Agricultura empresarial, estrategias productivas e institucionales en el interior de Córdoba, Argentina (1990-2002)

September 28, 2017 | Autor: G. Carini | Categoría: History, Sociology, Agrarian Studies, Agrarian History
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Descripción

Anuario de Historia Regional y de las Fronteras, Volumen 19 - 2

Agricultura empresarial, estrategias productivas e institucionales en Córdoba, Argentina (1990-2002)* Resumen El artículo da cuenta de las diferentes estrategias empleadas por los productores agropecuarios para profesionalizar sus prácticas como respuesta a los nuevos lineamientos socio-productivos, en el marco de una agricultura empresarial con fuertes vínculos entre la industria y los servicios, en un mercado mundializado. Para ello, se focaliza en dos actores diferentes: por una lado, describe las trayectorias sociales y productivas de un conjunto de agricultores familiares que lograron reconvertir sus explotaciones agropecuarias en empresas familiares, por medio de un trabajo etnográfico realizado en el este de la provincia de Córdoba durante los meses noviembre y diciembre de 2013. Por otro lado, reconstruye las estrategias de una entidad gremial de productores, asociada históricamente a la defensa y reivindicación de intereses ganaderos que inicia un proceso de incorporación de servicios a su dinámica institucional. En este caso, se recurre a la prensa y a diversos materiales producidos por la entidad analizada en el lapso que va desde fines de la década de 1980 hasta principios del 2000. Palabras clave: Agronegocio, agricultores familiares, entidades gremiales, Córdoba, Argentina. Referencia para citar este artículo: OLIVERA, Gabriela, CARINI, Gabriel Fernando (2014). “Agricultura empresarial, estrategias productivas e institucionales en Córdoba, Argentina (1990-2002)”. En Anuario de Historia Regional y de las Fronteras.19 (2). pp. 391-422. Fecha de recepción: 22/ 04/2014

Fecha de aprobación: 15/06/2014

Gabriela Olivera: Doctora en Historia por la Universidad Nacional de Córdoba (Argentina). Directora del Doctorado en Historia de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Nacional de Córdoba. Correo electrónico: [email protected]. Gabriel Fernando Carini: Doctorando en Historia por la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Nacional de Córdoba. Correo electrónico: [email protected]. Artículo de investigación derivado del proyecto “El agro pampeano cordobés: actores y procesos económicos, sociales y políticos desde una perspectiva histórica (siglos XX – XXI)”, dirigido por Dra. Gabriela Olivera y financiado por la Secretaria de Ciencia y Técnica de la Universidad Nacional de Córdoba (2012-2014). Resolución 162/2012 de SeCyT-UNC.

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Agribusiness, Productive and Institutional Strategies in Cordoba, Argentina (1990-2002) Abstract This article has the overall aim to account for the different strategies employed by farmers in order to adjust their practices to the new guidelines of the socio-productive model that prints a growing concern with the same professionalism in the context of business agriculture with strong links between industry and services in a global market. To do this, focus on two different actors: on one hand, describe the social and productive trajectories of a set of family farmers who managed to convert their farms into family businesses, appealing to an ethnographic work in the east of the province of Córdoba during the months of November and December 2013. Moreover, reconstruct the strategies of a trade association of producers, historically associated with the defense and livestock interests’ claim that initiates a process of incorporating services to institutional dynamics. In this case, we turn to the press and various materials produced by analyzed in the period ranging from the late 1980s to early 2000s entity. Keywords: agribusiness, family farmers, agrarian union entities, Cordoba, Argentina.

Agricultura empresarial, estratégias produtivas e institucionais no Córdoba, Argentina (1990-2002) Resumo O presente artigo tem como objetivo geral dar conta das diferenças estratégicas empregadas pelos produtores agropecuários aos fins de ajustar suas praticas aos novos lineamentos do modelo sócio produtivo que imprime uma crescente preocupação pela profissionalização das mesmas, no marco de uma agricultura empresarial com fortes vínculos entre a indústria e os serviços dentro de um mercado industrializado. Para isto focalizou-se em dois diferentes atores: de um lado, descrevemos as trajetórias sociais e produtivas de um conjunto de agricultores familiares que lograram transformar suas explorações agropecuárias em empresas familiares. Assim apela-se a um trabalho etnográfico feito ao oriente da região de Córdoba durante os meses de novembro e dezembro de 2013. Por tanto, reconstruímos as estratégias de uma agremiação de produtores, associada historicamente à defesa e reivindicação de interesses ganadeiros que começa um processo de incorporação de serviços a sua dinâmica institucional. Neste caso, recorremos ao jornal e ao diverso material produzido pela instituição analisada no lapso que vá desde finais da década de 1980 a começos de 2000. Palavras-chave: agronegócio, agricultores familiares, agremiações, Córdoba, Argentina. 392

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Introducción Las transformaciones sociales y económicas registradas en el agro pampeano argentino desde mediados de la década de 1990 determinaron la vigencia de un nuevo modelo agrario asociado a la exponencial expansión del cultivo de soja, el agronegocio. El mismo se caracterizó por la incorporación intensiva de capital y la mediación decisiva del conocimiento en los procesos productivos que señalaron el pasaje a una nueva agricultura dominada por la lógica de los ‘negocios’, por el mercado, con pocos vestigios de la presencia de mecanismos extraeconómicos y fuertemente relacionada a las revoluciones en el área de la biotecnología y de la ingeniería genética1. Estos fenómenos colocaron a los productores agropecuarios argentinos ante una nueva disyuntiva –que no todos pudieron resolver favorablemente–: la necesidad de profesionalizar sus prácticas agronómicas y de gestión de sus explotaciones con el fin de adecuarlas a los requerimientos del agronegocio o abandonar el proceso productivo. Los que sí lo lograron vieron en ese tránsito modificados (a veces radicalmente) los rasgos que históricamente los caracterizaron. Nos interesa observar cómo los actores del agro pampeano se adaptaron a los nuevos imperativos del modelo agrario, conocer qué estrategias emplearon y en qué grado modificaron sus perfiles socio-económicos. En este sentido, nuestro trabajo intenta centrarse en los mecanismos de diferenciación social ascendente o de recomposición empresaria. Entendemos por esto, aquellas acciones por medio de las cuales los actores agrarios buscaron intensificar la capitalización de sus unidades productivas a los fines de permanecer dentro del circuito productivo, las cuales implicaron una redefinición en algunos de los componentes identitarios y productivos y, consecuentemente, dieron lugar a la emergencia de nuevos perfiles socio-económicos. En ese proceso, cobran relevancia las estrategias empleadas por los actores para transitar airosamente por los nuevos carriles demarcados por el agronegocio2. Dentro de la heterogeneidad de actores del agro pampeano nos concentramos en dos que resultan significativos en la configuración de su entramado social: los agricultores familiares y las asociaciones gremiales agrarias.

GRAS, Carla. “La agricultura familiar en el agro pampeano: desplazamiento y mutaciones”, en CERDÁ, Juan y GUTIÉRREZ, Talía (comps.). Trabajo Agrícola. Experiencia y resignificación de las identidades en el campo argentino. Buenos Aires, CICCUS, 2009, p. 24; TEUBAL, Miguel et al. “Transformaciones agrarias en la Argentina. Agricultura industrial y sistema alimentario”, en GIARRACCA, Norma y TEUBAL, Miguel. (coords.) El campo argentino en la encrucijada. Estrategias y resistencias sociales, ecos en la ciudad. Buenos Aires, Alianza, 2005, pp. 75-76. Una caracterización del actual modelo y sus implicancias para los actores agrarios argentinos puede encontrarse en: GRAS, Carla y HERNÁNDEZ, Valeria. “Los pilares del modelo agribusiness y sus estilos empresariales”, en GRAS, Carla y HERNÁNDEZ, Valeria (coords.). El agro como negocio. Producción sociedad y territorios en la globalización. Buenos Aires, Biblos, 2013.

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Siguiendo a Bourdieu y a Wacquant entendemos por estrategias aquellas las líneas de acción objetivamente orientadas que los actores sociales construyen continuamente en y a través de su práctica. Estas pueden sufrir adecuaciones o transformaciones respecto de los condicionamientos de los actores en momentos en que drásticamente cambian las condiciones objetivas en los cuales las estrategias pueden ser guiadas por decisiones racionales de adecuación a las nuevas estructuras. BOURDIEU, Pierre y WACQUANT, Loic. Una invitación a la sociología reflexiva. Buenos Aires, Siglo XXI, pp. 190-193.

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Respecto de los primeros existe una importante producción académica que ha reflexionado –con especial intensidad desde la década de 1980– sobre sus principales características sociales y productivas3. Comúnmente se puede definir a la agricultura familiar como aquella en la que resulta central el predominio del trabajo familiar (sobre el asalariado), el involucramiento directo del titular y los miembros de la familia en las actividades productivas, de gestión y comercialización así como (en algunos casos) la propiedad de la tierra y las maquinarias4. Recientemente algunas investigaciones – espacialmente para la provincia de Santa Fe– mostraron cómo los cambios operados a fines del siglo XX han cuestionado mucho de esos rasgos típicos5. En ese registro nuestro trabajo intenta indagar en las estrategias socio-productivas y en las nuevas formas de gestión de aquellos productores familiares que se trasladaron hacia formas más empresariales, convirtiendo sus unidades productivas en verdaderas empresas familiares. Esa ruptura implicó –entre otras cuestiones– una preeminencia del trabajo asalariado por sobre el familiar, una administración profesionalizada de la explotación, roles de gestión claramente demarcados, una creciente preocupación por el conocimiento y la aplicación de nuevas tecnologías a lo largo de todo el proceso productivo. Entre los principales referentes que se han ocupado tanto de reflexionar teóricamente como de aportar sugerente evidencia empírica se pueden mencionar: ARCHETTI, Eduardo - STOLEN, Kristi Anne. Explotación familiar y acumulación de capital en el campo argentino. Buenos Aires, Siglo XXI, 1975. BARSKY, Osvaldo - PUCCIARELLI, Alfredo (eds.). El agro pampeano. El fin de un período. Buenos Aires, FLACSO, 1997; ANSALDI, Waldo “El fantasma de Hamlet en la pampa. Chacareros y trabajadores rurales, las clases que no se ven”, en BJERG, María y REGUERA, Andrea. (comps.). Problemas de la historia agraria. Nuevos debates y perspectivas de investigación. Tandil, IEHS, 1995; BARSKY, Osvaldo. “Explotaciones familiares en el agro pampeano: procesos, interpretaciones y políticas”, en BARSKY, Osvaldo et al. Explotaciones familiares en el agro pampeano. Buenos Aires, Centro Editor de América Latina, 1992; ANSALDI, Waldo. “La pampa es ancha y ajena. La lucha por las libertades capitalistas y la construcción de los chacareros”, en BONAUDO, Marta y PUCCIARELLI, Alfredo (comps.). La problemática agraria. Nuevas aproximaciones. Buenos Aires, CEAL, 1993; FORNI, Floreal y TORT, María Isabel. Las explotaciones familiares en la producción de cereales de la región pampeana argentina. Buenos Aires, CEIL, 1984; BALSA, Javier. El desvanecimiento del mundo chacarero. Transformaciones sociales en la agricultura bonaerense (1937-1988). Bernal, Universidad Nacional de Quilmes, 2006.

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En la actualidad, algunos autores han incorporado a esa definición el peso que revisten los aspectos identitarios, los que trazan horizontes posibles de acción. En esa perspectiva, ser chacarero es mucho más que un oficio o una categoría productiva: es una forma de vida, donde el vínculo con la tierra es un elemento central de dicha identidad. La explotación no es solo la principal fuente de ingresos – o la única – es además un símbolo familiar. Cfr.: MUZLERA, José. Chacareros del siglo XXI. Herencia, familia y trabajo en la pampa gringa. Buenos Aires, Imago Mundi, 2009.

