ANIMUS 4100. Del habitar como condición inmanente del demorarse del hombre sobre el mundo revisada a través de la imagen arquetipal de la cabaña primitiva

July 22, 2017 | Autor: Daniel Belandria | Categoría: Architecture, Landscape Architecture, Theory Of Architecture, Sustainable Architecture
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Descripción

UNIVERSIDAD SIMÓN BOLÍVAR ARQUITECTURA

ANIMUS 4100 Del habitar como condición inmanente del demorarse del hombre sobre el mundo revisada a través de la imagen arquetipal de la cabaña primitiva.

BR. DANIEL AUGUSTO BELANDRIA GUTIÉRREZ

INFORME FINAL DE PROYECTO DE GRADO

Mayo de 2006

UNIVERSIDAD SIMÓN BOLÍVAR ARQUITECTURA

ANIMUS 4100 Del habitar como condición inmanente del demorarse del hombre sobre el mundo revisada a través de la imagen arquetipal de la cabaña primitiva.

BR. DANIEL AUGUSTO BELANDRIA GUTIÉRREZ

INFORME FINAL DE PROYECTO DE GRADO Presentado ante la Universidad Simón Bolívar como requisito parcial para optar al título de

ARQUITECTO

Realizado con la asesoría del ARQUITECTO ALEJANDRO BORGES

Mayo de 2006 [ ii ]

[ACTA DE EVALUACIÓN DEL JURADO]

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iii

]

[ACTA DE EVALUACIÓN DEL JURADO]

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iv

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TÍTULO DEL PROYECTO:

ANIMUS 4100 Del habitar como situación inmanente del demorarse del hombre sobre el mundo revisada a través de la imagen arquetipal de la cabaña primitiva.

CARRERA:

ARQUITECTURA

AUTOR:

BR. DANIEL AUGUSTO BELANDRIA GUTIÉRREZ

TUTOR ACADÉMICO:

ARQ. ALEJANDRO BORGES

FECHA:

18 DE MAYO DE 2006

Resumen

Animus 4100 es una disertación de índole teórico que propone entablar una reflexión profunda en torno al existir ‒ese ser y estar heideggeriano, expresado en las voces de ‘ser’ y ‘ser ahí’‒ y su inmanente correspondencia con el habitar, esto es, el hecho arquitectónico: su dimensión fenoménica y su fin proyectual. En su durar, esta reflexión construye una investigación que parte de la revisión de las nociones ontológicas de ‘existencia’ y ‘ánimo’, las cuales van desenvolviéndose a través de la palabra escrita hasta lograr, sobre el final, la con-formación1 de espacios originarios que en suma, dan forma a la ‘cabaña primitiva’.

Descriptores

Ser, ánimo, existencia, fenomenología, cabaña primitiva, sostenibilidad.

1

«En ese marco histórico ‒inicios del posmodernismo‒, aparece también, desde la filosofía de la existencia, una conceptualización del 'habitar' humano. Heidegger concentra en el habitar las dimensiones fundamentales de la existencia, con lo que destaca como irreductible la interacción del hombre en su existencia, con su espacio, con su entorno.» BOROBIO, Luis (2008). "El qué hacer del arquitecto, invención y sensatez".

2

«Con-formación» de «con-formar»: « conformar. (Del lat. conformāre). tr. Ajustar, concordar algo con otra cosa. U. t. c. intr. y c. prnl. || 2. Dar forma a algo.» Diccionario de la Real Academia Española. 22ª Edición. Definición de ‘arquitectura’.

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Índice

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Resumen

[ 9 ] Introducción | Pretextos [ 11 ]

Al momento de plantear un tema…

[ 13 ]

Refugio. Lugar adecuado para refugiarse…

[ 16 ]

La luz tiene fijado su tiempo…

[ 19 ]

La flor está siempre en la almendra…

[ 20 ]

Amado refugio…

[ 24 ]

De una «arquitectura: forma, espacio y orden»…

[ 27 ]

Luego de esta primera aproximación teórica…

[ 28 ] Capítulo i | Habitante [ 29 ]

Existencia. Acto de existir…

[ 33 ] Capítulo ii | Programa [ 34 ]

Programa. Previa declaración de lo que se piensa hacer…

[ 40 ] Capítulo iii | Lugar [ 41 ]

Heidegger vio en la humanidad una forma exclusiva de consciencia…

[ 45 ]

Por muchos caminos y modos he llegado a mi verdad…

[ 48 ]

Esta es nuestra altura y patria…

[ 57 ]

Más tú, Zaratustra, ansiabas percibir los motivos últimos y el fondo de todas las cosas…

[ 63 ] Capítulo iv | Objeto [ 64 ]

Reglas para quien construye en la montaña…

[ 66 ]

Cabaña. Construcción rústica, pequeña y tosca …

[ 70 ]

A la luz de nuestro imaginar…

[ 72 ]

Al revisar raudamente la arquitectura andina venezolana…

[ 75 ]

Aún cuando en un principio hayamos decidido dejar a un lado los valores tradicionales…

[ 79 ]

Aún cuando hoy en día existen en el mundo gran cantidad de técnicas y tecnologías…

[

6

]

[ 85 ]

Principio de Bernoulli…

[ 88 ]

Las siguientes líneas fueron tomadas de la guía de Diseño bioclimático en Venezuela…

[ 97 ]

Las siguientes líneas fueron tomadas del libro Aspectos Geográficos del Estado Mérida…

[ 113 ] Finalmente… [ 118 ] Construcción de un lugar… [ 121 ] Planimetría… [ 130 ] Vistas diurnas… [ 137 ] Vistas nocturnas… [ 144 ] Vistas internas…

[ 151 ] Conclusiones | Postexto [ 152 ] La cabaña de Todtnauberg…

[ 156 ] Bibliografía

[

7

]

a mis padres a mis hermanos a dulce, infinita compañera a los páramos andinos lugar de mis ancestros y lugar de profundas meditaciones y a mi país como promesa de un futuro mejor y posible

[

8

]

Introducción | Pretextos

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9

]

Historia

«Un cronopio pequeñito buscaba la llave de la puerta de calle en la mesa de luz, la mesa de luz en el dormitorio, el dormitorio en la casa, la casa en la calle. Aquí se detenía el cronopio, pues para salir a la calle precisaba la llave de la puerta.» CORTÁZAR, Julio (1962). “Historias de Cronopios y de Famas”.

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10

]

0|0

Al momento de plantear un tema como objeto de estudio del Proyecto de Grado, requisito último del Pensum de la Carrera de Arquitectura, mi interés se centró en la necesidad de profundizar en torno a los cimientos de lo que comúnmente aceptamos como arquitectura. Definida por el diccionario de la Real Academia Española como el «arte de proyectar y construir edificios»1, quería acercarme a una escala mucho más íntima tanto en su significación como en su expresión y su alcance, alejándome así de la distracción que representa la proyección de vastas cantidades de metros cuadrados, propia de los trabajos de Proyecto de Grado usualmente desarrollados sobre el final de la carrera. Quería entonces profundizar y divagar en los detalles. Dominar en esta oportunidad no solo una tectónica sino también una poética y una filosofía de este comúnmente aceptado «arte de proyectar edificios». En este sentido, sobre la hora, antes que un tema surgió en mí un cuestionamiento. Porque una tesis2 no surge de un tema sino de un cuestionarse cosas. Así lo importante acá no es el tema en sí, quizás porque en principio no hay un tema como tal, o porque si bien existe, éste resulta un tanto indeterminado. Tampoco lo importante acá es la respuesta que tradicionalmente sobreviene a la pregunta. Lo importante, es la pregunta en sí misma, o lo que lo mismo, ese preguntar-por3. Y sobre qué interroga este preguntar por, qué es ese algo tan significativo y aún así poco dilucidado sobre lo que ‒me‒ pregunto. Ese algo no es otra cosa que la arquitectura misma. Así, acá la pregunta que yace en el fondo es, sin duda alguna, qué es la arquitectura. Y aún ante la extrañeza de muchos debo decir que poco sabemos responder sobre ésta, la más central de las preguntas de nuestra disciplina. Porque existe un cuestionamiento genuino ‒una pregunta verdadera‒ allí donde no hay luz4. Y es sabido por todos nosotros ‒arquitectos‒ que es difícil precisar una respuesta clara, quizás porque en esencia no hay respuesta clara en torno a esta pregunta.

[

11

]

Así, lo que pretendo acá no es pura e ingenuamente construir una respuesta sino, todo lo contrario, construir la pregunta, dotarla del mayor espesor posible. Para que así, sobre el final, aún cuando no respondamos a la pregunta, podamos al menos entender la dimensión de aquello sobre lo que preguntamos, que es lo mismo que aquello que hacemos, esto es, arquitectura.

1

«arquitectura. (Del lat. architectūra). f. Arte de proyectar y construir edificios.» Diccionario de la Real Academia Española. 22ª Edición. Definición de ‘arquitectura’.

2

«tesis. (Del lat. thesis, y este del gr. θέσις). f. Conclusión, proposición que se mantiene con razonamientos. || 2. Opinión de alguien sobre algo. || 3. Disertación escrita que presenta a la universidad el aspirante al título de doctor en una facultad.» Diccionario de la Real Academia Española. 22ª Edición. Definición de ‘tesis’.

3

«preguntar-por»: Lo importante sobre la pregunta qué es arquitectura no es en sí la pregunta, sino la manera en que este interrogar se abre paso en la razón arquitectónica. Esta manera de preguntar es la que usa Heidegger para lograr una solución ostensible a la pregunta por el tiempo: «No miremos a la respuesta, sino repitamos la pregunta. ¿Qué sucedió con la pregunta? Se ha transformado. La cuestión de ¿qué es el tiempo?, se ha convertido en la pregunta: ¿Quién es el tiempo? Más en concreto: ¿Somos nosotros mismos el tiempo? Y con mayor precisión todavía: ¿Soy yo mi tiempo? Esta formulación es la que más se acerca a él. Y si comprendo debidamente la pregunta, con ello todo adquiere un tono de seriedad. Por tanto, ese tipo de pregunta es la forma adecuada de acceso al tiempo y de comportamiento con él, con el tiempo como el que es en cada caso el mío. Desde un enfoque así planteado, el ser-ahí sería el blanco del preguntar.» HEIDEGGER, Martin (1924). “El concepto de tiempo”. Conferencia pronunciada ante la Sociedad Teológica de Marburgo.

4

«luz1. (Del lat. lux, lucis). f. […] 6. Esclarecimiento o claridad de la inteligencia.» Diccionario de la Real Academia Española. 22ª Edición. Definición de ‘luz’.

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12

]

0|1

«Refugio […] lugar adecuado para refugiarse.»

Diccionario de la Real Academia, 22ª edición. Definición de ‘refugio’.

Es de esta manera que surge la noción de refugio, como un lugar que acoge al hombre y los resguarda de los elementos llegando a constituirse en una verdadera cabaña primitiva. Esta tipología aparecía entonces como apropiada para poder realizar las distintas exploraciones planteadas por la investigación. El refugio, y todo lo que éste conlleva, se me antojaba un objeto prudente sobre el cual desplegar toda una serie de consideraciones y discernimientos a fin de producir un conocimiento sino cierto, cuando menos genuino sobre la disciplina. A la vez el refugio podría llegar a ser un edificio que en algún futuro pudiera construirse y habitarse, pudiendo así llegar a ser confrontadas las hipótesis propuestas en torno al habitar. Sin embargo, y más allá de eso, mi anhelo se convirtió en una verdadera reflexión del habitar, un filosofar en torno al agazaparse del hombre en el mundo, una consideración ontológica que ponía a la arquitectura como primera expresión del ser humano. Así la tarea se hizo extensa y ardua. Sobre todo porque muchos de los caminos seguidos no habían sido planteados hasta ahora y mi tarea no era ya seguir caminos sino, dilucidarlos, abrirlos, para luego entonces caminarlos. Consecuencia de este dilucidar, ha sido la relación que he intentado establecer entre diferentes disciplinas a fin de salvar el camino que me separa de mi propósito. Esto es, establecer la íntima relación que existe entre el hombre y la arquitectura, precisar la manera en que sus conceptos se entrelazan y estrechan hasta confundirse:

(1) …el hombre, una dualidad entre existencia y ánimo, caracterizado por un demorarse en el mundo que lo lleva a agazaparse, a refugiarse.

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13

]

(2) …el refugio, la cabaña primitiva, expresión efectiva de ese existir y ser en el mundo donde el hombre, finalmente, habita.

Y al tiempo que este camino va recorriéndose, también aventurarme un poco más allá, yendo sobre la consideración de otras situaciones propias de nuestro habitar en el mundo tales como:

(3) …la arquitectura como expresión primera de la condición humana en el mundo. (4) …la exploración de modelos filosóficos, más específicamente el existencialismo y la fenomenología, como posibilidades del proyectar arquitectónico. (5) …la confrontación de la imagen intuitiva y la imagen arquetipal como generadores de la arquitectura. (6) …el método arquitectónico como resultado de la confluencia de conocimientos multidisciplinarios. (7) …la aproximación a la actualidad del territorio como comprensión de acontecimientos pasados y posibilidades futuras. (8) …el desarrollo de una nueva tectónica como respuesta energética a la manera en que el hombre se arraiga en el medio natural. (9) …la experiencia como fin de la proyección arquitectónica. (10) …el camino que ha de seguir nuestra arquitectura paisana en el caso particular de la arquitectura andina.

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14

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Sirva así este preámbulo como introducción a la serie de contenidos disímiles que han posibilitado la composición de esta particular investigación.

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«La luz tiene fijado su tiempo, pero fuera del tiempo, fuera del espacio, está el Reino de la Noche»

NOVALIS (1798). “Himnos de la noche (II)”.

Planteamos acá un estudio de cómo una intuición va de apoco desenvolviéndose, abandonando sus lugares más leves, hasta alcanzar nuevos espacios de pesada racionalidad. La imagen1, el anhelo2, el ánimo3 inusitado, todas estas formas que yacen ocultas a la claridad lógica de nuestra consciencia. Sin embargo, ¿cómo negar que una sola de éstas, a fuerza de insistencia y de un eterno retorno sobre nosotros, trascienda hasta llegar a convertirse en leitmotiv de nuestras vidas? Acaso, cabe decir ¿no son éstas formas inconscientes, cuyas reminiscencias apenas entrevemos, las que dan significación e impulso a nuestros actos? El filósofo alemán Martin Heidegger dice, acerca de cómo el hombre debe cobijarse «poéticamente» en la tierra, que: «La poesía en todas sus formas, como la que se adopta en el arte de vivir, es lo único que presta un significado a la existencia humana y, el significado, es una necesidad fundamental».4 Pero la intuición5, como proceso6, carece de las justificaciones y fundamentos precisos que nos argumenten, a la luz de la ‘claridad lógica’ de nuestra consciencia, toda su lucidez y agudeza, esto es, su significado. Al mismo tiempo, como consecuencia de esta primera intuición, la intuición7 como forma8 resulta en un impulso involuntario que emana desde adentro ‒desde algún lugar que llamamos adentro‒ y se proyecta luego sobre nuestra razón haciéndonos, a cusa de nuestro propio descuido, deliberar continuamente sin percatarnos de su profunda trascendencia sobre nuestros actos. Es de esta manera como, en todo caso, terminamos por concadenar tales y cuales intuiciones con tales y cuales razonamientos, atribuyéndoles falsamente el espesor necesario y acomodándolos livianamente en nuestro pensar, para desde allí, seguir adelante con las implicaciones de nuestro actuar sobre el mundo.

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Pero no basta nada más con detenerse sobre ciertas intuiciones. Menos aún basta con encadenarlas a razonamientos preestablecidos con el fin de otorgarle a nuestro pensamiento la continuidad necesaria. Hallar el significado es una «necesidad fundamental». Así, este detenerse momentáneamente sobre la intuición es apenas el punto de partida sobre el cual ha de versar nuestro devenir. Todo esto, debido a que es nuestro finito devenir sobre el mundo lo que nos obliga, o más bien, nos apura, a detenernos sobre ya ineludibles imágenes recurrentes y a reflexionar verdaderamente sobre su naturaleza trascendente. Y a su vez, es este reflexionar espaciado y profundo, lo que ha de convertirse en nuestro principal quehacer en el mundo, esto es: dilucidar la intuición hasta alcanzar su más puro e irreductible significado. Porque son estos anhelos inconscientes la expresión más genuina de ese ser íntimo y primero que permanece desconocido y oculto ante nosotros. Y este pensar pausado y agudo, la mejor manera de caminar hacia adelante. Ahora, una vez revisado lo anterior, el problema es más bien cómo desandar la intuición para rehacer un camino más amplio, una genuina construcción que nos permita desenvolvernos acertadamente sobre el mundo. Porque hallarse a solas con meras intuiciones nos inunda de una precariedad insalvable para la vida. Queda así planteada nuestra labor: hay que deconstruir la intuición9. Es esto lo que se precisa hacer. Descomponerla en sus vertientes originarias hasta que ya no sean, en lo absoluto, reductibles. Entenderlas como formas monolíticas y luego abrirlas y desplegarlas en toda su dimensión. Alcanzar su esencia última y asirla. Y una vez hecho esto, volver de nuevo a la intuición, retornar a ella. Ya no vaga y leve sino, cierta y profunda. Y así finalmente, inmerso en su fenomenología, reconstruirla.

1

«imagen. (Del lat. imāgo, -ĭnis). f. Figura, representación, semejanza y apariencia de algo. […] 4. Ret. Representación viva y eficaz de una intuición o visión poética por medio del lenguaje. […] » Diccionario de la Real Academia, 22ª edición. Definición de ‘imagen’.

2

«anhelo. (Del lat. anhēlus). m. Deseo vehemente.» Diccionario de la Real Academia, 22ª edición. Definición de ‘anhelo’.

3

«ánimo. (Del lat. anĭmus, y este del gr. ἄνεμος, soplo). m. Alma o espíritu en cuanto es principio de la actividad humana. || 2. Valor, esfuerzo, energía. || 3. Intención, voluntad. || 4. Atención o pensamiento. […] » Diccionario de la Real Academia, 22ª edición. Definición de ‘ánimo’.

4

Tomado de: BAKER, Geoffrey (1989). “Análisis de la forma”.

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17

]

5

Intuición como: «Facultad de comprender las cosas instantáneamente, sin necesidad de razonamiento. […] Percepción íntima e instantánea de una idea o una verdad que aparece como evidente a quien la tiene.» Diccionario de la Real Academia Española. 22ª Edición. Definición de ‘intuición’.

6

«proceso. (Del lat. processus). m. Acción de ir hacia adelante.» Diccionario de la Real Academia Española. 22ª Edición. Definición de ‘proceso’.

7

Intuición como: «Resultado de intuir.» Diccionario de la Real Academia Española. 22ª Edición. Definición de ‘intuición’.

8

Forma como: «Manifestación sensible de la configuración interna de las cosas.» PIÑÓN, Helio (2008). “Proyecto de arquitectura y forma de la ciudad moderna”. Seminario dictado en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo (FAU) de la Universidad Central de Venezuela (UCV). Escuela de Arquitectura Carlos Raúl Villanueva, Caracas, Venezuela.

9

«deconstruir la intuición» se refiere acá a la idea de desandar aquello que damos por sentado en torno a la disciplina. Quizás deba leerse también como desandar lo que entendemos por la disciplina misma. La arquitectura no ha de plantearse sino como un arte, un «conjunto de regles y preceptos» a medio camino entre las ciencias naturales y las ciencias humanas. | Arte: «arte. (Del lat. ars, artis, y este calco del gr. τέχνη). […] 3. Conjunto de preceptos y reglas necesarios para hacer bien algo. […] » Diccionario de la Real Academia, 22ª edición. Definición de ‘arte’.

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«La flor está siempre en la almendra»

Gastón Bachelard (1957). “La poética del espacio”.

«deconstrucción. f. Acción y efecto de deconstruir. || 2. Fil. Desmontaje de un concepto o de una construcción intelectual por medio de su análisis, mostrando así contradicciones y ambigüedades.»

Diccionario de la Real Academia, 22ª edición. Definición de ‘deconstrucción’.

En 1986, Derrida explicó así la deconstrucción: «Se construye algo, un sistema filosófico, una tradición, una cultura, y llega un deconstructor que lo destruye piedra a piedra, analiza la estructura y la diluye... Se observa un sistema y se examina cómo está construido, qué clave, qué ángulo... los altera y se libera a sí mismo de la autoridad del sistema.»1 Entonces, deconstruir la intuición y rearmarla de nuevo. Es esto lo que se precisa hacer:

…Primero volver sobre nuestra instintiva condición humana de

habitar. Retornar a ese primitivo acto de nuestro devenir en el mundo, ademán que nos otorga nuestra primera seña de hombres.

…Una vez inmersos en esta

comprensión del habitar, repensar el refugio, ese lugar primigenio en medio del mundo silvestre, cáscara que mira hacia afuera y define nuestros adentros, nuestros universos propios. Entenderlo como el primero de nuestros ánimos, el primer acto humano a la vez que la primera arquitectura.

…Luego, liberados ya de la

autoridad del sistema, indagar en sus imágenes propias: sus muros, sus techumbres, sus fuegos y sus ventanas, sus espacios calmos. Indagar en su fenomenología.

1

…Finalmente armar nuestro propio refugio y habitarlo.

BAKER, Geoffrey (1989). “Análisis de la forma”.

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amado refugio cáscara mía que mira hacia fuera y define mis adentros mis universos propios:

UN FUEGO ABRASADOR QUE CALIENTE LA NOCHE PARAMERA

Daniel Belandria (2006).

«fenomenología. f. Fil. Teoría de los fenómenos o de lo que aparece. || 2. En Friedrich Hegel, filósofo alemán de comienzos del siglo XIX, dialéctica interna del espíritu que presenta las formas de la conciencia hasta llegar al saber absoluto. || 3. Método filosófico desarrollado por Edmund Husserl que, partiendo de la descripción de las entidades y cosas presentes a la intuición intelectual, logra captar la esencia pura de dichas entidades, trascendente a la misma consciencia.»

Diccionario de la Real Academia, 22ª edición. Definición de ‘fenomenología’.

La fenomenología término proveniente del griego φαινομαι, fainomai, que significa «mostrarse» o «aparecer», y del griego λογος, logos, que significa «razón» o «explicación», es un método filosófico que parte del análisis intuitivo de los objetos tal como son dados a la consciencia cognoscente, para así inferir los rasgos esenciales de la experiencia y lo experimentado. En contraposición a la filosofía crítica, de índole kantiana, la cual se orienta al contenido trascendental que la experiencia no muestra, la fenomenología extrae la cuestión de la existencia del objeto conocido según éste se aparece a la conciencia. Este un tanto oscuro método filosófico, intenta encontrar un sencillo punto de comienzo describiendo únicamente los fenómenos1 tal y como parecen ser, sin hacer ninguna suposición acerca de lo que realmente son. De esta manera da a la filosofía un giro subjetivo casi psicológico, haciendo de ella el estudio de la consciencia del hombre.

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20

]

En el sentido desarrollado por Edmund Husserl, filósofo alemán quien fuera el principal exponente de esta corriente filosófica, la fenomenología opera abstrayendo la cuestión de la existencia del objeto conocido y describiendo minuciosamente las condiciones en las que se aparece a la conciencia. Así el método fenomenológico devela las características esenciales de las experiencias y la esencia de lo experimentado. Es este interés por la consciencia lo que encontramos en los filósofos del siglo XX. En Alemania uno de los más importantes es Martin Heidegger, nacido en 1898 y cuyo pensamiento queda expuesto en el colosal y oscuro libro de Ser y tiempo publicado en 1927. Allí, su principal preocupación reside en la existencia humana y en la posibilidad de vivir una vida «auténtica» encarándose con la posición real de uno mismo en el mundo y, en particular, con la inevitabilidad de la muerte propia. En esta obra de Ser y tiempo, la más influyente de la filosofía contemporánea, Heidegger, discípulo y cercano colaborador de Husserl, reflexiona en torno al método fenomenológico expresando, en uno de sus tantos apartes, que: «en lo que tiene de más íntimo, la fenomenología no es dirección alguna, sino que es la posibilidad del pensar que, llegados los tiempos, reaparece de nuevo, variada, y que sólo por ello es la permanente posibilidad del pensar, para corresponder al requerimiento de aquello que hay que pensar. Cuando la fenomenología viene así experimentada y conservada, puede entonces desaparecer como rótulo en favor de la cosa del pensar, cuya revelabilidad sigue siendo un misterio.»2 De esta manera, y ante todo, en palabras del mismo Heidegger, la fenomenología no es en sí misma un camino, sino más bien, la posibilidad del pensar hondo y diáfano en aquello que hay que pensar, en aquello que se nos muestra. Así: «lo esencial de ésta [de la fenomenología] no reside en ser real [o en ser efectiva, en surtir efectos] como ‘dirección’ filosófica. Más alta que la realidad está la posibilidad. La comprensión de la fenomenología radica únicamente en tomarla como posibilidad.»3 Es este el camino seguido por el filósofo y ensayista francés Gastón Bachelard, quien, «en la madurez de su vida, rompiera con todos sus hábitos tradicionales de investigación filosófica para abrazar una forma personalísima de la fenomenología, la del ‘estudio del fenómeno de la imagen poética’.»4 Para Bachelard, «en su novedad, en su actividad, la imagen poética tiene un ser propio, un dinamismo propio. Procede de una ontología directa»5. Así, «la

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21

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imagen, en su simplicidad, no necesita un saber. Es propiedad de una consciencia ingenua. En su expresión, es un lenguaje joven.»6 Más adelante, y «para especificar bien lo que puede ser una fenomenología de la imagen, para aclarar que la imagen es antes que el pensamiento»7, Bachelard afirma que «la poesía es, más que una fenomenología del espíritu, una fenomenología del alma.»8 Pero la fenomenología de Bachelard no produce, como podría esperarse, «un sustituto explicativo o simplemente descriptivo de los esquemas causales de la ciencia, sino por el contrario un novedoso y eminente estilo del filosofar, el de la poética del espacio.»9 Bachelard explora así las profundidades del espíritu humano al tiempo que descubre estremecimientos a través de la evocación de las imágenes más quedas. Reflexiona y desarrolla una poética del espacio, toda una verdadera fenomenología del habitar: «Agazapar pertenece a la fenomenología del verbo habitar. Sólo habita con intensidad quien ha sabido agazaparse»10. E imagina la casa como «un cuerpo de imágenes que dan al hombre razones o ilusiones de estabilidad.»11 En torno a la imagen, esa que se suscita «antes que el pensamiento», Bachelard señala que «hay que estar […] en el presente de la imagen, en el minuto de la imagen [ésta] debe nacer y renacer con el motivo de un verso dominante, en la adhesión total a una imagen aislada, y precisamente en el éxtasis mismo de la novedad de la imagen.»12 Finalmente, «distinguir todas esas imágenes, sería decir el alma de la casa; sería desarrollar una verdadera psicología de la casa.»13 Es así como Bachelard, al tiempo que abre un camino que va desde una fenomenología de la casa hasta un discernimiento del espíritu humano, abre también una posibilidad contraria que nos guía a través de imágenes intuitivas, del espíritu humano hasta una construcción del evento arquitectónico14.

1

«fenómenos» del singular fenómeno: «fenómeno. (Del lat. phaenomĕnon, y este del gr. φαινόμενον). m. Toda manifestación que se hace presente a la consciencia de un sujeto y aparece como objeto de su percepción. […] 5. Fil. En la filosofía de Immanuel Kant, lo que es objeto de la experiencia sensible. […] » Diccionario de la Real Academia, 22ª edición.

Definición de

‘fenómeno’. 2

HEIDEGGER, Martin (1927). “Ser y tiempo”.

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22

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3

Ibídem.

4

Gastón Bachelard (1957). “La poética del espacio”.

5

Ibídem.

6

Ibídem.

7

Ibídem.

8

Ibídem.

9

Ibídem.

10

Ibídem.

11

Ibídem.

12

Ibídem.

13

Ibídem.

14

«evento arquitectónico»: «evento. (Del lat. eventus). m. acaecimiento. […] » Diccionario de la Real Academia, 22ª edición.

