munera reglamentarios e inherentes a su propio honos, también las mismas leges (Vrs. 70 y 71 e Irn. 77, y, especialmente, 79 y 80) contemplaban la posibilidad de que pecunia priuata fuera destinada in opera publica facienda reficienda; in ludos; in cenas, epula et sportulas; in legationes; e in alias publicas causas, ámbitos éstos que definen muy bien el amplio abanico de posibilidades en que podía concretarse –hacerse material y tangible, como antes dijimos– el comportamiento munificente de las elites, su munificentia19. De este modo, como en su día apuntara acertadamente D. Johnston20, la elite solía presentarse ante el pueblo como benefactora a partir de ocasionales entregas de dinero, de la organización de ludi y spectacula, de repartos periódicos de grano o viandas (alimenta, epula y sportulae), del pago de servicios y necesidades de la vida municipal, y de la construcción o restauración de obras públicas, bien arquitectónicas bien estatuas, no en vano éstas, según la legislación romana eran consideradas como ornamenta rei publicae (Dig. 43, 9, 2) y, en definitiva, contribuían por tanto a embellecer el espacio urbano21. A continuación y ateniéndonos a esta tipología, estudiaremos, pues, cuáles fueron las donaciones munificentes preferidas por los sacerdotes del culto imperial en la prouincia Lusitania a partir de la información derivada del recuerdo epigráfico que de dichas donaciones éstos acostumbraron a dejar. 1.1. Donaciones de opera publica a) Obras públicas arquitectónicas Como tuvimos oportunidad de demostrar y como, por otra parte, sucede en las otras dos prouinciae hispanas, la construcción pública fue, también en Lusitania, el medio preferido por las elites para dejar constancia de su actitud liberalis22. El carácter tangible y extraordinariamente perenne de una construcción arquitectónica, su presencia –en muchos casos– en el centro del espacio cívico, la posibilidad real de que el donante le otorgara su nombre perdurando éste en la memoria pública de la comunidad (Dig. 50,

19 Navarro, 1997: 111-112. Para otras clasificaciones de las conductas munificentes al margen de su materialidad, puede verse Melchor, 1999a: 27-30 y, con una revisión de las mismas Andreu, 2004: 40-41. Para la munificentia como uirtus romana ponderada en la documentación epigráfica de tipo honorífico puede verse Forbis, 1996. 20 Johnston, 1985: 105-107. 21 Para los criterios esgrimidos por la investigación a favor de la inclusión de las dedicaciones de estatuas en los capítulos que testimonian el evergetismo de las elites puede verse Andreu, 2004: 116-118. Recientemente, han sido consideradas de igual modo por Stylow, 2001: 142 y 151 y, con matices, por Ramírez Sádaba, 2001: 19. 22 Andreu, 2004: 68-71 y 188-189. Para un estudio general a partir de la documentación procedente de cada una de las prouinciae de Hispania véase Melchor, 1992-93.

— 617 —

Apuntes en torno al Culto Imperial y la conducta munificiente de las élites en Lvsitania

10, 7) o la imitación de la actitud munificente del Princeps, primer evergeta23 –sin desdeñar un posible interés de los miembros de la elite en activar el negocio inmobiliario en el que quizás participaban24– son las razones que pueden aducirse para explicar esta preferencia. TABLA I: DONACIONES DE OPERA PVBLICA25 CIUDAD

DONANTE

CARGO

FECHA

DONACIÓN

CONVENTVS SCALLABITANVS

CIL, II, 397

Bobadela

Iulia Mod[e]sta

[f]laminic[a]

s. II d. C.

[ex patrimonio portas refecit]

EOlisipo, 70

Olisipo

C. Heius Primus [Cato]

augustalis perpetuus

37 d. C.

proscaenium et orchestram cum ornamentis

CIL, II, 260

Olisipo

L. Iulius Maelo Caudi(cus)

flam(en) diui Aug(usti)

Flavia

Fuente

CONVENTVS PACENSIS

IRCP, 11

Ossonoba

M. Cornelius Eridanus C. Iunius Receptus

IRCP, 189

Salacia

[L. Cornelius Boc]chus

ob honorem IIIIIIuir(atus)

s. II d. C.

Templo del culto imperial

[flam(en)]

Tiberio

Edificio del foro

Como puede verse, faltan donaciones de este tipo en el conuentus Emeritensis vacío que, por otra parte, no debe llevar a engaño pues es en éste conuentus en el que tenemos testimoniados más actos de munificencia de las elites en Lusitania. Sin embargo, como han apuntado R. Étienne y, más recientemente, A. Jordán para los flamines y los augustales respectivamente26, la capital, Augusta Emerita concentra la mayor parte de los testimonios de este tipo de sacerdocios, ciudad en la que, como ha estudiado con 23 Philo., Leg. 149. A nuestro juicio, como tendremos oportunidad de apuntar en detalle más adelante, del mismo modo que es evidente una imitación de los patrones de la estatuaria y la retratística imperial entre los miembros de la elite (Zanker, 1983) que ha sido satisfactoriamente estudiada para Lusitania (Nogales, 1997: 230 y Trillmich, 1996: 99) hay que conceder al comportamiento munificente del Princeps en materia de construcción pública (concretado en las capitales conventuales de Lusitania en las obras del teatro –CIL, II, 474; AE, 1985, 84; CIL, II, 478; y AE, 1935, 4– el circo –AE, 1975, 473; CIL, II, 482; y AE, 1927, 165– el anfiteatro –AE, 1959, 28– y uno de los acueductos –Hiennard y Álvarez, 1982: 223– de Augusta Emerita, y en las murallas –FE, 29, 131– de Pax Iulia así como en otras intervenciones que son estudiadas en Andreu, 2004: 55-63) un papel de evidente dinamizador del comportamiento munificente de los particulares no en vano éste actuó bien en los primeros años del Principado bien cuando, como escribió Severo Alejandro (CJ. 10, 41, 1), en época tardoantigua, la construcción pública se convirtió en una auténtica necessitas patriae que ante el absentismo de la elite debió resolverse con una mayor implicación de las instancias municipal e imperial. 24 Tassaux, 1990. 25 Conscientes de la importancia que en un estudio como éste tiene la documentación epigráfica, hemos preferido mantener en letra no cursiva en las tablas aquellos elementos que proceden bien de nuestra deducción bien de la información obtenida a partir de otros epígrafes con referencia al personaje en cuestión distintos, por tanto, del que en la tabla se contempla. 26 Étienne, 1990: 221 y Jordán, 2004 completando éste último los datos de Serrano, 1988: 105-116.

— 618 —

Javier Andreu Pintado

acierto J. C. Saquete27, al margen de algunas dedicaciones de estatuas sobre las que luego volveremos, es proverbial la escasez de actos munificentes de las elites, escasez seguramente debida a la inexistencia de una elite indígena romanizada ávida de promoción social y a la homogeneidad económica de los miembros de la elite tradicional dado el carácter de fundación de la colonia: ex nouo y con ueterani con lotes de tierra asignados28. Al margen de este argumento, la extraordinaria actividad constructiva que nos consta llevaron a cabo los distintos Principes en la capital de Lusitania dejaría poco margen a un evergetismo29 ya de por sí complicado, por las razones socio-económicas arriba aducidas. Todo lo contrario sucedería en los otros casos del catálogo. En ellos, la reciente promoción política de algunas de las comunidades beneficiadas por estos donantes –Bobadela y Ossonoba, la primera tal vez la Ouelladis de Ptolomeo30, debieron convertirse en municipio de derecho latino en época Flavia del mismo modo que Olisipo lo habría hecho en época Julio-Claudia31–, los propios mecanismos de promoción jurídica y política abiertos por el Latium donado uniuersae Hispaniae por Vespasiano32, y la existencia de una elite indígena local que ahora recibe la ciuitas Romana a través del desempeño de las magistraturas serían los mejores acicates para estimular la munificentia de estos notables. En cualquier caso, y como norma general, la investigación ha llamado la atención sobre la preferencia que muchos sacerdotes del culto imperial –quizás más acusada entre los Augustales, pero también testimoniada entre los flamines33– tuvieron por concretar su actitud evergética a través bien de la donación de estatuas en honor del emperador –como una forma de revestir su donación de una evidente utilitas34– bien a través de la financiación de opera publica que guardasen relación con el propio ceremonial del culto imperial. Indiscutible para el edificio del culto imperial en cuyo dintel dejaron constancia de su donación la pareja de seuiri Ossonobenses M. Cornelius Eridanus y C. Iunius Receptus35, también es plausible suponer esa relación para los casos de los equipamientos forenses donados respectivamente en Bobadela y en Salacia por la [f]lamini[c]a Iulia Modesta –seguramente una de las primeras flaminicae municipales y esposa, además, de Sex(tus) Aponius Scaeuus Flaccus, flamen prouinc(iae) Lusit(aniae)

27 Saquete, 1997: 162 y 169. Para las razones referidas a la ausencia de considerables fuentes de riqueza –al menos suficientes como para abrir grandes diferencias socio-económicas entre los miembros de la elite– puede verse Mayet, 1990. 28 El contraste es total si, por ejemplo, la comparamos con la vecina ciudad de Capera, en la que se construyen por iniciativa privada un acueducto (HEp1, 158) y un monumental arco (AE, 1967, 197) y varios notables locales participan en dedicaciones de estatuas a particulares (CIl, II, 835 y 813) o a divinidades (AE, 1946, 15), o con la Ciuitas Igaeditanorum donde es bien conocida la actividad evergética de C. Cantius Modestinus (Mantas, 1993) levantando un templo dedicado a Venus (HAE, 1074) y otro a Marte (Almeida, 1959: nº 168) en un contexto en el que, además, otros notables dedican estatuas diversas (HAE, 1138 y HAE, 1077) o proporcionan a la ciuitas su primer orarium (HAE, 1063). Como hemos explicado en otro lugar (Andreu, 2005: 112-119) la conversión de éstos centros en municipia Flauia y, por tanto, la necesidad de sus elites indígenas de abrirse camino en los cauces políticos abiertos por la donación de la ciuitas Latina y la posible adquisición de la ciuitas Romana desempeñaron un decisivo papel en la activación de este tipo de comportamientos al ser el fenómeno munificente, como estamos viendo, un arma fundamental para la promoción política y la mejora de la reputación pública de las elites locales. 29 Creemos debe también darse peso a este argumento no en vano, en Corduba, por ejemplo, igualmente colonia e igualmente capital provincial, en el terreno de las opera publica arquitectónicas financiadas por iniciativa privada apenas se registran los testimonios de la construcción de una fuente (HEp4, 287 y 288) en época Julio-Claudia y de un conjunto estatuario (CIL, II, 5523) a finales del siglo II d. C., según datos de Melchor, 1994a: 163 y 167 cuando, sin embargo, sí se han constatado notables remodelaciones urbanísticas fruto de la iniciativa imperial (Stylow, 1990). 30 Ptol., 4, 117 según Alarcao, 1988: 25. 31 Para la condición municipal de Bobadela y de Olisipo véanse respectivamente Andreu, 2005: 134-135 y Mantas, 1990: 161. 32 Plin., Nat. 3, 3, 30. 33 Veyne, 1976: 575; Étienne, 1958, 175; Fears, 1981: 828; o Pensabene, 1996: 125. 34 Cic. Nat. D., 2, 62. 35 Andreu, 2004: 74, n. 120.

