Amar no es un delito

July 25, 2017 | Autor: Aimar Rubio | Categoría: Human Rights, LGBT Issues, Discrimination, Homophobia, Sexual Orientation
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Descripción

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TAJE

Amar no es un delito Aimar lleva desde 2013 vinculado al grupo de diversidad afectivo sexual de Amnistía Internacional en Euskadi, tiene un doctorado en la Universidad del País Vasco con una tesis sobre Homofobia y derechos humanos en África. Además trabaja visibilizando la violación de los derechos humanos de las minorías sexuales y exigiendo a los gobiernos que respeten los derechos humanos de las personas LGTBI. Él nos cuenta su visión de la homosexualidad en el mundo.

En esta ingente tarea participan activistas, militantes y personas anónimas de todo el mundo, luchando por una sociedad en la que la diversidad no sea contestada con violencia, sino con respeto. Gracias a su esfuerzo, actualmente el matrimonio entre personas del mismo sexo es legal en una veintena de países y la adopción homoparental accesible en otros tantos. La visibilidad y activismo del movimiento LGTBI y de sus aliados en todo el mundo ha de llevarse el mayor de los reconocimientos, ya que constituyen la fuerza que impulsa una sociedad que abrace la diversidad.

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Ésta se trata de una lucha que no puede cesar mientras persista la homofobia, transfobia y violencia. Las personas LGTBI que viven en países donde su orientación sexual se halla criminalizada o su identidad de género discriminada sufren graves problemas psicológicos y afectivos. Entre los efectos que generan las leyes que criminalizan y discriminan a este colectivo se encuentra la invisibilidad, discriminación laboral, exclusión social, acoso, abuso verbal, violencia física y sexual, intimidación

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El Estado de los derechos humanos de las personas LGTBI en África constituye un motivo de gran preocupación para Amnistía Internacional. El presidente de GAMBIA, Yahya Jammeh, declaró en febrero de 2014 “por lo que a mí respecta, /*%7VLJQL¿FDOHSUDJRQRUUHDEDFWHULDV\WXEHUFXORVLVWRGDVODV FXDOHVVRQXQSHOLJURSDUDODH[LVWHQFLDGHORVVHUHVKXPDQRV”. En SUDÁFRICA los crímenes de odio contra las mujeres lesbianas persisten. En agosto de 2014 'LVHER*LIW0DNDX fue violada y brutalmente asesinada en Ventersdorp, mientras que en julio de 2013 el cuerpo sin vida de 'XGX]LOH=R]R fue hallado en Ekurhuleni con evidentes signos de tortura. En diciembre de 2014, en EGIPTO 33 personas fueron detenidas en un hamam durante una redada acusados de practicar “actos homosexuales indecentes e inmorales”. En cualquier caso, África no es el único foco de atención para los defensores y defensoras de los derechos humanos. RUSIA continúa restringiendo el derecho a la libertad de expresión, DVRFLDFLyQ \ UHXQLyQ SDFt¿FD GHVGH OD DSUREDFLyQ GH OD OH\ contra la propaganda homosexual en junio de 2013. Esta QRUPDTXHLGHQWL¿FDODKRPRVH[XDOLGDGFRQODSHGR¿OLD\EXVFD proteger a los menores de edad de la propaganda sobre las “RULHQWDFLRQHV VH[XDOHV QR WUDGLFLRQDOHV”, vulnera gravemente los derechos humanos de las minorías sexuales en el país, además de afectar a los mismos menores de edad que el Estado supuestamente busca proteger. En MACEDONIA, este mismo mes de enero ha sido aprobada una ley destinada a prohibir los matrimonios entre personas del mismo sexo, sentando las bases de un sistema legislativo que consolida la discriminación, violencia e intolerancia por razones de orientación sexual e identidad de género en el país.









































Los ataques se producen tanto en el ámbito público como privado de las víctimas. En algunos casos, la búsqueda de espacios seguros o el exilio suelen ser salidas por las que optan las personas que son perseguidas por su orientación sexual e identidad de género. En otros, resulta habitual ocultar la orientación sexual o la identidad de género. De acuerdo con uno de los últimos informes de Amnistía Internacional sobre homofobia, transfobia y crímenes de odio en EUROPA, “GHELGRDODGLVFULPLQDFLyQORVSUHMXLFLRV\ODYLROHQFLDPXFKDV SHUVRQDVHQ(XURSDVLJXHQRFXOWDQGRVXRULHQWDFLyQVH[XDO\VX LGHQWLGDGGHJpQHURLQFOXVRDFRPSDxHURVGHWUDEDMRDPLJRV FRPSDxHURVGHHVWXGLRV\IDPLOLDUHV”. Si bien en Europa es necesario luchar por extender y consolidar los derechos de las personas LGTBI, globalmente destacan algunos territorios donde la homofobia de Estado, violencia y crímenes de odio se encuentran particularmente extendidos. En este sentido, ÁFRICA cuenta con una mayoría de países donde la homosexualidad se halla criminalizada y la homofobia institucionalizada. En una tierra caracterizada por su diversidad y crisol sociocultural, en torno a 40 países aplican alguna ley que viola los derechos humanos de las personas LGTBI, 4 de ellos con la pena de muerte. 

