(2014) El culto a las Ninfas y el aprovechamiento de las aguas termales de Tagili: un posible santuario en Cela

July 22, 2017 | Autor: M. López-Medina | Categoría: Ancient History, Roman Religion, Water History, Historia Antigua
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Descripción

SANTUARIOS SUBURBANOS Y DEL TERRITORIO EN LAS CIUDADES ROMANAS Juuo

h1A.NGAS h1A.NJARRJÉS Y htúGUJEl ÁNGlEl

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Monografía del ICCA

Santuarios suburbanos y del territorio de las ciudades romanas

Julio Mangas Manjarrés y Miguel Ángel Novillo López (eds.)

Instituto universitario de investigación en Ciencias de la Antigüedad de la Universidad Autónoma de Madrid

Portada: Templo romano del Puente de Alcántara. Cortesía del Deutsches Archäologisches Institut (Madrid) Diseño de portada: Miguel Ángel Maroto de Lis

TÍTULO: SANTUARIOS SUBURBANOS Y DEL TERRITORIO DE LAS CIUDADES ROMANAS. Edita: Jose Pascual González – ICCA I.S.B.N.: 978-84-616-9864-6 Depósito Legal: M-14902-2014 Imprime: VIRO Servicios Gráficos, S.L. c/Rosal, 3-5, P.I. Los Nuevos Calahorros 28970 Humanes de Madrid

Santuarios suburbanos y del territorio de las ciudades romanas Sumario Artículos Presentación Julio MANGAS – Miguel Ángel NOVILLO LÓPEZ Los santuarios suburbanos y la religión de las matronas. El templo de Fortuna Muliebris en la Roma Republicana Rosa María CID LÓPEZ

Páginas

5-7 9-29

Memoria, espacio y religión en la República romana Ana RODRÍGUEZ M AYORGAS

31-52

Santuarios en canteras y romanización religiosa en Hispania y Gallia Silvia ALFAYÉ – Francisco MARCO

53-86

Sociedad municipal y sacra publica. A propósito de un relieve del territorio de Lugdunum (Lyon) Juan Francisco RODRÍGUEZ NEILA

87-122

Espacios sagrados y campamentos militares romanos en Hispania Angel MORILLO

123-162

Santuario y escritura en la Galicia romana Marco GARCÍA QUINTELA – Pedro LÓPEZ BARJA DE QUIROGA

163-183

Santuarios suburbanos en la Asturias romana: Los espacios sagrados dedicados a Júpiter Narciso SANTOS YANGUAS

185-203

Los santuarios del territorio en las ciuitates de la Asturia augustana: el ejemplo del deus Vagus Donnaegus Mª Cruz GONZÁLEZ RODRÍGUEZ

205-223

Metalla, ciuitates y loca sacra (Maragatería, Teleno y Alto Bierzo) Almudena OREJAS SACO DEL VALLE – Fernando ALONSO BURGOS

225-276

Flaviobriga y el santuario de Salus Umeritana José Manuel IGLESIAS GIL – Alicia RUIZ GUTIÉRREZ

277-294

Nuevo santuario rural en territorio turmogo Bruno P. CARCEDO DE ANDRÉS – David PRADALES CIPRÉS

295-309

Vurovius y la cristianización de los espacios rurales en la península Ibérica Rosa SANZ SERRANO – Ignacio RUIZ VÉLEZ

311-338

3

Sumario

Bonus Eventus en Puente Talcano (Sepúlveda, Segovia). Un santuario rural en el territorio del municipium de Duratón (Hispania Citerior) Santiago MARTÍNEZ CABALLERO

339-382

Hércules en la Meseta. Testimonios, carácter y conexiones María del Rosario HERNANDO SOBRINO

383-411

La epigrafía latina de la provincia de Salamanca como fuente para el estudio de los santuarios rurales Manuel SALINAS DE FRÍAS – Juan José PALAO VICENTE

413-440

El conciliabulum de Égara. De espacio político a espacio sagrado Alberto PRIETO ARCINIEGA – Joan OLLER GUZMÁN

441-456

El castrum Octavianum (St. Cugat del Vallés): de santuario rural a fortaleza defensiva Oriol OLESTI VILA

457-488

Dioses y santuarios rurales en el territorio Caperensis Julio GÓMEZ SANTA CRUZ – Julio ESTEBAN ORTEGA

489-510

El culto a las Ninfas y el aprovechamiento de las aguas termales en Tagili: un posible santuario en Cela María Juana LÓPEZ MEDINA

511-533

El santuario de Tajo Montero en estepa, Sevilla Miguel ALONSO RODRÍGUEZ – José María LUZÓN NOGUÉ – Irene MAÑAS ROMERO

535-547

Santuarios en la provincia romana de Arabia Carmen BLÁNQUEZ PÉREZ

549-560

Las cuentas del santuario de Júpiter Capitolino en Arsínoe (Egipto) en época de Caracalla (papiro de Fayum BGU 362): el templo, motor económico de una villa agrícola Sabino PEREA YÉBENES

561-596

4

El culto a las Ninfas y el aprovechamiento de las aguas termales en Tagili: un posible santuario en Cela Mª Juana LÓPEZ MEDINA Universidad de Almería RESUMEN El presente trabajo pretende profundizar en la presencia de un santuario extraurbano en la ciuitas de Tagili vinculado al culto a las Ninfas y el aprovechamiento de aguas termales de la Fuente de Cela. Los restos arqueológicos unidos a los indicios de carácter epigráfico así como toponímico nos indican su utilización durante época romana. El estudio de todos los datos junto al análisis químico de las aguas nos aportan un panorama más rico de este municipio en relación con sus espacios sagrados. Palabras clave: Ciuitas de Tagili, época imperial, Ninfas, balneario, santuario.

ABSTRACT This paper attempts to deepen in the presence of a suburban sanctuary in Tagili ciuitas linked to the cult of the Nymphs and the use of thermal waters of the “Fuente de Cela”. The archaeological remains, the epigraphic evidence and the toponyms denote the use during Roman period. The study of all data along the water chemical analysis contributes to establish a richer view of this ciuitas and its sacred spaces. Key words: Tagili ciuitas, imperial period, Nymphs, balneotherapy, sanctuary.

INTRODUCCIÓN El aprovechamiento de aguas terapéuticas, concretamente las de la Fuente de Cela, por parte del municipium tagilitanum, es un punto sobre el cual ya han tratado autores como F. Díez de Velasco 1, pero que hasta el momento ofrecía bastantes dudas, puesto que los restos a los que se hacía alusión se ponían en tela de juicio. El caso más ejemplar es el del ara votiva sobre la cual no se sabía su paradero. Ésta era conocida a través de los escritos de un erudito local, que a su vez ofrecía bastantes dudas en cuanto a su contenido (existían formas raras en las palabras) y por lo tanto _____________ 1

F.A. Díez de Velasco, 1992, p. 390.

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a su origen. Sin embargo, en la actualidad esta ara está localizada en los fondos del Museo de Almería.

Fig. 1. Situación de Tagili (5) respecto a otras civitates del Sureste. 1.- Urci. 2.- Murgi. 3. Abdera-. 4.- Alba. 5.- Tagili. 6.- Baria. 7.- Águilas. 8.- Eliocroca. 9.- Tutugi. 10.- Basti. 11.Acci. 12.- Iliberis. 13.- Selambina.