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Entre los más significativos: CLOQUELL, Silvia (coord.). Familias rurales. El fin de una historia en el inicio de una nueva agricultura. Rosario, Homo Sapiens, 2007; GRAS, Carla y HERNÁNDEZ, Valeria. “Reconfiguraciones sociales frente a las transformaciones de los 90: desplazados, chacareros y empresarios en el nuevo paisaje rural argentino”, en GRAS, Carla y HERNÁNDEZ, Valeria (coords.). La Argentina Rural. De la agricultura familiar al agronegocio. Buenos Aires, Biblos, 2009; MUZLERA, José. Chacareros del siglo XXI; GRAS, Carla. “Crisis y recomposiciones de la agricultura familiar (1990-2007)”, en GRAS, Carla y BIDASECA, Karina (dirs.). El mundo chacarero en tiempos de cambio. Herencia, territorio e identidad en los pueblos sojeros. Buenos Aires, CICCUS, 2010; LÓPEZ CASTRO, Natalia y PRIVIDERA, GUIDO (COMPS.). Repensar la agricultura familiar. Aportes para desentrañar la complejidad agraria pampeana. Buenos Aires, CICCUS, 2011; URCOLA, Marcos. “Estrategias socio-productivas y agricultura familiar: las nuevas tecnologías y sus implicancias en las relaciones familiares y productivas en una localidad del sur santafesino”, en Mundo Agrario, vol. 13 n° 26, Centro de Historia Argentina y Americana de la Universidad Nacional de La Plata, 2013; HERNÁNDEZ, Valeria et al. “Figuras socioproductivas de la ruralidad globalizada”, en GRAS, Carla y HERNÁNDEZ, Valeria (coords.). El agro como negocio.

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Menos transitadas por los especialistas fueron las transformaciones en la dimensión institucional implicadas en ese proceso. En el periodo considerado se asistió a una profundización de la fragmentación y segmentación del andamiaje institucional del agro pampeano, tornando más compleja y heterogénea su estructura de representación de intereses, producto –entre otras cuestiones– de la multiplicación de ‘interlocutores específicos’6. De esta forma, surgía una nueva institucionalidad, especialmente en la región pampeana, de carácter innovador, dotada de un perfil diferencial respecto al modelo tradicional y centrada en cuestiones no reivindicativas7. Asimismo, estas nuevas entidades promovieron novedosas maneras de operar colectivamente dentro del aparato productivo, mediante asociaciones organizadas en torno a modernas tecnologías, rubros específicos de producción y, eventualmente, nuevos modelos productivos8. A su vez, introdujeron un nuevo lenguaje y enfoques diferentes para definir el papel del sector, que pueden observarse proyectados en un ‘discurso tecnologizante’ centrado en la consideración de que el avance tecnológico es el elemento vital para el agro, realizando una apelación al productor para que asuma una ‘mentalidad empresarial’, centrada en el conocimiento9. Esta cuestión habría llevado La estructura de representación de intereses agrarios en nuestro país se fue conformando desde mediados del siglo XIX, teniendo como primer hito la creación de la Sociedad Rural Argentina en 1866, conformada por grandes productores. A partir del conflicto agrario de 1912, surgiría la Federación Agraria Argentina, nucleando a arrendatarios y pequeños productores. Esa estructura dual se comenzaría a fragmentar, durante la etapa de industrialización por sustitución de importaciones, con la aparición de CARBAP, Confederaciones Rurales Argentina y CONINAGRO. A partir de la década de 1990, comienzan a cobrar importancia entidades organizadas en torno a producciones y técnicas específicas, entre las que a modo de ejemplo podemos mencionar: Asociación Argentina de Productores de Siembra Directa (AAPRESID), la Asociación Maíz y Sorgo Argentino (MAIZAR), la Asociación Argentina del Girasol (ASAGIR), la Sociedad Argentina de la Soja (SAS) y el Foro Agroindustrial. Para una lectura integral de este proceso se sugiere la consulta de: LATTUADA, Mario. Acción colectiva y corporaciones agrarias en la Argentina. Transformaciones institucionales a fines del siglo XX. Bernal, Universidad Nacional de Quilmes, 2006.

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Con ese concepto hacemos referencia a la diferenciación que existe entre las entidades reivindicativas y las no reivindicativas. Si bien ambas actúan como actores colectivos en los procesos de intermediación social; las primeras se caracterizan por tener como objetivo fundamental la defensa integral de (todos) los intereses de un determinado colectivo, ser universalista en la naturaleza de los fines que persiguen y en la actividad que desarrollan y tener un discurso con un fuerte componente ideológico, construido en función de los valores que asumen sus dirigentes y de las formas en que éstos interpretan los problemas de su base social. En tanto que las asociaciones agrarias no reivindicativas se caracterizan por la defensa de intereses no integrales de sus asociados (en general, aunque no exclusivamente, intereses de naturaleza económica), lo que implica que orientan sus acciones hacia una lista cerrada de temas o cuestiones, sus acciones presentan una naturaleza no universalista (exclusivista) y su discurso no es necesariamente ideológico, en el sentido de que no intenta ser una determinada visión del mundo ni una forma de interpretar los problemas generales de su base social (real y potencial), sino que es un discurso pragmático acotado no a valores, sino a un fin específico. Cfr.: LATTUADA, Mario. Acción colectiva y corporaciones, pp. 21-23. Cabe aclarar sobre este último punto que los discursos en el ámbito público de las entidades no reivindicativas como AACREA o AAPRESID, solo por mencionar algunas entre las que se perfilarán como ‘usinas’ del nuevo modelo agrario, proyectaban un ‘deber ser’ sobre las prácticas culturales vinculadas al trabajo agrícola y, por ende, sobre todo el proceso de producción de relevantes consecuencias sociales y económicas.

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Cfr.: LATTUADA, Mario. Acción colectiva y corporaciones; FLOOD, Carlos. “Trayectorias institucionales comparadas de innovación tecnológica en la región pampeana”, en BENENCIA, Roberto y FLOOD, Carlos (comps.). Trayectorias y contextos. Organizaciones rurales en la Argentina de los noventa. Buenos Aires, La Colmena, 2005.

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BALSA, Javier. “Las disputas hegemónicas en torno de las cuestiones sociales agrarias de la pampa argentina en la actualidad”, en GIRBAL, Noemí y MENDONÇA, Sonia. (coords.). Cuestiones agrarias en Argentina y Brasil. Buenos Aires, Prometeo, 2007, pp. 153-154.

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a replantear la estructura interna y las estrategias de las asociaciones reivindicativas para ‘ganar posiciones’ frente a otras entidades que ‘disputaban’ entre sí por las mismas bases sociales10. En ese marco, nos detenemos a observar cómo una entidad de primer grado que nucleaba a ‘productores tradicionales’ introdujo modificaciones en su perfil institucional y en qué medida contribuye a redefinir las características de sus asociados a partir de la difusión de las nuevas coordenadas del paradigma productivo11. Con ese trasfondo, esta investigación asume una perspectiva historiográfica regional. La misma trata de articular el análisis de casos particulares que den sentido a la micro-historia para explicar los procesos macro-históricos del heterogéneo mundo rural argentino12. Dado que nuestra propuesta pretende mostrar cómo el nuevo modelo agrario configurado a mediados de la década de 1990 tensionó los perfiles socioeconómicos y las estrategias de los actores del agro pampeano, nos concentraremos en dos microrregiones de la provincia de Córdoba. La elección de las mismas se sustentó en que en ellas predominaron históricamente dos patrones socio-productivos (el lechero y el pecuario), los que fueron re-significados sustancialmente hacia fines del siglo XX. Asimismo, para su delimitación se utilizó la regionalización de Zonas Agroeconómicas Homogéneas (ZAHs) elaborada por el Instituto Nacional

LATTUADA, Mario. Acción colectiva y corporaciones. Una visión diferente planeta Gras para quien las nuevas asociaciones no entrarían en una competencia por las bases sociales puesto que podría pensarse – según la autora – en una suerte de ‘división del trabajo’ que implicaría para las primeras ‘concentrarse’ en un ámbito específico, el de lo técnico, reforzando así su lugar de entidad especializada e impulsando a sus asociados integrarse a las de tipo ‘gremial’ que son las que se concentran en la ‘defensa’ del sector ante – por ejemplo – los efectos de las políticas económicas. Cfr.: GRAS, Carla. “El nuevo empresariado agrario: sobre la construcción y los dilemas de sus organizaciones”, en GRAS, Carla y HERNÁNDEZ, Valeria (coords). La Argentina rural. p. 231. 10

Definimos como ‘perfiles institucionales’ tanto a los aspectos que hacen referencia a la estructura interna de la entidad como a la externa. Los primeros están constituidos, por ejemplo, por su modelo organizativo, sus roles y funciones, su grado de formalidad y los discursos que se despliegan al interior de la entidad. Los segundos son los que se ponen de manifiesto en las prácticas, discursos y estrategias de la entidad trasladados al exterior de la misma, especialmente manifestados en la dinámica relacional entre diferentes actores estatales y agrarios. Esta visión fue propuesta para el análisis del sector cooperativo pero consideramos que puede ser transferido favorablemente para el estudio del asociacionismo agrario en general. OLIVERA, Gabriela. “Cooperativismo agrario: una nueva área temática en la renovación de la historia rural”. En: BALSA, Javier et al (comps.) Pasado y presente en el agro argentino. Buenos Aires, Lumiere, 2008, pp. 228-229. En tanto que ‘productores tradicionales’ es entendido como aquellos sujetos sociales que conservan sus espacios productivos y no ceden sus tierras sino que mantienen sus propiedades y llevan adelante procesos productivos, lo que no excluye la contratación de servicios de maquinarias, pero que no delegan el control de estos procesos. Son un factor decisivo en el mantenimiento de formas de vida rural modernizada, pero con presencial local. BARSKY, Osvaldo y GELMAN, Jorge. Historia del agro argentino. Desde la conquista hasta comienzos del siglo XXI. Buenos Aires, Sudamericana, 2009, p. 494. En sentido similar, Gras y Hernández han empleado el término de ‘productores territorializados’ para dar cuenta cómo se articulan la pertenencia e identidad territorial de estos actores en el nuevo modelo agrario. Cfr.: GRAS, Carla y HERNÁNDEZ, Valeria. “El modelo agribusiness y sus traducciones territoriales”, en GRAS, Carla y HERNÁNDEZ, Valeria (coords.). El agro como negocio, pp. 53-56.

