Acerca de los personajes conceptuales

July 3, 2017 | Autor: V. Scardamaglia | Categoría: Gilles Deleuze and Felix Guattari, Pensamiento, Educacion
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Descripción

Acerca de los Personajes Conceptuales. Un baile rizomático


"El quid no está en responder a las preguntas sino en escapar, en escaparse
de ellas"

"Sólo hay un tipo de trabajo, el negro y clandestino.
No obstante, se trata de una soledad extremadamente poblada.
No poblada de sueños, de fantasmas, ni de proyectos, sino de
encuentros."


Diálogos. G. Deleuze



A veces una participación necesita de una invitación para aparecer. A veces
no.
A veces una escritura necesita ciertas urgencias para realizarse. A veces
no.
A veces, pensamientos y cuerpos, se encuentran. A veces no.
A veces, algunos cuestionamientos asaltan: ¿Quiénes se juntan para pensar?
¿Cuántos? Juntarse ¿quiere decir juntarse? ¿Y pensar?

"Lo esencial son los intercesores. La creación son los intercesores. Sin
ellos no hay obra. Pueden ser personas –para un filósofo, artistas o
científicos, filósofos o artistas para un científico–, pero también cosas,
animales o plantas, como en el caso de Castaneda. Reales o ficticios,
animados o inanimados, hay que fabricarse intercesores. Es una serie. Si no
podemos formar una serie, aunque sea completamente imaginaria, estamos
perdidos. Yo necesito a mis intercesores para expresarme, y ellos no
podrían llegar a expresarse sin mí: siempre se trabaja en grupo, incluso
aunque sea imperceptible. Tanto más cuando no lo es: Félix Guattari y yo
somos intercesores el uno del otro."

Muchas veces nos encontramos habitadxs, invadidxs, interferidxs por
pensamientos compartidos con otras, con otros. Voces que hablan desde
diálogos que ya empezaron en algún lugar, en algún tiempo. Discursos que
nos atraviesan, que nos producen, que nos interpelan, que nos hacen hablar,
que nos hacen sentir. Que nos deshacen. Voces que se continúan a través de
otros, con otras, entre quienes, a veces, son los mismos, las mismas. A
veces no. Y que siendo las mismas, los mismos, a su vez difieren. Y son
otras y otros. Y otras y otros.

"De igual modo, el conector filosófico es un acto de palabra en tercera
persona en el que siempre es un personaje conceptual el que dice Yo: yo
pienso en tanto que Idiota, yo quiero en tanto que Zaratustra, yo bailo en
tanto que Dionisio, yo pretendo en tanto que Amante. Hasta el tiempo
bergsoniano necesita un mensajero. En los enunciados filosóficos no se hace
algo diciéndolo, pero se hace el movimiento pensándolo, por mediación de un
personaje conceptual. De este modo los personajes conceptuales son los
verdaderos agentes de enunciación. ¿Quién es yo?, siempre es una tercera
persona."

Uno de los cuerpos que ocupamos, que nos ocupa, sabe de lo disciplinario. Y
no sólo por Vigilar y castigar. Y no sólo por las escuelas. Y no sólo por
las políticas.
Y ese saber ha moldeado formas, ha producido prácticas. Ha resistido
ciertos modos de relación. Y ese saber ha producido sensibilidades ya casi
refractarias a ciertos sabores dogmatizantes.
Y se inquieta con las representaciones y las jerarquías.
Y se incomoda ante oleadas sistematizadoras.
Y se alarma ante ciertas ansias de control.
Y se asombra ante algunas fijezas.
Y se ríe ante ciegas obediencias.
Y busca, flotando y de a saltos, dónde hacer pie.

"El personaje conceptual no es el representante del filósofo, es incluso su
contrario: el filósofo no es más que el envoltorio de su personaje
conceptual principal y de todos los demás, que son sus intercesores, los
sujetos verdaderos de su filosofía. Los personajes conceptuales son los
«heterónimos» del filósofo, y el nombre del filósofo, el mero seudónimo de
sus personajes. Yo ya no soy yo, sino una aptitud del pensamiento para
contemplarse y desarrollarse a través de un plano que me atraviesa por
varios sitios. El personaje conceptual no tiene nada que ver con una
personificación abstracta, con un símbolo o una alegoría, pues vive,
insiste. El filósofo es la idiosincrasia de sus personajes conceptuales. El
destino del filósofo es convertirse en su o sus personajes conceptuales, al
mismo tiempo que estos personajes se convierten ellos mismos en algo
distinto de lo que son históricamente, mitológicamente o corrientemente (el
Sócrates de Platón, el Dionisio de Nietzsche, el Idiota de Cusa). El
personaje conceptual es el devenir o el sujeto de una filosofía."

