2015 La Colonia Zamorana de Cuba

Colonia Zamorana

de Cuba

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LA COLONIA ZAMORANA DE CUBA historia, presente y futuro

María Antonia Fernández Sergio Rabanillo Juan Andrés Blanco (editores)

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LA COLONIA ZAMORANA DE CUBA: historia, presente y futuro

© De los textos, los autores. © De la edición, Diputación de Zamora, Centro de Estudios de la Emigración Castellana y Leonesa / UNED Centro Asociado de Zamora. Procedencia de las imágenes: Colonia Zamorana de Cuba, Agrupación de Sociedades Castellanas y Leonesas de Cuba, Centro de Estudios de la Emigración Castellana y Leonesa / UNED Zamora, La Opinión-El Correo de Zamora, Oficina del Historiador de Ciudad de La Habana, Archivo Nacional de Cuba. Fotografía de la portada: Recepción del nuevo estandarte de la Provincia por parte de la Colonia Zamorana de Cuba. La Habana, año 1955. Centro de Estudios de la Emigración Castellana y Leonesa / UNED Zamora, Fondo Centro Castellano. Fotografía páginas 14-15: Vista del puerto de La Habana h. 1950. Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, Fototeca. Fotografía páginas 84-85: Vista del puerto de La Habana, 2009. Sergio Castro. Centro de Estudios de la Emigración Castellana y Leonesa / UNED Zamora. Fotografía página 166: Postal de la Colonia Zamorana. La Habana, 1918. Colección particular. Maquetación y diseño: TIZA Diseño Gráfico Impreso en España Depósito legal: ZA-105/2015 4

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Índice PRESENTACIÓN

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PRÓLOGO

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HISTORIA DE LA COLONIA ZAMORANA DE CUBA EN EL SIGLO XX Introducción: zamoranos en Cuba Origen y desarrollo inicial de la Colonia Zamorana de Cuba Sedes sociales de la Colonia Zamorana Reglamentos y organización interna de la sociedad Actividades recreativas, asistenciales y culturales El Panteón de la Colonia La gestión económica de la sociedad Masa social y tipos de socios Asociados ilustres de la Colonia Zamorana de Cuba Vinculaciones

17 28 34 36 43 51 54 59 67 71

EL TERCER RENACER (1990-2016) Introducción Antecedentes del tercer renacer Los primeros cinco años del cambio Los últimos años del siglo XX Situación de la membresía de la Colonia Zamorana a partir de 1990 Las Operaciones “Añoranza” y su impacto en la Colonia La Colonia en el siglo XXI antes del local social La culminación de un proyecto: la Casa de Zamora Inauguración de la Casa de Zamora La Colonia después de la inauguración del local social Las Jornadas Culturales Zamoranas en La Habana Los Planes Raíces Organización por comisiones de la Colonia

87 89 91 97 102 107 118 120 123 127 140 146 148

APÉNDICES Socios fundadores de la Colonia Zamorana de Cuba Juntas Directivas de la Colonia Zamorana de Cuba (1916-2012)

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LA COLONIA ZAMORANA DE CUBA EN EL SIGLO XX Juan Andrés Blanco, Arsenio Dacosta, Juan-Miguel Álvarez Domínguez y Rubén Sánchez Domínguez Centro de Estudios de la Emigración Castellana y Leonesa / UNED Zamora

INTRODUCCIÓN: ZAMORANOS EN CUBA La Colonia Zamorana de Cuba, al igual que sucede con otras colectividades de emigrados que se agrupan en torno al topónimo de una tierra y el gentilicio de unas gentes con los que se identifican, tiene su origen en la corriente migratoria con destino a América y que protagonizaron muchos de los hijos de esta provincia del noroeste ibérico. Esta corriente se inicia muy tempranamente, ya desde los primeros años de la presencia española en América. De hecho, no faltaron los zamoranos en la empresa de la conquista y colonización de América. En la expedición que dirige el segoviano Diego Velázquez de Cuéllar para la conquista de Cuba en 1511, entre los 17

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muchos castellanos figura el zamorano de Castroverde de Campos Diego de Ordás, que en 1519 partirá con Hernán Cortés hacia México1. Desde los primeros siglos de la colonia aparece la presencia de población castellana, según consta en los Protocolos Notariales de La Habana del siglo XVI. Dentro de esta población castellana y leonesa se encuentran zamoranos, algunos con importantes cargos, como se puede comprobar en el caso del dominico fray Juan de las Cabezas Altamirano, designado en 1602 obispo de Cuba, uno de los más destacados que han pasado por el territorio, y de cuya estancia en la Isla habla en su Historia eclesiástica Juan Martín Leiseca2. Otra referencia interesante es la de una familia oriunda de Toro, la de Osorio de Pedroso, que llega a Cuba a principios del siglo XVII3. Pese a estos acreditados precedentes, la base fundamental de la presencia zamorana en Cuba se constituye en la etapa denominada de emigración en masa que se produce durante las dos últimas décadas del siglo XIX y las tres primeras del XX. La contribución zamorana al flujo emigratorio español hacia Cuba en esa etapa es más que notable, aunque sin llegar a alcanzar el volumen de las próximas Galicia o Asturias, o el más lejano archipiélago canario. La presencia y arraigo de zamoranos en la Gran Antilla es la que explica que, al producirse la guerra de independencia contra la metrópoli a finales del siglo XIX, entre los cerca de dos mil españoles que se integran en el Ejército Libertador Cubano, haya también zamoranos, más concretamente 21, entre ellos el capitán Nicasio Pérez Calleja y el alférez Ignacio

1 LORENZO,

Eufemio. Castilla y León en América. Valladolid: Ámbito, 1985, p. 69-75. LEISECA, Juan. Apuntes para la Historia Eclesiástica de Cuba (s.d.e.), pp. 45-46. 3 El capitán Hernando Pedroso Pérez hizo información de nobleza en 1627. Se casó en la catedral de La Habana con Catalina Calvo de la Puerta y Pérez-Borroto, sin dejar descendencia (ALONSO VALDES, Coralia. “Castellanos y leoneses en Cuba: Aportes para su historia”. En BLANCO, Juan Andrés (ed.). Zamora y Castilla y León en las migraciones españolas. Zamora: Diputación Provincial/Junta de Castilla y León/UNED, 2003, p. 222). 2 MARTIN

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Velázquez Ferrara4 . Muchos más son los que arriban a la Isla enrolados en el Ejército Expedicionario Español. Conocemos que muchos de ellos llegaron a Cuba integrando el batallón “Talavera”. Un batallón de Zamora participó en noviembre de 1896 en las operaciones efectuadas en la provincia de Pinar del Río5. También se integraron en el regimiento “Farnesio”, que operará en la zona occidental de la provincia de La Habana. De los aproximadamente 1.500 zamoranos que combatieron en Cuba mueren al menos 316 (un tercio de fiebre amarilla y solo 11 por heridas de guerra); entre ellos un comandante, tres capitanes y cuatro tenientes6. Algunos de los que sobrevivieron se quedaron en la Isla al ser licenciados. También se incorporaron zamoranos a los Batallones de Voluntarios organizados por las sociedades españolas entre los inmigrantes para combatir a los independentistas al lado del Ejército Expedicionario Español. Uno será el comandante del primer batallón de Artillería de La Habana, Isaac Morilla, Vicepresidente de la Sociedad Castellana de Beneficencia. Esta presencia explica que, en el censo realizado por la Administración Norteamericana en Cuba en 1899 aparezcan inscritos como españoles 411 varones procedentes de Zamora, que sumados sus esposas e hijos dan un total de 816 personas vinculadas con esta provincia. Destacan los procedentes de Fermoselle, lugar de fuerte emigración en los últimos años del XIX por la crisis de la filoxera, que arruinó los ricos viñedos de esta localidad. Estarán asentados especialmente en la provincia de Santiago de Cuba, con grupos importantes también en las de La Habana y Santa Clara7. A pesar del conflicto que Cuba acababa de tener con su antigua me-

4 ALONSO

VALDES, Coralia; BLANCO RODRIGUEZ, Juan Andrés. Presencia castellana en el Ejército Libertador Cubano (1895-1898). Valladolid: Junta de Castilla y León, 1996. 5 Véase El Norte de Castilla, 16 de septiembre de 1896. 6 IZQUIERDO CANOSA; Raúl. Viaje sin retorno. La Habana: Ediciones Verde Olivo, 2001. 7 Departamento de Guerra, Oficina del Director del Censo de Cuba. Informe sobre el Censo de Cuba, 1899. Washington: Imprenta del Gobierno, 1900.

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Vista de la bahía de La Habana desde El Morro. En primer plano un vapor transatlántico. Oficina del Historiador de La Habana. Fototeca.

trópoli, la emigración de españoles hacia la Isla se reanudó muy pronto tras la guerra, compensando con creces el número de soldados y funcionarios repatriados en aplicación del Tratado de París. Esta corriente se mantuvo hasta la crisis económica de 1929. Incluso en algunos años emigraron más españoles a Cuba que a la Argentina, país que en conjunto es el que más inmigrantes españoles recibe durante las migraciones en masa del siglo XX. Los zamoranos tuvieron una presencia significativa en este proceso migratorio hacia Cuba. De hecho, dentro de la emigración exterior procedente de las provincias de la actual Castilla y León, para los zamoranos Cuba tiene una especial atracción como destino. Para el conjunto de esa etapa denominada de emigración en masa pode20

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Pabellón del campamento de acogida de emigrantes de Triscornia. Archivo Nacional de Cuba.

mos aventurar algunas cifras que nos aproximen cuantitativamente al significado de la emigración zamorana a la mayor de las Antillas. Pero es necesario hacer algunas precisiones previas. Los cálculos están basados en las estadísticas oficiales españolas, que presentan serias deficiencias pues, para algunos de los años, solo nos ofrecen cifras globales de salida de nacionales, sin desglose por provincias de origen, y, en otros más, carecemos de la información sobre los destinos de los migrantes a nivel de la demarcación provincial de la que eran oriundos. Tomando como base los datos y series anuales más completos hemos realizado una estimación a partir de una proyección estadística8 . Así mismo hay otras circunstancias que también conviene tener en 8 Agradecemos

a doña Concepción Álvarez Regueras, funcionaria del Instituto Nacional de Estadistica en Zamora, su ayuda en la elaboración de estos complejos cálculos.

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cuenta. Las cifras estatales no reflejan la emigración clandestina, sin duda muy alta hasta finalizar la guerra de África. Escapar de las obligaciones con el Ejército, y de los riesgos que esto conllevaba, era una de las principales causas por la que muchos jóvenes, con o sin el apoyo familiar, eligieron en plena adolescencia el incierto camino de la emigración trasatlántica. Por otro lado, las estadísticas ofrecen datos numéricos, no identificación personal, por lo que no se aclaran las sucesivas salidas, especialmente frecuente en la llamada emigración golondrina, que en Cuba se producía particularmente por la zafra. Tampoco nos aclaran los casos, también frecuentes, de quienes emigraban hacia Cuba tras una estancia previa en otro país de destino, o desde Cuba re-emigraban a su vez a un segundo destino americano. A pesar de estas limitaciones, creemos que las cifras que aportamos respecto a la emigración de zamoranos a Cuba pueden resultar de interés, teniendo siempre muy presente que son una aproximación numérica, una hipótesis revisable y sujeta a otro tipo de cálculos y datos estadísticos.

Trabajo de la zafra. Archivo Nacional de Cuba. 22

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Vista de una calle comercial de La Habana. Sin fecha. Oficina del Historiador de La Habana. Fototeca. 23

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Emigrantes zamoranos a Cuba (1885-1959). Datos oficiales españoles y estimaciones estadísticas

Año

1885 1886 1887 1888 1889 1890 1891 1892 1893 1894 1895 1896 1897 1898 1899 1900 1901 1902 1903 1904 1905 1906 1907 1908 1909 1910

Nº de emigrantes

7 16 20 31 23 37 56 94 79 127 37 157 75 189 95 125 131 138 172 285 448 516 607 825 860 1.273

Año

1911 1912 1913 1914 1915 1916 1917 1918 1919 1920 1921 1922 1923 1924 1925 1926 1927 1928 1929 1930 1931 1932 1933 1933 1934

Nº de emigrantes

666 749 758 357 728 1.311 905 379 1.457 3.532 321 280 900 822 616 162 198 128 161 381 150 100 66 66 74

Año

1935 1936 1937 1938 1939 1940 1941 1942 1943 1944 1945 1946 1947 1948 1949 1950 1951 1952 1953 1954 1955 1956 1957 1958 1959

Nº de emigrantes

73 47 0 0 1 3 6 14 8 6 4 13 36 81 134 197 124 147 130 108 136 106 12 22 2

Elaboración propia a partir de cifras de los siguientes organismos estatales españoles: Instituto Geográfico y Estadístico, Consejo Superior de Emigración, Dirección General de Migraciones, e Instituto Nacional de Estadística. En trama gris se reflejan las proyecciones para los años en que no se consignan desgloses por origen provincial y destino9.

9 Las

proyecciones se han realizado por el siguiente procedimiento: para todos los años en los que existían datos de salidas con desgloses provincial y por países de destino se ha evaluado el porcentaje de los zamoranos que partían hacia Cuba. Posteriormente se ha hecho una media aritmética de dichos porcentajes y con dicho dato se ha realizado el cálculo para solventar los vacíos anuales de la serie estadística.

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Como hemos afirmado, desgraciadamente se desconocen las cifras globales de gentes oriundas de Zamora que se radicaron en Cuba. Nuestra hipótesis de trabajo, a partir de las estadísticas oficiales y las proyecciones estadísticas, apunta a que esta cifra podría situarse en torno a las 25.000 personas. A modo meramente ilustrativo podemos destacar algunos datos. Por ejemplo, entre los correspondientes a los años 1916 a 1921, se anotan nada menos que 7.905 zamoranos con destino a Cuba de los casi 13.000 paisanos que oficialmente emigraron al exterior10. De hecho, hay años como el de 1917, con el transporte de viajeros condicionado por la I Guerra Mundial, en el que 85 de cada 100 zamoranos que emigran fuera de España, lo hacen hacia Cuba11. Estos datos son más que significativos, toda vez que en las décadas de 1910 y 1920 (hasta 1929) el principal destino de los emigrantes de Castilla y León era Argentina (un 69,4% frente al 22,3% de Cuba)12. En el caso de los zamoranos, aunque se observa esta misma tendencia, se aprecia que es menos acusada en las estadísticas del Consejo Superior de Emigración; es decir, de cada 100 zamoranos que emigraron a América entre 1911 y 192913, 62 lo hicieron a Argentina, 32 a Cuba y los 6 restantes a Estados Unidos, Brasil, Uruguay y México14. Desde finales de la década de 1930 las cifras de emigración hacia Cuba disminuyen progresiva y significativamente, con un repunte entre finales de los cuarenta y mediados de los cincuenta debido a la reactivación de las redes familiares. Este flujo migratorio, ya muy débil15, prácticamente se detiene en el año 1959. Sin embargo, du10 Con

un acusado descenso en el año 1921 respecto de los anteriores, probablemente a causa de la crisis económica cubana de 1920 (véase BLANCO RODRÍGUEZ, Juan Andrés. Castellanos y leoneses en Cuba. El sueño de tantos. Valladolid: Ámbito, 2005, p. 87). 11 Eugenio GARCÍA ZARZA ofrece datos para el sexenio 1925-1930. Los zamoranos que arribaron a las costas de la Mayor de las Antillas en este periodo fueron 7.874, lo que representa un 2,8% del total español, y sólo superado en el marco de la actual Castilla y León por la aportación leonesa, con 12.467 emigrantes (La emigración en Castilla y León. Valladolid: Consejo General de Castilla y León, 1983, p. 158.) 12 BLANCO RODRÍGUEZ, Castellanos y leoneses en Cuba, ob. cit., p. 92. 13 Estos cálculos no incluyen los años 1923 y 1924 para los que carecemos de datos oficiales. 14 Ibid.

