2000: Intelectuales rosarinos entre dos siglos. Clemente, Serafín y Juan Álvarez. Identidad local y esfera pública. Prohistoria Ediciones, Rosario. Libro coordinado por Élida Sonzogni y Gabriela Dalla-Corte Caballero.

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Descripción

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soNzoGNI y Gabrieta DALLA coRTE Los Álvarez. Una familia ilustrada del Rosario entre dos siglos......

17

Craciela HAYES Consideraciones acerca de la obra de Serafin Alvarez en su etapa

hispánica

......... 63

Gabriela DALLA CORTE El Poder Judicial de Ia Argentina en los albores del siglo XX: Derecho y Administración en la doctrina de Serafin Álvarez .......... 79 Gabriela DALLA CORTE

Un espacio judicial para el Derecho Natural: doctrina y sentencias en el contexto de formación del Estado .................... Paola PIACENZA Clemente Álvarez: la palabra que

sana

III

...................., 133

Zulma CABALLERO El sujeto de la educación en las ideas de Juan Álvarez ................. I 5l SandTa FERNÁNDEZ

Juan Álvarez v la ciudad que no pudo ser. Ensayo histórico y análisis comparativo de la historia local y regional desde el fexto Buenos

Diseño de tapa: Estela Leonardi Foto: Gentilezadela Sra. Beatriz de Sá Pereira de Álvarez @ pohirtcdc / manuel ruáreq- editor. Juan B. Justo

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Prohibida su reproducción total o parcial. Impreso en la Argentina. LS.B.N. : 987 -98253 -l -4

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Adriana PONS Dos intelectuales. dos miradas: Gramsci. Juan Álvarez. la Politica y la

Historia

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........ 219

Éti¿a soNzocNr Un intelectual rosarino entre la teoría de la supervivencia del más fuerte y la filosofia humanista. El Estudio sobre la Desigualdady la Paz de Juan Alvarez ........... 235 Apéndice

documental

.............. 283

6Zulma CABALLERO es Doctora en Filosofla

Intelectuales rosarinos entre dos siglos.

y Ciencias de la

Educación por la Universidad de Barcelona. Es docente de la cátedra Psicología Educativa II en la Facultad de Psicología y en la Maestría sobre el Poder y la Sociedad desde la Problemática del Género de la Facultad de Humanidades y Artes de la UNR. Docente de la carrera Posgrado de Especialización en Psicología En Educación de la Facultad

de Psicología. Es miembro del Centro de Estudios Interdisciplinarios sobre las Mujeres (CEIM) de la UNR.

Gabriela DALLA CORTE, Doctora en Geografia e Historia y Doctora en Antropología Social y Cultural, realizó ambas especializaciones en la Universidad de Barcelona (UB), España. Cursó sus estudios de grado en la Facultad de Humanidades y Artes de la LINR, Universidad en la que revista como docente. Sus áreas de especialización son Historia Social y Antropologia Jurídica, así como Estudios de Género. Compiló

con Sandra Fernández el libro Sobre viajeros, inlelectuales y empresarios catalanes en Argentina, y en el año 2000 la Editorial de la,/ Abadia de Montsen'ai de Barcelona publicó su iibro l'ida i mort d'tnq avenlura al Riu de la Platq, Jaime Alsina i Verjés, 1770-1836, conla colaboración del Departament de Govemació i Relacions lnstitucionals, Direcció General de Relacions Exteriors cie ia Generaiitat de Cataiunya. Es miembro del Centro de Estudios Interdisciplinarios sobre las Mujeres (CEIM) de la Facultad de Humanidades y Artes de la UNR. Sandra FERNÁNDEZ, Magistra sobre problemas agrarios de FLACSO de de Es y Artes becaria FOMEC. autora Humanidades de la UNR. Ha sido

(Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales), es docente Seminario Regional de la Carrera de Historia de la Facultad

de numerosas publicaciones nacionales e internacionales, y compiló

con Gabriela Dalla Corte el libro Sobre viajeros, intelectuales y empresarios catalanes en Argentina. editado por la Red Temática MEDAMÉRICA, CEALC y la UNR. Es miembro del Centro de Estudios Interdisciplinarios sobre las Mujeres (CE¡M) de la Facultad de Humanidades y Artes de la UNR, y docente de la Maestría Sobre el Poder y la Sociedad desde la Problemática del Género de la LI'NR.