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GIRBAL-BLACHA, Noemí. “La historia regional hoy: balances y perspectivas con enfoque agrario”, en GELMAN, Jorge. (comp.). La historia económica argentina en la encrucijada. Balances y perspectivas. Buenos Aires, Prometeo, 2006, p. 423. 12

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de Tecnología Agropecuaria (INTA)13 y recurrimos a información censal para dimensionar algunas de las aristas que asumió el proceso de ‘sojización’ en el interior cordobés, en particular las implicadas en el desplazamiento y/o re-articulación de las anteriores lógicas productivas afincadas históricamente en dichos territorios. Partimos de un esquema de investigación predominantemente cualitativo, tendiente a la complementación de diversas fuentes de información. De la misma forma, debido a que la intención es mostrar también la respuesta de diferentes actores ante el avance del agronegocio se orientaron las operaciones metodológicas según las necesidades de cada caso en particular. Así, para el análisis estrategias productivas de los agricultores familiares del este de la provincia de Córdoba se optó por trabajar con un número acotado de empresas familiares a los fines de otorgar mayor profundidad a la información recabada14. La muestra se construyó intencionalmente15 a partir de los datos brindados por un informante clave16 y como herramienta de relevamiento se recurrió a entrevistas no estructuradas. Las mismas fueron realizadas entre los meses de noviembre y diciembre de 2013 en las zonas rurales de las localidades cordobesas de Toro Pujio, Marull y Arroyito. En tanto que para la reconstrucción de los cambios en los perfiles institucionales en la dimensión asociativa del agro pampeano, se seleccionó como objeto de análisis una entidad representativa del sur de Córdoba, la Sociedad Rural de Río Cuarto (SRRC). Es una asociación gremial de primer grado, surgida en 1938 y centrada en la defensa de los intereses de sus asociados. Su base asociativa está comprendida por productores medianos y grandes dedicados, principalmente, a la ganadería. A los fines de dar cuenta Las ZAHs se definen por su relativa homogeneidad a partir de zonificaciones ecológicas previas, ajustados sus límites a los de Fracciones Censales del INDEC a fin de poder vincular cada zona con la información secundaria disponible. En la provincia de Córdoba se distinguen quince ZAHs, las que corresponden a nuestro objeto de estudio son la zona IX-B Depresión de San Justo (Arroyito) y la V-B Semiárida Centro Oeste (Río Cuarto). Cfr.: GHIDA DAZA, Carlos y SÁNCHEZ, Carina. “Zonas Agroeconómicas de Córdoba”, en: Estudios socioeconómicos de la sustentabilidad de los sistemas de producción y recursos naturales, n° 10. Buenos Aires, INTA, 2009. 13

Nuestro universo de análisis comprende diferentes segmentos de lo que denominamos como empresas familiares. Para diferenciar al productor familiar del empresario fueron centrales los criterios de si predominaba el trabajo familiar y si había involucramiento directo del titular y los miembros de la familia en las actividades productivas, de gestión y comercialización. Prestamos particular atención a las cuestiones y a los aspectos relativos a la producción y a la gestión que entran en juego en el límite entre explotaciones familiares y empresas familiares, puesto que nos interesaba considerar la problemática de la capitalización de unidades familiares, en particular en aquellas explotaciones que han logrado atravesar exitosamente los procesos de concentración. 14

En este sentido, la muestra no pretende ser representativa estadísticamente de la totalidad de casos en la región analizada sino que se justifica por la riqueza de matices que presentan y que avalan su estudio como primera aproximación a la temática. Cfr.: SALTALAMACCHIA, Homero. Historia de vida: reflexiones a partir de una experiencia de investigación. Puerto Rico, Centro de Investigaciones para la Juventud Puertorriqueña, 1992. 15

En la selección de los casos se contó con la valiosa colaboración del Director de una Escuela de Toro Pujio (Departamento de San Justo), quien posee buenos vínculos con la comunidad local, es profesor de Historia y posee conocimientos en Sociología rural. 16

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de las mutaciones registradas en los mismos apelamos a la información contenida en periódicos y suplementos especializados circulantes a nivel regional, centrándonos en la columna institucional de la SRRC. El período considerado va desde fines de la década de 1980 a fines de la de 1990, recorte temporal que se justifica debido a que en esta etapa es donde se configuran los principales componentes, que se desarrollaran más acabadamente después de enero de 2002 con la salida del régimen de convertibilidad cambiaria. El análisis de estas fuentes es relevante, puesto que los mismos son un medio habitual de ‘mediatización de la ruralidad’ a la par que se erigen como un espacio simbólico que supone la re-producción de las representaciones de los sectores agrarios17. Estos soportes constituyen selecciones de datos de la ‘realidad’, que se organizan de determinada manera para decir, hacer entender y dar a conocer18; y, por lo tanto, son un elemento privilegiado para el análisis de las estrategias de los actores agrarios que contribuyeron a internalizar los imperativos del nuevo modelo agrario. Consideramos que esta forma de abordaje nos permitirá mostrar los cambios que introdujo la vigencia del agronegocio en los perfiles socio-económicos y las estrategias de los actores sociales del agro pampeano cordobés. Para ello, el presente artículo se encuentra organizado en tres secciones. En la primera, describiremos las principales transformaciones productivas registradas en las dos microrregiones estudiadas que sirven de plataforma para desentrañar los cambios productivos y territoriales del nuevo modelo de desarrollo agrario, estrechamente vinculados a la dinámica que se desenvuelve a partir de la producción de la soja. Para luego en la segunda y tercera parte indagar en las estrategias de los empresarios familiares del departamento de San Justo y en las implementadas por una asociación gremial del sur de Córdoba, respectivamente.

Traducciones productivas y territoriales del agronegocio en la pampa cordobesa La provincia de Córdoba presenta dos áreas ecológicas claramente diferenciadas: las sierras y la llanura pampeana. Esta última abarca los departamentos del centro, este y sur. Dentro de esta amplia zona, inserta en la región geográfica nacional de la ‘pampa húmeda’, es que se ubican las dos microrregiones objeto de estudio en las que cristalizaron ciertos sistemas productivos que delinearon el devenir social y productivo de las mismas. Nuestro análisis tomará el Este septentrional, próximo a la frontera santafesina, donde asumió intensidad la explotación tambera y, por otro lado, los departamentos del Sur provincial que se especializaron en la pecuaria19. En este sentido, la primera microrregión se encuentra integrada en su totalidad en la 17 CARNGLIA, Edgardo. “La mediatización de la ruralidad. Representaciones del espacio en la prensa especializada nacional”, en CIMADEVILLA, Gustavo y CARNIGLIA, Edgardo (comps.). Comunicación, ruralidad y desarrollo. Mitos, paradigmas y dispositivos de cambio. Buenos Aires, INTA, 2004, pp. 288-289.

CARRERAS DOALLO, Ximena. “Los medios gráficos como fuente. Un análisis de la revista La Chacra durante el peronismo clásico”, en Estudios Rurales, vol. 1, n°2. Bernal, Centro de Estudios de la Argentina Rural de la Universidad Nacional de Quilmes, 2012, p. 186. 18

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TERZAGA, Alfredo. Geografía de Córdoba. Reseña física y humana. Córdoba, Assandri, 1963, p. 218.

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cuenca lechera cordobesa-santafesina20. En ella pueden reconocerse históricamente dos grandes etapas. Una que arranca a finales del siglo XIX, en la que la producción agropecuaria diversificada era predominante en las colonias de pequeños y medianos productores mixtos (generalmente de origen inmigrante). Otra que se inicia en la década de 1930 con el desarrollo y la expansión de la empresa cooperativa láctea SanCor, lo que intensifica la actividad tambera, al compás de su modernización y renovación tecnológica. Durante esta etapa la agricultura (principalmente el trigo y el maíz) persiste y también experimenta transformaciones21. La segunda microrregión, el sur cordobés, en particular la dinámica económica del departamento de Río Cuarto nos muestra una historia indefectiblemente ligada a las actividades ganaderas y a la intermediación comercial surgida de estas y, por ende, a la estructuración de relaciones sociales imbricadas con las mismas, en donde predominaban explotaciones de gran tamaño y actores sociales escasamente diversificados22. Este perfil, se configuró a partir de la temprana ‘atlantización’ de su economía a mediados del siglo XIX y se consolidó a inicios de la década del sesenta del siglo XX, momento en el que la región se encontraba ya en una “definitiva institucionalización del statu-quo pecuario” que se mantendrá incólume hasta mediados de la década de 199023. Desde la década de 1990 con la expansión de la soja, se produjeron cambios significativos no solo en cuanto al uso del suelo de estas microrregiones sino también en la composición de la estructura y los sujetos agrarios de las mismas que nos sugieren la vigencia de una nueva etapa productiva para estos espacios donde a los La noción de cuenca implica una delimitación regional sobre la base de áreas productoras lácteas. La cantidad de tambos y de animales con que se opera y el criterio cualitativo de la existencia de un mismo patrón socio/técnico organizacional – con la aclaración de que este patrón se podría dar con diferentes intensidades –, marcan la preponderancia de la actividad láctea. Cfr.: POSADA, Marcelo y PUCCIARELLI, Alfredo. “La producción láctea argentina a través del CNA 88. Un estudio de la cuenca de abasto de Buenos Aires”. En: BARSKY, Osvaldo y PUCCIARELLI, Alfredo (eds.). El agro pampeano, p. 591. 20

Algunos de estos aspectos fueron abordados de forma más acabada en: OLIVERA, Gabriela. “Agroindustria láctea, regulación estatal y cooperativismo (1930-1955)”, en Mundo Agrario, nº 22. La Plata, Centro de Historia Argentina y Latinoamericana de la Universidad Nacional de La Plata, julio de 2011 y OLIVERA, Gabriela. “Cultura cooperativa y gestión empresarial en la cuenca lechera cordobesasantafecina. Argentina, fines del s. XIX a 1970”, en América Latina en la Historia Económica, año XX, n° 1, México DF, Instituto de Investigaciones ‘Dr. José María Luis Mora’, enero-abril 2013. 21

Integrado por los actuales departamentos de Río Cuarto, Juárez Celman, Presidente Roque Sáenz Peña y General Roca. El sur de Córdoba comprende aproximadamente un tercio de la superficie total de la provincia de Córdoba, con 48.183 km2 y se encuentra íntegramente situado en lo que comúnmente se denomina como ‘pampa húmeda’. En esta delimitación en principio administrativa existe también un devenir histórico y territorial común que nos permite entenderlos como integrantes de una misma región. Para mayores detalles sobre esta temática se puede consultar el artículo de GUTIERREZ, Susana H. “Ocupación y conformación espacial del sur de Córdoba”, en: Cuadernos de Historia, nº 25. Córdoba, Junta Provincial de Historia de Córdoba, 1993. 22

Cfr.: DE IMAZ, José Luis. “Estructura social de una ciudad pampeana”, en Cuadernos de Sociología. La Plata, Instituto de Historia de la Filosofía y el Pensamiento Argentino de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de La Plata, 1964, pp. 65-67; GUTIERREZ, Susana H. “Tenencia, distribución y uso de las tierras en el departamento Río Cuarto entre 1870-1914”, en Actas de las Jornadas de Historia de Córdoba, Córdoba, Junta Provincial de Historia, 1996. pp. 269-27 y VALENZUELA, María Cristina y SOSA, Elina. “Incidencia del proceso histórico de ocupación del espacio del sur cordobés en la emergencia de problemas ambientales”, en Quarto Río. no 5, Río Cuarto, Junta Municipal de Historia de Río Cuarto, 2002, p. 34. 23

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sistemas productivos anteriores se les adiciona uno nuevo, centrado en la producción de la oleaginosa. La comparación de los Censos Nacionales Agropecuarios de 1988 y 2002 indica que, a nivel nacional, la superficie sembrada con soja pasó de 4.328.847 a 10.835.300 hectáreas24. En los espacios económicos de los departamentos analizados se opera una situación similar. Para el sur cordobés se observa un importante incremento del área sembrada con oleaginosas por sobre los cereales para grano y las forrajeras: se pasó de un 22,74% a un 49,03%, representando en la variación intercensal un aumento del 144,35%25. Puntualmente, si nos detenemos en el análisis del rubro de las oleaginosas ya el Censo Nacional Agropecuario de 1988 registraba un marcado predominio de la soja, ocupando un 47,6% de la superficie total del sur cordobés que implicaba alrededor de 230.000 hectáreas. La situación descripta se profundiza en 2002 tal como lo muestra el registro censal de ese año. La soja continuaba liderando el grupo de las oleaginosas pero ahora ocupaba 813.568,6 hectáreas que representaban casi un 70% de la superficie total implantada con oleaginosas de la región26. En tanto que en el caso del departamento San Justo dicha situación es aún más pronunciada: en 1988 las oleaginosas ocupan casi un espacio marginal, 48.665,2 hectáreas, el 5,68% de la superficie implantada, siendo las forrajeras las que tenían mayor representación, cerca del 41%, seguidas por los cereales para granos que comprendían un 13,71%. Para 2002 la situación es radicalmente distinta: las oleaginosas y los cereales para grano son ahora los que ocupan la mayor proporción de la superficie implantada del departamento, representando el 27,33% las primeras y el 21,36% los segundos, lo que en hectáreas implicó un incremento de 252.680,08 para las oleaginosas, dentro de las cuales la soja ocupaba 300.636 hectáreas. En la comparación de los censos esto implica una variación del 519,22%. Estos índices muestran un desplazamiento en el uso de la tierra de la ganadería por la agricultura, especialmente por la soja y en menor medida por otros cultivos. A pesar de lo significativo del crecimiento en el área agrícola, este no estuvo acompañado de una caída equivalente en el stock ganadero en ambos departamentos27. En el caso del 24

Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC). Censos Nacionales Agropecuarios de 1988 y 2002.

