2007 Ordenamiento territorial y patrimonio inmaterial. In Actas de la VII Reunión de Antropología del MERCOSUR. Porto Alegre: UFRGS

September 3, 2017 | Autor: Juan Martin Dabezies | Categoría: Patrimonio Cultural, Ordenamiento Territorial
Share Embed


Descripción

VII RAM - UFRGS, Porto Alegre, Brasil, 2007 - GT 05 Patrimônio e Cultura: processos de politização, mercantilização e construção de identidades. Coordenação: Alicia N. G. de Castells (UFSC, Brasil) e Mônica Beatriz Rotman (UBA, Argentina)

Ordenamiento territorial y patrimonio inmaterial Juan Martin Dabezies1 Gabriel de Souza 2 Cecilia Pascual3 Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación (FHUCE), Universidad de la República. Uruguay Laboratorio de Arqueología del Paisaje, Instituto de Estudios Gallegos Padre Sarmiento, Comisión Superior de Investigación Científica. España

Presentación del proyecto La investigación aquí presentada fue realizada en los alrededores de Villa Ansina, departamento de Tacuarembó en el marco del proyecto de cooperación El paisaje arqueológico de las Tierras bajas. Un modelo de gestión integral del Patrimonio arqueológico de Uruguay, entre el Laboratorio de Arqueología del Paisaje del Instituto de Estudios Galegos Padre Sarmiento- CSIC (España), la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación (Uruguay) y diferentes organismos uruguayos: Intendencia Municipal de Tacuarembó, PROBIDES, MEC, Programa Cardjin, Karumbé. Este proyecto tiene como propuesta fundamental elaborar un inventario del patrimonio arqueológico de estas regiones, articulándolo en un Sistema de Información Geográfica, con vistas a lograr la protección y la gestión adecuada del mismo. Partiendo del marco de la arqueología del Paisaje, se acerca a la figura de los Paisajes Culturales, y reconoce la necesidad de incluir el patrimonio cultural inmaterial, como forma de entender el territorio y sus espacios de significación de una manera más integral.

1

Arqueólogo. Maestrando en Historia, Pontificia Universidad Católica de Rio Grande del Sur. Brasil. [email protected] 2 Antropólogo. FHUCE. [email protected] 3 Estudiante avanzada en Ciencias Antropológicas. FHUCE. [email protected]

Vale decir que no se presentarán resultados de la investigación, si no el desafío metodológico recorrido en esta forma de trabajo, relativamente nueva para la antropología en el Uruguay.

Principios teóricos y epistemológicos Los principios sobre los que se asienta el proyecto en el que nos insertamos, provienen de los trabajos realizados desde el Laboratorio de Arqueología del Paisaje de Galicia. Estos trabajos parten de una concepción de la Arqueología como disciplina para la gestión del patrimonio arqueológico, entendida también como una Arqueología Aplicada (Barreiro, 2005). Desde este lugar se concibe la Arqueología como una tecnología orientada a la gestión integral, entendiendo por tal la socialización del Patrimonio Cultural, que supone la gestión de la práctica arqueológica (como puede ser la excavación de un sitio) pero, sobre todo, la gestión de todo lo que acarrea esa práctica en cuanto práctica social, conformada por la interacción de procesos técnicos, sociales, conceptuales y cognitivos. Hablar de la Arqueología como tecnología es entenderla como un saber multidimensional que implica y produce distintos tipos de conocimiento (operacional, representacional, relacional) y que desarrolla diferentes acciones (cognitivo-instrumentales, práctico-morales, expresivo-estéticas) en el marco de una práctica discursiva en la que conocimiento y acción se integran e impregnan conformando la práctica discursiva de la gestión del patrimonio arqueológico (op cit:391). Según el punto de vista teórico en el que se asienta este proyecto, proveniente de la arqueología del paisaje, la acción de inventariar y catalogar se inscribe en un proceso de trabajo concebido como cadena valorativa. Este proceso integra a grandes rasgos cuatro tareas principales respecto al patrimonio arqueológico relacionados entre sí: la catalogación (identificación), la evaluación histórica y patrimonial (interpretación), la intervención científico-profesional-administrativa (organización) y el uso social (socialización).

