2016, definición del ser humano en términos conceptuales de complejidad, con sarcasmo

Instituto COBAWU, Wuppertal, 6 Diciembre 2016

  2015 Definición del ser humano in términos conceptuales de complejidad Un cambio de punto de vista: En la perspectiva de la complejidad cualquier elemento en el universo es un patrón de complejidad. Para la complejidad y si la complejidad es el referente, el ser humano no es más que otro patrón de complejidad cualquiera. Por lo tanto, ¿qué es lo que distingue al ser humano de cualquier otro patrón de complejidad? Ejemplos de distinciones: El ser humano pretende ser cosas que no es. Los árboles, los animales y los minerales no cometen este tipo de sandez. Un cerdo olerá a un ser humano pero por eso no pretenderá bautizarlo como le da la gana o añadirle unas costillas de más. En cambio el ser humano se define incluso a sí mismo como “ser humano”. Un asno rebuzna, un perro ladra, un cerdo gruñe, el ser humano juega con palabras. Por regla general el ser humano sencillamente pretende ser un mamífero superior–“más y mejor” que un asno, un cerdo o un perro. Con ello, esa expresión reflexiva de complejidad que se define como ser humano previo a la publicación de teorías de complejidad como la presente, siente, piensa, afirma y confirma que no es diferente al asno, al cerdo o a un perro en cuanto a como aprecia su propia existencia en términos de teoría de complejidad. Esta afirmación es válida, visto desde la perspectiva de alguien que aplica las leyes intrínsecas de complejidad a su propia existencia. Esta afirmación no es un insulto, sino que es un cambio de punto de vista solo válido a partir del momento en que una persona admite que su existencia equivale a un patrón de complejidad. •

Esta definición fenomenológica del ser y de su entorno se ha adaptado a las cualidades y al potencial de una especie que se describe a sí misma en términos de complejidad absoluta. 1

Mientras la investigación científica o su divulgación no progresan, esta definición objetiva es útil y se usa, en el sentido de un pensamiento enciclopédico a la Darwin o a lo Humboldt. Por ello seguimos en el jardín de infancia de la evolución intelectual. El ser humano se inventa conceptos y nombres, así como juegan los niños, debido a su creatividad innata, su ignorancia y debido a que hacen lo que pueden para sobrevivir en un entorno absolutamente hostil a su existencia. Eso de llamarnos a nosotros mismos “seres humanos” nos ayuda a superar la hostilidad del entorno, mientras la adaptación sigue su curso. Es una estrategia para construir una percepción de si mismo integrada que se acomoda al grado de complejidad social del grupo tal y como se desenvuelve. En el contexto de las ciencias de complejidad, el cuerpo humano se parece al de cualquier mamífero, pero el ser humano no es sencillamente lo que parece ser. Cuando sube el nivel de complejidad debido a la actividad de la especie humana, cambia la definición del ser, de la existencia del yo en su contexto. En la era de la arquitectura de la complejidad en la que vivimos, ese mismo ser que se definía en el pasado como un “animal humano” escoge nuevos conceptos para describir su exis-

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https://www.academia.edu/1271903/2012_Sociological_Complejidad_Definitions

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  tencia. Desde que la percepción del crecimiento de la complejidad en la física y la sociología están a la orden del día, la percepción “humana” del “yo” se adapta al crecimiento que acompaña su existencia. •

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Mientras el ser humano se describe como un síntoma de una expresión de complejidad, en vez de adoptar una definición estructural de la complejidad se describe a si mismo de la misma manera que describe a cualquier otro mamífero. Desde el momento que el ser humano se describe a si mismo en términos de ciencia de la complejidad, pasa de ser un mero síntoma de complejidad a ser un creador y actor responsable. Esta diferencia es crucial. Hablando en términos científicos, “los seres humanos” son patrones de complejidad expresivos de si mismos. Para ser precisos, los seres humanos somos patrones de complejidad calculables, interdependientes, autónomos y contingentes (opcionales).

Tomar conciencia de la complejidad, de sus cualidades y consecuencias para la especie humana marca un antes y un después en cuanto a lo que es la percepción de la especie humana de si misma. Desde que los seres humanos han tomado conciencia de la complejidad y su arquitectura así como de su aptitud a transformarla están creando más libertad y en consecuencia se distancian mucho más aún de toda especia viva conocida en el universo. Eso puede crear algún temor. A veces es preferible sentirse cercano al asno, al cerdo o al perro. 2 •

Aquellos patrones de complejidad que se describen a si mismos como humanos juegan un papel especial dentro del patrón de complejidad general “naturaleza”. Su tarea especial es la de diversificar los tipos de patrones de complejidad mediante la arquitectura de complejidad. En eso son diferentes a las bestias, es decir asnos, cerdos y perros, cuando se han cualificado como arquitectos de complejidad y dejan de ser bestias inmundas y violentas, sobre todo de cara a la mujer.