25

INDEC. Censos Nacionales Agropecuarios de 1988 y 2002.

Esta registraba un crecimiento del 256% para la superficie implantada, en tanto que a nivel provincial ese incremento representaba un 145% y en el departamento de Río Cuarto llegaba en la diferencia intercensal a 349%. No obstante, fue el departamento Roque Sáenz Peña el que presentaba el mayor incremento con un 592%. Cfr.: INDEC. Censos Nacionales Agropecuarios de 1988 y 2002. 26

Un análisis detallado de este proceso puede encontrarse en GALLACHER, Marcos. “Cambios en la asignación de recursos entre agricultura y ganadería”, en RECA, Lucio et al (comps.). El crecimiento de la agricultura argentina. Medio siglo de logros y desafíos. Buenos Aires, Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires, 2010. El análisis de estos procesos implica tener presente los profundos cambios estructurales que a partir de la década de 1990 se registraron en casi la totalidad de las actividades agropecuarias, dando paso a formas más capital intensivas de producir. Por ejemplo, en el caso de la ganadería se destaca el feedlot, que se constituyó como una práctica alternativa para resolver distintos aspectos de los sistemas pastoriles, tales como adaptar la demanda a la estacionalidad de la oferta de forraje, finalizar el engorde de los animales producidos a campo o aprovechar oportunidades de negocios. A pesar de esto, en el área económica del departamento de Río Cuarto no parece ser una técnica muy extendida para el año 2002, puesto que solo un 1,77%, es decir 16.321 de las 921.604 cabezas de ganado invernaban en feedlots. Algo similar ocurría en el departamento de San Justo donde 0,89% del 1.071.219 de cabezas de ganado recurrían al engorde a corral. Cfr.: INDEC. Censos Nacionales Agropecuarios de 1988 y 2002. 27

400

Anuario de Historia Regional y de las Fronteras Nº 19 - 2

departamento de Río Cuarto, que contaba con 1.184.899 cabezas de ganado bovino distribuidas en 3.974 explotaciones agropecuarias en 1988 se operó una reducción del 39,08% en las explotaciones dedicadas a la actividad pecuaria y del 22,22% en las cabezas de ganado, pasando a estar conformado el stock ganadero en 2002 por 921.604 cabezas distribuidas en 2.421 explotaciones. Una situación diametralmente distinta se registraba en el departamento San Justo, donde se observa una consolidación del complejo pecuario y lácteo combinado con una disminución de unidades productivas. En 1988 dicho departamento contaba con 1.011.948 cabezas de ganado de las cuales 323.412 eran de razas lecheras. Para 2002 el registro censal da cuenta de un aumento llegando a 1.071.219 y 565.887, respectivamente. Esto representa un incremento del 5,86% en el rubro de los bovinos y del 74,97% en los planteles de las razas lecheras. La comparación intercensal sí revela una importante disminución en las explotaciones dedicadas a la actividad pecuaria en general y la tambera en particular. En 1988 la actividad pecuaria se distribuía en 3.904 explotaciones agropecuarias y la tambera en 1.664 para 2002 se opera una disminución del 38,35% en las primeras y del 39,71% en las segundas28. Sobre la base de lo anterior, es preciso detenerse en la cuestión de la escala en las microrregiones estudiadas, puesto que es lo que nos posibilita observar el pasaje a un esquema más capital intensivo. Cabe advertir que desde la segunda mitad del siglo XX, puede percibirse un fenómeno de paulatino incremento de la escala promedio de las explotaciones agropecuarias. No obstante, es en el período analizado donde dicho proceso adquiere mayor relevancia. De esta forma, en el departamento San Justo las explotaciones pasaron de un tamaño promedio de 302,3 a 416,4 hectáreas, lo que implicó un incremento del 37,7%. En los departamentos que componen el sur cordobés los aumentos fueron similares, allí las explotaciones pasaron de 482,8 hectáreas en 1988 a un promedio de 635,5 hectáreas en 2002, incrementándose en un 31,6%29. En definitiva, esos guarismos implican la vigencia de nuevas escalas productivas para la viabilidad de las explotaciones agropecuarias, las que alteraron profundamente tanto las relaciones sociales como las lógicas productivas históricamente arraigadas en los territorios. En relación con la reproducción de las empresas agropecuarias resulta esclarecedor el trabajo de Miguel Peretti que, al comparar el desempeño de las mismas en el período 1982-1988 con 1992-1998, muestra cómo, a pesar de cierta racionalización en la producción, sin variar el tamaño de la explotación no alcanzaban a sostener el ingreso real en el período de la convertibilidad. Esta situación, por ejemplo, llevó a que los productores incrementaran la superficie a través del alquiler de tierras, aumentando la productividad de los factores fijos y utilizando como principal herramienta la incorporación de sofisticadas tecnologías, entre las que se

28

INDEC. Censos Nacionales Agropecuarios de 1988 y 2002.

Estos índices revisten analogía con lo que sucedía en una escala nacional, donde la superficie promedio de las explotaciones en 1988 era de 300,4 hectáreas y para 2002 se incrementó a 401,4 hectáreas. Cfr.: INDEC. Censos Nacionales Agropecuarios de 1988 y 2002. 29

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Agricultura empresarial, estrategias productivas e institucionales en Córdoba, Argentina...

destacaba la siembra directa30. Es decir, estas estrategias expansivas –sumadas a otras cuestiones, como las consecuencias de las políticas económicas– implicaron un doble movimiento: por un lado, quienes lograron adaptarse a las nuevas normas del mercado y pudieron recuperar el capital necesario para la inversión en nuevas tecnologías y, por otro lado, quienes no lograron permanecer en la producción31. Aquí nos interesa marcar cómo mediaron en la constitución de un nuevo empresariado rural las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación así como las innovaciones relativas al área de la biotecnología aplicada a la producción agropecuaria, dando lugar a esquemas de producción más flexibles que se tradujeron no solo en cambios materiales sino también en profundas alteraciones simbólicas en los anclajes de los sujetos agrarios. Lo que nos interesa rescatar es que detrás de la intensificación del uso de capital subyace una nueva forma de operar dentro y fuera de la unidad productiva que algunos autores han catalogado como una práctica de tipo empresarial que agrega más complejidad y que trasvasa lo meramente agronómico32.

Recomposición empresaria y agricultura familiar en la cuenca lechera cordobesa-santafesina Como lo enunciamos anteriormente, las transformaciones productivas de fines del siglo XX dieron paso a nuevas formas de operar en el proceso productivo que implicaron ciertos desplazamientos en los perfiles socio-productivos de los productores agropecuarios. En los apartados que siguen detallaremos algunas de las estrategias socio-productivas y las modalidades que asumió la gestión y administración de las unidades productivas de un conjunto de familias productoras que evidencian ciertos corrimientos hacia perfiles más capitalizados que nos indican la configuración de PERETTI, Miguel. “Competitividad de la empresa agropecuaria argentina en la década de los ‘90”, en XXIX Reunión Anual de la Asociación Argentina de Economía Agraria, Buenos Aires, AAEA-Universidad Nacional de La Plata, 1998, pp. 14-17. La ‘siembra directa’ es aquella que se realiza sin labranza previa del suelo. Es decir que evita retirar los rastrojos de la cosecha anterior y permite sembrar directamente sobre ellos, por lo que exige controlar malezas con herbicidas antes de la siembra y también fertilizar debido a que la mineralización natural de los nutrientes del suelo es muy lenta, la misma puede realizarse de dos maneras: en líneas o al voleo. Cabe aclarar, además, que el empleo de esta técnica no es privativa del cultivo de soja sino que por el contrario puede ser utilizada para otros cultivos. Un derrotero de su difusión en Argentina puede encontrarse en: ALAPIN, Helena. Rastrojos y algo más. Historia de la siembra directa en Argentina. Buenos Aires, Teseo/Universidad de Belgrano, 2008. 30

En el caso de la provincia de Córdoba hubo una disminución del 36,05%, pasando de unas 40.061 explotaciones agropecuarias en 1988 a unas 25.620 explotaciones en 2002. En las microrregiones estudiadas se opera algo similar. Para el sur cordobés desaparecen 3.044 explotaciones agropecuarias mientras que para el departamento San Justo fueron 1.337 explotaciones agropecuarias, representando una disminución del 33% y del 32,37%. Estos resultados se ubican, significativamente, por encima del promedio nacional que llega a una disminución del 21,4%. Cfr.: INDEC. Censos Nacionales Agropecuarios de 1988 y 2002. 31

Entre otros podemos mencionar a PERETTI, Miguel. “La competitividad de la empresa agrícola”; MURMIS, Miguel. “Agro argentino: algunos problemas para su análisis”, en GIARRACCA, Norma y CLOQUELL, Silvia (comps.). Las agriculturas del Mercosur. El papel de los actores sociales. Buenos Aires, La Colmena, 1998; BARSKY, Osvaldo y GELMAN, Jorge. Historia del Agro argentino; CLOQUELL, Silvia. Familias Rurales; ALAPIN, Helena. Rastrojos y algo más; GRAS, Carla y HERNÁNDEZ, Valeria. “El fenómeno sojero”; HERNÁNDEZ, Valeria. “La ruralidad globalizada y el paradigma de los agronegocios en las pampas gringas”, en GRAS, Carla y HERNÁNDEZ, Valeria (coords.). La Argentina rural y GRAS, Carla. “Crisis y recomposición”. 32

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Anuario de Historia Regional y de las Fronteras Nº 19 - 2

‘empresas familiares’. A continuación sintetizamos las principales características de las familias entrevistadas. Tabla 1. Detalle socio-productivo de las familias entrevistadas. Tamaño de la Tenencia de explotación la tierra

Familia A

Familia B

Familia C

Familia D

500 has y alquilan tierras en Tucumán, Salta y Jujuy

1000 has

850 has

1000 has

Propietarios; Alquilan tierras para sembrar soja

Propietarios

Propias y alquiladas

Propietarios

Lugar de residencia

Composición de la familia

Características de las actividades productivas

Organización de actividades productivas

Campo

Agricultura: 50 % de la superficie dedicada a maíz y el 50 % restante a soja. También cultivan sorgo. Expansión (por la vía del arriendo) a Córdoba, Santiago del Estero y Chaco. 1 padre anciano; Acopio en silos propios 4 hijos casados Ganadería para producción (40 a 50 años); de carne y abastecimiento a nietos. Tucumán, Salta y Jujuy por transporte propio Ganadería de razas lecheras y tambo con tecnología de punta (máquinas autopropulsadas de picado fino y enrolladora) Son contratistas de maquinaria

Campo

Agricultura de trigo, maíz, soja y sorgos Contratan maquinaria para siembra, fumigación y 1 madre; 2 hijas cosecha (empresa Norte y casadas; 1 hijo Nolla e hijos). Contratan soltero fletes a la aceitera Gral Dehesa. Ganadería de razas lecheras y tambo.

