Análisis de resiliencia participativa en la localidad maicera de Juchitlán en el Occidente de México

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Descripción

Ponencia

Análisis de resiliencia participativa en la localidad maicera de Juchitlán en el Occidente de México Manuel Antonio Espinosa Sánchez1 Resumen El Cambio climático originado por el calentamiento global que experimenta actualmente el planeta, se debe básicamente al incremento de gases de efecto invernadero en la atmósfera. Los impactos de este fenómeno antropogénico se hacen sentir en los sistemas agrícolas con vocación productiva al maíz blanco (Zea mays) y estudiamos el de una localidad en el Occidente de México desde la perspectiva de la resiliencia. A pesar de encontrar que el concepto presenta complejidades de carácter político y ha sido ampliamente difundido por las agencias multilaterales, se recurre a su operativización para levantar información de campo y analizar las capacidades del sistema agrícola en esta localidad de Jalisco, conforme ha sido utilizado por otros colegas de SOCLA. Encontramos que las fincas cuyo manejo responde al sistema milpa presentan mejores indicadores de resiliencia al cambio climático en comparación con las unidades de monocultivo de maíz en los valles de la localidad. Palabras clave: maíz, agroecología, sistema milpa Introducción El sistema milpa –que es maíz con frijol y calabaza bajo esquema de asocio- de frente al monocultivo se había desechado en México por considerarse de baja productividad, así como sucedió en otras regiones de América Latina (Altieri, Funes-Monzote, Petersen, Tomic, & Medina, 2011). De frente al cambio climático, como lo ha señalado el IPCC (2007, 2012, 2014) no sólo está en jaque la producción de alimentos y la biodiversidad en el planeta, sino que el sistema ecológico en el que estamos insertos podría dejar de ser viable para la vida humana 1 Estudiante de la Universidad Nacional Agraria, en Managua, Nicaragua, del Doctorado en Agroecología. Correo e: [email protected]



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en la Tierra (Sarukhán, Carabias, Koleff, & Urquiza-Haas, 2013). En las comunidades rurales, como la de Juchitlán, cuya principal actividad económica es la agricultura maicera, encontramos que el fenómeno global climatológico es ya una realidad que empieza a generar impactos en los ciclos productivos agrícolas y resulta de gran interés para los estudios campesinos (Álvarez-Buylla, Carreón García, & San-Vicente Tello, 2011). En los apartados siguientes, describimos cuáles son tales manifestaciones del cambio climático específicas en esta localidad agrícola y cómo nos posicionamos críticamente de frente a la noción de resiliencia, para utilizarla bajo una acepción específica, y finalmente presentamos los resultados del trabajo de campo bajo una lógica analítica descriptiva. El contexto de la producción de maíz en Juchitlán Ubicada en el municipio de Cuquío, del estado de Jalisco, Juchitlán es una localidad (INEGI, 2012) cuyo principal cultivo es el maíz blanco que se produce en dos modalidades principales, como sistema milpa que es un policultivo de maíz, frijol y calabaza en los traspatios o laderas de montes aledaños, y como monocultivo bajo paquetes tecnológicos conforme el paradigma de la revolución verde (SAGARPA, 2012). En el primer caso, la producción es de autoconsumo y los excedentes se comercializan localmente, y en el segundo caso la producción se comercializa a la industria harinera como Maseca y forrajera como ADM y Cargill (Massieu & Lechuga, 2002), a través de intermediarios locales, como es frecuente en varios rincones del país . Con un clima semiseco, una precipitación anual de 800mm y con suelos vertisoles francoarenosos, Juchitlán es una localidad rural de 546 habitantes (INEGI, 2000) en donde la agricultura juega un papel importante en la reproducción social porque entrelaza los tiempos de cultivo con la dinámica económica, social y cultural de la localidad. Aunque en el balance monetario bruto de la localidad la agricultura representa casi la mitad del flujo monetario, en términos netos los remanentes que se quedan en los bolsillos de las familias campesinas representan una tercera parte de los ingresos-egresos que requieren para su subsistencia. Tales ingresos se complementan de las remesas que son enviadas desde los EEUU, la venta de su fuerza de trabajo como jornaleros y algunos subsidios gubernamentales.