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rante las seis primeras décadas del siglo XX es necesario destacar que las provincias de León, Salamanca y Zamora absorberán el 70% de la emigración que se dirige a Cuba y tiene su origen en Castilla y León16. Comarcalmente, la mayor parte de los zamoranos emigrados a la Isla durante la pasada centuria procederán de las tierras de Sayago, Aliste, Carballeda y Sanabria, las más deprimidas de la provincia17. De hecho, la principal motivación del emigrante zamorano a Cuba, como la del resto de sus contemporáneos europeos hacia América, será la económica. La búsqueda de un sustento, la esperanza en el progreso personal y familiar, y la atracción de unas naciones prósperas están en la base de estos movimientos masivos. Como fue general en las zonas próximas del noroeste ibérico (incluyendo las vecinas e igualmente deprimidas Trás-os-Montes, Salamanca, León u Orense), en Zamora funcionaron políticas de atracción institucionales o comerciales (caso de los famosos “enganchadores”), pero de una forma tanto o más decisiva influyeron las redes familiares y de vecindad. No pocos emigrantes zamoranos emigraban a Cuba atraídos por las expectativas creadas por un familiar o un vecino quienes, además, mitigaban en parte la incertidumbre de un viaje impactante y de un cambio de vida radical. Estas redes informales tenían efectos de atracción en ocasiones muy evidentes, como el señalado caso fermosellano, redes que, ya en Cuba, seguían funcionando para los trámites de la emigración, la instalación de los inmigrantes y el comienzo de su nueva vida. Al mismo tiempo que estas redes, se iban constituyendo redes de 15 Se ha destacado que hacia 1930 se produce el “agotamiento definitivo del ciclo migratorio hacia Cuba”. Entre 1931 y 1943 se estima que “sólo entraron algo más de 20.000 inmigrantes de cualquier procedencia, una cifra insignificante en comparación con los casi 700.000 de los doce años anteriores (MALUQUER DE MOTES, Jordi. Nación e inmigración: los españoles en Cuba (ss. XIX y XX). Barcelona: Júcar, 1992, p. 161-162. Este fenómeno es descrito por Marcelo CARMAGNANI como “el repliegue de la gran emigración” (Emigración mediterránea y América. Formas y transformaciones, 1860-1930. Colombres: Fundación Archivo de Indianos, 1994, p. 79 ss). 16 BLANCO RODRÍGUEZ, Castellanos y leoneses en Cuba, ob. cit., p. 96-100. 17 Sobre los efectos de la emigración en Zamora desde finales del siglo XIX a la actualidad, véase: BLANCO RODRÍGUEZ, Juan Andrés. “Zamora: emigración, identidad y vinculación”, Boletín Económico de Castilla y León, 19 (2009), p. 35-36.

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sociabilidad más formales. En el caso de los emigrantes oriundos de León y Castilla, pronto aparecen asociaciones como la Sociedad de Beneficencia de Ambas Castillas, León y Extremadura, fundada en 1878 y ya extinta, o la Sociedad Castellana de Beneficencia y la Benéfica Burgalesa, instituidas en 1885 y 1893 respectivamente, y en ambos casos aún vigentes. Se trata de asociaciones de carácter benéfico y asistencial, propias de esa fase migratoria, y creadas a imagen de las sociedades genéricamente españolas que poblaban Cuba y los otros países que acogieron a los emigrantes castellanos y leoneses. Estas asociaciones se verán acompañadas a partir de la primera década del siglo XX de otras con un carácter más amplio, donde a lo asistencial –fundamentalmente orientado a ofrecer servicios médicos a los asociados- se unirá lo educativo, lo social y lo recreativo. Además, estos nuevos centros de emigrantes, como será el caso de la Colonia Zamorana, tendrán en el origen de sus fundadores y miembros un elemento de cohesión determinante. Las asociaciones de carácter provincial, junto con las microterritoriales –como la Colonia Fermosellana de Santiago de Cuba- articulan servicios solidarios, pero la agregación de sus miembros se produce por este vínculo de origen. Ello es posible ya entrado el siglo XX gracias al importante volumen de inmigrantes coterráneos residiendo en un mismo lugar, en el caso de los zamoranos principalmente en La Habana, pero también en otras provincias, como la de Pinar del Río o Santiago. No obstante, los vínculos entre parroquianos y naturales de una misma provincia, aludiendo al caso de los zamoranos, van a encontrar otros ámbitos de manifestación societaria y, de hecho, podríamos decir que estas sociedades se articulan en buena medida en el caso cubano, a partir de la creación de una sociedad de carácter regional en 1909: el Centro Castellano de La Habana.

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ORIGEN Y DESARROLLO INICIAL DE LA COLONIA ZAMORANA DE CUBA Serán los zamoranos, junto a los leoneses, los dos colectivos de asociados más numerosos en el Centro Castellano de La Habana18, en cuyo seno se van a constituir distintas colonias de ámbito y querencia provincial entre 1914 y 1916. De esos “clubes” –después “Colonias”- hoy siguen vigentes las correspondientes a León, Palencia, Salamanca y Zamora, y se han extinguido las vinculadas con Valladolid, Segovia y Burgos, entre otras19. En este contexto nace la Colonia Zamorana de la Isla de Cuba el cuatro de septiembre de 1916 “con vistas originalmente a solicitar de la Excma. Diputación Provincial de Zamora el estandarte de la provincia"20, como harán el resto de 18 Sociedad

creada en 2 de mayo de 1909 con estos objetivos: “mantener la más estrecha unión entre los castellanos, sus descendientes y el pueblo de Cuba; propender al mayor realce del nombre de Castilla y de sus provincias; proporcionar a sus asociados asistencia en sus enfermedades, instrucción, recreo y protección; procurar se establecieran relaciones de amistad y compañerismo con las sociedades de igual índole de Cuba y de fuera de ella; y para dar cumplimiento a los fines que señalara un mayor desarrollo de la institución” (MONGE MULEY, Servando. Españoles en Cuba, Barcelona, Ed. Redacción Bigay, 1953, p. 49). Desde su nacimiento se constituirá en el principal referente de entidad identitaria para los castellanos y leoneses establecidos en Cuba. Sobre el Centro Castellano, véase: BLANCO RODRÍGUEZ, Juan Andrés. “El Centro Castellano en Cuba, 1909-1961”, Studia Zamorensia, 3, 1996, p. 159-212; y, del mismo, “Cincuenta años de Castilla en Cuba: el Centro Castellano (1909-1961)”, Fuentes y documentos de la emigración castellana y leonesa, 1, 2014, p. 5-44. 19 En este último caso nos referimos al Recreo Burgalés, no obviamente a la Sociedad Benéfica Burgalesa, fundada mucho antes, en 1893, y aún vigente. Aparte de los clubes vinculados a provincias de la actual región de Castilla y León, se crearon simultáneamente otros en el seno del Centro Castellano como el Club Riojano, el Madrileño o el Centro Montañés. 20 El 4 de septiembre de 1916 se reúnen en los locales del Centro Castellano nueve zamoranos que deciden constituir una sociedad que denominan Colonia Zamorana de la Isla de Cuba. Santiago Garrido será el Presidente de la Comisión Gestora y Rafael Blanco el Secretario. Véase Actas de la Colonia Zamorana de Cuba, Agrupación de Sociedades Castellanas, La Habana, 4 de septiembre de 1916. La Comisión Gestora acuerda dirigirse a todos los zamoranos residentes en la isla para comunicarles la fundación de la Sociedad y en el mismo sentido se remiten cartas a la prensa zamorana.

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“clubes” simultáneamente. No obstante, las primeras reuniones han de datarse ya durante el año 1915, como queda atestiguado en artículos publicados en la revista Castilla, órgano del Centro Castellano, y en los que se hacían eco de la inminente constitución del Club Zamorano, que estaba a la espera de la recepción del estandarte de Zamora donado por la Diputación Provincial21.

Noticia sobre la actividad del Club Zamorano en el seno del Centro Castellano de La Habana previa a la constitución legal de la Colonia. Castilla. Revista ilustrada, nº 1, julio de 1915.

El 3 de octubre de ese mismo año tiene lugar la primera reunión de la nueva Asociación con asistencia de numerosos comprovincianos, dando cuenta de la legalización de la misma y procediendo a elegir la primera Junta Directiva, que estará encabezada por Santiago Garrido (Actas, 3 de octubre de 1916). Véase también Colonia Zamorana de Cuba: Breve reseña de la Colonia Zamorana de Cuba, La Habana, Agrupación de Sociedades Castellanas, 1993 21 Véase Castilla, 1 de julio y 1 de noviembre de 1915.

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Acta de creación de la Comisión fundadora de la Colonia Zamorana de la Isla de Cuba (fragmento). 4 de septiembre de 1916. Centro de Estudios de la Emigración Castellana y Leonesa / UNED Zamora. Fondo: Colonia Zamorana de Cuba. 30

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Noticia sobre la aprobación de los primeros estatutos y elección de la primera Junta Directiva de la Colonia Zamorana. Heraldo de Zamora, 10/11/1916.

Hasta los años treinta la Colonia tiene una vida bastante lánguida, dado su reducido número de socios permanentes, y en cierta medida se refundará en 193122. En los años difíciles para la economía cubana de la década de los veinte y primeros treinta su actividad se centró en el socorro a los zamoranos en apuros y, como se afirma en una memoria del Centro Castellano, "gracias a la labor personal de unos cuantos socios pudieron ser embarcados y socorridos todos los zamoranos necesitados"23. A pesar de las dificultades, durante este lapso temporal no llega a desaparecer, como pone de manifiesto una carta remitida al Gobernador de la Provincia de La Habana el 27 de diciembre de 1928 en la que se le informaba que se procedía a modificar 22 Centro Castellano de La Habana. 1909-1938. Vigesimonono año de su fundación, La Habana: Centro Castellano, 1938, p. 50; ALONSO VALDÉS, Coralia; BLANCO RODRÍGUEZ, Juan Andrés. Zamoranos en Cuba. Zamora: UNED-Ayuntamiento de Zamora, 2007, p. 155. 23 Centro Castellano de La Habana. 1909-1938. Vigesimonono año de su fundación, ob. cit. p. 50.

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Reseña gráfica de la celebración del 13º aniversario de la fundación de la Colonia Zamorana. Año 1931. Heraldo de Zamora, 01/07/1931.

la composición de su Junta Directiva por falta de asociados. Desde 1935 resurge con fuerza atrayendo a nuevos socios, y en 1937 recibe un nuevo impulso con la reforma de su Reglamento y la construcción del Panteón Social24. Entre 1959 y 1966 la Colonia fue dada de baja en el Registro de Asociaciones de Cuba, "sin embargo, siguieron unidos los zamoranos bajo su égida", restableciéndose legalmente su actividad en 196725. A pesar de los avatares de la organización, y los cambios en su reglamento, los objetivos de la Colonia Zamorana no variaron en lo esencial

24 Actas,

2 de abril de 1937. El nuevo Reglamento recoge también el cambio de designación oficial a Colonia Zamorana de Cuba. 25 Breve reseña de la Colonia Zamorana de Cuba, La Habana: Agrupación de Sociedades Castellanas, 1993; y ALONSO VALDÉS; BLANCO RODRÍGUEZ, Zamoranos en Cuba, ob. cit., p. 155.

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desde su fundación. Entre los principales objetivos que perseguía la asociación en su fundación estaba trabajar por el engrandecimiento del Centro Castellano, sociedad matriz del asociacionismo castellano-leonés en la Isla. En este sentido se comprometía a "facilitar diversiones morales y actos culturales" en beneficio de los asociados y muy en especial "prestar auxilios morales y materiales a los asociados que por su situación económica o enfermedad lo necesitaren"26. Asimismo, y dentro de las posibilidades económicas de la Colonia, se tenderá también a auxiliar a los comprovincianos no socios que pasaban por apuros, algo que caracteriza la actividad asociativa de la Colonia hasta la actualidad. Entre estos fines, presentes en los distintos reglamentos y reformas de los mismos de 1916, 1937, 1943, 1967 y 2004, como también en el último de 2012, sobresale la labor de "unir a todos los zamoranos, a sus hijos, nietos y demás descendientes, afines y simpatizantes residentes en Cuba"27. Persigue también desarrollar la vinculación de sus asociados con la provincia de origen, contribuyendo a "difundir y enaltecer todo lo tendente a honrar a la provincia de Zamora, a Cuba y a España"28.

26 Véase

Reglamento de la Colonia. Agrupación de Sociedades Castellanas, La Habana. de 2012, artículo 2.a. 28 FERNÁNDEZ MAYO, María Antonia. El asociacionismo zamorano en Cuba en el contexto castellano. Trabajo de investigación. Instituto de Estudios Zamoranos “Florián de Ocampo”, 2004, p. 67-69. En el reglamento presentado por la Colonia al Ministerio del Interior cubano el 6 de noviembre de 1966 se insiste entre los objetivos en el estrechamiento de "los lazos de amor y confraternidad entre Cubanos y Españoles". 27 Reglamento

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SEDES SOCIALES DE LA COLONIA ZAMORANA Al igual que el resto de asociaciones vinculadas al Centro Castellano, y con la excepción del Club Villarino29, tuvo su sede social en los locales de la entidad-madre, en el Palacio Villalba (en el número 504 de la calle Egido de La Habana). En el año 1961, y tras la reducción de la actividad de la Colonia con ocasión de la revolución cubana de 1959, se traslada con el resto de asociaciones castellanas a una nueva sede en el barrio de la Víbora, calle 10 de

Palacio Villalba, sede del Centro Castellano de La Habana y de la Colonia Zamorana hasta 1961. Hacia 1925. En: Album Cuba en 1925. La Habana: Cigarros Susini / Henry Clay and Bock and Co. Ltd., 1925

29

Esta entidad estaba formada por personas oriundas del pueblo salmantino de Villarino de los Aires, en Las Arribes, en el noroeste de la provincia y muy próximo a la linde con Zamora. Es la única sociedad microterritorial de origen castellano y leonés, junto con el Centro Maragato Val de San Lorenzo de Buenos Aires, que aún permanece vigente en la emigración exterior.

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Inauguración de la Casa de Zamora en La Habana. 25 de enero de 2003. Fuente: La Opinión-El Correo de Zamora. 35

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Octubre nº 17, y posteriormente a los nuevos locales de San Rafael nº 609. Ya en el siglo XXI, en enero de 2003, con la presencia del embajador de España en Cuba, autoridades cubanas y zamoranas, el Historiador de la Ciudad de La Habana inauguró la sede concedida por su Oficina a la Colonia Zamorana en la restaurada calle Muralla, junto a la Plaza Vieja de la capital. Un emplazamiento espléndido que reconoce la vitalidad de la Colonia en los últimos años, lo que ha servido de acicate, sin duda, para el mantenimiento y relanzamiento, en algunos casos, del resto de sociedades castellanas y leonesas30.