Graciela HAYES es Profesora de Filosofía en Ia Facultad de Humanidades y Artes de la UNR. En la actualidad está cursando el Doctorado y su tesis doctoral versa sobre el pensamiento intelectual

de Serafín Álvarez. Ha participado en Congresos nacionales e internacionales con presentación de ponencias referidas a la temática. Paola PIACENZA es Profesora y Licenciada en l,eras, Docente en la cátedra de Análisis y Crftica II de la Escuela de l¿tras de Ia Facultad de Humanidades y Artes de la UNR. Ha sido be¡á¡ia del programa de estímulo a la investigación originado en la Secretafia de Cultu¡a de la hovincia de Santa Fe. asl como del Fondo Nacional de las Artes. Su área de investigación está referida a la teoría lit€raria.

Adriana PONS es Profesora de Historia y actualmente está cursando su Doctorado cn Historia de la Faculrad de Humanidades y Artcs de la UNR. Es docente de dicha casa de estudios. Ha participado como miembro investigador y como co-directora de proyectos referidos a la problemática económica, atendiendo especialmente a los procesos dc acumulación y a las estrategias de las élites regionales. Ha publicado en Revistas específicas, en colecciones de distribución nacional tanto académicas como de divulgación. Éti¿a SONZOCM es docente e invesügadora de la Escuela de Historia

de la UNR. Sus áreas de producción en investigación han abordado proyectos interdisciplinarios que vinculan la historia, la antropología y la sociologfa, como el emprendido en el Valle de Santa María. Más recien¡emene, se ha dedicado a problemas vinculados a la historia regional de la segunda miad del siglo XIX y principios del XX. Es miembro del Cenro de Estudios Interdisciplina¡ios sobre las Mujeres (CEIM) de la Facultad de Humanidades y Artes de la [JNR, y docente de la Maesfía Sobre el Poder y la Sociedad desde laProblemática det Género de la LINR.

-7

8-

Intelectuales rosarinos entre dos siglos.

-9

Introducción

prchirtorio lncluye los sumarios de sus ediciones, la base de datos Latbook (libros y revistas).

Disponible en INTERNET En la siguiente dirección:

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os trabajos reunidos en esta compilación inauguran una colección sistemática de estudios sobre la realidad de la ciudad de Rosario y su entorno. Aunque de tardío interés académico, la historia local ha logrado superar la tradicional descalificación que arrastró durante décadas, recuperando, a partir de la investigación histórica generada particularmente en los ámbitos académicos de la Universidad Nacional de Rosario, su legitimidad como objeto de estudio. Intelectuales rosarinos entre dos siglos. Serafín, Clementey Juan Áluarez. Identidsd local y esfera pública es el producto de un esfuerzo colectivo que tuvo como p'.mto de pafida -teórico y rnetodológico- el abordaje de los problemas y enfoques inherentes a la historia intelectual en el marco de las realidades locales. Las características del surgimiento y expansión de la urbe rosarina tiene como impronta su heterogeneidad, variabilidad y complejidad. Todos estos rasgos son reconocibles tanto en los protagonistas convertidos en disparadores de la investigación, como en los contextos sociales, polfticos, económicos y culturales a través de los cuales aquéllos transitaron. Un primer dato que ratifica este aserto es que ninguno de estos sujetos es nacido en Rosario, pero su trayectoria ha impregnado las raíces identitarias de los rosarinos. La aparición de un texto unitario que dé cuenta -desde una indagación cientlfica- de los prohombres ciudadanos, rescatándolos del bronce y ubicándolos en el escenario colectivo y compartido de Rosario, se transforma en una henamienta efectiva para la provisión de vínculos identitarios. Los artículos que siguen intentan dar encarnadura a actores locales cuyo conocimiento por parte del gran público rosarino en la mayoría de los casos, se circunscribe a una referencia funcional-institucional: Juan Álvarez se llama la Biblioteca pública municipal por él fundada y Clemente Álvarez reduce supropia historia a la denominación del hospital de emergencias rosarino, HECA, sigla que oculta la identidad de su forjador: Hospital de Emergencias

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Intelectuales rosarinos entre dos siglos. - 63

6Z -Éti¿a Sonzogni - Gabriela Dalla Corte

Consideraciones acerca de la obra de Serafin lfvarez en su etapa hispánica.