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Desde el punto de vista monetario, la relevancia de la agricultura –tanto la doméstica de autoconsumo como la mecanizada para la industria- presenta los claroscuros de las localidades rurales que se han modernizado tanto en sus formas de producción como en sus patrones de consumo. Es decir, mientras que la agricultura es la principal actividad productiva en la región, representando un fuerte volumen monetario y es visiblemente la principal actividad cotidiana, ello no se traduce en una retención de la riqueza en la economía familiar que recibe el dinero de su cosecha para inmediatamente cubrir las deudas ya contraídas por el crédito agrícola, la compra de insumos, las compras de alimentos procesados y otros gastos adicionales, lo que resulta en una incapacidad para cubrir sus necesidades básicas a partir de la agricultura y mucho menos para lograr un ahorro, un gasto suntuario o una inversión en su unidad productiva. En este trance, las remesas que son enviadas desde los EEUU y los jornales obtenidos como peones en la región, vienen a constituir hasta dos terceras partes del ingreso-egreso familiar, con lo que realmente se alivia la constreñida economía estas familias campesinas. En ese contexto, las familias con quienes se ha compartido esta investigación por aproximadamente dos años, dan cuenta de una reducción de las remesas y de los subsidios gubernamentales mediante el endurecimiento de las condiciones de elegibilidad y reducción presupuestal. En efecto, en tanto que la tendencia gubernamental en México es la de eliminar los subsidios a la producción campesina, en general, y maicera, en lo particular, los montos que usualmente recibían las familias campesinas han decaído en los recientes años, además de la crisis de los precios en los granos básicos. Aunado a lo anterior, el decremento de las remesas es ya sensible y se estima entre un 25% y 60%, según cada caso familiar. Así, nos propusimos explorar la relevancia de la agricultura maicera como fuente de subsistencia de esta localidad rural a mediano y largo plazo mediante seis sesiones de trabajo con 25 familias campesinas que quisieron y pudieron participar, y nos encontramos que una amenaza inmediata, y que ya se percibe en los campos de cultivo, es el cambio climático entendido como un fenómeno global que en esta localidad tiene manifestaciones específicas, como expondremos en el siguiente apartado.



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El cambio climático en el Occidente de México Como ha señalado el (IPCC Working Group II, 2007), existe ya suficiente evidencia cualitativa y cuantitativa para dar por hecho el cambio climático (INE, CONABIO, & SAGARPA, 2008). Lo que no existe es suficiente presión social para que los aparatos gubernamentales formulen estrategias para revertir las emisiones de gases de efecto invernadero por la producción y/o consumo mercantil en los hogares, en las industrias y en los rubros agropecuarios; en última instancia, no existe voluntad política para cambiar el modo de producción social dominante: Sugiero que ni los partidos de la burguesía, que en este momento ocupan la casi totalidad del espectro político, ni las organizaciones ambientalistas que operan dentro de los marcos políticos e ideológicos de la clase, tales como las mencionadas Amigos de la Tierra, Greenpeace, UCS, etc., tienen ni van a tener voluntad política de promover medidas que tienen el potencial de perjudicar a algunos de los sectores de mayor poder político y económico de ésta (Schoijet, 2008, p. 321). La evidencia es más que avasalladora y no sólo incumbe a la escases de agua y los cambios en los patrones de lluvias, afectando a los cultivos y a la disponibilidad de alimentos, sino también haciendo inviables los asentamientos humanos a las orillas de los océanos, en las zonas del desierto y semidesierto, a causa de fenómenos meteorológicos extremos e impredecibles. Más aún, ello tiene ya consecuencias económicas, en términos de costes para la reconstrucción de las ciudades, y para el aprovisionamiento de alimentos y servicios en zonas de futuros desastres como de forma sobresaliente presenta (Shiva, 2007) para el Valle del Narmada en la India. Para el caso de México, a pesar de que la literatura no es muy abundante en términos de propuestas de transformación de fondo, el reciente trabajo de (Graizbord, Mercado, & Few, 2011) es interesante porque han sido capaces de relacionar las implicaciones del cambio climático, la reducida capacidad de respuesta del Estado mexicano a los desastres naturales, los estrechos marcos jurídicos y normativos y las consecuencias en la salud para el caso de ciertas regiones y grupos sociales, sea por golpes de calor, dengue, paludismo o diarrea aguda, así:



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México, por su ubicación geográfica, topográfica, clima y condiciones sociales y económicas, tiene regiones y poblaciones con alta vulnerabilidad para el desarrollo de enfermedades sensibles al clima (Graizbord, Mercado, & Few, 2011, p. 411) Por su parte, los estudios realizados en el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) a propósito del cambio climático y la agricultura, resultan de utilidad para vislumbrar los posibles efectos de la variabilidad climática en la región en la que se ubica Juchitlán en el estado de Jalisco: Los escenarios climáticos predichos para el siglo XXI, establecen en términos generales, un incremento de la temperatura y una ligera disminución de la precipitación anual en las zonas de cultivo. Lo anterior tendrá, como principales consecuencias, incremento en la evapotranspiración potencial, balance hídrico menos favorable, estación de crecimiento más corta en zonas tropicales y subtropicales, pero con igual o mayor acumulación de unidades calor, y estación de crecimiento igual o más amplia en la zona de los valles altos. El incremento en la temperatura y evapotranspiración, y la disminución de la precipitación, reducirán la aptitud de las tierras para producir maíz; así como el de su rendimiento económico; además, la reducción del potencial productivo de los cultivos estará asociado con mayor dinamismo en la presencia de plagas, enfermedades y maleza (Ruíz Corral, et al., 2011, p. 311). En efecto, durante los recorridos de campo que se realizaron con los agricultores de esta localidad de Jalisco, durante los meses de mayo a octubre de 2014 que es el periodo en el que el maíz –tanto en el sistema milpa como en monocultivo- es susceptible al ataque de insectos, de enfermedades y es cuando prosperan las malezas, se encontró que hubo cambios climáticos notorios y que ello también repercutió en el desarrollo de los cultivos, en términos de arvenses y de insectos, principalmente (Tabla 1). Tabla 1. Bitácora de eventos climatológicos, plagas y desarrollo del maíz durante el ciclo de mayo a octubre de 2014 en Juchitlán.



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Fuente: elaboración propia con el grupo de agricultores. A partir de tales fenómenos y consideraciones, nos propusimos realizar una revisión metodológica para valorar la resiliencia de la localidad de frente al cambio climático y sobre ello discutimos a continuación. Resiliencia al cambio climático: enfoques Entendemos que el concepto de resiliencia proviene del ámbito de la psicopatología (Kotliarenco, Cáceres, & Fontecilla, 1997) y, en particular lo usaremos como la posibilidad para que un sistema pueda permanecer en el tiempo de frente a afectaciones y