Campo

El jefe de la explotación se encarga de la gestión pero Agricultura de soja y maíz. también trabaja directamente 2 hermanos transporte de cereales en la producción, lo mismo casados; hijos en Son contratistas de maquinaria hace su hermano; las esposas edad escolar. agrícola (Cosechadora, e hijos en edad escolar no pulverizadora). trabajan en el predio; la pareja de una hija mayor trabaja en el campo

Urbana (Marull)

Agricultura de soja y maíz. 3 hermanos Tambo de punta (equipo casados; hijos en refrigerante, inseminación edad escolar. artificial, etc) Ganadería de razas lecheras.

El padre gestiona la ganadería; el hijo contador encargado de administración y gestión; dos hijos ingenieros agrónomos gestionan actividades agrícolas, tambo, acopio y alquiler de maquinaria; una hija mujer no trabaja en la explotación.

La madre, la hija y el yerno gestionan y llevan adelante el trabajo de la explotación; el hijo varón estudia en el pueblo; otra hija casada no trabaja en esta explotación.

El entrevistado se encarga de reproducción, nutrición y compra de agroquímicos; un hermano se dedica a la agricultura y al mantenimiento; otro hermano al manejo del tambo y la administración.

Fuente: elaboración propia sobre la base de entrevistas.

Estrategias socio-productivas de los familiares del departamento San Justo

empresarios

Las superficies de las explotaciones agropecuarias que operaban al momento de nuestro trabajo de campo no presentan una gran variabilidad, se ubican entre las 500 y 1000 hectáreas. No obstante, en la mayoría de los relatos se desprende que estas explotaciones familiares devenidas en empresas previamente se ubicaban 403

Agricultura empresarial, estrategias productivas e institucionales en Córdoba, Argentina...

en los estratos más altos de la agricultura familiar33. Esto les posibilitó reinvertir capital, mantener el ritmo de incorporación de nuevas tecnologías y diversificar los riesgos productivos. En este sentido, la compra de tierras fue una estrategia de cierta importancia en períodos anteriores para la capitalización de estas empresas, generalmente a cargo de la segunda generación de productores34. En la actualidad, es significativa la cantidad de tierras operadas en propiedad, la expansión por vía del arrendamiento no parece presentarse como una estrategia económica importante para estas empresas familiares. En los casos en los que sí se registra el arrendamiento, este representa alrededor del 50% de la cantidad de tierras trabajadas35. En uno de los casos la toma de tierras en arriendo aparece asociada al desplazamiento de la ganadería hacia regiones marginales dentro de la provincia o extra-pampeanas, privilegiando las tierras con mayor aptitud agrícola para el cultivo de soja36. Este mayor peso relativo de las tierras en propiedad en el total de superficie operada estaría indicando una racionalidad ‘conservadora’ que al no asumir riesgos empresarios denota que los imperativos del modelo de agronegocio en este aspecto todavía no son gravitantes para los productores entrevistados. Estos casos podrían indicar procesos en los que la capitalización se da sin expansión del arriendo sino por medio de una mayor racionalización o intensificación en el manejo productivo de la explotación37. La totalidad de los casos analizados presentan un patrón de diversificación productiva, con un predominio de las actividades asociadas a la agricultura, en especial de la soja. También algunas realizan ganadería para producción de carne y de razas lecheras. Las explotaciones que combinan estas actividades también son las que continúan con la explotación tambera de cierta importancia. La incorporación del cultivo de soja ha significado en la trayectoria de estas empresas familiares dos alternativas. En algunos casos pasó a ocupar el centro de la estrategia productiva desplazando a la actividad tambera, especialmente por la rentabilidad comparativa de las dos actividades y por la imposibilidad de aumentar la producción lechera y mantener el ritmo de incorporación de tecnología necesaria para ello. En este momento me dedico a la agricultura, soja, maíz. Antes hacíamos tambo pero se dejó porque era chico. Hoy por hoy para que den los números tiene que ser un tambo importante de muchos litros diarios y necesitamos mucha inversión. Tenemos otras actividades paralelas […]38.

Esta situación previa parece ser un elemento significativo en el devenir. Cfr.: GRAS, Carla. “La agricultura familiar en el agro” y GRAS, Carla. “Crisis y recomposición”. 33

En algunos de los relatos de los entrevistados muchos hacen referencia a sus orígenes colonos y manifiestan que las unidades familiares que poseían en ese entonces tenían una extensión aproximada de hasta 50 hectáreas. 34

35

Familias A y C.

36

Entrevista a productor de la Familia D.

Tempranamente la necesidad de explorar estas situaciones fue expuesta por MURMIS, Miguel. “Las agriculturas del Mercosur”, p. 222. A su vez, esto también señala que no se registra un ‘desplazamiento subjetivo’ en los términos de HERNÁNDEZ, Valeria. “La ruralidad globalizada”, p. 53 37

38

Familia C.

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Anuario de Historia Regional y de las Fronteras Nº 19 - 2

En otros casos, la producción de soja se sumó como actividad intensiva a la tambera, esto se dio principalmente en aquellas empresas familiares que presentan un perfil productivo mucho más diversificado y, por ende, se encuentran más cercanos al tipo ideal del ‘empresariado innovador’39. […] nosotros estamos abocados un poco más a la lechería que a la agricultura. Trabajamos más o menos unas mil hectáreas acá entre Marull y La Para. Le dedicamos unas 300 has a la lechería y las otras 700 a agricultura: soja y maíz […]40.

Lo anterior nos lleva a evaluar otro de los aspectos que caracterizaron las nuevas formas de producción, la incorporación de tecnología. Entre los productores entrevistados, todos han implementado desde mediados de la década de 1990, la técnica de siembra directa. Las evaluaciones que realizan los entrevistados respecto de la aplicación de esta técnica son positivas, poniendo el acento en las ‘virtudes’ que la misma tiene para la conservación del suelo, el ahorro de mano de obra y el acortamiento de los tiempos de laboreo. […] El cambio más importante es la siembra directa. Cuando surgió la siembra directa fue difícil de aceptarlo porque decíamos cómo vamos a sembrar sin mover la tierra. Nos fuimos adaptando y hoy por hoy el 100 % es siembra directa […]41.

Al mismo tiempo, la incorporación de diversas maquinarias (cosechadoras, pulverizadoras, etc.) ha posibilitado a muchas de estas unidades productivas el ofrecimiento de servicios a terceros, lo que delineó otra estrategia de expansión. Así, algunos de los entrevistados manifiestan que a las actividades productivas le han adicionado la de prestación de servicios de maquinaria, acopio o transporte de ganado y cereales. […] Tenemos una empresa de transporte de cereales. Y ahora incluimos una pulverizadora porque hacemos servicios afuera. Brindamos servicios a terceros, a vecinos: transporte de cereales, pulverización, siembra. Todo tipo de cultivo. Incluso tenemos cosechadora propia. Hacemos servicio de cosecha. La maquinaria la hemos adquirido con el paso del tiempo. Siempre es una ayudita porque es dinero extra […] Se fue progresando al adquirir maquinaria más nueva, más moderna. Tenemos una cosechadora mediana y nos sobra el tiempo de uso, entonces el tiempo que nos sobra lo utilizamos para hacer servicios a terceros, lo mismo con la pulverizadora. Están sobredimensionadas para el uso nuestro. El tema de los camiones igual […] Los servicios son cada vez más importantes en el tema agrícola porque en realidad son muchos productores que están en la zona pero no tienen la maquinaria que realmente necesitan42. 39

Cfr.: HERNÁNDEZ, Valeria. “La ruralidad globalizada”.

40

Familia D.

41

Familia C.

42

Entrevista a unos de los jefes de la Familia C.

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Agricultura empresarial, estrategias productivas e institucionales en Córdoba, Argentina...

En los casos relevados no aparece como alternativa productiva la externalización de las tareas de agrícolas. Al contrario, en este umbral de explotaciones, especialmente las que rondan las 1000 hectáreas, es frecuente que asuman dichas labores con maquinarias de su propiedad. Otro rubro donde es importante la incorporación de tecnología de punta como estrategia de capitalización es en el tambo. A esto se le suma la implementaron diversas técnicas tendientes a mejorar los planteles de animales como por ejemplo engorde a corral, inseminación artificial y el tacto rectal. […] Es un tambo que está mecanizado. Tiene la máquina que extrae la leche que es de punta. La leche se refrigera. Antes de la hora del ordeño ya está refrigerada. Nosotros hacemos inseminación artificial, acorde al rodeo. Los técnicos vienen y te aconsejan usar determinada genética para mejorar, por ejemplo ubre, patas, proteína. Los genetistas te aconsejan los toros acordes a usar en el rodeo nuestro. No todos los rodeos tienen los mismos defectos y las mismas virtudes. El control de lo que está bien o está mal en parte lo hacemos nosotros por estar hace 30 años pero a su vez, la gente que vende el semen tiene especialistas que vienen, te ven la vaca y te dicen vos tenés que usar este toro porque te va a mejorar. Ellos te aconsejan porque son especialistas en eso43.

Modalidades de gestión y administración de las ‘empresas familiares’ en el departamento San Justo Las transformaciones anteriormente detalladas, en particular la incorporación de nuevas tecnologías y la complejidad e intensidad que asumen las diferentes actividades productivas, también han determinado cambios en las formas de gestionar y organizar dichas tareas al interior de las unidades productivas. Esto implicó –junto a algunos cambios culturales en los modos de vida rural–44 una creciente centralidad de la mediación del conocimiento en el proceso productivo y un vuelco paulatino de los productores hacia las tareas de administración del ‘negocio’ familiar en detrimento del trabajo directo en la explotación. Esta cuestión se presenta operativa para discriminar las ‘empresas familiares’ de aquellas que no lo son, aunque se registran matices en el funcionamiento interno de las mismas. Así, por ejemplo uno de los entrevistados da cuenta de un tipo de gestión fuertemente profesionalizada en la que las actividades de transporte de cereales y contratismo de maquinaria no han traído como consecuencia un abandono del involucramiento directo en la producción por parte de los jefes de la explotación. [...] Con mi hermano tenemos formada la sociedad de hecho. Vivimos en el campo. Tenemos dos empleados para la producción, pero seguimos trabajando nosotros. A la vez tenemos dos personas para que manejen los camiones. La 43

Entrevista a empresario lácteo de la Familia D.

Por ejemplo el cambio del lugar de residencia, el menor involucramiento de las mujeres en las tareas rurales y la necesidad de escolarizar a los hijos fueron algunos de los procesos que incidieron en el ‘aburguesamiento’ de los sectores chacareros. Cfr.: BALSA, Javier. El desvanecimiento del mundo chacareo.

44

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Anuario de Historia Regional y de las Fronteras Nº 19 - 2 actividad estamos trabajándola, manejándola y administrándola nosotros […] A mí me toca la parte administrativa pero mi hermano anda todo el día arriba del tractor, la cosechadora y yo también. La administración no me demanda todo el día y me encanta estar arriba de los tractores. Un personal que tenemos nosotros está todo el día en el tractor, el otro es de apoyo a la actividad que hacemos nosotros. Hoy por hoy con los tractores que tenemos con aire acondicionado, es cómodo estar arriba del tractor. Entonces nosotros manejamos el tractor y el empleado que se encargue de levantar la semilla. La parte más rústica […]45.