El panorama del poblamiento romano existente hasta hace poco tiempo sobre el alto valle del río Almanzora era bastante incompleto. Aunque ya a principios del siglo XX se conocían los restos de lo que debía ser una importante localidad romana, en ningún caso se hacía referencia a su antiguo nombre, pues éste no era citado por las fuentes literarias. Así en septiembre de 1909 en el periódico La Independencia, C. Bordiu describía al realizar un viaje por la cuenca del río Almanzora en su busca de “aventuras retrospectivas” los hallazgos, entre otros de cerámica, monedas e inscripciones romanas, tanto en el pago de Cela, como en otros lugares del municipio de Tíjola. Esta situación se vio modificada por la aparición en marzo de 1977 de una inscripción que mencionaba a la Res Publica Tagilitana2, en el paraje conocido como _____________ 2

R. Lázaro, 1980 (en adelante IRAL) 48: VOCONIA Q(uinti) F(ilia) AVITA / THERMAS REI PVBLICAE / SVAE TAGILITANAE S(olo) S(uo) S(ua) P(ecunia) F(ecit) / EASDEMQ(ue) CIRCENSIBVS / EDITIS ET EPVLO DATO DEDICAVIT / AT QVOT OPVS TVENDVM VSVMQ(ue) / PERPETV(u)M THERMARVM PRAEBEN / DVM R(ei) P(ublicae) TAGILITANAE X (denariorum) II (millia) D (quingentos) DEDIT.

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La Muela (Armuña del Almanzora), por lo cual las ruinas que se documentaban en el paraje de la Estación de Tíjola se pudieron relacionar por primera vez con el municipio de Tagili3. A partir del hallazgo de estos epígrafes, los datos que aportan las últimas campañas de prospección llevadas a cabo en esta zona4, la documentación de las amonedaciones vinculadas al oppidum de Tagili5, así como la confrontación de todos estos datos con las fuentes literarias que poseemos sobre el Sureste peninsular, pueden ir completando nuestra aproximación al poblamiento romano en esta zona.

Fig. 2. Inscripción de Voconia Avita (Procedencia: Museo de Almería).

_____________ 3

Este epígrafe fue dado a conocer por primera vez en el periódico La Voz de Almería del 6 de julio por R. Lázaro (1977), aunque con ciertos errores como reconoce este mismo autor en otra segunda publicación dedicada a este mismo epígrafe un año después (1978, pp. 1417). También la mencionan P. Resina Sola y M. Pastor Muñoz, 1978, pp. 333-336. 4 En la zona del Alto Almanzora, relacionada con Tagili, se ha llevando a cabo un proyecto de investigación de la Junta de Andalucía en el cual participo denominado “Estudio del proceso histórico durante la Prehistoria y la Antigüedad en la cuenca del Alto Almanzora”, dirigido por las doctoras Catalina Martínez Padilla y Mª de la Paz Román Díaz. 5 Esta ceca ha sido analizada por C. Alfaro Asins (1991-1993; 1993) a partir de los materiales procedentes de las excavaciones de L. Siret en Villaricos (Cuevas de Almanzora), la antigua Baria, y que en la actualidad están depositados en el Museo Arqueológico Nacional.

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LA CIVITAS DE TAGILI Actualmente se ha localizado el asentamiento que se vincula a la ciudad de Tagili en el paraje que se conoce como Estación de Tíjola-Cela, con una extensión aproximada de 14 Ha. (fig. 1). Las fuentes no hacen alusión al proceso de conquista en esta zona, si bien sabemos que tras la caída de Carthago Nova en el 209 a.C. (Liv. 28.1), y el posterior asedio y toma de Baria (Villaricos, Cuevas de Almanzora) (Aul. Gell., N.A. 6.1.8; Plut., Apophth Scip. 3; Val. Max. 3.7.1), situada en la desembocadura del río Almanzora, por parte de Escipión, el Sureste peninsular ya estaba dominado por Roma hacia el año 207 a.C. Para ello la fórmula de entrega al poder romano más lógica debió de ser la deditio, obteniendo el estatuto jurídico de ciuitas stipendiaria dentro de la Provincia Hispania Vlterior6. La acción romana tras la conquista provocó una transformación en la ordenación del territorio, que se caracteriza por el abandono del oppidum ibérico de La Muela del Ajo, situado en una elevación sobre la llanura aluvial, en lo que debió de ser una intervención romana, con la consiguiente ocupación de una zona más baja en el paraje de la Estación de Tíjola. Este cambio, abandono de un punto dominante en el territorio, por una llanura, atestiguado en otros lugares y documentado por las fuentes literarias (B.H. 8), se produjo desde finales del siglo II a. C., y pudo estar en la base de la implantación de un catastro romano7. En este sentido el registro material muestra un freno de las producciones autóctonas en el yacimiento de La Muela del Ajo a partir del siglo II a.C., y las cerámicas del s. I a.C. y I d.C. son cada vez más escasas, lo que demuestra que el abandono no debió de ser violento, sino de forma pausada. Mientras que en el paraje de la Estación el proceso es el contrario, es decir, las producciones que se documentan comienzan durante el siglo I a.C. y aumentan en el siglo I d.C.8 En el plano administrativo, como ya hemos comentado, esta población tras su deditio debió de pasar a ser una ciuitas stipendiaria con el mantenimiento de cierta autonomía en cuanto a su regulación interna, de lo que serían expresión sus emisiones monetales. Sin embargo, hay que destacar que durante estos primeros siglos de _____________ 6

Sobre ciuitates stipendiariae: M. A. Marín Díaz, 1988, pp. 14, 19. En concreto sobre Tagili: M. J. López Medina, 2004 y 2009. 7 También se ha constatado en el Sureste el abandono del “Cerrón de Dalías”, cuyos habitantes posiblemente se trasladaron a Murgi (Ciavieja, El Ejido). Con respecto a estos traslados de población hay que decir que durante el siglo II y I a.C. muchos oppida ibéricos pasaron de ocupar zonas altas a asentarse en otras más bajas que permitieran, por un lado, un mayor control romano, y por otro, hacer frente a una mejor urbanización (Bellum Hispaniense, 8) (M. Clavel y P. Lèvëque, 1971, p. 21; P. Jacob, 1985, p. 299). Sobre la coincidencia entre traslado de la población y reforma catastral: A. Prieto Arciniega, 1998. 8 Sobre los restos arqueológicos de la ciuitas de Tagili y Cela: M. J. López Medina et alii, 1997 y M. J. López Medina, 2009.