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perturbaciones exógenas, por lo que las nociones de adaptación, mitigación y reajuste son fundamentales para que un sistema dado logre absorber los cambios y retorne a un estado de equilibrio (Nicholls Estrada, Ríos Osorio, & Altieri, 2013, p. 63). El concepto no deja de ser problemático, tanto en su uso académico en varias disciplinas científicas como en su aplicación concreta a nuestro caso de estudio, por diversas razones y que sólo enunciaremos someramente enseguida. Primero, en el ámbito en donde nació originalmente el concepto, la Psicología, se utilizó para denotar ese grupo social excepcional que, a pesar de haber vivido en un seno familiar adverso y conflictivo, con incidencia en alcoholismo, drogadicción, violencia intrafamiliar, entre otras situaciones, fueron capaces de sobreponerse a ello y desarrollar para sí un ambiente sano y positivo, y conformar núcleos familiares “adecuados”. Entonces, el interés científico en el fenómeno es desentrañar dicha “irregularidad”, en parte con el mero afán de comprender el fenómeno y en parte con pretensiones de potenciar tales factores que posibilitan la resiliencia. Segundo, entonces la noción de resiliencia no implica un patrón de regularidades fiscalizables en cualquier situación social, ecológica o técnica. Más bien, son excepcionalidades que despiertan el interés por sí mismas. Así, tampoco habría que suponer que es posible fomentar la resiliencia, en tanto es una exploración de factores clave que podrán cambiar de situación a situación, entre distintos grupos sociales y presentar variabilidad en el tiempo. Tercero, al referir que la resiliencia se ‘traduce’ en ciertos indicadores o se potencia a partir de factores particulares para el caso estudiado, muy posiblemente es el afán generalizador el que conduce a un cuerpo académico a concentrarse en un pequeño conjunto factorial que estadísticamente presenta probabilidades aceptables pero ello es una aberración porque es forzar una regularidad en las irregularidades, es decir, operativizar la resiliencia como un conjunto de factores que supone presentes en un grupo de eventos irregulares, es, por lo menos, una contradicción. Cuarto, acorde a la literatura más reciente sobre el tema de la resiliencia de frente al cambio climático, eran dos subconceptos clave que se abordaban, a saber, la adaptación y la mitigación (IPCC Working Group II, 2007) y ahora se ha dejado de lado la mitigación y se concentra en



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El proceso de adaptación al clima actual o esperada y sus efectos. En los sistemas humanos, la adaptación tiene por objeto moderar o evitar el daño o aprovechar las oportunidades beneficiosas. En algunos sistemas naturales, la intervención humana puede facilitar el ajuste al clima esperado y sus efectos. La propensión o predisposición a verse afectado negativamente. La vulnerabilidad abarca una variedad de conceptos y elementos que incluyen la sensibilidad o susceptibilidad al daño y la falta de capacidad para hacer frente y adaptarse. La capacidad de los sistemas sociales, económicos y ambientales para hacer frente a un evento o tendencia o perturbación peligrosa, responder o reorganizar de manera que mantengan su función esencial, la identidad y estructura, al tiempo que se mantiene la capacidad de adaptación, aprendizaje y transformación (traducción del Inglés a nuestro cargo) (IPCC, 2014, p. 5). De donde se desprende que el cambio climático se supone ya un fenómeno global al que hay que adaptarse y ante el cuál los grupos sociales pueden ser más o menos vulnerables de frente a dicha adaptación (Nicholls Estrada, Ríos Osorio, & Altieri, 2013). Es decir, la noción central de resiliencia se ha venido a sintetizar en adaptarse al fenómeno climatológico, sin plantearse ya si sería posible detener las causas antropogénicas como las descritas a detalle para el caso de México por (Graizbord, Mercado, & Few, 2011), y que principalmente son la emisión de gases de efecto invernadero como ya había señalado el (IPCC, 2012) dado el modelo de civilización industrial que hace uso irrestricto de combustibles fósiles, o si alguien tendría que pagar por ello como sugiere el texto de (Naredo, 2005) dado que la atmósfera de todos es contaminada de forma desigual y es el mismo caso en términos de las afectaciones a los ecosistemas (Martínez Alier, 2011). Quinto, acorde a lo señalado anteriormente, el caso de la localidad maicera de Juchitlán, de hecho, está siendo afectada por el cambio climático, en especial en la agricultura, sin embargo nos preguntamos si existen ‘irregularidades’ en la agricultura que es practicada en esta población y que muestre adaptación inusual a los eventos climatológicos, de manera que pudieran ser potenciados. Desde esta perspectiva, nos disponemos a exponer nuestros hallazgos.