En la actualidad los inventarios y catálogos son herramientas complejas, que distan de ser simples listados de sitios o mapas de puntos de interés, contienen información geográfica, administrativa, catatastral y medioambiental que permite localizar los bienes, ponerlos en relación con otros, pero también establecer valoraciones y clasificarlos con diversos fines (turísticos, educativos, para la protección, usos del suelo, etc.). Pero la utilidad de un inventario no tiene por qué restringirse únicamente a los caminos de la gestión, es también una herramienta para la producción de conocimiento, y en este caso para la investigación de procesos históricos y el reconocimiento de las dinámicas de poblamiento y ocupación de la región.

La demanda “legal” de herramientas de protección del patrimonio en Uruguay La Comisión Nacional de Patrimonio Cultural del Uruguay es un sector relativamente joven dentro de la administración que denota una importante escasez de recursos y técnicos especializados, inexistencia de políticas culturales especialmente orientadas a fortalecer el sector patrimonial, entre otros. Una de las principales limitaciones para emprender una tutela efectiva del patrimonio,

es que éste se

desconoce. En lo referente a la salvaguarda del patrimonio inmaterial en el plano internacional, en el artículo 12 de la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO (2003:6), se propone la elaboración de inventarios como paso fundamental en tal operación. El 18 de enero del año 2007, Uruguay ratifica esta Convención, acto que exige a dicho país adoptar las medidas de salvaguardia, entendidas como “las medidas encaminadas a garantizar la viabilidad del patrimonio cultural inmaterial, comprendidas la identificación, documentación, investigación, preservación, protección, promoción, valorización, transmisión -básicamente a través de la enseñanza formal y no formal- y revitalización de este patrimonio en sus distintos aspectos.” (UNESCO, 2003:3)

Pero como contraparte a esta ratificación, de hecho en el Uruguay no existe una ley de salvaguarda del patrimonio cultural inmaterial que permita llevar a cabo estas actividades.

La ley 14.040 es la figura que existe en Uruguay para la salvaguarda del patrimonio cultural inmaterial. Con dicha ley se creo la Comisión del Patrimonio Histórico, Artístico y Cultural de la Nación (artículo 1º), siendo el cometido 4º (Artículo 2º): “Proponer el plan para realizar y publicar el inventario del patrimonio histórico, artístico y cultural de la nación.” Pero la falta de una definición certera de patrimonio, y peor aún entrando en el patrimonio cultural inmaterial, torna muy difícil la puesta en práctica de esta ley. Por otro lado, la única figura de protección que surge de esta ley es la de Monumento Histórico, figura un tanto inapropiada para la salvaguarda del patrimonio cultural inmaterial. Otra área de reclamo de la necesidad de hacer este tipo de investigaciones, ha sido la creación de un proyecto de ley de ordenamiento territorial sostenible por parte de la Dirección Nacional de Ordenamiento Territorial, dependiente del Ministerio de Transporte, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente, que en el artículo 4º expresa que el “ordenamiento y desarrollo territorial sostenible comprende la definición de estrategias de desarrollo sostenible; el establecimiento de criterios para la localización de las actividades económicas y sociales; la identificación y definición de áreas de protección, por su interés ecológico, patrimonial, paisajístico, cultural (…); la definición de equipamiento e infraestructuras y de estrategias de consolidación del sistema de asentamientos humanos;(…) la elaboración e instrumentación de programas, proyectos y actuaciones con incidencia territorial (MVOTMA, 2006c).