Definición de ‘evento’. | «acaecimiento. (De acaecer1). m. Cosa que

sucede.» Diccionario de la Real Academia, 22ª edición.

Definición de ‘acaecimiento’. |

Parafraseando, el evento arquitectónico, es la arquitectura que sucede. Pero no exactamente la arquitectura sino, la experiencia de ésta, su vivencia.

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De una «Arquitectura: forma, espacio y orden» a una «Arquitectura: Imagen, tectónica y experiencia»

«existencialismo. (De existencial). m. Movimiento filosófico que trata de fundar el conocimiento de toda realidad sobre la experiencia inmediata de la existencia propia.»

Diccionario de la Real Academia, 22ª edición. Definición de ‘existencialismo’.

A muchos escritores, filósofos y teólogos se les ha llamado ‘existencialistas’. En la medida en que quepa discernir un núcleo común, parecería haber tres principales preocupaciones que son centrales al existencialismo. En primer lugar, por el ser humano individual, más bien que por las teorías generales sobre él. Tales teorías, se piensa, omiten lo que es más importante sobre cada individuo, su unicidad. En segundo lugar, existe una preocupación por el significado o propósito de las vidas humanas, más que por las verdades científicas o metafísicas acerca del universo. Así, la experiencia interior o subjetiva es de algún modo considerada como más importante que la verdad objetiva. En tercer lugar, está la preocupación por la libertad de los individuos, como su más importante propiedad distintivamente humana. Así, los existencialistas creen en la capacidad de cada persona para elegir por sí misma sus actitudes, fines, valores y modos de vida. 1

Sin embargo, aún cuando este núcleo común del existencialismo pueda hallarse en una amplia variedad de contextos, cualquiera puede darse por incluido entre los filósofos existencialistas con sólo disponerse a emitir un enunciado general sobre la condición humana, incluso en el caso de que ese enunciado consista en negar la posibilidad o la importancia de otros enunciados generales. Así, dentro del existencialismo, podemos encontrar una gran pluralidad de corrientes, cada una con exponentes cercanos y disímiles a la vez. Las filosofías existencialistas se presentan en formas varias, siendo la religiosa y la atea las que más radicalmente se diferencian entre sí. El pensador cristiano danés Kierkegaard (1813-1855) es generalmente considerado como el primer existencialista moderno. Kierkegaard rechazó el sistema teórico abstracto por parecerle como una inmensa mansión en la que uno no vive realmente y defendió en su lugar la importancia suprema del individuo y su capacidad de elegir libremente. La otra fuente del existencialismo del siglo XIX, es el escritor alemán

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]

Nietzsche (1844-1900), quien era agresivamente ateo. Nietzsche sostuvo que ya que «Dios ha muerto», es decir, al haber sido desenmascaradas las ilusiones de la religión, tendremos que volver a pensar la entera base de nuestras vidas y encontrar su significado y fin en términos únicamente humanos. Lo que es más distintivo de Nietzsche es el énfasis que otorga a nuestra libertad de cambiar las bases de nuestros valores, y su visión del «Súper-hombre» del futuro, que rechazará nuestros sumisos valores actuales de base religiosa por otros más reales basados en la humana «voluntad de poder». También en el siglo XX, se han dividido los existencialistas en cristianos y ateos. El existencialismo ha sido una corriente moderna en Teología, tanto protestante como católica, al igual que en Filosofía. El movimiento filosófico se centró en el continente europeo, especialmente en Alemania y Francia, teniendo mucha menos influencia en los países de habla inglesa. Sus fuentes se encuentran en Kierkegaard y Nietzsche, pero también en la ya mencionada «fenomenología» de Edmund Husserl (1859-1938) y la continuidad que de ésta realizó Martin Heidegger (1898-1976). Pero lo que realmente nos importa y nos incumbe a la luz de nuestra investigación, es la posibilidad que nos brinda el existencialismo en cuanto a su preocupación por la «experiencia interior o subjetiva [la cual] es de algún modo considerada como más importante que la verdad objetiva.»2 Así la experiencia vista como derivación de una deconstrucción del acto de habitar, y de una reflexión fenomenológica como discernimiento del espíritu humano, aparece como tercera y última escena del ánimo que nos ocupa: «La experiencia es en sí, la construcción última del evento arquitectónico». Y cuál es en particular este «evento arquitectónico» sobre el que aplicamos nuestras inquietudes ontológicas. Cuál es este importante edificio que nos ocupa y nos desvela haciéndonos divagar en tan oscuros y recónditos parajes. Cuál es esa arquitectura primera que emana de nuestro habitar en el mundo, de nuestro existir y ser en el mundo: Ésta no ha de ser otra que el refugio, porque, en palabras de Bachelard, «sólo habita con intensidad quien ha sabido agazaparse»»3. Y refugiarse en el mundo ha de ser ante todo un agazaparse en el mundo.»4 De allí en adelante que, nuestra arquitectura primera, nuestro refugio, se vea marcado por la imagen prototípica5, o quizás sea correcto decir arquetípica6, de la casa, ese «edificio para habitar»7.

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1

STEVENSON, Leslie (1974). “Siete teorías de la naturaleza humana”.

2

Ibídem.

3

Gastón Bachelard (1957). “La poética del espacio”.

4

Ibídem.

5

«prototípico, ca. adj. Perteneciente o relativo al prototipo.» Diccionario de la Real Academia, 22ª edición. Definición de ‘prototípico’. | «prototipo. (Del gr. πρωτότυπος). m. Ejemplar original o primer molde en que se fabrica una figura u otra cosa. || 2. Ejemplar más perfecto y modelo de una virtud, vicio o cualidad.» Diccionario de la Real Academia, 22ª edición.

Definición de

‘prototipo’. 6

«arquetípico, ca. adj. Perteneciente o relativo al arquetipo.» Diccionario de la Real Academia, 22ª edición. Definición de ‘arquetípico’. | «arquetipo. (Del lat. archetypus, y este del gr. ἀρχέτυπος). m. Modelo original y primario en un arte u otra cosa. || 2. Ecd. Punto de partida de una tradición textual. || 3. Psicol. Representación que se considera modelo de cualquier manifestación de la realidad. || 4. Psicol. Imágenes o esquemas congénitos con valor simbólico que forma parte del inconsciente colectivo. || 5. Rel. Tipo soberano y eterno que sirve de ejemplar y modelo al entendimiento y a la voluntad humanos.» Diccionario de la Real Academia, 22ª edición. Definición de ‘arquetipo’.

7

«casa. (Del lat. casa, choza). f. Edificio para habitar. […] » Diccionario de la Real Academia, 22ª edición. Definición de ‘casa’.

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]

0|6

Luego de esta primera aproximación teórica se suceden uno tras otro los diferentes capítulos que dan cuerpo a esta exploración. Proponemos una categorización propia, y un orden lógico-proyectual. Esta secuencia no quiere significar un tratado o un dogma sino, tan solo, una guía personal de la manera en que se suceden los eventos dentro del accionar disciplinar:

(1) 1

…el habitante como generador de espacios en su demorarse en el mundo. (2) 2

…el programa como composición de espacios definida por la dinámica del habitante en el tiempo. (3) 3

…el lugar como modelador del evento arquitectónico. (4) 4

…el objeto como un evocador de imágenes y desencadenador de nuevas experiencias.

1

«habitante. (Del ant. part. act. de habitar). adj. Que habita. […] » Diccionario de la Real Academia, 22ª edición. Definición de ‘habitante’.

2

«programa. (Del lat. programma, y este del gr. πρόγραμμα). m. […] 2. Previa declaración de lo que se piensa hacer en alguna materia u ocasión. || 3. Tema que se da para un discurso, diseño, cuadro, etc. […] 5. Anuncio o exposición de las partes de que se han de componer ciertos actos o espectáculos o de las condiciones a que han de sujetarse, reparto, etc. […] 7. Proyecto ordenado de actividades. || 8. Serie ordenada de operaciones necesarias para llevar a cabo un proyecto. […] » Diccionario de la Real Academia, 22ª edición. Definición de ‘programa’.

3

«lugar. (De logar1). m. Espacio ocupado o que puede ser ocupado por un cuerpo cualquiera. || 2. Sitio o paraje. […] » Diccionario de la Real Academia, 22ª edición. Definición de ‘lugar’.

4

«objeto. (Del lat. obiectus). m. Todo lo que puede ser materia de conocimiento o sensibilidad de parte del sujeto, incluso este mismo. || 2. Aquello que sirve de materia o asunto al ejercicio de las facultades mentales. || […] 4. Fin o intento a que se dirige o encamina una acción u operación. || 5. Materia o asunto de que se ocupa una ciencia o estudio. || 6. cosa. […] » Diccionario de la Real Academia, 22ª edición. Definición de ‘objeto’.

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]

Capítulo i | Habitante

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1|0

«existencia. (Del lat. tardío exsistentĭa). f. Acto de existir. || 2. Vida del hombre. || 3. Fil. Por oposición a esencia, realidad concreta de un ente cualquiera. En el léxico del existencialismo, por antonom., existencia humana. […] »

Diccionario de la Real Academia, 22ª edición. Definición de ‘existencia’.

«ánimo. (Del lat. anĭmus, y este del gr. ἄνεμος, soplo). m. Alma o espíritu en cuanto es principio de la actividad humana. || 2. Valor, esfuerzo, energía. || 3. Intención, voluntad. || 4. Atención o pensamiento. […] »

Diccionario de la Real Academia, 22ª edición. Definición de ‘ánimo’.

En nuestro devenir, y siguiendo las conjeturas de los apartes anteriores, el habitante significa para nosotros la principal fuente de lo que ha de ser toda arquitectura. Son sus necesidades y pretensiones las que van de a poco esgrimiendo el camino que sigue la pieza arquitectónica, ya sea esta un simple objeto, una casa, un edificio, una plaza o una ciudad. Para nosotros, el habitante es quien llena los espacios del refugio, es él quien los ocupa día y noche resguardado de las tormentas y las tempestades. Pero también es él, quien los imagina y los vive, dándole a ese lugar en medio del mundo una tez humana. El habitante se transforma entonces en un compendio entre un llenar1 el espacio y un imaginar2 el espacio. Dilucidar esta dualidad y entenderla, más allá de significar algo en sí mismo, es la posibilidad de acceder en mejor manera al problema arquitectónico. Pero llenar e imaginar el espacio no son verbos que debamos aceptar a simple vista. Ellos provienen de un accionar3 anterior, de un verbo anterior que permanece esencialmente unido a la definición de nuestra condición de hombres en el mundo:

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]

«El ser ahí es el ente que se caracteriza por el hecho de ser-en-el-mundo. La vida humana no es algo así como un sujeto que haya de realizar alguna hazaña habilidosa para llegar al mundo. El ser-ahí, entendido como ser-en-el-mundo, significa ser de tal manera en el mundo que este ser implica manejarse en el mundo; demorarse a manera de un ejecutar, de un realizar y llevar a cabo, y también a manera de un contemplar, de un interrogar, de un determinar considerando y contemplando. El ser-en-el-mundo está caracterizado como un ‘habitar’ en el mundo.»4

Entonces el hombre habita en cuanto existe y es en el mundo. Y habita no permaneciendo inmóvil habitando sino discurriéndose a través de un infinito número de habitares. Una maraña de verbos que encierran todo nuestro divagar en el mundo. Así el habitante, de manera inmanente a su demorarse en el mundo, actúa en primer lugar como un generador de espacios.

Figuración espacial del verbo «habitar».

Figuración espacial de los verbos «estar, comer, dormir, asear(se) y guardar».

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Figuración espacial de multitud de verbos.

Figuración espacial de infinitud de verbos.

Sustantivizar5 estos verbos que encierran todo nuestro divagar en el mundo se hace necesario a fin de desentrañar la manera en que habitamos el mundo. Así nuestro actuar pensado en forma de verbo, va moldeando el espacio originario de nuestro habitar, creando a partir de éste todos los demás espacios de nuestra arquitectura.

Figuración espacial de sustantivos derivados de los verbos que configuran el habitar.

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]

A su vez, este desentrañar es menester, porque queremos construir nuestro refugio. Queremos construir y habitar nuestro refugio y así llenar e imaginar el mundo, asirlo en nuestra existencia y en nuestro ánimo:

…en este sentido, el

mismo Heidegger «vio en la humanidad una forma exclusiva de conciencia y de conocimiento a través de la cual se nos descubre el mundo. Somos el vehículo de esta percepción y, en expresión de Michael Zimmerman, ‘la mente del universo’. Somos ‘la abertura’ por la cual el universo toma consciencia de sí mismo.»2

1

«llenar. (De lleno). tr. Ocupar por completo con algo un espacio vacío. U. t. c. prnl. || 2. Dicho de un conjunto de personas: Ocupar enteramente un recinto. || 3. Ocupar dignamente un lugar o empleo. || 4. Parecer bien, satisfacer. La razón de Pedro me llenó. || 5. Dicho de un macho: Fecundar a la hembra. || 6. Cargar, colmar. Lo llenó de favores, de improperios, de enojo. || 7. Manchar, ensuciar mucho. U. m. c. prnl. Se llenó DE manchas. || 8. coloq. Arg. y Ur. hartar (ǁ cansar). || 9. coloq. Cuba. molestar. || 10. intr. p. us. Dicho de la Luna: Llegar al plenilunio. || 11. prnl. coloq. Hartarse de comida o bebida. || 12. coloq. Enfadarse, irritarse después de haber sufrido o aguantado por algún tiempo.» Diccionario de la Real Academia, 22ª edición. Definición de ‘llenar’.

2

«imaginar. (Del lat. imagināri). tr. Representar idealmente algo, inventarlo, crearlo en la imaginación. U. t. c. prnl. || 2. Presumir, sospechar. U. t. c. prnl. || 3. ant. Adornar con imágenes un sitio. || 4. prnl. Creer o figurarse que se es algo.» Diccionario de la Real Academia, 22ª edición. Definición de ‘imaginar’.

3

«accionar. (De acción). tr. Poner en funcionamiento un mecanismo o parte de él, dar movimiento. || 2. intr. Hacer movimientos y gestos para dar a entender algo, o acompañar con ellos la palabra hablada o el canto, para hacer más viva la expresión de los pensamientos, deseos o afectos. » Diccionario de la Real Academia, 22ª edición. Definición de ‘accionar’.

4

HEIDEGGER, Martin. El concepto de tiempo. Madrid: Editorial Trotta, S.A. (1995).

5

«Sustantivizar»: volver, transformar en sustantivos.

6

BAKER, Geoffrey. Análisis de la forma. Barcelona: Editorial Gustavo Gili, S.A. (1998).

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Capítulo ii | Programa

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2|0

«programa. (Del lat. programma, y este del gr. πρόγραμμα). m. […] 2. Previa declaración de lo que se piensa hacer en alguna materia u ocasión. || 3. Tema que se da para un discurso, diseño, cuadro, etc. […] 5. Anuncio o exposición de las partes de que se han de componer ciertos actos o espectáculos o de las condiciones a que han de sujetarse, reparto, etc. […] 7. Proyecto ordenado de actividades. || 8. Serie ordenada de operaciones necesarias para llevar a cabo un proyecto. […] »

Diccionario de la Real Academia, 22ª edición. Definición de ‘existencia’.

Al sustantivizar los verbos que guardan nuestro divagar en el mundo empezamos a abstraer bidimensionalmente toda una dinámica espacial que da cuerpo al habitar y, seguidamente, a la arquitectura. De la misma forma en que nuestro actuar, pensado en forma de verbo, va moldeando el espacio originario de nuestro habitar, creando a partir de éste todos los demás espacios de nuestra arquitectura, la dinámica que luego sobre estos mismos espacios el habitante genera, va definiendo lo que es nuestro programa arquitectónico.

Figuración espacial y ampliación de los verbos iniciales con los verbos «hidratar, energizar y calentar».

Para comenzar, debemos identificar cuáles han de ser los espacios esenciales sobre los cuales muchos otros verbos pueden cohabitar1. Esto a fin de hacer una verdadera economía de espacios, y armar así un programa factible para nuestro refugio.

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Configuración originaria de los lugares del programa.

Diferenciar estos espacios esenciales es el siguiente paso. Ordenarlos según su uso y caracterizarlos de acuerdo al lugar que ocupan en la dinámica del habitante. De esta manera los espacios empiezan de a poco a dibujar una forma, una imagen que habrá de convertirse en edificio.

Categorización de los lugares del programa según la naturaleza de su uso: público (en amarillo), privado (en azul), circulación (en morado), operativo (en rojo) y externo (en verde).

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]

El refugio queda así enmarcado dentro de un conjunto conocido. Las estancias se dibujan ahora aleatoriamente carentes de una lógica que las agrupe. Buscar esa lógica y racionalizar una conformación espacial es el siguiente paso en la concepción de nuestro refugio.

Ordenamiento secuencial y programático de los lugares del programa.

Teniendo ya una conformación espacial bidimensional de cómo ha de ser nuestro edificio, al menos una diferenciación básica de la calidad de estos espacios, se hace necesaria para continuar nuestra labor. Así aparece ante nosotros la salvedad de lo estrictamente operativo2, en contraposición a aquellos otros espacios de permanencia los cuales definen nuestros lugares calmos dentro del refugio.

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Distinción entre lugares estrictamente operativos y lugares calmos.

A la postre, un refugio programático queda plenamente definido. Éste puede aplicarse ahora sobre aquellas formas que los siguientes capítulos diluciden. Así nuestro programa, consecuencia directa del habitante y su demorarse en el mundo, queda a la espera de las imágenes que darán forma definitiva a la arquitectura. Sin embargo, es posible ahondar un poco más allá en el refugio como posibilidad. Si tomamos literalmente la imagen bidimensional anteriormente lograda, podemos empezar a componer formas pensando en las dinámicas que el habitante lleva a cabo día a día. Esto es el trabajar sobre el ánimo de la casa, componer en su esencia para luego llevarlo a la forma3. De esta manera vamos trazando el desandar diario del habitante en su espacio primero. El refugio se ve surcado de líneas que, a pesar de ser solamente una abstracción, nos ayudan a entender más profundamente su espíritu.

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Dinámica matutina del habitante.

Dinámica vespertina del habitante.

Dinámica nocturna del habitante.

Dinámica diaria del habitante.

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Finalmente…

Sobreposición de las dinámicas diarias del habitante.

« […] recogiendo el paso del tiempo… la casa se convierte en un calendario… Registra el movimiento del tiempo durante el año, o durante la vida… piedra en miniatura en un paisaje bonsái…

Esta casa es una

[que] se construye en torno a estos

movimientos familiares del tiempo que pasa: mobiliario envolvente, movimientos y tiempo.»99

1

«cohabitar. (Del lat. cohabitāre). intr. Habitar juntamente con otra u otras personas. || 2. Hacer vida marital. || 3. Dicho especialmente de partidos políticos, o miembros de ellos: coexistir.» Diccionario de la Real Academia, 22ª edición. Definición de ‘cohabitar’.

2

«operativo, va. adj. Dicho de una cosa: Que obra y hace su efecto. || 2. Preparado o listo para ser utilizado o entrar en acción. || 3. m. dispositivo (ǁ organización para acometer una acción). □ V. sistema ~.» Diccionario de la Real Academia, 22ª edición. Definición de ‘operativo’.

3

«forma. (Del lat. forma). f. Configuración externa de algo. […] » Diccionario de la Real Academia, 22ª edición. Definición de ‘forma’.

4

EMBT: Enric Miralles y Benedetta Tagliabue. “KOLONIHAVEN [casita de madera]”. Copenhague, Dinamarca, 1996.

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Capítulo iii | Lugar

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«Heidegger vio en la humanidad una forma exclusiva de conciencia y de conocimiento a través de la cual se nos descubre el mundo. […] Somos “la abertura” por la cual el universo toma consciencia de sí mismo.»

La mente del universo Geoffrey Baker (1989). “Análisis de la Forma”.

El lugar aparece como consecuencia de los desarrollos previos. Un rincón apartado del mundo en dónde poder desplegar las implicaciones que conlleva nuestro primigenio acto de habitar: El valle es un lugar agreste y apartado, carente de todo vestigio de poblamiento humano. Yace en medio de Los Andes venezolanos, formando parte de una cordillera que se extiende a todo lo largo de América del Sur, desde la Tierra del Fuego en Argentina, hasta las proximidades del Mar Caribe en las costas de Colombia y Venezuela.

1 Extensión de la Cordillera de Los Andes en Suramérica. 2 Extensión de la Cordillera de Los Andes en Venezuela. 3 Extensión de la Cordillera de Los Andes en el Edo. Mérida.

A medio camino entre páramo y desierto, su planicie es de una rareza y belleza única. Su basta escala y su profundo silencio nos dejan atónitos. El constante frío hace mermar nuestros más impetuosos ánimos, sumergiéndonos en un natural estado de contemplación. Es así, como este recóndito reducto del mundo, nos doblega. A menudo cubierto de nubes, éste valle asentado en una de las tantas altas laderas del Edo. Mérida, guarda una posibilidad única. En un promedio de 100 noches al año, se abre de lleno para mostrarnos el basto universo que

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circunnavegamos subidos en nuestro pequeño mundo, haciéndonos ver como el ingenuo y único morador de un remoto y pequeño asteroide de nombre B612.

Panorámicas del lugar escogido: un valle agreste sobre el páramo.

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Panorámicas del lugar escogido: un valle agreste sobre el páramo.

Las estrellas saturan la noche clara de los páramos. Estas inmensas bolas de gas convulsionando a millones de años luz de nosotros, nos embriagan de una maravillosa lucidez. Pocas veces presenciamos nuestro verdadero tamaño en la creación, nuestra minúscula escala humana. El paisaje que poco antes nos

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sobrecogía, es ahora nuestro más cálido refugio ante la inmensidad del cielo nocturno.

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«Por muchos caminos y modos he llegado a mi verdad; no por una sola escalera he subido a la altura donde mi mirada recorre el mundo. De mal agrado preguntaba por caminos; ¡esto siempre me ha repugnado! Prefería preguntar y ensayar los caminos mismos. […] “Este es mi camino –¿cuál es el vuestro?” –así contestaba yo a los que me preguntaban “por el camino”. ¡Pues el camino no existe!»

Friedrich Nietzsche (1885). “Así hablaba Zaratustra”.

Ubicado en el Páramo de Mucuchíes, el valle toma lugar 15 km al norte del Paso del Cóndor, mejor conocido como Pico del Águila (a 4.000 msnm), a un lado de la vía que comunica este parador turístico con el remoto pueblo de Piñango (a 1.730 msnm). Al igual que las demás tierras altas de Los Andes venezolanos, tierras que se ubican por encima de los 4.000 msnm, el valle se encuentra en una región raramente poblada. Solo algunas casas aisladas o pequeños caseríos de no más de tres casas aparecen inmersos en el paisaje rocoso de estas montañas.

1 Poblamiento por debajo de los 2400 msnm en el Edo. Mérida. 2 Poblamiento entre los 2400 y 3600 msnm en el Edo. Mérida. 3 Poblamiento por encima de los 3600 msnm en el Edo. Mérida.

En los andes venezolanos es posible encontrar parajes solitarios como éste, que sobrepasan los 4.000 metros de altura. En el mismo páramo de Mucuchíes, una de las cadenas de páramos andinos más alta del Edo. Mérida, son incontables los valles que aparecen como consecuencia de los deslizamientos de antiguas formaciones glaciares. Valles de variadas dimensiones que siempre cuentan con la misma característica sección en forma de ‘U’, lo cual brinda la posibilidad de encontrar innumerables superficies regulares aterraciadas de manera natural, con declives que son por lo general de escasa pendiente.

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Esta misma característica sección en forma de ‘U’, es la que mantiene un flujo constante de masas de aire frías corriendo montaña abajo por sobre los valles. En nuestro caso particular, y debido a la orientación sur-norte del valle, los vientos fluyen desde las serranías más altas ubicadas al sur, hasta lugares de menor altura en el norte, siguiendo siempre la pendiente natural de la vertiente formada por el pliegue de la montaña. Además de los constantes vientos que corren a toda hora a través del valle, la franca radiación solar en las horas de insolación es otras de las ventajas que brinda su buscada orientación sur-norte. Aún cuando el lugar está caracterizado por una temperatura media anual de 2,5°C, la intensa radiación solar representa una fuente inmutable de energía capaz de hender superficies sensibles a la luz como lo son la vegetación, las aguas estancadas, la piel humana, o artilugios técnicos como las celdas fotovoltaicas. Otras características que tienen en conjunto estas tierras altas de Los Andes venezolanos es su alta sismicidad, la cual aparece con una periodicidad histórica de un temblor fuerte cada 14,1 años y de un terremoto cada 39,5 años. La escasa vegetación es otra constante en estas alturas. En estos valles parameros solo es posible encontrar una uniforme y rala capa vegetal de frailejones, musgos y líquenes:

…una topografía pura sin elementos verticales que nos

permitan mesurar el paisaje. Aún cuando la precipitación en estas tierras puede considerarse baja, siempre es posible encontrar fríos riachuelos y helados pozos de agua, además de la constante humedad que presentan los suelos debido a la absorción de agua que hace la capa vegetal. Esta humedad de la tierra contrasta radicalmente con la resequedad del aire de los páramos, la cual es producto de los intensos vientos que arrecian durante todo el año. La fauna es aún más escasa y rara que la vegetación. El hombre no ha representado hasta ahora un factor decisivo en el devenir de las altas montañas andinas. Más allá de eso, solo ocasionales golondrinas, pequeñas aves como tucusitos y colibríes, un especie de águila, una especie de conejo, dos especies de venados y algún ermitaño oso frontino pueblan los páramos.

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Recientemente se han introducido en los andes venezolanos individuos de la localmente extinta especie de cóndor. Sin embargo, su población es aún tan escasa que, lastimosamente, no representa todavía una especie típica de la región. Tales son las características del lugar escogido para la realización de ésta reflexión-exploración del habitar. Un valle paramero agreste y callado de escasa fauna y vegetación, que sobrepasa orgulloso los 4100 metros de altura.

Situación geográfica del valle escogido: 15 Km al norte del Paso del Cóndor, sobre las márgenes de la vía que lleva al pueblo de Piñango, a una altura aproximada de 4.100 msnm.

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«Ésta es nuestra altura y patria; hasta estas alturas empinadas no llegan los impuros y su sed. Y cual vientos fuertes vamos a vivir encima de ellos, cerca de las águilas, la nieve y el sol; que así viven los vientos fuertes.»

Friedrich Nietzsche (1885). “Así hablaba Zaratustra”

Las siguientes líneas fueron tomadas del libro Aspectos Geográficos del Estado Mérida1, del autor Marco Aurelio Villa, publicado en la ciudad de Caracas en el año de 1967 por la Corporación Venezolana de Fomento. Ellas dan cuenta de los detalles geológicos, sísmicos, morfológicos, climáticos, y de vegetación, fauna y poblamiento humano de la zona andina escogida para la realización de nuestra exploración.