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Análisis de resilencia en Juchitlán Dado que esta investigación se inserta en un proyecto de investigación más amplio, vinculado a la Sociedad Científica Latinoamericana de Agroecología (SOCLA), 2 se usó como metodología base para este análisis de resiliencia la descrita en los textos de (Nicholls Estrada, Ríos Osorio, & Altieri, 2013), (Altieri & Nicholls, 2013) y una versión ampliada de la metodología de la Red Iberoamericana de Agroecología Para el Desarrollo de Sistemas Agrícolas Resilientes al Cambio Climático (REDAGRES),3 con la finalidad de que estos resultados puedan ser comparados con los de otros colegas interesados en la resiliencia en comunidades campesinas y la incidencia del cambio climático. El ejercicio cuantitativo se realizó mediante sesiones de trabajo en las que se analizó cada indicador y su ponderación, de manera que se estandarizara el uso de las tablas. La descripción cualitativa se realizó mediante dos sesiones de trabajo con las 25 familias participantes en esta investigación. Dado que se encontró cinco estratos socioeconómicos correlacionados con el tamaño de sus unidades productivas, que van desde familias campesinas sin tierra hasta familias con más de 30 ha de superficie de finca, se eligieron cinco unidades productivas de cada estrato para realizar el ejercicio de levantamiento de datos de campo con la ayuda de las tablas siguientes (Tabla 2 a 4). Tabla 2. Ficha de campo. Indicadores de tolerancia a la sequía en finca y alrededores Nº 1

Indicador Presencia bosques en la finca

Valoración 1. 1 costado donde no incide viento 2. 2 costados donde no incide viento 3. 1 costado, donde si incide viento 4. 3 costados 5. rodeada por los 4 costados

2

Presencia y protección de acuíferos o

1. Cuerpos agua, sin protección

cuerpos agua cercanos (no de agua

2. Cuerpos agua, forestado (5 ml)

potable)

3. Cuerpos agua, forestado (10 ml)



2 Véase su sitio web en http://agroeco.org/socla/ . 3 Agradecemos al Dr. Francisco Salmerón Miranda, de la Universidad Nacional Agraria, en Managua, Nicaragua, por facilitarnos su experiencia en el tema de la resiliencia y cambio climático, así como una versión preliminar de las fichas de campo que ha utilizado para recuperar datos e información.



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4. Cuerpos agua, forestado (15 ml) 5. Cuerpos agua, forestado (20 ml) 3

Sistemas de labranza para la sequía

1. 1-10% área agrícola poca labranza

(dry farming)

2. 11-25% área agrícola poca labranza 3. 56-50% área agrícola poca labranza 4. 51-75% área agrícola poca labranza 5. + 76% área agrícola poca labranza

4

Variación de siembras (a tempranas o

1. 10% del área agrícola

tardías respecto a la tradición) para

2. 20% del área agrícola

escapar a la sequia

3. 30% del área agrícola 4. 40% del área agrícola 5. Más del 50% del área agrícola

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Prácticas conservación de agua (en

1. 10% área pendiente con acequias

área donde es necesario)

2. 11-25% área pendiente c/ acequias 3. 25-50% área pendiente c/ acequias 4. 50-75% área pendiente c/ acequias 5. + 75% área pendiente c/ acequias

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Prácticas y obras de cosecha de agua

1. 0 práctica (pila, cobertura, etc.) 2. 1 prácticas (pila, cobertura, etc.) 3. 2 prácticas (pila, cobertura, etc.) 4. 3 prácticas (pila, cobertura, etc.) 5. 4 prácticas (pila, cobertura, etc.)