REGLAMENTOS Y ORGANIZACIÓN INTERNA DE LA SOCIEDAD Como en el resto de entidades de esta naturaleza es el Reglamento el que determina su estructura, funciones y gobierno. El de esta asociación sigue el patrón común existente en el ámbito del Centro Castellano31. El primitivo Reglamento, que data del año 191632, será modificado parcialmente en varias ocasiones33. El 11 de marzo de 1937 se adapta34 con la incorporación del Fondo de Beneficencia, que servirá para socorrer a numerosos zamoranos en Cuba, facilitando su retorno a España, especialmente en los periodos en los que la economía de la Isla sufría los embates de las crisis. En septiembre de 1943 sufre una nueva reforma para adaptarlo a las indi30 De

hecho, no nos consta que ninguna otra Sociedad “provincial” cuente con sede propia, al menos en un lugar tan emblemático. Este aspecto se desarrolla en la segunda parte de este libro. 31 Consta de diversos apartados comunes a los reglamentos de las distintas asociaciones del Centro Castellano sobre denominación y objeto, socios, gobierno de la sociedad, recursos y cuotas, fondos de auxilio mutuo y beneficencia, panteón social, fiestas, elecciones, reuniones, comisión de control, disolución de la sociedad y modificación del propio Reglamento. 32 Con un articulado de 80 epígrafes organizado en 19 capítulos. Para lo que sigue, véase también, ALONSO VALDÉS; BLANCO RODRÍGUEZ, Zamoranos en Cuba, p. 156 ss. 33 El Reglamento primitivo se elabora en reunión de la Comisión Gestora de 18 de septiembre de 1916, y consta de 80 artículos agrupados en 19 capítulos. 34 Ampliando a 97 sus artículos.

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Reglamento de la Colonia reformado en 1937 (fragmento). Centro de Estudios de la Emigración Castellana y Leonesa / UNED Zamora. Fondo: Colonia Zamorana de Cuba. 37

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caciones que sobre el proceso electoral y derechos de las minorías había establecido el Gobierno Provincial de La Habana35. Tras la revolución castrista se modifica la legislación cubana sobre asociaciones, exigiéndose el cambio del reglamento. En noviembre de 1966 se presenta en el Ministerio del Interior cubano uno nuevo, aprobado ya en 1967, siendo presidente Jacinto Cristóbal36. La asociación de emigrantes se articula en torno a la Asamblea General de Asociados, que se reúne con carácter ordinario dos veces al año37, y la Junta Directiva. "En la Asamblea General residirá la soberanía de la Sociedad, considerándose a la Junta Directiva como representante y mandataria de la misma". El gobierno y administración son ejercidos realmente por la Junta Directiva, compuesta por los siguientes cargos: un Presidente, un Vicepresidente, un Tesorero, un Vicetesorero, seis Vocales, los Ex-Presidentes -éstos con el carácter de vocales natos desde 192138 - y tres vocales suplentes39. Habrá, además, un Secretario Social, y desde 1967 un Secretario Letrado, nombrados y removidos libremente por la Junta Directiva40. Estos cargos no conllevan remuneración alguna41 y son de carácter honorífico, elegibles y reelegibles bianualmente, con renovación parcial de la 35 Afecta

al artículo XIX del Reglamento reformado en 1943. Véase Actas, 27 de septiembre de 1943. nuevo reglamento contará con 24 artículos organizados en 6 capítulos o secciones. Véase Reglamento aprobado en 1967 y Breve reseña de la Colonia Zamorana de Cuba, ob. cit. 37 Como el resto de las asociaciones de su tipo lo hará generalmente dos veces al año, pero en el Reglamento de 1937 se establecen cuatro reuniones preceptivas en los meses de marzo, junio, septiembre y diciembre. 38 "en lo sucesivo todos los que hubieran sido o fueren Presidentes de la Colonia [añadido a lápiz “electos”] serán considerados como vocales de directiva con los mismos derechos y atribuciones que éstos" (Actas de las Juntas Generales, 6 de abril de 1921). 39 Esta es la composición normal. Algunos años se incrementará el número de vocales y se elegirá también Vicepresidente Segundo. En 1933 y 1934 hay tan escaso número de socios efectivos que no se puede realizar la elección de la Junta Directiva de acuerdo con el Reglamento, y así se comunicará a la autoridad cubana pertinente, el Gobernador de La Habana. Véase Actas, 10 de marzo de 1933. 40 Véase Reglamento de 1967, art. 7. 41 Desde 1948 al Secretario se le denominará Jefe de Despacho y desde principios de esta década de los cuarenta tendrá una retribución de 5 pesos mensuales. Esta retribución se elevará en 1959 a 10 pesos y en 1967 a 20. 42 Según el Reglamento aprobado en 1967 los mandatos de los distintos miembros de la Junta Directiva serán de tres años y se insistirá en que los antiguos miembros "permanecerán en sus cargos hasta tanto tomen posesión los nuevamente elegidos, a los efectos de que en ningún caso y por ninguna circunstancia quede sin gobierno la Sociedad" (Reglamento, art. 11.). Lo que pone de manifiesto la dificultad que existe en ocasiones, particularmente en los momentos más difíciles de la Colonia, para contar con interesados en la dirección de la asociación, lo que determina el que ésta corra a cargo de un reducido número de socios, con escaso recambio. 36 El

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mitad de la Junta cada año, según el primitivo Reglamento de 191642. Anualmente se nombra a los presidentes de las distintas secciones, básicamente las de Propaganda, Fiestas, Glosa y Panteón Social, con carácter permanente; así como otras secciones temporales que la Junta Directiva considere oportuno crear. Para ser miembro de la Junta se exigía naturalmente estar al corriente de las cuotas y llevar un tiempo mínimo como asociado que, en principio, se fija en dos años. El proceso de elecciones está minuciosamente regulado en el Reglamento y controlado por una Comisión Electoral con dos Secretarios escrutadores43. El primer Presidente de la Colonia Zamorana será Santiago Garrido y el Secretario Rafael Blanco, principal artífice del Reglamento primitivo44. De hecho, desde los años treinta, y ante las mayores dificultades en las que se desenvuelven las asociaciones de españoles, todas tien-

Noticia sobre la elección de una nueva directiva de la Colonia Zamorana. Año 1922. Heraldo de Zamora, 08/02/1922.

den a realizar menos cambios en sus equipos 43

Véase el Reglamento de 1916, art. 30. Se establece que el periodo electoral se extiende desde el 15-25 de noviembre hasta la celebración de las elecciones, pudiendo presentarse candidatos hasta el 5 de diciembre. Cada candidatura debía estar formada en un principio por 10 socios. La Junta Directiva no podrá hacer candidatura alguna, salvo que en el periodo oficial no se presentase ninguna, como ocurre con cierta frecuencia. Véase Actas, 27 de septiembre de 1919. 44 Historia de la Colonia Zamorana de Cuba. 1916-2001. LXXXV Aniversario. La Habana, 2001, p. 7. 44 Generalmente se presenta una única candidatura y en ocasiones hay dificultades para completarla, por lo que los directivos, en especial los vocales, repiten mandato con mucha frecuencia.

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directivos, no siendo ajeno a esta circunstancia el que también hay un menor interés por ocupar dichos cargos y las responsabilidades inherentes a ellos45. De entre los vocales de la Junta Directiva se eligen los miembros de las distintas Secciones. Las Secciones fijas son tres: la de Propaganda, la de Fiestas y, desde 1937, la del Panteón. Cada una cuenta con un presidente que es elegido anualmente, aunque puede ser reelegido, y de hecho así se hace. La sección de Fiestas reviste gran importancia, ya que las actividades recreativas son algunas de las más importantes de la Colonia, particularmente en los primeros años de su existencia. A estas actividades festivas se Noticia sobre la elección de la nueva directiva de la Colonia Zamorana. Año 1933. Heraldo de Zamora, 15/02/1933.

dedica una parte significativa del presupuesto y pueden ser gratuitas para los socios o "de pensión", generalmente con la finalidad de recoger fondos con

algún objeto determinado. La sección de Propaganda se constituye por primera vez el 2 de febrero de 1920 con la denominación primitiva de Sección de Propaganda, Recreo y Adorno46. Tiene a su cargo la relación con la prensa periódica, que es

45 Generalmente

se presenta una única candidatura y en ocasiones hay dificultades para completarla, por lo que los directivos, en especial los vocales, repiten mandato con mucha frecuencia. 46 Véase Actas, 2 de febrero de 1920.

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cuidada con mimo. Un trato particular y estrecho es el que se establece y se mantiene con la Asociación de Cronistas Regionales. Ya en los años cuarenta en el Libro de Caja de la Colonia se consignan diversas gratificaciones para los periodistas de El País y de Información. Y desde los años cincuenta y hasta primeros de los ochenta la sociedad de emigrantes zamoranos mantiene numerosas deferencias con el cronista Pablo R. Fresno. Será también durante la década de los cincuenta cuando se entreguen varias gratificaciones en metálico a diversos periodistas de los diarios habaneros Crisol y Alerta47. Por lo que se refiere a la prensa de la tierra de origen, y ya desde los años treinta, la Colonia está suscrita a los periódicos El Correo de Zamora y Heraldo de Zamora. Desde 1977 hasta la actualidad se recibe en la sede la revista Carta de España. Esta Sección de Propaganda se encarga asimismo de mantener los contactos con los asociados y las distintas actividades encaminadas a dar a conocer y difundir la existencia y labor de la Colonia. Se procura cuidar con esmero y potenciar la relación con la provincia de origen. Esta sección se encargará de la organización de algunas campañas dirigidas a obtener fondos o bienes para la Colonia y a otros fines48. A la sección del Panteón corresponde todo lo relacionado con la adaptación, mantenimiento y utilización del mismo. Generalmente su presidencia recaerá en el cargo del Vicetesorero. Existe asimismo una Comisión de Glosa, integrada por socios con una cierta formación en contabilidad y administración y que no formen parte de la Junta Directiva. Su nombramiento es anual y se encarga de supervisar las operaciones de la administración de la Colonia, revisar la contabilidad y balances y, en general, comprobar si la gestión de la asociación se ajusta a lo dispuesto en el Re-

47 En

1958, por ejemplo, 45 pesos. Véase Libro de Caja de la Colonia Zamorana. Agrupación de Sociedades Castellanas, La Habana. 48 Entre ellas la suscripción de bonos para la construcción del Panteón.

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glamento de la Colonia y la Ley de Asociaciones vigente en la República de Cuba. Semestralmente debe rendir un informe ante la Junta General, aunque en ocasiones se hace con una periodicidad más amplia. Dentro de la Junta Directiva se pueden nombrar otras comisiones para actividades determinadas y con una duración variable. En 1918 se constituye una comisión "para hacer más firme la unión entre los zamoranos", que tendrá como presidente a uno de los comprovincianos más entusiastas, don Claudio Luelmo49. Desde el primer momento, y con el fin de apoyar a los socios en dificultades, se constituirá una comisión variable encargada de rendir visita a los socios enfermos "para interesarse por su estado y circunstancias personales y familiares". En caso de defunción, una representación de la Colonia ha de asistir obligatoriamente al entierro50. Al igual que otras Colonias, la zamorana cuenta con asesorías médica y jurídica. La primera tiene como misión investigar e informar sobre la situación de los socios que demandan subvención por enfermedad, labor que corresponde al Médico de la Sociedad, que es nombrado por la Junta Directiva51. Varios miembros de ésta actuarán mensualmente de Vocales de Visita, que tenían la obligación de visitar a los socios que habían solicitado ayuda.

49

Véase Actas, 3 de septiembre de 1918. Véase Actas, 7 de noviembre de 1916. El incumplimiento de las obligaciones expuestas acarreaba una multa de 30 centavos. 51 En los años sesenta y setenta lo será el Dr. Farías Lazcano. 50

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ACTIVIDADES RECREATIVAS, ASISTENCIALES Y CULTURALES Este tipo de actividades juegan un papel fundamental en el proceso por mantener las identidades, uno de los objetivos que persiguen estas asociaciones. Las fiestas, jiras, encuentros, veladas artísticas y culturales, pretenden cohesionar la comunidad de origen y recrear distintos elementos de identificación52, si bien, en ocasiones

Acto festivo de la Colonia Zamorana de Cuba. Sin fecha. Centro de Estudios de la Emigración Castellana y Leonesa / UNED Zamora. Fondo: Colonia Zamorana de Cuba. Fondos familiares. Gregorio Mezquita Romero.

en una versión estereotipada o congelada de los mismos, debido a la falta de contacto con la evolución que sufren en los propios lugares de origen. Durante años, buena parte de estas actividades tienen como marco de ce52 Véase

al respecto el artículo de NÚÑEZ SEIXAS, Xosé Manoel. “Gaitas y tangos: las fiestas de los inmigrantes gallegos en Buenos Aires (1890-1930)”, Ayer, 43, 2001, p. 191-223; y, más recientemente, BLANCO RODRÍGUEZ, Juan Andrés. “Desarrollo de la identidad regional: el asociacionismo español en Cuba”. En J. A. BLANCO y A. DACOSTA (coords.). El asociacionismo de la emigración española en el exterior: significación y vinculaciones. Madrid: Sílex, 2014, p. 129-150.

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Almuerzo de zamoranos y castellanos del Centro Castellano de La Habana, en el restaurante “El Templete”, La Habana (Cuba). Sin fecha. Centro de Estudios de la Emigración Castellana y Leonesa / UNED Zamora. Fondo: Agrupación de Sociedades Castellanas y Leonesas.

lebración a las cervecerías La Polar y La Tropical, empresas vinculadas a los emigrantes de origen castellano y leoneses53. La festividad anual más importante se realizaba generalmente durante el mes de junio, coincidiendo con los días cercanos a San Pedro, la fiesta de la capital zamorana, y la inversión en la misma dependía de los ingresos por número de socios, absorbiendo una buena parte de las finanzas de la Sociedad. Se realizan asimismo otras fiestas, algunas de ellas de pensión para recaudar fondos con fines diversos. Las fiestas anuales se mantendrán hasta principios de los sesenta, momento en el que las dificultades para obtener abastecimientos y la falta de facilidades dadas por las autoridades cubanas obliga a su suspensión54. 53

A esta fiesta anual tenían acceso en un principio sólo los asociados y familiares. Con el tiempo estará abierta a todas las familias zamoranas, aunque no sean socios. (Entrevista con el Presidente de la Colonia Zamorana, Manuel Iglesias, febrero de 1994).

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Acto social en la sede de la Colonia Zamorana. Sin fecha. Centro de Estudios de la Emigración Castellana y Leonesa / UNED Zamora. Fondo: Agrupación de Sociedades Castellanas.

Las personas del entorno de los asociados podían asistir -y muchos lo hacían- previo pago de la cuota establecida por la Junta Directiva. Ésta, por su parte, cursaba siempre invitación a los directivos del Centro Castellano y a las sociedades de su entorno, a la prensa y también a las autoridades locales -generalmente al Gobernador y al Alcalde de La Habana- y españolas en Cuba -Ministro (Embajador) y Canciller-. Con ocasión de las reuniones de Junta General en los locales del Centro Castellano, al final de las mismas, solía tener lugar un acto social en el que participaban socios y familiares así como miembros de otras asociaciones castellanas y leonesas. En los periodos de mayores dificultades para la Colonia, como serán los primeros años treinta, estas fiestas y la de conmemoración de la fundación serán casi las únicas actividades recreativas de la entidad. Como el resto de las Colonias castellanas, la zamorana participa en la celebración de los festivales denominados Un Día en Castilla, que son organizados anualmente 54

Las fiestas no se suspenden en el periodo difícil que sigue al Decreto de Moratoria, lo que provocará distintas críticas procedentes de socios destacados como Claudio Luelmo. Véase Actas, 9 de noviembre de 1920.