Formación geológica: En la Cordillera de Mérida, la formación que recibe la denominación no muy precisa de Andes, el levantamiento se caracterizó por movimientos verticales. Aún se acepta por parte de los geólogos, que dichos movimientos estuvieron constituidos por un tipo horizontal con componentes verticales. El resultado de estos movimientos fueron una serie de fallas escalonadas y estructuras de pilares y fosas. Estos diversos elementos originaron, básicamente, la morfología cordillerana. Esta orogénesis establecida en el Eoceno mantuvo posteriormente sus características tectónicas, produciendo en el Plioceno Superior, debido al intenso diastrofismo denominado Andino, unos corrimientos de amplio ángulo a todo lo largo de las zonas marginales de la cordillera. En el pleistoceno, la cordillera se rejuveneció debido a su levantamiento hasta alcanzar el desarrollo actual. Esto no quiere decir que el alzamiento no prosiga en la actualidad. Movimientos sísmicos: La inestabilidad de la zona andina se hace evidente con la sucesión de movimientos sísmicos registrados a partir del año 1610. A la fecha son 38 los movimientos telúricos que, entre terremotos y temblores fuertes, han ocurrido en Los Andes venezolanos. Cada 39,5 años un terremoto. Cada 14,1 años un temblor fuerte. Relieve: Dos grades filas dominan el relieve montañoso: la que tiene en su sector central la Sierra Nevada que se prolonga por el noreste con la Sierra de Santo Domingo y por el suroeste por un ramal que se inicia algo al noreste del Pico Bolívar (5.007 m). Éste ramal forma un arco que encierra la alta hoya pluvial del Río Negro y toma el rumbo suroccidental separando las aguas que avenan el surco central de las que lo hacen a los

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Llanos. En este último gran y largo tramo de la fila maestra, se suceden las alturas superiores a los 3.500 m: el Páramo Apure, de 3.865 m; el Páramo Don Pedro, de 3.790 m; y el Páramo Acequias, de 3.668 m. A continuación la serranía baja su altitud pero conservando siempre altitudes superiores a los 3.000 m: el Páramo Quinorá, de 3.260 m; el Páramo Molino, de 3.270 m; el Páramo Río Negro, de 3.200 m; y el Páramo Las Tapias, de 3.517 m. La Sierra Nevada constituye el núcleo plenamente dominante en toda la orografía estatal y reúne las mayores altitudes de Venezuela. Sus grandes y agreste cimas presentan las destacantes manchas de las nieves permanentes, entre las cuales aparecen los espejos de las rocas que por la verticalidad de sus paredes no pueden retener la nieve. Las mayores cúspides se ordenan por su altitud así: el Pico Bolívar, de 5.0007 m; el Pico Humboldt, de 4.942 m; el Pico La Concha, de 4.922 m; el Pico Bompland, de 4.833 m; el Pico del León, de 4.740 m; el Pico Silla del Toro, de 4.755 m; y el Pico de Mucuñuque, de 4.672 m. Una marcada depresión separa la Sierra Nevada de la Sierra de Santo Domingo, depresión que da lugar a un valle cuyas aguas avenan al Chama, por debajo de Mucuchíes. La sierra de Santo Domingo modifica momentáneamente su dirección al cerrar el valle alto del río de su nombre. Desde su máxima altitud de 4.672 m, va descendiendo hasta la garganta por donde se escurren las aguas del río en busca de los Llanos. Allí donde la fila se interrumpe, la altitud del abra es de unos 1.400 metros. Pasada el abra, la fila se eleva rápidamente de nuevo hasta alcanzar los 4.000 metros. Éste nuevo tramo recibe el nombre de ramal de Calderas. Retornando al bloque de la Sierra de Santo Domingo, se puede observar como un ramal se prolonga hacia el suroeste formando una ensilladucha, por la cual se relaciona con el Páramo de Mucuchíes, el cual, a su vez, es una derivación de la Sierra del Norte o de la Culata. La alta depresión alcanza, en su menor altitud, los 4.077 metros, en el Paso del Cóndor -mal denominado Pico del Águila-. En realidad, un collado o paso alto donde se erigió un monumento en el que figura un cóndor y no un águila. El collado es ampliamente abierto lo cual ha permitido no tan solo el paso de la Carretera Trasandina, sino también la construcción de edificios se servicio tales como restaurantes y pequeños comercios, una capilla y algunas otras construcciones. En este collado se ponen en contacto las masas de aire descendientes de los altos páramos circunvecinos y las masas de aire que ascienden por los valles del Chama y del Motatán. Este collado divide las aguas de las cuencas del Chama y del Motatán, y las elevaciones vecinas las separan de la cuenca de Santo Domingo. Son a veces perfectamente visibles los movimientos eólicos cuando trasportan nieblas valle abajo, hasta allí donde una mayor temperatura anula la condensación. En ocasiones, las masas eólicas parecen batirse en el collado y si los vientos van acompañados de neblina, impiden el salirse de la carretera y aún obligan a transitar por ésta con sumo cuidado. Glaciarismo: Las altas montañas de la Cordillera de Mérida se vieron sometidas a un intenso proceso de glaciación en épocas lejanas, más específicamente en el período

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Cuaternario. Si bien este proceso continúa aún en las altas cimas, en la actualidad el fenómeno reviste poca importancia tanto por lo referente a la superficie afectada como a la intensidad del proceso. No obstante, el estudio de los pequeños glaciares de la cordillera reviste un gran interés por tratarse de un proceso vivo que permite estudiar cómo actúan estos glaciares. La reducción de la extensión de los glaciares o heleros, responde a un aumento en la temperatura ambiental promedio, fenómeno que se registra no solo en Los Andes Venezolanos sino, en toda la superficie del planeta. La utilidad que los paisajes glaciares cordilleranos puedan prestar al hombre, ha de ser estudiado en cada caso. En líneas generales podemos señalar los siguientes aspectos utilitarios: 

Constitución de represas aprovechando las morrenas (caso de La Victoria en el Valle de Santo Domingo).



Utilización de las lagunas glaciares como reservas de agua, tratando de evitar su desaparición.



Estudio de los suelos de origen glaciar de menos altitud para la siembra de alfalfa.



Considerar los altos valles glaciares como centros de atracción turística tomando las precauciones del caso para evitar su desnaturalización.

Puede ocurrir que la nieve se acumule durante mucho tiempo en las cumbres de las montañas. Entonces, se comprime, se transforma en hielo, erosiona las rocas y forma una gran depresión en forma de tazón, llamada circo glaciar. El exceso de hielo en los circos glaciares provoca que éste se deslice hacia zonas más bajas. La masa de hielo en movimiento se denomina lengua glaciar. La lengua glaciar avanza lentamente: su velocidad varía de unos pocos centímetros a más de 30 metros al día, pero siempre es mayor en la parte central del glaciar. Al avanzar, arranca trozos de roca a su paso, llamados derrubios. Algunos derrubios se depositan y forman morrenas, tanto a los lados del glaciar, como en su parte central y frontal. Otros derrubios desgastan y erosionan el cauce por el que discurre el glaciar y forman los valles glaciares. Con el paso del tiempo y la intensa erosión, los valles glaciares adoptan forma de ‘U’, es decir, tienen el fondo plano (recuerda que los ríos de agua modelan valles en forma de ‘V’). En la zona terminal del glaciar, donde la temperatura es más elevada, el hielo se derrite y puede formar un lago glaciar en una zona hundida. Nieve: Si bien en la historia del hombre han disminuido las superficies que habitualmente reciben nevadas, aún en el estado Mérida puede verse una precipitación nevosa en lugares de hasta los 3.600 m de altitud, lugares del surco orográfico central del estado en donde la energía térmica procedente de la insolación se reduce considerablemente como consecuencia de las altas montañas circundantes.

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50

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Dicen los que habitan en las altas montañas que las nevadas suelen ser precedidas de una fuerte descarga eléctrica. Pisos térmicos: En un territorio esencialmente montañoso como el estado Mérida, definido en su totalidad por la Cordillera de Los Andes, el entendimiento de los diferentes pisos térmicos reviste una importancia vital. Así por ejemplo el desarrollo de la economía de producción (la agricultura, la ganadería, la silvicultura y la pesca), de marcado carácter geográfico, está estrechamente relacionado con la existencia de estos pisos térmicos. De igual manera el proceso de poblamiento en este estado se ha realizado también intervenido por dichos pisos. A cierta altitud, las condiciones térmicas del hábitat hicieron imposible el asentamiento humano. Por encima de los 3.800 m únicamente puede encontrarse alguna pobre vivienda aislada o bien alguna construcción moderna que debe su existencia no a una actividad económica de producción sino al turismo o a la investigación.

Piso térmico

Altura

Temperatua media

Tropical

0m

-

800 m

27°C

-

24°C

Subtropical

800 m

-

1.500 m

24°C

-

20°C

Templado

1.500 m

-

2.200 m

20°C

-

16°C

Frío

2.200 m

-

3.600 m

16°C

-

7,5°C

Paramero

3.600 m

-

4.600 m

7,5°C

-

4,5°C

Gélido

4.600 m

-

5.007 m

4,5°C

-

00°C

Precipitación: A medida que se sube la precipitación empieza a descender en volumen. Si los 1.600 m es de 1.800 mm, a los 1.700 m es de 1.600 mm y a los 1.800 m de 1.450 mm. A los 3.000 m ha descendido altamente, a esta altura la medida es de apenas unos 700 mm A medida que se asciende el contenido de vapor de agua atmosférico disminuye. Por otra parte, el contacto de masas de aire de temperatura dispar se hace menos efectivo. Ambos factores contribuyen a que disminuyan las precipitaciones. En el páramo de Mucuchíes se experimenta un ligero incremento en el volumen de las precipitaciones, alcanzándose medidas un poco superiores a los 800 mm. Ello se explica por tratarse de un lugar donde convergen vientos ascendentes por el Valle del Chama y por el Valle del Motatán. Esta conjunción favorece la condensación del no muy abundante vapor de agua que existe en la atmósfera a más de 4.000 m de altitud.

Páramo de Mucuchíes - Precipitaciones en mm E

F

M

A

M

J

J

A

S

O

N

D

Máxima

16,0

20,0

51,0

137,0

145,0

206,0

174,0

118,0

87,0

104,0

38,0

36,0

Anual 971,0

Media

10,75

7,5

10,3

97,25

99,5

149,0

137,0

77,6

30,7

42,0

27,0

19,75

811,75

Mínima

8,0

2,0

5,0

63,0

63,0

87,0

96,0

11,5

50,0

21,0

17,0

2,0

676,0

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51

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Lluvia: Al igual que en todas las montañas del norte del país, existen dos épocas de lluvias llamadas coloquialmente la grande y la del norte. Estas dos épocas marcan los meses de mayor precipitación o meses punta. Para el Páramo de Mucuchíes solo existe un solo mes punta, el mes de junio. Esto por estar ubicado a una extraordinaria altura. Otros lugares como la ciudad de Mérida, ubicados también sobre la cordillera andina, tienen sus dos meses punta en los meses de mayo y octubre.

Páramo de Mucuchíes - Lluvia en mm E

F

M

A

M

J

J

A

S

O

N

D

Anual

Máxima

22

12

33

150

133

203

164

104

53

59

65

38

781

Media

7

5

24

105

108

143

99

70

34

15

32

9

682

Mínima

0

0

13

63

84

124

53

40

13

24

0

0

588

Vientos: Los vientos dominantes del estado responden en su dirección a la macromorfología de las altas serranías y a los grandes valles. Las grandes formas cordilleranas originan el enfriamiento de grandes masas de aire que son canalizadas por los valles que integran el gran surco central. Estas masas frías entran en el surco en sentido descendente encontrándose según la hora del día con las masas de aire cálido que penetran por el abra del Chama y que a su vez remontan el valle. Las masas de aire frío no alcanzan las tierras del surco cercanas al abra, por lo cual no se produce en el sector la condensación del vapor acuoso transportado por las masas de aire caliente procedentes de la llanura lacustre. De acá que las precipitaciones en ese sector sean muy escasas y se origine allí un clima árido. De acuerdo con la ubicación dentro del surco central los vientos traen la dirección NE-SW o SW-NE. En el valle del Chama por ejemplo, los vientos fríos proceden del NE y los Cálidos del SW. Lo contrario ocurre en el Valle del Mocotíes. Los vientos del surco no suelen tomar mucha violencia. Su mayor velocidad media no llega a los 4,2 m por segundo en pueblos como Bailadores y a los 2,8 m por segundo en la ciudad de Mérida. Sin embargo esto no es así en las altas serranías donde por lo general los vientos se caracterizan por su gran velocidad y sus bajas temperaturas. En los páramos se producen choques entre masas de aire procedentes de diversas direcciones creando en ocasiones un ambiente de turbulencia que al estar acompañado de neblinas produce cierto efecto en el observador. Girones de neblina se trasladan rápidamente de un lugar a otro, o giran en el paisaje. Una lluvia de finas gotas puede obligar a buscar refugio hasta tanto que pase este estado de tiempo. Flora: A partir de los 2.200 m se puede observar en la vegetación arbórea la tendencia a perder altura y su armazón se torna más intrincada.

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Por encima de los 3.200 m de altitud empieza a dominar una vegetación arbustiva donde aparecen especies de rubiáceas, melostomáceas, ericáceas y escrofulariáceas. Se trata de una vegetación de un desarrollo que disminuye cuanto más se asciende. Algunas flores se destacan sobre el verde dominante. A los 3.600 éste tipo de vegetación ha desaparecido y se entra a unos paisajes donde el hombre que pasa por ellos se da cuenta que él domina por su tamaño a la breve vegetación. Todo lo contrario a lo que sucede en los pisos térmicos bajos donde el hombre es dominado por la vegetación. Las plantas de estas alturas plenamente parameras suelen ser gramíneas, rosáceas y geraniáceas. Pero la planta tipo cuya sola presencia permite decir que nos encontramos en el páramo es el frailejón (Espeletia sp.). El frailejón abunda, pero si se quiere ver ejemplares plenamente desarrollados es preciso desandar las carreteras y los caminos más concurridos, para buscar los lugares en los que el hombre no ha actuado negativamente en lo que a estos vegetales se refiere. Se han identificado 27 especies de las 30 que componen el género. Algunas de estas especies alcanzan los 4 m de altura. El frailejón puede encontrarse desde que inicia el páramo hasta los 4.500 m de altitud. Más arriba del páramo sólo se encuentran, donde la nieve no es permanente, musgos y líquenes. Para quien se encuentra aislado en los páramos, el frailejón puede serle de gran utilidad y aún hacerlo sobrevivir en un intenso frío. En caso de emergencia el frailejón puede utilizarse como: 

Vivienda: los troncos ejemplares altos de más de 1 m permiten construir refugio en forma de carpa triangular. Las rendijas entre tronco y tronco, se tapan con hojas de la misma planta.



Colchón: un acopio de hojas sirven de cálido y mullido colchón que separa el cuerpo del frío y húmedo suelo.



Cobija: las hojas ricas en trementina, al ponerlas en la ropa, dan calor.



Comida: la médula del frailejón tierno puede ser comida asada y de ella se puede hacer a modo de jalea.

Otras plantas y árboles de escasas dimensiones parameras son: la bujía (Jemesonia nivez, Helecho de pequeño tamaño que seco sirve de combustible), el chispeador (Chaetolopis alpestris), el huesito de páramo (Hypericum caracasanum), la graminea (Helleria fragilis), la chilca (Stevialucida), el chicón (Aragatum sordidum), el sanatodo (Beccharis microphylla), la salvia real (Diplostephium sp), el coloradito (Polylepis sericea), el tiboy (Osteomeles resinoso-punctada), la vejiguita (Calceolaria perfoliata), el romero negro (Avagoa lucidula), el chivacú (Vaccinium floribundum), la borrachera (Pernettya pentlandi), el chispeador (Chaetolepis sessilis), el campanito (Vallea pubescens), la salvia de páramo (Sphacele paryiflora), el aliso (Alnus ferruginea), el puerquito (Escallonia floribunda), el niquitao (Eupatorium jahnil) y el coqueño (Solanum meridense).

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Fauna: Los paisajes de montaña que cuentan con un antiguo poblamiento, suelen presentar una fauna mayor empobrecida. El hombre de montaña es cazador. Los Timotocuicas practicaban la caza y los colonizadores también. Pero no es solamente la caza que aleja la fauna selvática, también las actividades agrícolas y ganaderas que cambian las condiciones del hábitat biótico. Entre los mamíferos que podemos encontrar en la alta montaña está la lapa (Cuniculus lapa) ya poco abundante. Más frecuentemente y hasta alturas que comprenden los páramos, se encuentra el conejo (Sylvilagus meridensis). Existen en los Andes Venezolanos escasos dos tipos de venado, el Manzama rufa, con algunos rebaños en rincones apartados de las montañas, y el Odocoileus lasiotus, que puede incluso vérsele en el páramo con su pelaje abundante y lanudo que lo protege de las bajas temperaturas. Aún se habla, de vez en cuando, de algún ejemplar de oso frontino (Tremarctos ornatus) visto en apartados lugares. Existen recientemente, aunque muy difícil de ver incluso por los que moran constantemente en lugares apartados de los páramos, algunos ejemplares del cóndor andino (Sarcorhamphus griphus). El águila negra (Oeraetus isidori) no es tan rara y puede ser divisada volando o posada en alguna peña a más de 4.000 metros de altitud. Referente al águila negra (Oeraetus isidori), se trata de una ave de fino porte que alcanza una longitud de más de 80 cm. En su cabeza aparece un penacho o cresta y tiene fuertes garras. Una pequeña y bella ave, el tucusito o chivito de los páramos (Oxipogon querinii lindeni) puede vérsele ejercitándose en sus extraños vuelos cerca de las lagunas rodeadas de vegetación. Por los páramos vuela un tipo de golondrinas (Atticora cyanoleuca), aunque ésta ave abunda más en los pisos térmicos frío y templado. El nombre que tiene la laguna de Los Patos se originó por la llegada a éste espejo de agua de los páramos de cierto tipo de ánades, el güiriri (Dendrocigna autumnalis discolor). Se podría añadir a las especies que moran en las altas montañas andinas a el chiote (Turdus fuscater gigas) o paraulata paramera. Otros animales propios de los páramos merideños son: el roedor, llamado comúnmente guache (de aquí el nombre de la laguna de los guaches); la musaraña (Blasina meridensis), un mamífero insectívoro de los de menor tamaño que existen; el rabipelado andino (Didelphis paraguayensis meridensis), el cual presenta diferencias apreciables con respecto al rabipelado de otras zonas del país; y la comadreja (Marmosa demararae meridae). Poblamiento americano: “En cuanto a los pueblos Timoto-Cuicas, es indudable que constituye un área bien característica dentro del territorio venezolano”. Con esta frase que atestigua la individualidad de los grupos aborígenes que habitaban la cordillera en plenitud de soberanía a la llegada de los conquistadores, empieza su referencia a ellos el Dr. Miguel Acosta Saignes en su trabajo “Áreas culturales de Venezuela Prehispánica”. Dentro de las características culturales analizadas en el trabajo del Doctor Acosta Saignes, resaltan a nuestro interés:

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Silos subterráneos: En el subsuelo, la temperatura es muy constante, con lo cual, se evita el deterioro rápido de los productos agrícolas sometidos a cambios bruscos de la temperatura.



Caminos por las cumbres: las profundas cañadas de los ríos obligaban a transitar por las laderas buscando las terrazas fluviales, o bien por las filas donde éstas no excedían mucho de altitud. Estas vías se remontaban hasta los altos collados parameros, vías que fueron luego aprovechadas para sus marchas, por los conquistadores.



Gran número de casas en los pueblos: Las terrazas fluviales se impusieron en el poblamiento prehispánico como más tarde en el colonial. Las terrazas facilitaban la concentración urbana por lo llano del suelo. Además, la concentración dejaba más superficie libre de construcciones para los cultivos.



Edificaciones de piedra: En los paisajes de ladera y en los valles de los ríos abunda la piedra suelta y manejable. El poder contar con este material de construcción explica, cómo en tantos otros lugares del mundo, que se echara mano a la piedra para la construcción de los muros de las viviendas y de los andenes.



Veneración de las cumbres y de las lagunas: Todos los viejos pueblos han tenido para las altas montañas que se cubren de nubes (el Olimpo en los griegos clásicos), como con todas las lagunas en paisajes desolados (las lagunas de Irlanda), temor y respeto. Las montañas daban albergue a las divinidades y las lagunas, a seres fantásticos.

Poblamiento europeo: Peninsulares de lengua española colonizaron las tierras de Mérida. Entre los apellidos de raigambre en el medio, no suelen encontrarse ni vascos ni catalanes. Una característica de éste proceso de poblamiento que no se presentó en ninguna otra zona de Venezuela, al menos con la misma intensidad, fue la del firme anclaje de la población en los valles que integran el gran surco central. Se podría decir que los que entraron como colonizadores se encontraron en medio de una gran trampa, una trampa donde hallaron suelos propicios para la agricultura y para el asentamiento de sus localidades, contando, además, con agua abundante. Las altas montañas con sus frígidos páramos constituían lugares difíciles de cruzar lo cual constituyó un factor aislamiento. La locución, “pasar el páramo en escarpines”, ha quedado en el lenguaje popular como sinónimo de morirse. Más de un viajero y más de una recua perecieron en los páramos. Poblamiento africano: Las bajas temperaturas en la mayor parte de los paisajes merideños debió constituir el principal obstáculo para la introducción del negro tanto en las tareas agrícolas como en los servicios. Se ha de tener en cuenta también que el aborigen no pudo ser retirado de la región, con lo cual el colonizador contó con suficiente mano de obra para una agricultura que era primordialmente de consumo. La utilización de la mano de obra negra en cifras importantes solo se realizó en aquellos lugares de Venezuela que por sus condiciones geográficas se dedicaron al cl cultivo del cacao, un producto esencialmente de exportación.

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1

VILLA, Marco A. (1967). “Aspectos geográficos del Estado Mérida”. Caracas: Corporación Venezolana de Fomento.

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3|3

«–Mas tú, Zaratustra, ansiabas percibir los motivos últimos y el fondo de todas las cosas; ¡para tal fin tienes que subir por encima de ti mismo! –cada vez más alto, hasta que incluso tus estrellas queden por debajo de ti!»

Friedrich Nietzsche (1885). “Así hablaba Zaratustra”

Para empezar habrá que decir que en lo referente a la observación estelar, la situación entre lugares cercanos no es a lo sumo, muy distinta. Para llegar a ser considerable alguna variación en cuanto al lugar desde dónde se observa el firmamento, las distancias entre uno y otra lugar paraje tendrían que ser del orden de los cientos y miles de kilómetros. Así, a groso modo, estaríamos hablando de situaciones muy puntuales como lo son la observación desde los polos, la observación a latitudes medias y la observación desde el ecuador o cercano a éste. Nuestra situación geográfica, en el caso de Venezuela, nos coloca en una situación privilegiada ya que, por estar en una latitud cercana al ecuador, toda la bóveda celeste es observable durante el año. Para un observador en el ecuador:

«Los polos yacen en el horizonte y el ecuador celeste se levanta desde el punto cardinal este hacia el oeste, pasando por el cenit. Todos los astros se levantan en la mitad del horizonte que va desde el norte, por el este, hasta el sur. El camino aparente de los objetos del firmamento es perpendicular al horizonte que va desde el sur, por el oeste, hasta el norte. Observando desde los polos, las estrellas nunca se ocultan. Desde el ecuador, todas las estrellas salen y se ponen cada día. A medida que gira la bóveda celeste, todas sus partes pasan antes o después a nuestra vista. Si desde los polos sólo es posible observar una mitad del cielo, desde el ecuador, a lo largo de un día, todo el firmamento es accesible a la observación.»1

Representación del universo siendo contemplado por un ser humano mientras un domo semiesférico se materializa entre ambos.

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Debido a los movimientos terrestres, los astros sobre la bóveda celeste describen trayectorias cíclicas y predecibles. Las siguientes líneas fueron tomadas del libro Astronomía general2, de los autores David Galdí Enríquez y Jordi Gutiérrez Cabello, publicado en la ciudad de Barcelona en el año de 2001 por Ediciones Omega, S.A.. Ellas dan cuenta de los detalles astronómicos de la zona andina escogida para la realización de nuestra exploración.

El día y la noche: Entre los variados, sutiles y a veces complejos movimientos del globo terrestre, su giro alrededor de un eje que pasa por su centro, el llamado movimiento de rotación, es el de consecuencias más patentes. Como resultado de este desplazamiento de oeste a este, el firmamento entero con todo lo que hay en él parece ir en sentido contrario: de este a oeste. Es el movimiento aparente diurno de la esfera celeste. […] Para un astro cualquiera, el instante de aparición se denomina orto. Cuando el mismo astro alcanza la máxima altura sobre el horizonte, se dice que está en la culminación superior. La desaparición hacia el oeste se llama ocaso. Como es natural, tras el ocaso el astro sigue estando ahí, aunque inobservable, oculto por la mole de la Tierra. Pero el movimiento diurno aparente prosigue, y es posible calcular el instante en que el objeto alcanza el punto más bajo de su trayectoria, la llamada culminación inferior. La eclíptica: A medida que la Tierra se desplaza alrededor del Sol, el astro rey, para los observadores terrestres, sigue un camino aparente bien determinado entre las constelaciones. Este camino, siempre el mismo año tras año, es un círculo máximo muy importante, llamado eclíptica. […] Del mismo modo que el ecuador celeste puede interpretarse como la proyección del ecuador de la Tierra sobre el cielo, la eclíptica se puede concebir como la proyección en el firmamento de la órbita terrestre. La órbita de la Tierra, como la de todos los plantas, es plana. El plano que la contiene se llama plano de la eclíptica, y constituye una referencia fundamental para los astrónomos que estudian el Sistema Solar. Los círculos máximos del ecuador celeste y la eclíptica no coinciden, sino que forman cierto ángulo. Dicho en otras palabras, el eje de la Tierra no es perpendicular al plano orbital. El ángulo entre el eje terrestre y la perpendicular al plano de la órbita es el mismo que hay entre el ecuador y la eclíptica, y se llama oblicuidad de la eclíptica. La oblicuidad de la eclíptica se representa con la letra griega épsilon minúscula, ε, y varía muy poco con el paso de los siglos. En la actualidad vale 23º 27’. El ecuador celeste y la eclíptica se interceptan, pues, en dos puntos diametralmente opuestos llamados puntos equinocciales o, sencillamente, equinoccios.