CUADRO GENEALÓGICO N' 15: Hijas de Juan Álvarez: Haydé Beauty y Marla Esther

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-Ll I I ¡€; ) Lre. En esta cita textual tenemos por un lado, una concepción de la historia de neto corte positivista, donde la repetición de la palabra hipótesis no es un error de redacción, sino la afirmación constante de aquel ideario que ve en los hechos comprobables y verificables el camino correcto para el progreso de la humanidad. A su vez, esta concepción del progreso -que va a ser modificada en los textos publicados posteriormente en nuestro país-, oscila entre una concepción de mejora y evolución gradual: 2o , con lo cual vuelve a demostrar que también dentro de este marco positivista, mantiene Serafin Álvarez puntos de vista propios y originales' Sus duda.s sobre una concepción del progreso como desarrollo lineal de la humanidad de acuerdo con el esquema comteano, se verán también reformuladas y reafirmadas en escritos posteriores, como las Notas sobre la Instituciones libres en Amérlca pubticada ya en nuestro país, y donde además va a mantener una célebre controversia con Alejo Peyret, en el contexto de,la Generación del '80.

Ibidem, p. 19.

Ibidem, pp.41-48.

-

75

Esta desconfianza en el progreso sin límites de la sociedad, encontraba sin embargo, un atenuante en la creencia de que un nuevo ideal serviría para movilizar a la humanidad: el ideal social, inédito pero inesistible en su avance. Se trata en definitiva de que sea la misma sociedad la que se ocupe de resolver las necesidades padecidas por sus miembros. Se produce, en consecuencia, un enfrentamiento con el régimen capitalista y arln con el liberalismo, ya que si bien éste, al sostener que cada hombre haga lo que dicte su razón, sin lastimar a nadie, ha representado una conmoción de todos los poderes, igualmente sólo alcanzó para hacer desaparecer el por limitarse únicamente a la pura libertad interior. El liberalismo, sostiene Alvarez, surgió junto a la ciencia e impulsó una enseñanza no dogmática, pero no aseguró la educación para todos. Declaró el trabajo libre, pero no resolvió la cuestión laboral, causando una desocupación generalizada. Tampoco impuso una reforma definitiva en el plano político, ya que ni la monarquía parlamentaria para Europa, o el presidencialismo republicano para América representan una variante sustancial. Lo mismo puede decirse en cuanto a las reformas propuestas a la familia cristiana: al mantener la patria potestad, mantiene intacta la esencia de aquélla. En definitiva, el sistema libera! no ha resultado, como se creyó, un cambio definitivo. Sólo fue un paréntesis, al que ahora debe suceder esta nueva ley de solidaridad social: >a1 . El epígrafe elegido para el presente trabajo, extraído precisamente de las Notas sobre las Instituciones libres en América, reÍieja ciaramente su preferencia por un "socialismo administrativo" al que consideraba la traducción de la rearticulación de la burocracia y del Poder Ejecutivo en oposición a cualquier tipo de despotismo acompañado de lo que el autor denominaba "caudillaje jurídico". AVarez asoció el "caudillaje" con la arbitrariedad del funcionario y, desde esta perspectiva, no se alejó demasiado de las ideas de la épocaaE. Weber, por ejemplo, critica¡ía por entonces el , propio de demagogos, haciendo referencia a la necesidad estatal de cen-

tralizar la administraciónae. En palabras de Álvarez, y en un sentido más restringido al ámbito representado por el Derecho, el caudillaje jurídico se vinculaba a la crítica a la arbitrariedad y la comrpción: la influencia del Poder Ejecutivo en el nombramiento de sus empleados que formaban especies de > electoralistas, la comrpción del Banco Nacional, la sumi47

ALVAREZ, Serafin Notas..., p. 4, el énfasis es mio, p. 8 y 63.