— 619 —

Apuntes en torno al Culto Imperial y la conducta munificiente de las élites en Lvsitania

en CIL, II, 39636– y por el f[lam(en)] –cuyo cursus honorum es perfectamente conocido gracias a un amplio elenco de inscripciones– [L. Cornelius Boc]chus37, del mismo modo que no es necesario, por último, insistir en la relación teatro-culto imperial38 a propósito de la donación del proscaenium y la orchestra con su ornamentación escultórica obra de un augustalis perpetuus de Olisipo cuya inscripción conmemorativa, no en vano, va acompañada de una dedicación imperial. Con este tipo de donaciones, como ha apuntado H. Pavis d´Escurac39, los sacerdotes dedicantes cumplían parte de las funciones propias de su rango al tiempo que demostraban también públicamente su liberalitas. A la nómina anterior, en cualquier caso, habría que añadir –caso sea acertada la sugerente hipótesis propuesta hace tiempo por J. d´Encarnaçao40, que encuentra su mejor apoyo en el habitual comportamiento colegiado de los seuiri y en la propia onomástica de sus dedicantes– la obra indeterminada que sufragaron en Ebora los posibles augustales L. Iulius Philomusus y L. Iulius Fronto, de la que da prueba el dintel marmóreo en que figuran sus nombres (IRCP, 384), extremo éste que, en cualquier caso, no puede confirmarse. El carácter propagandístico que –por su vinculación a la figura imperial– acompañaba a este tipo de donaciones no escapó en absoluto a la atención de otros munificentes de nuestra prouincia a los que encontramos sufragando diferentes monumentos vinculados al culto imperial o que, de forma subrepticia e intencionada, trataban de relacionar con éste. Así, Vicanus Bouti f(ilius), según documenta el epígrafe IRCP, 184 –sobre un monumental bloque paralelepipédico de carácter arquitectónico– debió sufragar la construcción de un templo o de un sacellum consagrado a Augusto en el 5/4 a. C. en la ciudad de Salacia; y quizás, en la misma línea, habría que conceder un espacio a una posible relación con el culto imperial de las dedicaciones a Aug(ustae) Trebar[unae] del arcus quadrifrons del municipium Flauium Caperense (AE, 1987, 616) conocida obra del notable local M. Fidius [Macer]41 y a Remetibus Aug(ustis) (AE, 1964, 7) por [[C(aius) Ceius Eros]] en la placa que documenta el pago de las termas del también municipio flavio de Conimbriga42. En este sentido, y como apuntara P. Veyne43, el culto imperial, la referencia al emperador o, al menos, la vinculación a éste de cualquier dedicación eran, sin duda, una manera –seguramente la más efectiva– de que el munificente encontrase en torno de su acción el respaldo deseado del ordo y la ambicionada cohesión de la plebs. No debe olvidarse, en este sentido, el papel de impulsor de la paz social que debió jugar el fenómeno evergético en las comunidades antiguas, como se ha encargado de estudiar para el caso greco-helenístico –antecesor del romano– F. Gascó44.

36 Delgado, 1999: 436. 37 Para la funcionalidad del citado edificio, puede verse Mantas, 1990: 175. Sobre la prosopografía del referido personaje y el problema de su condición de [flam(en) prouinc(iae)] puede verse González, 2002: 72-75. 38 Ya apuntada desde Niemeyer, 1986: 157 y ejemplificada con casos concretos por Fishwick, 1987: 580; Gros, 1990 y Le Glay, 1992: 215218. Al respecto de la parafernalia que rodeaba, con grandes y suntuosas procesiones por el foro de la ciudad, a este tipo de ceremoniales puede verse la descripción idealizada de Verg., Georg., 3, 16-33. 39 Pavis d´Escurac, 1980: 189. 40 Encarnaçao, 1984: 460. Efectivamente, es habitual el comportamiento colegiado de los seuiri en este tipo de dedicaciones, como ha documentado Rodá, 1993: 402 y como, de hecho, hemos visto a propósito de IRCP, 11 de Ossonoba. Sobre esta posibilidad, véase Andreu, 2004: 93. 41 Étienne y Mayet, 1971: 387 y Salinas, 1990: 258-259. 42 Correia, y Dos Reis, 2000: 274. 43 Veyne, 1976: 575. 44 Gascó, 1993.

— 620 —

Javier Andreu Pintado

b) Estatuas Un segundo tipo de obras públicas –económicamente quizás más asequibles o menos exigentes pero opera publica en cualquier caso– lo constituye las estatuas que, con diferencia, son el acto de munificencia más documentado en las prouinciae hispanas45, seguramente porque los Senados locales, conscientes del valor ornamental de las mismas las autorizaron no sólo cuando los dedicantes eran destacados miembros de la elite sino también cuando éstos eran familiares suyos que querían asociarse a ellos y obtener beneficio de su prestigio46. Del análisis del repertorio epigráfico que atestigua este tipo de donaciones en la prouincia Lusitania se percibe como los sacerdotes del culto imperial protagonizaron, sobre todo, dedicaciones a emperadores o a divinidades del tradicional panteón romano –en el caso de los flamines– y a uirtutes imperiales –en el caso de los Augustales–. Sin embargo, los propios flamines fueron también objeto de dedicaciones por parte de miembros de sus familias, ávidos de asociarse a sus parientes más ilustres como una forma de dejar clara manifestación de su nobilitas47 cuando ésta no era subrayada por el propio magistrado asociando a sus descendientes al acto munificente que él protagonizaba, fenómeno éste para el que no faltan ejemplos en Hispania48 y que vuelve a revelar la endogamia de las elites locales del Occidente Romano, como ha estudiado F. des Boscs49. En Lusitania, entre los sacerdotes del culto imperial esta actitud se aprecia, por ejemplo, en la dedicatoria a la Pietas que protagoniza Iulia Modesta en el ignoto municipio de Bobadela y de la que conocemos su condición de flaminica gracias al epígrafe antes referido (CIL, II, 397), de idéntica procedencia y en cuya dedicación, en este caso, deja claro que a la vez que honra a dicha deidad lo hace in honorem gentis Sex(ti) Aponi Scaeui Flacci mariti sui flaminis prouinc(iae) Lusit(aniae) et in honorem gentis Iuliorum parentum suorum, fórmula que expresa con rotundidad y sin cortapisa el deseo de esta flaminica de potenciar la existimatio de todo su linaje50, que, lógicamente, dado el honos ocupado por ambos hay que suponer pertenecería ya a la elite del municipio. Algo semejante –aunque vinculado a la propia modalidad de la donación: ex test(amento)– sucede con el signum Marti Aug(usto) ofrendado en Caetobriga (HEp6, 1075) por Cicerius Iuuenalis –posiblemente de origen itálico dado su nomen, carente de paralelos en Hispania51– y cuya erección –en cumplimiento de la citada disposición testamentaria52– corrió a cargo de Ma[sc?]lion(us?) siue Raicirri[---]. Además, esta actitud encaja muy bien con la que se ha documentado como habitual entre las mujeres munificentes del Occidente Romano: el mayor interés de éstas en acrecentar el prestigio de sus familias antes, o a la vez, que el suyo propio53.

45 Melchor, 1999b: 249-252. 46 El tema ha sido sobradamente estudiado por Melchor, 1994b. 47 Eck, 1994 y, para los casos hispanos Rodríguez Neila, 1999: 49 y Melchor, 2003: 233-234. 48 Para la época Flavia hemos analizado el caso recientemente en Andreu, 2006: 387-392 49 Des Boscs, 1995: 158-160. 50 Delgado, 1999: 436. 51 Al respecto de este epígrafe véase Encarnaçao, 1992: 14. 52 Sobre las donaciones ex testamento y los beneficia que reportaban –en términos de popularidad social– a quienes se encargaban de su final ejecución puede verse Schmitt, 1982: 181. Para el repertorio de las documentadas en la prouincia Lusitania Andreu, 2004: 50-54. 53 Con ejemplos en la Citerior en Navarro, 1997: 134 y de la Baetica y de otras prouinciae en Mirón, 1996: 137-141.