La permanencia de los productores en las actividades de la explotación parece estar asociada a una cuestión identitaria, de apego a las actividades del ‘campo’.46 En cambio, en otro de los casos abordados la división de los diferentes dominios en la gestión de una explotación agropecuaria (agricultura/mantenimiento/manejo del tambo/gestión administrativa) está claramente demarcada, según áreas. En este caso no solo se han determinado responsabilidades en las funciones a cumplir por cada empresario, sino incluso en los roles de los profesionales contratados y en qué dueño se ocupa de contactarse con cada profesional.47 […] Tenemos 20 obreros trabajando. Nosotros solo hacemos administración y gestión, pero la tarea física está a cargo de operarios de cada área […] Hay asalariados y a porcentaje. Algunos profesionales están fijos. Otros están ligados a un porcentaje de la producción. El hecho de tener profesionales fijos hace a una división de tareas muy marcada. En una empresa más chica puede ser que uno haga un mes una cosa, otro, otra. En cambio acá, los roles empresariales están bien marcados. Saben a qué vienen y qué tienen que hacer. Por ejemplo, el ‘reproductor’ viene una vez por semana y viene a hacer reproducción. Aparte viene otra vez por semana a hacer nutrición. Algún día se pueden hacer las dos tareas pero está bien dividido lo que es la nutrición y la reproducción. Nosotros los tres hermanos tenemos asignado quien atiende a uno y quien atiende a otro, sino se presta mucho para confusiones. Cada uno está especializado en determinados temas48.

El tipo de gestión vinculada a los cambios recientes en biotecnología implica una programación previa del proceso de trabajo y no tan solo esto, sino también un seguimiento permanente de las diferentes tareas que comprende. Otro aspecto que se ve complejizado a partir de la vigencia del actual patrón socio-productivo son las tareas relacionadas con la gestión administrativa (en parte debido al mayor control estatal). Esta cuestión trajo aparejada como consecuencia que la administración ocupe un lugar más importante en la agenda de actividades y requiera mayor atención. Así lo manifiesta uno de los entrevistados: “Las tareas de gestión son más complicadas. Está lo del AFIP. Todo lo que es administración. La gestión lleva más tiempo. Hay más control en todo lo que es administrativo”49. 45

Entrevista a productor familiar de la Familia C.

46

MUZLERA, José. Chacareros del siglo XXI.

47

GRAS, Carla. “La agricultura familiar en el agro”, p. 30

48

Entrevista a productor familiar de la Familia D.

49

Entrevista a productor de la Familia C.

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Agricultura empresarial, estrategias productivas e institucionales en Córdoba, Argentina...

Dentro de la nueva dinámica que señaláramos más arriba entre empresa y familia, ocupa un lugar relevante el papel de las nuevas generaciones de productores. En este sentido, la presencia y el perfil de estos noveles productores remiten a experiencias de socialización y procesos de individualización externos al marco de la explotación agropecuaria. En muchos casos accedieron a círculos expertos (universidades, posgrados y diferentes capacitaciones técnicas) que les posibilitaron adicionar a la socialización laboral un conjunto de conocimientos técnico-productivos para lograr un manejo racional y eficiente del capital familiar50. También es preciso señalar que la disociación entre explotación familiar y ‘empresa familiar’ cobra particular relevancia con la participación de estas nuevas generaciones dentro de la ‘empresa familiar’. La separación entre la propiedad familiar y la gestión de la explotación: esto es, se reconoce el carácter del patrimonio familiar de la explotación, pero ello no implica que todos los miembros deban relacionarse con dicho patrimonio a partir del trabajo. Esto conlleva la necesidad de resolver ciertos problemas jurídicos, especialmente al momento de la herencia, para asegurar la continuidad (e integridad) de la empresa familiar51. Mis hijos son todos profesionales. Salvo en el caso de mi hija que es médica pediatra, los tres hijos restantes son profesionales que han elegido desarrollar sus actividades profesionales en la empresa familiar porque vieron capacidades y posibilidades de crecimiento más interesantes en la familia que afuera: un es contador y dos son ingenieros agrónomos. Un hijo está a cargo de la lechería y una porción de agricultura, otro a cargo de la maquinaria, reparaciones. Juan Manuel, el contador se dedica a la parte administrativa (‘el papeleo’) y al acopio y yo a la ganadería. Hace un año que estamos discutiendo cómo van a realizar el traspaso ordenado de los bienes, porque actualmente nos manejamos financieramente con un fondo común. El entrevistado argumentó que los hijos profesionales optaron por trabajar en el campo del padre y no dedicarse a una actividad urbana […]52.

Entonces, como pudimos observar, la preocupación por la gestión constituye una característica gravitante en la constitución del nuevo perfil de los empresarios familiares. Al mismo tiempo, dentro de esa dimensión, la incorporación de técnicos y profesionales, portadores de los ‘saberes expertos’ que privilegia el paradigma del agronegocio, es igualmente relevante.53 Algunos de los empresarios familiares que hemos entrevistado, además del aporte de las nuevas generaciones profesionales, han incorporado el asesoramiento permanente de profesionales: “[…] Tenemos contratado a un veterinario que se encarga de la nutrición, un clínico que se encarga de la parte clínica de las vacas, un ingeniero agrónomo y un contador que se encarga de lo

50

GRAS, Carla. “La agricultura familiar en el agro”, p. 30.

GRAS, Carla. “Crisis y recomposición”, p. 60. En relación con ciertos mecanismos que operan en el traspaso de la titularidad de la explotación cuando la heredera es una mujer y con las tensiones registradas entre prácticas jurídicas y consuetudinarias implicadas en la herencia en los agricultores familiares argentinos sugerimos la lectura del trabajo de MUZLERA, José. Chacareros del siglo XXI. 51

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Entrevista a productores de la Familia A.

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HERNÁNDEZ, Valeria. “La ruralidad globalizada”.

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Anuario de Historia Regional y de las Fronteras Nº 19 - 2

financiero […]54. A pesar de esta preocupación por el conocimiento y los adelantos técnicos en las estrategias de los empresarios familiares entrevistados no parece ocupar un lugar preponderante la participación en asociaciones no reivindicativas o en programas de organismos estatales como el INTA, solo uno de los entrevistados manifiesta formar parte de un grupo de productores pero la finalidad del mismo es mejorar las condiciones de comercialización de sus productos55.

Cambios de perfiles y estrategias de una asociación de productores pecuarios del sur de Córdoba A similitud de lo que aconteció con los sectores ligados a la agricultura familiar, el nuevo modelo agrario también trajo aparejados cambios en la dinámica y estructura de representación de intereses del sector agropecuario que tensionaron los roles y funciones que históricamente habían asumido las asociaciones gremiales de productores. En este apartado nos concentraremos en describir los cambios operados en los perfiles institucionales de una asociación gremial del sur de Córdoba. Nos concentraremos en la dimensión interna de los mismos, observando tanto los discursos a partir de los cuales la dirigencia interpela a sus bases como el modelo organizativo de la entidad que reflejan transformaciones asociadas a la vigencia del agronegocio. Ahora bien, estructurada a partir de las políticas económicas de la década de 1930, la SRRC constituía la expresión gremial de los intereses ganaderos de la vasta región del sur de Córdoba56. Sus principales reivindicaciones se centraban en el cuestionamiento tanto del sistema tributario, particularmente del impuesto inmobiliario a nivel provincial y de las retenciones a las exportaciones en el ámbito nacional como la intervención del Estado en el campo de la economía. Asimismo, entre sus principales representaciones –compartidas por todo el sector agropecuario– se encontraban la centralidad del agro en el desarrollo de la economía nacional y la discriminación de

54

Entrevista a productores de la Familia A.

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Productor de la Familia D.

Nacida en 1938, como efecto del accionar de la Agrupación de Accionistas Ley 11.747. Región Sud de Córdoba, la que entendía que había agotado los fines para los cuales había sido constituida y, por ende, era necesario profundizar la agremiación en otra entidad. La SRRC nucleaba a medianos y grandes productores, especialmente dedicados a la producción agrícola mixta, con un marcado predominio de la ganadera así como actividades vinculadas a la genética animal en cabañas. En cuanto al perfil social de sus asociados, la institución agrupaba mayoritariamente a profesionales (especialmente abogados, ingenieros agrónomos y médicos veterinarios), que poseían cierta diversificación de sus actividades (en muchos casos asociadas con la venta de servicios y productos agrícolas) y estaban ligados al poder político, especialmente el provincial y nacional. A inicio de la década de 1940 propició la creación de la Confederación Rural de la Tercera Zona (CARTEZ) como estrategia de los dirigentes gremiales de la SRRC para fortalecer la agremiación de los intereses agrarios de la región y, por ende, el traslado de sus reclamos al Estado. Esta entidad de segundo grado, adherida posteriormente a Confederaciones Rurales Argentinas, agrupaba (y agrupa) a sociedades rurales locales de diferentes ciudades de las provincias de Córdoba, San Luis, Mendoza, San Juan y La Rioja. Cfr.: CARINI, Gabriel. “Intereses agrarios y mediación corporativa en el sur cordobés. El discurso de la dirigencia agraria ante la nueva política peronista”, en ESCUDERO, Eduardo y CAMAÑO, Rebeca (comps.). Río Cuarto en tiempos del primer peronismo. Aproximaciones desde la Historia. Córdoba, Ferreyra, 2011. 56

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este frente a otros sectores productivos, en especial la industria57. Estas demandas y el discurso consecuente a ellas la acercaban a una formación discursiva de tipo liberal-conservador que se caracterizaba por poner énfasis en la cuestión del derecho inalienable a la propiedad de la tierra, la libertad de mercados y un discurso tendiente a des-subjetivar el espacio rural, al referirse a los diferentes actores del sector como ‘el campo’ y a sus bases sociales como ‘productores’58. Las transformaciones operadas en la década de 1990 que más arriba detallamos introdujeron en la configuración del discurso histórico de la entidad analizada nuevos tópicos de tipo ‘tecnologizante’ que sin alterar su matriz discursiva liberalconservadora, representaron una nueva forma de interpelar a su base social. Los nuevos elementos discursivos ponían el acento en la adopción de la tecnología, la necesidad de asumir una mentalidad empresarial, centrada en el conocimiento que relativizaba la dotación de recursos clásicos59. Tempranamente la dirigencia de la SRRC apeló a estos componentes para señalar la necesidad de introducir cambios en los roles y funciones de la entidad. […] se ha iniciado un gran cambio en el mundo […] Debido a estos cambios tenemos que recoger una información muy fidedigna y estudiar profundamente los cambios que se están registrando de manera de poder orientar al productor, no solo en una confrontación o en un período de defensa del sector. La defensa del sector tiene que ser mejorar su economía, mejorar sus condiciones de trabajo y ver cómo podemos acomodar la tecnología que no llega al productor precisamente por la crisis económica y estudiar las variantes que podemos tomar para mejorar la producción en el marco económico en el cual está el país.”60

Estos discursos esgrimidos por la dirigencia de la entidad se orientaban a cimentar y consolidar prácticas de corte empresarial asociadas al nuevo modelo agrario y que tenían como principales referentes a las entidades no reivindicativas. Se presentaba así la necesidad de construir un discurso orientado a presentar una suerte de aggiornamiento de la SRRC en consonancia con la nueva institucionalidad a los fines de evitar la erosión de su base social. En esa dirección, la entidad utilizaría un espacio editorial en el suplemento agropecuario del diario Puntal para “[…] brindar, a sus asociados y productores en general, una gama de servicios, que tienen que ver con su desenvolvimiento empresario y con su necesaria permanente actualización61. Estas temáticas fueron previamente abordadas en: CARINI, Gabriel y OLIVERA, Gabriela. “Derechos, peticiones e intereses en un entramado regional: las asociaciones rurales del sur de Córdoba durante la década de 1990”, en SOUZA COELHO, Agripino et al (eds.). Acción colectiva y territorialidad. Dinámicas y prácticas en América Latina contemporánea. Editorial da Universidade do Estado da Bahía (EUNEB), San Salvador Bahía, Brasil, 2013. [En prensa] 57

BALSA, Javier. “Las disputas hegemónicas”, pp. 150-153. Cabe advertir que el autor retoma la categoría propuesta por LATTUADA, Mario. Política agraria del liberalismo-conservador (1946-1985). Buenos Aires, CEAL, 1987. 58

59

BALSA, Javier. “Las disputas hegemónicas”, pp. 153-154.