La diversidad de afectos, deseos e identidades caracteriza en esencia a la humanidad. Sin embargo, en algunos países ser homosexual constituye un delito penado con la cárcel o incluso con la muerte, al tiempo que el recorrido de las demandas de las personas transexuales y transgénero es lento, impreciso y esquivo. Si bien la homofobia y transfobia transcienden las fronteras de naciones y Estados -estando presentes en todo el mundo-, las leyes y normas que legitiman la violencia y alientan la discriminación han de ser urgentemente derogadas para garantizar el disfrute de todos los derechos por todas las personas.

policial, chantaje, extorsión, violación del derecho a la libertad de expresión, asociación y reunión además de la criminalización de las identidades homosexuales en el medio público. Esto es, todo un conjunto de elementos que merman las condiciones de vida de las personas LGTBI, su dignidad y sus derechos humanos.



Hablar sobre los derechos humanos de las personas lesbianas, gays, bisexuales, transexuales, transgénero e intersexuales (LGTBI) es hacer alusión a una realidad cargada de buenas y malas noticias. Por una parte, que cada vez es mayor el número de países que igualan en derechos y libertades a las personas sin que la orientación sexual e identidad de género sean motivo de diferenciación y discriminación. Por otra, también son cada vez más los Estados que adoptan leyes destinadas a criminalizar o incluso recriminalizar a las minorías sexuales, institucionalizando la homofobia y transfobia, legitimando los crímenes de odio contra las personas LGTBI o extendiendo los discursos de odio en el medio público.

de la pareja. Asimismo, cualquier persona que muestre en público, de forma directa o indirecta, una relación homosexual será condenada a diez años de cárcel, de acuerdo con la nueva legislación. En UGANDA, el tribunal constitucional revocó en agosto de 2014 por unanimidad la ley que convertía la homosexualidad en un delito agravante, incluyendo la cadena perpetua para los reincidentes. Sin embargo, actualmente se persiste en aprobar una nueva ley que endurezca la criminalización de la homosexualidad en el país.

A modo de ejemplo, -HDQ&ODXGH 5RJHU 0EHGH, preso de conciencia e icono en la lucha por los derechos humanos de la comunidad LGBTI en CAMERÚN, falleció el 10 de enero de 2014 en su ciudad natal, Ngoumou, aquejado por una dolorosa enfermedad. Mbede, de 34 años, murió solo, despreciado por su familia y perseguido por la justicia tras enviar en 2011 un mensaje de texto en el que manifestaba su amor hacia otro hombre. La recriminalización de la homosexualidad ha sido otro de los hechos que ha caracterizado a algunos países africanos. El presidente de NIGERIA, *RRGOXFN-RQDWKDQ, aprobó en enero de 2014 una ley que prohíbe el matrimonio entre personas del mismo sexo, penado con 14 años de prisión para cada miembro

Éstas son algunas de las noticias fruto de la intolerancia y de la homofobia de Estado. También son titulares que nos hacen estar alerta y movernos a actuar por la justicia social y el respeto a los derechos humanos. De hecho, detrás de cada mala noticia se esconde un relato de lucha y de activismo, donde mujeres y hombres no cesan en su empeño por reivindicar que la sexualidad, el placer, el deseo, el afecto e identidad son múltiples y diversos, estando lejos de constituir delito alguno. Amnistía Internacional considera que las personas detenidas o encarceladas en virtud de este tipo de leyes son presas de conciencia, y por ello trabajamos para lograr su libertad inmediata e incondicional. La despenalización es esencial como un primer paso en el camino hacia la igualdad plena de lesbianas, gays, bisexuales, transexuales y transgénero. En palabras del premio Nobel de la Paz, 1HOVRQ0DQGHOD: “nadie nace odiando a otra persona por el color de su piel, o su origen, o su religión. La gente tiene que aprender a odiar, y si ellos pueden aprender a odiar, también se les puede enseñar a amar, el amor llega más naturalmente al corazón humano que su contrario”. Hagamos nuestras las palabras de Madiba, y enseñemos entonces que amar no es un delito.

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