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Cercas/barreras vivas para minimizar

1. 10-25% área con 3 ml altura

vientos desecantes, en área total

2. 25-50% área con 3 ml altura 3. 51-75% área con 3 ml altura 4. Mas 75% área con 3 ml altura 5. Mas 75% área con 6 ml altura

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Uso cultivos tolerantes ( p.ej. sorgo,

1. 0 cultivo tolerantes

pitahaya, gandul, nancite, marañón y

2. 1 cultivos tolerantes

otros)

3. 2 cultivos tolerantes 4. 3 cultivos tolerantes 5. 4 cultivos tolerantes

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Sistemas

especiales

de

1. Ninguno

almacenamiento de alimentos para

2. Sacos apilados + tratados (pastilla, etc.)

familia y animales (granos básicos)

3. Contenedor de madera + tratado 4. Silo metálico sin tratar



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5. Silo metálico + tratado pastilla etc.) 10

Prácticas incrementar materia orgánica

1. 1 práctica

suelo

2. 2 prácticas 3. 3 prácticas 4. 4 prácticas 5. 5 prácticas

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Manejo

arvenses

(malezas)

comestibles o medicinales

1. 1 arvenses 2. 2 arvenses 3. 3 arvenses 4. 4 arvenses 5. 5 arvenses

12

Uso

variedades

locales

tolerantes

sequia

1. 0 variedad en granos básicos 2. 1 variedades en granos básicos 3. 2 variedades en granos básicos 4. 3 variedades en granos básicos 5. 4 variedades en granos básicos

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Autoconsumo (familiar y animal), en

1. 10% de las necesidades cubiertas

% de alimentos producidos en la finca

2. 11-25% de necesidades cubiertas. 3. 26-50% necesidad cubiertas 4. 51-75% necesidades 5. + 75% de necesidades cubiertas

Tabla 3. Ficha de campo. Indicadores de biodiversidad edáfica y agua en finca. Nº

Indicador

Valoración 1. 2+ Pesticidas químicos etiqueta roja-amarilla

1

Cantidad de productos aplicados

2. 2+ Pesticidas etiq verde + 1 biológico, comprados

(agroquímicos, control biológico) por

3. 1 Pesticida etiq verde + 1 biológico, comprados

ciclo

4. 1 natural + 1 biológico, 1 propio 1 comprado 5. 1 natural + 1 biológico, 2 propios 1. Ninguno

2

Cantidad y tipo abonos orgánicos usados

2. 1 tipo 3. 2 tipos 4. 3 tipos 5. 4 tipos



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1. 3 individuos, 1 especie por pie3

3

Cantidad/diversidad de macroflora edáfica

2. 4 individuos, 2 especies por pie3 3. 5 individuos, 3 especies por pie3 4. 6 individuos, 4 especies 5. Más de 7 individuos y 5 especies 1. 10-20% por rebanada de suelo 2. 21-30% por rebanada de suelo

4

Abundancia raíces en área agrícola

3. 31-40% por rebanada de suelo 4. 41-50% por rebanada de suelo 5. Más 50% por rebanada de suelo 1. Muy poca

5

Presencia de materia orgánica /

2. Poca

microorganismos en el suelo (vida en

3. Regular y lenta

el suelo)

4. Buena 5. Fuerte y rápida 1. 1-10 cm 2. 11-20 cm

6

Profundidad capa arable (cm)

3. 21-30 cm 4. 31-40 cm 5. Más de 40 cm 1. Muy compactado 2. Compactado

7

Nivel compactación

3. Semicompactado 4. Poco compactado 5. No compactado 1. 5,5-6 2. 8

8

Ph suelo

3. 6-6,5 4. 7,5 5. 7 1. 1 galón en más de 10 minutos

9

Tiempo infiltración (Capacidad retención de agua por el suelo)

2. 1 galón 10 minutos 3. 1 galón 7 minutos 4. 1 galón 5 minutos 5. 1 galón 3 minutos



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Coloración suelo

1.

Muy clara

2.

Clara

3.

Media

4.

Oscura

5.