60

Archivo Histórico Municipal de Río Cuarto (AHMRC), Hemeroteca (H), Puntal, 7/11/90.

61

AHMRC, H, Suplemento Agropecuario Puntal, 1/07/94.

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En las diversas editoriales la SRRC se ocuparía de difundir tanto entre sus asociados como entre los lectores del suplemento agropecuario las nuevas coordenadas implicadas en el agronegocio, construyendo –en esa operación– una nueva imagen del ‘oficio’ de productor agropecuario. De forma casi invariable a lo largo del período estudiado desde las editoriales de la entidad se enunciaban los cambios en el sistema agroalimentario mundial y se propiciaba la ‘adaptación’ a los ‘nuevos tiempos’. Ese discurso conllevaba una ruptura en la forma de concebir la actividad agropecuaria, la que de pasar a estar centrada en cuestiones meramente agronómicas a partir de este momento se entendía que la misma no podía prescindir del conocimiento de los mercados, del conocimiento y de los adelantos técnicos. Esta Sociedad Rural viene sugiriendo estar preparados para hacer frente a las imposiciones de este tiempo de vertiginosos cambios y –dentro de sus posibilidades– acompaña estos esfuerzos de sus asociados y productores en general, mediante la realización de cursos, charlas, seminarios y reuniones diversas, a través de los cuales se informa adecuadamente sobre sistemas asociativos –horizontales y verticales– que no hacen mella a la necesaria individualidad de las empresas, pero que las posiciona mejor para esta dura competencia. Nuestras cámaras (de ganadería, de agricultura, de producción porcina, de apicultura, de producción de ovinos, de formación educativa, etc.) vienen también trabajando en igual sentido. […] Ustedes bien saben –como empresarios que son– que para cualquier emprendimiento, hacen falta recursos económicos (los humanos los tenemos). Hasta ahora nos estamos desenvolviendo bien y sobre esta base es que deseamos brindar buenos servicios. Uno de las más importantes, en esta hora de decisiones, es la formación, la información, la actualización, la capacitación. Tenemos las mejores intenciones para hacer los aportes necesarios ¡Esperamos su visita y su participación!62.

Esa línea discursiva se acentuaba al avanzar el período de estudio, marcando la necesidad de transformar las unidades productivas en ‘empresas innovadoras’. En ese tránsito se debía producir un cambio de ‘estructura’ cuyo eje estaba dado por la adopción de tecnología. Esto era un elemento central que permitía transcender las fronteras de las explotaciones y orbitar –en términos de Hernández– en el mundo global63. Ya nadie puede estar ajeno a la profunda transformación que viene dándose en los sistemas agroalimentarios. Este deviene, indudablemente, como consecuencia de la creciente globalización de las economías mundiales, modificando las estructuras productivas, industriales y fundamentalmente comerciales de todos los países, que ya no admiten posicionamientos que pretendan asimilarse o no involucrarse en estos cambios. […] Las empresas rurales se ven obligadas a producir cada días más, para lo que deben adecuar sus estructuras, actualizándolas y preparándolas para esa mayor producción. Ello significa también la necesidad de acceder a la moderna tecnología e implica necesariamente una mayor capitalización. Pero ésta debe ser racional, ordenada y oportuna, de acuerdo con la propia envergadura de cada empresa. No siempre esa tecnología implica grandes inversiones, pero sí alcanzar una 62

AHMRC, H, Suplemento Agropecuario Puntal, 7/09/96.

63

HERNÁNDEZ, Valeria. “La ruralidad globalizada”, p. 47.

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Agricultura empresarial, estrategias productivas e institucionales en Córdoba, Argentina... estructura adecuada, que permita los cambios que deben darse en el andamiaje de la empresa, preparándola para acometer el desafío de nuestros tiempos64.

A pesar de considerar a la tecnología como insumo determinante en el proceso de cambio de ‘estructuras’, se mostraban continuos reparos al momento de planificar su incorporación, planteado un posicionamiento conservador en este aspecto. […] ¡Cuánta cosa buena que hay para mejorar nuestra producción agropecuaria…! Empero, debemos ser cautelosos a la hora de tomar decisiones. Los productores ya lo saben, pero siempre es oportuno formular alguna prevención o reflexión: […] Esa tecnología, adaptada a nuestras reales posibilidades, podrá ser asimilada paulatinamente, como sucede con todos los adelantos. En cuanto a la maquinaria agrícola, también hay que contemplar su eventual adecuación al dimensionamiento de nuestros campos y nuestras necesidades. Claro que, al margen de estos recaudos, es muy bueno saber que Argentina ya se encuentra en un lugar privilegiado en cuanto a esta moderna tecnología. En cuanto a la realidad insoslayable de nuestras propias empresas rurales, iremos avanzando a paso firme65.

Más énfasis se colocaba en promover una complementación de los factores productivos con los relativos a la gestión empresarial, lo que da cuenta de los desplazamientos que se operaron en las formas de concebir la actividad agropecuaria. Asimismo, se puede observar otro desplazamiento al momento de la interpelación de los asociados: el tradicional ‘productores’ convivía ahora sin contradicción con los ‘empresarios’. Esta verdadera revolución, se da no solamente en los sistemas productivos. Esto se continúa, tiene una natural correlación, en el desenvolvimiento empresario. El saber comprar y el saber vender son elementos fundamentales de este accionar empresario. Los mercados ofrecen opciones, que es necesario conocer y utilizar inteligentemente. Para ello, muchas veces hace falta también una buena y oportuna asesoría. Y aquí cabe, precisamente, otro de los servicios de nuestra Sociedad Rural. Por eso lo invitamos ¡Acérquese a nuestra sede [...] Haga uso de su derecho como asociado. Estamos a su disposición!66.

Si bien Los discursos desplegados en la columna institucional de la SRRC contribuyeron a fijar ciertas legitimidades sobre las nuevas prácticas consideras ‘adecuadas’ para mejorar la gestión (y el rendimiento) de las unidades productivas, la casi constante apelación a ‘acercarse’ y ‘participar’ del espacio institucional nos hace pensar que es más un recurso empleado por la dirigencia agraria para retener a su base social y tratar de aumentarla al presentarse como portadora de ciertos saberes que se encontraban en sintonía con el que poseían otras entidades (las de tipo no reivindicativo) y que se proyectaban centrales en el nuevo modelo agrario.

64

AHMRC, H, Suplemento Agropecuario Puntal, 24/07/98.

65

AHMRC, H, Suplemento Agropecuario Puntal, 21/03/97.

66

AHMRC, H, Suplemento Agropecuario Puntal, 24/07/98.

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De la representación a los servicios: cambios en el modelo organizativo de la SRRC Como lo señalamos en el punto anterior, la dirigencia de la SRRC empleaba una estrategia discursiva de interpelación de sus bases sociales tendiente a poner de relieve la necesidad de procurar un manejo más ‘empresario’ de las explotaciones agropecuarias que sin implicar un abandono de la anterior matriz discursiva, procuraba ser un intento de adecuación a la nueva realidad socio-productiva. Esta estrategia también se plasmó en el modelo organizativo de la entidad, re-significando algunos componentes de su anterior perfil institucional. De esta forma, la SRRC, en tanto entidad gremial, tradicionalmente había asumido como principal función la defensa de los intereses de sus bases sociales, destacándose las diferentes gestiones impulsadas para la reducción del impuesto inmobiliario y otras tasas que gravaban la actividad agropecuaria como así también la estructuración de medidas de fuerza –generalmente– planteadas con similares objetivos. Además, la entidad se encargaba de la provisión de las guías ganaderas y de la eventual realización de los trámites para acceder a los beneficios impositivos dispuestos en casos de emergencia agropecuaria provincial67. En ese diagrama institucional ocupaba un lugar marginal la organización de charlas vinculadas a las perspectivas económicas de los mercados y que estaban a cargo de profesionales de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Río Cuarto o del Centro Profesional de Ciencias Económicas de la ciudad68. A partir de los primeros años de la década de 1990 la SRRC inició un proceso de transformación de sus perfiles institucionales al otorgarle una mayor centralidad a actividades antes secundarias que –sin desplazarla– actuaron como complemento de su tradicional función de defensa gremial. Esta estrategia asumió dos modalidades: por un lado, la multiplicación de charlas, conferencias y capacitaciones referidas a las nuevas competencias exigidas por el agronegocio, que tenían como marco principal las ferias organizadas por la entidad, aunque no exclusivamente. Por otro lado, la oferta de servicios en particular aquellos vinculados con la sanidad animal. Entre las temáticas que adquirieron centralidad en la primera modalidad podemos sistematizar tres grupos. Una, que transita por las problemáticas que se abordaban en el período inmediatamente anterior al que aquí analizamos y que se vinculaba con las tendencias de los mercados internacionales69. A esto se le sumaban cuestiones relativas a las características, nuevas herramientas y a diversas formas asociativas para facilitar la comercialización de los productos ganaderos y granarios, entre los que se destacaban las posibilidades de acceder a porcentajes dispuestos por la Cuota Hilton. Un segundo grupo de acciones contemplaba el tratamiento de la 67

Cfr.: AHMRC, H, Puntal 9/04/88; 17/12/88; 22/12/89; 11/07/91.

Ver por ejemplo las actividades desarrolladas en el marco de las ediciones de 1996, 1997, 1998 y 1999. Cfr.: AHMRC, H, Puntal 11/09/96; 14/09/97; 7/09/98; 12/09/99. 68

A modo de ejemplo se puede consultar: AHMRC, H, Puntal 1/11/91; 17/06/92; 9/07/92; 14/07/92; 14/10/92; 21/04/93; 6/09/94; 15/04/95; 16/04/95; 20/04/96; 7/09/96; 18/04/97; 11/07/97. A esto se le deben sumar las charlas dadas en el marco de la feria anual de invierno organizada por la entidad. 69

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adecuación jurídica a las nuevas realidades así como las novedades impositivas tanto provinciales como nacionales70. Finalmente, el tercer grupo de actividades se abocaba a la estructuración de capacitaciones tendientes a exponer los nuevos requerimientos tecnológicos y productivos asociados a la ‘reconversión’ empresaria del nuevo modelo de desarrollo agrario. En este marco, adquiría centralidad el esfuerzo de difusión de la siembra directa que realizaba la entidad en colaboración con empresas de semillas y fertilizantes así como con las de venta de maquinarias agrícolas, asociaciones profesionales y entidades no reivindicativas. Las actividades recaían sobre técnicos y profesionales pertenecientes a instituciones como AACREA, AAPRESID y la Facultad de Agronomía y Veterinaria de la Universidad Nacional de Río Cuarto y en menor medida, del Colegio de Ingenieros Agrónomos del Sur de Córdoba71. Cabe aclarar que este tipo de eventos fue un espacio clave para favorecer la difusión y rápida adopción por parte de los productores del paquete tecnológico asociado al nuevo paradigma de los agronegocios72. Al mismo tiempo, se apuntalaría la actualización de otras producciones, destacándose lo referido a la producción láctea y a la apicultura. En el primer caso, se daba cabida a estas inquietudes por medio de la organización de congresos nacionales73. En tanto que a través de la Cámara de Granja y Producciones Alternativas de la entidad se organizaba anualmente una feria anual dedicada a la producción y comercialización de la miel74. También dentro de ese grupo, otro rubro destacado era el vinculado a la sanidad animal, cuestión sensible en la época analizada dada la imposibilidad de erradicar el virus de la fiebre aftosa, en particular para las bases sociales de la entidad porque afectaba directamente las posibilidades de comercialización en el exterior de la carne Este conjunto de actividades adquiría centralidad por medio de la divulgación en la columna institucional de la entidad. Aspecto sobre el cual volveremos más abajo. Por ejemplo, en charlas así como en la columna institucional de la entidad se divulgaban los nuevos marcos normativos referidos al trabajo rural y la prevención de accidentes laborales. 70