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Tal como señalan Noemí Goldman y Ricardo Salvatore, en esta época el término fue utilizado intensamente . Al igual que el vocablo , evocab4 €ntre otras cosas, métodos autorita¡ios. Véase GOLDMAN, Noemi y SALVAIORE, Ricardo ,

en Noemí GOLDMAN

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ÁLVAREZ, Serafin La Crisis de la República Argentina, Buenos Aires. l89l , el énfasis es mío.

y Ricardo SALVATORE (comps.) Caudillismos

Rioplatenses, Nuevas miradas a unviejo problema,Etdeba, Buenos Aires, 1998, pp.7-29, en particular p. 13. WEBER, Mar, El político y el científico, Alianza Editorial, Madrid, 1992, p.87.

l0b : Gabriela Dalla Corte

Intelectuales rosarinos entre dos sig/os.

sión del poderjudicial respecto de los poderes políticos, la irresponsabilidad de los gobernantes por sus actos de gobierno, la destitución de profesores por decisión de las autoridades políticas. Eran terrenos sobre los cuales sólo el socialismo podía imponer un orden alternativo, esto es, el desarrollo de la adminisración en lugar del autoritarismo, la discrecionalidad y la arbitrariedad del gobierno. Igualdad ante la ley, así como garantlas legales frente a la arbitrariedad, fueron conceptos básicos en su obra, en clara oposición a las prácticas políticas (corruptasD. Sus crlticas a una especie de jurisdicción invisible ejercida por el Poder Ejecutivo por sobre su par Judicial se deja percibir en los escritos deljurisconsulto al proponer, como contrapartida, el aumento de la auctoril¿s del Iuezy la desaparición de las comisiones legislativas. Lejos de actuar como ente regulador, el Congreso estimulaba, en los hechos, la comrpción:

, la decisión de Aquilina trascendió las fronteras del matrimonio y afectó a su hermano que, hasta entonces, parecía ajeno a la disputa. Jaime se resistió a la decisión de Aquilina de divorciarse de su esposo, al igual que el abogado Valdéz a quien la mujer recurrió buscando asesoramiento legal. De manera ambigua (en Ia historia aparece veladamente una timosnera que Aquilina había albergado en su casa días antes del suceso), Jaime tomó conocimiento de que su hermana aparecía relacionada con un poeta de quien sólo conozco su apellido, Montero. Enterado de la posibilidad de la existencia de un vínculo que Ál',rarez se apresura

l4

Libro de Oro de la Escuela Normal No,l, confeccionado a los 100 años de la ndación del establecimiento. Etcolar del Rosario de Santa Fe, fundada en 1891. También la ktadística de las Escuelas de la Segunda Circunscripción Escolar de Santa Fe, de mayo de 1895, p.62. fu

13 ZAFFARONI, Eugenio Manual de Derecho Penal, Parte General,5o edición, Buenos Aires, 198ó; TERÁN LOMAS, Roberto, Derecho Penal, Parte General,

Tomo I, Astre4 Buenos Aires, 1980.

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Revista

lntelectuales rosarinos entre dos siglos.

120 - Gabriela Dalla Corte

acalificarde de los Códigos de la exégesis pero también de la hermenéutica aplicada a exi-dependiente mentes y atenuantes- fuese el mejor camino para lograr la justicia. En I 873, por ejemplo, escribió que ts . Un juego argumental exfemadamente confuso en términos de seguridad jurídica acompañó esta conclusión formulada por Álvarez bajo la investidura de Juez del crirnen y no de crÍticc político. Quizás el dato f¿ndamen'.al de esie juicio es cl silenciamiento que el Fiscal, el Defensor y el propio Magistado hacen del vínculo de sangre que unió a Jaime y a Aquilina, y que era uno de los requisitos fundamentales de la agravación de la pena. En su sentenci4 Serafin indica que no existe el agravante del fratricidio mediante la argumentación negativa de que . Asl, el MagisFado logró exculpar a su acusado, aunque no eximir su responsabilidad, presentándolo como un inesponsable y como una persona deficientemente educada. Jaime, de acuerdo a Serafin Alvarez, se earactenzaba por la . Alvarezreconoció que el homicidio encontró su fundamento en la existencia de una cultura paternalista y discriminatoria expresada en el terreno legal, pero la atenuación de la criminalidad de Jaime estaba dada, para aquéI, por la propia actitud de Aquilina durante la disputa y la provocación que ejerció sobre su hermano momentos antes de su muerte, provocación que nunca fue probada porque el proceso siguió exclusivamente bajo los dictámenes de la confesión del imputado. Alvarez, mientras tanto, argumentó su

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ÁLVAREZ, Serafin El Credo de una religión nueva, p.38.