Desde su primera aparición en el planeta tierra los patrones de complejidad reflexivos y expresivos que se llaman a si mismos “humanos” han evolucionado durante millones de años. El plazo de tiempo en el que consiguen pasar de ser meros síntomas de complejidad que se aperciben de su complejidad a ser arquitectos y diseñadores de complejidad es infinitesimalmente corto en comparación a los primeros pasos en su evolución como especie viva, y ya prescindo del “animal”. •

La diversificación de los patrones de complejidad en términos de una idea de lo que es la evolución es lo que hace la naturaleza ella misma. Así es la vida: diversificación, fallo, evolución. Es un proceso de adaptación continuo. El ser humano en tanto que patrón de complejidad reflexivo y expresivo no puede de ninguna manera sustituir a la naturaleza por entero en términos de diversidad. Los humanos nunca han sido ni serán suficientemente complejos para asumir esta tarea. Lo que puede hacer el ser humano es añadir alguna nueva línea o rama a la evolución de la vida diversificando patrones de complejidad fuera del propio patrón que son. Eso es todo.

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Ni que sea mediante el odio que personas o culturas les deparan a los pobres bichos.

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Instituto COBAWU, Wuppertal, 6 Diciembre 2016

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Para la complejidad en sí, un patrón de complejidad reflexivo y expresivo que se describe a si mismo como humano no es más que una divertida y vivaracha diversificación de sus propias estrategias y recursos naturales de cara a la diversificación, independientemente de su orientación moral o de su actitud (es completamente igual que genere o destruya vida y tal como afirmaba Hans Peter Dürr en sus conversaciones personales conmigo). La especie humana es exactamente eso: un capricho, un experimento de la naturaleza.

Si una especie que pretende ser humana (admitamos que es una mentira inofensiva pero tierna a favor del ser humano) es un patrón de complejidad calculable, interdependiente, autónomo y contingente u opcional y si sigue las reglas de la vida y aprende a investigar, comprender y aplicar las reglas internas de la complejidad como si estas reglas fueran (ya que lo son) las suyas propias, entonces esta especie tendrá un futuro magnífico. Conclusión sarcástica: De otro modo, ese experimento que se pretende humano acabará como cualquier evolución en un callejón sin salida dentro del esquema de la progresión de la evolución de la complejidad: será sustituido y reciclado por entero, empezando por los energúmenos que más se parecen a lo bestial, porque por definición, la complejidad no permite que algo “inferior” se imponga a algo “superior”. La crueldad del inteligente es siempre miles de veces más perversa, que la bestialidad de un desgraciado. Esta referencia a la bestialidad de psicópatas que llevan la guerra a países enteros por intereses muy carnales implica que no solo no debemos apiadarnos de esa escoria sino que debemos eliminar su potencial y eso implica eliminar el potencial de todo patrón de complejidad que colabora en la bestialidad de sus señorías. Cada día y cuando llueve, caen del cielo gotas que previamente se evaporaron de la carroña eliminada por la bestialidad. Es decir que con esas gotas llueve bestialidad o lo que queda grabado en el agua de los horrores de esos brutos imbéciles, aquello que se llama carne de cañón, y los cañoneros que meándose de risa mueren guillotinados. Pensemos que después de ISIS, DAESH o Al Quaeda, de los Hermanos Muslumanes, de los Saddam y de los Gadafi, les tocará a los Bush y Obama, Rajoy, Cameron, Holande y Merkel, porque se ríe mejor quien ríe último, y no van a reír últimos los cuatro gatos que se piensan que tienen la sartén por el mango. Esos están muertos de antemano y nos abonarán la tierra y lloverán del cielo como las lagrimas de Dios, que leyendo estas frases, pobrecito, se mea de risa. Dios me valga, porque esta realidad que se nos cae encima es una realidad muy triste y dolorosa y no existe cordura cuerda que sin darle cuerda, persista el embiste del asno que come alpiste. Aquellos que trabajamos en el cambio, al asno ya le damos cuerda hace rato. Pero ahora le dejamos ya para que se lo crea en su rincón, ahí sentado esperando al verdugo, que con aquella capucha negra espera a esos rumiantes a la puerta del matadero, para que llueva, ¡por Dios! ¡Para que llueva! Solo Dios puede escuchar aquello que Rigoberta Menchú cantaba de manera tan bonita en su canción… Solo pido a Dios…

 

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