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por el Centro Castellano con la finalidad de recaudar fondos55. En estas jornadas los elementos identitarios están más difuminados por la propia debilidad de la identidad regional56, predominando los aspectos puramente recreativos a partir de la rememoración de la gastronomía, la música y los juegos regionales. La actividad asistencial y de auxilio mutuo será una de las más importantes. Desde el inicio de la Colonia se establece el régimen de visitas que una comisión de socios debe girar a los miembros de la Sociedad que caen enfermos57. En 1937 se crea, como avanzábamos, un Fondo de Beneficencia destinado fundamentalmente a socorrer a sus asociados, sobre todo en caso de enfermedad o precariedad58. En ocasiones podrá auxiliarse a otras personas. Está constituido básicamente por aportaciones voluntarias y desde septiembre de 1941 se dedica al mismo el 20% de los ingresos por cuotas ordinarias. Este fondo se mantiene en un buen nivel de recursos59. Este dinero servirá para hacer frente a los gastos de repatriación de muchos zamoranos en los difíciles años treinta, particularmente a partir de los decretos de nacionalización del trabajo de 1934. También se ayuda a otros españoles, muchas veces en colaboración con distintas asociaciones como la Beneficencia Castellana60. En cualquier caso, la ayuda para la repatriación de socios necesitados será una constante desde el inicio de la Colonia, re55 Se dedica a este fin una contribución significativa, que en 1944 se elevaba a 50 pesos. Véase Libro de Caja. En 1951 se compran 200 entradas para el mencionado acto. Véase Actas, 24 de febrero de 1951. 56 ALONSO VALDÉS; BLANCO RODRÍGUEZ, Zamoranos en Cuba, ob. cit., p. 154. 57 Véase Actas, 31 de enero de 1917. 58 Reglamento aprobado en 1937. En principio, para la percepción de estas ayudas en caso de enfermedad se precisaba llevar un mínimo de años como socios. La ayuda solía durar unos cuarenta días e iba de cuarenta centavos a un peso diarios en función de la antigüedad como socio. 59 Saldo del Fondo de Beneficencia (1939-1962). En pesos.

1939 1940 1941

3,00 39,00 81,30

1942 1943 1944

207,25 342,45 494,35

1945 1946 1947

669,15 844,43 961,53

1948 1949 1950

1055,83 1121,53 1096,53

1952 1959 1962

1076,53 1071,53 1001,53

Fuente: Elaboración propia a partir de los datos del Libro de Caja de la Colonia Zamorana de Cuba. los años cincuenta la Colonia apoya algunas iniciativas como la coordinada por el Consulado de España en La Habana que facilita viajes a España tanto a los españoles "nacionales como a los nacionalizados" con escasos medios económicos. El viaje, para una estancia de 10 meses, tenía gratis la ida y un 10% de descuento en la vuelta. Véase Actas, 14 de noviembre de 1955. 60 En

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En la Quinta de Salud “Santa Teresa”, gestionada por el Centro Castellano, los socios de la Colonia Zamorana recibieron asistencia sanitaria desde 1924 hasta 1961.

curriendo antes de la constitución del Fondo de Beneficencia a la realización de suscripciones al afecto. Junto a las ayudas para los gastos de repatriación existen las también muy

frecuentes

en

apoyo de los socios y otros paisanos enfermos o en dificultades económicas que se lle-

Recibo de pago de la cuota de la Casa de Salud “Santa Teresa” a nombre de Manuel Iglesias Rodrigo, socio de la Colonia Zamorana y natural de Muelas del Pan. Año 1953. Centro de Estudios de la Emigración Castellana y Leonesa / UNED Zamora. Fondo: Centro Castellano de La Habana. Documentos de emigrantes. 47

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El antiguo director médico de la Quinta de Salud del Centro Castellano, el Dr. D. Mariano Sánchez Vicente. A la derecha, uno de los pabellones de la Quinta de Salud “Santa Teresa de Jesús”. Fotografía de Sergio Castro. Centro de Estudios de la Emigración Castellana y Leonesa / UNED Zamora.

van una parte significativa de los ingresos. De hecho, las referencias más numerosas existentes en las Actas de las reuniones ordinarias y extraordinarias de la Junta Directiva tienen que ver con esta labor asistencial. La Colonia Zamorana es socio de la Sociedad de Beneficencia Castellana desde 1916 y cubre parte de los gastos derivados de la atención médica que reciben sus asociados en la Casa de Salud “Santa Teresa de Jesús” que posee el Centro Castellano en Arroyo Apolo, en La Habana. A la Sociedad de Beneficencia Castellana estarán adheridos la mayoría de los socios de la Colonia. Desde la sociedad de emigrantes provincial se contribuirá también a diversas iniciativas de carácter benéfico en favor de distintas instituciones y colectivos cubanos y españoles, particularmente zamoranos. Al igual que otras asociaciones, la Colonia Zamorana se ocupa de buscar colocación laboral a aquellos comprovincianos que se trasladan a la Isla, en ocasiones respondiendo a recomendaciones emitidas desde las instituciones zamoranas61. Sin embargo, a la vista de las dificultades eco48

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nómicas del inicio de los años veinte, la Colonia Zamorana se preocupa de no crear falsas expectativas a los posibles emigrantes que tenían como destino Cuba, y con este fin se rechaza la posibilidad de Boleto de calificaciones de un alumno zamorano del Plantel Cervantes. Año 1948. Centro de Estudios de la Emigración Castellana y Leonesa / UNED Zamora. Fondo: Centro Castellano de La Habana. Documentos de emigrantes.

hacer propaganda de su existencia en la prensa zamorana62.

Acta de la Junta Directiva de la Colonia en la que se alude a la “biblioteca Social” de la Colonia. 8 de noviembre de 1917 (fragmento). Centro de Estudios de la Emigración Castellana y Leonesa / UNED Zamora. Fondo: Colonia Zamorana de Cuba.

61

El diputado Sr. Núñez envía diversas recomendaciones en este sentido. Véase Actas, 11 de diciembre de 1919. Actas, 20 de enero de 1922.

62 Véase

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Asimismo no se descuida la atención educativa y cultural en beneficio de los socios. Los hijos de éstos podrán asistir a las clases de los distintos niveles de enseñanza que oferta el Plantel Cervantes del Centro Castellano, y los mismos asociados a la formación de adultos en horario nocturno63. La Colonia Zamorana apoyará económicamente al Plantel Cervantes, y en 1938 se establecerá un premio anual para gratificar al alumno "que quede en primer lugar en el curso en Gramática Castellana”64. Algunas asociaciones del ámbito del Centro Castellano disponen de alguna publicación periódica, pero no es el caso de la Colonia Zamorana. De lo que sí que hay constancia es que con ocasión de la recepción del estandarte de la provincia, donado por la Diputación, se aprueba la propuesta de publicar con carácter extraordinario una revista cuyo contenido iba a girar en torno a Zamora y su historia. Se crea una comisión al efecto y se reciben diversos trabajos artísticos e históricos, pero la revista, por lo que sabemos, no llega a ver la luz65. La Colonia cuenta asimismo desde finales de 1917 con una Biblioteca Social cuyos fondos se refieren básicamente a temas de contenido histórico, geográfico y cultural sobre Zamora. La biblioteca se nutre fundamentalmente de donaciones altruistas de los socios66. Con finalidad cultural, pero también económica a beneficio directo de la sociedad o para contribuir a alguna finalidad determinada, se realizan diversas funciones teatrales y musicales.

63

Véase Centro Castellano de La Habana. 1909-1938. Vigesimonono año de su fundación, ob. cit. p. 57. En 1929 la Colonia colabora económicamente con la Sección de Instrucción del Centro Castellano para la puesta en marcha del Plantel Cervantes. Se establecen algunas aportaciones en beneficio de esta institución educativa. 64 Es un premio de 10 pesos que se otorgará al alumno más distinguido en las clases nocturnas, pues el correspondiente de las diurnas es premiado por la Colonia Palentina. Véase Actas, Junta General Extraordinaria de 14 de febrero de 1938. 65 Véase Actas, Junta Directiva de 22 de marzo y de 28 de septiembre de 1917. 66 En una de las primeras reuniones de la Junta Directiva de la Colonia, el 18 de enero de 1917, se acuerda crear una biblioteca "que recoja obras de autores zamoranos", entre los que se cita a Ursicino Álvarez, Ramos Carrión y Evaristo Díez. Véase Actas, Junta Directiva de 18 de noviembre de 1917.

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EL PANTEÓN DE LA COLONIA Desde octubre de 1937 la Colonia Zamorana se encarga de proporcionar a sus socios y familiares un servicio póstumo: su entierro en el Cementerio Colón de la capital habanera67. Es ésta una práctica que se repetirá en otras colectividades de la órbita asociativa castellana y leonesa68. En reu-

Comitiva funeraria de un zamorano en La Habana, sin fecha. Centro de Estudios de la Emigración Castellana y Leonesa / UNED Zamora. Fondo: Colonia Zamorana de Cuba.

67 El panteón es inaugurado el 12 de octubre de 1937, con la bendición de un sacerdote zamorano y socio de la Colonia, Adrián Medina (Historia de la Colonia Zamorana de Cuba. 1916-2001. LXXXV Aniversario. La Habana, 2001, p. 9).

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nión de 21 de abril de 1919 se plantea por primera vez la conveniencia de la construcción de un panteón "con el fin de que el que tenga la desgracia de morir en esta Isla, sea depositado en el mausoleo provincial y no en la fosa común". En abril de 1922 se vuelve a tratar el tema y se constituye una comisión a este fin, pero las dificultades económicas no lo hacen posible por el momento69. Será en el mes de septiembre del año 1936 cuando se le paguen al obispado de La Habana los primeros cien pesos por la compra del terreno del Panteón. Los apuros financieros determinan que el resto se vaya abonando en mensualidades de veinte pesos. Constaba de ocho fosas, de ellas dos para niños, y un osario. La compra del terrero y la construcción se financian fundamentalmente a través de una suscripción de bonos reintegrables por valor de un peso. Dicha suscripción tiene éxito incluso entre los zamoranos no inscritos, y en muy Panteón de la Colonia Zamorana en el Cementerio Colón de La Habana. Centro de Estudios de la Emigración Castellana y Leonesa / UNED Zamora. Fondo: Colonia Zamorana de Cuba.

68 Actualmente, todas las asociaciones de origen castellano y leonés mantienen su propio panteón en el Cementerio Colón. La Castellana de Beneficencia, que no disponía de él antes de 1967, se hace cargo del antiguo panteón de la Unión Vallisoletana. 69 Véase Actas, 12 de abril y 12 de mayo de 1922. En 1926 Salustiano Lopátegui, Gonzalo Vicente y Claudio Luelmo elaboran y valoran económicamente el proyecto, pero tiene que descartarse nuevamente (Actas, 26 de marzo de 1926).

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poco tiempo se obtienen con holgura los fondos necesarios para la obra. Resalta la elevada aportación de algunos de los socios más notables, tal y como queda reflejado en el siguiente cuadro: Relación de suscriptores nominales de la emisión de bonos reintegrables para la financiación del Panteón Social70.

Suscriptor

Ricardo Veloso Manuel Gato, Lorenzo de Toro, Francisco Sánchez y Juan Crespo Claudio Luelmo Ismael García y Antonio Río Arturo Sosa, Emilio Sosa, Carlos Bragado, Ángel Tejedor, Antonio Bernardo y Ángel Luelmo Félix Viñuela Celestino Burgos, Cipriano Fernández, Saturnino López, José Guarido, Juan José Vicente Crespo, Isaac Anta, Eusebio García, Nicolás Velasco, Miguel Pérez, José Ramos, Amador Panero, Ángel Panero, Enrique Panero, Roque Gato, Valentín Lorenzo, Ángel López, Julián Nozo, Fito Pérez y Miguel González Total (en pesos)

70

Cantidad que aporta cada uno

200 30 20 15

10 6

5 531

Véase Libro de Caja de la Colonia Zamorana de Cuba.).

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El coste final del mausoleo se elevará a unos 2.000 pesos, invirtiéndose posteriormente diversas sumas en la periódica adecuación del mismo71. Se bendice el 12 de octubre de 1937 con la presencia del sacerdote zamorano R. P. Adrián Medina. Las disposiciones sobre utilización del Panteón se incorporarán al nuevo Reglamento Social de la Colonia donde se establecerá que, además de los socios, podrán ser inhumados familiares en primer grado, siempre y cuando éstos abonasen la cuota establecida por la Junta Directiva72. A los tres años de la inhumación los restos habían de trasladarse al osario. En la jornada del 14 de diciembre de 1937 el Panteón acogerá el cadáver del primer zamorano, Miguel Franco Llamas.

LA GESTIÓN ECONÓMICA DE LA SOCIEDAD El reducido número de socios, cuyas cuotas serán la fuente básica de ingresos, determina que la Colonia no cuente con una situación económica holgada. También va a influir el que, al contrario de lo que ocurre con otras sociedades del ámbito del Centro Castellano, entre los socios de la Colonia Zamorana no abundaban los que habían triunfado económicamente en la Isla. Es conocido que no fueron pocos los emigrantes españoles que amasaron una considerable fortuna en Cuba durante las primeras seis décadas del pasado siglo, especialmente dedicándose al campo del comercio. 71 La

inversión inicial para la construcción fue de 1490,30 pesos. En 1937 los gastos de inhumación de los socios son de 12 pesos y corren a cargo de la Colonia. Los no socios pagan 40 pesos, cifra que posteriormente se elevará a 60. Durante los años cuarenta y cincuenta estas cuotas serán una buena fuente de ingresos. 72

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Estos españoles de posición holgada serán en buena medida el soporte económico de asociaciones del tipo y características de la zamorana, que no cuentan con un número elevado de inscritos. Su altruismo y donaciones servían tanto para el sustento diario como para el desarrollo de la agenda de actividades. En los primeros años de existencia de las distintas asociaciones vinculadas al Centro Castellano estos miembros destacados de la colectividad son los que proveen de una buena parte del capital social. Con las dificultades económicas de los años veinte se reducirán drásticamente estas aportaciones, pero será sobre estos hombres en los que continúen asentando las contribuciones básicas con las que acometer las distintas campañas de ayuda, compra de bonos para la sede social, el Panteón, etc. Como se puede comprobar en el estudio realizado por Servando Monge, y en relación a otras provincias, no son muchos los zamoranos que triunfaron económicamente en Cuba73. Los ingresos básicos proceden de las cuotas ordinarias de los socios, que en principio se debían abonar por adelantado74. Además existían cuotas sociales voluntarias y los nuevos afiliados debían satisfacer el equivalente a la cuota anual, aunque en ocasiones este punto se soslaya75. Las esposas de antiguos inscritos suelen aportar una cuota inferior a la media. Revisando el Registro de Socios llama la atención el que muy raramente algún socio aporta una cuota ordinaria más elevada, práctica filantrópica que es muy frecuente en otras colonias como la Leonesa o la Palentina. Otra fuente de ingresos, y nada desdeñable aunque inferior a lo 73 Entre los procedentes de las dos Castilla y León destacan los leoneses y los burgaleses. MONGE MULEY, Españoles en Cuba, ob. cit. Este autor cita a 9 zamoranos. 74 En 1918, ante las buenas perspectivas económicas, se eleva la cuota en 50 centavos, tras algunas discusiones. No obstante, cuando lleguen los efectos de la crisis de principios de los veinte se volverá a la primitiva cantidad. Véase Actas, 27 de diciembre de 1918. En 1923 se eleva la cuota mensual a 25 centavos. Véase Actas, 18 de mayo de 1923. También existía la sanción de que ante el impago de tres cuotas mensuales seguidas el socio fuese dado de baja. No obstante, en numerosas ocasiones se condona el pago de las cuotas atrasadas a aquellos socios con apuros económicos. 75 Véase Reglamento de 1918, artículo 20. En un principio la cuota de ingreso se establece en 1 peso (Junta Directiva de 5 de octubre de 1917) y posteriormente se elevará a 6.