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dominio romano Tagili, como el resto de las civitates analizadas en el Sureste peninsular, va a participar en un proceso de integración en el Imperio, que está fuertemente potenciado por la elite local de origen ibérico, que ve en ésta el modo de mantener el poder sobre el resto de la población9. Expresión de este proceso es su participación en las Guerras Civiles, tras las cuales al menos una familia, que fue partidaria de Cesar en su enfrentamiento con Pompeyo, consiguió obtener la ciudadanía romana, como nos demuestra la documentación de la tribu Galeria en la epigrafía10. En el siglo I d. C., una vez realizada la nueva división provincial de Augusto por la que pasó a pertenecer a la provincia imperial Tarraconense (Plin., N.H. 3.2.6), se produce la culminación del proceso de integración política en el modelo romano, que se consigue a través de la promoción de esta ciuitas a municipium ciuium latinorum mediante el Edicto de Latinidad de Vespasiano (Plin., N.H. 3.4.30), como lo demuestra la adscripción a la tribu Quirina11. Los trabajos de prospección han documentado en el yacimiento del paraje de la Estación de Tíjola una amplia dispersión de materiales tanto de construcción (tegulae, ímbrices, ladrillos, muros realizados en mampostería), como cerámicas (desde comunes hasta finas, destacando entre estas últimas por su volumen la sigillata hispánica y la sigillata africana A, a las que hay que sumar algunas sudgálicas) de este periodo. Unido a esto se produce una gran remodelación del poblamiento, con la aparición de un gran número de asentamientos ex novo en su territorio12. Todo esto nos pone de manifiesto que Tagili durante época altoimperial funcionaba como un municipio latino, en el cual no nos deben extrañar actividades evergéticas como las de Voconia Avita, que dona unas termas (fig. 2), o la devoción hacia ciertas divinidades como son las Ninfas (estas últimas pudieron obedecer a un culto anterior, aunque no tenemos evidencias que nos permitan concretarlo).

LA FUENTE DE CELA Y EL APROVECHAMIENTO DE SUS AGUAS DURANTE ÉPOCA ROMANA Una vez esbozado un acercamiento a la ciuitas de Tagili, pasemos a centrarnos en el aprovechamiento de las aguas de Cela. En este sentido podemos distribuir _____________ 9

Sobre el Sureste peninsular: M.J. López Medina, 1997; 2004. IRAL 62: D(is) M(anibus) S(acrum) / [-] [S]EMPRONIVS [---] / GALERIA FABIANVS / ANNORVM LXXXI / [H(ic)] S(itus) E(st) S(it) T(ibi) T(erra) [L(euis)]. 11 R. Lázaro, 1988, p. 123 = HE, 1990, 23: [---] FABIV[S] [---] / [QVIRI]NA P[---] / [AN(norum)] LX H(ic) [S(itus) E(st)] / S(it) T(ibi) T(erra) [L(euis)]. 12 M. J. López Medina, 2004; 2009. 10

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nuestro estudio en tres grandes bloques: epigrafía, toponimia y análisis químico de las aguas. Análisis de los datos epigráficos: El culto a las Ninfas y las ofrendas votivas Uno de los principales hallazgos con los que contamos a la hora de realizar nuestro estudio es el de un pedestal rectangular de mármol blanco pulimentado en todas sus caras, realizado durante el Alto Imperio, y ya conocido desde finales del siglo XIX (fig. 3). En el campo dedicado a la inscripción se hace referencia al culto a las Ninfas. En éste se puede leer: NYMPH[IS] / L(ucius) F(abius) ARGYR/INVS V(otum) S(oluit), es decir: “A las Ninfas, Lucio Fabio Argyrino cumplió su voto”13. A nuestro juicio el gentilicio podría ser Fabius, puesto que es un nomen documentado en Tíjola, en concreto de un individuo, Fabius, perteneciente a la tribu Quirina14.

Fig. 3. Inscripción dedicada a las Ninfas (Procedencia: Museo de Almería). _____________ 13 14

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IRAL 49 Ver nota 11.

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Este pedestal apareció al hacer la carretera de Villacarrillo a Huércal Overa, en un lugar cercano a Tíjola sin precisar 15. Este hallazgo lo observó Miguel Bolea y Sintas, quien la recogió en su manuscrito titulado Episcopologio e Historia de la Diócesis de Almería realizado en 1890 16. El ara estuvo desaparecida durante algún tiempo, tal y como hace mención F. Díez de Velasco 17, por lo que ofrecía bastantes dudas, tanto por la dedicación, donde aparecía “Nympho” en lugar de “Nymphis”, como por la abreviatura del nomen. Sin embargo se sabe que actualmente se halla depositada en el Museo de Almería, pues se volvió a localizar al hacer unas obras de alcantarillado de Tíjola y fue entregada con posterioridad a dicho museo donde se encuentra expuesta actualmente. Según los datos ofrecidos por P. Resina 18, sus dimensiones son de 61 cm. de alto, 31 cm. de ancho, 28'5 cm. de grosor, y un peso aproximado de 60 Kg. El pedestal presenta la parte superior deteriorada, aunque se aprecia una concavidad que pudo estar destinada a albergar las libaciones que se ofrecieron a estas divinidades. Además el pedestal estuvo rematado por dos volutas. Debajo de este cuerpo presenta varias molduras escalonadas decrecientes. En la parte inferior, debajo del cuerpo dedicado al campo epigráfico, nos encontramos de nuevo dos molduras, una cóncava y otra convexa que terminan en un pie rectilíneo. Por lo tanto, no difiere del resto de las aras votivas que se han localizado y que están relacionadas con este tipo de culto19. Con relación al aspecto religioso al que hace mención la inscripción, tal y como han expuesto A.M. Vázquez y Hoys y F. Díez de Velasco20, las Ninfas son divinidades “salutíferas”, y así se confiaba en ellas para recuperar la salud. En su origen en Roma las divinidades latinas de los ríos y fuentes recibieron el nombre de Linfas y la helenización de la religión romana provocó su asimilación a las Ninfas griegas quizás favorecida por su parecido lingüístico; a partir de este momento, las Ninfas adquieren las características con las que son más identificadas con posterioridad. Se trata de divinidades relacionadas con el agua y cuyo culto se localiza principalmente en las fuentes minero-medicinales 21 . En este sentido las aguas termales que poseían poderes curativos, fueron entendidas como aguas con un carácter sagrado, es decir, dadoras de vida, y es aquí donde residen estas divinidades. Así según C. _____________ 15

P. Resina, 1994, pp. 22-23. J. A. Tapia Garrido, 1982, p. 226. 17 F. A. Díez de Velasco, 1992, p. 390. 18 P. Resina, 1994, p. 22. 19 Varias de estas lápidas votivas se pueden ver en el trabajo de J.M. Roldán Hervás, 1965. 20 A. M. Vázquez y Hoys, 1977, p. 9; F. A. Díez de Velasco, 1987, pp. 32-33. 21 En este sentido se pronuncia E. Oro Fernández, 1996, pp. 103-104. 16

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Miró i Alaix22: “los romanos creían que parte de las virtudes curativas del agua procedían de la divinidad; el agua misma era considerada divina”. Por los estudios realizados23, se sabe que este culto estuvo muy extendido en la Península Ibérica, principalmente en su parte septentrional, tal y como prueban los numerosos restos que hacen referencia a éste, repartiéndose entre las provincias Tarraconense y Lusitana24. Por consiguiente, con respecto a la zona donde se da el culto a las Ninfas relacionado con el aprovechamiento de aguas termales es principalmente en el norte de la Península Ibérica, sobre todo en la zona galaica-lusitana, y también en la Tarraconense, no debemos olvidar que a esta provincia pertenece Tagili, mientras que en la Bética son escasos estos ejemplos. La principal causa de este fenómeno reside según estos autores en su sincretismo con divinidades indígenas, es decir, se trataría de las divinidades autóctonas que asumieron el nombre romano. Por lo tanto, en Tagili debió de existir un balneario de aguas termales que estaba ligado al culto a las Ninfas. En contraste con este manantial, podemos apuntar la existencia de otras fuentes de carácter termal como las cercanas de Sierra Alhamilla o Alhama, que bien pudieron ser utilizadas en época romana, según los materiales que aparecen en sus alrededores 25; sin embargo no ha aparecido ninguna inscripción o cualquier otra evidencia de carácter votivo que las pongan en relación con el culto a las Ninfas. La inexistencia de estos restos no es un hecho aislado en el sur peninsular, sino que tal y como ha manifestado F. Díez de Velasco 26, hay numerosos vacíos, principalmente en la Bética, donde no aparece el culto a las aguas termales, si bien este hecho no quiere decir que no se utilizaran con fines terapéuticos estas aguas27. _____________ 22