— 621 —

Apuntes en torno al Culto Imperial y la conducta munificiente de las élites en Lvsitania

En el primer grupo, el de las dedicaciones de estatuas a divinidades (Tabla IIa54) se constata, efectivamente, la orientación de los flamines hacia divinidades típicas del panteón romano –aunque sus preferencias, como se ha indicado más arriba, se concretaron especialmente en las dedicaciones al emperador, punto éste en que siempre nos resultará difícil discernir qué formaba parte de sus prerrogativas y qué surgía de su munificencia cívica– y la preferencia de los augustales por las uirtutes o divinidades augústeas como Fortuna Augusta, Mars Augustus o Mercurius Augustus, asunto éste que ha sido suficientemente constatado por la bibliografía al respecto y que cobra, además, una dimensión más clara si se tiene en cuenta su ocasional participación en las dedicaciones al emperador55. En cualquier caso, como ya demostramos en otro lugar56, las dedicaciones y homenajes estatuarios al Princeps, en Lusitania, no fueron muy abundantes –al margen de las protagonizadas por los flamines prouinciae documentados en CIL, II, 473 y 5264 de Augusta Emerita, y AE, 1982, 489 de Conimbriga y por una pareja de augustales de Olisipo, según EOlisipo, 74– sin duda por la frecuencia con la que las instancias municipales asumieron la propuesta y financiación de este tipo de homenajes, especialmente, además, en el conuentus Pacensis –donde tenemos testimoniadas dedicaciones imperiales oficiales en Ammaia (IRCP, 615, 616 y 810), Ebora (IRCP, 380), Myrtilis (IRCP, 96), Ossonoba (IRCP, 3, 4 y 5), Mirobriga (IRCP, 148 y 149) y la capital conventual, Pax Iulia (IRCP, 291) faltando absolutamente las dedicaciones sufragadas por particulares fueran o no éstos sacerdotes del culto imperial57– y en el Emeritensis en el que un considerable lote de homenajes oficiales procede de Augusta Emerita (CIL, II, 475, 476, 477, y 5264; HAE, 652, 696, y 1841; HEp5, 87; HEp7, 115; EE, VIII, 20, 22, y 24; ERAE, 46, 48, 49, y 55) muestra evidente del activo papel que la capital provincial jugó en la parafernalia del culto imperial provincial. Un capítulo aparte lo constituyen las estatuas dedicadas a particulares por parte de sacerdotes del culto imperial y aun de magistrados municipales en general58. No disponemos de ningún ejemplo en Lusitania de este tipo de dádivas cívicas59 lo que, sin duda, encaja muy bien en las características que la documentación permite constatar para el resto de Hispania. Como ha estudiado pormenorizada y recientemente E. Melchor60 sólo un 10,28% de las estatuas dedicadas a particulares lo fueron por iniciativa de miembros de pleno derecho de la elite que, además, cuando actuaron, tendieron a omitir las referencias a su cursus honorum, como parece debió ser el caso olisiponense de M(arcus) Gellinus Rutilianus, 54 Se han incluido en la tabla sólo aquellos epígrafes para los que hay seguridad de su condición de pedestal de estatua. En cualquier caso, el elenco de dedicaciones que –sobre otros soportes– hicieron los flamines/flaminicae y Augustales en la prouincia Lusitania viene a confirmar algunas de las conclusiones que pueden arrojarse de las que sí se han incluido en la Tabla IIa. Así, nos encontramos al aug(ustalis) Seuerianus ofrendando un ara a Proserpinae en HEp5, 76 de Augusta Emerita; al igualmente augustalis C(aius) Iulius [---] haciendo una dedicación –de soporte desconocido, por perdida– a Mercurio Aug(usto) en EOlisipo, 78 de Olisipo; y al espléndido seuir de Balsa, Annius Primitiuus, que hizo acompañar su dedicación de un ara a Fortuna Aug(usta) de una editio barcarum et pugilum y unas sportulae ciuibus (IRCP, 73), espléndido acto de munificencia sobre el que luego volveremos. 55 Charlesworth, 1937, Alföldy, 1981: 197 y Schulze-Oben, 1989: 207-208. Stylow, 2001: 151 ha demostrado como en Hispania, prácticamente un tercio de las estatuas dedicadas a divinidades fueron acometidas por seuiri Augustales generalmente, además, ob honorem seuiratus, sin duda la única manera que este colectivo tenía de dejar constancia y memoria pública de su actitud munificente (Dardaine, 1991). 56 Andreu, 2004: 137. 57 Andreu, 2004: 133-137. 58 Para un repertorio de las mismas, véase Andreu, 2004: 133 y, con comentarios, 119-132. 59 Sí hay testimoniada una dedicación a C(aius) Antonius Flauinus hast(atus) leg(ionis) II Aug(ustae) por su madre, Iun(ia) Verecunda flam(inica) perp(etua) mun(icipi) Ebor(ensis) documentada por IRCP, 433, aunque al no haberse conservado se desconocen las características del soporte y, por lo tanto, no puede confirmarse su condición de estatua. 60 Melchor, 2003: 130.

— 622 —

Javier Andreu Pintado

TABLA IIa: DONACIONES DE ESTATUAS A DIVINIDADES CIUDAD

DONANTE

CARGO

FECHA

FÓRMULA

s. II d. C.

Iun[oni] sac[rum]

CONVENTVS EMERITENSIS EE, IX, 161

Augusta Emerita

Q. Licinius Fidus

IIIIIIuir [augustalis]

CONVENTVS SCALLABITANVS EOlisipo, 103

Olisipo

M. Afranius Euporio L. Fabius Daphnus

EOlisipo, 101

Olisipo

M. Iul(ius) Tyrannus

augusta[lis]

s. I d. C.

Apollini sacrum

CIL, II, 396

Bobadela

Iulia Modesta

flaminica1

s. II d. C.

Pietati sacrum ex patrimonio suo

HEp6, 1075

Caetobriga

Cicerius Iuuenalis

augustalis

s. III d. C.

signum Marti Aug(usto) ex test(amento)

Flavia

Ioui O(ptimo) M(aximo)

aug(ustales)

Tiberio

sacrum Aesculapio

CONVENTVS PACENSIS IRCP, 183

Salacia

Flauia Rufina

flaminica prouinc(iae)

TABLA IIb: DONACIONES DE ESTATUAS AL EMPERADOR CIUDAD

DONANTE

CARGO

FECHA

DONACIÓN

77 d. C.

T(ito) Caesari Vespasiano ex auri p(ondo) V

CONVENTVS EMERITENSIS CIL, II, 5264

Augusta Emerita

M. Iunius Latro

flamen prouinciae

CIL, II, 473

Augusta Emerita

Albinus Albui f(ilius)

flamen prouinciae

41-54

d. C.

Diuo Augusto [Diuae Aug(ustae)]

CONVENTVS SCALLABITANVS AE, 1982, 489 EOlisipo, 74

Conimbriga

L. Papirius

flamen pro[u]inc(iae)

Julio Claudia

Diuo Augusto

Olisipo

C. Arrius Optatus C. Iulius Eutiches

augustales

s. I d. C.

Diuo Augusto

— 623 —

Apuntes en torno al Culto Imperial y la conducta munificiente de las élites en Lvsitania

maritus de la flaminica [Gel]lia Vegeta, a la que dedica un homenaje en EOlisipo, 83 sin hacer constar magistratura ninguna. Por el contrario, los flamines y los IIuiri sí aparecen entre los más habitualmente homenajeados por otros particulares sin aparente entidad política en un claro intento de éstos últimos por recordar los lazos que les unían a aquéllos, por manifestar públicamente el prestigio de los primeros61 y, dada la necesaria autorización que toda estatua debía recibir por parte del ordo decurionum62, por mostrarse como munificentes ante el Senado local. Así, un grupo de amici homenajearon en Pax Iulia, aer[e] conlato y ob merita eius, al [au]gustalis col(oniae) Pacensis et municipii Eborensis [L(ucius) M]arcius Pierus en IRCP, 241; otros hicieron lo propio en IRCP, 8 de Ossonoba en honor del [fl]am[en] et IIuir [O]ssonob(ensis) [C(aius) Iuli]us F]elici[or]; y un último grupo lo hizo en Augusta Emerita con el [fl(amen)] Iuliae Augustae [C]n(aeus) Cornelius Seu(erus) de AE, 1952, 117. Por otro lado, varios liberti de la flaminica munic(ipii) Eborensis y prouinciae Lusitaniae Laberia Galla homenajearon a ésta en CIL, II, 114 de Ebora, al igual que lo hicieron en Olisipo varios del [augu]stalis perpetuus C. Heius Primus en EOlisipo, 71, sin duda, en ambos casos, intentando extraer el máximo partido a su relación con dichos sacerdotes y preparando, por tanto, su posterior promoción socio-política. De la importancia de las estatuas en relación con la monumentalización de los espacios urbanos y, por supuesto, con la autorepresentación de las elites y con su peculiar ideología hablan también los diferentes casos en los que el ordo homenajeó a sacerdotes del culto imperial, en ocasiones haciendo notar, además, siquiera de forma genérica, las razones por las que dicho homenaje se llevaba a cabo. De este modo –entre los individuos honrados decreto decurionum en nuestra prouincia– figuran los flamines L(ucius) Porcius Himerus, [L(ucius)] C[orn]elius Bocchus y [L(ucius)] Iunius [P]hilo, homenajeados en Salacia (IRCP, 87, 189 y 186; Bocchus, además, también en Olisipo, según HEp8, 608), los dos primeros ob merita y el último [ob memora]ndum m[erit(um)]; M(arcus) Aurelius?, L(ucius) Cl[---]us Saluianus y [C(aius) Iul]ius Pedo –éste ob rem p(ublicam) bene administratam– en Pax Iulia (IRCP, 236, 238 y 239 respectivamente); M(arcus) Cornelius Persa, además patronus, por la ciuitas Ossonob(ensis) en IRCP, 7 de Ossonoba; C(aius) Pompeius Priscus en AE, 1967, 187 de Augusta Emerita; [--- Po]mponius Capitonis en HAE, 2640 de Scallabis63; y un dudoso flam(en) Ro(mae) diuorum et Augg(ustorum) Q(uintus) Voconius Paullus de Ebora (CIL, II, 18*) cuyo homenaje corrió a cargo de Lib(eralitas) Iul(ia) Ebora publice in foro64. De igual modo, en dicha nómina se cuentan las flaminicae prouinciae Lusitaniae Seruilia Albina y Lucceia Albina de EOlisipo, 36, de Olisipo; Laberia Galla según CIL, II, 339 de Colippo; y, muy probablemente –por el carácter de pedestal de la pieza aunque la inscripción esté en nominativo–, Domitia Proculina según CIL, II, 895 de Caesarobriga. Qué duda cabe que, en el caso de los flamines prouinciae, el cumplimiento de disposiciones semejantes a las que conocemos por la Lex Narbonensis y consistentes en homenajear a los flamines salientes con la erección de una estatua conmemorativa de su sacerdocio debió jugar su papel65 como también lo hicieron, sin duda, no sólo el evergetismo ya manifestado por ellos con actuaciones tangibles y volcadas en beneficio de la 61 Lahusen, 1983. 62 Musumeci, 1978. 63 Para una posible lectura ]Aponius [C]apito, puede verse HEp4, 1084, planteada en su día por García, 1991, 492-493, nº 46 y defendida recientemente por Delgado, 1999, 447. 64 Sobre la pieza puede verse nota 100. 65 CIL, XII, 6038, especialmente ll. 12-13. Al respecto véase Fishwick, 1987: 241-243 y Williamson, 1987: 176-181.