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Las estaciones: El movimiento de translación de la Tierra tiene, entre otras, dos consecuencias observables importantes. Una de ellas, el cambio anual del firmamento nocturno [y] el ciclo de las estaciones del año. La periodicidad anual de los cambios estacionales es evidente para todos. La coincidencia casi perfecta de la duración del ciclo de las estaciones (año trópico) con el período de translación de la Tierra (año sidéreo) sugiere que están relacionadas. De hecho así es, pero, hablando con rigor, no puede decirse que la translación sea la causa de las estaciones. En realidad, las estaciones son consecuencia del juego combinado de la translación y la oblicuidad de la eclíptica. Si la oblicuidad de la eclíptica fuera nula, o sea, si el eje de rotación de la Tierra fuera perpendicular al plano de la órbita terrestre, entonces no habría estaciones a lo largo del año. La precesión de los equinoccios: Cuando se habla de los movimientos de la Tierra a un nivel elemental, la descripción suele limitarse a la rotación y la translación. Es menos conocido que la Tierra tiene otros movimientos que, aunque carecen de consecuencias prácticas para la mayoría de las personas, son interesantes en sí mismos y afectan a la labor cotidiana de los estudiosos del cielo, sean profesionales o aficionados. El más importante de estos movimientos pocos conocidos es el que recibe el extraño nombre de precesión de los equinoccios. Este movimiento, con frecuencia llamado simplemente precesión, consiste en un desplazamiento muy lento del eje de rotación de la Tierra que, manteniendo su inclinación sobre la eclíptica aproximadamente invariable, traza un cono en el espacio. El movimiento de precesión es muy, muy lento: el eje terrestre tarda unos 26.000 años en completar un círculo. A pesar de su lentitud este movimiento fue descubierto y evaluado por Hiparco de Nicea, uno de los mayores astrónomos de la historia, en el siglo II antes de nuestra era. Su causa última está en la forma achatada de la Tierra. Debido a la rotación, el globo terráqueo está achatado por lo polos. La luna (y en menor medida, el Sol y los planetas) atrae con más fuerza la parte del abultamiento ecuatorial que se halla más cerca de ella. Esto induce un par de fuerzas sobre la Tierra cuyo resultado final es el movimiento cónico del eje de rotación, según describen con toda exactitud las leyes de la mecánica newtoniana. Como consecuencia inmediata de la precesión, el eje de la Tierra no apunta siempre a la misma dirección del espacio. Ello quiere decir que la posición de los polos celestes en el firmamento va cambiando con el paso del tiempo. Hoy día, por casualidad, el polo norte celeste se halla muy cerca de la llamada estrella Polar, pero ni ha sido siempre así ni lo será en el futuro. Hace unos 5.000 años, en la era de os faraones egipcios, la estrella del norte era Thuban, en la constelación del Dragón. Dentro de unos 12.000 años, una de las estrellas más brillantes del cielo, Vega, de la constelación de la Lira, marcará aproximadamente el norte celeste. Pero ninguna estrella en el camino del polo celeste en 26.000 años será tan adecuada para señalar el polo como lo es en la actualidad la Polar,

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de la constelación de la Osa Menor. En este sentido, quienes vivimos en esta época somos afortunados. La calidad del cielo: […] entre nosotros y el firmamento se interpone un verdadero muro de materia, la atmósfera, que causa grandes dificultades a la observación astronómica. La tenue capa de gases que envuelve la superficie de la Tierra, imprescindible para el mantenimiento de la vida, plantea problemas específicos que los astrónomos deben tomar en consideración. Por un lado, aunque no resulte obvio, la atmósfera se comporta como un filtro selectivo, disminuyendo o eliminando la radiación incidente en la mayor parte del espectro electromagnético. Por otro, los movimientos del aire provocan cambios en la posición instantánea, brillo y color de las estrellas; estos cambios se aprecian en parte como el centelleo estelar. Algunos de los problemas planteados por la atmósfera se pueden resolver situando convenientemente los observatorios en lugares escogidos, como las cimas de montañas altas en lugares remotos. La polución lumínica, por su propia naturaleza artificial, se está revelando como la dificultad principal para la observación astronómica desde la superficie de la Tierra […]. Turbulencia y transparencia atmosférica: En una fría noche de invierno las estrellas parecen congeladas por el mismo frío que nos atenaza; en cambio, en las noches estivales, es fácil apreciar que las estrellas parecen animadas de una extraña vida. El centelleo de las estrellas, rápidos e imprescindibles cambios de su brillo, es uno de los efectos atmosféricos más bellos y perturbadores. Al observar estrellas brillantes cerca del horizonte se ve cómo su centelleo aumenta conforme se van acercando al horizonte, en especial si el día es claro y con turbulencia elevada […]. Este espectáculo es causado por la turbulencia atmosférica. Si el aire que nos envuelve se mantuviera siempre del todo estable, sin diferencias de presión o temperatura, sin corrientes de convección, sin vientos de ningún tipo, entonces las estrellas aparecerían siempre estables vistas a través de la atmósfera. No ocurre así, los gases atmosféricos se agitan de manera constante en células turbulentas que en término medio, poseen dimensiones del orden de 10-15 centímetros. Centelleo y visibilidad, dos efectos separados de la turbulencia atmosférica: La turbulencia atmosférica afecta al aspecto de los cuerpos celeste de dos modos distintos. El primero de ellos lo constituye el ya mencionado centelleo: las estrellas, observadas a simple vista, parpadean, titilan, esto es, cambia de brillo bruscamente en fracciones de segundo. El centelleo afecta mucho más a las fuentes luminosas puntuales (como las estrellas) que a las fuentes extensas, como el Sol, la Luna, las nebulosas o los planetas […]. Está claro que al aumentar la porción de atmósfera que debe atravesar la luz de la estrella los efectos de la turbulencia se harán más importantes. Cuanto más cercanos al horizonte se encuentren los astros, mayor masa de aire cruzan sus rayos y, por tanto,

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más intenso se vuelve el centelleo. Es muy raro que el centelleo se aprecie a más de 50 grados de altura sobre el horizonte. Por esta razón, las estrellas cercanas al cenit suelen centellear muy poco. El centelleo, parpadeo o titilación de las estrellas consiste, como hemos visto, en la perturbación de su brillo aparente. La Turbulencia atmosférica induce otro efecto adicional, más sutil pero no menos relevante; la alteración de las condiciones de visibilidad (seeing, en inglés). En ausencia de turbulencia, las estrellas, como fuentes puntuales que son, se observarían en direcciones fijas y bien definidas del firmamento. Sin embargo, la turbulencia tuerce, desvía los rayos de luz procedentes de las estrellas, y ello provoca que las imágenes estelares aparentemente se desplacen. La amplitud de este baile nunca rebasa unos cuantos segundos de arco y, por lo tanto, resulta del todo inapreciable a simple vista. Sin telescopio, el centelleo constituye el único efecto visible de la turbulencia del aire […]. La polución lumínica: La visión de una gran ciudad por la noche es de una extraña belleza; […] En contraste, desde el centro de las grandes ciudades el cielo palidece vacío y olvidado […]. […] inevitablemente, parte de esa luz es emitida o reflejada en dirección al cielo, donde se convierte en un grave problema para la observación astronómica. Estos fotones emitidos hacia el cielo son a su vez reflejados por los distintos constituyentes de la atmósfera, como granos de hielo y polvo, pequeñas gotas de agua en suspensión y moléculas de gas. […] la intensidad de la luz reflejada en el cielo puede llegar a ser mucho mayor que la proveniente de la mayoría de astros. […] La solución para los problemas parece pasar por alejar los observatorios de los centros de polución. Unas veces se puede hacer, otras no. A más largo plazo, se plantea situar observatorios en la cara oculta de la Luna, el único lugar del Sistema Solar desde el que jamás se observa la Tierra. Allí, los radiotelescopios estarían protegidos de las interferencias humanas por 3500 kilómetros de roca. En general, todos los instrumentos de observación verían mejorada su eficacia si se instalaran en la Luna; ésta no posee atmósfera que perturbe las observaciones, no hay fuentes artificiales de luz y su lenta rotación permitiría seguir los objetos observados durante períodos de hasta dos semanas.

Representación de la proyección de la variación anual máxima y mínima de la trayectoria del sol sobre la esfera celeste.

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Representación de la proyección de la variación en la trayectoria del sol sobre la esfera celeste.

Representación de la proyección de la variación anual de la trayectoria de la estrella polar sobre la esfera celeste.

1

GALADÍ, David y Jordi GUTIÉRREZ (2001). “Astronomía general”. Barcelona: Ediciones Omega, S.A.

2

Ibídem.

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Capítulo iv | Objeto

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4|0

Reglas para quien construye en la montaña1 Adolf Loos

Regeln für den, der in der Bergen baut Jahrbuch der Schwarzwald’schen Schulanstallen, 1913

No construyas pintoresco. Deja tal efecto para los muros, las montañas y el sol. El hombre que se viste de manera pintoresca no es pintoresco, sino un payaso. El campesino no viste de manera pintoresca, sino que lo es. Construye tan bien como puedas. No mejor. No te vanaglories. Y no peor. No te rebajes con intención hasta un nivel más bajo del que fuiste colocado por tu nacimiento y educación. Incluso cuando vayas a las montañas. Habla con los campesinos con tu lengua. El abogado vienés que habla con el campesino en el dialecto del picapedrero tiene que desaparecer. Fíjate en las formas en las que construye el campesino. Pues son de la sustancia acumulada de la sabiduría de los antepasados. Pero busca el por qué de la forma. Si los adelantos de la técnica han hecho posible mejorar esa forma, empléese siempre esa mejora. La hoz es sustituida por la trilladora. La llanura no necesita una estructuración arquitectónica vertical; La montaña, una horizontal. La obra humana no debe competir con la obra de Dios. El Habsburgwarte estorba en la cadena del Wienerwald, pero el Husarentempel encaja armónicamente. No pienses en el tejado, sino en la lluvia y en la nieve. Así piensa el campesino, y por ello construye en las montañas el tejado más plano que le es posible según sus conocimientos técnicos. En las montañas la nieve no debe deslizarse cuando ella quiere, sino cuando el campesino quiera. El campesino, por tanto, tiene que poder escalar el tejado sin peligro para su vida, para poder quitar la nieve. También nosotros tenemos que construir el tejado más plano que, según nuestra experiencia técnica, nos sea posible. ¡Sé veraz! La naturaleza solo se vincula con la verdad. Vive en buena armonía con puentes de hierro entramados, pero a los arcos góticos con torres de puentes y saeteras los rechaza. No temas ser tachado de inmoderno. Sólo se permiten cambios en la antigua manera de construir si representan una mejora, si no, quédate con el antiguo. Pues la verdad, aunque tenga cientos de años, tiene más relación íntima con nosotros que la mentira que avanza a nuestro lado.

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Contraportada de la revista: “Construir en las montañas. Arquitectura reciente en los Grisones”. 2G, Revista internacional de arquitectura N° 14, 2000/II.

1

Tomado de: QUETGLAS, Joseph (1993), “Adolf Loos: Escritos II. 1910-1931”. Madrid: El Croquis Editorial.

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«cabaña. (Del lat. capanna, choza, de capĕre, caber). f. Construcción rústica pequeña y tosca, de materiales pobres, generalmente palos entretejidos con cañas, y cubierta de ramas, destinada a refugio o vivienda de pastores, pescadores y gente humilde. || […] 6. Am. Casa pequeña de una sola planta que se suele construir en parajes destinados al descanso. […] »

Diccionario de la Real Academia, 22ª edición. Definición de ‘existencia’.

Es nuestro interés estudiar en este aparte la edificación que en nuestro subconsciente se dibuja como una «construcción rústica, pequeña y tosca, de materiales pobres»1. La cabaña primitiva, nuestro refugio, aparece ahora como el edificio más inmediato e inmanente a ese habitar en el mundo dilucidado en los capítulos anteriores. En un espacio caracterizado por lo elemental, el refugio recoge nuestros ánimos y los resguarda tras gruesos muros. Afuera queda el mundo frío y silvestre. Adentro la calidez de un fuego crepitante nos conforta. Sin embargo, para empezar debemos reconocer la imagen original de nuestra choza y alejarnos de todo interpretación última. En este sentido, el filósofo argelino Jacques Derrida (1930-2004) afirma que «mucho de lo que construimos está implicado en el reforzamiento e imposición de las estructuras de poder preexistente. [Derrida] defiende la inexistencia de realidades objetivas que trasciendan el tiempo, [argumentando que] sólo hay interpretaciones.»2 Siguiendo estas líneas, primero hemos de acceder a la imagen de la choza primitiva, reconocerla como arquetipo y entonces sí, lejos de toda paráfrasis actual, proponer en torno a ella. Pero el hecho de reconocer a la imagen de la choza primitiva como un arquetipo, le otorga a ésta un valor simbólico. La imagen de la choza primitiva yace como pre-pensamiento en el subconsciente del hombre, reapareciendo en el imaginario de muchas culturas ajenas, disímiles y distantes en espacio y tiempo. Y junto con el carácter simbólico, la noción de arquetipo denota también un sentido histórico «por consiguiente, seguimos retornando a un origen histórico, hipotético y cómodo que rechaza analizar el presente tal cual es.»3

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Es por esto que es menester alejarnos de toda idea preconcebida e indagar desde el origen en el tema de habitar en el mundo, desmontar nuestros conceptos a fin de acercarnos significativamente a la choza primitiva, al refugio. Derrida opina que «la única manera de corregir esto pasa por ‘deconstruir’ o vandalizar deliberadamente los valores tradicionales a fin de liberarnos de todo etnocentrismo, de todo logocentrismo y de todo fonocentrismo.»4 Según Derrida «el entorno construido se basa en una maraña de cultura y lenguaje sin fundamento alguno en la realidad»5. A su entender «es necesario reexaminar los valores tradicionales poniendo en duda los convenios aceptados. Semejante desviación de las normas en uso se considera una liberación indispensable, dado que, en cualquier caso, las normas son un pretexto.»6 Y como las maneras actuales resultan un pretexto que hasta ahora no nos han llevado a ningún lugar seguro, el emprender el camino del repensar el todo desde el comienzo inequívoco del arquetipo, nos resulta una buena idea, al menos para ser explorada. Para Derrida «la irrealidad del mundo común de las tradiciones puede dejarse al descubierto, es decir, pueden desenmascararse las actitudes puramente ficticias, supuestamente reales. Aplicados a la arquitectura, los preceptos convencionales, léase orden, respeto por la situación existente, armonía estructural y lógica estructural se abandonan en beneficio de un enfoque explosivo, abierto y subversivo.»7

Es en este contexto de tradiciones por desmoronar en la que el pensamiento de Bachelard puede iluminarnos el camino. A nuestro juicio, el repensar el papel de la arquitectura desde el principio supone una buena dirección hacia la cual encaminarnos. Así «Bachelard se impone la tarea de investigar acerca de lo que entendemos por conceptos intangibles como ‘hogar’, y de comprender a fondo ‘los espacios que amamos’ […] ‘aquellas imágenes de la intimidad’ que ‘plantean el problema de la poética de la casa’.»8 En este ámbito, tal y como dijimos con anterioridad, el pensamiento informal, bien sea filosófico, fenomenológico o poético, se alza como una posibilidad válida para asumir la arquitectura que ha de venir. En palabras de Bachelard «No nos interesa una descripción de la casa, por el contrario, lo que buscamos es comprender ‘cómo habitamos en nuestro espacio vital […] cómo echamos día a día

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raíces en un rincón del mundo. No en vano nuestra casa es un rincón del mundo […] un cosmos real en el sentido amplio de la palabra’.»9 Así «Lejos de ver la casa con la visión científica de Le Corbusier, ‘la máquina para vivir’»10, Bachelard la piensa como «‘un instrumento de análisis del alma humana’»11. Esta concepción nos acerca aún más al valor y a la significación de lo que es nuestro caso de estudio, la choza primitiva, pero también de la arquitectura como un todo. El refugio, lo mismo que la arquitectura, ha de ser visto no sólo como un hecho aislado en el tiempo, sino como la manera en que el hombre se concibe continuamente a sí mismo en el mundo. «Bachelard ve en la casa un amparo, entendiendo éste como un nutrimento, y no solamente como abrigo frente a los elementos: ‘Sin ello el hombre sería un ser disperso.»12 De esta manera el refugio no solo abriga nuestros ánimos sino también los recoge y los aúna para vigorizarnos, para ayudarnos a abrirnos paso en el mundo. Nos «mantiene a través de las tormentas del cielo y de la vida»13. Es nuestro cuerpo, nuestra alma «la vida comienza satisfactoriamente, cerrada protegida, todo es calidez en el seno de la casa’.»14 La vivencia del refugio «intensifica la experiencia personal de la tempestad y del invierno, y se integra en ‘el drama que lleva consigo las moradas de los seres humanos’.»15 «Bachelard reflexiona acerca de ‘las imágenes legendarias de las casas primitivas’ ». Considera « a los tejados y los muros como símbolos de cobijo y calidez. Piensa en las ventanas como los ‘ojos’ de la casa ». Y presta « especial atención a la chimenea por su condición de núcleo.»16 Lo mismo que la imagen arquetípica del refugio, «las escaleras, las ventanas, las puertas y las habitaciones ocupan un lugar en lo más profundo de nuestro subconsciente»17. Es así como Bachelard «tiende lazos entre nuestras experiencias y emociones, considerando que las primeras son extensiones de nosotros mismos.»18 Por último, al establecer toda esta serie de consideraciones, afirmamos que nos aproximamos a la idea de refugio, intentando acceder a ésta desde la experiencia, desde las sensaciones que la imagen de la choza primitiva puede ofrecernos: «un cuerpo de imágenes que dan al hombre razones o ilusiones de estabilidad»19. Así «reimaginamos sin cesar nuestra realidad»20, distinguiendo el alma

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de la casa de entre todas esas imágenes, y desarrollando «una verdadera psicología de la casa.»21 Finalmente la experiencia lo es todo para el refugio: «‘el recogimiento invernal consolida la alegría de la vivencia de habitar’ […] ’escuchar el rumor de la estufa en la quietud vespertina, mientras un viento gélido sopla contra la casa, para saber que en el centro de ésta, en el círculo de luz que difunde la lámpara, se está viviendo en la casa redonda, en la choza primigenia del hombre prehistórico’.»22

1

«cabaña. (Del lat. capanna, choza, de capĕre, caber). f. Construcción rústica pequeña y tosca, de materiales pobres, generalmente palos entretejidos con cañas, y cubierta de ramas, destinada a refugio o vivienda de pastores, pescadores y gente humilde. || […] 6. Am. Casa pequeña de una sola planta que se suele construir en parajes destinados al descanso. […] » Diccionario de la Real Academia Española. 22ª Edición. Definición de ‘cabaña’.

2

BAKER, Geoffrey (1998). “Análisis de la forma”. Barcelona: Editorial Gustavo Gili, S.A.

3-23

Ibídem.

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4|2

A la luz de nuestro imaginar, la choza primitiva pareciera no tener una sola manera de ser figurada. Sin embargo, aún cuando en nuestra mente el arquetipo arroja enceguecedores destellos, podemos reconocer una suerte de distintivos matices que se repiten. «Creemos que para ordenar esas imágenes hay que tener en cuenta dos puntos de enlace principales:

[…primero]

La casa es imaginada

como un ser vertical. Se eleva. Se diferencia en el sentido de su verticalidad. Es uno de los llamamientos a nuestra conciencia de verticalidad.

[…segundo]

La casa

es imaginada como un ser concentrado. Nos llama a una conciencia de centralidad. […] Estos puntos están sin duda enunciados de un modo bien abstracto. Pero no es difícil reconocer […] su carácter psicológicamente concreto.»1 Así, en su ser, el refugio apenas nos otorga dos posibilidades bien diferenciadas. Ambas, simples conjeturas de una geometría cartesiana: la verticalidad como tensión entre dos puntos y la amplitud a ras de suelo que se da en torno a un centro.

1 Preconfiguración de la casa imaginada como un ser vertical. 2 Preconfiguración de la casa imaginada como un ser concentrado.

Nada, ningún refugio en el tiempo y en el espacio puede ser distinto de este enunciado. Nada, porque el arquetipo solo se da a pensar de estas dos maneras. De existir –como de seguro existirán– otras posibilidades, estas serán solo combinaciones o avatares de lo anterior. De este modo, y en palabras de Bachelard, «la verticalidad es asegurada por la polaridad del sótano y de la guardilla. Las marcas de dicha polaridad son tan profundas que abren, en cierto modo, dos ejes muy diferentes para una fenomenología de la imaginación.»2

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«En efecto, casi sin comentario, se puede oponer la irracionalidad del tejado a la irracionalidad del sótano. El tejado dice en seguida su razón de ser; protege al hombre que teme la lluvia y el sol. Los geógrafos no cesan de recordar que en cada país la inclinación del tejado es uno de los signos más seguros del clima. Se ‘comprende’ la inclinación del tejado. Incluso el soñador sueña racionalmente; para él el tejado agudo rebana las nubes. Hacia el tejado todos los pensamientos son claros. En el desván, se ve al desnudo, con placer, la fuerte osamenta de las vigas. Se participa de la sólida geometría del carpintero ». Asu vez, « …el sótano se considera sin duda útil. Se le racionalizará enumerando sus ventajas. Pero es ante todo el ser oscuro de la casa, el ser que participa de los poderes subterráneos. …Soñando con él, nos acercamos a la irracionalidad de lo profundo.»3 En el otro extremo, el centro guarda el sentido desde donde es desplegado el refugio. El patio, el fuego, la estufa, son entes centrífugos a partir de los cuales se proyecta la choza primitiva, desplegando su ser y llegando a constituir «una verdadera psicología»4. El centro representa el ánimo de la casa, su espíritu. La vida de quienes viven allí, lo tienen como lugar común de su qué hacer en el mundo. De seguro el centro albergará el recinto más acogedor, funcional e importante de la casa. En lugares fríos albergará al fuego, en lugares calientes albergará el patio. En casas de campesinos albergará sin duda al solar de trabajo. En otras tantas, de seguro el centro será el lugar más calmo. El estar familiar se hallará en el centro y a partir de él tendrán lugar las otras estancias de la choza primitiva. Alguna otra particularidad, podría ser el centro vacuo o fútil, propio de un lugar que no se precia de ser cálido. O por ejemplo, aquellos otros centros llenos de usos prácticos, aunque no verdaderamente importantes, como los pasillos y las antesalas, verdaderos distribuidores viales dentro del espacio íntimo del refugio.

1

BACHELARD, Gastón (1957). “La poética del espacio”.

2

Ibídem.

3

Ibídem.

4

Ibídem.

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Al revisar raudamente la arquitectura andina venezolana podemos distinguir dos aproximaciones formales bien diferenciadas: la vivienda indígena Timoto-Cuica y la vivienda criolla de origen español. La primera existente en los fríos parajes andinos desde tiempos antes a la colonia. La segunda, a partir de ésta Ambas aproximaciones, sumadas a las ideas esbozadas en los apartes anteriores, empiezan a arrojar luces sobre el devenir del refugio en nuestra exploración. A propósito de estas asociaciones, a continuación se presenta un extracto del libro Arquitectura popular de Venezuela, del autor Graciano Gasparini, publicado en la ciudad de Caracas en el año de 1986 por la Editorial Armitano, S.A.. Estas líneas dan cuenta de los detalles culturales e históricos referidos a la arquitectura típica de la zona de Los Andes venezolanos escogida para la realización de nuestra 1 Grabado de una casa andina precolombina que ilustra el

exploración.

libro de Tulio Febres Cordero. 2 Vieja casa andina abandonada.

Viviendas y ambiente: las casas de los páramos merideños1

Nótese su antigua forma tradicional muy similar a la del grabado de Febres Cordero (Edo. Mérida).

Las viejas casonas campesinas de los páramos andinos del estado Mérida, como las de Apartaderos, San Rafael, Mucuchíes y otros caseríos, se encuentra a un altitud aproximada de 3.500 m.s.n.m. El paisaje es yermo, frío, húmedo y frecuentemente envuelto en las neblinas. Sin embrago, la tierra es buena y allí se da el mejor trigo que produce el país. Al igual que en Paraguaná, las casas tuvieron que construirse con los materiales de la región, pero, a diferencia de la península que tiene clima seco y cálido, aquí hay que enfrentarse a veces, a temperaturas que bajan de cero grados. Tampoco aquí hay maderas: los árboles se dan a niveles más bajos y la actual reforestación a base de pinos es muy reciente para haber tenido alguna influencia en los sistemas constructivos. Tampoco hay palmeras y paja acta para techar. La tierra es el material principal y de tierra apisonada, o tapia, son todas las paredes. Los techos son de tejas, que manufacturaban artesanos especializados en sus propias “tejerías” casi siempre ubicadas en las cercanías de un poblado. Dicha actividad, al igual que los “pisoneros” de los tapiales, han desaparecido del ámbito local. Las viguetas, tablas y cañas, se traían de las regiones vecinas: desde Mérida y desde el valle del río Santo Domingo que baja hacia los llanos de Barinas. En estos momentos nos referimos principalmente a las casas dispersas habitadas cada uno por la familia nuclear campesina que tienen a su cargo todo lo

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inherente a las actividades agropecuarias que se llevan a cabo dentro de los límites de la propiedad; son fincas familiares rodeadas de los campos de trigo, cebada, papas y hortalizas. Las viejas estructuras de tapia, están esparcidas por laderas y faldas de cerros empinados, al fondo de pequeños valles y entre la maraña de muros de piedra que son bordes de camino, linderos de propiedades, contención de taludes o sencillamente piedras recogidas que estorbaban en el área de trabajo. Existe un criterio siempre compartido en la solución formal de este tipo de vivienda, el cual, es seguramente el resultado de experiencias dictadas por el medio ambiente: se trata de grandes recintos cuadrangulares, rectangulares o, en todos los casos siempre ortogonales, en los que casi no hay ventanas que rompan lo compacto de los muros de tapia: solo una puerta, para la gente y para los animales. Estos recintos, que varían muchísimo en tamaño, tienen siempre uno o dos patios interiores, todas las habitaciones, depósitos, establos, talleres, etcétera, se ubican alrededor de esos espacios abiertos, fuentes de luz y ventilación. Las dimensiones de la casa son muy variadas: desde la pequeña que debe completar el patio con muros a fin de cerrar el recinto, hasta la casa de una familia muy numerosa con varios patios. La mayoría de sus patios tienen corredores con soportes de madera y piso empedrado. Desde afuera, esas casas dan la impresión de seguridad, de protección a la vida que se desarrolla en su interior y, al mismo tiempo, proteger de los vientos fríos.

1

Este tipo de casa comenzó a aparecer en la región, hacia fines del siglo XVIII,

Variedad de arreglos que tienen los techos de las casas

después del decreto de Carlos III sobre el comercio libre. Antes, había casas pequeñas

campesinas de los páramos. Las techumbres son de tejas,

concepto espacial y funcional respondió a las exigencias requeridas por el grupo familiar

los muros de tapias y nunca faltan los patios. 2 Una solitaria finca familiar en los campos que encuentran más arriba de Muchuchíes, Edo. Mérida.

con bases de piedra, bahareque y cubierta vegetal. En las casas de tapia, en cambio, el dedicado a las faenas del campo. Cave observar que las casas campesinas de los páramos del estado Trujillo, tienen características completamente diferentes: carecen del patio central y más bien se imponen los corredores a lo largo de las fachadas largas. Cuando la casa crece, lo hace en sentido longitudinal, es decir, se arrima la parte nueva a la culata de la vieja. También tiene características propias muchas de las casas del estado Táchira ubicadas en las tierras altas. Es frecuente encontrar reunidos en la misma construcción el patio interior y los corredores exteriores. Existe una gran variedad de casa campesinas en nuestros andes: el tipo de actividad agrícola es explícito al respecto. Además de la gran variedad de pequeñas casas campesinas, propias de las tantas fincas que se encaraman por las laderas de los cerros, y en las que alternan los techos de tejas con los de zinc y los muros de bahareque y tapia con los de bloques, es preciso señalar, aunque sea a manera de apunte las casas de las zonas cafetaleras, construidas en función de las actividades agrícolas y comerciales que proporcionaron un cierto auge económico regional durante las décadas finales del siglo pasado y las iniciales del presente. Son casas de hacienda que, en el mismo conjunto, reúnen la vivienda, las oficinas administrativas, el trapiche, los depósitos y el gran patio de secado para los granos. Es ese gran espacio abierto, frecuentemente rodeado de corredores, que imprime un carácter diferente, casi de exagerada amplitud y que, en cambio solo cumple funciones propias de esa actividad agrícola. En este capítulo hemos querido destacar principalmente el tipo de casa-recinto de los páramos merideños por ser un buen ejemplo de integración de las actividades del hombre con el ambiente y con su casa. una expresión de arquitectura popular con características de marcada unicidad y exclusiva de ese lugar.

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1

GASPARINI, Graciano (1986). “Arquitectura popular de Venezuela”. Caracas: Editorial Armitano.

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Aún cuando en un principio hayamos decidido dejar a un lado «los valores tradicionales a fin de liberarnos de todo etnocentrismo, de todo logocentrismo y de todo fonocentrismo», hemos decidido echar un vistazo sobre las expresiones locales de la choza primitiva para extraer de éstas, solo aquellas características que, a fuerza de una efectiva permanencia en el tiempo, han calado en el imaginario de los habitantes de los páramos andinos. De esta manera el lugar no solo nos otorga las pistas climáticas sobre las Casas andinas en las aldeas vecinas al pueblo de Bailadores en el Edo. Mérida.

cuales proyectar nuestra choza, sino que nos enriquece también con una expresión propia de la fenomenología del refugio. A su vez, relaciones espaciales propias de la vida en los páramos son redescubiertas a través de nuestra particular visión. Vemos así cómo dos culturas distintas, en un mismo

espacio

pero

en diferentes tiempos, producen

interpretaciones opuestas de la imagen del refugio, interpretaciones que sin embargo, no son ajenas a lo visto en nuestro estudio previo. Para los timoto-cuicas, habitantes prehispánicos de Los Andes venezolanos, la casa era sin lugar a dudas un ser vertical: En el zócalo de piedra eran guardados los granos. En el soberao eran guardados los sueños. En el intermedio el día transcurría cálido, resguardado de los fuertes y fríos vientos del afuera. Para los criollos, habitantes mestizos de la era hispánica, la casa era un ser laborioso: En su amplitud la jornada diaria hallaba refugio. El trabajo del campo era realizado en el patio, y en torno a éste las demás estancias tenían lugar. De esta manera en el patio, bestias y hombres convivían de cara al sol mientras el viento pasaba rayano al refugio. Quizás debamos inferir a la luz de nuestra investigación, que la diferencia en la manera como estas dos culturas imaginaban el refugio, se establece precisamente en las dinámicas disímiles experimentadas por sus habitantes, esa manera de concebirse en el mundo, de demorarse en el mundo, de habitar en el mundo. Es así como en un mismo lugar –aunque en diferentes tiempos–, bajo el efecto de los mismos factores climáticos y con los mismos recursos constructivos, se producen tipologías distintas de un mismo arquetipo.