A lo largo del periodo considerado la entidad analizada participó y auspició diferentes eventos que tenía como eje la demostración de técnica de siembra directa. Ver: AHMRC, H, Suplemento Agropecuario Tranquera Abierta 27/01/92; 17/06/92; 21/09/92; 12/02/93; 24/03/93; 22/04/93; 27/05/94; 14/02/94. 71

Sobre esta cuestión y a partir del procesamiento de datos del Censo Nacional Agropecuario de 2002, podemos afirmar que para el total de explotaciones agropecuarias de la provincia de Córdoba dedicadas a la producción de soja en el año 2002, se observa que más del 90% de las mismas combina el empleo de siembra directa y semilla transgénica. Para el sur cordobés ese coeficiente es también significativo, llegando a casi al 89%. En tanto que, para el espacio económico del departamento de Río Cuarto esos porcentajes se ubican por encima del promedio provincial. Así el 91,78% de las explotaciones que, en el año 2002, sembraban soja lo hacían implementando la siembra directa y a las semillas transgénicas. A su vez podemos advertir una rápida adopción de dicha técnica hacia el final del período estudiado, debido que el Relevamiento Provincial de 1999 da cuenta de que para dicho año solo el 44% de los establecimientos que desarrollan actividades agrícolas lo realizaban utilizando la siembra directa. Entonces, se observa para la región estudiada una adopción generalizada del paquete tecnológico hacia el fin del período analizado. Cfr.: INDEC, CNA, 2002 y Ministerio de Agricultura, Ganadería y Recursos Renovables del Gobierno de la Provincia de Córdoba, Relevamiento Agropecuario de la Provincia de Córdoba, 1999. ALAPIN, Helena. Rastrojos y algo más, pp. 75-79. 72

Por ejemplo, entre esas actividades se destaca la organización del III Congreso Nacional de Tambo. AHMRC, H, Suplemento Agropecuario Puntal, 7/03/1997. 73

Las ediciones de la Feria de Apicultura comienzan a realizarse en el mes de mayo del año 1992 y mantienen la misma periodicidad a lo largo de todo el período. 74

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vacuna75. En este sentido, a inicios de la década de 1990 se implementaron diversos planes sanitarios en donde las asociaciones locales de productores adquirieron un fuerte protagonismo. Fue en esa coyuntura que la SRRC integró la comisión de administración y finanzas y la comisión técnica a los efectos de la organización, la planificación y la implementación del plan, que cubrió una importante área ganadera en la provincia de Córdoba. De esta forma se constituyeron los entes de vacunación anti-aftosa ‘Zona Centro del Sud’ y ‘Comechingones’ que funcionaban en el predio de la entidad y que brindaban no solo información sobre el calendario de vacunación sino que también asumían la instrumentación de dicho servicio y los anexos ligados a este76. Esta prestación se complementaba con charlas, seminarios y campañas de difusión realizadas en la feria anual de invierno organizada por la entidad. La posibilidad de asumir la coordinación de estos planes implicó para la entidad la oportunidad de emplearlos como estrategia para retener y aumentar su base social, puesto que sus asociados recibían considerables reducciones en aranceles tanto para la compra de las vacunas como en el servicio de colocación77. Así, la SRRC iniciaba un proceso en virtud del cual comenzaba a privilegiar saberes y prácticas que excedían las competencias meramente agronómicas y que se inscribían en la lógica del agronegocio como el manejo de información financiera, la incorporación de sistemas informáticos de mayor complejidad, la utilización de nuevas herramientas de comercialización, etc. A la par de estas actividades de capacitación, los servicios cobraron renovada vitalidad dentro de su vida institucional, procurando socializar a sus asociados en los nuevos requerimientos del agronegocio y mejorando las perspectivas de comercialización de los mismos en mercados cada vez más competitivos. No obstante, estas transformaciones en los roles y funciones de la SRRC no se institucionalizaron en reformas de su estructura burocrática ni en su estatuto, como sí ocurrió en el caso de la creación de ‘filiales’ o ‘delegaciones’ que la entidad creó en diferentes localidades del departamento y que supusieron una estrategia tendiente a aumentar la presencia gremial de la entidad en el territorio de su accionar78. En este sentido, si bien dichas instancias propiciaban un cambio de perfil en las bases sociales de la entidad –en consonancia con lo que discursivamente enunciaban sus dirigentes– parecen ser estrategias dirigidas a retener (y eventualmente incrementar) la base social de la entidad más que a favorecer un manejo cada vez más ‘empresario’ de las unidades productivas.

Una exhaustiva exposición de esta problemática y de las políticas estructuradas por el Estado y las entidades del sector se puede encontrar en AZCUY AMEGHINO, Eduardo. La carne vacuna argentina. Historia, actualidad y problemas de una agroindustria tradicional. Buenos Aires, Imago Mundi, 2007 en particular para el período analizado consultar en pp. 119-128. 75

76

Cfr.: AHMRC, H, Puntal, 3/12/1990 y AHMRC, H, Suplemento Agropecuario Puntal, 19/02/1999.

Algunos indicadores de esta cuestión se pueden consultar en: GIL, Jorge et al (2008). “Nivel de escolarización, gestión y participación en asociaciones de los productores”, en GIL, Jorge yPENNA, Julio (coords.). Percepción económica y visión de los productores agropecuarios de los problemas ambientales en el sur de Córdoba, Argentina. Río Cuarto, Universidad Nacional de Río Cuarto. 77

Este proceso derivó en una reforma estatutaria que incorporó a los delegados zonales a la Comisión Directiva de la entidad. Cfr.: AHMRC, H. Puntal, 25/11/1995. 78

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Conclusión La década de 1990 en Argentina vio emerger un campo distinto. Esta ruptura implicó no solo la rearticulación de lógicas productivas afincadas históricamente en el territorio sino también –en algunos casos– la reconfiguración de los perfiles socioeconómicos de los productores agropecuarios y de las tradicionales entidades que los nucleaban. Este derrotero no se transitó sin tensiones: la creciente relevancia que se otorga al conocimiento agronómico, biotecnológico y la atención que se presta al control ‘científico’ y ‘técnico’ en el interior de los procesos productivos supusieron cambios significativos en las formas de concebir la actividad agropecuaria. A través del recorrido propuesto hemos podido observar cómo los actores de la pampa argentina asociados a pautas históricas de comportamiento, los agricultores familiares y una entidad reivindicativa de primer grado, tendieron a emplear diferentes estrategias que apuntaban a la necesidad de profesionalizar las prácticas a los fines de permanecer dentro del proceso productivo. En este sentido, a través de los casos analizados pudimos constatar cómo presentan ciertos matices en sus rasgos característicos que indican la diferente densidad que adquirieron los elementos estructurantes y las dinámicas a ellos vinculadas del agronegocio. En ambos casos la mediación del conocimiento, la complementación de la información y los avances tecnológicos ocuparon un lugar decisivo en la demarcación de las estrategias implementadas por los actores en el período considerado. Así, para los agricultores familiares del departamento San Justo dicho elemento fue (y es) gravitante, tanto en el proceso de capitalización de sus unidades productivas como en la configuración de un perfil decididamente más empresario. Esta cuestión generó un nuevo tipo de productor preocupado y diestro en el conocimiento técnico, en la información sobre los mercados, los precios y el manejo productivo que no ha invalidado empero la amplia permanencia de la agricultura familiar sino que ha reformulado las condiciones de su vigencia, las estrategias de los productores para adaptarse al contexto característico de la nueva ruralidad. Aunque el equipo de trabajo familiar persista, el peso relativo del capital se ha incrementado, cuestión que se pone en evidencia entre otros aspectos, en la creciente importancia de los servicios (maquinaria, agroquímicos y transporte), en la gestión más racional y programada al detalle en las explotaciones, en la incorporación de tecnologías cuya adquisición está asociada a una creciente capitalización de las explotaciones y en un aumento en las escalas de las unidades económicas que las tornaron viables económicamente. Indudablemente lo anterior también tuvo su correlato en la dimensión institucional. La centralidad del conocimiento aplicado a los procesos productivos otorgó legitimidad e interés práctico a las ‘nuevas’ entidades no reivindicativas por sobre las que privilegiaban la defensa gremial de los intereses de sus asociados. En ese marco la SRRC emprendió un proceso de cambio en sus perfiles institucionales que se tradujo en dos planos: uno discursivo y otro organizacional. Respecto del primero, la dirigencia de la entidad incorporó algunos de los tópicos asociados al nuevo modelo agrario para interpelar a sus bases sociales, si bien esto no implicó un replanteamiento de su anterior matriz discursiva, contribuyo a construir una nueva imagen institucional, flexible, 416

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capaz de ‘adaptarse’ a los ‘nuevos rumbos’ y ‘estructuras’ del agronegocio. También en ese proceso difundió las habilidades necesarias y las características que debían asumir la correcta gestión de las unidades productivas y el ‘empresario innovador’. Sobre el segundo, en la faz organizacional, la entidad comenzó a otorgarle relativa importancia a la instrumentación de diversas actividades tendientes a socializar a sus productores en las nuevas competencias requeridas por el agronegocio. Dentro de estas se destacó, por un lado, los esfuerzos emprendidos en la difusión de la siembra directa, esto permitió la vinculación de los productores con el ‘paquete tecnológico’ y facilitó su rápida adopción. También se registró una multiplicación de charlas y seminarios desde los cuales se brindaba información financiera, jurídica y productiva. Por otro lado, la posibilidad de coordinar planes nacionales de vacunación le permitió a la dirigencia de la entidad no solo ofrecer y fiscalizar dicho servicio sino también de emplearlo como estrategia para sostener (y acrecentar) el número de asociados. En definitiva, los procesos presentados en este artículo intentaron dar cuenta – desde una perspectiva histórica – de algunas de las dimensiones que asumieron (y asumen) los procesos de recomposición empresarial de los productores argentinos. De este ejercicio, focalizado en escalas reducidas, se desprende la necesidad de complejizar miradas homogeneizantes sobre actores y sus prácticas. Consideramos que esto permite mostrar la profundización de la heterogeneidad característica del agro argentino.

Fuentes Fuentes primarias Censos, estadísticas e informes técnicos. INDEC. Censo Nacional Agropecuario, 1988. INDEC. Censo Nacional Agropecuario, 2002. Prensa AHMRC, Hemeroteca. Diario Puntal, período 1989-2002 AHMRC, Hemeroteca. Suplemento Agropecuario de Puntal, período 1989-2002 Entrevistas orales a empresarios familiares

Fuentes secundarias Libros ALAPIN, Helena, Rastrojos y algo más. Historia de la siembra directa en Argentina. Buenos Aires, Teseo/Universidad de Belgrano, 2008. ARCHETTI, Eduardo - STOLEN, Kristi Anne. Explotación familiar y acumulación de capital en el campo argentino. Buenos Aires, Siglo XXI, 1975, pp. 229. 417

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