— 624 —

Javier Andreu Pintado

comunidad66 sino el que, en el momento de recepción de este tipo de honores, todavía se esperaba que manifestaran. Efectivamente –y seguramente estimulados por el propio ordo, que, consciente de la importancia de las estatuas, como han estudiado R. K. Sherk y E. Melchor67, es probable que, efectivamente, empleara la concesión de este tipo de honores para estimular la conducta munificente de los notables homenajeados ahorrándose, por tanto, notables desembolsos– en varios casos de los anteriormente citados fueron los propios flamines –o sus familias– quienes corrieron con los gastos del homenaje público que recibían de instancias municipales –en algunas ocasiones muy completo pues incluía no sólo la estatua sino también la gratuidad del lugar de ubicación de la misma y hasta de los funerales, caso se tratara, como habitualmente, de homenajes póstumos68– en un comportamiento que S. Dardaine ha calificado como la culminación del evergetismo69. Así sucedió, por ejemplo, con el titulus decretado a L. Porcius Himerus por la pleps Salaciensis en IRCP, 187, el cual honore contentus impensam remisit, fórmula que se repite en los casos de [L(ucius) M]arcius Pierus de IRCP, 241 de Pax Iulia; C(aius) Pompeius Priscus de AE, 1967, 187 de Augusta Emerita; y, muy probablemente –como demostramos en otra ocasión pese al final interrumpido y fragmentado de la inscripción70–, de CIL, II, 339 de Colippo, donde se homenajeaba –como en el caso anterior no sólo con una statua sino también la correspondiente laudat(io) y el funeral– a la flaminica Laberia Galla, ya referida con anterioridad.

1.2. Satisfacción de las necesidades alimentarias: annona, epula y sportulae Pocos actos evergéticos –quizás en buena medida por el célebre lema de Juvenal: panem et circenses71– resultan tan elocuentes como la participación de los notables en la financiación de las necesidades alimentarias básicas de la comunidad cívica, concretadas bien en auxilios al abastecimiento de grano (annona), bien en repartos de dinero (sportulae), bien en banquetes (epula) de mayor o menor alcance social72. La habitual traducción epigráfica de estos eventos muestra, de hecho, la preocupación por la celebritas que debió ser uno de los auténticos motores de la munificencia pública73 a la vez que demuestra lo importante que resultaba para un notable que sus actos munificentes no quedaran deslucidos y fueran seguidos con interés por un buen número de público, en ocasiones, además, selectivo, si ese era el deseo del dedicante. Es por ello que el segundo de los grupos aquí estudiados –el de los epula y las sportulae– suela ir siempre acompañando a la dedicación de alguna estatua u homenaje pues la naturaleza primaria 66 Rodríguez Neila, 1999: 77. 67 Sherk, 1970: 78-80 y Melchor, 1994b: 226. 68 El fenómeno en Hispania ha sido estudiado, en esencia y con atención especial a la figura de la mujer, por Gallego, 1994 que concluye que este tipo de homenajes decretados por el ordo no sólo buscaban reconocer de manera oficial la existimatio de determinados notables sino seguramente también la de sus familias, de ahí que éstas –buscando, por otra parte, consolidar su influencia pública y su poder político– corrieran con los gastos derivados de dichas honras. 69 Dardaine, 1980: 35. 70 Andreu, 2004: 129. 71 Iuv., 10, 78-81. 72 Sobre estos tipos de comportamientos de la elite en materia munificente puede verse: Mrozek, 1972 y Dardaine y Pavis d´Escurac, 1986 y, para el caso hispano –especialmente sobre los epula– Hoyo, 1993 y –para los auxilios annonarios– Rodríguez Neila, 1975. 73 Sobre este asunto, véase Andreu, 2004: 29-31.

— 625 —

Apuntes en torno al Culto Imperial y la conducta munificiente de las élites en Lvsitania

de este tipo de donaciones garantizaba, sin duda, la afluencia de público a las mismas mejorando así las prestaciones de cohesión social que antes se comentaron como aportación fundamental de la munificencia a la vida cívica y, por supuesto, el alcance propagandístico de la dedicación. En la documentación epigráfica procedente de la prouincia Lusitania se conocen dos testimonios de epula que glosan muy bien los rasgos básicos de esta munificencia de distribuciones (IRCP, 79, de Balsa e IRCP, 233 de Pax Iulia) pero ninguno de ellos está protagonizado por sacerdotes del culto imperial74. Sí lo está, en cambio –por un seuir augustalis actuando, además, ob honorem seuiratus– el reparto de sportulae protagonizado –según IRCP, 73 de Balsa– por Annius Primitiuus en la erección de cuyo epígrafe conmemorativo –un monumental cipo dedicado a Fortuna Aug(usta), divinidad, por otra parte, de notable presencia en las dedicaciones protagonizadas por seuiri75 y que parece bastante propia de un entorno comercial como el que debió centrar la actividad económica de Balsa76– se celebraría el banquete y los juegos a los que el epígrafe, como veremos, alude, con la indicación, además, ciuibus datis lo que nos remite a que fue la comunidad de ciudadanos del municipio de Balsa la beneficiaria de dicho reparto. Ello vuelve a poner de manifiesto el notable peso propagandístico de este tipo de donaciones que el munificente, de hecho, como ya argumentara con acierto R. P. Duncan-Jones77, orientaba hacia el sector de la comunidad ante el que más le interesara hacer gala de sus virtudes cívicas. La continua presencia de alusiones a la elite decurional como beneficiaria de este tipo de donaciones en el Occidente Latino78 pone de manifiesto no sólo los privilegios que ostentaba dicho ordo79 sino que, además, en nuestro caso, –al tratarse el dedicante de un liberto– se vuelve a constatar el interés de éstos no sólo por agradecer su nombramiento sino por tratar de avanzar en sus carreras políticas, especialmente buscando la concesión de los ornamenta decurionalia que, como sabemos, ocasionalmente se otorgaban a este colectivo80. Annius –como puede suponerse dada la entidad de la evergesía protagonizada– pertenecería a una de las más activas familias de Balsa, a juzgar por los datos aportados al respecto por J. d´Encarnaçao81. Como veremos sucederá con los ludi, la presencia de este tipo de donación –tan esencialmente romana– en una pequeña comunidad del conuentus Pacensis y su ausencia en la capital provincial o aun conventual, como ya apuntara J. del Hoyo82, puede explicarse, en relación a la saturación de este tipo de celebraciones en dichos centros gracias, eso sí, a la iniciativa municipal, funcionarial o del Princeps verdaderos sostenes del evergetismo cívico en estas comunidades frente a las más pequeñas –normalmente de municipalización 74 Francisco, 1977: 232 planteó la posibilidad de que el C(aius) Iulius C(aii) f(ilius) [---] IIuir bis y prae[f(ectus) fabrum?] de IRCP, 233 –artífice de un posible epulum [populo] utrique se[xui]– sea el mismo que el [C(aius) Iul]ius C(aii) f(ilius) [G]al(eria tribu) Pedo [IIu]ir y flamen [diuorum] de IRCP, 239, sobre el que volveremos más adelante a propósito de su auxilio a la annona municipal. Resulta, efectivamente posible que se trate del mismo individuo aunque la habitual monopolización de las magistraturas por determinados grupos familiares –en este caso unos Iulii, quizás relacionados con la fundación cesariana de Pax Iulia– también abre la posibilidad de que nos encontremos ante padre e hijo, como apuntamos en su día (Andreu, 2004: 235-236). 75 Mirón, 1996: 227-228. 76 Mantas, 1990: 192-200. 77 Duncan-Jones, 1965: 232. 78 Pasqualini, 1969-70: 271. 79 Rodríguez Neila, 1999: 73. 80 Sobre el tema, a partir de la documentación procedente de Italia, puede verse Demougin, 1994: 359, 373 y 376. Ya desarrollamos en otro lugar un sucinto estudio sobre algunas de las motivaciones de los libertos munificentes de Lusitania –y, de modo especial de los que aparecen actuando como sacerdotes de la Augustalidad–, al que remitimos (Andreu, 1998: 49-50). 81 Andreu, 2004: 107-108 y 178, n. 110 y, Encarnaçao, 1987: 65. 82 Hoyo, 1993: 87.