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Sin embargo, amalgamadas ya las culturas por el transcurrir del tiempo, nuestra tarea ha de ser la de concebir nuestro propio refugio y no la de estancarnos solamente en reflexiones sobre las maneras de construir y vivir de los habitantes de los páramos. Es por esto que de ellos, de los habitantes de los páramos andinos, tomamos solamente sus dos maneras, la casa como «un ser vertical»1 y la casa como «un ser laborioso»2. Y con estas, asumimos también el «patio»3, el «zócalo»4 en piedra y el «soberao»5 como valiosas e inequívocas expresiones del morar en Los Andes. Entonces partiendo sobre la base de dos prototipos bien diferenciados entre sí, con características particulares y toda una simbología propia, nos arrojamos al tallado de estas dos expresiones del refugio, indagando en nuevos contenidos que nos ayuden a esbozar conceptos propios, útiles y eficientes, que se ajusten a las exigencias de las pretensiones de nuestro ánimo. Y sobre esta base nos preguntamos, ¿cuáles habrán de ser estos nuevos contenidos? Sin lugar a dudas que, ya esbozados en el programa los avatares comunes del ánimo humano, es el aprovechamiento del medio para la pervivencia en el mundo, la que dicta cuáles han de ser estos nuevos contenidos. El refugio, pensado en el umbral del nuevo siglo, ha de tener al verbo energizar como uno de sus principales contenidos programáticos. Si tomamos en cuenta el vertiginoso desgaste energético del mundo, el implementar nuevas formas de autogestión energética se hace ya no una manera anecdótica de afrontar el diseño sino, todo lo contrario, una manera necesaria de afrontar la condición de habitar propia de nuestro tiempo. Así, el utilizar en nuestro favor las mismas fuertes condiciones climáticas, ha de ser la prueba más importante de nuestra razón, de nuestro intelecto. Porque a fin de cuentas, toda arquitectura ha de ser un intento de eficiencia y articulación de los recursos del medio natural. Esto hace de nuestra investigación una importante posibilidad como aproximación a lo que ha de significar la arquitectura en el devenir humano sobre el mundo, en el actual siglo XXI.

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1

BACHELARD, Gastón (1957). “La poética del espacio”.

2

Ibídem.

3

«patio. m. Espacio cerrado con paredes o galerías, que en las casas y otros edificios se suele dejar al descubierto. || 2. patio de butacas. || 3. Espacio que media entre las líneas de árboles y el término o margen de un campo. || 4. Méx. Espacio descubierto cerca de las estaciones de ferrocarril, en que maniobran las locomotoras. || ~ de butacas. m. En los teatros, planta baja que ocupan las butacas o lunetas y que en los antiguos corrales de comedias carecía de asientos casi toda ella. || pasarse al ~. fr. coloq. Arg. y Ur. Tomarse demasiada confianza. □ V. ojo de ~.» Diccionario de la Real Academia Española. 22ª Edición. Definición de ‘patio’.

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4

«zócalo. (Del lat. soccŭlus, dim. de soccus, zueco). m. Arq. Cuerpo inferior de un edificio u obra, que sirve para elevar los basamentos a un mismo nivel. || 2. Arq. friso (ǁ faja de la parte inferior de las paredes). || 3. Arq. Miembro inferior del pedestal, debajo del neto. || 4. Arq. Especie de pedestal. || 5. Méx. Plaza principal de una ciudad.» Diccionario de la Real Academia Española. 22ª Edición. Definición de ‘zócalo’.

5

«soberao»: expresión tradicional andina. De «soberado»: «soberado. m. desus. desván. U. en Andalucía y América.» Diccionario de la Real Academia Española. 22ª Edición. Definición de ‘soberado’. | «desván. (Del ant. desvanar, der. de vano). m. Parte más alta de la casa, inmediatamente debajo del tejado, que suele destinarse a guardar objetos inútiles o en desuso. || ~ gatero, o ~ perdido. m. El que no es habitable.» Diccionario de la Real Academia Española. 22ª Edición. Definición de ‘desván’.

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Aún cuando hoy en día existen en el mundo gran cantidad de técnicas y tecnologías que permiten un aprovechamiento energético eficiente, el principal problema lo plantea la incapacidad de los diseñadores para basar en estos su diseño. Conceptos importantísimos como el manejo y aprovechamiento de las masas de viento en favor de los requerimientos espaciales humanos, apenas han empezado a ser abordados seriamente hoy día para la configuración espacial de grandes dimensiones. Así por ejemplo, la aerodinámica, concepto que tiene sus orígenes en el principio de Bernoulli, esgrimido en el siglo XVIII, es ahora tomado muy en cuenta por los arquitectos e ingenieros para la proyección de puentes y rascacielos principalmente. Éste hecho no solo sugiere un necesario cambio en la orientación de la arquitectura en favor de un eficiente aprovechamiento de los recursos del medio 1 Prefiguraciones originarias del refugio como proyección

natural. Más aún, parece marcar un punto de inflexión en la concepción que de sí mismo mantiene el hombre.

vertical. 2

Pensar que nada más en el siglo XX el hombre afectó negativamente al

Prefiguraciones originarias del

medio natural más que en el resto de toda su historia, marca un importante límite

refugio como expansión

incluso para nuestra pervivencia sobre la faz de La Tierra. Saber que el planeta es

horizontal.

un lugar limitado desmonta al ser humano de su egoísta visión del mundo. Sin embargo, tal y como habíamos dicho antes, el principal problema radica en cómo las tecnologías desarrolladas por el hombre se insertan con naturalidad en nuestra cotidianidad. Para solventar este problema y siguiendo el camino que esbozado a lo largo de la investigación, se hace necesario conocer en su esencia los sistemas que posibilitan el aprovechamiento eficiente de la energía proveniente del medio natural. Solo después de este primer aprendizaje, es posible interpretar y acoplar estos sistemas a la arquitectura del refugio –en general–.

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Así por ejemplo, al tomar lugar en los altos páramos andinos, la primera necesidad de nuestro refugio es la búsqueda de espacios calmos y tibios, alejados principalmente de las fuertes y frías corrientes de viento que soplan desde la cima hasta el fondo del valle dentro de la vertiente de la montaña. De esta manera, el desarrollo aerodinámico de las dos tipologías que del refugio hemos dilucidado en los apartes anteriores surge como estrategia principal para la búsqueda del confort y la calidez. En consecuencia esbozaremos dos posibilidades: Una, que aplicada sobre su planta mejora el prototipo vertical. Otra, que aplicada sobre su sección mejora el prototipo horizontal.

Diagrama de especialización aerodinámica en planta del refugio vertical y correspondencia con el desarrollo formal

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Diagrama de especialización aerodinámica en sección del refugio horizontal y correspondencia con el desarrollo formal

Esencialmente ambas posibilidades intentan esclarecer ciertos espacios de las corrientes de viento propias del lugar, sobreexponiendo otras partes menos importantes de la casa. Es por esto que es necesario un planteamiento programático-espacial previo, el cual establezca cuáles estancias de la casa han de ser las más importantes y cuáles otras pueden ser utilizadas como borde de ataque o slats1 de la casa. Con esto, la casa quedará espacialmente orientada en función de la dirección del viento. Sus estancias, de acuerdo a la importancia que guarden en la dinámica diaria del habitante, tomarán lugar arriba o abajo, antes o después, dentro del todo que significa el refugio.

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Pero esto no siempre ha de ser así. En nuestro caso particular, el lugar fue especialmente buscado y escogido para mantener una dirección cardinal y eólica norte-sur. Sin embargo, con un buen manejo de los recursos aerodinámicos y con un adecuado planteamiento programático-espacial, es posible hacer desarrollos que se abran incluso de frente a la dirección del viento. En todo caso, lo importante es disponer los elementos utilitarios como barrera de los espacios de permanencia, guardando siempre una continuidad en la superficie de contacto con el viento. Ésta continuidad es clave ya que evita la turbulencia en torno a la casa y con ésta, la estanqueidad del aire frío. Asimismo, la dirección que la forma del refugio le imprima al viento es decisiva para el mantenimiento de zonas cálidas dentro y fuera de la edificación. Por ejemplo, el torso del refugio puede canalizar los vientos dejando, en lo posible, 1 Borde de ataque o «slats» de un ala de avión. 2 Borde de fuga o «flaps» de un ala de avión.

un área del patio o de la terraza protegida del contacto directo con el viento, en lo que sería, para un ala, el borde de fuga o flaps2. Además de su forma, para el eficiente desempeño del refugio en el medio natural, son fundamentales la naturaleza y la densidad de los materiales que dan pie y recubren al edificio. Distintas calidades de paredes y techumbres pueden utilizarse a fin de afinar su agudeza energética. Así aparecen en el refugio paredes de gran calidad térmica que pueden llegar a ser verdaderos muros o, por el contrario, a penas delgados sistemas de cerramiento que permiten las visuales sobre los páramos. Complementariamente, son incluidos en el diseño otros sistemas para el eficiente aprovechamiento de la energía proveniente del medio natural. Estos sistemas vienen a suplir las necesidades de energización, calefacción, hidratación y oxigenación, propias del habitar humano, y que han de ser garantizadas en el agreste paisaje del páramo andino. Es así son introducidos, además de los principios de Bernoulli y Venturi – nociones fundamentales para la comprensión de la aerodinámica–, otros conceptos físicos y bioclimáticos como los puentes térmicos, la transmisión de calor, la conversión fotovoltaica, el biogás y los microclimas controlados. Así, los capítulos a continuación, vienen a ser complementos contentivos de información técnica referente a las tendencias actuales en el aprovechamiento del clima y el diseño sostenible, tanto en el ámbito académico nacional y como en el ámbito profesional internacional.

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Sobre el conjunto de estos conocimientos se basan varias de las determinaciones asumidas en el desarrollo de las propuestas planteadas por la investigación. Con su síntesis, el refugio, en sus dos prototipos, se configura como un cuerpo unísono que pervive en y a través del lugar.

1

Slats: «Situados en el borde de ataque del ala, son dispositivos móviles que crean una ranura entre el borde de ataque del ala y el resto del plano. A medida que el ángulo de ataque aumenta, el aire de alta presión situado en la zona inferior del ala trata de llegar a la parte superior del ala, dando energía de esta manera al aire en la parte superior y por tanto aumentando el máximo ángulo de ataque que el avión puede alcanzar. Son superficies hipersustentadoras que actúan de modo similar a los flaps. Situadas en la parte anterior del ala, al deflectarse canalizan hacia el extradós una corriente de aire de alta velocidad que aumenta la sustentación permitiendo alcanzar mayores ángulos de ataque sin entrar en pérdida. Se emplean generalmente en grandes aviones para aumentar la sustentación en operaciones a baja velocidad (aterrizajes y despegues), aunque también hay modelos de aeroplanos ligeros que disponen de ellos. En muchos casos su despliegue y repliegue se realiza de forma automática; mientras la presión ejercida sobre ellos es suficiente los slats permanecen retraídos, pero cuando esta presión disminuye hasta un determinado nivel (cerca de la velocidad de pérdida) los slats se despliegan de forma automática. Debido al súbito incremento o disminución (según se extiendan o replieguen) de la sustentación en velocidades cercanas a la pérdida, debemos extremar la atención cuando se vuela a velocidades bajas en aviones con este tipo de dispositivo.» Colaboradores de Wikipedia. Dispositivo hipersustentador [en línea]. Wikipedia Foundation Inc. Fecha de consulta: 19 de febrero de

2009.

En:

http://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Dispositivo_hipersustentador&oldid=23842459 2

Flaps: « Situado en el borde de fuga del ala. Aumenta el coeficiente de sustentación del ala mediante el aumento de superficie o el aumento de coeficiente de sustentación del perfil, entrando en acción en momentos adecuados, cuando este vuela a velocidades inferiores a aquellas para las cuales se ha diseñado el ala, replegándose posteriormente y quedando inactivo. Los hay también de borde de ataque. Los flaps modernos de borde de salida son estructuras muy complejas formadas por dos o tres series de cada lado, y de tres o cuatro planos sucesivos, que se van escalonando y dejando una ranura entre cada uno de ellos. El efecto hipersustentador de estos sistemas es impresionante. Situados en la parte interior trasera de las alas, se deflectan hacia abajo de forma simétrica (ambos a la vez), en uno o más ángulos, con lo cual cambian la curvatura del perfil del ala (más pronunciada en el extrados y menos pronunciada en el intrados), la superficie alar (en algunos tipos de flap) y el ángulo de incidencia, todo lo cual aumenta la sustentación (y también la resistencia). Se accionan desde la cabina, bien por una palanca, por un sistema eléctrico, o cualquier otro sistema, con varios grados de calaje (10º, 15º, etc..) correspondientes a distintas posiciones de la palanca o interruptor eléctrico, y no se bajan o suben en todo su calaje de una vez, sino

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gradualmente. En general, deflexiones de flaps de hasta unos 15º aumentan la sustentación con poca resistencia adicional, pero deflexiones mayores incrementan la resistencia en mayor proporción que la sustentación. Hay varios tipos de flaps: sencillo, de intrados, flap zap, flap fowler, flap ranurado, flap Krueger, etc.



Sencillo. Es el más utilizado en aviación ligera. Es una porción de la parte posterior del ala.



De intrados. Situado en la parte inferior del ala (intrados) su efecto es menor dado que solo afecta a la curvatura del intrados.



Zap. Similar al de intrados, al deflectarse se desplaza hacia el extremo del ala, aumentando la superficie del ala además de la curvatura.



Fowler. Idéntico al flap zap, se desplaza totalmente hasta el extremo del ala, aumentando enormemente la curvatura y la superficie alar.



Ranurado. Se distingue de los anteriores, en que al ser deflectado deja una o más ranuras que comunican el intrados y el extrados, produciendo una gran curvatura a la vez que crea una corriente de aire que elimina la resistencia de otros tipos de flaps.



Krueger. Como los anteriores, pero situado en el borde de ataque en vez del borde de salida.» Colaboradores de Wikipedia. Dispositivo hipersustentador [en línea]. Wikipedia Foundation Inc. Fecha

de

consulta:

19

de

febrero

de

2009.

En:

http://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Dispositivo_hipersustentador&oldid=23842459

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Principio de Bernoulli1 El principio de Bernoulli, también denominado ecuación de Bernoulli o trinomio de Bernoulli, describe el comportamiento de un fluido moviéndose a lo largo de una línea de corriente. Fue expuesto por Daniel Bernoulli en su obra Hidrodinámica (1738) y expresa que en un fluido ideal (sin viscosidad ni rozamiento) en régimen de circulación por un conducto cerrado, la energía que posee el fluido permanece constante a lo largo de su recorrido. La energía de un fluido en cualquier momento consta de tres componentes: 1.

Cinético: es la energía debida a la velocidad que posea el fluido.

2.

Potencial gravitacional: es la energía debido a la altitud que un fluido posea.

3.

Energía de flujo: es la energía que un fluido contiene debido a la presión que posee.

Esquema del principio de Bernoulli.

[…] Aplicaciones del Principio de Bernoulli 1.

Airsoft: Las réplicas usadas en éste juego suelen incluir un sistema llamado HopUp que provoca que el balín sea proyectado realizando un efecto circular, lo que aumenta el alcance efectivo de la réplica.

2.

Chimenea: Las Chimeneas son altas para aprovechar que la velocidad del viento es más constante y elevada a mayores alturas. Cuanto más rápidamente sopla el viento sobre la boca de una chimenea, más baja es la presión y mayor es la diferencia de presión entre la base y la boca de la chimenea, en consecuencia, los gases de combustión se extraen mejor.

3.

Tubería: La ecuación de Bernoulli y la ecuación de continuidad también nos dicen que si reducimos el área transversal de una tubería para que aumente la velocidad del fluido que pasa por ella, se reducirá la presión.

4.

Sustentación de aviones: El efecto Bernoulli es también en parte el origen de la sustentación de los aviones. Gracias a la forma y orientación de los perfiles aerodinámicos, el ala es curva en su cara superior y está angulada respecto a las líneas de corriente incidentes. Por ello, las líneas de corriente

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arriba del ala están mas juntas que abajo, por lo que la velocidad del aire es mayor y la presión es menor arriba del ala; al ser mayor la presión abajo del ala, se genera una fuerza neta hacia arriba llamada sustentación. 5.

Movimiento de una pelota o balón con efecto: Si lanzamos una pelota o un balón con efecto, es decir rotando sobre si mismo se desvía hacia un lado.

6.

Carburador de automóvil: En un carburador de automóvil, la presión del aire que pasa a través del cuerpo del carburador, disminuye cuando pasa por un estrangulamiento. Al disminuir la presión, la gasolina fluye, se vaporiza y se mezcla con la corriente de aire.

7.

Flujo de fluido desde un tanque: La tasa de flujo esta dada por la ecuación de Bernoulli.

Efecto Venturi2

El efecto Venturi (también conocido tubo de Venturi) consiste en que la corriente de un fluido dentro de un conducto cerrado disminuye la presión del fluido al aumentar la velocidad cuando pasa por una zona de sección menor. Si en este punto del conducto se introduce el extremo de otro conducto, se produce una aspiración del fluido contenido en este segundo conducto. Este efecto, demostrado en 1797, recibe su nombre del físico italiano Giovanni Battista Venturi (1746-1822). El efecto Venturi se explica por el principio de Bernoulli y el principio de continuidad de masa. Si el caudal de un fluido es constante pero la sección disminuye, necesariamente la velocidad aumenta. Por el teorema de conservación de la energía si la energía cinética aumenta, la energía determinada por el valor de la presión disminuye forzosamente.

Esquema del efecto Venturi.

[…] Aplicaciones del efecto Venturi 1.

Aeronáutica: Aunque el efecto Venturi se utiliza frecuentemente para explicar la sustentación producida en alas de aviones el efecto Venturi por sí solo no es suficiente para explicar la sustentación aérea. Durante la Primera Guerra Mundial, Albert Einstein diseñó para el ejército alemán un

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modelo de ala a partir de un análisis del principio de Bernoulli y el efecto Venturi. El prototipo que llegó a ser construido no pudo apenas despegar. 2.

Airsoft: Las réplicas usadas en éste juego suelen incluir un sistema llamado HopUp que provoca que el balín sea proyectado realizando un efecto circular, lo que aumenta el alcance efectivo de la réplica.

3.

Motor: el carburador aspira el carburante por efecto Venturi, mezclándolo con el aire (fluido del conducto principal), al pasar por un estrangulamiento.

4.

Hogar: En los equipos ozonificadores de agua, se utiliza un pequeño tubo Venturi para efectuar una succión del ozono que se produce en un depósito de vidrio, y así mezclarlo con el flujo de agua que va saliendo del equipo con la idea de destruir las posibles bacterias patógenas y de desactivar los virus y otros microorganismos que no son sensibles a la desinfección con cloro.

5.

Tubos de Venturi: Medida de velocidad de fluidos en conducciones y aceleración de fluidos.

6.

Acuarofilia: En las tomas de bombas de agua o filtros, el efecto Venturi se utiliza para la inyección de aire y/o CO2.

1

Colaboradores de Wikipedia. Principio de Bernoulli [en línea]. Wikipedia Foundation Inc. Fecha de consulta: 19 de febrero de 2009. En: http://es.wikipedia.org/wiki/Principio_de_Bernoulli

2

Colaboradores de Wikipedia. Efecto Venturi [en línea].

Wikipedia Foundation Inc. Fecha de

consulta: 19 de febrero de 2009. En: http://es.wikipedia.org/wiki/Efecto_Venturi

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Las siguientes líneas fueron tomadas de la guía de Diseño bioclimático en Venezuela1 elaborada por el Prof. Luís Rosales, del Sector de Acondicionamiento Ambiental de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la UCV. Asignatura Clima y Diseño, para la cátedra de Clima y diseño. Ellas dan cuenta de las técnicas y conocimientos empleados en el desarrollo de las exploraciones formales desplegados en esta investigación:

Diseño bioclimático1

Se entiende por diseño bioclimático –también conocido como diseño pasivo– al conjunto de procedimientos de diseño urbano y arquitectónico orientado a crear entre las edificaciones y el clima una interacción energética natural que dé como resultado espacios térmicamente confortables y/o de nula –o mínima– necesidad de sistemas activos de climatización. La transferencia energética se da entre los espacios de las edificaciones y el exterior a través de la envolvente y entre los espacios de una misma edificación a través de las divisiones internas. La meta del diseño bioclimático es operar sobre dichas transferencias con el fin de obtener confort térmico. Por envolvente se entiende al conjunto de componentes y sub-componentes que actúan como un filtro de los flujos energéticos entre el exterior y el interior. Esto incluye los techos, las fachadas, las ventanas, las puertas, los marcos y cualquier elemento que separe al interior del exterior. Por su parte, si bien las divisiones internas pueden verse como un “segundo nivel” de envolvente, se les diferenciará de ésta en razón de que la interacción no se da directamente con el clima sino entre espacios ya afectados por la envolvente. En líneas generales, en climas cálidos, el diseño bioclimático consistirá en minimizar el ingreso y acumulación del calor –en especial del calor solar– y expulsarlo cuando sea necesario. En climas fríos, al contrario, la meta será captar controladamente el calor y conservarlo. […] El diseño bioclimático se puede abordar con arreglo a los aspectos generales que se enumeran a continuación: 1.

Contexto climático y entorno

2.

Uso de la edificación

3.

Pautas de diseño bioclimático: 3.1. Envolvente 3.2. Divisiones internas 3.3. Distribución espacial

4.

Sistemas específicos de enfriamiento o calentamiento pasivo

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[…] Contexto climático y entorno Antes de abordar el diseño bioclimático se debe identificar el tipo de clima al que estará expuesta la edifica-ción, así como las particularidades del microclima de la zona. En el diseño bioclimático estos dos aspectos conforman el contexto de diseño. A éste se le debe entender como aquello que no se puede modificar y a lo que hay que adaptarse. Se trata básicamente de reconocer los niveles y rangos de temperatura, humedad, ra-diación solar, velocidad y dirección de viento que se tendrán en la parcela. Temperatura y humedad Puesto que la temperatura del aire y la humedad son parámetros ambientales fundamentales en la sensación térmica, los valores que tomen en el terreno podrán considerarse las primeras condicionantes del diseño bioclimático. Tal como se explicó en su momento (ver tema 2, clima), se puede dividir a Venezuela en zonas climáticas para el diseño conforme a las condiciones de humedad y temperatura, usando el diagrama psicrométrico. De esta forma se definen de manera aproximada seis zonas, cada cual asociada a un rango de altitud definido (principal factor condicionante de la temperatura del aire y la humedad absoluta) y a uno o dos tipos de clima, según si las variaciones estacionales hacen que las condiciones pasen de un tipo de clima a otro:

Zona

Clima

Localidades importantes Acarigua, Barcelona, Barinas, Ciudad Bolívar, Coro, Cumaná, El Tigre, El

Zona 1: de 0 a 400 msnm

Caliente a cálido húmedo

Vigía, Guarenas, Maracaibo, Puerto Cabello, Puerto La Cruz, Puerto Ordaz, Punto Fijo, etc. Barquisimeto, Carora, El

Zona 2: de 400 a 700 msnm

Cálido húmedo

Tocuyo, Maracay, San Juan de los Morros, Valencia, Valera, etc.

Zona 3: de 700 a 1100

Cálido húmedo a

msnm

moderado

Caracas, San Cristóbal, Trujillo, etc. Boconó, La Grita, Los

Zona 4: de 1100 a 1700 msnm

Moderado

Teques, Mérida, San Antonio de los Altos, etc.

Zona 5: de 1700 a 2200 msnm Zona 6: de 2200 msnm. en adelante

Bailadores, Colonia Tovar, Moderado a frío

Timotes, Galipán, etc. Apartaderos, Mucuchíes,

Frío

Mucurubá, Santo Domingo, etc.

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[…] Zona climática 6. Altitud: 2200 m en adelante. Localidad representativa: Apartaderos Finalmente se presenta el diagrama bioclimático de Apartaderos (zona climática 6). Nótese que el aire nunca adquiere temperaturas confortables, estando siempre frío. Los bajos niveles de temperatura inhabilitan usar la masa térmica en relación con el aire y obligan a recurrir a la calefacción solar pasiva. La temperatura impone aquí acentuar dicha estrategia, aunque ello no consiga contrarrestar plenamente el frío nocturno, por lo que en las horas más frías será necesario acudir (en teoría) a sistemas adicionales de calefacción (chimeneas, cale-facción artificial) (si bien una buena calefacción solar pasiva parece ser suficiente a toda hora si las personas se abrigan bien).

Diagrama bioclimático de la localidad de Apartaderos en el Edo. Mérida. Altura aprox.: 3600 msnm.

[…]

Zonas de clima frío de Venezuela (zona climática 6: 2200 m.s.n.m. en adelante) Por encima de 2200 m.s.n.m el problema pasa a ser el frío. A pesar de que se le puede combatir con maniobras de adaptación como abrigarse bien, a grandes altitudes tales maniobras pudiesen no bastar, sobre todo de noche. Sin embargo, en Venezuela, es posible por medio del diseño bioclimático lograr condiciones suficientemente cálidas como para que los usuarios puedan realizar sus actividades sin necesidad de abrigarse en exceso. Ello se logra valiéndose de la radiación solar, la cual en las regiones altas presenta una intensidad elevada, aún mayor que en las regiones bajas (en razón de la menor absorción atmosférica). En esta zona climática la temperatura del aire máxima es de 17ºC a 2200 m.s.n.m. y 13ºC a 3600 m.s.n.m. y la temperatura mínima inferior a 10 y 5ºC respectivamente. Ante tales condiciones y en ausencia de ventilación, la temperatura radiante media necesaria para restituir el confort térmico durante el día debe estar entre

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35 y 40ºC, lo que en la práctica significa usar el sol para calentar las superficies interiores. El calentamiento solar pasivo comprende acciones relativas a: 

La protección contra los vientos fríos, obstruyendo con elementos constructivos la llegada del viento en la edificación y en los lugares donde permanecerán las personas.



La captación de la radiación solar durante el día, orientando los cerramientos con arreglo a la ubicación del sol para calentar la envolvente y las divisiones internas y/o generar el efecto invernadero.



La preservación del calor solar tanto de día como de noche, almacenándolo en los materiales y/o aislando los espacios internos. El aislamiento comprende no sólo maximizar la resistencia térmica en las superficies interiores de los cerramientos, sino evitar la infiltración de aire frío, sobre todo de noche.

Protección contra los vientos fríos Cualquier obstáculo ancho que se interponga entre el viento atmosférico y las fachadas produce una fuerte disminución de la velocidad del viento a alturas inferiores a la del obstáculo, perturbación que desaparece completamente a una distancia de aproximadamente 12 veces esa altura (repasar el tema 5, ventilación natural). En tanto que en climas cálidos la pauta es evitar tales obstáculos –o en último caso adecuar el diseño de las aberturas a los mismos– en climas fríos su presencia será por el contrario beneficiosa, por dos razones: por un lado, bloquean la llegada del viento en condiciones en que no conviene ventilar los espacios más allá de lo requerido por razones de calidad de aire y, por otro lado, atenúan el enfriamiento convectivo de la envolvente al reducir la velocidad del aire en sus inmediaciones (a menor convección mayor será la temperatura para la cual los cerramientos al sol alcanzarán el equilibrio). Captación de radiación solar durante el día Es común en el páramo andino conservar la configuración típica de las casas coloniales con grandes patios centrales. En tanto que en climas cálidos tales patios sirven para generar ventilación cruzada en los ambientes y situar árboles altos de copa ancha que sombreen paredes interiores y techos, en climas fríos su función será contar con un espacio abierto al sol y protegido del viento que permita en adición calentar los cerramientos que den hacia él. Si el clima es muy frío, resulta aún provechoso cerrar el patio con grandes superficies vidriadas (bien sea techándolo o encerrándolo) a fin de generar el efecto invernadero. Conviene luego usar en los patios y corredores pisos y paredes oscuros y pesados (adobe, concreto, caico, piedras, granito, ladrillos) que absorban la energía solar directa, difusa y reflejada y la reemitan al ambiente gradualmente y con retardo. Con ello se aumenta la temperatura radiante y se calienta por convección el aire, el cual circula luego por el resto de los ambientes. En general, crear el efecto invernadero en espacios en los que el deslumbramiento visual pueda tolerarse o controlarse es muy útil en climas fríos. Esto se puede hacer de múltiples de maneras. Para que tal efecto sea eficaz se deben usar vidrios de alta transmisividad ante la radiación solar y de transmisividad nula ante la radiación infrarroja (vidrios crudos, laminados o templados, siempre claros).