Actualmente este proyecto está en espera a ser aprobado por el Poder Legislativo. Además, también camina en esa línea el Sistema Nacional de Áreas Protegidas de acuerdo a lo establecido en la Ley 17.234 de febrero de 2000 y su Decreto Reglamentario 52/005, en el cual se pretende articular las diversas áreas protegidas del Uruguay en un sistema único, en donde se incluyen categorías de orden cultural, como los sitios protegidos y los paisajes protegidos.

El desarrollo del proyecto Atendiendo a estas cuestiones, en el año 2001 este proyecto comenzó la construcción del inventario del patrimonio monumental prehistórico de las tierras

bajas (Gianotti 2005) ampliando a partir del 2005 las tareas de catalogación genérica del patrimonio cultural en dos regiones concretas: Tacuarembó y Rocha. El proyecto ya lleva dos años de ejecución y, lo que ha comenzado como un proyecto de arqueología, se ha abierto a un proyecto antropológico-arqueológico. Esto ha sido posible fundamentalmente gracias a la adopción del concepto de paisaje cultural como eje de la investigación. Este se centra en comprender el territorio en su totalidad, teniendo en cuenta sus componentes culturales y naturales, y la relación entre ellos. A su vez en este concepto también se incluye la mirada del observador, de modo que un mismo espacio puede constituir distintos paisajes culturales, sincrónica o diacrónicamente, según quien mire (Ballesteros Arias et al., 2005). Esta reconceptualización del patrimonio ha posibilitado trabajar desde un punto de vista territorial, incluyendo la dimensión inmaterial inscripta en el paisaje: los significados, la actividad humana que lo estructura morfológica y simbólicamente. Los objetivos iniciales se han abierto a la dimensión inmaterial generando una metodología de diálogos en relación a la comprensión de los Paisajes Culturales, colocando el énfasis en el paisaje rural uruguayo desde una perspectiva arqueológicaantropológica. La propuesta apunta a generar estrategias de interpretación y difusión de los valores del patrimonio, integrando las prácticas tradicionales como alternativa a las estrategias agresivas hacia el paisaje cultural. La investigación, entendiendo el reconocimiento del Inmaterial

como

“el

conocimiento

de

procesos

y

Patrimonio Cultural prácticas

recreados

permanentemente, y transmitidos generacionalmente por comunidades y grupos en función de su medio, la interacción con el entorno natural e historia” (Brizuela Quintanilla, 2006) se basó en un intenso trabajo de campo antropológico, que apuntó a captar no sólo manifestaciones culturales o “productos”, si no también sus procesos de creación, de transmisión y de transformación permanentes, intentando así mismo, registrar el entramado simbólico que los sostiene y les da sentido. El trabajo fue llevado a cabo mediante un posicionamiento etnográfico, en el cual la entrevista, la observación y la participación constituyeron técnicas que combinadas en el trabajo de campo, nos habilitaron el acceso a, y la construcción de “conjuntos de manifestaciones asociadas que entretejen un entramado simbólico para los habitantes de esa región” que son los que les permiten “reproducir y recrear no

sólo la manifestación; sino rasgos de identidad.” (Dobles Trejo, 2003. Citado en Brizuela Quintanilla, 2006) El abordaje apuntó a relevar diversas dimensiones de la realidad en estudio. En este sentido, se relevaron manifestaciones materiales e inmateriales, mediante técnicas de documentación fotográfica, audiovisual y de audio en instancias de interacción subjetiva concretas, pero también documentación de paisajes sonoros, en los cuales el énfasis no estaba en lo discursivo verbal, sino en lo difuso de la interacción social.