C. Miró i Alaix, 1992, p. 256. A. M. Vázquez y Hoys, 1979, p. 107; F.A. Díez de Velasco, 1987, p. 45. 24 Así, por ejemplo, de las 37 inscripciones que recoge A. M. Vázquez y Hoys (1979), 24 pertenecen a la provincia Tarraconense. 25 Con respecto a las de Alhama de Almería se han localizado numerosos restos principalmente cerámicos, entre los que destaca una escultura femenina del siglo II d. C. próxima al nacimiento de aguas termales, concretamente a 25 m. (L. Cara Barrionuevo y J. M. Rodríguez López, 1992). Con respecto a los Baños de Sierra Alhamilla (Pechina) junto al nacimiento se han hallado restos de cerámica de época romana al hacer obras de alcantarillado y una moneda de oro romana, según comunicación oral del dueño del actual balneario, así como dos piscinas gemelas dentro de los propios baños en apariencia de factura romana, como hemos comprobado en visita personal, sólo un análisis más detallado haría posible confirmar esta hipótesis. 26 F. A. Díez de Velasco, 1992. 27 La explicación a la inexistencia de este culto la ofrece este mismo autor (Ibidem, 1997, 95) para quien en estas zonas primó “el modelo médico-científico que convertía a los bal23

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En cuanto al dedicante, Lucius F. Argyrinus, hemos completado su nomen con el de Fabius, puesto que este gentilicio, tal y como hemos mencionado, está representado en esta ciuitas. Lo más probable es que se trate de un liberto, tal y como nos muestra su cognomen de origen oriental, siendo ésta la única vez que aparece representado en la Península Ibérica 28. Concretamente parece provenir o ser descendiente de una población situada en la actual Albania, puesto que la voz “argyronoi”29 es mencionada por Esteban de Bizancio (Etnika), al referirse a los habitantes de una población del Epiro, concretamente Argyrokastro en el camino que va de Antigonea a Hadrianopolis30. Su extracción social, por lo tanto, está en relación con el resto de los dedicantes que se pueden ver en la Península Ibérica, pues, según se desprende de las investigaciones, sabemos que el culto a las Ninfas se da mayoritariamente entre las clases bajas de la sociedad, donde destacan el gran número de libertos y soldados31. Por otro lado, no llama la atención el hecho de que el dedicante sea un hombre, puesto que esto coincide con la gran mayoría de las dedicaciones, así por ejemplo A.M. Vázquez y Hoys 32, también destaca como el 79'31 % de las inscripciones donde aparecen dedicantes están realizadas por varones. Por lo tanto, el ara aparecida en Tagili tampoco se aparta de la mayoría. Estaríamos, pues, ante un hombre que agradece a estas divinidades la curación o el alivio ante una enfermedad, que bien pudo padecerla él o bien algún miembro de su familia. Por consiguiente, nos hallamos ante un dedicante que hace una ofrenda votiva, posiblemente cumpliendo una promesa que les haría a las Ninfas tras una petición que se ha visto realizada. Otro aspecto que no nos debe extrañar es la buena calidad del ara, realizada en, mármol blanco, aunque su dedicante sea un liberto. La causa de esta buena calidad puede residir en la economía de la zona que estamos investigando, pues uno de sus principales recursos es la explotación del mármol de la Sierra de los Filabres, concretamente lo que hoy se conoce con el nombre de “mármol de Macael”. La abundancia del mármol en la zona, en las prospecciones aparece asiduamente como material ornamental, es lo suficientemente destacada para ver que su uso estuvo muy extendido en el valle del Almanzora, pese a ser una roca de carácter ornamental y de lujo, por lo que la cercanía a las canteras haría que se pudiera conseguir de _____________

nearios en lugares sin religión salvo que el recurso a los dioses pudiera cumplir alguna función extra-terapéutica como la de mostrar el poder y prestigio de algún bañista que desplegase su notoriedad bajo el pretexto del acto devocional”. 28 J. M. Abascal Palazón, 1994, p. 285. 29 REP-W II.1, 1985, p. 801. 30 Esta población está situada en la actual Gjirokastra, en Albania: H. Myrto, 1998, pp. 40-41. 31 A. M. Vázquez y Hoys, 1979, pp. 107-108. 32 Ibidem.

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una forma “bastante asequible”, como hemos podido comprobar a través de las prospecciones arqueológicas. Por otro lado, aunque los trabajos intensos actuales han borrado el registro arqueológico en la zona de extracción, existen datos indirectos que nos permiten deducir la relevancia que para los grupos dirigentes debieron de tener estas canteras, a las que ya hizo alusión A. Cantó en los años 7033. Entre estos datos hay que destacar los que provienen de los análisis petrológicos realizados a distintas piezas en poblaciones, como Italica, Emerita o Caesaraugusta, que aseguran su procedencia de esta zona 34. Todo ello nos plantea la presencia de este material en el mercado local así como en los circuitos más amplios, por lo que estos datos nos apuntan la enorme difusión que alcanzó el mármol blanco de la Sierra de los Filabres dentro de la Península Ibérica, hacia la Tarraconense (provincia a la que pertenece Tagili como hemos visto), pero también hacia la Bética y la Lusitania, tanto como material constructivo como ornamental. Por consiguiente, suponemos la existencia de un balneario, cuya función es la curativa, por lo que sería distinto a las termas ofrecidas por Voconia Avita para la población tagilitana, cuyo fin sería el de unos baños higiénicos 35 (fig.2). En este último caso se trata de una importante donación donde destacamos el papel realizado por una mujer 36. Ésta perteneció a una familia de gran poder económico en este territorio, puesto que es una de las evergetas más importantes del Sureste, como demuestra su donación, que consiste en la construcción de unas termas, más la entrega de una suma de dinero (2.500 denarios) para el mantenimiento de éstas, junto con el terreno sobre el que se debía construir; además, para celebrarlo ofreció un epulum o banquete, así como unos juegos circenses 37 . Por consiguiente, su _____________ 33

A. Cantó, 1977-1978. Entre los datos arqueológicos indirectos destacan los hallazgos en Macael el Viejo. Aún cuando en nuestras campañas de prospección no se han documentado restos de época romana, sí hay referencias en la bibliografía a documentación de sigilatas y restos romanos, así como las monedas datadas entre finales del siglo I a.C. hasta el siglo IV d.C. 34 En este sentido hay que destacar los análisis petrológicos efectuados por el equipo de M. Lapuente Mercadal et alii, 1988. 35 Sobre la inscripción ver nota 2. 36 Sobre el evergetismo en el Sureste: M. J. López Medina, 1995. 37 No son éstas las únicas termas que se donan en el Sureste peninsular, puesto que el seuir P. Aemilius Daphnus, también construye otras, dando 150 denarios anuales para su mantenimiento y conservación, junto al ofrecimiento de un epulum y una sportula para celebrar su inauguración, tal y como aparece en la siguiente inscripción (CIL II, 5489; IRAL 43; R. Lázaro, 2007, pp. 48-50): P(ublius) AEMILIVS DAPHNVS SEVIR THERMAS / SVA OMNI IMPENSA MVNICIPIBVS MURG(itanis) / DEDIT ET QVODIE EAS DEDICAVIT X SIN/[G]VLOS CIVIBVS ET INCOLIS EPVLVM DEDIT / [Q]VAMDIV VIXISSET EODEM DIE DATVRVM / [SE] X SINGVLOS EISDEM PROMISIT ET IN/[TVTE]LAM