Muy oscura

1. 4 por mz 2. 3 por mz 11

Nº huellas erosión > 15 cm de ancho

3. 2 por mz 4. 1 por mz 5. 0 por mz 1. 10% área con pendiente

12

Área en pendiente con prácticas conservación

2. 25% área con pendiente 3. 26-50% área con pendiente 4. 51-75% área con pendiente 5. Más del 75% área con pendiente

Tipo de suelo

1. Arenoso

(textura)

2. Arenoso limoso

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3. Arcilloso 4. Arcillo limoso 5. Franco o franco arcilloso 1. 0 lombrices por m2 2. 1-3 lombrices por m2

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Nº lombrices /área

3. 4-6 lombrices por m2 4. 7-10 lombrices por m2 5. Más de 10 lombrices por m2 1. 10-25% área total 2. 26-50% área total

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Cobertura suelo

3. 51-75% área total 4. 76-90% área total 5. Más de 91% área total 1. 5 m forestados alrededor fuente

2. 10 m forestados alrededor fuente 16

Nº fuentes agua protegidos

3. 15 m forestados alrededor fuente 4. 20 m forestados alrededor fuente



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5. 25 m forestados alrededor fuente Tabla 4. Ficha de campo. Indicadores de biodiversidad asociada y auxiliar en finca. Nº

Indicador

Valoración 1. 0% del área de la finca 2. 2-5% del área de la finca

1

% Área silvestre (no cultivada)

3. 5-8% del área de la finca 4. 9-12% área de la finca 5. >13% del área de la finca 1. 1-3 por mz 2. 4-7 por mz

2

Nº especies de macroflora aérea

3. 8-10 por mz 4. 11-15 por mz 5. >15 por mz 1. 0 por mz

3

Nº especies leguminosas silvestres por área

2. 1 por mz 3. 2 por mz 4. 3 por mz 5. >4 por mz 1. 1-2 por mz 2. 3-4 por mz

4

Nº especies fauna silvestre por área 3. 5-6 por mz 4. 7-8 por mz 5. >9 por mz 1. 0 bosquete

5

Nº interconexiones y presencia de

2. 1 bosquete

bosquetes o barreras (corredores

3. 2 bosquetes

biológicos)

4. Además dos interconectados 5. Más de dos interconectados 1. 1-3% del área de finca 2. 4-7% del área de finca

6

% Superficie boscosa sobre área

3. 8-14% del área de finca 4. 15-20% del área de finca 5. >20% del área de finca

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Metros en línea (ml) de barreras

1. Hasta 100 ml por mz

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vivas por área agrícola

2. De 101-250 ml por mz 3. De 251-500 ml por mz 4. 501-750 ml por mz 5. >750 por mz 1. 0 especie por mz

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Nº especies vegetales atrayentes/repelentes por área

2. 1 especie por mz 3. 2 especie por mz 4. 3 especie por mz 5. 4 especie por mz 1. 5 por mz

9

Nº especies consideradas invasoras (arvenses/malezas) presentes

2. 4 por mz 3. 3 por mz 4. 2 por mz 5. 1 por mz 1. Se observa 1 estrato 2. 1 estrato, e inicio de 2do.

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Nº Estratos (pisos) vegetales

3. 2 estratos 4. 2 estratos e inicio de 3ro 5. 3 estratos o más 1. Más del 20%

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% días al año en el que compra alimento externo para el ganado

2. 15-20% 3. 6-10% 4. 1-5% 5. 0% 1. Más del 75%

12

% días al año en el que compran leña para cocinar

2. 50-74% 3. 25-49% 4. 5-24% 5. 0%

Fuente: Elaboración a partir de (Altieri & Nicholls, 2013) y (Nicholls Estrada, Ríos Osorio, & Altieri, 2013). Las fichas de campo, entonces, fueron aplicadas a cada estrato socioeconómico cuyas características más relevantes, en términos de la agricultura que se practica en cada unidad productiva se muestran en la Tabla 5.