122

- Cabriela Dalla Corte

decisión en las características del crimen y en lo que denominÓ , el nabajo reseña la evolución histórica de la educación en Rosario; allí se hace evidente que este tema se había convertido en una cuestión de primer orden. El lugar destacado de los datos cuantitativos estadísticos se aprecia en todos los informes de Álvarez, ya que los números le dan información básica para legitimar sus aspitaciones en torno a la modernización y e! prcgreso de !a ciudad. Señala que en 1868 habia en Rosario veinte mil habitantes, y los niños que no iban a la escuela en ese momento histórico eran cuatro o cinco veces más numerosos que los que asistían. Si bien los datos que poseía no eran exhaustivos, utiliza diversas informaciones de la época como punto de partida para evaluar si la ciudad marchaba hacia las metas educativas propuestas. Lamentablemente, las características del proceso de urbanización por inmigración le mostraban que sólo la quinta parte de la población infantil de aquella época se hallaba escolarizada, y en ello puede detectar lo azaroso del proyecto político en cuanto al acceso a la educación para la población. Pero si aquellos datos mostraban una escasamente deseable realidad, las nuevas informaciones eran aún más desfavorables: la situación escolar había ido empeorando a medida que aumentaba la poblaciÓn. Para 1881, de ocho mil niños en edad escolar sólo asistian mil. Ya no era la quinta parte la que recibía educación formal, sino sólo un octavo de todos los niños. Y cuando en 1884 aumenta levemente la población escolaq los datos le muestran que la educación era impartida en escuelas en estado de abandono, sin materiales ni libros, y que hasta se debían utilizar textos en inglés por no contarse con otros en castellanor

.

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153

Hacia 1886, el número de alumnos casi se habia duplicado: dos mil sesenta y dos se hallaban matriculados en la ciudad. Recién en 1888 se crea el Consejo Escolar, con lo que comienzan a organizarse los aspectos administrativos y de control de la educación: se dictan programris, se fijan horarios y reglamentos. En 1890, al pasar las escuelas a lajurisdicción provincial, las municipalidades debían destinar del diez al veinte por ciento de sus rentas para la formación del fondo escolar. En 1912, ya con todos los conocimientos que el Censo le había aportado, Álvarez encuentra que con

se redactan

una población de doscientos veinte mil habitantes, se podía calcular en cuarenta mil la cantidad de niños en edad escolar; pero los fondos eran insuficientes y las escuelas funcionaban en viviendas insalubres e incómodas. El proyecto de modernización comenzaba a mostrÍu fallas y fisuras, ya que el crecimiento de la población no había estado acompañado por acciones coherentes del Estado en torno a sus necesidades, en este caso las educativas. Alvarezrecomendaba, entonces, que la Municipalidad contribuyera con el veinte por ciento de sus rentas €ntregándolo a la provincia con destino a la educación, pues consideraba que la emergente agitación social requeria acciones concretas por parte del Estado2. El proyecto moderno compromete al Fstl¡ln

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ción de todos los niños a la escuela, como medio para contribuir a la supresión o reducción de la agitación social; pero como eso sale caro y los recursos €conómicos empiezan a escaseai, el proyecto comienz¡ a manifestar síntomas de fiacaso. ¿Qué concepto de educación sostenía Álvarez? Para continuar con este desarrollo, me basaré en tres ejes de análisis: en primer lugar, la inteligencia del alumno para la selección y la especialización; en segundo lugar, la organizaciün de las desigualdades; y por último, una pedagogía acorde con la inteligencia y la desigualdad natural.