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riqueza debió de ser relevante si tenemos en consideración los cálculos de R.P. Duncan-Jones, para quien los evergetas nunca debieron gastar más de un 15 % de sus fortunas en estos actos 38. En relación con esto hay que tener en cuenta que ésta pertenece a la elite local, y su papel no se debe extrapolar al de todas las mujeres en esta sociedad, sino como integrantes de una clase social que domina y explota al resto de la población, y que cómo tales tienen la riqueza suficiente para llevar a cabo estas prácticas, pues éstas sirven para aumentar el prestigio de su familia y el suyo propio39. Por otro lado, no creemos que fuera el balneario, puesto que la construcción se hace en sus propias tierras, y por lo tanto, debieron estar situadas en la misma ciudad o sus cercanías al tratarse de unos baños higiénicos. En este sentido arquitectónicamente ambas construcciones también debieron de ser distintas, las termas tendrían la estructura común de un recinto de esta categoría; mientras las instalaciones del balneario, a parte de la estructura termal en las que no serían necesario las instalaciones para calentar el agua, y donde incluso se pueden localizar baños individuales, contarían con otra serie de edificios anexos, como por ejemplo talleres de mármol, donde los marmorarii fabricaban las aras o estelas, que posteriormente los lapicidas terminaban con el nombre del dedicante, de las divinidades y el agradecimiento o ruego40. En este balneario además debió de existir un recinto con fines religiosos, cuyo funcionamiento dependió de una organización sacerdotal que sería la encargada de llevar a cabo las prácticas cultuales (sacrificios, plegarias, libaciones, ofrendas, como denota esta inscripción), e incluso pudieron ejercer la práctica curativa41. En resumen, del análisis de la inscripción de L. Fabius Argyrinus podemos afirmar que en la ciuitas de Tagili debió de existir un balneario de aguas termales, _____________

EARVMDEM THERMARVM QVAM / DIV IPSE VIXISSET ANNVOS X CL / POLLICITVS EST. Estamos, pues, ante otro de los principales evergetas de la Bética, cuya riqueza debió de ser considerable como lo demuestra su donación. Este caso nos demuestra que no sólo los integrantes de la elite llevaron a cabo prácticas evérgeticas en el Sureste, sino también libertos y esclavos. P. Aemilius Daphnus formó parte de una minoría social que había conseguido, pese a haber sido esclavo, una buena posición económica y social, pero siempre contando con el patrocinio de ciudadanos ricos, que les ayudaron a aumentar su status de vida y prestigio a nivel local. 38 E. Melchor Gil, 1993-1994, p. 345. 39 En este sentido se pronuncian: C. Martínez López, 1990, pp. 219-241; M. H. Gallego Franco, 1991 y 1992-1993; M. D. Mirón, 1992, p. 291-305. Hemos analizado este tipo de actuaciones en otras zonas del sur peninsular: M. Carrilero y M. J. López Medina (e.p.). 40 Sobre estas instalaciones ver E. Oro Fernández, 1996, p. 76. 41 Ibidem, pp. 86, 91. En este sentido no se ha hecho alusión a médicos, puesto que autores latinos como Celso o Galeno no son partidarios del uso de esta agua, principalmente de las calientes, en la práctica médica: G. Matilla Séiquer, 2006, pp. 161-162.

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puesto que las Ninfas fueron veneradas principalmente en estos centros, y además según la religión romana se consideraba que residían en los manantiales de este tipo de aguas42. En este sentido, según F. Díez de Velasco43, la epigrafía votiva es un argumento de peso para pensar que pudiera tratarse de un establecimiento balneario, máxime cuando hay una fuente termal en las proximidades, como vamos a analizar. El topónimo “Cela” Otro de los aspectos que merecen ser destacados en nuestro estudio es la toponimia, y en concreto el topónimo latino “Cela”, vinculado a una fuente. “Cela”, del latín cella, significa santuario o capilla, aunque también debemos tener en consideración su variante sacellum, como “pequeño santuario”44. Esta variante designa un tipo de edificación y es la palabra adecuada para denominar este tipo de estructuras45. En realidad, se trata de un diminutivo de sacer en relación con “santuario pequeño” o “capilla” que además posee un altar, de reducidas dimensiones, y a cielo abierto46. Dicho topónimo está, pues, en relación con la existencia del ara votiva, puesto que generalmente éstas solían estar situadas, como ha indicado P. Resina 47, en un pequeño espacio consagrado o sacellum, resguardado por una reja o un pequeño muro. De hecho en la actualidad existe una Ermita en la zona donde pudieron estar los baños, junto a la cual aparecen materiales romanos como ímbrices, tégulas y ladrillos 48, lo que indica el carácter sagrado que ha tenido este lugar para la población de manera reiterada en el tiempo. De hecho la utilización de este manantial se debió de producir desde la Prehistoria, pues en dicho pago al realizar una excavación a principios de siglo se hallaron, según narra C. Bordiu49, un hacha y un cuchillo de sílex sin pulimentar, que adscribía al paleolítico, así como objetos de sílex perfectamente pulimentados junto vasijas de cerámica, que vinculaba al neolítico, todo ello unido a restos humanos; y junto a ello algunas monedas ibéricas. También M. Pellicer y P. Acosta 50 hacen referencia a un sepulcro megalítico junto a la Ermita de Cela. Su aprovechamiento continuaría durante época ibérica, pues a escasos kilómetros encontramos el yacimiento de La Muela del Ajo, al que ya _____________ 42

F. A. Díez de Velasco, 1987, p. 45. Ibidem 1987, p. 234. 44 M. García Ramos, 1989; J. M. Albaigès, 1998, p. 197. 45 P. Castillo, 2000, p. 87. 46 Ibidem, p. 89. Para este análisis P. Castillo tiene en consideración las siguientes referencias: Fest., p. 318a; p. 422.15L; Trebacio en Gell. 7.12.5; Ovid., Fast. 1.275. 47 P. Resina, 1994, p. 24. 48 Además nos han llegado noticias de la existencia de un mosaico debajo de dicha Ermita, que no hemos podido corroborar. 49 C. Bordiu, 1910, p. 243. 50 M. Pellicer y P. Acosta, 1974, pp. 164-168. 43

