Agentes de calidad: los oficiales políticos de las empresas.

Agentes de calidad: los oficiales políticos de las empresas.
A finales de la década de 1980 se comenzó a popularizar un concepto que con el paso de los años; fue estandarizado y adaptado a todo tipo de empresas: El control de la calidad. Pero hoy en día sus agentes, checkers, auditores, gerentes, responsables, etc., son considerados los "malos de la película"por sus compañeros de trabajo. ¿A qué se debe tal fama?

En 1987, la Organización Internacional de Normalización (más conocida por sus siglas en inglés, ISO) lanzo un compendio de normas con el objetivo de alcanzar una estandarización en los procesos de las empresas. Es decir, asegurar que el producto o servicio entregado por una empresa siempre sea el mismo y no varíe en sus propiedades. Es por eso que las normas ISO 9000 giran en torno al concepto del control de la calidad y toda empresa que desee obtener un cierto estatus para con sus clientes, certifica dichas normas.
Pero: ¿Por qué la mala fama de los agentes de calidad? La respuesta es simple, su trabajo los obliga a corregir, inspeccionar, a estar en cada detalle y en caso de encontrar una falla acusarla inmediatamente. A los ojos de sus compañeros son "buchones". No obstante, un mejor paralelismo resulta con los Comisarios Políticos del Ejército Rojo de la ex Unión Soviética.
Si bien su institución fue creada en 1917, durante la Revolución Bolchevique; fue en la Segunda Guerra Mundial cuando ocuparon un lugar de vital importancia. Por ese entonces la URSS desplegó cientos de agentes llamados Comisarios Políticos, dichos hombres y mujeres estaban encargados de controlar la lealtad de las tropas así como también la eficiencia de los oficiales. Castigaban duramente la cobardía y la falta de logros e incluso estaban facultados para realizar ejecuciones sumarias a soldados y oficiales.
Los cinéfilos podrán recordar la escena de la película Enemigo al acecho (Enemy at the Gates) cuando el mismísimo Nikita Jrushchov, por ese entonces comisario político, entrega una pistola Tokarev 9 mm. al fracasado oficial ruso diciéndole "ahórrele un juicio al Estado", acto seguido el oficial toma el arma y cumple con la demanda.
La comparación de ambos puede sonar un tanto brusca, pero si se la analiza con cuidado se pueden encontrar varios puntos en común:
Tanto los agentes de calidad como los comisarios políticos fueron capacitados para encontrar las fallas y corregirlas.

En ambos casos, se encuentran por fuera del organigrama general. Uno se encuentra bajo la autoridad del Comisariado y el otro en la esfera del Departamento de Gestión de la Calidad. Y si bien no suelen tener puestos dentro de la cadena de mando, tienen autoridad suficiente como para corregir e intervenir en los procesos realizados. Consecuentemente, están facultados para llamar la atención ya sea de operarios e inclusive gerentes; si estos no cumplen con los estándares establecidos.

Ambos deben llevar registro y acusar a todos los inconvenientes que se presentan.

Y si todavía les parece una analogía exagerada, visiten una empresa la semana anterior a una auditoria. Allí encontrarán empleados trabajando doce o catorce horas diarias, completando planillas y registros para lograr aprobar dicha auditoria, tratando de minimizar las temidas "no conformidades".
Por su parte, los agentes de control de la calidad deben soportar a los directores de empresas que prefieren hacer a un lado las exigencias para dar lugar a mayores ganancias y rendimientos. Paralelamente, deben también deben tolerar operarios que los consideran los perros falderos de los jefes.
De todas formas, no se puede menospreciar el trabajo de los hombres y mujeres que controlan el sistema de calidad; ellos son los encargados de mantener feliz al cliente que – después de todo – es quien paga los sueldos de todos en la empresa.
El control de calidad es un trabajo que exige carácter e inteligencia, tanto para hacer respetar su opinión como para lograr implementar las medidas necesarias y, al mismo tiempo, mantener un agradable ambiente laboral.