— 626 —

Javier Andreu Pintado

y privilegio más reciente– en las que los protagonistas eran los miembros de la elite local decurional entendiendo ésta en un sentido amplio que incluía –como estamos viendo– no sólo a los magistrados sino también a aquellos individuos que –a través de homenajes, asociaciones a actos munificentes u otro tipo de cauces– mantenían lazos estrechos con el ordo ampliando, por tanto, el concepto de elite83. El segundo caso competente a este tipo de actuaciones relacionadas con las necesidades alimentarias básicas es el documentado por IRCP, 239 de Pax Iulia. En el citado epígrafe –un gran bloque de mármol que debió sostener el homenaje estatuario aere c[onlato] y [d(ecreto) d(ecurionum)] al munificente: [C(aius) Iul]ius Pedo– se recoge el cursus honorum del evergeta, que habría alcanzado el flaminado84. El elevado desembolso que debió exigir una evergesía como ésta –que ha sido cuantificado por E. Melchor a través de la documentación al efecto procedente de la epigrafía de la Baetica85– y la propia naturaleza frumentaria de la donación permiten poner en relación a su protagonista con los numerosos fundi agrarios localizados por J. G. Gorges en el entorno de Pax Iulia86, asunto éste el de las raíces fundiarias de la riqueza de los notables locales de la prouincia Lusitania87 para el que –en el caso de sacerdotes del culto imperial también munificentes– tenemos documentación cuando menos solvente para los casos de la flaminica Flauia Rufina –que, como vimos, donaba una monumental ara a Júpiter en IRCP, 183 de Salacia–, seguramente emparentada con la Flauia Lupercilla de ILER, 6795, propietaria de una uilla situada en Sao Romao de Sado, en el supuesto territorium de Salacia88; del flamen L. Iulius Maelo Caudi(cus) que construye una fuente en Armez, en el territorium de Olisipo según CIL, II, 260, y que seguramente era propietario de las explotaciones agrarias romanas documentadas en Montelavar (Sintra, Portugal) donde, de hecho, aparece una Aponia Maela89; y, por la presencia de gentilicios semejantes en las marcas anfóricas del Testaccio (CIL, XV, 5696 y 3894) para el augustalis M. Afranius Euporio que aparece como donante de una estatua a Esculapio en EOlisipo, 103, de Olisipo90. 1.3. Organización de ludi y de espectáculos públicos Como una manifestación más de la tendencia de Roma a socializar placeres y diversiones, los ludi, como estudiara P. Veyne91, constituyen otro de los ejemplos básicos de la munificencia romana. Como puede desprenderse de la documentación epigráfica, los más costosos serían los ludi scaenici y circenses y los munera gladiatoria. Para la prouincia Lusitania, la inscripción CIL, II, 478 de Augusta Emerita documenta la editio de unos [ludi scaenici et] circen[sibus] a iniciativa de Adriano en el año 135 d. C. y con motivo de la restauración del teatro de la capital. Como sucedía con los epula, pero quizás en 83 Rodríguez Neila, 1999: 31-32 y, recientemente, Ramírez Sádaba, 2001: 19. 84 Sobre su posible promoción al ordo equester puede verse, con anterioridad, nota 74. 85 Melchor, 1994a: 111. 86 Gorges, 1979: 23-57. 87 Desde el trabajo de Melchor, 1993-1994 sobre las fuentes de riqueza de las elites de la Baetica se ha avanzado algo en el estudio de este aspecto de las oligarquías locales si bien apenas sólo en algunos casos puede concretarse éste en algo más que en las generalidades derivadas de paralelos bien atestiguados para otras prouinciae del Imperio (Rodríguez Neila, 1999: 40-48). Para Lusitania, puede verse Andreu, 1999 y, recientemente, Edmonson, 2001. 88 Mantas, 1990: 176-177. 89 Ribeiro, 1982-83: 396-398. 90 Francisco, 1989: 285. 91 Veyne, 1976: 390.

— 627 —

Apuntes en torno al Culto Imperial y la conducta munificiente de las élites en Lvsitania

mayor medida, dado su coste –que por la Oratio de pretiis y por los datos epigráficos sabemos oscilaría entre los 30.000 y los 150.000 HS92– debió ser frecuente su financiación bien por iniciativa del Princeps bien como munus derivado de las prerrogativas propias de algunos magistrados, tal como nos informan determinados capítulos de la legislación municipal (Vrs. 70-71 e Irn. 92) si bien, lógicamente, quedó un espacio para la actuación de la munificencia privada, fundamentalmente de miembros del ordo, seuiri y libertos93 que auxiliaron a las arcas municipales en la gestión de este tipo de eventos. A ese perfil obedece, efectivamente, el único ejemplo de los dos ludi documentados como organizados por particulares en Lusitania –el otro es la organización ex testamento de unas ceremonias de [Q]uinquatria por el medicus Pacensis C. Attius Ianuarius, documentada en IRCP, 144 de Mirobriga94– en que se nos presenta como munificente a un sacerdote del culto imperial. Se trata, de nuevo, del seuir Annius Primitiuus, de Balsa –a quien ya aludimos– que acompaña su dedicación a la Fortuna –con una evidente intencionalidad de unir a su acto de munificencia efímero, las sportulae antes referidas y los propios ludi, otro perdurable, el cipo votivo, según la plástica terminología acuñada por M. Cébeillac95– con la organización y celebración de unos festejos de barcas y púgiles referidos en el epígrafe (IRCP, 73) como editio barcarum et certamen pugilum, juego el primero para el que no disponemos de paralelos en el resto del Imperio. La popularidad con que este tipo de celebraciones debía ser seguida por la comunidad cívica –en este caso de Balsa, en cuyo circo pudieron presumiblemente celebrarse, circo que es también escenario de otras actuaciones munificentes de los notables locales96, sin duda por su condición de excelente escenario para la auto-representación y proyección pública de las mismas– permitiría al evergeta –que debió haberlos prometido caso obtuviera el nombramiento de seuir– mostrar –con la dedicación a la uirtus augústea correspondiente– su gratitud al emperador al tiempo que garantizar la perpetuidad de su memoria como miembro de la elite pensando, sin duda, en la promoción política de sus sucesores97. 1. 4. Pago de servicios vinculados a la vida municipal En la clasificación de actos munificentes que venimos manejando98 suele incluirse en último lugar el auxilio de los notables locales a las necesidades municipales. Lógicamente, la construcción pública, la ornamentación estatuaria, la gestión y el aprovisionamiento de la annona y, por supuesto, la celebración de ludi formaban parte de ese tipo de habituales ayudas de los evergetas a la vida municipal. Sin embargo, normalmente suelen incluirse en ese apartado una serie de actos que, regulados por la legislación municipal (Irn. 44) debieron ser frecuentemente sufragados con el apoyo de particulares. Nos referimos 92 CIL, II, 6278 y Melchor, 1994a:130-137. 93 Melchor, 1994a: 135. 94 Sobre los Quinquatria, véase Marquardt, 1890: 167-170. El citado acto munificente es analizado pormenorizadamente en Andreu, 2004: 116-117. 95 Cébeillac, 1990: 700. 96 L. Cassius Celer y C. Licinius Badius donaron (según IRCP, 76 y 77) circi pedes c(entum), circo del que pueden intuirse algunos datos arqueológicos en el espacio de la Quinta das Antas, de acuerdo con los datos aportados por Mantas, 1990: 194-195. 97 Sobre estas motivaciones, véase Melchor, 1994b: 242 y, para el caso concreto de los libertos, Gordon, 1931. 98 Véase, nota 19.

— 628 —

Javier Andreu Pintado

a las legationes, embajadas ocasionales99 en las que determinados miembros de la comunidad acudían al Princeps para presentarle requerimientos administrativos o fiscales, para firmar pactos de hospitium, para rendirle homenaje, etcétera. La Baetica no ha ofrecido hasta la fecha ningún testimonio de este tipo de actos de munificencia aunque sí están documentados en la Citerior (CIL, II, 4201 y RIT, 332 –ambos de Tarraco– y CIL, II, 4057 de Dertosa). Para el caso de Lusitania contamos con el dato de la inscripción de Ebora CIL, II, 18*, tenida por dudosa desde E. Hübner100 y que, de ser auténtica, documentaría que Q(uintus) Voconius Paullus, aed(ilis), q(uaestor), IIuir y flam(en) Rom(ae) diuorum et Augg(ustorum) habría prestado frecuentemente determinados servicios a la comunidad de Lib(eralitas) Iul(ia) Ebora, que le homenajea ob causas utilitatesq(ue) publ[i]cas, entre ellos una legatio qua gr[a]tuita Romae pro R(epublica) sua functo. 2. Sobre el total de actos munificentes obra de particulares documentado a partir de la información epigráfica en la prouincia Lusitania101, un 32,9% son protagonizados por sacerdocios del culto imperial, teniendo los flamines –especialmente los flamines prouinciae, pero también los municipales– y los augustales un más que notable protagonismo en dicho catálogo al acometer respectivamente el 26,9% y el 19,2% del total de las donaciones reproduciendo, por tanto, los parámetros en que se mueve el comportamiento munificente de las oligarquías locales en todo el Occidente Romano en general y en las prouinciae hispanas en particular. Más allá de las consabidas condiciones del flaminado como culminación de la carrera municipal –y aun provincial, paso previo al cambio de ordo– y de los sacerdocios de la Augustalidad como itinerario jurídico lógico para la consolidación de una de las más espectaculares promociones sociales de la antigua Roma, la de los libertos102, nos falta precisión en la documentación para poder abordar del modo que sería deseable la dimensión real del fenómeno que venimos estudiando acercándonos, siquiera someramente, al papel que jugaron este tipo de comportamientos en la evolución de las carreras políticas de los individuos que los protagonizaron. Con seguridad sólo para tres de nuestros munificentes –[L. Cornelius Boc]chus, Iulia Mod[e]sta, y C. Heius Primus [Cato]– y presumiblemente también para un cuarto –C. Iul[ius] Pedo– disponemos de más de un epígrafe (IRCP, 185; IRCP, 189 y AE, 1996, 840 de Salacia e HEp8, 608 de Olisipo para el primero; CIL, II, 396 y 397 de Bobadela para la segunda; Eolisipo, 70 y Eolisipo, 71 de Olisipo para el tercero; IRCP, 239 sin duda, e IRCP, 233, sólo probablemente, para el tercero) documentación que, por otra parte, apenas nos permite otra cosa sino constatar de nuevo –en un arco cronológico suficientemente amplio como para extraer de él conclusiones efectivas– que el cursus honorum del primero y del último de ellos pasó más allá del flaminado llegando hasta el cargo de praefectus fabrum, evolución en la que es de suponer debió actuar de forma –sino decisiva sí, cuando menos, considerable– la conducta munificente por ellos exhibida. Por otra parte, algunos de los documentos que testimonian este tipo de actuaciones –como IRCP, 186 de Salacia o IRCP, 239 de Pax Iulia– son homenajes d(ecreto) d(ecurionum), seguramente póstumos, en los que no se precisa otra cosa que la realización de una serie de actos munificentes sin especificación del momento en que éstos tuvieron lugar o, cuando menos, bajo el desempeño de que tipo de honos se llevaron a cabo. En 99 Millar, 1977: 411-420. 100 Hübner, 1859: 5*. 101 Andreu, 2004: 187. 102 Alföldy, 1989: 204-205.