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hemos hecho alusión, y que se vincula con el oppidum ibérico de Tagili, principal núcleo articulador del poblamiento ibérico de la comarca del Alto Almanzora, situado junto a la vía de comunicación que une el Mediterráneo (Baria) con la Hoya de Baza (Basti) a través del valle del río Almanzora. De hecho junto al material ibérico también se han localizado producciones púnicas y áticas, lo que demuestra el contacto con la población costera de origen fenicio. No es éste el único topónimo latino que hace referencia a cuestiones de carácter sagrado, puesto que en la misma zona encontramos el de “Lúcar”, que hace mención a una Sierra, la de Lúcar, y a un término municipal. Procede del latín lucus y que significa “bosque sagrado”, o mejor dicho, del adjetivo latino lucaris, que vendría a significar “lo que pertenece al bosque sagrado o del bosque sagrado” 51. Servio (ad Aen. 1.310) define lucus como “un conjunto de árboles dotado de un carácter sagrado”, por lo que estos lugares tuvieron un estatuto sagrado52. Según P. Castillo53, lucus hace alusión a un espacio cultual que puede estar dentro de un santuario o al margen del mismo. En este sentido, en ocasiones algunos autores clásicos utilizan para designar al mismo espacio tanto el topónimo lucus, como el de sacellum54. La coincidencia de ambos en el lugar que estamos tratando nos puede indicar, por consiguiente, su unión en un mismo santuario. Posiblemente hace referencia al bosque que hubo alrededor del balneario y del santuario de Cela, por consiguiente, de carácter sagrado, y que debió de pertenecer o ser propiedad de dicho santuario. Actualmente dicho bosque prácticamente ha desaparecido, puesto que sólo hay especies de pinos de repoblación, pero en la Antigüedad los análisis de reconstrucción paleoambiental de Fuente Álamo, yacimiento situado en la Sierra de las Estancias, lo mismo que Lúcar, permiten establecer que los árboles de maquia y _____________ 51

M. García Ramos, 1989; F. Torres Montes, 1992, p. 1065; E. Nieto Ballester, 1997, pp. 311-312. En las proximidades también existe otro topónimo “Loma del Luco” (Serón) situado en la Sierra de los Filabres que nos podría indicar la presencia de otro bosque de esta categoría. 52 Sobre las prescripciones de este lugar sagrado en el Imperio ver: P. Castillo, 2000, pp. 95-98. Entre ellas menciona la prohibición de talar en dicho bosque salvo por circunstancias especiales (como el sacrificio anual), que además debían de ser autorizadas expresamente; o de arrojar basuras; etc., como se ve a través de la Lex luci spolentina (241 a.C.). El no cumplimiento de estas normas conllevaba la imposición de multas y la realización de sacrificios expiatorios, entre otros. Estas penas se imponían por parte de los magistrados municipales, pues estamos ante un acto jurídico no sagrado; de hecho en las leyes de Urso (cap. 128) y de Irni (cap. 19) son éstos los custodios de los sacra publica (Ibidem, pp. 99-100). 53 Ib., p. 87. 54 Esta situación ha sido analizada por P. Castillo (Ib., p. 89), quien pone los ejemplos de Cicerón (Div. 1.101) que escribe sobre el lucus Vestae, y Livio (5.50.5; 5.52.11) quien nombra a este mismo lugar como sacellum Vestae.

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el bosque (lentiscos, pinos y en menor medida los quercus) representaban todavía entre el 30 y el 40 % de la leña consumida en este asentamiento hasta el siglo V d.C., además documentan especies como el lince, que es un animal forestal. Todo ello evidencia la existencia de un bosque de tipo mediterráneo en esta sierra durante época romana 55. La fuente de Cela y el análisis químico de sus aguas El único lugar al que se pueden vincular las evidencias anteriormente analizadas en la zona es al manantial de la Fuente de Cela en el límite de los actuales municipios de Tíjola y Lúcar, y situado al norte del núcleo urbano de Tagili. Actualmente estas aguas se utilizan para el riego de la mayor parte de las vegas de ambos municipios, junto al de Armuña del Almanzora, así como para el mantenimiento de un embalse o piscina en el mismo nacimiento conocido con el nombre de Balsa de Cela y que está en funcionamiento durante todo el año aprovechando sus características termales. En la actualidad el perímetro de ésta se adapta a la topografía del terreno, por lo que el trazado de sus lados es irregular, y el suelo es el natural de la zona para aprovechar la surgencia del agua, y presenta numerosos fragmentos de cerámica. Pero, su aprovechamiento es muy antiguo y ya está constatado en 1572, pues fue fuente de litigio a partir de ese mismo año una vez que se produjo el Repartimiento tras la expulsión de los moriscos. Además la utilización de estas aguas se conocía desde “tiempo inmemorial”, tal y como expresa el Memorandum respecto a la propiedad de las aguas que fertilizan el término municipal de Tíjola de Villareal y Sola, publicado en Barcelona durante 189856. _____________ 55

A. Driesch et alii, 1985, pp. 39-40. La extensión de la cobertura vegetal ha sufrido un claro retroceso sobre todo a partir del siglo XIX. En estas cuestiones hemos incidido en: M. J. López Medina y M. Carrilero Millán, 2000; M. Carrilero Millán – M. J. López Medina – M. García Pardo, 2004; I. Arrayás y M. J. López Medina, 2009. 56 Palabras textuales sobre la fuente de Cela (Villareal y Sola, 1898, pp. 25-26): “Después que tuvo lugar en el año de 1572 el repartimiento de suertes de población, surgieron grandes desavenencias entre los pueblos de Tíjola, Lúcar y Armuña, respecto al disfrute de las aguas de la fuente de Zela, por consecuencias de las cuales, (...) y que a la puesta del sol, toda el agua de la fuente, o sean las dos hiladas, se recogiese hasta otro día al manecer en la balsa llamada del Marchano (que es la que hoy exite en el camino de Lúcar) (...)”. Para ello se apoya en el Libro de Apeo de Tíjola (ibidem, p. 44): "Yo el infrascrito Secretario del Ayuntamiento Constitucional de la villa de Tíjola en la provincia de Almería. Certifica: Que en el Libro de Apeo de esta población, que se conserva en el Archivo de mi cargo al folio 520 se encuentra el siguiente: “Testimonio.- Yo Luis Ramirez escribano de Su Magestad real é nombrado Por los Señores de el Consejo de Hacienda é Población de la ciudad de Granada en las Comisiones de El Señor Antón de Pareja Juez Por su Magestad: Doy fé é verdadero testimonio, habiendo venido a esta villa de Tíjola el Dho. Señor Juez á

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Geológicamente, forma parte del Subsistema de la Sierra de las Estancias, constituido por dolomías y calizas del Complejo Alpujárride. Dicho Subsistema se localiza en la zona más septentrional de la provincia de Almería y se ubica, de Este a Oeste, en la Sierra de las Estancias y sus estribaciones (Sierra de Lúcar, Sierra de Partaloa, Oria y Saliente). Al Sur nos encontramos con el valle del río Almanzora y los materiales miocenos que lo separan de éste. Al Este se encuentra limitado por los materiales impermeables de la Sierra del Saliente y al Oeste por la depresión de Baza. Es en estos materiales carbonatados alpujárrides donde se constituye el acuífero de la subunidad El Hijate-Lúcar-Cerrón de Baza al que pertenece la zona estudiada. Por su extensión y potencia dentro de este subsistema en relación con los puntos acuíferos hay que destacar la Fuente Cela, situada a unos 732 m.s.n.m., con un caudal que oscila entre los 30 l/s -1.800 l/m- y 40 l/s -2.400 l/m-, por lo que estamos ante uno de los manantiales de más caudal de la zona lo que permite el riego de grandes extensiones en los municipios anteriormente mencionados. 57 Los análisis que presentamos aquí son los efectuados por la profesora Angela Vallejos58 en dos fechas distintas, en mayo de 1989 y en junio de 1990 (fig. 4). En cuanto a la temperatura del agua, ésta emerge superando los 25º C, pues según los análisis oscila entre los 25,4 y los 25,8º C. Su pH supera el 7, oscilando entre el 7,6 y el 7,73, es decir, ligeramente básico. De éstos se desprende que el anión más abundante es el de los sulfatos con 343 mgr/l., seguido de los bicarbonatos con una proporción que oscila entre 267 y 274,5 mgr/l, dependiendo de la mayor o menor temperatura del agua. A ésta la siguen los cloruros con 23 y 24,9 mgr/l de disolución. Otros aniones como los nitratos presentan cifras muy inferiores. Con respecto a los cationes el más abundante es el calcio oscilando entre 108 y 120 mgr/l respectivamente, seguido del magnesio (entre 60 y 48,6 mgr/l) y del sodio (7 y 27 mgr/l). Sin embargo, el potasio ofrece cantidades muy bajas (1,4 y 3,9 mgr/l).