El proceso de planificación Este inventario presenta como particularidad la interface territorial dispuesta en matriz Sistema de Información Geográfico (SIG), lo cual permite trabajar los “distintos patrimonios” en un lenguaje común, pasible de ser integrado en planes de ordenamiento territorial. Esta operación exige una categorización y sistematización que conlleva a la simplificación de una realidad compleja para poder hacerla manejable a los efectos de la gestión. La necesidad de integrar las diversas dimensiones de lo patrimonial en el inventario, se basa en la comprensión del paisaje como un todo, aplicando un enfoque patrimonial al territorio. En este sentido la dimensión antropológica del SIG apunta a fortalecer la figura de paisaje cultural como herramienta de comprensión de lo patrimonial y como figura de gestión integral. La metodología diseñada para la catalogación del patrimonio arqueológico se presentaba articulada en cuatro etapas de trabajo: un primer nivel vinculado a la adquisición de datos, un segundo relacionado con la organización de los mismos, un tercer nivel en el que se definen las formas de representación gráfica de esas entidades y por último los mecanismos a través de los cuáles se almacena la información. Esta metodología de raíz arqueológica fue la utilizada en el proyecto, en el cual se adaptó la estrategia antropológica. Fue necesario hacer una investigación y adaptar sus resultados para ser integrados en el sistema de información geográfico, relevando los datos en campo, pero a su vez al mismo tiempo pensando en términos territoriales y readaptando constantemente las categorías de trabajo.

Uno de los principales desafíos de este proyecto fue la elaboración de una metodología que oriente el trabajo antropológico. El posicionamiento disciplinar dentro del campo de la arqueología, y más concretamente el epistemológico siguiendo una línea de ciencia aplicada, fueron algunos dificultades importantes en el diseño metodológico. El trabajo en el marco de la cadena valorativa como concepción orientadora del trabajo, no resultó compleja en líneas generales, logrando integrar nuestra propuesta en esos lineamientos. Pero a un nivel más teorético y epistemológico, el tema no fue tan sencillo ya que era necesario integrar entidades inmateriales a una propuesta de gestión elaborada en base a la materialidad del paisaje. El Inventario no debía resultar algo aislado y estático. El hecho de relacionarse con procesos y prácticas de manifestaciones culturales vivas, en pleno desarrollo, exige que se convierta, en un procedimiento capaz de captar y expresar el dinamismo y las constantes mutaciones e innovaciones. Para los propósitos de este trabajo, el inventario debe ir más allá del hecho de registrar datos; trata de conocimientos, procesos, prácticas, técnicas, saberes y experiencias de manifestaciones vivas, por lo que debe convertirse en algo dinámico que refleje a su vez, la constante evolución y desarrollo (Brizuela Quintanilla, 2006). Se busca el archivado y gestión de información dinámica, para el manejo de datos complejos. También, para el descubrimiento y manejo de ideas y conceptos nuevos; y para la construcción y exploración de vínculos explicativos entre los datos y las ideas emergentes para entretejer alrededor de ellos cadenas de argumentación y comprensión.

Sistema de Información del Patrimonio Arqueo-antropológico Uruguayo (SIPAU) Este inventario tendrá la forma de un mapa (interface visual del SIG) en el cual se señalarán los elementos patrimoniales, los cuales son puntos en el mapa en donde se indicará el tipo de elemento patrimonial, pudiéndose acceder a la información detrás de ese punto en el mapa. La ubicación de estos elementos será variable de acuerdo a si se trata de un elemento vinculado a un lugar físico determinado (por ejemplo un topónimo) o si se trata de un significado con un

significante espacialmente no concreto (por ejemplo una práctica medicinal). En el primer caso la ubicación en el mapa estará en el lugar al cual se hace referencia, o sea el lugar con significado, independientemente de donde se haya llevado a cabo el registro (por ejemplo en el caso que se haga referencia al topónimo de una zona alejada al lugar donde se esta llevando a cabo la entrevista). En los otros tipos de casos la ubicación territorial del elemento patrimonial estará en el lugar donde se llevó a cabo el registro, ya que el portador fundamental de esa significación es un sujeto o un colectivo (en escala variable). Detrás de estos puntos del mapa, se encuentran fichas que contienen los significados principales

de ese elemento patrimonial en ese punto. Estas fichas

tendrán información de tipo textual en donde se presenta una breve descripción de la entidad patrimonial, apoyada con fotografías y con la posibilidad de establecer un vínculo al archivo audiovisual y de audio, que contiene la instancia de registro. A su vez, estas fichas estarán referidas a “fichas madre”, en las cuales se presenta una descripción del evento de registro de acuerdo a los diversos soportes de registro. De este modo además de acceder al elemento patrimonial mapeado, se podrá profundizar en los contenidos de éste (accediendo a los otros soportes de la información, en caso de existir) y también contextualizar el evento de significación, accediendo a la ficha madre.