Para ilustrar las condiciones materiales en que se desenvolvía la acción pedagógi-

c4 Juan Álvarez cita el caso de un alumno que debía dar un examen de Geometría y que no supo con qué se tr""aba la circunfbrencia por no haber visto jamás un cornpás. A esto se agregaban los bajos sueldos docentes, que convertían a la profesión en un iírea poco apetecible para quienes podÍan optar por tarees más beneficiosas en términos personales. ÁlVanpZ, luan Informe sobre los resultados del Tercer Censo Municipal en el Departame nto Ros ar ia, 19 I 4.

154

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Zulma Caballero

Intelectuales rosarinos entre dos srglos.

La Inteligencia del Alumno, un Dato para la Selección y la Especialización Alvarez se pregunta si existe o no una inteligencia general, o si sólo podemos hablar de inteligencias diferenciadas y adaotables a tareas diversas; esta pregunta se relaciona con otra cuestión crucial, en un momento en que la psicología científica experimentalista había comenzado a tener gran preponderancia en los círculos ilustrados: se trata de discernir si los fenómenos psicológicos son o no susceptibles de medida, porque se necesita averiguar si la inteligencia es medible, y, por lo tanto, comparable. Estos interrogantes se hallan íntimamente vinculados con las preocupaciones de AVarez acerca del . Los argumentos de Álvarez pueblori po'dría modificar , HALPERIN DONGHI, Tulio Eruayos de Historiografía, pp. 69-70.

Intelectuales rosarinos enlre dos siglos.

198 - Sandra Fernández

El problema de Buenos Aires en la República Es en su obra Buenos Aires en donde Álvarezpone a prueba sus dotes de ensayista, pero también de historiador. De este modo en la simbiosis producida entre ensayo e investigación se expresa un tipo de fiatamiento de los datos

documentales en el cuerpo del trabajo, y de los argumentos para centrar la discusión de los problemas presentes a partir de un estudio histórico. En este caso la naturaleza flexible propia del ensayo deja abiertas las puertas para que el autor cultive las estategias que le eran favorables pdr avanz:rr sobre el tema de la omnipresencia de Buenos Aires y convertirlo en un nudo problemático, en relación a las perspectivas de desarrollo y crecimiento de otras regiones y ciudades, reflexivo en términos de especulación intelectual y cientíñca. Ahora bien, el texto en su estructura se encuentra planteado sobre la base de comparar a Buenos Aires, con el resto de las ciudades de la nación, pampeanas y extrapampeanas. Tal comparación se referencia en tres ejes sistematizadores del discu¡so de Álvarez: el problema de la capital, el puerto y fenocarriles, y la actividad industrial desarrollada en el seno de estas urbes. Si en un comienzo Álvarez pretende interrogarse sobre los orígenes de taies crecimientos desiguales, rápiciamente pasa a enumerar puntuaimente las sucesivas instancias en torno del problema alrededor de la capital de la

nación. Las alternativas abiertas a partir de la sanción de la Constitución Nacional de 1853 iniciaban todo un proceso de rupturas y señalamientos originados en fi,¡nción de los urticantes artículos referidos a la capitalización de la ciudad de Buenos Aires, la nacionalización de las rentas aduaneras y el

libre tránsito de personas y mercaderlas por el territorio nacional. La confrontación entre dos proyectos nacionales s€ puso de manifiesto en las dificultades desarrolladas entre la Confederación y Buenos Aires, que precipitaron la ruptura de esta última provincia con el gobierno nacional. En este contexto, es un dato dado la importancia que imprimió Urquiza al desarrollo de la villa del Rosario como altemativa económica en la costa santafesina del Paraná. Puerto natural con inigualables condiciones para operar con veleros y vapores de gran porte, el proyecto urquicista consideraba a Rosario como el principal núcleo de comunicación y comercio con el mercado exterior, y así lo ratificó con la sanción de la Ley de derechos diferenciales de I 857. El rango de capital y sedé administrativa quedaba reservado para Paraná, y el puerto de Concepción, sobre el río Uruguay fortalecía el vínculo comercial de la provincia de Entre Rlos en su háfico hacia la Banda Oriental. La unificación postergó la resolución de la cuestión de la capital de la

república, iniciando un debate en torno del tema que adquiria, conforme pasaban los años, virulencia u opacidad según el momento histórico en que