— 629 —

Apuntes en torno al Culto Imperial y la conducta munificiente de las élites en Lvsitania

los casos –como CIL, II, 339, de Colippo– en los que fueron los descendientes del notable local quienes protagonizaron el acto munificente ello nos remite al poder social que los lazos familiares jugaron en los municipios romanos y al consabido monopolio de las magistraturas por parte de muy reducidos grupos familiares. Así las cosas, cobran un especial protagonismo en el conjunto aquellos testimonios del catálogo que nos ocupa en que puede suponerse que fueron la llegada al flaminado bien municipal bien provincial o la obtención del sacerdocio de la augustalidad los elementos que motivaron el desarrollo de los actos munificentes arriba citados. Así, entre los flamines/flaminicae, por ejemplo, resulta especialmente elocuente el caso de Iulia Mod[e]sta (CIL, II, 396 y 397) que desarrolló sus actos munificentes en materia de construcción pública en el momento en que alcanzó el flaminado municipal, seguramente en época Flavia y previa mediación de su marido, a quien, como vimos, asociaba in honorem en el primero de los epígrafes citados. De igual modo, se individualiza en este grupo la donación de L. Iulius Maelo Caudi(cus), que, al alcanzar el flaminado (CIL, II, 260) vuelve los ojos al pequeño uicus del ager Olisiponensis del que seguramente sería originario como también lo hace Flauia Rufina, de IRCP, 183, que habiendo alcanzado el flaminado provincial y perpetuo en Augusta Emerita –prueba sin duda del reconocimiento y la estima con que contaba en el ordo103– no se olvida de Salacia, comunidad en la que presumiblemente debió iniciar su cursus honorum sacerdotal y a la que regala una monumental ara votiva manifestación, sin duda, de lo que la documentación epigráfica demuestra cada vez con más claridad, que el relumbre y la espectacularidad de las donaciones protagonizadas por las sacerdotisas del culto imperial poco o nada tenía que envidiar al de las protagonizadas por hombres104. Todos estos casos, unidos al amplio catálogo de donaciones protagonizadas por el colectivo de los augustales –seguramente ob honorem o cuando menos, si no prometidas previamente sí al menos derivadas del nombramiento sacerdotal correspondiente– demuestran con claridad algunas de las que normalmente han venido siendo apuntadas como posibles causas motoras del comportamiento munificente de los notables. Así, el orgullo cívico, los deseos de gratitud para con la comunidad de origen, la búsqueda del reconocimiento social que debía derivarse de la recepción de un honos, la proyección al ámbito público de la superioridad material y real de la elite a la que se pertenecía o los deseos de medrar políticamente figuran en casi todos los casos como los verdaderos agentes dinamizadores de las conductas aquí estudiadas105. Lógicamente –dada la cronología de la documentación disponible y como se ha señalado para algunos de los casos– la promoción municipal de determinadas comunidades constituyó sin lugar a dudas el contexto más apropiado para la realización de este tipo de actos munificentes pues –como es sabido– en épocas inmediatas a la mejora estatutaria de una comunidad, se desarrollaba notablemente la ambición de su programa edilicio106, exigiendo éste la activa participación de la burguesía local.

103 Mirón, 1996: 157 y, anteriormente, Étienne, 1958: 237. 104 Gordon, 1990. 105 El asunto de la motivación de las conductas munificentes de la oligarquía romana ha sido estudiado en detalle por la mayor parte de los autores que se han ocupado del fenómeno que aquí hemos contemplado. Como estado de la cuestión sobre el asunto remitimos al trabajo de Melchor, 1994c y a nuestra visión del tema en Andreu, 2004: 25-38. Recientemente ha vuelto sobre el tema también Rodríguez Neila, 1999. 106 Aunque es amplísima la bibliografía al respecto, una buena recopilación de la misma para el caso hispano puede verse en Goffaux, 2003: 156-161.

— 630 —

Javier Andreu Pintado

Sería redundante volver aquí sobre la geografía de este tipo de donaciones. Repartidas por toda la prouincia Lusitania –con el ya comentado vacío de la capital: Augusta Emerita– lógicamente –y aunque pueda parecer una afirmación tautológica– las protagonizadas por sacerdotes del culto imperial proceden de aquellas comunidades en que tenemos testimoniado este tipo de sacerdocios107. Para el caso de los flamines se trata de ciudades con elites consolidadas, bien romanizadas, con familias comprometidas con el ejercicio del poder y lógicamente dotadas de privilegio jurídico; para el de los augustales y seuiri generalmente áreas abiertas a los influjos comerciales, con oportunidades de riqueza y con posibilidades de promoción social. Es en este cuadro –en cuyo primer registro encajan comunidades como la ignota de Bobadela, Ossonoba o Conimbriga, entre otras, quedando Balsa, Salacia u Olisipo como ejemplos del segundo grupo– en el que debieron darse las circunstancias idóneas para que –funcionando la relación comunidad cívica/elites locales que antes ha sido descrita– el culto imperial sólo fuera una faceta más de cuantas actuarían de desencadenantes y estimulantes de la efervescencia política de las comunidades privilegiadas del Occidente Latino, efervescencia y dinamismo del que el fenómeno munificente es sólo una mínima parte, reflejo, en cualquier caso, de su magnitud y de su complejidad.

107 Alföldy, 1973: 20-23 y, para el caso de Lusitania Étienne, 1990: 231.

— 631 —

Apuntes en torno al Culto Imperial y la conducta munificiente de las élites en Lvsitania

BIBLIOGRAFÍA Alarcão, J. (1985): O domínio romano em Portugal. Sintra. Alföldy, G. (1998): “La cultura epigráfica de la Hispania romana: inscripciones, auto-representación y orden social”, Hispania. El legado de Roma. Zaragoza, pp. 289-301.

- (1997): “Euergetismus und Epigraphik in der Augusteischen Zeit”, Actes du Xe Congrès International d´Epigraphie Grecque et Latine. París, pp. 293-304. - (1989): Historia Social de Roma. Madrid. - (1981): “Bildprogramme in den römischen Städten des conuentus Tarraconensis – Das Zeugnis der Statuenpostamente”, Homenaje a García Bellido. IV. Revista de la Universidad Complutense, 18, pp. 177-275. - (1973): Flamines Prouinciae Hispaniae Citerioris, Madrid. Almeida, F. de (1959): Egitânia. História e Arqueologia. Lisboa. Andreu, J. (2006): “Munificencia y promoción política de las elites hispanas en época Flavia. Ideología y procedimientos”, Poder central y autonomía municipal. La proyección pública de las élites hispanorromanas. Córdoba, pp. 373-403. - (2005): “Edictum, municipium y lex: la prouincia Lusitania en época Flavia (69-96 d. C.)”, Conimbriga, 44, pp. 69-145. - (2004): Munificencia pública en la provincia Lusitania (siglos I-IV d. C.). Zaragoza. - (2002): “Sobre el concepto de evergetismo en época romana a través de los autores latinos”, Actas del X Congreso Español de Estudios Clásicos. III. Alcalá de Henares, pp. 34-38. - (2001): “Algunas consideraciones sobre la liberalitas en el De Officiis de Cicerón”, Anuario Filosófico, 34, pp. 541-554. - (1999): “Munificencia y munificentes: riqueza y manifestaciones de riqueza de las elites en la prouincia Lusitania”, Économie et territoire en Lusitanie Romaine. Madrid, pp. 454-471. - (1998): “Augustalidad, sevirato y evergetismo: aproximación a la promoción social de los libertos en Lusitania”, Vipasca, 7, pp. 43-50. Boscs, F. Des (1995): “Les stratégies familiales des chevaliers et sénateurs hispano-romaines (Iér siècle-

premiére moitié du IIe siècle ap. J. C.)”, MCV, 31, 1, pp. 113-171.

Cébeillac, M. (1990): “L´évergétisme des magistrats du Latium et de la Campanie des Gracques à Auguste à travers les témoignages épigraphiques”, MEFRA, 102, pp. 669-722. Charlesworth, M. P. (1937): “The Virtues of a Roman Emperor. Propaganda and the Creation of Belief”, PBA, 23, pp. 105-133.

Chastagnol, A., Demougin, S., y Lepelley, C. (eds.) (1996): Splendidissima Ciuitas. Études d´Histoire

Romaine em homage á François Jacques. París.