Sistema de registro Una vez generado el archivo, con la documentación bruta, en audio, video y fotografía, se procedió a analizar el material y posteriormente a categorizarlo. El procesamiento de toda esta información fue volcado en fichas creadas con el propósito de ordenarla en una base de datos que permita un manejo fluido y a su vez integrarla en un Sistema de Información Geográfica. Con todas las dificultades y riesgos de reduccionismo que cualquier clasificación implica, sobre todo en procesos complejos como los socio-culturales, se llegaron a elaborar 13 categorías:

1) Oficio, 2) Conocimiento

del medio, 3)

Manifestación artística, 4) Cultos y creencias, 5) Práctica/uso, 6) Topónimo, 7) Actividades económico – productivas, 8) Arquitectura tradicional, 9) Prácticas culinarias, 10) Ritual, 11) Memoria oral, 12) Prácticas medicinales, 13) Otros.

Así mismo, estas fichas en su formato digital están linkeadas a todo el material audiovisual, fotográfico y de audio. Este primer análisis dio origen a una ficha madre que presenta una descripción de la instancia de registro (es decir de un evento de entrevista, o de uno de observación participante, etc.). Cada ficha madre esta codificada de modo tal que pueda ser ordenada y fácilmente ubicable, y contiene información proveniente de los diversos registros manejados en el levantamiento de la información. Esto implica que existen diversos tipos de registro reunidos en una ficha madre (FM) (Figura 1).

Figura 1. Ficha madre manejada en el proyecto

Luego de elaboradas las FM, se realizan cortes trasversales a éstas, generándose las fichas “temáticas”, las cuales son las que aparecen como referencia primaria en el SIG, ya que tienen una referencia espacial (la codificación PU refiere a un punto en el mapa). Estas fichas temáticas están codificadas de acuerdo al tipo de

elemento patrimonial al que hacen referencia. El formato de las fichas fue diseñado por el Laboratorio de Arqueología del Paisaje (España) y adaptado por el equipo de antropología de Uruguay.

Figura 2. Relación de tipos de registro (AU es audio, VI es video y FO es fotografía) con FMs y con fichas PUs

Más adelante se presentan las categorías en base a las cuales se realizaron las PU y finalmente una descripción del evento de documentación. También existe un campo de “Otros datos”, en donde se puede agregar información que no esté contemplada en los otros campos. La ficha PU es esencialmente igual, aunque incluye la referencia a la/s FM de donde proviene la información. Por otro lado las categorías de la tipología temática, no estarán presentes, ya que cada PU corresponde a una categoría en sí. Aunque también existe una subcategorización, realizada en base a palabras clave, que estarán presentes en el archivo que ordena la base de datos (figura 2).