_____________

gacer el repartimiento de las Aguas de la fuente e ríos del término de ella (...) sobre el riego de las aguas del río que llaman de Bacares Y, fuente de Zela Y de las demás fuentes que hay en el dicho término...”. 57 IGME 1980, 138. A. Vallejos et alii, 1994, pp. 104-107, 109. Con respecto al manantial no es el único de surgencias termales en esta subunidad, pues hacia el oeste se encuentran los de La Perica (22º C), El Aljibe (24º C) y la galería Cañada y Plaza (21º C), todos ellos en la cota de 837 m.s.n.m., pero a diferencia del que estamos tratando presentan un caudal mucho menor que oscila entre 15 y 27 l/s. 58 Agradezco a la Profesora Dña. Angela Vallejos del Departamento de Hidrogeología y Química Analítica de la Universidad de Almería, la facilidad que me ha dado para consultar las analíticas, así como su interpretación.

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MUESTRAS

1

2

CÓDIGO ................................

2340-5006

2340-5006

NATURALEZA .................... FECHA...................................

M 0-5-89

M 0-6-90

TEMPERATURA .................. pH ........................................... CONDUCTIVIDAD ..............

25.8 7.60 929.0

25.4 7.73 994.0

(mgr/l) (meq/l) (mgr/l) (meq/l) (mgr/l) (meq/l) (mgr/l) (meq/l) (mgr/l) (meq/l) (mgr/l) (meq/l)

23.0 0.6487 343.0 7.1414 267.0 4.3759 ****** ****** 2.2 0.0355 0.0 0.0000

24.9 0.7009 343.0 7.1414 274.5 4.4988 ****** ****** 3.0 0.0484 ****** ******

(mgr/l) (meq/l) (mgr/l) (meq/l) (mgr/l) (meq/l) (mgr/l) (meq/l) (mgr/l) (meq/l)

7.0 0.3045 63.0 5.1826 108.0 5.3892 1.4 0.0358 ****** ******

27.6 1.2006 48.6 3.9980 120.0 5.9880 3.9 0.1000 ****** ******

TSD ........................................ T.AN. (meq/l) T.CA. (meq/l)

814.6 12.2015 10.9121

845.5 12.3895 11.2866

Cl SO4 CO3H CO3 HO3 HO2 Na Mg Ca K Li

Fig. 4. Análisis químicos de las aguas del manantial de la Fuente de Cela, según los datos suministrados por la profesora Angela Vallejos (1991).

Por lo tanto, aunque por la zona donde se halla, es decir, en la unidad hidrológica de la Sierra de las Estancias, en su sector meridional, las aguas de Cela debieran ser carbonatadas por los materiales de calizas y dolomías que atraviesa, la temperatura elevada del agua hace que se disuelvan abundantes aniones de sulfatos y catio-

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nes de calcio, por lo que dicha agua se puede catalogar como “sulfatada-cálcica” y ligeramente carbonatada. Esta clasificación obedece a parámetros actuales que analizan la composición química de las aguas, como la de J.J. Prieto Domingo 59. Sin embargo, las denominaciones de las clasificaciones de los autores antiguos, aunque tienen algunas coincidencias (como en las aguas sulfurosas), varían en otras, por ejemplo no mencionan las aguas sulfatadas, sino que hacen alusión a las “aguas salinas” (actualmente sustituidas en la clasificación por cloruradas y sulfatadas), porque estas aguas tienen gran cantidad de sal disuelta 60. Además, según el análisis efectuado en el año 89, estas aguas no estarían dentro de los márgenes exigidos actualmente para la potabilidad, puesto que superan los límites de sulfatos (presentan 343 mgr/l frente a los 250 mgr/l permitidos) y de magnesio (con 63 mgr/l superan los 50 mgr/l permitidos). Sin embargo en el año 1990 los resultados de los análisis la daban como tolerable, aunque muy cercanos a esos niveles, puesto que aunque los sulfatos se mantenían constantes, el magnesio estaba por debajo de los 50 mgr/l, concretamente contenían 48,6 mgr/l. Sin embargo, la concentración de minerales no supera el gramo por litro, se halla en 0,8146 gr/l y 0,8455 gr/l, por lo que podemos afirmar que estamos ante un tipo de agua “oligomineral”. Al ser su temperatura superior a 25º C., según la clasificación que presenta L. Moltó61 estaríamos ante aguas acrotermas, pues éstas oscilan entre los 20 y los 30º C. De todo esto se deduce que el uso de estas aguas es externo, siendo su aplicación terapéutica en forma de baños. Su temperatura, en realidad se trata de un agua templada, hace imposible producir vapor por un medio natural, por lo que no se pueden utilizar para la curación por exposición al vapor, sino la curación por inmersión en el agua del manantial. Según la clasificación de C. San José Arango 62, por su carácter de aguas oligominerales y acrotermas, tienen una acción sedante y analgésica en las enfermedades del aparato locomotor; además su actuación sobre el sistema cardio-circulatorio provoca el descenso de la tensión arterial en los casos de _____________ 59

J. J. Prieto Domingo, 1985, pp. 2-7. A esta clasificación hace alusión E. Oro Fernández (1996, pp. 42-43), pues es la que toma de referencia. 60 Los autores que son citados en este sentido por E. Oro Fernández (Ibidem, p. 49) son: Vitrub., De architectura 8.3.5; Celso, De medicina 4.5; Antilo, Sobre los medios de tratamiento, en Oribasio, Collectio medica 10.3.3; Arquígenes, De balneis naturalibus, extraído de Aecio, Tetrabilii I, sermo III, cap. 47; Galeno, De medicamentorum simplicium 11; Galeno, De sanitate tuenda 6; Alejandro de Tralles, Artemedica 7.7 y 10.1; Pablo de Egina, Opera 1.54. 61 L. Moltó, 1992, p. 216. 62 C. San José Arango, 1998, pp. 134-136. S. Torres (2005, p. 25) también hace alusión a las propiedades terapéuticas mediante su ingestión; poseen efectos sedantes y también diuréticos.