— 632 —

Javier Andreu Pintado

Christol, M., y Masson, O. (eds.) (1997): Actes du Xe Congrés International d´Epigraphie Grecque et Latine. Nîmes, 4-9 octobre 1992. París. Correia, V. H., y Dos Reis, M. M. P. (2000): “As termas de Conimbriga: tipologías arquitectónicas e integraçao urbana”, Termas Romanas en el Occidente del Imperio Romano. Gijón, pp. 271-281. Dardaine, S. (1980): “Le fórmule épigraphique impensam remisit et l´évergétisme en Bétique”, MCV, 16, pp. 39-55. - (1991): “L´évergétisme ob honorem en Bétique”, Ktema, 16, pp. 281-291. Dardaine, S., y Pavis d´Escurac, H. (1986): “Ravitaillament des cités et évergétisme annonaire en Occident”, Ktema, 11, pp. 291-302. Delgado, J. (1999): “Flamines Prouinciae Lusitaniae”, Gerión, 17, pp. 433.461. Demougin, S. (1996): “De l´évergétisme en Italie”, Splendidissima Ciuitas. Études d´Histoire Romaine em homage á François Jacques. París, pp. 49-56. - (1994): “À propos des elites locales en Italie”, L´Italie d´Auguste à Dioclétien. París/Roma, pp. 353376. De Salvo, L. (1996): “Mecenatismo privato e pubblico nell´Italia Romana”, Homenatge a F. Giunta. Commitenza e commitenti tra Antichità e Alto Medioevo. Barcelona, pp. 53-72. Drinkwater, F. (1979): “Gallic Personal Wealth”, Chiron, 9, pp. 237-242. Duncan-Jones, R. P. (1965): “An Epigraphic Survey of Costs in Roman Italy”, PBSR, 33, pp. 189-306. - (1963): “Wealth and Munificence in Roman Africa”, PBSR, 31, pp. 159-177. Duthoy, R. (1978): “Les Augustales”, ANRW, II, 16. 2, pp. 1254-1306. Eck, W. (1994): “Statuendedikanten und Selbsdarstellung in Römischen Städten”, L´Afrique, la Gaule, la religion à l´époque romaine. Melanges à la mémoire de Marcel Le Glay. Bruselas, pp. 650-662. Edmonson, J. (2001): “Les fondaments économiques de la puissance des élites hispaniques”, Élites Hispaniques. Burdeos, pp. 69-87. Encarnaçao, J. d´ (1992): “No tempo dos Romanos. Sines teve uma estatua do deus Marte”, O Distrito de Setúbal. 18-VIII, p. 12. - (1987): “A populaçao romana do litoral algarvio”, AMF, 17, pp. 57-75. - (1984): Inscriçoes Romanas do conuentus Pacensis. Coimbra. Étienne, R. (1990): “Le culte impérial, vecteur de la hiérarchisation urbaine”, Les Villes de Lusitanie Romaine. Hiérarchies et territoires. París, pp. 215-231. - (1958): Le culte imperial dans la Péninsule Ibérique d´Auguste a Diocletien. París. Étienne, R., y Mayet, F. (1971): “De nouveau sur Capera-Cáparra”, REA, 73, pp. 382-390. Fears, J. R. (1981): “The Cult of Virtues and Roman Imperial Ideology”, ANRW, II, 17.2, pp. 828-948.

— 633 —

Apuntes en torno al Culto Imperial y la conducta munificiente de las élites en Lvsitania

Fishwick, D. (1987): The Imperial Cult in the Latin West. Studies in the Ruler Cult of the Western Provinces of the Roman Empire. Leiden. Forbis, E. (1996): Municipal Virtues in the Roman Empire. The Evidence of Italian Honorary Inscriptions. Stuttgart-Leipzig. Francisco, J. de (1989): Conquista y Romanización de Lusitania. Salamanca. - (1977): “Los magistrados municipales de Lusitania durante el Alto Imperio”, MHA, 1, pp. 227-246. Frézouls, E. (1984): “Evergétisme et construction urbaine dans les Trois Gaules et les Germaines”, Revue du Nord, 66, pp. 27-54. Gallego, H. (1994): “Laudationes, impensa funeris, locus sepulturae: la mujer y los honores funerarios en Hispania”, HAnt., 18, pp. 267-275. Garcia, J. M. (1991): Religioes antigas de Portugal. Aditamentos e observaçoes às “Religioes da Lusitânia” de J. Leite de Vasconcelos. Fontes epigráficas. Lisboa. Gascó, F. (1993): “Evergetes Philopatris”, Modelos, ideales y prácticas de vida en la Antigüedad Clásica. Sevilla, pp. 181-195. Gauthier, P. (1985): Les cités grecques et leurs bienfaiteurs (Ive-Ie siècle avant J. C.). Atenas-París. Goffaux, B. (2003): “Promotions juridiques et monumentalisation des cités hispano-romaines”, Salduie, 3, pp. 143-161. González, M. (2002): “La titulatura del flaminado provincial en las provincias hispanas”, Epigraphica, 64, pp. 69-83. Goffin, B. (2002): Evergetismus in Oberitalien. Bonn. Gordon, M. L. (1931): “The freedman´s son in municipal life”, JRS, 21, pp. 65-57. Gordon, R. (1990): “From Republic to Principate: Priesthood, Religion and Ideology”, Pagan Priests. Londres, pp. 233-255. Gros, P. (1990): “Théâtre et culte impérial en Gaule Narbonnaise et dans la Péninsule Ibérique”, Stadtbild und Ideologie. Die Monumentalisierung hispanischen Städte zwischen Republik und Kaiserzeit. Munich, pp. 387-390. Hanson, W. S. (1997): “Forces of Change and Methods of Control”, Dialogues in Roman Imperialism: Power, Discurse and Discrepant Experience in the Roman Empire. Portsmouth, pp. 67-80. Hiennard, J. y Álvarez, J. Mª (1982): “Aqua Augusta : una inscripción en letras de bronce de Mérida”, Sautuola, 3, pp. 221-229. Hübner, E. (1859): Corpus Inscriptionum Latinarum. Berlín. Hoyo, J. del (1993): “Un aspecto socio-económico de la Bética: los epula”, Actas del I Coloquio de Historia Antigua de Andalucía. II. Córdoba, pp. 73-88. Jacques, F. (1984): Le privilège de liberté. Politique impériale et autonomie municipale dans les cités de l´Occident Romain (161-244 av. J. C.). Roma-París. — 634 —

Javier Andreu Pintado

- (1981): “Voluntariat et compétition dans les carriéres municipales durant le Haut-Empire”, Ktema, 6, pp. 261-271. Johnston, D. (1985): “Munificence and municipia: Bequest to Towns in Classical Roman Law”, JRS, 75, pp. 105-125. Jordán, A. A. (2004): “Reflexiones en torno a la distribución geográfica de los *Augustales en la Península Ibérica”, Actas del XXVIII Congreso Internacional Girea – Arys IX. Jerarquías religiosas y control social en el mundo antiguo. Valladolid, pp. 337-345. Lahusen, G. (1983): Untersuchungen zur Ehrenstate in römischen Literarische und Epigraphische Zeugnisse. Roma. Le Glay, M. (1992): “Épigraphie et théâthres”, Spectacula. II. Lattes, pp. 209-221. Mangas, J. (1971): “Un capítulo de los gastos en el municipio romano de Hispania a través de las informaciones de la epigrafía latina”, HAnt., 1, pp. 105-146. Mantas, V. (1993): “Evergetismo e culto oficial: o constructor de templos C. Cantius Modestinus”, Religio Deorum. Sabadell, pp. 227-250. - (1990): “As cidades marítimas da Lusitânia”, Les Villes de Lusitanie Romaine. Hiérarchies et territoires. París, pp. 149-205. Marquardt, J. (1890): Le culte chez les Romaines. II. París. Mayer, M., y Miró, M. (eds.) (1996): Homenatge a F. Giunta. Commitenza e committenti tra Antichità e Alto Medioevo. Barcelona. Mayet, F. (1990): “Mérida: capitale économique?”, Les Villes de Lusitanie Romaine. Hiérarchies et territoires. París, pp. 207-212. Melchor, E. (2003): “Indicaciones y omisiones del rango personal de los dedicantes en los homenajes estatuarios realizados en los municipios y colonias hispano-romanos”, Salduie, 3, pp. 129-142. - (2001): “Consideraciones sobre la munificencia cívica en la Bética Romana”, Élites Hispaniques. Burdeos, pp. 157-171. - (1999a): La munificencia cívica en el mundo romano. Madrid. - (1999b): “Élites municipales y mecenazgo cívico en la Hispania Romana”, Élites y promoción social en la Hispania Romana. Pamplona, pp. 219-263. - (1994a): El mecenazgo cívico en la Bética. La contribución de los evergetas a la vida municipal. Córdoba. - (1994b): “Ornamentación escultórica y evergetismo en las ciudades de la Bética”, Polis, 6, pp. 221254. - (1994c): “Consideraciones acerca del origen, motivación y evolución de las conductas evergéticas en Hispania Romana”, SH(HA), 12, pp. 61-81. - (1992-93): “La construcción pública en Hispania Romana: iniciativa imperial, municipal y privada”, MHA, 13, pp. 129-170. — 635 —

Apuntes en torno al Culto Imperial y la conducta munificiente de las élites en Lvsitania

Millar, F. G. B. (1977): The Emperor in the Roman World (31 B. C. – A. D. 337). Nueva York. Mirón, Mª D. (1996): Mujeres, religión y poder: el culto imperial en el Occidente Mediterráneo. Granada. Mrozek, S. (1972): “Les béneficiaires des distributions privées d´argent et de la nourriture dans les villes italiannes á l´époque du Haut Empire”, Epigraphica, 34, 1-2, pp. 30-54. Musumeci, F. (1978): “Statuae in publico positae”, SDHI, 45, pp. 191-221. Navarro, M. (1997): “Les dépenses publiques des notables des cités en Hispania Citerior sous le HautEmpire”, REA, 99, 1-2, pp. 104-140. Navarro, M. y Demougin, S. (eds.) (2001): Élites Hispaniques. Burdeos. Niemeyer, H. G. (1968): Studien zur Statuarischen Darstellung der Römischen Kaiser. Berlín. Nogales, T. (1997): El retrato privado en Augusta Emérita. I. Badajoz. Pasqualini, A. (1969-70): “Note sur alcuni aspetti ´politici` di un costume di epoca imperiale : le sportulae municipali”, Helikon, 9-10, pp. 265-312. Pavis d´Escurac, H. (1980): “Flaminat et societé dans la colonie de Timgad”, Ant. Afr., 15, pp. 183100. Pensabene, P. (1996): “Construzioni pubbliche e committenza nella Spagna Romana”, Homenatge a F. Giunta. Commitenza e committenti tra Antichità e Alto Medioevo. Barcelona, pp. 123-182. Ramírez Sádaba, J. L. (2001): “El nacimiento de las elites de Augusta Emerita”, Élites Hispaniques. Burdeos, pp. 13-22. - (1981): Gastos suntuarios y recursos económicos de los grupos sociales del África Romana. Oviedo. - (1979): “Las donaciones ob honorem y de sportulae en las provincias romanas de las Galias según la documentación epigráfica”, Actes du VII Congrés International d´Epigraphie Grecque et Latine. Bucarest, pp. 451-454. Ribeiro, J. C. (1982-83): “Estudos histórico-epigráficos em torno da figura de L. Iulius Maelo Caudicus”, Sintria, 1-2, pp. 188-210. Rodá, I. (1993): “Consideraciones sobre el sevirato en Hispania. Las dedicaciones ob honorem seuiratus en el conuentus Tarraconensis”, Religio Deorum. Sabadell, pp. 399-404. Rodríguez Neila, J. F. (1999): “Élites municipales y ejercicio del poder en la Bética Romana”, Élites y Promoción social en la Hispania Romana. Pamplona, pp. 24-102. - (1975): “Notas sobre las annonae municipales de Hispania”, HAnt., 5, pp. 315-326. Rodríguez Neila, J. F., y Navarro, F. J. (eds.) (1999): Élites y Promoción social en la Hispania Romana. Pamplona. Salinas, M. (1990): “Las ciudades romanas de Lusitania oriental: su papel en la transformación del territorio y la sociedad indígena”, Les Villes de Lusitanie Romaine. Hiérarchies et territoires. París, pp. 255-263. — 636 —