Consideracoines finales. Para terminar este trabajo podemos decir que la experiencia de trabajo está resultando muy positiva a diferentes niveles. A nivel ontológico el manejo del concepto paisaje cultural nos ha permitido trabajar de forma transdisciplinar aplicando un enfoque patrimonial al territorio, el cual fue comprendido de una forma que intenta salvar las barreras disciplinares modernas que oponen naturaleza y cultura. Es así como en el afán de comprender varias dimensiones de la realidad, ésta ha sido tratada sin caer en el desmigajamiento disciplinar de Dosse (1994), sino que por el contrario, se ha manejado un enfoque relacional. Por otra parte, la inclusión de las miradas de los sujetos sobre su propio territorio, ha enriquecido el análisis desde los espacios inter disciplinas. A nivel metodológico, el proceder en pro de solucionar problemas del patrimonio, en el sentido de atender las demandas sociales que recaen sobre el mismo, significa para nosotros el manejo de procedimientos técnicos que produzcan resultados concretos, pero sin caer en una práctica meramente técnica. Esto significa dotar a la práctica de crítica, en donde la comprensión de los posibles usos de los resultados del proyecto se torna fundamental. Pero manteniéndonos en el nivel metodológico, es necesario señalar el aspecto crítico de la práctica antropológica enmarcada en un proyecto arqueológico, como es nuestro caso. Si bien el concepto de cadena valorativa propone en primera instancia la identificación de las entidades patrimoniales y luego su significación, está claro que la propia identificación implica algún tipo de significación. Pero a nivel antropológico, esto se torna un poco más problemático, ya que ¿qué consideramos identificación? La identificación de informantes, la de prácticas, la de saberes, etc. Se trata de un proceso dialógico más complejo que en la arqueología, ya que los propios sujetos de estudio generan contextos de construcción de sujetos. Esto significa que la categorización sea un movimiento constante de ir venir con la realidad estudiada, y entre ellas mismas. Este aspecto de la categorización fue el trabajo más difícil que tuvimos que afrontar, por lo que decidimos integrar al SIG las entrevistas o instancias de relevamiento en bruto, no como salida primaria del SIG pero sí como alternativa para

poder contextualizar la categoría. A su vez la discursividad también está presente en esta realidad fragmentaria que se expone en el SIG, mediante la articulación con trabajos audiovisuales realizados en base al trabajo de campo.

Bibliografía BALLESTEROS ARIAS, P., OTERO VILARIÑO, C. Y VARELA POUSA, R. Los paisajes culturales desde la arqueología: propuestas para su evaluación, caracterización y puesta en valor. Revista electrónica ArqueoWeb, 7(2). 2005. – http://www.ucm.es/info/arqueoweb/index.htm BARREIRO D.,. Arqueología y Sociedad: una propuesta epistemológica y axiológica para una Arqueología aplicada. Tesis Doctoral. Facultad de Xeografía e Historia. Universidad de Santiago de Compostela. 2005

BRIZUELA QUINTANILLA, Analeese. Estrategias para promover la participación comunitaria en los procesos de inventario para la salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial: Las experiencias de expertos y practicantes de las Obras Maestras del Patrimonio Oral e Inmaterial en América Latina y el Caribe. Documento Conceptual Taller 1 de la reunión regional “Nuevos Enfoques sobre la Diversidad Cultural: Rol de las Comunidades”. UNESCO, La Habana del 7 al 10 de febrero de 2006...

DOSSE. F. A História em Migalhas. São Paulo: Ed. UNICAMP/Ensaio, 1994. GARCÍA SAN JUAN, L., Introducción al reconocimiento y análisis del territorio. Barcelona: Edit. Ariel Prehistoria, 2005. GIANOTTI GARCÍA, C Proyecto de cooperación científica: desarrollo metodológico y aplicación de nuevas tecnologías para la gestión del patrimonio arqueológico en Uruguay. TAPA 36. Laboratorio de Arqueoloxía (IEGPS-CSIC), Santiago de Compostela. 2005

MINISTERIO VIVIENDA, ORDENAMIENTO TERRITORIAL Y MEDIO AMBIENTE. Dirección Nacional de Ordenamiento Territorial. 2006a, Documento Base para la Discusión de la Ley de Ordenamiento Territorial y Desarrollo Territorial Sostenible 2006b Exposición de Motivos sobre el Proyecto de Ley de Ordenamiento Territorial y Desarrollo Territorial Sostenible 2006c Proyecto de Ley de Ordenamiento y Desarrollo Territorial Sostenible UNESCO, Convención Para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial. París. 2003.

Lihat lebih banyak...

Comentarios

Copyright © 2017 DATOSPDF Inc.