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que ocurre en otros centros, la constituye las aportaciones voluntarias de socios con solvencia económica y también las donaciones procedentes de zamoranos no afiliados, así como los fondos obtenidos a través de distintos concursos76. Durante las décadas de los cuarenta y los cincuenta las cuotas de utilización del Panteón por parte de personas no adscritas a la Colonia serán otra fuente de ingresos. Al contrario que otras sociedades de sus mismas características, la Colonia Zamorana no tiene ingresos derivados de inversiones en bienes inmuebles, pero sí cuenta con bonos de inversión en algunas empresas77 . Una buena parte del presupuesto se dedicaba al Fondo de Beneficencia que en apoyo de los socios necesitados se inicia efectivamente en marzo de 193978. Dicho fondo se nutre también de donaciones específicas. Además se contribuía al socorro de otros zamoranos y españoles, pero de manera más esporádica79. Durante los difíciles años de principios de los treinta la Colonia Zamorana incrementa su colaboración con otras instituciones como la Beneficencia Castellana en ayuda de los que se ven obligados a repatriarse o se quedan en la miseria80. La Colonia Zamorana envía ocasionalmente diversas cantidades a distintas instituciones españolas -especialmente zamo76 En los años setenta, época en la que no se ha modificado la cuota, diversos socios como José Suárez Martínez, René Río Iglesias, Vicente Gabella Rodríguez, José Lorenzo Cobreros y algunos más aportan cuotas voluntarias de unos sesenta pesos, lo que suponía un apoyo significativo. Véase Libro de Caja de la Colonia Zamorana de Cuba. 77 Generalmente la Colonia mantiene una pequeña cantidad en caja y tiene abierta una cuenta bancaria. En 1920 trabaja con la banca Gómez Mena, a pesar de haberse acogido a la "moratoria" (Ley de Moratoria Bancaria de 10 de octubre de 1920), razón por la que se critica la decisión del Presidente de depositar los fondos en dicho banco, aunque sea con garantías. Por lo que sabemos, la "moratoria" no va a afectar a la Colonia como institución. Véase Actas, 9 de octubre de 1920. 78 Se constituye con un fondo de 3 pesos donados por los socios Arturo y Emilio Sosa a los que se unen los 26 entregados por Francisco Sánchez. El Fondo de Beneficencia crecerá rápidamente. Véase Actas, 5 de marzo de 1939. 79 En ocasiones de una manera periódica. Por Navidad se suele ayudar a diversos socios. En los años setenta se gratifica anualmente con 20 pesos a Antonio Sendín de la Cruz, antiguo recaudador de la Colonia y aquejado de una enfermedad crónica. 80 En la sesión de la Junta Directiva de 27 de diciembre de 1933 se da cuenta de la amplia correspondencia de "los paisanos que careciendo de recursos han venido a la Sociedad en demanda de documentos para acreditar su nacionalidad y los pasajes para España". Véase Actas. En la reunión de la Junta de 22 de junio de 1934 el Presidente informa "que cada día tiene que ayudar a los paisanos que vienen en demanda de apoyo para proveerse de documentación en el Consulado, y la pena que le produce ver tanto abandonado a la suerte y el estado deplorable que presentan, habiendo tenido que darles sopa y algún recurso". Véase Actas.

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Recibo de abono de la cuota de asociado de la Colonia Zamorana satisfecho por Antonio Mezquita Cerezal. Año 1968. Centro de Estudios de la Emigración Castellana y Leonesa / UNED Zamora. Fondo: Colonia Zamorana de Cuba. Fondos familiares. Gregorio Mezquita Romero.

ranas- y cubanas para contribuir a diversas iniciativas. Además de los desembolsos derivados de la celebración de fiestas gratuitas y actividades culturales, los gastos fijos estaban constituidos por las cuotas de alquiler de los salones del Centro Castellano -y desde los años sesenta de la que desde 1971 se denominará Agrupación de Sociedades Castellanas-, la cuota a la Sociedad de Beneficencia Castellana -en la que está inscrita la Colonia desde junio de 191981, los gastos de Secretaría, el cuidado y limpieza del Panteón sito en el Cementerio Colón, y el pago de la comisión al encargado del cobro de cuotas ordinarias que suponía un 15% del total recaudado. A partir de los años cuarenta el Secretario o Jefe de Despacho 81 Véase

Actas, 17 de junio de 1919. La primitiva cuota es de 2 pesos al mes. retribución del Secretario comenzará siendo de 5 pesos al mes en los años cuarenta. Posteriormente se irá elevando y en los años setenta, con la denominación de Iguala, se abonará la cantidad de 20 pesos mensuales. El mantenimiento del Panteón se hacía a cargo de los ingresos por la utilización del mismo por parte de quienes no tuvieran derecho a su uso gratuito. El coste es de 3 pesos al mes en los años treinta y se eleva a 5 en 1953, manteniéndose así hasta nuestros días. El alquiler de los salones del Centro Castellano supone 5 pesos desde la década de los treinta. Al ser incautados los locales del Centro Castellano se establece para cada una de las asociaciones que luego integrarán la Agrupación de Sociedades Castellanas una cuota de 10 pesos mensuales en concepto de gastos de mantenimiento del local social, cuota que sigue vigente. A cargo de las distintas sociedades castellanas corren también los gastos de traslado y adaptación del local. Véase el Libro de Caja de la Colonia Zamorana de Cuba, 1938-1985. Sobre la participación de los dirigentes de la Colonia en la gestión de la Agrupación de Sociedades Castellanas, véase: GARCÍA ÁLVAREZ, Alejandro; BLANCO RODRÍGUEZ, Juan Andrés. Gestión económica y arraigo social de los castellanos en Cuba. Valladolid: Junta de Castilla y León, 2008, p. 111. 82 La

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Libro de tesorería, 1937-1938 (fragmento). Centro de Estudios de la Emigración Castellana y Leonesa / UNED Zamora. Fondo: Colonia Zamorana de Cuba.

recibe también una retribución mensual82. Como el capítulo de gastos fijos no es muy amplio, y contando con las donaciones y cuotas extraordinarias, la Colonia Zamorana mantiene un balance económico saneado pero que no alcanza para acometer las inversiones que llevan a cabo otras Sociedades ni para programar la adquisición de local propio, tal como sí hará la Colonia Leonesa o la Palentina, y que llevará a efecto el Club Villarino. Durante los años treinta la situación económica será muy precaria por el escaso número de afiliados y las numerosas peticiones de ayuda de socios y paisanos que se encuentran casi en la miseria o desean volver a España por no hallar una salida a su situación en la Isla. Según los datos de los Libros de Caja, mantendrá año a año un saldo favorable reducido, 82 La retribución del Secretario comenzará siendo de 5 pesos al mes en los años cuarenta. Posteriormente se irá elevando y en los años setenta, con la denominación de Iguala, se abonará la cantidad de 20 pesos mensuales. El mantenimiento del Panteón se hacía a cargo de los ingresos por la utilización del mismo por parte de quienes no tuvieran derecho a su uso gratuito. El coste es de 3 pesos al mes en los años treinta y se eleva a 5 en 1953, manteniéndose así hasta nuestros días. El alquiler de los salones del Centro Castellano supone 5 pesos desde la década de los treinta. Al ser incautados los locales del Centro Castellano se establece para cada una de las asociaciones que luego integrarán la Agrupación de Sociedades Castellanas una cuota de 10 pesos mensuales en concepto de gastos de mantenimiento del local social, cuota que sigue vigente. A cargo de las distintas sociedades castellanas corren también los gastos de traslado y adaptación del local. Véase el Libro de Caja de la Colonia Zamorana de Cuba, 1938-1985. Sobre la participación de los dirigentes de la Colonia en la gestión de la Agrupación de Sociedades Castellanas, véase: GARCÍA ÁLVAREZ, Alejandro; BLANCO RODRÍGUEZ, Juan Andrés. Gestión económica y arraigo social de los castellanos en Cuba. Valladolid: Junta de Castilla y León, 2008, p. 111.

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siendo lo más significativo el Fondo de Beneficencia83 . Semestralmente la Junta Directiva debía presentar ante la Junta General, y previa supervisión de la Comisión de Glosa, los balances correspondientes a los recibos de cuota social, del Fondo Ordinario y del de Beneficencia.

MASA SOCIAL Y TIPOS DE SOCIOS A pesar de que el contingente de zamoranos que emigran a la mayor de las Antillas en las primeras décadas del siglo XX es relativamente alto, la Colonia Zamorana de Cuba no supera, hasta estos últimos años, la cifra de los dos centenares de asociados, pero a pesar de la debilidad de su masa social será una de las que logre permanecer hasta la actualidad, alcanzando el centenario. El reducido volumen de afiliados quizás tenga que ver con el hecho de la menor concentración de zamoranos residentes en la capital de 83 El

1 de enero de 1917 tiene un saldo de 432 pesos; en 1920: 244,52; 1921: 401,58. En marzo de 1937 cuenta con un activo de 1654,80 pesos y un pasivo en bonos reintegrables para el pago del Panteón de 912,30 y un capital líquido de 742,50. El capital mobiliario se elevaba a 277, el valor del Panteón a 776,30 (aún no construido) y en caja disponía de 566 pesos. El saldo corriente en caja desde 1934 hasta finales de los cincuenta se elevaba a pocos cientos de pesos. El saldo general a fin de año entre 1944 y 1985 es el siguiente, en pesos (a partir de 1966 la cantidad incluye el Fondo de Beneficencia): 1944 1945 1948 1950 1951 1952

797,75 663,31 700,24 1448,74 1595,33 1493,03

1953 1351,18 1956 1302,51 1957 2094,34 1958 1901,00 1959 1716,50 1961 1686,43

1962 1963 1964 1965 1966 1967

1923,06 1804,29 1011,00 1485,51 3434,37 3552,46

1968 1969 1970 1971 1972 1973

3684,36 3906,81 4012,77 4138,95 4356,39 4532,52

1974 1975 1976 1977 1978 1979

2967,60 1980 3080,63 2979,25 1981 2482,61 2841,27 1982 1616,67 2702,18 1983 1741,06 2739,86 1984 1600,60 2777,68 1985 1689,10

Fuente: Elaboración propia a partir de los datos del Libro de Caja de la Colonia Zamorana de Cuba. No habiendo inversiones, el capital líquido de la Colonia se deposita en una cuenta bancaria que no ofrece beneficios. En los años treinta los zamoranos tendrán una cuenta en el Banco Nueva Escocia, en los cuarenta en el Banco de Comercio, y tras la revolución de 1959 en el Banco Nacional de Cuba. La evolución está básicamente en relación con los gastos derivados en obras en el Panteón y ayudas a socios necesitados, fundamentalmente por enfermedad.

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la República, al contrario de lo que ocurre con los procedentes de otras provincias de la región. Aunque desde la creación de la Colonia ésta se interesa por los comprovincianos vinculados a las distintas delegaciones del Centro Castellano existentes en la Isla84, la inmensa mayoría de los asociados tendrán su domicilio en La Habana. A ellos habría que añadir, durante algunos años, un muy reducido número de socios residiendo en otras localidades como Guantánamo, Matanzas y Santiago de Cuba85. En la provincia de Oriente vivían numerosos zamoranos, muchos de los cuales van a pertenecer a las distintas delegaciones del Centro Castellano o a la Colonia Española de diversas ciudades. También existe un nutrido número de socios en los primeros años en las canteras de Camoa, nombrándose en diciembre de 1917 un Delegado de la Colonia por esta circunstancia86. La Sociedad se inicia con 35 Socios Fundadores. Se consideraba Socio Fundador a cada uno de los iniciadores de la asociación que no se hubieran dado de baja mientras residieran en Cuba. Existe en principio la categoría de Comprovincianos, aplicada a los “nacidos en Zamora, los hijos de padre y madre zamoranos nacidos fuera de Zamora y los que sin tener ninguna de estas dos condiciones hayan residido en Zamora más de cinco años”. A quien pagaba la cuota ordinaria mensualmente se le denominaba Socio de Número. Aquellos socios que permanecían como tales diez años ininterrumpidamente pasaban a ser Socios de Constancia. Eran designados como Socios de Honor aquellas personas, miembros o no de la Colonia, que por su significación cultural, representativa, etc., contribuyeran a enaltecer la Sociedad o la provincia de Zamora. Los Socios de Honor eran nombrados en Junta General, a propuesta de la Junta Directiva87. La afiliación a la Colonia Zamorana sigue una evolución similar a la 84 Véase

Actas, 20 de octubre de 1916.

85 Hay constancia de socios de estas provincias entre los años 1943 y 1958. Los años en que más socios residentes

fuera de La Habana se documentan son los de 1945 y 1946, con 9 de Guantánamo y 2 de Santiago de Cuba. BLANCO RODRÍGUEZ, Castellanos y leoneses en Cuba, ob. cit., p. 193. 87 El primer Socio de Honor, nombrado Presidente de Honor, será el diputado zamorano Sr. Núñez, en reconocimiento de su interés por la Colonia. Véase Actas, 6 de diciembre de 1918. 86 Véase

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del resto de sociedades castellanas. Está básicamente en función de los flujos migratorios desde España, y lógicamente conectada con la situación económica y política de Cuba en cada momento. La evolución del contingente de socios está claramente condicionada por las circunstancias expuestas y también por la propia evolución de los servicios que ofrece la Sociedad a sus socios, como va a ocurrir con la construcción del Panteón Social, según puede verse en el cuadro siguiente:

Número de socios inscritos en la Colonia Zamorana (1916-2007) 1916 1917 1918 1919 1920 1921 1922 1923 1924 1925 1926 1927 1928 1929 1930 1931 1932 1933 1934 1935

122 83 156 167 143 248 107 107 91 115 61 49 139 104 110 69 58 61 62 69

1936 1937 1938 1939 1940 1941 1942 1943 1944 1945 1946 1947 1948 1949 1950 1951 1952 1953 1954 1955

124 127 112 105 103 106 106 103 116 140 151 164 171 184 196 210 215 203 201 211

1956 1957 1958 1959 1960 1961 1962 1963 1964 1965 1966 1967 1968 1969 1970 1971 1972 1973 1974 1975

69 69 69 69 69 69 69 69 69 69 69 131 127 122 118 125 131 130 124 117

1976 1977 1978 1979 1980 1981 1982 1983 1984 1985 1986 1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995

122 120 126 121 129 128 128 127 125 125 120 118 113 115 118 104 84 155 265 327

1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015

369 421 453 508 528 587 604 666 763 800 822 914 918 921 918 920 914 920 919 921

Fuente: Elaboración propia a partir del Libro de Caja, y del Libro de Socios de la Colonia Zamorana de Cuba. Agrupación de Sociedades Castellanas, La Habana, y de datos ofrecidos por la directiva de la Colonia Zamorana de Cuba. Revisión de las cifras a partir de: FERNÁNDEZ MAYO, María Antonia. El asociacionismo zamorano en Cuba en el contexto castellano. Trabajo de investigación. Instituto de Estudios Zamoranos “Florián de Ocampo”, 2004; BLANCO RODRÍGUEZ, Castellanos y leoneses en Cuba, ob. cit., p. 193; y VALDÉS; BLANCO, Zamoranos en Cuba, ob. cit., p. 173-174. Entre 1956 y 1966 no se conservan libros de socios y, por lo tanto, el dato que se ofrece es una estimación a partir de los datos de inicio de ese periodo. A partir de 2007 la Colonia establece el número máximo de asociados en 921, y solo se permite el ingreso de nuevos socios en el caso de que en el año anterior se hayan ido produciendo vacantes.

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Libro de inscripción de asociados, 1916-1922 (fragmento). Centro de Estudios de la Emigración Castellana y Leonesa / UNED Zamora. Fondo: Colonia Zamorana de Cuba.