Si algunos cuerpos se reúnen, ¿los pensamientos asisten a esa reunión? ¿En
qué condiciones es posible el pensamiento? ¿A qué llamamos pensar? ¿En qué
cuerpos se sostienen pensamientos? ¿Cómo se aparecen los pensamientos? Cada
vez que hay reuniones, ¿hay pensamientos? ¿Qué es lo que hace falta para
pensar? ¿Reunión es condición necesaria de pensamiento?

"¿Qué quiere decir amigo, cuando se convierte en personaje conceptual, o en
condición para el ejercicio del pensamiento? ¿O bien amante, no será acaso
más bien amante? ¿Y acaso el amigo no va a introducir de nuevo hasta en el
pensamiento una relación vital con el Otro al que se pensaba haber excluido
del pensamiento puro? ¿O no se trata acaso, también, de alguien diferente
del amigo o del amante? ¿Pues si el filósofo es el amigo o el amante de la
sabiduría, no es acaso porque la pretende, empeñándose potencialmente en
ello más que poseyéndola de hecho? (…) La amistad comportará tanta
desconfianza emuladora hacia el rival como tensión amorosa hacia el objeto
del deseo. Cuando la amistad se vuelva hacia la esencia, ambos amigos serán
como el pretendiente y el rival"

Pensar entre amigos, entre amigas, entre amantes, pretendientes, rivales.
Reírse con ellxs. Fabular mundos. Enojarse. Desenojarse. Andar. Estarse en
suspenso.
Encontrar al enemigo en el amigo. Revolverse entre ideas. Discutirlas,
discutirnos, discutirse. Revulsionarse.
Acercarse, alejarse y volverse a alejar. Perderse estando.
Extraño baile rizomático.

"Los personajes conceptuales tienen este papel, manifestar los territorios,
desterritorializaciones y reterritorializaciones absolutas del pensamiento.
Los personajes conceptuales son unos pensadores, únicamente unos
pensadores, y sus rasgos personalísticos se unen estrechamente con los
rasgos diagramáticos del pensamiento y con los rasgos intensivos de los
conceptos. Tal o cual personaje conceptual piensa dentro de nosotros, que
tal vez ni nos preexistía. Por ejemplo, cuando se dice que un personaje
conceptual tartamudea, ya no es un tipo que tartamudea en una lengua, sino
un pensador que hace que tartamudee todo el lenguaje, y que convierte el
tartamudeo en el rasgo del pensamiento mismo en tanto que lenguaje: lo
interesante es entonces «cuál es este pensamiento que solo puede
tartamudear?». Otro ejemplo, si se dice que un personaje conceptual es el
Amigo, o bien que es el juez, el Legislador, ya no se trata de estados
privados, públicos o jurídicos, sino de lo que pertenece por derecho al
pensamiento y únicamente al pensamiento. Tartamudo, amigo, juez, no pierden
su existencia concreta, sino que por el contrario adquieren una nueva en
tanto que condiciones interiores al pensamiento para su ejercicio real con
tal o cual personaje conceptual. No son dos amigos los que se dedican a
pensar, sino el pensamiento el que exige que el pensador sea un amigo, para
que el pensamiento se reparta en sí mismo y pueda ejercerse. Es el
pensamiento mismo el que exige este reparto de pensamiento entre amigos. Ya
no se trata de determinaciones empíricas, psicológicas y sociales, menos
aún de abstracciones, sino de intercesores, de cristales o de gérmenes del
pensamiento."

Juntarse con unas, con otros, con otras, con unos. Desencontrarse.
A veces, los mismos. A veces, distintas. A veces, ninguno.
A veces las mismas. A veces distintos. A veces, ninguna.
Cuando sea, cómo sea, dónde sea. Algunas veces o nunca y en ningún lugar.

Juntarse a pensar ¿en la universidad?

Verónica P. Scardamaglia
Junio 2012





NOTA: Todas las citas pertenecen al libro Qué es la filosofía, último
escrito entre Félix Guattari y Gilles Deleuze en 1991, publicado por
editorial Anagrama con varias reediciones.
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