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Dimensionar y escoger acertadamente las áreas y materiales de pisos, paredes y ventanas a fin de acentuar el efecto invernadero y/o almacenar con provecho el calor del sol implica en la práctica atender ciertas consideraciones constructivas sutiles, las cuales se exponen a continuación: Primeramente, puesto que el vidrio es un material de poco espesor, cuanto más aumente su área respecto del área total de cerramientos, menor será la masa térmica global disponible para almacenar calor. Al respecto se estila una relación no menor de 6:1 entre el área de los cerramientos cuya masa térmica se ha de calentar y el área vidriada destinada a transmitir el sol. Por otro lado, puesto que el vidrio tiene poca conductancia (debido también a su espesor), los espacios que cuenten con las áreas vidriadas más extensas se enfriarán de noche más rápido. De ahí que sea inadecuado maximizar el área de cerramientos de vidrio en dormitorios y espacios de uso nocturno, donde corresponderá contar con ventanas de tamaño moderado para generar el efecto invernadero. En todo caso convendrá siempre frenar el enfriamiento conductivo nocturno a través de los vidrios usando postigos o contraventanas aislantes, desplegando cortinas gruesas y/o usando vidrios dobles con cámaras de aire, todo lo cual apunta a aumentar la resistencia térmica del área vidriada en aquellas horas en que se requiera preservar el calor. Usar materiales pesados asegura el desprendimiento de calor por largo tiempo pero no el aumento rápido y elevado de la temperatura superficial y por ende de la emisión de radiación infrarroja, que es la que acentúa el efecto invernadero. Un piso de contrachapado expuesto al sol (material liviano de baja conductividad) se calentará rápido y palpablemente (por ejemplo, 6 a 10ºC, dependiendo de la temperatura y velocidad del aire contiguo), pero sólo en su superficie (los primeros milímetros) y con tendencia a enfriarse también rápido cuando el sol deje de incidir. En cambio, un piso de caico sobre base de concreto (materiales pesados de conductividad media) sometido a las mismas condiciones de soleamiento irá “tragando” el calor más lenta, repartida y profundamente, lo que hace que su temperatura superficial aumente comparativamente poco (por ejemplo, 2 a 3ºC). En contrapartida un piso así seguirá devolviendo al ambiente el calor acumulado mucho después de que el sol haya dejado de incidir (se advierte que para que este proceso se dé el piso no puede tener alfombras o esteras que cubran su masa térmica). Se concluye en que si lo que se busca es acentuar el calentamiento diurno, se deberán usar acabados oscuros y de poca inercia térmica en aquellos sitios en los que incida el sol, mientras que si la meta es almacenar el calor para su posterior uso, se deberán usar materiales también oscuros pero de elevada inercia térmica. Será mucho más útil almacenar calor en las divisiones internas que en las fachadas, puesto que las primeras desprenderán todo hacia adentro y las segundas devolverán al menos la mitad de ese calor al exterior al caer la noche. En adición, las fachadas verán fuertemente reducido su calentamiento debido al enfriamiento convectivo con el aire frío exterior. Servirse de las fachadas conlleva por tanto cargarlas de día al máximo, para lo cual deberán ser oscuras y tener espesores que produzcan desfases conformes al tiempo en que el sol incida y la hora en que se desee que el calor se transmita. Una manera de evitar que el calor así almacenado se pierda es cubrirlas por fuera al final de la tarde con algún sistema móvil de aislamiento externo (por ejemplo, grandes contrapuertas corredizas).

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En caso que una pared pesada de una fachada reciba calor sólo en su cara interior (por incidencia de la radiación solar que penetra a través de una abertura o por reflexión de superficies contiguas) convendrá colocarle aislante por fuera, pero está vez fijo. En tales casos la capa de material pesado podrá ser de aproximadamente 10 a 12 cm, ya que es hasta esa profundidad que se almacena el calor que finalmente se devuelve. De manera similar, un piso disipará parte de su calor hacia el terreno (cuya masa térmica es parecida), por lo que usar pisos pesados de espesores mayores que 10 a 12 cm resulta superfluo de cara a reemitir el calor hacia los ambientes en la noche. En cuanto a las divisiones internas, la mejor condición es que estén expuestas el mayor tiempo al sol y a la vez al aire cálido del efecto invernadero. De esta forma podrán alcanzar temperaturas bastante superiores a las que alcanzan las fachadas. Las aberturas y superficies vidriadas deberán por ende diseñarse de forma de asegurar que la radiación penetre hasta la masa térmica interior. Preservación del calor solar Tan importante como captar el calor será conservarlo, sobre todo de noche. Las rendijas entre paredes y puertas, paredes y ventanas o paredes y techos deberán controlarse, pues cualquier infiltración de aire exterior puede anular las acciones destinadas a conservar el aire cálido. Por ende, las puertas y ventanas tendrán que ser herméticas y estar bien selladas. No obstante, dependiendo del uso del espacio y la cantidad de personas que en él se encuentre habrá que aceptar por razones de calidad del aire un mínimo de renovación. Normativamente, en viviendas, se estilan alrededor de 3

35 m /h por espacio a efectos de mantener el aire limpio (ASH-RAE 62) (una renovación así se da en condiciones de ocupación normales a través de las rendijas que separan las puertas del piso). En ambientes donde se genere humo o contaminantes específicos en cantidades perjudiciales deberán poderse abrir las ventanas o las puertas, de forma de generar caudales acordes, según el caso. De la misma forma, deberá evitarse el uso de elementos conductores que separen los ambientes con el exterior, así sean éstos de áreas pequeñas. Por ejemplo, una ventana de vidrio doble con marco de aluminio perderá más calor a través del marco que a través de toda el área de vidrio. Asimismo, cualquier elemento estructural metálico no cubierto como una viga colindante de techo dejará salir calor en cantidades indeseables. A tales zonas pequeñas y débiles ante el paso de calor se les conoce como puentes térmicos. Evitar los puentes térmicos implica en consecuencia usar materiales de mayor resistencia térmica para los marcos, las puertas, etc. (madera, por ejemplo) o cubrir y sellar dichos puentes con materiales aislantes. En general, será importante que los cerramientos que no se usen de día para almacenar calor cuenten con una capa de aislante en su cara interior que de noche bloquee la salida de calor por conducción. Esto vale también para los cerramientos pesados cuya inercia térmica no se use, pues al no recibir calor de ninguna fuente tenderán a estar siempre fríos y dispuestos a “tragarse” el calor que se genere en el ambiente (personas, equipos o incluso calefacción eléctrica o chimenea).

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Diagrama de incidencia solar durante el mediodía.

Diagrama de incidencia solar durante la mañana y el día.

Proyección en planta de la trayectoria anual del sol.

[…] Distribución espacial En el diseño bioclimático, la ubicación relativa de los espacios se hará de manera que los beneficios sean máximos en los ambientes más exigentes. […] En la medida en que el clima se vuelva más frío se irán trocando las reglas [tradicionales de los climas cálidos]: los espacios de mayor permanencia se irán desplazando hacia el sol, al tiempo que deberán resguardarse más del viento. Al respecto ya se presentaron las pautas básicas. Recuérdese sin embargo que en climas siempre u ocasional-mente moderados (entre 700 y 1600 m.s.n.m.) el control solar sólo podrá relajarse cuidadosa y limitadamente. Sistemas específicos de enfriamiento o calentamiento pasivo Las pautas expuestas hasta aquí se refieren sólo a aspectos tradicionales del diseño arquitectónico: contexto, entorno, uso de la edificación, envolvente, materiales, distribución espacial, divisiones internas. Sin embargo, existen sistemas especiales de […] calentamiento pasivo, los cuales, si bien obligan al tratamiento de algunos de los

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aspectos

señalados,

pueden

entenderse

como

instalaciones

de

climatización

autónomas. […] Intercambios con el cielo: estanques de techo El enfriamiento radiativo aprovecha la diferencia de tempera-tura entre el cielo nocturno y el techo a fin de acentuar la radiación hacia el cielo del calor que sale a través del techo (el mecanismo más simple sería usar un techo suficientemente conductor y de alta emisividad). El sistema más conocido es el llamado estanque de techo (del inglés, “roof pond”), el cual aprovecha la muy elevada inercia térmica del agua. Consiste en un depósito de agua ubicado en el techo (tal depósito pudiera consistir en bolsas de agua), el cual de día se cubre con un material reflectante y aislante que mantiene el agua protegida del sol, mientras por debajo esa misma agua almacena el calor interior. Como el agua tiene mucha masa térmica disponible, el techo no alcanza a calentarse sensiblemente. El calor así alma-cenado se emite luego de noche hacia la bóveda celeste al retirarse el aislante. Usado a la inversa –es decir, cubriéndolo de noche y no de día– el mismo estanque sirve para calentar los ambientes en climas fríos: el agua almacena el calor solar, calor que de noche es emitido a través del techo hacia el interior. En tales casos se puede cubrir de día el estanque con vidrio por el lado exterior, de modo de generar un invernadero que acentúe el almacenamiento del calor solar en el agua.

Diagramas de estanques de techo para climas fríos y cálidos.

Calefacción solar pasiva: muro Trombe El muro Trombe debe su nombre a su inventor francés Felix Trombe, quien lo planteó en los años 1950. Es un sistema ideado para climas fríos. Consta de una pared oscura pesada situada detrás de un vidrio, lo que genera un invernadero en el espacio

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entre la pared y el vidrio. La pared tiene dos aberturas estrechas, una arriba y otra abajo. El aire caliente sube y entra al ambiente por la abertura de arriba, succionando el aire del ambiente por la abertura de abajo, lo que activa una circula-ción de aire caliente. De noche las aberturas se cierran para preservar ese aire. Esto se refuerza con aislamiento en el resto de las paredes. Paralelamente, la pared emite al ambiente el calor atesorado en el día. Se puede en adición cubrir de noche por fuera el vidrio usando postigos aislantes para evitar que parte del calor acumulado se pierda a través del vidrio.

Esquema funcional del Muro de Trombe.

1

ROSALES, Luis (2006). “Diseño bioclimático en Venezuela”. Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la UCV: Sector de Acondicionamiento Ambiental. Asignatura de Clima y Diseño.

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Las siguientes líneas fueron tomadas del libro Aspectos Geográficos del Estado Mérida1, del autor Marco Aurelio Villa, publicado en la ciudad de Caracas en el año de 1967 por la Corporación Venezolana de Fomento. Ellas dan cuenta de los detalles geológicos, sísmicos, morfológicos, climáticos, y de vegetación, fauna y poblamiento humano de la zona andina escogida para la realización de nuestra exploración.

Las siguientes líneas fueron tomadas del libro Arquitectura ecológica, 29 ejemplos europeos1 elaborada por el autor Dominique GAUZIN-MÜLLER, del Sector de Acondicionamiento Ambiental de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la UCV. Asignatura Clima y Diseño, para la cátedra de Clima y diseño. Ellas dan cuenta de las técnicas y conocimientos empleados en el desarrollo de las exploraciones formales desplegados en esta investigación:

La gestión medioambiental1

La gestión medioambiental es una manera innovadora de abordar en equipo la elaboración del programa, la concepción, la realización y la gestión de los edificios. El objetivo perseguido por todos los participantes es la protección del medio ambiente, y sus medios son a menudo comparables. Los métodos varían, sin embargo, según los países y los diferentes programas, desde una aproximación empírica a un planteamiento práctico. Colaboración interdisciplinar La incorporación de los retos medioambientales a las operaciones de construcción exige un amplio consenso entre los diferentes participantes involucrados. Debe ser objeto de una aproximación interdisciplinar, que frecuentemente se define, a nivel internacional, con el término integrated design process (proceso de diseño integrado). Esta metodología voluntaria y objetiva exige la colaboración de todos los agentes para racionalizar el proyecto y combina técnicas tradicionales con el uso controlado de tecnologías innovadoras. Se preocupa, entre otras cosas, por el confort de los usuarios, la protección del entorno y la gestión del agua y de la energía como parte del control de costes. Los conflictos inevitables entre los diversos requerimientos pueden resolverse a través de una planificación pragmática y una ejecución coordinada en la que promotores, constructores y empresas unan sus esfuerzos desde el inicio del proyecto. Más allá del estudio del impacto ambiental de los edificios sobre el entorno, el método incorpora una dimensión social, invitando a los usuarios a participar tanto en su

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planificación como en su construcción, y actuando como sustento de la economía local al incentivar la recuperación de materiales y técnicas constructivas autóctonas. El método de proyectación debe alentar también la apropiación del espacio por sus habitantes y la adaptabilidad de la vivienda a la evolución de la estructura familiar, de la empresa en los edificios de ofIcinas y de la enseñanza en los equipamientos escolares. El uso racional de la energía Esquema de aprovechamiento

Una vivienda construida hoy en día consume la mitad de energía que una

de la energía solar y la ventilación natural en el

vivienda realizada a principios de los años sesenta. La calefacción y la producción de

desarrollo de una casa.

agua caliente representan aún hoy una cuarta parte de la energía consumida en Europa y contribuyen en igual medida a la producción de emisiones de CO 2. El uso racional de la energía es una de las cuatro prioridades del Plan de Acción para el Medio Ambiente, puesto en marcha en enero del año 2001 por la Unión Europea para el periodo 20012010. Para lograr este objetivo, hay que fomentar el ahorro energético a través de medidas pasivas y activas, y promover el uso de fuentes de energía renovables. Soluciones ingeniosas y pragmáticas pueden a menudo reemplazar equipamientos sofisticados, costosos y frágiles. Principios bioclimáticos

Ejemplo de fachadas acristaladas dobles para el aprovechamiento energético.

Herederos de la tradición constructiva, los principios bioclimáticos han sido redescubiertos tras la primera crisis petrolífera. Empleados esencialmente en la vivienda unifamiliar, basan su efectividad en la elección de la forma del edificio, su implantación, en la disposición de los espacios y en la orientación según las características del lugar: clima, vientos dominantes, calidad del suelo, topografía, asoleo y vistas. Para limitar las circulaciones y la superficie de fachada, origen de perdidas de calor, los volúmenes deben ser compactos. La agrupación de las estancias según su función permite ahorrar calefacción e iluminación. La fachada norte, opaca, concentra acceso y locales de servicio, mientras que la cara sur de una construcción bioclimática se hace permeable. En los años setenta y ochenta despuntó una primera generación de casas bioclimáticas, a menudo construidas con estructura de madera, en Francia y otros países de Europa. Actualmente, el aprovechamiento de los aportes solares gratuitos, gracias a superficies vidriadas de altas prestaciones dimensionadas en función de la orientación, es asociado a un aumento del aislamiento de muros y cubierta. En Suiza, en los países escandinavos y en Alemania, un coeficiente de transmisión térmica de 0,2 Wjm2.K y entre 16 y 20 cm de aislamiento son cada vez más habituales. Elementos macizos de hormigón u obra de fábrica proporcionan inercia térmica, acumulando en invierno el calor del sol durante el día y restituyéndolo durante la noche. En verano, mantienen el ambiente fresco. En la Casa del Bosque, en Stuttgart, el gran hall de exposiciones se apoya al norte contra un compacto edificio funcional y utiliza la energía solar pasiva: en invierno, el sol puede penetrar libremente en el espacio interior a través de los vidrios y calentar el edificio; en verano, el follaje denso de los árboles proporciona una sombra natural. Elementos textiles de control solar, de color blanco opaco, pueden proteger el espacio de exposición de la radiación indeseable, a través de raíl es dispuestos a largo de los arcos de madera encolada. El efecto chimenea entre el vidrio y los elementos de sombra per-

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mite evacuar el aire caliente en la parte superior. El bosque que rodea el edificio al sudoeste contribuye al aprovechamiento pasivo de la energía solar. Optimización de la radiación solar El hecho de valorar la energía solar pasiva aumenta la autonomía del edificio y disminuye el consumo de energía sin sobrecostes significativos. En los edificios plurifamiliares, la reducción de la superficie de contacto con el exterior permite disminuir las necesidades energéticas hasta un 40% respecto a una casa unifamiliar. […] El ideal es un edificio orientado al sur con una profundidad edificada de 10 a 12 m, pero la aplicación estricta de estas medidas crea una similitud formal innegable entre los proyectos basados en el ahorro energético. [Aprovechamiento del] potencial que ofrece el sol 

Dimensionar los huecos con vidrios aislantes en función de la energía solar proporcionada según la orientación: entre el 40 y 60% de superficie vidriada en la fachada sur, el10 y 15% en la fachada norte, y menos del 20% en las fachadas este y oeste.



Almacenar la radiación solar en elementos macizos de materiales (hormigón, piedra o arcilla) cuya inercia permita acumular el calor en los forjados o muros interiores.



Restituir progresivamente por convección y radiación el calor acumulado en el material.

 Colector solar para el calentamiento del agua en los climas fríos.

Limitar los intercambios con el exterior reduciendo la superficie de la envolvente y reforzando su aislamiento térmico y su estanqueidad al aire.

[Recomendaciones] para evitar el problema del recalentamiento de las superficies en verano 

Controlar el asoleo directo mediante elementos constructivos de protección solar (aleros, persianas enrollables o batientes) y cerramientos de vidrio con un coeficiente de transmisión energética suficiente para limitar los aportes energéticos. Estas medidas constructivas pueden ser completadas por elementos textiles y protección vegetal.



Disipar el calor mediante una ventilación natural.

Los puentes térmicos

Panel de celdas fotovoltáicas.

En un edificio, el aislamiento de las fachadas, de la cubierta y del forjado entre el subsuelo y la planta baja a menudo presentan puntos débiles o discontinuidades inherentes al proceso constructivo debidos a una falta de precisión en la ejecución. Se estima que estos puentes térmicos, puntuales o lineales, representan en Francia más del 40% de las pérdidas. La nueva normativa térmica, la RT 2000 hace hincapié en este problema. Si son importantes, los puentes térmicos conllevan un enfriamiento local de la superficie interior del paramento que puede suscitar la aparición de condensaciones, provocando a la larga mohos y otros daños. Los puentes térmicos se sitúan primordialmente a la altura del zócalo del edificio, los marcos de los huecos, las uniones entre muros y forjados o cubiertas, los aleros, los balcones y, en general, en otros elementos

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que atraviesan la fachada. Éstos pueden evitarse con un estudio pormenorizado de los detalles constructivos. Varias medidas [que] permiten limitar las pérdidas térmicas en el momento de proyectar el edificio 

Aumentar la compacidad de la zona climatizada.



Desolidarizar los balcones y las galerías de la estructura principal.



Resolver las uniones entre paredes verticales y forjados o cubiertas.



Aislar exteriormente los elementos constructivos macizos.

En los edificios de estructura de madera, la sustitución de los elementos de madera maciza por vigas en ‘I’ mejora sensiblemente el coeficiente de transmisión térmica del paramento. Esta medida se combina con un aislamiento doble cruzado en las fachadas del edificio Hábitat y Trabajo en Friburgo de Brisgovia. En el caso de una cubierta con elementos portantes cada 0,50 m y un aislamiento de lana mineral de 240 mm de espesor, la reducción del coeficiente de transmisión es del 20% si se reemplazan las correas de 80 X 240 mm por vigas TJI de 241 mm. Esquema mosntrando maneras de obtener una buena estanqueidad al aire en las uniones y penetraciones,

La estanqueidad al aire Para conseguir una reducción sustancial del consumo energético y disminuir

gracias a una barrera de vapor

progresivamente el efecto invernadero, la aplicación de los principios bioclimáticos

de celulosa natural reciclada y

clásicos es insuficiente. Cuando el aire se infiltra a través de los cerramientos provoca

a sellantes al aire de látex natural.

corrientes incómodas y perjudiciales para el rendimiento energético. La permeabilidad al aire de la envolvente permite, por el contrario, reducir el consumo de calefacción y prevenir los daños originados por la humedad, en especial en los edificios de estructura de madera. La continuidad de la estanqueidad al aire debe ser estudiada con atención desde el proyecto, en especial en las uniones entre los elementos, los marcos de las ventanas y las perforaciones (conductos de las chimeneas y canalizaciones). La empresa alemana Pro Clima propone una gama de productos específicos: barreras de vapor en bandas o en hojas de celulosa natural y reciclada; colas de estanqueidad al aire de látex natural; cintas adhesivas universal, elástica, a doble cara, instantánea, etc. Distribuye también la barrera de vapor Pro Clima DB, con una resistencia a la difusión (valor IJd) variable según el coeficiente de humedad, que garantiza una difusión reducida en invierno y elevada en verano. Para verificar la buena colocación en obra existen sistemas de evaluación de la estanqueidad al aire, como el test Minneapolis Blower-Door. Provocando una depresión dé 50 Pa en el interior del edificio, este sistema compuesto de un ventilador integrado en una puerta permite evaluar el intercambio de aire entre el interior y el exterior. La escala varía entre 1 o menos (muy estanca) y 4 o más (estanqueidad insuficiente). El elevado coste de este test impide su empleo sistemático, pero resulta interesante en un proyecto experimental o una primera realización de bajo consumo energético. Diseñadores y fabricantes extraen de él informaciones prácticas que pueden ser aprovechadas en siguientes realizaciones. Un control más sencillo y económico es posible con los Tests de Aire. Permiten reconocer los fallos de estanqueidad, pero no proporcionan valores numéricos. Con el sistema Wincon, que se instala en un marco de la ventana, el operario puede controlar él mismo en una hora o

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dos la estanqueidad al aire de una casa unifamiliar. En invierno pueden también controlarse los puntos críticos y localizar las fugas gracias a mediciones termográficas. Los vidrios inteligentes Para optimizar la envolvente del edificio es importante escoger la carpintería con atención. A mediados de los años noventa, los acristalamientos dobles estándar tenían en Francia uno grosor de entre 46-4 mm y 4-12-4 mm, y un coeficiente de transmisión térmica de aproximadamente 3 W Im2.K. El vidrio doble de baja emisividad, habitual ya en Alemania y en los países escandinavos, era aún considerado en Francia un artículo de gama alta. En su casa domótica, JeanYves Barrier utilizó ya en 1990 los vidrios dobles de baja emisividad y alta transmisión. La sala de estar se orienta al sudeste, concebida como un invernadero integrado a doble altura. En invierno, cuando el sol está bajo, los vidrios dobles del muro cortina dejan pasar la radiación y retienen el calor en el interior. En verano la capa reflectante limita la cantidad de energía que atraviesa el vidrio. La cubierta se proyecta hacia adelante proporcionando sombra a la fachada y resguardando los balcones. El aumento de las exigencias térmicas han hecho de este tipo de ventanas un elemento estándar, y la industria propone ya productos de mayores prestaciones. Estos vidrios ‘inteligentes’ reúnen una gran transparencia, un buen coeficiente de transmisión superficial U y un factor solar 5 suficiente para limitar los aportes energéticos. Gracias a una capa de baja emisividad añadida a una de las caras interiores del vidrio doble, el Ejemplo de fachada acristalada doble.

coeficiente desciende por debajo de 1,9 W Im2.K. Para ajustarse a las exigencias del sello alemán vivienda de bajo consumo energético, es necesario aumentar el espesor del conjunto y introducir un gas especial en la cámara de aire. En Francia, 5aint-Gobain Vitrage lanzó en 1999 su gama Climaplus 45. El vidrio doble 4-15-4 mm, con una cámara de aire de argón y unos coeficientes U de 1,1 W Im2.K y un factor solar de 42. Este vidrio de alta transmisión y baja emisividad limita los intercambios térmicos entre interior y exterior y permite un ahorro de energía considerable. Mejora las prestaciones térmicas en invierno y reduce el efecto invernadero en verano, primavera y otoño. En el CSTB, se estimó que, en el año 2000 el sobrecoste de la inversión en estos nuevos vidrios era rentabilizado a largo plazo, ya que una caída de las perdidas térmicas de 1 W Im2.K garantiza un ahorro en calefacción de alrededor de 50 francos (7, 6 euros) por m2 de superficie vidriada y año. Con la aplicación de la RT 2000, la difusión de los vidrios aislantes podría hacer bajar rápidamente su precio en Francia. Más allá del Rhin, un coeficiente de transmisión de 1,5 W Im2.K es ya habitual. Para cumplir con las exigencias del sello vivienda pasiva, es necesario un coeficiente U inferior o igual a 1 W Im2.K. Para ajustarse a ello, la empresa Vegla propone el vidrio Climatop Solar, con un coeficiente U de 0,7 W Im2.K. La fachada de doble piel La introducción, en la fachada sur de los edificios, de una doble piel de vidrio que actúa como un captador solar pasivo se está extendiendo por varios países europeos, en particular en el sector terciario. Según la altura del edificio y la solución adoptada, la cámara de aire puede recorrer la fachada o estar dividida en cada piso. La ventilación natural, en sentido ascendente, evacúa el calor almacenado. Persianas vene-

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cianas dispuestas entre los vidrios permiten controlar el aporte de calor de la radiación solar. La doble piel ventilada ofrece un buen aislamiento térmico y permite importantes ahorros en las instalaciones de calefacción y climatización del aire. Combina un máximo confort térmico y visual: 

Temperatura y humedad del aire agradables.



Eliminación del efecto de pared fría.



Protección contra el recalentamiento de las superficies en verano, los reflejos, el vaho y las corrientes de aire.

Los cerramientos de doble piel presentan varias disposiciones posibles, desarrolladas en diversos proyectos presentados en este capítulo. En el parvulario de Pliezhausen, la fachada sur de las aulas se compone de un muro cortina de vidrio doble en el interior, y de una segunda piel exterior de vidrio sencillo. La cámara de aire ventilada de 30 cm entre los dos cerramientos sirve de barrera climática. La piel transparente que envuelve el colegio de Mader está compuesta de lamas verticales de vidrio sencillo con la junta abierta y reviste la fachada de paneles de madera contrachapada. La sede social de la empresa Avax en Atenas tiene una doble piel de vidrios serigrafiados pivotantes. En la piscina de Bad Elster, el concepto de doble piel ha sido aplicado de manera rigurosa a las cuatro fachadas y a la cubierta. Esta cubrición ha necesitado una importante inversión, pero consigue satisfacer diversas funciones, como la protección solar y la ventilación natural, gracias a lamas móviles de vidrio impreso. En Francia, el despacho ingeniería francés OTH puso a punto en el año 2001 una fachada de doble piel ‘que respira’ con una persiana de lamas entre los vidrios. Este sistema cuesta cerca de 900 euros/m2, es decir un 45% más que una fachada de doble piel con persianas interiores, pero permite reducir sensiblemente el dimensionado de la climatización y, en consecuencia, los costes de inversión y funcionamiento. La ventilación natural

Sección de una fachada acristalada de doble piel.