Podemos observar el reducido número de asociados durante los años veinte y treinta por las razones expuestas. Inmediatamente después de la "moratoria" de 1920 se hacen sucesivos encargos a la Comisión de Propaganda para que intensifique su actividad en pro de la consecución de nuevos socios. A este fin se realizan diversas actividades y fiestas con cierto éxito88. En 1937 se produce un notable incremento debido a la construcción del Panteón Social y a la campaña de propaganda y recogida de fondos que se hace con ese motivo entre los zamoranos89. A partir de 1943 se asiste a una notable recuperación que se mantiene hasta los años finales de la década de los cincuenta.

88 Véase

Actas, 12 de abril y 2 de octubre de 1922. así, en los libros diarios de tesorería de la Colonia entre marzo de 1937 y agosto de 1938 se aprecian impagos y retrasos en el abono de las cuotas (Libro de Tesorería, 1937-1938). 89 Aún

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Grupo de jóvenes emigrantes en Cuba, entre ellos, el zamorano Ángel Santarén Pérez. Sin fecha. Centro de Estudios de la Emigración Castellana y Leonesa / UNED Zamora. Fondo: Colonia Zamorana de Cuba. Fondo: Colonia Zamorana de Cuba. Fondos familiares. Familia Santarén.

El emigrante zamorano Lorenzo Martín Ríos con sus empleados en el bar “El Cocinero”, de su propiedad, localizado en El Vedado. Sin fecha. Centro de Estudios de la Emigración Castellana y Leonesa / UNED Zamora. Fondo: Colonia Zamorana de Cuba. Fondos familiares. Familia Martín. 63

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La revolución castrista de 1959 supuso el inicio de una nueva etapa en la historia de Cuba y también en la de la Sociedades españolas. La incautación de sus locales y la estatalización de servicios como educación y sanidad reducen las funciones de sociedades como el Centro Castellano. En el caso de la Colonia Zamorana, que prestaba estos servicios a través de aquel, se centran en las meramente recreativas y, también, en las de ayuda a los socios en dificultades económicas. La salida de Cuba de muchos españoles también le va a afectar negativamente. A mediados de los ochenta del siglo pasado comienza un proceso de recuperación de la vida de la asociación que dará sus frutos en la década siguiente. En los años noventa las dificultades económicas que padece la población cubana, y que también afectan duramente a la colonia de zamoranos, y el trabajo de algunos significados dirigentes para obtener diversas ayudas, facilitaron un progresivo incremento de la afiliación a finales del siglo XX90, y que se ha disparado ya iniciado el siglo XXI91. En los primeros años de existencia de la Colonia todos sus socios eran españoles y la casi totalidad oriundos de la provincia de Zamora. Poco a poco se irán incorporando algunos no españoles, especialmente cubanos y fundamentalmente a partir de las distintas leyes de nacionalización. En cualquier caso, hasta fines de los cincuenta predominan de forma clara los españoles y dentro de éstos los zamoranos, como era lógico por otra parte. Aún así, desde sus inicios la Colonia reconoce el derecho de asociación a 90 Coralia ALONSO VALDÉS vincula este “aumento considerable” de la afiliación a causa de la “intensa actividad” de la Colonia Zamorana (“Castellanos y leoneses en Cuba. Aportes para su historia”. En J. A. BLANCO (ed.). Zamora y Castilla y León en las migraciones españolas. Zamora: Junta de Castilla y León / Diputación Provincial / UNED Zamora, 2003, p. 217). 91 A mediados de 2003 la Colonia contaba con 663 socios, de ellos 371 mujeres y 292 hombres, lo que refleja las profundas modificaciones que ha experimentado esta asociación que, durante la mayor parte de su existencia, tenía una masa social formada casi en exclusiva por varones. Por lo que se refiere a la ubicación de los inscritos en la geografía insular la mayoría de ellos residen en La Habana, 497; y los 116 restantes en otras provincias, merced al entusiasmo de algunos de los afiliados en Pinar del Río, Matanzas, Santa Clara, Cienfuegos, Ciego de Ávila, Santiago de Cuba y Guantánamo. A comienzos de 2004 se estableció el límite de posibles socios en 750 para garantizar una atención mínima, aunque en 2006 y siguientes ese límite se ha superado con creces.

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personas no naturales o descendientes de Zamora. En el Reglamento de 1937 se permite ser asociados de la Colonia a los “naturales de Zamora o a quienes simpaticen con ella”92. Del centenar y medio de asociados de 1993 "el setenta por ciento son zamoranos descendientes de zamoranos con sus cónyuges y el resto son simpatizantes y algunos españoles de otras regiones"93. De hecho, la mayoría de estos asociados tenían nacionalidad cubana y habían nacido ya en la Isla. En sus primeras etapas la mayoría de los socios son hombres. Hasta 1923 las mujeres no forman parte de la Colonia como socios de número, aunque participan en sus actividades94. En 1937, de los más de 100 socios que

Carné sindical del emigrante zamorano José Blanco Gullón quien ejerció la barbería y peluquería en Cuba. Sin fecha. Centro de Estudios de la Emigración Castellana y Leonesa / UNED Zamora. Fondo: Colonia Zamorana de Cuba. Fondos familiares. Familia Blanco.

existen al final del año, solo 3 serán féminas. La mayoría de las mujeres miembros de la Colonia serán esposas de antiguos socios masculinos y ninguna ocupará cargo relevante en la dirección de la sociedad ni formará parte de las distintas Juntas Directivas 92

BLANCO RODRÍGUEZ, Juan Andrés. “Desarrollo de la identidad regional: el asociacionismo español en Cuba”. En J. A. BLANCO y A. DACOSTA (eds.). El asociacionismo de la emigración española en el exterior: significación y vinculaciones. Madrid: Sílex, 2014, p. 149. 93 COLONIA ZAMORANA DE CUBA. Breve reseña de la Colonia Zamorana de Cuba, ob. cit. De esos 142 socios sólo eran naturales de España 14, 13 de Zamora y uno de Valladolid. 28 eran hijos de españoles, 17 nietos, 7 cónyuges y 6 familiares de españoles, fundamentalmente con raíces y vínculos zamoranos. En 1994 el número de socios se había elevado a más de 250, conectando con zamoranos y descendientes de zamoranos residentes en Cuba fuera de La Habana, particularmente en Santiago. Entrevista con Manuel Iglesias Rodrigo, Presidente de la Colonia, febrero de 1994, y ALONSO VALDÉS; BLANCO RODRÍGUEZ, Zamoranos en Cuba, ob. cit., p. 174176.

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existentes hasta poco antes de la revolución castrista. En la actualidad las cosas han cambiado95. Como es sabido, la vinculación familiar y la pertenencia a un mismo lugar de origen son factores que explican en buena medida la dirección de ciertos flujos migratorios. Del análisis del Libro de Registro de Socios se puede deducir que esos mismos factores, junto a la vinculación económica, inciden decisivamente en la integración en la Colonia Zamorana. En cuanto a la distribución profesional sólo disponemos de datos incompletos sobre los socios de mediados de los noventa. En ese momento destaca la presencia de 17 jubilados, 5 amas de casa, 4 licenciados, 3 ingenieros en distintos campos, 3 contables, 1 mecánico, 2 programadoras, 1 albañil, 3 oficinistas, 1 administradora, 2 fundidores, 1 médico y 2 monjas zamoranas96. Como puede constatarse al analizar las distintas Juntas Directivas97, en éstas no hay mucha renovación, al margen de la impuesta por la desaparición física de algunos de sus integrantes. De hecho, la Colonia Zamorana, hasta la revolución de 1959, es dirigida por un pequeño grupo de zamoranos con un significativo peso en La Habana y en el Centro Castellano, influencia en buena medida que se debe al volumen de sus negocios. Son los principales contribuyentes a las diversas campañas de recogida de fondos organizadas por la Colonia. Tras la revolución castrista, se encargarán de la dirección de la Colonia aquellos socios con una vinculación más desinteresada y lo harán con escasos medios y no pocas dificultades.

95 De

los socios existentes en 1993 un poco más de la mitad eran mujeres; diez años después, en 2003, se había consolidado esta tendencia (56% mujeres frente a 44% hombres). Véase Libro de Registro de Socios. 96 Véase Libro de Registro de Socios. 97 Véase BLANCO RODRÍGUEZ, Juan Andrés; SAN JUAN, ÁNGEL. “El asociacionismo zamorano en Cuba: la «Colonia Zamorana»”, Studia Zamorensia, 1, 1994, p. 191-198.

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ASOCIADOS ILUSTRES DE LA COLONIA ZAMORANA DE CUBA Entre los socios destacados sobre los que se apoya económicamente la Colonia Zamorana debemos citar al mencionado Francisco Sánchez Tamame98. Nacido en Alfaraz de Sayago en 1894, se trasladó a los pocos años a Almeida, donde su padre ejerce de carpintero y con el que aprende el oficio. Llega a Cuba en 1911 y participa en la fundación de la Colonia Zamorana. Se dedicará al ramo de la mueblería (Compañía “Villa María” y luego “Nueva Villa María”) y los electrodomésticos, siendo vocal y presidente de la Asociación de Comerciantes del Mercado de Colón, de la Unión de Comerciantes de Belascoaín, y directivo de la Asociación de Comerciantes de Muebles y sus Similares de La Habana y del Conjunto de Calles y Asociaciones Comerciales de Cuba. Asimismo fue Presidente efectivo y honorario del Centro Castellano y principal valedor de la Agrupación de Sociedades Castellanas, y también Presidente de la Sociedad Castellana de Beneficencia y máximo dirigente de la Colonia Zamorana y Tesorero de la misma durante 16 años. Y ocupó la presidencia de la Junta Consular de Beneficencia de la Embajada de España en Cuba, habiendo obtenido la cruz de la Orden de Isabel la Católica y la Medalla de Mérito de la Cruz Roja Cubana, principalmente por su actuación solidaria durante la Guerra Civil española. Las autoridades zamoranas no estuvieron muy diligentes en reconocer los indudables méritos de este sayagués en apoyo de los zamoranos, castellanos y españoles 96

Sobre este destacado zamorano, véase GARCÍA ÁLVAREZ y BLANCO RODRÍGUEZ, Gestión económica y arraigo social.., ob. cit., p. 117 y 152-153.

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establecidos en Cuba, y en retribuir sus esfuerzos en pro de la vinculación de los zamoranos en la Isla con su provincia de origen, así como la ayuda directa que brindó a un gran número de sus paisanos, como avalan muchos de los que lo conocieron. En 1971, la Colonia Zamorana de Cuba solicitó del Gobernador Civil la tramitación pertinente para la concesión del nombramiento honorario como “Hijo Predilecto de la Provincia” “o cualquier otro tan meritorio como éste, para que le sirva de testimonio y reconocimiento a que es acreedor este hijo de dicha Provincia”. La petición contaba con el aval y el apoyo de todas las asociaciones castellanas y leonesas en Cuba y de todas las de beneficencia radicadas en la capital habanera. La tramitación de esta petición, a pesar de los numerosos requerimientos desde la Colonia Zamorana, no surtió efecto hasta 1976, tras largos periodos de silencio y petición de numerosa documentación. Finalmente, el 23 de abril de ese año se le otorgó la Medalla de Plata de la Provincia99. Junto a Sánchez Tamame hay que mencionar también a Lorenzo de Toro Toro, comerciante del ramo de la joyería y el material óptico. Nacido en la ciudad toresana fue un destacado dirigente del Centro Castellano durante más de 15 años, presidiendo en varias ocasiones su sección de Recreo y Adorno, y de la Sociedad Castellana de Beneficencia100. A Ricardo Veloso Guerra, natural de Fermoselle, editor, librero y comerciante de material de oficina, y papelería y fundador y propietario de la revista bibliográfica Cervantes; vicepresidente del Centro Castellano101. Claudio Luelmo, a cuya iniciativa se debe la construcción del panteón social; Santiago Sanabria Fenicio, notable zamorano del que se recuerdan en La Habana sus esfuerzos en ayuda de los republicanos españoles exiliados; Sergio Rabanillo Prada, dirigente de la Colonia durante cuarenta años, de ellos once en la presidencia y Presidente de Honor; Jacinto Cristóbal Prieto, José Ríos y Manuel Igle99 Véase

Archivo de la Diputación Provincial de Zamora. Expediente de la concesión de dicha distinción. Documentación complementada por la aportada por la familia Sánchez. 100 GARCÍA ÁLVAREZ y BLANCO RODRÍGUEZ, Gestión económica y arraigo social.., ob. cit., p. 100.

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sias Rodrigo, que se hicieron cargo del centro en los momentos nada fáciles de la última etapa de la asociación tras la revolución de 1959102. En 1981 fallece Jacinto Cristóbal, presidente desde 1965, siendo sustituido por el vicepresidente José Ríos Fernández. Este último abandonará el cargo en 1983 junto con otros directivos como Julio Quiñones Camejo o José Antonio Ríos Ríos103. La nueva etapa de la dirigencia de la Colonia será presidida por Sergio Rabanillo Prada, por Manuel Iglesias Rodrigo y continuada por el hijo del primero, Sergio Rabanillo Dámera, quien aprovecha las coyunturas favorables para dar un nuevo impulso a la Colonia.

Claudio Luelmo, fundador y presidente de la Colonia Zamorana en 1919 y entre 1933 y 1949. Fuente: Centro Castellano de La Habana. 1909-1938. Vigesimonono año de su fundación, La Habana: Centro Castellano, 1938.

Francisco Sánchez Tamame, dirigente del Centro Castellano y de la Colonia con autoridades zamoranas en 1956. Fue presidente de la Colonia Zamorana entre 1950 y 1958. Centro de Estudios de la Emigración Castellana y Leonesa / UNED Zamora. Fondo: Colonia Zamorana de Cuba. 101 Véase Centro Castellano de La Habana. 1909-1938. Vigesimonono año de su fundación, ob. cit., p. 25; MONGE MULEY, Españoles en Cuba, ob. cit. p. 636, 652 y 663; y GARCÍA ÁLVAREZ y BLANCO RODRÍGUEZ, Gestión económica y arraigo social.., ob. cit., p. 100. 102 Véase Colonia Zamorana de Cuba: Breve reseña de la Colonia Zamorana de Cuba, ob. cit. 103 “ya que los mismos partirían para España” (Historia de la Colonia Zamorana de Cuba. 1916-2001. LXXXV Aniversario, ob. cit., p. 18).

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Carné de Jacinto Cristóbal en calidad de Vicepresidente del Centro Castellano de La Habana (1947). Jacinto Cristóbal fue presidente de la Colonia Zamorana entre 1959 y 1981. Centro de Estudios de la Emigración Castellana y Leonesa / UNED Zamora. Fondo: Centro Castellano de La Habana.

Sergio Rabanillo Prada, presidente de la Colonia Zamorana entre 1984 y 1991. En la fotografía, junto a dos de sus nietos en la que entonces era sede de la Colonia, poco antes de abandonar el cargo de Presidente. Centro de Estudios de la Emigración Castellana y Leonesa / UNED Zamora. Fondo: Colonia Zamorana de Cuba. Fondos familiares. Familia Rabanillo. 70

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VINCULACIONES La Colonia Zamorana surge en el seno y mantiene una muy estrecha vinculación con el Centro Castellano, especialmente a partir de finales de los años treinta cuando el zamorano Francisco Sánchez Tamame, que había sido durante 16 años miembro de la Junta Directiva de la Colonia, pase a jugar un papel clave en la entidad regional. La relación es también constante con las distintas asociaciones provinciales del ámbito del Centro Castellano, muy particularmente con las colonias de Palencia, León, Salamanca y el Club de Ferreteros de la Colonia Vallisoletana. Los directivos del Centro Castellano, en especial los que son naturales de Zamora, asisten con frecuencia a las reuniones de las Juntas General y Directiva de la asociación provincial. Desde la Colonia Zamorana se contribuirá a las distintas iniciativas dirigidas a mejorar la infraestructura material y sanitaria del Centro Castellano y se participará activamente en las actividades sociales y culturales del mismo. Esta buena relación general no oculta algunos roces e interferencias

104 En

las primeras reuniones de la Junta Directiva de la Colonia Zamorana se insiste en la necesidad de realizar las gestiones oportunas ante la Diputación Provincial y el Sr. Ministro de la Embajada de España -se llama así al Ministro Consejero- para que el estandarte de la provincia de Zamora donado por la Diputación llegue a manos de la Colonia y no sea controlado por el Centro Castellano. Véase Actas, 31 de enero y 22 de marzo de 1917. También surgirán ciertas quejas desde la Colonia Zamorana en los años veinte a propósito del alquiler que la sociedad ha de pagar al Centro Castellano por la utilización de sus locales. Véase Actas, 30 de enero y 30 de octubre de 1924.