-

199

produjera. Es en ese centro de discusión en donde A\varezinstala su enumeración de propuestas alternativas para la radicación de la capital de la nación. Buenos Aires de hecho reunía en este período posterior a Pavón la voluntad y la autoridad para concentrar los poderes administrativos, políticos, económicos y también simbólicos que la catapultaban a su condición de urbe hegemónica. Pero Rosario había ratificado durante los años sesenta, la condición prevista por Urquiza. La antigua villa era el puerto más importante del interior y en tanto sede comercial era el eje cardinal del fuea pampeana central. Mucho colaboró en esta situación la Guerra del Paraguay (1865t 870), ya que el conflicto se convirtió en un elemento de desarrollo material. Por esta época, sin caminos terrestres organizados y seguros, aún sin líneas de ferrocarril que unieran el litoral sur con el epicentro de la guerra en el noroeste de la región. el río reafirmaba su condición de vla de comunicación viable y nipida, convirtiéndose en una arteria abastecedora de hombres' pertrechos e insumos y reactivando coyunturalmente viejas plazas comerciales y portuarias del Alto Paraná. El principal cliente de la plaza rosarina era el Estado, tanto el provincial como el nacional. Los comerciantes de la ciudad no solamente aseguraban abastecimiento a la creciente población, sino que en muchos casos se convertían en proveedores de las escuadras de los aliados en la Triple Alianza. Los buques de guerra funcionaban con máquinas a vapory obviamente necesitaban un aprovisionamiento constante de carbón. El puerto de Buenos Aires representaba un lejano punto para recargff este combustible, y ningún otro puerto fluvial estaba en condiciones técnicas y comerciales de proveerlo rápida y eficazmente. El impulso que la guerra le otorgó a la ciudad permitió que sobre ella se com€nznran a tejer ciertas versiones, producto en la mayorla de los casos de las intrigas propiciadas desde el legislativo nacional. Thles acontecimientos desataron la discusión al interior del gobierno, discusión muchas veces alocada, por su contenido y por su forma. Este amplio debate es el que Alvarez reproduce a Io largo de la primera parte de su libro. Pero los argumentos desarrollados por el autor pueden sintetizarse en el breve pánafo alrededor de la polémica sobre Ia capital durante el gobiemo de Mitre: se

3o. Como historiador económico, Álvarez sabe de los condicionamientos que !a po!ítica tarifaria esiablece. Tanio para fomentar como para ,Jesestirriuiar, la línea marcada desde el gobierno nacional no había hecho más que priorizar la centralidad de Buenos Aires como capital y como ciudad preferencial. Las oovenas" del mercado eran los transportes especialmente, por estos momentos, los ferrocarriles y éstos a pesar de intenelacionar a casi todos los puntos productivos del país con los puertos exportadores, establecían expresas diferencias a la hora de fomentar un trayecto de carga por sobre otro. Álvarez concibe que este desproporcionado beneficio a favor de Buenos Aires desalentaba de forma artificial la actividad de las ciudades del Interior. r .

Desde su tesis académica, revela un singurar interés por los estudios de orientación económica, qj tr{ajó sobre prJblemas como impuestos, la mo_ neda, eliminación der latifundio; cuestiones que jalonaban distintos Áo*.ntos de la historia de nuesh'o_país. Esto no signrRca, sin embargo, er abandoncr de las cuestiones reracionadas con er derecio v lus lrvrr" p.i" i" ¿" este personaje es la amplitud de temas trutudo, solre todo f"qu"no, parágrafos destinados a formalizarse como "n artículos o bien en charias I ferencias' En cuanto a su reconido raboral, "on_ estuvo reracionado con distintos espacios periodísticos a lo largo de su vida. Escribió en La prensa, La Na_ ción, La Cap¡7al de Rosario, lregando con sus escritos a lugares tan poco orto-

- 221

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particulares condiciones de producción en las que Gramsci debió desplegar su labor intelectual como presidia¡io número7047 de la Casa Penal de Torino.