Los sistemas de ventilación pueden representar entre el 20 y el 60% del gasto energético, en especial en el sector terciario, y esta proporción disminuye con la mejora del aislamiento de los edificios. Para garantizar un confort natural de los usuarios en verano, es recomendable hacer circular el calor desde las zonas expuestas al sol (al sur) hacía las zonas no expuestas (al norte). El aire caliente realiza un movimiento ascendente que deja lugar a aire más fresco. La organización del espacio interior puede por sí sola provocar circulaciones térmicas naturales entre las zonas calientes y las frías, como en la casa en Stuttgart-Degerloch […] . La iluminación natural La iluminación natural es un aspecto fundamental, tanto desde el punto de vista de consumo energético como del confort visual, especialmente en el sector terciario, donde los imperativos de rentabilidad imponen a menudo edificios profundos. En la sede administrativa de Iguzzini en Recanati, Italia, el despacho de arquitectura de Mario Cuccinella, en colaboración con el laboratorio de la Escuela Politécnica de Lausana, realizó una serie de estudios con la ayuda de un heliodón. Este dispositivo permite simular las revoluciones del globo terráqueo alrededor de su eje, las variaciones del ángulo del sol siguiendo las estaciones y la posición relativa de la tierra respecto al sol. Un cielo artificial, un hemisferio de 5 m de diámetro compuesto de 145 discos luminosos

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reguladores en su intensidad, simula un amplio abanico de posibilidades y una buena distribución de la luz. La simulación se realiza sobre una maqueta a escala 1 : 50, con materiales de reflectancia próximos a los previstos. Captadores fotométricos, fotografías y videos miden el factor y la intensidad de luz diurna en diferentes puntos a partir de un plano de trabajo y realizan simulaciones de redistribución de la luz natural indicando las posibilidades de confort visual […] . Las energías renovables El uso de energías renovables está ligado a estrategias políticas que dependen del contexto nacional y de los yacimientos potenciales. Las opciones varían según los países, pero coinciden en asociar técnicas consolidadas desde hace décadas que resultan ya rentables y competitivas (bombas de calor, colectores solares para el agua caliente sanitaria, cogeneración de gas) a tecnologías más innovadoras, con una amortización a más largo plazo (células fotovoltaicas y molinos eólicos). La electricidad generada en centrales de carbón, como en Alemania, es la fuente de energía para calefacción que emite una mayor cantidad de gases causantes del efecto invernadero. La calefacción de gas representa una mejora sensible, sobre todo con el uso de calderas de gas murales y no estancas. Una central urbana puede reducir las emisiones en un 60%. Su balance ecológico es particularmente positivo si la fuente de energía es renovable (madera, biogás). La energía solar es la más respetuosa con el medio ambiente. (Fuente: Bauen für eine Lebenswerte Zukunt, Stadt Friburgo de Brisgovia, 1996.)

Vivienda avalada por el sello Minergie Esquema concepto. 1. Colectores solares para el agua caliente sanitaria. 2. Ventilación de doble flujo, recuperador de calor de alto rendimiento. 3. Sanitarios de bajo consumo de agua, 4. Aparatos eléctricos y domésticos de bajo consumo de energía. 5. Cubierta ajardinada con retención del agua.

La energía solar térmica La arquitectura bioclimática suele ir acompañada de la instalación de captadores solares térmicos para la producción de agua caliente sanitaria. Este sistema desarrollado en los años setenta ha sido perfeccionado y se ha comprobado su rentabilidad. Los captadores transforman la radiación del sol en calor, que es transportado y almacenado en un depósito mediante. un fluido transmisor de calor. Un captador solar puede ser utilizado tanto en verano como en invierno: incluso los días de poco sol proporcionan una radiación suficiente para un precalentamiento del agua

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caliente sanitaria, y en las regiones templadas de Europa un colector bien dimensionado y correctamente instalado puede satisfacer casi el 100% de las necesidades entre abril y septiembre. A lo largo de un año los colectores solares producen alrededor del 60% del agua caliente sanitaria de una vivienda, reduciendo en igual medida las emisiones de CO2 a la atmósfera. Esta técnica, ya consolidada, ha sido optimizada hasta reducir sensiblemente los costes de inversión. La instalación de colectores solares térmicos para agua caliente sanitaria es uno de los usos de energías renovables económicamente más rentables. En el año 2000, el plazo de amortización era de aproximadamente diez años.

Disposición sobre terrazas de viviendas contiguas para la maximización del aprovechamiento de la radiación solar.

Teniendo en cuenta la evolución de los precios, la utilización en obra de los captadores solares debería generalizarse rápidamente en Europa. Su uso es fomentado a través de ayudas económicas en varios países. Alemania, Austria, Holanda y Bélgica han puesto en marcha programas a gran escala estimulando la instalación de calentadores de agua solares en la vivienda. Los colectores son particularmente rentables en los edificios plurifamiliares. Ocupan la cara sur de las cubiertas del edificio Olzbündt en Dornbirn, del edificio Salvatierra en Rennes. Y de la actuación Hábitat y Trabajo en Friburgo de Brisgovia. Todos los equipamientos escolares presentados en este capítulo valoran la energía solar térmica por razones ecológicas y pedagógicas: los parvularios de Pliezhausen y de Stuttgart-Heumaden, el liceo de Calais, y el colegio de Mader. El problema que plantea la energía solar térmica es el de su almacenamiento. Para resolverlo, la empresa alemana UFE Solar está desarrollando con el Instituto Fraunhofer para los Sistemas Solares y Energéticos una técnica que permite almacenar el calor durante varios meses en un volumen restringido gracias al gel de sílice. El calor producido en verano por los colectores solares seca el gel de sílice y lo carga energéticamente. El agua liberada en este proceso se condensa y es almacenada en un recipiente. En invierno, es retomada por el gel de sílice liberando calor. La empresa espera sacar al mercado en el año 2003 un sistema que integre ese almacenamiento por absorción de humedad. Los colectores solares térmicos así equipados bastarían para garantizar en cualquier estación la autonomía de la vivienda en calefacción yagua caliente. La conversión fotovoltaica Las células fotovoltaicas transforman la energía solar en electricidad gracias a semiconductores fabricados con compuestos de silicio. Numerosas aplicaciones utilizan ya está técnica: parquímetros, estaciones telefónicas aisladas, balizas, etc. Situadas en las fachadas o el tejado de un edificio, los paneles fotovoltáicos producen electricidad para el consumo interno o la redistribución a la red. Pueden integrarse en la composición arquitectónica o servir de elemento creador de sombra, como de en las fachadas de las oficinas de la empresa Total Énergie. En el centro de formación continua del Ministerio Alemán del Interior en Herne-Sodingen, en el Ruhr, realizado para la Exposición Internacional de Arquitectura, Emscher Park, un inmenso invernadero de 16 m de altura cobija

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varios volúmenes independientes -biblioteca, salas de reunión, auditorios para conferencias, servicios de restauración y hospedaje- en una superficie de cerca de 12.000 m2. Recrea un microclima mediterráneo prescindiendo de los dispositivos de calefacción y climatización convencionales. La energía necesaria se genera a través de 10.000 m2 de paneles solares de la empresa Pilkington Solar, integrados en los 20.000 m2 de las fachadas y la cubierta. De coste aún muy elevado, los paneles solares reciben importantes estímulos económicos en Alemania, donde unidades de producción a gran escala han sido recientemente puestas en marcha. Podrían tener aplicaciones particularmente interesantes en los países en vías de desarrollo con mucho sol que no disponen de otras fuentes de energía. La calefacción termodinámica Muy empleada en Estados Unidos, en Japón yen los países escandinavos, la calefacción termodinámica se remonta al siglo XIX. Las bombas de calor son robustas, y su eficiencia ha aumentado en más de un 25% a largo de la última década. Basada en la transmisión de energía térmica, este sistema funciona mediante un fluido conductor del calor. Desprovisto de quemador, no funciona por combustión y evita así una fuente de contaminación puntual. La bomba de calor transmite a un intercambiador la energía gratuita contenida en el ambiente exterior y el suelo, calentados por la radiación solar. La eficiencia del aparato se define a través de la relación entre energía térmica aportada al condensador para calefacción y la energía consumida por el compresor y sus accesorios. En la calefacción doméstica, esta eficiencia varía entre 2,5 y 5. Es decir que, en condiciones óptimas de instalación y funcionamiento, hasta un 80% de energía térmica puede ser obtenida gratuitamente del entorno. Los diferentes sistemas termodinámicos se distinguen entre ellos tanto por la fuente de energía natural (aire, agua o suelo) como por el sistema de distribución del calor producido en la vivienda (aire, agua). En Suiza, alrededor de un tercio de las bombas funciona a través de sistemas de colectores subterráneos. La temperatura constante de la tierra favorece de esta manera un rendimiento más elevado que el de las bombas aire-agua o aire-suelo. Se puede también aprovechar el calor de las capas subterráneas. En el conjunto de Affoltern-am-Albis, cada hilera de 4 casas posee una Ejemplos de paneles de celdas y veletas solares.

bomba de calor que funciona con agua salina a 20°C situada a 180 m de profundidad. En el edificio 01zbündt en Dornbirn, cada I1no de las trece viviendas tiene una bomba de calor individual. La madera como fuente energética En varios países europeos la rama de investigación de producción de energía a partir de la madera es impulsada para sacar partido de los abundantes y subexplotados bosques, así como para limitar las emisiones de gas carbónico. El balance de emisión de CO2 de la calefacción para combustión de madera es nulo, ya que la cantidad de CO 2 emitida es la misma que fue absorbida por los árboles durante su crecimiento. En la vivienda, estufas de madera pueden bastar para calefactar el ambiente… , reduciendo el periodo de utilización de la calefacción convencional. Algunas instalaciones, inspiradas en las Kachelbfen tradicionales de loza, son integradas en la obra de fábrica.

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Más compactas, las estufas escandinavas de fundición tienen un rendimiento mayor. Originaria de Estados Unidos, la estufa de partículas de madera ha sido introducida hace poco en Europa. Dispone de un depósito de 20 a 30 kg, que garantiza una autonomía de 24 a 72 horas, y un regulador termostático. El rendimiento de la combustión, del 75%, es superior al de los aparatos clásicos. En el sector urbano e industrial, el gran cambio tuvo lugar a mediados de los años noventa con la aparición de los calentadores automáticos. El combustible se compone de serrín, virutas, cortezas, láminas y partículas, secos o húmedos (del 5 al 60% de humedad). Los calentadores con conductor de extracción de humos con hogar refractario y reja fija o dinámica son alimentados por una helicoide o por un pulsador con Estufa de madera para la

acondicionador hidráulico. Los humos son tratados a través de un filtro que actúa por

calefacción interior de las viviendas.

centrifugación o por un ventilador de tiro. La compañía francesa Compte propone calderas de poca potencia (de 200 a 900 kW) y calderas Standard (de 1.200 a 5.000 kW) para la industria o los edificios plurifamiliares. En el año 2000 había en Francia alrededor de 1.500 calderas centrales de edificios residenciales e industriales que utilizaban la madera como combustible. El edificio de la empresa de venta por correspondencia Les 3 Suisses en Hem, por ejemplo, posee una caldera de 2 mW alimentada por madera de recuperación desmenuzada proveniente de los residuos de aserraderos y de la poda de los setos, con una autonomía de diez días a pleno rendimiento. El Ademe apoya económicamente el desarrollo de la red de energía producida por la combustión de la madera. El biogás El biogás proviene de la fermentación de residuos domésticos, de los Iodos producidos en las centrales depuradoras y de residuos de actividades agrícolas e industriales. Puede ser transformado en calor o en electricidad. En Francia, se estima que podría reemplazar alrededor del 10% del gas natural consumido. Como la madera para calefacción, el otro componente de la biomasa, el biogás es subvencionado en varios países europeos. En el sur de Alemania es valorado cada vez más por los agricultores para su autoabastecimiento energético. En el edificio Hábitat y Trabajo en Friburgo de Brisgovia, una cuba recibe por succión las aguas negras de los inodoros, las basuras domésticas para compost y los

Biodigestor doméstico.

residuos de jardinería. La fermentación de estas materias orgánicas produce el biogás, utilizado en la cocina en sustitución del gas ciudad. Las cocinas se encuentran entre los aparatos domésticos que más energía consumen, por lo que fomentar el ahorro durante su funcionamiento es importante. El residuo es recuperado para la agricultura local como abono, cerrando el ciclo natural. La gestión ecológica del ciclo del agua El agua es un recurso cada vez más raro y precioso, malgastado en los países industrializados. En Estados Unidos, cada habitante consume de media 1OOO Lt de agua por día, mientras que en algunas regiones de América del Sur, de África y de Asia, los habitantes no disponen de más de 40 Lt por persona. En el ámbito de la construcción, y en particular de la vivienda, existen varias medidas que pueden ayudar al control del ciclo del agua:

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Reducción del consumo gracias a equipamientos de bajo consumo y un comportamiento más responsable.



Recuperación del agua de lluvia.



Ajardinamiento de las cubiertas.



Depuración natural de las aguas residuales.



Creación de biotopos.

El agua puede también constituir un elemento arquitectónico que contribuya al equilibrio higrotérmico del clima interior, como en los atrios de las oficinas de Datagroup en Pliezhausen o en el del instituto de investigación de Wageningen. En este edificio, emplazado en un entorno contaminado por una agricultura intensiva, el ciclo del agua es regulado gracias a cubiertas ajardinadas y a la recuperación del agua de lluvia para abastecer los retretes y los estanques situados en los atrios. La recuperación de las aguas pluviales En Europa, el consumo de agua varía según los países entre 110 y 200 Lt de agua potable por día y persona. Podría lograrse un ahorro del 30% reservando el agua potable a la alimentación y la higiene corporal, cubriendo las otras necesidades con agua de lluvia. Una serie de investigaciones científicas efectuadas desde hace años, en particular en Alemania por el profesor Qtto Wack, confirman la calidad del agua de lluvia Filtros para el aprovechamiento de las aguas de lluvia.

depurada, cuyas características se asemejan a las del agua destilada. El requisito previo es una instalación técnica bien concebida y correctamente utilizada. Los sistemas más seguros y eficaces incluyen: 

La recuperación del agua de la cubierta.



La filtración previa a su almacenamiento en la cisterna a través de sistemas autolimpiables.



El establecimiento de dos etapas de depuración que no necesiten mantenimiento en el interior de depósito.



La conservación del agua en un lugar fresco y oscuro.



El uso de bombas de bajo consumo para distribuir el agua reciclada.



La señalización de todo sistema de canalización con la mención ‘agua no potable’.

A largo de los años noventa, la irrupción de sistemas competitivos con filtros autolimpiables, como los de la empresa Wisy, han contribuido a una rápida difusión de los recuperadores de agua de lluvia en Alemania. Esta tecnología, que alcanza ya un importante volumen de negocio y ha favorecido la creación de numerosos puestos de trabajo para su producción e instalación, es exportada a otros países europeos, en especial a Dinamarca y Holanda. Las aguas pluviales pueden ser empleadas para limpieza, en el riego de los espacios verdes y el abastecimiento de las cisternas de los sanitarios. Su uso en las lavadoras presenta ventajas ecológicas complementarias: la pureza del agua prolonga la vida de los electrodomésticos y permite reducir la cantidad de detergente y suavizante. En Outre-Rhin los recuperadores de agua de lluvia comienzan a generalizarse, especialmente en los equipamientos escolares, deportivos, culturales y administrativos. Son ya propuestos por los constructores de viviendas unifamiliares, los promotores y operarios para todo tipo de programas y a todas las escalas. El periodo de amortización

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de una instalación correctamente ejecutada varía en general entre tres y diez años, según el tamaño del sistema y los usos a que se destina el agua reciclada. El aprovechamiento de las aguas de lluvia es prácticamente inexistente en Francia, donde la normativa sanitaria es muy restrictiva. Es necesario obtener el permiso de la Ddass, encargada de controlar la higiene de las instalaciones previstas. Los liceos ACM de Caudry, Limoges y Calais forman parte de los escasos ejemplos de recuperación del agua de lluvia. Las cubiertas ajardinadas El ajardinamiento de las cubiertas con débil pendiente se generaliza en los diversos países que se enfrentan al problema de la impermeabilización de las superficies urbanas y a sus consecuencias dramáticas para los ecosistemas. En Stuttgart, el plan urbanístico contempla esta medida desde hace más de 15 años, y numerosas ciudades alemanas han seguido su ejemplo. El principio es sencillo: restituir en la cubierta la superficie verde eliminada a nivel de suelo. El ajardinamiento refuerza el aislamiento acústico y térmico de las cubiertas y prolonga la vida de los materiales al limitar la temperatura en su superficie. Las plantas filtran de manera natural el polvo y regulan la humedad del microclima. En caso de fuertes precipitaciones, las cubiertas ajardinadas retienen del 70 al 90% del agua de lluvia, retardando su evacuación. Los sistemas de ajardinamiento extensivo son ligeros (50 a 100 kglm2) y no requieren más que un mantenimiento mínimo. El sedum crece sobre un sustrato de menos de 10 cm de espesor. Esta pequeña planta grasa se regenera sin intervención exterior. Varias empresas proponen sistemas cuya eficacia han comprobado. El Floradrain, de la empresa alemana ZinCo, ofrece varios espesores posibles, según la vegetación deseada y la pendiente. Se componen de productos reciclados de acuerdo con el enfoque medioambiental. Es también posible transformar la totalidad o una parte de la cubierta en jardín colgante con una vegetación más densa, que requiere sin embargo un soporte más grueso y pesado, y un mantenimiento más importante. La gestión de las aguas residuales Varios experimentos están actualmente en curso en Europa para encontrar alternativas a los sistemas de depuración convencionales. En el tratamiento de las aguas Sección de terraza ajardinada.

residuales mediante su embalsamiento en lagunas de poca profundidad, los residuos orgánicos son degradados mediante la acción de las plantas acuáticas. En el parque del centro hospitalario de Jarna, al sur de Estocolmo, construido según principios «antroposóficos» del filósofo y pedagogo austríaco RudolfSteiner, los siete estanques y las pilas en cascada que los abastecen han sido integrados en una actuación paisajística. Desarrollado por la Universidad de Mons-Hainaut, en Bélgica, el sistema Traiselect se basa en el tratamiento selectivo de las aguas negras y de las aguas jabonosas (aguas grises). La depuración de las aguas residuales se efectúa en una cuba anaerobia, seguida de aireación en una cuba separada. Tras este tratamiento, las aguas depuradas pueden emplearse en la limpieza y el riego del jardín. Para el tratamiento de las aguas negras, los investigadores de Mons proponen retretes secos con « lecho biocontrolado », una alternativa que utiliza una bandeja vegetal filtrante, sistema utilizado también en Alemania y los países escandinavos.

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En Alemania, el sistema más innovador ha sido puesto en marcha en el edificio Hábitat y Trabajo, en Friburgo de Brisgovia. El objetivo de esta propuesta original es alcanzar una gestión autónoma del agua. Las aguas residuales de las cocinas y los baños sirven para el riego y el suministro de los aseos. Éstos disponen de un sistema de evacuación por aspiración, una técnica de bajo consumo de agua utilizada en los aviones, que necesita menos de un litro por presión. Las aguas negras son conducidas a una pequeña central de biometano que alimenta las cocinas del edificio. Las aguas pluviales son conducidas a un pequeño foso que rodea la parcela. En Francia una normativa sanitaria muy restrictiva frena la innovación, pero la empresa GTM-Construction ha puesto en marcha, en la operación de viviendas PLA de Annecy, iniciada en el 2001, un experimento de reciclaje de las aguas residuales grises con un complejo dispositivo rotatorio, cuyas mediciones serán integradas en una base de datos. En el jardín de la casa en Autheuil, las aguas residuales desengrasadas, las aguas negras y las aguas pluviales son filtradas a través de cuatro estanques plantados con lirios, juncos y cañas. Los biotopos En Alemania, las aguas pluviales a menudo son conducidas a balsas que favorecen el crecimiento de la flora y la fauna local recreando un ecosistema: la presencia de agua permite el desarrollo de las plantas, que atraen a los insectos, alimento de los pájaros, que con su vuelo transportan las semillas de nuevas plantas, etc. En el conjunto de Affoltern-am-Albis, el sistema de ajardinamiento extensivo de las cubiertas-terraza retiene una parte del agua de lluvia que después fluye lentamente a través de tres estanques de retención acondicionados como ecosistemas, antes de desembocar en el arroyo. En el parvulario de Stuttgart-Heumaden, la parte sobrante de la cisterna donde se almacenan las aguas pluviales provee de agua a un biotopo con funciones tanto ecológicas como pedagógicas. El tratamiento de las aguas puede ser integrado en las actuaciones paisajísticas que rodean a los edificios. En el área de servicio de la bahía de Somme las aguas recogidas en la autopista y los aparcamientos, tras su paso por separadores de hidrocarburos, son depuradas en los canales que rodean los edificios mediante plantas acuáticas. La incidencia de los materiales en el entorno La elección de los materiales tiene repercusiones tanto sobre el medio natural y el ambiente interior de los edificios, como sobre la salud de los usuarios. La evaluación de la incidencia sobre el medio ambiente de los materiales de construcción lleva a considerar los perjuicios ligados a cada una de las fases de su ciclo de vida: fabricación, puesta en obra, uso y mantenimiento, demolición y eliminación de los residuos. Un análisis tal, aplicado al mundo de la construcción, se vuelve sumamente complejo por las interacciones y hasta contradicciones entre los diferentes objetivos. » La incidencia de los materiales en el entorno La elección de los materiales tiene repercusiones tanto sobre el medio natural y el ambiente interior de los edificios, como sobre la salud de los usuarios. La evaluación de la incidencia sobre el medio ambiente de los materiales de construcción lleva a considerar los perjuicios ligados a cada una de las fases de su ciclo de vida: fabricación,

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puesta en obra, uso y mantenimiento, demolición y eliminación de los residuos. Un análisis tal, aplicado al mundo de la construcción, se vuelve sumamente complejo por las interacciones y hasta contradicciones entre los diferentes objetivos. Los criterios de elección La evaluación de la calidad sanitaria de los productos de construcción y de su influencia sobre el entorno es muy compleja. En el marco de una gestión global, los materiales deben ser considerados según varios tipos de criterios. Deben estar desprovistos de riesgos para la salud, ser renovables y reciclables. Respetar el medio ambiente es también optar por materiales cuya fabricación necesite poca energía, y escoger produáos locales con el fin de fomentar la economía regional y limitar el transporte por carretera. Se puede asimismo alentar la distribución por navegación fluvial o ferrocarril. Los productos con un buen envejecimiento facilitan el mantenimiento y la conservación y deben ser siempre preferidos por los profesionales. Conciliar todos estos criterios constituye todo un reto, sobre todo cuando el presupuesto es apretado. En ausencia de recomendaciones reglamentarias, los responsables deben hacer elecciones pragmáticas que tengan en cuenta la facilidad de suministro, el precio, los plazos y los saberes locales. La calidad medioambiental supone también la optimización de la cantidad de materia empleada y una mezcla de materiales que saque partido de las calidades de cada uno de ellos.

Materiales estructurales No existe a priori un material estructural « medioambiental». y la aproximación más ecológica se limita a un razonamiento que determine en cada fase los componentes mejor adaptados en función del uso y del presupuesto. Los materiales más empleados en estructura (acero, hormigón, arcilla y madera) tienen sin embargo sobre el medio ambiente impactos muy diferentes. Siguiendo la lógica del desarrollo sostenible, es necesario limitar el uso de aquellos cuyo proceso de producción industrial resulta pesado, de gran avidez energética y en materias primas no renovables, como el acero y el hormigón. En 1950, la extracción de arenas y gravas para el sector de la construcción era de 17 millones de toneladas en Francia. En el año 2000 superaba los 400 millones de toneladas, comportando con graves consecuencias para el paisaje. En la mayoría de casos recurrir al hormigón es inevitable, pero se puede limitar su uso y buscar alternativas cuando éste no sea indispensable. La arcilla es un excelente regulador higrotérmico que no contiene fibras ni compuestos orgánicos volátiles ni metales pesados, pero su cocción consume mucha energía. Para evitarlo se puede utilizar la arcilla sin cocer en forma de adobe, como en la fachada sur del edificio Salvatierra. Material de estructura autóctono, disponible en cantidad suficiente y con una transformación que requiere poca energía, la madera ofrece una alternativa ecológica muy interesante si ciertas condiciones en su puesta en obra son respetadas.

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Un material natural reciclable La madera es un recurso natural renovable. Disponible en Europa en cantidad suficiente, requiere poca energía para su conformación, su puesta en obra y su transporte. La contaminación del agua, del aire y del suelo ligada a su transformación es muy débil. La madera puede ser utilizada para estructura, acabados interiores y exteriores. Su ligereza facilita una puesta en obra sin gran maquinaria, reduciendo así el ruido y el polvo durante la fase de construcción. Estandarizados y prefabricados en taller, los elementos estructurales de madera ofrecen las ventajas de la construcción seca y favorecen la reducción de los costes y de los plazos de obra. Los sistemas de esqueleto permiten un refuerzo del aislamiento con un espesor limitado de las paredes. Los residuos pueden ser reciclados, quemados produciendo energía, o degradados biológicamente para producir metano, que puede ser aprovechado como combustible. Inspirado en las áreas de almacenamiento de madera maciza, la estructura del pabellón suizo en la Exposición Universal de Hannover del año 2000 se componía de bastiones formados de muros paralelos de piezas apiladas de 9 m de altura, de madera de alerce en dirección este-oeste y de pino de Oregón en la dirección norte-sur. Los muros de este laberinto de madera parecían un conjunto de 37.000 vigas acepilladas de 10 X 20 cm provenientes de 2.800 m3 de madera recién cortada. Unos regles habían sido intercalados entre las vigas para favorecer su secado. Éstas se mantenían únicamente por presión, gracias a sistema de resortes. Tras la finalización de la Expo 2000, las vigas han sido desmontadas y reutilizadas como madera de construcción. Un reciclaje del 100% que ilustra perfectamente el principio del desarrollo sostenible. Optimización de la construcción El enfoque medioambiental no se reduce al ahorro energético o al uso de materiales renovables o productos que no supongan riesgos para la salud. La idoneidad de los edificios sostenibles reside, sobre todo, en la capacidad de sacar partido de los diversos materiales, limitando a lo estrictamente necesario la cantidad de materia empleada. La combinación de diferentes materiales constructivos La combinación de madera, hormigón, metal y vidrio responde a una necesidad constructiva y potencia las cualidades de cada uno. Utilizado por su inercia térmica, como pantalla acústica o elemento cortafuegos, el hormigón proporciona el carácter macizo del que carecen a veces las construcciones de esqueleto de madera. El metal refuerza las características mecánicas de la madera y de sus derivados. Pletinas, pasadores y piezas moldeadas ofrecen soluciones elegantes y altas prestaciones para la resolución de las uniones. En las estructuras de gran luz, cables y tirantes metálicos que trabajan a tracción permiten ajustar las secciones de los elementos de madera comprimidos. En los países que bordean el lago de Constanza, esta diversidad ha permitido a la madera conquistar nuevos ámbitos de utilización, ya que le infieren por un aspecto muy contemporáneo. Esto incita a los arquitectos a hacer uso de este material por primera vez y a construir no en madera sino con madera, a fin de optimizar técnica y económicamente sus realizaciones, descubriendo al mismo tiempo nuevas cualidades estéticas

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. En esta región, la colaboración entre arquitectos, ingenierías y empresas industriales desde el primer momento del proyecto favorece soluciones innovadoras, adaptadas a las condiciones específicas de cada proyecto. De esta forma, la cubierta de la sala polivalente de Empfingen, soportada por una estructura metálica mínima, está compuesta de pilares cilíndricos y jácenas planas metálicas que soportan un techo de madera. La estructura de madera laminada encolada del muro cortina es independiente. La prefabricación En numerosos países europeos se ha señalado una clara tendencia a la estandarización y a la prefabricación para optimizar ecológica y económicamente .las construcciones. La estandarización se adapta a la arquitectura minimalista y a las formas sencillas y compactas de la vivienda de bajo consumo energético. La seriación facilita la optimización de la materia empleada y los detalles constructivos. Tiene generalmente un efecto positivo sobre la calidad y el control de los costes. La estandarización incita a la prefabricación. Las empresas con capacidad suficiente para realizar las inversiones necesarias pueden a continuación transferir parte del tiempo empleado en las obras a los talleres. El trabajo se realiza entonces bajo control técnico. Los residuos pueden ser gestionados con mayor eficacia. La prefabricación en taller es también una respuesta eficaz a la reducción del las molestias de obra, ya que limita su duración y por lo tanto el ruido, el polvo y la circulación de maquinaria.

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GAUZIN-MÜLLER, Dominique (2002). “Arquitectura ecológica, 29 ejemplos europeos”. Barcelona: Editorial Gustavo Gili, S.A.