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derivados del afán del Centro por controlar las distintas asociaciones provinciales104. Las referencias regionales son prácticamente inexistentes en la vida de la Colonia Zamorana y predomina claramente la identidad provincial. La asociación zamorana mantiene una fluida relación con las Delegaciones del Centro Castellano donde hay inscritos zamoranos y también con otras asociaciones vinculadas con la provincia nativa como la Colonia Fermosellana de Santiago de Cuba y el Centro Zamorano de Buenos Aires105.

Carnet de María Colino Carnero, emigrante zamorana, como socia del Centro Castellano de La Habana. Centro de Estudios de la Emigración Castellana y Leonesa / UNED Zamora. Fondo: Colonia Zamorana de Cuba. Fondos familiares. María Amalia Colino.

105 Véase

Actas, 27 de abril de 1918 y 30 de noviembre de 1928. La Colonia Zamorana recibe la revista Zamora en la Plata.

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La Colonia Zamorana de Cuba cuida muy especialmente las relaciones con la provincia de origen de la mayoría de sus miembros. En la primera reunión de la Junta Directiva de la que tenemos noticia celebrada el 20 de octubre de 1916 se elabora una circular dirigida a la prensa de Zamora y una carta al Presidente de la Diputación Provincial. Con esta institución se mantendrá una estrecha relación en los primeros años. La Diputación donará a la Colonia un estandarte106 y el contacto, particularmente a través del diputado provincial y luego Presidente de la Diputación, Miguel Núñez, durante los primeros años de la Colonia será frecuente107. El contacto se reduce significativamente después de la revolución de 1959, pero se reactiva de forma espectacular en los últimos años del siglo XX. También se mantiene una buena relación con el Alcalde de la ciudad108 -en representación en cierta medida de los alcaldes de la provincia-, con el Gobierno Civil que recibirá diversos donativos en favor de damnificados 106

Aunque el compromiso de la Diputación data de diciembre de 1916 según “noticias extraoficiales pero de mucho crédito” (Actas de la Juntas Directivas, 28 de diciembre de 1916), la bandera no llegará a Cuba hasta finales de 1917 tras ser bordada por niñas de la Casa de Maternidad de Zamora (Actas de las Juntas Generales, 12 de julio de 1918). El estandarte se expone por vez primera en la reunión de la Junta Directiva de 6 de diciembre de 1917. Se acompaña de una carta del Presidente de la Diputación en la que pide que "al amparo de la misma, se agrupen sus hijos en fraternal y cariñoso lazo de unión para no olvidar la tierra que nos vio nacer". Véase Actas, 6 de diciembre de 1917. En la reunión de la Junta Directiva de 5 de marzo del año siguiente se ultiman los detalles de la entrega de la “bandera” que tendrá lugar oficialmente el 31 de ese mes de manos del embajador (“Ministro de España”). Véase Actas, 5 de marzo de 1918. En esas mismas fechas se solicitan presupuestos “para la bitrina [sic] de la bandera” (Actas de las Juntas Generales, 17 de abril de 1918), cuyos planos se publican aquí junto con una fotografía de la misma, aún conservada en la Casa de Zamora de La Habana. 107 El 10 de marzo de 1949 se nombra Presidentes de Honor de la Colonia al máximo dignatario de la Diputación, Miguel Núñez, al Alcalde de la capital zamorana, Santiago Garrido, en representación de los alcaldes de la provincia, y al Gobernador Civil. Véase Actas, Junta General Extraordinaria. El 30 de marzo de 1994 se renueva este nombramiento como Miembros de Honor a favor del Presidente y Diputado de Cultura de la Diputación Provincial. 108 Del Alcalde de Zamora solicitará la Colonia, y obtendrá, un nuevo pendón que le es prometido por la autoridad local al presidente Sánchez Tamame en Zamora el 30 de junio de 1954: “y él [el Alcalde de Zamora] me ofreció donar una bandera de la provincia para la Colonia Zamorana. Esta bandera fue entregada meses después y está expuesta en la hermosa vitrina en nuestra oficina social”. En SÁNCHEZ TAMAME, Francisco. Memorias de mi vida. La Habana, 1980, p. 87. Véase, también, Actas, 23 de julio de 1954, 14 de febrero y 14 de noviembre de 1955. La prensa zamorana se hace eco ampliamente de esta concesión y del significado de la Colonia Zamorana en Cuba. En agradecimiento de la concesión de la bandera se obsequiará al Alcalde de Zamora con "una escribanía que consta además de radio y reloj", obsequio entregado por Sánchez Tamame en las fiestas de San Pedro durante su visita a España en 1956 (véase Actas, 12 de marzo y 11 de noviembre de 1956). 109 En enero de 1954 se tendrán diversas atenciones con los integrantes de un grupo de coros y danzas de visita en la capital habanera.

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Diseño de José Lopategui para la Vitrina portabandera de la Colonia Zamorana. La Habana, 1918. Centro de Estudios de la Emigración Castellana y Leonesa / UNED Zamora. Fondos personales. José Lopategui. 74

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El presidente de la Colonia Zamorana y el de la Diputación de Zamora, junto con el Diputado de Cultura y un grupo de niños de la asociación, delante del estandarte primitivo y su vitrina en la sede social. Año 2005. Centro de Estudios de la Emigración Castellana y Leonesa / UNED Zamora. Fondo: Colonia Zamorana de Cuba.

Noticia sobre la visita de la Directiva de la Colonia Zamorana de Cuba a la ciudad de Zamora en 1955. Imperio, 11/09/1955.

Recepción de la bandera donada por el Alcalde de Zamora a la Colonia en La Habana. Año 1955. Centro de Estudios de la Emigración Castellana y Leonesa / UNED Zamora. Fondo: Centro Castellano de la Habana.

de Zamora, y con el resto de autoridades zamoranas. La Colonia recibirá y agasajará en La Habana a cuanto zamorano distinguido llegue a ella109. Desde 1916 la Colonia está suscrita a algún periódico zamorano, generalmente al Heraldo de Zamora o a El Correo de Zamora. A principios 75

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Francisco Sánchez Tamame, presidente de Colonia Zamorana de Cuba hace entrega de un obsequio al Alcalde de Zamora. Zamora, 28 de junio de 1956. Centro de Estudios de la Emigración Castellana y Leonesa / UNED Zamora. Fondo: Colonia Zamorana de Cuba.

Nuevo estandarte donado por la Diputación Provincial de Zamora a la Colonia. La Habana, 2005. Centro de Estudios de la Emigración Castellana y Leonesa / UNED Zamora. Fondo: Colonia Zamorana de Cuba. 76

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de los años treinta se anula la suscripción por problemas económicos y posteriormente se reciben los dos periódicos mencionados y durante un tiempo a otros como Imperio110. El centro ha sido particularmente sensible a la contribución económica en favor de distintas iniciativas de carácter benéfico, asistencial y cultural surgidas en tierras zamoranas, particularmente de la Diputación Provincial. En 1919 se hace efectiva la donación de 2.012,5 pesetas a la Casa de Maternidad, donde algunas de sus niñas habían bordado el primitivo estandarte. En 1924 se acuerda abrir una suscripción en los periódicos de La Habana y contribuir con 500 pesetas a la iniciativa del Heraldo de Zamora en ayuda a los damnificados del pueblo zamorano de Pontejos111. En 1927 se envía un donativo de 200 pesos en favor de los damnificados de la provincia. En 1954 se hace una aportación de 130 pesos para un grupo de Coros y Danzas de Zamora. En septiembre de 1959, y en el contexto de la catástrofe de Ribadelago, se remite al Gobernador Civil la cantidad de 12.950 pesetas con destino a los habitantes de este pueblo sanabrés afectados por la trágica rotura de la presa112. A pesar de que muchos de sus socios adquiriesen la nacionali-

Reseña sobre la donación hecha por la Colonia Zamorana al hospicio de niñas de Zamora. Heraldo de Zamora, 06/03/1919.

110 También

estará suscrita la Colonia, en distintas épocas, a otros periódicos y revistas españolas como el ABC. Actas, 10 de octubre de 1924. 112 Conocida la catástrofe, se decide inmediatamente en febrero la realización de una suscripción en favor de los damnificados en la que participan otras sociedades castellanas y leonesas. La Colonia Leonesa aporta cien pesos. Véase Actas, 14 de febrero, 17 de marzo, 13 de abril y 14 de septiembre de 1959. 111 Véase

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dad cubana y del proceso de intensa nacionalización llevado a cabo por las autoridades revolucionarias,

la

identidad

española

permanece vigente en la actividad de la Asociación. Se mantiene una fluida relación con las autoridades españolas en la Isla que continúa en la actualidad. Asimismo se cuida el trato con distintas instituciones españolas como la Cruz Roja, a la que se vincula el Centro desde la lejana fecha de 1927113. En la medida de sus posibilidades económicas la asociación colabora en distintas campañas auspiciadas desde España. En 1921, y a petición del Heraldo de Zamora, se participa con 500 pesetas en la suscripción abierta para regalar un aeroplano al Ejército español114. En 1958 se contribuye a una suscripción realizada por las sociedades españolas en Cuba a favor de los damnificados por las lluvias torrenciales en Valencia. Tal como ya hemos mencionado, el carácter de la emigración a Cuba, que tiene en muchos casos una voluntad de definitiva, de no retorno, y en especial las dificultades laborales y económicas de los años treinta, empujan a Noticia sobre la gala benéfica organizada por la Colonia Zamorana para recaudar fondos para los damnificados por los temporales sufridos en Zamora. Heraldo de Zamora 20/07/1927. 113 Véase

Actas, 17 de junio de 1927. de Zamora, 10 de octubre de 1921.

114 Heraldo

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muchos españoles a naturalizarse cubanos, entre ellos también muchos de los zamoranos cuya actividad destaca en la Colonia. En cualquier caso, en la documentación de la asociación no aparece reflejo alguno de la posible contradicción de identidades, insistiendo en el empeño de la Sociedad por laborar en pro del engrandecimiento y compaginación de lo español y lo cubano. Desde la Colonia se cuidan las relaciones con las autoridades cubanas -fundamentalmente con el Gobernador y los cargos municipales-, siendo frecuente el regalo de obsequios y la participación en actos en su honor115. Contribuye económicamente a diversas iniciativas ciudadanas y responde también a otras surgidas de la administración isleña, entre ellas la encaminada a la constitución de un Comité Nacional Antifascista en 1942, a cuyo objeto el Gobernador Civil de La Habana dirige una comunicación a los Presidentes de las Sociedades Españolas solicitando apoyo material y moral para el mismo. La Colonia Zamorana contribuye con una donación de 50 pesos116. Esta relación se vuelve estrictamente protocolaria tras la revolución de 1959 y la incautación de los locales del Centro Castellano, a pesar de que desde la Colonia se había mantenido una actitud de clara simpatía por la revolución por parte de no pocos socios117, aunque la Colonia seguirá participando en diversas iniciativas sociales de auxilio en favor del pueblo cubano118. Esta actividad se retomará con fuerza en la última década del siglo XX siendo precisamente la asociación zamorana la que, con el 115 En el Libro de Caja de consignan anualmente diversas cantidades a favor del Presidente de la Colonia con estos fines. 116 La aportación en este caso es poco menos que obligada, tal como se pone de manifiesto en carta remitida por el Presidente del Centro Castellano al Presidente de la Colonia Zamorana. Véase Actas, 6 de septiembre de 1942. 117 Entrevista a Manuel Iglesias Rodrigo, Presidente de la Colonia Zamorana, febrero de 1994. En varias ocasiones, desde la Colonia se ayudará económicamente al Asilo Carbajal, donde residen algunos socios. Véase Actas, 15 de junio y 13 de julio de 1953. 118 En 1959 participa en la suscripción en favor de las víctimas de la Guerra Civil. En 1963 se suma a la ayuda en favor de los damnificados por un fuerte ciclón que sufre la Isla y desde 1965 se hacen diversos donativos en favor de los asilos de ancianos.

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apoyo de la provincia de origen, ha venido encabezado una fructífera relación con las autoridades cubanas, lo que se ha traducido en la facilitación de la llegada de distintas ayudas provinciales y un hecho sin duda emblemático: la consecución de su sede social en una zona restaurada de la capital habanera en 2003119. El difícil equilibrio de las identidades concéntricas no visiblemente contradictorias se refleja también en el cuidado por la efusión de cualquier alineamiento estrictamente político, a pesar de las demandas procedentes tanto de España como del país de acogida y la vinculación política vigente en algunas etapas en los Centros Regionales, como así ocurrió, aunque en menor medida, en el Castellano120. Pese a las vinculaciones políticas de algunos centros regionales muy especialmente de los más fuertes y con afiliación más numerosa, como son los casos del Gallego y del Asturiano, pero también del que agrupaba a castellanos y leoneses-, donde la controversia política se agudiza en los años de la Guerra Civil Española, la Colonia Zamorana se mantiene al margen de las luchas políticas. Eso no fue excusa para que durante la contienda iniciada en 1936 la Colonia y muchos socios a título individual contribuyesen al envío de ayuda humanitaria121. Tras la guerra se presta apoyo a los republicanos que se exilian en Cuba y la Colonia realizará diversas aportaciones a favor de la Sociedad Española de Ayuda. La importancia que se atribuye a la actividad recreativa y cultural y el interés por ampliar su influencia entre la colonia española y la sociedad cubana, especialmente la habanera, hace que este tipo de asociaciones cui-

119 Véase: COLONIA ZAMORANA DE CUBA. Las memorias de la inauguración de la Casa de Zamora. La Habana, 2003. 120 Véase NARANJO OROVIO, Consuelo. Cuba, otro escenario de lucha. La guerra civil y el exilio republicano. Madrid: Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1988, p. 95-99. 121 Entre otras iniciativas participa en la suscripción abierta en 1936 por la Cruz Roja Cubana en favor de las víctimas de la guerra en España. Por esta labor Francisco Sánchez Tamame recibirá una distinción de la Cruz Roja Cubana.