Javier Andreu Pintado

Saquete, J. C. (1997): Las élites sociales de Augusta Emerita. Mérida. Schmitt, P. (1982): “Évérgetisme et mémoire du mort. A propós des fondations de banquets publics dans les cités grecques à l´époque helenisitique et romaine”, La mort, les morts dans les societés anciennes. París, pp. 177-188. Schulze-Oben, H. (1989): Freigelassene in den Städten des Römischen Hispanien. Writische, wirtschaftliche und soziale Stellung nach dem zeugnis des Inschriftens. Bonn. Serrano, J. M. (1988): Status y promoción social de los libertos en Hispania Romana. Sevilla. Sherk, R. K. (1970): The Municipal Decrees of the Roman West. Nueva York. Stylow, A. U. (2001): “Las estatuas honoríficas como medio de representación de las élites locales en Hispania”, Élites Hispaniques. Burdeos, pp. 141-155. - (1990): “Apuntes sobre el urbanismo de la Corduba romana”, Stadtbild un Ideologie. Die Monumentalisierung hispanischen Städte zwischen Republik und Kaiserzeit. Munich, pp. 259-287. Tassaux, F. (1990): “Assises économiques des aristocraties et ´bourgeoisies` des cités istriennes sous le Haut-Empire romain”, La città nell´Italia Settentrionale in etá romana. París, pp. 69-128. Teposcu, L. (1996): “L´evergetismo in Dacia romana”, Homenatge a F. Giunta. Commitenza e commitenti tra Antichità e Alto Medioevo. Barcelona, pp. 99-105. Trillmich, W. (1996): “Reflejos del programa estatuario del forum Augustum en Mérida”, II Reunió sobre Escultura Romana a Hispania. Tarragona, pp. 95-108. Veyne, P. (1976): Le pain et le cirque. Sociologie historique d´un pluralisme politique. París. Williamson, C. H. (1987): “A Roman Law from Narbona”, Athenaeum, 65, pp. 173-189. Zanker, P. (1983): “Zur bildnisrepräsentation führender manner in Mittelitaischen und Campanischen Städten zur zeit der späten Republik und Julisch-Claudischen Kaiser”, Colloque International ´Les bourgeoisies municipales italiennes aux IIe et Ier siècles av. J. C`. Nápoles, pp. 251-266.

— 637 —

Listado de autores

Duncan Fishwick University of Alberta Department of History and Classics 2-28 Henry Marshall Tory Building Edmonton Canadá E-mail: [email protected] Jean-Charles Balty Université de Paris-Sorbonne (Paris IV) 1 avenue de la Résistance F-82600 Aucamville France E-mail: [email protected] Eugenio La Rocca Sovraintendenza Beni Culturali Piazza Di Montevecchio 6, I 00186 Roma Italia E-mail: [email protected] Gilles Sauron Université de Paris-Sorbonne (Paris IV) Prof. D’Archéologie romaine 3, rue Michelet 75006 Paris France E-mail: [email protected] Emmanuelle Rosso Ecole Française de Rome Piazza Farnese, 67 00186 Roma Italia E-mail: [email protected] Alexandra Dardenay Maître de Conférences Université Toulouse II- Le Mirail 2 rue Raymond Fassin 92240 Malakoff France E-mail: [email protected] Julián González Universidad de Sevilla Departamento de Filología Clásica C/ Palos de la Frontera, s/n 41004 Sevilla España E-mail: [email protected]

José María Luzón Elena Castillo Universidad Complutense de Madrid Facultad de Geografía e Historia Edificio B C/ Prof. Aranguren s/n Ciudad Universitaria 28040 Madrid España E-mail: arqueologí[email protected] Ángel Ventura Villanueva Universidad de Córdoba Seminario de Arqueología Plaza del Cardenal Salazar, 3 E-14071 Córdoba España E-mail: [email protected] José Beltrán Fortes Universidad de Sevilla Facultad de Geografía e Historia Dpto. de Prehistoria y Arqueología C/ María de Padilla, 1 41004 Sevilla España E-mail: [email protected] Armin U. Stylow Centro CIL  II Universidad de Alcalá Colegio Mayor de San Ildefonso Plaza de San Diego, s/n E- 28801 Alcalá de Henares (Madrid) España E-mail: [email protected] Juan M. Campos Carrasco Javier Bermejo Meléndez Universidad de Huelva Facultad de Humanidades Área de Arqueología Campus del Carmen Avda. Fuerzas Armadas s/n 21007 Huelva España E-mail: [email protected] Sergio García-Dils de la Vega Salvador Ordóñez Agulla Universidad de Sevilla Departamento de Historia Antigua

C/ Dª María de Padilla, s/n 41004 Sevilla España E-mail: [email protected] [email protected] José Antonio Garriguet Mata Universidad de Córdoba Facultad de Filosofía y Letras Área de Arqueología Plaza del Cardenal Salazar, 3 14003 Córdoba España E-mail: [email protected] Antonio Peña Jurado Universidad Pablo de Olavide Seminario de Arqueología Carretera de Utrera Km. 1 E-14013 Sevilla España E-mail: [email protected] José d´Encarnação Instituto de Arqueologia Palácio de Sub-Ripas P – 3000-395 Coimbra Portugal E-mail:[email protected] Pedro Mateos Cruz Instituto de Arqueología de Mérida Plaza de España, 15 06800 Mérida España E-mail: [email protected] José María Álvarez Martínez Museo Nacional de Arte Romano C/ José Ramón Mélida, s/n 06800 Mérida España E-mail: [email protected] José Carlos Saquete Chamizo Universidad de Sevilla Facultad de Geografía e Historia C/ Dª María de Padilla, s/n 41004 Sevilla España E-mail: [email protected]

Walter Trillmich Antiguo Director del D.A.I. de Berlín Alemania E-mail: [email protected] Trinidad Nogales Basarrate Museo Nacional de Arte Romano Departamento de Investigación C/ José Ramón Mélida, s/n 06800 Mérida España E-mail: [email protected] Jonathan Edmondson York University Department of History 4700, Keele Street Toronto. Ontario M3J 1P3 Canadá E-mail: [email protected] Manuel Salinas de Frías Juana Rodríguez Córtes Universidad de Salamanca Facultad de Geografía e Historia Departamento de Prehistoria, Historia Antigua y Arqueología C/ Cervantes s/n 37002 Salamanca España E-mail: [email protected] [email protected] Pilar Fernández Uriel Universidad Nacional de Educación a Distancia Facultad de Humanidades Departamento de Historia Antigua Pº Senda del Rey, 7 28040 Madrid España E-mail: [email protected] Javier Andreu Pintado Universidad Nacional de Educación a Distancia Facultad de Humanidades Departamento de Historia Antigua Pº Senda del Rey, 7 28040 Madrid España E-mail: [email protected]

Sebastian F. Ramallo Asensio Universidad de Murcia Departamento de Arqueología Campus de la Merced Sto. Cristo, 1 30001 Murcia España E-mail: [email protected]

Manuel A. Martín-Bueno Universidad de Zaragoza Facultad de Filosofía y Letras Departamento de Arqueología Pedro Cerbuna, 12 E- 50009 Zaragoza España E-mail: martí[email protected]

Martin Almagro-Gorbea  Real Academia de la Historia Gabinete de Antigüedades C/ León, 21 28014 Madrid España E-mail: [email protected]

Isabel Rodá de Llanza Instituto Catalán de Arqueología Clásica Plaza del Rovellat, s/n 43003 Tarragona España E-mail: [email protected]

Juan Manuel Abascal Palazón Universidad de Alicante Departamento de Historia Antigua Aptdo. 99 03071 Alicante España E-mail: [email protected] José Miguel Noguera Universidad de Murcia Facultad de Letras Dpto. de Prehistoria, Arqueología, Hª Antigua e Hª Medieval y Ciencias y Técnicas Historiográficas C/ Santo Cristo, 1 30001 Murcia España E-mail: [email protected] Rosario Cebrián Fernández Parque Arqueológico de Segobriga 16430 Saelices Cuenca España E-mail: [email protected] Julio Mangas Manjarrés Universidad Complutense Departamento de Historia Antigua Ciudad Universitaria 28040 Madrid España E-mail: [email protected]

J. M. Macias, J. J. Menchón, A. Muñoz y I. Teixell Instituto Catalán de Arqueología Clásica Plaza del Rovellat, s/n 43003 Tarragona España E-mail: [email protected]

Sebastian F. Ramallo Asensio Universidad de Murcia Departamento de Arqueología Campus de la Merced Sto. Cristo, 1 30001 Murcia España E-mail: [email protected] Martin Almagro-Gorbea  Real Academia de la Historia Gabinete de Antigüedades C/ León, 21 28014 Madrid España E-mail: [email protected]

Departamento de Historia Antigua Aptdo. 99 03071 Alicante España E-mail: [email protected] José Miguel Noguera Universidad de Murcia Facultad de Letras Dpto. de Prehistoria, Arqueología, Hª Antigua e Hª Medieval y Ciencias y Técnicas Historiográficas C/ Santo Cristo, 1 30001 Murcia España E-mail: [email protected]

Juan Manuel Abascal Palazón Universidad de Alicante

Rosario Cebrián Fernández Parque Arqueológico de Segobriga

Lihat lebih banyak...

Comentarios

Copyright © 2017 DATOSPDF Inc.