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hipertensión; también es recomendable para los enfermos osteoartríticos por el efecto protector y activador de los mecanismos de defensa del organismo de este tipo de aguas. Para los autores clásicos las “aguas salinas”, a las que hemos hecho alusión y donde se incluirían las sulfatadas, tienen como propiedades terapéuticas la mejora de la parálisis y los reumatismos, así como purgativas, por lo que tienen un alto grado de coincidencia con los análisis actuales. Por consiguiente, el carácter termal y las propiedades curativas de las aguas de la Fuente de Cela, así como los indicios anteriormente mencionados, nos permiten apuntar su aprovechamiento durante época romana. Por lo tanto, L. Fabius Argyrinus o algún miembro de su familia debió de tomar estas aguas con fines curativos, con relación a las enfermedades anteriormente expuestas, si bien no debemos olvidar que el culto a las Ninfas también está vinculado a la fecundidad 63.

CONCLUSIONES En resumen, debemos destacar el hallazgo en el municipium Tagilitanum de un ara votiva con una inscripción dedicada a las Ninfas, que son divinidades acuáticas, cuyo culto se ha dado en una gran parte de los balnearios localizados hasta el momento en la Península Ibérica. Pero además es significativa la presencia en las cercanías de aguas termales a lo que hay que unir los topónimos de Cela y Lúcar. Todas estas evidencias apuntan a la utilización con fines curativos de las aguas de la Fuente de Cela durante época romana. Aprovechamiento que puede ser una prolongación de épocas anteriores, puesto que son numerosos los restos prehistóricos e ibéricos que aparecen en sus cercanías. No creemos posible vincular estos baños terapéuticos con las termas ofrecidas por la evergeta Voconia Avita, pues estas últimas se deben relacionar con la presencia de unos baños higiénicos, donde el calentamiento del agua se realizaba de manera artificial, y que debieron de estar ubicados en la ciudad o al menos en sus proximidades por su propia función. Por consiguiente proponemos la existencia de una construcción vinculada a las aguas termales de Cela al menos durante época altoimperial, momento en el que se realizó la inscripción y se produce la máxima integración de la zona en el mundo _____________ 63

El culto a las Ninfas también está vinculado a la fecundidad, según nos recuerda A. M. Vázquez y Hoys (1979, p. 105), pues “su acción humana abarcaba también a los seres humanos y protegían a los novios que se bañaban en las aguas antes de contraer matrimonio para alcanzar la fecundidad”. Además, según esta autora, el gran número de varones pertenecientes a las capas de la sociedad más bajas, esclavos y libertos, está en relación a que este culto se asocia, como hemos dicho, con la fecundidad pero no sólo de los seres humanos, sino también del resto de los seres vivos y la tierra, es lo que llama una “fecundidad asesuada”, por lo que la participación en estos cultos pudo estar vinculada en algunos casos a la práctica de la agricultura (Ibidem, p. 112).

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romano con la promoción de Tagili a municipium ciuium latinorum, lo que coincide con una reorganización del patrón de asentamiento en la zona estudiada, caracterizada por un aumento en el número de asentamientos que son en su mayoría ex novo. Esta construcción debió de ser un balneario, puesto que sus fines serían eminentemente curativos. Por consiguiente, el edificio sería distinto al de unas termas higiénicas, pues, por ejemplo, no necesita de un lugar donde calentar de manera artificial el agua, sino donde se puedan aprovechar la temperatura de las aguas y sus propiedades curativas, en este caso sobre todo como sedantes y analgésicas 64. Para ello debió de contar con piscinas de poca profundidad, entre 1 y 1,20 m. que son las propuestas para este tipo de instalaciones, pues facilitan la inmersión, pero no son para nadar ni zambullirse65. Dicho balneario debió de estar en las proximidades del nacimiento para aprovechar al máximo sus propiedades, por ejemplo, para procurar que la temperatura del agua no se enfriara, y por lo tanto, su ubicación estuvo un poco alejada de la ciudad de Tagili, en un paraje rodeado por el bosque, como indica el topónimo “Lúcar”. Su posición a las afueras del núcleo urbano de Tagili, concretamente al norte, unido a la presencia de un sacellum dedicado al culto a las Ninfas, nos evidencia la presencia de un complejo con varios tipos de edificios (balneario, sacellum); estamos, pues, ante un lugar considerado sagrado aunque se halle en suelo provincial (Gai., Inst. 2.7)66, un santuario extraurbano, un centro a la vez religioso como demuestra el culto a las Ninfas, social por su características de reunión en el balneario, y económico, pues unido a él se realizarían actividades como la de los marmorarii en la oficina de mármol para realizar las aras. Como hemos visto, en la actualidad hay numerosas evidencias que documentan la presencia de un asentamiento romano junto a la Ermita de Cela, sólo su excavación nos permitirá esclarecer más este panorama. _____________ 64 Tal y como hemos expresado, no existen restos arqueológicos que puedan indicarnos como fue la estructura de este balneario, pero según los estudios de G. Mora (1992, pp. 124125) la estructura de la mayoría de ellos fue similar debido a su función terapéutica, como demuestran gran número de ejemplos en todo el Imperio (Las de Alange -Badajoz-). Así, si seguimos a esta autora, se trataría de un edificio caracterizado al menos por “la presencia de una estructura circular cubierta por una cúpula, en cuyo centro se abre una claraboya (oculus, lumen) para dejar el paso al aire y a la luz, regulada por medio de un escudo o clipeus sujeto con cadenas, con hornacinas o nichos en los muros destinados a contrarrestar los empujes laterales de la cubierta y con una piscina en el centro llena del agua del manantial, que surge en ese mismo lugar o es llevada allí por medio de canalizaciones” (Ibidem, p. 123). 65 E. Oro Fernández, 1996, p. 53. 66 P. Castillo Pascual, 2000, p. 86.

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5-7

Presentación Julio MANGAS- Miguel Ángel NOVILLO LÓPEZ Los santuarios suburbanos y la religión de ... en la Roma Republicana Rosa Malla CID LÓPEZ

9-29

Memoria, espacio y religión en la República romana Ana RODRÍGUEZ MAYORGAS

31-52

Santuarios en canteras y romanización religiosa en Hispania y Gallia SilviaALFAYÉ- Francisco MARCO

53-86

Sociedad municipal y sacra publica. A propósito... Lugdunum (Lyon) Juan Francisco RODRÍGUEZ NEILA

87-122

Espacios sagrados y campamentos militares romanos en Hispania Angel MORILLO

123-162

Santuario y escritura en la Galicia romana Marco GARCÍA QDrnTELA- Pedro LÓPEZ BARJA DE QUIROGA

163-183

Santuarios suburbanos en la Asturias romana: Los..espacios... a Júpiter Narciso SANTOS YANGUAS

185-203

Los santuarios del tenitorio en las ciuitates de ... deus Vagus Donnaegus M" Cmz GONZÁLEZ RODRÍGUEZ

205-223

Metalla, ciuitates y loca sacra (Maragatería, Teleno y Alto Bierzo) Almudena OREJAS SACO DEL VALLE- Femando ALONSO BURGOS

225-276

Flaviobriga y el santuruio de Salus Umeritana José Manuel IGLESIAS GIL- Alicia RUIZ GUTIÉRREZ

277-294

Nuevo santua1io mral en tenitorio twmogo Bmno P. CARCEDO DE ANDRÉS- David PRADALES CIPRÉS

295-309

Vurovius y la c1istianización de los espacios mrales en la perunsula Ibé1ica Rosa SANZ SERRANO- Ignacio RUIZ VÉLEZ

311-338

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