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den especialmente la relación con la prensa. También lo hace el centro de emigrantes zamoranos. Mantendrá muy buenas relaciones con periódicos como El Mundo, El País, Información, Crisol y Alerta, entregando frecuentes obsequios a los periodistas de estos medios que se encargan de la información relacionada con la Colonia, particularmente al cronista de las Sociedades Españolas122. Asimismo se contribuye económicamente a los distintos actos organizados por la Asociación de Cronistas Regionales123. También mantiene una estrecha relación con la revista Ecos de España, donde aparecen algunos reportajes sobre la Semana Santa zamorana124. En la última etapa la Colonia tiene entre sus socios a algunos periodistas y se mantiene una buena relación con la prensa radiofónica, particularmente la emisora COCO. La Colonia Zamorana de Cuba cumplió a lo largo del siglo XX –y lo ha seguido haciendo-, un significativo papel en pro del mantenimiento de la vinculación de los zamoranos residentes en la mayor de las Antillas con su provincia y lugares de origen. Durante muchos años ha servido de centro de ayuda para los muchos zamoranos que no consiguieron el progreso económico que buscaban al abandonar su tierra nativa. Actualmente, a pesar de las dificultades de todo tipo en la que se mueven, los miembros de la Colonia Zamorana de Cuba siguen trabajando por mantener la vinculación afectiva, cultural y material con la provincia en la que, ellos o sus familiares, tienen hondas raíces. La segunda parte de este libro refleja bien esa actitud y esfuerzo. De hecho, al dinamismo de esta asociación zamorana deben en buena

122 El cronista de las Sociedades Españolas será durante los cuarenta y los cincuenta el periodista don Pablo Fresno. Ya en 1924 se acuerda en Junta directiva hacer una donación de 5 pesos a cada cronista de los diarios Mundo y Diario de la Marina y al “cronista” de las Sociedades Regionales. Véase Actas, 30 de enero de 1924.122 123 En diversas ocasiones se acuerda, en Junta Directiva, gratificar a cronistas de diversos periódicos con obsequios y cantidades en metálico con ocasiones especiales como su onomástica o Navidad. Véase Actas, 18 de septiembre de 1941. 124 En concreto en el número que se publica en marzo de 1950, lo que da lugar a una atenta felicitación por parte del Patronato de la Semana Santa de Zamora. La Colonia acuerda comprar 150 ejemplares de la revista. Véase Actas, 13 de febrero, 22 de marzo y 15 de julio de 1950.

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Ayuda de la Diputación Provincial de Zamora recibida por la Colonia Zamorana de Cuba. Septiembre de 2002. Centro de Estudios de la Emigración Castellana y Leonesa / UNED Zamora. Fondo: Colonia Zamorana de Cuba.

Reunión de los dirigentes de la Colonia Zamorana de Cuba con el embajador español en La Habana y otras autoridades españolas. Enero de 2003. Fuente: Castilla y León en el Mundo (Grupo Crónicas de la Emigración). 82

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medida su revitalización las sociedades castellanas en Cuba. De la mano de directivos como Manuel Iglesias a principios de los años noventa, en la muy dura etapa del llamado en Cuba “Periodo Especial”, y en particular del presidente, Sergio Rabanillo Dámera, la vinculación con la Diputación Provincial sirvió de vehículo para gestionar distintas ayudas, primero con esta institución zamorana, y luego con su apoyo, de la Junta de Castilla y León. Todo ello ha sido el revulsivo para atraer nuevos socios, iniciar o reiniciar el contacto con los zamoranos existentes en la Isla y con muchos descendientes. La “Operación Añoranza”, que se inicia a través de la Colonia Zamorana en 1995, tiene una notable repercusión en Cuba, y será el punto de arranque de iniciativas similares en el resto de sociedades de vínculo castellano y leonés. Esto se ha traducido en un muy importante número de nuevas peticiones de afiliación que superan con

Miembros de la Colonia Zamorana de Cuba junto con otros beneficiados de la Operación “Añoranza”. Zamora, 30 de noviembre de 1995. Centro de Estudios de la Emigración Castellana y Leonesa / UNED Zamora. Fondo: Colonia Zamorana de Cuba. Fondos familiares. Emilia Barrero Revenga.

mucho la normativa y posibilidades de la Sociedad, alcanzando en 2007 casi el millar de socios, cifra no soñada en los años de mayor emigración zamorana en Cuba.

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APÉNDICES

Apéndice n 1: Socios fundadores de la Colonia Zamorana de Cuba Fuente: Actas, Colonia Zamorana de Cuba, Agrupación de Sociedades Castellanas, La Habana. Tomás Labrador, Teodosio Centeno, Santiago Garrido, César Segarra, Ricardo Veloso, Ezequiel Colino, Angel Prada, Mariano Díez, Claudio Luelmo, Luciano Ramos, Saturnino Lorenzo, Miguel Robles, José Mayor, Gervasio Colino, Manuel Gato, José García, Arturo Sosa, Luis Navarro, Miguel Esteban, Rafael Blanco, Arsenio Sevilla, Guillermo Alonso, Agustín Gallego, Leoncio Rodríguez, Ángel Bragado, Gaspar Alonso, Isidro Martín, Gerardo Toranzo, José Lozano, Tirso Caballero, Tomás H. Rodríguez, Daniel Fuentes, Fermín Leras, Leoncio García, Alfonso Fernández y Pascual Alonso. 167

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Apéndice n 2: Juntas Directivas de la Colonia Zamorana de Cuba (1916-2012) Fuente: Colonia Zamorana de Cuba.

1916 (Primera Junta Directiva) Presidente: Santiago Garrido. Vicepresidente: Ángel Prada Tesorero: Teodosio Centeno Secretario: Rafael Blanco Vicesecretario: Saturnino López Vocales: Claudio Luelmo, Leoncio Rodríguez, José Mayor, Arturo Sosa, Ángel Bragado, Saturnino Lorenzo, Ricardo Veloso, Tomás Labrador, Manuel Gato, Juan Ramos, Daniel Fuentes y Gervasio Colino. Vocales suplentes: Luciano Ramos, Manuel Robles, Aurelio B. Ramos y Alfonso Fernández. 1918 Presidente: Santiago Garrido Vicepresidente Primero: Ángel Prada Vicepresidente Segundo: Ricardo Veloso Tesorero: Teodosio Centeno Vicetesorero: Juan Ramos Secretario: Rafael Blanco Vicesecretario: Miguel Esteban 1919 Presidente: Claudio Luelmo Vicepresidente Primero: Arturo Sosa Vicepresidente Segundo: Ángel Bragado Tesorero: Juan Ramos Vicetesorero: Leoncio Rodríguez Secretario: Martín Amancio Vicesecretario: Pedro Riesco

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1920 Presidente: Ricardo Veloso Vicepresidente Primero: Jerónimo González Vicepresidente Segundo: Frutos Morales Tesorero: Teodosio Centeno (luego Rafael Blanco) Vicetesorero: José Vega Secretario: Tirso Caballero Vicesecretario: Modesto Lorenzo 1921 Presidente: Ricardo Veloso Vicepresidente Primero: Ángel Prada Vicepresidente Segundo: Bernardino Sánchez Tesorero: Frutos Morales Vicetesorero: Ulpiano López Secretario: Gregorio Martín Vicesecretario: Miguel Esteban 1923 Presidente: Celestino Rivero Vicepresidente Primero: Saturnino López Vicepresidente Segundo: Florián Guevara Tesorero: Nicolás Velasco Vicetesorero: Antonio Velasco Secretario: Donato Velasco Vicesecretario: Gonzalo de Mena 1925 Presidente: Rafael Blanco Vicepresidente Primero: Claudio Luelmo Vicepresidente Segundo: Marcelino Crespo Tesorero: Graciano González Vicetesorero: Gervasio Colino Secretario: Gonzalo de Mena Vicesecretario: Donato Martínez

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1927 Presidente: Melanio Rodríguez Vicepresidente Primero: Santiago Rodríguez Vicepresidente Segundo: Martín Aparicio Tesorero: Francisco Nieto Vicetesorero: Francisco López Secretario: Crescente López 1928 Presidente: Florián Guerra Vicepresidente Primero: Martín Aparicio Vicepresidente Segundo: Gervasio Colino Tesorero: Francisco Nieto Vicetesorero: Fabriciano López Secretario: Crescente López 1930 Presidente: Ulpiano López Rodríguez Vicepresidente Primero: Pablo Antón Gómez Vicepresidente Segundo: B. Burgos Escudero Tesorero: Florián Guerra Vicetesorero: Valentín Lorenzo Secretario: Cipriano Fernández 1931 Presidente: Manuel Gato Vicepresidente Primero: Claudio Luelmo Vicepresidente Segundo: Miguel González Tesorero: Celestino Pintado Vicetesorero: Donato Martínez Secretario: Modesto García 1933 Presidente: Claudio Luelmo Vicepresidente: Lorenzo de Toro Tesorero: Luciano Ramos Secretario: Celestino Pintado 170

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1934 Presidente: Claudio Luelmo Vicepresidente: Francisco Sánchez Tamame Tesorero: Luciano Ramos Sendín Secretario: Ismael García 1937 Presidente: Claudio Luelmo Vicepresidente: Francisco Sánchez Secretario: José Meléndez 1939 Presidente: Claudio Luelmo Secretario: Gregorio Martín 1942 Presidente: Claudio Luelmo Vicepresidente Primero: Donato Martínez Vicepresidente Segundo: Francisco Belver Presidentes de Honor: Miguel Núñez y Santiago Garrido 1943 Presidente: Claudio Luelmo Vicepresidente Primero: Jacinto Cristóbal Vicepresidente Segundo: Francisco Belver 1946 Presidente: Claudio Luelmo Vicepresidente Primero: Jacinto Cristóbal Tesorero: Francisco Sánchez Secretario: Marcelino Crespo 1948 Presidente: Claudio Luelmo Vicepresidente Primero: Jacinto Cristóbal Vicepresidente Segundo: Francisco Belver 171

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Tesorero: Francisco Sánchez Secretario: Juan López 1950 Presidente: Francisco Sánchez Tamame Vicepresidente Primero: Gregorio Martín Vicepresidente Segundo: Marcelino Crespo Presidente de Honor: Claudio Luelmo 1952 Presidente: Francisco Sánchez Tamame Vicepresidente Primero: Gregorio Martín Vicepresidente Segundo: Marcelino Crespo 1956 Presidente: Francisco Sánchez Tamame Vicepresidente Primero: Lorenzo de Toro Vicepresidente Segundo: Marcelino Crespo 1959 Presidente: Jacinto Cristóbal Vicepresidente Primero: Marcelino Crespo Vicepresidente Segundo: José Maldonado Veloso 1961 Presidente: Jacinto Cristóbal Vicepresidente Primero: Marcelino Crespo Vicepresidente Segundo: Sergio Rabanillo 1962-1967: En este periodo fueron presidentes de la Colonia indistintamente los Sres. Francisco Sánchez Tamame y Jacinto Cristóbal Prieto, acompañados en los distintos cargos por Manuel Gato Bizant, Gonzalo Vicente Tola, Francisco Sardia Belver, Tomás Espuelas Pinilla, Claudio Surribas entre otros.

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1967-1968 Presidente: Jacinto Cristóbal Prieto Vicepresidente: Marcelino Crespo Rodríguez Tesorero: Josefa González Osorio Vicetesorero: Sergio Rabanillo Prada Secretario Social: Juan de Paz González 1971 Presidente: Jacinto Cristóbal Prieto Vicepresidente: Gonzalo Vicente Tola Tesorero: Josefa González Osorio Vicetesorero: Sergio Rabanillo Prada Secretario: Juan de Paz González 1974 Presidente: Jacinto Cristóbal Prieto Vicepresidente: Gonzalo Vicente Tola Tesorero: Josefa González Osorio Vicetesorero: Sergio Rabanillo Prada Secretario Social: Juan de Paz González Presidente de Honor: Francisco Sánchez Tamame 1976 Presidente: Jacinto Cristóbal Prieto Vicepresidente: José Ríos Fernández Tesorero: Juan de Paz González Vicetesorero: Sergio Rabanillo Prada Secretario Social: Roberto Soto Santana 1979 Presidente: Jacinto Cristóbal Prieto (fallecido en 1981) Vicepresidente: José Ríos Fernández (presidente desde marzo de 1981) Tesorero: Juan de Paz González Vicetesorero: Sergio Rabanillo Prada Secretario Social: José Manuel Araujo Cristóbal Vocal nato: Francisco Sánchez Tamame 173

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1982 Presidente: José Ríos Fernández Vicepresidente: Julio Quiñones Camejo Tesorero: Juan de Paz González Vicetesorero: Sergio Rabanillo Prada Secretario Social: José Antonio Ríos Ríos 1984 Presidente: Sergio Rabanillo Prada Vicepresidente: Sergio Rabanillo Dámera Tesorero: Juan de Paz González Vicetesorero: Sixto Carbajosa Domínguez Secretario Social: Constantino Sánchez y tras su fallecimiento Oscar Rabanillo Dámera Presidente de Honor: José Ríos Fernández Vocal Nato: Francisco Sánchez Tamame 1991 Presidente: Sergio Rabanillo Prada Vicepresidente: Sergio Rabanillo Dámera Tesorero: Manuel Iglesias Rodrigo Vicetesorero: Sixto Carbajosa Domínguez Secretario: Arnaldo Fraga Pérez 1993 Presidente: Manuel Iglesias Rodrigo Vicepresidente: Sergio Rabanillo Dámera Tesorero: Arnaldo Fraga Pérez Vicetesorero: Osvaldo Hermida Rabanillo Secretario: Hermenegildo Barrero Revenga Vicesecretario: Oscar García García Presidente de Honor y Vitalicio: Sergio Rabanillo Prada 1995 Presidente: Sergio Rabanillo Dámera Vicepresidente: Valerio Remesal Prada Tesorero: Osvaldo Hermida Rabanillo Vicetesorero: Gilberto Ramos Álvarez 174

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1er. Vocal: María Antonia Rabanillo Dámera 2 Vocal: Oscar García García 3 Vocal: Gladys Remesal Fernández 4 Vocal: José Pedrero Gómez 5 Vocal: Issac Anta Llamas 6 Vocal: Jorge García García 1er. Vocal suplente: Dolores Méndez Fernández 2 . Vocal suplente: Juana Ma. Zamora 3 . Vocal suplente: Pedro González Calvo 1997 Presidente: Sergio Rabanillo Dámera Vicepresidente: María Antonia Rabanillo Dámera Secretaria Social: Gladys Remesal (sustituida en 1998 por Mayra Delgado) Tesorero: Óscar Rabanillo Dámera Vicetesorero: Gilberto Ramos Álvarez Vocales: Jorge García García, Dolores Méndez, Claudio Surribas, Jesús Guillermo Mezquita, José Pedrero Gómez y Mercedes Elías 2004 Presidente: Sergio Rabanillo Dámera Vicepresidente: María Antonia Rabanillo Dámera Tesorero: Óscar Rabanillo Dámera Secretaria Social: María Antonia Fernández Vocales: Dolores Méndez, Claudio Surribas, Gilberto Ramos, Mercedes Elías, Rogelio García Nieves, María Antonia Rabanillo, Lázaro Mesa Vocales suplentes: Ana Gloria García, Gonzalo Pérez, Magda Monteagudo Hernández 2008 Presidente: Sergio Rabanillo Dámera Vicepresidente: María Antonia Rabanillo Dámera Tesorera: Reina Rangel Vice-tesorero: Óscar Rabanillo Dámera Vocales: Rogelio García Nieves, Mercedes Elías, María de los Ángeles Rabanillo, Dalia Cruz Trutié, Gilberto Ramos, María Antonia Fernández, Gilberto Ramos. Vocales Suplentes: Ariel Vidal Barrios, Haifa Regal, Gonzalo Pérez Activistas: Magda Monteagudo Hernández, Dolores Méndez, Claudia Castro. 175

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2012 Presidente: María Antonia Rabanillo Dámera Vicepresidente: Sergio Rabanillo Dámera Tesorera: Óscar Rabanillo Dámera Vice-tesorero: Antonio Wallo Vázquez Vocales: María de los Ángeles Rabanillo, Gilberto Ramos Álvarez, Rogelio García Nieves, Ivette Barrero Recio, Dalia Cruz Trutié, Rachel Teresa Valdés Sánchez Vocales Suplentes: Ariel Vidal Barrios, Maremis Suárez Rundinchip, Ana Elisa González Oslé.

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