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Tabla 5. Características de cultivos por estrato socioeconómico en Juchitlán. Estrato 1

Cultivos de laderas y traspatios 100%

Estrato 2

Cultivos de laderas y traspatios 60%, monocultivo 40%

Estrato 3

Cultivos de laderas y traspatios 30%, monocultivos 70

Estrato 4

Monocultivos sin rotación por ciclo 100%

Estrato 5

Monocultivos con rotación por ciclo 100%

Los resultados de los datos de campo, se muestran en el Gráfico 1, y es posible apreciar que las unidades productivas en donde se practica una agricultura bajo el sistema milpa, sea en las laderas de los montes o en los traspatios, se muestra mejor equipada para sobrellevar la variabilidad climática en comparación con los monocultivos. Gráfico 1. Resultados de la valoración de la resiliencia en el manejo de las unidades de producción agrícolas en Juchitlán. Tolerancia a la sequía 25.0

Estrato 1 (0)

20.0

Estrato 4 (10-30)

15.0

Estrato 5 (más de 30)

Estrato 2 (3-5) Estrato 3(5-10)

10.0 5.0 0.0

Biodiversidad asociada

Biodiversidad suelo y agua

Es decir, desde el punto de vista del manejo agrícola en la localidad de Juchitlán, la agricultura del sistema milpa, que consiste en asociar maíz con frijol y calabaza, se presenta como esa irregularidad que no es afectada gravemente por las condiciones climatológicas

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extremas y por insectos como sucede con los monocultivos, a pesar de la rotación temporal y espacial.4 Ideas finales Los hallazgos obtenidos en el ejercicio de recopilación de datos de campo, son similares a los que muestran (Altieri, Funes-Monzote, Petersen, Tomic, & Medina, 2011) para fincas campesinas de tamaño pequeño en Latinoamérica, (Astier, Masera, & Galván, 2008) cuando analizan la sustentabilidad de los sistemas agrarios de carácter biodiversos y los resultados de (Pretty, 2003) para las prácticas agroecológicas en los países en vías de desarrollo. Así, como demuestran (Lithourgidis, Vlachostergios, Dordas, & Damalas, 2011) en su campo experimental en Grecia, el sistema milpa –como se le conoce en México y en ciertas regiones de Latinoamérica al asocio de maíz con frijol y calabaza- de frente al monocultivo no sólo es una mejor alternativa para la conservación de la biodiversidad del maíz y del sistema ecológico en el que está inserto, como indicaron el (INE, CONABIO, & SAGARPA, 2008) y más recientemente (Sarukhán, Carabias, Koleff, & Urquiza-Haas, 2013) sino que en esa agricultura biodiversificada se edifica la capacidad de resistencia de las familias campesinas a los embates del mercado y de la escasez; de ahí que haya resultado un tema fundamental de estudio para la agronomía en México (Hernández Xolocotzi, 1985) y para los estudios rurales (Álvarez-Buylla, Carreón García, & SanVicente Tello, 2011). Como mencionamos anteriormente, la irregularidad en la agricultura en esta localidad rural está dada por el sistema milpa que se muestra con mejor capacidad de adaptación a las variabilidades climáticas pero también a los incrementos de los precios, tanto de los insumos como de los alimentos que no son granos básicos. ¿Es posible que esta irregularidad se fomente para que la agricultura excedentaria haga frente al cambio climático? Sí, ya lo han señalado ampliamente diversos investigadores como (Turrent Fernández, Serratos Hernández, Espinosa Calderón, & Álvarez-Buylla Roces, 2013) mediante la difusión de prácticas agrícolas sustentables que implican la 4 A pesar de ser un monocultivo, usualmente cada tres o cuatro años se deja descansar la tierra, sea con otro cultivo o con ninguno.



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conservación de suelos, la producción de semilla mejorada resiliente al cambio climático y que está en manos del campesinado (Ruíz Corral, et al., 2011).

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