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Finalmente, luego de la revisión de un conjunto de contenidos técnicos en torno al diseño bioclimático y de la elaboración de un desarrollo discursivo que ha ahondado en torno al hombre, el habitar, la arquitectura y el medio natural, la síntesis se produce con la proposición del hecho arquitectónico, el cual en nuestro caso, se traduce en dos edificaciones refugio. Así, a manera de una sinopsis proyectual o ficha técnica, se exponen a continuación lo que, final y formalmente, es el resultado de nuestra investigación: …dos edificaciones unipersonales –una que se alza y otra que se expande– que yacen solitarias sobre el páramo, y cuyas realizaciones nos ha brindado la oportunidad de reflexionar en torno a lo que significa y lo que habrá de significar el habitar humano sobre el mundo. Sobre todo, ahora que es tan fundamental para la supervivencia de la especie, el establecer un nuevo tipo de relación con el planeta, una relación energéticamente más amigable y eficiente. La materialización –y con ella la experiencia– del refugio toma lugar acá. El proyecto es ahora lo que nos ocupa. A continuación se narran descripciones de sus aspectos técnicos más resaltantes: Contexto y emplazamiento Situado sobre un valle del Páramo de Mucuchíes, por encima de los 4.100 metros de altura, este bastión de madera, metal y hormigón está coronado por líneas furtivas que acompañan las siluetas del terreno. Oculto en la vastedad del lugar, el edificio se desvela progresivamente a los visitantes que toman el camino en ascenso a lo largo del valle. El respeto por la magnificencia del lugar, la admiración del cielo nocturno andino, y la aplicación de los principios bioclimáticos, ha guiado su implantación, su forma y su tectónica. Función y forma Salvo por el basamento, la casa se muestra siempre en toda su extensión. Con una orientación sur-norte, el refugio está cubierto por un tejado de láminas de cobre (en el caso del refugio vertical), y por un tejado ajardinado (en el caso del refugio horizontal), que permite recoger las aguas de lluvia. La forma aerodinámica del refugio se levanta sobre un solar empedrado proyectado para reflectar la radiación solar sobre las fachadas de la edificación. Bajo esta capa de piedras,

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depósitos de agua canalizan y distribuyen las aguas según su uso: doméstico, de servicio, y para calefacción. También debajo de la casa se haya la planta de tratamiento de aguas y el cogenerador de biometano. Dentro del refugio, las estancias utilitarias y de servicio quedan expuestas al viento mientras que

los

espacios de descanso y de estar, se abren de lleno al paisaje del valle. Finalmente, las techumbres invitan a la contemplación del cielo nocturno: en forma de ventanales orientados cardinalmente en un espacio interno (en el caso del refugio vertical), o en forma de terraza ajardina al aire libre (en el caso del refugio horizontal). Estructura La estructura está básicamente proyectada en perfiles metálicos. Las columnas se plantean según dos tipos, unas de sección cuadrada en tubo estructural CONDUVEN ECO de sección cuadrada de 260 mm de lado, y otra de sección circular, en tubo estructural CONDUVEN ECO de sección circular de 244,5 mm de diámetro, dispuestas para recoger las direcciones estructurales de la casa. Las vigas principales son de un perfil IPN 260, las vigas secundarias son de un perfil IPN 140, y las viguetas de las cubiertas (en el caso del refugio vertical) pueden ser de de metal o madera, guardando una proporción cuadrada de aproximadamente 12,5 cm de lado. El cerramiento mixto combina muros de hormigón, muros de gaviones, muros comunes de bloque de concreto, un cerramiento en madera de pino compuesto por un doble paño unos 5 cm de espesor, y un cerramiento acristalado compuesto por un doble paño de vidrio de 8 mm de espesor. Todas las partes de la edificación se ordenan según un módulo de base 60 cm. Este sistema constructivo, equivalente a un tercio de la altura de un hombre promedio, permite hacer una prefabricación de los elementos del refugio a fin de afectar en la menor medida posible el lugar de implantación. Los cerramientos acristalados, al igual que los de madera, están proyectado Materiales y acabados Pensado como materiales ambientalmente sanos para el medio, el hormigón, la piedra y la madera se compaginan en esta obra a la perfección. Toscos, grises y rígidos, los muros de hormigón parecen surgir de las rocas grises hasta alcanzar la furtiva línea de la cubierta que corona la casa, siguiendo el ritmo marcado por el listonado de la cubierta y la silueta de las cumbres rocosas. Austero, el acabado del hormigón y las piedras, reflejan los rayos del sol los cuales son filtrados por los vidrios y coloreados por los reflejos cálidos de las paredes internas del refugio. El acabado en color negro de la fachada busca responder

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cromáticamente a la necesidad de retención de calor. Los cerramientos externos e internos, la cubierta, las carpinterías y los revestimientos son de madera de pino de las tierras medias de Los Andes venezolanos. Esta madera, cosechada en la región, tiene una durabilidad natural que permite un uso en exteriores, sin mayor tratamiento químico preventivo. Todas las maderas son empleadas sin acabado superficial. El volumen total de madera utilizado en el refugio, unos 8 m3 aproximadamente, contiene un total de 22 toneladas de CO 2 almacenadas durante su crecimiento. Energía y confort La concepción de la casa se basa en un criterio bioclimático: manejo aerodinámico de las corrientes de viento, optimización de los aportes solares y limitación de las pérdidas energéticas para garantizar el confort térmico. La implantación reduce la superficie de fachada expuesta a los fuertes y fríos vientos del sur y a su vez, permite a los espacios de estar abiertos al norte beneficiarse de las visuales y de la radiación solar que es reflejada por el patio de piedra. Los muros de hormigón y gaviones constituyen un escudo opaco. Estos asilan el interior de la humedad y el frío. El cerramiento exterior de color negro, está compuesto por un machihembrado de madera de pino que se une verticalmente. La casa se beneficia de todas las orientaciones, incluyendo la cenital, la cual le permite apreciar las 100 noches anuales promedio en que el cielo andino se despeja completamente. Siguiendo los desniveles del terreno, las aberturas al paisaje y las transparencias interiores, han sido estudiadas según la manera en que el programa toma lugar dentro del refugio. La sencillez de las estancias y la simplicidad en que éstas se interconectan entre sí constituyen una parte importante dentro de la experiencia del refugio. Así los diferentes espacios de permanencia fluyen junto con el movimiento del habitante, al tiempo que éste orienta su vista sobre el mundo. Calidad medioambiental: características bioclimáticas  Forma compacta.  Integración en el entorno natural.  Aprovechamiento activo y pasivo de la energía solar.  Ventilación natural.  Empleo de materiales sanos.  Uso de maderas locales.  Fachada ciega al sur y vidriada al este, oeste y norte (refugio vertical).  Fachada ciega al sur al este y al oeste y vidriada al norte e internas (refugio horizontal).

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 Elección de especies de gran durabilidad natural.  Patio exterior en piedra reflectante para el máximo aprovechamiento de la radiación solar.  Materiales brutos empleados sin acabados. Calidad medioambiental: principios constructivos y materiales  Estructura mixta de madera, metal y hormigón.  Base de cubierta de tablas de pino clavadas (refugio vertical).  Base de cubierta de losacero. (refugio horizontal).  Muros del basamento de hormigón armado vaciados in situ y de gaviones con malla metálica y piedras naturales del lugar.  Cerramientos externos en paredes de madera de pino de doble paño.  Cerramientos internos en paredes de bloque de concreto.  Aberturas acristaladas de la cubierta en carpintería de pino.  Cubierta de entramado de viguetas con lámina impermeable multicapa.  Carpintería, ventanas, revestimientos y celosías en madera de pino.  Cubierta de techo de cobre con canales para la conducción de las aguas de lluvia.  Cerramientos acristalados de doble paño.  Tatamis de paja de arroz. Calidad medioambiental: equipamiento especial  Planta de tratamiento de aguas residuales «Herva».  Cogenerador de biometano para el abastecimiento de las cocinas a partir de las aguas negras y los desechos orgánicos «Herva».  Tanque de almacenamiento de biometano «Herva».  Colector solar para calentamiento del agua sanitaria «Junkers».  Tanque de almacenamiento de agua caliente «Junkers».  Calentadores auxiliares «Junkers».  Equipos hidroneumáticos de alto desempeño «Pedrollo» para consumo de agua potable, consumo de agua sanitaria y consumo de agua para calefacción.  Módulos fotovoltaicos «Photowatt».  Recolector de aguas de lluvia y filtros «Wisy».  Cubiertas de techo en cobre «Teku» (refugio vertical).  Cubiertas de techo ajardinadas «Zin Co» (refugio horizontal).  Tatamis para mantenimiento de la temperatura en los pisos de la sala de estar «Futonia».

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 Equipo de estufa de madera para calefacción interna «Austroflamm». Calidad medioambiental: obra  Posibilidad de implementación de una estructura prefabricada gracias a la proyección en base a un módulo.  Impacto de la obra reducido gracias a la utilización de materiales sanos y locales.  Máxima adaptación de la forma al medio natural.

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Construcción de un lugar

A expensas de no tener una cartografía desde donde poder operar, buena parte de la investigación se perfiló hacia la realización de una intensa exploración de campo con un exhaustivo levantamiento fotográfico tanto panorámico como en 360°. La idea, por demás sui generis, consistía en llevar la topografía desde las imágenes obtenidas y construidas, haciendo una distinción entre un primer plano y un plano de fondo –diferenciados por una línea roja y un cambio en las escalas de grises–, hacia un modelo tridimensional desde dónde poder empezar. Además de eso, existe también en esta exploración la necesidad personal de crear en cada oportunidad una planimetría propia, un mapeo personal –idea de una fenomenología del territorio–, desde donde poder hacer una aprehensión genuina y no tan solo una implantación impersonal.

Fotografías panorámicas y de 360° del valle sobre el páramo escogido para fungir de lugar. En ellas destacan, diferenciadas por la línea roja, el primer plano y el plano de fondo.

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Fotografías panorámicas y de 360° del valle sobre el páramo escogido para fungir de lugar. En ellas destacan, diferenciadas por la línea roja, el primer plano y el plano de fondo.

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Proyección de las cotas emanadas del análisis fotográfico sobre los cuadriláteros que representan el valle sobre el páramo. En esta abstracción cartográfica el primer cuadrilátero sugiere una pendiente mayor (siendo la falda de la montaña) de aprox. 20%, y el segundo cuadrilátero sugiere una pendiente menor (siendo el valle propiamente) de escasos 2%.

Modelado digital del valle sobre el páramo, producido a través de la extrusión de secciones longitudinales arrojadas sobre la abstracción cartográfica anterior.

Modelado digital del valle sobre el páramo, producido a través de la extrusión de secciones longitudinales arrojadas sobre la abstracción cartográfica anterior.

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Planimetrías

Desplegamos dos arquetipos, dos «modelos originarios» de la choza primitiva. Estas dos realizaciones van de apoco desenvolviéndose con los elementos. El viento es su principal modelador, posteriormente la necesidad de supervivencia va afectándolos a ambos, incluyéndose entonces, uno a uno, técnicas y sistemas que permiten la supervivencia.

El refugio imaginado como un ser vertical.

Modelado del refugio imaginado como un ser vertical por el viento.

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El refugio imaginado como un ser horizontal.

Modelado del refugio imaginado como un ser horizontal por el viento.

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Nivel acceso, refugio vertical: Terraza de acceso, área de cocina, comedor y tanques de almacenamiento de aguas blancas, grises y negras.

Nivel intermedio, refugio vertical: Área de estar, baño, lavadero y sala de máquinas.

Nivel superior, refugio vertical: Área de reposo, panel de celdas fotovoltaicas dispuestas sobre el techo.

Vista sobre la techumbre, refugio vertical: (en orden descendente) Ventanas cenitales sobre el área de reposo, panel de celdas fotovoltaicas, colector solar para el calentamiento del agua, escotillas de acceso a los tanques y terraza de acceso.

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Sección longitudinal, refugio vertical.

Sección transversal, refugio vertical.

Fachada norte, refugio vertical.

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Fachada oeste, refugio vertical.

Fachada sur, refugio vertical.

Fachada este, refugio vertical.

Sección longitudinal a través del valle, refugio vertical.

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Nivel acceso, refugio horizontal: (en orden ascendente) Patio, área de estar, estanques internos de humectación, closets para el almacenamiento de baterías eléctricas, salas de máquinas, escotillas de acceso a tanques de almacenamiento de aguas blancas, grises y negras, área de cocina, comedor, área de reposo.

Vista sobre la techumbre, refugio horizontal: (en orden descendente) Techumbres ajardinadas, paneles de celdas fotovoltaicas, patio con terrazas y escalinata para el acceso, patio de servicio, colector solar para el calentamiento del agua, compuertas de acceso a los tanques y terraza de acceso.

Sección longitudinal a través del área de estar, refugio horizontal.

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Sección longitudinal a través del patio con terrazas y escalinata, refugio horizontal.

Sección longitudinal a través del área de reposo, refugio horizontal.

Sección transversal a través de las áreas de estar y reposo, refugio horizontal.

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Fachada norte, refugio horizontal.

Fachada oeste, refugio horizontal.

Fachada sur, refugio horizontal.

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Fachada este, refugio horizontal.

Sección longitudinal a través del valle, refugio horizontal.

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Vistas diurnas En su actuar, el arquitecto propone modelos que intentan simular una realidad futura posible. Ya sean edificios, plazas, equipamientos o cualquier otra categoría que involucre una consciencia espacial, el arquitecto diseñador opera describiendo una verdadera metodología de la simulación. Es así como finalmente, aparecen ante nosotros esta seria de imágenes bidimensionales que vienen a significar la aproximación más real del hecho construido. A través de ellas podemos experimentar el evento arquitectónico sobre el que tan arduamente hemos laborado. Primero a través de imágenes diurnas, luego a través de imágenes nocturnas.

1y2 Vistas diurnas del refugio vertical. En ellas destacan el basamento de concreto armado y de piedra, el cuerpo recubierto de madera pintada en negro, la cubierta cobriza y las grandes áreas doblemente acristaladas.

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Vista diurna del refugio vertical. Destacan las ventanas cenitales sobre la techumbre, el panel de celdas fotovoltaicas y la sala de estar a través de los grandes ventanales.

Vista diurna del refugio vertical. Destacan los tanques y sus escotillas de acceso, las ventanas horizontales de la sala de máquinas y al fondo los grandes ventanales.

Vista diurna del refugio vertical. Destacan el colector solar, el basamento de piedra, las ventanas horizontales de la sala de máquinas y al fondo los grandes ventanales.

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Vista diurna del refugio vertical. Destacan la techumbre contorsionada para el aprovechamiento de los elementos, las ventanas cenitales dispuestas sobre él, y los grandes ventanales doblemente acristalados.

Vista diurna del refugio vertical. Destacan los grandes ventanales doblemente acristalados y a través de estos el área de cocina (abajo), el área de estar (al medio) y el área de reposo (arriba).

Vista diurna del refugio vertical. A lo lejos, el refugio se alza como una roca en el paisaje.

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Vista diurna del refugio vertical. A lo lejos, el refugio se alza como una roca en el paisaje.

Vista diurna del refugio vertical. A lo lejos, el refugio se alza como una roca en el paisaje.

[…]

Vista diurna del refugio horizontal. Destacan los grandes ventanales doblemente acristalados y a través de ellos las áreas de estar (a la izquierda) y el área de reposo (a la derecha). Al fondo el patio con terrazas y escalinata.

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Vista diurna del refugio horizontal. En ellas destacan la terraza y el basamento de piedra, el cuerpo recubierto de madera pintada en negro, y los grandes ventanales.

Vista diurna del refugio horizontal. En ellas destacan la terraza y el basamento de piedra, el cuerpo recubierto de madera pintada en negro, y los grandes ventanales.

Vista diurna del refugio horizontal. Destacan la cubierta ajardinada y contorsionada para el aprovechamiento de los elementos, los paneles de celdas fotovoltaicas, la llegada sobre la cubierta de las terrazas y la escalinata, y la celosía que cubre el patio de servicio.

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Vista diurna del refugio horizontal. Destacan la cubierta ajardinada y contorsionada para el aprovechamiento de los elementos, los paneles de celdas fotovoltaicas y la celosía que cubre el patio de servicio.

Vista diurna del refugio horizontal. Destacan la cubierta ajardinada y contorsionada para el aprovechamiento de los elementos, los paneles de celdas fotovoltaicas y la celosía que cubre el patio de servicio.

Vista diurna del refugio horizontal. Destacan la cubierta ajardinada y contorsionada para el aprovechamiento de los elementos, los paneles de celdas fotovoltaicas, la llegada sobre la cubierta de las terrazas y la escalinata, la celosía que cubre el patio de servicio, los grandes ventanales y, a través de estos, el área de reposo.

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Vista diurna del refugio horizontal. Destacan los grandes ventanales doblemente acristalados y a través de ellos las áreas de estar (a la izquierda) y el área de reposo (a la derecha). Al fondo el patio con terrazas y escalinata.

Vista diurna del refugio horizontal. A lo lejos, el refugio se alza como una roca en el paisaje.

Vista diurna del refugio horizontal. A lo lejos, el refugio se alza como una roca en el paisaje.

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Vistas nocturnas

Si estas imágenes bidimensionales vienen a significar la aproximación más real del hecho construido, las imágenes nocturnas vienen a ser el acercamiento fenomenológico más próximo a la vida solitaria de los páramos: noches negras de blanca bruma, en las que el habitar humano materializado en nuestro refugio, brilla como una llama y se pierde a la distancia.

1y2 Vistas nocturnas del refugio vertical.

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1, 2 y 3 Vistas nocturnas del refugio vertical.

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1, 2 y 3 Vistas nocturnas del refugio vertical.

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1y2 Vistas nocturnas del refugio vertical.

[…]

Vista nocturna del refugio horizontal.

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1, 2 y 3 Vistas nocturnas del refugio horizontal.

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1, 2 y 3 Vistas nocturnas del refugio horizontal.

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1, 2 y 3 Vistas nocturnas del refugio horizontal.

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Vistas internas

Las vistas internas vienen a ser la experiencia directa del habitar humano sobre el refugio. Estas muestran ese contacto uno a uno con el edificio, el hecho arquitectónico. En estas imágenes destacan la calidez de la madera utilizada como revestimiento; las grandes áreas doblemente acristaladas que permiten la experiencia del páramo, del mundo; la ancestral piedra como elemento constructivo andino; la estufa sobre las áreas de estar, los tatamis de arroz sobre las áreas de reposo, y las ventanas cenitales para contemplar la noche estrellada [esas esquivas 100 noches anuales que la neblina paramera permite]. En suma, nuestro habitar se ve completamente realizado en este último grupo de imágenes. Los refugios son ahora habitados.

Vista interna del refugio vertical. Al fondo el área de cocina y el comedor.

Vista interna del refugio vertical. En primer plano el área de cocina y el comedor, al fondo la escalera sobre el basamento de piedra.

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Vista interna del refugio vertical. En primer plano la estufa, al fondo el área de estar.

Vista interna del refugio vertical. En primer plano el área de estar, al fondo la estufa, la escalera y la puerta de acceso a la sala de máquinas.

Vista interna del refugio vertical. En primer plano el escape de la estufa, al fondo el área de reposo con sus ventanas cenitales sobre la techumbre.

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Vista interna del refugio vertical. En primer plano el área de reposo con sus ventanas cenitales sobre la techumbre, al fondo la escalera.

Vista interna del refugio vertical. La escalera vista desde el nivel superior.

Vista interna del refugio vertical. La escalera vista desde el vano de la puerta de acceso en a la sala de máquinas. Al fondo destaca los grandes ventanales del área de estar.

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Vista interna del refugio vertical. En primer plano la Puerta de acceso al baño. Al fondo la puerta de acceso a la sala de máquinas.

Vista interna del refugio vertical. Sala de máquinas.

[…]

Vista interna del refugio horizontal. A la derecha ventanales del área de estar, a la izquierda ventanales del área de reposo, al medio, patio con terrazas y escalinata.

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Vista interna del refugio horizontal. En primer plano el área de estar con sus ventanales doblemente acristalados, su tatami de arroz sobre el piso y la estufa. Al fondo el estanque de agua para la humectación del ambiente y el patio de servicio.

Vista interna del refugio horizontal. En primer plano el área de estar con sus ventanales doblemente acristalados, su tatami de arroz sobre el piso de madera y la estufa. Al fondo el estanque de agua para la humectación del ambiente y el patio de servicio.

Vista interna del refugio horizontal. En primer plano la estufa y el closet para las baterías eléctricas, al fondo el área de estar con sus ventanales doblemente acristalados y su tatami de arroz sobre el piso de madera.

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Vista interna del refugio horizontal. Patio de servicio con el colector solar para el calentamiento del agua y las escotillas de acceso a los tanques. A la derecha el área de cocina.

Vista interna del refugio horizontal. A la izquierda, patio de servicio con el colector solar para el calentamiento del agua. A la derecha, el área de cocina y el comedor. Más al fondo el área de reposo.

Vista interna del refugio horizontal. En primer plano el patio de servicio con el colector solar para el calentamiento del agua. Al medio, el área de cocina y el comedor. En el fondo el área de reposo.

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Vista interna del refugio horizontal. Al medio, área de cocina y comedor. A la derecha el patio de servicio.

Vista interna del refugio horizontal. En primer plano, estanque para la humectación del aire, ventana para la iluminación y closet para las baterías eléctricas. Al fondo, área de reposo con ventanales doblemente acristalados.

Vista interna del refugio horizontal. Área de estar con ventanales doblemente acristalados y closet para las baterías eléctricas.

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Conclusiones | Postexto

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La cabaña de Todtnauberg

«Heidegger consideraba la cabaña pequeña y elemental. Para él, tenía una sencillez clamorosa. […] Era un refugio de concentración solitaria. Para él era también un refugio contra –pero simultáneamente junto a– los elementos. […] La presencia tangible de las montañas y los cambios de estación impulsaban a exploraciones de la existencia. […] Para [Heidegger], la dureza de la existencia, que encontraba intensificada por el terreno montañoso, estaba revestida de una gran autoridad y la “cercanía” misma de la presencia de la montaña se imponía a la interpretación. El material que necesitaba para filosofar estaba ya casi expuesto ante él, aunque su inmediatez contrastaba con la compleja tarea de intentar traducir en palabras su contenido. […] En su relación con el paisaje, [Heidegger] veía el edificio como algo honesto. Era tan directo como “la resistencia de los altos abetos a la tormenta” y “el trabajo del campo” de sus vecinos.»

Adam Sharr (2006). “La cabaña de Hidegger. Un espacio para pensar”.

Una tarde, tiempo después de haber concluido el pregrado me encontraba revisando en la página web los títulos nuevos de la editorial Gustavo Gili. Mientras revisaba distraído las nuevas publicaciones, apareció ante mí un título demoledor: La cabaña de Heidegger. Un espacio para pensar. Al tiempo, logré conseguir el libro a través de una biblioteca local. El libro fue escrito por Adam Sharr, profesor titular en la Welsh School of Architecture de la Universidad de Cardiff. La publicación constituye básicamente su trabajo de titulación como Doctor. «La cabaña de Heidegger. Un espacio para pensar» describe un conjunto crítico de situaciones. Describe por ejemplo los hechos que dieron lugar a su construcción en un paraje también agreste y medianamente retirado, cercano al poblado de Todtnauberg en la Selva Negra Alemana. Describe íntegramente la configuración espacial y constructiva de la cabaña. Describe las veladas que Heidegger mantenía en la cabaña y sus alrededores con pequeños grupos de estudiantes y amigos en los varios años que impartió clases en la universidad. Describe también la manera taciturna en que ésta era habitada. Y describe, especialmente, la íntima relación que tenía aquel lugar con el pensamiento del filósofo.

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Para Heidegger habitar la cabaña era confrontarse con su existencia real en el universo, una existencia diametralmente opuesta a lo que significaba la vida cotidiana de académico en la ciudad de Marburgo. En la Selva Negra, vivida ésta a través de la experiencia de la cabaña, el pensamiento de Heidegger se confrontaba con la experiencia bucólica y real de ese llamado demorarse-en-el-mundo. Ciertamente, la vida de Heidegger en la cabaña nunca fue genuina ni mucho menos. Heidegger nunca llegaría a ser como esos hombres leñadores de los pueblos cercanos. Sin embargo, quizás no era precisamente eso lo que el filósofo perseguía sino, tan solo el contacto directo –digamos personal– con el mundo y con esa prístina realidad de la gente vernácula. Más allá del libro, y más allá de todas las posibles aristas que puedan desplegarse en torno a la vida de Heidegger, lo sensiblemente importante de su pensamiento y por mucho lo más esencial, es la concepción de la realidad casi como una acontecimiento psicológico. ¿Qué es el mundo sino lo percibido? Esta aproximación a la realidad, inauguralmente fenomenológica, es lo que nos impulsa. Tal y como escribiría Heidegger en torno a la pregunta del tiempo: «No miremos a la respuesta, sino repitamos la pregunta. ¿Qué sucedió con la pregunta? Se ha transformado. La cuestión de ¿qué es el tiempo?, se ha convertido en la pregunta: ¿Quién es el tiempo? Más en concreto: ¿Somos nosotros mismos el tiempo? Y con mayor precisión todavía: ¿Soy yo mi tiempo? Esta formulación es la que más se acerca a él.»1 Haciendo propia tan audaz manera de interrogar y ya sobre el final, vale preguntarse: ¿acaso soy yo mi refugio? Seguir este atajo nos lleva casi axiomáticamente a preguntarnos, ¿no ocurre la arquitectura sino sólo a través de nosotros, de nuestra experiencia? Y finalmente, ¿no es la arquitectura sino la materialización de nuestro despliegue sobre el mundo, ese tan intensamente nombrado demorarse-sobre el mundo? Este último planteamiento me recuerda una imagen sugerida por mi tutor una tarde mientras transcurrían los primeros días de tesis. Estábamos en el ala oeste del Galpón 5, sede de la carrera de arquitectura, y mi planteamiento que por ese entonces era sólo verbal le recordó una pintura del siglo XX. La imagen se correspondía con el cuadro de Marcel Duchamp llamado Desnudo bajando una escalera. El lienzo materializaba la estela en el tiempo dejada por una mujer mientras bajaba a través de una escalera.

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Similar a la fotografía estroboscópica2, aquella imagen y nuestra exploración –la materialización del habitar– han significado una aproximación distinta a la realidad, una aproximación hecha desde el existir y el ser en el mundo, esto es, aquello que «aparece a nuestros sentidos»3. A lo lejos, el paralelo con el hecho filosófico-existencial que significó la cabaña en la vida de Heidegger es emocionante. Finalmente, esta realización ha significado la realización de un anhelo profundo, la caracterización4 del hecho fundacional de la arquitectura: la cabaña5, el espacio del habitar.

Imagen en negativo de la materialización del refugio mientras el universo es observado por un hombre desde la estepa.

1

HEIDEGGER, Martin (1924). “El concepto de tiempo”. Conferencia pronunciada ante la Sociedad Teológica de Marburgo, julio de 1924.

2

«estroboscópico, ca. adj. Ópt. Perteneciente o relativo al estroboscopio.» Diccionario de la Real Academia Española. 22ª Edición. Definición de ‘estroboscópico’. | «estroboscopio. m. Ópt. Instrumento que permite ver como lentos o inmóviles objetos que se mueven de forma rápida y periódica, mediante su observación intermitente.» Diccionario de la Real Academia Española. 22ª Edición. Definición de ‘estroboscopio’.

3

«fenomenología. f. Fil. Teoría de los fenómenos o de lo que aparece. […] 3. Método filosófico desarrollado por Edmund Husserl que, partiendo de la descripción de las entidades y cosas presentes a la intuición intelectual, logra captar la esencia pura de dichas entidades, trascendente a la misma consciencia.» Diccionario de la Real Academia Española. 22ª Edición. Definición de ‘fenomenología’.

4

«caracterización. f. Acción y efecto de caracterizar o caracterizarse.» Diccionario de la Real Academia Española. 22ª Edición. Definición de ‘caracterización’. | «caracterizar. tr. […] 3. Dicho de un actor: Representar su papel con la verdad y fuerza de expresión necesarias para reconocer al personaje representado. || 4. prnl. Dicho de un actor: Pintarse la cara o vestirse conforme al tipo o

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figura que ha de representar.» Diccionario de la Real Academia Española. 22ª Edición. Definición de ‘caracterizar’. 5

«cabaña. (Del lat. capanna, choza, de capĕre, caber). f. Construcción rústica pequeña y tosca, de materiales pobres, generalmente palos entretejidos con cañas, y cubierta de ramas, destinada a refugio o vivienda de pastores, pescadores y gente humilde. […] » Diccionario de la Real Academia Española. 22ª Edición. Definición de ‘cabaña’.

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