En la cárcel, Gramsciescribié treinia y tres Cuudernos en condiciones de aislamiento político y de terribles padecimientos (que incluso le produjeron la muerte en el año 1937)3, bajo el control de un censor fascista que revisaba cada una de sus líneas. Esta situación le obligó a adoptar un discurso elíptico, elusivo y por momentos aparentemente desordenado. Como sabemos, pasado ya el período fascista y la guerra, los Cuadernos fueron editados en seis volúmenes reordenados temáticamente -sin respetar el orden cronológico original, entre los años 1948 a 195 l-, convertidos en libros sin haber sido concebido como talesa.

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Diario La Nación, Buenos Aires,09_04_1954.

Fue Escribano, Secretario de Juzgado Federal, Procurador Fiscal, Juez Federal y llegó al honorable cargo de Procurador General de la Nación. Además fue profesor del Colegio Nacional de Rosario, y Director del Tercer Censo Municipal de Rosario y Director de la Biblioteca Argentina de nuestra ciudad. Para un conocimiento biográfico acerca del período de Gramsci en la cárcel y el destino de sus escritos ver: PORTANTIERO, Juan Carlos los Usos de Gramsci, P y V, Buenos Aires, 1987. En Argentina, Gramsci se ha convertido en las últimas décadas en un paradigma

omnipresente de la ciencia política, quizás por la desarticulación y mutilación

222 - Adriana

Pons

Intelectuales rosarinos entre dos siglos.

La tríada intelectuares--curtura-rucha de crases será para Gramsci una cuestión central de manera indisorubre. su ribro Interectiares y sociarismo es el vlnculo problemático más fuerte que er autor y ras posteriores discusiones en el seno dermarxismo vienen suscitando desáe prircipio, a" sigro y o" cuyos términos en mayor o menor medida Gramsci es heredero y uñir*o tiempo progenitor. Aunque. constituye un lugar común iniciar unirabajo so_ bre el teórico y político itariano haciendo reierencia a las diversas y contradictorias interpretaciones e instrumentaciones que se han hecho de íu prnrumiento y acción, creemos necesario insistir en elro una vez más. El catilogo, de adjetivaciones sobre Gramsci es amprio y cubre un arco qu" no J"¡u a"

sorprender por su heterogeneidad: hay quienes

lo

presentan-como

; o anunciador del euroeomunismo y de posiciones socialdemocratistas;

y' en un largo inventario, quienes lo piensan como er . como bien dice Juan ca¡ros portantiero, Gramsci no eraprofesorde ciencia polltica.; tampoco fue un pensador interesado en acuñar ion".pto, teóricos novedosos. sino un porítico fuertemente comprometido con er áesanolro de un pensamiento y una acción encaminados a la transformu"ion ,o"iu. g¡ carácter parcelario de gran parte de su escritura (a través de notas cortas, sin solda-duras o hilo conductor entre unas y otras) nos deja ra sensación de una obra inacabada y dispersa. Lo que da unidad u tu n"!-"ntariedad, sin embargo, es la continua reflexión acerca de ra tarea revorucionaria, perspectiva que inspira y motiva el núcreo porítico de preocupaciones y qu"ir*rror'nu el aparente caos en un pensamiento sistemátiroi. En

"r,J,*ia",

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de su espíritu revorucionario. como cororario de lo expresado hasta aquí surge que abordar un aspecto parciar o unatemática específica de sus escritos da una puesta en diálogo con el conjunto de su obra. como ilustrativo de estas posicionei puede_consurtarse en ro que se refiere a una

o.iur-

variedad de interpretaciones, como

nnrcó,

José

La cola dei d¡ablr,

p;;;r,

- 223

Ansaldi coincide con la afirmación de Eric Hobsbawm de que Gramsci es el iniciador de una teorla marxista de la política, pero va más allá y sostiene: al interior de las diversas ciencias sociales, especlficamente la ciencia política no es una excepción en esto; y, en todo caso, el conocimiento e interpretación de la realidad social está ligado de un modo directo o indirecto a una de las grandes visiones sociales del mundoe. Esto torna imposible la existencia de un
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